Son nuestras madres, hermanas, hijas, amigas, novias, esposas y abuelas, y sí, son PODEROSAS porque influyen en el comportamiento de todos y cada uno de nosotros desde que nacemos.
Son el 58,3 por ciento de nuestros lectores y además conforman la mayoría del equipo periodístico que realizó esta edición de PULSO. Son mujeres, y a ellas dedicamos este trabajo en su mes, un homenaje a quienes lideran todos los aspectos de una sociedad transformada por una pandemia mundial.
Próximo su día, no lo vemos como una celebración más, sino un momento que llama a la reflexión sobre el respeto que se debe dar a la presencia femenina en nuestras vidas. Ellas son y serán el pilar fundamental dentro del hogar, representadas por el sinónimo de amor y fuerza; es decir, la que pone su vida ante las adversidades.
Todos tenemos mujeres que nos han marcado. Que nos moldearon, a quienes debemos lo que somos. En lo particular dedico el tercer número de PULSO a tres mujeres vitales en mi vida: Mi madre, mi tía Milagro y mi abuela Hilda. Difícilmente ellas entiendan como influenciaron en lo que hoy soy y lo afortunado que me siento por tenerlas, porque aunque la abuela partió hace algunos años, está en mi, en cada segundo de mi día. Gracias por tanto.