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Silvia escribe: “Para ser libre la mujer tiene que ser consciente
de su explotación y luchar y querer liberarse”. Cita a Sol
Arguedas: “Para ser libre, las mujeres tienen que querer ser
libres”. Y concluye: “¡Casi nada! Nada menos que adquirir
conciencia de su opresión, de su a veces disfrazada servidumbre,
de su injusta inferiorización. Y esto no siempre resulta fácil
para las “reinas del hogar”, noviecitas santas, madrecitas
abnegadas, obedientes hijas…Pero cuando ya han abierto
los ojos (y cada día crece incesantemente el número de
mujeres que los abren), se vuelve más difícil aguantar las
usuales y estereotipadas hipocrecías con las que se pretende
camuflar la sumisión femenina y el papel o función servil
que se le asigna dentro de la familia y la sociedad”.
Sor Juana Inés de la Cruz.
Nellie Campobello es otra de las escritoras sobre las cuales
Silvia Mijares reflexiona. Comparte con las demás, de
Sor Juana a las escritoras mexicanas que mayor huella han
dejado en nuestra cultura contemporánea, un signo enigmático
fruto del choque violento entre una cultura masculinista
y el quehacer literario del que ellas han sido prodigiosas
oficiantes. Las mueve una dignidad a veces soterrada, a
veces rasgando los velos de la verdad pública y militando en
el disenso: un disenso que calla estruendosamente como
en Sor Juana, que se torna en fino tajo de bisturí en Elena
Garro o en distancia de los relatos tradicionales de una
revolución de la que Nellie Campobello fue testigo y por
ello la entiende y la muestra de manera muy distinta a la
de los autores de la llamada novela de la Revolución mexicana:
“doy simplemente el santo y seña de las cosas, de las
personas”.
Engels decía que la sociedad será libre cuando la mujer
quedara emancipada de todas las servidumbres de que la
ha cargado la historia marcada por el hombre. El pensamiento
de Silvia Mijares responde con vigor a esta idea. De allí la
selección de sus temas y de sus autores en este volumen
escrito por momentos con un alma dramática que ella sabe
transmitir con fuerza al lector.
María Zambrano.
Silvia Mijares se ocupa también de escritoras de su región:
Blanca Uribe, autora de interesantes obras teatrales, la
poeta y editora Jeannette Lozano y la narradora Angélica
Tijerina.
Si hubiera que buscar un tema común al de las mujeres
que aborda Mijares, ese sería el de la condición femenina.
Desde Sor Juana, la tradición de la literatura escrita por
mujeres ha tenido una motivación compartida: el anhelo de
libertad. En una sociedad donde se impone el hombre por
razones de género y ciertos oficios -que luego han venido
ha desempeñar las mujeres, incluso en casos antes
exclusivamente destinados al hombre: la milicia, por ejemplo- la
libertad a la que aspira la mujer tiene por presupuesto la
igualdad.
Albert Camus.
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