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Después de eso llegó un paquete a la oficina,
contenía otra nota que decía: “Nos vemos
donde apunta el sol” pero el paquete también
contenía una foto de una pintura renacentista.
El detective Smith es muy sagaz por lo que
le encantan los acertijos, investigó dónde
se ubicaba esa pintura, tardó varias horas
buscando la información hasta que pudo
localizarla y fueron inmediatamente al
lugar, quedaba en un museo de arte a las
afueras de la ciudad junto a las ruinas de la
iglesia mayor. Cuando llegaron al museo
empezaron a buscar pistas, pero no encontraban
aun nada que ayudara a resolver el caso,
luego de tanto buscar Philip se sentó agotado
en una silla del pasillo frente a la sala de
exposición y empezó a ver la pintura más
detenidamente desde varias perspectivas y
posiciones hasta que por fin notó que se
escondía una silueta muy similar a la estatua
ubicada en el centro de la ciudad.
Cuando llegaron al sitio encontraron otra
nota que decía: “03:30”, se dieron cuenta
que algo pasaba a esa hora así que esperaron,
observaron y vieron que el dedo índice de
la estatua apuntaba a una roca gigante al
filo del cerro, corrieron hacia la roca y se
percataron que tenía una escotilla, cuando
abrieron la roca falsa y su escotilla encontraron
a una persona atada y aún viva con una
máscara de Leonardo Davinci, procedieron
a quitársela y oh sorpresa era un repartidor
de pizza.
Luego de eso lo llevaron a la estación de
policía, pero él no sabía lo que pasaba ni
por qué estaba detenido, la actitud del
repartidor de pizza le pareció sospechoso
al Smith, pero Philip le dijo que él era quien
estaba en el lugar que indicaban las pistas,
después de eso el detective Smith fue a la roca
donde encontró una cámara de seguridad, se
la llevó y analizó la cinta una y otra vez,
encontrando una persona con máscara
cubriendo totalmente el rostro para evitar
ser identificado, estaba hipnotizando al
repartidor de pizza. Se dirigió a la estación
de policía a decir que el repetidor era
inocente, era una víctima del suceso dejándolo
libre pero vinculado al caso.
Después de eso Smith llegó a su casa a leer
y a tomar una copa de vino, cuando sonó el
timbre y se paró a abrir la puerta, era un
paquete que en su interior contenía una
carta bomba, corrió a refugiarse en un
lugar secreto que tenía tras la biblioteca del
estudio. Esperó un largo tiempo y se dio
cuenta que no pasaba nada, salió a ver qué
sucedía y notó que la carta bomba era falsa.
El detective se enfureció porque lo tomaron
como tonto, tomó una última copa de vino
y se fue a dormir, pero no pudo conciliar el
sueño porque estaba muy pensativo. A la
mañana siguiente el detective Smith fue a
la oficina haciendo todo de manera habitual,
en cambio Philip volvió sin motivo alguno a
otra escena del crimen con otro cuerpo,
pero muy similar al caso anterior y dijo que
era el repartidor de pizza. Philip le ayudó a
escribir el reporte a su compañera Martina
Cooper quien ese día estaba de turno, en el
reporte quedó registrado que el cuerpo fue
hallado fuera del circo, el nuevo finado
tenía los labios azules y un disparo en la
frente calibre 9 milímetros, así transcurrió
el día.