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REPORTAJE
8 Sábado 9 de octubre de 2021 Diario Co Latino
Isaac Bigio Lerner
Este 7 de octubre se han
cumplido 93 años de la
fundación del Partido
Socialista de José Carlos Mariátegui
en la Lima de 1928. Se trata de
una celebración muy especial, pues
por primera vez en la historia peruana
los discípulos de Mariátegui
han sido electos popularmente
para iniciar un Gobierno constitucional.
Amauta
Amauta es una palabra en la
lengua general de los incas que significa
“profesor” o “erudito”. Hoy,
cuando el Perú cumple su bicentenario
de independencia republicana
por primera vez en su historia
este país va a tener a un presidente
que es un humilde maestro rural.
Este es su tocayo y también “amauta”
José Pedro Castillo Terrones,
líder de la última huelga magisterial,
quien se convierte, además, en
el primer mandatario constitucional
electo en reivindicar al “amauta”
José Carlos Mariátegui.
Mariátegui ha sido el principal
pensador social peruano en el último
siglo. Fue uno de los gestores
del socialismo andino y de la
Confederación General de Trabajadores
del Perú (CGTP). Fue uno
de los grandes educadores del movimiento
obrero y campesino.
“Amauta” fue, también, el nombre
de esa gran revista de ideas que él
dirigió en los años 1920s y que sirvió
como faro de la intelectualidad
laborista y de los trabajadores intelectualizados.
Mariátegui era un genio con
muchos problemas de salud quien
se desplazaba en silla de ruedas y
murió prematuramente cuando
aún tenía 35 años de edad. Su partida
final se dio 91 abriles antes
de la primera vuelta peruana del
2021 en la cual, por primera vez
en la historia nacional, un discípulo
quedó primero (y luego ganó la
vuelta final de junio).
Después de casi un siglo desde
que en 1926 apareció la revista
Amauta es que un amauta mariateguista
llega a palacio. Hago un
homenaje a los cientos de miles de
personas que durante 3 a 5 generaciones
han seguido dichos ideales.
José Amauta
Aprovecho la ocasión para reivindicar
a mi abuelo José Lerner y
sus connacionales de habla yiddish
que escaparon del imperio zarista
y que se convirtieron en la minoría
étnica que proporcionalmente
tuvo mayor representación en el
círculo de Mariátegui.
Por una extraña coincidencia
mi abuelo también tenía el mis-
Amanecer Amauta
En la foto se puede ver a los amigos de José Carlos Mariátegui (sentado en su silla de
ruedas). La persona que está justo al medio detrás de su cabeza es José Lerner.
mo primer nombre de Mariátegui y
que de Castillo. Su apellido en yiddish
puede ser un equivalente de “amauta”
en quechua. Para mi él fue uno de mis
grandes profesores y desde chico me
encantaba oír sus historias.
José Lerner había llegado como
muchos judíos de Europa oriental escapando
al racismo antisemita y a los
pogromos impulsados por el imperio
zarista y otros sátrapas anticomunistas.
Los dos primeros pogromos se
dieron en su natal Besarabia cuando él
era apenas un bebé y las hordas zaristas
atacaban los barrios yiddish donde
saquean, incendian, violan y asesinan.
Esa región sigue siendo la más pobre
de Europa y hoy está dividida entre
Ucrania, Moldavia y Rumania, en tanto
que el pequeño pueblo de mi abuelo
(tan chico, pobre y carente de asfalta
como lo es Puña, la aldea de donde
viene el actual presidente peruano
electo) fue repartido numerosas veces
entre Rusia, Rumania, la Unión Soviética,
la Alemania nazi y Moldavia durante
el siglo XX.
José Lerner murió 60 años después
que su tocayo y coetáneo José Carlos
Mariátegui. Siempre se mantuvo fiel a
su “amauta” y hasta su último día reivindicaba
su figura y herencia. Él esperó
en lecho moribundo para conocer
a mi primogénito, el cual sería el
primero de sus dos nietos mayores en
llevar su nombre. Apenas lo vio y se
despidió de él se dejó llevar fuera de
esta mundo.
Por haber impulsado la revista
Amauta José Lener sufrió cárcel, persecución,
destierro, deportación y hasta
haber sido condenado a vivir en una
cárcel donde parte de su cuerpo debía
estar siempre debajo del mar. Él siempre
me contaba que era el tesorero del
equipo de Mariátegui y en los documentos
de fundación del Partido Socialista
del Amauta del 7 de octubre
de 1928 veo que el cargo de tesorero
es asignado a un judío rumano que
aparece con seudónimo. Creo que es
él pues al Perú no llegaron judíos de
Rumania sino de Besarabia (la zona
de habla rumana del imperio ruso de
la que provienen los Lerner de Lima).
Debido a la persecución que había hacia
los rusos por “bolcheviques” mi
abuelo, que de por sí llamaba la atención
por ser un poco “gringo”, prefería
aparecer con un nombre de pila y
como rumano. Él también fue uno de
los coordinadores de una huelga de
hambre hecha por comunistas y apristas
(en ese tiempo enemigos acérrimos)
contra la tiranía de Sánchez Cerro,
el único presidente electo del país
que reivindicaba al Duce fascista Benito
Mussolini.
Incluso cuando lo desterraron a
Quito él siguió siendo un educador
(“amauta”) de las ideas de la revista
Amauta. Nunca jamás dejó él de identificarse
con el mariateguismo.
Como la mayor parte de los judíos
que llegaron al Perú él se dedicó al comercio
ambulatorio y luego tuvo su
propia tienda de ropa. La última de
ellas, La Flor, en la calle de atrás del
Congreso, fue la única que se salvó de
las turbas que saquearon Lima el 5 de
febrero de 1975. Se dice que cuando
las muchedumbres estaban rompiendo
las puertas de todos los establecimientos
decidieron respetar La Flor
debido a la naturaleza bondadosa de
su propietario.
Sé que ahora muchos escribirán
una serie de reconocimientos a Mariátegui
y a varios de sus colaboradores,
pero me corresponde a mí, como
su nieto reivindicar la obra y herencia
de José Lerner. Ese homenaje lo hago
también extensivo a otras 4 personas
que no compartieron todos sus ideales
(pero sí muchos de sus ejemplos)
y que han partido no hace mucho: a
su hija mayor Sonia Lener (quien nació
en su exilio en Quito), a su hijo
político Nissim Eskenazi (ex médico
de cabecera del Presidente Juan Velasco
Alvarado) y a sus dos nietos mayores
Harold y Geoffrey Alan Rosenffeld
Lerner, los cuales por haber fallecido
en la flor de su vida me dejaron
a mí el puesto de ser el nieto vivo mayor
de don José.
Homenajes
Quiero reivindicar también a las
decenas de inmigrantes judíos que trabajaron
con mi abuelo y con Mariátegui.
Casi todos ellos venían de Besarabia
y hablaban fluidamente no solo su
natal yiddish si no también ruso, rumano,
español, alemán, polaco, ucraniano,
francés, inglés o búlgaro. Dentro
de los que me acuerdo estaban
Waldo Frank, Samuel Glusberg, Miguel
Benzavi Adler y su novia Noemí
Millstein, Jacobo Hurwitz, Moisés
Helfgoff y su hijo Salomón. Recuerdo
cuando solía visitar a los Helfgoff
en su casa de Pueblo Libre y me hacían
leer literatura donde defendían el primer
país yiddish del mundo (Birobidján,
creado a inicios de los 1920s dentro
de la Unión Soviética, el mismo
que se distingue de Israel en que no
promueve el hebreo ni quiere un estado
independiente uni-étnico).
La primera etnia que proporcionalmente
más se identificó con Mariátegui
, paradójicamente, no fueron la de
los quechuas, aymaras u otras amerindias,
a quienes más tarde les iría llegando
su mensaje, sino la de los inmigrantes
yiddish quienes en su propia
carne habían experimentado la discriminación
y los pogroms racistas y la
revolución soviética.
El 19 de julio del 2021 el Jurado
Nacional de Elecciones (JNE) resolvió
comunicar oficialmente que el amauta
Castillo había ganado las presidenciales.
Nunca antes los resultados de
un balotaje peruano habían demorado
más de 6 semanas para ser declarados
y a solo 7 días hábiles de la fecha
oficial de la juramentación.
Castillo había vencido a Keiko, la
primera dama de su padre Alberto Fujimori
quien fuera mandatario peruano
en 1990-2000. Fujimori ha sido el
último dictador civil reeleccionista
después de Augusto Leguía bajo cuyo
oncenio autocrático (1919-1930) Mariátegui
lideró “Amauta”.
La proclamación oficial del JNE se
dio exactamente el día en el cual se recordaba
el 44 aniversario del gran paro
nacional de la CGTP y de otros sindicatos
mariateguistas, lo que dio la
estocada final a la última junta militar
que tuvo el Perú, la misma que
fue comandada por el general Francisco
Morales Bermúdez, uno de los
militares retirados firmantes de una
carta llamando al Comando Conjunto
de las Fuerzas Armadas para
desconocer los comicios que le dieron
la victoria al partido Perú Libre
de Castillo.
Precisamente, dicha paralización
total, obligó a la dictadura
castrense a convocar a una asamblea
constituyente cuya carta magna
rigió hasta que la última dictadura
(la del fujimorismo) la reemplazó
por una impuesta con fraude
y represión en 1993. Una de las primeras
tareas que propone Castillo
es ir a una nueva asamblea nacional
para elaborar una nueva constitución
que reemplace a la de la última
autocracia.
Cuando aún era menor de edad
participé en dicho paro y en dicha
época tuve el primero de una serie
de arrestos por defender mis convicciones.
Mi abuelo conversaba
siempre conmigo acerca de nuestras
ideas, las cuales tenían muchos
elementos en común, aunque no en
todo concordamos. A pesar de su
origen euro-oriental mi abuelo hablaba
un español perfecto y era un
apasionado de la comida peruana
y de los chifas (este “ruso” me enseñó
a comer con palitos) y aprovechamos
nuestras cenas y almuerzos
para hablar de política. Siempre
me aconsejó de que lo que mejor
que podía hacer por mi pueblo
era educarse en las mejores instituciones
que pudiese, razón por la
cual, a poco de morir decidí obtener
grados y postgrados en la London
School of Economics.
Me ha llamado mucho la atención
de que una de las personas que
más brilló en torno al debate presidencial
ha sido la hija de un asesinado
anterior secretario general
de la CGTP fundada por Mariátegui.
Es hermoso ver como los hijos
y los nietos de discípulos del amauta
transmiten la antorcha. Generaciones
de Ledesma, Huillca y Calla
seguirán la obra de sus progenitores
que nunca sabrán callarse.
Al margen de lo que haga o no
el nuevo gobierno, de que éste sea o
no consecuente con las ideas de Mariátegui,
o de que se le pueda apoyar
o no; es todo un hito histórico que
un maestro rural haya llegado por
primera vez en la bicentenaria historia
peruana a la presidencia enfrentándose
a una tremenda maquinaria
y mafia. En nombre de José con el
nombre yiddish de amauta celebró
el triunfo electoral del amauta Castillo
quien reivindica al amauta Mariátegui.