La Placeta de Lorca nº88 - Diciembre 2021

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Fnac, Corte Inglés, Casa del libro etc.
-¿Las emociones son la gran asignatura pendiente a nivel infantil
y juvenil? ¿Cuánto se ha avanzado en educación emocional
con respecto a la generación anterior?
-Sí, siempre ha sido una asignatura pendiente y esto se debe a
que durante siglos la sociedad ha mantenido un ideal muy reducido
sobre lo que es la inteligencia en el ser humano. En la escuela
tradicional, un niño era inteligente cuando obtenía conocimiento
sobre las materias instrumentales en lengua, matemáticas o ciencias
y si sucedía lo contrario ese alumno no podía continuar estudiando
por la vía ordinaria, sin contemplar que ese mismo niño
pudiera ser diestro y hábil e inteligente en otras muchas materias
como en arte, música, deporte etc. Durante siglos hemos tenido
un sistema educativo que ha mantenido la idea de que el niño inteligente
es el que obtiene una puntuación alta en sus calificaciones
y si por el contrario existía un bajón en sus calificaciones no
se indagaba en que detrás pudiera existir un problema socioemocional
como por ejemplo situación de riesgo familiar, maltrato,
acoso entre compañeros etc. De este modo, se ha alimentado la
creencia de que existe una relación positiva entre el cociente intelectual
de los alumnos y su rendimiento académico. Se centraba
en el estudio de la inteligencia en su visión más general sin considerar
la variable emocional. En cuanto a si hemos avanzado en
la sociedad actual, considero que sí, que ha habido un avance
aunque no rotundo ni expansivo. En el buen camino nos encontraremos
cuando se incluya la Inteligencia Emocional como una
asignatura más, dentro de nuestro sistema educativo y en todas
las etapas, no dejándolo como un eje transversal. Sinceramente
la transversalidad a mí me da miedo, porque trabajar la inteligencia
emocional con nuestros alumnos es un tema muy importante
para dejarlo en manos de la voluntad de cada profesor, por
lo que habrá quien sí tenga conciencia y lo trabaje con sus alumnos
y quien se limite a dar la clase y terminar la jornada sin más.
Considero que si hay a nivel social una mayor concienciación, no
se trata de hacer niños frágiles o de cristal, sino de formar niños
que sean capaces de gestionar sus frustraciones y canalizarlas de
manera inteligente. Estos niños forman la sociedad del futuro y
encontrarán numerosas ventajas que nosotros no hemos tenido
ya que a través de la inteligencia emocional se puede obtener el
éxito tanto en lo personal como en lo profesional.
-¿Qué factores no biológicos influyen en el desarrollo de las
emociones de los menores? ¿Se ponen de manifiesto en los
personajes de su cuento?
-Fundamentalmente las emociones son neurobiológicas, implican
reacciones químicas en nuestro cerebro y que tienen como respuesta
la manifestación en nuestro cuerpo, como puede ser un aumento
del ritmo cardiaco, tensión muscular, expresión facial
determinada…etc. Pero también cumplen con una función social
como es comunicar a los demás nuestros estados de ánimo y nuestro
mundo interior. A través de los personajes de mi libro se trabajan
muchos de estos aspectos mencionados partiendo de una
situación de riesgo como es la enfermedad de Sara. A través de esta
historia planteo la necesidad social de trabajar este aspecto con la
población infantil ante las muchas familias que comparten la