La Placeta de Lorca nº88 - Diciembre 2021

66 Deportes / actividad física
El regreso de las Flechas Rosas
Tiro con arco como terapia para recuperar zonas dañadas tras una mastectomía
Por Jorge Segura
Fuí de las primeras en formar parte del grupo. Hace seis años
me quitaron el pecho, una mastectomía completa, y más de 20
ganglios. En mi caso, tampoco me lo puedo reconstruir porque
fue una operación muy invasiva. Nos dijeron que sería bueno y es
completamente cierto”. Huertas Díaz tiene 60 años y es una Flecha
Rosa, el grupo de mujeres con cáncer de mama que forman parte del
club de Tiro con Arco de Lorca. Tras un largo parón propiciado por
la pandemia, hace sólo unas semanas han podido retomar su actividad
en los bajos del pabellón deportivo de San Fernando, cada viernes
por la tarde.
A finales de enero del año 2017, una noticia en un informativo
de televisión daba a conocer un estudio realizado por el hospital
Infanta Leonor de Madrid con mujeres con cáncer de pecho y según
el cual, la práctica del tiro con arco era beneficiosa para la recuperación
de algunas de las zonas dañadas. A Francisco Parra, por entonces
presidente del club en la Ciudad del Sol, le pilló viendo ese noticiario:
“Enseguida nos fuimos a la sede de la Asociación
Española Contra el Cáncer, planteamos el tema y a la siguiente
semana teníamos entre 6 o 7 mujeres, veinte días después
había el doble y, en junio, eran 20”.
Mari Huertas Navarro, otra de las precursoras, recuerda
como “nunca habíamos escuchado que el tiro con arco era beneficioso
para nosotras, nos enteramos por él y jamás hubiera
imaginado que yo lo practicaría”. Ella tiene un linfedema, desde
hace diez años, y al quitarle muchos ganglios, tiene el brazo
hinchado al retener todo el líquido en esa zona.
¿Cómo ayuda el tiro con arco?
Mari Huertas tiene que recibir masajes linfáticos para intentar
reducir la inflamación, justamente aquello en lo que ayuda por
sus características este deporte olímpico. “Lo beneficioso aquí
es que cuando tiras con el arco, el latigazo te va masajeando el
brazo. Lo he notado muchísimo y he reducido bastante”, asegura.
Lucía, con 62 años, es una de las que llegaron un tiempo
después a las Flechas Rosas. “Empecé el último año que estuvieron
aquí antes de la pandemia, me gustó mucho. Me habían
quitado 28 ganglios y una parte del pecho, me ha venido muy
bien, se me ha deshinchado mucho el brazo y lo tengo casi normal”.
Más allá del evidente beneficio físico de la práctica del
tiro con arco, el grupo de las Flechas Rosas aporta otra ayuda
trascendental a sus integrantes. “Intercambiamos impresiones,
compartimos la experiencia, que es una cosa muy importante
cuando has sufrido algo tan dramático. Nos viene genial psicológicamente”,
nos asegura Margarita Llaneda, una de las más
jóvenes del grupo con 51 años.
Huertas Díaz coincide con su compañera. “Anímicamente
es igual de importante. Nos juntamos como una familia, hablamos
de nuestras cosas. Somos más que amigas. Además, descargas
mucha adrenalina y viene muy bien para la cabeza.