Los Coloma de Elda. Una relevante familia nobiliaria del Reino de Valencia
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Los Coloma de Elda.
Una relevante familia nobiliaria del Reino de Valencia
Primera edición: diciembre, 2021
© de la presente edición: Excmo. Ayuntamiento de Elda, 2021
© de los textos: Gabriel Segura Herrero y Fernando Matallana Hervás, 2021
© de las ilustraciones: Lorena Guerrero Lizán y Miguel Gracia Ruiz «Zetika», 2021
© de las ilustraciones del castillo de Elda: Constantino Callado Sánchez
Coordinación: Marina Toledo y Rubén Alfaro
Maquetación: Lorena Guerrero Lizán
Edición: Alcaldía del Excmo. Ayuntamiento de Elda
Imprime: Gráficas Azorín S.L.
Impreso en Elda /Printed in Elda
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio
o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el
alquiler o cualquier otra forma de cesión sin la autorización previa y por escrito de
los titulares del copyright.
“Elda analiza el título de familia del condado de Coloma”
Geographiae Blavianae, v. IX, p. 63 (Amsterdam,1662).
01 02
PRÓLOGO
Pien de gloria triunphando
Página 5
LOS COLOMA,
Señores y condes de Elda
Página 7
03
MOSÉN
Juan Coloma
Página 10
04
MARÍA
Pérez Calvillo
Página 12
05
JUAN
Coloma y Cardona
Página 14
06
ISABEL
de Saa y Jusarte de Melo
Página 16
2
07
CARLOS
Coloma de Saa
Página 18
08
MARGARITA
de Liedekercke
Página 20
09
ANTONIO
Coloma y Jusarte de Melo
Página 22
10
BEATRIZ
de Corella y Medoza
Página 24
11
ALONSO
Coloma y Saa
Página 26
12
ISABEL
de Saa y Coloma
Página 28
13
FRANCISCO
Coloma
Página 30
14
BLANCA
Coloma
Página 32
15
GENEALOGÍA
Hispano-Portuguesa
Página 34
16
EL CASTILLO
de Elda a través de los siglos
Página 36
3
PRÓLOGO
[Pleno de gloria triunfando]
La toma de Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492 fue un hecho bien
celebrado no sólo en la Península Ibérica, sino también en otras regiones europeas.
Destacadas fueron las expresiones de júbilo en el caso de Italia, que sufría constantes
amenazas en sus costas por parte de los otomanos. Una de las odas escritas por Carlo
Verardi con el título Viva el gran Re don Fernando incluía una estrofa que exaltaba las
figuras reales con un «Pien de gloria triunphando», poniendo de manifiesto que el éxito
y la gloria caminaban siempre del lado de Isabel y de Fernando. Italia, que ya estaba
sumergida en su Alto Renacimiento, reconocía las gestas españolas e invitaba a nuestro
país a impulsar su Renacimiento que llegaría más tardíamente.
Por aquellas fechas también se produce en Elda un acto que influiría en el devenir de
la entonces nuestra villa durante las dos siguientes centurias, con la adquisición a la
familia Corella del señorío por parte de mosén Juan Coloma.
La familia Coloma tuvo entre sus miembros a hombres y mujeres que destacaron en
muy diversas disciplinas dejando para los archivos y los anales de la historia hechos de
relevancia militar, literaria, diplomática, nobiliaria y religiosa en diferentes latitudes no
solo de España, sino también de Europa y América.
Lo glorioso de sus gestas, lo acertado de sus embajadas, su ascendencia nobiliaria y su
influencia en las diferentes Cortes Reales -desde las de Juan II de Aragón o Felipe IV,
pasando por las de Fernando el Católico, Carlos V, Felipe II o Felipe III- fueron sólidas
5
razones por las que historiadores e investigadores locales señalaron la deuda pendiente
de nuestra ciudad con la divulgación social y la memoria del legado de esta familia.
Estirpe de origen francés que, después de pasar por Cataluña, se estableció en Aragón
para posteriormente elegir Elda como plaza para la expansión y desarrollo de su poder
hasta su ingreso en la alta nobleza del Reino de Valencia.
Por estos motivos, el Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Elda declaró hace unas
semanas el año 2022 como Año Coloma en un compromiso con la difusión cultural,
pero también con el reconocimiento al que quizá sea el linaje más trascendente de la
historia de la baronía y el Condado de Elda durante los más de 200 años que ostentaron
este título.
Este año en que se cumple, por un lado, el V centenario del nacimiento del I conde
de Elda, D. Juan Coloma y Cardona, y por otro, el IV centenario de la publicación de
una de las obras más importantes de historia militar de nuestro país, «Las guerras de
los Estados Baxos» escrita por D. Carlos Coloma, han sido las efemérides detonantes
para que el Excmo. Ayuntamiento de Elda y la Fundación Paurides González Vidal
hayan alineado sus propósitos y programado conjuntamente una serie de actividades
de carácter literario, musical, teatral, artístico, cultural, social y festivo, a las que se van
a sumar muchos más colectivos, para cumplir la justa petición de la divulgación del
legado de esta familia por los amantes de la cultura de nuestra ciudad y las personas
ávidas por conocer los hechos de nuestro pasado.
Con certeros e investigados textos de Gabriel Segura Herrero, cronista de Elda, de
Fernando Matallana Hervás y de Emilio Gil García, y vistosas y cuidadas ilustraciones
de Lorena Guerrero Lizán y Miguel Gracia Ruiz «Zetika», presentamos la primera obra
que formará parte de la conmemoración del Año Coloma. Este ejemplar titulado Los
Coloma de Elda. Una relevante familia nobiliaria del Reino de Valencia pone en relieve
la vida de 12 protagonistas de esta familia, 6 mujeres y 6 hombres, que durante los siglos
XV, XVI y XVII -en pleno Renacimiento y Barroco- tenían Elda como base, origen y
destino de sus aventuras y andanzas, en definitiva, de su vida.
Las instituciones públicas, junto a la sociedad civil organizada a través de sus colectivos,
tienen entre sus cometidos la protección, el estudio y la promoción del patrimonio
material e inmaterial de nuestros territorios como base del conocimiento de nuestras
sociedades, y en este marco es donde quiero invitar a toda la ciudad, a todas y todos
los eldenses y visitantes, a participar de las diferentes actividades que desde el Excmo.
Ayuntamiento de Elda y desde un buen número de asociaciones locales se van a
programar durante todo este año 2022. Con toda la trascendencia que adquiere la
palabra Historia en nuestra ciudad, en Elda, sean las lectoras y lectores bienvenidos a
conocer a la Familia Coloma, sean bienvenidos al Año Coloma.
Rubén Alfaro Bernabé · Alcalde de Elda
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LOS COLOMA,
SEÑORES Y CONDES DE ELDA
Desde el siglo XVI y hasta las primeras décadas del siglo XIX, el condado de Elda se
constituye en el principal hito, no solo de la historia de Elda, sino también de Petrer y
Salinas. Su carácter de señorío jurisdiccional condicionó y marcó la vida de los vecinos
de estas villas durante más de 300 años. Periodo durante el cual varias fueron las familias
que ostentaron el título condal de Elda: los Coloma (1577-1729), Condes de Elda y
Anna; los Arias-Dávila (1729-1783), Condes de Puñonrosto; los Centurión (1783-
1799), Marqueses de Estepa; los Osorio Castelví (1799-1918), Condes de Cervellón; y
los Falcó, desde 1918 hasta la actualidad.
Pero sin lugar a duda fue la familia Coloma, como fundadora del condado y la que
mayor tiempo ostentó el título nobiliario, la que más y mayor impronta dejó en nuestra
historia. Frente al resto de familias y títulos nobiliarios castellanos que les sucedieron,
caracterizados por su condición de nobleza absentista, los Coloma fueron los que
mantuvieron un estrecho vínculo personal con la villa que daba nombre a su casa, en
especial durante el siglo XVI y primeras décadas del XVII.
El origen de esta importante familia nobiliaria del Reino de Valencia hay que situarlo
en las tierras aragonesas de Borja, de donde era oriundo mosén Joan Coloma (1442-
1517), secretario personal y hombre de plena confianza de los reyes Juan II y de su hijo
Fernando II de Aragón. A ambos servirá fielmente como secretario personal hasta el
final de sus días, tras convertirse también en secretario de los Reyes Católicos. En la
corte de Castilla además de desempeñar dicha función también ejerció de protonotario;
siendo a principios de la década de 1490 el alto funcionario que más documentos
regios redactaba, tanto de la Corona de Aragón como la de Castilla, destacando por su
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importancia histórica la Real Provisión de la expulsión de los judíos (31 de marzo de
1492) y las Capitulaciones de Santa Fe, entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón (17
de abril de 1492).
Del mismo modo, además de fiel y eficiente secretario, también destacó en la faceta
diplomática, pues en ese mismo año de 1492 dirigió las negociaciones diplomáticas con
la Francia del rey Carlos VIII para la devolución a la Corona de Aragón de los condados
de Rosellón y la Cerdaña, reintegrados por la firma del Tratado de Barcelona en enero
de 1493.
Su cercanía a la Corte, sus diversificados negocios, desde Cerdeña hasta las recién
descubiertas Indias, le permitió acumular una inmensa fortuna, sobre la que en sus
últimos años cimentó el ennoblecimiento de su familia y descendientes mediante la
adquisición de la baronía de Elda en 1513 por compra a Joan Roig de Corella y Moncada,
III condede Cocentaina.
A la muerte de Joan Coloma, sus descendientes se trasladaron desde Zaragoza hasta
el sur del reino de Valencia, donde establecieron su señorío jurisdiccional y su casa
solariega durante los próximos dos siglos, hasta la total extinción de la línea agnaticia
en 1729 con el fallecimiento sin descendencia legítima de Francisco Coloma, VI conde
de Elda.
Los servicios prestados a los reyes de Aragón y de Castilla tanto por mosén Coloma
como los de carácter militar y administrativo por su nieto Juan Coloma Pérez-Calvillo
al frente del virreinato de Cerdeña (1570-1577) fueron recompensados y reconocidos
por el rey Felipe II con el privilegio de la concesión del título de conde de Elda a favor de
este último el 14 de mayo de 1577.
La creación del condado de Elda en la persona de su primer titular, Juan Coloma, vino
a elevar a rango nobiliario el carácter jurisdiccional del señorío ejercido sobre las tierras
de la baronía de Elda, Petrer y Salinas por la familia Coloma desde 1513. Tierras en
la raya fronteriza con Castilla que, con una indiscutible unidad geográfica, histórica y
cultural, se mantenían bajo una misma jurisdicción señorial desde 1431, cuando Petrer
y su castillo son adquiridos por Ximén Pérez de Corella, señor de Elda y Aspe desde
1424, y posterior conde de Cocentaina. Se conforma desde ese momento, primero
como baronía, hasta 1577, y después como condado, hasta la abolición definitiva de los
señoríos (1837), un espacio jurisdiccional, económico y social común, territorio en el
que quedaron incluida las entonces villas de Elda, Petrer y el lugar de Salinas, adscrito
al término de la primera.
El ascenso a la alta nobleza conseguido por Juan Coloma supuso la culminación del
proceso de ennoblecimiento familiar y distinción social iniciado por el linaje Coloma a
fines del siglo XV, proceso que verá reforzada su componente económica, en 1581, con
la fundación del mayorazgo sobre el estado de Elda por el primer conde, con motivo del
matrimonio de su hijo y heredero Antonio Coloma con Beatriz de Corella, hija de Ximén
Pérez Roig de Corella y Brianda de Mendoza, condes de Cocentaina. Estos hechos e se
enmarcan en un proceso más amplio de renovación de la alta nobleza en el Reino de
Valencia, mediante el establecimiento de lazos sanguíneos matrimoniales entre linajes
nobles y la institución de vínculos hereditarios que impidieron la disgregación de los
estados nobiliarios por reparto testamentario o adversidades financieras, confiriendo al
patrimonio de las casas nobles una estabilidad de la que carecían hasta entonces.
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Esta política matrimonial vino a engrandecer la Casa Condal de Elda en la que, a lo
largo de los siglos XVI y XVII se fueron integrando otros estados nobiliarios como la
baronía de Malón, Maloncillo, Albeta y Bisimbre, en el reino de Aragón; el marquesado
de Noguera, el condado de Anna y las baronías de Relleu, Finestrat, Pedreguer, Piles y
Palmera, en el Reino de Valencia; así como diversas posesiones en Córdoba y Castro
del Río, en Córdoba; y otras en Borja, Calatayud, Zaragoza y Valencia. Y que una vez
sin descendientes varones directos, ocasionó la integración del título condal eldense en
importantes casas nobiliarias castellanas.
El establecimiento de la casa solariega de los Coloma en Elda, como cabeza de sus
señoríos, motivó la conversión definitiva del castillo medieval en un suntuoso palacio
condal de traza gótica, digna residencia de una de las familias nobles más relevantes del
Reino de Valencia.
La estirpe de los Coloma, elevados a la alta nobleza por Felipe II en 1577, jugaron un
importante papel social y político en la historia de España durante los siglos XVI y
XVII. Algunos de sus miembros llegaron a ser virreyes de Cerdeña, generales de los
ejércitos españoles en Flandes, embajadores, gobernadores, marinos, militares, obispos,
miembros del Consejo de Estado y de la Real Audiencia de Valencia y alcaides del
castillo de Alicante por varias generaciones, además de otros cargos menores en la
administración de la Monarquía Hispánica de los Austrias.
Gabriel Segura Herrero · Cronista de Elda
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PRIMER SEÑOR DE LA BARONÍA DE ELDA
Nació en Borja (Zaragoza) a mediados del siglo XV. De origen plebeyo, sería el fundador
de la rama valenciana de los Coloma al dirigir sus intereses patrimoniales hacia el
Mediterráneo y fue el primer titular del señorío de Elda perteneciente a este importante
linaje. Entró a servir como paje del rey Juan II de Navarra y Aragón y fue ascendiendo
hasta convertirse en secretario real de este monarca y de su sucesor, Fernando II, así
como de los Reyes Católicos. Desde su alto puesto en la Administración, en calidad de
consejero político y secretario de Estado firmó con los monarcas relevantes documentos
de la historia de España, entre los que se encuentran las Capitulaciones de Santa Fe
(1492), las provisiones que llevaron al decreto de expulsión de los judíos (1492), la
reintroducción del Tribunal del Santo Oficio en el reino aragonés y las negociaciones
para la recuperación de los condados de Rosellón y la Cerdaña (1492-1493). Refrendaba
como «Coloma pro Rege», «Coloma, secretarius», «Dominus Rex mandavit mihi
Johanni de Coloma» o «Yo, Johan Coloma secretario del Rey e de la Reina, nuestros
señores».
Contrajo matrimonio en dos ocasiones, la primera en 1479 con Isabel Díaz de Aux,
sin descendencia, y la segunda con la acaudalada María Pérez Calvillo, de origen judío,
con la que tuvo un solo hijo, Juan Francisco. Procreó, además, dos hijos extraconyugales,
Juan Pedro Coloma y María de Coloma.
A lo largo de su vida amasó una gran fortuna procedente de sus sueldos, de las
rentas concedidas por los monarcas sobre actividades económicas en Valencia, Sicilia
y Alguero, así como de las ganancias obtenidas en el mundo de los negocios bancarios,
inmobiliarios y ganaderos. Pero, tal vez, no viéndose suficientemente reconocido en
la Corte quiso convertirse en señor territorial de vasallos, lejos del solar zaragozano,
mediante la adquisición de la baronía de Elda, Petrer y Salinas a los Condes de
Cocentaina, operación que se fraguó en un precontrato de compraventa firmado en
Alcalá de Henares en 1497, perfeccionado en 1513 con Juan Ruiz de Corella y Juana
Fajardo. El 1 de enero de 1514 tomó posesión de sus nuevas propiedades en el Vinalopó.
A principios de 1516, Fernando el Católico le dio a elegir el título de Conde de
Elda o de Salinas, pero esta concesión no se llegó a expedir porque el ennoblecido no
sacó el privilegio correspondiente y, además, el rey murió a los pocos días. Falleció en el
mes de agosto de 1517 siendo enterrado el día 14 del mismo mes en la capilla de Santa
Ana, junto al altar mayor de la iglesia conventual que había patrocinado. El último
testamento ológrafo del secretario real fue protocolizado por el notario Luis Sora en
Zaragoza, el 7 de agosto de 1517.
12
PRIMERA SEÑORA DE LA BARONÍA DE ELDA
Esposa de mosén Juan Coloma. Era hija de Beatriz de Heredia y Juan Pérez Calvillo
(†1498). Dama de una opulenta familia aragonesa, fue dueña por herencia familiar
de las villas de Malón, Maloncillo, Albeta y Bisimbre en Zaragoza. Por parte materna,
su familia procedía del linaje semita de la Caballería, entroncado con los Paternoy y,
aunque abrazaron el cristianismo tempranamente, pesaría sobre su descendencia el
estigma hebraizante que saldría a relucir tanto en la elaboración de los expedientes de
limpieza de sangre de Antonio y de Carlos Coloma, sus biznietos, para ingresar en la
Orden de Santiago, como en el pretendido casamiento de Blanca Coloma. Pero, por el
lado paterno, tenía como ascendientes a Pedro Pérez Calvillo que fue obispo de Tarazona
(†1391) y a Fernando Pérez Calvillo, obispo de Vich y cardenal (†1404).
Contrajo matrimonio con Juan de Coloma en la capital zaragozana a principios de
1494, del que nacería Juan Francisco Pérez Calvillo y Coloma (ca.1500-1539).
Doña María recibió la dignidad de la baja nobleza de Aragón para ella, su hijo y
los descendientes de este, por merced expedida por el rey Fernando en Barcelona el
13 de enero de 1506, ratificada mediante privilegio dado en Valladolid el 20 de abril
del mismo año, refrendado por Miguel Velázquez Climent. Quizá por ello su hijo Juan
Francisco antepuso los apellidos maternos a los del padre.
Afirmó un testigo que en tiempos de la Primera Germanía (1519-1523) esta señora
defendió el castillo de Elda frente a los agermanados. Al menos desde 1520, ella y su hijo
único estaban radicados en Valencia porque este casó con María de Cardona, hija del
almirante de Aragón, y, en 1521, madre e hijo efectuaron diversos préstamos al virrey,
conde de Mélito, para pagar a las tropas que combatían a los levantiscos.
María de Calvillo otorgó testamento en Valencia, ante el notario Vicente Ambrós de
Artis el 6 de mayo de 1525, año que se supone de su muerte.
14
PRIMER CONDE DE ELDA
(ca.1522-Elda, 1586). Primer Conde de Elda. Alcaide del castillo de Alicante y prefecto
de la ciudad. Virrrey de Cerdeña. Poeta y traductor.
Hijo de Juan Francisco Pérez Calvillo y Coloma (ca.1500-1539) y María de Cardona
y Ruiz de Lihori (†1525), hija del almirante de Aragón. Aun siendo hijo único y
heredero directo de la baronía de Elda, se inició en las artes militares y sirvió a los
Austrias mayores en Portugal, Alemania y Milán. En consonancia con esta profesión
fue nombrado en 1561 alcaide del castillo de Santa Bárbara, de Alicante, y hallándose
en el desempeño de esta castellanía fue designado por Felipe II para ejercer el virreinato
de Cerdeña, cargo que ocupó entre 1570 y 1577, en una época de gran temor a las
incursiones turcas y berberiscas en el Mediterráneo occidental. Presidió el Parlamento
general de la isla de 1573-1574.
En diciembre de 1577 dimitió como alter ego del monarca y a su regreso sería
nombrado conde de Elda por Felipe II, mediante privilegio expedido en Aranjuez el 14
de mayo de 1577, momento en el que se produjo el ingreso de la familia Coloma en la
nobleza titulada del reino y poco después constituiría el mayorazgo de sus posesiones.
El gran programa de actuaciones sobre el territorio emprendido para alcanzar el ansiado
status aristocrático comprendió desde la transformación del Castillo en Alcázar, hasta la
continuación de las obras en la parroquia de Santa Ana (instituida por su padre en 1528),
que todavía tenía hechuras de mezquita y, sobre todo, en la fundación del convento
franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles (1562), símbolo de prestigio, mecenazgo
y sepultura duradera, patronato por el que aparece entre los príncipes marianos.
Juan Coloma se casó tres veces y solo tuvo descendencia con su tercera esposa, Isabel
de Saa y Jusarte de Melo, una gran progenie tanto por el número vástagos (siete hijos y
otras tantas hijas), como por las altas dignidades que alcanzaron muchos de ellos y ellas
en sus respectivos campos de actividad.
Además de hombre de armas, este Coloma fue también poeta, un humanista
admirador de Boscán, Garcilaso de la Vega y de los metros italianos que, en su juventud,
se dio a conocer como lírico (Cancionero general de obras nuevas, 1554) y durante su
estancia en Cagliari publicó en un solo volumen la Década de la Pasión y el Cántico de
la Resurrección (1576). Tradujo el Triunfo de la Muerte, de F. Petrarca.
Su última voluntad fue dictada el 24 de abril de 1585 y falleció en el castillo de
Elda el 9 de octubre del año siguiente. Sería enterrado, evidentemente, en el cenobio
franciscano eldense, erigido por su magnificencia.
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PRIMERA CONDESA DE ELDA
Primera condesa consorte de Elda, esposa de Juan Coloma y Cardona. Dama de la
infanta María de Austria.
Hija del hidalgo evorense Antonio Jusarte de Melo y de la dama azoriana Guiomar
de Saa. Nació hacia la década de 1520, según testimonios orales en la población
fronteriza de Ayamonte (Huelva), donde su padre se encontraba exiliado; creció en
Évora (Portugal) «muito grave e formoza, e de grande virtude» en el hogar de su abuela
paterna. Fue colocada, gracias a la influencia de su tía Isabel de Saa y Betencourt, en la
corte española como dama de compañía de la infanta María de Austria, primogénita
del rey Carlos V e Isabel de Portugal, futura emperatriz del Sacro Imperio, quien
concertaría su casamiento, en 1551, con el barón dos veces viudo del señorío de Elda. Las
capitulaciones fueron negociadas entre el mencionado Juan Coloma y el mayordomo
mayor de la infanta María, marqués de Tabana, en Valladolid, según las cuales la novia
fue dotada con 11.000 ducados.
El matrimonio tuvo, al menos, catorce hijos vivos: Juan, Antonio, Alonso, Francisco,
Diego, Luis, María, Isabel, Guiomar, Ana María, Blanca, Carlos, Luisa y Juana. Una gran
generación, nacida aproximadamente entre 1551 y 1569, que marcaría la cumbre del
prestigio de la rama valenciana de los Coloma: un virrey de Cerdeña (en dos ocasiones)
y capitán de galeras; un obispo que desempeñó sucesivamente dos diócesis; un militar
destacado, traductor, historiador insigne, consejero real y virrey de Mallorca; un general
de la carrera de Indias; un definidor agustino y prior; una comendadora de las monjas
de la Orden de Santiago y una priora trinitaria en el convento de Villena.
Acompañó doña Isabel a su marido durante algunas estancias en Alicante, así como
en el viaje a Cerdeña para ejercer de lugarteniente y capitán general de la isla, si bien
se retiró en 1574 a la República de Génova, con sus hijos más pequeños, cuando se
acercó el peligro sarraceno y otomano. Pronto regresaría a Elda para hacerse cargo del
gobierno de la baronía. Hizo posible con su esposo la creación del convento franciscano
de Elda, en cuya ceremonia fundacional, según la crónica que recoge el acontecimiento,
colocó la segunda piedra y «sobre ella una preciosa joya de diamantes». Dictó su última
voluntad y testamento el 26 de mayo de 1580 en la fortaleza de Alicante y murió el 22
de enero de 1583 en el castillo de Elda, en cuya capilla se conserva un grafito con su
nombre. Expresó su deseo de ser inhumada en el convento de local de la orden seráfica.
18
MILITAR Y DIPLOMÁTICO
(Alicante, 1566-Madrid, 1637). Militar, diplomático, historiador y traductor. Consejero
de Estado y de Guerra de Felipe IV, su gentilhombre de cámara y mayordomo; consejero
de la Junta de Defensa, miembro de los consejos de Guerra y de Gobierno de Flandes,
maestre de campo general en Flandes y Lombardía y capitán general de la caballería
ligera del Milanesado. Caballero de la Orden de Santiago, del Consejo de los Trece y
comendador de la Ossa y de Montiel. Dueño de la hacienda de Santa Bárbara (Petrer),
por donación de su hermano Francisco. Fue distinguido con el título de marqués de
Espinar, en 1627, que declinó en favor de su hijo Carlos Ignacio.
Pasó sus primeros años en Elda hasta que a la edad de 14 años comenzó su carrera
militar en tierras de Portugal con el duque de Alba y pasó después a las galeras de Sicilia.
En 1588 marchó con un familiar a Flandes, donde por su aptitud y pundonor destacó
notablemente. Empezó como soldado de infantería en la compañía de Ramón Cerdán;
en 1592 ya era capitán de la caballería ligera a las órdenes de Alejandro Farnesio y en
1597 maestre de campo con mando sobre un tercio. Al poco de llegar allí, un mosquetazo
le inutilizó la mano izquierda. Asistió a la toma de Dorlans y Cambrai (1595), al asedio
de Rimbergue (1598) y a la rendición de los españoles en Amiens (1597).
En 1600 fue nombrado castellano de Perpiñán y gobernador de los condados del
Rosellón, Cerdaña y alto Ampurdán, donde se mantuvo hasta 1611 y dedicó su ocio a
la traducción de las obras de Tácito y de Cesare Campana. Desde ese año hasta 1617
asumió el gobierno del virreinato de Mallorca, donde tuvo duros enfrentamientos con el
Tribunal de la Inquisición e hizo frente tanto al bandidaje como a la amenaza constante
de las incursiones marítimas, Allí tuvo tiempo para escribir Las guerras de los Estados
Baxos entre 1588 y 1599, que había vivido en primera persona. En 1618 fue nombrado
nombrado gobernador del Cambresis y alcaide de Cambrai y, durante la Tregua de los
Doce Años, tomó parte en la guerra del Palatinado al servicio de Ambrosio de Spínola.
En 1625 participó en la rendición de Breda y quedó inmortalizado en el célebre cuadro
que pintó Velázquez unos diez años después. Al año siguiente fue enviado como capitán
general de la caballería ligera a Milán, a las órdenes del gobernador, duque de Feria.
Coloma figura, en 1630 como uno de los seis miembros del Consejo de Gobierno de los
Países Bajos que asesoraba a la gobernadora Isabel Clara Eugenia.
Realizó dos embajadas en Londres, la primera en 1622-1624 cuando se negociaba el
posible matrimonio del príncipe de Gales con la infanta María, y la otra en 1630-1631,
con carácter extraordinario, para la consecución del Tratado de paz, confederación y
comercio, suscrito el 15 de noviembre de 1630.
Falleció en Madrid el 21 o 22 de octubre de 1637 y recibió sepultura en el desaparecido
monasterio cisterciense de Santa Ana, de la calle San Bernardo.
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DAMA DE LA NOBLEZA FLAMENCA
Dama perteneciente a una de las familias nobles más distinguidas de los Países
Bajos. Era hija de Antoine Liedekercke (†1614), barón de Heule, y Louise de la
Barre (†1606), vizcondesa de Bailleul. Antes de casarse, Margarita era canonesa
en el monasterio de Mons. En 1597 contrajo matrimonio con Carlos Coloma,
del que nacerían trece hijos: Antonio, Jerónima, Juana, Luisa, Blanca, Carlos
Ignacio, José, Antonio, María, Margarita, Isabel, Francisco Alberto y Ana.
Acompañó a su marido en los destinos de Perpiñán, Palma de Mallorca y
Cambrai.
Cofundadora, junto con don Carlos, del exclusivo monasterio de Nuestra
Señora del Consuelo de Cambrai (Francia), dirigido a doncellas nobles, puesto
bajo la regla benedictina.
Falleció en Bruselas el 3 de abril de 1645 y fue enterrada en el colegio de
los jesuitas.
22
SEGUNDO CONDE DE ELDA
Segundo conde de Elda. Alcaide del castillo de Alicante. Virrey de Cerdeña en dos
ocasiones. Capitán general de las galeras de Portugal y Sicilia. Caballero de la Orden de
Santiago, comendador de Estepa (Sevilla).
Acompañó a su padre a Cerdeña (1570-1577) y desde muy joven sirvió a S.M. estando
presente en las jornadas navales de Chipre, Navarino y Túnez. Cuando Juan Coloma
terminó su mandato virreinal, Antonio permaneció en la isla hasta 1581, ejerciendo
de gobernador de Sassari y Castillo Aragonés. Su regreso a la península vino motivado
por la inesperada muerte de su hermano mayor, Juan, lo que le convertía en heredero
y sucesor en las posesiones condales. Además, sus mayores habían negociado su enlace
matrimonial con la hija de los condes de Cocentaina, Beatriz de Corella y Mendoza
(†1584), prometida de su difunto hermano. Fruto del segundo matrimonio, arreglado
en 1587, con Juana Enríquez de Mendoza (†1623), hija de los condes de Castrojeriz,
nacieron Isabel Coloma (casada con el Conde de Cantillana), Juan Coloma (III Conde
de Elda) y Antonio Coloma (eclesiástico).
Tras la muerte de su padre, Antonio Coloma le sucedió en la alcaidía de Alicante y
en 1595 recibió de Felipe II el nombramiento de virrey de Cerdeña. Antes de concluir
su primer periodo de gobierno tuvo que rendir cuentas en la Corte y fue designado en
1598 para otro mandato como lugarteniente y capitán general del territorio sardo. En
el nuevo viaje hacia Cagliari recibió el cometido de detenerse en Palma de Mallorca
para tomar posesión del reino mallorquín en representación personal de Felipe III.
En Cerdeña permaneció hasta 1604, presidiendo el Parlamento de 1602-1603 del que
saldría la petición de crear de la Universidad de Cagliari (1603-1620).
Posteriormente, fue destinado por el rey a la capitanía general de las galeras de Portugal,
donde reemplazó al marqués de Santa Cruz. Durante el tiempo que estuvo al mando
de los navíos lusos, se produjo en España la expulsión de los moriscos, participando
activamente en el dispositivo que se puso en marcha para su traslado, incluyendo a sus
propios vasallos, a las costas norteafricanas. Al enorme vacío demográfico causado por
esta decisión se trató de poner remedio con las cartas de población o cartas pueblas,
siendo la de Elda publicada en 1611 y rectificada en 1612.
Otorgó testamento el 12 de agosto de 1619 en Palermo (Sicilia) y su deceso se produjo
poco después, siendo enterrado en el Colegio de la Compañía de Jesús de la capital
palermitana, pero su deseo era recibir sepultura definitiva en el convento franciscano
de Elda.
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SEGUNDA CONDESA DE ELDA
Tercera hija de Ximén Pérez de Corella y Beatriz de Mendoza, VI condes de Cocentaina.
Sus abuelos paternos fueron Guillermo Ruiz de Corella y Brianda de Mendoza y de la
Cerda, y maternos Bernardino de Mendoza y Francisca Pacheco. Se educó en el convento
de las trinitarias de Valencia, donde se formaron también sus hermanas María, Brianda
y Elvira.
Sus padres y los condes de Elda habían preparado el casamiento de doña Beatriz
con Juan Coloma y Saa, hijo mayorazgo, pero al fallecer prematuramente este en marzo
de 1581, concertaron el enlace con el segundo vástago, Antonio, quien tuvo que regresar
de Cerdeña. De las capitulaciones matrimoniales, suscritas en Valencia el 1 de abril de
dicho año ante el notario Joan Guardiola, se desprende que la novia fue dotada con
17.000 libras valencianas. De este enlace nació una hija, llamada Francisca Isabel, que
murió siendo niña.
El breve paso de Beatriz de Corella por el condado de Elda fue significativo porque
en su testamento, otorgado ante el citado escribano público, en la ciudad del Turia el 13
de octubre de 1584 y dado a conocer el día 26 del mismo mes y año, dejó dispuesto que
de sus bienes y tras la muerte de su esposo se fundara en Elda un hospital de pobres,
bajo la advocación de la Purísima Concepción de Nuestra Señora, en cuya obra se
invertirían «mil libras poco mas o menos», establecimiento que sería sostenido con una
renta anual de 200 libras y cuyo administrador sería el conde de Elda ejerciente en cada
momento. Señaló además que, una vez fallecido su cónyuge, fuera el obispo de Orihuela
quien instase la construcción del mencionado hospital. Así lo hizo el prelado orcelitano
Joan García y Artés cuando se encontraba de visita pastoral en la villa, siendo entonces
el ocupante del condado Juan Andrés Coloma y para ello suscribieron una concordia el
2 de diciembre de 1641. Las obras se prolongaron durante más de doce años y el centro
asistencial estuvo en funcionamiento hasta mediados del siglo XIX en que al abolirse
los señoríos y desaparecer los diezmos y primicias su supervivencia quedó al albur de
la caridad pública y de los recursos municipales. En 1864 fue definitivamente cerrado y
derribado parcialmente, dejando en pie solo la ermita y la campana.
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OBISPO DE BARCELONA Y CARTAGENA
Obispo de Barcelona y Cartagena. Antes fue profesor, rector, inquisidor, canónigo,
censor, visitador, consejero real, canciller de la Universidad de Barcelona y habilitado
con voto en Cortes por el brazo eclesiástico catalán. Adquirió fama de buen predicador,
teólogo sabio y gran orador sagrado, a lo que hemos de unir su condición de responsable
de la llegada a Elda de la primera imagen de Nuestra Señora de la Salud. También
proporcionó a la parroquia de Santa Ana algunas reliquias.
Nació en Elda en 1555. Cursó estudios en las universidades de Valencia, Alcalá
de Henares y Salamanca, siendo en esta última donde ejerció como profesor y rector
del Colegio Mayor de Santiago el Cebedeo o Colegio Mayor de Cuenca. En estos años
conoció a fray Luis de León, a quien dedicaría una oda. Entró al servicio del archiduque
Alberto de Austria y le siguió cuando este fue nombrado gobernador de Portugal. En
Lisboa formó parte del Conselho Geral do Inquisiçao en septiembre de 1583. Cinco
años después obtuvo por oposición la canonjía magistral de púlpito de la catedral de
Sevilla. Durante el ejercicio de esta prebenda fue conformando una notable biblioteca
personal y una amplia galería de retratos de personajes ilustres. El 17 de diciembre de
1597 recibió la orden de Felipe II de actuar como visitador de la Universidad de Valencia
o «Estudi General». Asistió a la boda de Felipe III y Margarita de Austria, el 18 de abril
de 1599.
El 13 de mayo de 1599 se comunicó en Valencia su nombramiento como obispo de
Barcelona. Coloma hizo su entrada en la ciudad condal el 12 de diciembre del mismo
año y en 1600 convocó el sínodo de la diócesis. Durante su episcopado resolvió el viejo
conflicto que enfrentaba a la corte diocesana con el capítulo catedralicio a propósito
del derecho de presentación de obispos, autorizó la erección de nuevas parroquias,
organizó las grandes fiestas con motivo de la canonización de san Raimundo de Peñafort
(1601) y bendijo en 1602 la primera piedra de la nueva capilla dedicada a este santo en
el convento de Santa Catalina. Como sufragáneo participó en el Concilio Provincial
Tarraconense de dicho año en el que se acordó mantener la ayuda económica al Tercer
Felipe para el sostenimiento de la Armada Real.
El 13 de enero de 1603 fue nombrado obispo de Cartagena por bula de Clemente
VIII. Abandonó Barcelona el 25 de enero, el 16 de febrero estuvo en Valencia y es
probable que se detuviera un tiempo en Elda, porque entró en la capital murciana el 16
de abril de 1603. En su nuevo ministerio autorizó estatutos de hermandades y cofradías,
fundó la parroquia de Torre Pacheco, giró visitas pastorales a Cehegín y Santiago de la
Espada y favoreció la expansión de los franciscanos descalzos.
El hermano del conde de Elda expiró en Murcia el 20 de abril de 1606, víctima de la
peste, dejando cuantiosas deudas y sus bienes fueron vendidos en subasta pública. Fue
enterrado en el trascoro de la catedral.
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OCTAVA HIJA DE LOS PRIMEROS CONDES DE ELDA
Nació en octavo lugar en la numerosa prole de Juan Coloma e Isabel de Saa. A la usanza
portuguesa, origen de la madre, antepuso el apellido materno al paterno.
Las capitulaciones matrimoniales para el enlace de Isabel Saa y Coloma con el
caballero Antonio de Herrera Ovalle, regidor de Salamanca, de donde era natural,
señor de Valverde y Rodaviejas, fueron negociadas en 1587 por su hermano Antonio
Coloma y Juana Enríquez de Mendoza, mediante procurador con la madre y la abuela
del contrayente, Barbola de Herrera y Aldonza Enríquez, respectivamente, quedando el
pago de los bienes dotales de la novia (contado, censales y joyas) a cargo del segundo
conde de Elda. El matrimonio tuvo cuatro descendientes, tres hijas y un hijo: Baltasar de
Herrera, María de Coloma, Isabel de Saa y Mencía de Cardona. En la capilla del Castillo
de Elda aún hoy se conservan sendos grafitis de Isabel de Saa y Coloma y de su madre
que dicen: «Doña Ysabel de Coloma y de Saa» y «Doña Ysabel de Saa».
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MARINO Y MILITAR DE LA ARMADA
Cuarto hijo de los condes de Elda. Militar de la Armada. Propietario de la heredad
de Santa Bárbara (Petrer) que en 1670 se constituiría en marquesado, comendador
de Aliaga y Orta en la hospitalaria Orden de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta)
y gentilhombre de boca de S.M. Pasó por las galeras de Sicilia y Portugal y luchó en
Lisboa contra la invasión de Drake-Norreys en la primavera de 1589. Desde 1591 dirigió
la denominada Armada de avería, encargada de esperar y recibir en la zona atlántica
comprendida entre Azores y cabo San Vicente a las flotas procedentes de los reinos
de Nueva España y Tierra Firme para proporcionarles la seguridad necesaria hasta la
entrada en los puertos de la península ibérica.
Entre 1592 y 1600 estuvo destinado en los galeones de la carrera de Indias, ejerciendo
como general de las flotas de 1595 y 1600. En 1594 comandó el mayor convoy expedido
hacia América, formado por ocho galeones de gran tonelaje, seis fragatas y seis pataches
que hicieron escala en La Habana, Cartagena de Indias y Porto Belo, pero los gastos
ocasionados por el viaje igualaron el valor de los metales preciosos. Quizá por ello fue
procesado. El caso es que fue inhabilitado durante tres años y S.M. le encontró acomodo
como lugarteniente del gobernador de la ciudad de Alicante. En 1599 fue reintegrado en
su puesto y se le encomendó la escuadra que partió de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
en febrero de 1599 con destino a Puerto Rico y Cuba, regresando al año siguiente con
los rendimientos de dos años.
A principios de 1601 se produjo su fallecimiento en Madrid siendo reemplazado en
el mando por Luis de Córdoba. A su muerte dejó numerosas deudas, cuyos acreedores
intentaron que fueran saldadas por las villas de Elda y Petrer.
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UNDÉCIMA HIJA DE LOS PRIMEROS CONDES DE ELDA
Mujer que nació en undécimo lugar de la unión de Juan Coloma e Isabel de Saa,
primeros Condes de Elda. Se negoció su casamiento con Ferrer de Lanuza ‘El Joven’
(1564-1591), Justicia de Aragón, pero el hermano de este lo impidió aduciendo motivos
antisemitas. Tal vez este rechazo le hizo tomar los hábitos en el Real Monasterio de Santa
Fe, de Toledo, donde era preciso superar las pruebas de limpieza de sangre para ingresar.
Este centro pertenecía a la orden religiosa y militar de Santiago y era denominado
popularmente como el convento de las comendadoras, donde doña Blanca fue priora
o comendadora mayor durante varios ejercicios. Sus hermanas Juana y Luisa también
optaron por el mismo instituto religioso, al igual que sus primas Jerónima y Juana
Coloma Liedekercke, en tanto que Luisa y Blanca Coloma Liedekercke presentaron las
pruebas de admisión, pero no profesaron.
El jesuita Juan Pablo Fons, amigo de su hermano D. Carlos Coloma, le dedicó en
1621 su libro sobre el místico san Buenaventura, destacando de ella cualidades como la
piedad y la autoridad.
Se cuenta de Blanca Coloma un hecho prodigioso. Dicen que, estando enferma del
corazón con tercianas y vómitos, algunas veces perdía el juicio y deliraba. En lo más
agudo de una de estas crisis le dieron a tomar polvo del sepulcro de la infanta Sancha
Alfonso, disuelto en un vaso de agua, lo que le hizo entrar en un dulce sueño del que
despertó al cuarto de hora habiendo desaparecido sus dolencias y «se levantó buena y
sana». Pedro Salazar de Castro afirmó que doña Blanca fue una «verdadera y ejemplar
religiosa» quien, además, inició el proceso de canonización de la infanta doña Sancha
Alfonso (hermana de Fernando III el Santo), cuyos restos se recibieron en la capital
toledana.
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Genealogía Hispano-Portuguesa de los primeros condes de Elda
Genealogía Hispano-Portuguesa de los primeros condes de Elda
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Castillo almohade · Elda siglo XII · Constantino Callado 1994
EL CASTILLO DE ELDA A TRAVÉS DE LOS SIGLOS
Nuestro castillo-palacio es un BIC erigido por los almohades a finales del siglo XII,
ocupando un recinto poligonal de 2.700 m2 con 10 torres cuadradas.
Desde hace más de 800 años que se erigió el castillo-palacio de Elda, ha sido uno de
los monumentos que mejor refleja la esencia de las transformaciones históricas y de
los cambios experimentados por una pequeña comunidad agrícola del valle del Medio
Vinalopó que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una gran ciudad industrial y
turística y capital administrativa de la comarca.
Alcázar islámico, castillo señorial y palacio condal, fue expresión del poder feudal y de
la nobleza rentista y muestra de arquitecturas musulmanas y feudales cristianas, testigo
de guerras, luchas nobiliarias y tributos campesinos, albergue de ilustres personajes
de las Casas Reales de Castilla y Aragón, residencia palaciega de los nobles Corella y
Coloma.
El acceso primitivo parece ser que estuvo en el flanco sur, contando con un pequeño
recinto protegido y un albacar para refugio de la población ante peligros eventuales.
De esta fase se han recuperado abundantes objetos principalmente cerámicos, e vidrio,
de metal y una moneda de plata. La fase cristiana le cambió su fisonomía, incorporando
nuevas puertas y dos torres cuasicirculares de sillería, capilla, salas nobles, almacenes
y despensas, gran cisterna subterránea, pasillo secreto, potente antemural y cementerio
donde se enterraron más de 200 personas. Finalmente la superficie ocupada amurallada
alcanzó los 5.231 m2.
A este momento pertenecen numerosos objetos de cerámica, vidrio, metal, hueso,
monedas, loza arquitectónica heráldica y restos pictóricos murales.
Al marcharse a principios del siglo XVIII sus últimos moradores, los Coloma, se da un
proceso de deterioro irreversible, patente a comienzos del XIX.
En 1841 es propiedad de la Corona y en 1848 es subastado por 121.000 reales, derribado
parcialmente y abandonado.
En el siglo XIX sufrió un importante expolio y destrucción al ser derribado para
aprovechar sus materiales.
En la actualidad, se está trabajando para recuperar la espectacular dimensión de este
monumento que interesa a investigadores y profesionales de todo el país. Por lo tanto,
no es posible su visita, si bien el objetivo es intentar su apertura al público una vez
finalizado el proceso de restauración, si así lo aconsejaran los expertos en base a los
resultados que se obtengan.
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Castillo cristiano · Elda siglo XIV · Constantino Callado 1994
Castillo cristiano · Elda siglo XVI · Constantino Callado 1994
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