Edicion 20 de junio 2022
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
8 Lunes 20 de junio de 2022
Editorial
Diario
Co Latino
Los dos imposibles en El Salvador: que el pueblo
exija información y que Bukele la dé
Publicación de la Sociedad Cooperativa de Empleados de Diario
Co Latino de R. L.
Condominios Cuscatlán, sobre 23 Avenida Sur y 4a. Calle
Poniente, Nivel 3 # 313, San Salvador
www.diariocolatino.com, facebook.com/diariocolatinoderl
@DiarioColatino
Director Presidente:
Francisco Elías Valencia
Vicepresidente:
Nelson López
Director Ejecutivo:
Antonio Valencia Fajardo
Coordinadora de Prensa: Patricia Meza
Teléfonos: 2222-1009, 2271-0671, 2271,0971
131 AÑOS INFORMÁNDOTE CON CREDIBILIDAD
Han pasado ya casi nueve meses
desde que el presidente
Nayib Bukele, en uno de
sus acostumbrados espacios nocturnos
“decidió” comprar Bitcoins con fondos
públicos. Hasta hoy, no se sabe si fue
producto de una estrategia previamente
planificada y si fue así, cuidadosamente
reservado, como un secreto de Estado,
o producto de una revelación, producto
de las fantasías que de la virtualidad
o del mundo alegórico.
Independientemente de cuáles hayan
sido las razones, el mandatario debería
tomarse un tiempo de seriedad e
informar al pueblo, a los inversores y
a los deudores de cuál es la situación
del Bitcoin en El Salvador y el mundo,
luego de su aparatoso desplome. A
la hora de escribir este editorial, el precio
del Bitcoin era de 19, 683.00 USD.
Si cada uno de los salvadoreños viera el
tema desde el puto de vista de los economistas
o financieros, las alarmas deberían
estar encendidas, lo mismo que
el Gobierno, si este fuera más serio y
responsable en el manejo de las inversiones
públicas, si tomamos la compra
del Bitcoin como una inversión.
El presidente Bukele compró los primeros
400 Bitcoin entre precios equivalentes
a los 37 mil y 47 mil dólares.
Hasta la fecha, el mandatario ha hecho
un aproximado de diez compras, por lo
que ha “invertido” más de 100 millones
de dólares, esto sin contar los 70 millones
que utilizó para regalarle a cada uno
de los salvadoreños 30 dólares, si bajaban
la aplicación de la billetera electrónica
conocida como Chivo Wallet. Es
decir, el presidente Bukele debería explicar
por qué y con tanta facilidad tiró 70
millones de dólares, la misma cantidad
de dinero que se necesita para construir
el Hospital Rosales, cuyo préstamo, por
cierto, quedó aprobado en el gobierno
del presidente Salvador Sánchez Cerén.
Pero lo que más está obligado a explicar
es cómo El Salvador va a mitigar
el impacto de la caída estrepitosa de los
2,301 Bitcoins “en poder” del Estado
salvadoreño, ahora que el precio de la
cripto moneda sigue en bajada.
El mandatario debe dar confianza a
los salvadoreños, en primer lugar, y luego
a los deudores, pues al parecer, la caída
en los precios del Bitcoin no es producto
de un estrategia del gurú que se
ha hecho archimillonario con el cripto
activo, ni de la volatilidad inherente al
mismo, sino producto de otros factores
como la inflación mundial, la política
monetaria más estricta en Estados Unidos
y el riesgo de la recesión económica.
Estos tres factores, en esencia, son los
que en realidad deben tener a la base la
preocupación de la caída del precio del
Bitcoin, pues de mantenerse este y no
volver alcanzar el máximo precio que
fue de 60 mil dólares por BTC, significaría
que El Salvador habría perdido
el 50% de su inversión. Y la retórica de
algunos funcionarios de gobierno y de
sus seguidores aplaudidores de que El
Salvador no ha perdido nada, porque
tampoco ha vendido nada, no es válida
para una nación que ha adoptado el
Bitcoin como moneda de curso legal.
Porque, incluso, necesita una explicación,
de qué sentido tiene tener el BTC
como moneda de curso legal, si no se
va a utilizar para el intercambio cotidiano,
y que solo es de comprarlo y tenerlo
“guardado”, para venderlo cuando
este alcance los precios superiores a
como se compraron.
Además, el presidente Bukele debería
explicar el porqué de las contradicciones
entre su discurso y los discursos
de sus funcionarios. Por ejemplo, el ministro
de Hacienda, Alejandro Zelaya,
se contradijo en una misma semana,
en declaraciones dadas en la televisión.
En la primera ocasión dijo que ante la
baja del precio del Bitcoin, El Salvador
no ha perdido porque no ha vendido
“ni un tan solo Bitcoin”, luego, cuando
le preguntaron cómo había obtenido
las ganancias para los cuatro millones
de dólares invertidos en el Chivo
Pets (Hospital veterinario), el ministro
Zelaya respondió que producto “de la
venta de algunas monedas”.
Bueno, ¿vendieron o no vendieron
monedas?
El ministro Zelaya no solo se contradice
así mismo, sino también al mismo
presidente. Por esta razón el presidente
Bukele debería dar una explicación, y es
que las arcas del Estado, si bien no deben
servir para la corrupción, tampoco
deben serlo para el despilfarro.
Todo lo anterior, por supuesto, debería
ser de preocupación para cada uno
de los salvadoreños, y a partir de allí
exigir al gobierno de turno explicaciones,
más transparencia, más responsabilidad.
Sin embargo, hoy por hoy, es pedirle
peras al olmo, pues nuestro pueblo
sigue boquiabierto por la retórica
del presidente Bukele.