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WEB-ÉTICA PÚBLICA 2.0<br />
ÉTICA O COSMÉTICA, AL MEJOR ESTILO DE LAS REDES SOCIALES<br />
Nuestra ética pública, ya cambió. Un ejemplo<br />
ocurrió en Colombia, en medio de las<br />
marchas populares que sucedieron a finales<br />
del año 2019 en varios países de América<br />
Latina, en donde una reconocida influencer, se filmó así<br />
misma, destruyendo a golpes de martillo una estación<br />
de transporte público. La publicación del acto vandálico<br />
recibió de inmediato, una gran cantidad reacciones<br />
de me gusta solo en YouTube. Fue detenida, se le<br />
impuso una sanción pecuniaria, hoy goza de libertad y<br />
a pesar de que la sentencia le impedía utilizar las redes<br />
sociales, sigue actuando sin mayores restricciones.<br />
Tenemos una infoxicación o infopandemia, por la gran<br />
cantidad de información a la que estamos expuestos,<br />
la cual es imposible de controlar y medir. Ya no<br />
hablamos de información, hablamos del BIG DATA,<br />
como un elemento más, de todo lo que nos rodea.<br />
Hace un poco más de 300 años, la ética pública, tomó<br />
el camino de los derechos humanos, podría decirse que<br />
hace más de cien años, la ética pública, tomo el camino<br />
de la economía, pero la noticia es que hace más de<br />
una década, la ética pública ha tomado el “cibercamino”.<br />
Es decir, acoplando el concepto, un individuo, denominado:<br />
Youtuber, Tictoker, Instagramer, o cualquier otro,<br />
“influencer”, publica una opinión, un comentario o<br />
cualquier cosa que espontáneamente se le ocurra, buscando<br />
la mayor cantidad de validadores, que solo dando<br />
un clic sobre el mensaje, determinan que ese es el nuevo<br />
conocimiento. Sin importar su causa y menos su efecto,<br />
algo sin sentido, puede ser la nueva realidad, la verdad<br />
construida con ladrillos binarios, llamados “likes”.<br />
Desde la inteligencia colectiva creada por las redes<br />
sociales, es más fuerte la cosmética, que la ética.<br />
Una ética más desde las apariencias, de quedar<br />
bien, de reconocimiento por número de<br />
seguidores y de hacer lo que sea, por aumentarlos.<br />
Muchas de las plataformas que vienen implementando<br />
las entidades públicas, cuentan con robots, chats para<br />
las atenciones de peticiones, quejas, reclamos y sugerencias;<br />
utilizan la inteligencia artificial y el MACHI-<br />
NE LEARNING, funcionalidades informáticas con<br />
algoritmos que aprenden por sí mismos, dependiendo<br />
del comportamiento de los usuarios, perfilar<br />
los hábitos y costumbres de los ciudadanos.<br />
¿Qué creen que sucederá cuando evolucione de<br />
la inteligencia artificial a la conciencia artificial?<br />
Ahora bien, la pregunta es: ¿Qué relación<br />
tiene la ética pública y la web 2.0?<br />
Si tomamos el concepto básico y general de la ética, que<br />
relaciona las costumbres y las normas, el bien y el mal, el<br />
comportamiento de los humanos y el ecosistema, necesariamente,<br />
hoy, es imposible, desligar todo lo que implica la<br />
inteligencia colectiva, que se está creando con la web 2.0.<br />
Es triste reconocer que la corrupción, nace con la<br />
condición humana, se fortalece con estereotipos sociales<br />
y se debilita con la consciencia de la responsabilidad<br />
social; consciencia que cada día es más débil.<br />
Debemos resaltar, que la corrupción, no solo se limita a un<br />
soborno, también se vincula con múltiples actos criminales,<br />
conexos y fácilmente aplicables a lo público y lo privado.<br />
Un acto de corrupción, requiere la confabulación de<br />
tres elementos a saber: uno físico: La oportunidad;<br />
uno emocional: situación personal financiera, ambición<br />
por el poder, etc. y otro elemento, que es el mental:<br />
la racionalización psicológica del mal sobre el bien.<br />
Integrando los elementos, hallamos el nexo causal.<br />
Nietzsche, en su libro publicado en 1887, “La genealogía<br />
de lo moral”, escribió: “No existen fenómenos morales,<br />
sino una interpretación moral de los fenómenos”.<br />
Son las multitudes de seguidores, las que realizan<br />
la interpretación de los fenómenos morales, sin<br />
ningún filtro. Se puede hablar de una democracia<br />
sin profundidad, pero democracia al fin y al cabo.<br />
Y la pregunta debe ser: ¿Una ley de protección de datos<br />
personales, soluciona el problema de la nueva ética<br />
pública? Claramente la respuesta es no. ¿Y por qué<br />
no?, Por la misma razón que tienen miles de personas,<br />
cuando entregan su información sin ningún filtro y sin<br />
conocimiento de su uso, lo cual permite<br />
la construcción de la inteligencia colectiva<br />
que esta dimensionando la nueva ética pública.<br />
Con todo respeto, puedo afirmar que pocos o<br />
ningún juez o magistrado, a nivel mundial, pueda<br />
aceptar que alguna vez, se hayan sentido manipulados<br />
o influenciados en su decisión, por las redes sociales<br />
y la nueva inteligencia colectiva. No lo considero<br />
un crimen ni tampoco es culpa de ellos, es<br />
simplemente que en muchos casos, ni siquiera se dan<br />
cuenta y en otros, por ahora, no lo consideran relevante.<br />
Cada que escribimos una palabra en el celular, en el<br />
computador personal o en cualquier equipo conectado a<br />
Internet, se ajusta el algoritmo y por eso, nos llega la publicidad<br />
y la información de nuestro agrado. No sería extraño,<br />
si el propósito es generar terror, insinuar que alguno<br />
de nosotros siente que nos escuchan. Queremos algo<br />
e inmediatamente nos llega una oferta, un mensaje, algo<br />
que permite aparentemente decidir más rápidamente.<br />
Desde Presidentes, hasta el más sencillo de los cargos en<br />
el servicio público, siente el temor de caer en la dimensión<br />
desconocida de las redes sociales y la nueva inteligencia<br />
colectiva. Contratan estadísticos, matemáticos y<br />
científicos de datos, que les permita proyectar sus carreras<br />
políticas, qué decir, cómo vestir y cómo actuar, qué<br />
hacer con el entorno y de qué manera generar likes o “me<br />
gusta”; en cuál red social deben aparecer con la mascota<br />
y en cuál deben aparecer con la persona de la tercera<br />
edad; en cuál red social deben trasmitir sus rendiciones<br />
de cuentas y en donde publican las noticias que no le<br />
agradan a los ciudadanos; cómo contrarrestar embates<br />
de opositores, cómo acabar con el enemigo, así sea un<br />
ciudadano que lucha por solucionar su entorno o toda<br />
una comunidad que no lo apoyó en el proceso electoral.<br />
El congreso en Colombia, HOY, parece mas un “Congreso<br />
de INFLUENCERs” con algunos invitados. El 80% de<br />
los parlamentarios, transmiten en directo sus discursos.<br />
Desde lo positivo, ¿Cuánto pagaría una persona,<br />
un político, un artista, o un educador para<br />
convertirse en una tendencia de redes sociales?<br />
La ética pública ya no puede relacionarse con el<br />
comportamiento, las relaciones, el cumplimiento<br />
de normas, el respeto por el ecosistema humano.<br />
CONSULTOR EN INTEGRIDAD Y<br />
LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN<br />
DIRECTOR EJECUTIVO CLÚSTER<br />
NETWORKIT – COLOMBIA<br />
JUAN CARLOS RAMIREZ ESPAÑA<br />
Hoy es un concepto que lucha contra la coherencia<br />
de cada persona, que día a día, se levanta<br />
para colocar en una balanza, sus actos y pensamientos,<br />
decidiendo que está bien y que está mal.<br />
Les informo que ya no estamos en la web 2.0, estamos<br />
en la web 3.0, denominada web semántica y con<br />
la cuarentena del COVID-19, podemos afirmar, que<br />
la web 4.0, se adelantó por lo menos unos tres años.<br />
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