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Gen Multicolor 9

Revista sobre diversidad y derechos LGTBIQ+. Número 9

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GEN MULTICOLOR

Número 9/2022 | Revista gratuita

A s o c i a c i ó n D e F r e n t e L G T B | d e f r e n t e . o r g


SUMARIO

2 / En portada: Lazos de diversidad y unión.

3 / Quince años celebrando la visibilidad lésbica.

5 / Migración LGTBQIA+, violencia estructural

y la interseccionalidad como herramienta.

8 / La La represión al colectivo LGTBI+ a través del

derderecho y los derechos alcanzados... Parte II.

16 / Ana Pinto: una luchadora rural y feminista.

19 / "Nacimos desnudxs, y todo lo demás es drag".

21 / Vínculos, afectos y resquicios.

24 / La deuda cis.

27 / B de "BI-sibles", no de invisibles.

29 / Difundiendo placeres.

Una Una educación sexual diversa y feminista.

31 / Lo importante de las relaciones...

¿monogamia, poliamor?

35 / Súper Disociada.

37 / Salvada por los fotogramas (lésbicos).

41 / Guerra.

42 / In my skin.

43 / Las malas.

44 / Fuentes.

45 / Fuentes.


EN PORTADA en portada

Lazos de diversidad y unión.

Chus Montilla

"Somos personas diversas pero con problemáticas y

asuntos comunes que nos unen". Esto es lo primero

que Teresa Castro nos ha dicho, al preguntarle qué

idea quería transmitir en la portada. Esta ilustradora

ha sido la encargada de dar forma, color y sentido a la

cubierta de la novena edición de nuestra revista, de

nuestro Gen Multicolor.

Y es que, a simple vista, podemos ver representadas

personas tan diferentes como la vida misma:

respondiendo a multitud de formas, colores, tamaños,

estilos, condiciones, edades y géneros. Todas ellas

enmarcadas delante de una bandera LGTBIQ+ que las

acoge y engloba, llena de un colorido que se mezcla

con sus tonos contrarios. en el círculo cromático.

Sin embargo, a pesar de esa diversidad, "si os dais cuenta, todos los personajes tienen un elemento

igual o común, que es un lazo que firma distintas partes de su cuerpo o de sus vestimentas", sigue

contándonos Teresa. Y no queda mucho más que explicar, pues su ilustración es paradigma, tanto de

nuestro colectivo, como de nuestra revista: cada persona de las que confluimos en el movimiento

LGTBIQ+ somos diferentes. No obstante, hay una serie de problemas, circunstancias, dolores, alegrías,

carencias y deseos que, siendo diversos, y a la vez únicos, nos atraviesan a todas. Y esos mismos son

los que nos llevan a seguir editando nuevas páginas de Gen Multicolor, para plasmar con cada artículo

nuestra diversidad, pero también esos lazos que nos unen, visibilizan y hacen más fuertes.

LA AUTORA

Teresa Castro

@tcastrocomics

www.tcastrocomics.art

Teresa Castro es ARTivista que, a

través del cómic, el humor y la

reivindicación, lucha por los

Derechos Humanos de las mujeres

y del colectivo LGTBIQ+.

Es la creadora, entre otros proyectos

artísticos y visuales, de la cuenta

@lesbianismoparaprincipiantas,

que podéis seguir en redes sociales,

y en la que descubriréis las

divertidas andanzas del personaje

de cómic L.S.B., ANA.

[ 2 ]


visibilidad

Quince años celebrando la visibilidad lésbica

Carmen G. Hernández

Ex coordinadora del Área de Políticas Lésbicas de la FELGTBI+ (2007-2009)

Más allá de la múltiple

discriminación que sufrimos las

lesbianas (cis y trans) por ser

mujeres y homosexuales,

nuestro gran problema ha sido

y sigue siendo la invisibilidad.

Porque lo que no se visibiliza,

no existe. Y lo que no existe, no

cuenta. Las lesbianas hemos

sido eternas guadianas en el

Estado español. Tan presentes

como ausentes. Invisibles en los

libros y en las agendas

reivindicativas, a pesar de ser

figuras clave en múltiples

movimientos sociales, como

bien ejemplifica Empar Pineda,

u

una lesbiana referente en la lucha por la democracia y el derecho al aborto en los años 70 y 80; alguien

que se ha dejado la piel para que todas las personas puedan vivir con más libertad y dignidad en la

sociedad española. Pero, a pesar de darlo todo por los y las demás, nuestras reivindicaciones

específicas como lesbianas siempre han ido a remolque, tanto en el movimiento feminista como en el

LGTBI. Durante décadas, no fueron prioridad. Siempre había otros problemas más urgentes o,

sencillamente, nuestros propios compañeros gays y compañeras hetero desconocían nuestra realidad.

Tampoco nosotras dábamos suficiente voz a nuestras reivindicaciones. Por ello, cuando asumí la

coordinación del Área de Políticas Lésbicas de lo que entonces era conocido como FELGT, en 2007,

tenía claro que la visibilidad debía ser un eje fundamental si queríamos cambiar nuestra situación[1].

[1] El área de Políticas Lésbicas es una de las áreas de trabajo de la principal federación de entidades lgtbi del Estado español,

la FELGTBI+. En ese grupo de trabajo, activistas lesbianas de distintas asociaciones federadas trabajan en el desarrollo de

políticas y acciones que pongan fin a la discriminación que sufren las lesbianas.

[ 3 ]


HISTORIA

Historia LGTBIQ+

Como coordinadora de Políticas Lésbicas, tenía claro que lo primero que necesitábamos era

empoderarnos, hacernos fuertes y tomar consciencia de nuestra múltiple opresión como mujeres y

lesbianas. Cada reunión del área sirvió como espacio de aprendizaje compartido, de crecimiento

feminista y sororidad. Continuamos el trabajo de las compañeras que vinieron antes que nosotras,

identificando los problemas que nos afectaban y elaborando una lista de demandas. Entre ellas,

destacaba la necesidad de potenciar la visibilidad lésbica a nivel social. Gracias al apoyo del movimiento

LGTBI español, 2008 se convirtió en el Año de la Visibilidad Lésbica en España. Como parte de las

actividades organizadas para ese año, desde el Área de Políticas Lésbicas decidimos celebrar el Día de

la Visibilidad Lésbica el 26 de abril. Desde entonces, cada año se celebra ese Día a nivel estatal e

incluso en otros países. ¿Por qué esa fecha? Realmente, por cuestiones de agenda. Buscábamos un día

que viniera bien a los colectivos para organizar, simultáneamente, una acción de visibilidad en pueblos

y ciudades del Estado. Y ese nos cuadró. El resultado de la acción fue espectacular. Muchas actividades

y presencia en medios locales y estatales. Pero, sobre todo, mucho empoderamiento lésbico.

Quince años después, me preocupa que la lista de

demandas lésbicas ha variado muy poco desde entonces.

¿Nos hemos estancado? Creo que toca reflexionar sobre

qué pasó con el impulso que tomaron muchas lesbianas

en 2008 y con las reivindicaciones de la L. Respecto a las

que estuvimos en Políticas Lésbicas de la FELGTBI+ esos

años, creo que muchas de ellas siguieron creciendo y son

activistas destacadas e incluso políticas de gran relevancia

social. Conseguimos que el Día de la Visibilidad Lésbica se

institucionalizara y proyectamos el mensaje de que la

visibilidad nos permite disfrutar de los derechos

conseguidos, cuidarnos mejor y vivir con más plenitud.

Pero ¿conseguimos que las reivindicaciones lésbicas

fueran realmente asumidas por los compañeros gays y las

compañeras hetero feministas? Creo que es una pregunta

que necesita abordarse, desde el cariño y la calma, pero

con mucha franqueza, si queremos seguir avanzando.

[ 4 ]


migrantes lgtbiq+

Migración LGTBQIA+, violencia estructural

y la interseccionalidad como herramienta.

Kris García

Activista transfeminista, trabajadora social y antropóloga.

Cada mañana paseo por la

avenida principal de mi ciudad

y contemplo los símbolos

LGTBIQA+ post-orgullo que

han quedado en ella.

Semáforos arcoíris y atisbos

de pasos de cebra que tan

solo estuvieron llenos de color

durante un día.

Cada mañana, de camino a mi

trabajo, contemplo cómo el

tiempo los va desgastando y

reflexiono sobre la relevancia

de los símbolos que nos

identifican como parte de una

comunidad.

Una comunidad diversa en la que, mientras una parte de ella parece ganar en visibilidad y

normalización, otra sigue luchando por los derechos más básicos como la supervivencia, la salud, la

vivienda o el empleo. En este texto me gustaría poner en relieve la necesidad de articulación

interseccional de nuestra comunidad atendiendo a una de sus mayores urgencias: las violencias que

sufren las personas migrantes LGTBIQA+.

Como persona con el privilegio de tener un pasaporte español, no es una experiencia que me atraviese

y que pueda contar en primera persona, ni lo pretendo. Pero como persona disidente sexual y

trabajadora social en situaciones de migración me voy a permitir lanzar algunas reflexiones sobre las

estructuras, políticas y sistemas sociales diseñados para “acoger” y acompañar a personas migrantes,

solo con el ánimo de traer una (auto)crítica a cómo, desde aquello que llamamos “lo social”, podemos

estar reproduciendo patrones discriminatorios.

Para comenzar, es bastante llamativa la carencia de recursos específicos dirigidos a personas

LGTBIQA+ migrantes. A nivel estatal existen solo dos recursos especializados -por supuesto en grandes

ciudades centrales como lo son Madrid y Barcelona- y, bajando hacia el sur, estos brillan por su

ausencia[1]. Teniendo en cuenta la realidad migratoria en el estado español en general y en Andalucía

e

[1] Por supuesto, existen colectivos y comunidades autogestionadas que practican la denuncia social y el apoyo mutuo,

quienes forman las más importantes redes de apoyo y acogida. No obstante, la precariedad y carencia de recursos que

conlleva la autogestión sigue poniendo el foco fundamentalmente en las instituciones públicas y organizaciones del tercer

[ sector, 5 ] sector, quienes tienen una responsabilidad social importante.


en particular, siendo frontera sur, las necesidades de apoyo y atención a la población migrante

LGTBIQA+ crecen cada día de manera exponencial, particularmente la de personas solicitantes de asilo

por motivos de identidad de género y/o orientación sexual. En esta línea, este desértico panorama

social no es fruto de la casualidad, sino de una fuerte invisibilización de las realidades migrantes

LGTBIQA+, y de la comprensión de las estructuras y políticas sociales como mecanismo de control y

reproducción de identidades estáticas, simplistas, binarias y normativas.

El circuito de recursos públicos y del tercer sector no aborda esta necesidad específica porque no

contempla la complejidad de estas realidades. Por ello, encontramos que existen (o más bien se crean)

asociaciones alrededor de realidades que parecen estar separadas: por un lado, aquellas que abordan

la diversidad sexual y de género, y por otro, las que ponen su foco principal en las personas migrantes.

Entender las realidades como identidades estancadas y estáticas que no se afectan entre ellas, provoca

una visión de éstas muy reducida. En el día a día, esto genera un abordaje muy parcial de las

problemáticas que atraviesan a las personas migrantes LGTBIQA+, ya que no se abordan desde una

necesaria perspectiva interseccional[2] que comprenda de manera profunda la interacción de estas

realidades.

Las consecuencias de este tipo de

metodologías pueden causar mucho daño. En

muchos casos, en cuanto a

atención/acompañamiento social, se suele

priorizar una de las dos realidades, abordando

de manera jerárquica y parcializada las

necesidades del colectivo. Muchas personas

LGTBIQA+ que están en centros o dispositivos

de acogida, por ejemplo, se ven abocadas a

volver a “meterse en el armario”, ya que se ven

forzadas a compartir dispositivo con personas,

en muchos casos compatriotas, de los países

de origen de los que huyeron por la fuerte

lgtbifobia a la que se veían sometidas. Y si bien

no es verdad que todas las personas

compatriotas o que conviven en un centro de

acogida cometan actos de discriminación

lgtbífoba, sí que debemos tener en cuenta que

los centros de acogida son ya estructuras

bastante complejas y, para personas que han

huido para sobrevivir, el miedo a la reexperimentación

de las violencias genera un

impacto psicológico muy fuerte. Tanto que, en

general, las personas LGTBIQA+ suelen

rechazar ayudas y programas sociales de

acogida por este mismo miedo.

[2] El término interseccionalidad lo acuña a Kimberly Crenshaw (1995) para señalar cómo las experiencias de raza y género no

pueden ser entendidas de manera aislada, sino que estas categorías son interdependientes. En esta línea, esta perspectiva

invita a analizar las distintas realidades e identidades sociales que operan como sistemas de discriminación (como por

ejemplo el sexo, género, la clase social, etnia, nacionalidad, orientación sexual, discapacidad, espiritualidad, y edad, por

nombrar algunas) argumentando que la comprensión de estas realidades múltiples conlleva un análisis holístico que tenga en

cuenta como estas operan en conjunto.

[ 6 ]


Otro ejemplo bastante ilustrativo de la falta de perspectiva interseccional lo podemos encontrar en las

estructuras mismas del sistema de protección internacional. Para conceder protección a una persona

por motivos de diversidad sexual y/o género, una comisión de personas expertas revisa y analiza las

historias de vida de las personas refugiadas para convenir la coherencia de la historia y probar su

veracidad. El problema, bajo mi punto de vista, es que estos procesos de análisis se realizan desde

unos marcos binarios y códigos culturales eurocentristas. Muchas personas que se enfrentan a la

entrevista de asilo todavía no han tenido tiempo y espacio para comenzar un proceso de

autoidentificación como persona LGTBIQA+. Muchas personas ni siquiera se identifican con esas siglas

todavía. Muchas de ellas quizás nunca lo harán, pues se encuentran en otros procesos identitarios

desde otros marcos y códigos, y pueden no desembocar en la compresión de las diversidades como lo

hacemos en el estado español. En numerosas ocasiones, y bajo los mecanismos de vigilancia y

sospecha que están incrustados en las políticas de extranjería, cualquier desviación de lo que se

considera aquí “LGTB”, es leída como una mentira, un engaño como excusa para atravesar la frontera y

pedir protección.

Podría escribir cientos de ejemplos, pero el resultado es el mismo: las personas migrantes LGTBIQA+

se enfrentan de manera cotidiana a violencias y discriminaciones hasta en las mismas instituciones y

organizaciones que están construidas para su “acogida”. Frenar estas violencias significa

necesariamente pensarnos como colectivo desde una perspectiva interseccional, decolonial,

transfeminista y antirracista que permita desdibujar las fronteras, tanto territoriales como identitarias, y

que nos ayude a comprender que la fuerza y riqueza de nuestra comunidad se encuentra en nuestras

diversidades.

Para que no se desgaste la maravillosa y compleja multiplicidad de colores de un arcoíris, necesitamos

sabernos múltiples, complejos, autocríticos y resilientes.

en

Fuente: freepik.es/upklyak

[ 7 ]


ORGULLO activista

La represión al colectivo LGTBI+ a través del

derecho y los derechos alcanzados a través

de la reivindicación. Parte II.

Irene N. Franco

[Este artículo trata las reivindicaciones LGTBI+ que han contribuido al alcance de derechos legislativos

desde la etapa de transición hasta la actualidad. La evolución del derecho sobre la homosexualidad

desde la época grecolatina hasta el fin de la dictadura franquista fue el tema de la PARTE I, publicada

en el número anterior de esta misma revista (núm. 8).].

PARTE II: El avance hacia los derechos y la búsqueda de la igualdad.

La dictadura de Franco cayó con la muerte del dictador en 1975, pero no fue hasta finales de esta

década; con el Decreto-Ley de enero de 1979, de modificación de la Ley de Peligrosidad Social; que

se eliminaron los artículos relacionados con la homosexualidad. Esto no fue fruto de un consenso

político sin más, España estaba cambiando, se estaba reivindicando a tono con algunos escenarios

internacionales. Las revueltas y manifestaciones de Stonewall, los movimientos feministas y LGTB que

comenzaban a propiciarse en Europa, así como la equiparación de homosexuales como peligro social

tras la ley de 1970, crearon el caldo de cultivo idóneo para auspiciar la aparición de los movimientos

LGTB en España al final de la dictadura. Surgieron así organizaciones como el Movimiento Español de

Liberación Homosexual en Barcelona (1970) que, tras haber sido disuelto por la represión policial, con la

muerte del dictador se configuró nuevamente como el Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC). A

este movimiento le siguieron otros en los años siguientes en otros puntos del estado, tales como la

Agrupación Mercurio en Madrid, la Euskal Herriko Gay Askapen Mugimendua (EHGAM) en el País Vasco, el

Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR) de Granada, el Movimiento Homosexual de Acción

Revolucionaria (MHAR) de Sevilla o el Front d’Alliberament Homosexual (FAH) de Valencia. Todos ellos

crearon lo que se denominaría Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español¸ que tenían en

común los discursos y reivindicaciones contra la represión del colectivo durante las décadas

anteriores. Luchaban por la ruptura con la norma heterosexual impuesta por la moral nacional-católica

franquista, la visibilidad y la adaptación de la sociedad represaliada de la época a través de la

educación, la cultura o la religión, principalmente [1].

Sus reivindicaciones no solo eran exclusivas para el colectivo LGTB, sino que tenían como fin la

instauración de una sociedad democrática igualitaria para todos los grupos que habían sido oprimidos

y discriminados, por ejemplo, las mujeres. Es por ello por lo que, con sus protestas y reivindicaciones,

apoyaron no solo cuestiones como la erradicación del concepto de peligrosidad homosexual y su

revisión en los códigos penales, civiles o militares, sino también la igualdad de género a todos los

niveles, la legalización del divorcio o la despenalización del aborto. Todas estas reivindicaciones fueron

plasmadas en la primera manifestación del orgullo en la historia de España, celebrada el 26 de junio de

1977 en La Rambla de Barcelona. Esto supuso la primera vez que la comunidad homosexual y otros

colectivos salían de la clandestinidad para tomar las calles con el fin de reivindicar derechos.

[1] Soriano Gil, M.A. (2005). La marginación homosexual en la España de la Transición. Editorial EGALES, Madrid.

[ 8 ]


OPINIÓN

Primera manifestación del orgullo en la historia de España.

Ramblas de Barcelona, 26 de junio de 1977.

Esta primera manifestación del

orgullo fue organizada por la

FAGC y, en los años siguientes,

fue replicada en otras ciudades

como Madrid, Bilbao y Sevilla,

consiguiéndose así la retirada

de la homosexualidad de la

Ley de Peligrosidad y

Reforma Social con el ya

mencionado Decreto-Ley de

1979. Las manifestaciones

reivindicativas del Orgullo

pusieron en el escenario

mediático español al colectivo y

lo hicieron visible ante siglos

marignnte

de represión y marginalidad. Con ellas, no solo se consiguió la retirada de la homosexualidad como

peligro social, sino que se sentaron las bases del progreso y el avance de los movimientos LGTB. Estos

se materializaron en hechos como la celebración en 1980 del I Congreso de la International Gay

Association (IGA) en la población de Santa Cristina d’Aro, en Girona, donde se reunieron un conjunto

de organizaciones LGTB europeas, siendo el primer evento de estas características celebrado hasta la

fecha. Asimismo, en 1986 se logró la derogación de la Ley de Escándalo Público, la cual se seguía

utilizando para la persecución del colectivo, aunque de manera más indirecta que la Ley de

Peligrosidad.

Bajo estos movimientos y este halo de progreso ante los derechos LGTB, en 1992 se creó la

Federación Estatal de Gays y Lesbianas (FEGL), que desde su origen ha servido de cabecera para la

normalización social de los derechos del colectivo, ejerciendo el papel de interlocutor político e

institucional para avanzar hacia la verdadera igualdad y no discriminación. A lo largo del tiempo, en aras

de incluir la diversidad sexual y de género, ha ido ampliando su denominación hasta convertirse en

Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+)[2].

Siguiendo con la década de los 90, además de estar ya consolidada la despenalización de la

de

homosexua

la homosexualidad, se

produjo un hito importante

en la defensa de los derechos

del colectivo con la

aprobación del nuevo

Código Penal de 1995, el

cual en sus artículos 510, 511

y 512 protege a las personas

discriminadas por su

orientación sexual, entre

otros motivos, y se califica la

homofobia como delito.

ddddis

Primera manifestación del orgullo en Sevilla, 25 de junio de 1978.

[2] https://felgtb.org

[ 9 ]


Asimismo, tras la modificación del CP con la Ley 5/2010, de 22 de junio, el artículo 22.4 establece que

será de circunstancia agravante “Cometer el delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de

discriminación referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que

pertenezca, su sexo, orientación o identidad sexual, razones de género, la enfermedad que padezca o

su discapacidad”.

Como se puede observar, tras las reivindicaciones acontecidas, durante la transición y los años

noventa, no solo se consiguió suprimir aquellas legislaciones restrictivas y discriminatorias de la época

franquista, sino que también se consiguieron avances en la protección de las personas del colectivo, las

cuales persiguen la igualdad completa en todos los ámbitos sociales. En lo relacionado a la formación

de una familia, por ejemplo, no existía una legislación nacional de parejas de hecho, aunque un buen

número de gobiernos locales y regionales crearon registros y leyes de parejas de hecho sin distinción

de orientación sexual. Sin embargo, esta descentralización política causaba diferencias territoriales que

traían consigo que no se pudiera hablar de igualdad real y plena entre parejas homosexuales y

heterosexuales, generando así un desequilibrio geográfico. Es por ello por lo que una de las

reivindicaciones que encabezaban los orgullos y las manifestaciones de esta década estaba

encaminada a conseguir la igualdad en este sentido, como así lo materializó la primera de ellas,

celebrada en Madrid en noviembre de 1995 de la mano del reconocido activista y político Pedro Zerolo.

Sin embargo, tuvieron que

pasar diez años desde aquella

primera manifestación para que

se consiguiera la igualdad real

en este aspecto y el matrimonio

homosexual y la unión entre

personas del mismo sexo fuera

un hecho. Tras un largo

recorrido de lucha y

reivindicación de derechos del

colectivo por parte de

organizaciones y agrupaciones

Manifestación del Orgullo de Madrid, 28 de junio de 1995.

que se manifestaban en el

orgullo y en otras épocas del año, se promulgó la Ley 13/2005, de 1 de orgullo julio, por la que se modificó

el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio, de la mano del Partido Socialista

Obrero Español (PSOE) presidido por aquel entonces por José Luis Rodríguez Zapatero.

A través de este marco legal, fruto de la lucha de años de la FELGTBI+ (en aquél entonces FELGT) y de

otras muchas entidades del panorama estatal, así como del establecimiento de una estrategia para su

consecución, se permitió a las parejas del mismo sexo contraer matrimonio en igualdad de derechos y

obligaciones que las parejas heterosexuales[3]. Concretamente, el art. 44.1 del CC establece que “el

matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente

sexo”. La modificación de este artículo trajo consigo también la modificación de aquellos relacionados

con los descendientes, por lo que se les permitía a las parejas homosexuales adoptar bajo las mismas

condiciones que las heterosexuales.

Además, dicha ley es el alcance de un hito simbólico del movimiento LGTB en España tras décadas de

reivindica

[3] García Rodrigo, B. (2016). La Ley 13/2005 de “Matrimonio Igualitario” y la FELGTB. Revista Jurídica Universidad

Autónoma De Madrid, (27).

[ 10 ]


OPINIÓN

reivindicaciones por derogar leyes represoras y posicionó a nuestro país como el tercero en todo el

mundo en permitir el matrimonio igualitario. No obstante, no fue plato de buen gusto para los sectores

más conservadores, representados por la Iglesia Católica y el Partido Popular, los cuales se

posicionaron completamente en contra de la misma. De hecho, este último presentó un recurso de

inconstitucionalidad tras la votación en el Congreso, el cual fue rechazado por el Tribunal Constitucional

siete años más tarde.

En el avance por los

derechos del colectivo,

concretamente en el caso de

las personas trans, cabe

mencionar la Ley 3/2007, de

15 de marzo, reguladora de

la rectificación registral de la

mención relativa al sexo de

las personas. Este marco

legal permite a las personas

trans cambiar el sexo

registrado al nacer de

acuerdo con la identidad de

género real, pudiendo ser

reconocida

Pedro Zerolo y otros activistas celebrando la aprobación de la Ley 13/2005 a las

puertas del Congreso, el 30 de junio de 2005.

reconocidas legalmente como tales. Sin embargo, dicha ley está envuelta en polémica desde su

proclamación, debido al cumplimiento de dos requisitos para el cambio registral: (1) la presentación de

un diagnóstico de disforia de género elaborado por un médico o psicólogo que, además, incluya la no

existencia de ningún trastorno de personalidad; y (2) la demostración de que la persona ha estado en

tratamiento médico durante mínimo dos años para la consecución de las características físicas que se

asocian al sexo que desea registrar. Cabe añadir que aquellas personas trans que se han sometido a

cirugía para el cambio de sexo no tienen que presentar ambos requisitos para el cambio registral.

La polémica deriva, en primer lugar, porque el requerimiento de presentar un diagnóstico de disforia

patologiza la transexualidad; y en segundo, porque el hecho de obligar a someterse a un tratamiento

hormonal medicaliza al colectivo trans por medio de un requisito formal para que se le reconozca su

existencia de manera legal. Además, esta ley recalca que el cambio en el registro solo pueden

solicitarlo mayores de edad, con la imposibilidad de llevarse a cabo por menores y personas

tutorizadas legalmente. Igualmente, el sexo registral solo permite la identificación como hombre o

mujer, no reconoce otras identidades de género.

El debate y la polémica en torno a la situación de las personas trans sigue abierto hoy día y ha formado

parte de numerosas manifestaciones, así como del encabezamiento de un buen número de orgullos

en los últimos años. No obstante, se vislumbran esperanzas de cambio con la proposición de dos

nuevas leyes relativas al colectivo LGTBI+, una general para todo el colectivo y otra relativa a las

personas trans.

Hay que señalar que, tras años de lucha por parte de organizaciones como FELGTBI+ y el resto del

tejido asociativo de España, en la última década se han logrado avances significativos en materia de

visibilidad social y reconocimiento legal sobre la diversidad sexual y las identidades y expresiones de

género [ 11 ]


género. De hecho, se ha avanzado hacia la inclusión de colectivos parcial o completamente

invisibilizados a lo largo de la historia, como lesbianas, trans, bisexuales o intersexuales. De este modo,

actualmente, es posible hablar de un colectivo LGTBI+ que incluye toda la diversidad, lo cual queda

plasmado también en el plano legislativo, muy a diferencia de décadas anteriores.

Manifestación del orgullo de Madrid, 2 de julio de 2016.

Asimismo, esta reivindicación de derechos no solo ha conllevado la visibilidad e inclusión en

determinados ámbitos de la sociedad; además, desde el marco legal, se ha alcanzado a elaborar a nivel

estatal dos proposiciones de leyes, una orgánica de igualdad social para el LGTBI+ y otra de

protección e igualdad de la realidad trans y de no discriminación por razón de orientación sexual,

identidad o expresión de género o características sexuales. Estas leyes tienen como fin la elaboración

de un marco jurídico legal estatal que permita unificar la realidad de los colectivos de cada CC. AA.

En la actualidad, existen diferencias

legales a nivel regional, dado que,

aunque la mayoría de CCAA de España

cuenta con algún tipo de legislación al

respecto, muchas solo afectan a

determinados colectivos, generando un

desequilibrio territorial. En el panorama

actual, un total de once comunidades

cuentan con leyes relacionadas con la

protección, la igualdad y la no

discriminación del colectivo LGTBI.

Cuatro de ellas cuentan, además, con

una ley concreta para las personas

trans (Andalucía, Comunidad de

Madrid, Comunidad Valenciana y

Navarra). Por otro lado, hay tres

comunidades autónomas que

únicamente cuentan con una ley para

las personas trans (Aragón, Islas

Canarias, La Rioja y País Vasco). Castilla-

León y Asturias carecen hasta la fecha

de legislación alguna.

[ 12 ]


Ante esta situación, es importante señalar que las once legislaciones para la igualdad, protección y no

discriminación LGTBI+ son muy similares entre sí y asientan sus bases en el reconocimiento de los

derechos de las personas que configuran dicho colectivo. Igualmente, estas legislaciones no solo

protegen ante la discriminación o agresión por razón de orientación sexual y/o identidad o expresión

de género, sino que también requieren de formación por parte del personal institucional ante estas

situaciones. Estas leyes abordan las realidades del colectivo desde el ámbito social, el sistema

educativo, el plano laboral, las necesidades según la edad o zona geográfica, los medios de

comunicación, la cooperación internacional ante la inmigración o la llegada de personas refugiadas, y el

ocio, entre otros. Con respecto a las leyes específicas de las personas trans, la mayoría de ellas recalcan

cuestiones concretas como el principio de libre autodeterminación de género con protocolos de

atención en el ámbito de la salud y la educación[4].

Bajo este paradigma de desequilibrio territorial, surge la Proposición de Ley Orgánica anteriormente

mencionada, la cual pretende la implantación de las medidas de actuación y sanción contenidas a nivel

autonómico, en un intento de unificarlas con el fin de evitar cualquier tipo de discriminación ante

cualquier circunstancia. Igualmente, en dicha proposición se reconoce el derecho a la

autodeterminación de género y se elimina el requerimiento de diagnóstico de disforia de género y de

tratamiento

[4] R. Córdoba. C. (2021). La situación actual del Colectivo LGTBI en España. Un análisis legislativo de los derechos

reconocidos y la protección de víctimas de discriminación por orientación sexual y/o identidad o expresión de

género. Ehquidad International Welfare Policies and Social Work Journal Nº 16 /July 2021 e- ISSN 2386-4915.

[ 13 ]


tratamiento médico. Asimismo, se prohíbe en todo el territorio las terapias de conversión y/o similares,

y también las cirugías genitales a personas intersexuales sin su consentimiento.

Manifestación del orgullo de Sevilla, 26 de junio de 2021.

Del mismo modo, la Proposición de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans aspira al

reconocimiento de los derechos de este colectivo a nivel estatal en aras de evitar las desigualdades

territoriales. Dicha proposición se considera un gran avance en materia de derechos para el colectivo,

ya que pretende eliminar los requisitos del cambio de nombre y sexo en el registro a partir de 16 años,

mientras que los jóvenes de entre 12 y 16 años podrán solicitarlo bajo autorización de sus

representantes legales. Además, se reconocería por primera vez en la historia los géneros no binarios, y

también recoge un conjunto de medidas encaminadas a la no discriminación por identidad o expresión

de género, entre otras cuestiones.

Tras este breve recorrido sobre la represión legalizada hacia estos colectivos y el progreso en el alcance

de los derechos y la igualdad, es posible discernir que a lo largo de la historia ha habido momentos de

avance y retroceso, según las épocas y el contexto sociocultural imperante, lo cual quedaba reflejado

en los marcos legislativos. Actualmente, a pesar de haber alcanzado hitos como la proposición de las

leyes mencionadas a nivel estatal y la implantación de leyes en la mayoría de las comunidades

autónomas, el alcance de los derechos de todo el colectivo LGTBI+ y el camino hacia la igualdad real

debe seguir siendo objeto de reivindicación.

Aún con la legislación existente, en España sigue existiendo discriminación hacia el colectivo en

diversos ámbitos, como el laboral, donde alrededor de un 7% afirma haber tenido repercusiones

negativas por su orientación sexual o identidad y/o expresión de género, así como casi un 13% expresa

haber recibido insultos o vejaciones por ello. De hecho, las mujeres trans se encuentran en una

situación de vulnerabilidad en el plano laboral, con índices de desempleo que superan el 80%, lo que

ocasiona

[ 14 ]


ocasiona que recurran a ejercer la prostitución para subsistir[5].

Además del plano laboral, fundamental para alcanzar una vida digna, la discriminación en forma de

agresiones se ha visto incrementada en los últimos años. Los observatorios a favor de los derechos

LGTBI+ han alertado de que la violencia física, en lugar de reducirse, ha incrementado en 2021 a niveles

de 2019. De hecho, según las estadísticas del Ministerio de Interior, desde 2013 hasta 2020 se han

producido un total de casi 2.500 delitos de odio por orientación sexual o identidad y/o expresión de

género[6]. No obstante, es preciso señalar que más de la mitad de los delitos de odio no son

denunciados, por lo que la cifra sería mucho más elevada[7]. Asimismo, hoy día, desde las instituciones

católicas, las organizaciones políticas de extrema derecha como Vox, y también asociativas, como la

plataforma de corte ultracatólico y ultraconservador “Hazte Oír” o la alianza por los derechos de las

mujeres “Contra el Borrado de las Mujeres”, se sigue generando un discurso de odio hacia el colectivo

LGTBI+.

Bajo este contexto, sigue siendo necesaria la lucha hacia los derechos y la igualdad social y real de toda

la diversidad LGTBI+ desde una perspectiva interseccional, pues las orientaciones e identidades y/o

/expresiones de género, en numerosas ocasiones, también están discriminadas por otras variables

como el hecho de ser migrante, mujer, de clase obrera, persona racializada o con diversidad funcional.

En este sentido, y tal y como se ha podido comprobar a lo largo de la historia, los orgullos, además de

conmemoración y celebración, son sobre todo uno de los principales medios de reivindicación de todas

estas cuestiones.

Por eso, durante todo el año, y no solo en el mes de junio, es necesario actuar y salir a las calles.

Porque la igualdad efectiva aún queda lejos de la realidad, porque no hay que dar por hecho ningún

derecho y porque, ante la represión y la discriminación, con orgullo siempre, lucha y reivindicación.

Manifestación tras el asesinato del joven homosexual Samuel Luiz. Madrid, 2021. Fuente: Sergio Beleña, Diario El Confidencial.

[5] J.I. Pichardo (2019). Guía ADIM LGBT+ Inclusión de la diversidad sexual y de identidad de género en empresas

y organizaciones. Madrid, Universidad Complutense de Madrid.

[6] Ministerio del Interior (2020). Informe anual sobre la evolución de los delitos de odio en España.

[7] FELGTBI+ (2019). Informe 2019. Delitos de Odio.

[ 15 ]


feminismos

Ana Pinto: una luchadora rural y feminista.

Carmela Borrego Castellano

Ana Pinto es una mujer alegre, tierna y luchadora. Vive en Escacena del Campo, un pueblo de la

provincia de Huelva, que la llena de orgullo. Nos conocemos por estar involucradas en los

movimientos feministas andaluces. Hemos compartido risas y comadreos, nos vemos poco,

pero nos tenemos aprecio. Era jornalera de los frutos rojos hasta que se revolvió ante las

injusticias y creó Jornaleras de Huelva junto a su compañera Najat Bassit. Cuando pensé en

alguien para entrevistar para este número de Gen Multicolor, fue la primera persona que se me

vino a la cabeza. Pensé que era necesario dar visibilidad a mujeres que forman parte del

colectivo que luchan y viven en el medio rural. Es andaluza, ceceante, y orgullosa de serlo.

Ana, háblanos un poco de quién eres.

Soy una persona sencilla, y a la vez que

compleja. Me han enseñado desde pequeña que

las cosas tienen el valor que tienen, que lo

necesario es primordial para poder vivir y que

todo lo demás sobra. Estoy contenta de que me

hayan educado así. Necesito muy poco para ser

feliz.

Me encanta la naturaleza, me gusta hacer rutas y

charlar paseando un buen rato. Me gusta estar

con mi gente y conectar, reírme, el cachondeo,

las bromas y la fotografía. La música es mi

pasión, me sirve mucho, conectar con la gente

tocando música es algo que me sostiene. Pero,

sobre todo, me fascina estar aprendiendo y

descubriendo.

Cuéntanos el trabajo que hacéis desde

Jornaleras de Huelva en Lucha.

En Jornaleras de Huelva en Lucha el trabajo que

hacemos es el que no han hecho nunca. Nos han

abandonado. Ahora lo que estamos haciendo es

informar a nuestras compañeras de sus

derechos y de cómo tienen que actuar en

diferentes circunstancias. Por ejemplo, cuando

una trabajadora se encuentra ante una situación

de despido verbal, o ante amenazas de despido

porque haya cogido menos kilos de fruta que su

compañera, o porque haya faltado un día al

trabajo, cuando no le han dado días de

descanso. Hacemos un trabajo de poner en

conocimiento de las trabajadoras información

sindical y relacionada con sus derechos. Lo

hacemos yendo a los tajos o compartiendo

octavillas informativas con ellas.

También ponemos a disposición de las

compañeras un servicio de asesoría jurídica, una

vez a la semana, con la abogada Rocío Mendoza.

Con ella estamos aprendiendo mucho sobre

leyes y cómo poner denuncias. Por otro lado,

hacemos incidencia política para cambiar las

leyes y hacer que nos protejan. Hacemos un

trabajo desde un enfoque antirracista, luchamos

con todas, pero reconociendo que las mujeres

[ 16 ]

andaluzas


TEXTOS DIVERSOS

andaluzas que vivimos en el territorio tenemos

unos privilegios que hay que tener en cuenta,

frente a otras compañeras procedentes de otros

países. Trabajamos teniendo en cuenta las

diversas experiencias de las jornaleras. Vamos a

por todas, juntas de la mano.

Además, paralelamente, también estamos

luchando contra el cambio climático. Yo diría que

es primordial porque, ¿de qué sirve ganar juicios

si no vamos a poder vivir en el territorio? Por

poner un ejemplo cercano, Doñana está sin

agua, se ha secado la última laguna permanente

que había. Y esto es muy triste.

¿Te consideras una persona feminista? ¿Cómo

definirías el feminismo que practicas y en el

que crees?

Me considero feminista y me extraña que haya

una mujer que no quiera la igualdad en derechos

entre hombres y mujeres. Pero no podemos

hablar de un solo feminismo. Los feminismos son

diversos. Porque no todas las mujeres estamos

en la misma situación en cuanto a clase, raza y

género. Que existan diferentes corrientes es algo

bonito y necesario. Que cada una cree sus

reivindicaciones desde lo que ha vivido y

después podamos unirlas y luchar por lo común.

Pero no es lo mismo una mujer de Madrid de

andaluza

[ 17 ]

clase media-alta que una mujer de pueblo

andaluza, o que una mujer rural de Marruecos o

de América Latina. Ahí es donde está la riqueza.

Es importante reconocer que los feminismos son

diversos; debemos tener muy claro que no

podemos pisotear a las compañeras que están

reivindicando unas cosas concretas dentro del

feminismo que practican, debido a sus

circunstancias. Esto hay muchos movimientos

que no lo entienden porque no lo han vivido.

¿Qué alianzas podemos encontrar las mujeres

que habitamos el territorio andaluz en toda

nuestra diversidad?

La alianza que podemos encontrar, y que

nosotras hemos experimentado desde nuestro

trabajo, es que tenemos mucho en común la

gente de los barrios y de los pueblos. Nos

atraviesa el ser mujer y el ser pobre y, muchas

veces, ser racializadas.

Tenemos que buscar la unión de nuestras

fuerzas para intentar cambiar las cosas. La

verdad es que el panorama que tenemos ahora

con el feminismo es un poco desilusionante y

decepcionante por las fricciones que hay, pero

las que estamos desde abajo y en los márgenes,

que somos muchas y somos la mayoría, tenemos

muchas cosas por las que unirnos.


y tus amigos. Yo tengo una familia con la mente

muy abierta, que me ha apoyado y respetado.

Eres de pueblo, mujer y disidente sexual

¿cómo has vivido este hecho?

Depende de qué pueblo seas tienes una vivencia.

En el pueblo donde crecí lo he pasado muy mal

porque a mí me amargaron la infancia. Era la

única que no me sentía cómoda jugando a cosas

de “niñas”, estaba siempre subida a los árboles y

jugando al fútbol. Era una niña que se salía de los

cánones. Fui la única que no daba religión y que

no hizo la comunión en aquella época. Me cayó

todo encima. Era la rara, la machorra. Me causó

tal malestar que me llevó a no relacionarme, a no

tener amistades.

Tuve una infancia complicada hasta que empecé

en otro instituto en el pueblo de al lado. Ahí

comencé a conocer a otras personas, sobre todo

de Escacena, que es de donde siento que soy.

Porque en este pueblo es donde me han tratado

desde el respeto, cuando aún no había salido del

armario y después cuando decidí hacerlo. Es un

pueblo acogedor y encantador y todo el mundo

me ha apoyado. Hay muchas personas mayores

que, en su cotidiano, por ejemplo, cuando me

ven con una chica, me dicen: “¿qué, ya te has

echado una novia?”. Esto me emociona. Es ahí

donde veo la diferencia con el pueblo donde

pasé mi infancia. No todos los pueblos son

iguales, pero es cierto que la vida en muchos de

ellos no es fácil, y mucha gente se tiene que ir.

Pero depende del lugar, de cómo sean tu familia

y

¿Crees que esta experiencia cambia al ser de

pueblo o de ciudad?

No sé cómo cambiará la cosa, pero lo que sí es

verdad es que para salir de fiesta siempre me iba

a la ciudad. Convergíamos un grupo de chicas

que la mayoría eran de pueblo porque en sus

lugares de origen no había nada para ellas.

Me gustaría que la gente pudiera vivir libre por el

mundo con toda su diversidad, pero es verdad

que cuando eres de un pueblo, donde has

sentido miedo por ser y mostrarte como eres, y

llegas a un sitio donde todo el mundo pertenece

al colectivo, te sientes acogida, es una liberación.

Es necesario. Más cuando eres una chiquilla, es

importante encontrar espacios así donde te

sientes entendida, compartes historias y conoces

a otra gente. Es como un grupo de apoyo.

En las ciudades parece que todo es más fácil, la

gente ni se conoce y sientes que puedes hacer lo

que quieras. Pero también he conocido a gente

de ciudades a la que su familia no ha apoyado y

lo han pasado peor que otra gente de pueblo

que se ha sentido arropada por familia y

entorno. Hay de todo, no se puede generalizar.

[ 18 ]


más allá del género

"Nacimos desnudxs, y todo lo demás es drag".

Helen Stamp

Esas son las míticas palabras de

una canción ochentera de la

famosa drag queen RuPaul, y tienen

mucho en común con las

reflexiones de la filósofa feminista

Judith Butler. Ellas dos me han

hecho pensar si realmente todo lo

que hacemos después de nacer es

drag[1]. Con el paso del tiempo

añadimos capas y capas de esa

drag. En nuestra performance, en la

actuación que es nuestra vida,

representamos y expresamos

quiénes somos dentro y/o fuera de

los géneros binarios.

Antes de nacer sufrimos la violencia de la imposición de un género labinario. El personal médico busca

con ansia un pene para poder etiquetar ya al feto como niño. Nada más ese acto, ya impone la

definición de que ser hombre/niño: es tener pene. Y ser mujer/niña es la “falta de”. Tristemente,

quedan fuera las corporalidades intersex y la posibilidad de ser una persona no binaria.

Nacimos desnudxs canta RuPaul y, al nacer, el género/sexo se impone y se “confirma”. Si hay alguna

duda, o ese cuerpecito tan chico no se consigue encasillar fácilmente, la persona sufre violencias

médicas como la medición de su clítoris/pene para poder encasillarle como niño o niña. Si la “duda”

sigue, lxs bebés intersex pueden ser sometidxs a cirugía forzada, que sigue siendo legal en España,

esas intervenciones quirúrgicas para que sea más fácil clasificar a la personita en un lado u otro del

género binario. Se critica mucho la ablación genital que se hace fuera de España, pero ¿no se sigue

haciendo lo mismo con las personas intersex aquí?

Investigaciones científicas muestran que, solamente 24 horas después de

nacer, ya tratan diferente a los niños y a las niñas; se empiezan a reforzar

estereotipos y el sexo/género también determina cómo se interactúa con la

persona. El sistema binario de género sirve para mantener y reforzar

desigualdades en nuestra sociedad, manteniendo a las mujeres como seres

inferiores y a los hombres como superiores. El colonialismo del estado

español ha impuesto este sistema binario en muchos países donde no existía,

muchas culturas indígenas celebraban toda la variedad de género y hasta

veneraban a personas que mostraban características de los dos géneros.

Judith Butler

[1] Drag: se cree que el término inglés viene del verbo drag, que en español se traduce como ‘arrastrar’, en

referencia a los largos vestidos y faldas que los intérpretes masculinos comenzaron a utilizar en el teatro

durante la época victoriana. También es el acrónimo de dressed as a girl (vestido como una mujer), que,

tradicionalmente, referido a las drag queen, denomina mayoritariamente a los hombres que se disfrazan o

actúan como una mujer, exagerando adornos y actitudes.

[ 19 ]


Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí escribe en su

monografía “The Invention of

Women” que, en su cultura Yoruba,

no existía el concepto de mujer

antes de la invasión de los países

colonizadores. Nuestro género está

siendo continuamente evaluado e

impuesto. El éxito de nuestra

performance se evidencia en

español con el género del idioma.

Personas que no conoces deciden

todos los días si eres mujer u

hombre y hacen evidencia de esto cuando te hablan o hablan de ti. Hasta los saludos marcan, si los

hombres te dan dos besos o no. La habilidad de personas desconocidas para acertar tu género

depende de lo “bien” que haces tu drag para tu género. O sea, si llevas falda, eres mujer, sin duda. Pelo

corto, hombre, está clarísimo.

Muchas veces mi performance de mujer no es “exitosa”. Soy una mujer cis, pero a muchas personas les

cuesta creerlo. Disfruto creando confusión con mi forma de ser, y como feminista siempre reclamo que

hay tantas maneras de ser mujer como mujeres en el planeta. Corrijo siempre cuando alguien se

equivoca con mi género. Les miro a los ojos cuando me miran mal al entrar en un cuarto de baño o

vestuario donde creen que no me corresponde, espero que esas interacciones empiecen a romper un

poco sus ideas fijas sobre el género.

Cuando lxs artistxs hacen drag imitando géneros binarios, como es el caso de los drag king y las drag

queen, sus performance llevan el género a un extremo. Exageran lo que la sociedad espera de una

mujer o un hombre. Sus actuaciones engloban todo: la forma y anatomía del cuerpo, forma de vestir,

moverse, hablar. El Drag es una crítica a las normas, un espejo delante de la sociedad que muestra la

inestabilidad y la ridiculez de lo que se espera de cada género.

Os pido que reflexionéis sobre cuánto drag hacéis en vuestro día a día. Si, como dice RuPaul, todo es

drag, podemos incluir cualquier modificación física, cómo nos vestimos y hablamos. Todos los días nos

ponemos la ropa, y al salir de casa ya estamos presentándonos a nosotrxs mismxs al mundo. Todo lo

que elegimos ponernos o hacer a nuestros cuerpos contribuye a la construcción de nuestro propio

personaje drag, pero ¿de dónde vienen esas ideas y gustos? En palabras de la escritora y activista

Gloria Anzaldúa (2012), es difícil diferenciar entre “lo heredado, lo adquirido y lo impuesto”.

Gloria Anzaldúa

En mi opinión, y la de muchas, todo es una invención de nuestra sociedad; el

físico de cada género, los cuerpos, forma de moverse, hablar y vestirse. Nada es

innato, todo se ha creado. No creo en la distinción que se hace muchas veces

entre sexo y género, para mí existe género nada más, la persona te dirá cuál es

su género y eso no tiene nada que ver con su corporalidad. La apariencia física

es drag, es una performance de lo que la sociedad espera de tu género, o no ;)

[2] Drag king: persona artista de performance, que se viste masculinamente y personifica estereotipos masculinos

como parte de su actuación. En ocasiones, se representan personajes exageradamente “machos”, aunque

también visibilizan masculinidades queer o más suaves.

[ 20 ]


relaciones lbt

VÍNCULOS, AFECTOS Y RESQUICIOS.

Reflexiones sobre relaciones afectivas, sexoafectivas

y eróticas entre mujeres LBT.

Carmela Borrego Castellano

El otro día vi una conferencia en youtube de LESLAC (una red feminista que fortalece el activismo

lésbico en Latinoamerica y el Caribe) sobre relaciones entre mujeres. Una de las ponentes lanzó una

pregunta que me impactó de forma muy rotunda: ¿dónde estamos las mujeres que hemos ejercido

violencia? Esto me llevó a pensar en mi entorno y a reconocer que existen situaciones de abuso y

violencias que dejamos pasar desapercibidas muchas veces por mantener “la compostura”. Esta

pregunta lanzada por una activista desde Abya Yala me hacía urgente la reflexión sobre las dinámicas

de poder que se dan en relaciones bibollo. Dinámicas heteropatriarcales que están quebrando las

relaciones entre mujeres, quebrando a los feminismos y dejando mujeres reventadas física y

emocionalmente.

Sin embargo, reproducir estos patrones no es violencia de género ni podemos equiparar estas

situaciones a las violencias que ejercen los hombres contra las mujeres en el seno de la pareja

heterosexual y fuera de ella. En el marco de la violencia de género, los hombres cis tienen un beneficio

personal y también un beneficio social. De hecho, uno de los instrumentos para mantener el

patriarcado y las dinámicas de dominación para mantener el estatus quo es la dominación de los

hombres sobre las mujeres. Por otro lado, para alejarme de una visión esencialista de este tema es

necesario reconocer que en esta sociedad existen diferentes ejes de opresión y de discriminación que

interfieren en las formas de ejercer el maltrato.

[ 21 ]

atriarcales


OPINIÓN

Últimamente, en mi cotidiano, han estado muy presentes las charlas sobre cómo las mujeres "bibollo"

nos relacionamos de forma afectiva, sexoafectiva y erótica. Se han planteado diversas preguntas que

muchas veces han quedado sin respuesta. Nos hemos cuestionado si repetimos patrones relacionales

patriarcales y heteronormativos, si estamos creando lugares donde reflexionar sobre estas cuestiones

o estamos mirando para otro lado. Incluso, hemos pensado qué se puede hacer ante una situación de

violencia en pareja/s de mujeres LBT. En estas conversaciones nos preguntamos cómo habitar los

afectos, los vínculos y los resquicios con responsabilidad y cuidado. Muchas veces nos quedamos sin

palabras porque las respuestas son complejas, fluctúan y nos derivan a lugares que nos hace mirarnos

a nosotras mismas, en colectivo. Y eso es algo que es difícil de sostener.

Por otro lado, es también recurrente el tema de cómo gestionar lo que ocurre con los afectos (sean del

tipo que sean) en espacios activistas feministas. Muchas veces las relaciones afectivas, sexoafectivas y

eróticas aparecen en el seno de una asamblea, de una fiesta organizada por algún colectivo, de los

preparativos para una acción para el 8M o el 25N. Todo es exaltación de la amistad, de los encuentros,

de los afectos, de los roneos; las risas nos inundan y todo parece deseoso y amable. De repente, pasan

resquicios, rupturas, enfados, violencias y nos encontramos en los mismos espacios con exnovias,

novias, roneos, vínculos, amigas, meta-amores, ex-amigas, gente que nos cae mal. Los espacios y

asambleas activistas se convierten en algo viscoso, incómodo y, muchas veces, violento, si no se tienen

herramientas para construir y transformar desde la responsabilidad y los cuidados. Después de ver,

escuchar y vivir cómo los lugares comunes feministas se vuelven insostenibles e inseguros para

muchas debido a los silencios ante estas situaciones de abuso, surge la pregunta: ¿cómo vamos a

gestionar esto de forma activa?

Han llegado a mis oídos situaciones donde

asambleas, colectivos y espacios activistas

feministas en diferentes territorios se fragmentan

por, según dicen, falta de gestión en las

relaciones entre mujeres LBT. He escuchado

cómo se culpaba de la disolución de un colectivo

a parejas de lesbianas que no han sabido llevar la

ruptura. Sin querer quitar responsabilidad a las

personas implicadas, me pregunto: ¿estamos

preparadas para buscar formas de transformar los vínculos de forma respetuosa? ¿Tenemos

herramientas para gestionar los afectos desde los cuidados sin que impacten en el funcionamiento de

las asambleas y colectivos? ¿Se puede gestionar de forma colectiva actitudes basadas en la violencia y

en el abuso de poder de una sobre otra? ¿Se están reproduciendo patrones patriarcales en las

relaciones LBT? ¿Se están creando estrategias de justicia restaurativa por parte de los movimientos

feministas cuando una de las integrantes del colectivo está siendo señalada por sus actitudes

patriarcales y agresivas? Estas preguntas aparecen sin respuesta, para que todas nos miremos en ellas

de una forma constructiva donde plantear objetivos comunes para atravesar estas situaciones de

forma que el horizonte sea crear espacios bibollotrans feministas donde el conflicto sea sostenido y

transformado.

[ 22 ]


Como dice el fanzine El maltrato no es solo cosa de heteros, "los casos de violencia LBT también tienen

consecuencias para nuestras comunidades, ya que las debilitan, rompen los vínculos comunitarios,

crean rupturas y escisiones en los grupos afines y políticos”.

Desde mi sentirpensar, creo que es necesario reflexionar la forma en la que el heteropatriarcado como

régimen político nos atraviesa, cómo el amor romántico nos lleva a crear situaciones que nos hacen

daño o cómo la lesbofobia interiorizada nos impide tener relaciones deseantes y deseadas. Como lo

“personal es político”, y yo como bollera me relaciono afectiva, sexoafectivamente y eróticamente con

mujeres e identidades disidentes, me preocupo por la forma en que reproducimos dinámicas

patriarcales y machistas en las relaciones entre mujeres LBT eróticas, afectivas y sexoafectivas

(monógamas o poliamorosas). Muchas veces nos creemos que estamos exentas de repetir lugares de

violencia, pensamos que nosotras por ser mujeres no hacemos ghosting, luz de gas, ejercemos poder o

manipulamos a nuestras parejas para controlar y tener el poder.

No tengo muchos datos o estadísticas sobre la prevalencia de relaciones de abuso entre mujeres LBT

porque es algo invisibilizado. Pero es bastante llamativo ver que, en estos últimos tiempos, estamos

escuchando continuamente cómo las relaciones sexoafectivas se rompen de una forma abrupta y poco

cuidadosa; cómo hay mujeres LBT que han sentido que han estado en una relación de abuso/violencia

con otra mujer. ¿Qué hacemos con todo esto?

No tengo la respuesta, pero es urgente plantear espacios críticos donde crear estrategias para pensar

estas situaciones en colectivo, desde la justicia restaurativa donde se busquen lugares comunes para

dejar atrás las estructuras de poder en el seno de nuestras relaciones y crear otras basadas en los

cuidados, el equilibrio, la honestidad y el deseo.

Fuente: imagen del artículo "Un 8M inolvidable", publicado en la web "La Casa Grande del Pumarejo", el 11 de

marzo de 2018.

[ 23 ]


CINE

la letra t

LA DEUDA CIS

María José Fernández

«Creo que mi ser trans es un hecho reaccionario, no uno innato. Soy trans porque el mundo me ha

hecho tal, no porque naciese diferente. Soy trans porque los sistemas con los que opera el mundo me

fuerzan a serlo, no por genética. Soy trans por ti, no por mí. No lo supe siempre, porque una vez me

imaginé un mundo en el que no tendría que saberlo. De hecho, creo que otras personas son tan cis

solo porque el mundo lo es». Así lo declara la escritora y performer Travis Alabanza en su nuevo libro

None of above (2022), en un fragmento que publicó en Instagram este verano.

Cuando desde el movimiento trans-excluyente se acusa de esencialismo al movimiento trans*, como si

de una masa homogénea y dictatorial se tratase, me pregunto seriamente qué clase de referencias

tienen. Las que les interesa tener, supongo. Digo «las que les interesa tener» porque haberlas haylas,

por supuesto.

Ahora bien, ¿es esta interpretación del género dentro del movimiento trans* tan mayoritaria como nos

quieren hacer creer? ¿O es más bien un muñeco de paja? Desde los inicios ha habido —hay y habrá—

feminismos hegemónicos, supremacistas, clasistas, homófobos, cuerdistas, capacitistas. También

tránsfobos. No es algo nuevo, aunque tengamos la mala costumbre de pensar que no existía el mundo

antes de nosotras. Si acaso, gracias a la democratización de la información y opinión pública a través

de medios digitales y la masificación del movimiento, las disputas de largo recorrido entre el colectivo

trans* y el movimiento trans-excluyente se han convertido en uno de los focos del debate público.

Necesitamos dejar a un lado los reduccionismos si queremos comprender la polarización en torno a

esta discusión y poder empezar a tender puentes. No vamos a tender puentes —posiblemente ni

queramos— con quienes se dedican a llamar “Manolo” a chicas trans*, jactándose de ello (¡qué

gracioso!). Pero confío —o quiero confiar— en que podemos conectar con todas esas personas que

miran con un justificado escepticismo todo relato esencialista del género, al mismo tiempo que

comprendemos que: 1) ni todos los relatos trans-inclusivos son esencialistas y 2) quienes menos culpa

tienen son las personas trans*.

[ 24 ]


Centrarse en una sola versión, contaminada por el transmedicalismo, que las propias personas trans*

han tenido que asumir y reproducir históricamente para poder acceder a derechos básicos, para echar

por tierra cualquier demanda trans-inclusiva, es injusto y manipula el debate. Uno de los ataques más

comunes a la comunidad trans* y a quienes denuncian la transfobia, es que el discurso trans-inclusivo

—como si hubiera sólo uno— se asume de manera acrítica. «¡Ahora todo es transfobia!», que a mí se

me asemeja al clásico «¡Ahora todo es machismo!». Y sí, un determinado análisis en nombre de la transinclusividad

puede parecernos aleatorio, erróneo e inconsistente. Sí, podemos toparnos con personas

dogmáticas que se niegan a cuestionar una opinión que nos parece debatible. Sí, podemos sentir que

se nos ha acusado de transfobia injustamente. ¡Y está bien! Pero basta de victimismo cis. Basta de

reducir todo lo que tienen que decir las personas trans* a sólo eso. ¿No existe toda una tradición de

teóricos y activistas (pro)queer que han construido auténticos sistemas filosóficos teorizando el género

para que digamos que su aportación a la lucha ha sido decir que «ser mujer es querer llevar falda»? Ser

mujer, qué gran pregunta y qué mal planteada. Qué homogeneizante —es decir, qué hegemónica—. Si

algo tienen en común todos los feminismos hegemónicos, es hacer pasar una experiencia parcial como

universal.

Paradójicamente, hablar de un único sujeto político está en línea con la política identitaria de

reconocimiento. Este es el proceso cultural de las democracias liberales: se reclama una imagen

macropolítica que valide mi propia sensibilidad. Porque si bien es pertinente articularnos para crear

sujetos políticos que puedan convertirse en sujetos de derecho y así podamos generar políticas

públicas, no podemos perder el foco y validar nuestra propia experiencia en base a la política pública

de turno, que tiene más que ver con pragmática que con un estatus ontológico-fenomenológico. Que

las mujeres —y hombres— trans sean reconocidas como tal, no nos desdibuja ni nos borra. Que

accedan a esa categoría no es un favor ni una concesión por parte de las personas cis, sino algo a lo

que deben acceder por derecho propio. Las mujeres trans* son mujeres porque en su proceso de

socialización se han configurado como tal. Y sin querer justificar ningún relato esencialista (¡sin ser yo

nada de eso!), creo que nos va tocando a las personas cis hacer un ejercicio de empatía.

[ 25 ]


Hagamos un poco de memoria y recordemos que las personas trans* han estado y están sometidas a

la violencia transmedicalista. Que se las ha obligado a contar la misma historia una y otra vez para

poder acceder a sus derechos. Y que eso cala. Que no todas tienen un máster en teoría de género y

que exigirlo incurre en clasismo. Que no son impecables y que tienen contradicciones. Que quizás no

quieren discutir sobre género y experiencias trans* porque lo que para nosotras es otro debate más

para ellas puede ser una herida abierta. Comprender todo esto nos acerca a saldar nuestra deuda cis.

Hace nada empezamos a comprender socialmente que las mujeres sufrimos violencias específicas. Aún

hoy cuesta asimilar —y camino que nos queda— cosas tan simples como que no nos depilamos por

gusto, aun cuando el feminismo se ha vuelto mainstream y es una experiencia compartida por la mitad

de la población. Sin embargo, exigimos a toda persona trans* un análisis exhaustivo de su condición.

Las acusamos de reproducir estereotipos cuando también las personas cis encarnamos imágenes para

poder vivir en la cultura. Quizás no lo entiendas. Quizás tampoco lo entienda yo. Quizás no lo

entendamos ninguna cis. Puede que ni siquiera las personas trans* se entiendan del todo entre ellas. A

lo mejor no nos terminamos de entender nadie. La duda es legítima. La violencia no.

Me disculpo en nombre de todas aquellas que nunca lo harán. Me disculpo por todas las veces que no

lo hice en el pasado. Por cada pregunta desafortunada. Por cada juicio. Y por todos los errores que

seguiré cometiendo. También agradezco. Agradezco cada explicación que habéis dado, aunque no la

tuvierais que dar. Lo agradezco porque compartiendo vuestra experiencia, me habéis ayudado a

comprender un poco más la mía. En el feminismo que defiendo, siempre habrá espacio para vosotras.

No porque os lo ceda yo, sino porque también es vuestro.

[ 26 ]


CINE

la letra b

B de "BI-visibles", no invisibles.

Almudena Pérez

Mientras pienso en cómo empezar este artículo, mi pecho comienza a hundirse en el dolor recordando

todas aquellas veces en las que he sufrido, y aún sufro, invisibilidad bisexual. Pero no fui consciente de

ello hasta que me empoderé y me hice activista bisexual. Pienso también en aquellas personas

plurisexuales que han pasado por lo mismo y me pregunto:

-¿Tuvieron a alguien con quien poder desahogarse?

-¿Alguien sacó la cara por nosotras/os/es cuando aún no estábamos empoderados/as/es y nos hacían

comentarios ofensivos? ¿O no le dieron importancia a dichos comentarios por ser nosotras/os/es “las

modernas, los modernos o les modernes de la comunidad”?

-¿No dieron la cara porque se creía que la gente que sí sufría eran las otras letras de la comunidad (con

todo el respeto al resto de siglas del colectivo) y no la B, que por “excelencia” y por estereotipos de

algunas personas se ha creído que una persona bisexual es “mitad hetero” y por ello tiene “más

facilidades” en el contexto de la sociedad actual?

Esta última pregunta sucede cuando se piensa

erróneamente que las personas bisexuales

tenemos lo que se conoce como el “privilegio

heterosexual”. Cabe decir que las personas

monosexuales son aquellas que sienten

atracción afectiva, emocional y/o romántica por

un solo género, bien el suyo propio o un solo

género diferente al suyo. Un ejemplo de ello

sería ser lesbiana, gay o heterosexual. Pero esto

no es el caso de las personas bisexuales que

sentimos atracción afectiva, emocional y/o

romántica por más de un género, sea el

nuestro propio y/o diferente.

la

Sin embargo, el dolor en el pecho se va desvaneciendo progresivamente día tras día transformándose

en auténtico orgullo. El orgullo de ver que hay gente como yo viviendo lo mismo. Gente conocida o no,

tienden las manos que yo antes no veía y regalan vida. Manos que sanan, que me dan fuerza para

concienciar y visibilizar sobre la real existencia de las personas bisexuales. Es, por todo ello, que cada

vez más pienso que la primera y más peligrosa invisibilidad que sufre una persona bisexual es la suya

propia. Esa es la invisibilidad que deriva en el no reconocimiento de nuestros propios derechos como

personas bisexuales. Aunque, desgraciadamente, no es el único borrado bisexual que existe… Sí es el

más autodestructor, solo curable con la ayuda de personas bisexuales y de otras plurisexualidades, así

como con el reconocimiento de nuestra orientación por parte del resto de las siglas de la diversa y

preciosa comunidad LGTBI+.

[ 27 ]


OPINIÓN

Fuente: freepik.es/pikisuperstar

Sé bien sobre lo que estoy escribiendo porque tiene nombre y apellido: bifobia interiorizada. Para

quienes no lo sepan aún, se conoce con ese término a aquellos juicios, miedos e inseguridades que

sufrimos por parte de la presión social. A diario, un sin fin de habladurías te hacen daño y, si no tienes

un círculo afectivo consciente y amoroso, puede ser que te creas todo lo que dicen. Es ahí donde

corres el riesgo de perder tu esencia hasta que, en algún momento, te rebelas y te vuelves a encontrar.

Todo este sufrimiento tiene nombre de sistema, represión y asfixia, y es amigo del patriarcado: el

monosexismo. Estos últimos meses lo he nombrado mil veces porque es parte de la opresión que

sufrimos las personas plurisexuales. El monosexismo a menudo colabora alabando y premiando a las

personas que sienten atracción por un solo género, y odiando a las que lo sentimos por más de un

género. Este hecho va engendrando un odio hacia nuestra comunidad bi, imponiendo unas normas y

reglas sociales de relación afectiva, por ejemplo: limitarse a relacionarse con una sola persona y de un

solo género para huir de esa opresión interna.

No quisiera concluir sin expresar mi reflexión personal. ¿Qué podríamos hacer ahora? ¿Qué

necesitamos para combatir a esa parte del sistema? Se necesita formación sobre la realidad bisexual,

impartida por personas que lo somos, tanto en las aulas, como en todos aquellos ámbitos que nos

envuelven: sistema sanitario, servicios sociales, sistema educativo, etc. En definitiva, se necesita

educación y formación. No podemos olvidar tampoco que cada momento es el idóneo para visibilizarse

siempre y cuando lo elija cada persona.

Si me lo permitís, os propongo algo. Aquellas personas plurisexuales que estéis leyendo este artículo,

os animo a que os relacionéis con personas que os impulsen a mostraros tal y como sois. Cada

persona tiene su propio tiempo, pero tranquilidad, no hay prisas, tú y solo tú te pones esos tiempos.

Pero una vez que cojáis, como yo, ese impulso… Creedme, sabréis qué implica la palabra vivir. Del

mismo modo, me gustaría resaltar que cualquier espacio y lugar es el correcto para no dejarse borrar y

levantarse, ya sea de una silla o levantar la mano para decir: “Sí, aquí sí que hay una persona bisexual y

esa persona soy yo“.

[ 28 ]


HISTORIA

educación sexual

Historia LGTBIQ+

Difundiendo placeres.

Una educación sexual diversa y feminista.

Sexualitats - educació sexual feminista

Un programa de la entidad Sida Studi.

Aun viviendo en una sociedad hipersexualizada, persiste todavía un fuerte tabú para hablar

abiertamente de sexo, placer, relaciones, etc. Sobre todo, cuando nos toca hablar a las personas

adultas con criaturas y adolescentes. Esta contradicción explica por qué a pesar de que la educación

sexual sea un derecho universal, todavía genera mucho miedo pronunciar la palabra sexualidad en los

centros escolares mientras que las palabras “maricón” o “puta” se oyen de forma cotidiana en los

pasillos y en los patios.

Pese a las recomendaciones de implementar la educación sexual desde la primera infancia por parte

de instancias internacionales como la OMS, y de que la última reforma educativa, la LOMLOE (también

conocida como Ley Celaá), la establezca como uno de sus pilares fundamentales; la realidad que

observamos en el ámbito de la educación formal es que se deja en manos del profesorado. Sin apoyo y

sin formación específica, la posibilidad de incorporarla de manera transversal o en sus horas de tutoría,

en la práctica se traduce en una educación sexual que queda en tierra de nadie. Si el presupuesto se

ajusta o si el sector público subvenciona, algunos centros optan por externalizarla durante el segundo

ciclo de la ESO a asociaciones que ofrecen una educación sexual de calidad pero que,

desgraciadamente, disponen de muy poco tiempo para abordar la complejidad del ámbito sexual y

afectivo.

Estas intervenciones cohabitan con otras procedentes del ámbito sanitario, que acostumbran a

centrarse en la prevención de los riesgos biológicos. Es decir, en la prevención de las infecciones de

transmisión sexual (ITS) y los embarazos

adolescentes, que tienen un claro sesgo

heterocentrado. En este tipo de

intervenciones, no solo se dificulta el acceso a

la salud sexual por parte del alumnado LGTBI,

sino que además el miedo es la estrategia

velada que se propone para el cuidado de la

salud sexual. En un supuesto orden neutro de

las cosas, se omiten otras problemáticas como

las violencias machistas o aquellas asociadas a

no seguir las normas de género: la lesbofobia,

homofobia, la transfobia, las violencias hacia

las personas con expresión de género no

normativa, hacia personas no binarias, la

penalización de la sexualidad de las mujeres

(el estigma de la puta), por poner algunos

ejemplos.

Fuente: freepik.es/vector4stock

[ 29 ]


Historia LGTBIQ+

Frente al abordaje sociosanitario, desde Sexualitats – educació sexual feminista-, consideramos que

promocionar el placer (y no el miedo) es una de las bases fundamentales de las estrategias de cuidado

de la salud sexual, ya que cuando las personas estamos conectadas con nuestro placer tenemos

muchas más posibilidades para comunicar límites y deseos, negociar prácticas seguras y establecer

vínculos de respeto mutuo.

Por otra parte, teniendo en cuenta que la sexualidad más regulada, más normativa, es la heterosexual,

incorporar la diversidad sexual y de género en la educación sexual nos ayuda a visibilizar sexualidades

más allá de del corsé coitocéntrico, biologicista-reproductivo y cargado de estereotipos de género y

violencias machistas. En este sentido, hablar del placer de las sexualidades LGTBI ayuda a desmontar

las prescripciones, el “deber ser”, de la sexualidad normativa y abre la puerta a un campo ilimitado de

posibilidades, deseos y placeres para todas las sexualidades. Y de paso, atendemos las necesidades de

una parte del alumnado que pocas veces se aborda en las aulas y en los servicios de salud sexual. Esta

atención no es baladí, abordar la diversidad sexual y de género desde el placer nos permite dar un giro

de 180 grados a la prevención de la LGTBIfobia, para pasar de la concepción de “la minoría pobrecita y

vulnerable”, a un abordaje centrado en los procesos de empoderamiento y agencia.

Tras años de acciones educativas en centros

educativos de primaria y secundaria, tanto con el

alumnado como con las familias y el profesorado,

podemos afirmar que, de poco sirve apostar por

una educación sexual en las aulas, si ésta se realiza

desde un modelo biologicista que reproduce todo

tipo de desigualdades y violencias. El enfoque de las

intervenciones en educación sexual es fundamental

si queremos hablar de libertad, igualdad y derechos.

Así, es imprescindible poner el foco en todas

aquellas personas adultas que aun queriendo

acompañar a las infancias y adolescencias en el

desarrollo de su sexualidad, se sienten con pocos

recursos para ofrecer herramientas que les

permitan vivir una sexualidad placentera y libre de

violencias. Es por ello que, desde Sexualitats -

educació sexual feminista-, en 2023 inauguramos la

es

Escuela de educación sexual feminista, un espacio online de formación para profesionales sobre

educación sexual desde una perspectiva social y feminista. Para realizar el primer curso “Difundiendo

placeres” (de 30 horas), que se ofrece de forma gratuita, no es necesario tener conocimientos previos.

Los contenidos del curso estarán acompañados de textos de referencia, cápsulas audiovisuales,

seminarios y recursos educativos.

Profundizaremos en cómo construir, desde los feminismos, una mirada sobre la educación sexual que

atienda a las desigualdades sociales y proponga nuevos caminos basados en los cuidados, la

autonomía y la agencia. En una vertiente más práctica, compartiremos pedagogías transformadoras

que faciliten herramientas y estrategias para vivir sexualidades más placenteras y seguras. Este curso

invita a pensar lugares más allá de la sexualidad hegemónica y a revisar las prácticas educativas para

articular otras sexualidades posibles que pongan en el centro lo verdaderamente importante: los

vínculos, los afectos y el cuidado.

Si deseas más información puedes escribirnos a escuela@sidastudi.org o consultar nuestra web

https://salutsexual.sidastudi.org/ en la que encontrarás un extenso fondo de recursos educativos

[ 30]

vinculados a la educación sexual, que esperamos ayuden a impulsar una educación sexual integral para todas.


relaciones diversas

Lo importante de las relaciones...

¿monogamia, poliamor?

Isabel Clari

(Psicoterapeuta)

¿Monogamia? ¿Poligamia? ¿Relaciones abiertas?

Son muchos términos que hoy en día están en

el vocabulario social, hay mucha conversación

en torno a esto y muchas nuevas opciones de

relación. Pienso que la sociedad va

evolucionando y eso es algo natural y saludable.

En estas reflexiones entre amigas, donde se

plantea el tipo de relación que queremos tener,

es importante que no se nos olviden los

cuestionamientos más básicos e

importantes que tienen que ver con la

esencia, con el amor, con la salud y el

desarrollo personal a nivel del corazón,

incluso có a nivel espiritual. Preguntas como ¿cuánta capacidad tienes para amarte a ti misma/o? ¿Te

valoras realmente? ¿Cuánta capacidad tienes para tener intimidad con una persona? ¿Cuál es tu

dificultad con el compromiso? ¿Cómo de disponible estás en este momento de tu vida?

He ayudado a muchas personas en terapia con serios problemas para sostener la intimidad, el

contacto real, la mirada. Porque quizá aprendieron que quedarse en intimidad con alguien era algo

peligroso o que no han aprendido a quererse incondicionalmente. Quizá no han experimentado tener

un apego seguro. O no han trabajado aún sus condicionamientos, los aprendizajes antiguos, esos que

desde pequeñas nos han ido marcando y sí, por supuesto, también influyen en la forma en la que nos

relacionamos en pareja. Hay diferentes formas de apego aprendidas desde la infancia que, a la hora de

relacionarnos, pueden afectar desde el extremo de la dependencia emocional hasta el desapego

patológico. Por tanto, creo que es interesante esta nueva manera de ver la sexualidad y las relaciones,

pero es muy importante que, independientemente de este tema de monogamia y poligamia, mires

cuánta capacidad de compromiso, apego, cuidado mutuo y autocuidado, presencia,

intimidad y amor eres capaz de sostener.

Porque muchas veces tendemos a pensar que «lo bueno» lo quiere todo el mundo y lo desagradable

no. Pero no sabemos que en nuestro inconsciente están inmersos un conjunto de miedos y

condicionamientos aprendidos desde la infancia, y es ahí donde hemos de poner el foco para ser

realmente LIBRES. Porque, mientras exista opresión y condicionamiento interno, vas a pelearte con

[ las 31 ]


el mundo para ser libre cuando, en realidad, una vez que eres adulta, el rol opresor y el liberador

están dentro de ti. Eso sí, es necesario un trabajo de conciencia y trabajo personal lleno de

honestidad, cariño y valentía. Algunos recursos de autoconocimiento que usamos en terapia son

revisar el estilo de apego, quizá tu carácter del eneagrama, qué mecanismos de defensa utilizas y qué

funciones inconscientes tienen, revisar tu historia, sanar algunas heridas aún abiertas, aprender

nuevos recursos de gestión emocional. Es entonces cuando una relación sana se puede dar (sea

monógama, poliamorosa o como sea) porque vas a estar conectada contigo misma, con tu fuerza

y con tu verdad.

Como siempre digo, aparquemos los conceptos un rato y vayamos al corazón, al amor, a la

esencia, a la intimidad, a la sexualidad de calidad; vayamos a los vínculos sanos, llenos de

comunicación y respeto, sin luchas de ego ni de poder, con empatía, escucha, mirada y

presencia. Es ahí donde está la verdadera fuerza y la verdadera revolución. Mientras haya guerra

dentro de nosotras mismas, habrá guerras fuera, en el mundo. Lo que es a nivel micro, es a nivel

macro.

Si estoy triste y me cabreo por estar triste, me estoy tratando con lucha o con hostilidad, como ocurre

fuera, y al fin y al cabo es también una guerra interna de no aceptación. Es un valor cuando enfoco lo

que me falta o en lo que fallo, cuando lo miro desde el amor, para mejorar, no para criticar ni machacar

mi «defecto» o el de la persona que tengo enfrente, ni compararnos.

Aún no existe mucha

investigación social al respecto

de las relaciones

poliamorosas. Por lo que voy

viendo y acompañando a

personas, veo que es

imprescindible poder discernir

bien lo que sentimos, en

cualquier tipo de relación. Si

no has trabajado tu estilo de

apego aprendido en la

infancia, puedes justificar

determinados modos

neuróticos con algo sano que

se le parezca.ejemplo,

Por ejemplo, si tu estilo de apego es evitativo, con miedo a la intimidad, vas a sentirte cómoda en

relaciones sin compromiso y yendo para allá y para acá buscando sólo lo bonito, porque tu dificultad

está en la intimidad, quedarte, cuidar, estar en los momentos malos, sostener el dolor o las

dificultades, etc.dificultades, e

[ 32 ]


Si tienes un estilo de apego ansioso, más dependiente, por ejemplo, puedes aceptar una propuesta

de poliamor que en realidad no te sienta bien por miedo (disfrazado de…por amor…o porque te

quiero), olvidándote de ti misma y, al final, batacazo también. O, por el contrario, cerrarte al matrimonio

cuando en el fondo tienes otras inquietudes.

El último estilo de apego investigado, el apego aislado, quizá menos comprendido, también puede

justificar con cualquiera de las opciones actuales la mentira de «no necesito nada de nadie». Hay más

estilos de apego, estos son solo algunos ejemplos.

En cualquier caso, repito, que cuando hablo de justificaciones hablo de EGO, y que el ego puede

coger el lenguaje de la terapia y del mundo espiritual y montar una máscara como un edificio de

grande. El ego coge lo que sea para adaptarse, es como Terminator 3, lo desintegras y se vuelve a

integrar de nuevo, con los trozos que quedan, hay que estar muy atentas. Porque el ego no se va,

siempre tenemos la máscara puesta en una infinidad de formas. Una manera de tratarnos con

amor es ver cómo son estas formas que adopta nuestro sistema de defensa psicológico, para

no identificarnos con ellas sino con lo que somos en esencia.

Esta es mi visión como psicoterapeuta.

Trabajo por la salud y la libertad a nivel

interno, por eso quizá tengo esta visión

menos filosófica o de conceptos, sino más

centrada en el amor esencial. Por

supuesto que todas tenemos una

capacidad infinita de amar a muchas

personas, sólo tenemos que buscar

dentro de nosotras, para que sea un

verdadero amor y no miedo o conceptos

desconectados del corazón, ya sean en el

modo moderno o en el clásico de toda la

vida.

Tengo la experiencia de haber acompañado a muchas personas en relaciones monógamas que llevan

toda la vida sin haber trabajado estos aspectos, sufriendo o pegándose unos batacazos enormes. Lo

que ocurre es que aún no sabemos en la opción del poliamor cómo será esto de no trabajarse una

misma… mi hipótesis como terapeuta es que, igualmente, somos personas y ocurrirá lo mismo. Sin el

trabajo personal de conciencia, el ego se apodera de ti, y de una forma o de otra, adoptará la

forma que sea coherente con el condicionamiento que tengas. Puedes usar los conceptos de

la monogamia y poliamor para justificar tu estilo de apego y hacerte una manera propia sin

trabajarte los vínculos sanos, la empatía y la comunicación verdadera (sin sincericidios, por

favor); cosa que finalmente sería bastante neurótica. Lo importante es que, te sientas como te sientas,

eli

[ 33 ]


elijas el estilo de relaciones que elijas, que sea desde tu trabajo interior, desde tu libertad y tu amor

verdaderos, trabajando tus miedos reales más profundos en las relaciones, revisando tus figuras

parentales, etc.

De sobra es sabido que lo contrario del AMOR no es el odio sino el MIEDO.

Lo que quiero transmitir en este artículo es que lo importante es trabajar nuestra capacidad de

amar de verdad, de vincularnos sanamente, desde nuestra esencia, y crear relaciones sanas,

nutritivas, comprometidamente libres; la compasión, la conciencia y el amor.

Es muy importante, en este momento de auge de nuevos estilos de relación, estar muy conectada

con la verdad propia. Estar conectada con cómo te sientes ahora, ser honesta en este momento

contigo misma, ser amable y, sobre todo, comunicar a la compañera cuál es tu idea de relación. Ahora

más que nunca, son necesarios los contratos; antes nadie se planteaba nada porque había un único

modelo, pero ahora es necesario posicionarse ante la otra persona (al menos, en el momento

actual) en lo que sabemos que nos sienta bien o necesitamos. Los contratos pueden ir por escrito o

bien con un estrechamiento de manos y un brindis con una sonrisa, siendo siempre revisables más

adelante. Esta es la clave de la salud relacional en este momento tan bonito de cambios y diferencias, al

fin y al cabo… Lo importante es ENCONTRAR EL VERDADERO ENCUENTRO.

Lo que realmente nos nutre es la intimidad, el contacto real persona-persona.

HONESTIDAD

vínculos

SANOS

RESPETO

AMOR

comunicación

Sexualidad

EMPATÍA

LIBERTAD

Confianza

intimidad

[ 34 ]




cultura les

Salvada por los

FOTOGRAMAS

(lésbicos)

Chus Montilla

Creo recordar que corría el año 2007. Me

encontraba en mi habitación de piso compartido

en la ciudad de Málaga, después de acabar la

carrera e ir sorteando mis primeros trabajos

precarios. Estaba viendo no sé qué capítulo, ni de

qué temporada, pero lo que recuerdo

perfectamente era la serie que veía: The L Word,

para el público patrio: L. Tampoco recuerdo qué

escena concreta veía, solo sé que de pronto me

puse a llorar como una magdalena y me dije a mí

misma: “ya está, que sí, que eres lesbiana. Asúmelo,

no te lo niegues más”.

Y es que, para muchas personas homosexuales, sobre todo para las que tuvimos que lidiar con nuestra

orientación sexual hace ya algunos años, lo más duro no fueron esos momentos de “salida del

armario”, cuando lo fuimos teniendo que contar a familiares y amigos. Lo más difícil del camino fue la

autoaceptación. Para mí, eso fue lo más complicado, ese autorreconocimiento a mí misma como

lesbiana. Porque, aunque conocía a algunas personas del colectivo, y llevaba unos años fuera de casa

viviendo en ciudades con cierta apertura y libertad, también procedía de un pueblo pequeño de

interior y sentía que mis allegados podrían no entenderme ni aceptarme. Por aquello de no ser ni

sentirse diferente a lo normativo, me negué muchas veces lo que sentía. Tampoco era capaz de

compartir lo que me pasaba con nadie.

Durante mucho tiempo, y en la sociedad en general, de manera visible y abierta, me faltaron

referentes. los referentes. Dado que lo que una es y siente no se

puede acallar por mucho tiempo, me puse a buscar esa

representación en el medio audiovisual, pues siempre

he sido muy cinéfila. Entraba en páginas web como

Lesbicanarias y en foros. Supongo que, empezar a

[ 37 investigar ]


investigar y ver películas y series de temática lésbica, fue para mí una manera más suave y progresiva

de llegar a esa autoaceptación. Poco a poco, viendo esos besos en pantalla entre dos chicas, en la

intimidad de mi habitación, fui soñando primero y, poco a poco, admitiendo que todo eso me pasaba a

mí. Al verme reflejada y representada en esos personajes vi que no era nada malo, y que yo lo podía y

quería vivir. Por eso siempre digo que las películas y series lésbicas me salvaron.

He de decir que no me limitaba a la caza de contenido audiovisual, también buscaba libros e

información general del colectivo lésbico. Particularmente, me gustaba investigar qué personalidades

femeninas conocidas habían reconocido abiertamente estar fuera del armario, o de cuales se

rumoreaba que podían mantener una relación con otra mujer… porque, qué mayor referente hay que

saber que ahí fuera, más allá de las pantallas, había mujeres reales amando, deseando y viviendo

romances con otras féminas. En fin, yo era una especie de Lesbopedia. De hecho, tiempo después, las

amigas bolleras que fui haciendo me apodaron este sobrenombre que yo llevaba por bandera. Para

quien quería saber algo del mundillo lésbico, yo era su base de datos de referencia.

Retomando el primer párrafo, quizá la serie que más me marcó fue The L Word. Esta serie

norteamericana, a lo largo de sus seis temporadas, tuvo sus puntos flacos de guion y trama. Mostraba

principalmente como protagonistas a un grupo de mujeres lesbianas y bisexuales poco representativo,

pues prácticamente todas eran divinas de la muerte, ricas y exitosas. Pero dejando los detalles técnicos

y particularidades de lado, realmente sigue siendo “LA SERIE” por excelencia para las lesbianas y

bisexuales de la época. Marcó un antes y un después en la representatividad y en la visibilidad para las

mujeres del colectivo. Pues era la primera pieza audiovisual donde la mayor parte del elenco

representaba a personajes con diversidad sexual e identitaria, especialmente lesbianas. Y también

mostraba, en algunos personajes y tramas secundarias, prácticamente a todas las letras del colectivo.

Además, se mostraban sin tapujos besos y escenas de sexo más o menos subiditas de tono, como

pocas veces habíamos visto antes en pantalla.

Fueron los años de las primeras series web que, frente a las grandes cadenas que aún no se decidían a

mostrar de manera generalizada personajes y tramas diversos, permitían gran libertad de creación; con

menor presupuesto y la posibilidad de tener como público a todo el mundo, gracias a internet. Así

llegaron web series españolas como Apples o Chica busca chica. Esta última fue especialmente

importante para mí porque se creó un foro virtual de seguidoras de la serie, donde hice dos amigas a

a las las que por primera vez les fui hablando sobre mí

y mis dudas con respecto a la posibilidad de ser

lesbiana. Ese fue el segundo peldaño en mi

proceso: ser capaz de poner en palabras escritas lo

que me ocurría. Estas amigas me ayudaron mucho

a comprenderme y aceptarme. Hoy en día, puedo

decir que una de ellas sigue siendo una de las

personas más importantes de mi vida.

[ 38 ]


También puedo mencionar otras series de corte adolescente que me gustaron bastante, como Sugar

rush, con un humor muy inglés e irreverente. O también la estadounidense South of nowhere. Esta fue

una de las primeras series en las que se empezó a hablar de shippeo, ese extraño término que viene

del inglés, y que se refiere al deseo romántico, y en ocasiones utópico, de unir a dos personas o

personajes en un romance. Así, se puso de moda juntar parte de los nombres de ambos personajes;

en el caso de South of nowhere, Spencer y Ashley pasaron a ser #spashley.

Para el público gay masculino, ya existía un mayor numero de

películas y series como Queer as folk, y mayor visibilidad. Y bueno,

en esos años, tímidamente iban apareciendo cada vez más

personajes de mujeres lesbianas y bisexuales en series televisivas

españolas. Especialmente, no podemos dejar de mencionar

algunas parejas que contribuyeron mucho a la normalización de

ver historias y besos entre chicas en los salones españoles, como

Maca y Esther de Hospital Central, o Pepa y Silvia (las Pepsi para las

bollofans), en la serie Los hombres de Paco.

Pero eso no era suficiente, las mujeres lesbianas y bisexuales

estábamos tan ávidas de contenido y estábamos de referentes que devorábamos todo el material audiovisual que

aparecía gracias a la globalización de internet. Eran los años dorados del “pirateo”, y de una comunidad

altruista subtitulando los capítulos y filmes, y subiéndolos a la web.

Si hablamos en un sentido de calidad y visibilidad de aquellas películas y series, podemos decir que

muchas de ellas no eran especialmente buenas, y eran de bajo presupuesto, dado que la gran

industria todavía se negaba a financiar algo que parecía residual, para unas pocas. Pero series como

The L Word demostraron que había un porcentaje nada desdeñable de target, deseoso de este tipo de

contenido y dispuesto a gastar su dinero ocioso en DVDs, entradas de cine, merchandising, eventos

relacionados, etc.

En cuanto al género, podemos afirmar que, básicamente, había

dos grandes clasificaciones. Por un lado, estaban las comedias

románticas, en las que la trama solía ser salir del armario y lidiar

con la repercusión de esa revelación en el entorno de la/s

protagonista/s, o el enamoramiento de dos mujeres (donde casi

siempre una de ellas era hetero, hasta que se demostraba lo

contrario). Pero siempre desde un tono más tragicómico, donde

los problemas se resolvían y había finales felices o agridulces.

Podemos mencionar títulos míticos como Rosas rojas (Imagine me

& you), I can´t think straight, Guardando las apariencias (Saving face),

But I´m a cheerleader, Nina´s heavenly delights, Besando a Jessica

Stein, D.E.B.S., y un largo etcétera.stábamos

[ 39 ]


Por otro lado, estaban los dramas y los dramones, donde toda

esa aceptación de la orientación sexual o la identidad de género

eran procesos muy trágicos y difíciles, con muchos factores en

contra, y donde no pocas veces los desenlaces eran fatales,

incluso con la muerte de alguna de las protagonistas. Algunos

ejemplos son Aimee & Jaguar, Lost & delirious, Gia, Loving Anabelle,

The world unseen, Elena Undone, Las hijas del botanista, Eloise, Viola

di Mare, Si las paredes hablaran, Cuando cae la noche… También

recuerdo Tipping the velvet y Fingersmith, miniseries de la TV

británica basadas en los libros de la escritora Sarah Waters, etc.

De vez en cuando se colaba algún thriller como Lazos ardientes o

Cisne negro. Y, poco a poco, algunas de esas películas dejaron de

ser de corte independiente y de bajo presupuesto, para ser

grandes producciones que llegaban hasta los cines, lo cual era un

gran paso para la visibilidad. Justamente, estas dos películas de suspense son ejemplo de ello, con

directores y actrices muy reconocidos, y llegando a obtener importantes premios. Recuerdo otras

superproducciones dramáticas de aquella época, como Las horas o Habitación en Roma.

Rescatando la idea del deseo que teníamos las mujeres del

colectivo de este tipo de películas y series, me viene a la mente la

palabra “subtexto”. Tales eran nuestras ganas de ver en la pantalla a

dos mujeres que vivían una historia de amor, que nos veíamos

incluso aquello en lo que nunca llegaba a producirse tal relación, ni

siquiera un tímido beso. Muchas veces veíamos esa atracción por

debajo de la trama oficial, porque realmente estaba, pero no se

mostraba. Y, otras veces, sencillamente nos la inventábamos

porque queríamos que fuese real, creando luego historias paralelas

como fanfics o montajes en Youtube donde parecía que ocurría

algo más.

amos

Hasta entonces, era más común que pudieran llegar hasta nosotras películas anglosajonas, alguna

francesa o italiana... Pero, gracias a internet, tuvimos acceso a filmes con idiomas, historias y culturas

de las que jamás hubiéramos tenido noticias sin la "red de redes". Se me ocurren algunas como las

hindúes Sancharram (El viaje) o Fire, las suecas Fucking Amal y Kiss myg, o la israelí Los secretos (Ha Sodot).

Afortunadamente, quince años después de ese día en que me dije a mí misma que era lesbiana, los

tiempos han cambiado. Nuestro país y nuestro colectivo han ido conquistando derechos y espacios, así

como ganando representatividad y visibilidad. La situación en muchos países del mundo también ha

ido mejorando. Y, aunque queda mucho por alcanzar, todos esos cambios también se han ido

trasladando a los referentes audiovisuales. Y a la inversa, es decir, la presencia de estos referentes en

cieciedad [ 40 ]


las pantallas, ha contribuido mucho a la

normalización y aceptación, por parte de la

sociedad, de nuestras existencias, vivencias,

sentires y deseos diversos.

Con los años, se han ido realizando más

películas y series de mayor calidad, con más

recursos y capacidad de difusión, llegando

también a las televisiones y a los cines. Así

mismo, vemos que cada vez se incluyen con

más normalidad en los productos audiovisuales

personajes del colectivo tratados con mayor naturalidad y realismo. Se va huyendo de los tópicos y de

las tramas manidas y extremadamente trágicas, dándoles la posibilidad a esos protagonistas de vivir

todas sus facetas, no solo la que concierne a su sexualidad o identidad sexual.

Echando la vista atrás, a pesar de las deficiencias en la calidad, el tratamiento de algunos temas, las

tramas y los personajes, solo puedo estar agradecida por haberme topado con esas obras y ese

ejército de fans que, poco a poco, me ayudaron a sentirme menos sola, a aceptarme y quererme como

mujer lesbiana.

Al final, pude trasladar esas escenas, esos romances y esos besos, y vivirlos en mi realidad.

Al final, tuve mi final feliz, y lésbico.

[ 40 ]


poesía

Guerra

Parece que esté lejos

pero hoy en día

el mundo es tan pequeño

y tan ciega la noticia

El ruido de bombas

Desgarra el silencio

Como estalla el trueno

En un mar de sombras

Grita el abuelo

Gime la tierra

Derrama el cielo

Lágrimas negras

La luna menguante

Acuna a los pobres

Y apaga la noche

Vestida de sangre

El niño contempla

Como los mayores

Luchan sin razones

No entiende nada

Prefiere su guerra

Donde las mentiras

Al menos no matan

Tan sólo juegan

@versologica

[ 41 ]


CINE

CINE Y SERIES LGTBI+

In my skin

Serie de TV

Rosario Rossi

Género: drama/ comedia negra

Calificación: 16+

Contenido: adolescencia, LGTBI+, familias...

Directoras: Lucy Forbes y Molly Manners.

Reparto: Gabrielle Creevy, Jo Hartley, James

Wilbraham, Poppy Lee Friar, Rhodri Meilir...

País: Reino Unido. Año: 2018-21

Serie completa: 2 temporadas y 10 capítulos.

Duración por capítulo: 30 minutos aprox.

CINE

literatura

RESEÑA

“Maquillar un poco la verdad no hace daño a

nadie" es la primera frase que dice Bethan, la

protagonista, al inicio de la serie. Y valga como

declaración de intenciones de todo lo que viene

después.

La crudeza de la cotidianidad, con su drama,

comedia y ternura, y todo sin paliativos.

Una serie sin artificios ni estridencias, con unas

interpretaciones maravillosas, que acaba siendo

una serie trepidante, de las que se ven en un

rato. La ternura de sus personajes impregna la

narrativa con la que se desarrollan las diferentes

tramas, que abordan temas tan crudos como la

enfermedad mental, la pobreza, la

homosexualidad, el bullying e incluso la violencia

machista.

La mentira como hilo conductor de la realidad

de nuestra sociedad. La mentira como

herramienta para sobrevivir a la adolescencia,

donde encajar es una prioridad.

[ 42 ]

Aparentar una vida perfecta, interesante,

entretenida e incluso opulenta, para no mostrar la

realidad de la clase obrera que se enfrenta a los

problemas diarios en clara situación de

desventaja. En definitiva, el argumento no es otro

que tratar de salvar la distancia entre la imagen

que proyectamos en los espacios públicos y

sociales, como el colegio o el trabajo, a nuestras

miserias de puertas para adentro, con las

inseguridades propias de una adolescente.

De historias de adolescentes tenemos las

plataformas llenas, pero lo que diferencia a esta

de las demás es la forma de contarlo, su

originalidad basada en nada más y nada menos

que lo cotidiano.

En definitiva, es una serie que conmueve a la

espectadora, pero no lo hace con un tono

melancólico, ni siquiera de reproche, menos aún

de chantaje emocional. Para ello tira de una

chispa de descaro, que prende de principio a fin, y

que le da una singularidad a la serie que la

convierte una de las mejores series inglesas de los

últimos años.


CINE

literatura LGTBI+

Las malas

Camila Sosa Villada (2019)

Nono Solano

Camila Sosa Villada

(1982 - La Falda, Argentina)

Escritora, dramaturga y actriz argentina. Esta obra,

que la ha catapultado a la fama, es éxito de crítica,

público y ventas, y ha ganado varios premios.

RESEÑA

Estoy en Madrid. Voy a Berkana: Berkana, el

Prado, LL bar siempre. Quiero comprar Lemebel

pero me termino perdiendo en ese mar de

libros. Quiero Lemebel pero compro Las malas.

Salgo de la librería con un libro en una bolsa

negra y tomo café casi enfrente. Un buen rato

después no puedo olvidar el comentario al

pagar: "un libro duro." Historias duras, quizás

por eso en una bolsa negra. Durante el café lo

abro, ojeo. Recuerdo que alguien había escrito

en “insta” sobre este libro. Lo busco pero no lo

encuentro. En Instagram todo es efímero, hasta

la vergüenza.

Las malas ¿Quiénes son las malas? ¿Por qué son

malas?

Estoy en Chueca este fin de semana y quizás no

tendré tiempo de empezar a leerlo y llevo fatal

no empezar a hacer lo que me gusta cuando me

apetece. La promesa de una noche en vela me

hace olvidar el libro en la mochila. Da igual

cuándo empiece a leerlo porque no voy a poder

dejar de hacerlo.

en

Las malas hablan del espacio no conquistado y de

los refugios. De los lugares en que existe la

libertad y de los que somos expulsades. Son

muchas historias, el viaje de las que no tienen

destino y están condenadas a estar siempre de

paso. La maternidad, el amor, la amistad, la familia

escogida y la que da la espalda, la sociedad, la

identidad, la decisión de ser una misma, el deseo

y la soledad, el rechazo, la doble moral. Las malas

danzan en la noche y se muestran en libertad. Las

malas durante el día son negadas y deben volver a

sus cuevas.

Leo todo esto bastante tiempo después bajo una

sombrilla y entiendo el comentario “un libro duro”.

Observo el espacio que se extiende frente a mí,

aprendo que el refugio de una simple sombrilla es

necesario. Es un lugar muy pequeño en el que

casi no me puedo ni mover, es difícil estar aquí

dentro. Esta no es mi cueva y soy un afortunado,

pero pienso, ¿y si no lo fuera?

SINOPSIS

Las Malas relata la cruda realidad que vivieron las

travestis que se tuvieron que marchar de sus

casas, unas veces castigadas físicamente por la

policía, y otras por los clientes de la prostitución.

La autora, a través de una crónica diferente, nos

adentra en un mundo que a veces es un cuento

de hadas, y otras, un cuento de terror.

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FUENTES

EN EL ARTÍCULO: “Nacimos desnudxs, y todo lo demás es drag”

Anzaldúa, Gloria (2012). Borderlands. La Frontera. The New Mestiza. 4th ed. Aunt Lute Books. San

Francisco. Chapter 1: “The Homeland, Aztlán,” Ch.5 “How to Tame a Wild Tongue,” Ch.7 “La concienzia

de la mestiza”.

RuPaul (1995). Lettin it all hang out : an autobiography. New York : Hyperion.

Butler, Judith (2006). Gender Trouble. Routledge Classics. London, England: Routledge.

Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí."The Invention of Women". University of Minnesota Press. Retrieved 2021-11-15.

IMÁGENES UTILIZADAS:

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USO Y DIFUSIÓN DE GEN MULTICOLOR:

La presente revista está realizada por la asociación DeFrente LGTB de Sevilla. Tanto la entidad, como

esta publicación, no tienen ánimo de lucro. La revista Gen Multicolor se publica gratuitamente en su

web www.defrente.org. Algunos números también llegan a imprimirse en papel con la colaboración de

entidades públicas, y se distribuyen gratuitamente en la ciudad de Sevilla.

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Anteriores portadas de la revista Gen Multicolor.


créditos

EDICIÓN

Carmela Borrego Castellano

Leire Alonso Allué

Chus Montilla González

DISEÑO Y MAQUETACIÓN

Chus Montilla

REDACCIÓN

Carmela Borrego

Nono Solano

Helen Stamp

Irene N. Franco

Chus Montilla

COLABORACIONES

Carmen G. Hernández

Kris García

Mª José Fernández

Almudena Pérez

Sida Studi

Teresa Castro

Clara Malpica

@versologica

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ASÓCIATE / COLABORA

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[ 46 29 ]


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Octubre de 2022

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