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6 SANTO DOMINGO, RD. DOMINGO <strong>27</strong> DE NOVIEMBRE DE <strong>2022</strong> 10 cm<br />
La República Lecturas de domingo<br />
5 cm<br />
4 cm<br />
Enfoque: Política<br />
3,5 cm<br />
Política: Afortunadamente, después de pasar casi 20 años preso, logró reunirse con su noviecita cubana,<br />
Eloísa Ferro, y vivió felizmente casado con ella hasta que le cerró los ojos.<br />
3 cm<br />
Santiago Morales:<br />
EL HOMBRE QUE REGRESÓ DEL INFIERNO<br />
CARLOS ALBERTO<br />
MONTANER<br />
ESTADOS UNIDOS<br />
Santiago me advirtió<br />
el resultado de<br />
estas elecciones.<br />
Se conocía al dedillo<br />
la sociedad<br />
americana. En el momento<br />
de los comicios anteriores,<br />
muchos cubanos se sorprendieron<br />
cuando Santiago Morales<br />
pidió el voto para Joe<br />
Biden y yo aseguré que no<br />
se trataba de un comunista.<br />
Bastaba con revisar la votación<br />
de Biden a favor de<br />
las transmisiones de Radio<br />
y TV Martí hacia Cuba. Era<br />
obvio que “Biden no era un<br />
peligroso hombre de la izquierda<br />
marxista”, como lo<br />
presentan sus adversarios.<br />
Santiago era “demócrata”<br />
y yo “independiente”. Unas<br />
veces votaba con los republicanos<br />
y otras con los demócratas.<br />
A veces votaba<br />
con los libertarios. Dependía<br />
del candidato. También<br />
votaba en España. En ese<br />
caso, dependía de dónde estuviera<br />
radicado.<br />
Recibo puntualmente las<br />
“Notas de Dolor” que me envía<br />
la Unión de Expresos Políticos<br />
Cubanos. Acaba de<br />
fallecer Santiago, mi entrañable<br />
amigo, quien fue preso<br />
político. Tenía 80 años.<br />
Son más de 100,000 hombres<br />
y mujeres. Algo más del<br />
uno por ciento de la población<br />
cubana. Si fueran los<br />
gringos, alcanzaría el millón<br />
doscientos mil personas<br />
pasadas por los calabozos.<br />
Han transcurrido más<br />
de 60 años y aún hay más<br />
de mil prisioneros de conciencia.<br />
Todos han pasado<br />
por las cárceles políticas de<br />
los Castro. Unos, pocos meses<br />
–como es mi caso, porque<br />
me escapé a los 17–, y<br />
otros muchos, hasta 10, 20<br />
1) Santiago Morales.<br />
o 30 años en condiciones infrahumanas,<br />
como les sucedió<br />
a los comandantes de la revolución<br />
cubana Huber Matos y<br />
Jaime Costa, conocido como<br />
“el Catalán”, a Roberto Martín<br />
Pérez, al líder sindical Mario<br />
Chanes de Armas, exasaltante<br />
del Moncada y expedicionario<br />
del Granma, o al poeta Ángel<br />
Cuadra, fundador del Pen<br />
Club en el exilio cubano, por<br />
sólo mencionar a unos cuantos<br />
fallecidos. Muchos han perecido<br />
por fusilamiento o por<br />
maltrato en los más de sesenta<br />
años que lleva esa dictadura.<br />
No menciono a los centenares<br />
o miles de muertos, ahogados<br />
o devorados por los tiburones<br />
en el estrecho de la<br />
Florida, porque es un número<br />
bastante impreciso de personas,<br />
aunque se calcula que el<br />
resultado de sobrevivir en una<br />
precaria balsa es del 50%. Por<br />
cada persona que consigue llegar<br />
a Florida, una muere en el<br />
intento.<br />
Santiago Morales Díaz<br />
(“Notas de dolor”. Las aclaraciones<br />
entre paréntesis y en<br />
cursiva son mías)<br />
Natural de Pinar del Río se<br />
incorporó a los campamentos<br />
de entrenamiento en Centro<br />
América con 19 años el 01<br />
de julio, 1960, siendo el Brigadista<br />
#2531 (comenzó con el<br />
#2500, así que fue uno de los<br />
primeros. Se llamaba Brigada<br />
de Asalto 2506). Nació el 16<br />
de marzo, 1942. Infiltrado en<br />
Cuba para apoyar a los grupos<br />
de resistencia en La Habana,<br />
fue arrestado y condenado a<br />
30 años en la Causa 41/1962<br />
de La Cabaña. (No lo fusilaron<br />
porque era menor de edad y la<br />
ley, entonces, lo prohibía, algo<br />
que el gobierno ignoraba con<br />
frecuencia). Su número era<br />
el 31,013 en el Presidio de Isla<br />
de Pinos. Luego le radicaron<br />
la Causa 513/1967 de La Habana<br />
(dado que se fugó de la<br />
cárcel, estuvo varios meses escondido<br />
a la espera de un barco<br />
clandestino que nunca llegó<br />
a Cuba. Más adelante fue<br />
recapturado). Indultado el 25<br />
de mayo de 1979 (por gestiones<br />
del banquero Bernardo Benes<br />
de acuerdo con la administración<br />
de Jimmy Carter, quien<br />
admitió a casi tres mil presos<br />
políticos cubanos en su país),<br />
emigró a EE.UU donde fue un<br />
próspero hombre de negocios<br />
que jamás olvidó su compromiso<br />
con la causa por la Liber-<br />
tad de Cuba. (Fundó en Miami<br />
“Maxi-Force, una empresa<br />
dedicada a la fabricación y<br />
exportación de piezas de repuesto<br />
para maquinaria agrícola<br />
de marca. Llegó a vender<br />
varios millones de dólares<br />
anualmente. Fabricaba, fundamentalmente,<br />
en Turquía).<br />
Hasta ahí la “Nota de Dolor”.<br />
Santiago Morales algo que había<br />
aprendido de una manera<br />
escalofriante. En 1962, cuando<br />
él cae preso, y fines del 66,<br />
cuando consigue evadirse de<br />
la cárcel, se había producido la<br />
transformación de Cuba. Aquel<br />
pueblo levantisco y rebelde,<br />
que se había sacudido el yugo<br />
español, las dictaduras de Gerardo<br />
Machado y la de Fulgencio<br />
Batista, se había convertido<br />
en una sociedad temerosa<br />
de marionetas arratonadas. Las<br />
represalias del régimen castrista,<br />
y el temor a la muerte, habían<br />
logrado, como en todos<br />
los países que formaban el Este<br />
de Europa, una ciudadanía<br />
que aplaudía “sinceramente”<br />
su propia destrucción. El comunismo<br />
constituía una tiranía<br />
perfecta.<br />
–¿No tienes resentimientos<br />
contra EE.UU. cuando te infiltraron,<br />
inútilmente, en Cuba?<br />
–le pregunté una tarde-noche<br />
en su casona de Coral Gables.<br />
Se quedó mirándome sorprendido.<br />
Prendió un habano<br />
y me dijo: “No. Era muy difícil<br />
luchar contra ese tipo de<br />
dictadura. Yo era un chiquillo<br />
inexperto y tenía 18 o 19<br />
años. A esa edad no se envía a<br />
la muerte a un muchacho. Pero<br />
nadie me obligó a infiltrarme<br />
en Cuba. Eso sí, todos los<br />
infiltrados por la CIA en el Este<br />
fueron cazados sin piedad<br />
y ejecutados. De eso me enteré<br />
mucho después. Los métodos<br />
represivos de las dictaduras<br />
son diferentes”.<br />
Afortunadamente, después<br />
de pasar casi 20 años preso,<br />
logró reunirse con su noviecita<br />
cubana, Eloísa Ferro, y vivió<br />
felizmente casado con ella<br />
hasta que le cerró los ojos.<br />
Murió de cáncer de páncreas.<br />
He conocido pocas personas<br />
más deseosas de continuar viviendo.