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21.Aprenda optimismo Haga de la vida una experiencia gratificante

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convierte al hombre en optimista, mientras que vender menos lo convierte en

pesimista.

Nuestro siguiente paso consistía en hallar las causas que producían un resultado u

otro, midiendo el optimismo en el momento de la contratación y observando quiénes

eran los mejores durante el siguiente año. Con el fin de poner a prueba nuestra teoría

tomamos los primeros 104 agentes contratados, en enero de 1983, en el sector oeste

de Pensilvania. Todos ellos habían aprobado el Perfil Profesional y luego habían

recibido el curso preparatorio para su capacitación. Hecha la selección, a los 104 se

les hizo el ASQ. Pensábamos que deberíamos aguardar un año hasta que estuvieran

reunidos los datos de producción que nos permitieran llegar a alguna conclusión

importante. Tal como ocurrieron las cosas, no tuvimos que esperar.

Quedamos pasmados al ver en qué medida son optimistas los nuevos agentes de

seguros. Su grupo alcanzó un promedio G–B (la diferencia entre la pauta explicativa

para las cosas buenas y la pauta explicativa para las malas) por encima de 7. Es un

nivel muy superior a la media y sugería que solamente se presentaban como

aspirantes los muy optimistas. Los agentes de seguros de vida, como grupo, son más

optimistas que las personas de cualquier otro sector que hubiéramos estudiado hasta

ese momento: vendedores de automóviles, agentes de Bolsa, cadetes de West Point,

gerentes de restaurantes de la cadena Arby’s o candidatos a presidente de Estados

Unidos, además de destacados deportistas como beisbolistas de las grandes ligas o

nadadores de primer orden. Es decir que habíamos elegido la profesión exacta para

empezar nuestro trabajo, una profesión que requiere tener un enorme optimismo

solamente para ingresar en ella y un extremado optimismo para tener éxito.

Pasado un año observamos cómo habían funcionado los agentes. Tal como nos lo

advirtiera ya John Creedon, más de la mitad de los contratados en 1983 habían

renunciado; en el primer año dejaron su trabajo en la compañía 59 de los 104

contratados.

¿Quiénes se habían ido?

Los agentes calificados en la mitad menos optimistas según el ASQ tenían el doble

de probabilidades de renunciar que los de la mitad más optimista. Los clasificados

en la cuarta parte menos optimista tenían tres veces más probabilidades de irse que

los de la cuarta parte más optimista. En contraste con eso, los de puntuación más

baja de todos de acuerdo con el Perfil Profesional no presentaban una mayor

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