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21.Aprenda optimismo Haga de la vida una experiencia gratificante

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que manejarse ante hechos adversos. Algunos de aquellos hombres, antes de la

universidad, manejaron los fracasos con «defensas maduras»: buen humor, altruismo,

sublimación. Otros nunca lo hicieron: por ejemplo, cuando una chica rompía con

ellos, recurrían a la negativa, la proyección y otras «defensas inmaduras». Resultaba

muy llamativo que aquellos hombres que habían tenido defensas maduras poco

después de la adolescencia a medida que avanzaron en la vida tuvieran éxitos en

todos los órdenes y gozaran de buena salud. Cuando llegaron a los sesenta, ninguno

de los que tenía defensas maduras a los veinte padecía una enfermedad crónica; al

mismo tiempo, más de un tercio de los que carecieron cuando jóvenes de defensas

maduras tenían muy poca salud a los sesenta.

De modo que ahí estaba el grupo que nosotros queríamos. Cuando jóvenes habían

escrito declaraciones personales; cuando hicieron esas declaraciones eran personas

sanas y de éxito; durante toda la vida se les había seguido el rastro y ahora eran

viejos. Además de todo eso, disponíamos de otro tipo de información acerca de sus

personalidades y sus vidas. ¿Serían más sanos durante toda la vida los optimistas

que formaran parte del grupo nutrido? ¿Vivían más?

Con toda generosidad, George estuvo de acuerdo en trabajar con Chris Peterson y

conmigo. Está convencido de que es el custodio de una muestra única y

preciadísima, y «la presta» (cuidando siempre de mantener el anonimato de aquellos

hombres) a otros científicos serios que aspiran a encontrar las condiciones que

pueden predecir la salud y el éxito a través de los años.

Decidimos emplear la técnica del «sobre cerrado». George se ocupó de que

trabajáramos ignorando absolutamente la identidad de esos hombres y sin saber

quiénes eran los sanos. Empezamos por elegir al azar una muestra que alcanzaba a la

mitad de los hombres (noventa y nueve) y les entregamos textos escritos por ellos

entre 1945 y 1946, a su regreso de la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de

documentos muy valiosos, llenos de explicaciones tanto pesimistas como optimistas:

«Se hundió el buque porque el almirante era un estúpido…»

«Nunca pude llevarme bien con aquellos hombres porque todos ellos casi me despreciaban por ser un

estudiante de Harvard.»

Aplicamos la técnica CAVE a todos los textos y con ellos redactamos un retrato

de la pauta explicativa de cada uno de los sujetos del experimento en los años de su

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