Revista Comunidad Lanus 5784

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ELIAHU HANABÍ
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EL PROFETA ANHELADO
Fue uno de los más grandes profetas de la
historia y la leyenda judía.
Su historia se narra en unos pocos capítulos:
en Reyes I (caps. 17 al 21) y en Reyes II (caps. 1 y
2)... Sin embargo la huella que deja en nuestra
tradición y su mítica es de un impacto mucho
mayor.
Era oriundo de Tishbe, en Guilad, al este del
río Jordán, por lo que se lo conoce como
Eliahu Hatishbí.
Vivió en la época de Ierobam Ben Nevat (S IX
AEC), tiempos en que el Reino Judío se dividió
en dos: Israel y Iehudá. Esa era la época del
Primer Templo, construído por Salomón; pero
después de la escisión gran parte del pueblo
de Israel y sus reyes estaban hundidos en la
idolatría.
Sus principales adversarios fueron el rey Ajav
y su esposa la reina Izebel (Jezabel), del Reino
del Norte, cuya capital estaba en Samaria.
Sobre Ajav se dice:
“Acab… hizo lo malo ante los ojos de D´s, más
que todos los reyes que lo precedieron…Como
si hubiera sido poco el cometer los mismos
pecados de Jeroboán…. se casó con Jezabel
hija de Et Baal, rey de los sidonios, y se dedicó
a servir a Baal y a adorarlo…” (Reyes I 16, 30)
Es decir, que el rey se había desvíado del
camino de la Torá, llegando incluso a casarse
con una mujer del culto prohibido y, que sería
la reina. En este contexto, viene la palabra de
D´s a Elías.
El primer encuentro con Eliahu es cuando
profetiza al rey Ajav, en nombre de Di-s, que
habría sequía en el reino y no llovería hasta
que El Todopoderoso lo permitiera. Se
consideraba a Baal como el dios cananeo
responsable de la lluvia y el rocío, por lo cual
esto era una afrenta a dicha creencia extraña.
Luego de ese anuncio, por orden de D´s,
huye hacia el este para esconderse junto a un
arroyo. De allí bebe agua y es alimentado, 2
veces al día, por unos cuervos que le traen
carne y pan.. Aquí empezamos a ver el
aspecto maravilloso en la historia de este Nabí.
Más adelante, Eliahu retorna hacia Ajav con
un plan para intentar modificar la situación
de idolatría imperante. Pide al rey que
reuniera a los 450 profetas de Baal, y a los 400
de la diosa Asherá (muy queridos por la reina
Jezabel), para juntarse con él en un lugar.
Eliahu competiría frente al pueblo con ellos,
para dejar claro quién de ellos era un profeta
de verdad.
Una vez reunidos todos, Eliahu se dirige al pueblo:
“¿Hasta cuándo van a seguir indecisos?...
Si el Dios verdadero es Ad-nai, deben seguirlo;
pero si es Baal, síganlo a él..”. (Reyes I, 18:21).
Interesante forma de interpelar al pueblo,
que se queda callado sin poder responderle.
Aquí, los falsos profetas no tienen éxito, por
más que invocan con insistencia a sus dioses.
En cambio, cuando es el turno de Eliahu y
este clama pidiendo a D´s una respuesta,
narra el texto:
“En ese momento, cayó el fuego de Ad-nai y
quemó el holocausto, la leña, las piedras y el
suelo, y hasta lamió el agua de la zanja…
Cuando vieron esto, todos se postraron y
exclamaron: ¡El Señor es Dios! ¡El Señor es
Dios!.” (Reyes I 18, 38).
Además de esto, Eliahu realizó otros milagros
y maravillas en nombre de Elohim.
Antes de partir, instruiría a su continuador
que sería un joven llamado Elisha (Eliseo).
Es curioso el gran misticismo que rodea el
final de la vida terrenal de Eliahu, ya que se
dice que “ascendió a los Cielos” sin morir, y que
fue llevado en un carro con caballos de fuego.
Estaba Elisha caminando con Eliahu… "Y he
aquí que apareció un carro de fuego, y
caballos de fuego, que los separaron, y
Eliahu fue levantado hasta el Cielo por un
fuerte viento. Y Elisha lo vio y gritó: ‘¡Padre
mío, padre mío!, los carros de Israel y sus
jinetes"'. (Reyes II, 2:11-12)
Imaginen cuanto ha sido comentado este
relato por los cabalistas y místicos.
Eliahu, también es conocido como Malaj
Habrit (el “Ángel del Pacto”), quien según la
tradición judía, está presente en cada Brit
Milá (circuncisión), cuando un nuevo judío es
traído al mundo, por eso es costumbre dejarle
reservado un asiento en su honor.
Eliahu era muy celoso de Elohim y de que
Israel cuidara el Pacto, por eso es relevante su
presencia en esta ceremonia, testificando
que la Mitzvá del Brit se sigue observando en
Am Israel.
Otra particularidad sobre Eliahu, que aparece
en Malaquías, es su cercanía con los días de la
Redención:
“He aquí que estoy por enviarles al profeta
Elías antes que llegue el día del Señor, día
grande y terrible. Él hará que los padres se
reconcilien con sus hijos y los hijos con sus
padres; así no vendré a herir la tierra con
destrucción total..” (Malaji, 4, 5)
Esta expresión “establecerá los corazones de
los padres en los hijos, y los de los hijos en los
de los padres", implica unir las generaciones
del Pueblo Judío, y lleva implícito el anuncio
de una época de paz. En nuestra tradición,
esto se conoce como los tiempos del Mashiaj.
Es probable que alguna vez hayamos
cantado: “Eliahu HaNavi, Eliahu HaTishbi,
Eliahu HaGiladi…” Eliahu el profeta, Eliahu, el
tishbita, Eliahu el guiladita…” “Bimeira Yavo
Eleinu, im Mashiaj ben David”… “Que pronto
llegue, acompañado del Mashiaj, del tronco
de David"...
Esto también suele cantarse al final de la
Havdalá, los sábados por la noche.
A Eliahu se lo considera un profeta particular
con una misión especial: ser el precursor de
esta época tan ansiada.
Además, su nombre está presente en la
celebración del seder de Pesaj, donde
añadimos una 5ta copa que no tomamos, y
que designamos “ la Copa de Eliahu”.
Ahuva Klein, copa de Eliahu
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