Canastones- El torneo de básquet soñado

A mi primo Juanma
y a aquellos veranos extremeños que,
de niños, nos oyeron soñar.
A. C.
CANASTONES VOL.1
El torneo de básquet soñado
Primera edición: febrero de 2024
© Texto: Alberto Casamayor Otero, 2024
© Ilustraciones: Palma&Kako, 2024
© Editorial el Pirata, 2024
Sabadell (Barcelona)
info@editorialelpirata.com
editorialelpirata.com
Todos los derechos reservados.
ISBN: 978-84-19898-06-7
Depósito legal: B 11167-2023
Impreso en China
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EL TORNEO DE BÁSQUET SOÑADO
Escrito por
Alberto Casamayor
Ilustrado por
Palma&Kako

¡Pásamelaaa!
SOY JOEL,
TENGO NUEVE AÑOS
Y, HASTA HACE UNAS SEMANAS,
NI SIQUIERA ME GUSTABA
EL BALONCESTO.
PERO YA ME VES…

Mi porcentaje de tiros es taaaaaan bajo que cualquiera
de mis compañeros le pasaría la pelota a un
mandril antes que a mí.
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Bermúdez, que es el base de mi equipo y mi mejor
amigo, acaba de hacer una finta, con tan mala suerte
que el balón le rebota en el pie y se le escapa.
Botando, botando, ¡la pelota viene hacia mí!
Quedan cinco segundos.
La atrapo.
¿Para qué he estado todo el partido pidiéndola?
¡Si estoy muerto de miedo!
El público ruge, una señora levanta los brazos y la
mortadela de su bocadillo sale volando.
El coach grita:
— ¡Tiraaaaaaaaa!

Me tiembla todo.
El jugador más alto del equipo contrario, que a mí
me parece que mide tres jirafas, extiende los brazos
para taparme la canasta.
¡Cuatro segundos!
Me doy la vuelta para que no me quite el balón.
¡Tiraaaaaaaaaa!

Lanzo el balón hacia atrás.
El mundo entero parece moverse a cámara lenta:
el balón se eleva en el aire, dibuja una parábola
por delante del marcador y del cronómetro.
¡Dos segundos!
Empieza a caer.
Me doy cuenta de que ni se acerca a la canasta.
¡Vamos a perder el campeonato!
¡Tiraaa!
¡Tiraaaaa!
¡No! ¡Él no!
¡No! ¡Él no!

Pero esperad, esperad… Ya os he dicho que antes
ni siquiera me gustaba el baloncesto.
¿Queréis saber cómo empezó todo?
¿Qué nos ha llevado a mis amigos y a mí hasta
la finalísima del Campeonato Municipal de Baloncesto
patrocinado por Hamburguesas Vegetales
Potra, «prueba una y querrás otra»?
Pues retrocedamos en el tiempo, no os perdáis
lo que viene ahora.
¡BOING!
8

JOEL
2
Ese soy yo.
Nada me gusta más que los cómics de Mr. Prodigio,
mi superhéroe favorito, porque es capaz
de escapar de cualquier trampa.
Sueño con ir a una convención
de cómics, aunque mis padres,
como son autónomos,
no tienen ni tiempo
ni dinero para llevarme.
Pelo ondulado
mal peinado
Os confío un secreto:
cuando estoy en mi cuarto,
hago pelotillas con el papel
de las magdalenas
y las lanzo a la papelera,
¡de espaldas!
Y, muchas veces,
las encesto. Bueno,
en realidad dos veces…
En toda mi vida…
Camiseta
manchada
de kétchup
Cómic de
Mr.Prodigio
Herida del
último partido
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Es el primer jueves del curso, unas semanas antes
del lanzamiento que os he contado, y es la hora de
Educación Física.
Nos estamos cambiando en el vestuario cuando
nos enteramos de que nuestro profesor, al que todos
llaman Pitecus (o πTQS) porque dicen que ya
existía antes de que los dinosaurios poblasen la
tierra, se ha jubilado.
—Qué tragedia —le digo a Bermúdez.
—Sí, era un profe COMPRENSIVO, nos aprobaba
sin esfuerzo EXCESIVO.
A Bermúdez y a mí nos parece que el esfuerzo
físico está sobrevalorado.
Y el profesor Pitecus estaba de acuerdo.
Si éramos capaces de mantenernos en fila y correr
dando vueltas al patio sin hacernos daño,
nos ponía buena nota.
Incluso si no corríamos, mientras no nos hiciéramos
daño, también nos ponía buena nota.
Una voz grave hace retumbar las paredes y los
fluorescentes del techo del vestuario.
La voz grita:
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¡EH!
Me llamo
EVANS…
… y me podéis llamar
Evans, profesor Evans
o, si lo preferís,
«¡Eh! ¡Vans!».
¡Vamos
a ponernos
en forma!
¡Tooodos fuera,
en dos filas!

Salimos como ratas de un naufragio y nos quedamos
de piedra.
Frente a las espalderas, hay preparado un circuito
que incluye saltar el potro, dar una voltereta
sobre el plinto, colgarse de unas escaleras y
recorrerlas hasta una cuerda por la que tenemos
que subir hasta el techo.
No tengo ni idea de cómo, pero por primera vez
en mi vida soy el primero en la fila.
Soy Joel,
no sé si el anterior
profesor le habrá
hablado de mí…

No, está claro que el profe Pitecus no le ha hablado
de mí. Trago saliva y miro al potro.
Os prometo que ordeno a mis piernas que corran
y que salten, a mis manos que se apoyen en el
potro y me eleven, pero… las piernas me tiemblan
tanto que llego al potro a trompicones.
Quiero saltar, pero no consigo suficiente impulso,
mis sudorosas manos resbalan y…
¡Se ha empotrado
contra el potro!
¡ U UUH!
Este curso,
si no me EQUIVOCO,
Educación Física
va a doler un POCO.
Todo me da vueltas. Si el primer día casi me rompo
la crisma, ¿cómo sobreviviré a un año entero
de Educación Física?
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