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La historia de Max

"La historia de Max", nace a petición de la Protectora de Animales "Almas de 4 Patas", una entidad con la que colaboramos habitualmente. Desde Adisen-Mascotas, de Adisen, Asociación Nacional de Addison y Otras Enfermedades Endocrinas, nos gustaría que este pequeño relato sirva para despertar consciencias contra el abandono de los perros y de los animales en general. Eres libre de difundirlo y te animamos a hacerlo. Gracias por tu colaboración Agradeceríamos que difundas nuestra existencia: web: https://adisenmascotas.protecms.com/ Síguenos en redes sociales Facebook: https://www.facebook.com/AdisenMascotas Comparte nuestro Facebook en el tuyo, así nos echas una mano. ¡Gracias por tu ayuda!

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Desde Adisen-Mascotas, de Adisen, Asociación Nacional de Addison y Otras Enfermedades Endocrinas, nos gustaría que este pequeño relato sirva para despertar consciencias contra el abandono de los perros y de los animales en general.

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LA HISTORIA DE MAX<br />

1<br />

Teresa Valencia <strong>de</strong>l Rincón


2<br />

“<strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> <strong>Max</strong>” © Teresa Valencia <strong>de</strong>l Rincón 2022.<br />

autora@teresavalencia<strong>de</strong>lrincon.com<br />

web: teresavalencia<strong>de</strong>lrincon.com<br />

“<strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> <strong>Max</strong>” ha sido creada para la Campaña<br />

“No me Abandones” <strong>de</strong> la Protectora <strong>de</strong> Animales<br />

“Almas <strong>de</strong> 4 Patas” por Adisen-Mascotas (<strong>de</strong> Adisen.es).<br />

Queda autorizada su reproducción y difusión, siempre y cuando se<br />

cite o conste la fuente y autora <strong>de</strong> la misma.<br />

Junio <strong>de</strong> 2022.


3<br />

<strong>Max</strong> mira a su alre<strong>de</strong>dor con curiosidad.<br />

“¿Dón<strong>de</strong> estoy?”<br />

Se bajó <strong>de</strong>l coche, como hacía siempre que salían a pasear. Sin<br />

embargo, en esta ocasión, le quitaron el collar y le or<strong>de</strong>naron que<br />

se quedara sentado y quieto. Vio cómo se subían al coche, escuchó<br />

cómo arrancaban el motor y se alejaban, pero él, como perro fiel,<br />

obe<strong>de</strong>ció y esperó. Y esperó hasta per<strong>de</strong>r la noción <strong>de</strong>l tiempo.<br />

“Tengo hambre. Tengo sed. ¡Me comería el bol entero <strong>de</strong> un<br />

bocado!”<br />

<strong>Max</strong> tiene poco más <strong>de</strong> un año. Todavía recuerda perfectamente el<br />

primer día que llegó a casa, con apenas tres meses y medio. Era un<br />

cachorro adorable. Todos en casa lo colmaron <strong>de</strong> besos y abrazos<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer momento. Jugaba con la pequeña Amalia y con su<br />

hermano Nacho. Su mami le daba la comida todos los días y su<br />

papi tenía por costumbre sacarle a pasear y jugar con él a la pelota.<br />

<strong>Max</strong> esperaba pacientemente y con puntualidad a que su papi<br />

regresara a casa, sentado en el porche, hasta que su coche giraba<br />

para entrar en su calle. Entonces, sacudía su cola con felicidad y,<br />

cuando se bajaba, corría hacia él.<br />

¡Qué recuerdos tan especiales!<br />

<strong>Max</strong> se giró hacia la <strong>de</strong>recha algo asustado.<br />

“¿Qué ha sido ese ruido?”


4<br />

Estaba en un bosque al que nunca habían ido. Intentó agudizar su<br />

olfato para encontrar el olor <strong>de</strong> su familia, pero nada <strong>de</strong> lo que<br />

percibía le resultaba familiar.<br />

A lo lejos, el sol iba ocultándose lentamente, dando paso a la<br />

oscuridad <strong>de</strong> la noche. De nuevo, le pareció escuchar un ruido<br />

extraño. Levantó las orejas para intentar captar su proce<strong>de</strong>ncia,<br />

pero no supo reconocerlo. Respiraba con cierta agitación <strong>de</strong>bido al<br />

calor que había soportado durante el día. <strong>La</strong>s altas temperaturas <strong>de</strong>l<br />

verano le habían pasado factura al final <strong>de</strong>l día, sin haber podido<br />

beber nada <strong>de</strong> agua. Sediento, hambriento, cansado y algo<br />

asustado, intentó no tirar la toalla y se recostó para po<strong>de</strong>r relajarse<br />

un poco. Seguro que su familia no tardaría en llegar.<br />

Los minutos y las horas pasaron sin que nadie conocido apareciera<br />

por el lugar.<br />

<strong>Max</strong> seguía en el mismo sitio.<br />

Ya no le parecía un lugar tan seguro. Había escuchado muchos<br />

sonidos que le habían puesto en alerta y tenía mucha sed y hambre.<br />

Se le escapó un leve llanto.<br />

A continuación, levantó las orejas para ver si hacía efecto.<br />

“¿Ya vienen?”<br />

Pero, no, no aparecía nadie.<br />

Entonces, se le ocurrió una i<strong>de</strong>a. Dio un paso al frente y se esforzó<br />

por encontrar el olor <strong>de</strong>l coche en el que habían llegado. Al<br />

principio, no fue fácil, pero pronto encontró el rastro.


5<br />

“Tengo que llegar a casa. Mi papi se ha inventado un juego nuevo<br />

y tengo que encontrarlo”.<br />

Fue en ese preciso instante cuando sus patas empezaron a moverse<br />

con <strong>de</strong>cisión, mientras olisqueaba la zona para seguir el buen<br />

camino. Pasito a pasito, empezó a alejarse <strong>de</strong>l bosque en el que se<br />

encontraba, <strong>de</strong>cidido a llegar a su <strong>de</strong>stino.<br />

Él no sabía que no se trataba <strong>de</strong> ningún juego. No podía imaginar<br />

que quienes consi<strong>de</strong>raba su familia lo habían abandonado porque<br />

querían marcharse <strong>de</strong> viaje y en su lugar <strong>de</strong> veraneo no aceptaban<br />

mascotas.<br />

“Ya estoy cerca. Puedo sentirlo”.<br />

<strong>Max</strong> estaba muy agitado. Había encontrado el rastro. ¡Por fin<br />

podría llegar a casa y volver a sentir los besos y abrazos <strong>de</strong> sus<br />

papis!<br />

Y sí, efectivamente, llegó a la gran ciudad. Había luces y casas…<br />

También estaba la carretera y los coches…<br />

A duras penas pudo avanzar porque <strong>de</strong> repente se topó con uno <strong>de</strong><br />

los vehículos que circulaban a gran velocidad por la autovía. El<br />

sonido <strong>de</strong>l claxon lo hizo reaccionar, pero <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>. Sintió<br />

un fuerte dolor en la ca<strong>de</strong>ra y gritó <strong>de</strong> dolor.<br />

“Pero, ¿qué ha sido eso?”


6<br />

El golpe lo lanzó unos metros hacia a<strong>de</strong>lante. Por su parte, el coche<br />

chocó contra un árbol. Él no sabía que su ocupante había resultado<br />

gravemente herido.<br />

<strong>Max</strong> intentó levantarse y marcharse. Le dolían las patas traseras,<br />

pero sabía que tenía que marcharse <strong>de</strong> allí. Podía sentirlo. Cada vez<br />

estaba más nervioso y preocupado. De vez en cuando, no podía<br />

evitar el llanto.<br />

Cuando cruzó la carretera, cojeando por el dolor, miró al frente,<br />

reconoció la puerta <strong>de</strong> una casa y se precipitó hacia ella. Sí, ¡lo<br />

había conseguido!<br />

Se acercó y movió la cola con alegría.<br />

“¡Ya estoy en casa!”<br />

En ese momento, una piedra le golpeó en la cabeza y <strong>Max</strong> soltó un<br />

aullido <strong>de</strong> dolor. Miró hacia atrás y vio a dos niños riéndose<br />

divertidos. Quiso acercarse, pero uno <strong>de</strong> ellos volvió a lanzarle<br />

otra piedra.<br />

- ¡Chucho! ¡<strong>La</strong>rgo <strong>de</strong> aquí!<br />

Huyó malherido. El golpe en la cara le sangraba y cojeaba.<br />

Unos pasos más a<strong>de</strong>lante, vio otra casa y luego otra y otra…<br />

Su mirada reflejaba la tristeza <strong>de</strong> su estado. Había comprendido<br />

que estaba perdido, solo y <strong>de</strong>samparado. Echaba <strong>de</strong> menos los<br />

mimos <strong>de</strong> su familia, sus besos y sus abrazos; los juegos con<br />

Nacho y su hermanita; echaba <strong>de</strong> menos el cariño <strong>de</strong> los suyos; la


7<br />

comida que le daba su mami; los paseos con su papi… Agachó la<br />

cabeza y se alejó <strong>de</strong> allí con paso lento. Llegó a un pequeño parque<br />

y se recostó junto a un árbol.<br />

Fue allí don<strong>de</strong> encontramos a <strong>Max</strong>, junto a ese árbol. Estaba solo,<br />

<strong>de</strong>macrado, <strong>de</strong>shidratado y hambriento. Posiblemente llevaba<br />

muchos días ahí, esperando a quien nunca llegaría. Ni siquiera<br />

movió la cola cuando nos acercamos para darle una chuchería. Y<br />

cuando levantó la mirada, pudimos observar la profunda tristeza<br />

que emanaban sus ojos. Intentamos ponerle una correa, pero él<br />

movió la cabeza ligeramente. ¿Por qué confiar <strong>de</strong> nuevo en las<br />

personas?<br />

“¿Qué quieren <strong>de</strong> mí?” “¿Quiénes son?”<br />

<strong>Max</strong> <strong>de</strong>sconfiaba. Tenía mucho miedo.<br />

Solo tenía un año y medio, pero ya sabía lo que era el abandono<br />

por parte <strong>de</strong> quienes amas. Por alguien a quien él nunca<br />

<strong>de</strong>fraudaría.<br />

- Ven. Tranquilo. No voy a hacerte daño.<br />

No sabía si llorar o gruñir. Levantó la mirada y se encontró con<br />

una mujer que le ofrecía algo en la mano. Su nariz no tuvo que<br />

esforzarse mucho para darse cuenta <strong>de</strong> que era una salchicha.<br />

“¡Qué bien huele!”<br />

Sin embargo, al intentar moverse, sus patas traseras no le<br />

respondieron.


8<br />

“¿Se marchará como los <strong>de</strong>más?”<br />

Pero, ella no parecía darse por vencida. Lentamente y con cautela,<br />

avanzó unos pasos hacia él. Se agachó a su lado y le volvió a<br />

ofrecer la salchicha.<br />

<strong>Max</strong> abrió la boca y se <strong>de</strong>jó seducir por su sabor.<br />

“¡Qué rica!”<br />

Se la comió <strong>de</strong> un solo bocado y movió un poco la cola.<br />

“¿Tienes más?”<br />

Sintió que le ponía una cuerda por su cabeza, pero, ni siquiera<br />

pensó en rechazarla.<br />

Fue entonces cuando puso todo su empeño en levantarse. No<br />

recordaba cuánto tiempo llevaba ahí, tumbado, sin moverse. Sintió<br />

un dolor agudo en las patas traseras y se echó <strong>de</strong> nuevo, resignado.<br />

<strong>La</strong> mujer lo cogió en sus brazos con sumo cuidado y lo abrazó con<br />

ternura.<br />

- Tranquilo, yo te llevo.<br />

Le miró a los ojos y le dio un lametón en la cara.<br />

“Gracias”.<br />

Unas horas más tar<strong>de</strong>, Juanfran, el veterinario <strong>de</strong> la protectora <strong>de</strong><br />

animales que lo había rescatado, ya le estaba haciendo un chequeo<br />

completo.<br />

- Se curará. Es un perro fuerte.<br />

Por la alegría <strong>de</strong> su rescatadora, supo que eran buenas noticias y<br />

movió la cola.


- Mira, ya mueve la cola.<br />

9<br />

Aquel fue el comienzo <strong>de</strong> una nueva vida para <strong>Max</strong>. Los<br />

comienzos no fueron fáciles, pues tuvo que someterse a varias<br />

operaciones en la ca<strong>de</strong>ra. Sus heridas físicas pudieron sanar con<br />

mucho tiempo, paciencia y gracias al dinero donado por algunas<br />

personas <strong>de</strong> buen corazón que colaboraron con la protectora para<br />

darle otra oportunidad. Afortunadamente, <strong>Max</strong> aún era joven y<br />

estaba dispuesto a superar el dolor que sentía en su cuerpo y en su<br />

corazón.<br />

Tres meses más tar<strong>de</strong>, una llamada inesperada marcaría un antes y<br />

un <strong>de</strong>spués para él. Parecían interesados <strong>de</strong> verdad en adoptarle.<br />

Amaya, les invitó a acercarse para conocerlo en persona.<br />

Todavía cojeaba un poco <strong>de</strong> su pata <strong>de</strong>recha trasera, pero el<br />

proceso <strong>de</strong> curación era lento y posiblemente recuperaría su<br />

agilidad.<br />

Los dos jóvenes que lo miraban con una sonrisa en los labios se<br />

acercaron lentamente.<br />

<strong>Max</strong> levantó la mirada.<br />

“Hola. ¿Quiénes sois?”<br />

<strong>La</strong> chica le ofreció un trozo <strong>de</strong> salchicha.<br />

<strong>Max</strong> no tardó en aceptarla.<br />

“Vaya. Qué chica más guay. Sabe lo que me gusta”.<br />

Movió la cola con alegría y le dio un lametón en la mano.


Ella se sonrió.<br />

- Me encantas. Tú vas a ser nuestro Rex.<br />

10<br />

Amaya no pudo evitarlo.<br />

- Por favor, si en alguna ocasión tenéis que salir <strong>de</strong><br />

vacaciones o si tenéis algún problema con él, no dudéis en<br />

contactar conmigo. Conozco resi<strong>de</strong>ncias caninas don<strong>de</strong><br />

pue<strong>de</strong> alojarse sin problema y por un bajo coste.<br />

<strong>La</strong> joven emitió una risita.<br />

- Te lo agra<strong>de</strong>cemos, pero don<strong>de</strong> vayamos nosotros, vendrá<br />

Rex. Siempre buscamos alojamientos que admitan<br />

mascotas.<br />

Él concluyó la explicación.<br />

- Rex formará parte <strong>de</strong> nuestra familia y nos acompañará<br />

siempre.<br />

<strong>Max</strong> vio cómo la joven le llamaba para que le siguiera.<br />

- Rex, ven.<br />

“¿Quieres que me vaya contigo?”<br />

Todos sabían que nunca había escuchado ese nombre. Sin<br />

embargo, <strong>Max</strong> movió la cola y se acercó corriendo.<br />

Se lanzó a sus brazos y se <strong>de</strong>jó acariciar una y otra vez, mientras<br />

trataba <strong>de</strong> lamerle la cara con euforia.<br />

“¡Tengo una familia! ¡Tengo una familia!”<br />

Ella lo cogió en brazos para subirlo al coche.<br />

<strong>Max</strong> le miró a los ojos.


“No me abandones.”<br />

<strong>La</strong> joven le sonrió con cariño.<br />

- Bienvenido a nuestra familia, Rex.<br />

11<br />

<strong>Max</strong>/Rex ha sido afortunado. No solo ha sobrevivido al abandono,<br />

sino que ha conseguido una familia don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ser feliz.<br />

En España, cada verano, miles <strong>de</strong> perros son abandonados a su<br />

suerte. Muchos <strong>de</strong> ellos vagan sin rumbo, hambrientos, sedientos y<br />

enfermos durante días. Los más afortunados solo lo hacen durante<br />

meses. Muchos otros pasan el resto <strong>de</strong> su vida sin un hogar.<br />

Algunos consiguen alimentarse a duras penas. Otros mueren<br />

atropellados o <strong>de</strong> inanición. Solo unos pocos logran ser rescatados<br />

por protectoras <strong>de</strong> animales que luchan cada día por recuperarlos y<br />

por encontrarles un hogar.<br />

Un animal es un ser vivo que pasará a formar parte <strong>de</strong> tu familia.<br />

Siente, pa<strong>de</strong>ce, sufre; es una gran responsabilidad. Necesita<br />

cuidados, tiempo, <strong>de</strong>dicación, esfuerzo, paciencia y dinero. En lo<br />

bueno y en lo malo, tienes que estar a su lado, pues su vida<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> ti.


12<br />

Si tienes que marcharte y no pue<strong>de</strong>s llevarlo contigo, existe un<br />

amplio abanico <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s y opciones para que no tengas que<br />

<strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rte <strong>de</strong> él: resi<strong>de</strong>ncias caninas; hoteles, apartamentos y<br />

campings, don<strong>de</strong> admiten mascotas, e incluso protectoras <strong>de</strong><br />

animales don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>s entregarlo, si realmente te ves impedido<br />

para seguir cuidando <strong>de</strong> él. Pero, por favor, no lo abandones.<br />

Esta es la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> <strong>Max</strong>, o <strong>de</strong> Rex, como quieras llamarlo, en<br />

representación <strong>de</strong> todos los perros abandonados.<br />

Esperamos que estas vivencias narradas, sirvan para difundir y<br />

concienciar a las personas sobre el abandono animal.<br />

Comparte la “<strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> <strong>Max</strong>” con tus amigos, amigas y<br />

familiares.<br />

Ayúdanos a crear conciencia sobre el abandono animal.<br />

Gracias por tu colaboración.<br />

Publicado por Adisen-Mascotas,<br />

<strong>de</strong> Adisen, Asociación Nacional <strong>de</strong> Addison y Otras<br />

Enfermeda<strong>de</strong>s Endocrinas<br />

Autora: Teresa Valencia <strong>de</strong>l Rincón<br />

Web adisenmascotas.protecms.com<br />

Facebook AdisenMascotas<br />

Contacto: mascotas@adisen.es

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