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poco más fáciles ahora las carreras de todas
maneras que cuando las estudiaba yo. Es más
corta también, ahora son cuatro años nada
más, y cuando yo estudiaba eran cinco. Pero
recuerdo la dificultad de la carrera y el hecho
de que tuvieses que aprender una manera
diferente de estudiar, de no quedarte solo
con los apuntes que te dan sino ir más allá y
entender todo para poder sacarle partido a la
asignatura.
¿Tenía pensado trabajar en otra cosa o
este ha sido su sueño siempre?
natural, les explicaba eso. Hay que hacer
piña, juntarse siempre con los mejores
y no quedarse en la última fila de clase.
Esa es una manera de vencer los desafíos
de carreras complicadas. En Ingeniería
Informática, tienes muchas asignaturas
que no has dado nunca en la vida y algunas
son muy abstractas, sobre cómo funciona
una máquina por dentro o cómo razona un
sistema de IA. Pero es apasionante y puedes
llegar a idear proyectos como el mío, en
el que utilices la IA para ayudar a la salud
mental. La carrera en sí es complicada.
Ahora, que yo estoy del otro lado y que soy
profesora, me doy cuenta del esfuerzo que
le pedimos a los alumnos. Creo que son un
Os he contado ya que tenía pensado
trabajar en otra cosa. Medicina es algo que
siempre me gustó mucho e incluso hoy en
día, cuando voy a un hospital, me fascina ver
cómo funciona por dentro. Pero algo bueno
de la tecnología es que la puedes aplicar a
ámbitos diferentes. Yo la estoy aplicando
al ámbito de la salud, trabajo en ocasiones
con hospitales en temas de análisis de
datos. Hace poco estuve colaborando con el
Hospital Clínic de Barcelona para estudiar
datos de pacientes con esclerosis múltiple y
ver cuál es el mejor tratamiento para estos
pacientes. Lo hacemos mediante análisis
de datos. Sí que tengo una vocación en el
ámbito de la salud y la tecnología me está
ayudando a aportar algo en ese ámbito.
Nos encontramos en una comarca
con un fuerte arraigo hacia el lugar en el
que nacimos ¿A qué edad se mudó de su
comunidad por primera vez para trabajar?
¿Considera volver a Galicia?
Me fui de mi pueblo a los 18 años a
La Coruña, que seguía siendo Galicia, pero
para mí igualmente fue como mudarme a
Marte porque prácticamente nunca había
estado fuera de mi pueblo. Había ido con
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