Listín Diario 09-06-2024
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16 4 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY DOMINGO SÁBADO 89 DE JUNIO DE 2024 E L M U N D O MISIVA El estadio no perdurará, ¿y la fiebre del críquet? Victor Mather contribuyó con reportes a este artículo. Las tribunas del Estadio Internacional de Críquet, del Condado de Nassau, se usaron antes en eventos de golf y automovilismo. Por DAVID WALDSTEIN John Norton, un oficial de policía retirado, vio el partido de beisbol de su nieto en el pueblo de East Meadow, al este de la ciudad de Nueva York, el 29 de mayo. Este lugar tranquilo está a menos de un kilómetro de donde uno de los eventos deportivos más importantes del mundo se celebraría unos días después, pero Norton, como muchas personas de la zona, apenas estaba vagamente consciente de los detalles. “Vi el estadio desde la calle”, dijo Norton. “No sé nada sobre críquet, pero supongo que será una locura allí”. El recinto —Estadio Internacional de Cricket del Condado de Nassau— parecía haber aparecido casi de la noche a la mañana. En un extremo del Parque Eisenhower de 375 hectáreas ahora se encuentra un gran estadio de críquet —aunque temporal— que se construyó en secciones en cien días. Es sede de ocho partidos de la Copa Mundial T20 varonil, un torneo internacional de críquet que se espera atraiga a cientos de millones de espectadores en todo el mundo, aun cuando la mayoría de la gente en Nueva York apenas parece estar consciente de ella. También se celebrarán partidos en seis países del Caribe junto con Dallas, Texas y Lauderhill, Florida. El evento se inauguró el 1 de junio en Dallas, donde Estados Unidos derrotó a Canadá. El estadio en East Meadow, con capacidad para 34 mil espectadores, fue inaugurado con un partido de exhibición el mismo mía, en el que India derrotó a Bangladés. La llegada del equipo indio a Nueva York, así como sus prácticas, fueron reportadas con bombo y platillo en la India, un país lleno de campos de críquet. Entonces, ¿por qué hacer todo el esfuerzo para organizar el evento en los suburbios? El objetivo es hacer nuevos fans de personas como Norton o, idealmente, su nieto. El Consejo Internacional de Críquet, que organiza el evento, estima que hay 200 mil jugadores de críquet en Estados Unidos (contra 30 mil jugadores hace 20 años). Geoff Allardice, exjugador profesional de críquet de Australia y director ejecutivo de CIC, dijo que incluso con más de mil millones de fans, el críquet puede volverse más popular a escala mundial. “Una de las cosas que estamos intentando hacer es llevar el juego a nuevos mercados”, afirmó. “Nueva York es un gran paso”. La CIC espera que este evento haga por el críquet lo que la Copa Mundial de 1994 hizo por el futbol soccer en Estados Unidos. Un partido de críquet tradicional puede durar la mayor parte del día. YUVRAJ KHANNA PARA THE NEW YORK TIMES Pero hace unos 20 años, se inventó el formato T20, que limitaba el juego a unas tres horas, y su popularidad se disparó a escala mundial. En noviembre, la CIC decidió construir el recinto en el parque Eisenhower. Cuando la noticia llegó a los medios de comunicación de India, algunos recorrieron el sitio y descubrieron un terreno de juego pequeño y descuidado. “Estaban horrorizados”, dijo Don Lockerbie, director de desarrollo del recinto. “No sabían lo que íbamos a construir aquí”. Después del último partido el 12 de junio, el estadio será desmantelado y el Parque Eisenhower volverá a la normalidad, pero dejando un campo de críquet de clase mundial. Norton deseó buena suerte a los equipos de críquet, pero dijo que no tenía planes de asistir. “Difícilmente voy a un juego de los Yanquis”, dijo sobre uno de los dos equipos de beisbol profesionales de NY. Trump se hizo en la urbe, ahora es un paria Viene de la página 1 década de 1990. En conjunto, los tres casos han ido erosionando la imagen que Trump construyó a lo largo de sus décadas en la ciudad de Nueva York, incluso cuando la mayoría de las encuestas muestran que continúa liderando la carrera presidencial de este año Los resultados electorales del 2016 y el 2020 en Manhattan, donde Trump perdió estrepitosamente, sugieren que agotó su bienvenida allí hace algún tiempo. Cuando se asestó el golpe más reciente, algunos neoyorquinos sugirieron que estaban contentos de que se hubiera mudado a Florida. “Creo que mucha gente comparte ese sentimiento sobre él”, dijo George Arzt, un veterano consultor político y de medios que tiene décadas de conocer a Trump y trabajó para el alcalde Ed Koch, quien murió en el 2013 y fue uno de los enemigos de Trump. A muchos neoyorquinos, dijo Arzt, “les gustaría sacarlo de los encabezados”. En una conferencia de prensa en la Torre Trump el 31 de mayo, Trump criticó el veredicto de 34 delitos graves y dijo que planeaba apelar. Pero también pareció reconocer que los cargos por los que había sido condenado —falsificación de registros comerciales— pegaban al corazón de su imagen de maestro en tratos financieros. “Suena tan mal cuando dicen ‘falsificar’, eso es malo para mí”, dijo. “Nunca había tenido eso antes”. El juicio penal, al igual que el caso de fraude civil, expuso muchas Anusha Bayya, Olivia Bensimon, Maia Coleman, Michael Gold, Christopher Maag, Wesley Parnell y Nate Schweber contribuyeron con reportes a este artículo. FOTOGRAFÍAS POR ADAM GRAY PARA THE NEW YORK TIMES La condena de Donald J. Trump por delitos graves fue recibida con alegría en gran parte de la Ciudad de Nueva York. Los partidarios de Trump son superados ampliamente en número en NY, pero algunos, izq., llegaron a la Torre Trump para protestar por su condena. de las prácticas comerciales de Trump, mientras los fiscales sondearon su negativa a pagar deudas, incluyendo la demora inicial en pagarle a una estrella de cine para adultos la suma de US$130 mil al centro del caso. Un relato así —intimidad con una mujer hermosa— podría haber encajado alguna vez con la imagen de Trump como un playboy soltero, que fue pulida por los tabloides de la ciudad. Pero el testimonio de Stormy Daniels no fue halagador para el expresidente. (Trump niega haber tenido relaciones íntimas con Daniels). Los republicanos estaban furiosos por el veredicto, y los líderes conservadores instaron a los fiscales republicanos a “acusar a la izquierda”, mientras que otros partidarios de Trump pidieron un boicot a la ciudad de Nueva York. Gran parte de la indignación fue recibida con absoluta alegría en muchos rincones de la ciudad de Nueva York. “Me desperté con una sonrisa en el rostro”, dijo Robert Clark, de 63 años, un fotógrafo de Brooklyn que había pasado la mañana buscando un ejemplar del New York Times para agregar a su colección de portadas famosas. Otros fueron más directos. “Su legado es poco más que basura”, dijo Mark Samuels, de Salen a luz detalles vergonzosos en ciertos testimonios. 70 años, quien trabajó en publicidad y creció en Staten Island. Durante un tiempo, dijo, Trump tuvo cierto sentido estridente en la Nueva York de las décadas de 1970 y 1980, pero esos días ya quedaron atrás. “Estamos en una de las ciudades más importantes del mundo, y él vino y cayó. Es su ascenso y caída”, dijo Samuels. Trump logró irrumpir en el mercado de Manhattan. Pero Kathryn S. Wylde, presidenta de Partnership for New York City, un grupo empresarial, dijo que él “no se unía” a la comunidad empresarial, incluso cuando emprendía proyectos aparentemente cívicos como su renovación del patinadero Wollman Rink de Central Park. Y por eso, dijo, la comunidad empresarial de la ciudad no se había vuelto precisamente en su contra, “porque ¿quién lo apoyaba?”. Trump tiene seguidores entre los más de ocho millones de residentes de la ciudad. Hay barrios más conservadores en los cinco distritos. El día después del veredicto, frente a la Torre Trump, sus partidarios llenaron las aceras y se enfrentaron a gritos con manifestantes anti-Trump. En el interior, Trump, que había estado dando comentarios en un lúgubre pasillo del tribunal durante el juicio, aparentemente buscaba recuperar algo de glamur durante la conferencia de prensa, en el atrio de mármol y latón. De pie frente a una fila de banderas estadounidenses, pronunció un discurso lleno de divagaciones, atacando el caso, al juez y a los demócratas, y explayándose en teorías de conspiración infundadas sobre la orquestación del caso por parte del presidente Joe Biden. Calificó el juicio como una “estafa”. Se fue sin responder preguntas. Algunos neoyorquinos parecían reconocer que la ciudad misma — con su espíritu de “si la haces allí, la haces en cualquier lugar” y su constante actividad capitalista— había ayudado a crear la identidad de Trump. “Supongo que Nueva York permitió que algo de eso floreciera”, dijo Sarah Williams, de 72 años, psiquiatra semijubilada de la ciudad que tiene 36 años de vivir en Brooklyn. Suspiró. “Eso es Nueva York. Creo que cada vez más sólo interesa el dinero. Lo cual es realmente desafortunado porque amo Nueva York”.
DOMINGO SÁBADO 89 DE JUNIO DE 2024 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY 175 Internet llega a las tribus indígenas E L M U N D O Viene de la página 1 cuando una civilización pequeña y cerrada se abre repentinamente al mundo. “Cuando llegó, todos estaban felices”, dijo Tsainama Marubo, de 73 años, sentada en el piso de tierra de la maloca de su aldea, una cabaña de 15 metros de altura donde los marubos duermen, cocinan y comen juntos. El internet trajo beneficios, como videoconferencias con seres queridos que están lejos y llamadas de ayuda en emergencias. “Pero ahora las cosas han empeorado”, afirmó. Estaba amasando bayas de jenipapo para hacer una pintura corporal negra y lucía cuerdas de joyería hechas con conchas de caracol. Últimamente, los jóvenes se han vuelto menos interesados en hacer esos tintes y joyas, dijo. “Los jóvenes se han vuelto perezosos por internet”, dijo. Los marubos están luchando con el dilema fundamental de internet: se ha vuelto esencial —pero conlleva un precio. Después de sólo nueve meses con Starlink, los marubos ya están lidiando con los mismos desafíos que han atormentado a los hogares estadounidenses durante años: adolescentes pegados a los teléfonos, redes sociales adictivas, extraños en línea, videojuegos violentos, estafas, desinformación y menores viendo pornografía. La sociedad moderna ha lidiado con estos problemas durante décadas al continuar el internet su marcha. Los marubos y otras tribus indígenas, que se han resistido a la modernidad durante generaciones, ahora enfrentan el potencial y los peligros de internet al mismo tiempo, mientras debaten lo que significará para su cultura. Ese debate ha llegado ahora gracias a Starlink, que rápidamente ha dominado el mercado de internet vía satélite al brindar un servicio que antes era impensable en áreas tan remotas. SpaceX lo ha hecho lanzando seis mil satélites para ofrecer internet de alta velocidad a lugares como el Sahara, las praderas de Mongolia y pequeñas islas del Pacífico. El negocio goza de gran auge. Musk anunció recientemente que Starlink había superado los tres millones de clientes en 99 países. Los analistas estiman que las ventas anuales aumentaron aproximadamente 80 por ciento respecto del año pasado, a unos US$6.6 mil millones. Hoy hay 66 mil contratos activos en la Amazonía brasileña, en el 93 por ciento de los municipios legales de la región. Eso ha abierto nuevas oportunidades laborales y educativas. También ha dado a los madereros y mineros ilegales del Amazonas una nueva herramienta para comunicarse y evadir a las autoridades. Un líder marubo, Enoque Marubo (todos los marubo usan el mismo apellido), de 40 años, dijo que vio el potencial de Starlink. Después de pasar años fuera del bosque, dijo Flávia Milhorance y Lis Moriconi contribuyeron con reportes a este artículo. Muchos marubo se han unido a redes sociales desde que adquirieron internet satelital. Llevan paneles solares a las aldeas, que los usan para el suministro de las antenas Starlink (sup.). que creía que internet podría dar nueva autonomía a su pueblo. El año pasado, él y una activista brasileña grabaron un video de 50 segundos pidiendo ayuda para obtener Starlink de posibles benefactores y lo enviaron. Días después, recibieron noticias de una mujer en Oklahoma. La tribu El Territorio Indígena del Valle de Javarí es uno de los lugares más aislados de la tierra, una densa extensión de selva tropical del tamaño de Portugal sin carreteras y con un laberinto de vías fluviales. Diecinueve de las 26 tribus del valle de Javarí viven en pleno aislamiento, la concentración más alta del mundo. Los marubo también vivían en aislamiento, hasta que llegaron los caucheros a fines del siglo XIX. Eso llevó a décadas de violencia y enfermedades —y a la llegada de nuevas costumbres. Los marubo comenzaron a usar ropa. Algunos aprendieron portugués. Cambiaron arcos por armas de fuego para cazar jabalíes y machetes por motosierras para limpiar parcelas para sembrar yuca. Una familia en particular impulsó este cambio. En la década de 1960, Sebastião Marubo fue uno de los primeros marubo en vivir fuera del bosque. Cuando regresó, trajo otra tecnología: el motor fuera de borda. Redujo los viajes de semanas a días. Su hijo Enoque emergió como líder de la próxima generación, ansioso por impulsar a su tribu hacia el futuro. Ha dividido su vida entre el bosque y la ciudad, trabajando en cierto momento como diseñador gráfico. Entonces, cuando los líderes de Marubo se interesaron en conseguir conexiones a internet, le preguntaron cómo. Enoque obtuvo su respuesta cuando Musk fue a Brasil en el 2022 y anunció la llegada de Starlink. Enoque y Flora Dutra, una activista brasileña que trabaja con tribus indígenas, enviaron cartas a más de cien miembros del Congreso pidiendo Starlink. Ninguno respondió. Luego, el año pasado, Dutra vio a una mujer estadounidense hablar en una conferencia espacial. Dutra revisó la página en Facebook de la mujer y la vio posando afuera de la sede de SpaceX. “Sabía que ella era la indicada”, dijo. La benefactora La página de LinkedIn de Allyson Reneau la describe como consultora espacial, oradora principal, autora, piloto, ecuestre, humanitaria, directora ejecutiva, directora de consejos y madre de 11 hijos biológicos. Reneau dijo que no intentaba ayudar a la gente por fama. “Es la expresión del rostro, es la esperanza en los ojos”, dijo. “Ése es el trofeo”. Dijo que tuvo esa perspectiva cuando recibió un video de un extraño el año pasado pidiendo ayuda para conectar una tribu remota del Amazonas. Nunca había estado en Brasil, pero creía que el retorno a la inversión era alto. Enoque pedía 20 antenas Starlink, que costarían aproximadamente US$15 mil, para transformar la vida de su tribu. “Una herramienta cambiaría todo en sus vidas: la atención médica, la educación, la ALCANCE DE STARLINK 3+ millones de clientes en 99 países, incluyendo el Sahara y pequeñas islas del Pacífico. 6 mil satélites Starlink en órbita baja —aproximadamente el 60 por ciento de todas las naves espaciales activas. US$6.6 mil millones en ventas anuales, 80 por ciento más que el año pasado. comunicación y la protección del bosque”, dijo Reneau. La conexión Internet llegó a cuestas de hombres. Caminaron kilómetros a través del bosque, cargando dos antenas cada uno. Justo detrás iban Enoque, Dutra y Reneau. En las aldeas, clavaron las antenas en postes y las enchufaron a paneles solares. Luego, las antenas comenzaron a conectar los satélites Starlink a los teléfonos de los aldeanos. Internet fue una sensación. “Cambió tanto la rutina que fue perjudicial”, admitió Enoque. “En la aldea, si no cazas, pescas y plantas, no comes”. Los líderes se dieron cuenta de que necesitaban límites. Internet estaría encendido durante dos horas por la mañana, cinco horas por la tarde y todo el domingo. Durante esos periodos, muchos marubos están agachados o reclinados en hamacas con sus teléfonos. Pasan mucho tiempo en WhatsApp. Allí, los líderes se coordinan entre aldeas y alertan a las autoridades sobre problemas de salud y destrucción ambiental. Los profesores marubos comparten lecciones con estudiantes en otras aldeas. Y todos están en contacto más estrecho con familiares y amigos. El debate En abril, más de 200 marubos se reunieron en una aldea para encuentros. Enoque mostró un video sobre cómo llevar Starlink a las aldeas. Algunos líderes dijeron que se debería cortar internet durante las reuniones. “No quiero que la gente FOTOGRAFÍAS POR VICTOR MORIYAMA PARA THE NEW YORK TIMES publique en los grupos, sacando mis palabras de contexto”, dijo otro. Durante las reuniones, los adolescentes navegaban por Kwai, una red social de propiedad china. Los niños vieron videos de la estrella del futbol brasileño Neymar Jr. y dos niñas de 15 años dijeron que conversaron con extraños en Instagram. Una dijo que ahora soñaba con viajar por el mundo, mientras la otra quiere ser dentista en Sao Paulo. Esta nueva ventana al mundo exterior había dejado a muchos miembros de la tribu en conflicto. “Algunos jóvenes mantienen nuestras tradiciones”, dijo TamaSay Marubo, de 42 años, la primera mujer líder de la tribu. “Otros simplemente quieren pasar toda la tarde en sus teléfonos”. El futuro Dutra tiene la intención de llevar Starlink a cientos de grupos indígenas más en la Amazonía, incluyendo a la tribu remota más grande de Brasil, los yanomamis. Algunos funcionarios brasileños y agencias no gubernamentales dijeron que les preocupaba que internet se estuviera extendiendo a las tribus demasiado rápido, a menudo sin capacitación sobre los peligros. Dutra dijo que los grupos indígenas querían y merecían conexiones. Las críticas, dijo, eran parte de una larga tradición de personas externas diciéndoles a los indígenas cómo vivir. “Esto se llama etnocentrismo —el hombre blanco creyendo saber qué es lo mejor”, dijo. Ella y Enoque dijeron que planeaban ofrecer capacitación en internet. Ningún marubo dijo haberlo recibido aún. En abril, Reneau regresó al bosque. A solicitud de Enoque, compró cuatro antenas más. Dos de ellas iban a los korubos, una tribu de menos de 150 personas. Reneau dijo que reconocía que internet era “un arma de doble filo”, pero esperaba que los Marubos pudieran “preservar la pureza de esta increíble cultura”. Sebastião, el padre de Enoque, dijo que el recorrido de la tribu con internet había sido predicho. Hace décadas, el chamán marubo más respetado tuvo visiones de un dispositivo portátil que podía conectarse con el mundo entero. “Sería para el bien de la gente”, afirmó. “Pero al final, no lo sería”.
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DOMINGO SÁBADO 89 DE JUNIO DE <strong>2024</strong> THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />
175<br />
Internet<br />
llega a<br />
las tribus<br />
indígenas<br />
E L M U N D O<br />
Viene de la página 1<br />
cuando una civilización pequeña y<br />
cerrada se abre repentinamente al<br />
mundo.<br />
“Cuando llegó, todos estaban felices”,<br />
dijo Tsainama Marubo, de<br />
73 años, sentada en el piso de tierra<br />
de la maloca de su aldea, una cabaña<br />
de 15 metros de altura donde<br />
los marubos duermen, cocinan y<br />
comen juntos. El internet trajo beneficios,<br />
como videoconferencias<br />
con seres queridos que están lejos y<br />
llamadas de ayuda en emergencias.<br />
“Pero ahora las cosas han empeorado”,<br />
afirmó.<br />
Estaba amasando bayas de jenipapo<br />
para hacer una pintura corporal<br />
negra y lucía cuerdas de joyería<br />
hechas con conchas de caracol. Últimamente,<br />
los jóvenes se han vuelto<br />
menos interesados en hacer esos<br />
tintes y joyas, dijo. “Los jóvenes se<br />
han vuelto perezosos por internet”,<br />
dijo.<br />
Los marubos están luchando con<br />
el dilema fundamental de internet:<br />
se ha vuelto esencial —pero conlleva<br />
un precio. Después de sólo nueve<br />
meses con Starlink, los marubos ya<br />
están lidiando con los mismos desafíos<br />
que han atormentado a los<br />
hogares estadounidenses durante<br />
años: adolescentes pegados a los<br />
teléfonos, redes sociales adictivas,<br />
extraños en línea, videojuegos violentos,<br />
estafas, desinformación y<br />
menores viendo pornografía.<br />
La sociedad moderna ha lidiado<br />
con estos problemas durante décadas<br />
al continuar el internet su marcha.<br />
Los marubos y otras tribus<br />
indígenas, que se han resistido a la<br />
modernidad durante generaciones,<br />
ahora enfrentan el potencial y los<br />
peligros de internet al mismo tiempo,<br />
mientras debaten lo que significará<br />
para su cultura.<br />
Ese debate ha llegado ahora gracias<br />
a Starlink, que rápidamente ha<br />
dominado el mercado de internet<br />
vía satélite al brindar un servicio<br />
que antes era impensable en áreas<br />
tan remotas. SpaceX lo ha hecho<br />
lanzando seis mil satélites para<br />
ofrecer internet de alta velocidad<br />
a lugares como el Sahara, las praderas<br />
de Mongolia y pequeñas islas<br />
del Pacífico.<br />
El negocio goza de gran auge.<br />
Musk anunció recientemente que<br />
Starlink había superado los tres<br />
millones de clientes en 99 países.<br />
Los analistas estiman que las ventas<br />
anuales aumentaron aproximadamente<br />
80 por ciento respecto<br />
del año pasado, a unos US$6.6 mil<br />
millones.<br />
Hoy hay 66 mil contratos activos<br />
en la Amazonía brasileña, en<br />
el 93 por ciento de los municipios<br />
legales de la región. Eso ha abierto<br />
nuevas oportunidades laborales y<br />
educativas. También ha dado a los<br />
madereros y mineros ilegales del<br />
Amazonas una nueva herramienta<br />
para comunicarse y evadir a las autoridades.<br />
Un líder marubo, Enoque Marubo<br />
(todos los marubo usan el mismo<br />
apellido), de 40 años, dijo que vio el<br />
potencial de Starlink. Después de<br />
pasar años fuera del bosque, dijo<br />
Flávia Milhorance y Lis Moriconi<br />
contribuyeron con reportes a<br />
este artículo.<br />
Muchos marubo se han unido a redes sociales desde que<br />
adquirieron internet satelital. Llevan paneles solares a las aldeas,<br />
que los usan para el suministro de las antenas Starlink (sup.).<br />
que creía que internet podría dar<br />
nueva autonomía a su pueblo.<br />
El año pasado, él y una activista<br />
brasileña grabaron un video de 50<br />
segundos pidiendo ayuda para obtener<br />
Starlink de posibles benefactores<br />
y lo enviaron. Días después,<br />
recibieron noticias de una mujer en<br />
Oklahoma.<br />
La tribu<br />
El Territorio Indígena del Valle<br />
de Javarí es uno de los lugares más<br />
aislados de la tierra, una densa<br />
extensión de selva tropical del tamaño<br />
de Portugal sin carreteras y<br />
con un laberinto de vías fluviales.<br />
Diecinueve de las 26 tribus del valle<br />
de Javarí viven en pleno aislamiento,<br />
la concentración más alta<br />
del mundo.<br />
Los marubo también vivían en<br />
aislamiento, hasta que llegaron<br />
los caucheros a fines del siglo XIX.<br />
Eso llevó a décadas de violencia y<br />
enfermedades —y a la llegada de<br />
nuevas costumbres. Los marubo<br />
comenzaron a usar ropa. Algunos<br />
aprendieron portugués. Cambiaron<br />
arcos por armas de fuego para<br />
cazar jabalíes y machetes por motosierras<br />
para limpiar parcelas para<br />
sembrar yuca.<br />
Una familia en particular impulsó<br />
este cambio. En la década de<br />
1960, Sebastião Marubo fue uno de<br />
los primeros marubo en vivir fuera<br />
del bosque. Cuando regresó, trajo<br />
otra tecnología: el motor fuera de<br />
borda. Redujo los viajes de semanas<br />
a días.<br />
Su hijo Enoque emergió como<br />
líder de la próxima generación, ansioso<br />
por impulsar a su tribu hacia<br />
el futuro. Ha dividido su vida entre<br />
el bosque y la ciudad, trabajando<br />
en cierto momento como diseñador<br />
gráfico. Entonces, cuando los<br />
líderes de Marubo se interesaron<br />
en conseguir conexiones a internet,<br />
le preguntaron cómo. Enoque<br />
obtuvo su respuesta cuando Musk<br />
fue a Brasil en el 2022 y anunció la<br />
llegada de Starlink.<br />
Enoque y Flora Dutra, una activista<br />
brasileña que trabaja con<br />
tribus indígenas, enviaron cartas<br />
a más de cien miembros del Congreso<br />
pidiendo Starlink. Ninguno<br />
respondió.<br />
Luego, el año pasado, Dutra vio a<br />
una mujer estadounidense hablar<br />
en una conferencia espacial. Dutra<br />
revisó la página en Facebook de la<br />
mujer y la vio posando afuera de la<br />
sede de SpaceX. “Sabía que ella era<br />
la indicada”, dijo.<br />
La benefactora<br />
La página de LinkedIn de Allyson<br />
Reneau la describe como consultora<br />
espacial, oradora principal,<br />
autora, piloto, ecuestre, humanitaria,<br />
directora ejecutiva, directora<br />
de consejos y madre de 11 hijos biológicos.<br />
Reneau dijo que no intentaba<br />
ayudar a la gente por fama. “Es la<br />
expresión del rostro, es la esperanza<br />
en los ojos”, dijo. “Ése es el trofeo”.<br />
Dijo que tuvo esa perspectiva<br />
cuando recibió un video de un extraño<br />
el año pasado pidiendo ayuda<br />
para conectar una tribu remota del<br />
Amazonas. Nunca había estado en<br />
Brasil, pero creía que el retorno a la<br />
inversión era alto.<br />
Enoque pedía 20 antenas Starlink,<br />
que costarían aproximadamente<br />
US$15 mil, para transformar<br />
la vida de su tribu. “Una herramienta<br />
cambiaría todo en sus vidas: la<br />
atención médica, la educación, la<br />
ALCANCE DE STARLINK<br />
3+ millones<br />
de clientes en 99 países, incluyendo<br />
el Sahara y pequeñas islas del<br />
Pacífico.<br />
6 mil<br />
satélites Starlink en órbita baja<br />
—aproximadamente el 60 por<br />
ciento de todas las naves espaciales<br />
activas.<br />
US$6.6 mil millones<br />
en ventas anuales, 80 por ciento<br />
más que el año pasado.<br />
comunicación y la protección del<br />
bosque”, dijo Reneau.<br />
La conexión<br />
Internet llegó a cuestas de hombres.<br />
Caminaron kilómetros a través<br />
del bosque, cargando dos antenas<br />
cada uno.<br />
Justo detrás iban Enoque, Dutra<br />
y Reneau.<br />
En las aldeas, clavaron las antenas<br />
en postes y las enchufaron a<br />
paneles solares. Luego, las antenas<br />
comenzaron a conectar los satélites<br />
Starlink a los teléfonos de los aldeanos.<br />
Internet fue una sensación.<br />
“Cambió tanto la rutina que fue<br />
perjudicial”, admitió Enoque. “En<br />
la aldea, si no cazas, pescas y plantas,<br />
no comes”.<br />
Los líderes se dieron cuenta de<br />
que necesitaban límites. Internet<br />
estaría encendido durante dos horas<br />
por la mañana, cinco horas por<br />
la tarde y todo el domingo. Durante<br />
esos periodos, muchos marubos<br />
están agachados o reclinados en<br />
hamacas con sus teléfonos. Pasan<br />
mucho tiempo en WhatsApp. Allí,<br />
los líderes se coordinan entre aldeas<br />
y alertan a las autoridades<br />
sobre problemas de salud y destrucción<br />
ambiental. Los profesores<br />
marubos comparten lecciones con<br />
estudiantes en otras aldeas. Y todos<br />
están en contacto más estrecho<br />
con familiares y amigos.<br />
El debate<br />
En abril, más de 200 marubos<br />
se reunieron en una aldea para encuentros.<br />
Enoque mostró un video<br />
sobre cómo llevar Starlink a las aldeas.<br />
Algunos líderes dijeron que se<br />
debería cortar internet durante las<br />
reuniones. “No quiero que la gente<br />
FOTOGRAFÍAS POR VICTOR MORIYAMA PARA THE NEW YORK TIMES<br />
publique en los grupos, sacando<br />
mis palabras de contexto”, dijo otro.<br />
Durante las reuniones, los adolescentes<br />
navegaban por Kwai, una red<br />
social de propiedad china. Los niños<br />
vieron videos de la estrella del futbol<br />
brasileño Neymar Jr. y dos niñas de<br />
15 años dijeron que conversaron con<br />
extraños en Instagram. Una dijo<br />
que ahora soñaba con viajar por el<br />
mundo, mientras la otra quiere ser<br />
dentista en Sao Paulo.<br />
Esta nueva ventana al mundo exterior<br />
había dejado a muchos miembros<br />
de la tribu en conflicto. “Algunos<br />
jóvenes mantienen nuestras<br />
tradiciones”, dijo TamaSay Marubo,<br />
de 42 años, la primera mujer líder<br />
de la tribu. “Otros simplemente<br />
quieren pasar toda la tarde en sus<br />
teléfonos”.<br />
El futuro<br />
Dutra tiene la intención de llevar<br />
Starlink a cientos de grupos<br />
indígenas más en la Amazonía,<br />
incluyendo a la tribu remota más<br />
grande de Brasil, los yanomamis.<br />
Algunos funcionarios brasileños<br />
y agencias no gubernamentales<br />
dijeron que les preocupaba que<br />
internet se estuviera extendiendo<br />
a las tribus demasiado rápido, a<br />
menudo sin capacitación sobre los<br />
peligros.<br />
Dutra dijo que los grupos indígenas<br />
querían y merecían conexiones.<br />
Las críticas, dijo, eran parte<br />
de una larga tradición de personas<br />
externas diciéndoles a los indígenas<br />
cómo vivir. “Esto se llama etnocentrismo<br />
—el hombre blanco<br />
creyendo saber qué es lo mejor”,<br />
dijo.<br />
Ella y Enoque dijeron que planeaban<br />
ofrecer capacitación en internet.<br />
Ningún marubo dijo haberlo<br />
recibido aún.<br />
En abril, Reneau regresó al bosque.<br />
A solicitud de Enoque, compró<br />
cuatro antenas más. Dos de ellas<br />
iban a los korubos, una tribu de menos<br />
de 150 personas.<br />
Reneau dijo que reconocía que internet<br />
era “un arma de doble filo”,<br />
pero esperaba que los Marubos pudieran<br />
“preservar la pureza de esta<br />
increíble cultura”.<br />
Sebastião, el padre de Enoque,<br />
dijo que el recorrido de la tribu con<br />
internet había sido predicho.<br />
Hace décadas, el chamán marubo<br />
más respetado tuvo visiones de<br />
un dispositivo portátil que podía<br />
conectarse con el mundo entero.<br />
“Sería para el bien de la gente”,<br />
afirmó. “Pero al final, no lo sería”.