Listín Diario 06-08-2024

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SANTO DOMINGO, RD. MARTES, 6 DE AGOSTO DE 2024
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Opinión
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QUO VADIS
EN LA RUTA
Publica los martes
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MIGUEL REYES SÁNCHEZ
Ocupación e intervención
CÉSAR DUVERNAY
Hay importantes
diferencias
de
carácter histórico
y en
derecho internacional entre
lo que es una “Ocupación”
y una “Intervención”, las
cuales son confundidas por
muchas personas e incluso
hasta por estudiosos de la
historia.
La ocupación es la apropiación
por parte de un Estado
de un territorio que está
bajo la soberanía de otro
Estado, subrogando sus derechos
y desplazando el Gobierno
existente para asumir
la autoridad territorial
y ejecutar medidas administrativas.
En cambio, las intervenciones
son acciones de carácter
bélico que no conllevan
el desplazamiento del
Gobierno de la nación intervenida,
la cual mantiene
su autoridad interna que
usualmente enfrenta la invasión.
El 27 de febrero de 1844
nació República Dominicana
y surgió la denominada
“Primera República”, período
que se extiende hasta
el 18 de marzo de 1861
cuando es proclamada la
Anexión del país a España.
Precisamente con este
acontecimiento se produce
“la primera ocupación”.
El esquema de dominación
planteado por España
era colonial puesto que implicaba
un control del territorio,
la economía, el
gobierno y la población.
Pasando el país a ser “una
provincia del ultramar”.
Con la Guerra de Restauración
concluye esa
ocupación 4 años después,
el 15 de julio de 1865,
cuando las tropas españolas
abandonaron la isla y
se inició un nuevo período
de soberanía dominicana
denominado “Segunda
República” cuyas características
fueron una severa
inestabilidad, alternancia
de los partidos y gobiernos
de corta duración.
En 1907 se había firmado
la Convención domínico-americana
entre por
Ramón Cáceres y Theodore
Roosevelt, que supuso el
control de las aduanas dominicanas
por el Gobierno
norteamericano para pagar
la deuda externa contraída
por los mandatarios dominicanos
anteriores.
En octubre de 1914 hubo
elecciones ganadas por
Juan Isidro Jimenes, pero
surgió la sublevación de
Desiderio Arias en el 1916.
Los norteamericanos enviaron
buques a Santo Domingo,
pero Jimenes se negó a
aceptar ese apoyo y renunció
el 7 de mayo de 1916,
dejando un vacío de poder.
El 13 de mayo de 1916
el contraalmirante William
Banks Caperton obligó
a Desiderio Arias, entonces
ministro de Guerra,
a abandonar Santo Domingo,
de lo contrario
bombardearía la ciudad,
desembarcando soldados
norteamericanos.
Por ende, la “segunda
ocupación” del país se
inició el 29 de noviembre
de 1916, cuando el capitán
Harry Shepard Knapp
proclamó el inicio del Gobierno
Militar estadounidense:
permaneciendo
hasta el 12 de julio de
1924, cuando comenzó la
retirada definitiva de las
tropas norteamericanas
del territorio dominicano,
hubo elecciones y surgió
un nuevo gobierno dominicano
encabezado por
Horacio Vásquez. Ahí se
inició la “Tercera República”,
la actual.
Aquí viene la interrogante
sobre ¿si la invasión estadounidense
de 1965, fue
una ocupación? Pues no, se
trató de una intervención y
se mantuvieron funcionando
los dos gobiernos nacionales
enfrentados.
Intervenciones en el
país han existido muchas
veces cuando países dominantes
o modernos organismos
internacionales
han decidido y pretendido
implantar políticas públicas
y ejercer autoridad en asuntos
que son competencias
soberanas de la nación.
El P. Kolvenbach y la Congregación
General 34 de los jesuitas
Por propia iniciativa,
el P.
Kolvenbach
convocó el
8-IX-1983, la
Congregación General 34
de la Compañía de Jesús para
el 5 de enero del 1995 en
Roma. Su objetivo: “que el
cuerpo apostólico de la Compañía
se congregue para renovar
su manera de orar, actuar
y vivir, y hacer así frente
a los nuevos desafíos apostólicos”.
Poco a poco, el P. Kolvenbach
fue precisando el
porqué de la Congregación:
“Necesitamos hacer una pausa,
reflexionar y orar sobre
nuestra situación actual, identificar
la orientación de nues-
PEREGRINANDO A
CAMPO TRAVIESA
MANUEL PABLO MAZA MIQUEL, S.J.
Para comunicarse con el autor
mmaza@belenjesuit.org
tro futuro. Nos reunimos para
--mirar hacia afuera-- y no para
concentrarnos sobre nosotros
mismos. No estamos aquí
solo para aprobar algún, aunque
necesario, ajuste, sino para
renovarnos en el perímetro
de nuestra vocación, que es la
marcada por Ignacio”.
En otra ocasión afirmó:
“Hoy el mundo ha cambiado y
es necesario discernir cuál debe
ser la contribución de los jesuitas
al anuncio del Evangelio
y al diálogo con la cultura.
Debemos buscar una respuesta
más adecuada a los desafíos
espirituales de nuestro tiempo,
trabajando por la paz, en
colaboración con las fuerzas
vivas de la Iglesia, en particular
con los laicos; de lo contrario
el ‘solo repetirnos’ nos hará
perder el camino”.
A la Congregación del 5
enero, 1995, acudieron jesuitas
de 135 países. Representaban
a los 23, 179 compañeros.
Asistieron por primera vez siete
hermanos jesuitas elegidos
por el P. General. Trabajaron
durante 77 días. De los 26 decretos
producidos, me fijo en
el 26 que señala las 8 características
esenciales del modo
ignaciano de proceder. (1)
Un amor personal a Cristo para
más amarlo y seguirlo. (2)
Ser contemplativos en la acción
para encontrar al Señor
en todas las cosas. (3) Constituir
un cuerpo apostólico de
amigos al servicio del Señor
y de la Iglesia. (4) Solidarios
con los más necesitados. (5)
Cooperando con laicos y laicas
y toda persona de buena
voluntad. (6) Con un ministerio
intelectualmente serio
que requiera “inteligencia,
imaginación, perspicacia, estudios
sólidos y análisis rigurosos”.
(7) “Disponibles para
nuevas misiones: abiertos,
adaptables, hasta deseosos
de cualquier misión que se
nos pueda encomendar”. (8)
“Siempre mirando al mayor
servicio”, capaces de compromisos
cruciales generosamente
mantenidos.
(Ver Apuntes del P. Román
Espadas, S.J., del 23.12.2021,
quien resumió a Gianni Bella
(2019), Los jesuitas del Vaticano
II al papa Francisco).
La DGA
A
10 días para terminar su
primer mandato el balance
a la gestión del presidente
Luis Abinader se hace solo.
Y dentro de los puntos
fuertes está la formidable labor que se
ha realizado en la Dirección General de
Aduanas (DGA). República Dominicana ha
logrado avances impresionantes en su camino
a convertirse en un importante centro logístico
en la región. La modernización del sistema
aduanero, el incremento en la inversión
extranjera, el fortalecimiento y la armonía de
sectores clave de exportación, son indicadores
del buen trabajo que allí se ha realizado.
Bajo las directrices de Eduardo –Yayo-
Sanz Lovatón la institución ha contribuido al
crecimiento y la diversificación de la economía
a punto que el propio Abinader, resaltando
las transformaciones y avances en conectividad,
tecnología, seguridad, automatización
y programas implementados, aseguró que el
país está próximo a convertirse en una “nación
logística”. Gracias a los aumentos en la
carga y los flujos de transporte marítimo, aéreo
y transfronterizo, los ingresos del Estado
aumentaron del 18% al 25%, logrando que
primera vez se exportaran más de 1,000 millones
de dólares durante diez meses consecutivos,
lo cual también demuestra la solidez
y la capacidad del sector exportador dominicano.
Contar con un buen sistema de aduanas
es vital para una nación porque es la
primera línea de defensa para prevenir la entrada
ilegal de mercancías peligrosas o fraudulentas,
además de ser una fuente significativa
de ingresos y un facilitador del comercio
internacional que mejora el clima de negocios
y atrae la inversión foránea. La DGA es
un punto luminoso de esta administración y
Luis está muy contento con Yayo.
UN MOMENTO
Publica de martes a viernes
MONS. RAMÓN BENITO DE
LA ROSA Y CARPIO
Transfiguración
Jesucristo, subido en el monte, se
transfigura y aparece lo que él es.
Lo que él lleva adentro lo deja sacar.
Pensamos siempre que es una
fiesta religiosa y lo es plenamente,
pero es también una fiesta humana. Porque
todos nos transfiguramos, dejamos salir lo
que tenemos dentro. Estamos llenos de alegría,
somos alegres y nos transfiguramos. Y
transfiguramos nuestro alrededor. Si tenemos
paz, transmitimos paz y lo que somos.
La fiesta de la transfiguración es fiesta
ciertamente cristiana, pero también recuerda
esa dimensión humana de lo que nosotros
dejamos salir, pues nos transfiguramos
en todo momento. Hasta mañana, si dios,
usted y yo lo queremos.