Revista ESMERALDA ed. 13
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SECTOR
Luis Álvaro Pardo
SECTOR
ESMERALDA
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Las condiciones
socioeconómicas de los
mineros de esmeraldas
de esa zona boyacense
continúan siendo una de las
prioridades más relevantes
para el Gobierno Nacional
y para las autoridades
locales. El presidente
de la Agencia Nacional
de Minería (ANM), Luis
Álvaro Pardo, le contó a
la REVISTA ESMERALDA
los planes que están
en marcha para lograr
verdaderos cambios en las
zonas productoras de esta
piedra preciosa.
LLa formalización de la gran mayoría
de los trabajadores de la minería y la
creación de mejores condiciones de
vida para dejar atrás condiciones de
pobreza y violencia en buena parte
del país ha sido, a lo largo de varios
gobiernos, una promesa reiterativa.
Y el renglón productor de esmeraldas,
que ha concentrado sus actividades
en Boyacá y Cundinamarca
durante los últimos 80 años, no ha
sido la excepción.
Durante décadas, quienes habitan
el occidente boyacense han sido testigos
de las complejas condiciones
de vida que han tenido que afrontar
los mineros informales (guaqueros)
y los habitantes de municipios como
Muzo, Otanche, Maripí, Quípama,
entre otros, quienes han aprendido
por generaciones a afrontar grandes
riesgos para subsistir en medio de las
estrategias por el control de las minas
estratégicas de la región.
Aunque esto pareciera ser parte
del pasado, el presidente de la Agencia
Nacional de Minería (ANM), el
economista Luis Álvaro Pardo advierte
en entrevista con REVISTA
ESMERALDA que “es de nuestra
absoluta preocupación lo que está
pasando en el occidente de Boyacá.
Preocupa lo minero, pero también lo
ambiental y lo social es prioritario”.
Como lo explica el presidente de
la ANM, el gobierno del presidente
Gustavo Petro ha puesto su foco en
la zona esmeraldera de Boyacá y en
sus actuales condiciones sociales en
un intento contundente para lograr
soluciones verdaderas que, además,
respeten los derechos adquiridos, los
contratos mineros suscritos, el ordenamiento
minero ambiental y la restauración
del medio ambiente en medio
del propósito de sacar adelante la
transición energética de la Nación.
“La minería de esmeralda en el
occidente de Boyacá ha estado involucrada
con la situación del conflicto
interno motivada por la riqueza
que representan las esmeraldas y el
bajo control de su comercialización.
Además, hemos trabajado con las
empresas de esmeraldas y con las
organizaciones sociales de esa región.
En lo departamental, la Gobernación
de Boyacá ha formado parte
del trabajo y en esta tarea también
concurre la Consejería Presidencial
para las Regiones”, detalla el presidente
de la ANM.
El gobierno del presidente Gustavo
Petro definió como prioridad
apuntarle a lograr cercanía con los
territorios mineros para construir
una actividad sostenible que logre un
equilibrio entre las dimensiones minera,
ambiental, social y técnica. Según
Pardo, se han adelantado espacios
en el occidente boyacense para
establecer diálogos entre el Gobierno,
las organizaciones sociales, los
mineros informales (guaqueros) y las
entidades territoriales (alcaldías) con
“Al Gobierno le preocupa el tema
SOCIAL
en el
occidente de
BOYACÁ ”
el fin de buscar alternativas y soluciones
reales a la prolongada conflictividad
social.
Estos espacios -denominados
como Audiencia Pública Minera en
los que se ha adelantado pedagogía y
diálogos con la comunidad, los mineros
y el gobierno local para avanzar
en la construcción de acuerdos- han
tenido lugar en San Pablo de Borbur,
Maripí, Muzo, Quípama, Pauna,
Otanche, Briceño y Tununguá.
“Desde estos espacios de diálogo
efectivo se busca lograr alternativas
de solución desde el marco de las
competencias asignadas a la Agencia
Nacional de Minería, donde se
llevaron importantes anuncios contando
que para el departamento
de Boyacá tenemos aproximadamente
197 títulos mineros de los
cuales 193 están activos y 4 títulos
terminados, en proceso de liquidación”,
afirma Pardo.
Este año se adelantó otra visita
para la región, asegura Pardo, para
“avanzar en formalización minera y
seguir apoyando contratos de operación
que son los que firman titulares
mineros con los mineros tradicionales
que están sobre sus títulos”.
Los desafíos para lograr
la formalización
Como lo describe el presidente de
la Agencia Nacional de Minería, en el
occidente boyacense aún persiste un
problema de orden público que todavía
no tiene solución a la vista: este
consiste en que los mineros informales
-y también ilegales- continúan invadiendo
minas de esmeraldas.
Pero el problema social, enfatiza
Pardo, no deja de preocupar pues
los guaqueros que viven del día a día
continúan subsistiendo de la esperanza
de encontrar entre el material
estéril que las empresas de esmeraldas
les entregan una ‘chispita’ de
esmeralda que les permita cubrir algunas
de sus necesidades básicas.
Y esta situación, que atrae a las
minas a los pobladores de los municipios
de la región del occidente
boyacense, ha sido pan de cada día
durante años. Muchas veces, como
lo han descrito los propios mineros
informales, de esas largas jornadas
de búsqueda se van con las manos
vacías. Incluso, pasan semanas en las
que ya no se encuentra entre ese
material ni una sola ‘chispita’.
Una de las alternativas para tratar
de dar solución a esta problemática,
de acuerdo con Pardo, consiste en
una apuesta de la Agencia Nacional
de Minería para encontrar nuevos títulos
en la zona del occidente Boyacá
y, también, áreas de reserva especial
para la formalización de los mineros.
Estas áreas están siendo revisadas por
parte del Servicio Geológico Colombiano
para conocer su potencial real.
“Si hay el potencial, les decimos a
los guaqueros que se organicen en
empresas o cooperativas para entregarles
un título minero y que se vayan
allá a trabajar. Hay una condición
de vida indigna hoy. Hay que volver
a los pequeños y medianos mineros
titulares. Esa es la política de este
ESMERALDA
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