¡Convierta sus PDFs en revista en línea y aumente sus ingresos!
Optimice sus revistas en línea para SEO, use backlinks potentes y contenido multimedia para aumentar su visibilidad y ventas.
TRANSITAR EN EL SUR
COLECTIVO ANDINXS
experimentado un proceso de educación con ellos que ha
requerido mucha paciencia, y también he tenido que aceptar
que hay un machismo muy fuerte. A veces me siento percibido
aún como esa mujer/niña que ellos vieron crecer. Por eso, he
luchado dentro de mi propia familia para mostrar que no es así.
Al mismo tiempo, me enfrento a mis propios conflictos
internos, intentando no sentir que es inferior el hecho de
que me perciban como mujer. Es un machismo que llevo
dentro también. El año pasado, me hice una pregunta que me
chocó: ¿ser hombre trans implica también lidiar con tu propio
machismo interno? ¿Alguna vez sentí que ser mujer era ser
inferior? Y la respuesta es no. No quiero que eso sea así. En mi
casa, hay un matriarcado muy fuerte, y me he dicho: “Admiro
a estas mujeres con todo mi ser; ojalá pudiera ser tan fuerte y
servicial como ellas.” Poco a poco, he ido conciliando esa parte.
DANIEL: En tu carrera como maestro, ¿qué rol tiene Nariño
y su cultura para lo que tú haces en tu profesión?
ESTEBAN: Es un norte, podría decirlo; uno de los nortes.
De hecho, mi objetivo es mezclar la música del Carnaval y
llevarla a un escenario sinfónico clásico. Esa mezcla es parte de
mi identidad. Siempre he sentido que a los instrumentistas nos
falta ese sentido de apropiación de nuestra cultura. Mientras
que muchos musicólogos y compositores abordan el folclor de
otras regiones para incluirlo en lo sinfónico, creo que como
intérpretes nos falta curiosidad en ese sentido.
Al identificarme como nariñense, siento que hay ciertos
ritmos que me son más naturales, y que el oboe puede expresar
esa identidad. Se puede hablar de una escuela de oboe nariñense
o de oboe andino, gracias a la influencia y experiencia que cada
músico aporta al instrumento.
Siempre he admirado a los músicos que se van de aquí
y triunfan en Europa; eso me parece increíble. Sin embargo,
muchos de nosotros sufrimos porque se nos hace creer que ese
es el único camino. Si no llegas allá, sientes que has fracasado, y
por supuesto, eso no es cierto. El mundo es vasto, y la gente ama
la música latinoamericana. Es maravilloso tener la paciencia
y disciplina para tocar música del Carnaval, por ejemplo, un
concierto para oboe con comparsa de Carnaval. Es importante
para mí encontrar muchas posibilidades en mi identidad y mis
raíces. Por eso, regresar y ver que se ha abierto la posibilidad
de la orquesta ha sido maravilloso.
DANIEL: Siento que tengo una conexión espiritual con
Nariño. Tal vez no tengo claro si realmente eso de ser hombre
existe dentro de mí, pero lo que sí existe es que para mí es ser
nariñense. También siento que es un lugar presto a recibirte
en el momento que lo decidan los Dioses del carnaval. Me ha
pasado que voy a Nariño y no es el momento de estar allí y me
vuelvo siempre triste a Bogotá, a veces quiero ir a Nariño y
no puedo, entonces siento un malestar. Sin embargo, si estás
allá y Nariño te ha dado este recibimiento es porque estás
acompañado por el espíritu de la tierra, tus raíces; creo que eso
se puede ver en la energía de los músicos cuando interpretamos
música allá. Desempeñarse como músico profesional debe ser
una sensación de completitud porque ese espíritu musical de la
cultura nariñense siempre estará allí. ¿En qué orquesta estás
trabajando?
ESTEBAN: Es la Orquesta Sinfónica del Sur, la primera
orquesta sinfónica profesional de Nariño. Ha sido un proceso
hermosísimo, un sueño gestado hace veinticinco años con la
Red de Escuelas. La orquesta está conformada por el legado
de músicos que formamos parte de las primeras generaciones,
algunos de los cuales se han formado en Europa o en otras
partes del mundo, y otros en universidades del país. Ahora
hemos regresado aquí, con la misión de darle a Nariño su
76 77