Segunda evaluación!!
Resvista Experimental
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O C T U B R E 2 0 2 4
PsicoUBA
PRIMERA EDICIÓN
Personalidad y
enfermedad
Í N D I C E
E D I T O R I A L _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 0 1
D I R E C T O R I O _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 0 2
F a c t o r e s e x p l i c a t i v o s d e l a a s o c i a c i ó n e n t r e
p e r s o n a l i d a d y e n f e r m e d a d _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 0 3
M e c a n i s m o d i r e c t o e n t r e p e r s o n a l i d a d y e n f e r m e d a d :
l a e x c e s i v a r e a c t i v i d a d f i s i o l ó g i c a a n t e e l e s t r é s _ _ _ _ 0 4
M e c a n i s m o i n d i r e c t o e n t r e l a p e r s o n a l i d a d y l a
e n f e r m e d a d : l a s c o n d u c t a s d e s a l u d _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 0 7
P e r s o n a l i d a d r e s i s t e n t e o H a r d i n e s s , P e r s o n a l i d a d
R e s i l i e n t e y P e r s o n a l i d a d A l e x i t i m i c a _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 0 9
I d e n t i d a d y t e o r í a d e l a s R e l a c i o n e s O b j e t a l e s _ _ _ _ _ _ _ 1 2
M o d e l o s d e l o s 5 f a c t o r e s d e l a p e r s o n a l i d a d ( B i g
F i v e ) _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 1 3
P a t r ó n d e c o n d u c t a t i p o A - B y C _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 1 5
U t i l i d a d c l í n i c a d e l o s m o d e l o s d i m e n s i o n a l e s _ _ _ _ _ _ _ _ 1 7
L a c r i s i s d e i d e n t i d a d y l a s d i s o c i a c i o n e s _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 1 9
L a P e r s o n a l i d a d D i s o c i a t i v a _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 2 1
T r a s t o r n o d e I d e n t i d a d D i s o c i a t i v o _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 2 5
C O N T R A P O R T A D A _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 2 9
C R É D I T O _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 3 0
P U B L I C I D A D _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 3 1
PiscoUBA revista de Psicología Experimental es una
publicación científica que se dedica a promover la
investigación de vanguardia sobre la relación entre la
personalidad y la enfermedad. A través de la publicación
de artículos originales, revisiones sistemáticas y
metaanálisis, la revista busca fomentar el diálogo
interdisciplinario y la aplicación de los conocimientos
científicos a la práctica clínica. Los temas abordados
incluyen los mecanismos biológicos y psicológicos que
subyacen a la relación entre la personalidad y la
enfermedad, el papel de la personalidad en la respuesta
al estrés y la enfermedad, así como el desarrollo y
evaluación de intervenciones psicológicas basadas en la
evidencia para mejorar la salud y el bienestar. La revista
está comprometida con los principios éticos de la
investigación y la publicación científica, y fomenta la
colaboración internacional. La revista está dirigida a
investigadores, profesionales de la salud, estudiantes y
clínicos interesados en mejorar la comprensión de la
relación entre la mente y el cuerpo, y en desarrollar
intervenciones más efectivas para promover la salud y el
bienestar en todas las poblaciones
E D I T O R I A L
1
D I R E C T O R I O
DR. BASILIO SÁNCHEZ
RECTOR PRESIDENTE
DR. MANUEL PIÑATE
VICERECTOR ACADÉMICO
DRA. EDILIA PAPA
SECRETARÍA GENERAL
LIC. CAROL RUÍZ
DIRECTORA ESCUELA DE PSICOLOGÍA
2
Factores explicativos de la asociación
entre personalidad y enfermedad
El interés por la relación entre la personalidad y la salud
tiene más de 2000 años, remontándose a Hipócrates con
sus cuatro humores corporales y a Galeno que vinculaba
estos humores con enfermedades. Hoy en día, aunque se
han reemplazado los humores por hormonas, las tipologías
básicas como melancólico depresivo, hostil colérico,
fleumático alexitimico, y optimista sanguíneo persisten.
Investigadores continúan explorando cómo diferentes
personalidades afectan la salud.
Existen diversas investigaciones que muestran cómo
ciertas variables de personalidad están consistentemente
asociadas a conductas de riesgo y otras a conductas
saludables. Por ejemplo, características como la
Impulsividad y Ansiedad están ligadas a conductas de
riesgo, mientras que el Optimismo y la Autoeficacia están
asociadas a conductas saludables. Algunas características,
como la Extraversión, muestran una relación ambivalente,
asociándose tanto a comportamientos de riesgo como
protectores.
3
Mecanismo directo entre
personalidad y enfermedad: la
excesiva reactividad fisiológica
ante el estrés
La reactividad fisiológica ante el estrés es un puente entre la
personalidad y la salud, sugiriendo que el estrés psicológico aumenta la
actividad simpática y adrenocortical, lo cual a lo largo del tiempo puede
contribuir a la aparición de enfermedades cardiovasculares, infecciosas
y cáncer, al influir en el sistema inmunológico. La personalidad puede
atenuar o exacerbar esta conexión entre el estrés y sus consecuencias.
Las estrategias de afrontamiento al estrés varían, pudiendo ser de
aproximación, como solucionar activamente el problema o manejar las
reacciones emocionales; o de evitación, como el uso de sustancias o
negación. La eficacia de estas estrategias influye en las consecuencias
del estrés en la salud, afectando su duración e intensidad. La
personalidad también juega un papel en la selección de situaciones en
las que las personas actuarán.
La forma en que la personalidad interactúa con el estrés puede
determinar la respuesta fisiológica del individuo, influenciando así su
salud. Las estrategias de afrontamiento y la valoración de eventos
estresantes son clave en esta relación, y la personalidad de una persona
puede mediar su capacidad para manejar el estrés de manera efectiva o
perjudicial.
4
¿Cómo funciona este mecanismo?
El estrés como desencadenante: Cuando experimentamos estrés,
nuestro cuerpo activa una respuesta de lucha o huida, liberando
hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas sustancias preparan al
organismo para enfrentar una amenaza, aumentando la frecuencia
cardíaca, la presión arterial y otros indicadores fisiológicos.
La personalidad como modulador: Nuestra personalidad influye en
cómo percibimos y evaluamos las situaciones estresantes. Personas con
mayor neuroticismo, por ejemplo, tienden a interpretar eventos de
manera más negativa y a experimentar niveles más altos de ansiedad.
Esta percepción subjetiva del estrés puede amplificar la respuesta
fisiológica.
¿Qué papel juega la personalidad en este proceso?
La personalidad puede influir en el estrés de diversas maneras:
Valoración del estrés: Personas con baja autoestima o alta ansiedad
pueden percibir situaciones cotidianas como más amenazantes, lo que
aumenta la probabilidad de una respuesta de estrés.
Estrategias de afrontamiento: Las personas con diferentes
personalidades utilizan diferentes estrategias para hacer frente al
estrés. Algunas personas pueden recurrir a comportamientos
saludables como el ejercicio o la búsqueda de apoyo social, mientras
que otras pueden utilizar estrategias menos adaptativas como la
evitación o el consumo de sustancias.
5
La reactividad fisiológica ante el estrés es un puente entre la
personalidad y la salud, sugiriendo que el estrés psicológico aumenta la
actividad simpática y adrenocortical, lo cual a lo largo del tiempo puede
contribuir a la aparición de enfermedades cardiovasculares, infecciosas
y cáncer, al influir en el sistema inmunológico. La personalidad puede
atenuar o exacerbar esta conexión entre el estrés y sus consecuencias.
Las estrategias de afrontamiento al estrés varían, pudiendo ser de
aproximación, como solucionar activamente el problema o manejar las
reacciones emocionales; o de evitación, como el uso de sustancias o
negación. La eficacia de estas estrategias influye en las consecuencias
del estrés en la salud, afectando su duración e intensidad. La
personalidad también juega un papel en la selección de situaciones en
las que las personas actuarán.
La forma en que la personalidad interactúa con el estrés puede
determinar la respuesta fisiológica del individuo, influenciando así su
salud. Las estrategias de afrontamiento y la valoración de eventos
estresantes son clave en esta relación, y la personalidad de una persona
puede mediar su capacidad para manejar el estrés de manera efectiva o
perjudicial.
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Mecanismo indirecto entre la
personalidad y la enfermedad: las
conductas de salud.
Las conductas o hábitos de salud son aquellas acciones (o su
ausencia) que afectan a la probabilidad de enfermar, incluyendo
factores como la dieta, el ejercicio físico, los riesgos físicos que se
asumen, el consumo de sustancias nocivas, o la práctica de
relaciones sexuales sin protección. En otras palabras, la relación
entre la personalidad y la enfermedad es indirecta o mediada por
estas conductas.
Las personas con rasgos de personalidad específicos pueden
tener predisposiciones hacia ciertos comportamientos saludables
o de riesgo. Por ejemplo, individuos con altos niveles de
consciencia pueden ser más propensos a mantener una dieta
equilibrada y realizar ejercicio regularmente. Por el contrario,
aquellos con altos niveles de neuroticismo pueden tener mayores
probabilidades de recurrir al consumo de sustancias nocivas o
evitar el ejercicio. Estas conductas, a su vez, afectan
significativamente la salud general y la probabilidad de
desarrollar enfermedades crónicas.
Además, la personalidad influye en la percepción y manejo de la
salud. Personas optimistas y con alta autoeficacia tienden a
buscar atención médica preventiva y adherirse a tratamientos
médicos, mejorando sus resultados de salud. En cambio,
individuos con rasgos de personalidad negativos como el cinismo
pueden ser menos propensos a seguir recomendaciones médicas
y adoptar hábitos saludables, lo que incrementa su riesgo de
enfermedad. De esta manera, la personalidad no solo determina
los comportamientos de salud sino también la interacción con los
sistemas de salud y la adherencia a intervenciones médicas.
7
¿Cómo se relaciona la personalidad con estas conductas?
Percepción de riesgo: Personas con ciertos rasgos de
personalidad, como la búsqueda de sensaciones o la
impulsividad, pueden subestimar los riesgos asociados a ciertos
comportamientos, lo que las lleva a adoptar conductas más
arriesgadas. Por ejemplo, un individuo impulsivo puede ser más
propenso a conducir a alta velocidad o a practicar deportes
extremos sin las precauciones adecuadas.
Autoeficacia: La autoeficacia, es decir, la creencia en nuestra
capacidad para realizar una acción determinada, está
fuertemente relacionada con las conductas de salud. Personas
con alta autoeficacia son más propensas a adoptar y mantener
conductas saludables, ya que creen en su capacidad para
cambiar sus hábitos y lograr sus objetivos.
Motivación: La motivación, otro aspecto clave de la
personalidad, también influye en las conductas de salud.
Personas con alta motivación intrínseca, es decir, aquellas que
realizan actividades por el placer de hacerlo y no por obligación,
son más propensas a llevar un estilo de vida saludable.
8
Personalidad resistente o Hardiness,
Personalidad Resiliente y Personalidad
Alexitimica
La personalidad resistente o "Hardiness" se caracteriza por
tres componentes: compromiso, control y desafío. Las personas
con esta personalidad tienden a ver las experiencias estresantes
como oportunidades de crecimiento (desafío), se sienten
comprometidas con sus actividades y relaciones (compromiso), y
creen que tienen control sobre sus vidas (control). Esta
combinación les permite manejar el estrés de manera efectiva y
mantener una buena salud.
Características: Se compone de tres dimensiones principales:
Compromiso: Sentimiento de conexión y significado en lo que
se hace.
Control: Creencia en la capacidad de influir en los eventos de
la vida.
Reto: Percepción de los cambios y desafíos como
oportunidades de crecimiento.
Relación con la salud: Las personas con alta personalidad
resistente suelen experimentar menos estrés, tienen mejor
salud física y mental, y se recuperan más rápido de
enfermedades y lesiones.
La personalidad resiliente se refiere a la capacidad de
adaptarse positivamente ante la adversidad. Las personas
resilientes son flexibles, persistentes y optimistas, lo que les
ayuda a recuperarse rápidamente de situaciones difíciles.
9
Características: La resiliencia implica una combinación de
factores, como la capacidad de establecer relaciones sociales
positivas, la resolución de problemas, la regulación emocional y
un sentido de propósito en la vida.
Relación con la salud: La resiliencia se ha asociado con una
mejor salud mental, mayor bienestar general y una mayor
capacidad para hacer frente a los desafíos de la vida.
La personalidad alexitímica, las personas con alexitimia
tienen dificultades para identificar y expresar emociones. Esto
puede llevar a problemas en las relaciones interpersonales y a
una mayor susceptibilidad a trastornos somáticos y psicológicos.
La alexitimia puede ser un factor de riesgo para diversas
enfermedades, ya que estas personas pueden tener dificultades
para manejar el estrés y las emociones negativas de manera
saludable.
Características: Se caracteriza por tres componentes principales:
Dificultad para identificar sentimientos: Incapacidad para
reconocer y describir las propias emociones.
Pobre imaginación: Dificultad para visualizar y describir
escenas imaginarias.
Pensamiento orientado hacia el exterior: Tendencia a
centrarse en los aspectos externos de las situaciones en
lugar de en los estados internos.
Relación con la salud: se ha asociado con una variedad de
problemas de salud, incluyendo enfermedades cardiovasculares,
trastornos del estado de ánimo y trastornos de ansiedad.
10
Comparación entre los tres
conceptos.
C U A D R O C O M P A R A T I V O
Característica
Personalidad
Resistente
Resiliencia
Alexitimia
Enfoque
Proactivo:
Buscar el
significado y
el control.
Reactivo:
Adaptarse a
las
adversidades.
Limitación:
Dificultad para
identificar y
expresar
emociones.
Componentes
clave
Compromiso,
control, reto.
Capacidad de
adaptación,
resolución de
problemas,
relaciones
sociales.
Dificultad para
identificar
sentimientos,
pobre
imaginación,
pensamiento
orientado hacia
el exterior.
Relación con la
salud
Mayor
bienestar, mejor
recuperación de
enfermedades.
Mayor salud
mental,
bienestar
general.
Mayor riesgo
de
enfermedades
cardiovascular
es, trastornos
del estado de
ánimo y
ansiedad.
11
Identidad y teoría de las Relaciones
Objetales.
La teoría de las Relaciones Objetales es una rama del
psicoanálisis que se centra en las relaciones interpersonales y el
impacto de estas relaciones en el desarrollo del sentido de
identidad de una persona. Esta teoría sugiere que las primeras
relaciones, especialmente las que se forman entre el niño y sus
cuidadores, son fundamentales para el desarrollo de la
personalidad y la formación de la identidad.
En el marco de esta teoría, los "objetos" se refieren a las
personas (o partes de personas) que son importantes en la vida
de un individuo. Las experiencias tempranas con estos objetos
significativos moldean la manera en que la persona se relaciona
con los demás y consigo misma. Por ejemplo, una relación
segura y afectuosa con los cuidadores puede llevar a un sentido
de identidad sólido y saludable, mientras que relaciones
tempranas problemáticas pueden contribuir a dificultades en la
identidad y en las relaciones futuras.
La teoría de las Relaciones Objetales también destaca la
importancia de la internalización de estas relaciones. Esto
significa que las experiencias y las dinámicas de las relaciones
tempranas se internalizan y se convierten en parte del mundo
interno del individuo, influyendo en cómo percibe y se relaciona
con los demás a lo largo de su vida. Así, la identidad de una
persona está estrechamente ligada a las relaciones
interpersonales que ha tenido y a las maneras en que ha
internalizado estas experiencias.
12
Modelos de los 5 factores de la
personalidad (Big Five).
Este modelo describe cinco dimensiones principales de la
personalidad: Apertura a la experiencia, Responsabilidad,
Extraversión, Amabilidad y Neuroticismo.
Apertura a la experiencia: Esta dimensión incluye
características como la imaginación, la creatividad, la curiosidad
y una preferencia por la variedad y la novedad. Las personas con
alta apertura a la experiencia tienden a ser más aventureras y
dispuestas a probar cosas nuevas.
Responsabilidad: Se refiere a ser organizado, meticuloso y
eficiente. Las personas con alta responsabilidad suelen ser
disciplinadas y orientadas a los logros, lo que las hace confiables
y capaces de gestionar tareas complejas con eficacia.
Extraversión: Incluye rasgos como la sociabilidad, la asertividad
y la búsqueda de estímulos. Los extrovertidos son energizados
por la interacción social y tienden a ser más entusiastas y
comunicativos.
Amabilidad: Engloba cualidades como la empatía, la
cooperación y la compasión. Las personas amables tienden a ser
altruistas y buscan mantener relaciones armoniosas con los
demás.
Neuroticismo: Se relaciona con la tendencia a experimentar
emociones negativas como la ansiedad, la ira o la tristeza. Las
personas con alto neuroticismo pueden ser más propensas al
estrés y a reaccionar de manera intensa ante situaciones
difíciles.
13
Cada uno de estos factores proporciona una visión
comprensiva de la personalidad de un individuo, ayudando a
comprender mejor cómo diferentes rasgos influyen en el
comportamiento y las interacciones sociales.
Modelos Representativos
Modelo de Costa y McCrae: Este es uno de los modelos más
conocidos y ampliamente utilizados. Costa y McCrae
proponen que los Cinco Grandes son dimensiones
fundamentales de la personalidad que están relativamente
estables a lo largo de la vida adulta y tienen una base
biológica significativa.
Modelo Lexical: Este modelo se basa en el análisis de los
términos utilizados en el lenguaje natural para describir la
personalidad. Los Cinco Grandes emergen de este análisis
como las dimensiones más importantes para describir las
diferencias individuales.
Modelo Facet: Algunos modelos proponen una estructura de
facetas, donde cada uno de los Cinco Grandes se divide en
facetas más específicas. Por ejemplo, la Extraversión podría
dividirse en facetas como sociabilidad, asertividad y
búsqueda de sensaciones.
14
Patrón de conducta tipo A-B y C
Los patrones de conducta tipo A, B y C son clasificaciones
generales que se han utilizado durante años para describir
diferentes estilos de personalidad y su relación con la salud,
especialmente cardiovascular. Aunque estas categorías han sido
objeto de debate y refinamiento a lo largo del tiempo, siguen
siendo útiles para comprender cómo nuestras personalidades
pueden influir en nuestro bienestar.
Patrón de conducta Tipo A: Se caracteriza por
competitividad, urgencia temporal, agresividad y hostilidad. Las
personas con este patrón suelen ser muy orientadas a los logros,
impacientes y pueden tener una mayor predisposición a
problemas cardiovasculares debido al estrés constante y la
presión que se imponen a sí mismas.
Comportamiento:
Preocupación constante por el tiempo, Multitarea excesiva,
Tendencia a la irritabilidad y el enojo.
Relación con la salud:
Históricamente, se asoció con un mayor riesgo de
enfermedades cardiovasculares debido al estrés crónico y la
hostilidad.
Patrón de conducta Tipo B: En contraste, las personas con
este patrón son relajadas, menos competitivas y no suelen
experimentar la misma urgencia temporal que las de Tipo A. Son
más tranquilas y menos propensas a la hostilidad, lo que
generalmente se asocia con un menor riesgo de enfermedades
relacionadas con el estrés.
15
Comportamiento:
Tendencia a abordar los problemas de manera más calma,
Menos propenso a la multitarea, Mayor capacidad para manejar
el estrés.
Relación con la salud:
Generalmente asociado con mejores indicadores de salud física y
mental
Patrón de conducta Tipo C: Este patrón describe a individuos
que tienden a reprimir emociones, especialmente las negativas
como la ira, para evitar conflictos.
Comportamiento:
Puede parecer amable y complaciente, Tiende a evitar conflictos,
Puede experimentar altos niveles de estrés interno
Relación con la salud:
Se ha asociado con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer y
enfermedades autoinmunes, posiblemente debido a la supresión
del sistema inmunológico.
Limitaciones de esta clasificación
Sobresimplificación: Los patrones de personalidad son
complejos y no pueden reducirse a tres categorías simples.
Falta de precisión: Las fronteras entre los tipos son difusas y
muchas personas pueden mostrar características de más de un
tipo.
Evolución de los conceptos: Con el tiempo, se han desarrollado
modelos más sofisticados para describir la personalidad, como el
modelo de los Cinco Grandes Factores.
16
Utilidad clínica de los modelos
dimensionales
Los modelos dimensionales de la personalidad, tienen una
gran utilidad clínica, ofreciendo un marco comprensivo para
entender y tratar diversos trastornos psicológicos y problemas
de salud. Al proporcionar una forma estructurada y cuantitativa
de evaluar los rasgos de personalidad, estos modelos permiten a
los profesionales de la salud mental:
Diagnóstico más preciso:
Diferenciación de trastornos: Ayudan a distinguir entre
diferentes trastornos de la personalidad, ya que cada uno se
manifiesta de manera única en las dimensiones de la
personalidad.
Identificación de comorbilidad: Permiten identificar la
coexistencia de diferentes trastornos de la personalidad y otros
trastornos mentales, lo que es fundamental para un tratamiento
efectivo.
Personalización del diagnóstico: Al evaluar los perfiles de
personalidad individuales, se pueden realizar diagnósticos más
precisos y personalizados.
Desarrollo de planes de tratamiento:
Objetivos terapéuticos: Los modelos dimensionales ayudan a
establecer objetivos terapéuticos específicos, dirigidos a
modificar los rasgos de personalidad problemáticos y fortalecer
aquellos que son adaptativos.
17
Selección de técnicas: Permiten seleccionar las técnicas
terapéuticas más adecuadas para cada paciente, basadas en su
perfil de personalidad.
Evaluación del progreso: Facilitan la evaluación del progreso
terapéutico al permitir monitorear los cambios en los rasgos de
personalidad a lo largo del tiempo.
Predicción de resultados:
Pronóstico: Ayudan a predecir la evolución de los trastornos de
la personalidad y la respuesta al tratamiento.
Identificación de factores de riesgo: Permiten identificar los
factores de riesgo asociados con diferentes trastornos de la
personalidad, lo que puede ayudar a prevenir su desarrollo o
empeoramiento.
Comunicación entre profesionales:
Lenguaje común: Proporcionan un lenguaje común para describir
y discutir los rasgos de personalidad, facilitando la comunicación
entre diferentes profesionales de la salud mental.
Facilitación de la investigación: Permiten realizar investigaciones
más rigurosas y comparables sobre la personalidad y su relación
con la psicopatología.
Prevención:
Identificación de grupos de riesgo: Los modelos dimensionales
pueden ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de
desarrollar trastornos de la personalidad, permitiendo la
intervención temprana.
18
La crisis de identidad y las disociaciones
La crisis de identidad se refiere a un período de
incertidumbre y confusión en el que una persona cuestiona su
sentido del ser y su lugar en el mundo. Este fenómeno es común
durante la adolescencia, pero puede ocurrir en cualquier etapa
de la vida. Durante una crisis de identidad, las personas pueden
reevaluar sus valores, creencias y objetivos, buscando entender
mejor quiénes son y hacia dónde se dirigen.
Características comunes de una crisis de identidad:
Incertidumbre: Dudas sobre valores, creencias, metas y roles.
Exploración: Búsqueda activa de nuevas experiencias y
formas de ser.
Confusión: Sensación de no encajar o de no tener un sentido
claro de sí mismo.
Angustia: Sentimientos de vacío, soledad o desesperanza.
Las disociaciones son una respuesta psicológica en la que
una persona se desconecta temporalmente de sus
pensamientos, sentimientos, recuerdos o sentido de identidad.
Las disociaciones pueden variar desde experiencias leves, como
soñar despierto, hasta trastornos graves como el Trastorno de
Identidad Disociativo (TID), anteriormente conocido como
Trastorno de Personalidad Múltiple. En situaciones de estrés
extremo o trauma, la disociación puede servir como un
mecanismo de defensa, protegiendo a la persona del impacto
emocional de la experiencia.
19
Tipos de disociación:
Amnesia disociativa: Incapacidad para recordar información
importante, especialmente de eventos traumáticos.
Fuga disociativa: Viajes repentinos y inesperados lejos de
casa o del trabajo, con incapacidad para recordar el pasado.
Despersonalización: Sensación de estar desconectado de uno
mismo, como si fuera un observador externo de su propia
vida.
Derealización: Sensación de que el mundo que le rodea es
irreal o poco familiar.
Trastorno de identidad disociativo (TID): Presencia de dos o
más identidades distintas que controlan el comportamiento
de la persona.
Relación entre crisis de identidad y disociaciones
Crisis como desencadenante: Una crisis de identidad puede
desencadenar episodios disociativos en personas predispuestas,
especialmente si la crisis está relacionada con un trauma no
resuelto.
Disociación como mecanismo de afrontamiento: La disociación
puede ser un mecanismo de defensa utilizado para evitar el
dolor emocional asociado a una crisis de identidad.
Confusión de identidad: Tanto la crisis de identidad como el TID
pueden implicar una sensación de confusión sobre quién es uno
mismo.
20
La Personalidad Disociativa
La Personalidad Disociativa, es un término general que
describe una fragmentación o disociación de la identidad,
memoria y conciencia. No siempre se refiere a un trastorno
específico. Puede incluir experiencias como sentirse
desconectado de uno mismo o tener dificultades para recordar
ciertos eventos, pero no necesariamente implica la presencia de
identidades múltiples.
Las personas con personalidad disociativa pueden
experimentar lagunas en la memoria, sentir que su cuerpo no les
pertenece o escuchar voces internas, entre otros síntomas. Las
diferentes identidades pueden tener nombres, edades y
características distintas, lo que complica aún más la vida
cotidiana del afectado.
Etiología: El TID suele estar relacionado con una historia
temprana de traumas severos, como abuso físico, emocional o
sexual. Estos eventos traumáticos pueden llevar a la
fragmentación de la identidad como mecanismo de defensa.
Mecanismos de disociación: La disociación es el mecanismo
central en el TID. Permite a la persona desconectarse de
pensamientos, recuerdos y experiencias dolorosas, creando
diferentes identidades o estados de personalidad.
Modelos explicativos: Existen varios modelos que intentan
explicar el desarrollo del TID. El modelo de disociación
estructural, por ejemplo, sugiere que la personalidad se divide
en un sistema de funcionamiento cotidiano y un sistema
traumático. El sistema traumático contiene las identidades
disociadas y los recuerdos dolorosos, mientras que el sistema de
funcionamiento cotidiano intenta mantener una vida normal.
21
Síntomas: Los síntomas del TID pueden incluir amnesia,
despersonalización, desrealización, y la presencia de dos o más
identidades distintas. Cada identidad puede tener su propio
nombre, edad, historia y características físicas.
Tratamiento: El tratamiento del TID generalmente incluye terapia
psicológica, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia de
integración de identidades. El objetivo es ayudar a la persona a
integrar sus identidades y abordar el trauma subyacente.
Las causas del Trastorno de la Personalidad Disociativa (TID)
son complejas y multifactoriales. Algunos factores clave que
contribuyen a su desarrollo:
Trauma temprano: La mayoría de las personas con TID han
experimentado traumas severos durante la infancia, como abuso
físico, emocional o sexual. Estos eventos traumáticos pueden
llevar a la fragmentación de la identidad como mecanismo de
defensa.
Factores genéticos y biológicos: Aunque no se comprende
completamente, se cree que ciertos factores genéticos y
biológicos pueden predisponer a una persona a desarrollar TID.
Factores ambientales: Además del trauma, otros factores
ambientales, como la falta de apoyo emocional y la exposición
continua a situaciones estresantes, pueden contribuir al
desarrollo del trastorno.
Procesos de disociación: La disociación es un mecanismo de
defensa que permite a la persona desconectarse de
pensamientos, recuerdos y experiencias dolorosas. En el caso del
TID, este mecanismo se vuelve patológico y lleva a la formación
de múltiples identidades
22
Epidemiología del trastorno de personalidad disociativo
(TPD) es un campo complejo y en constante evolución. La
dificultad para obtener datos precisos se debe a varios factores,
entre ellos:
Subdiagnóstico: Muchas personas con TPD no buscan
tratamiento o son diagnosticadas erróneamente.
Criterios diagnósticos cambiantes: Los criterios diagnósticos
para el TPD han evolucionado a lo largo del tiempo, lo que
dificulta la comparación de estudios.
Heterogeneidad de la muestra: Las muestras de estudio
pueden variar ampliamente en cuanto a características
demográficas y clínicas.
El trastorno de personalidad disociativo (TPD) es una condición
compleja que requiere una evaluación y un tratamiento
especializados. Dada la naturaleza del trastorno, la evaluación y
la intervención deben ser adaptadas a las necesidades
individuales de cada paciente.
La evaluación del TPD es un proceso cuidadoso y exhaustivo
que implica una combinación de herramientas e instrumentos.
Los objetivos principales de la evaluación son:
Confirmar el diagnóstico: Distinguir el TPD de otros
trastornos con síntomas similares.
Identificar las diferentes identidades: Determinar el número y
las características de cada identidad.
Evaluar la gravedad de los síntomas: Valorar la frecuencia y la
intensidad de los síntomas disociativos.
Identificar factores de riesgo y comorbilidad: Evaluar la
presencia de otros trastornos mentales o condiciones
médicas.
23
Herramientas de evaluación:
Entrevistas clínicas estructuradas: Se utilizan entrevistas
diseñadas específicamente para evaluar los síntomas
disociativos y la historia de trauma.
Cuestionarios y escalas: Se emplean instrumentos
psicométricos para evaluar la gravedad de los síntomas, la
funcionalidad y la calidad de vida.
Observación conductual: La observación del comportamiento
en diferentes contextos puede proporcionar información
valiosa sobre la dinámica de las diferentes identidades.
Evaluación e Intervención en el Trastorno de Personalidad
Disociativo
Intervención
El tratamiento del TPD es a largo plazo y requiere un enfoque
multidisciplinario. Los objetivos principales del tratamiento son:
Estabilización: Reducir la frecuencia e intensidad de los
síntomas disociativos y mejorar la estabilidad emocional.
Integración de las identidades: Ayudar a las diferentes
identidades a comunicarse y trabajar juntas.
Procesamiento del trauma: Abordar los traumas pasados y
desarrollar habilidades de afrontamiento saludables.
Desarrollo de habilidades sociales: Mejorar las habilidades
para relacionarse con los demás.
Terapia psicológica: La terapia cognitivo-conductual (TCC) y la
terapia de integración de identidades son comunes. Estas
terapias ayudan a la persona a integrar sus identidades y
abordar el trauma subyacente.
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Trastorno de Identidad Disociativo
Trastorno de Identidad Disociativo (TID): Es un diagnóstico
clínico específico dentro de los trastornos disociativos. Se
caracteriza por la presencia de dos o más identidades o estados
de personalidad distintos, cada uno con sus propios patrones de
percepción y comportamiento. El TID es una respuesta a traumas
severos y se manifiesta con amnesia significativa y episodios de
pérdida de control por parte de diferentes identidades.
La comprensión dinámica del Trastorno de Identidad
Disociativo (TID) implica considerar cómo diversos factores
interactúan para crear y mantener este trastorno complejo.
Etiología
El TID suele originarse en la infancia como una respuesta a
traumas severos y prolongados, como abuso físico, emocional o
sexual. Los niños, al enfrentarse a estos traumas insuperables,
pueden desarrollar múltiples identidades como un mecanismo
de defensa para sobrellevar el dolor y la angustia.
Mecanismos de disociación
La disociación es el núcleo del TID, permitiendo a la mente
dividirse para manejar experiencias traumáticas. Esta
fragmentación puede dar lugar a diferentes identidades, cada
una con su propio conjunto de recuerdos, pensamientos y
comportamientos. Este proceso disociativo se vuelve patológico
cuando persiste y afecta significativamente la vida diaria de la
persona.
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Las causas del Trastorno de Identidad Disociativo (TID)
son multifactoriales y complejas. Algunas de las principales
causas incluyen:
Trauma severo en la infancia: La mayoría de las personas con
TID han experimentado abuso físico, emocional o sexual
durante la infancia. Estos eventos traumáticos, especialmente
cuando ocurren de manera repetida y en etapas tempranas
del desarrollo, pueden llevar a la fragmentación de la
identidad como mecanismo de defensa.
Factores genéticos y biológicos: Aunque no se comprenden
completamente, se cree que ciertos factores genéticos y
biológicos pueden predisponer a una persona a desarrollar
TID. Esto incluye una predisposición genética a la disociación
y variaciones en la estructura y funcionamiento del cerebro.
Factores ambientales: La falta de apoyo emocional y la
exposición continua a situaciones de estrés extremo o abuso
pueden contribuir al desarrollo del TID. Entornos familiares
disfuncionales y carentes de protección también juegan un
papel importante.
Procesos de disociación: La disociación es un mecanismo de
defensa que permite a la persona desconectarse de
pensamientos, recuerdos y experiencias dolorosas. En el caso
del TID, este mecanismo se vuelve patológico, llevando a la
creación de múltiples identidades para manejar el trauma.
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Epidemiologia
El Trastorno de Identidad Disociativo (TID) es relativamente
raro, con una prevalencia estimada en aproximadamente 1.5%
de la población. Sin embargo, la amnesia disociativa, que es uno
de los trastornos disociativos, tiene una prevalencia ligeramente
mayor, alrededor del 1.8%.
Es importante destacar que muchas personas pueden
experimentar episodios transitorios de despersonalización o
desrealización, pero no desarrollan un trastorno disociativo
completo. Estos episodios pueden ser desencadenados por
situaciones de estrés extremo o trauma.
La evaluación del Trastorno de Identidad Disociativo (TID)
requiere un enfoque multidimensional y personalizado.
Historia clínica detallada: Se recopila información sobre la
historia de traumas, síntomas disociativos y otros trastornos
psicológicos.
Entrevistas clínicas: Se realizan entrevistas para evaluar la
presencia de identidades disociadas, amnesia y otros
síntomas.
Cuestionarios y escalas: Se utilizan herramientas
estandarizadas para medir la gravedad de los síntomas
disociativos y otros trastornos comórbidos.
Evaluación física: Aunque el TID es un trastorno psicológico,
se realiza una evaluación física para descartar condiciones
médicas que puedan estar contribuyendo a los síntomas.
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Intervención
Terapia psicológica: La terapia cognitivo-conductual (TCC) y la
terapia de integración de identidades son comunes. Estas
terapias ayudan a la persona a integrar sus identidades y
abordar el trauma subyacente.
Medicación: Aunque no hay medicamentos específicos para el
TID, se pueden utilizar antidepresivos y ansiolíticos para
tratar síntomas comórbidos como la ansiedad y la depresión.
Apoyo social: El apoyo de familiares y amigos es crucial para
el proceso de recuperación. La terapia familiar también
puede ser beneficiosa.
Educación y autoayuda: Educar a la persona sobre el TID y
proporcionarle estrategias de afrontamiento puede mejorar
su capacidad para manejar los síntomas.
La intervención temprana y continua es esencial para mejorar la
calidad de vida de las personas con TID.
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PsicoUBA
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CREDITO
BRAULIO ALFREDO RODRIGUEZ MOSQUERA
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AV. INTERCOMUNAL SANTIAGO MARIÑO C/C AV.
UNIVERSIDAD.
SECTOR LA PROVIDENCIA. ZONA POSTAL 2115.
MUNICIPIO SANTIAGO MARIÑO, TURMERO. EDO. ARAGUA.
VENEZUELA.
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