Revista Andalucía Management 2024
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OPINIÓN
OPINIÓN
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Imagen: Freepik
Además, se promueve una
cultura de empoderamiento,
proporcionando
las
herramientas y el soporte
necesarios para que los
empleados sean más
autónomos y proactivos,
a través de la IA. Con la
libertad que ofrecen estas
herramientas, los empleados
pueden explorar nuevas ideas y
enfoques sin barreras técnicas,
impulsando una cultura donde
se valoran y se implementan las
ideas en todos los niveles de la
organización.
La IA está ofreciendo
también nuevas maneras de
aprendizaje que promueven
una mayor autogestión y
autoconsumo en el desarrollo
profesional. Los empleados
pueden acceder a recursos
personalizados, permitiéndoles
aprender a su propio ritmo
y mejorando su disposición
para enfrentar nuevos
desafíos. Al mismo tiempo, la
implementación de soluciones
de IA fomenta una cultura
de aprendizaje continuo
dentro de las organizaciones,
manteniendo la agilidad y la
capacidad de innovación de la
empresa. Los empleados son
más propensos a actualizar
sus habilidades cuando
tienen acceso a herramientas
que facilitan el aprendizaje
constante, preparándolos para
los cambios del mercado y
para nuevas oportunidades,
ayudando así a cerrar la
brecha de habilidades digitales.
Para que las empresas se
adapten a esta transformación
cultural y prosperen en
un entorno competitivo,
es fundamental equilibrar
un liderazgo tecnológico
y humanista. El liderazgo
tecnológico asegura la
eficiencia y alineación de las
herramientas de IA con los
objetivos estratégicos, mientras
que el liderazgo humanista
maximiza el potencial humano,
guiando a los empleados a
través del cambio.
Este enfoque equilibrado
facilita la transición al estado
futuro deseado y garantiza
que la tecnología habilite, no
reemplace, las capacidades
humanas.
Marta Merino Calvo
Directora en Talengo
La Inteligencia Artificial: Catalizador
del reskilling en el mundo empresarial
La rápida evolución tecnológica
y empresarial está provocando
que muchas habilidades
previamente esenciales se
vuelvan rápidamente obsoletas,
generando en las empresas una
necesidad urgente de adaptar y
reciclar a parte de su plantilla.
Esta situación, junto con la alta
demanda y escasez de perfiles
con habilidades tecnológicas
en el mercado, supone un
reto significativo en el entorno
empresarial actual.
En este contexto, la Inteligencia
Artificial (IA) se presenta
no solo como una fuerza
transformadora en sí misma,
sino también como una
herramienta fundamental
para el reskilling, permitiendo
a las empresas mantener su
competitividad.
La IA facilita el reskilling hacia
áreas tecnológicas, mientras
preserva el conocimiento del
negocio, creando roles que
combinan habilidades digitales
con la experiencia previa en
áreas específicas. Este aumento
de capacidades contribuye a
una transformación cultural
a través de las personas. Los
profesionales que viven un
reskilling no solo son capaces
de rediseñar procesos y
hacerlos más eficientes, sino
que adoptan un mindset de
cambio que aporta un enfoque
y una visión más estratégica. A
medida que estas operaciones y
procesos se escalan, el impacto
de la IA se hace más profundo.
En otras palabras, la IA se
integra en el ADN y las formas
de pensar de los profesionales.
La adopción de la IA mejora
además la colaboración y
la creatividad en el lugar de
trabajo, permitiendo que los
empleados se concentren en
actividades innovadoras y
colaborativas, fomentando un
entorno dinámico propicio para
la innovación.
Al facilitar la participación en
proyectos más interesantes
y complejos, incrementa
la satisfacción laboral y
la retención de talento.