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La Patria del glifosato
¡Otra vez el glifosato!
¡Otra vez! Y van… ¿ya cuántas?
Este Pueblo sí que aguanta
la tremenda fumigada:
se asperja y no queda nada
con vida entre las plantas.
Han fumigado en octubre,
han fumigado en noviembre
para que lo que se siembre
nazca limpio, sin un yuyo.
Que la foto sea un orgullo
¡prolijito para siempre!
Prolijito va el mosquito
envenenando los campos
como si fueran dos bandos
de una guerra despareja;
la Tierra nunca se queja
del hombre contaminando.
Allá en el siglo pasado
el año bien no recuerdo
un productor que no es lerdo
que se apellida Variola
se sumó a la nueva ola
y se integró a un nuevo acuerdo.
Variola adoptó el paquete
tecnológico al instante:
un futuro por delante
que engrosara su bolsillo,
le vió la punta al ovillo
de la ganancia importante.
Fumigó en noventa y siete
y noventa y ocho también.
Y el noventa y nueve y el cien
que viene a ser año dos mil;
y aunque fumiga en abril
cualquier mes le viene bien.
Ingeniero agrónomo;
título universitario;
la patente de corsario
presidiendo el escritorio:
bienvenidos al emporio,
al negocio millonario.
Variola se puso a vender
el bidón de glifosato;
las dos manos en el plato,
las dos manos en la torta:
a Variola no le importa
que el suelo sufra un maltrato.
No se cansa de venderlo
a ese producto dañino.
Yo se lo digo, vecino:
no me gusta andar mintiendo:
lo que Variola está haciendo
es tremendo desatino.
No es el único Variola
de los que andan fumigando
y de los que andan lucrando
y asesinando seres:
“yo soy Variola: tú mueres -
ya te estoy envenenando”
Tecnología de atropello
en país del tercer mundo;
entró de lo más jocundo
monsanto a hacer su negocio
encontró en Variola un socio
para un éxito rotundo.
Tartufo le abrió las puertas:
Tecnología de punta.
Armaron muy buena yunta
autoridades e imperio;
si este país fuera serio
se hubiesen hecho preguntas.
Pero no. Sin las preguntas;
te la metieron de prepo.
Entró la soja y el cepo
para los que se sumaron:
ahí sí que colaboraron...
¡un negocio muy bien hecho!
Y el gobierno agarra pluma
junto con exportadores,
oscurísimos señores
buscando esas semillas
y llevándose las trillas
en barcos transportadores.
El negocio de los granos,
toda esa cosa portuaria;
la Argentina agropecuaria...
ahí tallan grandes poderes;
si no se hacen los deberes
se cosecha la malaria.
Variola engrosó el bolsillo
y más hectáreas buscaba;
su ojo atento aprovechaba
la inocencia de algún gringo;
le hacía ganar un bingo
y al campo se lo arrendaba.
Variola tiene ventaja
porque él vende el glifosato;
a él le sale más barato
la aplicación del producto;
para eso no es nada bruto,
siempre firma un buen contrato.
En la zona halla renombre;
el renombre de la escala:
cuando despliega su ala
este pájaro Variola
la guita le viene sola
y la junta con la pala.
¡Busque hectáreas! ¡Busque! ¡Busque!
Y Don Variola buscaba
y así buscando encontraba
el campo de alguna viuda
para brindarle una ayuda
varios lotes le arrendaba.
A fuerza de glifosato
sembró en el dosmil uno
y ya no dejó ninguno
de los años hasta ahora;
alquila cosechadoras,
siempre tiene más de uno.
El glifosato es dañino...
¡Qué les va a importar el daño!
Conformaron un rebaño
agrícolocompañero...
el sueño del chacarero
¡dos cosechas en un año!
¡Se tiraron de cabeza
las toninas al acuario!
¡Ahora somos los corsarios!
Permiso para hacer daño
fumigando en el rebaño
y buena prensa en el diario.
Gran mordida de anzuelo
en muchos agricultores.
Especialistas, doctores
enseñaban nueva ciencia;
recetaban con prudencia
productos controladores.
Así esparcieron el spray
en décadas que se suman;
es lógico que presuman
de su lógica eficiencia
pero esa ciencia no es ciencia
ya que a todos nos vacunan.
Envenenamos el agua;
envenenamos la Tierra;
le declaramos la Guerra
a nuestro pobre Planeta;
perdóneme que me meta:
esto mucho no me cierra.
Envenenando las plantas,
envenenando animales,
estamos creando males,
molestando a otros seres;
entre hombres y mujeres
haciendo acciones fatales.
El veinticinco de marzo
de mil nueve noventa y seis
firmó un funcionario un papel
y se liberó la soja;
quedó esa firma en la hoja
como serpiente cascabel.
A partir de ese momento
sin pasar por el congreso
- “no se preocupen por eso” -
hizo pata ancha monsanto.
Para muchos fue el quebranto;
para pocos fue el progreso.
La nueva agricultura,
mucho más práctica que antes.
Situación menos tirante;
con nueva tecnología,
con la nueva agronomía
con la química brillante.
Mosquitos casi gigantes
volando por las llanuras;
Variola tiene premura,
va preparando el terreno:
el tanque de agua bien lleno
y a fumigar con basura.
Total si el otro se muere
o al otro le hace daño
aplica ley del rebaño,
se pone el disfraz del zorro:
- “si otros caminan… yo corro...”
para eso no es tacaño...
Y Variola cabecea,
le da el okey al proceso:
se ha puesto baquiano en eso,
contrata varios mosquitos;
y se ha hecho grandecito
trabajando con su seso.
Esta gente nos rodea,
la gente como Variola.
Somos el furgón de cola
en este tren del progreso;
ninguno de ellos está preso:
no está la ley que se viola.
Y esas leyes no existen
gracias al funcionariado
que Tartufo con agrado
convenció de obrar así:
el congreso dará el sí
siempre y cuando esté aceitado.
“El glifosato es inocuo”.
lo repiten como loros:
la mentira es como un coro,
siempre se escuchan bufidos;
ninguno se ha atrevido
a discutir con decoro.
Y a la Verdad la manean
y la encierran en un cuarto
y la dejan ahí un rato
- que no pique la serpiente -
¡qué país inteligente!
la laucha lo manda al gato.
“El glifosato es inocuo”
¡también la inteligencia!
no vaya a ser que la ciencia
de eso se haya olvidado,
salvo que ya estén comprados
y libres ya de inocencia.
¿Y el Inta? Colaborando,
besando bien el anillo,
en un rol de poco brillo
permitiendo los desmontes;
y no todos son gerontes
en ese gran conventillo.
Acompañando al sistema,
callando y otorgando
que siga contaminando
el hombre sobre el hombre
¡Y que ya nadie se asombre
de lo que les voy contando!
Colabora el funcionario
que su sueldo nunca olvida;
como si fuera estampida
callados gobernadores
todos colaboradores
de la cultura ecocida.
Porque usa insectidas,
porque usa herbicidas
y también acaricidas
y diversos funguicidas
el hombre es el plaguicida
de toda forma de vida.
Pero ¿dónde está la plaga?
La plaga está en el rebaño.
Permite que le haga daño
a la natura el humano
no levanta ni una mano
para limpiar ese paño.
Ese paño es como un velo
que le sirve a la mentira;
así en el tiempo se estira
mientras el hombre dormita;
Tartufo roba la guita
mientras la mentira gira.
Gira gira la mentira.
El país del glifosato.
¡Campeón mundial de maltrato!
Esa copa levantamos...
un gran equipo armamos
¡y que otre lave los platos!
Maltratando a la Vida,
Maltratando al medio ambiente,
maltratando a la gente
que parece muy dormida...
¡despierten! Somos comida
de poderes indecentes.
El país de los venenos.
El gran país del spray.
Estoy seguro que no hay
país tan irresponsable
¿puede ser que nadie hable?
¿Qué les pasa a los demás?
Acá yo sigo cantando
haciendo honor a la Verdad.
Si nadie quiere cantar
yo solo bien puedo hacerlo;
a este verso hay que atenderlo
cuando expresa autoridad.
Autoridad de la Vida,
cenit, oriente y poniente;
rayos del Sol de repente
iluminando el camino
girando el Viento al molino
en esta tierra doliente.
Se puede seguir hablando
tristemente de este tema;
quizá es el gran problema:
la cuestión de la ignorancia;
el hombre se toma un gancia
y deja hacer al sistema.
Pero el sistema es Tartufo,
son los viejos conocidos.
Sus nombres son repetidos
en los medios importantes;
me pregunto si hubo antes
tantos hombres corrompidos.
Giran giran los mosquitos;
giran giran los aviones;
crecen las exportaciones
a costa de ecosistemas:
nos sembraron de problemas
fumigando soluciones.
Y se me hizo un poco largo,
necesitaba expresarlo;
son años de soportarlo
a este método de muerte;
espero que esto despierte
ganas de solucionarlo.
Que pueda hacerse más limpio
el aire de la Argentina;
que no sea tan dañina
la inacción del ser humano...
si todos ganan, yo gano...
payador Crispín Medina.