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Edición impresa, sábado 23 de noviembre de 2024

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Vivir

HOY

SÁBADO, 23 DE NOVIEMBRE DE 2024

creación

Antonio Guadalupe o la

maestría comprometida

Antonio Guadalupe. Mamá Tingo. Técnica mixta

Veíamos sus obras por

serie y parcialmente,

admiramos su dominio

interpretativo y su soltura

formal, pero hacía

falta un conjunto que

es único en el arte dominicano.

¡Al fin llegó

esta exposición!

Marianne de Tolentino

Hace unos ocho años, Antonio

Guadalupe afirmaba:

“En Diálogo de Fauna, he

querido narrar y plasmar el

mundo que nos rodea y que

transita por nuestra mente,

de manera que este mundo

mental se convierta en una

realidad plástica, donde la

figuración muestre signos

que representan parte de la

historia o un testimonio de la

visión, de la mente y su inconmensurable

creatividad”.

La exposición ha cambiado

de lugar y de nombre, pero

el maestro Antonio Guadalupe

hoy mantiene tanto la

ideología plural y bienvenida

de las obras como sus atractivos

estructurales y técnicos,

especialmente el espacio, la

construcción, las líneas, que

se “proyectan” irresistibles.

Hasta provocan la reflexión

de un espectador impresionado.

La Galería Nacional de

Bellas Artes presenta en su

segunda planta una exposición

retrospectiva, de Antonio

Guadalupe, titulada

“Estaciones”, que desarrolla

temáticamente “Palma Sola”,

“Inriri”, “Toro de Tres Cabezas”,

“Hombre y Fauna”, “Titulares.

Son pinturas y dibujos

-sobre todo-, realizados

desde la década del 80 -bien

entrada- hasta años muy recientes.

Los consideramos únicos

en la actualidad por sus compromisos.Es

indiscutible que

Antonio Guadalupe es el más

comprometido de nuestros

artistas. No hay obra alguna,

simplemente decorativa o

banal. ¡Todas dicen, insisten,

muestran, demuestran, convencen!

La exposición

A pesar de los años transcurridos

y los diferentes

temas tratados, acogemos

la exposición como un conjunto,

centrado además en la

personalidad del artista. Serio,

riguroso, exigente consigo

mismo, produce e investiga

con una perseverancia continua

y un impulso creativo

incontenible.

Encontramos en su oficio

la misma constancia y entereza

que en su vida profesional,

entre estudios en la provincia

y la capital, el país y el exterior,

luego una dedicación que incluye

el taller, la academia,

las exposiciones nacionales

e internacionales. Preocupado

por sus pares, tres veces ha

encabezado el Colegio Dominicano

de Artistas Plásticos.

Una exposición, de tanta

magnitud, requería una organización

escrupulosa -la

dirigió Mildred Canahuate- y

una museografía experta – la

hizo Salvador Bergés-. Varias

salas y paredes albergan un

montaje complejo, que ha sabido

jugar con formatos pequeños

y dimensiones vastas

Antonio Guadalupe. Pintura. Toro de tres cabezas

que evocan la posibilidad de

convertirse en murales.

La agrupación de las pinturas

se convierte en un

clamor de colores, ritmos y

transparencias. El despliegue

de técnicas mixtas -según

el mismo Guadalupe- y

dibujos -así consideramos

su “contrapunto” de blanco y

negro- plasma sucesos dramáticos

de la historia criolla,

y también otro drama, el de la

naturaleza agredida.

Antonio Guadalupe maneja

un estilo expresionista

singular. Las formas neo-figurativas,

a veces legibles como

abstractas, alían la fluidez con

la precisión. Líneas incisivas

y elipses interiores, pigmento

tigero y tonos controlados

instrumentan los mensajes.

Un impulso gestual aumenta

el dinamismo de la composición

que suele cubrir la superficie

y crear una atmósfera

de morfologías, signos y referencias.

Un pintor de historia

Recientemente, se nos

ocurrió decir, de modo insistente,

que Antonio Guadalupe

es un gran pintor -en

sentido general- de historia.

Tal vez, nadie como él -exceptuando

a Silvano Lora- había

interpretado testimonios de

la historia dominicana moderna

sin evadir una postura

social y política -aunque jamás

partidista-.

El defiende el pueblo y sus

líderes en sus aspiraciones de

progreso individual y colectivo,

fustiga el “martirio” de los

resistentes y la brutalidad de

los policías, en suma,apoya

para todos progreso participativo

y respeto de sus derechos.

Las grandes obras, recordando

al mesiánico Papá Liborio

y a la militante Mamá

Tingo conmueven. El presupuesto

a Educación y el

rechazo a la corrupción son

otros temas que le inspiran

cuadros justicieros: observamos

cómo representa el pueblo,

masivo y anónimo.

Antonio Guadalupe invita

a una lectura directa y

comunicativa.El excelente

dominio formal, sin embargo,

guiña un ojo a la caricatura

y al “Comic”, facilitando la

relación visual y conceptual.

Es algo importante.

Cinco secuencias, una sola

conclusión

A pesar de extenderse durante

casi cuatro décadas,

no notamos en las obras,

contrastes ni altibajos de tratamiento.

Por ello, hablamos

de conjunto y de seducción

totalizante.

Antonio Guadalupe ha elegido

para llevarlos a la recreación

visual, “Titulares” periodísticos

circunstanciales e

históricos. En “Palma sola”,

él ha plasmado “un oscuro

pasado” de la represión y la

intolerancia. “El Toro de tres

Cabeza” es una alegoría de la

fuerza de la cultura dominicana

por sus fuentes indoamericanas,

africanas e hispánicas.

En cuanto al “Inriri”, vocablo

taín para el pájaro carpintero,

homenajea al ave legendaria,

y nos recuerda que

Guadalupe ideó el “tainismo”.

Mirando al hombre y la

fauna, el mensaje está claro:

el hombre debe vivir dentro

de la naturaleza y respetarla:

flora, fauna, tierra, mar, medio

ambiente.

Era una exposición necesaria.

¡Gracias Antonio Guadalupe!

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