Abanico Rodio
Abanico es la revista digital de GAUDIUM GROUP. Brindamos contenido diferente, tratamos temas de importancia mundial, entregamos a nuestros lectores conocimientos no muy fáciles de acceder y tratamos de iluminar en algo el mundo actual que vive en las tinieblas.
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En 1838, el Emperador Daoguang decidió acabar con el tráfico de opio y nombró
comisario a Lin Hse Tsu, quien resolvió confiscar los cargamentos de opio y exigió a los
extranjeros a que dejaran de comerciar con la droga. Sin embargo, los narcos siguieron
contrabandeando usando todos los medios posibles.
Lin Hse Tsu
En 1839, Lin Hse Tsu le escribió una carta a la reina Victoria de Inglaterra, en ella le
informaba que el comercio de opio estaba prohibido en China, pero los ingleses se
hicieron los de la vista gorda y el tráfico siguió. Este mismo año, Lin Hse Tsu confiscó
200 mil cajas con opio y las tiró al mar. Dictaminó que los barcos extranjeros serían
revisados para evitar el tráfico. Poco tiempo después, cerró el puerto de Cantón a los
barcos británicos.
Los comerciantes de opio pagaron campañas en la prensa y utilizaron el Parlamento
británico para declarar la guerra a China. Ellos no eran narcos, era simples defensores
del libre mercado. Fue la primera gran guerra por el libre comercio.
En 1840 inició la invasión de China. 4 mil soldados británicos tomaron el puerto de
Hong Kong. Los chinos no pudieron hacer nada contra la superioridad tecnológica de
los ingleses. La milenaria cultura china cayó en pocos meses ante los barbaros británicos.
Ganada la guerra en 1842, los británicos impusieron el tratado de Nankín a China. Cinco
puertos estarían abiertos para los comerciantes ingleses, debían pagar el opio destruido,
Hong Kong sería británico, les tocaba pagar indemnizaciones por la guerra y entregarían
concesiones aduaneras. Tras este tratado, otras naciones occidentales le exigieron a
China las mismas condiciones.
Por si esto fuera poco, entre 1856 y 1860, Francia e Inglaterra emprendieron una
segunda guerra del opio que acabó con el Imperio Chino. Después, Inglaterra, Francia,
Alemania, Rusia y Japón se repartieron China, ahora era una colonia de las potencias
occidentales. Le tomó a China dos siglos recuperarse de las guerras del opio.
Tras la primera guerra del opio, el consumo se volvió una epidemia. La población vivía
en condiciones de pobreza y esclavitud, su único refugio era el opio. China empezó a
cultivar y exportar opio. Al poco tiempo era el producto clave de la economía china. Así
nacieron mafias y grupos de interés ligados a la droga.
Los beneficiarios fueron los comerciantes de opio ingleses que se establecieron en
Hong Kong. En 1844, todos trabajaban para los traficantes de opio en este protectorado
británico. Hong Kong es considerado el primer narco-estado del mundo.
La guerra del opio está en el origen de muchas de las grandes fortunas de Occidente.
El más notorio promotor de la guerra contra China fue el traficante William Jardine, de
la empresa Jardine-Matheson. En 2024, esta empresa sigue activa, cotiza en las bolsas
de Shanghái y Londres y sigue operando en Hong Kong. Su logotipo es una amapola en
botón, la flor del opio.
No solo los británicos se hicieron millonarios, sino también los franceses y los
norteamericanos.
El gran socio de Jardine-Matheson fue la empresa estadounidense Russell & Company,
cuyo principal operador fue Warren Delano. Warren Delano Jr. fue el abuelo materno
de Franklin D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos.
Hoy, muchos de los herederos de estas fortunas siguen teniendo un papel importante