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Abanico Rodio

Abanico es la revista digital de GAUDIUM GROUP. Brindamos contenido diferente, tratamos temas de importancia mundial, entregamos a nuestros lectores conocimientos no muy fáciles de acceder y tratamos de iluminar en algo el mundo actual que vive en las tinieblas.

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En la India pre-colonial, la amapola se cultivaba en dos regiones del subcontinente. En

el este, en la región de Ganges y en la región de Malwa, en el centro oeste. Durante los

siglos diecisiete y dieciocho en el Ganges se produjeron cinco mil cajas, mientras que en

Malwa alrededor de cuatro mil. Ya que la mitad de lo producido se exportaba, el opio que

quedaba en la India era mínimo. En el siglo diecinueve los escritores coloniales británicos

daban a entender que en la India el opio era una droga común consumida por todas las

clases sociales, sin embargo, esto jamás pudo ser, por lo antes mencionado. El consumo

se elevó en India a finales del siglo diecinueve, cuando se exportaban cien mil cajas. Pero

esto aumento no fue por tradición, ocurrió porque el opio se había convertido en un

instrumento para la modernidad colonial.

Amitav Ghosh continúa su historia en el Capítulo 4, Amienemigos.

El cultivar amapolas es muy difícil para un pequeño agricultor. Incluso hoy, se estima que

en las mejores condiciones se puede cosechar un poco más de 12 kilogramos de opio al

año. En épocas pre-coloniales, esto debió de ser muchísimo menos. El opio sin procesar

se vendía a intermediarios, quienes llevan la droga a Patna donde se la procesas y se la

comercializaba a muchas partes del subcontinente indio y el mundo.

Esto cambio cuando los europeos se convirtieron en una fuerza poderosa política y

economía en el océano Índico. Fueron los portugueses los que descubrieron que el opio

podía servir como regalo a los gobernantes locales para así facilitar el comercio entre

ellos. Fue el mercantilismo europeo que convirtió al opio en un instrumento de la política

estatal.

Cuando los holandeses sustituyeron a los portugueses como potencia dominante en

el océano Índico, extendieron la práctica de regalar opio incorporándola a su incesante

búsqueda de monopolios sobre los productos asiáticos, como la nuez moscada, la macis

y el clavo de olor. Históricamente, el opio no estaba dentro de los productos de comercio,

pero una vez que los europeos lo empezaron a utilizar como regalo, la demanda de

la droga incrementó tan rápido, que los mercantes holandeses pudieron usarla como

moneda para obtener pimienta en la costa de Malabar. Es así que los holandeses fueron

los primeros en descubrir que la demanda de opio y opiáceos podía crecer, casi sin

parar, una vez que se facilite el abastecimiento.

Las regiones que hablaban malayo en el sureste asiático pre-colonial, llegaron tarde al

opio. Muchos navegantes del siglo dieciséis hicieron listados de palabras javanesas y

malayas y en ninguna aparece la palabra opio. Cuando los holandeses empezaron a

traer opio al archipiélago, muchos gobernantes intentaron detenerlos y así proteger a

su población. Por más que lo intentaron, no pudieron con los holandeses. Desde más

o menos 1640, cuando empezaron a entregar grandes cantidades de opio en India,

tan solo en cuarenta años, los holandeses expandieron el mercado diecisiete veces.

En el siglo diecisiete e inicios del siglo dieciocho, la insaciable demanda por parte

de las compañías comerciales europeas hizo que la producción de opio incrementes

sustancialmente en el este de la India. A pesar de tener competencia de los ingleses,

portugueses y españoles, los holandeses eran los más grandes compradores de opio de la

región y la mayor parte de lo que compraban se vendía en las Indias Orientales. Durante

el siglo dieciocho, se estima que vendieron cerca de cinco millones de kilogramos de

opio en el archipiélago de Indonesia.

La Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC) gradualmente extendió la

práctica de usar opio como moneda a través de las Indias Orientales, así impusieron

monopolios y monopsonios (donde los vendedores podían vender a solo un comprador).

De esta manera, desde el siglo diecisiete, la VOC estableció un completo monopolio

sobre la venta de opio en las Indias Orientales. Para mediados del siglo dieciocho, el

opio de las Indias Orientales estaba entre los ítems más importantes del mercado in

puertos como los de Batavia (Yakarta) y Riau. En este periodo, casi todas las exportaciones

del opio bengalí estaban dirigidas al archipiélago de Indonesia.

El régimen holandés del opio en las Indias Orientales atravesó varios cambios entre

los siglos diecisiete y diecinueve, pero lo que se mantuvo contante era que cada nueva

medida invariablemente tenía el efecto de expandir el mercado para la droga. Cuando

se los criticaba, los holandeses decían que solamente estaban cumpliendo con una

demanda que estaba enraizada en los nativos, y que, si ellos no lo hacían, otros

lo harían. Este argumento luego lo adoptaron los narco-estados europeos y otros,

además de los comerciantes de opio actuales.

Muchos gobernantes intentaron detenerlos, pero la VOC, que dependía de estos

ingresos, hizo hasta lo imposible para acallarlos. Así la VOC se metió a pelear pequeñas

pero brutales guerras del opio. Esto sería replicado luego, pero a mayor escala por

los británicos en China. Los holandeses crearon un modelo que aseguraba que todas

las guerras asiáticas tendrían un fuerte carácter narco hasta el presente, incluidas las

guerras de Vietnam y Afganistán.

De este negocio, el príncipe Guillermo IV de Orange-Nassau recibió un importante

número de acciones de las que él y su progenie cosecharon enormes beneficios. En 1815,

el primer rey de los Países Bajos y gran duque de Luxemburgo, Guillermo I de los Países

Bajos, fundó la Real Compañía Holandesa de Comercio (NHM). Debido a su auspicio

regio, la compañía se volvió muy poderosa en las Indias Orientales y tomó el control del

monopolio del opio. Esta compañía hoy no existe, pero su legado vive, así como otras

empresas que se beneficiaron con el comercio del opio. Una empresa que se ramificó es

la Royal Dutch/Shell. La fortuna de la Casa de Orange se originó, parcialmente, del

opio. A finales del siglo diecinueve, miembros poderosos de la familia real establecieron

una empresa minera de estaño en la isla sumatina de Billiton (Belitung) como empresa

privada. A través de la influencia de sus mecenas reales, la empresa también adquirió la

licencia para vender opio a su mano de obra, sobrecargada de trabajo y muy maltratada,

en su mayoría china. Esa empresa es ahora una de las empresas mineras más importantes

del mundo: BHP Billiton (BHP Group Limited).

En resumen, fueron los holandeses quienes abrieron el camino para vincular el opio

al colonialismo y crear el primer narco-estado imperial, fuertemente dependiente

de los ingresos de la droga. Pero fue en la India donde los británicos perfeccionaron

el modelo de narco-estado colonial.

Se dice que los holandeses y los ingleses eran fieros enemigos. Sin embargo, estos rivales

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