Abanico Rodio
Abanico es la revista digital de GAUDIUM GROUP. Brindamos contenido diferente, tratamos temas de importancia mundial, entregamos a nuestros lectores conocimientos no muy fáciles de acceder y tratamos de iluminar en algo el mundo actual que vive en las tinieblas.
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Cinco meses antes de morir a causa de un tumor cerebral inoperable admitió que la CIA
estaba implicada en el tráfico de estupefacientes. Dejó firmada una declaración jurada
ante notario en la que atestiguaba este hecho y en la que Richard Nixon actuó como
testigo».
«Desde Vietnam a Camboya, desde Laos a Pakistán y Afganistán, desde Irán y los contras,
y aún más allá, la agencia ha sido el objetivo preferido de los progresistas de la izquierda.
Sin embargo, no es sólo la CIA quien está metida hasta el cuello en la droga. En el artículo
que hemos mencionado más arriba, Le Monde Diplomatique afirmaba de manera
explícita que “los servicios secretos del aparato estatal más poderoso del mundo [es
decir, Estados Unidos] [...] han entrado en guerra económica”, de forma que se han
convertido “en el socio número uno del crimen financiero internacional”».
«La misma acusación puede dirigirse contra la Inteligencia Extranjera Británica (MI6),
el Mosad israelí, la Dirección General de Seguridad Exterior francesa (DGSE, de las
siglas de Direction Générale de la Sécurité Extérieure), el Servicio de Seguridad de
la Federación Rusa, por no mencionar a las agencias de inteligencia de Marruecos,
Colombia, Honduras, El Salvador, Venezuela, Panamá, la República Dominicana,
Filipinas y muchos países más».
«Dejando a un lado los cuentos de hadas, la guerra de Vietnam tuvo que ver con las
drogas. Se expulsó a los franceses y la Agencia (CIA) llenó de inmediato el consiguiente
vacío. Se hizo cargo del comercio de narcóticos, tanto del procesamiento como de la
distribución. Desde esta descarnada perspectiva, queda poco espacio para la visión
idealista de que la guerra de Vietnam fue un conflicto que enfrentó el bien contra el mal,
a nosotros contra ellos, a las barras y las estrellas contra la hoz y el martillo, a los valientes
soldados cristianos contra los impíos comunistas. No, fue otra cosa. En la simbiótica
relación entre el poder económico y el militar, el dinero alimenta el ejército, y las fuerzas
militares mantienen los recursos y los mercados. Guerra y drogas: una unión fabricada
en el cielo».
de dinero en contra del control de divisas, una grave violación de las leyes monetarias
locales».
«¿Cómo encajan los bancos, con sus grandes aires de respetabilidad, en el comercio de
las drogas, con toda la mugre que lo rodea? Una de las formas que hacen es financiar
compras legítimas de empresas registradas y con licencia para realizar negocios como
importadores de productos químicos. El Banco de Hong Kong y de Shanghai utiliza a una
empresa llamada Tejapaibul, que es cliente del HSBC, para realizar estas operaciones.
¿Qué hace esta empresa? Importa a Hong Kong la mayor parte de los productos químicos
que se necesitan para procesar el opio crudo y convertirlo en heroína por medio de la
diacetilación de la morfina con anhídrido acético, el agente químico irremplazable en el
procesamiento de la heroína. El anhídrido acético también se usa en la conversión de la
celulosa en acetato, un componente de las películas fotográficas, y en la producción de
aspirinas. Debería sorprendernos, entonces, que los mercados más grandes de anhídrido
acético ilegal continúen estando en Afganistán, aunque sé lo que están pensando: puede
que, simplemente, los afganos sean más susceptibles de padecer un catarro común que
cualquier otra persona del planeta».
Todo lo escrito arriba y más, pueden leerlo en el libro de Daniel Estulin, Imperio Invisible,
edición del año 2011.
Va quedando más claro que el negocio de las drogas es manejado, controlado y protegido
por la monarquía, las grandes corporaciones y empresarios, los bancos y banqueros,
los gobiernos y sus ramas armadas, los servicios de inteligencia (al servicio no de los
gobiernos, sino de las élites) y que en lo único que ha podido participar el pueblo, es en
el consumo y como mano de obra barata para estos intereses globales.
«En otras palabras, la droga es un gran negocio dirigido, controlado y protegido por
gente muy poderosa que trabaja junto con destacadas instituciones bancarias a
ambos lados del Atlántico, miembros de varios gobiernos y empresas importantes
cuyas acciones cotizan en las bolsas más relevantes del mundo. Por lo visto, una
de esas instituciones es el Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC).
A consecuencia de la segunda guerra del Opio (1858-1860), los bancos mercantiles y las
empresas de comercio británicas crearon el HSBC, “que hasta hoy desempeña la función
de cámara de compensación bancaria central de todas las transacciones financieras
del Extremo Oriente relacionadas con el mercado negro del opio y sus derivados de la
heroína”».
«Otro sospechoso es el Banco de Nueva Escocia, de Canadá, ahora con base en Toronto.
Por un lado, cumple el papel de importante traficante de oro y de líder de este mercado
en Toronto, y por el otro, desempeña la función de banquero de las enormes empresas
mineras canadienses que trabajan en el tercer mundo. De acuerdo con fuentes bien
informadas de la inteligencia estadounidense, el Banco de Nueva Escocia podría estar
relacionado con el dinero sucio del Caribe, donde dirigiría operaciones de blanqueo