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Restaurando Magazin 3

Proceso completo de restauración del motor y chasis de una Vespa 125L de 1962

Proceso completo de restauración del motor y chasis de una Vespa 125L de 1962

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Restaurando

2025 | 3 MAGAZIN

CLÁSICO ESTILO

ITALIANO SOBRE

DOS RUEDAS

Vespa 125L

1962


Presentación

YNo hay dos sin tres. Esta es la tercera entrega de la publicación en la que

inicialmente, tengo que volver a agradecer a todos los que se han

acercado a las dos publicaciones anteriores el interés mostrado hacia

ellas y los comentarios tan positivos, y por qué no, halagadores, que me

han emitido. Gracias de corazón.

Esto ya no hay quien lo pare, y ya estoy pensando en la maquetación de

la cuarta entrega. La siguiente moto ya está seleccionada, y su

restauración en marcha.

Hoy traigo hasta estas páginas una de las motos más icónicas de la

historia motera de España. La Vespa 125L de fabricación nacional, no se

trata de una unidad de importación italiana.

Esta unidad es la primera Vespa que ha caído en mis manos, y ya os

adelanto que no será la última que veréis por estas páginas, ya que la

marca ha conseguido cautivar mi corazón y a partir de ahora, muchas

serán las que pasen por mi taller.

Con todos vosotros......, la VESPA 125L.

Con todos

Carlos Romero

Editor y Restaurador

2


EL ENCUENTRO

Mi primera Vespa

Cuando localicé esta moto no pensé que

me iba a “enganchar” tanto como lo ha

hecho. Ha habido un punto y aparte en la

línea de restauración que llevaba.

La moto llegó a mi vida de forma “accidental”. No

tenía pensado restaurar una Vespa.

En España entre los años 50 y 60 hubo una gran

cantidad de fabricantes de motos. Unos han

desaparecido, y otros, cambiando de propietario,

han permanecido y evolucionado. Este era el

campo en el que centraba mis búsquedas.

De nuevo, mi amigo Alejandro apareció en escena

y me estuvo insistiendo para que restaurara una

Vespa, que estaban muy “buscadas”. Como soy un

“facilón”, caí en sus redes, y no solo cogí una, sino

que aparecí en mi casa siendo el flamante

propietario de dos Vespas.

Lo primero que hice fue documentarme en el

“mundillo” Vespa, del cual no tenía muchos

conocimientos. Adquirí el Atlas Ilustrado Vespa

para conocer los diferentes modelos y sus

especificaciones. Y como dijo Mafalda, esto fue “el

iniciose del acabose”

3


Según leía información en mi Atlas

Vespa sobre la historia, evolución y

modelos de la marca, más

profundamente atrapado me sentía por

la marca.

Delante de mí aparecían dos retos en

los que no podía dejar de pensar

Compartí la información con otros

amigos no restauradores, pero si

moteros y propietarios de algunas

reliquias de esta marca, restauradas y

actualizadas a nuestros días. Estos

terminaron de meterme el gusanillo en

el cuerpo y me lancé a la piscina con la

ilusión de dejar, como siempre que

empiezo un proyecto, el “pabellón bien

alto”

De entre las dos Vespa que adquirí

conjuntamente, decidí empezar por

esta 125L de 1962 porque estaba mejor

que la otra y parecía un proyecto más

“fácil”.

La identificación del modelo era

absolutamente correcta, ya que el

modelo del motor es un V101M y la

numeración del bastidor empieza por

VTA, luego es una Vespa 125L de 1962.

Era la primera Vespa que caía en mis

manos y lo primero que hice fue

empezar a buscar información del

modelo y buscar fotos de la época para

ver cuál era el estado original de la

moto, eliminando cualquier añadido “no

oficial” del modelo.

Algunas veces es difícil esta labor en

motos de esa época, porque se

mezclaban modelos de origen italiano

con los modelos españoles.

EN JULIO DE 1962 APARECE EL MODELO

125L, QUE COMO DETALLES A DESTACAR

PRESENTA CUENTA KM, RUEDA DE

REPUESTO, CERQUILLO CROMADO EN EL

ESCUDO, SILLÍN BIPLAZA Y COLOR AZUL

SABOYA.

4


El texto del párrafo

EL PROCESO

3, 2, 1 ...... empezar.

El resto de las piezas que tenían la pintura original,

las limpié por medios mecánicos manuales, sin

repetir el proceso de llevarlos al arenado, ya que

no eran muchas las piezas, y con decapantes,

cepillos de alambre y lijas, las dejé limpias.

Les apliqué una fina capa de Wash Primer y las

dejé guardadas hasta que les llegara el proceso de

imprimación y masillado.

El chasis, ya limpio, tenía la chapa en bastante

buen estado, a excepción de la parte inferior que

presentaba bastantes agujeros de óxido.

Como veremos más adelante, su arreglo

representó mi bautismo de fuego con la soldadura,

ya que nunca había soldado.

Cuando la moto llegó a mis manos, su anterior

propietario ya había iniciado el proceso de

restauración, pero por falta de tiempo, lo había

abandonado.

Todas las piezas se encontraban en un cajón de

madera en distinto estado del proceso.

El chasis de la moto y algunas otras piezas habían

sido limpiados e imprimados, pero por el paso del

tiempo, la imprimación se había estropeado, por lo

que tenía algunas manchas de oxido, y

desconchados de la capa de imprimación.

El resto de las piezas, se encontraban en el mismo

estado que tenían cuando se desmontaron, pero con

bastante más polvo encima.

Al tener esas piezas originales, pude ve el color con

el que la moto salió de fábrica.

Era el color azul Saboya, que se estrenó en Vespa

justo para este modelo, por lo que resultó fácil y a

una casa de pinturas aquí en Valencia (Pinturas José

Antonio García), y pedir que me replicaran el color.

La moto tenía matrícula, pero estaba de baja en

Trafico, aunque se podía solicitar la

documentación necesaria para su rehabilitación y

puesta de nuevo en las carreteras.

Una vez hecho el inventario de todo lo que había

en el cajón, vi que todas las piezas estaban, pero

algunas en bastante mal estado, aunque intentaría

volver a traerlas a la vida y no reemplazar por

piezas nuevas.

5


Lo siguiente era sacar con una plantilla los

tamaños y formas de los cortes realizados y

replicarlos sobre las chapas compradas.

Estas plantillas las realicé con un plástico

transparente con el cual me resultó

bastante fácil replicar las formas y

dimensiones de las piezas a fabricar.

Una vez traspasadas las medias y formas a

la chapa, volví de nuevo a mi nueva amiga,

la radial y confeccioné las piezas que,

esperaba, tuvieran las formas y. medidas

apropiadas.

Como dice mi amigo Ricardo, “EXITO DE

CRÍTICA Y PÚBLICO!!!!”

Ni la radial ni el soldador había entrado antes

mi vida, lo cual me daba un poco de “miedo” su

utilización, pero una vez hechas pruebas de

corte con otras chapas viejas que tenía por el

taller, me vi con la mínima capacidad necesaria

para ponerme manos a la obra con la moto.

Una vez le cogí el gusto a la radial, eliminé las

partes oxidadas y podridas que presentaban

un aspecto bastante mejorable.

Prueba superada!!! o al menos eso pienso yo.

Supongo que algún experto en la materia verá

fallos por todos los sitios, pero para mi, ya valía

para continuar el proceso.

Una vez verificado el grosor de la chapa,

compré una placa de chapa de acero de 1,2mm

para reemplazar las partes eliminadas.

Bueno, ya tenía las piezas hechas y

presentadas. Como se puede ver el

resultado, si no profesional, era bastante

“pofesional”.

Venía la segunda parte, soldar las piezas al

chasis. esto solucionaría el problema que

este presentaba y le mejoraría la apariencia

final.

Como se puede ver en las imágenes

anteriores, los tubos interiores por los que

circulan los cables eléctricos y los reenvíos

del embrague y freno trasero, aunque un

poco oxidados, estaban en perfecto estado.

Simplemente los limpié y pinté con pintura

anti-oxido y procedí a taparlos con las

piezas que había hecho.

La aventura con el soldador de hilo iba a

comenzar.

6


Experiencia nula con un soldador de hilo, pero tras la lectura del manual para colocar las conexiones y la

bobina de hilo, me creí capacitado para empezar a hacer pruebas en chapas que no valían para nada.

Seguí al pie de la letra las instrucciones de los varios videos del tipo “Aprende a soldar en 5 minutos”,

“Soldadura para dummies”, “Tú y tu soldador”, “Que hacer con un soldador en la mano”, etc., me puse el

peto, los guantes y la careta y salte cual espontaneo al ruedo.

Como buen alumno, seguí al pie de la letra los consejos recibidos y empecé por “puntear”. Hasta que salió

una soldadura decente hice varias pruebas con el amperaje a utilizar. Si era muy alto, se comía la chapa, si

era muy bajo, el resultado era cualquier cosa, menos una soldadura. Al final del día, no solo daba puntos,

sino que conseguía hacer cordones bastante decentes.

Con la moral por las nubes decidí dejar el trabajo hasta el día siguiente y volver con fuerzas renovadas y

rematar la faena.

Tras el punteado para sujetar las piezas fabricadas al chasis, lo cual ya me pareció una “pasada”, comencé

con la confección de los cordones para que las piezas quedaran convenientemente solidarias al chasis.

Supongo que gasté el doble de hilo que un técnico, pero aquello quedó completamente soldado, y además,

fuerte.

Faltaba arreglar el exceso de soldadura con mi radial convertida ahora en lijadora con un disco milhojas y

masillar algún “defectillo sin importancia” para que quedara bastante bien el resultado final.

No había lugar a dudas, ya era casi un “pofesional” de la soldadura.

7


El proceso continuó con el motor. Se encontraba

completo, tanto en piezas, como en grasa seca y

suciedad de lo que también iba sobrado

En esta imagen se puede ver el estado de la bobina de

alta, que en estos motores se encuentra en el exterior

del mismo, así como la resistencia (pieza verde en el

lateral) y la caja de conexiones eléctricas en la que se

conectan los cables que salen del motor con los cables

que llevan la electricidad a las diferentes piezas que la

consumen, lámparas, bocina, etc..

A esta caja de conexiones llegan 4 cables. tres que

vienen del interior (blanco, amarillo y negro) y un cable

que viene desde la resistencia verde que

comentábamos en el párrafo anterior.

Esta pieza es de algún tipo de plástico o baquelita

bastante sólida, que se sujeta a la estructura del motor

mediante un tornillo que va alojado en el agujero que se

ve en la parte central de la caja.

El proceso de desmontado del motor siguió por el “cangrejo” la pieza que gestiona los cambios de marchas

en el interior del motor. Esta pieza está unida al motor mediante dos tuercas que mediante unos

espárragos roscados solidarios al cárter mantienen estas dos piezas fuertemente unidas y con la junta de

papel que hay entre las dos, evitan las pérdidas de aceite.

En esta pieza se pueden ver los dos cables que vienen del puño izquierdo y que hacen que al mover este,

los cables muevan la pieza semiredonda que se ve en la imagen a derecha e izquierda, haciendo que suban

y bajen las marchas. También se ve una pieza con un muelle que hace presión sobre cada uno de los

huecos de la pieza semiredonda para que las marchas no salten solas.

8


En el interior, tememos un eje solidario a la pieza semicircular de fuera que hace que la pieza que se

encuentra entre los dos espárragos de la imagen siguiente, vaya entrando y saliendo, haciendo que las

marchas vayan cambiando cuando cambiamos de marcha con el puño izquierdo.

A continuación, le llegó el turno a la parte eléctrica del motor. El rotor ya está retirado de motor cuando lo

adquirí, dejando visible el estator y su instalación. En cualquier caso, para retirar el rotor, hace falta una

pistola de impacto que retira la tuerca que sujeta el rotor al eje roscado que se ve en el centro de la

siguiente imagen.

En la imagen podemos ver las dos

bobinas de baja a derecha e izquierda

del eje del cigüeñal, que transmite el

movimiento al volante magnético.

En la parte inferior está el condensador

con el cable blanco, y superior, los

platinos.

Una cosa a tener en cuenta al

desmontar el estátor, sujeto por tres

tornillos, es hacer una marca en el

estátor y en el cárter, para que cuando

lo volvamos a montar, lo pongamos en la

misma posición que estaba inicialmente

y evitar problemas de arranque.

9


Continuamos por la culata. Esta está sujeta al

motor por cuatro espárragos y cuatro tuercas.

las retiré aflojándolas en forma de cruz.

También retiré la bujía.

Una vez quitadas las tuercas, la culata se retira

fácil.

A continuación, quitamos el cilindro, dejando

libre el pistón, tal y como se ve en la imagen

lateral.

En la parte superior del cilindro se ve la

conexión del carburador y en la parte inferior,

la salida del tubo de escape.

Finalmente, retiraremos los espárragos. Las

tres piezas (culata, cilindro y espárragos) se

encuentran muy sucios, pero en muy buen

estado, por lo que no fue necesario reemplazar

estas y mantuve las mismas cuando volví a

montar el motor.

Para retirar el pistón, lo primero que tenemos que quitar

son las arandelas metálicas que tienen dos “patitas”

como se ve en la imagen.

Una vez retiradas estas, debemos retirar el casquillo

que se ve en el interior. Para ello, con un esparrago

roscado, dos tuercas y un tubo de mayor diámetro que

el agujero del pistón, me preparé una herramienta para

extraer el casquillo.

Aunque el pistón y los segmentos no lo iba a reutilizar,

no quería golpearlos, pero con el invento que me

preparé, salieron muy fácilmente.

Por el otro lado del motor, continué retirando la tapa del

embrague, la cubierta del embrague y la tuerca

almenada que sujeta el embrague al cigüeñal. Hay que

utilizar una pistola de impacto o una llave normal y una

pieza especial que hace que el embrague no gire

cuando intentamos girar la tuerca almenada con una

llave normal.

10


Una vez teníamos todo retirado, nos faltaba

desmontar “la rueda trasera”. Quité el soporte de

la rueda con sus 4 espárragos y el guardapolvo.

Quedará visible la tuerca que tiene una serie de

estrías y para que no se afloje accidentalmente,

hay que retirar una especie de arandela de

alambre de unos 2mm de diámetro que tiene una

pata que bloquea la tuerca contra el cárter.

Una vez retirado esta tuerca, el eje donde van

colocadas los piñones del cambio puede salir.

Retiraremos el circlip, el separador y ya podemos

retirar los piñones del cambio.

Una vez retirados los piñones, tendremos visible la

cruceta. Para revisar su estado debemos quitar la

pieza que hay en el extremo de eje. Hay que

utilizar una llave de bicicleta o una llave plana fina

para poder aflojarla. Una vez aflojado, quitaremos

el espárrago y la cruceta estará suelta. Ojo que la

cruceta solo sale en un sentido, y lógicamente,

cuando la vayamos a poner, hay que meterla en el

mismo sentido.

Por la parte trasera del cárter, quitaremos el tornillo que fija el eje secundario al cárter. Ojo que este tornillo

lleva una arandela con unas “patas” que hacen que esta, una vez colocada en su sitio no gire y permita que

el tornillo se afloje.

Una vez retirado este tornillo, podemos extraer el eje secundario. Este lleva un rodamiento de agujas que al

extraer el eje pueden caerse. Retirar el eje con cuidado sin que estas las perdamos.

Ahora ya tenemos todo

desmontado y el cárter

preparado para comenzar el

proceso de limpieza y

posteriormente, el montado del

motor.

11


Con todas las piezas del

motor ya limpias, y

preparadas para su

sustitución las piezas de

desgaste (rodamientos,

retenes, juntas, etc.)

comencé el proceso de

montaje del motor. Como

siempre, y para evitar

errores, todo bien

etiquetado y colocado en

bolsas con cierre para no

perder nada.

Lo primero que hice fue pintar el cilindro con pintura

negra anticalórica. Esto hace que, una vez montado

completamente el motor, este tenga un aspecto

imponente.

Lo siguiente fue sustituir los discos del embrague por

unos nuevos. Con un espárrago roscado y unas tuercas,

aprieto los discos contra la carcasa, favoreciendo el

poder retirar el circlip que mantiene los discos dentro

de la carcasa del embrague. Una vez retirado el circlip y

aflojadas las tuercas del esparrago, los propios muelles

que hay dentro del embrague, empujan hacia afuera los

discos y los separadores, facilitando su manipulación.

Una vez retirados los discos y separadores,

coloqué los nuevos. Previamente, los discos

los había tenido sumergidos en aceite de

cambio durante unas horas, hasta que el

corcho quedara perfectamente impregnado de

este. Esto facilitará el funcionamiento y la

conservación de los discos en el futuro. El

procedimiento de montaje es el contrario al

realizado, Con la tuerca y el esparrago,

presionamos los muelles y discos hasta que

volvemos a colocar el circlip, dejando el

paquete perfectamente montado y cerrado.

Los siguientes pasos fueron colocar los retenes y rodamientos de los cárteres. Para colocar los

rodamientos, me facilitó mucho la labor la utilización de abundante grasa de litio y el uso de un espray

congelante que, mínimamente, reduce las dimensiones de los rodamientos y facilita la inserción de estos en

las cavidades correspondientes.

12


También, coloqué el nuevo cigüeñal y el rodamiento de agujas para luego colocar el casquillo del pistón.

Una vez colocado el cigüeñal, el siguiente paso fue colocar el eje secundario. Quiero recordar que este eje

tiene un rodamiento de agujas sin jaula, que tendremos que colocar con abundante grasa para pegar las

agujas al eje sin que se caigan en el proceso de manipulación. Si se complica mucho la colocación de las

agujas, una vez colocada la grasa, se pueden sujetar con una pequeña brida, que, al introducir el eje en el

juego de engranajes, se caerá sola y dejará bien acoplado el eje y su rodamiento de agujas.

Por la parte trasera del cárter, saldrá la parte

roscada del eje. Aquí tendremos que volver a

colocar la arandela con las “patas” que evitarán

que se afloje la tuerca, y la propia tuerca.

Hay que darla la presión necesaria para una buena

sujeción, pero sin apretar demasiado porque

bloquearemos el eje. Una vez lo tengamos

apretado, colocaremos las “patas” de la arandela

en posición de que eviten que la tuerca ruede en

sentido contrario al apriete y se salga.

El montaje continuó con la colocación de la cruceta en el interior de la campana del cambio y está en el cárter.

También coloque el pistón. Bastó colocar en casquillo interior y las dos arandelas exteriores de sujeción del

casquillo con unos alicantes de puntas.

El pistón también llevaba ya colocados

los nuevos segmentos. Al colocar

estos sobre el pistón, tenemos que

fijarnos en la correcta posición de

estos, ya que en las ranuras de los

segmentos hay unas marcas que nos

identifican la correcta posición de los

segmentos.

Como se puede ver en la imagen

anterior, al motor ya presentaba un

aspecto estupendo, pero aun nos

faltaba bastante trabajo para poder

darle “patada” y que recobrara la vida.

13


Solo faltaba colocar los piñones de la caja de cambios y cerrar el motor. Coloque estos en el orden y

posición correctas, tal y como las había desmontado y todo encajó perfectamente. Debido al desgaste,

cambié en separador que llevaba el motor originalmente por uno de una medida superior para evitar la

holgura de estas al colocar el circlip.

En el otro cárter, ya había colocado el piñón del arranque y el abanico y el muelle de este. Finalmente, y

para terminar el proceso, apliqué el sellante y me dispuse a unirlos para cerrar el motor.

En el proceso de colocación de la junta, esta se me rompió, por lo que tuve que colocar otra nueva para

evitar fugas en el futuro y dejar un trabajo perfecto.

Por la parte trasera coloque el embrague junto a la arandela bloqueante y la tuerca almenada. Para terminar de

montar el embrague, coloque la chapa y el clip del empujador del embrague. Sobre esta pieza es donde hace

presión la bieleta del empujador y hace que los discos del embrague se separen entre sí, permitiendo hacer los

cambios de marchas.

Una vez colocada estas piezas, me dispuse a cerrar el embrague. Solo había que colocar la junta nueva que

había comprado para sustituir la que llevaba el motor que, aunque no estaba rota, por el paso del tiempo y las

temperaturas soportadas, había perdido sus características originales. Aunque en esta parte del motor no hay

ninguna presión, evita pérdidas de aceite. Finalmente, colocando los tres tornillos que sujetan la tapa al cárter y el

tapón respirador de la parte superior, el conjunto estaba terminado.

14


El motor ya tenía casi su forma definitiva. Monté el

cilindro, con cuidado de colocar bien el pistón y los

segmentos. Para ello solo tuve que meter los

espárragos de los cárteres en los agujeros del cilindro y

una vez hecho esto, coloqué la culata para terminar

esta parte del motor. El contraste entre el negro del

cilindro y el brillo del metal pulido del resto del motor

quedaba fenomenal.

También coloqué el guardapolvo y el retén de fieltro de

la rueda trasera.

Había llegado el momento de decidir qué hacía con las

zapatas de los frenos.

Ya he comentado en alguna publicación anterior, que

había encontrado un taller especializado en frenos que

pueden referodarte las zapatas originales.

En este caso, como era bastante fácil encontrar zapatas

nuevas para esta moto, decidí adquirir unas nuevas en

una tienda de repuestos para Vespa y solucionar el

problema.

El proceso continuó con el carburador. El original es un

carburador Dellorto UA 16 S1, y se encontraba en

bastante buen estado.

Desmonté el carburador y limpié la aguja y la bolla. No

estaba muy mal, pero tras limpiarlo, se afinó un poco

más su funcionamiento.

También cambié todas las juntas de este, de modo que

lo dejé completamente revisado y puesto al día para

que cuando estuviera instalado en el motor, hiciera que

este funcionara correctamente.

15


Para terminar el carburador, sustituí la junta de goma del filtro del aire que estaba bastante deteriorada y limpié el

filtro por dentro, dejándolo preparado para su instalación.

La colocación del carburador, así como la palanca

de arranque completaban casi el conjunto.

También había colocado, aunque solo

presentándola, la tapa del “cangrejo” del cambio.

Aunque la tapa original estaba un poco golpeada, y

además había comprado una nueva, decidí

arreglar la vieja y colocarla, ya que la calidad de la

vieja me gustaba más que la que había comprado.

Solo quedaba la colocación del estátor y del

volante magnético para completar la obra de arte.

Las bobinas las limpié y sustituí los platinos y el

condensador. Coloqué el estátor en la misma

posición respecto al cárter que antes de

desmontarlo había marcado en ambos lados.

Para colocar el rotor, necesité de la pistola de

impacto para apretar la tuerca sin que este gire.

Finalmente coloqué el ventilador, que solo va

sujeto al rotor mediante cuatro tornillos y el resto

de las protecciones que se acoplan al motor.

Y así, llegamos al final de la reconstrucción del

motor. En la imagen de la izquierda se puede ver el

motor completamente montado a falta de la capucha

que tapa el cilindro y la culata, que ya estaba

terminada, pero colocada no dejaba ver el trabajo

final y los detalles del motor.

Aun no tenía colocada la bujía, pero a falta de ese

elemento, mi nuevo proyecto ya tenía un motor.

Ahora me tenía que poner con el chasis y el proceso

de pintado del mismo, pues estos elementos ya

estaban preparaditos para recibir los tratamientos de

belleza, para que recuperara su grandiosa imagen.

16


El proceso de pintado

Había llegado el momento de arrancar el compresor y ponerse el mono de pintura para continuar el proceso

de restauración de la Vespa 125L.

Para el pintado final de la moto, decidí que la imprimación sería blanca para reforzar el color del acabado y

el color final de la moto sería el azul Saboya original de la moto en el momento de salir de fábrica.

El chasis había sobrevivido a

mi reparación de los bajos y

me estaba esperando para

ponerse “guapo”.

La nueva chapa había

quedado perfectamente

soldada al chasis,

solucionando sus problemas

de corrosión.

El resto de las piezas,

presentaban un buen

aspecto y no tenían zonas

con corrosión que pudieran

malograr el proyecto.

A diferencia de otras motos

que ya había restaurado, las

Vespa tienen pocas piezas.

Tienen un chasis muy grande, los cófanos laterales, el guardabarros delantero y el manillar, y pare usted de

contar.

En la publicación anterior os mostré mi nueva cabina de pintura. Me había funcionado muy bien para pintar

la COFERSA 200 pero para esta Vespa presentaba un problema. El chasis era tan grande, que no cabía

dentro de la cabina y me tocó improvisar un caballete sobre el que colocarlo.

Tenía una mesa alta sobre la que podía apoyar el chasis, pero como pesaba bastante, me costaba moverla

un poco, por lo que tras una rápida visita al “Leroy”, compré unas ruedas de goma que coloque en cada una

de las patas, capaces de rodar cómodamente y aguantar el peso de la moto.

Como se puede ver en la foto, la moto cabía perfectamente sobre la mesa y podía colocarla frente a la

cabina, de modo que el extractor trasero fuera capaz de forzar la circulación de la pintura sobrante a través

del filtro instalado en la cabina, evitando que esta caiga al suelo y forzando que sobre la pieza que estoy

pintando se pose el polvo que se pudiera generar por el funcionamiento de la pistola de pintado.

Una cosa a tener en cuenta en el proceso de pintado de esta Vespa es que el

número de bastidor se encuentra en la parte inferior izquierda del chasis, y

tenemos que tener cuidado de no pintarla.

En las otras motos que he restaurado, el número de chasis está troquelado en el

bastidor con caracteres bastantes grandes, por lo que, aunque lo pintes, no pasa

nada, se ve perfectamente, pero en este modelo, los caracteres del número de

serie son muy pequeños y el troquel no está muy marcado en la chapa, por lo

que si no estás pendiente, puedes pintarlo y perderlo.

17


Como se puede ver en las fotos, la chapa estaba

bastante bien, pero sí que presentaba algunos

pequeños golpes que tuve que masillar para evitar que

se vieran con el proceso terminado y estropearan el

resultado final.

En este momento, ya había colocado el cableado

eléctrico de la moto. Cuando tuve recortadas las partes

inferiores oxidadas coloqué el cableado por si luego me

habría resultado más incómodo.

El único problema es que se mancharía la camisa

exterior protectora de los cables, pero tuve la

precaución de limpiar las partes visibles de este cable y

en el resultado final no se aprecia nada.

El borde exterior del escudo también se encontraba

bastante bien, y aunque en este modelo el borde está

recubierto de un bordón metálico cromado, prefería que

no tuviese defectos que pudieran malograr el resultado

final.

Poco a poco fui completando el proceso de imprimación y lijado de las diferentes piezas de la Vespa, como

se puede ver en las siguientes imágenes.

18


Tres capas de imprimación, algún leve masillado y bastante paciencia con la lija, fueron suficientes para dar

por terminado el proceso con una calidad buena para recibir el acabado final sin dejar ver ningún defecto

en la superficie.

Al fondo de la foto ya se puede ver “acechando” el próximo proyecto que anteriormente he comentado, la

Vespa 125N de 1957.

La parte del acabado final había comenzado. Como antes comenté el color finalmente seleccionado fue el

que saco de fábrica, el azul Saboya. Este color se incorporó a la paleta de colores de Vespa justo para este

modelo, por lo que en mi intento de ser lo más fiel posible al origen, decidí que el color sería este.

Entre cada capa de pintura o imprimación que di, tuve que estar atento a lo que comentaba antes de

proteger el número de serie del chasis, para evitar que luego no se leyese. En esta foto aún se ve con la

cinta de carrocero colocada.

19


El proceso de pintado y lacado continuó con el resto de las piezas que componían la moto. Esta moto tiene

pocas piezas y de tamaño considerable, lo cual facilitaba bastante el proceso de pintado y el manipulado

de las mismas.

Aunque en algunas fotos se puede ver un tono distinto del color azul Saboya, en realidad todas las piezas

se pintaron con el mismo color, pero las diferentes luces con las que se han podido hacer las fotos, han

modificado el resultado final.

20


Como se puede ver por las fotos anteriores, la moto sólo se compone de nueve piezas más el chasis. Los

dos cófanos, las dos llantas de las ruedas, la puerta del cófano de la izquierda, el tapón y el depósito de la

gasolina, el carenado del manillar y el guardabarros delantero.

Este modelo de Vespa lleva también rueda de repuesto sujeta a la parte trasera del escudo. Llas ruedas son

las pequeñas, de 8".

Como en las otras motos que he restaurado, he aplicado tras capas de pintura más tres capas de laca brillo.

El resultado del proceso de pintado puedo calificarlo de bueno, y creo que cuando la moto se encuentre

completamente montada, quedará un muy buen conjunto.

21


Comenzando el

proceso de montaje.

Y después de unos meses de trabajo, nos estamos acercado al final del camino, no sin antes disfrutar del

proceso final, y posiblemente en más agradecido. El montaje de cada una de las piezas hasta llegar al

resultado completo y final.

1

Chasis

En esta moto el chasis en monopieza,

luego no lleva ningún proceso

de montaje.

He querido añadir este primer

capítulo para subrayar el montaje

del bordón en el escudo. Este está

formado por dos piezas que se unen

en la parte superior. Para forzar la

forma de este, utilicé unas cinchas

que tensadas, fuerzan la posición

hasta que puse los tornillos fijantes.

2

Guías de goma

En el suelo del chasis, colocadas con

remaches están las guías de aluminio. Las

compré ya precortadas, para evitar fallos

en las medidas porque no tenía las

originales.

Las guías llevan unos terminales metálicos

para mejorar el acabado en sus extremos.

Una vez colocadas las guías se coloca la

goma negra que termina el conjunto del

suelo.

En algunas unidades de este modelo, los usuarios han colocado también unas alfombrillas y unos

reposapiés cromados, que aunque mejoren la comodidad de la conducción, creo que a esta moto no le

aportaban nada y además, lo más importante, a mí no me gustan, por lo que no he puesto estos elementos,

dejando más despejado el suelo.

22


3

Cofano Izq.

El cófano izquierdo va sujeto

mediante unos tornillos al

chasis. A su vez, para proteger

el roce de cófano contra chasis

lleva un protector de goma gris

que además de hacer esta

función, embellece el conjunto.

Aunque se ve el depósito, no

está montado solo está

presentado.

4

Puerta

Cofano

El cófano izquierdo tiene una

puerta equipada con un cierre

y una llave para proteger lo

que haya en el interior.

Para asegurar el correcto

cierre y que no entre agua en

el interior cuando llueve,

también lleva un bordón de

goma colocado en filo del

cófano.

El cierre simplemente sujeta la

puerta cuando está cerrada,

mientras que la cerradura es la

que da seguridad al conjunto.

Supongo que, en la moto al salir de fábrica, la llave que cierra el cófano debería ser la misma que bloquea la

dirección. Al comprar la moto, esta cerradura del cófano no estaba entre las piezas que recibí, por lo que

me tocó comprar una nueva, por lo que la moto tendrá dos llaves, la de bloqueo de la dirección y esta que

comento ahora.

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5

Camisas

En este paso, coloqué las camisas

para la posterior instalación de los

cables de acelerador, embrague y

frenos.

También saqué los cables de la

instalación eléctrica, que como ya

dije antes, estaban colocados casi

desde el principio.

Tanto los cables como las camisas

deben pasarse antes de poner el eje

de la dirección.

6

Eje delantero

El eje delantero está formado por varias

piezas. El propio eje, el guardabarros, la cresta

del guardabarros (que es la original de la

moto), la pletina superior de sujeción del

guardabarros al eje y el rodamiento inferior.

Para colocar las bolas del rodamiento, como

no tienen jaula, es necesario impregnar con

mucha grasa el soporte del eje y colocar bola a

bola el rodamiento.

En este guardabarros delantero, muchos usuarios colocan unas protecciones metálicas para evitar que,

ante pequeños golpes del guardabarros, este se abolle o estropee.

En mi caso, el guardabarros presenta los agujeros para colocar la defensa, pero como la moto no tenía esta

protección entre los elementos que me entregaron, yo tampoco le he instalado nada, dejando más limpia

esta parte delantera. Los agujeros del soporte los disimulé poniendo unos tornillos.

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7

Dirección y

carcasa manillar.

La colocación del eje de la dirección no

es muy complicada. Se introduce el

conjunto que vimos en el paso anterior

por la parte inferior del escudo y una vez

en su posición definitiva, colocamos la

jaula con el rodamiento superior, se

engrasa muy bien este y se colocan el

juego de tuercas y contratuercas que

dejan al eje en su posición definitiva.

Cuando apretemos las tuercas y contratuercas superiores, hay que hacerlo de forma que no lo apretemos

demasiado y dejemos bloqueada la dirección, impidiendo que la conducción sea fácil. Una vez asegurado el

eje en su sitio, para colocar la carcasa de la dirección, basta apretar dos tonillos que hay en esta y que

sujetan la carcasa al eje.

8

Piloto y porta

matricula

Este paso es bastante básico. El piloto

trasero se coloca con dos tornillos.

Originalmente esta moto llevaba solo luz de

posición. Yo he cambiado el piloto por uno

de la misma forma pero que tiene luz de

posición y freno trasero.

Como ya he pasado algunas ITV con otras motos restauradas, decidí que lo mejor, para evitar problemas,

era instalar una versión de piloto trasero con la luz de posición y una luz de freno que en el modelo original

no existía. Para ello he tenido que añadir un cable más al paquete original para alimentar la bombilla del

freno.

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9

Manetas y logos

La colocación de los tubos del acelerador y de la

maneta derecha es fácil.

Para ello, debeos desmontar las piezas donde se

colocan los cables. Quitamos el tornillo y la pieza

perpendicular al tubo que se ve en la imagen inferior.

Una vez eliminada esta pieza, ya se pueden meten los

tubos por el lateral de la carcasa del manillar.

Una vez introducidas los dos tubos, el del acelerador y

el del cambio, volvemos colocar las piezas y tornillos

que previamente habíamos retirado, dejando ya las

piezas colocadas en su emplazamiento correcto.

Las manetas de freno y embrague van sujetas por un

tornillo especialmente diseñado para este efecto.

Los logos de Motovespa son los originales de la moto. El del modelo está limpiado, pulido y vuelto a ser

colocados con los pequeños remaches que compré para tal efecto. El logo de la marca, aunque ha perdido

parte del color y esplendor original, merecía la pena limpiarlo y recolocarlo en su sitio, para dar esa pátina

de historia a la moto terminada.

10

Rueda delantera

El sistema de montaje de la rueda delante se

remonta a los orígenes de la compañía, cuando

fabricaban aviones.

Está compuesto por una especie de balancín que,

entre el muelle y el amortiguador dan el movimiento

al conjunto para facilitar la conducción.

En este paso, también conecté el cable al tensor de los frenos para que actúen las zapatas cuando

apretamos la maneta del freno en el manillar. Finalmente, coloqué el cable del velocímetro que transmite la

velocidad de la rueda delantera al reloj que se encuentra en el manillar. Sólo faltaba salir a la calle y regular

el tensado del freno para que trabaje correctamente.

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11

Motor

Llegados a este punto, el proceso estaba

casi terminado.

Con el motor terminado en la bancada,

solo había que colocar el amortiguador

trasero. El motor va sujeto con un

esparrago que sujeta el brazo del motor al

chasis y por el otro lado al amortiguador

que está también sujeto a la parte alta del

chasis, bajo el asiento.

La instalación eléctrica ya está montada.

Aunque el motor tiene una caja de

conexiones para conectar los cables de la

instalación eléctrica, decidí instalar unos

conectores rápidos para poder extraer el

motor sin tener que abrir la caja de

conexiones.

Como se puede ver, lo cables que realizan la subida y bajada de marchas también están instalados, junto al

pedal de arranque y al fuelle de conducción del aire hacia el carburador.

La tapa del “cangrejo” no estaba instalada aun en el momento de realizar la foto, no por falta de tiempo,

sino porque quería realizar las regulaciones de las marchas, una vez que la moto estuviera terminada y

pudiera hacer pruebas en la calle.

12

Faro y asiento.

Para terminar el montaje, conecté el faro

delantero e instalé el asiento, que hasta este

momento se encontraba solo presentado en

su sitio.

Completaba el conjunto la rueda de repuesto

en la parte trasera del escudo.

También instalé dos retrovisores en el

bordón del escudo, que daban un aspecto

más retro al conjunto.

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13

Camino a la ITV

Con el cierre del cófano derecho, que tapa el motor, y la regulación de la tensión de los cables de frenos y

demás, di por concluido el proceso de restauración de la Vespa.

Era la primera Vespa que caía en mis manos, y lo hizo un poco de casualidad, pero no sé exactamente

porque, me ha empujado a ser un amante de esta marca y de sus modelos

Como he comentado en páginas anteriores, el siguiente proyecto, y por consiguiente la siguiente

publicación, será otra Vespa. Una Vespa 125N de 1957.

En esa nueva publicación os mostraré un trabajo de mecánica en su motor Bocolo y bastante trabajos de

cambio de chapas y soldadura, ya que el chasis y cófanos estaban en bastante mal estado.

En este número, he afrontado con bastante amplitud la restauración del motor V101M del modelo. Un

motor monocilindrico de dos tiempos. He intentado mostrar con detalle todos los trabajos realizados en él,

con la única intención de, en la medida de lo posible, ayudar a otras personas que quieran emprender el

mismo camino.

Tras la publicación de la segunda revista, algunos de los comentarios que recibí, iban en la línea de porque

no daba más detalle de las reparaciones de los motores, ya que hay gente que no quiere, o no necesita

restaurar completamente la moto, pero sí que restauraría el motor para que tenga un poco más de alegría.

Espero haber satisfecho las necesidades de estos lectores en esta nueva publicación.

En estos momentos, la moto se encuentra a la espera de la documentación emitida por Tráfico y poder

pasar la ITV. Y con la documentación terminada, poder proceder a su vuelta al mercado.

Espero que os haya gustado el contenido de esta entrega. Como siempre, prometo escuchar las opiniones

que los que la leáis me aportéis, para que en la siguiente entrega puede mejorar los aspectos que me

indiquéis, o profundizar es aspectos que os puedan parecer más interesantes.

Si necesitáis cualquier aclaración, información o simplemente aportar cualquier comentario, por favor,

mandadme un email a restaurandomagazin@gmail.com o visita mi Instagram @RESTAURANDO_MAGAZIN.

Nos vemos en la siguiente publicación, y disfrutad, porque con retos así, la vida puede ser maravillosa.

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Una breve historia.

Moto Vespa SA. La empresa.

En 1952, España estaba en el camino de olvidar ya las

secuelas de su guerra civil y, como en Italia, necesitaba

facilitar el desplazamiento de sus gentes como

necesidad para la ampliación de sus industrias. Las

marcas españolas de la época (OSSA, Montesa, Lube…)

no podían competir con la Vespa.

Spartaco G. Boldori Malandri es amigo personal del Sr.

Piaggio y representante de Fiat en España. No es el Sr.

Boldori uno de los escépticos, sino uno de los

entusiastas y propone al Sr. Piaggio el montaje de una

fábrica en Madrid. La idea es aceptada sin reservas;

pero las ideas necesitan hombres y nombres para

convertirse en realidad.

Y para que tome cuerpo la propuesta del Sr. Boldori, será decisiva la colaboración de Juan Lladó, consejero

delegado entonces del Banco Urquijo. El primer director de MotoVespa será Lelio Pellegrini Quarantotti

quien, con un extraordinario grupo de colaboradores entusiastas, logra en pocos meses poner en la calle la

primera Vespa de 125 cc. en febrero de 1953.

Las Vespas Españolas se comenzaron a fabricar en una factoría situada en la madrileña calle de Julián

Camarillo por la Empresa Moto Vespa SA, cuyos accionistas mayoritarios eran en un principio, el I.N.I.

(Instituto Nacional de Industria) y del Banco Urquijo, y la marca italiana Piaggio.

Al contrario que el resto de las fábricas de Vespa, las cuales fueron cerrando paulatinamente, la fábrica

española creó un producto propio en 1968 para afrontar la caída de ventas, el Vespino, de patente

española, que mantuvo la producción de la Vespa en España hasta 1990.

En la siguiente década la multinacional

Piaggio adquirió la mayoría de las

acciones de Moto Vespa SA y

posteriormente las de la marca Derbi.

Esto hizo inviable la situación, al tener 3

centros productivos, así que comenzó un

largo proceso de deslocalización que

finalizó con el cierre de la fábrica de

Madrid en 2003.

(Información extraída de https://vespaclubespana.es/historia-de-la-vespa)

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