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Memorias Lasallistas

25 años de Comunidad, Vocación y Esperanza

25 años de Comunidad, Vocación y Esperanza

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Memorias Lasallistas

25 años de comunidad, vocación y

esperanza

Universidad La Salle Chihuahua


Primera edición: 2025©

Derechos de edición reservados. ©

Contacto: rmedios@ulsachihuahua.edu.mx

Créditos:

Mtro. José Salvador Benavides Castro. Rector

Dr. Gustavo Ramírez Barba, fsc. Prólogo y revisión

Margarita Álvarez Ramos. Edición y corrección de estilo.

Mtra. Florencia Valdés. Responsable de festividades aniversario

Rubén Eduardo Barraza. Coordinación editorial.

DEPÓSITO LEGAL: Ninguna parte de esta publicación, incluido el

diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o

transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea

electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o

de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.


Pórtico

Tratando de hacer honor a la novedad y

creatividad que brilla en cada página de esta obra,

busqué una palabra que reemplazara a la muy

usada para introducir una obra escrita,

Elegí Pórtico, en lugar de Prólogo, porque es

precisamente el nombre dado a la monumental

entrada al campus, ese espacio abierto y

majestuoso que da la bienvenida a un lugar que ha

sido escenario de las historias que dan cuerpo y

vida a esta narración. Confío que esta introducción

causará en el lector una impresión semejante a la

que el pórtico de entrada provoca en quienes lo

cruzan.

Bienvenidos entonces a una fascinante narración a

la cual estas líneas sirven de portada. Empecemos

a hojear sus páginas como lo hacemos con un

“álbum familiar”, es decir, con cariño; así nos

invita su autor a leerlo. Este libro también quiere

ser un “espejo” porque su autor espera que se miren

y se reconozcan “no solo quienes aparecen

mencionados por nombre, sino todos los que han sido

parte de esta historia. Porque ser lasallista no requiere

aparecer en crónicas; requiere llevar el espíritu en el

corazón” (palabras del autor).

El presente libro, bella y diestramente escrito por

el Mtro. Rubén Eduardo Barraza, es una narración

5


que, por su contenido y estilo, inspira, conecta,

construye y genera; en una palabra, es esa

herramienta poderosa disponible y al alcance de

quienes, inspirados por ella, deseen cooperar en la

construcción de una fuerte cultura en la

comunidad universitaria de la ULSA Chihuahua.

El Autor tuvo en sus manos no solo la pluma y el

papel para escribir; cuenta, sobre todo, con una

amplia trayectoria Lasallista en la ULSA que hace

de él una voz autorizada para narrar esta

historia. Su participación en la historia inicia en

2008, fue interrumpida brevemente en 2012 y

reanudada en 2016, cuando regresó a colaborar

coordinando las misiones, ayudando al desarrollo

del diplomado de Formación Lasallista, trabajando

en la promoción de la ULSA y, ahora, dirigiendo la

oficina de comunicación. Otra forma de

colaboración que, sin duda, él atesora es el

contacto diario o frecuente con estudiantes en las

aulas de la universidad.

Gracias a su trayectoria, el libro no solo fue

diestramente escrito; además, logra un sano

balance entre el rigor histórico y la validación de

emociones y sentimientos. Sus dotes narrativas le

permitieron evitar tentaciones como el

romanticismo hueco y el culto a la personalidad de

importantes protagonistas de la historia que narra.

No se detiene en las glorias del pasado; invita a

mirar al futuro y a comprometerse en su

construcción.

6


A los logros anteriores es necesario añadir su

habilidad para conectar dos dimensiones: el tiempo

y el espacio; el tiempo, relacionando los siglos

XVII y XXI; y el espacio, relacionando la Francia

del Fundador y la Chihuahua nuestra.

Con sumo cuidado y acierto asegura al texto la

fidelidad al pensamiento del Fundador, trayendo a

sus páginas ejemplos de los escritos de Juan

Bautista de La Salle que pueden inspirar a

Lasallistas de hoy y sostener su empeño de

desarrollar una identidad fuerte y mantener viva la

misión, en Chihuahua.

Por la riqueza de esta narrativa, estaremos en

deuda con el Mtro. Rubén Eduardo Barraza.

La ULSA fue construida en lo alto de una colina;

su edificio más destacado es una Torre esbelta y

bella desde la que se domina buena parte de la

ciudad que la circunda. Este detalle de la

topografía y el diseño arquitectónico adquieren

carácter simbólico, pues a diario recuerdan las

palabras de Jesús de Nazareth:

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar

una ciudad situada en la cima de una montaña.

Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz

que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus

7


buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el

cielo (Mt 5, 13-16).

Abrigo la firme esperanza que esta estimulante

narración hará surgir, en las generaciones futuras,

lasallistas que quieran responder al llamado a ser

“corazón, memoria y garantía” del carisma

lasallista y, en consecuencia, a ser LUZ para

quienes, en esta y en futuras generaciones,

busquen la VERDAD que genera VIDA e impulsa

a trabajar por el BIEN COMÚN.

INDIVISA MANENT

Gustavo Ramírez Barba, fsc

8


Mtro. José Salvador Benavides

Castro, Rector.

Universidad La Salle Chihuahua – 25 Aniversario

Hace veinte años inicié un proyecto que, a lo largo

de este tiempo, transformó mi vida tanto en el

ámbito profesional como en el personal. En el año

2005, tuve la oportunidad de comenzar mi carrera

como docente en la Universidad La Salle

Chihuahua. Un sueño que anhelaba cumplir desde

mi época de estudiante universitario. Esta

oportunidad que se me presentó me permitió

conocer, desde el rol de docente, la esencia del

carisma lasallista y el compromiso con la

formación integral de los jóvenes. Sin duda, la

fraternidad y el servicio que pude evidenciar en

esta comunidad universitaria lograron despertar en

mí el deseo de conocer más sobre la vida y obra de

nuestro santo fundador.

Años más adelante, fui privilegiado con la

oportunidad de servir en la Coordinación de

Humanidades y posteriormente, en la Dirección

Académica.

Como Rector, desde agosto de 2022, me siento

honrado de servir a esta comunidad universitaria

desde la Rectoría. Cada etapa de mi vida

9


profesional en esta institución ha sido una

oportunidad de contribuir a la educación, al

acompañamiento y la transformación de miles de

jóvenes que se han formado en nuestras aulas.

Nada de esto habría sido posible sin la confianza, el

apoyo y la generosidad de los Hermanos

Lasallistas, de los colaboradores, docentes,

estudiantes y amigos. A cada uno de ustedes, mi

gratitud. Gracias por caminar juntos. La

Universidad La Salle Chihuahua no sería lo que es

sin el esfuerzo colectivo, la fe compartida y la

fraternidad lasallista que nos lleva al servicio de

nuestro prójimo, especialmente del más

necesitado.

Cada paso ha sido un llamado. Cada llamado, una

respuesta. Así, con fe y entrega, agradezco de todo

corazón a Dios por bendecirme y acompañarme en

esta misión.

"Dios, que todo lo guía con sabiduría y suavidad… un

compromiso me llevaba a otro, sin que yo lo previera

al comienzo."

San Juan Bautista de La Salle

INDIVISA MANENT

10


Bienvenida del Editor

Hay momentos cuando los caminos se cruzan de

formas misteriosas. El mío con La Universidad La

Salle Chihuahua comenzó en 2008, cuando la Mtra.

Mónica Villarreal Stoopen me abrió una puerta

que cambiaría mi vida. No sabía entonces que no

solo entraba a una universidad; entraba a una

familia. Recuerdo aquellos primeros años con

nostalgia luminosa: las noches preparando la

presentación para buscar los recursos para el sueño

de la Torre de la Comunidad, los días capturando

momentos para la revista institucional junto a

Margarita, encargada de comunicación en esa

época. En 2012, la vida me llevó a Monterrey, pero

pronto descubrí algo extraordinario: uno puede

dejar La Salle, pero La Salle nunca te deja.

La confirmación llegó durante la ceremonia del 50

aniversario de votos del Hermano Salvador Valle.

En ese entonces, yo trabajaba en otra universidad

en Monterrey, y fue ahí donde recibí la invitación.

Sentado junto al Hermano Salvador y, por

coincidencia, también junto al Rector de la

institución en la que trabajaba, en ese momento

descubrí que él también había sido formado en

escuelas lasallistas. En ese momento comprendí

que la formación lasallista trasciende cargos,

instituciones y geografías; que hay un lenguaje

11


común que nace de la fe, del servicio y del

compromiso con la educación.

En 2016 regresé a Chihuahua y encontré brazos

abiertos. Desde entonces, cada día ha sido un

regalo. Lo que más atesoro es aprender de los

alumnos, de los maestros y de mis compañeros

cuando dan testimonio vivo de lo que predican.

Este libro nació de una certeza: las historias

compartidas construyen identidad. Durante meses,

tuve el privilegio de ser custodio de memorias.

Pero quiero ser claro: no soy el autor de esta

historia. Soy apenas un instrumento que ayudó a

que las voces de nuestra comunidad encontraran

papel y tinta. Cada testimonio recibido fue un

regalo. Todos ustedes son los verdaderos autores.

Este libro les pertenece. Léanlo como quien mira

un álbum familiar: con ternura, con orgullo, con la

certeza de pertenecer. Porque en la Universidad La

Salle Chihuahua no solo se estudia: se cree, se vive,

se comparte, se sueña, se agradece y se sirve.

Indivisa Manent — Permanecemos unidos.

Rubén Eduardo Barraza

Un lasallista que tuvo el honor de coordinar este

proyecto desde el corazón

12


Introducción

Donde el Desierto Florece: Una

Historia de Fe, Educación y

Esperanza

Hay momentos en la historia cuando

convergen los sueños, la necesidad y la

providencia. Hace veinticinco años,

Chihuahua vivió uno de esos momentos.

En el corazón del norte de México, donde el

desierto enseña lecciones de resistencia y el

horizonte invita a soñar sin límites, nació hace un

cuarto de siglo una universidad que cambiaría el

destino de muchos. Esta es la historia de la

Universidad La Salle Chihuahua, pero es también

tu historia, la mía, la nuestra. Es la crónica de

cómo una comunidad se atrevió a soñar y un

grupo de visionarios se atrevió a construir.

Un Libro que Late

Las páginas que tienes en tus manos no son papel

inerte; son memoria viva. No encontrarás aquí la

fría cronología institucional que adormece, sino el

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pálpito de una comunidad que se negó a aceptar

que sus jóvenes tuvieran que emigrar para recibir

educación superior de calidad con valores.

Encontrarás risas y lágrimas, piedras y estrellas,

sudor y esperanza, fracasos que enseñaron y éxitos

que humillaron.

Este libro nació de muchas voces. Durante meses,

recorrimos pasillos, escuchando memorias,

visitamos oficinas, recopilando anécdotas, nos

sentamos en jardines donde los recuerdos florecen

como las magnolias de acero que adornan nuestro

campus. Hablamos con fundadores que aún se

emocionan al recordar el primer día, con

estudiantes actuales que sueñan con el futuro, con

egresados que volvieron transformados en

transformadores.

¿Por Qué Contar Esta Historia?

Alguien podría preguntar: ¿Por qué otro libro

conmemorativo? ¿No son todos iguales? La

respuesta está en lo que somos. La Salle Chihuahua

no es solo una institución educativa más; es un

fenómeno sociológico, un milagro cotidiano, una

respuesta de fe a los desafíos del mundo

contemporáneo.

Contamos esta historia porque:

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Las memorias no registradas se desvanecen. Ya

hemos perdido algunas voces fundadoras. Este

libro rescata sus testimonios antes de que el tiempo

borre los detalles que dan vida a los hechos. Las

nuevas generaciones merecen conocer el precio de

su herencia. Cada estudiante que hoy disfruta de

instalaciones modernas debe saber que hubo

quienes estudiaron sin aire acondicionado en pleno

verano chihuahuense, que llegaron por brechas de

terracería, que compartieron veinte computadoras

entre cien.

Los milagros cotidianos pasan desapercibidos. Que

un hijo se gradúe con honores y hoy sirva en el

gobierno. Que una madre soltera logre su título

mientras cría tres hijos. Que un profesor detecte

depresión a tiempo y salve una vida. Estos milagros

ocurren en la universidad.

El mundo necesita esperanza. En tiempos de

cinismo y desesperanza, contar historias de

comunidades que sí lograron sus sueños es un acto

de fe. Es demostrar, que sí se puede, que el bien es

más fuerte que el mal, que la educación sigue

siendo la fuerza más transformadora del universo.

15


Un Viaje en Cinco Tiempos

Este libro te llevará en un viaje a través de cinco capítulos,

cada uno es una ventana a dimensiones diferentes

de nuestra historia:

Capítulo 1: El Espíritu Lasallista te sumergirá en las

raíces profundas de nuestra identidad. Conocerás a

San Juan Bautista De La Salle, pero no como

figura de yeso, sino como revolucionario educativo

cuya visión sigue vigente. Entenderás cómo los

Hermanos llegaron a México, cómo sobrevivieron

revoluciones y persecuciones, cómo su carisma

floreció en tierra mexicana.

Capítulo 2: La Salle llega a Chihuahua, es la crónica

de un nacimiento. Vivirás el día inaugural con sus

159 valientes pioneros. Sentirás el calor de aquellas

primeras aulas, la emoción de los primeros

maestros, la fe de una comunidad que apostó por

un sueño. Es periodismo narrativo en su mejor

expresión, con nombres y fechas.

Capítulo 3: Voces que Construyen da la palabra a los

protagonistas. No hay mejor manera de entender

La Salle que a través de quienes viven la

experiencia. Desde el hijo que se volvió abogado

hasta la maestra que descubrió su vocación, desde

el misionero que encontró a Dios en el servicio

16


hasta el profesionista que rechazó ofertas

millonarias para servir.

Capítulo 4: Herencia Viva muestra el lasallismo en

acción. No como teoría, sino como práctica diaria.

Permite ver cómo se vive la pedagogía del amor en

las aulas, cómo funciona nuestra cultura del

cuidado, cómo la investigación se orienta al

servicio, cómo formamos no solo profesionales

sino ciudadanos, no solo mentes sino corazones.

Capítulo 5: Soñar Juntos el Futuro es invitación y

compromiso. No miramos al futuro con temor, sino

con esperanza activa. Compartimos los sueños de

campus expandidos, pedagogías adaptadas,

realidades transformadas por la investigación.

Pero, sobre todo, renovamos el compromiso de

que los próximos 25 años serán aún mejores

porque los construiremos juntos.

Para Quién es Este Libro

Si eres estudiante actual, encontrarás aquí las

raíces de tu orgullo. Entenderás por qué se siente

diferente estudiar aquí, por qué existe esa extraña

sensación de familia en un campus. Verás tu

historia personal como parte de una historia

mayor.

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Si eres egresado, revivirás momentos y entenderás

otros. Tal vez descubras que aquel maestro que te

marcó, tenía una filosofía, que aquella tradición

aparentemente arbitraria tenía un sentido

profundo, que fuiste parte de algo más grande de

lo que imaginabas.

Si eres docente o colaborador, verás tu trabajo

diario elevado a su justa dimensión. No eres

empleado; eres constructor de futuros. No impartes

clases; transformas vidas. No trabajas en La Salle;

eres La Salle.

Si eres padre o madre de familia, confirmarás que

tu confianza está bien depositada. Verás cómo

cuidamos lo que más amas, cómo nos tomamos en

serio la responsabilidad sagrada de formar a tus

hijos.

Si eres parte de la comunidad chihuahuense,

entenderás cómo esta universidad ha transformado

tu ciudad. Verás las redes invisibles de servicio, los

profesionistas comprometidos, las soluciones a

problemas locales que han nacido en estas aulas.

Si eres Hermano lasallista en cualquier parte del

mundo, encontrarás aquí cómo el carisma del

Fundador florece en contextos inesperados. Verás

que la semilla sembrada en Reims hace tres siglos

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sigue dando frutos en el desierto mexicano del

siglo XXI.

Cómo Leer Este Libro

Puedes leerlo de corrido, dejándote llevar por la

narrativa. O puedes examinar capítulos según tu

interés. Puedes buscar nombres conocidos o

simplemente abrir al azar y encontrar una historia

que te inspire. No hay manera incorrecta de

acercarse a estas páginas.

Lo que sí te pedimos es que no lo leas con prisa.

Estas historias se añejaron 25 años; merecen ser

saboreadas. Que no lo leas solo con la mente; estas

son escritos del alma que piden ser leídas con el

corazón. Que no lo leas como espectador; eres

parte de esta historia, aunque no aparezcas

mencionado.

Gratitudes Anticipadas

Antes de que comiences este viaje, queremos

agradecer. A los fundadores que se atrevieron. A

los pioneros que creyeron. A los benefactores que

invirtieron. A los maestros que se entregaron. A los

estudiantes que confiaron. A las familias que

apostaron. A la comunidad que adoptó. A los

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críticos que nos hicieron mejores. A San Juan

Bautista De La Salle que inspiró y a Dios que

bendijo la obra.

Y te agradecemos a ti, lector, por dedicar tu tiempo

a conocer esta historia. Porque al leerla, la haces

tuya. Y al hacerla tuya, te vuelves parte de ella. Y al

volverte parte de ella, asumes el hermoso

compromiso de continuarla.

Una Invitación Personal

Permíteme, antes de cederle la palabra a las

historias que aguardan, una confesión personal.

Escribir este libro ha sido un viaje emocional. He

llorado con testimonios de superación. He reído

con anécdotas de los primeros días. He sentido

orgullo al dimensionar el impacto. He

experimentado humildad al entender la

responsabilidad. Pero, sobre todo, he confirmado

una certeza: La Salle Chihuahua no es un milagro

terminado; es un milagro en proceso. No es

historia concluida; es historia escribiéndose. No es

institución perfecta; es una comunidad perfectible

que cada día intenta ser un poco mejor.

Por eso, este libro no es punto final; es punto y

seguido. Es pausa para agradecer el camino andado

y tomar aliento para el camino por andar. Es

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espejo donde mirarnos para reconocernos y

reconocernos para comprometernos.

El Momento es Ahora

Mientras lees estas líneas, la vida lasallista

continúa. En algún salón de clase, un maestro

mueve un corazón. En algún laboratorio, nace una

solución. En alguna comunidad, llega el servicio.

En algún estudiante, despierta una vocación.

La historia continúa. Y tú eres parte de ella.

Bienvenido a estas páginas. Bienvenido a nuestra

historia. Bienvenido a casa.

San Juan Bautista De La Salle, que supo ver en la

educación el arma más poderosa para transformar el

mundo, bendiga tu lectura y encienda en tu corazón

el mismo fuego que hace 25 años encendió el nuestro.

¡Viva Jesús en nuestros corazones! ¡Por siempre!

21


22


CAPÍTULO 1

El Espíritu Lasallista: Una Forma

de Ver el Mundo

"Toca los corazones de los alumnos que te son

confiados." — San Juan Bautista De La Salle

Ser lasallista no es usar un uniforme; es formar

parte de una visión del mundo que ve a cada

persona como un universo de posibilidades. Es

creer que la educación no solo transmite

conocimiento, sino que despierta conciencias y

forja caracteres. En los pasillos de nuestra

universidad, este espíritu cobra vida cada día. Se

manifiesta en el profesor que dedica tiempo extra

para explicar un concepto difícil, en el estudiante

que organiza grupos de estudio para sus

compañeros, en el personal administrativo que

recibe a cada visitante como si fuera el más

importante del día.

"Aquí aprendí que el conocimiento sin servicio es

vanidad." Me permito expresar esta convicción

personal porque, como lasallista, he comprendido

que la excelencia académica solo alcanza su

plenitud cuando se orienta al bien común. En el

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modelo educativo que vivimos, el saber no se

acumula como un trofeo, sino que se entrega como

un acto de servicio.

Los Hermanos Llegan a

México: Una Historia de

Fe y Educación

Esta sección está basada en el libro "La Salle en

México (1905-1921)" del Maestro Bernardo A.

Grousset. fsc y Andrés Meissionnier, fsc,

publicado en 1982 – que constituye la fuente

histórica autorizada y documentada sobre los

primeros años de la presencia lasallista en México.

Para comprender plenamente el espíritu lasallista

que anima nuestra universidad, es necesario

remontarnos a aquellos primeros pasos que los

Hermanos de las Escuelas Cristianas dieron en

tierra mexicana. Es una historia de valentía,

perseverancia y, sobre todo, de un compromiso

inquebrantable con la educación de los más

necesitados.

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El Llamado desde el Nuevo Mundo

Corría el año 1905 cuando México, bajo el largo

dominio de Porfirio Díaz, vivía una profunda

paradoja educativa. Mientras una élite enviaba a

sus hijos a estudiar en Europa o recibía instrucción

de corte francés, la gran mayoría de la población

permanecía sumida en el analfabetismo. En este

contexto, varios obispos y familias católicas de la

Ciudad de México, Puebla, Morelia y otras

ciudades, conocedoras del prestigio educativo de

los Hermanos de las Escuelas Cristianas en

Francia, insistieron durante décadas en pedir su

llegada al país.

El Superior General, Hermano Gabriel-Marie, no

tomó la decisión a la ligera. Francia vivía una

época turbulenta: las leyes anticlericales de 1904

habían obligado a cerrar centenares de escuelas y

forzado a miles de Hermanos a abandonar su país

natal. Esta persecución, paradójicamente, abrió

una oportunidad providencial: muchos Hermanos

franceses, en lugar de resignarse, vieron en

América Latina no un exilio, sino una nueva

frontera para su misión educativa. Así, México se

convirtió en uno de los destinos más significativos

para sembrar de nuevo la semilla lasallista.

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Los Pioneros: diciembre de 1905

El 1º de diciembre de 1905, llegaron los primeros

cinco Hermanos de las Escuelas Cristianas a

México. El 21 de diciembre del mismo año,

arribaron doce Hermanos más, completando el

primer grupo fundador. Entre ellos se encontraba

el Hermano Jébert de Jésus, designado como

primer Visitador. El Hermano Pedro Celestino

(Pierre Célestin), mencionado en algunos relatos,

era en realidad un Hermano alemán que había

venido de Chile como explorador antes del

Hermano Jébert.

Los primeros Hermanos llegaron con más

esperanza que recursos, más fe que certezas.

Ninguno hablaba español con fluidez, solo algunos

conocían palabras básicas. Traían en sus equipajes

algunos libros, material didáctico básico y, sobre

todo, su entusiasmo educativo.

Primeros Hermanos que llegaron a México:

• Hermano Pierre-Célestin (Pedro-Celestino)

• Hermano Jébert (Jébert-de-Jésus)

• Hermano Amédée-François (Amadeo-

Francisco)

• Hermano Adrien-Marie (Adrián-María)

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• Hermano Antoine-Claude (encargado del

economato y la logística).

El viaje de Veracruz a la Ciudad de México fue

toda una odisea. El tren, orgullo tecnológico del

porfiriato, serpenteaba entre montañas y

barrancas. Los Hermanos, acostumbrados a la

campiña francesa, contemplaban asombrados la

geografía mexicana. En cada estación, grupos de

niños se acercaban a vender frutas, dulces,

artesanías. Los Hermanos comenzaron a practicar

su español comprándoles y preguntando: "¿Vas a la

escuela?"

Las Primeras Escuelas: Un Sueño

que Toma Forma

Los Hermanos establecieron su primera

comunidad en La Concordia, Puebla, donde

llegaron el 4 de diciembre de 1905. Como estos

locales estaban mejor acondicionados, sirvieron de

residencia provisional para los Hermanos recién

llegados.

Las fechas oficiales de apertura fueron:

27


• 12 de enero de 1906: apertura de clases en La

Concordia, con 312 alumnos inscritos

• 15 de enero de 1906: inicio de clases en el

colegio San Pedro y San Pablo

La obra de La Concordia comenzó antes que

ninguna otra de los Hermanos en México,

marcando así el verdadero inicio de la presencia

lasallista en el país.

La heterogeneidad del alumnado era notable.

Había hijos de comerciantes franceses y españoles,

pero también, por insistencia de los Hermanos, se

aceptaron gratuitamente a niños de familias

humildes del barrio. Esta mezcla social,

revolucionaria para la época, causó inicialmente

cierta controversia entre los benefactores.

Adaptación y Crecimiento: Los

Desafíos Culturales

Los primeros meses fueron de intenso aprendizaje

mutuo. Los Hermanos franceses tuvieron que

adaptar su pedagogía a la realidad mexicana.

Descubrieron que los niños mexicanos eran más

expresivos que los franceses, más necesitados de

afirmación afectiva.

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La barrera del idioma se fue superando con

creatividad. Los Hermanos implementaron clases

bilingües, aprovechando su francés nativo para

ofrecer una educación que preparara a los jóvenes

para un mundo cada vez más interconectado. Pero

también aprendieron español con admirable

rapidez, ayudados por sus propios alumnos que se

convirtieron en pequeños maestros.

Una anécdota que se volvió legendaria ilustra esta

adaptación cultural: los errores del idioma no

generaban burla, sino cariño. Los alumnos

entendían que sus maestros hacían un esfuerzo

genuino por comunicarse, y eso los acercó aún

más.

La Expansión: Sembrando Estrellas

por el País

El éxito de las primeras escuelas fue inmediato. Las

familias católicas de otras ciudades comenzaron a

solicitar la presencia de los Hermanos. Así se

establecieron nuevas fundaciones en diversas

ciudades del país: Querétaro, Morelia, Zacatecas,

Saltillo, Monterrey, Torreón, Toluca, y otras.

Cada nueva fundación era una aventura. Los

Hermanos viajaban en condiciones precarias, a

29


menudo en diligencias o a lomo de mula, llevando

solamente lo esencial: algunos libros, material

didáctico básico y, sobre todo, su entusiasmo

educativo. En cada ciudad encontraban realidades

distintas, pero aplicaban el mismo principio:

adaptar el carisma lasallista a las necesidades

locales.

En Puebla, ciudad de tradición textil,

implementaron talleres junto con las clases

académicas. En Monterrey, respondiendo al

espíritu industrial, enfatizaron las matemáticas

aplicadas y la contabilidad. En cada lugar, la

escuela lasallista se convertía en un polo de

innovación educativa.

La Revolución: Prueba de Fuego

Si los primeros años fueron de miel, la Revolución

Mexicana iniciada en 1910 trajo consigo vientos de

tempestad. Los Hermanos, identificados con la

Iglesia Católica, se vieron en medio del fuego

cruzado ideológico. Varios colegios fueron

ocupados temporalmente por fuerzas

revolucionarias, otros tuvieron que cerrar sus

puertas.

30


El momento más dramático ocurrió en 1914,

cuando las escuelas lasallistas fueron confiscadas

por las fuerzas revolucionarias. El 15 de mayo se

dio la expulsión de los maestros de Monterrey y el

15 de agosto la orden de abandonar el país. Los

Hermanos fueron expulsados con lo puesto, y

muchos exalumnos, formados en valores lasallistas,

arriesgaron su posición y hasta su vida para

protegerlos.

La red de solidaridad que se tejió en esos años

difíciles, demostró que el espíritu lasallista había

echado raíces profundas en suelo mexicano.

El Exilio y el Retorno: La Fe que

Persevera

Entre 1914 y 1920, la mayoría de los Hermanos

tuvieron que abandonar México. Cincuenta y dos

fueron a Cuba (incorporados al Distrito de las

Antillas), Cincuenta y siete regresaron a Francia, y

sesenta y cuatro se dirigieron a Estados Unidos

para organizar otras obras y fundar el Distrito de

Nueva Orleans-Santa Fe.

Pero mantuvieron viva la llama. Desde el exilio,

seguían en contacto con sus exalumnos,

31


orientándolos por carta, enviando materiales

educativos cuando era posible.

Durante los años que los Hermanos estuvieron

ausentes, muchos exalumnos se reunían

clandestinamente para estudiar los libros que les

habían dejado, manteniendo vivo el método

lasallista. Cuando regresaron, encontraron que sus

discípulos habían sido fieles al carisma.

El retorno comenzó tímidamente en 1920, cuando

la situación política se estabilizó relativamente. En

1921 se reabrió La Concordia, y gradualmente los

Hermanos pudieron operar abiertamente de

nuevo.

La Edad de Oro: 1940-1970

Los años cuarenta marcaron el inicio de lo que

muchos consideran la edad de oro de la educación

lasallista en México. Con la estabilidad política del

país y el crecimiento económico, las escuelas

lasallistas florecieron. Se abrieron nuevos colegios

en Guadalajara, León, Morelia, San Luis Potosí,

Torreón, entre otras ciudades.

Pero el crecimiento no fue solo cuantitativo. Los

Hermanos, aprendiendo de la experiencia

32


revolucionaria, entendieron la necesidad de formar

un laicado comprometido. Comenzaron a

contratar profesores seglares, no como simple

mano de obra, sino como verdaderos

colaboradores en la misión educativa.

Esta época vio también la mexicanización del

Instituto. Los primeros Hermanos mexicanos

como el Hermano Luciano Ríos (1897-1988,

nombre religioso Benjamin-Pablo) habían hecho

sus votos antes de los años veinte, pero fue en los

cuarenta y cincuenta cuando su número creció

significativamente. Estos hermanos llevaron el

carisma lasallista a nuevas alturas, combinando la

tradición francesa con la sensibilidad mexicana.

Primera Generación de Hermanos Mexicanos

La primera generación de Hermanos fue formada

durante los años iniciales del Instituto. Diez y seis

mexicanos, esta generación permanecieron fieles

hasta el final, marcados por el impacto puro de los

Fundadores del Distrito. Entre los más destacados

se encuentran:

• Hermano Luciano Ríos (Benjamín-Pablo)

del Distrito Norte (1897-1988)

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• Hermano Fernando Anzorena (1898-1988),

uno de los más prestigiosos formadores del

Distrito

• Hermano Antonio María Lozano Bernal

(1901-1972), primer Asistente Mexicano

(1946-1966)

• Hermano Luis Lozano Bernal (1903-1985),

Visitador del México Sur

• Hermano José Valenzuela (1902-1963)

• Hermano Manuel Ibarrola (1898-1985)

Innovación Educativa: Más Allá del

Aula

Los Hermanos lasallistas en México no se

conformaron con repetir modelos importados.

Fueron pioneros en múltiples innovaciones

educativas que respondían a las necesidades del

país.

La Educación Técnica: en respuesta a las

necesidades industriales del país, los Hermanos

fundaron institutos técnicos para formar técnicos

medios que respondieran a las crecientes demandas

de la industria nacional.

Las Escuelas Nocturnas para Obreros: conscientes

de que muchos jóvenes debían trabajar durante el

34


día, los Hermanos abrieron escuelas nocturnas

gratuitas. De siete a diez de la noche, enseñaban a

obreros que, aunque llegaban agotados, traían en

los ojos el brillo de quienes no renuncian a

superarse.

Los Internados Rurales: en zonas alejadas donde no

había escuelas, los Hermanos establecieron

internados. Niños de rancherías distantes vivían

entre semana en la escuela, recibiendo no solo

educación académica sino formación integral.

Muchos de estos niños se convirtieron en los

primeros profesionistas de sus comunidades.

La Integración de Estudiantes con Discapacidad: en

una época cuando la educación especial era

prácticamente inexistente en México, los

Hermanos fueron pioneros en integrar a niños con

discapacidades a las aulas regulares, adaptando

métodos y sensibilizando a la comunidad

educativa.

Los Pilares que Nos Sostienen

Este recorrido histórico nos permite entender

mejor los pilares que sostienen la educación

lasallista, no como conceptos abstractos, sino

como realidades forjadas en la experiencia:

35


Fe

No como imposición, sino como invitación a

descubrir lo trascendente en lo cotidiano. Una fe

que dialoga con la ciencia, que abraza la

diversidad, que se expresa en obras. Los Hermanos

aprendieron en México que la fe debe enraizarse

en la cultura local, hablar el idioma, vestirse con

los colores patrios sin perder su esencia universal.

La fe lasallista en México adquirió matices propios.

Se tiñó de la devoción guadalupana, integró la

religiosidad popular, aprendió a convivir con el

laicismo oficial sin renunciar a su identidad. Es una

fe que no se queda en la sacristía, sino que sale al

encuentro, que se mancha las manos en el servicio.

Fraternidad

Somos hermanos antes que competidores. En

nuestras aulas se forjan amistades que durarán toda

la vida, porque compartimos no solo

conocimientos, sino valores y propósitos. La

fraternidad lasallista en México superó las barreras

de clase que tanto marcaban la sociedad porfiriana

y post-revolucionaria.

En las escuelas lasallistas, el hijo del hacendado

aprendía junto al hijo del obrero. Compartían

pupitre, recreo, ideales. Esta convivencia, forzada

36


al principio, natural después, fue sembrando una

cultura de fraternidad que trasciende los muros

escolares. Hoy, las asociaciones de exalumnos

lasallistas son redes de solidaridad que cruzan

fronteras sociales y generacionales.

Servicio

El diploma más valioso que otorgamos no está

impreso en papel, sino grabado en el corazón de

quienes hemos servido. Nuestros estudiantes no se

gradúan solo con competencias profesionales, sino

con una sensibilidad social que los distingue.

El servicio social lasallista en México tiene

características propias. No es la caridad

paternalista del rico hacia el pobre, sino el

encuentro transformador entre hermanos. Los

estudiantes lasallistas aprenden que su privilegio

educativo conlleva una responsabilidad social

ineludible.

"Entré buscando una carrera, encontré una

misión", reflexiona un egresado. Esta frase,

repetida con variaciones por miles de exalumnos,

captura la esencia de la transformación lasallista.

37


El Maestro como Ministro

San Juan Bautista De La Salle revolucionó la

educación al dignificar la labor docente. Para él,

enseñar era un ministerio, una vocación sagrada.

Esta visión permea cada cátedra en nuestra

universidad, pero en México adquirió

características particulares.

El maestro lasallista mexicano aprendió a ser más

que educador: se convirtió en figura paterna para

muchos, en consejero, en amigo. La distancia

reverencial del modelo educativo francés se

transformó en cercanía afectuosa sin perder el

respeto. Los maestros lasallistas en México

aprendieron el arte de la fraternidad mexicana, esa

combinación única de respeto formal y calidez

humana.

Nuestros maestros no son solo transmisores de

información; son:

38

• Mentores que acompañan en el camino de

la vida

• Guías que inspiran con su testimonio diario

• Testimonios vivientes de los valores que

profesamos

• Puentes entre el conocimiento académico y

la sabiduría vital


Un verdadero maestro lasallista enseña más con su

ejemplo que con sus palabras, comentó una

profesora mientras preparaba su clase con el

mismo entusiasmo del primer día. Esta dedicación,

mantenida a lo largo de décadas, es la marca

distintiva del educador lasallista.

La Universidad La Salle: Un Sueño que se

Hace Realidad

El sueño de tener una universidad lasallista en

México comenzó a gestarse en los años cuarenta.

Los Hermanos observaban cómo sus mejores

alumnos de preparatoria tenían que buscar

educación superior en instituciones que no siempre

compartían sus valores. Algunos iban a

universidades católicas, otros a las públicas,

muchos al extranjero.

El Hermano Manuel de Jesús Álvarez Campos,

uno de los principales impulsores de la Universidad

La Salle en México, promovió desde sus inicios la

idea de una institución educativa que no solo

ofreciera formación profesional de alta calidad,

sino que también estuviera comprometida con la

justicia social, el diálogo con la modernidad y la

fidelidad a los valores del humanismo cristiano y

lasallista.

39


El proceso fue largo y complejo. Hubo que vencer

resistencias internas (algunos Hermanos temían

perder el carisma original centrado en la educación

básica), sortear obstáculos legales (las leyes

mexicanas sobre educación superior eran

restrictivas), y reunir recursos económicos

considerables.

Finalmente, el 15 de febrero de 1962, la Universidad

La Salle abrió sus puertas en la Ciudad de México.

Las primeras carreras fueron Administración de

Empresas, Contaduría, Ingeniería Civil e

Ingeniería Química. 387 jóvenes, muchos de ellos

egresados de preparatorias lasallistas, formaron la

primera generación.

La Expansión Universitaria: Llevando la

Educación Superior a Todo México

El éxito de la Universidad La Salle en la Ciudad de

México generó interés en otras regiones. Familias

de provincia que por generaciones habían enviado

a sus hijos a colegios lasallistas locales, ahora

anhelaban que pudieran continuar su formación

universitaria sin alejarse de casa y, sobre todo, sin

perder la formación en valores que caracterizaba la

educación lasallista.

40


Universidades La Salle en México a lo largo de los

años:

1956 – Escuela Normal La Salle Puebla: con el

propósito de formar docentes comprometidos con

una pedagogía humanista y cristiana, se fundó en

Puebla la Escuela Normal La Salle.

1962- Universidad La Salle México: a partir de la

experiencia del Colegio Cristóbal Colón, se fundó

formalmente la Universidad La Salle en la Ciudad

de México. Inició un proyecto educativo orientado

a formar profesionales competentes y

comprometidos con los valores del humanismo

cristiano.

1968 - Universidad La Salle Bajío: Respondiendo a

las necesidades de la pujante región del Bajío, se

abrió el segundo campus universitario.

1973 - Universidad La Salle Laguna: Sirviendo a la

importante región lagunera, con programas

adaptados a las necesidades locales.

1983 - Centro de Estudios Superiores La Salle: con

una clara vocación formativa, se estableció en

Monterrey el Centro de Estudios Superiores La

Salle, especializado en la preparación de

profesionales de la educación.

41


1991 - Universidad La Salle Morelia: con programas

innovadores.

1991 - Universidad La Salle Noroeste: llevando

educación superior de calidad al noroeste del país.

1991 - Universidad La Salle Cancún: se estableció

una universidad que llevara la formación integral a

esa región.

1991 - Universidad La Salle Cuernavaca: su

proyecto académico integró excelencia profesional,

compromiso social y formación en valores,

consolidando un modelo educativo centrado en el

desarrollo humano integral.

1994 - Universidad La Salle Pachuca: llevando

educación lasallista al estado de Hidalgo.

2000 - Universidad La Salle Chihuahua: nuestra

universidad, respondiendo al anhelo largamente

acariciado de las familias del norte.

2001 - Universidad La Salle Victoria: tras décadas de

anhelo comunitario, se estableció esta universidad,

con una clara vocación humanista y oferta

académica en ingeniería, salud y ciencias sociales.

42


2005 - Universidad La Salle Saltillo: esta sede se

insertó en la dinámica industrial del noreste, con

programas en ingeniería, negocios y humanidades,

reafirmando el compromiso lasallista con la

formación integral.

2006 - Universidad La Salle Nezahualcóyotl: un

proyecto revolucionario llevando educación

universitaria de calidad a una de las zonas más

densamente pobladas del país.

2010 - Universidad La Salle Oaxaca: atendiendo a la

riqueza cultural y diversidad del sur del país, esta

universidad promueve programas con un enfoque

humanista e intercultural.

Cada nueva universidad no era una simple

franquicia. Los Hermanos insistían en que cada

campus desarrollara su propia personalidad,

respondiendo a las necesidades locales mientras

mantenía la esencia lasallista. Esta

descentralización creativa permitió que el carisma

lasallista se encarnara de formas diversas pero

complementarias en todo el territorio nacional.

43


Los Desafíos Contemporáneos: Fidelidad

Creativa

La educación lasallista en México ha enfrentado

desafíos significativos en las últimas décadas:

La Secularización: en una sociedad cada vez más

secular, mantener la identidad católica mientras se

respeta la diversidad religiosa es un equilibrio

delicado. Las universidades lasallistas han optado

por un catolicismo propositivo, no impositivo, que

se manifiesta más en el testimonio que en el

proselitismo.

La Disminución de Vocaciones Religiosas: el

número de Hermanos ha disminuido. De

aproximadamente de 300 en los años sesenta, hoy

son menos de 200 en todo el país. Esto ha llevado a

una mayor participación de laicos comprometidos

en puestos directivos, transformando el desafío en

oportunidad para fortalecer la corresponsabilidad

en la misión.

La Competencia del Mercado Educativo: la

proliferación de universidades privadas ha creado

un mercado altamente competitivo. Las

universidades lasallistas han respondido sin bajar

sus estándares ni comprometiendo sus valores, sino

44


demostrando que la formación integral y la

accesibilidad son su mayor diferenciador.

Los Cambios Socioculturales: las nuevas

generaciones llegan con valores, expectativas y

formas de aprender diferentes. La pedagogía

lasallista ha tenido que actualizarse, integrando

tecnología y nuevas metodologías, sin perder su

esencia relacional y personal.

El Carisma Lasallista Hoy: Tradición Viva

Después de más de un siglo en México, el espíritu

lasallista no es una reliquia del pasado, sino una

fuerza viva que se reinventa constantemente. En

nuestros campus universitarios, este espíritu se

manifiesta de formas concretas y cotidianas.

En la Pedagogía del Acompañamiento: cada

estudiante tiene un tutor que lo acompaña durante

su trayectoria universitaria. No es solo seguimiento

académico, sino acompañamiento integral que

considera todas las dimensiones de la persona.

En la Opción Preferencial por los Vulnerables: a

través de robustos programas de becas, las

universidades lasallistas mantienen su compromiso

fundacional con los menos favorecidos.

45


Aproximadamente, el setenta por ciento de

nuestros estudiantes reciben algún apoyo

económico.

En la Investigación Socialmente Pertinente:

nuestros centros de investigación priorizan

proyectos que respondan a necesidades sociales

reales. No buscamos solo publicar, sino

transformar realidades.

En el Servicio Social Significativo: más allá del

requisito legal, el servicio social lasallista es una

experiencia transformadora que permite al

estudiante descubrir que su profesión es un medio

para servir.

En la Formación de Líderes con Valores: no

formamos solo profesionales técnicamente

competentes, sino líderes que llevarán los valores

lasallistas a sus espacios de influencia.

Testimonios que Inspiran

A lo largo de las décadas, la educación lasallista ha

transformado vidas, encendiendo vocaciones y

forjando líderes comprometidos con su

comunidad. Las siguientes voces —de rectores y

Hermanos— dan testimonio del impacto profundo

46


de una formación que no solo instruye, sino que

inspira, humaniza y transforma.

Cada frase refleja el corazón de una misión

educativa que, fiel a San Juan Bautista De La Salle,

educa para servir, con fe, fraternidad y

compromiso:

Dr. José Cervantes Hernández, fsc, primer Rector

(2000-2007):

"Así, al educar desde, en y para la

esperanza, haremos de la educación la

esperanza de lo posible." (Semblanza

2012)

Dr. Salvador Valle Gámez, fsc, Rector (2007-2014):

"En un mundo incierto y líquido, la

escuela se erige como un baluarte de

certezas, siempre abierto a la mejora."

(Video mensaje La Salle Noroeste)

Dr. Carlos Castañeda Casas, fsc, Rector (agostodiciembre

2014):

"Que nuestra escuela, nuestra

universidad, sea un espacio de salvación

47


para cada alumno." (Video La Salle

México Norte)

Dr. Miguel Ángel Valdés García, Rector (2015-2016):

"Al Dr. José Cervantes, luz y guía,

nuestra gratitud por el legado de una

vida entregada con pasión a la educación

lasallista, forjando el camino que hoy

seguimos." (Homenaje a Dr. José

Cervantes)

Mtro. Guillermo García López, fsc, Rector (2016-

2022)

"El alma de nuestra universidad reside en

la calidad de sus educadores, quienes, al

vivir la fe, la fraternidad y el servicio con

coherencia, tienen el poder de abrir

mentes y mover corazones." (Comunicado

ULSA Chihuahua)

Mtro. José Salvador Benavides Castro, Rector (2022-

actual):

"El espíritu lasallista une los corazones al

recordar la importancia de la fraternidad

en nuestras comunidades." (1er

Comunicado)

48


Educación para la Transformación

En un mundo que cambia vertiginosamente, el

modelo lasallista ofrece algo permanente: la

convicción de que la educación debe formar

personas íntegras, profesionales competentes y

ciudadanos comprometidos.

No educamos para el mercado laboral; educamos

para la vida. No formamos empleados; formamos

líderes con conciencia social. No preparamos para

competir; preparamos para colaborar, innovar y

transformar.

Este enfoque transformador se concreta en:

Curricula Humanista: todas las carreras incluyen

materias de formación humana, ética profesional,

responsabilidad social. No son relleno curricular,

sino columna vertebral de la formación.

Metodologías Activas: el estudiante es protagonista

de su aprendizaje. Proyectos reales, aprendizaje

basado en problemas, trabajo colaborativo. Se

aprende haciendo, no solo escuchando.

Vinculación Comunitaria: desde primer semestre,

los estudiantes tienen contacto con realidades

49


sociales que los sensibilizan y comprometen. La

torre de marfil académica no existe en el modelo

lasallista.

Internacionalización Solidaria: los intercambios no

son turismo académico, sino experiencias de

crecimiento integral. Muchos estudiantes optan

por intercambios a países en desarrollo donde

pueden servir mientras aprenden.

Emprendimiento Social: fomentamos no solo el

emprendimiento, sino el emprendimiento con

propósito social. Numerosos proyectos de

titulación se convierten en empresas sociales

reales.

La Espiritualidad Lasallista: Más Allá de la

Religión

Un aspecto distintivo y a veces malentendido del

lasallismo es su dimensión espiritual. En un

contexto universitario, plural y secular, ¿cómo se

vive la espiritualidad lasallista?

No es proselitismo religioso, sino invitación a la

trascendencia. No es catequesis obligatoria, sino

propuesta de sentido. No es imposición de

creencias, sino apertura al misterio de la fe.

50


La espiritualidad lasallista en nuestras

universidades se manifiesta en:

Espacios de Silencio y Reflexión: capillas, jardines

de meditación, salas de silencio. Lugares donde

cualquiera, independientemente de su credo,

puede encontrar paz interior.

Acompañamiento Espiritual: disponible para quien

lo solicite, respetuoso de la diversidad de

búsquedas, enfocado en ayudar a cada persona a

encontrar sentido y propósito.

Celebraciones Significativas: misas para quienes las

valoran, pero también celebraciones ecuménicas,

momentos de reflexión universal, rituales de paso

que marcan las transiciones importantes.

Voluntariado como Experiencia Espiritual: muchos

descubren lo trascendente no en la capilla sino en

el servicio. El encuentro con el necesitado, es

encuentro con lo sagrado.

Diálogo Fe-Cultura: conferencias, seminarios,

debates en los cuales la fe dialoga respetuosamente

con la ciencia, el arte, la filosofía. No hay

preguntas prohibidas ni respuestas obligatorias.

51


El Futuro del Lasallismo en México: Desafíos

y Esperanzas

Mirando hacia adelante, la educación lasallista en

México enfrenta desafíos significativos, pero

también oportunidades extraordinarias:

El Desafío de la Relevancia: en un mundo que

cambia exponencialmente, mantener la relevancia

educativa sin perder la identidad es el gran reto. La

respuesta lasallista es la "fidelidad creativa": ser

fieles a los principios fundacionales mientras

somos creativos en las formas de encarnarlos.

La Oportunidad de la Red: las 15 universidades

lasallistas en México forman una red poderosa. La

colaboración intercampus, la movilidad estudiantil

y docente, los proyectos conjuntos multiplican el

impacto.

El Imperativo de la Inclusión: el lasallismo del siglo

XXI debe ser radicalmente inclusivo. No solo

inclusión socioeconómica, sino también, de

capacidades diferentes, de cultura, de pluralidad

religiosa. La estrella lasallista debe brillar para

todos.

52


La Urgencia Ecológica: la crisis ambiental

interpela directamente al carisma lasallista.

Promover el cuidado de la casa común es hoy parte

esencial de la misión educativa. Las universidades

lasallistas están llamadas a ser modelo de

sustentabilidad y a formar profesionales con

conciencia ecológica.

La Promesa de la Tecnología: la tecnología bien

utilizada puede democratizar la educación de

calidad. El reto es mantener el toque humano, la

relación cercana que caracteriza al lasallismo,

mientras se aprovechan las posibilidades

tecnológicas.

El Lasallismo en Chihuahua: Nuestra Historia

Particular

La historia de la presencia lasallista en Chihuahua

comienza en 1959, cuando un grupo de

empresarios locales —entre ellos Don Leopoldo

Mares, Salvador Creel, Eloy Vallina, Humberto

Mares, Luis Monroy y Jesús Mesta— impulsaron la

creación del Instituto La Salle de Chihuahua con el

apoyo del Obispo Don Antonio Guízar Valencia.

Las clases iniciaron en septiembre de ese año, en

instalaciones provisionales ubicadas junto al

Hospital Verde, bajo la dirección del laico Vicente

Bustos. Fue hasta 1964 cuando llegaron los

primeros Hermanos de La Salle —Antonio Pulido,

53


Antonio de Loya y Gilberto Lozano— quienes

asumieron la dirección del Instituto, superando

con esfuerzo los desafíos materiales y sociales.

Gracias al apoyo comunitario, empresarial y de

organismos como CAPCE, en 1968 se construyó el

nuevo campus, donde se consolidaron los niveles

de primaria, secundaria y posteriormente

preparatoria. Este esfuerzo sembró las bases para

que, décadas más tarde, se fundara la Universidad

La Salle Chihuahua en el año 2000, continuando

así el legado de formación integral inspirado en el

carisma de San Juan Bautista De La Salle.

En este contexto local y nacional es donde se

inserta nuestra propia historia. La Universidad La

Salle Chihuahua no nació en el vacío, sino como

respuesta a un anhelo largamente acariciado por la

comunidad chihuahuense. Durante décadas,

familias de Chihuahua enviaban a sus hijos a

estudiar a otros estados. "¿Por qué no podemos

tener esto aquí?", se preguntaban.

Los iniciadores de este sueño fueron el Lic.

Patricio Martínez, en ese entonces Gobernador de

Chihuahua, y el Hermano Elio Infante, director en

aquel tiempo del Instituto La Salle de Chihuahua,

fueron los visionarios de la idea. Juntos

emprendieron una misión que los llevaría hasta el

Hermano Dr. José Cervantes Hernández.

54


El Hermano Cervantes, siguiendo la tradición

lasallista de responder a las necesidades educativas

de cada época, comprendió que Chihuahua no solo

necesitaba, sino que merecía tener su propia

universidad lasallista. Sin embargo, consciente de

la magnitud del proyecto, les explicó que tendría

que presentar esta propuesta ante sus superiores

para obtener el aval institucional necesario. Este

fue el inicio de un proceso que requeriría años de

trabajo meticuloso. Con una extraordinaria

combinación de visión académica, habilidad

diplomática y profunda convicción espiritual, y

gracias a un esfuerzo conjunto, bajo la guía del

Hermano Cervantes, se construyeron los cimientos

necesarios para transformar este anhelo en una

realidad tangible.

"El Hermano Cervantes fue como un arquitecto que

no solo diseñó edificios, sino que construyó puentes

entre sueños y realidades", recuerda con emoción

Margarita Álvarez, de las primeras colaboradoras

del área administrativa de la universidad. Su

capacidad para inspirar confianza tanto en la

comunidad empresarial chihuahuense como en las

autoridades lasallistas resultó definitiva. El proceso

no fue sencillo. Primero presentó el proyecto a los

superiores del Distrito para la viabilidad y

necesidad del proyecto. Paralelamente, logró

persuadir a los empresarios de que invertir en

educación lasallista significaba apostar por el

futuro prometedor de Chihuahua. Mostró a los

55


Hermanos de que el norte de México no solo

estaba preparado, sino ansioso por un proyecto

universitario de esta magnitud. Fiel al espíritu

lasallista de trabajar en comunidad y nunca

caminar solo, dedicó, junto a otro Hermano, toda

su paciencia y tenacidad para sortear los procesos

complejos y asegurar cada uno de los trámites

necesarios.

Lic. Domingo Gallo Exalumno de Instituto La Salle

Chihuahua. "En 1965 llegué a un Instituto que nacía

en Nombre de Dios. Fuimos una generación

bendecida: éramos pocos alumnos y eso nos permitió

ser familia con los Hermanos Gilberto Lozano,

Everardo Márquez, Antonio de Loya, Antonio Pérez,

Juan Gómez, Rubén Zámano, Ramiro Montaño,

Teacher Ríos. En ocasiones pasábamos las

Navidades en familia junto con los hermanos. Con

algunos padres de familia, formamos la Rondalla de

La Salle. Fuimos nosotros quienes limpiamos piedra

por piedra el terreno para crear el primer campo de

fútbol. Nuestra banda de guerra venció a la de la 5ta

Zona Militar. El lasallismo que corre por mi sangre lo

he llevado a todos los círculos donde interactúo. Mis

tres hijas son lasallistas: dos del Instituto y una

orgullosa egresada de la Universidad La Salle

Chihuahua. Verla recibir su título fue cerrar un

círculo de bendiciones. Llevamos los valores del Señor

de La Salle en nuestra vida diaria. ¡Que viva Jesús en

nuestros corazones! ¡Por siempre!"

56


La respuesta definitiva llegó en el año 2000, cuando

finalmente se alinearon las condiciones esenciales:

la aprobación de sus superiores lasallistas, un

grupo selecto de empresarios comprometidos,

persuadidos por la visión contagiosa del Hermano

Cervantes; el respaldo institucional del Distrito

México Norte de los Hermanos de las Escuelas

Cristianas; el apoyo decidido del entonces

Gobernador del Estado, Lic. Patricio Martínez

García; y, sobre todo, una comunidad madura y

motivada para recibir este invaluable regalo

educativo. Así nació nuestra universidad.

Nuestra institución emergió marcada por el

espíritu emprendedor característico del norte, pero

profundamente impregnada de la tradición

centenaria lasallista. Representa una síntesis única

y extraordinaria: la fortaleza del desierto

entrelazada con la ternura del evangelio; el

pragmatismo norteño fusionado con el idealismo

lasallista; la innovación tecnológica de vanguardia

cimentada en valores perennes e inagotables.

El Carisma Lasallista: Un Regalo para el

Mundo

Después de este recorrido histórico, podemos

comprender mejor qué significa ser lasallista. No es

nostalgia de un pasado glorioso, sino compromiso

57


con un presente desafiante y esperanza en un

futuro prometedor.

El carisma lasallista es un regalo para el mundo

porque:

Humaniza la Educación: en una época de

masificación y despersonalización, el lasallismo

insiste en que cada estudiante es único, irrepetible

y sagrado.

Integra Fe y Vida: no separa lo espiritual de lo

profesional, lo trascendente de lo cotidiano, ni la fe

de la cultura. Forma personas integrales que viven

unidas.

Promueve la Justicia: no se conforma con la

excelencia académica, esta va acompañada de

compromiso social. Forma profesionistas

competentes y ciudadanos comprometidos.

Cultiva la Fraternidad: en un mundo fragmentado,

crea comunidades que enseñan a vivir como

hermanos, superando barreras de toda índole.

Innova con Sentido: no rechaza el progreso, pero

lo orienta hacia el bien común. La innovación

lasallista tiene rostro humano.

58


La Llama que No Se Apaga

Han pasado más de 115 años desde que aquellos

cuatro Hermanos franceses bajaron del barco en

Veracruz. Han pasado 25 años desde que abrimos

nuestras puertas en Chihuahua. Mucho ha

cambiado, pero lo esencial permanece. El espíritu

lasallista sigue siendo esa llama que ilumina sin

quemarse, que calienta sin consumirse, que

multiplica al compartirse. Es espíritu que no

envejece porque se renueva en cada generación,

que no se agota porque se alimenta del amor

educativo.

En cada maestro que prepara su clase con esmero,

en cada estudiante que descubre su vocación de

servicio, en cada egresado que ejerce su profesión

para transformar el mundo, ahí está vivo San Juan

Bautista De La Salle. Su sueño de tocar corazones

a través de la educación sigue realizándose cada

día. Somos herederos de una tradición, pero sobre

todo somos constructores de un futuro

esperanzador. El espíritu lasallista no es pieza de

museo; es fuerza viva que sigue transformando

vidas, que sigue escribiendo historias de redención

educativa. Por eso, podemos decir con orgullo y

humildad, somos lasallistas. No por usar un escudo

o conocer una historia, sino por llevar en el

corazón la convicción de que educar es el acto de

amor más transformador que existe. Además, por

59


creer que cada estudiante que cruza nuestras

puertas trae consigo un universo de posibilidades

que estamos llamados a ayudar y a florecer.

Este es el espíritu lasallista: una forma de ver el

mundo donde la educación no es negocio, sino

ministerio, donde el conocimiento no es poder,

sino servicio, donde el éxito no se mide en cifras

sino en vidas transformadas. Una llama que se

encendió hace más de 300 años y que en

Chihuahua ha encontrado leña nueva para arder y

así seguir iluminando caminos. Una estrella que

sigue guiando a navegantes del conocimiento

hacia puertos de esperanza. Un corazón que sigue

latiendo en cada acto educativo realizado con

amor.

Porque al final, ser lasallista es eso: creer

apasionadamente que a través de la educación

podemos tocar corazones, transformar vidas y

construir un mundo más justo y fraterno.

Esa es nuestra herencia. Ese es nuestro

compromiso. Esa es nuestra esperanza.

Indivisa Manent - Permanecemos unidos en esta

misión sagrada de educar.

60


"Vive de tal manera que los alumnos puedan leer el

Evangelio en tu vida."

— San Juan Bautista De La Salle

61


62


CAPÍTULO 2

La Salle Llega a Chihuahua: Crónica

de un Sueño Hecho Realidad

Era el año 2000. El nuevo milenio traía consigo

promesas de cambio, y Chihuahua, ciudad de

contrastes entre tradición y modernidad, estaba

lista para escribir un nuevo capítulo en su historia

educativa. La ciudad que había visto nacer

revoluciones, que había forjado fortunas en sus

minas y ganaderías, que había construido

industrias en medio del desierto, estaba a punto de

recibir un regalo largamente esperado: educación

lasallista de nivel superior.

El Sueño que Precedió al Amanecer

Antes de narrar aquel histórico primer día, es

necesario remontarnos a los años que gestaron este

sueño. Porque las universidades no nacen por

generación espontánea; son fruto de voluntades

que convergen, de obstáculos que se superan, de fe

que mueve montañas... o en este caso, que las

cruza.

63


Las Voces que Clamaban en el Desierto

Desde los años ochenta, un fenómeno se repetía

cada agosto en las familias chihuahuenses: los

jóvenes que habían cursado su educación básica y

media en colegios católicos locales tenían que

emigrar para continuar su formación universitaria.

Algunos iban a La Salle México o Bajío y a otras

universidades, y algunos cruzaban la frontera hacia

El Paso o Las Cruces. En los años noventa se

promovieron diversas políticas educativas y de

desarrollo regional para enfrentar un desafío que

preocupaba a muchos líderes de la época: la fuga

de talento joven hacia otras regiones del país y del

extranjero. La inquietud principal era cómo evitar

que los mejores estudiantes abandonaran el estado

en una etapa tan crucial de su formación.

Esta pregunta resonaba en muchos corazones.

Padres de familia que habían experimentado el

valor de la educación integral veían con tristeza

cómo sus hijos tenían que alejarse. Empresarios

que necesitaban profesionales con valores sólidos

tenían que "importarlos" de otras ciudades. La

comunidad educativa local, aunque respetable,

carecía de opciones que combinaran excelencia

académica con formación en valores cristianos

explícitos.

64


El Hermano José Cervantes: Arquitecto de

Sueños

En la segunda mitad de los años noventa, el

Hermano Dr. José Cervantes intensificó su labor

educativa en el norte del país, consolidando su

compromiso con el carisma lasallista en la

educación superior. Su vasta experiencia

internacional, —su participación en la fundación de

la Universidad de Monterrey, su liderazgo como

Consejero General del Instituto en Roma, y su

labor como Rector de la Universidad La Salle

México (1988–1991) y de la Universidad La Salle

Noroeste, — lo preparaba para asumir una nueva

misión: fundar la Universidad La Salle Chihuahua,

proyecto que llevaría adelante con visión, fe y una

disciplina férrea.

El Hermano Cervantes no era un soñador ingenuo.

Doctor en Sociología por la Catholic University of

America, con formación pedagógica y una

trayectoria marcada por el orden, la estética y la

excelencia académica, entendía que fundar una

universidad exigía mucho más que entusiasmo.

Sabía que requería una compleja articulación de

voluntades: recursos económicos, respaldo

institucional del Instituto de los Hermanos de las

Escuelas Cristianas, permisos gubernamentales y,

sobre todo, una comunidad local convencida y

comprometida.

65


A partir de su llegada en enero del 2000. Con la

paciencia del sembrador y la claridad estratégica

que lo caracterizaba, comenzó a tejer redes.

Identificó a exalumnos lasallistas influyentes en la

sociedad chihuahuense. En reuniones informales,

repetía con convicción una misma pregunta que

era, en realidad, una invitación a la

corresponsabilidad:

Según testimonios de participantes en reuniones,

él repetía con convicción “¿No creen que ya es

tiempo de que Chihuahua tenga su propia

Universidad La Salle?”

La Primera Reunión Formal: Sembrando la

Semilla

En 1998, se llevó a cabo una reunión clave con

actores estratégicos de la sociedad chihuahuense

para explorar la posibilidad de establecer una

Universidad La Salle en la ciudad. La convocatoria

reunió a empresarios, profesionistas, exalumnos

lasallistas y sacerdotes, con el objetivo de valorar el

impacto social, educativo y económico de contar

con una institución de educación superior

inspirada en el carisma lasallista.

La respuesta de los asistentes fue positiva. Se

reconoció colectivamente que Chihuahua

66


necesitaba y merecía una Universidad La Salle,

capaz de responder a los retos del entorno con

excelencia académica y principios humanistas.

Esta reunión fue el punto de partida formal del

proceso que culminaría, dos años después, con la

apertura de la Universidad La Salle Chihuahua en

el año 2000. El proyecto avanzó con el respaldo de

la comunidad y de las autoridades locales, gracias a

la visión sembrada por el Hermano Cervantes y a

la colaboración de múltiples actores

comprometidos con el futuro educativo del estado.

El Hermano Cervantes, con su experiencia

internacional y su firme visión educativa, planteó

con claridad los desafíos que enfrentaba

Chihuahua: la necesidad de ampliar la oferta

universitaria de calidad, la fuga de talento joven y

la urgencia de formar profesionistas con

compromiso ético y formación integral.

Los Obstáculos del Camino

El entusiasmo inicial pronto se enfrentó con la

realidad. Los obstáculos eran múltiples y

complejos:

El Desafío Legal: las leyes mexicanas para

establecer una universidad privada eran

67


laberínticas. Se necesitaban permisos federales y

estatales, estudios de factibilidad, planes de estudio

aprobados por la Secretaria de Educación.

El Reto Financiero: el presupuesto inicial era

astronómico. No solo se necesitaba un edificio

adecuado, sino laboratorios, biblioteca,

equipamiento tecnológico, y capital de trabajo

para al menos dos años de operación deficitaria.

La Resistencia Interna: sorprendentemente, uno de

los obstáculos vino del Instituto Lasallista. Algunos

Hermanos en el Distrito México Norte

cuestionaban la viabilidad del proyecto. ¿No sería

mejor fortalecer las universidades existentes?

¿Tenía sentido abrir otro campus en una ciudad de

menos de un millón de habitantes? ¿Habría

suficientes estudiantes?

La Competencia Local: las universidades

establecidas en Chihuahua no vieron con buenos

ojos la llegada de un nuevo competidor. Circularon

rumores, se cuestionó la necesidad de "otra

universidad más", se presionó sutilmente a algunos

empresarios para que no apoyaran el proyecto.

68


El Momento Decisivo: La llegada del Visitador

En 1999, el Hermano Dr. Salvador Valle Gámez,

Visitador del Distrito México Norte, realizó el viaje

oficial a la ciudad de Chihuahua para evaluar

personalmente la viabilidad del proyecto de fundar

una Universidad La Salle. Esta visita representaba

un momento decisivo: si el Distrito no avalaba la

propuesta, todo el esfuerzo previo habría quedado

en pausa. El equipo promotor, encabezado por el

Hermano Dr. José Cervantes, y con el respaldo de

la Sociedad de padres de familia del Instituto La

Salle de Chihuahua, prepararon con esmero una

presentación integral. Se mostraron estudios de

mercado, proyecciones de matrícula, y análisis del

impacto educativo y social. También se destacó el

interés creciente de las familias chihuahuenses por

contar con una universidad con identidad lasallista,

evitando la migración estudiantil hacia otras

ciudades.

La comunidad local —exalumnos, empresarios,

académicos y autoridades— manifestó su respaldo

activo, lo que convenció al Distrito de que

Chihuahua estaba lista para recibir una institución

universitaria Lasallista. Como resultado de esa

visita, se otorgó la autorización formal para

avanzar con la fundación.

69


Testigos y protagonistas del origen:

Matías Mesta Soulé (†)

Fernando Rodríguez Serna (†)

Don Juan Bours Almada (†)

Don Miguel Márquez Prieto (†)

Don Jaime Creel Sisniega (†)

Manuel Padilla Muñoz, fsc (†)

Elio Infante Novoa, fsc (†)

Alonso Baeza López (†)

Víctor Pérez del Valle (†)

Gustavo Ramírez Barba, fsc

Alejandro E. Bünsow Wilson, fsc

Patricio Martínez García, Gobernador (1998-2004)

Laura Ayub Touché

Víctor Cruz Russek

Luis Mariano Tovar

Tomás Russek Valles

Patricia Aguirre Rodríguez

Florencia Valdés García

Fernando Rodríguez Serna

Luisa C. Muñoz de Ochoa

Daniel Commesse Chávez

Francisco Javier Cháirez Almanza

Angélica Murillo de Alba

Monseñor Ramón Macías Alatorre

El impulso definitivo: un terreno con visión

Poco tiempo después, el proyecto recibió un

respaldo crucial: el Gobierno del Estado de

70


Chihuahua, encabezado por el entonces

gobernador Patricio Martínez, donó un terreno de

54 hectáreas para la construcción del nuevo

campus universitario.

La ubicación, sin embargo, no estuvo exenta de

dudas. El terreno —ubicado en las afueras de la

ciudad— era conocido por su suelo pedregoso.

Según se decía popularmente, “ese terreno es de

pura piedra”. Ante estas observaciones, el

Hermano José Cervantes respondió con visión:

“Sí, es piedra… pero con potencial escénico. Y,

además, este campus va a desarrollar toda esta zona

de Chihuahua.”

Entre los momentos más pintorescos que se

conservan en la memoria de la fundación de la

Universidad La Salle Chihuahua, destaca una

anécdota protagonizada por el arquitecto Óscar

Castro del Valle encargado del diseño del campus y

el Hermano Dr. José Cervantes. En aquellos

primeros días, el terreno ofrecía más desafíos que

certezas. No había calles, ni urbanización, ni

servicios. Solo piedra, monte y una promesa por

construir.

El arquitecto, ante la magnitud del reto, solía

caminar en silencio entre las rocas, cargando

71


consigo una libreta de bocetos. Necesitaba tiempo,

necesitaba pensar. Lo hacía sin prisa, con mirada

de futuro. Después de largas caminatas, regresaba

con expresión grave y le decía al Hermano

Cervantes:

“Doctor… es pura roca.”

El Hermano sonreía, con esa serenidad que

siempre lo distinguía.

Esa mezcla de audacia técnica y visión poética fue,

precisamente, lo que dio forma a lo que hoy es el

campus de la Universidad La Salle Chihuahua: una

obra nacida entre piedras, silencios y convicciones

profundas. Un lugar donde la fe y la razón —el

trazo del arquitecto y el sueño del educador— se

fundieron para levantar una universidad en terreno

firme, tanto geológica como espiritualmente.

Y así fue. Lo que en un principio parecía un sitio

inhóspito, se convirtió en el corazón de un nuevo

polo de desarrollo educativo y urbano para la

ciudad.

Años más tarde, esa visión se siguió confirmando.

El Mtro. Simón Lozano, entonces coordinador de

promoción y actualmente coordinador de

Educación Continua, recuerda con claridad un

72


momento especial en 2016:

“Tuvimos la transmisión en vivo del programa de

radio de Fernanda Familiar. Recuerdo que

Fernanda, me dijo: ‘Al llegar aquí a la universidad,

esta vista es hermosa, me transmite paz.’ Ese día

recibimos a más de 300 personas, entre estudiantes y

docentes de preparatorias públicas y privadas, que

vinieron a conocer la universidad y aprovecharon

para estar presentes en el control remoto nacional

desde el octavo piso de la Torre de la Comunidad.”

La escena lo confirma: lo que alguna vez fue piedra

y escepticismo, hoy es espacio de encuentro,

formación y esperanza. La visión del Hermano

José Cervantes permanece viva, no solo en las

aulas, sino en cada persona que pisa este campus

con el deseo de aprender, servir y transformar.

Dr. Óscar Chávez, arquitecto de la universidad: "El

edificio principal no es solo concreto y líneas: es símbolo,

es identidad, es La Salle hecha espacio. Su forma circular

evoca en mí el emblema de Indivisa Manent, que me

entregaron en La Salle Barcelona cuando me titulé de la

maestría en arquitectura.

73


El corazón del plan maestro realizado por los primeros

visionarios, guía cada trazo relacionado con ideario

lasallista. Nada es casual: todo busca fomentar la unidad

y reflejar el espíritu lasallista. En la actualidad no

diseñamos un edificio, construimos pertenencia. Por

ejemplo, el edificio de Promoción, con su forma de

chevron, señala siempre hacia adelante: al futuro, al

compromiso, a la misión.

Los primeros días: sin calles, pero con convicción

Los primeros estudiantes que ingresaron a la

Universidad La Salle Chihuahua en el año 2002

recuerdan con claridad el trayecto para llegar al

campus. No había calles pavimentadas, y era

necesario transitar por una brecha de terracería.

Pero lejos de representar un obstáculo, esta

experiencia fortaleció el espíritu comunitario entre

alumnos y docentes. Fue parte del legado

fundacional: iniciar con lo esencial, sostenidos por

la visión, el esfuerzo y la esperanza compartida.

La Colocación de la Primera Piedra: Un

Momento Histórico

Un momento crucial en la historia de nuestra

universidad ocurrió cuando el Hermano Dr. José

Cervantes Hernández, fundador y primer rector,

junto con el Gobernador Patricio Martínez García,

colocaron la primera piedra de lo que sería el

campus definitivo. La imagen de estos dos líderes,

74


uno religioso y otro civil, unidos en el acto

simbólico de iniciar la construcción, representaba

perfectamente la alianza entre fe y sociedad, entre

Iglesia y Estado, trabajando por el bien común de

la educación. En aquel momento, el Gobernador

Patricio Martínez expresó que con la colocación de

la primera piedra no solo se iniciaba una obra

física, sino que se sembraba esperanza para

Chihuahua. Destacó la importancia de contar con

instituciones que formaran no solo profesionales

competentes, sino ciudadanos íntegros,

subrayando que La Salle representaba

precisamente esa promesa para la comunidad.

El Primer Día: Cuando el Sueño se

Hizo Realidad (Instituto La Salle)

7 de agosto de 2000

3:00 PM - La Llegada del Equipo

Los primeros en llegar fueron los docentes y el

equipo directivo. El Dr. Víctor Pérez del Valle,

primer Director Académico, había trabajado

incansablemente para tener todo listo. Su visión

académica y su capacidad organizativa serían

fundamentales en estos primeros años.

75


La primera matrícula de la universidad fue

registrada por Lic. Alejandro Burciaga, quien hoy se

desempeña como notario público en la ciudad de

Chihuahua, consolidando con su trayectoria

profesional el espíritu fundacional de la

Universidad La Salle Chihuahua: formar

profesionistas comprometidos con el entorno local

y con visión internacional.

El personal administrativo también llegó

temprano. La Mtra. Guillermina García,

responsable de escolar. "El Hermano insistió en que

cada uno debía sentirse esperado, bienvenido, único.

No íbamos a ser una fábrica de profesionistas, sino

una familia."

3:20 PM - Los Pioneros Comienzan a Llegar

Los primeros estudiantes comenzaron a llegar al

Instituto La Salle. El estacionamiento del Instituto,

ya conocido por muchos que habían estudiado ahí,

se fue llenando de juventud y expectativa.

Lic. Mayra Mireya Tinajero Luján; Egresada de la

carrera de Mercadotecnia. Creadora de contenido

especializada en decoración y hogar. "Logré

compaginar la decoración, la creación de contenido y

la mercadotecnia con mi vida familiar. No me

imaginaba en 2008 que los canales de publicidad

76


migrarían a las redes sociales y podría aplicar lo

aprendido años después. La Salle te enseña a

evolucionar con humildad y paso firme."

3:30 PM - La Bienvenida Que Marcó la

Diferencia

El Hermano Dr. José Cervantes Hernández,

fundador y primer rector, se plantó en la entrada

principal del Instituto. Pero no como un vigilante,

sino como un padre que recibe a sus hijos. A cada

estudiante le daba la mano, le preguntaba su

nombre, de dónde venía, qué iba a estudiar. Esta

escena, aparentemente simple, marcó

profundamente a muchos.

4:00 PM - Horario Vespertino

El Hermano José Cervantes llegó antes que nadie a

las instalaciones del Instituto La Salle Chihuahua,

en la calle Politécnico. Quería recorrer los espacios

que generosamente se habían adaptado para

recibir a los primeros universitarios en horario

vespertino, cuando las aulas del Instituto quedaban

libres después de las clases. En cada aula veía no

solo pupitres y pizarrones, sino futuros que se

forjarían. En los pasillos no veía solo corredores,

sino espacios donde se tejerían amistades para toda

la vida. Se detuvo frente a la estatua de San Juan

Bautista De La Salle, esa imagen que había sido

77


testigo de tantas generaciones de estudiantes

lasallistas. Ahí, agradeció y pidió. Agradeció por

todos los que habían hecho posible este momento.

Pidió sabiduría para los maestros, apertura para los

estudiantes, perseverancia para todos.

Mtra. Guillermina García; Maestra fundadora: “Era

el 7 de agosto del año 2000. Los estudiantes

comenzaron a llegar con mochilas cargadas de

cuadernos, sí… pero, sobre todo, de sueños. En sus

miradas había más que expectativas: había

esperanza. El patio del Instituto La Salle los

aguardaba en silencio, como quien guarda un secreto

que está por revelarse. Las puertas se abrieron no solo

al edificio, sino al conocimiento: ese que no se

memoriza, sino que se vive, que se instala en el

corazón como una emoción inesperada. Y entonces, el

timbre sonó. ¡Comenzaba la magia en la ULSA!”

4:10 PM - La Primera Asamblea

El patio del Instituto La Salle, que en esos

primeros días compartía sus espacios con los

nuevos universitarios, se llenó con los 159

estudiantes pioneros de la Universidad La Salle

Chihuahua. El número, aunque modesto, era

inmenso en significado: cada joven representaba

una familia que había apostado por un proyecto

aún en construcción, una comunidad que creía que

78


Chihuahua podía tener su propia historia

universitaria lasallista.

El Hermano Dr. José Cervantes, tomó la palabra.

No habló ceremonialmente, sino con convicción.

No leyó un discurso, sembró un mensaje. Dijo, con

tono pausado y mirada firme, que ese día no solo

comenzaban sus estudios universitarios, sino algo

mucho más grande: se convertían en fundadores.

Que en el futuro —cuando la universidad creciera,

tuviera su propio campus consolidado y una

comunidad vibrante— se recordaría con orgullo a

aquellos primeros estudiantes que creyeron cuando

todo era promesa. Se refirió a ellos no solo como

alumnos, sino como semillas de un proyecto

educativo con vocación de trascendencia. Una

universidad, dijo, no nace con edificios, sino con

corazones comprometidos. Y ellos eran los

primeros corazones universitarios de Universidad

La Salle Chihuahua.

Recordó que compartirían aulas y pasillos con los

estudiantes del Instituto La Salle, y que eso era

providencial: estudiarían en muros que ya

conocían el carisma, y tendrían la responsabilidad

de llevarlo más lejos, de hacerlo crecer. Y concluyó

con una reflexión propia de su estilo profundo y

esperanzador:

79


“Esta universidad nace pequeña, como la semilla de

mostaza. Pero en ella ya vive la fuerza de nuestra

tradición. Permítanos tocarlos con la educación, para

que ustedes, un día, toquen el mundo con su vida.”

El silencio que siguió fue denso, respetuoso,

cargado de emoción. Luego, como si se hubieran

puesto de acuerdo sin decirlo, los 159 estudiantes se

pusieron de pie y aplaudieron. No era un aplauso

de cortesía, sino de gratitud, de esperanza y de

compromiso con una universidad que también era

suya desde el primer día.

4:30 PM - Las Primeras Clases

Siete licenciaturas iniciaban esa tarde, cada una

cuidadosamente seleccionada para responder a las

necesidades del norte de México y su integración

con Norteamérica:

Licenciatura en Derecho con Acentuación en

Derecho de América del Norte: primera en su tipo

en México, esta licenciatura fue concebida para

responder a la realidad fronteriza del país y a la

creciente interdependencia jurídica entre México,

Estados Unidos y Canadá. Su enfoque innovador

buscaba formar abogados con una comprensión

integral de los sistemas legales de las tres naciones,

80


en el contexto del entonces vigente Tratado de

Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Licenciatura en Desarrollo de Personal en la

Empresa: formando profesionales capaces de

transformar organizaciones desde adentro, con

una visión humana del cambio.

Licenciatura en Mercadotecnia: preparando

mercadólogos con ética, que entendieran que

vender es servir, no manipular.

Licenciatura en Comercio Internacional:

respondiendo a la vocación exportadora de

Chihuahua, formando profesionales para un

mundo sin fronteras.

Licenciatura en Finanzas y Contaduría: programa

híbrido para formar a los guardianes éticos de los

recursos en empresas e instituciones.

Ingeniería Industrial en Calidad: reconociendo la

importancia de la industria de la transformación,

pero con visión de agregar valor y mejorar los

procesos.

Ingeniería en Tecnologías de la Información y la

Computación: anticipándose al futuro digital,

81


cuando aún no se comprendía la revolución

tecnológica que se avecinaba.

Los primeros cursos se impartieron en condiciones

sencillas, pero con una visión clara: formar

personas con una sólida preparación profesional y

un profundo compromiso humano. Desde el

primer día, el enfoque fue integral. Las clases no

eran solo transmisoras de conocimiento técnico,

sino espacios de reflexión, diálogo y formación en

valores.

Acompañados por los docentes fundadores, estos

jóvenes, iniciaron sus estudios universitarios en

aulas que horas antes eran utilizadas por

estudiantes de preparatoria. En lugar de verlo

como una limitación, fue una oportunidad: la

cercanía entre niveles educativos recordaba a todos

que se construía algo nuevo, con raíces firmes y

horizontes abiertos.

Así comenzó la Universidad La Salle Chihuahua:

con entusiasmo, vocación y confianza compartida.

Más de dos décadas después, miles de egresados

lasallistas sirven a Chihuahua y al mundo,

herederos del espíritu valiente de aquellos primeros

159 que dijeron “sí” aquella tarde de agosto.

82


Los Primeros Retos: Crecer Sobre la Marcha

El año 2001 marcó un hito para la Universidad La

Salle Chihuahua: la primera piedra de su campus

frente a la presa El Rejón, en un terreno que años

antes muchos consideraban inhóspito. Por fin,

después de funcionar en instalaciones prestadas, la

universidad abría sus puertas en un espacio

diseñado para crecer. Pero aquel inicio no estuvo

exento de desafíos.

El clima

El campus abrió sus puertas en pleno verano

Chihuahuense. El sistema de aire acondicionado,

instalado a contrarreloj, no era suficiente para

combatir las altas temperaturas. A pesar del clima

extremo, nadie se quejaba. Se respiraba un espíritu

de comunidad: “estamos construyendo esto

juntos”.

La biblioteca en construcción

La biblioteca comenzó en un salón pequeño,

gracias a un donativo inicial gestionado por el Dr.

Víctor Pérez del Valle. Este primer acervo

bibliográfico llegó desde España por orden de la

Reina Sofía y otro donativo gracias al expresidente

Miguel de la Madrid. Aunque modesta, esa

primera colección representaba el compromiso de

construir un acervo digno. Los maestros

complementaban con sus propios libros, los

83


alumnos se organizaban para comprar ejemplares

entre varios compañeros. Era una etapa donde la

solidaridad y la creatividad compensaban las

limitaciones de espacio y recursos.

Laboratorios limitados

El laboratorio de cómputo tenía solo 20

computadoras para más de 120 estudiantes.

Carreras como Ingeniería en Tecnologías debían

ajustar horarios y compartir equipos, lo que

fomentó el trabajo colaborativo casi por necesidad.

Aquella limitación se convirtió en oportunidad: los

estudiantes aprendieron a organizarse, a apoyarse

y a encontrar soluciones prácticas desde el primer

semestre.

El escepticismo social

A pesar del entusiasmo interno, algunos sectores

de la sociedad chihuahuense veían con

escepticismo el proyecto. Esa percepción motivó a

los estudiantes a convertirse en los mejores

embajadores de su universidad, demostrando con

su desempeño, valores y compromiso que La Salle

no era una moda pasajera, sino una propuesta

educativa seria, humanista y con visión de futuro.

Así comenzó la etapa universitaria en su nuevo

hogar: entre retos cotidianos y sueños

compartidos, con pocos recursos, pero con

abundante convicción. Cada rincón del campus

84


recién inaugurado fue testigo de la voluntad de

crecer, aprender y dejar huella.

Construyendo Comunidad: Más que

una Universidad

Las Primeras Tradiciones

Sin historia que heredar localmente, los pioneros

comenzaron a crear sus propias tradiciones.

Algunas surgieron espontáneamente, otras fueron

cuidadosamente cultivadas:

Los burritos de la mañana

Cada mañana, antes de que comenzaran las clases,

un par de estudiantes llegaban con encargos

especiales: burritos envueltos en papel aluminio,

preparados desde temprano y traídos desde casa o

alguna tiendita cercana. En un campus aún en

desarrollo, sin cafetería formal ni comodidades, los

burritos de la mañana se volvieron símbolo de

cuidado y compañerismo. Se compartían en una

carpa donada por coca cola, en las escaleras, en el

jardín improvisado o incluso en las aulas, mientras

los primeros rayos del sol caían sobre la presa.

85


Camino de tierra, lluvia y convicción

Llegar al campus no era tarea sencilla. La única vía

de acceso era una brecha de terracería que, cuando

llovía, se convertía en un verdadero reto: el lodo

atrapaba autos, cubría zapatos, ensuciaba mochilas

y documentos, pero nunca lograba apagar el

ánimo de quienes acudían. Quien llegaba primero

ayudaba a empujar vehículos, cargar mochilas o

sacar a otros del atasco. Las presentaciones de

trabajos, los exámenes y los proyectos seguían

adelante, aunque a veces los pantalones llegaran

manchados de tierra… siempre con la frente en

alto.

Miércoles de testimonio

Cada miércoles, alguien de la comunidad —

estudiante, docente o personal— compartía de

manera informal algo de su día en la universidad.

No eran discursos ni clases: eran momentos

personales donde se revelaban trayectorias de

esfuerzo, esperanza, dolor y fe. Esos testimonios

tejieron una comunidad real, donde todos

aprendieron que detrás de cada rostro había una

historia que merecía ser escuchada. Esto dio origen

a la fraternidad y a la hora ULSA.

86


El Primer Semestre en las Instalaciones de la

Universidad.

En el año 2002, al concluir el primer semestre de

actividades académicas en el nuevo campus frente

a la presa El Rejón, la comunidad universitaria

decidió cerrar ese ciclo de manera significativa,

haciendo diversas actividades de servicio.

El Sello Chihuahuense en la Educación

Lasallista

La Salle Chihuahua no nació como clon de otras

universidades lasallistas. Desde el principio

desarrolló características propias, fusionando el

carisma universal con la identidad regional:

Espíritu Emprendedor: Chihuahua es tierra de

emprendedores, y esto permeó la universidad. No

se formaban empleados, sino creadores de empleo.

Cada carrera incluía materias de emprendimiento.

El lema no oficial era: "No busques trabajo,

créalo".

Responsabilidad Fronteriza: la cercanía con

Estados Unidos no era vista como tentación de

fuga, sino como oportunidad de puente. Se

formaban profesionales biculturales, capaces de

tender lazos entre dos mundos.

87


Compromiso con el Desierto: la dureza del entorno

no era obstáculo, sino maestro. Los estudiantes

aprendían resiliencia del paisaje, eficiencia del

clima. La administración se enfocaba en la

optimización de recursos escasos.

Mística del Trabajo: el norte no cree en soluciones

mágicas, sino en trabajo duro. Esta ética se integró

al lasallismo: la fe sin obras es muerta, la oración

sin acción es incompleta.

Los Primeros Maestros: Pioneros de la

Educación

Los docentes que se atrevieron a apostar por una

universidad naciente merecen capítulo aparte.

Muchos dejaron posiciones seguras, atraídos más

por el proyecto que por el salario:

Mtra. Lourdes Caraveo (†), educadora con mirada

de esperanza: “Gracias, jóvenes, por ser ahora lo que

son. Gracias por su alegría, por su energía

contagiosa, por su juventud, y por permitirme

compartir estos momentos a su lado. Lo que recibí de

cada uno de ustedes es invaluable” (homenaje 2023)

Mtra. Pilar del Moral: Primera coordinadora de

Promoción de la Universidad. "Tuve el privilegio de

ver crecer a esta comunidad desde sus inicios.

Recuerdo con especial cariño a los estudiantes

88


becados, muchos de los cuales hoy han logrado cosas

extraordinarias. Siempre les decía: 'Que no los

alcance el futuro, alcáncenlo ustedes primero'."

Mtro. Arturo Amador Hernández, educador

comprometido. "Como en la parábola del buen

samaritano, es gratificante tener compasión, vendar,

curar y encaminar a nuestros alumnos hacia metas

valiosas. Y todo esto no está reñido con la firmeza

necesaria para guiarlos a dar su mejor esfuerzo."

El Apoyo de la Comunidad

La universidad no habría sobrevivido sin el apoyo

decidido de la comunidad chihuahuense:

Los Empresarios Comprometidos: más allá de las

aportaciones económicas, ofrecieron sus empresas

como laboratorios vivos. Pasantías, proyectos

reales, conferencias. Entendieron que invertir en

La Salle era invertir en el futuro de sus propias

empresas.

Las Familias Creyentes: padres que apostaron por

enviar a sus hijos a una universidad sin historial,

sin edificios lujosos, sin prestigio establecido.

Creyeron en el proyecto y lo sostuvieron con su

confianza.

89


La Iglesia Local: el Obispo y los párrocos

promovieron activamente la universidad. No como

competencia a otras instituciones católicas, sino

como complemento necesario en la formación de

laicos comprometidos.

Los Medios de Comunicación: periodistas

visionarios dieron cobertura positiva a los logros,

por pequeños que fueran. Entendieron que estaban

documentando historia en construcción.

El Sello Chihuahuense: Identidad

Propia

Después de dos décadas, La Salle Chihuahua ha

desarrollado características que la distinguen

dentro del sistema lasallista:

Pedagogía del Encuentro

La condición fronteriza de Chihuahua no fue vista

como una simple circunstancia geográfica, sino

como una oportunidad formativa. Desde los

primeros años de la Universidad La Salle

Chihuahua, se reconoció la necesidad de preparar

profesionistas capaces de comprender y actuar en

contextos legales internacionales, especialmente en

la dinámica entre México, Estados Unidos y

90


Canadá. Sin perder de vista su compromiso local ni

su identidad como profesionales lasallistas.

Espiritualidad del Desierto

El desierto chihuahuense ha moldeado una

espiritualidad particular. No es el misticismo

exuberante del trópico ni la religiosidad barroca

del centro. Es una fe austera, pero profunda, como

las raíces del mezquite que buscan agua en lo

profundo. El oratorio universitario, con su espacio

minimalista, invita a una espiritualidad

contemplativa. Los retiros en el desierto, las

caminatas de reflexión, el silencio de los espacios,

cultivan una interioridad robusta.

Innovación con Tradición

Chihuahua siempre ha sido tierra de innovadores,

desde los gambusinos que inventaban técnicas

mineras hasta los maquiladores que revolucionaron

la industria. Esta vena innovadora corre por

Universidad La Salle Chihuahua, pero temperada

por la tradición lasallista. Se innova en métodos,

pero no en valores. Se abraza la tecnología, pero

no se olvida el toque humano. Se busca la

vanguardia académica pero anclada en principios.

Es una innovación con rostro humano y corazón

lasallista.

91


Liderazgo Servicial Norteño

El liderazgo que se forma aquí tiene sello propio.

No es el liderazgo carismático del sur ni el

liderazgo político del centro. Es un liderazgo que

se gana en la cancha, con resultados, con ejemplo,

con servicio. Los egresados lasallistas

chihuahuenses no esperan que les den autoridad; la

construyen. No exigen respeto; lo inspiran. No

buscan servidores; sirven. Es el liderazgo del que

madruga, del que se arremanga, del que no pide lo

que no da.

25 años Después: Los Frutos del

Árbol

Las Cifras que Hablan

Los números cuentan una historia de crecimiento

sostenido:

De 159 estudiantes fundadores a más de 2,500

egresados.

De 7 licenciaturas pioneras a más de 20 programas

de licenciatura y posgrado.

De 15 docentes fundadores a más de 300 profesores.

De un primer edificio adaptado a un campus de 15

hectáreas construidas.

92


Pero las cifras más importantes no caben en

estadísticas:

Las familias que educan con valores lasallistas.

Los empleos creados por administradores

lasallistas.

Los problemas resueltos por ingenieros lasallistas.

Las vidas transformadas por educadores lasallistas.

Historias que Inspiran

Mtro. Rogelio Márquez Valenzuela (†): Educador

de fe viva y corazón abierto "Compartir con los

muchachos lasallistas es una alegría que llena el

alma. La fe se impulsa no con imposiciones, sino con

testimonio, con cercanía, con respeto. Hay alumnos

que no creen, y no se les juzga; se les muestra a Dios

con la forma de estar, de escuchar, de acompañar. Al

final, muchos se acercan, no porque se les obligue,

sino porque descubren que la fe también puede ser

encuentro, no frontera. Educar es, en el fondo,

evangelizar con el corazón en la mano."

Mtro. Alejandro García Vargas, actual Vicerrector

Académico: "Ser lasallista es abrazar la empatía

como forma de vida. Es mirar al alumno con

compasión, al maestro con respeto, y caminar junto a

ambos siendo guía y siendo ejemplo. Es educar no

93


solo con palabras, sino con la coherencia de una

vocación que transforma desde el corazón."

Mtra. Ana Lilia Valencia Prado: Colaboradora en la

Universidad La Salle Chihuahua desde 2006 "En La

Salle aprendí a ser alumna con hambre de saber,

amiga con el corazón abierto, misionera con los pies

en el camino y maestra con vocación encendida. Ser

lasallista no es solo un lema, es un estilo de vida

donde lo imposible se vuelve posible y cada día se

convierte en oportunidad de transformar el mundo."

Dra. Karla Martínez Flores, maestra de la primera

generación: “No lo entendí desde el principio.

Aunque lo hacía, no sabía por qué lo hacía. Pero

cuando fui a Roma en el programa de liderazgo

lasallista, en la última conferencia que el Dr.

Cervantes ofreció, y cuando empecé a apoyar la

formación de docentes, entendí que lo más importante

en el aula es tener fe en uno mismo, para poder tener

fe en los alumnos. Porque si no crees que ellos pueden,

no serás buen maestro. Creer en ellos, tener fe en mí,

para tener fe en los estudiantes."

Mtra. Ileana Armendáriz Navarro: Colaboradora en

la Universidad La Salle Chihuahua desde 2006 a la

fecha. Egresada de la Maestría en Desarrollo

Humano. "La primera lección que recibí del

Hermano Salvador Valle segundo rector de la

universidad fue que la educación es una oportunidad

94


para hacer más humanas a las personas. Desde

entonces entendí que no solo trabajamos con ideas,

sino con vidas. Y que siempre hay que hacerlo con la

expectativa de servir."

Lic. Ana Karina Tinajero: Primera generación de

La Salle Chihuahua. Chief Operating Officer en

Planning Solutions, agencia nacional de

investigación de mercados, y asesora en Vida

Animal CUU, asociación protectora de animales.

"En la agencia, encontramos la voz de nuestros

clientes a través de datos; en la asociación, esa voz

son ladridos de esperanza. La Salle me enseñó que el

análisis más profundo es aquel que impacta vidas."

Humberto "Wero" Almeida Acosta, exalumno de

Mecatrónica: " Si tuviera que escoger un momento de

mayor impacto en La Salle, sería todo el tiempo

compartido con las personas lasallistas. Recuerdo que

cada Hermano o profesor mencionaba: "¿eres

lasallista o solo convives con los lasallistas?". Esa

frase se me grabó como mantra diario y representa

esa marca indeleble que, no importa dónde vaya, el

sello lasallista está en mí. La Salle marcó mi vida

desde el principio: en ella conocí a mis mejores

amigos, mentores, guías espirituales y a mi hermosa

esposa. Desde kínder hasta la maestría, ha sido el

molde de mi educación, profesión y paternidad. La

mejor experiencia fue que mi mamá me inscribiera en

esta escuela que ha sido una familia y un santuario al

95


cual siempre puedo regresar. San Juan Bautista de

La Salle me ha cuidado como un maestro de la vida.”

Mtra. Ana Luisa Valenzuela, actual coordinadora

general administrativa: "Venía del mundo

empresarial, y fue un cambio total. No conocía La

Salle, pero al llegar y tomar el Diplomado de

Formación Lasallista, me sensibilicé profundamente.

Aprendí sobre la empatía con los colaboradores, y

comencé a vivir y sentir los valores lasallistas. Hoy me

siento bendecida; este camino me ha afirmado tanto

en lo profesional como en lo personal"

Lic. Alejandra Almeida, exalumna de Nutrición:

"Ser lasallista vive en mi corazón y define mi

personalidad. Desde primaria fui educada con

valores de fe, fraternidad, servicio y justicia. Fui

misionera de los 13 a los 24 años, viajando sin

descanso a comunidades del estado para llevar la

Palabra de Dios y servicio comunitario durante

Semana Santa, veranos e inviernos. También fui

ministra de la Comunión durante siete años, llevando

la Eucaristía a enfermos del Hospital Morelos cada

sábado. Hoy mi misión cambió: soy esposa

enamorada y madre de dos hijos, uno en el Cielo y

una bebé que nos alegra. Esta familia me da un

propósito más fuerte que nunca. Ser lasallista me

preparó para llegar a este punto: feliz, plena y

entregada, creyendo que la familia sana es el corazón

96


de una sociedad mejor. ¡Viva Jesús en nuestros

corazones! ¡Por siempre!"

Mtra. Gabriela María Aguilera Mireles,

Colaboradora en la universidad "Para mí, haber

llegado a La Salle hace 20 años significó un reto

personal pero también espiritual. no me sentía una

persona espiritual, sin embargo, y como decía De la

Salle, 'de compromiso en compromiso', mi paso por la

universidad me ha acercado más a Dios y a vivir bajo

los valores lasallistas. estoy agradecida por todo lo

que he aprendido en este caminar."

El Impacto en la Ciudad

Chihuahua es diferente gracias a La Salle. No es

exageración; es realidad constatable:

En el Empresariado: una nueva generación de

empresarios con conciencia social está

transformando el panorama de negocios. Empresas

que nacieron en aulas lasallistas hoy son modelo de

responsabilidad social, salarios justos, desarrollo

sustentable.

En la Justicia Social: abogados lasallistas defienden

causas perdidas, contadores transparentan recursos

públicos, comunicólogos dan voz a los sin voz. La

justicia tiene rostro lasallista en Chihuahua.

97


En la Educación: cientos de maestros formados en

los posgrados lasallistas llevan a sus aulas una

pedagogía diferente. Tocan corazones en escuelas

públicas y privadas, llevando el carisma más allá de

nuestros muros.

En la Arquitectura Urbana: la ciudad es más vivible

gracias a arquitectos que aprendieron a diseñar

para personas, no para egos. Espacios públicos

recuperados, vivienda social digna, edificios que

dialogan con el desierto.

En el Sector Salud: los fisioterapeutas y nutriólogos

lasallistas han humanizado la atención. En cada

hospital donde trabajan, implementan protocolos

de atención centrada en la persona. Las

especialidades de salud lasallistas son reconocidas

no solo por su excelencia técnica sino por su

calidez humana.

Los Retos Actuales: Crecer sin Perder el Alma

El éxito trae sus propios desafíos. La universidad

enfrenta hoy retos diferentes a los del 2000:

El Reto del Tamaño: ya no todos se conocen.

¿Cómo mantener el espíritu de familia en una

institución que crece? La respuesta ha sido crear

múltiples espacios de encuentro, mantener grupos

98


pequeños, multiplicar los momentos de

convivencia.

El Desafío de la Excelencia: las acreditaciones y

rankings pueden convertirse en fin en lugar de

medio. El reto es mantener la excelencia

académica sin perder la calidez humana, ser

competitivos sin ser severos.

La Tentación del Elitismo: con el prestigio viene el

riesgo de exclusividad. Los costos suben, las

instalaciones mejoran, ¿seguimos siendo accesibles

para los estudiantes que llegan en camión? El

robusto programa de becas es la respuesta, pero

requiere fortalecimiento constante.

La Competencia del Mercado: nuevas

universidades, muchas con más recursos, compiten

por los mismos estudiantes. La tentación es

competir en su terreno: marketing, instalaciones,

facilidades. La sabiduría es competir en el nuestro:

formación integral, valores, comunidad.

La Secularización Ambiental: cada generación llega

más secularizada. ¿Cómo mantener la identidad

católica respetando la diversidad? ¿Cómo proponer

sin imponer? Es un equilibrio delicado que

requiere creatividad pastoral.

99


El Ecosistema Lasallista Chihuahuense

La Universidad no es isla; es nodo de una red que

se ha tejido en estos 25 años:

Los ExaULSA: más que club social, es red de apoyo

mutuo. Egresados, contratan egresados, se apoyan

en proyectos, comparten oportunidades. El éxito

de uno es celebrado por todos.

Los Empleadores Lasallistas: empresas que

prefieren contratar egresados lasallistas porque

saben lo que obtienen: profesionales competentes

con valores sólidos. Se ha creado un círculo

virtuoso de confianza.

Las Familias Lasallistas: ahora hay segundas

generaciones. Hijos de pioneros que escucharon las

historias y quieren escribir las propias. Familias

donde todos son lasallistas, cada uno de

universidad diferente pero unidos por el carisma.

Los Benefactores Comprometidos: personas y

empresas que apoyan con becas, infraestructura,

proyectos. No por deducciones fiscales, sino por

convicción. Saben que invertir en La Salle es

invertir en el futuro de Chihuahua.

100


El Parque de Innovación La Salle Chihuahua: Un

Ecosistema Educativo con Propósito

Fiel al espíritu lasallista de responder

creativamente a las necesidades de su tiempo, la

Universidad La Salle Chihuahua ha dado un paso

decisivo hacia el futuro con la creación del Parque

de Innovación La Salle. Más que una obra de

infraestructura, este espacio representa una nueva

manera de concebir la relación entre

conocimiento, sociedad y transformación.

Concebido como un ecosistema de innovación con

sentido humano, el Parque articula el talento y la

creatividad de estudiantes, docentes, empresas y

comunidad para generar soluciones relevantes,

sostenibles y éticamente responsables. Aquí, el

saber no se queda en las aulas, se aplica, se

comparte y se convierte en impacto social.

El liderazgo académico del Parque se inspira en

una visión profundamente lasallista, que entiende

la innovación no solo como avance tecnológico,

sino también como renovación pedagógica,

crecimiento humano y compromiso social.

En palabras de la Dra. Claudia López,

Coordinadora del Parque de Innovación:

“Cuando llegué a La Salle, agradecí profundamente

el acompañamiento del Ing. Bejarano, cuyo

conocimiento me guio desde el inicio, y de la Dra.

Norma Ramírez, a quien le debo mucho en mi

desarrollo profesional. Más adelante, el Hermano

101


Diego me introdujo al lasallismo y a la riqueza de su

espiritualidad. Conocer otras comunidades, viajar,

compartir experiencias y escribir un artículo sobre

matemáticas me conectó con docentes de distintos

contextos. El lasallismo te invita a compartir, a

servir, y, sobre todo, a crecer.”

Mirando al Futuro: Los Próximos 25 Años

¿Qué depara el futuro? Nadie lo sabe con certeza,

pero hay señales:

Identidad que Permanece: mantener la identidad

lasallista con la presencia de los Hermanos, o sin

ella, impulsar nuevos proyectos, fortalecer los

existentes y asegurar que cada paso refleje los

valores que nos distinguen.

Campus en Expansión: los planes incluyen nuevos

edificios, más laboratorios, espacios deportivos.

Pero la expansión será con sentido: cada espacio

diseñado para fomentar encuentro y aprendizaje.

Nuevos Programas: carreras que la comunidad ha

pedido. Pero llegarán cuando se pueda garantizar

la calidad lasallista, no antes.

Internacionalización Real: no solo intercambios

turísticos, sino proyectos de colaboración profunda

102


con universidades lasallistas del mundo. Formar

ciudadanos globales con raíces locales.

Investigación de Impacto: centros de investigación

que ataquen los grandes problemas regionales:

agua, energía, migración, desarrollo sustentable.

Investigación que no se quede en papeles, sino que

transforme realidades.

Innovación Pedagógica: nuevas formas de enseñar

para nuevas formas de aprender. Pero siempre con

el toque humano como diferenciador. La mejor

tecnología al servicio de la mejor pedagogía.

El Legado de los Pioneros

Aquellos 159 valientes del 2000 dejaron un legado que

trasciende diplomas y edificios. Dejaron un espíritu,

una forma de ser universitario:

· Valentía para Empezar: no esperaron

condiciones perfectas. Comenzaron con lo que

había, confiando en que vendría lo que faltaba.

· Humildad para Aprender: no llegaron con

arrogancia de clientes sino con humildad de

constructores. Entendieron que estaban

construyendo su propia casa.

103


· Generosidad para Compartir: los pioneros

fueron los mejores promotores. Compartieron

su experiencia, trajeron hermanos, primos,

amigos. Entendieron que lo bueno se comparte.

· Perseverancia para Continuar: cuando el aire

acondicionado fallaba, cuando faltaban libros,

perseveraron. Creyeron cuando no había mucho

que ver.

· Gratitud para Recordar: hoy, exitosos

profesionales, no olvidan. Regresan, apoyan,

becan, acompañan e inspiran. Saben que

recibieron un regalo y lo devuelven

multiplicado.

Las Lecciones Aprendidas

Veinticinco años generan mucho aprendizaje:

Lección 1: Las grandes obras comienzan pequeñas.

No hay que despreciar los inicios humildes si el

sueño es grande y el compromiso firme.

Lección 2: La comunidad es más fuerte que los

recursos. Con comunidad comprometida se suplen

carencias. Sin ella, sobran recursos.

104


Lección 3: Los valores no son negociables. En

momentos de crisis, la tentación es aflojar

estándares, bajar exigencias, olvidar principios.

Resistir esa tentación es lo que distingue.

Lección 4: El crecimiento debe ser orgánico. No

crecer por crecer, sino crecer con sentido,

respondiendo a necesidades reales, manteniendo la

esencia.

Lección 5: La excelencia es camino, no destino.

Cada logro es peldaño para el siguiente reto. La

satisfacción es enemiga de la excelencia.

Lección 6: El servicio dignifica el éxito. Los logros

que no se comparten se marchitan. El éxito que no

sirve, no trasciende.

Lección 7: La fe y la razón son aliadas. No hay que

elegir entre excelencia académica e identidad

católica. Bien entendidas, se potencian

mutuamente.

El Momento Presente: Entre la Gratitud y la

Esperanza

Hoy, 25 años después de aquel agosto fundacional,

la Universidad La Salle Chihuahua vive un

105


momento único. Ya no es promesa, sino realidad.

Ya no es proyecto, sino institución consolidada.

Pero el espíritu pionero debe permanecer. Cada

año llegan nuevos estudiantes que no conocieron

los inicios heroicos. Para ellos, los edificios siempre

han estado ahí, las acreditaciones son normales, el

prestigio es dado. El reto es transmitirles el fuego

fundacional, hacerlos sentir, no usuarios sino

constructores.

Porque La Salle Chihuahua no está terminada.

Nunca lo estará. Cada generación debe añadir su

piedra al edificio. Cada estudiante debe sentirse no

cliente, sino socio, no beneficiario, sino

corresponsable.

Mtra. Mary Alvarado, encargada de nóminas:

"Conocer a los Hermanos fue un parteaguas en mi

vida. No solo para mí, también para mis hijos. Me

abrieron las puertas con generosidad, y con ellas, un

camino nuevo: el de descubrirme como educadora. No

sabía si podía enseñar, pero aprendí que también se

transmite desde el corazón.

El carisma lasallista me ha permitido explorar

facetas de mi ser que no conocía, crecer como persona

y afirmarme como profesional. Hoy, al tener la

oportunidad de participar en el programa

internacional lasallista organizado por IALU en

106


Roma, no puedo más que mirar atrás con gratitud y

hacia adelante con esperanza. Porque La Salle no

solo me formó… me transformó."

La Mística del Desierto Florecido

Hay algo profundamente simbólico en una

universidad lasallista en el desierto chihuahuense.

Como las lluvias escasas, pero benditas, que hacen

florecer el desierto, la educación lasallista ha hecho

florecer talentos, sueños, futuros. El desierto

enseña paciencia: las lluvias no se apresuran.

Enseña resistencia: las plantas desarrollan raíces

profundas. Enseña comunidad: en el oasis todos

comparten el agua. Enseña gratitud: cada gota es

celebrada.

Estas lecciones del desierto están en el ADN de

Universidad La Salle Chihuahua:

• Paciencia para formar sin prisa, pero sin

pausa

• Resistencia para superar crisis sin perder

esperanza

• Comunidad para compartir recursos y

multiplicar logros

• Gratitud para valorar cada persona, cada

oportunidad, cada día

107


La Historia Continúa

Al cerrar este capítulo, volvemos a aquel 7 de

agosto del 2000. El sol sigue siendo inclemente,

pero ya no nos sorprende. Los estudiantes siguen

llegando nerviosos el primer día, pero encuentran

una casa lista para recibirlos. Los maestros siguen

preparando clases con esmero, pero ahora con

recursos y experiencia. El espíritu sigue siendo el

mismo, pero enriquecido por miles de historias. La

Salle llegó a Chihuahua para quedarse. No como

institución estática, sino como fuerza

transformadora. No como opción educativa más,

sino como propuesta integral de vida. No como

negocio de educación sino como ministerio de

transformación.

Los próximos 25 años ya comenzaron. Se escriben

en cada clase que inicia, en cada proyecto de

investigación, en cada hora de servicio, en cada

oración, en cada desayuno compartido, en cada

sueño que se atreve a soñar en grande. Porque eso

somos: soñadores pragmáticos, idealistas con los

pies en la tierra, o, mejor dicho, en el desierto.

Soñadores que saben que los sueños se construyen

día a día, ladrillo a ladrillo, corazón a corazón. La

semilla de mostaza plantada en el 2000 es hoy árbol

frondoso. Pero el árbol sigue creciendo, sigue

extendiendo ramas, sigue profundizando raíces,

sigue dando frutos. Y lo mejor está por venir.

108


Porque La Salle no llegó a Chihuahua solo para

abrir una universidad. Llegó para tocar corazones,

transformar vidas, construir futuro. Y apenas

estamos comenzando.

A lo largo de este camino, han guiado con visión y

entrega los hermanos visitadores y rectores que

han asumido la misión lasallista en nuestra ciudad:

Visitadores

• Dr. Salvador Valle Gámez (1999-2005)

• Dr. Luis Arturo Dávila de León (2005-2011)

• Dr. Gustavo Ramírez Barba (2011-2016)

• Dr. José Gabriel Alba Villalobos (2016-2021)

• Dr. Carlos Manuel Castañeda Casas (2021-

actualidad)

Rectores:

• Dr. José Cervantes, fsc (2000–2007)

• Dr. Salvador Valle Gámez, fsc (2007–2014)

• Dr. Carlos Castañeda Casas, fsc (agosto–

diciembre 2014)

• Dr. Miguel Ángel Valdez García (2015–2016)

• Mtro. Guillermo García López, fsc (2016–

2022)

• Mtro. José Salvador Benavides Castro

(2022–actualidad)

109


Cada uno de ellos ha dejado huella en la

construcción de esta comunidad educativa,

consolidando los cimientos y proyectando el futuro

con firmeza y fe.

En el sueño, en la construcción, en la esperanza.

Por siempre lasallistas. Por siempre

chihuahuenses. Por siempre pioneros.

110


CAPÍTULO 3

Voces que Construyen: Testimonios

de una Comunidad Viva

En el corazón de toda institución educativa laten

las historias de quienes la habitan. Estas son voces

reales que representan a miles, cada una es un hilo

en el tejido de nuestra historia compartida. Son

testimonios de transformación, de fe, de servicio.

Son la prueba viviente de que la educación

lasallista no es teoría, sino vida que se multiplica.

MTRA. FLORENCIA VALDÉS

GARCÍA

La Pedagogía de la Esperanza

Veinticinco años tocando corazones. Veinticinco

años viendo ojos llenarse de ilusión. Soy maestra

de esta Universidad desde sus inicios, y

verdaderamente me encanta serlo. Lo que más me

apasiona de educar es compartir y ver cómo el ser

humano reacciona al amor de un maestro, confiar

y hacerles saber que yo creo en ellos. En fin, tocar

corazones como me enseñaron aquí.

111


La Esperanza como Fundamento

Iniciamos hace 25 años con la fuerza de un sueño y

una narrativa llena de esperanza. Don José

Cervantes nos convenció a todos de que lo que no

veíamos frente a nosotros era posible. Y soy testigo

de que ¡lo ha sido! Hoy camino diariamente en esa

narración fundacional, con la misma bandera del

arranque.

Pero el mundo cambió. Los jóvenes de hoy

presentan problemáticas que a veces no

alcanzamos a comprender. Y me pregunto: ¿qué

nos toca hacer ahora como Universidad de 25

años? La respuesta, la encuentro en Jesús y su

mensaje de esperanza continua. Su capacidad de

entender sin juzgar, solo amando. Su constante "no

teman", que considero debe ser nuestro lema como

maestros de este nuevo mundo.

Mi Etapa de Influencia

Cuando tenía unos cinco años trabajando aquí,

perdí cuatro embarazos en tres años. Me sentía

verdaderamente triste. Un día, ya no podía más, y

hablé con Don José Cervantes. Le dije que ya no

podía trabajar porque estaba sufriendo, y solo iba a

que los alumnos me vieran sufrir.

Su respuesta cambió mi vida: "Esos años son los

más importantes para educar. Es tu etapa de

influencia. Les estás enseñando cómo, aun cuando

la vida a veces duele y te sientes sin sentido, tienes

112


un sentido si das pasos simples: bañarte, vestirte y

hacer lo que te toca."

Años después, mis exalumnos me cuentan que esas

vivencias les fueron útiles para enfrentar sus

propios retos. Entonces entiendo la pedagogía en

mi debilidad y me siento capaz de enseñar a una

nueva generación.

Mensajeros de Vida

Como dijo el Papa Francisco, estamos llamados a

ser "mensajeros de vida". Nos toca contrarrestar las

malas noticias con las historias de los héroes de la

vida diaria: los que convierten su miedo en servicio

sin ver por su propio egoísmo.

Estamos llamados a contagiar la vocación de la

educación a todos los que tenemos cerca, así como

hizo San Juan Bautista De La Salle. A contagiar el

placer que es educar y la esperanza de creer en los

jóvenes.

La Responsabilidad de la Esperanza

Somos una universidad que se fundó en la

esperanza de algunos. Hoy tenemos la

responsabilidad de ser fuente de esperanza para los

que vienen atrás.

Así, educando desde, en y para la esperanza,

hemos hecho de esta Universidad la esperanza de

lo posible.

Indivisa Manent.

113


DRA. NORMA RAMÍREZ BACA

Cómo evocar 25 años sin dar...

… Gracias a Dios por conducir mi vida a esa

invitación a entrevistarme con el Dr. José

Cervantes Hernández, designado Rector Fundador

de la Universidad La Salle Chihuahua por los

Hermanos De La Salle, sabiendo de mi interés de

dedicarme a la educación, a mi entender la mejor

alternativa para llevar a México a mejores estadios.

… Gracias a Dios por haberme permitido aprender

día a día de los Hermanos De La Salle que

generosamente convertían cada entrevista, cada

reunión, cada experiencia, en una mejora en las

habilidades docentes y comprensión de la

pedagogía lasallista.

… Gracias a Dios, a todos, pero mayormente, a los

ya ausentes, Hno. José Cervantes Hernández, Hno.

Malcolm O'Sullivan, Hno. Salvador Valle, los

cuales serán un recuerdo para algunos, alguien

para otros, pero para muchos de los que

compartimos con ellos, una inspiración, un gran

ejemplo a seguir por su gran amor a la institución

y a cada alumno que se cruzaba con ellos.

… Gracias a Dios por haberme permitido luchar día

a día junto a Hermanos, profesores,

114


administradores, mantenimiento y alumnos, sin

darnos por vencidos ante las dificultades de todo

tipo, para lograr convertir a la naciente

universidad en un centro educativo reconocido por

su calidad y por su interés fundacional en la

formación humana de sus alumnos.

... Gracias a Dios por haberme permitido disfrutar

enormemente ver convertirse a los jóvenes que

llegaban a la universidad llenos de ilusiones, dudas,

rebeldías, en seres humanos llenos de energía por

hacer la diferencia en un país lleno de injusticias,

seguros, generosos, preparados para conquistar el

mundo. Gracias a Dios por haberme permitido

tocar sus corazones.

... Gracias a Dios por permitirme disfrutar después

de 25 años del cariño y amistad de Hermanos,

compañeros de trabajo, profesores y alumnos que

compartieron junto conmigo la ilusión de ver

crecer la Universidad.

… Gracias a Dios por haberme permitido participar

junto a los Hermanos De La Salle, profesores,

padres de familia y alumnos en la creación de esta

Universidad, hoy ejemplo de calidad y formación

humanista.… Gracias a Dios, por siempre

115


EMILIANO RIVERA OLIVAS

De las Rocas del Desierto a los Salones Universitarios

"Mi padre rompió piedras para construir los

cimientos de la Universidad La Salle. Yo rompí

paradigmas estudiando en ellos."

Mi historia con La Salle comenzó antes de que yo

lo supiera. En el año 2000, mi padre, Don

Emiliano, trabajaba con martillos neumáticos

rompiendo piedra en la construcción de lo que

sería la Universidad La Salle Chihuahua. En ese

vaivén laboral propio de la clase obrera, llegó feliz

a casa porque la obra estaba cerca, a solo seis

kilómetros de nuestro hogar. Después de media

vida recorriendo obras —hospitales, escuelas,

puentes— en toda la capital, finalmente podía

trabajar sin alejarse tanto.

Cuando la construcción terminó y el trabajo de

obra se redujo, llegó la pregunta de siempre:

"¿Ahora para dónde?" La respuesta vino de forma

inesperada. El jefe de mi padre lo interceptó:

"Hablé con gente de la Universidad, van a estar

contratando personal de limpieza y te voy a

recomendar. Es un trabajo menos pesado que el que

haces." Así, en enero de 2003, Don Emiliano

116


comenzó a trabajar en la universidad que había

ayudado a construir.

Yo tenía 17 años y, como muchos jóvenes,

contrariando la voluntad de mi familia, quería

terminar la prepa, trabajar y llevar dinero a casa.

Con recomendación de mi papá, a mitad de año

me sumé a la fuerza laboral de mantenimiento. Ver

jóvenes de mi edad acudir con sus padres a

recorridos y procesos de inscripción no era del

todo alentador. Había elegido mi camino y era feliz

de iniciar y terminar la jornada con mi padre, pero

en conversaciones con Dios tenía un pensamiento

recurrente: "Qué chido estudiar aquí, pero han de

cobrar mucha lana."

El Encuentro que Cambió Mi Vida

Un lunes me asignaron a limpiar los ventanales de

la planta baja. Realizaba mi trabajo tranquilamente

cuando se dirigió a mí un señor de traje, con voz

grave:

—Esos vidrios tienen que estar impecables. ¿Cómo

vamos a pedir excelencia a nuestros alumnos si no

la ofrecemos?

—Sí, señor.

—¿Cómo te llamas?

—Emiliano.

117


—¿Qué edad tienes?

—Diecisiete.

Se dio la vuelta. Mi padre me explicó después: "Es

el Rector, el Dr. Cervantes, habla inglés, francés y

alemán, ha viajado por todo el mundo y siempre dice

que el campus, además de un espacio de

transformación, debe ser una experiencia estética."

Al día siguiente, mientras trabajaba en el espejo de

agua bajo el sol, se acercó Pilar del Moral, una

mujer muy amable a quien llevo en mi corazón:

—¿Cómo estás? ¿Qué edad tienes? ¿Por qué no

seguiste estudiando? ¿Eres hijo de Emiliano?

Respondí con la poca serenidad que puede tener

alguien de 17 años. Entonces lanzó la pregunta que

cambió mi vida:

—¿Quieres estudiar aquí?

—Incluso con beca no puedo pagarlo.

—Te pregunto otra vez ¿Quieres estudiar aquí?

—Sí.

—Entonces te espero mañana en mi oficina con

estos requisitos. Inicias el próximo lunes.

118


De Estudiante a Servidor Público

El lunes siguiente inicié clases. Mi primer maestro:

el Dr. José Cervantes, con la cátedra de Sociología.

Con él aprendí a dimensionar la diversidad de

experiencias que componen la vida. En cada sesión

nos recordaba la responsabilidad que implica

cursar una carrera en un país con tantos

contrastes. Criticaba la arrogancia de quienes

piensan que tener un título los convierte en

nobleza moderna.

Me gradué en 2008 con excelencia. La universidad

fue un regalo de vida, pero tengo claro que debo

honrar el esfuerzo de mi familia y la confianza de

la institución. Hemos crecido junto con ella: desde

las primeras marcas con cal en el terreno hasta la

construcción de la torre de la comunidad. Cuando

digo que mi padre está aquí desde los cimientos, no

lo hago solo en sentido metafórico.

En 2025, mi padre se jubilará tras 22 años de

servicio. En la universidad pudo concluir la

primaria. Mis hermanos menores se graduaron de

Ingeniería Electromédica. Esta casa de estudios ha

sido espacio de crecimiento familiar, espiritual y

profesional. Marcó un parte aguas generacional en

mi familia. Incluso en ella conocí a mi esposa,

abogada lasallista de la primera generación.

119


Hoy soy abogado. He servido en el poder

legislativo y actualmente sirvo desde el ejecutivo.

Llegué a esos espacios de la misma forma que a La

Salle: porque personas que no me conocían

confiaron en mí. Cada día resuena en mí la misión

escrita con letras doradas en el pórtico: unirse a la

sociedad como fuerza transformadora y solidaria.

Los lasallistas que servimos en lo público debemos

garantizar que nuestro trabajo mantenga viva la

mística del fundador. La Salle no es un proyecto

para formar élites. La trascendencia llega cuando

podemos responder: ¿Qué estás haciendo con la

oportunidad que recibiste? ¿Cuántas vidas ayudas a

mejorar? ¿Cuántas heridas lograste sanar en tu

prójimo?

Celebro que mi historia no es una excepción, sino

parte de un movimiento silencioso, profundo y

real.

Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu

lasallista:

La educación lasallista es profundamente

transformadora y democrática. No importa si llegas

en camión o en auto del año; lo que importa es el

fuego en el corazón y las ganas de trascender. La

120


Salle ve potencial donde otros ven limitaciones, y ese

potencial, cuando se cultiva con amor y exigencia,

puede llevar desde limpiar ventanales hasta servir a la

sociedad desde los más altos cargos públicos.

DRA. KARLA MARTÍNEZ

Testimonio de mis 24 años en la Universidad La Salle

Chihuahua

Todavía recuerdo con mucha claridad el inicio de

esta aventura. Un día, mi amiga Gaby Sáenz me

llamó para decirme que en la Universidad La Salle

estaban buscando un reemplazo y me preguntó si

me interesaba. En ese momento valoré mi

situación: quizá no era lo más conveniente

económicamente, pero algo dentro de mí me decía

que en esta institución encontraría una

oportunidad de desarrollo profesional y académico.

Acepté la invitación y muy pronto tuve mi

entrevista con el entonces Rector, el Dr. José

Cervantes Hernández fsc. Después de un par de

preguntas, solo me dijo con toda naturalidad:

"¿CUÁNDO EMPIEZA?". Ese día, sin saberlo, inició un

camino que marcaría mi vida para siempre.

Mi primer puesto fue la Coordinación de Apoyo

Académico, que en aquel entonces reunía el

laboratorio de cómputo, la biblioteca y el soporte

121


técnico administrativo. Era la coordinadora más

joven, con muchos sueños y ganas de aprender.

Recuerdo con cariño aquellas horas de café con el

Hno. Cervantes, donde sus anécdotas se convertían

en auténticas lecciones de vida. Ahí entendí que La

Salle no era solo un lugar de trabajo, sino una

comunidad en construcción.

Con mucho esfuerzo y entrega, junto a un gran

equipo, nos tocó sentar los cimientos de la

Universidad. Fueron años intensos: comenzamos

en la preparatoria del Instituto La Salle, con

horarios quebrados, hasta llegar a aquel momento

tan especial de enero de 2003, cuando nos

mudamos al nuevo campus con el laboratorio y la

biblioteca. Desde entonces, he visto crecer a la

universidad paso a paso: en espacios, en servicios,

en personas y en misión.

Cada etapa ha sido un aprendizaje. El área a mi

cargo fue transformándose: se separaron

funciones, llegaron nuevos servicios y siempre

enfrentamos retos que nos impulsaban a innovar.

También llegaron experiencias que marcaron mi

vida, como en 2012, cuando tuve la gran bendición

de participar en el curso de Liderazgo Lasallista en

Roma. Fueron días inolvidables en los que conocí

compañeros de otros países que se convirtieron en

apoyos entrañables y, al mismo tiempo, fue la

última ocasión en que pude disfrutar de la

compañía del Hno. Cervantes, escuchando sus

historias en varios idiomas y confirmando, una vez

122


más, que el lasallismo no solo te forma, sino que

transforma tu visión del mundo.

A lo largo de estos años, he tenido la fortuna de

coincidir con diferentes Hermanos y Rectores,

cada uno dejando huella en mi camino: quienes me

apoyaron para iniciar y concluir el doctorado,

quienes impulsaron el área de TI, quienes creyeron

en mí para dar un paso más. Y recientemente,

agradezco al Mtro. José Benavides, Rector y

amigo, quien confió en mí y me dio la oportunidad

de estar al frente de la Coordinación General de

Planeación y TI, con un equipo conformado por 12

excelentes personas que enriquecen cada día este

proyecto común.

Hoy, al cumplir 24 años en esta institución, me

siento profundamente agradecida con Dios, que

me ha acompañado en cada paso; con los

Hermanos, que han sido guía y ejemplo; con esta

comunidad universitaria, que me ha permitido

crecer como persona, como profesional y como

lasallista; y, por supuesto —y no menos

importante—, con mi familia, por apoyarme

siempre y estar ahí cuando más lo he necesitado.

Para mí, trabajar en La Salle ha significado mucho

más que un empleo: ha sido un espacio de

crecimiento, de fe, de servicio y de pertenencia.

Me llena de orgullo mirar atrás y ver cuánto hemos

logrado juntos, y al mismo tiempo, mirar hacia

123


adelante con la ilusión de seguir aportando a esta

gran misión que transforma vidas.

Gracias, Universidad La Salle Chihuahua, por

regalarme la oportunidad de ser parte de tu

historia y por permitirme también escribir la mía

en compañía de tantas personas valiosas. Hoy

puedo decir, con plena convicción y profundo

agradecimiento, que soy y seré lasallista de

corazón, ¡por siempre!

MIGUEL RAMOS

El Hermano que Nos Enseñó a Soñar

Abril del 2000. Un anuncio en el periódico cambió

mi vida: nacía la Universidad La Salle Chihuahua.

La cita fue en una casa en San Felipe. Me recibió

un hombre que irradiaba energía especial: "¡Soy el

Hermano José Cervantes, el Rector!" Dudaba entre

tres carreras. Él al escucharme no dudó: "Estudia

Derecho con acentuación en América del Norte.

Te dará las bases para todo lo demás." Esas

palabras trazaron el mapa de mi vida.

124


Los Días Fundacionales

El 5 de agosto, antes de pisar un aula, ya éramos

familia: juegos, tacos al pastor y la bienvenida de

Florencia Valdez. Las tardes en el Instituto La Salle

sabían a promesa. El Dr. Cervantes siempre en la

entrada, recibiéndonos como un padre.

Primavera de 2001: la primera piedra en terrenos

áridos. Ese mismo año nacieron las misiones.

Ciénega del Pilar fue mi bautizo: campamentos,

caminatas, rostros que nos enseñaron que servir es

compartir lo que somos.

2003: Inauguramos el campus sin acceso

pavimentado. No esperábamos perfección para

empezar a transformar. Hablamos con el

gobernador y cumplió su promesa de un acceso

digno.

Mi Maestro, Mi Amigo

Fui su becario. Organizaba eventos, armaba el

periódico mural, pero, sobre todo, compartía vida

con él. Me llamó su amigo —qué palabra tan

grande en boca tan sabia.

Lo recuerdo escuchándome en un momento difícil,

con paciencia de confesor y cariño de padre. Me

125


regaló un libro sobre vocaciones que aún conservo.

En 2008 lo acompañé a recibir el Doctorado

Honoris Causa en California. Años después, desde

Brasil, me envió la edición en portugués de su

libro. Ni el océano detenía su vocación de maestro.

El Legado

2012: Su salud se apagó como vela que ha dado toda

su luz. Partió el 7 de septiembre. Su cuerpo

descansa en Monterrey; su espíritu camina por

cada pasillo universitario.

Somos la primera generación. Los que vimos nacer

la estrella. Los que aprendimos que La Salle no es

un lugar; es una forma de transformar el mundo.

Cuando alguien me pregunta qué es La Salle

Chihuahua, no hablo de edificios. Hablo de un

Hermano que un día de abril me dijo: "Estudia

Derecho. Te dará las bases para todo."

Tenía razón. Me dio las bases. Para todo.

126


MARGARITA ÁLVAREZ RAMOS

El Don de un encuentro

Hace 25 años, sin experiencia, pero con el corazón

lleno de esperanza, toqué las puertas de la

Universidad La Salle Chihuahua. Del otro lado me

esperaba un gigante: el Dr. José Cervantes

Hernández, Rector Fundador. Si hubiera sabido

entonces la dimensión del personaje, quizá el

miedo me habría paralizado. Pero la providencia es

sabia: a veces nos ciega para que podamos ver.

Pasaron días que se sintieron como siglos. Y

entonces llegó la llamada: me daba la oportunidad.

Aún hoy estoy convencida de que fue un acto de

fe. Vio algo que yo misma no podía ver. Dios obró,

y así comenzó este camino en lo que se convertiría

no solo en mi trabajo, sino en mi segunda casa.

Las Palabras que Transforman

Los años pasaron con esa extraña velocidad del

tiempo cuando se construye algo importante. El

Dr. Cervantes concluía su rectoría, me acerqué

para despedirme y agradecer. Sus palabras están

grabadas en mi memoria:

127


"¡No deje de soñar! Atrévase siempre a ver lo que

otros no ven. Su mayor tesoro es su don de gentes,

nunca lo pierda."

No eran solo palabras. Era una bendición.

Gratitud que Desborda

Ahora cuando camino por estos pasillos que

conozco como las líneas de mi mano, entiendo la

magnitud del regalo. No fue solo un trabajo lo que

recibí aquel día. Fue una misión. Hoy, en estos

primeros veinticinco años, mi corazón desborda

gratitud. Hacia los Hermanos que mantienen viva

la llama. Hacia los maestros que forman personas.

Hacia los alumnos que nos recuerdan nuestra

razón de ser. Hacia cada colaborador que entiende

que aquí no solo trabajamos; construimos futuro.

Mi gratitud especial hacia aquel Rector visionario

que vio en una persona sin experiencia algo que

valía la pena cultivar.

Feliz aniversario, Universidad La Salle Chihuahua.

Feliz aniversario, segunda casa.

Que sigas siendo por muchos años más lo que el

Dr. Cervantes soñó y como él la llamó “Señora de

128


la ciencia, del saber y del buen vivir”. Que sigas

tocando corazones en este bello escenario natural.

Y que todos los que formamos parte de esta

comunidad, tengamos el privilegio de decir:

Yo soy La Salle

MARTÍN SÁENZ JUÁREZ

LA TEODICEA

Estábamos a mediados del mes de julio del año

2000. El calor estaba fuerte en esos días... y también

ahora.

En la ciudad de Chihuahua, la Universidad La Salle

anunciaba que abriría sus puertas en el próximo

período escolar, por lo que asistí a sus oficinas

provisionales ubicadas en la colonia San Felipe a

ver si podía impartir clases. Me atendió el Vice-

Rector Dr. (médico) Pérez del Valle –muy amable

y servicial. Me dijo que pronto me hablarían para

evaluarme en la materia de Física I. Ese mismo día

en la tarde me contactaron para que fuera a una

entrevista en unas oficinas ubicadas en una casa

casi enfrente de la entrada principal del Instituto

La Salle.

129


Fui entrevistado por el encargado del área de

personal –Lic. Fernando Sígala Martínez– con

quien sostuve una inolvidable plática. La

conversación versó sobre mi experiencia como

docente en nivel superior, donde ya tenía tres años

dando clases en el Claustro Universitario de

Chihuahua; de por qué quería entrar a la

Universidad La Salle y mi respuesta de que uno de

mis sueños era ser maestro lasallista desde que

había estudiado y reflexionado sobre el santo

fundador; hablamos de mis estudios que eran de

Maestría en Educación Superior, pero todavía no

estaba titulado. Respecto a cuánto esperaba de

honorarios, le dije que hasta gratis daría las clases

en La Salle (no se crean, no dije eso) (sí se crean).

Le expliqué a mi interlocutor que la enseñanza en

una escuela cristiana no la consideraba trabajo,

sino ministerio, así que sobre ese punto no había

aspiración económica alguna.

–¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades, maestro?

–me preguntó sacándome de onda.

–Es muy difícil hablar de uno mismo, pero puedo

decir que soy introvertido, hablo muy bajo o muy

quedito, me da pánico escénico estar delante de

mucha gente... y batallo mucho con la puntualidad

–le contesté.

–¡Esas no son debilidades! –me aclaró– son

posturas personales.

–Entonces, en pocas palabras, le comento que me

considero el ser más imperfecto de todos –le

130


aseguré sinceramente, queriendo terminar esas

preguntas. Y afortunadamente sí me creyó porque

pasó a las fortalezas.

–Me gustan mucho la docencia y la ciencia,

principalmente las matemáticas. Y me enriquecen

a plenitud los valores familiares y cristianos –

seguramente me brillaron los ojos al contestar así.

Entonces, me preguntó:

–Maestro, ¿cómo puede llegar a la deducción de

que Dios existe? ¿Cómo explica la existencia de

Dios con la ciencia o con conocimiento humano?

–No se puede deducir su existencia –le contesté–.

Solo podemos conocer de Él por medio de la fe.

–Por lo que me aclaró de forma contundente: –¡Sí,

se puede deducir que existe, señor! ¡Con la

Teodicea! ¡Con la Teodicea!

Me quedé callado, pensativo. Nunca había oído esa

palabra, menos de qué trataba. Había procurado

llevar mi conocimiento de Dios con las virtudes

teologales de fe, esperanza y caridad. Y procuraba

no revolver la ciencia con las cuestiones de la

religión, la lógica con la fe. Aunque para todo

metía a Dios en las pláticas. Nunca renunciaba a

hablar de Dios estuviera donde estuviera: en clases,

en el trabajo, con los amigos. Tenía muy en claro

que la expresión de "dar al César lo que es del

César y a Dios lo que es de Dios" es que las cosas

del mundo se trabajan con las reglas del mundo, y

que lo de Dios con las verdades de Dios. Pero que a

131


Dios todo pertenecía, incluyendo el mundo y sus

reglas.

Pero, ¿la Teodicea? ¿Qué era?

Pedí disculpas por mi ignorancia y terminó la

entrevista. Me citó para una exposición de un tema

cualquiera de la materia de Física I.

Esa tarde, después de Misa en la Catedral, cuando

acompañaba al Señor Arzobispo Emérito Don

Adalberto Almeida hacia su carro, le pregunté por

la Teodicea y me dio las primeras luces. Al

siguiente día hablé sobre el tema con el padre

párroco de Catedral, Paco Arriaga –quien había

sido mi maestro de Arte Sacro en la Escuela de

Liturgia del Somelit (Sociedad Mexicana de

Liturgia)– y me dio una explicación muy

provechosa. Aparte de que me prestó un libro para

que profundizara sobre esta disciplina filosófica

que era la Teodicea. Esa rama de la teología que

busca justificar la existencia de Dios en un mundo

donde existe el mal.

A la semana siguiente hice la exposición en uno de

los salones del Instituto La Salle y todo salió bien,

gracias a Dios. Tuve de sinodales al Lic. Fernando

Sígala, la Dra. Norma Ramírez y la Lic. Florencia

Valdés, quienes me aceptaron como profesor de la

universidad.

En el primer día de clases –el lunes 7 de agosto del

año 2000– hubo una Misa de apertura de cursos

132


presidida por un sacerdote dominico. Ya en un

convivio posterior, donde degustábamos de ricos

tacos de bistec, me di cuenta de que el Lic. Sígala

había estudiado Licenciatura y Maestría en

Teología.

DR. JAIME LUCIANO

FERNÁNDEZ

Coordinador de Vinculación 2006-2021

"Vuestra misión es conducir a vuestros alumnos a la

verdad y al bien, no solo por la instrucción, sino por

el testimonio de una vida dedicada al servicio de los

demás".

—San Juan Bautista De La Salle

El reto de las universidades latinoamericanas es

cómo extender su influencia e impactar de manera

positiva en la sociedad a la que sirven. Las acciones

sustantivas de la universidad se localizan en la

Academia, centrada en la pertinencia del estudio y

la calidad de la enseñanza y el aprendizaje; la

Investigación, que genera conocimiento,

innovación y transformación; y la Vinculación,

como herramienta para llevar la universidad a la

sociedad.

Corría el verano de 2006. La ULSA, ya con cinco

años de existencia, se enfocó en fortalecer y

dinamizar su quehacer académico con una oferta

133


de calidad, innovadora y que respondía a los retos

del presente y el futuro del trabajo. Su enfoque

cristiano consiste no solo en formar profesionales

competentes, sino también personas íntegras que

contribuyan al bien común.

Arrancamos en ese verano la instrumentación de la

Coordinación de Vinculación para, ya con los

programas académicos consolidados, empezar a

entablar relaciones formales con los actores

sociales desde una perspectiva de Tetra-Hélice.

Trabajamos arduamente con el sector de la

industria manufacturera de exportación, el sector

público y privado, organismos y cámaras

empresariales, colegios de profesionistas, para dar

a conocer los perfiles de egreso de nuestros

estudiantes. Diseñamos eventos de vinculación:

Expo ULSA 2015 y 2016, IDEACON nos dieron la

oportunidad de que el ecosistema de innovación y

emprendimiento de la ciudad conociera la

universidad.

En un viaje a San Juan de los Lagos para asistir al

cierre del Diplomado de Formación Lasallista, tuve

oportunidad de conversar con el Hno. Lorenzo

González Kipling fsc. Recuerdo que le pregunté:

"¿Cómo hacer patente la misión educativa lasallista

en el mundo de las empresas, con gerentes y

directivos, con las personas que abren espacios para

la universidad?". Su respuesta fue sencilla pero

profunda: "Luciano, que cuando llegues a estas

134


empresas, a estas industrias, sepan que llegó la Buena

Nueva".

En este marco, la vinculación con los actores

sociales emerge como un elemento fundamental

para cumplir con nuestra misión. Esta vinculación

no es un mero accesorio administrativo, sino una

expresión viva de los principios evangélicos que

invitan a "amar al prójimo como a uno mismo"

(Mateo 22:39), extendiendo el conocimiento

académico hacia la transformación social.

MAESTRA SOLEDAD SOTO

Diecisiete Años de Vocación y Corazón

"Aquí no solo encontré un trabajo; encontré mi

misión de vida"

Hace diecisiete años, crucé las puertas de la

Universidad La Salle Chihuahua con la ilusión de

crecer profesionalmente, sin imaginar que este

lugar se convertiría en mi segundo hogar. Hoy, al

celebrar los 25 años de nuestra universidad, miro

hacia atrás y me doy cuenta de cuánto ha

significado este camino para mí. El trato con los

alumnos ha sido, sin duda, lo que más ha llenado

mi corazón. Cada generación ha dejado una huella

imborrable en mi vida, enseñándome tanto como

135


yo a ellos. He visto a jóvenes llegar con sueños e

incertidumbres y salir convertidos en profesionales

con una misión clara y un compromiso con la

sociedad. Ser testigo de su crecimiento y formar

parte de su historia es un privilegio que agradezco

cada día.

Más Allá del Aula

Ahora, en mi labor como encargada de

seguimiento a egresados, prácticas profesionales y

bolsa de empleo, mi vínculo con los alumnos no

termina cuando egresan, sino que se transforma en

un acompañamiento en su transición al mundo

laboral. Escuchar sus testimonios, ver cómo

aplican lo aprendido y cómo llevan consigo los

valores lasallistas en su vida profesional y personal

es la mayor recompensa. Saber que, de alguna

manera, contribuí a su formación y que la

universidad sigue siendo un punto de referencia en

su camino, me llena de orgullo y gratitud.

Pero mi historia con La Salle Chihuahua no solo

ha sido profesional, sino también personal. Aquí

cursé mi maestría, lo que me permitió crecer

académica y profesionalmente dentro de una

comunidad que siempre ha impulsado mi

desarrollo. Además, mis hijos también han

formado parte de esta universidad, lo que refuerza

aún más mi vínculo con esta comunidad. Verlos

136


crecer y formarse bajo los mismos valores que

guían mi trabajo ha sido una de las mayores

satisfacciones de mi vida.

Gratitudes que Perduran

A lo largo de estos años, también he formado

amistades invaluables. He tenido el privilegio de

trabajar al lado de personas cultas, de gran corazón

y entrega, como el Hermano Salvador Valle, el

Hermano Guillermo García y el Hermano Gustavo

Ramírez, quienes han sido fuente de inspiración

con su ejemplo y dedicación. Compartir con ellos

esta misión educativa ha sido una bendición que

atesoro profundamente. Asimismo, quiero expresar

mi más sincero agradecimiento al Maestro José

Benavides, actual Rector de la universidad, quien

me brindó la oportunidad y el apoyo para impartir

mi primera clase. Su confianza en mí marcó el

inicio de una etapa que se ha convertido en una de

las más significativas de mi vida, permitiéndome

compartir conocimientos y aprender cada día de

mis alumnos.

La Salle en Chihuahua es más que una institución;

es una familia, un espacio donde se construyen

sueños, se forjan valores y se transforman vidas.

Hoy, celebro con alegría estos 25 años de historia y

mis 17 años de entrega a esta comunidad que tanto

me ha dado.

137


Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu

lasallista:

La vocación lasallista no conoce de horarios ni de

títulos en las puertas de las oficinas. Es un

compromiso de vida que trasciende generaciones, que

se multiplica en cada estudiante acompañado, en

cada egresado colocado, en cada hijo que sigue los

pasos. Es la prueba de que cuando uno ama lo que

hace, no trabaja un solo día de su vida; sirve,

acompaña, transforma.

TESTIMONIO DE UN

MISIONERO LASALLISTA

Las Huellas de Dios en La Boquilla – GABRIEL

CONTRERAS - EXAULSA

"En la Vigilia Pascual, entre la oscuridad y las

velas, comprendí que ser lasallista es ser

instrumento"

Fui de misiones cuatro veces en toda mi vida, todas

ellas con La Salle. Me pidieron ser Pastoralista en

la primera misión organizada por nuestros

hermanos lasallistas de la Preparatoria

Cuauhtémoc en La Boquilla, en Camargo. Honor

que acepté contento. La buena noticia es que

conecté de inmediato con todos. El lugar estaba

138


lleno de locales y de turistas aprovechando las

vacaciones de Semana Santa. Había altas

probabilidades de encontrar tierra fértil y de

cumplir con nuestro llamado: "Así como tú me has

enviado al mundo, así yo también los envío al mundo"

(Jn 17, 18).

El Momento de Gracia

Preparé los sermones para cada celebración,

cortos, pero concisos, lo que me valió el

agradecimiento de los feligreses. Esta experiencia

fue diferente. Los muchachos, aunque "novatos",

tenían sus sonrisas y ansias de servir tan sinceras

que cada día más gente se acercaba a nosotros.

Finalmente, llegó el momento más importante: la

Vigilia Pascual con un templo completamente

lleno. Durante las lecturas, justo después de la

salida de Egipto, estaba yo sentado al frente de un

templo lleno de gente que compartía mis creencias,

en la casi absoluta oscuridad. ¡Eso impone!

Tuve la bendición de presenciar tal escenario. Le

pedí a nuestro Señor que me quitara la fachada de

pastoralista y que me permitiera ser simplemente

yo. Por un minuto: escuché el salmo como si no

supiera cuál era, maravillándome con la sabiduría

de David; vi a todas aquellas personas a los ojos,

como un director ve orgulloso a su orquesta;

respiré ese humo santo proveniente de los

139


centenares de velas encendidas. Mi ritmo cardíaco

se aceleró. Estuve casi a nada de llorar, de reír, de

levantarme y gritar que aquel hombre que

buscamos no está aquí, que ha resucitado. Un

pequeño vistazo al Reino y un ligero aliento de Paz

me fueron concedidos esa noche, y tal recuerdo me

ha ayudado a recuperar mis fuerzas cuando todo

parece perdido.

Muchas gracias a La Salle y a San Juan Bautista

De La Salle, a quien de vez en cuando ruego por su

ayuda. Agradezco a todas las personas que conocí

por estudiar en esta Universidad.

¡Viva Jesús en nuestros corazones por siempre!

Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu

lasallista:

La fe lasallista no es abstracta ni distante; es

encuentro vivo con lo sagrado en medio del servicio.

Las misiones no son solo llevar ayuda material; son

espacios donde el misionero es evangelizado por

aquellos a quienes sirve. En esos momentos de gracia,

como en aquella Vigilia Pascual, se revela que ser

lasallista es ser puente entre el cielo y la tierra.

140


LUISA FERNANDA MONTOYA

GUERRERO

Memorias de Vida

El 24 de octubre de 1990 comenzó mi historia,

como tantas otras, en el silencio de una cuna y el

abrazo de una familia. Hoy, al mirar hacia atrás, sé

que ese día no solo nací yo, sino también una

semilla de servicio que con los años encontraría su

propósito. Soy hija, esposa, mamá de Emilio y

Elisa —dos luces que dan sentido a cada jornada.

Me formé en la Licenciatura en Ciencias de la

Familia en la Universidad La Salle Chihuahua, un

espacio que sembró en mí no solo conocimientos,

sino una forma de mirar al otro con compasión y

compromiso.

Desde antes de concluir mis estudios, tuve la

bendición de servir como presidenta de Fundación

ALE Chihuahua. Por más de diez años hemos

acompañado a personas en situación vulnerable

para que accedan a trasplantes de riñón, corazón,

hígado o córnea. También gestionamos

medicamentos inmunosupresores y, junto a

Fundación Cinépolis, llevamos a cabo campañas

gratuitas de cirugía de cataratas. Cada caso es un

141


recordatorio de que cuando se toca una vida, se

transforma también la de su familia entera.

En 2019 nació otro sueño: Sana Sana, un

laboratorio de análisis clínicos creado para ofrecer

servicios de salud confiables, accesibles y humanos

a nuestra comunidad. Hoy, con varias sucursales y

un equipo comprometido, seguimos creciendo con

los pies en la tierra y el corazón en la

misión. Estudié la preparatoria en el Instituto

América, y a lo largo del camino he valorado

profundamente las herramientas que me han

acompañado: la empatía, la comunicación, el

respeto por la dignidad humana. Estoy convencida

de que cuando el trabajo nace del amor, se

convierte en vocación. Y que cuando esa vocación

encuentra causa, puede dejar huella.

Agradezco a quienes me han acompañado en este

camino.

Gracias a quienes creen, como yo, que servir es

una forma de amar.

Yo soy La Salle.

Y esta es la historia que me tocó vivir.

142


MTRA. LUISA FERNANDA

OLIVAS MELÉNDEZ

¿Soy De La Salle o Lasallista?

"Ser lasallista es más que ponerse la playera; es

llevarla tatuada en el alma"

Algunas personas piensan que es lo mismo, para

mí no. Es como decir que le vas a un equipo el día

del partido porque tus amigos le van a ese, cuando

ser verdadero aficionado es sobrellevar las derrotas

y saborear las victorias de tu equipo. Hace más de

22 años llegué a La Salle sin saber nada de la

escuela, solo que quedaba cerca de mi casa y que

estaba grandísima. Conforme pasó el tiempo me

fui ajustando la playera de mi equipo llamado "De

La Salle".

Las Jaculatorias que Cobraron Sentido

Recuerdo el primer día de universitaria como si

fuera ayer. Empezó la primera clase y todos

contestaban jaculatorias que el maestro repetía:

"Acordémonos de que estamos en la santa presencia

de Dios." No tenían ningún sentido para mí...

simplemente algunas veces cumplí el requisito de

estar ahí y contestarlas de forma automática.

143


Conforme ha pasado el tiempo, han tomado un

sentido en mi vida... un sentido de pertenencia. Un

grito de guerra, un prepararnos para lo que venga.

Quién lo hubiera pensado... que yo, una matrícula

más (mi matrícula universitaria es de 3 dígitos), iba

a llegar un poco más lejos de lo estipulado por la

estadística, la sociedad, mi familia y hasta por mí

misma.

De Estudiante a Maestra

Algunas mañanas aún corro al salón de clases para

que el maestro no me cierre la puerta. Después me

acuerdo de que yo soy el maestro. Que ahora, yo

soy la responsable de compartir conocimiento y ser

ángel guardián de alguien que está sentado

escuchándome, detrás de un cuaderno, un iPad o

una laptop. Hace 12 años, en un vuelo nocturno de

CDMX a Ciudad Victoria, Tamaulipas, íbamos un

grupo de tres representando a la Universidad para

impartir un Taller de Mediación de Conflictos. Me

tocó sentarme alejada de mis compañeros y junto a

una mujer joven y su pequeña hija de unos cinco

años.

Yo iba sudando en frío por los nervios. Me quité la

sudadera y me quedé en la playera oficial que traía

la leyenda "De La Salle" en una manga. La nena

miró con atención y exclamó: "¡Tú eres de mi

escuela! ¡Yo también estoy en La Salle, pero estoy en

144


kínder!" Empezó la plática como si nos

conociéramos de años. La mamá también había

estado en La Salle. Al llegar al destino, me ofreció

su número. Estuvo muy pendiente de nosotros

durante nuestra estadía. No tenía ninguna

necesidad de hacerlo, simplemente ese sentimiento

de servicio, de fraternidad hacia el prójimo, y más

si tu prójimo es familia extendida.

Ahí me di cuenta de que esto trasciende mucho

más allá de las cuatro paredes de un salón de

clases. Es representar un legado, un apellido, un

nombre, una familia. Una familia que te apoya,

aplaude tus éxitos y te acompaña en tus tropiezos.

Una familia en la cual he encontrado amistades,

aprendizajes y anécdotas para toda mi vida.

¡Eso es ser Lasallista!

Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu

lasallista:

Ser lasallista no es una etapa universitaria que se

supera; es una identidad que se abraza para siempre.

Es reconocerse en aeropuertos, es ayudarse sin pedir

nada a cambio, es formar una hermandad que

trasciende generaciones y geografías. La playera se

145


puede quitar, pero el corazón lasallista late para

siempre.

MTRA. MARGARITA ACOSTA

ALCALDE

Cuando los Valores se Vuelven Vida

Ser maestra lasallista es sembrar los cinco valores

que San Juan Bautista De La Salle nos legó: fe,

fraternidad, servicio, compromiso y justicia. En

cada clase intento que estos valores respiren, que

no sean palabras huecas sino vida palpable. Pero

hay días en que descubres que la siembra dio frutos

que superan tus más hermosos sueños.

El Secreto en el Supermercado

Era casi final de semestre cuando los vi: mi grupo

de sexto, reunidos entre los pasillos del súper,

llenando un carrito mientras hablaban en susurros.

Me acerqué desde otro pasillo y lo que escuché me

detuvo en seco: "Recuerden, él cree que es de un

patrocinador anónimo." Los confronté con

delicadeza, y entonces se abrió ante mí una

historia extraordinaria. En segundo semestre les

había dejado un trabajo: reflexionar sobre cómo

ayudar al prójimo sin esperar reconocimiento.

146


Ellos transformaron esa tarea académica en misión

de vida.

Descubrieron que un compañero atravesaba

dificultades económicas severas. Sin hacer ruido,

sin buscar aplausos, organizaron un sistema: cada

quince días reunían productos de sus casas o

aportaban dinero. Durante cuatro años —¡cuatro

años! — mantuvieron este secreto de amor,

haciéndole creer que la despensa venía de un

"patrocinador anónimo."

"No queremos que se sienta comprometido" me

explicaron. "Queremos que termine su carrera con

dignidad."

La Lección que Me Dieron

Cuando les volví a dar clase, no pude contener la

pregunta: "¿Siguen con la despensa?" Sus rostros se

iluminaron. "Por supuesto, maestra. Es nuestro

compromiso." Al final del semestre, en sus

proyectos de vida escribieron: "Ahora, con más

ganas, entendemos lo que significa ser un alumno de

La Salle."

Pero fueron ellos quienes me enseñaron a mí. En

esa despensa anónima vi materializados nuestros

cinco valores: la fe que multiplica, la fraternidad

147


que no necesita reconocimiento, el servicio

discreto, el compromiso sostenido, la justicia que

busca igualdad de oportunidades.

Esta es una de muchas anécdotas que me hacen ser

orgullosamente maestra lasallista. Porque educar

en La Salle es más que transmitir conocimientos.

Es tocar corazones de tal manera que ellos, a su

vez, toquen otros corazones en una cadena infinita

de bien.

Eso es La Salle: una conspiración de amor que no

busca aplausos, solo transformar el mundo, una

despensa anónima a la vez.

DRA. LYDIA ALVARADO

ACOSTA

La Pedagogía del Corazón

"Descubrí que ser educador lasallista es tocar vidas,

no solo transmitir conocimientos"

Tengo diecisiete años colaborando en la

Universidad La Salle Chihuahua. Inicié como

docente por horas en 2007 en el área de ingenierías.

Actualmente, soy maestra de tiempo completo y

148


estoy a cargo de las carreras de Ingeniería

Industrial en Calidad y de Ingeniería en Diseño

Industrial. Al iniciar mis labores, empecé a

observar que la dinámica pedagógica dentro de la

universidad era diferente a otras instituciones.

Poco a poco me fui involucrando más, me

invitaron a participar en el diplomado de

formación lasallista y fue ahí donde conocí el

modelo de San Juan Bautista De La Salle. Al saber

de su historia me sentí más identificada con la

docencia y descubrí la importancia de ser

educador.

Más Allá del Conocimiento Técnico

El modelo educativo lasallista basado en valores,

servicio, fraternidad y compromiso cristiano, busca

una formación integral a través de la enseñanza y

el acompañamiento. Mi labor como docente sigue

despertando esa pasión de compartir el

conocimiento, mantener ese binomio maestroalumno

en la comunicación, el acompañamiento,

la empatía y el servicio. El ser educador no solo se

queda en un aula de cuatro paredes en la que se

imparten conocimientos. Debe trascender más allá,

guiándolos para que descubran sus competencias y

habilidades, fomentando el pensamiento crítico

con el objetivo de formar alumnos comprometidos

con la sociedad.

149


A lo largo de los años, mi experiencia como

maestra lasallista me ha permitido comprender y

reafirmar mi vocación educadora, no solo en el

aspecto académico, sino también en la parte

humana. En la actualidad estamos viviendo

diversas situaciones sociales que afectan y lastiman

al mundo entero. Por esta razón, la misión del

docente debe ser desde el salón de clases:

transmitir, inculcar el servicio por el prójimo para

que los alumnos sean capaces de mantener una

mirada crítica con el más necesitado. Ser maestra

lasallista es un desafío. Nos encontramos con

nuevas generaciones que viven diversas

problemáticas: contextos de violencia, falta de

recursos, problemas de aprendizaje. Debemos ser

una guía, una luz en su caminar, prepararlos de

manera integral para la vida, no solo en el

conocimiento, sino también para ser personas de

bien, empáticos, humildes, visionarios, con

pensamiento crítico, justos y éticos.

Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu

lasallista:

La pedagogía lasallista no se aprende solo en

diplomados; se vive en cada clase, en cada asesoría,

en cada momento de acompañamiento. Es entender

que formar ingenieros no es solo enseñar fórmulas,

sino formar personas que usarán esas fórmulas para

construir un mundo más justo. Es la convicción de

que cada estudiante, sin importar sus circunstancias,

150


merece una educación que lo transforme

integralmente.

IRVING VIDAL TERRAZAS

De las Aulas Lasallistas a la Justicia Global

Recibí mi título en junio de 2006, como parte de la

primera generación de Derecho con acentuación

en América del Norte. Ese día me entregaron la

medalla Miguel Febres Cordero, y aunque fue un

momento muy significativo, en realidad lo que más

me marcó fueron los años vividos en La Salle: las

clases, sí, pero también el ambiente, el sentido de

comunidad, el enfoque humano de la formación.

Con el tiempo, tuve la oportunidad de continuar

mis estudios en Washington, especializándome en

Derecho de los Conflictos Armados y Derechos

Humanos. Y fue estando allá, en un entorno tan

distinto, que realmente entendí lo que significaba

haber estudiado en La Salle Chihuahua.

Recordaba las palabras de mis maestros, las

conversaciones con compañeros, la manera en que

se nos enseñaba que el Derecho no es solo una

herramienta legal, sino una forma de proteger, de

dignificar, de servir. He trabajado en proyectos

internacionales, en temas migratorios, en

escenarios complejos, y en todos ellos he llevado

conmigo algo que no se aprende en los libros: la

151


convicción de que la justicia debe tener rostro

humano.

Aunque mi trayectoria me ha llevado lejos, cada

vez que pienso en el origen de todo, regreso a

aquel patio, a aquellas aulas, y a ese día en el que

me entregaron una medalla que no reconocía solo

un logro académico, sino una misión: ejercer el

Derecho con compasión, y recordar siempre que la

dignidad humana está por encima de cualquier

sistema.

Eso lo aprendí en La Salle. Y eso, hasta hoy, guía

mi camino.

Porque eso somos en La Salle: formadores de

profesionales globales con corazón local, de juristas

que entienden que el derecho más importante es el

derecho a la dignidad humana.

ME. EVA CRISTINA GONZÁLEZ

LOBO GUERRERO

La Esencia y el Compromiso de una Educadora

Lasallista

"Veinticinco años robándole el corazón a los

alumnos difíciles"

152


Desde que era estudiante universitaria, la vida me

puso en el camino de la enseñanza. A los veinte

años, con el corazón acelerado y las manos

temblorosas, entré por primera vez a un aula como

docente en una escuela de inspiración católica. No

sabía nada de impartir clases, y, sin embargo, allí

estaba. Lo que no sabía era que, en el camino, sería

yo quien más aprendería.

Lecciones de Vida en Cada Aula

Con cada alumno descubría un nuevo universo. Un

niño de doce años podía enseñarme sobre la

fortaleza y la resiliencia, sobre la tristeza que se

oculta tras una sonrisa al cruzar la puerta de la

escuela, sobre el valor de ser un refugio seguro,

aunque sea solo por unas horas. Aprendí que los

adultos cometemos el error de minimizar el

sufrimiento de los jóvenes, olvidando que nosotros

también sufrimos por el primer amor, por la

ausencia de nuestros padres o por la presión de

encajar.

Con el paso del tiempo, mi corazón fue

acumulando historias y secretos. Me convertí en

cómplice de travesuras, en confidente de temores y

en testigo de sueños. Las primeras graduaciones

llegaron, y con ellas, las despedidas. Con cada

adiós, pedía en silencio que la vida cuidara a esos

153


pequeños corazones que una vez habían estado en

mis manos.

El Regalo de la Reciprocidad

Y entonces llegó el primer regalo: la visita

inesperada de un exalumno. "Maestra, solo quería

saludarla y contarle cómo me va", me dijo con una

sonrisa genuina. Fue en ese instante cuando

entendí que mi trabajo iba más allá de las

matemáticas o la ortografía; se trataba de

acompañar, de ser un faro en medio de la

incertidumbre.

La mañana en que perdí a una persona importante

de la manera más cruel posible, un alumno se

acercó a mí en silencio, me abrazó y me susurró:

"Usted siempre ha estado para mí, ahora me toca a

mí estar para usted." En ese instante comprendí que

no existía barrera alguna entre nosotros, que ellos

también tenían el poder de sanar mi corazón roto.

El Amor Lasallista

El destino me llevó a una escuela lasallista, donde

sin darme cuenta, me enamoré de la institución, de

sus valores y de su gente. Descubrí que no se

trataba solo de reglas o disciplina, sino de amor.

Amor a la profesión y a cada ser humano que

154


ponía su confianza en mí. Vi cómo un "alumno

problema" florecía cuando alguien le daba la

oportunidad de demostrar su potencial, cómo un

niño que "no entendía" solo necesitaba a un

maestro que creyera en él.

Hoy, después de veinticinco años como maestra,

cuando me preguntan qué es lo que más disfruto

de mi trabajo, mi respuesta sigue siendo la misma:

cada día es diferente, desafiante, pero, sobre todo,

divertido. Porque al final, la verdadera magia de la

docencia no está en los libros ni en los exámenes,

sino en robarle el corazón al alumno "difícil" y

convertirlo en un aliado para toda la vida.

Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu

lasallista:

La educación lasallista es un acto de amor

bidireccional. No solo el maestro transforma al

alumno; el alumno transforma al maestro. Es

entender que los "alumnos problema" son en realidad

alumnos con problemas que necesitan amor. Es la

convicción de que veinticinco años después, la pasión

por enseñar no se apaga; se renueva con cada

generación que llega buscando no solo conocimiento,

sino comprensión, no solo educación, sino

transformación.

155


El Mosaico Lasallista

Estos testimonios, diversos en origen, pero unidos

en espíritu, forman el mosaico viviente de la

Universidad La Salle Chihuahua. Desde el hijo que

se convirtió en servidor público, hasta la maestra

que descubrió su vocación; desde el misionero que

encontró a Dios en una vigilia pascual, hasta la

doctora que entiende que ser lasallista es una

identidad permanente. Cada historia es única, pero

todas comparten hilos comunes: la transformación

personal, el servicio al prójimo, la fe vivida en

obras, la convicción de que la educación es el arma

más poderosa para cambiar vidas. Son testimonios

que nos recuerdan que La Salle no es solo una

universidad; es una familia, una forma de ver el

mundo, un compromiso de vida.

En estos 25 años, miles de historias como estas se

han escrito en nuestras aulas, pasillos y corazones.

Cada una es prueba de que el sueño de San Juan

Bautista De La Salle sigue vivo: tocar corazones

para transformar vidas, educar mentes para liberar

espíritus, formar profesionales para servir a la

humanidad.

Que estos testimonios inspiren a las nuevas

generaciones a escribir sus propias historias de

transformación, servicio y amor. Porque ser

lasallista no es un título que se cuelga en la pared;

156


es una llama que se lleva en el corazón y que

ilumina todos los caminos por donde transitamos.

Indivisa Manent - Permanecemos unidos en estas

historias, en estos corazones, en esta misión

sagrada de educar.

MARTHA JANNET MESTA

Responsable de Documentación en Servicios

Escolares

El Día que Cambió Mi Vida

Entré a la Universidad La Salle Chihuahua, un 11

de junio del 2001, invitada a formar parte de esta

comunidad. Recuerdo perfectamente ese día

porque marcó el inicio de una historia de amor que

dura ya más de dos décadas. La primera persona

que me recibió fue Margarita Álvarez, con esa

amabilidad tan suya que inspiraba confianza

inmediata. Me trató tan bonito, tan cálidamente,

que su gesto fue el primer lazo que me unió a esta

universidad. En ese momento no lo sabía, pero ese

abrazo de bienvenida sería el primero de miles que

recibiría en esta casa. Después conocí al Dr. Víctor

Pérez del Valle, quien sería mi jefe. Siempre lo he

recordado con enorme cariño, porque desde el

primer momento fue una persona fina y

respetuosa. Aquel día me dijo algo que nunca

157


olvidaré: "Queda contratada. Aunque tenga otro

trabajo, yo la espero el tiempo que sea necesario."

Esa seguridad, esa fe en mí, me hizo sentir una

felicidad inmensa. Desde entonces supe que estaba

en el lugar correcto, donde no solo encontraría

trabajo, sino una familia.

El Rector que Me Enseñó a Ver Más Allá

Posteriormente, conocí al Dr. José Cervantes,

rector en ese momento. Para ser honesta, al

principio me dio un poco de miedo porque se veía

muy serio, incluso enojón. Pensé: "¿En qué me

metí?" Pero con el tiempo descubrí a una persona

maravillosa, con un gran corazón, siempre cercano

y humano. Aprendí que detrás de esa seriedad

había un líder comprometido con cada persona de

esta universidad.

La Sinfonía de los Recreos

También viví momentos que hoy recuerdo entre

risas y nostalgia. En aquellos años, yo era la

encargada de poner la música en los cortes de

clase. Para ser sincera, a veces lo olvidaba, y los

alumnos no salían de las aulas porque no

escuchaban la señal. La universidad se quedaba en

un silencio extraño, casi fantasmal. Entonces

158


llegaba el Hermano Cervantes a mi oficina y me

decía, con esa voz firme: "¿Qué pasó? ¡No hay

música!" Era estresante en el momento—mi

corazón se aceleraba cada vez—, pero con el

tiempo se volvió una anécdota que siempre me

saca una sonrisa. Cuando por fin instalaron el

sistema automático que encendía y apagaba la

música, fue un alivio enorme... pero también el fin

de esas pequeñas aventuras cotidianas que me

recordaban que, en esta universidad, hasta los

errores, se vivían con humanidad y comprensión.

Más que un Trabajo, una Vocación

Veintitrés años después, puedo decir que cada día

en esta universidad ha sido un regalo. He visto

crecer estudiantes, he sido testigo de sueños que se

cumplen, y he aprendido que educar no es solo

transmitir conocimientos, sino acompañar

corazones en su camino hacia el futuro.

Desde servicios escolares, he tenido el privilegio de

ser parte de miles de historias: la primera

matrícula, el último trámite antes de graduarse, las

lágrimas de alegría en las ceremonias. Cada

documento que proceso lleva consigo la esperanza

de una familia, el esfuerzo de un joven, la

confianza depositada en esta institución.

159


Gracias, Universidad La Salle Chihuahua, por

creer en mí desde aquel 11 de junio del 2001. Por

enseñarme que las grandes historias se construyen

día a día, con pequeños gestos de amor, dedicación

y, sí, también con algunas melodías olvidadas.

Indivisa Manent.

160


CAPÍTULO 4

Herencia Viva: El Lasallismo en

Acción

"La educación es el arma más poderosa para cambiar

el mundo, pero solo si esa arma se empuña con amor."

— Reflexión lasallista anónima

En los pasillos de nuestra universidad, el lasallismo

no es teoría archivada en manuales polvorientos.

Es práctica viva, oxígeno que se respira, cultura

que se contagia. Cada día, en gestos pequeños y

proyectos grandes, nuestra comunidad escribe

nuevas páginas de esta historia centenaria que

comenzó en Reims y florece hoy en el desierto

chihuahuense.

En las Aulas: Donde el

Conocimiento se Encuentra con la

Sabiduría

La Pedagogía del Encuentro

Salón 204, jueves, 3:47 PM. La clase de

mercadotecnia está por terminar. La maestra Pili,

161


con veinte años de experiencia y la misma pasión

del primer día, nota que una alumna, sentada hasta

atrás, frunce el ceño mientras revisa sus apuntes.

Sin preguntarle, se acerca con esa intuición que

solo dan los años de ver rostros jóvenes luchar

contra las interrogantes del aprendizaje: "¿Te

quedaste con dudas?"

Ella asiente, casi con vergüenza. En otras

universidades, sería una más de los rezagados.

Aquí es Andrea, futura mercadóloga, persona con

nombre, historia y potencial.

"Quédate cinco minutos después de clase."

No son cinco minutos. Son cuarenta.

La maestra ha perdido la noción del tiempo.

Tendrá que esperar. Pero Andrea sale del aula

entendiendo no solo la segmentación de mercados,

sino algo aún más valioso: que aquí importa. Su

duda importa. Su proceso de aprendizaje importa.

Ella importa. Esta escena se repite cientos de veces

cada semestre, en cada coordinación, con cada

maestro que ha interiorizado que enseñar en La

Salle no es dictar cátedra; es acompañar procesos,

iluminar caminos, encender esperanzas.

162


Los Maestros Artesanos

“Aquí no enseñamos solo para exámenes, sino para la

vida”, dice una maestra mientras revisa por tercera

vez el proyecto de un estudiante. No busca errores

para marcar con rojo; busca oportunidades de

crecimiento, destellos de genialidad escondidos en

la timidez, preguntas no formuladas que revelan

mentes inquietas.

En los laboratorios de Ingeniería, un profesor

detiene su explicación sobre sensores y

automatización. Ha notado que un alumno,

generalmente participativo, está ausente

mentalmente. Al terminar la clase, se acerca:

“¿Todo bien en casa?” El estudiante se quiebra. Su

padre está enfermo, necesita trabajar más horas,

está pensando en dejar la carrera. El profesor no

solo escucha; activa la red invisible de apoyo

lasallista.

“Un maestro lasallista”, señaló un Hermano en una

junta de profesores, “es un artesano de humanidad.

No producimos profesionistas en serie; esculpimos

personas únicas, respetando la veta particular de

cada madera, la textura específica de cada barro.”

163


El Aula Como Espacio Sagrado

En La Salle, el aula es espacio sagrado donde

ocurre el milagro cotidiano del aprendizaje. No es

sacralidad que paraliza, sino que libera. Aquí se

puede dudar, preguntar, equivocarse, volver a

intentar. Un profesor de fisioterapia lo explica así:

“Mi aula es un laboratorio de humanidad. Sí,

enseño sobre el cuerpo humano, pero también

enseño que cada persona que acompañarán en su

futuro profesional es templo de una historia,

refugio de un alma. Cuando les habló del corazón,

no olvidó mencionar que este late no solo por

mecánica biológica, sino por amor, miedo y

esperanza.”

Lecciones que no Están en el Plan

de Estudios

La Puntualidad como Respeto

En La Salle se aprende tanto en las aulas como

fuera de ellas. El currículum oculto —esas

enseñanzas no escritas, pero profundamente

grabadas— forma parte esencial de nuestra

pedagogía.

Llegar tarde no es solo perder minutos; es un

mensaje silencioso que dice: “Mi tiempo vale más

164


que el tuyo.” El Mtro. Luis Soto Martínez lo

entendía profundamente. Por eso llegaba con

tiempo, con calma, y saludaba de mano a cada

estudiante que entraba al aula. No era un acto

automático, era una declaración silenciosa de

respeto: “Te veo. Me importas. Tu presencia aquí

cuenta.”

En tiempos donde la prisa suele ganarle al

encuentro humano, su puntualidad y cercanía eran

una lección viva: educar también es mirar a los

ojos y dar la mano. "Cuando un estudiante percibe

que lo valoramos, aprende a valorar a otros."

El Saludo como Reconocimiento

Desde el rector hasta el personal de

mantenimiento, todos saludan, todos son visibles.

Es política, no escrita pero religiosamente

practicada. Esta cultura del reconocimiento

transforma. Los estudiantes aprenden que la

dignidad no está en los títulos sino en la persona.

Aprenden a ver, a reconocer, a dignificar con la

simple magia de un saludo genuino. “En La Salle

aprendí que el éxito no te da derecho a la arrogancia.

Si el Rector Hno. Salvador Valle saludaba a todos sin

importar quien fuera, ¿quién soy yo para no hacerlo?

Esa lección de humildad me ha abierto más puertas

que mi propio título”

165


El Error como Maestro

En nuestras aulas, el error no es castigo: es

oportunidad. El experimento fallido no es un

fracaso, es información valiosa. La respuesta

incorrecta no es motivo de humillación, sino una

puerta abierta al aprendizaje. “Excelente error”,

dice un profesor cuando un estudiante se equivoca

al resolver un problema de ingeniería. “Ahora

todos aprendamos de él. Los errores en el aula

cuestan sonrojos; en el mundo real, pueden costar

mucho más.” Esta pedagogía del error como

maestro crea ambientes seguros para la

exploración intelectual. Los estudiantes se atreven

a proponer, a innovar, a pensar fuera de la caja

porque saben que equivocarse aquí no es condena,

sino escalón.

Y no solo en el aula. Una vez, en pleno invierno,

durante una importante reunión de rectores, se

colocó una gran lona de bienvenida con un error

ortográfico evidente. Uno de los organizadores,

con tono chisme, se lo hizo notar al Hermano

Salvador Valle. La lona ya estaba instalada, los

invitados ya habían llegado. El Hermano, sin

alterarse, simplemente sonrió y dijo: “Ah, es

muestra de que somos humanos.” Esa lección, tan

simple como profunda, quedó grabada en quienes

lo rodeaban: la humildad también se enseña con la

reacción ante los errores.

166


“Mi mejor invento nació de un error,” cuenta un

estudiante de Ingeniería. “Conecté mal un sensor y

descubrí que podía medir no solo humedad, sino

también nutrientes del suelo. En lugar de un

regaño, mi profesor me dijo: ‘Los errores creativos

son los padres de las innovaciones.’”

Misiones, Comunidad y

Transformación en La Salle

El servicio social en la Universidad La Salle

Chihuahua no es una formalidad burocrática ni un

requisito para obtener un título. Es una

experiencia vital, una especie de iniciación ética y

humana, donde el conocimiento deja de ser

abstracto y se convierte en instrumento de cambio.

Es, como lo ha señalado el Mtro. Ricardo Aguirre

Balcorta, “un golpe de realidad”: un espacio donde

los jóvenes participan de la vida misma,

confrontan la realidad y, al hacerlo, enfrentan

también su propia historia y propósito.

Misiones: Donde el Espíritu Lasallista Cobra Vida

Actualmente, el servicio social se ha enfocado en

proyectos comunitarios en asentamientos urbanos

y en zonas marginadas del estado de Chihuahua,

incluyendo la Sierra Tarahumara y comunidades

vulnerables de Camargo. En estos lugares, nuestros

167


estudiantes no solo brindan atención; construyen

comunidad.

Formamos Transformadores, No Espectadores

El Mtro. Ricardo Aguirre, quien ha acompañado

misiones en distintas comunidades, lo resume así:

“Los jóvenes van a dar, pero regresan

recibiendo más. La experiencia en las

misiones es un espejo que les devuelve una

versión más consciente de sí mismos.”

El Espíritu Lasallista en Acción

En La Salle, no formamos profesionales para que

vivan aislados en torres de marfil. Formamos

agentes de cambio, capaces de transformar la

realidad desde dentro, con competencia técnica,

sensibilidad humana y compromiso ético. Porque

en cada servicio, en cada misión, la fe se vuelve

obra, la esperanza se vuelve acción y el

conocimiento se convierte en justicia.

168


Logros Estudiantiles

Las Tablas que Educaron

El teatro llegó a la Universidad La Salle Chihuahua

para quedarse. El evento Crescendo, concebido

originalmente por la alumna Diana Estrella

Medina, fue el punto de partida de una tradición

artística vibrante que marcaría la historia cultural

de la institución. Tiempo después, la Mtra. Karla

Sierra, como Coordinadora de Extensión

Universitaria, retomó y dio continuidad a esta

visión, consolidando Crescendo como un espacio

formal de expresión artística estudiantil. Su labor

sentó los cimientos sobre los cuales se ha

construido una auténtica cultura teatral y artística

dentro del campus. Paralelamente, la Mtra.

Lourdes Caraveo, docente de Derecho, enriquecía

la vida cultural universitaria con las memorables

representaciones del Juicio a Jesús, que conmovían

a la comunidad cada Semana Santa. Además, la

maestra, impulsó exposiciones de pintura y

fotografía, abriendo espacios para que el talento

visual de nuestros estudiantes encontrara un

escenario digno donde florecer.

Diana Estrella Medina, alumna de la primera

generación y creadora de Crescendo: "Siendo parte

de la primera generación, sentía que la ULSA

merecía algo aún más grande, algo que celebrara su

169


espíritu con fuerza y emoción. Siempre me ha gustado

cantar, y soñaba con iniciar un evento que quedara

en la memoria de todos. Así nació Crescendo, del

deseo profundo de dejar huella, de reunir a los

alumnos con talento y fortalecer nuestra unión como

comunidad. Conté con el apoyo del Hermano José

Cervantes, quien creyó en la idea y me impulsó a

hacerla realidad. Desde las audiciones, la

producción, los ensayos, hasta el montaje final, supe

que esto viviría en los corazones de quienes formaran

parte de él. Qué orgullo pertenecer a esta escuela… y

saber que dejamos un legado que seguirá cantando en

otras generaciones."

Tiempo después la Mtra. Mónica Villarreal

Stoopen tomó las riendas, expandiendo la visión

con programas como "ImpulsArte" y continuó

"Casa Abierta". Estos eventos sembraron las

semillas de lo que hoy florece en nuestra

universidad: espacios donde el arte no solo se

presenta, sino que se vive como experiencia

formativa integral.

Mtra. Karla Sierra: egresada y voz viva del espíritu

lasallista. “‘Crescendo’ nació del entusiasmo de los

primeros alumnos que daban vida a las clases de

canto, impulsados por el amor al arte y el deseo de

crear algo que perdurara. Fue la exalumna Diana

Estrella Medina quien, inspirada y respaldada por el

Rector, Dr. José Cervantes, propuso el nombre que

170


simboliza crecimiento, armonía y vocación. Diana

fue su autora; yo tuve el honor de continuar ese

legado como Coordinadora de Extensión

Universitaria durante varios años. Aunque el tiempo

pasa, cada vez que regreso al campus, me llena de

alegría ver cómo todo en la ULSA sigue creciendo...

como su nombre lo soñaba.”

Posteriormente, el Mtro. Ever Martínez Decanini

asumió la coordinación, y fue durante su gestión

cuando se concretó la primera obra de gran

producción: "La Tiendita de los Horrores". Este

musical marcó un hito definitivo en la vida cultural

de nuestra universidad. No era solo

entretenimiento; era pedagogía en movimiento,

formación integral hecha espectáculo.

"Fue la integración de varias disciplinas artísticas que

nos permitieron mostrar el gran talento de nuestros

alumnos", recuerda el Mtro. Martínez Decanini.

"No solo actuación, sino música, danza, diseño,

iluminación... cada elemento sumaba para crear algo

más grande que la suma de sus partes. Era La Salle

haciendo arte, pero arte con propósito formativo."

"Recuerdo los nervios de esa primera noche",

comparte uno de los actores pioneros. "El auditorio

lleno, las luces, el silencio expectante. Pero cuando

comenzamos, algo mágico sucedió. No éramos

solo estudiantes actuando; éramos una comunidad

171


contando su historia, explorando temas profundos

a través del arte escénico."

La producción requirió meses de preparación,

uniendo a estudiantes de diferentes carreras:

ingenieros diseñando escenografía, comunicólogos

en la promoción, administradores gestionando

recursos, psicólogos asesorando en la construcción

de personajes. Fue, en esencia, un proyecto

lasallista: interdisciplinario, colaborativo,

transformador.

Hoy, bajo la coordinación del Lic. Julio Acosta,

Crescendo continúa evolucionando. La reciente

presentación de EVO Music demostró que la

tradición no solo se mantiene viva, sino que se

reinventa constantemente, adaptándose a nuevas

expresiones artísticas mientras mantiene su esencia

formativa.

Y desde entonces, el teatro universitario ha

florecido, consolidándose Crescendo como

plataforma permanente de expresión artística. Pero

aquella primera función de "La Tiendita de los

Horrores" permanece en la memoria como el

momento fundacional cuando descubrimos que las

tablas también pueden ser aulas, que el arte

dramático también es herramienta de formación

integral.

172


Excelencia que Trasciende las Aulas

La formación integral lasallista no solo se refleja en

el servicio comunitario; también florece en logros

extraordinarios que llevan el nombre de nuestra

universidad a los más altos podios. Cada triunfo

estudiantil es testimonio de que la excelencia

académica y la formación en valores pueden y

deben caminar juntas.

El deporte lasallista en Chihuahua ha construido

una tradición de excelencia que trasciende

nuestros muros. Año tras año, nuestros estudiantes

participan con orgullo en los Juegos Lasallistas,

donde compiten con sus hermanos de toda la

República. En estos encuentros fraternos, pero

competitivos, hemos cosechado medallas en

diversas disciplinas: basquetbol, tenis, atletismo,

fútbol... cada presea es testimonio del espíritu

deportivo que cultivamos, donde el esfuerzo y los

valores caminan de la mano.

Primera Medalla CONDDE

Un momento histórico llegó cuando la primera

medalla en el Consejo Nacional del Deporte de la

Educación (CONDDE) para la Universidad La

Salle Chihuahua fue conquistada en la disciplina de

esgrima. La elección de este deporte no era

casualidad: la esgrima tiene profundas raíces en

173


Francia, país natal de San Juan Bautista De La

Salle. Francia tuvo un papel crucial en la evolución

y codificación de la esgrima como deporte durante

los siglos XVII y XVIII, precisamente la época en

que vivió nuestro fundador. Aunque no hay

evidencia histórica de que el santo practicara este

deporte, es significativo que en la película sobre su

vida se incluyó una escena de él practicando

esgrima, precisamente como símbolo de esta

relación con la cultura francesa de su tiempo. Esta

licencia cinematográfica refuerza la conexión

simbólica que hace aún más especial este primer

triunfo deportivo. No era solo metal lo que colgaba

del cuello del atleta; era la confirmación de que

nuestros estudiantes pueden competir y ganar en

cualquier arena, y era un hilo invisible que

conectaba pasado y presente, la Francia del siglo

XVII con el Chihuahua del siglo XXI, fundador y

herederos.

"Cuando subí al podio con mi uniforme de La Salle",

recuerda Eduardo Barraza Treviño, el estudiante

que logró este hito, "sentí que estaba cumpliendo un

sueño por el que había luchado durante años. No solo

representaba a mi universidad; llevaba conmigo cada

esfuerzo, cada obstáculo superado, y los valores,

respeto y perseverancia que me enseñó mi familia. En

la esgrima, como en la vida lasallista, no se trata solo

de atacar; se trata de saber cuándo defender, cuándo

esperar, cuándo actuar con precisión y honor.

174


Agradezco profundamente al Hermano Guillermo, a

mi familia y a quienes siempre creyeron en mí"

Su triunfo abrió camino. Otros medallistas

CONDDE continuaron, escribiendo con sudor y

dedicación nuevas páginas de gloria deportiva.

Nombres de medallistas CONDDE

• Fátima Daniela Núñez Chagoya - Tenis

modalidad Singles (2025)

• Juan Pablo Silva Piñón - Tiro con arco

compuesto (2025)

• Aiko Coballasy Lardizabal - Tenis modalidad

Singles (2025)

• Andrea Madrid Lozano - 400 mts con vallas

(2025)

• Atalía Gómez Rodríguez - Salto de altura (2025)

• Paulina García Sáenz - 1500 mts planos (2025)

• Arturo Gómez Rodríguez - Salto de altura (2025)

• Emilio Fernández Porras - Tenis Varonil (2024)

• Rodrigo Ruiz San Feliz - Tenis Varonil (2024)

• Javier Rojas Arias - Tenis de Mesa (2021)

• Carlos Alfonso Rojas Arias - Tenis de Mesa

(2021)

• Leonardo García Millán - Tenis de Mesa (2021)

• Eduardo Barraza Treviño – Esgrima (2021)

Cada logro representa más que un triunfo, es una

historia de lucha, pasión y valores lasallistas. De

aquellos triunfos nacionales, el legado deportivo de

175


La Salle Chihuahua trascendió fronteras y dio el

salto al escenario internacional.

Participantes en la Universiada Mundial Rhine-

Ruhr 2025 (Alemania):

• Fátima Daniela Núñez Chagoya - Tenis

modalidad Singles (2025)

• Aiko Coballasy Lardizabal – Tenis (2025)

• Juan Pablo Silva Piñón – Tiro con arco

compuesto (2025)

Y a los que nunca se rinden… este espacio también

es para ustedes.

Para quienes corren, nadan, boxean, lanzan,

esquivan, giran o se levantan con más fuerza cada

día.

Para los cientos de estudiantes que han

representado a La Salle en los Juegos Lasallistas.

Para quienes entrenan con pasión en clubes y

torneos externos.

Para quienes practican levantamiento de pesas,

artes marciales, voleibol, ciclismo o incluso rodeo.

Aunque sus nombres no aparezcan por cuestión de

espacio, su esfuerzo no pasa desapercibido.

176


Este homenaje es también suyo.

Porque en La Salle sabemos que el verdadero podio

se encuentra en la disciplina diaria, en la

perseverancia silenciosa y en el compromiso con

sus sueños, sus valores y su formación integral.

La Excelencia como Cultura

Estos logros —deportivos, artísticos, culturales— no

son casualidades aisladas. Son fruto de una cultura

institucional que ve en cada estudiante un universo

de posibilidades. Que no se conforma con formar

profesionistas competentes, sino que busca

despertar talentos, pulir diamantes, liberar

potenciales. Por cada medallista que sube al podio,

hay entrenadores que creyeron, compañeros que

apoyaron, familias que sostuvieron. Por cada

mural que transforma un espacio, hay maestros

que inspiraron, comunidades que confiaron. Por

cada obra que emociona, hay un ecosistema

lasallista que nutre, que permite, que celebra.

Estos logros nos recuerdan que la excelencia

lasallista no es unidimensional. No formamos solo

cerebros brillantes o cuerpos atléticos o

sensibilidades artísticas. Formamos personas

integrales que armonizan, mente, cuerpo y

espíritu, logrando una expresión plena. Y hacen

177


posible que un esgrimista sea poeta, un muralista

sea filósofo y un actor sea ingeniero.

Porque al final, esa es la magia de la educación

lasallista: no te encasilla, te libera. No te limita, te

potencia. No te dice quién debes ser, te ayuda a

descubrir quién eres llamado a ser.

Investigación con Impacto Social

Ciencia con Conciencia

En la Universidad La Salle Chihuahua, la

investigación no es un fin en sí misma ni una

carrera por acumular publicaciones indexadas o

pertenencias al Sistema Nacional de

Investigadores. Nuestra misión va más allá:

buscamos transformar nuestra realidad local con

soluciones aplicadas, inmediatas y profundamente

humanas. Es ciencia con conciencia social. Esta

visión no surgió de la nada. Comenzó con la Mtra.

Beatriz Montoya, quien sentó las bases de una

investigación comprometida con el bien común.

Hoy, ese legado continúa fortalecido bajo la

coordinación del Dr. René Moreno Parra, quien ha

impulsado un enfoque aún más transversal,

conectando saberes y disciplinas en torno a

problemas reales.

178


Mtra. Beatriz Montoya, excolaboradora en

investigación: "La Salle me ha dado tantas

bendiciones que me es muy difícil hablar de una en

particular. Por eso me voy a enfocar en uno de los

compromisos que esta universidad me hizo abrazar

con el corazón. La enseñanza.

Y más que haber podido enseñar a los jóvenes algún

conocimiento, tuve el privilegio de verlos

transformarse en mejores estudiantes y en seres

humanos maravillosos.

Donde quiera que estén mis queridos alumnos, que

Dios los acompañe siempre. Y a la universidad,

gracias por haberme dado la oportunidad de formar

parte de su claustro."

Nuestros eventos de investigación —la publicación

de libros, los encuentros de investigación y las

redes de colaboración, la revista de investigación—

no son vitrinas de egos, sino espacios de encuentro

para el pensamiento crítico y la acción

transformadora.

Dr. René Moreno, actual coordinador de

investigación: "El verdadero legado de la vocación es

sembrar transformación, que trascienda las aulas y se

construya junto a la comunidad. La investigación,

cuando nace del corazón lasallista, no solo busca

respuestas: nos invita a mirar con valentía nuestra

realidad y a repensarla con esperanza. Ahí, en ese

compromiso reflexivo y humano, está la raíz de

nuestra identidad."

179


Programa Universitario Indígena

En la Universidad La Salle Chihuahua, el

Programa Universitario Indígena representa

mucho más que una estrategia institucional: es un

acto de justicia histórica, una respuesta consciente

al llamado de inclusión que nuestra sociedad exige.

Implementado en colaboración otras instituciones,

el programa ofrece incentivos económicos,

acompañamiento académico y recursos integrales

a estudiantes indígenas de nivel técnico y superior.

Su propósito no se limita al acceso a la educación,

sino que busca verdaderamente transformar vidas,

fortalecer identidades y abrir caminos hacia una

participación laboral plena y digna.

Desde su nacimiento, este programa ha tocado

corazones y ha sembrado raíces profundas en la

comunidad lasallista. Así lo expresa la Mtra.

Mónica Villarreal Stoopen, una de sus voces

fundadoras y defensoras más comprometidas:

“El origen del Programa Universitario Indígena

marca para mí una guía que trasciende el tiempo y el

espacio. Es una llama que me llena de orgullo y

profunda satisfacción, porque me permite tender un

puente donde antes solo había distancia. Acercarles

los estudios universitarios a jóvenes indígenas es más

que brindarles una oportunidad académica; es

180


sembrar esperanza, devolver dignidad y reconocer la

riqueza de sus saberes ancestrales como parte viva de

nuestro futuro.”

Con este espíritu, el programa no solo educa:

dignifica, empodera y transforma, integrando a los

estudiantes indígenas como actores clave en la

construcción de un México más equitativo, plural

y profundamente humano.

Tradiciones que Construyen

Identidad

Nuestras tradiciones no son rituales vacíos

repetidos por inercia; son pedagogía en acción,

símbolos que enseñan, rituales que transforman.

Chevron de la Rotonda

Cada mañana, cientos de estudiantes transitan por

la rotonda de la entrada en caseta 1, donde el

chevron lasallista está incrustado en el piso.

Más que un detalle visual, es una puerta simbólica,

pasar a lado de él es entrar a una comunidad con

historia, propósito y misión.

181


Una tradición no escrita que recuerda:

“No estás solo. Caminas sobre huellas de quienes

también soñaron aquí.”

San Juan Bautista de La Salle: Presencia Viva

Frente al campus, la estatua del Fundador se alza

como guardián espiritual. No impone, acompaña.

“Cada vez que la veo, me recuerda que educar no

es solo enseñar, es creer en la dignidad de cada

persona”, mencionó un maestro.

Símbolos en la Arquitectura

La universidad ha sido construida con intención,

no solo con concreto:

Torre de la Comunidad: Más que un edificio, la

torre representa la vocación de unidad que inspira

a la Universidad La Salle Chihuahua. Su diseño

encierra el sentido de dirección y convergencia,

distintos caminos que se encuentran en un mismo

ideal. Su construcción fue posible gracias a la

colaboración interinstitucional, incluyendo el

respaldo del gobierno federal de la época,

canalizado a través de iniciativas sociales y

educativas. Este esfuerzo fue acompañado por la

gestión comprometida de la entonces primera

182


dama, Margarita Zavala Gómez del Campo, quien

entendió el valor transformador de este proyecto

educativo.

La torre se eleva hoy como un símbolo tangible del

trabajo conjunto por el bien común, sin

protagonismos ni banderas, recordándonos que el

verdadero progreso nace de la colaboración

generosa y del compromiso con la comunidad.

El cubo con chevrones en la Torre de Comunidad.

El mural de los fundadores en la Biblioteca: un

homenaje visual al origen.

Reims y Ruan, la biblioteca Reims y los

laboratorios de cómputo Ruan no llevan esos

nombres por casualidad. Ambos evocan lugares

fundamentales en la vida de San Juan Bautista de

La Salle: Reims, su ciudad natal, donde inició su

camino en la educación; y Ruan, donde pasó sus

años de formación y ordenación sacerdotal. Dar

estos nombres a nuestros espacios es una forma de

mantener viva su memoria, y de recordar que cada

libro abierto y cada descubrimiento digital

continúan el legado de un hombre que dedicó su

vida a transformar el mundo a través del

conocimiento.

183


En el pórtico, un muro de piedra graba los tres

valores que nos definen,

Fe, Fraternidad y Servicio.

Volando a Roma, símbolo del comienzo y del

compromiso con la excelencia.

Los Pingüinos, símbolo de la familia unida.

El Perro Chihuahua, símbolo del estado de

Chihuahua.

Trascendencia, la estructura giratoria, que

simboliza el movimiento.

Parmenia, a un costado del pórtico principal, una

gran escalinata se extiende como un eco de los

pasos de San Juan Bautista de La Salle. La hemos

llamado Parmenia, en honor al lugar que fue

refugio y espacio de discernimiento para el

Fundador.

La Primera Piedra localizada a la derecha del

pórtico, nuestro símbolo de pertenencia a una

tradición católica.

Y ahora, el más reciente: la celosía del gimnasio,

con el logo de La Salle en grande, para que todos —

184


estudiantes, visitantes, generaciones futuras— vean

desde lejos que aquí se vive una misión.

Tradiciones que Hablan

El Toque de Campana al Graduarse

No es solo celebración. Es compromiso sonoro,

promesa pública. “El sonido de esa campana dice:

‘He recibido mucho; ahora me toca dar’”.

La Semana de la Identidad Lasallista

No es solo una agenda de eventos. Es una

renovación de propósito. “Entras cansado, sales

recargado de sentido.”

La Identidad Está en Cada Espacio

La Salle Chihuahua no se vive solo en el aula, se

respira en los pasillos, se graba en piedra, se

pronuncia en el saludo fraterno, y se construye

cada día con símbolos que no son ornamento, sino

alma arquitectónica de nuestra misión.

185


186


CAPÍTULO 5

Soñar Juntos el Futuro: Los

Próximos 25 Años Comienzan Hoy

"Los próximos 25 años ya comenzaron... y se

escribirán con los pasos de quienes hoy apenas

abren sus libros."

El futuro no se predice; se construye. Y en la

Universidad La Salle Chihuahua, ese futuro se está

forjando en cada clase que comienza, en cada

proyecto que nace, en cada sueño que se comparte.

No somos futurólogos, pero sí somos arquitectos

de mañanas posibles, ingenieros de esperanzas

realizables, diseñadores de horizontes alcanzables.

El Estudiante del Mañana, el

Lasallista de Siempre

La Generación que Viene

En 2050, cuando celebremos nuestro medio siglo,

el campus estará lleno de estudiantes que hoy ni

siquiera han nacido. Llegarán con mochilas

probablemente digitales y en aulas con realidad

187


aumentada, con acceso prácticamente instantáneo

al conocimiento humano gracias a la inteligencia

artificial. Pero llegarán también con las mismas

preguntas eternas que han traído todas las

generaciones: ¿Quién soy? ¿Para qué vivo? ¿Cómo

puedo servir? El estudiante de 2050 será nativo de

realidades múltiples —física, real o virtual, —Pero

seguirá necesitando lo que la tecnología no puede

dar: sentido de pertenencia, propósito

trascendente, comunidad real. Eso es lo que La

Salle seguirá ofreciendo, un hogar donde la

tecnología sirve a la humanidad y no al contrario.

Aprendizaje Perpetuo

El concepto de "carrera de cuatro años"

probablemente será obsoleto. Los profesionistas

del futuro serán aprendices perpetuos,

renovándose constantemente. La Salle ya se

prepara:

Universidad para Toda la Vida: un modelo donde

los egresados regresan regularmente para

actualizarse, reinventarse, evolucionar. El título no

será punto final, sino coma, será pasaporte para un

viaje de aprendizaje que durará toda la vida

profesional. Las micro credenciales serán

necesarias, igual que los títulos, los estudiantes

construirán perfiles profesionales únicos,

188


combinando microespecializaciones, como

formación principal. Probablemente, las

combinaciones serán infinitas como las

necesidades del mundo.

Existirán las mentorías intergeneracionales, es

decir, estudiantes de 20 años aprendiendo de

profesionistas de 70. Ejecutivos de 50 tomando

clases con recién graduados. "La sabiduría no tiene

edad", y en el futuro, la experiencia y la innovación

deberán danzar juntas.

Campus del Futuro: Espacios que

Inspiran

Arquitectura que Educa

Desde su fundación en el año 2000, el campus de la

Universidad La Salle Chihuahua fue una propuesta

innovadora: su diseño arquitectónico no solo

respondió a necesidades funcionales, sino que

expresó desde sus cimientos una visión educativa

centrada en la formación integral, el simbolismo y

la comunidad. Fue pensado como un espacio que

inspirara a aprender, convivir y transformar.

El campus de 2050 será la evolución natural de ese

sueño: un organismo vivo que respira, aprende y se

189


adapta. Los edificios no serán solo contenedores;

serán maestros silenciosos. Un espacio central

diseñado para colisiones creativas, donde el

estudiante de arte tropieza con el de ingeniería y

nace una colaboración inesperada. Bancas que

cambian de configuración según las necesidades,

pantallas interactivas donde cualquiera puede

compartir una idea, fuentes danzantes que

responden a la actividad creativa del campus.

Espacios donde la realidad virtual transporta a

estudiantes a cualquier época o lugar: clases de

historia en la Roma antigua, simulaciones de

juicios en cortes internacionales. La experiencia

será el nuevo libro de texto.

Sustentabilidad

El campus será libre de huella de carbono. No

dañará: sanará activamente el ambiente. Cada

edificio nuevo incluirá un bosque que capture más

CO₂ del que el edificio produce. “Seremos pulmón

de la ciudad.” Cero residuos. Todo se reutiliza, se

composta o se transforma. Los estudiantes no solo

estudiarán sustentabilidad; la vivirán cada día.

Investigadores trabajarán en espacios que capturen

y transformen la energía.

"Suena a ciencia ficción", pero en 25 años podría ser

realidad. Imaginen un campus que literalmente

190


produce su propia energía, que respira con la tierra

y brilla con el sol.

Pedagogía Transformadora:

Aprender para Transformar

Más Allá del Aula

La educación del futuro romperá definitivamente

las paredes del aula:

Proyectos reales desde el día uno, aprender

haciendo, llevado al extremo. Nada de esperar al

último semestre para aplicar conocimientos. Desde

primer ingreso, estudiantes trabajarán en desafíos

reales con impacto inmediato. Cada carrera tendrá

su empresa real operando. Los estudiantes de

administración manejarán negocios verdaderos.

Los de derecho, un despacho funcional. Períodos

donde estudiantes pausan clases para sumergirse

en experiencias transformadoras. Seis meses en

una ONG en África, un año desarrollando

tecnología en Silicon Valley, un semestre viviendo

con comunidades indígenas.

191


Evaluación Humanizada

Adiós a los exámenes que miden memoria.

Bienvenida la evaluación que mide impacto:

En lugar de calificaciones numéricas, estudiantes

construirán portafolios que documenten problemas

resueltos, vidas tocadas, innovaciones creadas. La

'calificación' será el testimonio de a quién ayudaste.

No solo el profesor evalúa, también compañeros,

beneficiarios de proyectos o la comunidad. La

educación es para servir a la sociedad, entonces

que la sociedad opine sobre nuestro trabajo.

Premios para el fracaso más instructivo.

Reconocimientos para quien se atrevió y no lo

logró, pero aprendió en el intento. También para

quien, con constancia y visión, alcanzó la meta con

excelencia. En el futuro, celebraremos tanto el

fracaso audaz que deja huella, como el acierto

silencioso que inspira. Porque lo que importa no es

solo el resultado, sino el valor de intentarlo con

autenticidad y dar lo mejor de uno mismo.

Lic. Miguel Guerrero Baca: Subdirector de

Preparatoria La Salle Camargo en el periodo 2022–

2024. "Durante esos años viví profundamente el

carisma lasallista. Tuvimos la oportunidad de

responder a una necesidad real: llevar educación a las

familias de jornaleros que no tenían acceso a ella.

Junto con la empresa Agroproductos Zúbia,

192


desarrollamos un aula móvil, un proyecto social que

nació del compromiso y la esperanza. La Salle me

enseñó que la educación no espera en el aula: va al

encuentro de quienes más la necesitan."

Investigación que Cambia el Mundo

Centros de Futuro

La Universidad La Salle Chihuahua albergará

centros de investigación que abordarán los desafíos

más apremiantes:

Investigación puntera sobre cómo las comunidades

pueden prosperar en condiciones extremas. Con el

cambio climático convirtiendo más regiones en

desiertos, nuestro conocimiento será vital.

"Chihuahua será laboratorio mundial de adaptación

climática". Con la inteligencia artificial tomando

más decisiones sobre vidas humanas, necesitamos

asegurar que sea justa. Estudiantes de derecho,

filosofía y sistemas colaborarán para crear

algoritmos éticos. "El código del futuro necesita

alma". Se tendrán que explorar los modelos

económicos para que trasciendan el capitalismo

extractivo. La economía circular del bien común,

del decrecimiento. "Si el modelo actual nos está

llevando al colapso", ¿por qué no imaginar

alternativas?

193


La investigación del futuro, será con y para la

comunidad. Espacios donde investigadores,

profesionales y ciudadanos colaboran. Una señora

de la colonia que conoce plantas medicinales

ancestrales trabajando con biotecnólogos. Un

mecánico empírico colaborando con ingenieros.

"El conocimiento está en todas partes", trabajando en

conjunto, la academia y la sabiduría popular.

Llevar la investigación a plazas, mercados,

colonias. Que la gente vea, toque, experimente. "La

ciencia encerrada en papel que nadie lee de nada

sirve", la ciencia viva es la que transforma

realidades.

Comunidad Global, Corazón Local

Red Lasallista

En 2050, un estudiante en Chihuahua podrá tomar

clases simultáneas con compañeros en París,

Manila y Bogotá. La red lasallista mundial será

como un sistema nervioso, educativo:

interconectado, sensible y vivo. Las

videoconferencias no solo enlazarán pantallas, sino

corazones; sentirás que tu compañero de Italia está

sentado justo a tu lado. La fraternidad lasallista no

conocerá fronteras físicas. Estudiantes de todos los

continentes colaborarán en soluciones aplicables

localmente: el diseño de un sistema de agua podrá

surgir del diálogo entre jóvenes de México, Kenia y

194


Filipinas, cada uno aportando su contexto, su

realidad y su esperanza. Profesores rotarán por el

mundo —de manera presencial o virtual—

enseñando desde donde la vida ocurre: una clase de

derechos humanos desde un campo de refugiados,

o de biología marina desde un arrecife de coral.

Este futuro ya ha comenzado. El Modelo COIL de

la Red La Salle México que está transformando la

forma de enseñar e internacionalizar sin salir del

aula. En la Universidad La Salle Chihuahua hemos

colaborado activamente, y puedo decirlo en carne

propia: ya tuve la oportunidad de impartir clases a

un grupo en Colombia. Fue una experiencia

profundamente enriquecedora, no solo por el

intercambio académico, sino porque conocí a la

maestra y a sus estudiantes, y con ellos, una nueva

manera de enseñar desde la cercanía digital. Con

más de 1,400 profesores capacitados y más de

30,000 estudiantes beneficiados, el Modelo COIL

fortalece los lazos fraternos desde el corazón de la

academia. Es una oportunidad única para construir

comunidad global desde lo local, y anticipar hoy el

mundo que soñamos para mañana.

Chihuahua al Mundo

Pero mientras nos conectamos globalmente,

profundizamos localmente. Extensiones de La

Salle en cada colonia vulnerable. No esperamos

195


que vengan; vamos a donde están. "Cada barrio

tendrá su rincón lasallista". Cada generación

adoptará una comunidad durante sus cuatro años.

No visitas esporádicas sino compromiso sostenido.

Nuestra experiencia en desierto, migración,

industria nos convierte en laboratorio único.

Maestro Ricardo Aguirre, Coordinado de

Formación: "Actualmente, estamos impactando la

vida de muchos niños en el asentamiento del Cerro de

la Cruz. No solo llevamos la palabra de Dios,

también compartimos tiempo, trabajo y esperanza.

Estamos con ellos, aprendemos juntos, y confirmamos

cada día que servir transforma tanto al que da como

al que recibe."

Formación Integral para un Mundo

Complejo

Competencias para la Incertidumbre

El mundo de 2050 será radicalmente distinto. Las

profesiones cambiarán, pero algunas competencias

serán eternas. Entender que todo afecta a todo.

Partiremos de una creatividad disciplinada, no una

creatividad caótica, sino innovación con método.

El futuro premiará a quienes sepan soñar con los

pies en la tierra. Otra competencia será la

resiliencia, no solo resistir golpes de la vida, sino

196


fortalecerse y aprender de ellos. Porque en la

actualidad no solo formamos estudiantes que

sobreviven crisis, sino que las aprovechan para

crecer. Y será clave la fraternidad para una

colaboración radical, es decir, trabajar con quienes

piensan distinto, porque el futuro no será de lobos

solitarios, sino de manadas diversas, como lo dice

La Salle, lo Unido Permanece.

Humanismo Tecnológico

En un mundo hipertecnológico, lo humano será el

diferencial. Filosofía, comunicación, pedagogía,

parte del tronco común, toda carrera incluirá

filosofía profunda. Porque “Un ingeniero sin

filosofía es peligroso", puede crear sin preguntarse

si se debe. También arte para todos, cada

estudiante explorará alguna expresión artística. "El

arte nos recuerda que somos más que algoritmos".

Espiritualidad para el Siglo XXI

Lo Sagrado

La espiritualidad lasallista del futuro será

promotora de interioridad y de sentido. En medio

de un mundo atravesado por la inteligencia

artificial, la hiperconectividad y las

transformaciones culturales vertiginosas, lo

197


sagrado no desaparecerá; se reconfigurará sin

perder su raíz. Lejos de diluirse, la espiritualidad

cristiana seguirá siendo el corazón del desarrollo

humano, porque ofrece lo que ninguna tecnología

puede otorgar: sentido, dignidad, comunidad y

trascendencia. Para el 2050, la escuela lasallista no

solo formará competencias, sino que será un

santuario de interioridad en un mundo

fragmentado, una brújula ética en una sociedad

confundida. La fe seguirá siendo fuente de

inspiración; la fraternidad, el lenguaje de la

esperanza, y el servicio, el acto revolucionario que

humaniza. Aun cuando cambien los métodos y los

entornos, el núcleo seguirá intacto: educar desde la

fe para liberar al ser humano en su totalidad. En

un mundo de cambios vertiginosos, la ética será el

ancla. Estudiantes deliberando sobre dilemas reales

de sus carreras. "Queremos que practiquen la

reflexión ética antes de que sus decisiones afecten

vidas".

El Sueño Compartido

Voces del Mañana

Les preguntamos a estudiantes actuales cómo

sueñan su universidad en 25 años:

Xochilth Carrillo, 4to semestre de Fisioterapia.

198


“Sueño con espacios de rehabilitación cada vez más

humanos e innovadores, donde la tecnología y el

cuidado se encuentren al servicio de quienes más lo

necesitan. Imagino laboratorios llenos de vida, con

materiales en constante uso y prácticas dinámicas que

despierten la creatividad y afiancen las habilidades

terapéuticas desde el primer día. Veo un entorno en el

que acudir a terapia sea sencillo, natural y accesible,

y donde el aprendizaje se construya con el cuerpo, el

corazón y la mente en movimiento, siempre al servicio

del otro”.

Darío Téllez, 4º semestre de Idiomas y Relaciones

Públicas:

"Aunque en el futuro existan traductores

automáticos sumamente avanzados, siempre

hará falta alguien que construya, alimente y

refine las bases de datos que los hacen posibles.

La esencia humana seguirá estando detrás de

cada palabra bien traducida."

Jesús Emiliano Barraza, 2º semestre de

Mecatrónica: "A pesar del avance de la tecnología en

el 2050, la verdadera diferencia estará en la

capacidad de los estudiantes para vivir los valores

que aprenden, cuestionar con profundidad y, sobre

todo, crear. Las herramientas cambiarán, pero el

199


pensamiento crítico seguirá siendo la pieza

fundamental que da sentido a todo lo demás."

La Promesa Renovada

En 2050, cuando celebremos medio siglo, la

promesa lasallista seguirá viva pero transformada.

No seremos la misma universidad —seremos mejor.

Habremos aprendido, crecido, evolucionado. Pero

la esencia permanecerá:

• Educación como liberación, no como

privilegio

• Conocimiento como servicio, no como

poder

• Éxito medido en vidas transformadas, no

solo en parámetros cuantitativos

• Fe vivida en obras, no proclamada en

discursos

• Fraternidad real, no retórica vacía

• Futuro construido juntos, no esperado

pasivamente

Los próximos 25 años se educará para los días que

se necesiten héroes cotidianos, santos con bata de

laboratorio, profetas con calculadora, místicos con

laptop. Se educará para que cada estudiante sea

una antorcha encendida en su pedazo de

oscuridad, llevando luz donde más se necesite.

200


El Futuro Comienza Hoy

Y mientras soñamos con domos de inmersión y

laboratorios ciudadanos, no olvidamos que el

futuro no está en 2050. Está en la clase que

comienza hoy en cinco minutos. En el estudiante

que hoy duda si puede continuar. En el proyecto

que parece imposible. En la mano tendida ahora.

Porque los grandes futuros se construyen con

pequeños presentes. Y cada día en la Universidad

La Salle Chihuahua es una semilla del bosque que

seremos.

El futuro no se espera. Se construye.

Y se construye juntos.

Hoy.

Aquí.

Ahora.

201


202


EPÍLOGO

Permanecemos Unidos: El Corazón

que Late Eternamente

Los finales son siempre nuevos comienzos

disfrazados.

Al cerrar este libro, al terminar de recorrer estos

veinticinco años de historia, una certeza nos

abraza: no estamos escribiendo un final, sino un

punto y seguido en un sueño que comenzó hace

más de dos siglos y que continuará mientras haya

corazones dispuestos a ser tocados por la

educación.

Lo que Hemos Aprendido

Veinticinco años nos han enseñado que las

universidades no se construyen con ladrillos y

acero, sino con sueños compartidos y voluntades

comprometidas. Que la excelencia académica sin

formación humana es vacía, pero que la formación

humana sin rigor académico es ingenua. Que

educar es mucho más que transmitir

conocimientos: es encender llamas, abrir

horizontes, liberar potenciales. Hemos aprendido

203


que ser lasallista no es portar un uniforme o

conocer una historia; es llevar grabado en el alma

la convicción de que cada persona es sagrada, cada

estudiante es un universo por descubrir, cada día es

una oportunidad de tocar un corazón. En estos

años hemos confirmado que la semilla plantada

por San Juan Bautista De La Salle en la Francia del

siglo XVII puede florecer en cualquier suelo, bajo

cualquier cielo, en cualquier época, siempre que

encuentre corazones dispuestos a regarla con amor

educativo.

Las Voces que Resuenan

Si este libro pudiera hablar con una sola voz, sería

la de cada persona que ha formado parte de esta

historia: el Hermano José Cervantes soñando con

ojos de fe mientras caminaba entre las piedras del

terreno original; los 159 pioneros del primer día,

nerviosos, pero valientes; los maestros que llegaron

sin saber que encontrarían más que un trabajo, una

vocación; los estudiantes que entraron buscando

un título y descubrieron una misión. Sería la voz

de Emiliano, el exaulumno que se convirtió en

servidor público; de la Doctora, que encontró en

La Salle no solo un empleo sino el sentido de su

vida; del misionero que descubrió a Dios en una

Vigilia Pascual en La Boquilla; de cada egresado

que lleva el corazón lasallista a los rincones donde

sirve. Es la voz coral de una comunidad que

204


aprendió que educar es el acto de amor más

transformador que existe.

A lo largo de estas páginas hemos tejido hilos

invisibles que conectan pasado y futuro, Francia y

Chihuahua, el siglo XVII y el XXI. Hemos visto

cómo el carisma de un santo francés se encarnó en

la realidad del norte de México, cómo los valores

eternos encontraron expresiones contemporáneas,

cómo la tradición se renovó sin traicionarse. Estos

hilos invisibles son los que sostienen nuestra

identidad. No son cadenas que atan al pasado, sino

raíces que nutren el crecimiento. Son la memoria

que nos orienta, la herencia que nos compromete,

el legado que debemos enriquecer para las

generaciones que vienen.

El Espejo del Alma

Este libro es también un espejo. En él se miran no

solo quienes aparecen mencionados por nombre,

sino todos los que han sido parte de esta historia.

Porque ser lasallista no requiere aparecer en

crónicas; requiere llevar el espíritu en el corazón.

Si eres estudiante y te reconociste en estos

testimonios; si eres maestro y viste reflejada tu

vocación en estas páginas; si eres colaborador y

sentiste que tu trabajo también construye historia;

si eres egresado y comprobaste que La Salle sigue

205


viviendo en ti; si eres padre de familia y

confirmaste que tu confianza está bien depositada,

entonces este libro también es tuyo. Porque la

historia lasallista no la escriben solo los

protagonistas visibles; la construimos todos, día a

día, con gestos pequeños y decisiones grandes, con

presencias fieles y silencios elocuentes.

Al terminar este recorrido, renovamos la promesa

que San Juan Bautista De La Salle hizo hace tres

siglos: seguir tocando corazones a través de la

educación. Pero no como repetición mecánica de

fórmulas antiguas, sino como reinvención creativa

de un carisma relevante. Prometemos seguir

siendo universidad para todos, especialmente para

quienes más lo necesitan. Seguir formando no solo

profesionales competentes, sino personas íntegras.

Seguir creyendo que la educación es el arma más

poderosa para transformar el mundo, pero solo si

esa arma se empuña con amor. Prometemos

seguir siendo familia antes que institución,

comunidad antes que empresa, hogar antes que

campus. Seguir viendo en cada estudiante no un

cliente sino un hermano, no un número sino un

nombre, no un problema, sino una promesa.

206


Los Sueños que Continúan

Los sueños que animaron a los fundadores siguen

vivos, pero han crecido. Ya no soñamos solo con

una universidad en Chihuahua; soñamos con una

red global de transformación educativa. Ya no

pensamos solo en formar profesionistas; pensamos

en formar líderes que cambien el mundo. Ya no

nos conformamos con tocar corazones; queremos

que estén llenos de amor por la justicia, la verdad,

la belleza. Soñamos con egresados que no solo

tengan empleo, sino que generen empleos dignos.

Con investigadores que no solo publiquen, sino

que resuelvan problemas reales. Con artistas que

no solo entretengan, sino que inspiren. Con líderes

que no solo den órdenes, sino que

sirvan. Soñamos con un mundo donde la

educación lasallista haya contribuido a construir

sociedades más justas, familias más unidas,

personas más plenas.

A Quienes Vienen

A los estudiantes que en este momento están

decidiendo dónde estudiar, les decimos: vengan.

Aquí encontrarán más de lo que buscan. Buscan

una carrera, encontrarán una vocación. Buscan

conocimientos, encontrarán sabiduría. Buscan un

título, encontrarán una identidad.

207


A los maestros que están considerando unirse a

nuestra misión, les aseguramos: aquí su vocación

será valorada, su talento potenciado, su entrega

reconocida. Aquí no serán empleados, sino

colaboradores en la obra más noble que existe:

formar personas.

A los padres de familia que confían en nosotros a

sus hijos, cuidaremos lo que más aman como si

fuera lo que más amamos. Los regresaremos

transformados, pero sin haber perdido la esencia

que ustedes les dieron.

A la sociedad chihuahuense que nos ha acogido y

sostenido, le renovamos el compromiso:

seguiremos devolviendo en servicio todo lo que

hemos recibido en confianza.

Indivisa Manent. Permanecemos unidos. No es solo

el lema de La Salle; es la realidad de una

comunidad que trasciende tiempo y espacio.

Unidos permanecemos el fundador del siglo XVII

con el estudiante del XXI. Unidos permanecemos

los pioneros del 2000 con los que llegarán en el

2050. Permanecemos unidos en la convicción de

que educar es sagrado. En la certeza de que cada

persona tiene dignidad infinita. En la esperanza de

que un mundo mejor es posible, si ponemos la

educación al servicio del bien común.

208


La Última Palabra

La última palabra de este libro no puede ser

nuestra. Debe ser de Él, quien inspiró todo: San

Juan Bautista De La Salle, que desde la eternidad

sigue susurrando a cada educador lasallista:

"Toca los corazones de los alumnos que te están

confiados." —Meditaciones para el Tiempo del

Retiro

Y debe ser también de Aquel en cuyo nombre todo

se hace:

"Viva Jesús en nuestros corazones. Por siempre."

Porque al final, cuando pasen los años y este libro

se torne amarillento, cuando cambien las

tecnologías y evolucionen las pedagogías, cuando

se renueven las generaciones y se transformen las

sociedades, lo que permanecerá será el amor. El

amor que mueve el mundo, el amor que

transforma vidas, el amor que hace de la educación

el ministerio más hermoso.

209


PENSAMIENTOS LUMINOSOS

Palabras de San Juan Bautista De La

Salle que Iluminan Nuestro Camino

A lo largo de estos 25 años, las palabras del Santo

Fundador han sido brújula y consuelo, exigencia y

esperanza. Estas son algunas de sus enseñanzas más

preciadas que continúan inspirando nuestra misión

educativa.

Sobre la Vocación Educativa

"Consideren que es Dios quien los ha llamado

a este ministerio, por lo tanto, es a Él a quien

deben rendir cuentas."

—Meditaciones para el Tiempo del Retiro

(MTR), 205,1

Esta frase resuena en cada aula de nuestra

universidad, recordándonos que enseñar no es solo

una profesión, sino una vocación sagrada.

"Toquen los corazones de los alumnos que les

están confiados."

—Meditaciones para el Tiempo del Retiro

(MTR), 196,3

210


Quizás la más conocida y amada de sus frases. En

La Salle Chihuahua, no educamos mentes;

transformamos corazones.

"El ejemplo causa mucha mayor impresión en

la mente y el corazón que las palabras."

—Meditaciones para los Domingos (MD), 99,2

Por eso nuestros maestros enseñan más con su

vida que con sus lecciones.

Sobre los Estudiantes

"Reconozcan a Jesús bajo los pobres harapos

de los niños que tienen que instruir."

—Carta 80, a un Hermano Director

En cada estudiante, sin importar su origen, vemos

un universo de posibilidades sagradas.

"Los niños y jóvenes son como plantas tiernas

que necesitan cuidados especiales."

—Guía de las Escuelas Cristianas, Prefacio

Esta metáfora botánica inspira nuestra pedagogía

del cuidado y el acompañamiento personalizado.

211


"Procuren conocer a cada uno de sus

alumnos, pues no se puede dirigir bien lo que

no se conoce."

—Colección de Varios Trataditos (CVT), 13,7

Por eso en La Salle no hay números de matrícula;

hay nombres, historias, sueños.

Sobre la Fe y la Educación

"La fe es la luz que debe guiar todos sus

pasos."

—Carta 19, al Hermano Roberto

Una luz que no ciega la razón, sino que la ilumina

y la eleva.

"Dios quiere que todos lleguen al

conocimiento de la verdad."

—Meditaciones para el Tiempo del Retiro

(MTR), 193,3

Esta convicción universal nos impulsa a hacer la

educación accesible a todos, especialmente a los

más necesitados.

"Es necesario que la piedad acompañe a la

ciencia."

212


—Reglas Comunes de los Hermanos, Cap. 2

En nuestras aulas, la excelencia académica camina

de la mano con la formación en valores.

Sobre el Servicio

"Están obligados a instruir a los pobres

gratuitamente."

—Regla de 1705, Cap. 1

El espíritu de gratuidad y servicio sigue vivo en

nuestros programas de becas y servicio

comunitario.

"No hagan diferencia entre los empleos de su

Instituto, pues todos son igualmente nobles."

—Carta 57, a un Hermano

Desde el rector hasta el personal de intendencia,

todos servimos la misma noble misión.

"El fin de este Instituto es procurar la gloria

de Dios por medio de la educación cristiana

de la juventud."

—Reglas Comunes, Cap. 1, Art. 3

213


Nuestra razón de ser, expresada con claridad

meridiana hace tres siglos, sigue vigente hoy.

Sobre la Comunidad

"Vivan en unión unos con otros, pues la unión

en una comunidad es un tesoro precioso."

—Carta 32, a los Hermanos de una comunidad

La comunidad lasallista es nuestra fuerza y nuestro

tesoro más preciado.

"Tengan un mismo sentir y un mismo

corazón."

—Testamento Espiritual

Indivisa Manent - Permanecemos unidos, no es

solo un lema; es una forma de vida.

"Ámense mutuamente, pero que este amor sea

puro y desinteresado."

—Carta 18, al Hermano Bartolomé

El amor fraterno que caracteriza nuestras

relaciones no busca beneficio propio, sino el bien

del otro.

214


Sobre la Perseverancia

"No se desanimen jamás en las dificultades

que encuentren en el cumplimiento de su

deber."

—Carta 40, a un Hermano

Palabras que resonaron especialmente durante

nuestros primeros años, cuando todo era desafío.

"Confíen todo a la Providencia, que nunca

falta a quienes se abandonan enteramente a

ella."

—Carta 26, al Hermano Gabriel

La historia de nuestra universidad es testimonio

vivo de esta confianza providencial.

"Las obras de Dios se hacen poco a poco y casi

imperceptiblemente."

—Carta 23, al Hermano Anastasio

Veinticinco años después, vemos cómo cada

pequeño paso construyó el camino.

215


Sobre la Excelencia

"Pongan sumo esmero en desempeñar bien su

empleo."

—Colección de Varios Trataditos (CVT), 13,15

La excelencia lasallista no es perfeccionismo; es

amor traducido en cuidado por los detalles.

"Es preciso que se dediquen con seriedad y

eficacia a su propia instrucción."

—Meditaciones para el Tiempo del Retiro

(MTR), 205,3

Por eso nuestros maestros nunca dejan de

aprender, nunca dejan de crecer.

"Trabajen con celo en la salvación de las

almas que les están confiadas."

—Carta 12, a un Hermano Director

Un celo que en el siglo XXI se traduce en pasión

por la formación integral de cada estudiante.

Palabras para el Futuro

"Dejen que Dios los conduzca y todo irá bien."

—Carta 15, al Hermano Matías

216


Mientras escribimos los próximos capítulos de

nuestra historia, esta confianza nos sostiene.

"El futuro está en las manos de Dios, pero

Dios lo ha puesto en las nuestras."

—Atribuida, tradición oral lasallista

Hermosa paradoja que nos responsabiliza sin

agobiarnos, que nos impulsa sin angustiarnos.

Reflexión Final

Estas palabras, escritas hace más de trescientos años en

la Francia del Rey Sol, resuenan hoy con fuerza

renovada en el desierto chihuahuense. No son reliquias

del pasado; son semillas de futuro. Cada generación

lasallista las redescubre, las reinterpreta, la encarna de

formas nuevas. En cada decisión difícil, en cada

momento de duda, en cada oportunidad de servir, las

palabras del Fundador iluminan el camino. No como

recetas mágicas, sino como principios vivos que se

adaptan a cada contexto sin perder su esencia.

San Juan Bautista De La Salle no conoció Chihuahua,

no imaginó universidades del siglo XXI, no previó los

desafíos de la era digital. Pero conoció el corazón

humano, entendió la sed de conocimiento, creyó en el

poder transformador de la educación. Y eso trasciende

geografías y épocas.

217


Por eso sus palabras no envejecen. Por eso, 25 años

después de abrir nuestras puertas, 300 años después de

su muerte, seguimos encontrando en ellas inspiración,

consuelo y desafío.

Oración del Educador Lasallista

(Inspirada en los escritos del Santo)

Señor, Tú que me has llamado

a tocar corazones a través de la educación,

dame ojos para ver en cada estudiante

Tu rostro esperando ser descubierto.

Dame paciencia de jardinero

para cuidar estas plantas tiernas,

sabiduría para guiar sin imponer,

amor para exigir sin herir.

Que mi ejemplo hable más fuerte que mis palabras,

que mi vida sea la mejor lección,

que mi presencia sea refugio

para quien busca luz en la oscuridad.

San Juan Bautista De La Salle,

maestro de maestros,

enséñame a enseñar como tú:

con el corazón en la mano

y los pies en la tierra.

218


Que cada día renueve mi vocación,

que cada clase sea acto de amor,

que cada estudiante que pase por mi vida

salga mejor de como entró.

Y cuando llegue el final de mi jornada,

que pueda decir con humilde alegría:

"Toqué corazones,

sembré esperanzas,

fui instrumento de Tu amor."

Viva Jesús en nuestros corazones.

Por siempre.

Que estas palabras del Santo Fundador sigan iluminando

los próximos 25 años y más allá, hasta que el último

estudiante lasallista haya encontrado su camino, hasta que

el último corazón haya sido tocado, hasta que la

educación haya completado su obra transformadora en el

mundo.

San Juan Bautista De La Salle

1651-1719

Su espíritu vive en cada aula lasallista

219


220


El primer equipo de trabajo de la Universidad La Salle

Chihuahua, que dio inicio a sus actividades el 7 de

agosto del año 2000, estuvo conformado por los

siguientes fundadores:

Y como parte fundamental de este inicio histórico, se

hace un reconocimiento profundo y agradecido a los

primeros 159 estudiantes que confiaron en este sueño

educativo. Su presencia marcó el inicio de una

comunidad que hoy continúa creciendo con identidad,

vocación y esperanza.

221


222


Universidad La Salle Chihuahua

medios@ulsachihuahua.edu.mx


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