Memorias Lasallistas
25 años de Comunidad, Vocación y Esperanza
25 años de Comunidad, Vocación y Esperanza
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Memorias Lasallistas
25 años de comunidad, vocación y
esperanza
Universidad La Salle Chihuahua
Primera edición: 2025©
Derechos de edición reservados. ©
Contacto: rmedios@ulsachihuahua.edu.mx
Créditos:
Mtro. José Salvador Benavides Castro. Rector
Dr. Gustavo Ramírez Barba, fsc. Prólogo y revisión
Margarita Álvarez Ramos. Edición y corrección de estilo.
Mtra. Florencia Valdés. Responsable de festividades aniversario
Rubén Eduardo Barraza. Coordinación editorial.
DEPÓSITO LEGAL: Ninguna parte de esta publicación, incluido el
diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o
transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea
electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o
de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.
Pórtico
Tratando de hacer honor a la novedad y
creatividad que brilla en cada página de esta obra,
busqué una palabra que reemplazara a la muy
usada para introducir una obra escrita,
Elegí Pórtico, en lugar de Prólogo, porque es
precisamente el nombre dado a la monumental
entrada al campus, ese espacio abierto y
majestuoso que da la bienvenida a un lugar que ha
sido escenario de las historias que dan cuerpo y
vida a esta narración. Confío que esta introducción
causará en el lector una impresión semejante a la
que el pórtico de entrada provoca en quienes lo
cruzan.
Bienvenidos entonces a una fascinante narración a
la cual estas líneas sirven de portada. Empecemos
a hojear sus páginas como lo hacemos con un
“álbum familiar”, es decir, con cariño; así nos
invita su autor a leerlo. Este libro también quiere
ser un “espejo” porque su autor espera que se miren
y se reconozcan “no solo quienes aparecen
mencionados por nombre, sino todos los que han sido
parte de esta historia. Porque ser lasallista no requiere
aparecer en crónicas; requiere llevar el espíritu en el
corazón” (palabras del autor).
El presente libro, bella y diestramente escrito por
el Mtro. Rubén Eduardo Barraza, es una narración
5
que, por su contenido y estilo, inspira, conecta,
construye y genera; en una palabra, es esa
herramienta poderosa disponible y al alcance de
quienes, inspirados por ella, deseen cooperar en la
construcción de una fuerte cultura en la
comunidad universitaria de la ULSA Chihuahua.
El Autor tuvo en sus manos no solo la pluma y el
papel para escribir; cuenta, sobre todo, con una
amplia trayectoria Lasallista en la ULSA que hace
de él una voz autorizada para narrar esta
historia. Su participación en la historia inicia en
2008, fue interrumpida brevemente en 2012 y
reanudada en 2016, cuando regresó a colaborar
coordinando las misiones, ayudando al desarrollo
del diplomado de Formación Lasallista, trabajando
en la promoción de la ULSA y, ahora, dirigiendo la
oficina de comunicación. Otra forma de
colaboración que, sin duda, él atesora es el
contacto diario o frecuente con estudiantes en las
aulas de la universidad.
Gracias a su trayectoria, el libro no solo fue
diestramente escrito; además, logra un sano
balance entre el rigor histórico y la validación de
emociones y sentimientos. Sus dotes narrativas le
permitieron evitar tentaciones como el
romanticismo hueco y el culto a la personalidad de
importantes protagonistas de la historia que narra.
No se detiene en las glorias del pasado; invita a
mirar al futuro y a comprometerse en su
construcción.
6
A los logros anteriores es necesario añadir su
habilidad para conectar dos dimensiones: el tiempo
y el espacio; el tiempo, relacionando los siglos
XVII y XXI; y el espacio, relacionando la Francia
del Fundador y la Chihuahua nuestra.
Con sumo cuidado y acierto asegura al texto la
fidelidad al pensamiento del Fundador, trayendo a
sus páginas ejemplos de los escritos de Juan
Bautista de La Salle que pueden inspirar a
Lasallistas de hoy y sostener su empeño de
desarrollar una identidad fuerte y mantener viva la
misión, en Chihuahua.
Por la riqueza de esta narrativa, estaremos en
deuda con el Mtro. Rubén Eduardo Barraza.
La ULSA fue construida en lo alto de una colina;
su edificio más destacado es una Torre esbelta y
bella desde la que se domina buena parte de la
ciudad que la circunda. Este detalle de la
topografía y el diseño arquitectónico adquieren
carácter simbólico, pues a diario recuerdan las
palabras de Jesús de Nazareth:
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar
una ciudad situada en la cima de una montaña.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz
que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus
7
buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el
cielo (Mt 5, 13-16).
Abrigo la firme esperanza que esta estimulante
narración hará surgir, en las generaciones futuras,
lasallistas que quieran responder al llamado a ser
“corazón, memoria y garantía” del carisma
lasallista y, en consecuencia, a ser LUZ para
quienes, en esta y en futuras generaciones,
busquen la VERDAD que genera VIDA e impulsa
a trabajar por el BIEN COMÚN.
INDIVISA MANENT
Gustavo Ramírez Barba, fsc
8
Mtro. José Salvador Benavides
Castro, Rector.
Universidad La Salle Chihuahua – 25 Aniversario
Hace veinte años inicié un proyecto que, a lo largo
de este tiempo, transformó mi vida tanto en el
ámbito profesional como en el personal. En el año
2005, tuve la oportunidad de comenzar mi carrera
como docente en la Universidad La Salle
Chihuahua. Un sueño que anhelaba cumplir desde
mi época de estudiante universitario. Esta
oportunidad que se me presentó me permitió
conocer, desde el rol de docente, la esencia del
carisma lasallista y el compromiso con la
formación integral de los jóvenes. Sin duda, la
fraternidad y el servicio que pude evidenciar en
esta comunidad universitaria lograron despertar en
mí el deseo de conocer más sobre la vida y obra de
nuestro santo fundador.
Años más adelante, fui privilegiado con la
oportunidad de servir en la Coordinación de
Humanidades y posteriormente, en la Dirección
Académica.
Como Rector, desde agosto de 2022, me siento
honrado de servir a esta comunidad universitaria
desde la Rectoría. Cada etapa de mi vida
9
profesional en esta institución ha sido una
oportunidad de contribuir a la educación, al
acompañamiento y la transformación de miles de
jóvenes que se han formado en nuestras aulas.
Nada de esto habría sido posible sin la confianza, el
apoyo y la generosidad de los Hermanos
Lasallistas, de los colaboradores, docentes,
estudiantes y amigos. A cada uno de ustedes, mi
gratitud. Gracias por caminar juntos. La
Universidad La Salle Chihuahua no sería lo que es
sin el esfuerzo colectivo, la fe compartida y la
fraternidad lasallista que nos lleva al servicio de
nuestro prójimo, especialmente del más
necesitado.
Cada paso ha sido un llamado. Cada llamado, una
respuesta. Así, con fe y entrega, agradezco de todo
corazón a Dios por bendecirme y acompañarme en
esta misión.
"Dios, que todo lo guía con sabiduría y suavidad… un
compromiso me llevaba a otro, sin que yo lo previera
al comienzo."
San Juan Bautista de La Salle
INDIVISA MANENT
10
Bienvenida del Editor
Hay momentos cuando los caminos se cruzan de
formas misteriosas. El mío con La Universidad La
Salle Chihuahua comenzó en 2008, cuando la Mtra.
Mónica Villarreal Stoopen me abrió una puerta
que cambiaría mi vida. No sabía entonces que no
solo entraba a una universidad; entraba a una
familia. Recuerdo aquellos primeros años con
nostalgia luminosa: las noches preparando la
presentación para buscar los recursos para el sueño
de la Torre de la Comunidad, los días capturando
momentos para la revista institucional junto a
Margarita, encargada de comunicación en esa
época. En 2012, la vida me llevó a Monterrey, pero
pronto descubrí algo extraordinario: uno puede
dejar La Salle, pero La Salle nunca te deja.
La confirmación llegó durante la ceremonia del 50
aniversario de votos del Hermano Salvador Valle.
En ese entonces, yo trabajaba en otra universidad
en Monterrey, y fue ahí donde recibí la invitación.
Sentado junto al Hermano Salvador y, por
coincidencia, también junto al Rector de la
institución en la que trabajaba, en ese momento
descubrí que él también había sido formado en
escuelas lasallistas. En ese momento comprendí
que la formación lasallista trasciende cargos,
instituciones y geografías; que hay un lenguaje
11
común que nace de la fe, del servicio y del
compromiso con la educación.
En 2016 regresé a Chihuahua y encontré brazos
abiertos. Desde entonces, cada día ha sido un
regalo. Lo que más atesoro es aprender de los
alumnos, de los maestros y de mis compañeros
cuando dan testimonio vivo de lo que predican.
Este libro nació de una certeza: las historias
compartidas construyen identidad. Durante meses,
tuve el privilegio de ser custodio de memorias.
Pero quiero ser claro: no soy el autor de esta
historia. Soy apenas un instrumento que ayudó a
que las voces de nuestra comunidad encontraran
papel y tinta. Cada testimonio recibido fue un
regalo. Todos ustedes son los verdaderos autores.
Este libro les pertenece. Léanlo como quien mira
un álbum familiar: con ternura, con orgullo, con la
certeza de pertenecer. Porque en la Universidad La
Salle Chihuahua no solo se estudia: se cree, se vive,
se comparte, se sueña, se agradece y se sirve.
Indivisa Manent — Permanecemos unidos.
Rubén Eduardo Barraza
Un lasallista que tuvo el honor de coordinar este
proyecto desde el corazón
12
Introducción
Donde el Desierto Florece: Una
Historia de Fe, Educación y
Esperanza
Hay momentos en la historia cuando
convergen los sueños, la necesidad y la
providencia. Hace veinticinco años,
Chihuahua vivió uno de esos momentos.
En el corazón del norte de México, donde el
desierto enseña lecciones de resistencia y el
horizonte invita a soñar sin límites, nació hace un
cuarto de siglo una universidad que cambiaría el
destino de muchos. Esta es la historia de la
Universidad La Salle Chihuahua, pero es también
tu historia, la mía, la nuestra. Es la crónica de
cómo una comunidad se atrevió a soñar y un
grupo de visionarios se atrevió a construir.
Un Libro que Late
Las páginas que tienes en tus manos no son papel
inerte; son memoria viva. No encontrarás aquí la
fría cronología institucional que adormece, sino el
13
pálpito de una comunidad que se negó a aceptar
que sus jóvenes tuvieran que emigrar para recibir
educación superior de calidad con valores.
Encontrarás risas y lágrimas, piedras y estrellas,
sudor y esperanza, fracasos que enseñaron y éxitos
que humillaron.
Este libro nació de muchas voces. Durante meses,
recorrimos pasillos, escuchando memorias,
visitamos oficinas, recopilando anécdotas, nos
sentamos en jardines donde los recuerdos florecen
como las magnolias de acero que adornan nuestro
campus. Hablamos con fundadores que aún se
emocionan al recordar el primer día, con
estudiantes actuales que sueñan con el futuro, con
egresados que volvieron transformados en
transformadores.
¿Por Qué Contar Esta Historia?
Alguien podría preguntar: ¿Por qué otro libro
conmemorativo? ¿No son todos iguales? La
respuesta está en lo que somos. La Salle Chihuahua
no es solo una institución educativa más; es un
fenómeno sociológico, un milagro cotidiano, una
respuesta de fe a los desafíos del mundo
contemporáneo.
Contamos esta historia porque:
14
Las memorias no registradas se desvanecen. Ya
hemos perdido algunas voces fundadoras. Este
libro rescata sus testimonios antes de que el tiempo
borre los detalles que dan vida a los hechos. Las
nuevas generaciones merecen conocer el precio de
su herencia. Cada estudiante que hoy disfruta de
instalaciones modernas debe saber que hubo
quienes estudiaron sin aire acondicionado en pleno
verano chihuahuense, que llegaron por brechas de
terracería, que compartieron veinte computadoras
entre cien.
Los milagros cotidianos pasan desapercibidos. Que
un hijo se gradúe con honores y hoy sirva en el
gobierno. Que una madre soltera logre su título
mientras cría tres hijos. Que un profesor detecte
depresión a tiempo y salve una vida. Estos milagros
ocurren en la universidad.
El mundo necesita esperanza. En tiempos de
cinismo y desesperanza, contar historias de
comunidades que sí lograron sus sueños es un acto
de fe. Es demostrar, que sí se puede, que el bien es
más fuerte que el mal, que la educación sigue
siendo la fuerza más transformadora del universo.
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Un Viaje en Cinco Tiempos
Este libro te llevará en un viaje a través de cinco capítulos,
cada uno es una ventana a dimensiones diferentes
de nuestra historia:
Capítulo 1: El Espíritu Lasallista te sumergirá en las
raíces profundas de nuestra identidad. Conocerás a
San Juan Bautista De La Salle, pero no como
figura de yeso, sino como revolucionario educativo
cuya visión sigue vigente. Entenderás cómo los
Hermanos llegaron a México, cómo sobrevivieron
revoluciones y persecuciones, cómo su carisma
floreció en tierra mexicana.
Capítulo 2: La Salle llega a Chihuahua, es la crónica
de un nacimiento. Vivirás el día inaugural con sus
159 valientes pioneros. Sentirás el calor de aquellas
primeras aulas, la emoción de los primeros
maestros, la fe de una comunidad que apostó por
un sueño. Es periodismo narrativo en su mejor
expresión, con nombres y fechas.
Capítulo 3: Voces que Construyen da la palabra a los
protagonistas. No hay mejor manera de entender
La Salle que a través de quienes viven la
experiencia. Desde el hijo que se volvió abogado
hasta la maestra que descubrió su vocación, desde
el misionero que encontró a Dios en el servicio
16
hasta el profesionista que rechazó ofertas
millonarias para servir.
Capítulo 4: Herencia Viva muestra el lasallismo en
acción. No como teoría, sino como práctica diaria.
Permite ver cómo se vive la pedagogía del amor en
las aulas, cómo funciona nuestra cultura del
cuidado, cómo la investigación se orienta al
servicio, cómo formamos no solo profesionales
sino ciudadanos, no solo mentes sino corazones.
Capítulo 5: Soñar Juntos el Futuro es invitación y
compromiso. No miramos al futuro con temor, sino
con esperanza activa. Compartimos los sueños de
campus expandidos, pedagogías adaptadas,
realidades transformadas por la investigación.
Pero, sobre todo, renovamos el compromiso de
que los próximos 25 años serán aún mejores
porque los construiremos juntos.
Para Quién es Este Libro
Si eres estudiante actual, encontrarás aquí las
raíces de tu orgullo. Entenderás por qué se siente
diferente estudiar aquí, por qué existe esa extraña
sensación de familia en un campus. Verás tu
historia personal como parte de una historia
mayor.
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Si eres egresado, revivirás momentos y entenderás
otros. Tal vez descubras que aquel maestro que te
marcó, tenía una filosofía, que aquella tradición
aparentemente arbitraria tenía un sentido
profundo, que fuiste parte de algo más grande de
lo que imaginabas.
Si eres docente o colaborador, verás tu trabajo
diario elevado a su justa dimensión. No eres
empleado; eres constructor de futuros. No impartes
clases; transformas vidas. No trabajas en La Salle;
eres La Salle.
Si eres padre o madre de familia, confirmarás que
tu confianza está bien depositada. Verás cómo
cuidamos lo que más amas, cómo nos tomamos en
serio la responsabilidad sagrada de formar a tus
hijos.
Si eres parte de la comunidad chihuahuense,
entenderás cómo esta universidad ha transformado
tu ciudad. Verás las redes invisibles de servicio, los
profesionistas comprometidos, las soluciones a
problemas locales que han nacido en estas aulas.
Si eres Hermano lasallista en cualquier parte del
mundo, encontrarás aquí cómo el carisma del
Fundador florece en contextos inesperados. Verás
que la semilla sembrada en Reims hace tres siglos
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sigue dando frutos en el desierto mexicano del
siglo XXI.
Cómo Leer Este Libro
Puedes leerlo de corrido, dejándote llevar por la
narrativa. O puedes examinar capítulos según tu
interés. Puedes buscar nombres conocidos o
simplemente abrir al azar y encontrar una historia
que te inspire. No hay manera incorrecta de
acercarse a estas páginas.
Lo que sí te pedimos es que no lo leas con prisa.
Estas historias se añejaron 25 años; merecen ser
saboreadas. Que no lo leas solo con la mente; estas
son escritos del alma que piden ser leídas con el
corazón. Que no lo leas como espectador; eres
parte de esta historia, aunque no aparezcas
mencionado.
Gratitudes Anticipadas
Antes de que comiences este viaje, queremos
agradecer. A los fundadores que se atrevieron. A
los pioneros que creyeron. A los benefactores que
invirtieron. A los maestros que se entregaron. A los
estudiantes que confiaron. A las familias que
apostaron. A la comunidad que adoptó. A los
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críticos que nos hicieron mejores. A San Juan
Bautista De La Salle que inspiró y a Dios que
bendijo la obra.
Y te agradecemos a ti, lector, por dedicar tu tiempo
a conocer esta historia. Porque al leerla, la haces
tuya. Y al hacerla tuya, te vuelves parte de ella. Y al
volverte parte de ella, asumes el hermoso
compromiso de continuarla.
Una Invitación Personal
Permíteme, antes de cederle la palabra a las
historias que aguardan, una confesión personal.
Escribir este libro ha sido un viaje emocional. He
llorado con testimonios de superación. He reído
con anécdotas de los primeros días. He sentido
orgullo al dimensionar el impacto. He
experimentado humildad al entender la
responsabilidad. Pero, sobre todo, he confirmado
una certeza: La Salle Chihuahua no es un milagro
terminado; es un milagro en proceso. No es
historia concluida; es historia escribiéndose. No es
institución perfecta; es una comunidad perfectible
que cada día intenta ser un poco mejor.
Por eso, este libro no es punto final; es punto y
seguido. Es pausa para agradecer el camino andado
y tomar aliento para el camino por andar. Es
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espejo donde mirarnos para reconocernos y
reconocernos para comprometernos.
El Momento es Ahora
Mientras lees estas líneas, la vida lasallista
continúa. En algún salón de clase, un maestro
mueve un corazón. En algún laboratorio, nace una
solución. En alguna comunidad, llega el servicio.
En algún estudiante, despierta una vocación.
La historia continúa. Y tú eres parte de ella.
Bienvenido a estas páginas. Bienvenido a nuestra
historia. Bienvenido a casa.
San Juan Bautista De La Salle, que supo ver en la
educación el arma más poderosa para transformar el
mundo, bendiga tu lectura y encienda en tu corazón
el mismo fuego que hace 25 años encendió el nuestro.
¡Viva Jesús en nuestros corazones! ¡Por siempre!
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CAPÍTULO 1
El Espíritu Lasallista: Una Forma
de Ver el Mundo
"Toca los corazones de los alumnos que te son
confiados." — San Juan Bautista De La Salle
Ser lasallista no es usar un uniforme; es formar
parte de una visión del mundo que ve a cada
persona como un universo de posibilidades. Es
creer que la educación no solo transmite
conocimiento, sino que despierta conciencias y
forja caracteres. En los pasillos de nuestra
universidad, este espíritu cobra vida cada día. Se
manifiesta en el profesor que dedica tiempo extra
para explicar un concepto difícil, en el estudiante
que organiza grupos de estudio para sus
compañeros, en el personal administrativo que
recibe a cada visitante como si fuera el más
importante del día.
"Aquí aprendí que el conocimiento sin servicio es
vanidad." Me permito expresar esta convicción
personal porque, como lasallista, he comprendido
que la excelencia académica solo alcanza su
plenitud cuando se orienta al bien común. En el
23
modelo educativo que vivimos, el saber no se
acumula como un trofeo, sino que se entrega como
un acto de servicio.
Los Hermanos Llegan a
México: Una Historia de
Fe y Educación
Esta sección está basada en el libro "La Salle en
México (1905-1921)" del Maestro Bernardo A.
Grousset. fsc y Andrés Meissionnier, fsc,
publicado en 1982 – que constituye la fuente
histórica autorizada y documentada sobre los
primeros años de la presencia lasallista en México.
Para comprender plenamente el espíritu lasallista
que anima nuestra universidad, es necesario
remontarnos a aquellos primeros pasos que los
Hermanos de las Escuelas Cristianas dieron en
tierra mexicana. Es una historia de valentía,
perseverancia y, sobre todo, de un compromiso
inquebrantable con la educación de los más
necesitados.
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El Llamado desde el Nuevo Mundo
Corría el año 1905 cuando México, bajo el largo
dominio de Porfirio Díaz, vivía una profunda
paradoja educativa. Mientras una élite enviaba a
sus hijos a estudiar en Europa o recibía instrucción
de corte francés, la gran mayoría de la población
permanecía sumida en el analfabetismo. En este
contexto, varios obispos y familias católicas de la
Ciudad de México, Puebla, Morelia y otras
ciudades, conocedoras del prestigio educativo de
los Hermanos de las Escuelas Cristianas en
Francia, insistieron durante décadas en pedir su
llegada al país.
El Superior General, Hermano Gabriel-Marie, no
tomó la decisión a la ligera. Francia vivía una
época turbulenta: las leyes anticlericales de 1904
habían obligado a cerrar centenares de escuelas y
forzado a miles de Hermanos a abandonar su país
natal. Esta persecución, paradójicamente, abrió
una oportunidad providencial: muchos Hermanos
franceses, en lugar de resignarse, vieron en
América Latina no un exilio, sino una nueva
frontera para su misión educativa. Así, México se
convirtió en uno de los destinos más significativos
para sembrar de nuevo la semilla lasallista.
25
Los Pioneros: diciembre de 1905
El 1º de diciembre de 1905, llegaron los primeros
cinco Hermanos de las Escuelas Cristianas a
México. El 21 de diciembre del mismo año,
arribaron doce Hermanos más, completando el
primer grupo fundador. Entre ellos se encontraba
el Hermano Jébert de Jésus, designado como
primer Visitador. El Hermano Pedro Celestino
(Pierre Célestin), mencionado en algunos relatos,
era en realidad un Hermano alemán que había
venido de Chile como explorador antes del
Hermano Jébert.
Los primeros Hermanos llegaron con más
esperanza que recursos, más fe que certezas.
Ninguno hablaba español con fluidez, solo algunos
conocían palabras básicas. Traían en sus equipajes
algunos libros, material didáctico básico y, sobre
todo, su entusiasmo educativo.
Primeros Hermanos que llegaron a México:
• Hermano Pierre-Célestin (Pedro-Celestino)
• Hermano Jébert (Jébert-de-Jésus)
• Hermano Amédée-François (Amadeo-
Francisco)
• Hermano Adrien-Marie (Adrián-María)
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• Hermano Antoine-Claude (encargado del
economato y la logística).
El viaje de Veracruz a la Ciudad de México fue
toda una odisea. El tren, orgullo tecnológico del
porfiriato, serpenteaba entre montañas y
barrancas. Los Hermanos, acostumbrados a la
campiña francesa, contemplaban asombrados la
geografía mexicana. En cada estación, grupos de
niños se acercaban a vender frutas, dulces,
artesanías. Los Hermanos comenzaron a practicar
su español comprándoles y preguntando: "¿Vas a la
escuela?"
Las Primeras Escuelas: Un Sueño
que Toma Forma
Los Hermanos establecieron su primera
comunidad en La Concordia, Puebla, donde
llegaron el 4 de diciembre de 1905. Como estos
locales estaban mejor acondicionados, sirvieron de
residencia provisional para los Hermanos recién
llegados.
Las fechas oficiales de apertura fueron:
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• 12 de enero de 1906: apertura de clases en La
Concordia, con 312 alumnos inscritos
• 15 de enero de 1906: inicio de clases en el
colegio San Pedro y San Pablo
La obra de La Concordia comenzó antes que
ninguna otra de los Hermanos en México,
marcando así el verdadero inicio de la presencia
lasallista en el país.
La heterogeneidad del alumnado era notable.
Había hijos de comerciantes franceses y españoles,
pero también, por insistencia de los Hermanos, se
aceptaron gratuitamente a niños de familias
humildes del barrio. Esta mezcla social,
revolucionaria para la época, causó inicialmente
cierta controversia entre los benefactores.
Adaptación y Crecimiento: Los
Desafíos Culturales
Los primeros meses fueron de intenso aprendizaje
mutuo. Los Hermanos franceses tuvieron que
adaptar su pedagogía a la realidad mexicana.
Descubrieron que los niños mexicanos eran más
expresivos que los franceses, más necesitados de
afirmación afectiva.
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La barrera del idioma se fue superando con
creatividad. Los Hermanos implementaron clases
bilingües, aprovechando su francés nativo para
ofrecer una educación que preparara a los jóvenes
para un mundo cada vez más interconectado. Pero
también aprendieron español con admirable
rapidez, ayudados por sus propios alumnos que se
convirtieron en pequeños maestros.
Una anécdota que se volvió legendaria ilustra esta
adaptación cultural: los errores del idioma no
generaban burla, sino cariño. Los alumnos
entendían que sus maestros hacían un esfuerzo
genuino por comunicarse, y eso los acercó aún
más.
La Expansión: Sembrando Estrellas
por el País
El éxito de las primeras escuelas fue inmediato. Las
familias católicas de otras ciudades comenzaron a
solicitar la presencia de los Hermanos. Así se
establecieron nuevas fundaciones en diversas
ciudades del país: Querétaro, Morelia, Zacatecas,
Saltillo, Monterrey, Torreón, Toluca, y otras.
Cada nueva fundación era una aventura. Los
Hermanos viajaban en condiciones precarias, a
29
menudo en diligencias o a lomo de mula, llevando
solamente lo esencial: algunos libros, material
didáctico básico y, sobre todo, su entusiasmo
educativo. En cada ciudad encontraban realidades
distintas, pero aplicaban el mismo principio:
adaptar el carisma lasallista a las necesidades
locales.
En Puebla, ciudad de tradición textil,
implementaron talleres junto con las clases
académicas. En Monterrey, respondiendo al
espíritu industrial, enfatizaron las matemáticas
aplicadas y la contabilidad. En cada lugar, la
escuela lasallista se convertía en un polo de
innovación educativa.
La Revolución: Prueba de Fuego
Si los primeros años fueron de miel, la Revolución
Mexicana iniciada en 1910 trajo consigo vientos de
tempestad. Los Hermanos, identificados con la
Iglesia Católica, se vieron en medio del fuego
cruzado ideológico. Varios colegios fueron
ocupados temporalmente por fuerzas
revolucionarias, otros tuvieron que cerrar sus
puertas.
30
El momento más dramático ocurrió en 1914,
cuando las escuelas lasallistas fueron confiscadas
por las fuerzas revolucionarias. El 15 de mayo se
dio la expulsión de los maestros de Monterrey y el
15 de agosto la orden de abandonar el país. Los
Hermanos fueron expulsados con lo puesto, y
muchos exalumnos, formados en valores lasallistas,
arriesgaron su posición y hasta su vida para
protegerlos.
La red de solidaridad que se tejió en esos años
difíciles, demostró que el espíritu lasallista había
echado raíces profundas en suelo mexicano.
El Exilio y el Retorno: La Fe que
Persevera
Entre 1914 y 1920, la mayoría de los Hermanos
tuvieron que abandonar México. Cincuenta y dos
fueron a Cuba (incorporados al Distrito de las
Antillas), Cincuenta y siete regresaron a Francia, y
sesenta y cuatro se dirigieron a Estados Unidos
para organizar otras obras y fundar el Distrito de
Nueva Orleans-Santa Fe.
Pero mantuvieron viva la llama. Desde el exilio,
seguían en contacto con sus exalumnos,
31
orientándolos por carta, enviando materiales
educativos cuando era posible.
Durante los años que los Hermanos estuvieron
ausentes, muchos exalumnos se reunían
clandestinamente para estudiar los libros que les
habían dejado, manteniendo vivo el método
lasallista. Cuando regresaron, encontraron que sus
discípulos habían sido fieles al carisma.
El retorno comenzó tímidamente en 1920, cuando
la situación política se estabilizó relativamente. En
1921 se reabrió La Concordia, y gradualmente los
Hermanos pudieron operar abiertamente de
nuevo.
La Edad de Oro: 1940-1970
Los años cuarenta marcaron el inicio de lo que
muchos consideran la edad de oro de la educación
lasallista en México. Con la estabilidad política del
país y el crecimiento económico, las escuelas
lasallistas florecieron. Se abrieron nuevos colegios
en Guadalajara, León, Morelia, San Luis Potosí,
Torreón, entre otras ciudades.
Pero el crecimiento no fue solo cuantitativo. Los
Hermanos, aprendiendo de la experiencia
32
revolucionaria, entendieron la necesidad de formar
un laicado comprometido. Comenzaron a
contratar profesores seglares, no como simple
mano de obra, sino como verdaderos
colaboradores en la misión educativa.
Esta época vio también la mexicanización del
Instituto. Los primeros Hermanos mexicanos
como el Hermano Luciano Ríos (1897-1988,
nombre religioso Benjamin-Pablo) habían hecho
sus votos antes de los años veinte, pero fue en los
cuarenta y cincuenta cuando su número creció
significativamente. Estos hermanos llevaron el
carisma lasallista a nuevas alturas, combinando la
tradición francesa con la sensibilidad mexicana.
Primera Generación de Hermanos Mexicanos
La primera generación de Hermanos fue formada
durante los años iniciales del Instituto. Diez y seis
mexicanos, esta generación permanecieron fieles
hasta el final, marcados por el impacto puro de los
Fundadores del Distrito. Entre los más destacados
se encuentran:
• Hermano Luciano Ríos (Benjamín-Pablo)
del Distrito Norte (1897-1988)
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• Hermano Fernando Anzorena (1898-1988),
uno de los más prestigiosos formadores del
Distrito
• Hermano Antonio María Lozano Bernal
(1901-1972), primer Asistente Mexicano
(1946-1966)
• Hermano Luis Lozano Bernal (1903-1985),
Visitador del México Sur
• Hermano José Valenzuela (1902-1963)
• Hermano Manuel Ibarrola (1898-1985)
Innovación Educativa: Más Allá del
Aula
Los Hermanos lasallistas en México no se
conformaron con repetir modelos importados.
Fueron pioneros en múltiples innovaciones
educativas que respondían a las necesidades del
país.
La Educación Técnica: en respuesta a las
necesidades industriales del país, los Hermanos
fundaron institutos técnicos para formar técnicos
medios que respondieran a las crecientes demandas
de la industria nacional.
Las Escuelas Nocturnas para Obreros: conscientes
de que muchos jóvenes debían trabajar durante el
34
día, los Hermanos abrieron escuelas nocturnas
gratuitas. De siete a diez de la noche, enseñaban a
obreros que, aunque llegaban agotados, traían en
los ojos el brillo de quienes no renuncian a
superarse.
Los Internados Rurales: en zonas alejadas donde no
había escuelas, los Hermanos establecieron
internados. Niños de rancherías distantes vivían
entre semana en la escuela, recibiendo no solo
educación académica sino formación integral.
Muchos de estos niños se convirtieron en los
primeros profesionistas de sus comunidades.
La Integración de Estudiantes con Discapacidad: en
una época cuando la educación especial era
prácticamente inexistente en México, los
Hermanos fueron pioneros en integrar a niños con
discapacidades a las aulas regulares, adaptando
métodos y sensibilizando a la comunidad
educativa.
Los Pilares que Nos Sostienen
Este recorrido histórico nos permite entender
mejor los pilares que sostienen la educación
lasallista, no como conceptos abstractos, sino
como realidades forjadas en la experiencia:
35
Fe
No como imposición, sino como invitación a
descubrir lo trascendente en lo cotidiano. Una fe
que dialoga con la ciencia, que abraza la
diversidad, que se expresa en obras. Los Hermanos
aprendieron en México que la fe debe enraizarse
en la cultura local, hablar el idioma, vestirse con
los colores patrios sin perder su esencia universal.
La fe lasallista en México adquirió matices propios.
Se tiñó de la devoción guadalupana, integró la
religiosidad popular, aprendió a convivir con el
laicismo oficial sin renunciar a su identidad. Es una
fe que no se queda en la sacristía, sino que sale al
encuentro, que se mancha las manos en el servicio.
Fraternidad
Somos hermanos antes que competidores. En
nuestras aulas se forjan amistades que durarán toda
la vida, porque compartimos no solo
conocimientos, sino valores y propósitos. La
fraternidad lasallista en México superó las barreras
de clase que tanto marcaban la sociedad porfiriana
y post-revolucionaria.
En las escuelas lasallistas, el hijo del hacendado
aprendía junto al hijo del obrero. Compartían
pupitre, recreo, ideales. Esta convivencia, forzada
36
al principio, natural después, fue sembrando una
cultura de fraternidad que trasciende los muros
escolares. Hoy, las asociaciones de exalumnos
lasallistas son redes de solidaridad que cruzan
fronteras sociales y generacionales.
Servicio
El diploma más valioso que otorgamos no está
impreso en papel, sino grabado en el corazón de
quienes hemos servido. Nuestros estudiantes no se
gradúan solo con competencias profesionales, sino
con una sensibilidad social que los distingue.
El servicio social lasallista en México tiene
características propias. No es la caridad
paternalista del rico hacia el pobre, sino el
encuentro transformador entre hermanos. Los
estudiantes lasallistas aprenden que su privilegio
educativo conlleva una responsabilidad social
ineludible.
"Entré buscando una carrera, encontré una
misión", reflexiona un egresado. Esta frase,
repetida con variaciones por miles de exalumnos,
captura la esencia de la transformación lasallista.
37
El Maestro como Ministro
San Juan Bautista De La Salle revolucionó la
educación al dignificar la labor docente. Para él,
enseñar era un ministerio, una vocación sagrada.
Esta visión permea cada cátedra en nuestra
universidad, pero en México adquirió
características particulares.
El maestro lasallista mexicano aprendió a ser más
que educador: se convirtió en figura paterna para
muchos, en consejero, en amigo. La distancia
reverencial del modelo educativo francés se
transformó en cercanía afectuosa sin perder el
respeto. Los maestros lasallistas en México
aprendieron el arte de la fraternidad mexicana, esa
combinación única de respeto formal y calidez
humana.
Nuestros maestros no son solo transmisores de
información; son:
38
• Mentores que acompañan en el camino de
la vida
• Guías que inspiran con su testimonio diario
• Testimonios vivientes de los valores que
profesamos
• Puentes entre el conocimiento académico y
la sabiduría vital
Un verdadero maestro lasallista enseña más con su
ejemplo que con sus palabras, comentó una
profesora mientras preparaba su clase con el
mismo entusiasmo del primer día. Esta dedicación,
mantenida a lo largo de décadas, es la marca
distintiva del educador lasallista.
La Universidad La Salle: Un Sueño que se
Hace Realidad
El sueño de tener una universidad lasallista en
México comenzó a gestarse en los años cuarenta.
Los Hermanos observaban cómo sus mejores
alumnos de preparatoria tenían que buscar
educación superior en instituciones que no siempre
compartían sus valores. Algunos iban a
universidades católicas, otros a las públicas,
muchos al extranjero.
El Hermano Manuel de Jesús Álvarez Campos,
uno de los principales impulsores de la Universidad
La Salle en México, promovió desde sus inicios la
idea de una institución educativa que no solo
ofreciera formación profesional de alta calidad,
sino que también estuviera comprometida con la
justicia social, el diálogo con la modernidad y la
fidelidad a los valores del humanismo cristiano y
lasallista.
39
El proceso fue largo y complejo. Hubo que vencer
resistencias internas (algunos Hermanos temían
perder el carisma original centrado en la educación
básica), sortear obstáculos legales (las leyes
mexicanas sobre educación superior eran
restrictivas), y reunir recursos económicos
considerables.
Finalmente, el 15 de febrero de 1962, la Universidad
La Salle abrió sus puertas en la Ciudad de México.
Las primeras carreras fueron Administración de
Empresas, Contaduría, Ingeniería Civil e
Ingeniería Química. 387 jóvenes, muchos de ellos
egresados de preparatorias lasallistas, formaron la
primera generación.
La Expansión Universitaria: Llevando la
Educación Superior a Todo México
El éxito de la Universidad La Salle en la Ciudad de
México generó interés en otras regiones. Familias
de provincia que por generaciones habían enviado
a sus hijos a colegios lasallistas locales, ahora
anhelaban que pudieran continuar su formación
universitaria sin alejarse de casa y, sobre todo, sin
perder la formación en valores que caracterizaba la
educación lasallista.
40
Universidades La Salle en México a lo largo de los
años:
1956 – Escuela Normal La Salle Puebla: con el
propósito de formar docentes comprometidos con
una pedagogía humanista y cristiana, se fundó en
Puebla la Escuela Normal La Salle.
1962- Universidad La Salle México: a partir de la
experiencia del Colegio Cristóbal Colón, se fundó
formalmente la Universidad La Salle en la Ciudad
de México. Inició un proyecto educativo orientado
a formar profesionales competentes y
comprometidos con los valores del humanismo
cristiano.
1968 - Universidad La Salle Bajío: Respondiendo a
las necesidades de la pujante región del Bajío, se
abrió el segundo campus universitario.
1973 - Universidad La Salle Laguna: Sirviendo a la
importante región lagunera, con programas
adaptados a las necesidades locales.
1983 - Centro de Estudios Superiores La Salle: con
una clara vocación formativa, se estableció en
Monterrey el Centro de Estudios Superiores La
Salle, especializado en la preparación de
profesionales de la educación.
41
1991 - Universidad La Salle Morelia: con programas
innovadores.
1991 - Universidad La Salle Noroeste: llevando
educación superior de calidad al noroeste del país.
1991 - Universidad La Salle Cancún: se estableció
una universidad que llevara la formación integral a
esa región.
1991 - Universidad La Salle Cuernavaca: su
proyecto académico integró excelencia profesional,
compromiso social y formación en valores,
consolidando un modelo educativo centrado en el
desarrollo humano integral.
1994 - Universidad La Salle Pachuca: llevando
educación lasallista al estado de Hidalgo.
2000 - Universidad La Salle Chihuahua: nuestra
universidad, respondiendo al anhelo largamente
acariciado de las familias del norte.
2001 - Universidad La Salle Victoria: tras décadas de
anhelo comunitario, se estableció esta universidad,
con una clara vocación humanista y oferta
académica en ingeniería, salud y ciencias sociales.
42
2005 - Universidad La Salle Saltillo: esta sede se
insertó en la dinámica industrial del noreste, con
programas en ingeniería, negocios y humanidades,
reafirmando el compromiso lasallista con la
formación integral.
2006 - Universidad La Salle Nezahualcóyotl: un
proyecto revolucionario llevando educación
universitaria de calidad a una de las zonas más
densamente pobladas del país.
2010 - Universidad La Salle Oaxaca: atendiendo a la
riqueza cultural y diversidad del sur del país, esta
universidad promueve programas con un enfoque
humanista e intercultural.
Cada nueva universidad no era una simple
franquicia. Los Hermanos insistían en que cada
campus desarrollara su propia personalidad,
respondiendo a las necesidades locales mientras
mantenía la esencia lasallista. Esta
descentralización creativa permitió que el carisma
lasallista se encarnara de formas diversas pero
complementarias en todo el territorio nacional.
43
Los Desafíos Contemporáneos: Fidelidad
Creativa
La educación lasallista en México ha enfrentado
desafíos significativos en las últimas décadas:
La Secularización: en una sociedad cada vez más
secular, mantener la identidad católica mientras se
respeta la diversidad religiosa es un equilibrio
delicado. Las universidades lasallistas han optado
por un catolicismo propositivo, no impositivo, que
se manifiesta más en el testimonio que en el
proselitismo.
La Disminución de Vocaciones Religiosas: el
número de Hermanos ha disminuido. De
aproximadamente de 300 en los años sesenta, hoy
son menos de 200 en todo el país. Esto ha llevado a
una mayor participación de laicos comprometidos
en puestos directivos, transformando el desafío en
oportunidad para fortalecer la corresponsabilidad
en la misión.
La Competencia del Mercado Educativo: la
proliferación de universidades privadas ha creado
un mercado altamente competitivo. Las
universidades lasallistas han respondido sin bajar
sus estándares ni comprometiendo sus valores, sino
44
demostrando que la formación integral y la
accesibilidad son su mayor diferenciador.
Los Cambios Socioculturales: las nuevas
generaciones llegan con valores, expectativas y
formas de aprender diferentes. La pedagogía
lasallista ha tenido que actualizarse, integrando
tecnología y nuevas metodologías, sin perder su
esencia relacional y personal.
El Carisma Lasallista Hoy: Tradición Viva
Después de más de un siglo en México, el espíritu
lasallista no es una reliquia del pasado, sino una
fuerza viva que se reinventa constantemente. En
nuestros campus universitarios, este espíritu se
manifiesta de formas concretas y cotidianas.
En la Pedagogía del Acompañamiento: cada
estudiante tiene un tutor que lo acompaña durante
su trayectoria universitaria. No es solo seguimiento
académico, sino acompañamiento integral que
considera todas las dimensiones de la persona.
En la Opción Preferencial por los Vulnerables: a
través de robustos programas de becas, las
universidades lasallistas mantienen su compromiso
fundacional con los menos favorecidos.
45
Aproximadamente, el setenta por ciento de
nuestros estudiantes reciben algún apoyo
económico.
En la Investigación Socialmente Pertinente:
nuestros centros de investigación priorizan
proyectos que respondan a necesidades sociales
reales. No buscamos solo publicar, sino
transformar realidades.
En el Servicio Social Significativo: más allá del
requisito legal, el servicio social lasallista es una
experiencia transformadora que permite al
estudiante descubrir que su profesión es un medio
para servir.
En la Formación de Líderes con Valores: no
formamos solo profesionales técnicamente
competentes, sino líderes que llevarán los valores
lasallistas a sus espacios de influencia.
Testimonios que Inspiran
A lo largo de las décadas, la educación lasallista ha
transformado vidas, encendiendo vocaciones y
forjando líderes comprometidos con su
comunidad. Las siguientes voces —de rectores y
Hermanos— dan testimonio del impacto profundo
46
de una formación que no solo instruye, sino que
inspira, humaniza y transforma.
Cada frase refleja el corazón de una misión
educativa que, fiel a San Juan Bautista De La Salle,
educa para servir, con fe, fraternidad y
compromiso:
Dr. José Cervantes Hernández, fsc, primer Rector
(2000-2007):
"Así, al educar desde, en y para la
esperanza, haremos de la educación la
esperanza de lo posible." (Semblanza
2012)
Dr. Salvador Valle Gámez, fsc, Rector (2007-2014):
"En un mundo incierto y líquido, la
escuela se erige como un baluarte de
certezas, siempre abierto a la mejora."
(Video mensaje La Salle Noroeste)
Dr. Carlos Castañeda Casas, fsc, Rector (agostodiciembre
2014):
"Que nuestra escuela, nuestra
universidad, sea un espacio de salvación
47
para cada alumno." (Video La Salle
México Norte)
Dr. Miguel Ángel Valdés García, Rector (2015-2016):
"Al Dr. José Cervantes, luz y guía,
nuestra gratitud por el legado de una
vida entregada con pasión a la educación
lasallista, forjando el camino que hoy
seguimos." (Homenaje a Dr. José
Cervantes)
Mtro. Guillermo García López, fsc, Rector (2016-
2022)
"El alma de nuestra universidad reside en
la calidad de sus educadores, quienes, al
vivir la fe, la fraternidad y el servicio con
coherencia, tienen el poder de abrir
mentes y mover corazones." (Comunicado
ULSA Chihuahua)
Mtro. José Salvador Benavides Castro, Rector (2022-
actual):
"El espíritu lasallista une los corazones al
recordar la importancia de la fraternidad
en nuestras comunidades." (1er
Comunicado)
48
Educación para la Transformación
En un mundo que cambia vertiginosamente, el
modelo lasallista ofrece algo permanente: la
convicción de que la educación debe formar
personas íntegras, profesionales competentes y
ciudadanos comprometidos.
No educamos para el mercado laboral; educamos
para la vida. No formamos empleados; formamos
líderes con conciencia social. No preparamos para
competir; preparamos para colaborar, innovar y
transformar.
Este enfoque transformador se concreta en:
Curricula Humanista: todas las carreras incluyen
materias de formación humana, ética profesional,
responsabilidad social. No son relleno curricular,
sino columna vertebral de la formación.
Metodologías Activas: el estudiante es protagonista
de su aprendizaje. Proyectos reales, aprendizaje
basado en problemas, trabajo colaborativo. Se
aprende haciendo, no solo escuchando.
Vinculación Comunitaria: desde primer semestre,
los estudiantes tienen contacto con realidades
49
sociales que los sensibilizan y comprometen. La
torre de marfil académica no existe en el modelo
lasallista.
Internacionalización Solidaria: los intercambios no
son turismo académico, sino experiencias de
crecimiento integral. Muchos estudiantes optan
por intercambios a países en desarrollo donde
pueden servir mientras aprenden.
Emprendimiento Social: fomentamos no solo el
emprendimiento, sino el emprendimiento con
propósito social. Numerosos proyectos de
titulación se convierten en empresas sociales
reales.
La Espiritualidad Lasallista: Más Allá de la
Religión
Un aspecto distintivo y a veces malentendido del
lasallismo es su dimensión espiritual. En un
contexto universitario, plural y secular, ¿cómo se
vive la espiritualidad lasallista?
No es proselitismo religioso, sino invitación a la
trascendencia. No es catequesis obligatoria, sino
propuesta de sentido. No es imposición de
creencias, sino apertura al misterio de la fe.
50
La espiritualidad lasallista en nuestras
universidades se manifiesta en:
Espacios de Silencio y Reflexión: capillas, jardines
de meditación, salas de silencio. Lugares donde
cualquiera, independientemente de su credo,
puede encontrar paz interior.
Acompañamiento Espiritual: disponible para quien
lo solicite, respetuoso de la diversidad de
búsquedas, enfocado en ayudar a cada persona a
encontrar sentido y propósito.
Celebraciones Significativas: misas para quienes las
valoran, pero también celebraciones ecuménicas,
momentos de reflexión universal, rituales de paso
que marcan las transiciones importantes.
Voluntariado como Experiencia Espiritual: muchos
descubren lo trascendente no en la capilla sino en
el servicio. El encuentro con el necesitado, es
encuentro con lo sagrado.
Diálogo Fe-Cultura: conferencias, seminarios,
debates en los cuales la fe dialoga respetuosamente
con la ciencia, el arte, la filosofía. No hay
preguntas prohibidas ni respuestas obligatorias.
51
El Futuro del Lasallismo en México: Desafíos
y Esperanzas
Mirando hacia adelante, la educación lasallista en
México enfrenta desafíos significativos, pero
también oportunidades extraordinarias:
El Desafío de la Relevancia: en un mundo que
cambia exponencialmente, mantener la relevancia
educativa sin perder la identidad es el gran reto. La
respuesta lasallista es la "fidelidad creativa": ser
fieles a los principios fundacionales mientras
somos creativos en las formas de encarnarlos.
La Oportunidad de la Red: las 15 universidades
lasallistas en México forman una red poderosa. La
colaboración intercampus, la movilidad estudiantil
y docente, los proyectos conjuntos multiplican el
impacto.
El Imperativo de la Inclusión: el lasallismo del siglo
XXI debe ser radicalmente inclusivo. No solo
inclusión socioeconómica, sino también, de
capacidades diferentes, de cultura, de pluralidad
religiosa. La estrella lasallista debe brillar para
todos.
52
La Urgencia Ecológica: la crisis ambiental
interpela directamente al carisma lasallista.
Promover el cuidado de la casa común es hoy parte
esencial de la misión educativa. Las universidades
lasallistas están llamadas a ser modelo de
sustentabilidad y a formar profesionales con
conciencia ecológica.
La Promesa de la Tecnología: la tecnología bien
utilizada puede democratizar la educación de
calidad. El reto es mantener el toque humano, la
relación cercana que caracteriza al lasallismo,
mientras se aprovechan las posibilidades
tecnológicas.
El Lasallismo en Chihuahua: Nuestra Historia
Particular
La historia de la presencia lasallista en Chihuahua
comienza en 1959, cuando un grupo de
empresarios locales —entre ellos Don Leopoldo
Mares, Salvador Creel, Eloy Vallina, Humberto
Mares, Luis Monroy y Jesús Mesta— impulsaron la
creación del Instituto La Salle de Chihuahua con el
apoyo del Obispo Don Antonio Guízar Valencia.
Las clases iniciaron en septiembre de ese año, en
instalaciones provisionales ubicadas junto al
Hospital Verde, bajo la dirección del laico Vicente
Bustos. Fue hasta 1964 cuando llegaron los
primeros Hermanos de La Salle —Antonio Pulido,
53
Antonio de Loya y Gilberto Lozano— quienes
asumieron la dirección del Instituto, superando
con esfuerzo los desafíos materiales y sociales.
Gracias al apoyo comunitario, empresarial y de
organismos como CAPCE, en 1968 se construyó el
nuevo campus, donde se consolidaron los niveles
de primaria, secundaria y posteriormente
preparatoria. Este esfuerzo sembró las bases para
que, décadas más tarde, se fundara la Universidad
La Salle Chihuahua en el año 2000, continuando
así el legado de formación integral inspirado en el
carisma de San Juan Bautista De La Salle.
En este contexto local y nacional es donde se
inserta nuestra propia historia. La Universidad La
Salle Chihuahua no nació en el vacío, sino como
respuesta a un anhelo largamente acariciado por la
comunidad chihuahuense. Durante décadas,
familias de Chihuahua enviaban a sus hijos a
estudiar a otros estados. "¿Por qué no podemos
tener esto aquí?", se preguntaban.
Los iniciadores de este sueño fueron el Lic.
Patricio Martínez, en ese entonces Gobernador de
Chihuahua, y el Hermano Elio Infante, director en
aquel tiempo del Instituto La Salle de Chihuahua,
fueron los visionarios de la idea. Juntos
emprendieron una misión que los llevaría hasta el
Hermano Dr. José Cervantes Hernández.
54
El Hermano Cervantes, siguiendo la tradición
lasallista de responder a las necesidades educativas
de cada época, comprendió que Chihuahua no solo
necesitaba, sino que merecía tener su propia
universidad lasallista. Sin embargo, consciente de
la magnitud del proyecto, les explicó que tendría
que presentar esta propuesta ante sus superiores
para obtener el aval institucional necesario. Este
fue el inicio de un proceso que requeriría años de
trabajo meticuloso. Con una extraordinaria
combinación de visión académica, habilidad
diplomática y profunda convicción espiritual, y
gracias a un esfuerzo conjunto, bajo la guía del
Hermano Cervantes, se construyeron los cimientos
necesarios para transformar este anhelo en una
realidad tangible.
"El Hermano Cervantes fue como un arquitecto que
no solo diseñó edificios, sino que construyó puentes
entre sueños y realidades", recuerda con emoción
Margarita Álvarez, de las primeras colaboradoras
del área administrativa de la universidad. Su
capacidad para inspirar confianza tanto en la
comunidad empresarial chihuahuense como en las
autoridades lasallistas resultó definitiva. El proceso
no fue sencillo. Primero presentó el proyecto a los
superiores del Distrito para la viabilidad y
necesidad del proyecto. Paralelamente, logró
persuadir a los empresarios de que invertir en
educación lasallista significaba apostar por el
futuro prometedor de Chihuahua. Mostró a los
55
Hermanos de que el norte de México no solo
estaba preparado, sino ansioso por un proyecto
universitario de esta magnitud. Fiel al espíritu
lasallista de trabajar en comunidad y nunca
caminar solo, dedicó, junto a otro Hermano, toda
su paciencia y tenacidad para sortear los procesos
complejos y asegurar cada uno de los trámites
necesarios.
Lic. Domingo Gallo Exalumno de Instituto La Salle
Chihuahua. "En 1965 llegué a un Instituto que nacía
en Nombre de Dios. Fuimos una generación
bendecida: éramos pocos alumnos y eso nos permitió
ser familia con los Hermanos Gilberto Lozano,
Everardo Márquez, Antonio de Loya, Antonio Pérez,
Juan Gómez, Rubén Zámano, Ramiro Montaño,
Teacher Ríos. En ocasiones pasábamos las
Navidades en familia junto con los hermanos. Con
algunos padres de familia, formamos la Rondalla de
La Salle. Fuimos nosotros quienes limpiamos piedra
por piedra el terreno para crear el primer campo de
fútbol. Nuestra banda de guerra venció a la de la 5ta
Zona Militar. El lasallismo que corre por mi sangre lo
he llevado a todos los círculos donde interactúo. Mis
tres hijas son lasallistas: dos del Instituto y una
orgullosa egresada de la Universidad La Salle
Chihuahua. Verla recibir su título fue cerrar un
círculo de bendiciones. Llevamos los valores del Señor
de La Salle en nuestra vida diaria. ¡Que viva Jesús en
nuestros corazones! ¡Por siempre!"
56
La respuesta definitiva llegó en el año 2000, cuando
finalmente se alinearon las condiciones esenciales:
la aprobación de sus superiores lasallistas, un
grupo selecto de empresarios comprometidos,
persuadidos por la visión contagiosa del Hermano
Cervantes; el respaldo institucional del Distrito
México Norte de los Hermanos de las Escuelas
Cristianas; el apoyo decidido del entonces
Gobernador del Estado, Lic. Patricio Martínez
García; y, sobre todo, una comunidad madura y
motivada para recibir este invaluable regalo
educativo. Así nació nuestra universidad.
Nuestra institución emergió marcada por el
espíritu emprendedor característico del norte, pero
profundamente impregnada de la tradición
centenaria lasallista. Representa una síntesis única
y extraordinaria: la fortaleza del desierto
entrelazada con la ternura del evangelio; el
pragmatismo norteño fusionado con el idealismo
lasallista; la innovación tecnológica de vanguardia
cimentada en valores perennes e inagotables.
El Carisma Lasallista: Un Regalo para el
Mundo
Después de este recorrido histórico, podemos
comprender mejor qué significa ser lasallista. No es
nostalgia de un pasado glorioso, sino compromiso
57
con un presente desafiante y esperanza en un
futuro prometedor.
El carisma lasallista es un regalo para el mundo
porque:
Humaniza la Educación: en una época de
masificación y despersonalización, el lasallismo
insiste en que cada estudiante es único, irrepetible
y sagrado.
Integra Fe y Vida: no separa lo espiritual de lo
profesional, lo trascendente de lo cotidiano, ni la fe
de la cultura. Forma personas integrales que viven
unidas.
Promueve la Justicia: no se conforma con la
excelencia académica, esta va acompañada de
compromiso social. Forma profesionistas
competentes y ciudadanos comprometidos.
Cultiva la Fraternidad: en un mundo fragmentado,
crea comunidades que enseñan a vivir como
hermanos, superando barreras de toda índole.
Innova con Sentido: no rechaza el progreso, pero
lo orienta hacia el bien común. La innovación
lasallista tiene rostro humano.
58
La Llama que No Se Apaga
Han pasado más de 115 años desde que aquellos
cuatro Hermanos franceses bajaron del barco en
Veracruz. Han pasado 25 años desde que abrimos
nuestras puertas en Chihuahua. Mucho ha
cambiado, pero lo esencial permanece. El espíritu
lasallista sigue siendo esa llama que ilumina sin
quemarse, que calienta sin consumirse, que
multiplica al compartirse. Es espíritu que no
envejece porque se renueva en cada generación,
que no se agota porque se alimenta del amor
educativo.
En cada maestro que prepara su clase con esmero,
en cada estudiante que descubre su vocación de
servicio, en cada egresado que ejerce su profesión
para transformar el mundo, ahí está vivo San Juan
Bautista De La Salle. Su sueño de tocar corazones
a través de la educación sigue realizándose cada
día. Somos herederos de una tradición, pero sobre
todo somos constructores de un futuro
esperanzador. El espíritu lasallista no es pieza de
museo; es fuerza viva que sigue transformando
vidas, que sigue escribiendo historias de redención
educativa. Por eso, podemos decir con orgullo y
humildad, somos lasallistas. No por usar un escudo
o conocer una historia, sino por llevar en el
corazón la convicción de que educar es el acto de
amor más transformador que existe. Además, por
59
creer que cada estudiante que cruza nuestras
puertas trae consigo un universo de posibilidades
que estamos llamados a ayudar y a florecer.
Este es el espíritu lasallista: una forma de ver el
mundo donde la educación no es negocio, sino
ministerio, donde el conocimiento no es poder,
sino servicio, donde el éxito no se mide en cifras
sino en vidas transformadas. Una llama que se
encendió hace más de 300 años y que en
Chihuahua ha encontrado leña nueva para arder y
así seguir iluminando caminos. Una estrella que
sigue guiando a navegantes del conocimiento
hacia puertos de esperanza. Un corazón que sigue
latiendo en cada acto educativo realizado con
amor.
Porque al final, ser lasallista es eso: creer
apasionadamente que a través de la educación
podemos tocar corazones, transformar vidas y
construir un mundo más justo y fraterno.
Esa es nuestra herencia. Ese es nuestro
compromiso. Esa es nuestra esperanza.
Indivisa Manent - Permanecemos unidos en esta
misión sagrada de educar.
60
"Vive de tal manera que los alumnos puedan leer el
Evangelio en tu vida."
— San Juan Bautista De La Salle
61
62
CAPÍTULO 2
La Salle Llega a Chihuahua: Crónica
de un Sueño Hecho Realidad
Era el año 2000. El nuevo milenio traía consigo
promesas de cambio, y Chihuahua, ciudad de
contrastes entre tradición y modernidad, estaba
lista para escribir un nuevo capítulo en su historia
educativa. La ciudad que había visto nacer
revoluciones, que había forjado fortunas en sus
minas y ganaderías, que había construido
industrias en medio del desierto, estaba a punto de
recibir un regalo largamente esperado: educación
lasallista de nivel superior.
El Sueño que Precedió al Amanecer
Antes de narrar aquel histórico primer día, es
necesario remontarnos a los años que gestaron este
sueño. Porque las universidades no nacen por
generación espontánea; son fruto de voluntades
que convergen, de obstáculos que se superan, de fe
que mueve montañas... o en este caso, que las
cruza.
63
Las Voces que Clamaban en el Desierto
Desde los años ochenta, un fenómeno se repetía
cada agosto en las familias chihuahuenses: los
jóvenes que habían cursado su educación básica y
media en colegios católicos locales tenían que
emigrar para continuar su formación universitaria.
Algunos iban a La Salle México o Bajío y a otras
universidades, y algunos cruzaban la frontera hacia
El Paso o Las Cruces. En los años noventa se
promovieron diversas políticas educativas y de
desarrollo regional para enfrentar un desafío que
preocupaba a muchos líderes de la época: la fuga
de talento joven hacia otras regiones del país y del
extranjero. La inquietud principal era cómo evitar
que los mejores estudiantes abandonaran el estado
en una etapa tan crucial de su formación.
Esta pregunta resonaba en muchos corazones.
Padres de familia que habían experimentado el
valor de la educación integral veían con tristeza
cómo sus hijos tenían que alejarse. Empresarios
que necesitaban profesionales con valores sólidos
tenían que "importarlos" de otras ciudades. La
comunidad educativa local, aunque respetable,
carecía de opciones que combinaran excelencia
académica con formación en valores cristianos
explícitos.
64
El Hermano José Cervantes: Arquitecto de
Sueños
En la segunda mitad de los años noventa, el
Hermano Dr. José Cervantes intensificó su labor
educativa en el norte del país, consolidando su
compromiso con el carisma lasallista en la
educación superior. Su vasta experiencia
internacional, —su participación en la fundación de
la Universidad de Monterrey, su liderazgo como
Consejero General del Instituto en Roma, y su
labor como Rector de la Universidad La Salle
México (1988–1991) y de la Universidad La Salle
Noroeste, — lo preparaba para asumir una nueva
misión: fundar la Universidad La Salle Chihuahua,
proyecto que llevaría adelante con visión, fe y una
disciplina férrea.
El Hermano Cervantes no era un soñador ingenuo.
Doctor en Sociología por la Catholic University of
America, con formación pedagógica y una
trayectoria marcada por el orden, la estética y la
excelencia académica, entendía que fundar una
universidad exigía mucho más que entusiasmo.
Sabía que requería una compleja articulación de
voluntades: recursos económicos, respaldo
institucional del Instituto de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas, permisos gubernamentales y,
sobre todo, una comunidad local convencida y
comprometida.
65
A partir de su llegada en enero del 2000. Con la
paciencia del sembrador y la claridad estratégica
que lo caracterizaba, comenzó a tejer redes.
Identificó a exalumnos lasallistas influyentes en la
sociedad chihuahuense. En reuniones informales,
repetía con convicción una misma pregunta que
era, en realidad, una invitación a la
corresponsabilidad:
Según testimonios de participantes en reuniones,
él repetía con convicción “¿No creen que ya es
tiempo de que Chihuahua tenga su propia
Universidad La Salle?”
La Primera Reunión Formal: Sembrando la
Semilla
En 1998, se llevó a cabo una reunión clave con
actores estratégicos de la sociedad chihuahuense
para explorar la posibilidad de establecer una
Universidad La Salle en la ciudad. La convocatoria
reunió a empresarios, profesionistas, exalumnos
lasallistas y sacerdotes, con el objetivo de valorar el
impacto social, educativo y económico de contar
con una institución de educación superior
inspirada en el carisma lasallista.
La respuesta de los asistentes fue positiva. Se
reconoció colectivamente que Chihuahua
66
necesitaba y merecía una Universidad La Salle,
capaz de responder a los retos del entorno con
excelencia académica y principios humanistas.
Esta reunión fue el punto de partida formal del
proceso que culminaría, dos años después, con la
apertura de la Universidad La Salle Chihuahua en
el año 2000. El proyecto avanzó con el respaldo de
la comunidad y de las autoridades locales, gracias a
la visión sembrada por el Hermano Cervantes y a
la colaboración de múltiples actores
comprometidos con el futuro educativo del estado.
El Hermano Cervantes, con su experiencia
internacional y su firme visión educativa, planteó
con claridad los desafíos que enfrentaba
Chihuahua: la necesidad de ampliar la oferta
universitaria de calidad, la fuga de talento joven y
la urgencia de formar profesionistas con
compromiso ético y formación integral.
Los Obstáculos del Camino
El entusiasmo inicial pronto se enfrentó con la
realidad. Los obstáculos eran múltiples y
complejos:
El Desafío Legal: las leyes mexicanas para
establecer una universidad privada eran
67
laberínticas. Se necesitaban permisos federales y
estatales, estudios de factibilidad, planes de estudio
aprobados por la Secretaria de Educación.
El Reto Financiero: el presupuesto inicial era
astronómico. No solo se necesitaba un edificio
adecuado, sino laboratorios, biblioteca,
equipamiento tecnológico, y capital de trabajo
para al menos dos años de operación deficitaria.
La Resistencia Interna: sorprendentemente, uno de
los obstáculos vino del Instituto Lasallista. Algunos
Hermanos en el Distrito México Norte
cuestionaban la viabilidad del proyecto. ¿No sería
mejor fortalecer las universidades existentes?
¿Tenía sentido abrir otro campus en una ciudad de
menos de un millón de habitantes? ¿Habría
suficientes estudiantes?
La Competencia Local: las universidades
establecidas en Chihuahua no vieron con buenos
ojos la llegada de un nuevo competidor. Circularon
rumores, se cuestionó la necesidad de "otra
universidad más", se presionó sutilmente a algunos
empresarios para que no apoyaran el proyecto.
68
El Momento Decisivo: La llegada del Visitador
En 1999, el Hermano Dr. Salvador Valle Gámez,
Visitador del Distrito México Norte, realizó el viaje
oficial a la ciudad de Chihuahua para evaluar
personalmente la viabilidad del proyecto de fundar
una Universidad La Salle. Esta visita representaba
un momento decisivo: si el Distrito no avalaba la
propuesta, todo el esfuerzo previo habría quedado
en pausa. El equipo promotor, encabezado por el
Hermano Dr. José Cervantes, y con el respaldo de
la Sociedad de padres de familia del Instituto La
Salle de Chihuahua, prepararon con esmero una
presentación integral. Se mostraron estudios de
mercado, proyecciones de matrícula, y análisis del
impacto educativo y social. También se destacó el
interés creciente de las familias chihuahuenses por
contar con una universidad con identidad lasallista,
evitando la migración estudiantil hacia otras
ciudades.
La comunidad local —exalumnos, empresarios,
académicos y autoridades— manifestó su respaldo
activo, lo que convenció al Distrito de que
Chihuahua estaba lista para recibir una institución
universitaria Lasallista. Como resultado de esa
visita, se otorgó la autorización formal para
avanzar con la fundación.
69
Testigos y protagonistas del origen:
Matías Mesta Soulé (†)
Fernando Rodríguez Serna (†)
Don Juan Bours Almada (†)
Don Miguel Márquez Prieto (†)
Don Jaime Creel Sisniega (†)
Manuel Padilla Muñoz, fsc (†)
Elio Infante Novoa, fsc (†)
Alonso Baeza López (†)
Víctor Pérez del Valle (†)
Gustavo Ramírez Barba, fsc
Alejandro E. Bünsow Wilson, fsc
Patricio Martínez García, Gobernador (1998-2004)
Laura Ayub Touché
Víctor Cruz Russek
Luis Mariano Tovar
Tomás Russek Valles
Patricia Aguirre Rodríguez
Florencia Valdés García
Fernando Rodríguez Serna
Luisa C. Muñoz de Ochoa
Daniel Commesse Chávez
Francisco Javier Cháirez Almanza
Angélica Murillo de Alba
Monseñor Ramón Macías Alatorre
El impulso definitivo: un terreno con visión
Poco tiempo después, el proyecto recibió un
respaldo crucial: el Gobierno del Estado de
70
Chihuahua, encabezado por el entonces
gobernador Patricio Martínez, donó un terreno de
54 hectáreas para la construcción del nuevo
campus universitario.
La ubicación, sin embargo, no estuvo exenta de
dudas. El terreno —ubicado en las afueras de la
ciudad— era conocido por su suelo pedregoso.
Según se decía popularmente, “ese terreno es de
pura piedra”. Ante estas observaciones, el
Hermano José Cervantes respondió con visión:
“Sí, es piedra… pero con potencial escénico. Y,
además, este campus va a desarrollar toda esta zona
de Chihuahua.”
Entre los momentos más pintorescos que se
conservan en la memoria de la fundación de la
Universidad La Salle Chihuahua, destaca una
anécdota protagonizada por el arquitecto Óscar
Castro del Valle encargado del diseño del campus y
el Hermano Dr. José Cervantes. En aquellos
primeros días, el terreno ofrecía más desafíos que
certezas. No había calles, ni urbanización, ni
servicios. Solo piedra, monte y una promesa por
construir.
El arquitecto, ante la magnitud del reto, solía
caminar en silencio entre las rocas, cargando
71
consigo una libreta de bocetos. Necesitaba tiempo,
necesitaba pensar. Lo hacía sin prisa, con mirada
de futuro. Después de largas caminatas, regresaba
con expresión grave y le decía al Hermano
Cervantes:
“Doctor… es pura roca.”
El Hermano sonreía, con esa serenidad que
siempre lo distinguía.
Esa mezcla de audacia técnica y visión poética fue,
precisamente, lo que dio forma a lo que hoy es el
campus de la Universidad La Salle Chihuahua: una
obra nacida entre piedras, silencios y convicciones
profundas. Un lugar donde la fe y la razón —el
trazo del arquitecto y el sueño del educador— se
fundieron para levantar una universidad en terreno
firme, tanto geológica como espiritualmente.
Y así fue. Lo que en un principio parecía un sitio
inhóspito, se convirtió en el corazón de un nuevo
polo de desarrollo educativo y urbano para la
ciudad.
Años más tarde, esa visión se siguió confirmando.
El Mtro. Simón Lozano, entonces coordinador de
promoción y actualmente coordinador de
Educación Continua, recuerda con claridad un
72
momento especial en 2016:
“Tuvimos la transmisión en vivo del programa de
radio de Fernanda Familiar. Recuerdo que
Fernanda, me dijo: ‘Al llegar aquí a la universidad,
esta vista es hermosa, me transmite paz.’ Ese día
recibimos a más de 300 personas, entre estudiantes y
docentes de preparatorias públicas y privadas, que
vinieron a conocer la universidad y aprovecharon
para estar presentes en el control remoto nacional
desde el octavo piso de la Torre de la Comunidad.”
La escena lo confirma: lo que alguna vez fue piedra
y escepticismo, hoy es espacio de encuentro,
formación y esperanza. La visión del Hermano
José Cervantes permanece viva, no solo en las
aulas, sino en cada persona que pisa este campus
con el deseo de aprender, servir y transformar.
Dr. Óscar Chávez, arquitecto de la universidad: "El
edificio principal no es solo concreto y líneas: es símbolo,
es identidad, es La Salle hecha espacio. Su forma circular
evoca en mí el emblema de Indivisa Manent, que me
entregaron en La Salle Barcelona cuando me titulé de la
maestría en arquitectura.
73
El corazón del plan maestro realizado por los primeros
visionarios, guía cada trazo relacionado con ideario
lasallista. Nada es casual: todo busca fomentar la unidad
y reflejar el espíritu lasallista. En la actualidad no
diseñamos un edificio, construimos pertenencia. Por
ejemplo, el edificio de Promoción, con su forma de
chevron, señala siempre hacia adelante: al futuro, al
compromiso, a la misión.
Los primeros días: sin calles, pero con convicción
Los primeros estudiantes que ingresaron a la
Universidad La Salle Chihuahua en el año 2002
recuerdan con claridad el trayecto para llegar al
campus. No había calles pavimentadas, y era
necesario transitar por una brecha de terracería.
Pero lejos de representar un obstáculo, esta
experiencia fortaleció el espíritu comunitario entre
alumnos y docentes. Fue parte del legado
fundacional: iniciar con lo esencial, sostenidos por
la visión, el esfuerzo y la esperanza compartida.
La Colocación de la Primera Piedra: Un
Momento Histórico
Un momento crucial en la historia de nuestra
universidad ocurrió cuando el Hermano Dr. José
Cervantes Hernández, fundador y primer rector,
junto con el Gobernador Patricio Martínez García,
colocaron la primera piedra de lo que sería el
campus definitivo. La imagen de estos dos líderes,
74
uno religioso y otro civil, unidos en el acto
simbólico de iniciar la construcción, representaba
perfectamente la alianza entre fe y sociedad, entre
Iglesia y Estado, trabajando por el bien común de
la educación. En aquel momento, el Gobernador
Patricio Martínez expresó que con la colocación de
la primera piedra no solo se iniciaba una obra
física, sino que se sembraba esperanza para
Chihuahua. Destacó la importancia de contar con
instituciones que formaran no solo profesionales
competentes, sino ciudadanos íntegros,
subrayando que La Salle representaba
precisamente esa promesa para la comunidad.
El Primer Día: Cuando el Sueño se
Hizo Realidad (Instituto La Salle)
7 de agosto de 2000
3:00 PM - La Llegada del Equipo
Los primeros en llegar fueron los docentes y el
equipo directivo. El Dr. Víctor Pérez del Valle,
primer Director Académico, había trabajado
incansablemente para tener todo listo. Su visión
académica y su capacidad organizativa serían
fundamentales en estos primeros años.
75
La primera matrícula de la universidad fue
registrada por Lic. Alejandro Burciaga, quien hoy se
desempeña como notario público en la ciudad de
Chihuahua, consolidando con su trayectoria
profesional el espíritu fundacional de la
Universidad La Salle Chihuahua: formar
profesionistas comprometidos con el entorno local
y con visión internacional.
El personal administrativo también llegó
temprano. La Mtra. Guillermina García,
responsable de escolar. "El Hermano insistió en que
cada uno debía sentirse esperado, bienvenido, único.
No íbamos a ser una fábrica de profesionistas, sino
una familia."
3:20 PM - Los Pioneros Comienzan a Llegar
Los primeros estudiantes comenzaron a llegar al
Instituto La Salle. El estacionamiento del Instituto,
ya conocido por muchos que habían estudiado ahí,
se fue llenando de juventud y expectativa.
Lic. Mayra Mireya Tinajero Luján; Egresada de la
carrera de Mercadotecnia. Creadora de contenido
especializada en decoración y hogar. "Logré
compaginar la decoración, la creación de contenido y
la mercadotecnia con mi vida familiar. No me
imaginaba en 2008 que los canales de publicidad
76
migrarían a las redes sociales y podría aplicar lo
aprendido años después. La Salle te enseña a
evolucionar con humildad y paso firme."
3:30 PM - La Bienvenida Que Marcó la
Diferencia
El Hermano Dr. José Cervantes Hernández,
fundador y primer rector, se plantó en la entrada
principal del Instituto. Pero no como un vigilante,
sino como un padre que recibe a sus hijos. A cada
estudiante le daba la mano, le preguntaba su
nombre, de dónde venía, qué iba a estudiar. Esta
escena, aparentemente simple, marcó
profundamente a muchos.
4:00 PM - Horario Vespertino
El Hermano José Cervantes llegó antes que nadie a
las instalaciones del Instituto La Salle Chihuahua,
en la calle Politécnico. Quería recorrer los espacios
que generosamente se habían adaptado para
recibir a los primeros universitarios en horario
vespertino, cuando las aulas del Instituto quedaban
libres después de las clases. En cada aula veía no
solo pupitres y pizarrones, sino futuros que se
forjarían. En los pasillos no veía solo corredores,
sino espacios donde se tejerían amistades para toda
la vida. Se detuvo frente a la estatua de San Juan
Bautista De La Salle, esa imagen que había sido
77
testigo de tantas generaciones de estudiantes
lasallistas. Ahí, agradeció y pidió. Agradeció por
todos los que habían hecho posible este momento.
Pidió sabiduría para los maestros, apertura para los
estudiantes, perseverancia para todos.
Mtra. Guillermina García; Maestra fundadora: “Era
el 7 de agosto del año 2000. Los estudiantes
comenzaron a llegar con mochilas cargadas de
cuadernos, sí… pero, sobre todo, de sueños. En sus
miradas había más que expectativas: había
esperanza. El patio del Instituto La Salle los
aguardaba en silencio, como quien guarda un secreto
que está por revelarse. Las puertas se abrieron no solo
al edificio, sino al conocimiento: ese que no se
memoriza, sino que se vive, que se instala en el
corazón como una emoción inesperada. Y entonces, el
timbre sonó. ¡Comenzaba la magia en la ULSA!”
4:10 PM - La Primera Asamblea
El patio del Instituto La Salle, que en esos
primeros días compartía sus espacios con los
nuevos universitarios, se llenó con los 159
estudiantes pioneros de la Universidad La Salle
Chihuahua. El número, aunque modesto, era
inmenso en significado: cada joven representaba
una familia que había apostado por un proyecto
aún en construcción, una comunidad que creía que
78
Chihuahua podía tener su propia historia
universitaria lasallista.
El Hermano Dr. José Cervantes, tomó la palabra.
No habló ceremonialmente, sino con convicción.
No leyó un discurso, sembró un mensaje. Dijo, con
tono pausado y mirada firme, que ese día no solo
comenzaban sus estudios universitarios, sino algo
mucho más grande: se convertían en fundadores.
Que en el futuro —cuando la universidad creciera,
tuviera su propio campus consolidado y una
comunidad vibrante— se recordaría con orgullo a
aquellos primeros estudiantes que creyeron cuando
todo era promesa. Se refirió a ellos no solo como
alumnos, sino como semillas de un proyecto
educativo con vocación de trascendencia. Una
universidad, dijo, no nace con edificios, sino con
corazones comprometidos. Y ellos eran los
primeros corazones universitarios de Universidad
La Salle Chihuahua.
Recordó que compartirían aulas y pasillos con los
estudiantes del Instituto La Salle, y que eso era
providencial: estudiarían en muros que ya
conocían el carisma, y tendrían la responsabilidad
de llevarlo más lejos, de hacerlo crecer. Y concluyó
con una reflexión propia de su estilo profundo y
esperanzador:
79
“Esta universidad nace pequeña, como la semilla de
mostaza. Pero en ella ya vive la fuerza de nuestra
tradición. Permítanos tocarlos con la educación, para
que ustedes, un día, toquen el mundo con su vida.”
El silencio que siguió fue denso, respetuoso,
cargado de emoción. Luego, como si se hubieran
puesto de acuerdo sin decirlo, los 159 estudiantes se
pusieron de pie y aplaudieron. No era un aplauso
de cortesía, sino de gratitud, de esperanza y de
compromiso con una universidad que también era
suya desde el primer día.
4:30 PM - Las Primeras Clases
Siete licenciaturas iniciaban esa tarde, cada una
cuidadosamente seleccionada para responder a las
necesidades del norte de México y su integración
con Norteamérica:
Licenciatura en Derecho con Acentuación en
Derecho de América del Norte: primera en su tipo
en México, esta licenciatura fue concebida para
responder a la realidad fronteriza del país y a la
creciente interdependencia jurídica entre México,
Estados Unidos y Canadá. Su enfoque innovador
buscaba formar abogados con una comprensión
integral de los sistemas legales de las tres naciones,
80
en el contexto del entonces vigente Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Licenciatura en Desarrollo de Personal en la
Empresa: formando profesionales capaces de
transformar organizaciones desde adentro, con
una visión humana del cambio.
Licenciatura en Mercadotecnia: preparando
mercadólogos con ética, que entendieran que
vender es servir, no manipular.
Licenciatura en Comercio Internacional:
respondiendo a la vocación exportadora de
Chihuahua, formando profesionales para un
mundo sin fronteras.
Licenciatura en Finanzas y Contaduría: programa
híbrido para formar a los guardianes éticos de los
recursos en empresas e instituciones.
Ingeniería Industrial en Calidad: reconociendo la
importancia de la industria de la transformación,
pero con visión de agregar valor y mejorar los
procesos.
Ingeniería en Tecnologías de la Información y la
Computación: anticipándose al futuro digital,
81
cuando aún no se comprendía la revolución
tecnológica que se avecinaba.
Los primeros cursos se impartieron en condiciones
sencillas, pero con una visión clara: formar
personas con una sólida preparación profesional y
un profundo compromiso humano. Desde el
primer día, el enfoque fue integral. Las clases no
eran solo transmisoras de conocimiento técnico,
sino espacios de reflexión, diálogo y formación en
valores.
Acompañados por los docentes fundadores, estos
jóvenes, iniciaron sus estudios universitarios en
aulas que horas antes eran utilizadas por
estudiantes de preparatoria. En lugar de verlo
como una limitación, fue una oportunidad: la
cercanía entre niveles educativos recordaba a todos
que se construía algo nuevo, con raíces firmes y
horizontes abiertos.
Así comenzó la Universidad La Salle Chihuahua:
con entusiasmo, vocación y confianza compartida.
Más de dos décadas después, miles de egresados
lasallistas sirven a Chihuahua y al mundo,
herederos del espíritu valiente de aquellos primeros
159 que dijeron “sí” aquella tarde de agosto.
82
Los Primeros Retos: Crecer Sobre la Marcha
El año 2001 marcó un hito para la Universidad La
Salle Chihuahua: la primera piedra de su campus
frente a la presa El Rejón, en un terreno que años
antes muchos consideraban inhóspito. Por fin,
después de funcionar en instalaciones prestadas, la
universidad abría sus puertas en un espacio
diseñado para crecer. Pero aquel inicio no estuvo
exento de desafíos.
El clima
El campus abrió sus puertas en pleno verano
Chihuahuense. El sistema de aire acondicionado,
instalado a contrarreloj, no era suficiente para
combatir las altas temperaturas. A pesar del clima
extremo, nadie se quejaba. Se respiraba un espíritu
de comunidad: “estamos construyendo esto
juntos”.
La biblioteca en construcción
La biblioteca comenzó en un salón pequeño,
gracias a un donativo inicial gestionado por el Dr.
Víctor Pérez del Valle. Este primer acervo
bibliográfico llegó desde España por orden de la
Reina Sofía y otro donativo gracias al expresidente
Miguel de la Madrid. Aunque modesta, esa
primera colección representaba el compromiso de
construir un acervo digno. Los maestros
complementaban con sus propios libros, los
83
alumnos se organizaban para comprar ejemplares
entre varios compañeros. Era una etapa donde la
solidaridad y la creatividad compensaban las
limitaciones de espacio y recursos.
Laboratorios limitados
El laboratorio de cómputo tenía solo 20
computadoras para más de 120 estudiantes.
Carreras como Ingeniería en Tecnologías debían
ajustar horarios y compartir equipos, lo que
fomentó el trabajo colaborativo casi por necesidad.
Aquella limitación se convirtió en oportunidad: los
estudiantes aprendieron a organizarse, a apoyarse
y a encontrar soluciones prácticas desde el primer
semestre.
El escepticismo social
A pesar del entusiasmo interno, algunos sectores
de la sociedad chihuahuense veían con
escepticismo el proyecto. Esa percepción motivó a
los estudiantes a convertirse en los mejores
embajadores de su universidad, demostrando con
su desempeño, valores y compromiso que La Salle
no era una moda pasajera, sino una propuesta
educativa seria, humanista y con visión de futuro.
Así comenzó la etapa universitaria en su nuevo
hogar: entre retos cotidianos y sueños
compartidos, con pocos recursos, pero con
abundante convicción. Cada rincón del campus
84
recién inaugurado fue testigo de la voluntad de
crecer, aprender y dejar huella.
Construyendo Comunidad: Más que
una Universidad
Las Primeras Tradiciones
Sin historia que heredar localmente, los pioneros
comenzaron a crear sus propias tradiciones.
Algunas surgieron espontáneamente, otras fueron
cuidadosamente cultivadas:
Los burritos de la mañana
Cada mañana, antes de que comenzaran las clases,
un par de estudiantes llegaban con encargos
especiales: burritos envueltos en papel aluminio,
preparados desde temprano y traídos desde casa o
alguna tiendita cercana. En un campus aún en
desarrollo, sin cafetería formal ni comodidades, los
burritos de la mañana se volvieron símbolo de
cuidado y compañerismo. Se compartían en una
carpa donada por coca cola, en las escaleras, en el
jardín improvisado o incluso en las aulas, mientras
los primeros rayos del sol caían sobre la presa.
85
Camino de tierra, lluvia y convicción
Llegar al campus no era tarea sencilla. La única vía
de acceso era una brecha de terracería que, cuando
llovía, se convertía en un verdadero reto: el lodo
atrapaba autos, cubría zapatos, ensuciaba mochilas
y documentos, pero nunca lograba apagar el
ánimo de quienes acudían. Quien llegaba primero
ayudaba a empujar vehículos, cargar mochilas o
sacar a otros del atasco. Las presentaciones de
trabajos, los exámenes y los proyectos seguían
adelante, aunque a veces los pantalones llegaran
manchados de tierra… siempre con la frente en
alto.
Miércoles de testimonio
Cada miércoles, alguien de la comunidad —
estudiante, docente o personal— compartía de
manera informal algo de su día en la universidad.
No eran discursos ni clases: eran momentos
personales donde se revelaban trayectorias de
esfuerzo, esperanza, dolor y fe. Esos testimonios
tejieron una comunidad real, donde todos
aprendieron que detrás de cada rostro había una
historia que merecía ser escuchada. Esto dio origen
a la fraternidad y a la hora ULSA.
86
El Primer Semestre en las Instalaciones de la
Universidad.
En el año 2002, al concluir el primer semestre de
actividades académicas en el nuevo campus frente
a la presa El Rejón, la comunidad universitaria
decidió cerrar ese ciclo de manera significativa,
haciendo diversas actividades de servicio.
El Sello Chihuahuense en la Educación
Lasallista
La Salle Chihuahua no nació como clon de otras
universidades lasallistas. Desde el principio
desarrolló características propias, fusionando el
carisma universal con la identidad regional:
Espíritu Emprendedor: Chihuahua es tierra de
emprendedores, y esto permeó la universidad. No
se formaban empleados, sino creadores de empleo.
Cada carrera incluía materias de emprendimiento.
El lema no oficial era: "No busques trabajo,
créalo".
Responsabilidad Fronteriza: la cercanía con
Estados Unidos no era vista como tentación de
fuga, sino como oportunidad de puente. Se
formaban profesionales biculturales, capaces de
tender lazos entre dos mundos.
87
Compromiso con el Desierto: la dureza del entorno
no era obstáculo, sino maestro. Los estudiantes
aprendían resiliencia del paisaje, eficiencia del
clima. La administración se enfocaba en la
optimización de recursos escasos.
Mística del Trabajo: el norte no cree en soluciones
mágicas, sino en trabajo duro. Esta ética se integró
al lasallismo: la fe sin obras es muerta, la oración
sin acción es incompleta.
Los Primeros Maestros: Pioneros de la
Educación
Los docentes que se atrevieron a apostar por una
universidad naciente merecen capítulo aparte.
Muchos dejaron posiciones seguras, atraídos más
por el proyecto que por el salario:
Mtra. Lourdes Caraveo (†), educadora con mirada
de esperanza: “Gracias, jóvenes, por ser ahora lo que
son. Gracias por su alegría, por su energía
contagiosa, por su juventud, y por permitirme
compartir estos momentos a su lado. Lo que recibí de
cada uno de ustedes es invaluable” (homenaje 2023)
Mtra. Pilar del Moral: Primera coordinadora de
Promoción de la Universidad. "Tuve el privilegio de
ver crecer a esta comunidad desde sus inicios.
Recuerdo con especial cariño a los estudiantes
88
becados, muchos de los cuales hoy han logrado cosas
extraordinarias. Siempre les decía: 'Que no los
alcance el futuro, alcáncenlo ustedes primero'."
Mtro. Arturo Amador Hernández, educador
comprometido. "Como en la parábola del buen
samaritano, es gratificante tener compasión, vendar,
curar y encaminar a nuestros alumnos hacia metas
valiosas. Y todo esto no está reñido con la firmeza
necesaria para guiarlos a dar su mejor esfuerzo."
El Apoyo de la Comunidad
La universidad no habría sobrevivido sin el apoyo
decidido de la comunidad chihuahuense:
Los Empresarios Comprometidos: más allá de las
aportaciones económicas, ofrecieron sus empresas
como laboratorios vivos. Pasantías, proyectos
reales, conferencias. Entendieron que invertir en
La Salle era invertir en el futuro de sus propias
empresas.
Las Familias Creyentes: padres que apostaron por
enviar a sus hijos a una universidad sin historial,
sin edificios lujosos, sin prestigio establecido.
Creyeron en el proyecto y lo sostuvieron con su
confianza.
89
La Iglesia Local: el Obispo y los párrocos
promovieron activamente la universidad. No como
competencia a otras instituciones católicas, sino
como complemento necesario en la formación de
laicos comprometidos.
Los Medios de Comunicación: periodistas
visionarios dieron cobertura positiva a los logros,
por pequeños que fueran. Entendieron que estaban
documentando historia en construcción.
El Sello Chihuahuense: Identidad
Propia
Después de dos décadas, La Salle Chihuahua ha
desarrollado características que la distinguen
dentro del sistema lasallista:
Pedagogía del Encuentro
La condición fronteriza de Chihuahua no fue vista
como una simple circunstancia geográfica, sino
como una oportunidad formativa. Desde los
primeros años de la Universidad La Salle
Chihuahua, se reconoció la necesidad de preparar
profesionistas capaces de comprender y actuar en
contextos legales internacionales, especialmente en
la dinámica entre México, Estados Unidos y
90
Canadá. Sin perder de vista su compromiso local ni
su identidad como profesionales lasallistas.
Espiritualidad del Desierto
El desierto chihuahuense ha moldeado una
espiritualidad particular. No es el misticismo
exuberante del trópico ni la religiosidad barroca
del centro. Es una fe austera, pero profunda, como
las raíces del mezquite que buscan agua en lo
profundo. El oratorio universitario, con su espacio
minimalista, invita a una espiritualidad
contemplativa. Los retiros en el desierto, las
caminatas de reflexión, el silencio de los espacios,
cultivan una interioridad robusta.
Innovación con Tradición
Chihuahua siempre ha sido tierra de innovadores,
desde los gambusinos que inventaban técnicas
mineras hasta los maquiladores que revolucionaron
la industria. Esta vena innovadora corre por
Universidad La Salle Chihuahua, pero temperada
por la tradición lasallista. Se innova en métodos,
pero no en valores. Se abraza la tecnología, pero
no se olvida el toque humano. Se busca la
vanguardia académica pero anclada en principios.
Es una innovación con rostro humano y corazón
lasallista.
91
Liderazgo Servicial Norteño
El liderazgo que se forma aquí tiene sello propio.
No es el liderazgo carismático del sur ni el
liderazgo político del centro. Es un liderazgo que
se gana en la cancha, con resultados, con ejemplo,
con servicio. Los egresados lasallistas
chihuahuenses no esperan que les den autoridad; la
construyen. No exigen respeto; lo inspiran. No
buscan servidores; sirven. Es el liderazgo del que
madruga, del que se arremanga, del que no pide lo
que no da.
25 años Después: Los Frutos del
Árbol
Las Cifras que Hablan
Los números cuentan una historia de crecimiento
sostenido:
De 159 estudiantes fundadores a más de 2,500
egresados.
De 7 licenciaturas pioneras a más de 20 programas
de licenciatura y posgrado.
De 15 docentes fundadores a más de 300 profesores.
De un primer edificio adaptado a un campus de 15
hectáreas construidas.
92
Pero las cifras más importantes no caben en
estadísticas:
Las familias que educan con valores lasallistas.
Los empleos creados por administradores
lasallistas.
Los problemas resueltos por ingenieros lasallistas.
Las vidas transformadas por educadores lasallistas.
Historias que Inspiran
Mtro. Rogelio Márquez Valenzuela (†): Educador
de fe viva y corazón abierto "Compartir con los
muchachos lasallistas es una alegría que llena el
alma. La fe se impulsa no con imposiciones, sino con
testimonio, con cercanía, con respeto. Hay alumnos
que no creen, y no se les juzga; se les muestra a Dios
con la forma de estar, de escuchar, de acompañar. Al
final, muchos se acercan, no porque se les obligue,
sino porque descubren que la fe también puede ser
encuentro, no frontera. Educar es, en el fondo,
evangelizar con el corazón en la mano."
Mtro. Alejandro García Vargas, actual Vicerrector
Académico: "Ser lasallista es abrazar la empatía
como forma de vida. Es mirar al alumno con
compasión, al maestro con respeto, y caminar junto a
ambos siendo guía y siendo ejemplo. Es educar no
93
solo con palabras, sino con la coherencia de una
vocación que transforma desde el corazón."
Mtra. Ana Lilia Valencia Prado: Colaboradora en la
Universidad La Salle Chihuahua desde 2006 "En La
Salle aprendí a ser alumna con hambre de saber,
amiga con el corazón abierto, misionera con los pies
en el camino y maestra con vocación encendida. Ser
lasallista no es solo un lema, es un estilo de vida
donde lo imposible se vuelve posible y cada día se
convierte en oportunidad de transformar el mundo."
Dra. Karla Martínez Flores, maestra de la primera
generación: “No lo entendí desde el principio.
Aunque lo hacía, no sabía por qué lo hacía. Pero
cuando fui a Roma en el programa de liderazgo
lasallista, en la última conferencia que el Dr.
Cervantes ofreció, y cuando empecé a apoyar la
formación de docentes, entendí que lo más importante
en el aula es tener fe en uno mismo, para poder tener
fe en los alumnos. Porque si no crees que ellos pueden,
no serás buen maestro. Creer en ellos, tener fe en mí,
para tener fe en los estudiantes."
Mtra. Ileana Armendáriz Navarro: Colaboradora en
la Universidad La Salle Chihuahua desde 2006 a la
fecha. Egresada de la Maestría en Desarrollo
Humano. "La primera lección que recibí del
Hermano Salvador Valle segundo rector de la
universidad fue que la educación es una oportunidad
94
para hacer más humanas a las personas. Desde
entonces entendí que no solo trabajamos con ideas,
sino con vidas. Y que siempre hay que hacerlo con la
expectativa de servir."
Lic. Ana Karina Tinajero: Primera generación de
La Salle Chihuahua. Chief Operating Officer en
Planning Solutions, agencia nacional de
investigación de mercados, y asesora en Vida
Animal CUU, asociación protectora de animales.
"En la agencia, encontramos la voz de nuestros
clientes a través de datos; en la asociación, esa voz
son ladridos de esperanza. La Salle me enseñó que el
análisis más profundo es aquel que impacta vidas."
Humberto "Wero" Almeida Acosta, exalumno de
Mecatrónica: " Si tuviera que escoger un momento de
mayor impacto en La Salle, sería todo el tiempo
compartido con las personas lasallistas. Recuerdo que
cada Hermano o profesor mencionaba: "¿eres
lasallista o solo convives con los lasallistas?". Esa
frase se me grabó como mantra diario y representa
esa marca indeleble que, no importa dónde vaya, el
sello lasallista está en mí. La Salle marcó mi vida
desde el principio: en ella conocí a mis mejores
amigos, mentores, guías espirituales y a mi hermosa
esposa. Desde kínder hasta la maestría, ha sido el
molde de mi educación, profesión y paternidad. La
mejor experiencia fue que mi mamá me inscribiera en
esta escuela que ha sido una familia y un santuario al
95
cual siempre puedo regresar. San Juan Bautista de
La Salle me ha cuidado como un maestro de la vida.”
Mtra. Ana Luisa Valenzuela, actual coordinadora
general administrativa: "Venía del mundo
empresarial, y fue un cambio total. No conocía La
Salle, pero al llegar y tomar el Diplomado de
Formación Lasallista, me sensibilicé profundamente.
Aprendí sobre la empatía con los colaboradores, y
comencé a vivir y sentir los valores lasallistas. Hoy me
siento bendecida; este camino me ha afirmado tanto
en lo profesional como en lo personal"
Lic. Alejandra Almeida, exalumna de Nutrición:
"Ser lasallista vive en mi corazón y define mi
personalidad. Desde primaria fui educada con
valores de fe, fraternidad, servicio y justicia. Fui
misionera de los 13 a los 24 años, viajando sin
descanso a comunidades del estado para llevar la
Palabra de Dios y servicio comunitario durante
Semana Santa, veranos e inviernos. También fui
ministra de la Comunión durante siete años, llevando
la Eucaristía a enfermos del Hospital Morelos cada
sábado. Hoy mi misión cambió: soy esposa
enamorada y madre de dos hijos, uno en el Cielo y
una bebé que nos alegra. Esta familia me da un
propósito más fuerte que nunca. Ser lasallista me
preparó para llegar a este punto: feliz, plena y
entregada, creyendo que la familia sana es el corazón
96
de una sociedad mejor. ¡Viva Jesús en nuestros
corazones! ¡Por siempre!"
Mtra. Gabriela María Aguilera Mireles,
Colaboradora en la universidad "Para mí, haber
llegado a La Salle hace 20 años significó un reto
personal pero también espiritual. no me sentía una
persona espiritual, sin embargo, y como decía De la
Salle, 'de compromiso en compromiso', mi paso por la
universidad me ha acercado más a Dios y a vivir bajo
los valores lasallistas. estoy agradecida por todo lo
que he aprendido en este caminar."
El Impacto en la Ciudad
Chihuahua es diferente gracias a La Salle. No es
exageración; es realidad constatable:
En el Empresariado: una nueva generación de
empresarios con conciencia social está
transformando el panorama de negocios. Empresas
que nacieron en aulas lasallistas hoy son modelo de
responsabilidad social, salarios justos, desarrollo
sustentable.
En la Justicia Social: abogados lasallistas defienden
causas perdidas, contadores transparentan recursos
públicos, comunicólogos dan voz a los sin voz. La
justicia tiene rostro lasallista en Chihuahua.
97
En la Educación: cientos de maestros formados en
los posgrados lasallistas llevan a sus aulas una
pedagogía diferente. Tocan corazones en escuelas
públicas y privadas, llevando el carisma más allá de
nuestros muros.
En la Arquitectura Urbana: la ciudad es más vivible
gracias a arquitectos que aprendieron a diseñar
para personas, no para egos. Espacios públicos
recuperados, vivienda social digna, edificios que
dialogan con el desierto.
En el Sector Salud: los fisioterapeutas y nutriólogos
lasallistas han humanizado la atención. En cada
hospital donde trabajan, implementan protocolos
de atención centrada en la persona. Las
especialidades de salud lasallistas son reconocidas
no solo por su excelencia técnica sino por su
calidez humana.
Los Retos Actuales: Crecer sin Perder el Alma
El éxito trae sus propios desafíos. La universidad
enfrenta hoy retos diferentes a los del 2000:
El Reto del Tamaño: ya no todos se conocen.
¿Cómo mantener el espíritu de familia en una
institución que crece? La respuesta ha sido crear
múltiples espacios de encuentro, mantener grupos
98
pequeños, multiplicar los momentos de
convivencia.
El Desafío de la Excelencia: las acreditaciones y
rankings pueden convertirse en fin en lugar de
medio. El reto es mantener la excelencia
académica sin perder la calidez humana, ser
competitivos sin ser severos.
La Tentación del Elitismo: con el prestigio viene el
riesgo de exclusividad. Los costos suben, las
instalaciones mejoran, ¿seguimos siendo accesibles
para los estudiantes que llegan en camión? El
robusto programa de becas es la respuesta, pero
requiere fortalecimiento constante.
La Competencia del Mercado: nuevas
universidades, muchas con más recursos, compiten
por los mismos estudiantes. La tentación es
competir en su terreno: marketing, instalaciones,
facilidades. La sabiduría es competir en el nuestro:
formación integral, valores, comunidad.
La Secularización Ambiental: cada generación llega
más secularizada. ¿Cómo mantener la identidad
católica respetando la diversidad? ¿Cómo proponer
sin imponer? Es un equilibrio delicado que
requiere creatividad pastoral.
99
El Ecosistema Lasallista Chihuahuense
La Universidad no es isla; es nodo de una red que
se ha tejido en estos 25 años:
Los ExaULSA: más que club social, es red de apoyo
mutuo. Egresados, contratan egresados, se apoyan
en proyectos, comparten oportunidades. El éxito
de uno es celebrado por todos.
Los Empleadores Lasallistas: empresas que
prefieren contratar egresados lasallistas porque
saben lo que obtienen: profesionales competentes
con valores sólidos. Se ha creado un círculo
virtuoso de confianza.
Las Familias Lasallistas: ahora hay segundas
generaciones. Hijos de pioneros que escucharon las
historias y quieren escribir las propias. Familias
donde todos son lasallistas, cada uno de
universidad diferente pero unidos por el carisma.
Los Benefactores Comprometidos: personas y
empresas que apoyan con becas, infraestructura,
proyectos. No por deducciones fiscales, sino por
convicción. Saben que invertir en La Salle es
invertir en el futuro de Chihuahua.
100
El Parque de Innovación La Salle Chihuahua: Un
Ecosistema Educativo con Propósito
Fiel al espíritu lasallista de responder
creativamente a las necesidades de su tiempo, la
Universidad La Salle Chihuahua ha dado un paso
decisivo hacia el futuro con la creación del Parque
de Innovación La Salle. Más que una obra de
infraestructura, este espacio representa una nueva
manera de concebir la relación entre
conocimiento, sociedad y transformación.
Concebido como un ecosistema de innovación con
sentido humano, el Parque articula el talento y la
creatividad de estudiantes, docentes, empresas y
comunidad para generar soluciones relevantes,
sostenibles y éticamente responsables. Aquí, el
saber no se queda en las aulas, se aplica, se
comparte y se convierte en impacto social.
El liderazgo académico del Parque se inspira en
una visión profundamente lasallista, que entiende
la innovación no solo como avance tecnológico,
sino también como renovación pedagógica,
crecimiento humano y compromiso social.
En palabras de la Dra. Claudia López,
Coordinadora del Parque de Innovación:
“Cuando llegué a La Salle, agradecí profundamente
el acompañamiento del Ing. Bejarano, cuyo
conocimiento me guio desde el inicio, y de la Dra.
Norma Ramírez, a quien le debo mucho en mi
desarrollo profesional. Más adelante, el Hermano
101
Diego me introdujo al lasallismo y a la riqueza de su
espiritualidad. Conocer otras comunidades, viajar,
compartir experiencias y escribir un artículo sobre
matemáticas me conectó con docentes de distintos
contextos. El lasallismo te invita a compartir, a
servir, y, sobre todo, a crecer.”
Mirando al Futuro: Los Próximos 25 Años
¿Qué depara el futuro? Nadie lo sabe con certeza,
pero hay señales:
Identidad que Permanece: mantener la identidad
lasallista con la presencia de los Hermanos, o sin
ella, impulsar nuevos proyectos, fortalecer los
existentes y asegurar que cada paso refleje los
valores que nos distinguen.
Campus en Expansión: los planes incluyen nuevos
edificios, más laboratorios, espacios deportivos.
Pero la expansión será con sentido: cada espacio
diseñado para fomentar encuentro y aprendizaje.
Nuevos Programas: carreras que la comunidad ha
pedido. Pero llegarán cuando se pueda garantizar
la calidad lasallista, no antes.
Internacionalización Real: no solo intercambios
turísticos, sino proyectos de colaboración profunda
102
con universidades lasallistas del mundo. Formar
ciudadanos globales con raíces locales.
Investigación de Impacto: centros de investigación
que ataquen los grandes problemas regionales:
agua, energía, migración, desarrollo sustentable.
Investigación que no se quede en papeles, sino que
transforme realidades.
Innovación Pedagógica: nuevas formas de enseñar
para nuevas formas de aprender. Pero siempre con
el toque humano como diferenciador. La mejor
tecnología al servicio de la mejor pedagogía.
El Legado de los Pioneros
Aquellos 159 valientes del 2000 dejaron un legado que
trasciende diplomas y edificios. Dejaron un espíritu,
una forma de ser universitario:
· Valentía para Empezar: no esperaron
condiciones perfectas. Comenzaron con lo que
había, confiando en que vendría lo que faltaba.
· Humildad para Aprender: no llegaron con
arrogancia de clientes sino con humildad de
constructores. Entendieron que estaban
construyendo su propia casa.
103
· Generosidad para Compartir: los pioneros
fueron los mejores promotores. Compartieron
su experiencia, trajeron hermanos, primos,
amigos. Entendieron que lo bueno se comparte.
· Perseverancia para Continuar: cuando el aire
acondicionado fallaba, cuando faltaban libros,
perseveraron. Creyeron cuando no había mucho
que ver.
· Gratitud para Recordar: hoy, exitosos
profesionales, no olvidan. Regresan, apoyan,
becan, acompañan e inspiran. Saben que
recibieron un regalo y lo devuelven
multiplicado.
Las Lecciones Aprendidas
Veinticinco años generan mucho aprendizaje:
Lección 1: Las grandes obras comienzan pequeñas.
No hay que despreciar los inicios humildes si el
sueño es grande y el compromiso firme.
Lección 2: La comunidad es más fuerte que los
recursos. Con comunidad comprometida se suplen
carencias. Sin ella, sobran recursos.
104
Lección 3: Los valores no son negociables. En
momentos de crisis, la tentación es aflojar
estándares, bajar exigencias, olvidar principios.
Resistir esa tentación es lo que distingue.
Lección 4: El crecimiento debe ser orgánico. No
crecer por crecer, sino crecer con sentido,
respondiendo a necesidades reales, manteniendo la
esencia.
Lección 5: La excelencia es camino, no destino.
Cada logro es peldaño para el siguiente reto. La
satisfacción es enemiga de la excelencia.
Lección 6: El servicio dignifica el éxito. Los logros
que no se comparten se marchitan. El éxito que no
sirve, no trasciende.
Lección 7: La fe y la razón son aliadas. No hay que
elegir entre excelencia académica e identidad
católica. Bien entendidas, se potencian
mutuamente.
El Momento Presente: Entre la Gratitud y la
Esperanza
Hoy, 25 años después de aquel agosto fundacional,
la Universidad La Salle Chihuahua vive un
105
momento único. Ya no es promesa, sino realidad.
Ya no es proyecto, sino institución consolidada.
Pero el espíritu pionero debe permanecer. Cada
año llegan nuevos estudiantes que no conocieron
los inicios heroicos. Para ellos, los edificios siempre
han estado ahí, las acreditaciones son normales, el
prestigio es dado. El reto es transmitirles el fuego
fundacional, hacerlos sentir, no usuarios sino
constructores.
Porque La Salle Chihuahua no está terminada.
Nunca lo estará. Cada generación debe añadir su
piedra al edificio. Cada estudiante debe sentirse no
cliente, sino socio, no beneficiario, sino
corresponsable.
Mtra. Mary Alvarado, encargada de nóminas:
"Conocer a los Hermanos fue un parteaguas en mi
vida. No solo para mí, también para mis hijos. Me
abrieron las puertas con generosidad, y con ellas, un
camino nuevo: el de descubrirme como educadora. No
sabía si podía enseñar, pero aprendí que también se
transmite desde el corazón.
El carisma lasallista me ha permitido explorar
facetas de mi ser que no conocía, crecer como persona
y afirmarme como profesional. Hoy, al tener la
oportunidad de participar en el programa
internacional lasallista organizado por IALU en
106
Roma, no puedo más que mirar atrás con gratitud y
hacia adelante con esperanza. Porque La Salle no
solo me formó… me transformó."
La Mística del Desierto Florecido
Hay algo profundamente simbólico en una
universidad lasallista en el desierto chihuahuense.
Como las lluvias escasas, pero benditas, que hacen
florecer el desierto, la educación lasallista ha hecho
florecer talentos, sueños, futuros. El desierto
enseña paciencia: las lluvias no se apresuran.
Enseña resistencia: las plantas desarrollan raíces
profundas. Enseña comunidad: en el oasis todos
comparten el agua. Enseña gratitud: cada gota es
celebrada.
Estas lecciones del desierto están en el ADN de
Universidad La Salle Chihuahua:
• Paciencia para formar sin prisa, pero sin
pausa
• Resistencia para superar crisis sin perder
esperanza
• Comunidad para compartir recursos y
multiplicar logros
• Gratitud para valorar cada persona, cada
oportunidad, cada día
107
La Historia Continúa
Al cerrar este capítulo, volvemos a aquel 7 de
agosto del 2000. El sol sigue siendo inclemente,
pero ya no nos sorprende. Los estudiantes siguen
llegando nerviosos el primer día, pero encuentran
una casa lista para recibirlos. Los maestros siguen
preparando clases con esmero, pero ahora con
recursos y experiencia. El espíritu sigue siendo el
mismo, pero enriquecido por miles de historias. La
Salle llegó a Chihuahua para quedarse. No como
institución estática, sino como fuerza
transformadora. No como opción educativa más,
sino como propuesta integral de vida. No como
negocio de educación sino como ministerio de
transformación.
Los próximos 25 años ya comenzaron. Se escriben
en cada clase que inicia, en cada proyecto de
investigación, en cada hora de servicio, en cada
oración, en cada desayuno compartido, en cada
sueño que se atreve a soñar en grande. Porque eso
somos: soñadores pragmáticos, idealistas con los
pies en la tierra, o, mejor dicho, en el desierto.
Soñadores que saben que los sueños se construyen
día a día, ladrillo a ladrillo, corazón a corazón. La
semilla de mostaza plantada en el 2000 es hoy árbol
frondoso. Pero el árbol sigue creciendo, sigue
extendiendo ramas, sigue profundizando raíces,
sigue dando frutos. Y lo mejor está por venir.
108
Porque La Salle no llegó a Chihuahua solo para
abrir una universidad. Llegó para tocar corazones,
transformar vidas, construir futuro. Y apenas
estamos comenzando.
A lo largo de este camino, han guiado con visión y
entrega los hermanos visitadores y rectores que
han asumido la misión lasallista en nuestra ciudad:
Visitadores
• Dr. Salvador Valle Gámez (1999-2005)
• Dr. Luis Arturo Dávila de León (2005-2011)
• Dr. Gustavo Ramírez Barba (2011-2016)
• Dr. José Gabriel Alba Villalobos (2016-2021)
• Dr. Carlos Manuel Castañeda Casas (2021-
actualidad)
Rectores:
• Dr. José Cervantes, fsc (2000–2007)
• Dr. Salvador Valle Gámez, fsc (2007–2014)
• Dr. Carlos Castañeda Casas, fsc (agosto–
diciembre 2014)
• Dr. Miguel Ángel Valdez García (2015–2016)
• Mtro. Guillermo García López, fsc (2016–
2022)
• Mtro. José Salvador Benavides Castro
(2022–actualidad)
109
Cada uno de ellos ha dejado huella en la
construcción de esta comunidad educativa,
consolidando los cimientos y proyectando el futuro
con firmeza y fe.
En el sueño, en la construcción, en la esperanza.
Por siempre lasallistas. Por siempre
chihuahuenses. Por siempre pioneros.
110
CAPÍTULO 3
Voces que Construyen: Testimonios
de una Comunidad Viva
En el corazón de toda institución educativa laten
las historias de quienes la habitan. Estas son voces
reales que representan a miles, cada una es un hilo
en el tejido de nuestra historia compartida. Son
testimonios de transformación, de fe, de servicio.
Son la prueba viviente de que la educación
lasallista no es teoría, sino vida que se multiplica.
MTRA. FLORENCIA VALDÉS
GARCÍA
La Pedagogía de la Esperanza
Veinticinco años tocando corazones. Veinticinco
años viendo ojos llenarse de ilusión. Soy maestra
de esta Universidad desde sus inicios, y
verdaderamente me encanta serlo. Lo que más me
apasiona de educar es compartir y ver cómo el ser
humano reacciona al amor de un maestro, confiar
y hacerles saber que yo creo en ellos. En fin, tocar
corazones como me enseñaron aquí.
111
La Esperanza como Fundamento
Iniciamos hace 25 años con la fuerza de un sueño y
una narrativa llena de esperanza. Don José
Cervantes nos convenció a todos de que lo que no
veíamos frente a nosotros era posible. Y soy testigo
de que ¡lo ha sido! Hoy camino diariamente en esa
narración fundacional, con la misma bandera del
arranque.
Pero el mundo cambió. Los jóvenes de hoy
presentan problemáticas que a veces no
alcanzamos a comprender. Y me pregunto: ¿qué
nos toca hacer ahora como Universidad de 25
años? La respuesta, la encuentro en Jesús y su
mensaje de esperanza continua. Su capacidad de
entender sin juzgar, solo amando. Su constante "no
teman", que considero debe ser nuestro lema como
maestros de este nuevo mundo.
Mi Etapa de Influencia
Cuando tenía unos cinco años trabajando aquí,
perdí cuatro embarazos en tres años. Me sentía
verdaderamente triste. Un día, ya no podía más, y
hablé con Don José Cervantes. Le dije que ya no
podía trabajar porque estaba sufriendo, y solo iba a
que los alumnos me vieran sufrir.
Su respuesta cambió mi vida: "Esos años son los
más importantes para educar. Es tu etapa de
influencia. Les estás enseñando cómo, aun cuando
la vida a veces duele y te sientes sin sentido, tienes
112
un sentido si das pasos simples: bañarte, vestirte y
hacer lo que te toca."
Años después, mis exalumnos me cuentan que esas
vivencias les fueron útiles para enfrentar sus
propios retos. Entonces entiendo la pedagogía en
mi debilidad y me siento capaz de enseñar a una
nueva generación.
Mensajeros de Vida
Como dijo el Papa Francisco, estamos llamados a
ser "mensajeros de vida". Nos toca contrarrestar las
malas noticias con las historias de los héroes de la
vida diaria: los que convierten su miedo en servicio
sin ver por su propio egoísmo.
Estamos llamados a contagiar la vocación de la
educación a todos los que tenemos cerca, así como
hizo San Juan Bautista De La Salle. A contagiar el
placer que es educar y la esperanza de creer en los
jóvenes.
La Responsabilidad de la Esperanza
Somos una universidad que se fundó en la
esperanza de algunos. Hoy tenemos la
responsabilidad de ser fuente de esperanza para los
que vienen atrás.
Así, educando desde, en y para la esperanza,
hemos hecho de esta Universidad la esperanza de
lo posible.
Indivisa Manent.
113
DRA. NORMA RAMÍREZ BACA
Cómo evocar 25 años sin dar...
… Gracias a Dios por conducir mi vida a esa
invitación a entrevistarme con el Dr. José
Cervantes Hernández, designado Rector Fundador
de la Universidad La Salle Chihuahua por los
Hermanos De La Salle, sabiendo de mi interés de
dedicarme a la educación, a mi entender la mejor
alternativa para llevar a México a mejores estadios.
… Gracias a Dios por haberme permitido aprender
día a día de los Hermanos De La Salle que
generosamente convertían cada entrevista, cada
reunión, cada experiencia, en una mejora en las
habilidades docentes y comprensión de la
pedagogía lasallista.
… Gracias a Dios, a todos, pero mayormente, a los
ya ausentes, Hno. José Cervantes Hernández, Hno.
Malcolm O'Sullivan, Hno. Salvador Valle, los
cuales serán un recuerdo para algunos, alguien
para otros, pero para muchos de los que
compartimos con ellos, una inspiración, un gran
ejemplo a seguir por su gran amor a la institución
y a cada alumno que se cruzaba con ellos.
… Gracias a Dios por haberme permitido luchar día
a día junto a Hermanos, profesores,
114
administradores, mantenimiento y alumnos, sin
darnos por vencidos ante las dificultades de todo
tipo, para lograr convertir a la naciente
universidad en un centro educativo reconocido por
su calidad y por su interés fundacional en la
formación humana de sus alumnos.
... Gracias a Dios por haberme permitido disfrutar
enormemente ver convertirse a los jóvenes que
llegaban a la universidad llenos de ilusiones, dudas,
rebeldías, en seres humanos llenos de energía por
hacer la diferencia en un país lleno de injusticias,
seguros, generosos, preparados para conquistar el
mundo. Gracias a Dios por haberme permitido
tocar sus corazones.
... Gracias a Dios por permitirme disfrutar después
de 25 años del cariño y amistad de Hermanos,
compañeros de trabajo, profesores y alumnos que
compartieron junto conmigo la ilusión de ver
crecer la Universidad.
… Gracias a Dios por haberme permitido participar
junto a los Hermanos De La Salle, profesores,
padres de familia y alumnos en la creación de esta
Universidad, hoy ejemplo de calidad y formación
humanista.… Gracias a Dios, por siempre
115
EMILIANO RIVERA OLIVAS
De las Rocas del Desierto a los Salones Universitarios
"Mi padre rompió piedras para construir los
cimientos de la Universidad La Salle. Yo rompí
paradigmas estudiando en ellos."
Mi historia con La Salle comenzó antes de que yo
lo supiera. En el año 2000, mi padre, Don
Emiliano, trabajaba con martillos neumáticos
rompiendo piedra en la construcción de lo que
sería la Universidad La Salle Chihuahua. En ese
vaivén laboral propio de la clase obrera, llegó feliz
a casa porque la obra estaba cerca, a solo seis
kilómetros de nuestro hogar. Después de media
vida recorriendo obras —hospitales, escuelas,
puentes— en toda la capital, finalmente podía
trabajar sin alejarse tanto.
Cuando la construcción terminó y el trabajo de
obra se redujo, llegó la pregunta de siempre:
"¿Ahora para dónde?" La respuesta vino de forma
inesperada. El jefe de mi padre lo interceptó:
"Hablé con gente de la Universidad, van a estar
contratando personal de limpieza y te voy a
recomendar. Es un trabajo menos pesado que el que
haces." Así, en enero de 2003, Don Emiliano
116
comenzó a trabajar en la universidad que había
ayudado a construir.
Yo tenía 17 años y, como muchos jóvenes,
contrariando la voluntad de mi familia, quería
terminar la prepa, trabajar y llevar dinero a casa.
Con recomendación de mi papá, a mitad de año
me sumé a la fuerza laboral de mantenimiento. Ver
jóvenes de mi edad acudir con sus padres a
recorridos y procesos de inscripción no era del
todo alentador. Había elegido mi camino y era feliz
de iniciar y terminar la jornada con mi padre, pero
en conversaciones con Dios tenía un pensamiento
recurrente: "Qué chido estudiar aquí, pero han de
cobrar mucha lana."
El Encuentro que Cambió Mi Vida
Un lunes me asignaron a limpiar los ventanales de
la planta baja. Realizaba mi trabajo tranquilamente
cuando se dirigió a mí un señor de traje, con voz
grave:
—Esos vidrios tienen que estar impecables. ¿Cómo
vamos a pedir excelencia a nuestros alumnos si no
la ofrecemos?
—Sí, señor.
—¿Cómo te llamas?
—Emiliano.
117
—¿Qué edad tienes?
—Diecisiete.
Se dio la vuelta. Mi padre me explicó después: "Es
el Rector, el Dr. Cervantes, habla inglés, francés y
alemán, ha viajado por todo el mundo y siempre dice
que el campus, además de un espacio de
transformación, debe ser una experiencia estética."
Al día siguiente, mientras trabajaba en el espejo de
agua bajo el sol, se acercó Pilar del Moral, una
mujer muy amable a quien llevo en mi corazón:
—¿Cómo estás? ¿Qué edad tienes? ¿Por qué no
seguiste estudiando? ¿Eres hijo de Emiliano?
Respondí con la poca serenidad que puede tener
alguien de 17 años. Entonces lanzó la pregunta que
cambió mi vida:
—¿Quieres estudiar aquí?
—Incluso con beca no puedo pagarlo.
—Te pregunto otra vez ¿Quieres estudiar aquí?
—Sí.
—Entonces te espero mañana en mi oficina con
estos requisitos. Inicias el próximo lunes.
118
De Estudiante a Servidor Público
El lunes siguiente inicié clases. Mi primer maestro:
el Dr. José Cervantes, con la cátedra de Sociología.
Con él aprendí a dimensionar la diversidad de
experiencias que componen la vida. En cada sesión
nos recordaba la responsabilidad que implica
cursar una carrera en un país con tantos
contrastes. Criticaba la arrogancia de quienes
piensan que tener un título los convierte en
nobleza moderna.
Me gradué en 2008 con excelencia. La universidad
fue un regalo de vida, pero tengo claro que debo
honrar el esfuerzo de mi familia y la confianza de
la institución. Hemos crecido junto con ella: desde
las primeras marcas con cal en el terreno hasta la
construcción de la torre de la comunidad. Cuando
digo que mi padre está aquí desde los cimientos, no
lo hago solo en sentido metafórico.
En 2025, mi padre se jubilará tras 22 años de
servicio. En la universidad pudo concluir la
primaria. Mis hermanos menores se graduaron de
Ingeniería Electromédica. Esta casa de estudios ha
sido espacio de crecimiento familiar, espiritual y
profesional. Marcó un parte aguas generacional en
mi familia. Incluso en ella conocí a mi esposa,
abogada lasallista de la primera generación.
119
Hoy soy abogado. He servido en el poder
legislativo y actualmente sirvo desde el ejecutivo.
Llegué a esos espacios de la misma forma que a La
Salle: porque personas que no me conocían
confiaron en mí. Cada día resuena en mí la misión
escrita con letras doradas en el pórtico: unirse a la
sociedad como fuerza transformadora y solidaria.
Los lasallistas que servimos en lo público debemos
garantizar que nuestro trabajo mantenga viva la
mística del fundador. La Salle no es un proyecto
para formar élites. La trascendencia llega cuando
podemos responder: ¿Qué estás haciendo con la
oportunidad que recibiste? ¿Cuántas vidas ayudas a
mejorar? ¿Cuántas heridas lograste sanar en tu
prójimo?
Celebro que mi historia no es una excepción, sino
parte de un movimiento silencioso, profundo y
real.
Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu
lasallista:
La educación lasallista es profundamente
transformadora y democrática. No importa si llegas
en camión o en auto del año; lo que importa es el
fuego en el corazón y las ganas de trascender. La
120
Salle ve potencial donde otros ven limitaciones, y ese
potencial, cuando se cultiva con amor y exigencia,
puede llevar desde limpiar ventanales hasta servir a la
sociedad desde los más altos cargos públicos.
DRA. KARLA MARTÍNEZ
Testimonio de mis 24 años en la Universidad La Salle
Chihuahua
Todavía recuerdo con mucha claridad el inicio de
esta aventura. Un día, mi amiga Gaby Sáenz me
llamó para decirme que en la Universidad La Salle
estaban buscando un reemplazo y me preguntó si
me interesaba. En ese momento valoré mi
situación: quizá no era lo más conveniente
económicamente, pero algo dentro de mí me decía
que en esta institución encontraría una
oportunidad de desarrollo profesional y académico.
Acepté la invitación y muy pronto tuve mi
entrevista con el entonces Rector, el Dr. José
Cervantes Hernández fsc. Después de un par de
preguntas, solo me dijo con toda naturalidad:
"¿CUÁNDO EMPIEZA?". Ese día, sin saberlo, inició un
camino que marcaría mi vida para siempre.
Mi primer puesto fue la Coordinación de Apoyo
Académico, que en aquel entonces reunía el
laboratorio de cómputo, la biblioteca y el soporte
121
técnico administrativo. Era la coordinadora más
joven, con muchos sueños y ganas de aprender.
Recuerdo con cariño aquellas horas de café con el
Hno. Cervantes, donde sus anécdotas se convertían
en auténticas lecciones de vida. Ahí entendí que La
Salle no era solo un lugar de trabajo, sino una
comunidad en construcción.
Con mucho esfuerzo y entrega, junto a un gran
equipo, nos tocó sentar los cimientos de la
Universidad. Fueron años intensos: comenzamos
en la preparatoria del Instituto La Salle, con
horarios quebrados, hasta llegar a aquel momento
tan especial de enero de 2003, cuando nos
mudamos al nuevo campus con el laboratorio y la
biblioteca. Desde entonces, he visto crecer a la
universidad paso a paso: en espacios, en servicios,
en personas y en misión.
Cada etapa ha sido un aprendizaje. El área a mi
cargo fue transformándose: se separaron
funciones, llegaron nuevos servicios y siempre
enfrentamos retos que nos impulsaban a innovar.
También llegaron experiencias que marcaron mi
vida, como en 2012, cuando tuve la gran bendición
de participar en el curso de Liderazgo Lasallista en
Roma. Fueron días inolvidables en los que conocí
compañeros de otros países que se convirtieron en
apoyos entrañables y, al mismo tiempo, fue la
última ocasión en que pude disfrutar de la
compañía del Hno. Cervantes, escuchando sus
historias en varios idiomas y confirmando, una vez
122
más, que el lasallismo no solo te forma, sino que
transforma tu visión del mundo.
A lo largo de estos años, he tenido la fortuna de
coincidir con diferentes Hermanos y Rectores,
cada uno dejando huella en mi camino: quienes me
apoyaron para iniciar y concluir el doctorado,
quienes impulsaron el área de TI, quienes creyeron
en mí para dar un paso más. Y recientemente,
agradezco al Mtro. José Benavides, Rector y
amigo, quien confió en mí y me dio la oportunidad
de estar al frente de la Coordinación General de
Planeación y TI, con un equipo conformado por 12
excelentes personas que enriquecen cada día este
proyecto común.
Hoy, al cumplir 24 años en esta institución, me
siento profundamente agradecida con Dios, que
me ha acompañado en cada paso; con los
Hermanos, que han sido guía y ejemplo; con esta
comunidad universitaria, que me ha permitido
crecer como persona, como profesional y como
lasallista; y, por supuesto —y no menos
importante—, con mi familia, por apoyarme
siempre y estar ahí cuando más lo he necesitado.
Para mí, trabajar en La Salle ha significado mucho
más que un empleo: ha sido un espacio de
crecimiento, de fe, de servicio y de pertenencia.
Me llena de orgullo mirar atrás y ver cuánto hemos
logrado juntos, y al mismo tiempo, mirar hacia
123
adelante con la ilusión de seguir aportando a esta
gran misión que transforma vidas.
Gracias, Universidad La Salle Chihuahua, por
regalarme la oportunidad de ser parte de tu
historia y por permitirme también escribir la mía
en compañía de tantas personas valiosas. Hoy
puedo decir, con plena convicción y profundo
agradecimiento, que soy y seré lasallista de
corazón, ¡por siempre!
MIGUEL RAMOS
El Hermano que Nos Enseñó a Soñar
Abril del 2000. Un anuncio en el periódico cambió
mi vida: nacía la Universidad La Salle Chihuahua.
La cita fue en una casa en San Felipe. Me recibió
un hombre que irradiaba energía especial: "¡Soy el
Hermano José Cervantes, el Rector!" Dudaba entre
tres carreras. Él al escucharme no dudó: "Estudia
Derecho con acentuación en América del Norte.
Te dará las bases para todo lo demás." Esas
palabras trazaron el mapa de mi vida.
124
Los Días Fundacionales
El 5 de agosto, antes de pisar un aula, ya éramos
familia: juegos, tacos al pastor y la bienvenida de
Florencia Valdez. Las tardes en el Instituto La Salle
sabían a promesa. El Dr. Cervantes siempre en la
entrada, recibiéndonos como un padre.
Primavera de 2001: la primera piedra en terrenos
áridos. Ese mismo año nacieron las misiones.
Ciénega del Pilar fue mi bautizo: campamentos,
caminatas, rostros que nos enseñaron que servir es
compartir lo que somos.
2003: Inauguramos el campus sin acceso
pavimentado. No esperábamos perfección para
empezar a transformar. Hablamos con el
gobernador y cumplió su promesa de un acceso
digno.
Mi Maestro, Mi Amigo
Fui su becario. Organizaba eventos, armaba el
periódico mural, pero, sobre todo, compartía vida
con él. Me llamó su amigo —qué palabra tan
grande en boca tan sabia.
Lo recuerdo escuchándome en un momento difícil,
con paciencia de confesor y cariño de padre. Me
125
regaló un libro sobre vocaciones que aún conservo.
En 2008 lo acompañé a recibir el Doctorado
Honoris Causa en California. Años después, desde
Brasil, me envió la edición en portugués de su
libro. Ni el océano detenía su vocación de maestro.
El Legado
2012: Su salud se apagó como vela que ha dado toda
su luz. Partió el 7 de septiembre. Su cuerpo
descansa en Monterrey; su espíritu camina por
cada pasillo universitario.
Somos la primera generación. Los que vimos nacer
la estrella. Los que aprendimos que La Salle no es
un lugar; es una forma de transformar el mundo.
Cuando alguien me pregunta qué es La Salle
Chihuahua, no hablo de edificios. Hablo de un
Hermano que un día de abril me dijo: "Estudia
Derecho. Te dará las bases para todo."
Tenía razón. Me dio las bases. Para todo.
126
MARGARITA ÁLVAREZ RAMOS
El Don de un encuentro
Hace 25 años, sin experiencia, pero con el corazón
lleno de esperanza, toqué las puertas de la
Universidad La Salle Chihuahua. Del otro lado me
esperaba un gigante: el Dr. José Cervantes
Hernández, Rector Fundador. Si hubiera sabido
entonces la dimensión del personaje, quizá el
miedo me habría paralizado. Pero la providencia es
sabia: a veces nos ciega para que podamos ver.
Pasaron días que se sintieron como siglos. Y
entonces llegó la llamada: me daba la oportunidad.
Aún hoy estoy convencida de que fue un acto de
fe. Vio algo que yo misma no podía ver. Dios obró,
y así comenzó este camino en lo que se convertiría
no solo en mi trabajo, sino en mi segunda casa.
Las Palabras que Transforman
Los años pasaron con esa extraña velocidad del
tiempo cuando se construye algo importante. El
Dr. Cervantes concluía su rectoría, me acerqué
para despedirme y agradecer. Sus palabras están
grabadas en mi memoria:
127
"¡No deje de soñar! Atrévase siempre a ver lo que
otros no ven. Su mayor tesoro es su don de gentes,
nunca lo pierda."
No eran solo palabras. Era una bendición.
Gratitud que Desborda
Ahora cuando camino por estos pasillos que
conozco como las líneas de mi mano, entiendo la
magnitud del regalo. No fue solo un trabajo lo que
recibí aquel día. Fue una misión. Hoy, en estos
primeros veinticinco años, mi corazón desborda
gratitud. Hacia los Hermanos que mantienen viva
la llama. Hacia los maestros que forman personas.
Hacia los alumnos que nos recuerdan nuestra
razón de ser. Hacia cada colaborador que entiende
que aquí no solo trabajamos; construimos futuro.
Mi gratitud especial hacia aquel Rector visionario
que vio en una persona sin experiencia algo que
valía la pena cultivar.
Feliz aniversario, Universidad La Salle Chihuahua.
Feliz aniversario, segunda casa.
Que sigas siendo por muchos años más lo que el
Dr. Cervantes soñó y como él la llamó “Señora de
128
la ciencia, del saber y del buen vivir”. Que sigas
tocando corazones en este bello escenario natural.
Y que todos los que formamos parte de esta
comunidad, tengamos el privilegio de decir:
Yo soy La Salle
MARTÍN SÁENZ JUÁREZ
LA TEODICEA
Estábamos a mediados del mes de julio del año
2000. El calor estaba fuerte en esos días... y también
ahora.
En la ciudad de Chihuahua, la Universidad La Salle
anunciaba que abriría sus puertas en el próximo
período escolar, por lo que asistí a sus oficinas
provisionales ubicadas en la colonia San Felipe a
ver si podía impartir clases. Me atendió el Vice-
Rector Dr. (médico) Pérez del Valle –muy amable
y servicial. Me dijo que pronto me hablarían para
evaluarme en la materia de Física I. Ese mismo día
en la tarde me contactaron para que fuera a una
entrevista en unas oficinas ubicadas en una casa
casi enfrente de la entrada principal del Instituto
La Salle.
129
Fui entrevistado por el encargado del área de
personal –Lic. Fernando Sígala Martínez– con
quien sostuve una inolvidable plática. La
conversación versó sobre mi experiencia como
docente en nivel superior, donde ya tenía tres años
dando clases en el Claustro Universitario de
Chihuahua; de por qué quería entrar a la
Universidad La Salle y mi respuesta de que uno de
mis sueños era ser maestro lasallista desde que
había estudiado y reflexionado sobre el santo
fundador; hablamos de mis estudios que eran de
Maestría en Educación Superior, pero todavía no
estaba titulado. Respecto a cuánto esperaba de
honorarios, le dije que hasta gratis daría las clases
en La Salle (no se crean, no dije eso) (sí se crean).
Le expliqué a mi interlocutor que la enseñanza en
una escuela cristiana no la consideraba trabajo,
sino ministerio, así que sobre ese punto no había
aspiración económica alguna.
–¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades, maestro?
–me preguntó sacándome de onda.
–Es muy difícil hablar de uno mismo, pero puedo
decir que soy introvertido, hablo muy bajo o muy
quedito, me da pánico escénico estar delante de
mucha gente... y batallo mucho con la puntualidad
–le contesté.
–¡Esas no son debilidades! –me aclaró– son
posturas personales.
–Entonces, en pocas palabras, le comento que me
considero el ser más imperfecto de todos –le
130
aseguré sinceramente, queriendo terminar esas
preguntas. Y afortunadamente sí me creyó porque
pasó a las fortalezas.
–Me gustan mucho la docencia y la ciencia,
principalmente las matemáticas. Y me enriquecen
a plenitud los valores familiares y cristianos –
seguramente me brillaron los ojos al contestar así.
Entonces, me preguntó:
–Maestro, ¿cómo puede llegar a la deducción de
que Dios existe? ¿Cómo explica la existencia de
Dios con la ciencia o con conocimiento humano?
–No se puede deducir su existencia –le contesté–.
Solo podemos conocer de Él por medio de la fe.
–Por lo que me aclaró de forma contundente: –¡Sí,
se puede deducir que existe, señor! ¡Con la
Teodicea! ¡Con la Teodicea!
Me quedé callado, pensativo. Nunca había oído esa
palabra, menos de qué trataba. Había procurado
llevar mi conocimiento de Dios con las virtudes
teologales de fe, esperanza y caridad. Y procuraba
no revolver la ciencia con las cuestiones de la
religión, la lógica con la fe. Aunque para todo
metía a Dios en las pláticas. Nunca renunciaba a
hablar de Dios estuviera donde estuviera: en clases,
en el trabajo, con los amigos. Tenía muy en claro
que la expresión de "dar al César lo que es del
César y a Dios lo que es de Dios" es que las cosas
del mundo se trabajan con las reglas del mundo, y
que lo de Dios con las verdades de Dios. Pero que a
131
Dios todo pertenecía, incluyendo el mundo y sus
reglas.
Pero, ¿la Teodicea? ¿Qué era?
Pedí disculpas por mi ignorancia y terminó la
entrevista. Me citó para una exposición de un tema
cualquiera de la materia de Física I.
Esa tarde, después de Misa en la Catedral, cuando
acompañaba al Señor Arzobispo Emérito Don
Adalberto Almeida hacia su carro, le pregunté por
la Teodicea y me dio las primeras luces. Al
siguiente día hablé sobre el tema con el padre
párroco de Catedral, Paco Arriaga –quien había
sido mi maestro de Arte Sacro en la Escuela de
Liturgia del Somelit (Sociedad Mexicana de
Liturgia)– y me dio una explicación muy
provechosa. Aparte de que me prestó un libro para
que profundizara sobre esta disciplina filosófica
que era la Teodicea. Esa rama de la teología que
busca justificar la existencia de Dios en un mundo
donde existe el mal.
A la semana siguiente hice la exposición en uno de
los salones del Instituto La Salle y todo salió bien,
gracias a Dios. Tuve de sinodales al Lic. Fernando
Sígala, la Dra. Norma Ramírez y la Lic. Florencia
Valdés, quienes me aceptaron como profesor de la
universidad.
En el primer día de clases –el lunes 7 de agosto del
año 2000– hubo una Misa de apertura de cursos
132
presidida por un sacerdote dominico. Ya en un
convivio posterior, donde degustábamos de ricos
tacos de bistec, me di cuenta de que el Lic. Sígala
había estudiado Licenciatura y Maestría en
Teología.
DR. JAIME LUCIANO
FERNÁNDEZ
Coordinador de Vinculación 2006-2021
"Vuestra misión es conducir a vuestros alumnos a la
verdad y al bien, no solo por la instrucción, sino por
el testimonio de una vida dedicada al servicio de los
demás".
—San Juan Bautista De La Salle
El reto de las universidades latinoamericanas es
cómo extender su influencia e impactar de manera
positiva en la sociedad a la que sirven. Las acciones
sustantivas de la universidad se localizan en la
Academia, centrada en la pertinencia del estudio y
la calidad de la enseñanza y el aprendizaje; la
Investigación, que genera conocimiento,
innovación y transformación; y la Vinculación,
como herramienta para llevar la universidad a la
sociedad.
Corría el verano de 2006. La ULSA, ya con cinco
años de existencia, se enfocó en fortalecer y
dinamizar su quehacer académico con una oferta
133
de calidad, innovadora y que respondía a los retos
del presente y el futuro del trabajo. Su enfoque
cristiano consiste no solo en formar profesionales
competentes, sino también personas íntegras que
contribuyan al bien común.
Arrancamos en ese verano la instrumentación de la
Coordinación de Vinculación para, ya con los
programas académicos consolidados, empezar a
entablar relaciones formales con los actores
sociales desde una perspectiva de Tetra-Hélice.
Trabajamos arduamente con el sector de la
industria manufacturera de exportación, el sector
público y privado, organismos y cámaras
empresariales, colegios de profesionistas, para dar
a conocer los perfiles de egreso de nuestros
estudiantes. Diseñamos eventos de vinculación:
Expo ULSA 2015 y 2016, IDEACON nos dieron la
oportunidad de que el ecosistema de innovación y
emprendimiento de la ciudad conociera la
universidad.
En un viaje a San Juan de los Lagos para asistir al
cierre del Diplomado de Formación Lasallista, tuve
oportunidad de conversar con el Hno. Lorenzo
González Kipling fsc. Recuerdo que le pregunté:
"¿Cómo hacer patente la misión educativa lasallista
en el mundo de las empresas, con gerentes y
directivos, con las personas que abren espacios para
la universidad?". Su respuesta fue sencilla pero
profunda: "Luciano, que cuando llegues a estas
134
empresas, a estas industrias, sepan que llegó la Buena
Nueva".
En este marco, la vinculación con los actores
sociales emerge como un elemento fundamental
para cumplir con nuestra misión. Esta vinculación
no es un mero accesorio administrativo, sino una
expresión viva de los principios evangélicos que
invitan a "amar al prójimo como a uno mismo"
(Mateo 22:39), extendiendo el conocimiento
académico hacia la transformación social.
MAESTRA SOLEDAD SOTO
Diecisiete Años de Vocación y Corazón
"Aquí no solo encontré un trabajo; encontré mi
misión de vida"
Hace diecisiete años, crucé las puertas de la
Universidad La Salle Chihuahua con la ilusión de
crecer profesionalmente, sin imaginar que este
lugar se convertiría en mi segundo hogar. Hoy, al
celebrar los 25 años de nuestra universidad, miro
hacia atrás y me doy cuenta de cuánto ha
significado este camino para mí. El trato con los
alumnos ha sido, sin duda, lo que más ha llenado
mi corazón. Cada generación ha dejado una huella
imborrable en mi vida, enseñándome tanto como
135
yo a ellos. He visto a jóvenes llegar con sueños e
incertidumbres y salir convertidos en profesionales
con una misión clara y un compromiso con la
sociedad. Ser testigo de su crecimiento y formar
parte de su historia es un privilegio que agradezco
cada día.
Más Allá del Aula
Ahora, en mi labor como encargada de
seguimiento a egresados, prácticas profesionales y
bolsa de empleo, mi vínculo con los alumnos no
termina cuando egresan, sino que se transforma en
un acompañamiento en su transición al mundo
laboral. Escuchar sus testimonios, ver cómo
aplican lo aprendido y cómo llevan consigo los
valores lasallistas en su vida profesional y personal
es la mayor recompensa. Saber que, de alguna
manera, contribuí a su formación y que la
universidad sigue siendo un punto de referencia en
su camino, me llena de orgullo y gratitud.
Pero mi historia con La Salle Chihuahua no solo
ha sido profesional, sino también personal. Aquí
cursé mi maestría, lo que me permitió crecer
académica y profesionalmente dentro de una
comunidad que siempre ha impulsado mi
desarrollo. Además, mis hijos también han
formado parte de esta universidad, lo que refuerza
aún más mi vínculo con esta comunidad. Verlos
136
crecer y formarse bajo los mismos valores que
guían mi trabajo ha sido una de las mayores
satisfacciones de mi vida.
Gratitudes que Perduran
A lo largo de estos años, también he formado
amistades invaluables. He tenido el privilegio de
trabajar al lado de personas cultas, de gran corazón
y entrega, como el Hermano Salvador Valle, el
Hermano Guillermo García y el Hermano Gustavo
Ramírez, quienes han sido fuente de inspiración
con su ejemplo y dedicación. Compartir con ellos
esta misión educativa ha sido una bendición que
atesoro profundamente. Asimismo, quiero expresar
mi más sincero agradecimiento al Maestro José
Benavides, actual Rector de la universidad, quien
me brindó la oportunidad y el apoyo para impartir
mi primera clase. Su confianza en mí marcó el
inicio de una etapa que se ha convertido en una de
las más significativas de mi vida, permitiéndome
compartir conocimientos y aprender cada día de
mis alumnos.
La Salle en Chihuahua es más que una institución;
es una familia, un espacio donde se construyen
sueños, se forjan valores y se transforman vidas.
Hoy, celebro con alegría estos 25 años de historia y
mis 17 años de entrega a esta comunidad que tanto
me ha dado.
137
Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu
lasallista:
La vocación lasallista no conoce de horarios ni de
títulos en las puertas de las oficinas. Es un
compromiso de vida que trasciende generaciones, que
se multiplica en cada estudiante acompañado, en
cada egresado colocado, en cada hijo que sigue los
pasos. Es la prueba de que cuando uno ama lo que
hace, no trabaja un solo día de su vida; sirve,
acompaña, transforma.
TESTIMONIO DE UN
MISIONERO LASALLISTA
Las Huellas de Dios en La Boquilla – GABRIEL
CONTRERAS - EXAULSA
"En la Vigilia Pascual, entre la oscuridad y las
velas, comprendí que ser lasallista es ser
instrumento"
Fui de misiones cuatro veces en toda mi vida, todas
ellas con La Salle. Me pidieron ser Pastoralista en
la primera misión organizada por nuestros
hermanos lasallistas de la Preparatoria
Cuauhtémoc en La Boquilla, en Camargo. Honor
que acepté contento. La buena noticia es que
conecté de inmediato con todos. El lugar estaba
138
lleno de locales y de turistas aprovechando las
vacaciones de Semana Santa. Había altas
probabilidades de encontrar tierra fértil y de
cumplir con nuestro llamado: "Así como tú me has
enviado al mundo, así yo también los envío al mundo"
(Jn 17, 18).
El Momento de Gracia
Preparé los sermones para cada celebración,
cortos, pero concisos, lo que me valió el
agradecimiento de los feligreses. Esta experiencia
fue diferente. Los muchachos, aunque "novatos",
tenían sus sonrisas y ansias de servir tan sinceras
que cada día más gente se acercaba a nosotros.
Finalmente, llegó el momento más importante: la
Vigilia Pascual con un templo completamente
lleno. Durante las lecturas, justo después de la
salida de Egipto, estaba yo sentado al frente de un
templo lleno de gente que compartía mis creencias,
en la casi absoluta oscuridad. ¡Eso impone!
Tuve la bendición de presenciar tal escenario. Le
pedí a nuestro Señor que me quitara la fachada de
pastoralista y que me permitiera ser simplemente
yo. Por un minuto: escuché el salmo como si no
supiera cuál era, maravillándome con la sabiduría
de David; vi a todas aquellas personas a los ojos,
como un director ve orgulloso a su orquesta;
respiré ese humo santo proveniente de los
139
centenares de velas encendidas. Mi ritmo cardíaco
se aceleró. Estuve casi a nada de llorar, de reír, de
levantarme y gritar que aquel hombre que
buscamos no está aquí, que ha resucitado. Un
pequeño vistazo al Reino y un ligero aliento de Paz
me fueron concedidos esa noche, y tal recuerdo me
ha ayudado a recuperar mis fuerzas cuando todo
parece perdido.
Muchas gracias a La Salle y a San Juan Bautista
De La Salle, a quien de vez en cuando ruego por su
ayuda. Agradezco a todas las personas que conocí
por estudiar en esta Universidad.
¡Viva Jesús en nuestros corazones por siempre!
Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu
lasallista:
La fe lasallista no es abstracta ni distante; es
encuentro vivo con lo sagrado en medio del servicio.
Las misiones no son solo llevar ayuda material; son
espacios donde el misionero es evangelizado por
aquellos a quienes sirve. En esos momentos de gracia,
como en aquella Vigilia Pascual, se revela que ser
lasallista es ser puente entre el cielo y la tierra.
140
LUISA FERNANDA MONTOYA
GUERRERO
Memorias de Vida
El 24 de octubre de 1990 comenzó mi historia,
como tantas otras, en el silencio de una cuna y el
abrazo de una familia. Hoy, al mirar hacia atrás, sé
que ese día no solo nací yo, sino también una
semilla de servicio que con los años encontraría su
propósito. Soy hija, esposa, mamá de Emilio y
Elisa —dos luces que dan sentido a cada jornada.
Me formé en la Licenciatura en Ciencias de la
Familia en la Universidad La Salle Chihuahua, un
espacio que sembró en mí no solo conocimientos,
sino una forma de mirar al otro con compasión y
compromiso.
Desde antes de concluir mis estudios, tuve la
bendición de servir como presidenta de Fundación
ALE Chihuahua. Por más de diez años hemos
acompañado a personas en situación vulnerable
para que accedan a trasplantes de riñón, corazón,
hígado o córnea. También gestionamos
medicamentos inmunosupresores y, junto a
Fundación Cinépolis, llevamos a cabo campañas
gratuitas de cirugía de cataratas. Cada caso es un
141
recordatorio de que cuando se toca una vida, se
transforma también la de su familia entera.
En 2019 nació otro sueño: Sana Sana, un
laboratorio de análisis clínicos creado para ofrecer
servicios de salud confiables, accesibles y humanos
a nuestra comunidad. Hoy, con varias sucursales y
un equipo comprometido, seguimos creciendo con
los pies en la tierra y el corazón en la
misión. Estudié la preparatoria en el Instituto
América, y a lo largo del camino he valorado
profundamente las herramientas que me han
acompañado: la empatía, la comunicación, el
respeto por la dignidad humana. Estoy convencida
de que cuando el trabajo nace del amor, se
convierte en vocación. Y que cuando esa vocación
encuentra causa, puede dejar huella.
Agradezco a quienes me han acompañado en este
camino.
Gracias a quienes creen, como yo, que servir es
una forma de amar.
Yo soy La Salle.
Y esta es la historia que me tocó vivir.
142
MTRA. LUISA FERNANDA
OLIVAS MELÉNDEZ
¿Soy De La Salle o Lasallista?
"Ser lasallista es más que ponerse la playera; es
llevarla tatuada en el alma"
Algunas personas piensan que es lo mismo, para
mí no. Es como decir que le vas a un equipo el día
del partido porque tus amigos le van a ese, cuando
ser verdadero aficionado es sobrellevar las derrotas
y saborear las victorias de tu equipo. Hace más de
22 años llegué a La Salle sin saber nada de la
escuela, solo que quedaba cerca de mi casa y que
estaba grandísima. Conforme pasó el tiempo me
fui ajustando la playera de mi equipo llamado "De
La Salle".
Las Jaculatorias que Cobraron Sentido
Recuerdo el primer día de universitaria como si
fuera ayer. Empezó la primera clase y todos
contestaban jaculatorias que el maestro repetía:
"Acordémonos de que estamos en la santa presencia
de Dios." No tenían ningún sentido para mí...
simplemente algunas veces cumplí el requisito de
estar ahí y contestarlas de forma automática.
143
Conforme ha pasado el tiempo, han tomado un
sentido en mi vida... un sentido de pertenencia. Un
grito de guerra, un prepararnos para lo que venga.
Quién lo hubiera pensado... que yo, una matrícula
más (mi matrícula universitaria es de 3 dígitos), iba
a llegar un poco más lejos de lo estipulado por la
estadística, la sociedad, mi familia y hasta por mí
misma.
De Estudiante a Maestra
Algunas mañanas aún corro al salón de clases para
que el maestro no me cierre la puerta. Después me
acuerdo de que yo soy el maestro. Que ahora, yo
soy la responsable de compartir conocimiento y ser
ángel guardián de alguien que está sentado
escuchándome, detrás de un cuaderno, un iPad o
una laptop. Hace 12 años, en un vuelo nocturno de
CDMX a Ciudad Victoria, Tamaulipas, íbamos un
grupo de tres representando a la Universidad para
impartir un Taller de Mediación de Conflictos. Me
tocó sentarme alejada de mis compañeros y junto a
una mujer joven y su pequeña hija de unos cinco
años.
Yo iba sudando en frío por los nervios. Me quité la
sudadera y me quedé en la playera oficial que traía
la leyenda "De La Salle" en una manga. La nena
miró con atención y exclamó: "¡Tú eres de mi
escuela! ¡Yo también estoy en La Salle, pero estoy en
144
kínder!" Empezó la plática como si nos
conociéramos de años. La mamá también había
estado en La Salle. Al llegar al destino, me ofreció
su número. Estuvo muy pendiente de nosotros
durante nuestra estadía. No tenía ninguna
necesidad de hacerlo, simplemente ese sentimiento
de servicio, de fraternidad hacia el prójimo, y más
si tu prójimo es familia extendida.
Ahí me di cuenta de que esto trasciende mucho
más allá de las cuatro paredes de un salón de
clases. Es representar un legado, un apellido, un
nombre, una familia. Una familia que te apoya,
aplaude tus éxitos y te acompaña en tus tropiezos.
Una familia en la cual he encontrado amistades,
aprendizajes y anécdotas para toda mi vida.
¡Eso es ser Lasallista!
Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu
lasallista:
Ser lasallista no es una etapa universitaria que se
supera; es una identidad que se abraza para siempre.
Es reconocerse en aeropuertos, es ayudarse sin pedir
nada a cambio, es formar una hermandad que
trasciende generaciones y geografías. La playera se
145
puede quitar, pero el corazón lasallista late para
siempre.
MTRA. MARGARITA ACOSTA
ALCALDE
Cuando los Valores se Vuelven Vida
Ser maestra lasallista es sembrar los cinco valores
que San Juan Bautista De La Salle nos legó: fe,
fraternidad, servicio, compromiso y justicia. En
cada clase intento que estos valores respiren, que
no sean palabras huecas sino vida palpable. Pero
hay días en que descubres que la siembra dio frutos
que superan tus más hermosos sueños.
El Secreto en el Supermercado
Era casi final de semestre cuando los vi: mi grupo
de sexto, reunidos entre los pasillos del súper,
llenando un carrito mientras hablaban en susurros.
Me acerqué desde otro pasillo y lo que escuché me
detuvo en seco: "Recuerden, él cree que es de un
patrocinador anónimo." Los confronté con
delicadeza, y entonces se abrió ante mí una
historia extraordinaria. En segundo semestre les
había dejado un trabajo: reflexionar sobre cómo
ayudar al prójimo sin esperar reconocimiento.
146
Ellos transformaron esa tarea académica en misión
de vida.
Descubrieron que un compañero atravesaba
dificultades económicas severas. Sin hacer ruido,
sin buscar aplausos, organizaron un sistema: cada
quince días reunían productos de sus casas o
aportaban dinero. Durante cuatro años —¡cuatro
años! — mantuvieron este secreto de amor,
haciéndole creer que la despensa venía de un
"patrocinador anónimo."
"No queremos que se sienta comprometido" me
explicaron. "Queremos que termine su carrera con
dignidad."
La Lección que Me Dieron
Cuando les volví a dar clase, no pude contener la
pregunta: "¿Siguen con la despensa?" Sus rostros se
iluminaron. "Por supuesto, maestra. Es nuestro
compromiso." Al final del semestre, en sus
proyectos de vida escribieron: "Ahora, con más
ganas, entendemos lo que significa ser un alumno de
La Salle."
Pero fueron ellos quienes me enseñaron a mí. En
esa despensa anónima vi materializados nuestros
cinco valores: la fe que multiplica, la fraternidad
147
que no necesita reconocimiento, el servicio
discreto, el compromiso sostenido, la justicia que
busca igualdad de oportunidades.
Esta es una de muchas anécdotas que me hacen ser
orgullosamente maestra lasallista. Porque educar
en La Salle es más que transmitir conocimientos.
Es tocar corazones de tal manera que ellos, a su
vez, toquen otros corazones en una cadena infinita
de bien.
Eso es La Salle: una conspiración de amor que no
busca aplausos, solo transformar el mundo, una
despensa anónima a la vez.
DRA. LYDIA ALVARADO
ACOSTA
La Pedagogía del Corazón
"Descubrí que ser educador lasallista es tocar vidas,
no solo transmitir conocimientos"
Tengo diecisiete años colaborando en la
Universidad La Salle Chihuahua. Inicié como
docente por horas en 2007 en el área de ingenierías.
Actualmente, soy maestra de tiempo completo y
148
estoy a cargo de las carreras de Ingeniería
Industrial en Calidad y de Ingeniería en Diseño
Industrial. Al iniciar mis labores, empecé a
observar que la dinámica pedagógica dentro de la
universidad era diferente a otras instituciones.
Poco a poco me fui involucrando más, me
invitaron a participar en el diplomado de
formación lasallista y fue ahí donde conocí el
modelo de San Juan Bautista De La Salle. Al saber
de su historia me sentí más identificada con la
docencia y descubrí la importancia de ser
educador.
Más Allá del Conocimiento Técnico
El modelo educativo lasallista basado en valores,
servicio, fraternidad y compromiso cristiano, busca
una formación integral a través de la enseñanza y
el acompañamiento. Mi labor como docente sigue
despertando esa pasión de compartir el
conocimiento, mantener ese binomio maestroalumno
en la comunicación, el acompañamiento,
la empatía y el servicio. El ser educador no solo se
queda en un aula de cuatro paredes en la que se
imparten conocimientos. Debe trascender más allá,
guiándolos para que descubran sus competencias y
habilidades, fomentando el pensamiento crítico
con el objetivo de formar alumnos comprometidos
con la sociedad.
149
A lo largo de los años, mi experiencia como
maestra lasallista me ha permitido comprender y
reafirmar mi vocación educadora, no solo en el
aspecto académico, sino también en la parte
humana. En la actualidad estamos viviendo
diversas situaciones sociales que afectan y lastiman
al mundo entero. Por esta razón, la misión del
docente debe ser desde el salón de clases:
transmitir, inculcar el servicio por el prójimo para
que los alumnos sean capaces de mantener una
mirada crítica con el más necesitado. Ser maestra
lasallista es un desafío. Nos encontramos con
nuevas generaciones que viven diversas
problemáticas: contextos de violencia, falta de
recursos, problemas de aprendizaje. Debemos ser
una guía, una luz en su caminar, prepararlos de
manera integral para la vida, no solo en el
conocimiento, sino también para ser personas de
bien, empáticos, humildes, visionarios, con
pensamiento crítico, justos y éticos.
Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu
lasallista:
La pedagogía lasallista no se aprende solo en
diplomados; se vive en cada clase, en cada asesoría,
en cada momento de acompañamiento. Es entender
que formar ingenieros no es solo enseñar fórmulas,
sino formar personas que usarán esas fórmulas para
construir un mundo más justo. Es la convicción de
que cada estudiante, sin importar sus circunstancias,
150
merece una educación que lo transforme
integralmente.
IRVING VIDAL TERRAZAS
De las Aulas Lasallistas a la Justicia Global
Recibí mi título en junio de 2006, como parte de la
primera generación de Derecho con acentuación
en América del Norte. Ese día me entregaron la
medalla Miguel Febres Cordero, y aunque fue un
momento muy significativo, en realidad lo que más
me marcó fueron los años vividos en La Salle: las
clases, sí, pero también el ambiente, el sentido de
comunidad, el enfoque humano de la formación.
Con el tiempo, tuve la oportunidad de continuar
mis estudios en Washington, especializándome en
Derecho de los Conflictos Armados y Derechos
Humanos. Y fue estando allá, en un entorno tan
distinto, que realmente entendí lo que significaba
haber estudiado en La Salle Chihuahua.
Recordaba las palabras de mis maestros, las
conversaciones con compañeros, la manera en que
se nos enseñaba que el Derecho no es solo una
herramienta legal, sino una forma de proteger, de
dignificar, de servir. He trabajado en proyectos
internacionales, en temas migratorios, en
escenarios complejos, y en todos ellos he llevado
conmigo algo que no se aprende en los libros: la
151
convicción de que la justicia debe tener rostro
humano.
Aunque mi trayectoria me ha llevado lejos, cada
vez que pienso en el origen de todo, regreso a
aquel patio, a aquellas aulas, y a ese día en el que
me entregaron una medalla que no reconocía solo
un logro académico, sino una misión: ejercer el
Derecho con compasión, y recordar siempre que la
dignidad humana está por encima de cualquier
sistema.
Eso lo aprendí en La Salle. Y eso, hasta hoy, guía
mi camino.
Porque eso somos en La Salle: formadores de
profesionales globales con corazón local, de juristas
que entienden que el derecho más importante es el
derecho a la dignidad humana.
ME. EVA CRISTINA GONZÁLEZ
LOBO GUERRERO
La Esencia y el Compromiso de una Educadora
Lasallista
"Veinticinco años robándole el corazón a los
alumnos difíciles"
152
Desde que era estudiante universitaria, la vida me
puso en el camino de la enseñanza. A los veinte
años, con el corazón acelerado y las manos
temblorosas, entré por primera vez a un aula como
docente en una escuela de inspiración católica. No
sabía nada de impartir clases, y, sin embargo, allí
estaba. Lo que no sabía era que, en el camino, sería
yo quien más aprendería.
Lecciones de Vida en Cada Aula
Con cada alumno descubría un nuevo universo. Un
niño de doce años podía enseñarme sobre la
fortaleza y la resiliencia, sobre la tristeza que se
oculta tras una sonrisa al cruzar la puerta de la
escuela, sobre el valor de ser un refugio seguro,
aunque sea solo por unas horas. Aprendí que los
adultos cometemos el error de minimizar el
sufrimiento de los jóvenes, olvidando que nosotros
también sufrimos por el primer amor, por la
ausencia de nuestros padres o por la presión de
encajar.
Con el paso del tiempo, mi corazón fue
acumulando historias y secretos. Me convertí en
cómplice de travesuras, en confidente de temores y
en testigo de sueños. Las primeras graduaciones
llegaron, y con ellas, las despedidas. Con cada
adiós, pedía en silencio que la vida cuidara a esos
153
pequeños corazones que una vez habían estado en
mis manos.
El Regalo de la Reciprocidad
Y entonces llegó el primer regalo: la visita
inesperada de un exalumno. "Maestra, solo quería
saludarla y contarle cómo me va", me dijo con una
sonrisa genuina. Fue en ese instante cuando
entendí que mi trabajo iba más allá de las
matemáticas o la ortografía; se trataba de
acompañar, de ser un faro en medio de la
incertidumbre.
La mañana en que perdí a una persona importante
de la manera más cruel posible, un alumno se
acercó a mí en silencio, me abrazó y me susurró:
"Usted siempre ha estado para mí, ahora me toca a
mí estar para usted." En ese instante comprendí que
no existía barrera alguna entre nosotros, que ellos
también tenían el poder de sanar mi corazón roto.
El Amor Lasallista
El destino me llevó a una escuela lasallista, donde
sin darme cuenta, me enamoré de la institución, de
sus valores y de su gente. Descubrí que no se
trataba solo de reglas o disciplina, sino de amor.
Amor a la profesión y a cada ser humano que
154
ponía su confianza en mí. Vi cómo un "alumno
problema" florecía cuando alguien le daba la
oportunidad de demostrar su potencial, cómo un
niño que "no entendía" solo necesitaba a un
maestro que creyera en él.
Hoy, después de veinticinco años como maestra,
cuando me preguntan qué es lo que más disfruto
de mi trabajo, mi respuesta sigue siendo la misma:
cada día es diferente, desafiante, pero, sobre todo,
divertido. Porque al final, la verdadera magia de la
docencia no está en los libros ni en los exámenes,
sino en robarle el corazón al alumno "difícil" y
convertirlo en un aliado para toda la vida.
Lo que nos enseña este testimonio sobre el espíritu
lasallista:
La educación lasallista es un acto de amor
bidireccional. No solo el maestro transforma al
alumno; el alumno transforma al maestro. Es
entender que los "alumnos problema" son en realidad
alumnos con problemas que necesitan amor. Es la
convicción de que veinticinco años después, la pasión
por enseñar no se apaga; se renueva con cada
generación que llega buscando no solo conocimiento,
sino comprensión, no solo educación, sino
transformación.
155
El Mosaico Lasallista
Estos testimonios, diversos en origen, pero unidos
en espíritu, forman el mosaico viviente de la
Universidad La Salle Chihuahua. Desde el hijo que
se convirtió en servidor público, hasta la maestra
que descubrió su vocación; desde el misionero que
encontró a Dios en una vigilia pascual, hasta la
doctora que entiende que ser lasallista es una
identidad permanente. Cada historia es única, pero
todas comparten hilos comunes: la transformación
personal, el servicio al prójimo, la fe vivida en
obras, la convicción de que la educación es el arma
más poderosa para cambiar vidas. Son testimonios
que nos recuerdan que La Salle no es solo una
universidad; es una familia, una forma de ver el
mundo, un compromiso de vida.
En estos 25 años, miles de historias como estas se
han escrito en nuestras aulas, pasillos y corazones.
Cada una es prueba de que el sueño de San Juan
Bautista De La Salle sigue vivo: tocar corazones
para transformar vidas, educar mentes para liberar
espíritus, formar profesionales para servir a la
humanidad.
Que estos testimonios inspiren a las nuevas
generaciones a escribir sus propias historias de
transformación, servicio y amor. Porque ser
lasallista no es un título que se cuelga en la pared;
156
es una llama que se lleva en el corazón y que
ilumina todos los caminos por donde transitamos.
Indivisa Manent - Permanecemos unidos en estas
historias, en estos corazones, en esta misión
sagrada de educar.
MARTHA JANNET MESTA
Responsable de Documentación en Servicios
Escolares
El Día que Cambió Mi Vida
Entré a la Universidad La Salle Chihuahua, un 11
de junio del 2001, invitada a formar parte de esta
comunidad. Recuerdo perfectamente ese día
porque marcó el inicio de una historia de amor que
dura ya más de dos décadas. La primera persona
que me recibió fue Margarita Álvarez, con esa
amabilidad tan suya que inspiraba confianza
inmediata. Me trató tan bonito, tan cálidamente,
que su gesto fue el primer lazo que me unió a esta
universidad. En ese momento no lo sabía, pero ese
abrazo de bienvenida sería el primero de miles que
recibiría en esta casa. Después conocí al Dr. Víctor
Pérez del Valle, quien sería mi jefe. Siempre lo he
recordado con enorme cariño, porque desde el
primer momento fue una persona fina y
respetuosa. Aquel día me dijo algo que nunca
157
olvidaré: "Queda contratada. Aunque tenga otro
trabajo, yo la espero el tiempo que sea necesario."
Esa seguridad, esa fe en mí, me hizo sentir una
felicidad inmensa. Desde entonces supe que estaba
en el lugar correcto, donde no solo encontraría
trabajo, sino una familia.
El Rector que Me Enseñó a Ver Más Allá
Posteriormente, conocí al Dr. José Cervantes,
rector en ese momento. Para ser honesta, al
principio me dio un poco de miedo porque se veía
muy serio, incluso enojón. Pensé: "¿En qué me
metí?" Pero con el tiempo descubrí a una persona
maravillosa, con un gran corazón, siempre cercano
y humano. Aprendí que detrás de esa seriedad
había un líder comprometido con cada persona de
esta universidad.
La Sinfonía de los Recreos
También viví momentos que hoy recuerdo entre
risas y nostalgia. En aquellos años, yo era la
encargada de poner la música en los cortes de
clase. Para ser sincera, a veces lo olvidaba, y los
alumnos no salían de las aulas porque no
escuchaban la señal. La universidad se quedaba en
un silencio extraño, casi fantasmal. Entonces
158
llegaba el Hermano Cervantes a mi oficina y me
decía, con esa voz firme: "¿Qué pasó? ¡No hay
música!" Era estresante en el momento—mi
corazón se aceleraba cada vez—, pero con el
tiempo se volvió una anécdota que siempre me
saca una sonrisa. Cuando por fin instalaron el
sistema automático que encendía y apagaba la
música, fue un alivio enorme... pero también el fin
de esas pequeñas aventuras cotidianas que me
recordaban que, en esta universidad, hasta los
errores, se vivían con humanidad y comprensión.
Más que un Trabajo, una Vocación
Veintitrés años después, puedo decir que cada día
en esta universidad ha sido un regalo. He visto
crecer estudiantes, he sido testigo de sueños que se
cumplen, y he aprendido que educar no es solo
transmitir conocimientos, sino acompañar
corazones en su camino hacia el futuro.
Desde servicios escolares, he tenido el privilegio de
ser parte de miles de historias: la primera
matrícula, el último trámite antes de graduarse, las
lágrimas de alegría en las ceremonias. Cada
documento que proceso lleva consigo la esperanza
de una familia, el esfuerzo de un joven, la
confianza depositada en esta institución.
159
Gracias, Universidad La Salle Chihuahua, por
creer en mí desde aquel 11 de junio del 2001. Por
enseñarme que las grandes historias se construyen
día a día, con pequeños gestos de amor, dedicación
y, sí, también con algunas melodías olvidadas.
Indivisa Manent.
160
CAPÍTULO 4
Herencia Viva: El Lasallismo en
Acción
"La educación es el arma más poderosa para cambiar
el mundo, pero solo si esa arma se empuña con amor."
— Reflexión lasallista anónima
En los pasillos de nuestra universidad, el lasallismo
no es teoría archivada en manuales polvorientos.
Es práctica viva, oxígeno que se respira, cultura
que se contagia. Cada día, en gestos pequeños y
proyectos grandes, nuestra comunidad escribe
nuevas páginas de esta historia centenaria que
comenzó en Reims y florece hoy en el desierto
chihuahuense.
En las Aulas: Donde el
Conocimiento se Encuentra con la
Sabiduría
La Pedagogía del Encuentro
Salón 204, jueves, 3:47 PM. La clase de
mercadotecnia está por terminar. La maestra Pili,
161
con veinte años de experiencia y la misma pasión
del primer día, nota que una alumna, sentada hasta
atrás, frunce el ceño mientras revisa sus apuntes.
Sin preguntarle, se acerca con esa intuición que
solo dan los años de ver rostros jóvenes luchar
contra las interrogantes del aprendizaje: "¿Te
quedaste con dudas?"
Ella asiente, casi con vergüenza. En otras
universidades, sería una más de los rezagados.
Aquí es Andrea, futura mercadóloga, persona con
nombre, historia y potencial.
"Quédate cinco minutos después de clase."
No son cinco minutos. Son cuarenta.
La maestra ha perdido la noción del tiempo.
Tendrá que esperar. Pero Andrea sale del aula
entendiendo no solo la segmentación de mercados,
sino algo aún más valioso: que aquí importa. Su
duda importa. Su proceso de aprendizaje importa.
Ella importa. Esta escena se repite cientos de veces
cada semestre, en cada coordinación, con cada
maestro que ha interiorizado que enseñar en La
Salle no es dictar cátedra; es acompañar procesos,
iluminar caminos, encender esperanzas.
162
Los Maestros Artesanos
“Aquí no enseñamos solo para exámenes, sino para la
vida”, dice una maestra mientras revisa por tercera
vez el proyecto de un estudiante. No busca errores
para marcar con rojo; busca oportunidades de
crecimiento, destellos de genialidad escondidos en
la timidez, preguntas no formuladas que revelan
mentes inquietas.
En los laboratorios de Ingeniería, un profesor
detiene su explicación sobre sensores y
automatización. Ha notado que un alumno,
generalmente participativo, está ausente
mentalmente. Al terminar la clase, se acerca:
“¿Todo bien en casa?” El estudiante se quiebra. Su
padre está enfermo, necesita trabajar más horas,
está pensando en dejar la carrera. El profesor no
solo escucha; activa la red invisible de apoyo
lasallista.
“Un maestro lasallista”, señaló un Hermano en una
junta de profesores, “es un artesano de humanidad.
No producimos profesionistas en serie; esculpimos
personas únicas, respetando la veta particular de
cada madera, la textura específica de cada barro.”
163
El Aula Como Espacio Sagrado
En La Salle, el aula es espacio sagrado donde
ocurre el milagro cotidiano del aprendizaje. No es
sacralidad que paraliza, sino que libera. Aquí se
puede dudar, preguntar, equivocarse, volver a
intentar. Un profesor de fisioterapia lo explica así:
“Mi aula es un laboratorio de humanidad. Sí,
enseño sobre el cuerpo humano, pero también
enseño que cada persona que acompañarán en su
futuro profesional es templo de una historia,
refugio de un alma. Cuando les habló del corazón,
no olvidó mencionar que este late no solo por
mecánica biológica, sino por amor, miedo y
esperanza.”
Lecciones que no Están en el Plan
de Estudios
La Puntualidad como Respeto
En La Salle se aprende tanto en las aulas como
fuera de ellas. El currículum oculto —esas
enseñanzas no escritas, pero profundamente
grabadas— forma parte esencial de nuestra
pedagogía.
Llegar tarde no es solo perder minutos; es un
mensaje silencioso que dice: “Mi tiempo vale más
164
que el tuyo.” El Mtro. Luis Soto Martínez lo
entendía profundamente. Por eso llegaba con
tiempo, con calma, y saludaba de mano a cada
estudiante que entraba al aula. No era un acto
automático, era una declaración silenciosa de
respeto: “Te veo. Me importas. Tu presencia aquí
cuenta.”
En tiempos donde la prisa suele ganarle al
encuentro humano, su puntualidad y cercanía eran
una lección viva: educar también es mirar a los
ojos y dar la mano. "Cuando un estudiante percibe
que lo valoramos, aprende a valorar a otros."
El Saludo como Reconocimiento
Desde el rector hasta el personal de
mantenimiento, todos saludan, todos son visibles.
Es política, no escrita pero religiosamente
practicada. Esta cultura del reconocimiento
transforma. Los estudiantes aprenden que la
dignidad no está en los títulos sino en la persona.
Aprenden a ver, a reconocer, a dignificar con la
simple magia de un saludo genuino. “En La Salle
aprendí que el éxito no te da derecho a la arrogancia.
Si el Rector Hno. Salvador Valle saludaba a todos sin
importar quien fuera, ¿quién soy yo para no hacerlo?
Esa lección de humildad me ha abierto más puertas
que mi propio título”
165
El Error como Maestro
En nuestras aulas, el error no es castigo: es
oportunidad. El experimento fallido no es un
fracaso, es información valiosa. La respuesta
incorrecta no es motivo de humillación, sino una
puerta abierta al aprendizaje. “Excelente error”,
dice un profesor cuando un estudiante se equivoca
al resolver un problema de ingeniería. “Ahora
todos aprendamos de él. Los errores en el aula
cuestan sonrojos; en el mundo real, pueden costar
mucho más.” Esta pedagogía del error como
maestro crea ambientes seguros para la
exploración intelectual. Los estudiantes se atreven
a proponer, a innovar, a pensar fuera de la caja
porque saben que equivocarse aquí no es condena,
sino escalón.
Y no solo en el aula. Una vez, en pleno invierno,
durante una importante reunión de rectores, se
colocó una gran lona de bienvenida con un error
ortográfico evidente. Uno de los organizadores,
con tono chisme, se lo hizo notar al Hermano
Salvador Valle. La lona ya estaba instalada, los
invitados ya habían llegado. El Hermano, sin
alterarse, simplemente sonrió y dijo: “Ah, es
muestra de que somos humanos.” Esa lección, tan
simple como profunda, quedó grabada en quienes
lo rodeaban: la humildad también se enseña con la
reacción ante los errores.
166
“Mi mejor invento nació de un error,” cuenta un
estudiante de Ingeniería. “Conecté mal un sensor y
descubrí que podía medir no solo humedad, sino
también nutrientes del suelo. En lugar de un
regaño, mi profesor me dijo: ‘Los errores creativos
son los padres de las innovaciones.’”
Misiones, Comunidad y
Transformación en La Salle
El servicio social en la Universidad La Salle
Chihuahua no es una formalidad burocrática ni un
requisito para obtener un título. Es una
experiencia vital, una especie de iniciación ética y
humana, donde el conocimiento deja de ser
abstracto y se convierte en instrumento de cambio.
Es, como lo ha señalado el Mtro. Ricardo Aguirre
Balcorta, “un golpe de realidad”: un espacio donde
los jóvenes participan de la vida misma,
confrontan la realidad y, al hacerlo, enfrentan
también su propia historia y propósito.
Misiones: Donde el Espíritu Lasallista Cobra Vida
Actualmente, el servicio social se ha enfocado en
proyectos comunitarios en asentamientos urbanos
y en zonas marginadas del estado de Chihuahua,
incluyendo la Sierra Tarahumara y comunidades
vulnerables de Camargo. En estos lugares, nuestros
167
estudiantes no solo brindan atención; construyen
comunidad.
Formamos Transformadores, No Espectadores
El Mtro. Ricardo Aguirre, quien ha acompañado
misiones en distintas comunidades, lo resume así:
“Los jóvenes van a dar, pero regresan
recibiendo más. La experiencia en las
misiones es un espejo que les devuelve una
versión más consciente de sí mismos.”
El Espíritu Lasallista en Acción
En La Salle, no formamos profesionales para que
vivan aislados en torres de marfil. Formamos
agentes de cambio, capaces de transformar la
realidad desde dentro, con competencia técnica,
sensibilidad humana y compromiso ético. Porque
en cada servicio, en cada misión, la fe se vuelve
obra, la esperanza se vuelve acción y el
conocimiento se convierte en justicia.
168
Logros Estudiantiles
Las Tablas que Educaron
El teatro llegó a la Universidad La Salle Chihuahua
para quedarse. El evento Crescendo, concebido
originalmente por la alumna Diana Estrella
Medina, fue el punto de partida de una tradición
artística vibrante que marcaría la historia cultural
de la institución. Tiempo después, la Mtra. Karla
Sierra, como Coordinadora de Extensión
Universitaria, retomó y dio continuidad a esta
visión, consolidando Crescendo como un espacio
formal de expresión artística estudiantil. Su labor
sentó los cimientos sobre los cuales se ha
construido una auténtica cultura teatral y artística
dentro del campus. Paralelamente, la Mtra.
Lourdes Caraveo, docente de Derecho, enriquecía
la vida cultural universitaria con las memorables
representaciones del Juicio a Jesús, que conmovían
a la comunidad cada Semana Santa. Además, la
maestra, impulsó exposiciones de pintura y
fotografía, abriendo espacios para que el talento
visual de nuestros estudiantes encontrara un
escenario digno donde florecer.
Diana Estrella Medina, alumna de la primera
generación y creadora de Crescendo: "Siendo parte
de la primera generación, sentía que la ULSA
merecía algo aún más grande, algo que celebrara su
169
espíritu con fuerza y emoción. Siempre me ha gustado
cantar, y soñaba con iniciar un evento que quedara
en la memoria de todos. Así nació Crescendo, del
deseo profundo de dejar huella, de reunir a los
alumnos con talento y fortalecer nuestra unión como
comunidad. Conté con el apoyo del Hermano José
Cervantes, quien creyó en la idea y me impulsó a
hacerla realidad. Desde las audiciones, la
producción, los ensayos, hasta el montaje final, supe
que esto viviría en los corazones de quienes formaran
parte de él. Qué orgullo pertenecer a esta escuela… y
saber que dejamos un legado que seguirá cantando en
otras generaciones."
Tiempo después la Mtra. Mónica Villarreal
Stoopen tomó las riendas, expandiendo la visión
con programas como "ImpulsArte" y continuó
"Casa Abierta". Estos eventos sembraron las
semillas de lo que hoy florece en nuestra
universidad: espacios donde el arte no solo se
presenta, sino que se vive como experiencia
formativa integral.
Mtra. Karla Sierra: egresada y voz viva del espíritu
lasallista. “‘Crescendo’ nació del entusiasmo de los
primeros alumnos que daban vida a las clases de
canto, impulsados por el amor al arte y el deseo de
crear algo que perdurara. Fue la exalumna Diana
Estrella Medina quien, inspirada y respaldada por el
Rector, Dr. José Cervantes, propuso el nombre que
170
simboliza crecimiento, armonía y vocación. Diana
fue su autora; yo tuve el honor de continuar ese
legado como Coordinadora de Extensión
Universitaria durante varios años. Aunque el tiempo
pasa, cada vez que regreso al campus, me llena de
alegría ver cómo todo en la ULSA sigue creciendo...
como su nombre lo soñaba.”
Posteriormente, el Mtro. Ever Martínez Decanini
asumió la coordinación, y fue durante su gestión
cuando se concretó la primera obra de gran
producción: "La Tiendita de los Horrores". Este
musical marcó un hito definitivo en la vida cultural
de nuestra universidad. No era solo
entretenimiento; era pedagogía en movimiento,
formación integral hecha espectáculo.
"Fue la integración de varias disciplinas artísticas que
nos permitieron mostrar el gran talento de nuestros
alumnos", recuerda el Mtro. Martínez Decanini.
"No solo actuación, sino música, danza, diseño,
iluminación... cada elemento sumaba para crear algo
más grande que la suma de sus partes. Era La Salle
haciendo arte, pero arte con propósito formativo."
"Recuerdo los nervios de esa primera noche",
comparte uno de los actores pioneros. "El auditorio
lleno, las luces, el silencio expectante. Pero cuando
comenzamos, algo mágico sucedió. No éramos
solo estudiantes actuando; éramos una comunidad
171
contando su historia, explorando temas profundos
a través del arte escénico."
La producción requirió meses de preparación,
uniendo a estudiantes de diferentes carreras:
ingenieros diseñando escenografía, comunicólogos
en la promoción, administradores gestionando
recursos, psicólogos asesorando en la construcción
de personajes. Fue, en esencia, un proyecto
lasallista: interdisciplinario, colaborativo,
transformador.
Hoy, bajo la coordinación del Lic. Julio Acosta,
Crescendo continúa evolucionando. La reciente
presentación de EVO Music demostró que la
tradición no solo se mantiene viva, sino que se
reinventa constantemente, adaptándose a nuevas
expresiones artísticas mientras mantiene su esencia
formativa.
Y desde entonces, el teatro universitario ha
florecido, consolidándose Crescendo como
plataforma permanente de expresión artística. Pero
aquella primera función de "La Tiendita de los
Horrores" permanece en la memoria como el
momento fundacional cuando descubrimos que las
tablas también pueden ser aulas, que el arte
dramático también es herramienta de formación
integral.
172
Excelencia que Trasciende las Aulas
La formación integral lasallista no solo se refleja en
el servicio comunitario; también florece en logros
extraordinarios que llevan el nombre de nuestra
universidad a los más altos podios. Cada triunfo
estudiantil es testimonio de que la excelencia
académica y la formación en valores pueden y
deben caminar juntas.
El deporte lasallista en Chihuahua ha construido
una tradición de excelencia que trasciende
nuestros muros. Año tras año, nuestros estudiantes
participan con orgullo en los Juegos Lasallistas,
donde compiten con sus hermanos de toda la
República. En estos encuentros fraternos, pero
competitivos, hemos cosechado medallas en
diversas disciplinas: basquetbol, tenis, atletismo,
fútbol... cada presea es testimonio del espíritu
deportivo que cultivamos, donde el esfuerzo y los
valores caminan de la mano.
Primera Medalla CONDDE
Un momento histórico llegó cuando la primera
medalla en el Consejo Nacional del Deporte de la
Educación (CONDDE) para la Universidad La
Salle Chihuahua fue conquistada en la disciplina de
esgrima. La elección de este deporte no era
casualidad: la esgrima tiene profundas raíces en
173
Francia, país natal de San Juan Bautista De La
Salle. Francia tuvo un papel crucial en la evolución
y codificación de la esgrima como deporte durante
los siglos XVII y XVIII, precisamente la época en
que vivió nuestro fundador. Aunque no hay
evidencia histórica de que el santo practicara este
deporte, es significativo que en la película sobre su
vida se incluyó una escena de él practicando
esgrima, precisamente como símbolo de esta
relación con la cultura francesa de su tiempo. Esta
licencia cinematográfica refuerza la conexión
simbólica que hace aún más especial este primer
triunfo deportivo. No era solo metal lo que colgaba
del cuello del atleta; era la confirmación de que
nuestros estudiantes pueden competir y ganar en
cualquier arena, y era un hilo invisible que
conectaba pasado y presente, la Francia del siglo
XVII con el Chihuahua del siglo XXI, fundador y
herederos.
"Cuando subí al podio con mi uniforme de La Salle",
recuerda Eduardo Barraza Treviño, el estudiante
que logró este hito, "sentí que estaba cumpliendo un
sueño por el que había luchado durante años. No solo
representaba a mi universidad; llevaba conmigo cada
esfuerzo, cada obstáculo superado, y los valores,
respeto y perseverancia que me enseñó mi familia. En
la esgrima, como en la vida lasallista, no se trata solo
de atacar; se trata de saber cuándo defender, cuándo
esperar, cuándo actuar con precisión y honor.
174
Agradezco profundamente al Hermano Guillermo, a
mi familia y a quienes siempre creyeron en mí"
Su triunfo abrió camino. Otros medallistas
CONDDE continuaron, escribiendo con sudor y
dedicación nuevas páginas de gloria deportiva.
Nombres de medallistas CONDDE
• Fátima Daniela Núñez Chagoya - Tenis
modalidad Singles (2025)
• Juan Pablo Silva Piñón - Tiro con arco
compuesto (2025)
• Aiko Coballasy Lardizabal - Tenis modalidad
Singles (2025)
• Andrea Madrid Lozano - 400 mts con vallas
(2025)
• Atalía Gómez Rodríguez - Salto de altura (2025)
• Paulina García Sáenz - 1500 mts planos (2025)
• Arturo Gómez Rodríguez - Salto de altura (2025)
• Emilio Fernández Porras - Tenis Varonil (2024)
• Rodrigo Ruiz San Feliz - Tenis Varonil (2024)
• Javier Rojas Arias - Tenis de Mesa (2021)
• Carlos Alfonso Rojas Arias - Tenis de Mesa
(2021)
• Leonardo García Millán - Tenis de Mesa (2021)
• Eduardo Barraza Treviño – Esgrima (2021)
Cada logro representa más que un triunfo, es una
historia de lucha, pasión y valores lasallistas. De
aquellos triunfos nacionales, el legado deportivo de
175
La Salle Chihuahua trascendió fronteras y dio el
salto al escenario internacional.
Participantes en la Universiada Mundial Rhine-
Ruhr 2025 (Alemania):
• Fátima Daniela Núñez Chagoya - Tenis
modalidad Singles (2025)
• Aiko Coballasy Lardizabal – Tenis (2025)
• Juan Pablo Silva Piñón – Tiro con arco
compuesto (2025)
Y a los que nunca se rinden… este espacio también
es para ustedes.
Para quienes corren, nadan, boxean, lanzan,
esquivan, giran o se levantan con más fuerza cada
día.
Para los cientos de estudiantes que han
representado a La Salle en los Juegos Lasallistas.
Para quienes entrenan con pasión en clubes y
torneos externos.
Para quienes practican levantamiento de pesas,
artes marciales, voleibol, ciclismo o incluso rodeo.
Aunque sus nombres no aparezcan por cuestión de
espacio, su esfuerzo no pasa desapercibido.
176
Este homenaje es también suyo.
Porque en La Salle sabemos que el verdadero podio
se encuentra en la disciplina diaria, en la
perseverancia silenciosa y en el compromiso con
sus sueños, sus valores y su formación integral.
La Excelencia como Cultura
Estos logros —deportivos, artísticos, culturales— no
son casualidades aisladas. Son fruto de una cultura
institucional que ve en cada estudiante un universo
de posibilidades. Que no se conforma con formar
profesionistas competentes, sino que busca
despertar talentos, pulir diamantes, liberar
potenciales. Por cada medallista que sube al podio,
hay entrenadores que creyeron, compañeros que
apoyaron, familias que sostuvieron. Por cada
mural que transforma un espacio, hay maestros
que inspiraron, comunidades que confiaron. Por
cada obra que emociona, hay un ecosistema
lasallista que nutre, que permite, que celebra.
Estos logros nos recuerdan que la excelencia
lasallista no es unidimensional. No formamos solo
cerebros brillantes o cuerpos atléticos o
sensibilidades artísticas. Formamos personas
integrales que armonizan, mente, cuerpo y
espíritu, logrando una expresión plena. Y hacen
177
posible que un esgrimista sea poeta, un muralista
sea filósofo y un actor sea ingeniero.
Porque al final, esa es la magia de la educación
lasallista: no te encasilla, te libera. No te limita, te
potencia. No te dice quién debes ser, te ayuda a
descubrir quién eres llamado a ser.
Investigación con Impacto Social
Ciencia con Conciencia
En la Universidad La Salle Chihuahua, la
investigación no es un fin en sí misma ni una
carrera por acumular publicaciones indexadas o
pertenencias al Sistema Nacional de
Investigadores. Nuestra misión va más allá:
buscamos transformar nuestra realidad local con
soluciones aplicadas, inmediatas y profundamente
humanas. Es ciencia con conciencia social. Esta
visión no surgió de la nada. Comenzó con la Mtra.
Beatriz Montoya, quien sentó las bases de una
investigación comprometida con el bien común.
Hoy, ese legado continúa fortalecido bajo la
coordinación del Dr. René Moreno Parra, quien ha
impulsado un enfoque aún más transversal,
conectando saberes y disciplinas en torno a
problemas reales.
178
Mtra. Beatriz Montoya, excolaboradora en
investigación: "La Salle me ha dado tantas
bendiciones que me es muy difícil hablar de una en
particular. Por eso me voy a enfocar en uno de los
compromisos que esta universidad me hizo abrazar
con el corazón. La enseñanza.
Y más que haber podido enseñar a los jóvenes algún
conocimiento, tuve el privilegio de verlos
transformarse en mejores estudiantes y en seres
humanos maravillosos.
Donde quiera que estén mis queridos alumnos, que
Dios los acompañe siempre. Y a la universidad,
gracias por haberme dado la oportunidad de formar
parte de su claustro."
Nuestros eventos de investigación —la publicación
de libros, los encuentros de investigación y las
redes de colaboración, la revista de investigación—
no son vitrinas de egos, sino espacios de encuentro
para el pensamiento crítico y la acción
transformadora.
Dr. René Moreno, actual coordinador de
investigación: "El verdadero legado de la vocación es
sembrar transformación, que trascienda las aulas y se
construya junto a la comunidad. La investigación,
cuando nace del corazón lasallista, no solo busca
respuestas: nos invita a mirar con valentía nuestra
realidad y a repensarla con esperanza. Ahí, en ese
compromiso reflexivo y humano, está la raíz de
nuestra identidad."
179
Programa Universitario Indígena
En la Universidad La Salle Chihuahua, el
Programa Universitario Indígena representa
mucho más que una estrategia institucional: es un
acto de justicia histórica, una respuesta consciente
al llamado de inclusión que nuestra sociedad exige.
Implementado en colaboración otras instituciones,
el programa ofrece incentivos económicos,
acompañamiento académico y recursos integrales
a estudiantes indígenas de nivel técnico y superior.
Su propósito no se limita al acceso a la educación,
sino que busca verdaderamente transformar vidas,
fortalecer identidades y abrir caminos hacia una
participación laboral plena y digna.
Desde su nacimiento, este programa ha tocado
corazones y ha sembrado raíces profundas en la
comunidad lasallista. Así lo expresa la Mtra.
Mónica Villarreal Stoopen, una de sus voces
fundadoras y defensoras más comprometidas:
“El origen del Programa Universitario Indígena
marca para mí una guía que trasciende el tiempo y el
espacio. Es una llama que me llena de orgullo y
profunda satisfacción, porque me permite tender un
puente donde antes solo había distancia. Acercarles
los estudios universitarios a jóvenes indígenas es más
que brindarles una oportunidad académica; es
180
sembrar esperanza, devolver dignidad y reconocer la
riqueza de sus saberes ancestrales como parte viva de
nuestro futuro.”
Con este espíritu, el programa no solo educa:
dignifica, empodera y transforma, integrando a los
estudiantes indígenas como actores clave en la
construcción de un México más equitativo, plural
y profundamente humano.
Tradiciones que Construyen
Identidad
Nuestras tradiciones no son rituales vacíos
repetidos por inercia; son pedagogía en acción,
símbolos que enseñan, rituales que transforman.
Chevron de la Rotonda
Cada mañana, cientos de estudiantes transitan por
la rotonda de la entrada en caseta 1, donde el
chevron lasallista está incrustado en el piso.
Más que un detalle visual, es una puerta simbólica,
pasar a lado de él es entrar a una comunidad con
historia, propósito y misión.
181
Una tradición no escrita que recuerda:
“No estás solo. Caminas sobre huellas de quienes
también soñaron aquí.”
San Juan Bautista de La Salle: Presencia Viva
Frente al campus, la estatua del Fundador se alza
como guardián espiritual. No impone, acompaña.
“Cada vez que la veo, me recuerda que educar no
es solo enseñar, es creer en la dignidad de cada
persona”, mencionó un maestro.
Símbolos en la Arquitectura
La universidad ha sido construida con intención,
no solo con concreto:
Torre de la Comunidad: Más que un edificio, la
torre representa la vocación de unidad que inspira
a la Universidad La Salle Chihuahua. Su diseño
encierra el sentido de dirección y convergencia,
distintos caminos que se encuentran en un mismo
ideal. Su construcción fue posible gracias a la
colaboración interinstitucional, incluyendo el
respaldo del gobierno federal de la época,
canalizado a través de iniciativas sociales y
educativas. Este esfuerzo fue acompañado por la
gestión comprometida de la entonces primera
182
dama, Margarita Zavala Gómez del Campo, quien
entendió el valor transformador de este proyecto
educativo.
La torre se eleva hoy como un símbolo tangible del
trabajo conjunto por el bien común, sin
protagonismos ni banderas, recordándonos que el
verdadero progreso nace de la colaboración
generosa y del compromiso con la comunidad.
El cubo con chevrones en la Torre de Comunidad.
El mural de los fundadores en la Biblioteca: un
homenaje visual al origen.
Reims y Ruan, la biblioteca Reims y los
laboratorios de cómputo Ruan no llevan esos
nombres por casualidad. Ambos evocan lugares
fundamentales en la vida de San Juan Bautista de
La Salle: Reims, su ciudad natal, donde inició su
camino en la educación; y Ruan, donde pasó sus
años de formación y ordenación sacerdotal. Dar
estos nombres a nuestros espacios es una forma de
mantener viva su memoria, y de recordar que cada
libro abierto y cada descubrimiento digital
continúan el legado de un hombre que dedicó su
vida a transformar el mundo a través del
conocimiento.
183
En el pórtico, un muro de piedra graba los tres
valores que nos definen,
Fe, Fraternidad y Servicio.
Volando a Roma, símbolo del comienzo y del
compromiso con la excelencia.
Los Pingüinos, símbolo de la familia unida.
El Perro Chihuahua, símbolo del estado de
Chihuahua.
Trascendencia, la estructura giratoria, que
simboliza el movimiento.
Parmenia, a un costado del pórtico principal, una
gran escalinata se extiende como un eco de los
pasos de San Juan Bautista de La Salle. La hemos
llamado Parmenia, en honor al lugar que fue
refugio y espacio de discernimiento para el
Fundador.
La Primera Piedra localizada a la derecha del
pórtico, nuestro símbolo de pertenencia a una
tradición católica.
Y ahora, el más reciente: la celosía del gimnasio,
con el logo de La Salle en grande, para que todos —
184
estudiantes, visitantes, generaciones futuras— vean
desde lejos que aquí se vive una misión.
Tradiciones que Hablan
El Toque de Campana al Graduarse
No es solo celebración. Es compromiso sonoro,
promesa pública. “El sonido de esa campana dice:
‘He recibido mucho; ahora me toca dar’”.
La Semana de la Identidad Lasallista
No es solo una agenda de eventos. Es una
renovación de propósito. “Entras cansado, sales
recargado de sentido.”
La Identidad Está en Cada Espacio
La Salle Chihuahua no se vive solo en el aula, se
respira en los pasillos, se graba en piedra, se
pronuncia en el saludo fraterno, y se construye
cada día con símbolos que no son ornamento, sino
alma arquitectónica de nuestra misión.
185
186
CAPÍTULO 5
Soñar Juntos el Futuro: Los
Próximos 25 Años Comienzan Hoy
"Los próximos 25 años ya comenzaron... y se
escribirán con los pasos de quienes hoy apenas
abren sus libros."
El futuro no se predice; se construye. Y en la
Universidad La Salle Chihuahua, ese futuro se está
forjando en cada clase que comienza, en cada
proyecto que nace, en cada sueño que se comparte.
No somos futurólogos, pero sí somos arquitectos
de mañanas posibles, ingenieros de esperanzas
realizables, diseñadores de horizontes alcanzables.
El Estudiante del Mañana, el
Lasallista de Siempre
La Generación que Viene
En 2050, cuando celebremos nuestro medio siglo,
el campus estará lleno de estudiantes que hoy ni
siquiera han nacido. Llegarán con mochilas
probablemente digitales y en aulas con realidad
187
aumentada, con acceso prácticamente instantáneo
al conocimiento humano gracias a la inteligencia
artificial. Pero llegarán también con las mismas
preguntas eternas que han traído todas las
generaciones: ¿Quién soy? ¿Para qué vivo? ¿Cómo
puedo servir? El estudiante de 2050 será nativo de
realidades múltiples —física, real o virtual, —Pero
seguirá necesitando lo que la tecnología no puede
dar: sentido de pertenencia, propósito
trascendente, comunidad real. Eso es lo que La
Salle seguirá ofreciendo, un hogar donde la
tecnología sirve a la humanidad y no al contrario.
Aprendizaje Perpetuo
El concepto de "carrera de cuatro años"
probablemente será obsoleto. Los profesionistas
del futuro serán aprendices perpetuos,
renovándose constantemente. La Salle ya se
prepara:
Universidad para Toda la Vida: un modelo donde
los egresados regresan regularmente para
actualizarse, reinventarse, evolucionar. El título no
será punto final, sino coma, será pasaporte para un
viaje de aprendizaje que durará toda la vida
profesional. Las micro credenciales serán
necesarias, igual que los títulos, los estudiantes
construirán perfiles profesionales únicos,
188
combinando microespecializaciones, como
formación principal. Probablemente, las
combinaciones serán infinitas como las
necesidades del mundo.
Existirán las mentorías intergeneracionales, es
decir, estudiantes de 20 años aprendiendo de
profesionistas de 70. Ejecutivos de 50 tomando
clases con recién graduados. "La sabiduría no tiene
edad", y en el futuro, la experiencia y la innovación
deberán danzar juntas.
Campus del Futuro: Espacios que
Inspiran
Arquitectura que Educa
Desde su fundación en el año 2000, el campus de la
Universidad La Salle Chihuahua fue una propuesta
innovadora: su diseño arquitectónico no solo
respondió a necesidades funcionales, sino que
expresó desde sus cimientos una visión educativa
centrada en la formación integral, el simbolismo y
la comunidad. Fue pensado como un espacio que
inspirara a aprender, convivir y transformar.
El campus de 2050 será la evolución natural de ese
sueño: un organismo vivo que respira, aprende y se
189
adapta. Los edificios no serán solo contenedores;
serán maestros silenciosos. Un espacio central
diseñado para colisiones creativas, donde el
estudiante de arte tropieza con el de ingeniería y
nace una colaboración inesperada. Bancas que
cambian de configuración según las necesidades,
pantallas interactivas donde cualquiera puede
compartir una idea, fuentes danzantes que
responden a la actividad creativa del campus.
Espacios donde la realidad virtual transporta a
estudiantes a cualquier época o lugar: clases de
historia en la Roma antigua, simulaciones de
juicios en cortes internacionales. La experiencia
será el nuevo libro de texto.
Sustentabilidad
El campus será libre de huella de carbono. No
dañará: sanará activamente el ambiente. Cada
edificio nuevo incluirá un bosque que capture más
CO₂ del que el edificio produce. “Seremos pulmón
de la ciudad.” Cero residuos. Todo se reutiliza, se
composta o se transforma. Los estudiantes no solo
estudiarán sustentabilidad; la vivirán cada día.
Investigadores trabajarán en espacios que capturen
y transformen la energía.
"Suena a ciencia ficción", pero en 25 años podría ser
realidad. Imaginen un campus que literalmente
190
produce su propia energía, que respira con la tierra
y brilla con el sol.
Pedagogía Transformadora:
Aprender para Transformar
Más Allá del Aula
La educación del futuro romperá definitivamente
las paredes del aula:
Proyectos reales desde el día uno, aprender
haciendo, llevado al extremo. Nada de esperar al
último semestre para aplicar conocimientos. Desde
primer ingreso, estudiantes trabajarán en desafíos
reales con impacto inmediato. Cada carrera tendrá
su empresa real operando. Los estudiantes de
administración manejarán negocios verdaderos.
Los de derecho, un despacho funcional. Períodos
donde estudiantes pausan clases para sumergirse
en experiencias transformadoras. Seis meses en
una ONG en África, un año desarrollando
tecnología en Silicon Valley, un semestre viviendo
con comunidades indígenas.
191
Evaluación Humanizada
Adiós a los exámenes que miden memoria.
Bienvenida la evaluación que mide impacto:
En lugar de calificaciones numéricas, estudiantes
construirán portafolios que documenten problemas
resueltos, vidas tocadas, innovaciones creadas. La
'calificación' será el testimonio de a quién ayudaste.
No solo el profesor evalúa, también compañeros,
beneficiarios de proyectos o la comunidad. La
educación es para servir a la sociedad, entonces
que la sociedad opine sobre nuestro trabajo.
Premios para el fracaso más instructivo.
Reconocimientos para quien se atrevió y no lo
logró, pero aprendió en el intento. También para
quien, con constancia y visión, alcanzó la meta con
excelencia. En el futuro, celebraremos tanto el
fracaso audaz que deja huella, como el acierto
silencioso que inspira. Porque lo que importa no es
solo el resultado, sino el valor de intentarlo con
autenticidad y dar lo mejor de uno mismo.
Lic. Miguel Guerrero Baca: Subdirector de
Preparatoria La Salle Camargo en el periodo 2022–
2024. "Durante esos años viví profundamente el
carisma lasallista. Tuvimos la oportunidad de
responder a una necesidad real: llevar educación a las
familias de jornaleros que no tenían acceso a ella.
Junto con la empresa Agroproductos Zúbia,
192
desarrollamos un aula móvil, un proyecto social que
nació del compromiso y la esperanza. La Salle me
enseñó que la educación no espera en el aula: va al
encuentro de quienes más la necesitan."
Investigación que Cambia el Mundo
Centros de Futuro
La Universidad La Salle Chihuahua albergará
centros de investigación que abordarán los desafíos
más apremiantes:
Investigación puntera sobre cómo las comunidades
pueden prosperar en condiciones extremas. Con el
cambio climático convirtiendo más regiones en
desiertos, nuestro conocimiento será vital.
"Chihuahua será laboratorio mundial de adaptación
climática". Con la inteligencia artificial tomando
más decisiones sobre vidas humanas, necesitamos
asegurar que sea justa. Estudiantes de derecho,
filosofía y sistemas colaborarán para crear
algoritmos éticos. "El código del futuro necesita
alma". Se tendrán que explorar los modelos
económicos para que trasciendan el capitalismo
extractivo. La economía circular del bien común,
del decrecimiento. "Si el modelo actual nos está
llevando al colapso", ¿por qué no imaginar
alternativas?
193
La investigación del futuro, será con y para la
comunidad. Espacios donde investigadores,
profesionales y ciudadanos colaboran. Una señora
de la colonia que conoce plantas medicinales
ancestrales trabajando con biotecnólogos. Un
mecánico empírico colaborando con ingenieros.
"El conocimiento está en todas partes", trabajando en
conjunto, la academia y la sabiduría popular.
Llevar la investigación a plazas, mercados,
colonias. Que la gente vea, toque, experimente. "La
ciencia encerrada en papel que nadie lee de nada
sirve", la ciencia viva es la que transforma
realidades.
Comunidad Global, Corazón Local
Red Lasallista
En 2050, un estudiante en Chihuahua podrá tomar
clases simultáneas con compañeros en París,
Manila y Bogotá. La red lasallista mundial será
como un sistema nervioso, educativo:
interconectado, sensible y vivo. Las
videoconferencias no solo enlazarán pantallas, sino
corazones; sentirás que tu compañero de Italia está
sentado justo a tu lado. La fraternidad lasallista no
conocerá fronteras físicas. Estudiantes de todos los
continentes colaborarán en soluciones aplicables
localmente: el diseño de un sistema de agua podrá
surgir del diálogo entre jóvenes de México, Kenia y
194
Filipinas, cada uno aportando su contexto, su
realidad y su esperanza. Profesores rotarán por el
mundo —de manera presencial o virtual—
enseñando desde donde la vida ocurre: una clase de
derechos humanos desde un campo de refugiados,
o de biología marina desde un arrecife de coral.
Este futuro ya ha comenzado. El Modelo COIL de
la Red La Salle México que está transformando la
forma de enseñar e internacionalizar sin salir del
aula. En la Universidad La Salle Chihuahua hemos
colaborado activamente, y puedo decirlo en carne
propia: ya tuve la oportunidad de impartir clases a
un grupo en Colombia. Fue una experiencia
profundamente enriquecedora, no solo por el
intercambio académico, sino porque conocí a la
maestra y a sus estudiantes, y con ellos, una nueva
manera de enseñar desde la cercanía digital. Con
más de 1,400 profesores capacitados y más de
30,000 estudiantes beneficiados, el Modelo COIL
fortalece los lazos fraternos desde el corazón de la
academia. Es una oportunidad única para construir
comunidad global desde lo local, y anticipar hoy el
mundo que soñamos para mañana.
Chihuahua al Mundo
Pero mientras nos conectamos globalmente,
profundizamos localmente. Extensiones de La
Salle en cada colonia vulnerable. No esperamos
195
que vengan; vamos a donde están. "Cada barrio
tendrá su rincón lasallista". Cada generación
adoptará una comunidad durante sus cuatro años.
No visitas esporádicas sino compromiso sostenido.
Nuestra experiencia en desierto, migración,
industria nos convierte en laboratorio único.
Maestro Ricardo Aguirre, Coordinado de
Formación: "Actualmente, estamos impactando la
vida de muchos niños en el asentamiento del Cerro de
la Cruz. No solo llevamos la palabra de Dios,
también compartimos tiempo, trabajo y esperanza.
Estamos con ellos, aprendemos juntos, y confirmamos
cada día que servir transforma tanto al que da como
al que recibe."
Formación Integral para un Mundo
Complejo
Competencias para la Incertidumbre
El mundo de 2050 será radicalmente distinto. Las
profesiones cambiarán, pero algunas competencias
serán eternas. Entender que todo afecta a todo.
Partiremos de una creatividad disciplinada, no una
creatividad caótica, sino innovación con método.
El futuro premiará a quienes sepan soñar con los
pies en la tierra. Otra competencia será la
resiliencia, no solo resistir golpes de la vida, sino
196
fortalecerse y aprender de ellos. Porque en la
actualidad no solo formamos estudiantes que
sobreviven crisis, sino que las aprovechan para
crecer. Y será clave la fraternidad para una
colaboración radical, es decir, trabajar con quienes
piensan distinto, porque el futuro no será de lobos
solitarios, sino de manadas diversas, como lo dice
La Salle, lo Unido Permanece.
Humanismo Tecnológico
En un mundo hipertecnológico, lo humano será el
diferencial. Filosofía, comunicación, pedagogía,
parte del tronco común, toda carrera incluirá
filosofía profunda. Porque “Un ingeniero sin
filosofía es peligroso", puede crear sin preguntarse
si se debe. También arte para todos, cada
estudiante explorará alguna expresión artística. "El
arte nos recuerda que somos más que algoritmos".
Espiritualidad para el Siglo XXI
Lo Sagrado
La espiritualidad lasallista del futuro será
promotora de interioridad y de sentido. En medio
de un mundo atravesado por la inteligencia
artificial, la hiperconectividad y las
transformaciones culturales vertiginosas, lo
197
sagrado no desaparecerá; se reconfigurará sin
perder su raíz. Lejos de diluirse, la espiritualidad
cristiana seguirá siendo el corazón del desarrollo
humano, porque ofrece lo que ninguna tecnología
puede otorgar: sentido, dignidad, comunidad y
trascendencia. Para el 2050, la escuela lasallista no
solo formará competencias, sino que será un
santuario de interioridad en un mundo
fragmentado, una brújula ética en una sociedad
confundida. La fe seguirá siendo fuente de
inspiración; la fraternidad, el lenguaje de la
esperanza, y el servicio, el acto revolucionario que
humaniza. Aun cuando cambien los métodos y los
entornos, el núcleo seguirá intacto: educar desde la
fe para liberar al ser humano en su totalidad. En
un mundo de cambios vertiginosos, la ética será el
ancla. Estudiantes deliberando sobre dilemas reales
de sus carreras. "Queremos que practiquen la
reflexión ética antes de que sus decisiones afecten
vidas".
El Sueño Compartido
Voces del Mañana
Les preguntamos a estudiantes actuales cómo
sueñan su universidad en 25 años:
Xochilth Carrillo, 4to semestre de Fisioterapia.
198
“Sueño con espacios de rehabilitación cada vez más
humanos e innovadores, donde la tecnología y el
cuidado se encuentren al servicio de quienes más lo
necesitan. Imagino laboratorios llenos de vida, con
materiales en constante uso y prácticas dinámicas que
despierten la creatividad y afiancen las habilidades
terapéuticas desde el primer día. Veo un entorno en el
que acudir a terapia sea sencillo, natural y accesible,
y donde el aprendizaje se construya con el cuerpo, el
corazón y la mente en movimiento, siempre al servicio
del otro”.
Darío Téllez, 4º semestre de Idiomas y Relaciones
Públicas:
"Aunque en el futuro existan traductores
automáticos sumamente avanzados, siempre
hará falta alguien que construya, alimente y
refine las bases de datos que los hacen posibles.
La esencia humana seguirá estando detrás de
cada palabra bien traducida."
Jesús Emiliano Barraza, 2º semestre de
Mecatrónica: "A pesar del avance de la tecnología en
el 2050, la verdadera diferencia estará en la
capacidad de los estudiantes para vivir los valores
que aprenden, cuestionar con profundidad y, sobre
todo, crear. Las herramientas cambiarán, pero el
199
pensamiento crítico seguirá siendo la pieza
fundamental que da sentido a todo lo demás."
La Promesa Renovada
En 2050, cuando celebremos medio siglo, la
promesa lasallista seguirá viva pero transformada.
No seremos la misma universidad —seremos mejor.
Habremos aprendido, crecido, evolucionado. Pero
la esencia permanecerá:
• Educación como liberación, no como
privilegio
• Conocimiento como servicio, no como
poder
• Éxito medido en vidas transformadas, no
solo en parámetros cuantitativos
• Fe vivida en obras, no proclamada en
discursos
• Fraternidad real, no retórica vacía
• Futuro construido juntos, no esperado
pasivamente
Los próximos 25 años se educará para los días que
se necesiten héroes cotidianos, santos con bata de
laboratorio, profetas con calculadora, místicos con
laptop. Se educará para que cada estudiante sea
una antorcha encendida en su pedazo de
oscuridad, llevando luz donde más se necesite.
200
El Futuro Comienza Hoy
Y mientras soñamos con domos de inmersión y
laboratorios ciudadanos, no olvidamos que el
futuro no está en 2050. Está en la clase que
comienza hoy en cinco minutos. En el estudiante
que hoy duda si puede continuar. En el proyecto
que parece imposible. En la mano tendida ahora.
Porque los grandes futuros se construyen con
pequeños presentes. Y cada día en la Universidad
La Salle Chihuahua es una semilla del bosque que
seremos.
El futuro no se espera. Se construye.
Y se construye juntos.
Hoy.
Aquí.
Ahora.
201
202
EPÍLOGO
Permanecemos Unidos: El Corazón
que Late Eternamente
Los finales son siempre nuevos comienzos
disfrazados.
Al cerrar este libro, al terminar de recorrer estos
veinticinco años de historia, una certeza nos
abraza: no estamos escribiendo un final, sino un
punto y seguido en un sueño que comenzó hace
más de dos siglos y que continuará mientras haya
corazones dispuestos a ser tocados por la
educación.
Lo que Hemos Aprendido
Veinticinco años nos han enseñado que las
universidades no se construyen con ladrillos y
acero, sino con sueños compartidos y voluntades
comprometidas. Que la excelencia académica sin
formación humana es vacía, pero que la formación
humana sin rigor académico es ingenua. Que
educar es mucho más que transmitir
conocimientos: es encender llamas, abrir
horizontes, liberar potenciales. Hemos aprendido
203
que ser lasallista no es portar un uniforme o
conocer una historia; es llevar grabado en el alma
la convicción de que cada persona es sagrada, cada
estudiante es un universo por descubrir, cada día es
una oportunidad de tocar un corazón. En estos
años hemos confirmado que la semilla plantada
por San Juan Bautista De La Salle en la Francia del
siglo XVII puede florecer en cualquier suelo, bajo
cualquier cielo, en cualquier época, siempre que
encuentre corazones dispuestos a regarla con amor
educativo.
Las Voces que Resuenan
Si este libro pudiera hablar con una sola voz, sería
la de cada persona que ha formado parte de esta
historia: el Hermano José Cervantes soñando con
ojos de fe mientras caminaba entre las piedras del
terreno original; los 159 pioneros del primer día,
nerviosos, pero valientes; los maestros que llegaron
sin saber que encontrarían más que un trabajo, una
vocación; los estudiantes que entraron buscando
un título y descubrieron una misión. Sería la voz
de Emiliano, el exaulumno que se convirtió en
servidor público; de la Doctora, que encontró en
La Salle no solo un empleo sino el sentido de su
vida; del misionero que descubrió a Dios en una
Vigilia Pascual en La Boquilla; de cada egresado
que lleva el corazón lasallista a los rincones donde
sirve. Es la voz coral de una comunidad que
204
aprendió que educar es el acto de amor más
transformador que existe.
A lo largo de estas páginas hemos tejido hilos
invisibles que conectan pasado y futuro, Francia y
Chihuahua, el siglo XVII y el XXI. Hemos visto
cómo el carisma de un santo francés se encarnó en
la realidad del norte de México, cómo los valores
eternos encontraron expresiones contemporáneas,
cómo la tradición se renovó sin traicionarse. Estos
hilos invisibles son los que sostienen nuestra
identidad. No son cadenas que atan al pasado, sino
raíces que nutren el crecimiento. Son la memoria
que nos orienta, la herencia que nos compromete,
el legado que debemos enriquecer para las
generaciones que vienen.
El Espejo del Alma
Este libro es también un espejo. En él se miran no
solo quienes aparecen mencionados por nombre,
sino todos los que han sido parte de esta historia.
Porque ser lasallista no requiere aparecer en
crónicas; requiere llevar el espíritu en el corazón.
Si eres estudiante y te reconociste en estos
testimonios; si eres maestro y viste reflejada tu
vocación en estas páginas; si eres colaborador y
sentiste que tu trabajo también construye historia;
si eres egresado y comprobaste que La Salle sigue
205
viviendo en ti; si eres padre de familia y
confirmaste que tu confianza está bien depositada,
entonces este libro también es tuyo. Porque la
historia lasallista no la escriben solo los
protagonistas visibles; la construimos todos, día a
día, con gestos pequeños y decisiones grandes, con
presencias fieles y silencios elocuentes.
Al terminar este recorrido, renovamos la promesa
que San Juan Bautista De La Salle hizo hace tres
siglos: seguir tocando corazones a través de la
educación. Pero no como repetición mecánica de
fórmulas antiguas, sino como reinvención creativa
de un carisma relevante. Prometemos seguir
siendo universidad para todos, especialmente para
quienes más lo necesitan. Seguir formando no solo
profesionales competentes, sino personas íntegras.
Seguir creyendo que la educación es el arma más
poderosa para transformar el mundo, pero solo si
esa arma se empuña con amor. Prometemos
seguir siendo familia antes que institución,
comunidad antes que empresa, hogar antes que
campus. Seguir viendo en cada estudiante no un
cliente sino un hermano, no un número sino un
nombre, no un problema, sino una promesa.
206
Los Sueños que Continúan
Los sueños que animaron a los fundadores siguen
vivos, pero han crecido. Ya no soñamos solo con
una universidad en Chihuahua; soñamos con una
red global de transformación educativa. Ya no
pensamos solo en formar profesionistas; pensamos
en formar líderes que cambien el mundo. Ya no
nos conformamos con tocar corazones; queremos
que estén llenos de amor por la justicia, la verdad,
la belleza. Soñamos con egresados que no solo
tengan empleo, sino que generen empleos dignos.
Con investigadores que no solo publiquen, sino
que resuelvan problemas reales. Con artistas que
no solo entretengan, sino que inspiren. Con líderes
que no solo den órdenes, sino que
sirvan. Soñamos con un mundo donde la
educación lasallista haya contribuido a construir
sociedades más justas, familias más unidas,
personas más plenas.
A Quienes Vienen
A los estudiantes que en este momento están
decidiendo dónde estudiar, les decimos: vengan.
Aquí encontrarán más de lo que buscan. Buscan
una carrera, encontrarán una vocación. Buscan
conocimientos, encontrarán sabiduría. Buscan un
título, encontrarán una identidad.
207
A los maestros que están considerando unirse a
nuestra misión, les aseguramos: aquí su vocación
será valorada, su talento potenciado, su entrega
reconocida. Aquí no serán empleados, sino
colaboradores en la obra más noble que existe:
formar personas.
A los padres de familia que confían en nosotros a
sus hijos, cuidaremos lo que más aman como si
fuera lo que más amamos. Los regresaremos
transformados, pero sin haber perdido la esencia
que ustedes les dieron.
A la sociedad chihuahuense que nos ha acogido y
sostenido, le renovamos el compromiso:
seguiremos devolviendo en servicio todo lo que
hemos recibido en confianza.
Indivisa Manent. Permanecemos unidos. No es solo
el lema de La Salle; es la realidad de una
comunidad que trasciende tiempo y espacio.
Unidos permanecemos el fundador del siglo XVII
con el estudiante del XXI. Unidos permanecemos
los pioneros del 2000 con los que llegarán en el
2050. Permanecemos unidos en la convicción de
que educar es sagrado. En la certeza de que cada
persona tiene dignidad infinita. En la esperanza de
que un mundo mejor es posible, si ponemos la
educación al servicio del bien común.
208
La Última Palabra
La última palabra de este libro no puede ser
nuestra. Debe ser de Él, quien inspiró todo: San
Juan Bautista De La Salle, que desde la eternidad
sigue susurrando a cada educador lasallista:
"Toca los corazones de los alumnos que te están
confiados." —Meditaciones para el Tiempo del
Retiro
Y debe ser también de Aquel en cuyo nombre todo
se hace:
"Viva Jesús en nuestros corazones. Por siempre."
Porque al final, cuando pasen los años y este libro
se torne amarillento, cuando cambien las
tecnologías y evolucionen las pedagogías, cuando
se renueven las generaciones y se transformen las
sociedades, lo que permanecerá será el amor. El
amor que mueve el mundo, el amor que
transforma vidas, el amor que hace de la educación
el ministerio más hermoso.
209
PENSAMIENTOS LUMINOSOS
Palabras de San Juan Bautista De La
Salle que Iluminan Nuestro Camino
A lo largo de estos 25 años, las palabras del Santo
Fundador han sido brújula y consuelo, exigencia y
esperanza. Estas son algunas de sus enseñanzas más
preciadas que continúan inspirando nuestra misión
educativa.
Sobre la Vocación Educativa
"Consideren que es Dios quien los ha llamado
a este ministerio, por lo tanto, es a Él a quien
deben rendir cuentas."
—Meditaciones para el Tiempo del Retiro
(MTR), 205,1
Esta frase resuena en cada aula de nuestra
universidad, recordándonos que enseñar no es solo
una profesión, sino una vocación sagrada.
"Toquen los corazones de los alumnos que les
están confiados."
—Meditaciones para el Tiempo del Retiro
(MTR), 196,3
210
Quizás la más conocida y amada de sus frases. En
La Salle Chihuahua, no educamos mentes;
transformamos corazones.
"El ejemplo causa mucha mayor impresión en
la mente y el corazón que las palabras."
—Meditaciones para los Domingos (MD), 99,2
Por eso nuestros maestros enseñan más con su
vida que con sus lecciones.
Sobre los Estudiantes
"Reconozcan a Jesús bajo los pobres harapos
de los niños que tienen que instruir."
—Carta 80, a un Hermano Director
En cada estudiante, sin importar su origen, vemos
un universo de posibilidades sagradas.
"Los niños y jóvenes son como plantas tiernas
que necesitan cuidados especiales."
—Guía de las Escuelas Cristianas, Prefacio
Esta metáfora botánica inspira nuestra pedagogía
del cuidado y el acompañamiento personalizado.
211
"Procuren conocer a cada uno de sus
alumnos, pues no se puede dirigir bien lo que
no se conoce."
—Colección de Varios Trataditos (CVT), 13,7
Por eso en La Salle no hay números de matrícula;
hay nombres, historias, sueños.
Sobre la Fe y la Educación
"La fe es la luz que debe guiar todos sus
pasos."
—Carta 19, al Hermano Roberto
Una luz que no ciega la razón, sino que la ilumina
y la eleva.
"Dios quiere que todos lleguen al
conocimiento de la verdad."
—Meditaciones para el Tiempo del Retiro
(MTR), 193,3
Esta convicción universal nos impulsa a hacer la
educación accesible a todos, especialmente a los
más necesitados.
"Es necesario que la piedad acompañe a la
ciencia."
212
—Reglas Comunes de los Hermanos, Cap. 2
En nuestras aulas, la excelencia académica camina
de la mano con la formación en valores.
Sobre el Servicio
"Están obligados a instruir a los pobres
gratuitamente."
—Regla de 1705, Cap. 1
El espíritu de gratuidad y servicio sigue vivo en
nuestros programas de becas y servicio
comunitario.
"No hagan diferencia entre los empleos de su
Instituto, pues todos son igualmente nobles."
—Carta 57, a un Hermano
Desde el rector hasta el personal de intendencia,
todos servimos la misma noble misión.
"El fin de este Instituto es procurar la gloria
de Dios por medio de la educación cristiana
de la juventud."
—Reglas Comunes, Cap. 1, Art. 3
213
Nuestra razón de ser, expresada con claridad
meridiana hace tres siglos, sigue vigente hoy.
Sobre la Comunidad
"Vivan en unión unos con otros, pues la unión
en una comunidad es un tesoro precioso."
—Carta 32, a los Hermanos de una comunidad
La comunidad lasallista es nuestra fuerza y nuestro
tesoro más preciado.
"Tengan un mismo sentir y un mismo
corazón."
—Testamento Espiritual
Indivisa Manent - Permanecemos unidos, no es
solo un lema; es una forma de vida.
"Ámense mutuamente, pero que este amor sea
puro y desinteresado."
—Carta 18, al Hermano Bartolomé
El amor fraterno que caracteriza nuestras
relaciones no busca beneficio propio, sino el bien
del otro.
214
Sobre la Perseverancia
"No se desanimen jamás en las dificultades
que encuentren en el cumplimiento de su
deber."
—Carta 40, a un Hermano
Palabras que resonaron especialmente durante
nuestros primeros años, cuando todo era desafío.
"Confíen todo a la Providencia, que nunca
falta a quienes se abandonan enteramente a
ella."
—Carta 26, al Hermano Gabriel
La historia de nuestra universidad es testimonio
vivo de esta confianza providencial.
"Las obras de Dios se hacen poco a poco y casi
imperceptiblemente."
—Carta 23, al Hermano Anastasio
Veinticinco años después, vemos cómo cada
pequeño paso construyó el camino.
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Sobre la Excelencia
"Pongan sumo esmero en desempeñar bien su
empleo."
—Colección de Varios Trataditos (CVT), 13,15
La excelencia lasallista no es perfeccionismo; es
amor traducido en cuidado por los detalles.
"Es preciso que se dediquen con seriedad y
eficacia a su propia instrucción."
—Meditaciones para el Tiempo del Retiro
(MTR), 205,3
Por eso nuestros maestros nunca dejan de
aprender, nunca dejan de crecer.
"Trabajen con celo en la salvación de las
almas que les están confiadas."
—Carta 12, a un Hermano Director
Un celo que en el siglo XXI se traduce en pasión
por la formación integral de cada estudiante.
Palabras para el Futuro
"Dejen que Dios los conduzca y todo irá bien."
—Carta 15, al Hermano Matías
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Mientras escribimos los próximos capítulos de
nuestra historia, esta confianza nos sostiene.
"El futuro está en las manos de Dios, pero
Dios lo ha puesto en las nuestras."
—Atribuida, tradición oral lasallista
Hermosa paradoja que nos responsabiliza sin
agobiarnos, que nos impulsa sin angustiarnos.
Reflexión Final
Estas palabras, escritas hace más de trescientos años en
la Francia del Rey Sol, resuenan hoy con fuerza
renovada en el desierto chihuahuense. No son reliquias
del pasado; son semillas de futuro. Cada generación
lasallista las redescubre, las reinterpreta, la encarna de
formas nuevas. En cada decisión difícil, en cada
momento de duda, en cada oportunidad de servir, las
palabras del Fundador iluminan el camino. No como
recetas mágicas, sino como principios vivos que se
adaptan a cada contexto sin perder su esencia.
San Juan Bautista De La Salle no conoció Chihuahua,
no imaginó universidades del siglo XXI, no previó los
desafíos de la era digital. Pero conoció el corazón
humano, entendió la sed de conocimiento, creyó en el
poder transformador de la educación. Y eso trasciende
geografías y épocas.
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Por eso sus palabras no envejecen. Por eso, 25 años
después de abrir nuestras puertas, 300 años después de
su muerte, seguimos encontrando en ellas inspiración,
consuelo y desafío.
Oración del Educador Lasallista
(Inspirada en los escritos del Santo)
Señor, Tú que me has llamado
a tocar corazones a través de la educación,
dame ojos para ver en cada estudiante
Tu rostro esperando ser descubierto.
Dame paciencia de jardinero
para cuidar estas plantas tiernas,
sabiduría para guiar sin imponer,
amor para exigir sin herir.
Que mi ejemplo hable más fuerte que mis palabras,
que mi vida sea la mejor lección,
que mi presencia sea refugio
para quien busca luz en la oscuridad.
San Juan Bautista De La Salle,
maestro de maestros,
enséñame a enseñar como tú:
con el corazón en la mano
y los pies en la tierra.
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Que cada día renueve mi vocación,
que cada clase sea acto de amor,
que cada estudiante que pase por mi vida
salga mejor de como entró.
Y cuando llegue el final de mi jornada,
que pueda decir con humilde alegría:
"Toqué corazones,
sembré esperanzas,
fui instrumento de Tu amor."
Viva Jesús en nuestros corazones.
Por siempre.
Que estas palabras del Santo Fundador sigan iluminando
los próximos 25 años y más allá, hasta que el último
estudiante lasallista haya encontrado su camino, hasta que
el último corazón haya sido tocado, hasta que la
educación haya completado su obra transformadora en el
mundo.
San Juan Bautista De La Salle
1651-1719
Su espíritu vive en cada aula lasallista
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El primer equipo de trabajo de la Universidad La Salle
Chihuahua, que dio inicio a sus actividades el 7 de
agosto del año 2000, estuvo conformado por los
siguientes fundadores:
Y como parte fundamental de este inicio histórico, se
hace un reconocimiento profundo y agradecido a los
primeros 159 estudiantes que confiaron en este sueño
educativo. Su presencia marcó el inicio de una
comunidad que hoy continúa creciendo con identidad,
vocación y esperanza.
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Universidad La Salle Chihuahua
medios@ulsachihuahua.edu.mx