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JORGE LANATA JOE GOLDMAN Cortinas de humo Una ...

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o dos. Y, aunque estaba prohibido estacionar allí, se les permitió <strong>de</strong>scargar el<br />

equipo <strong>de</strong> aire acondicionado y que un extraño (como era el socio <strong>de</strong> Fabián, para<br />

el personal <strong>de</strong> la embajada) pudiera permanecer en la vereda, junto a una caja <strong>de</strong><br />

un metro por sesenta centímetros, como ocurrió mientras Fabián volvió a subir a<br />

la Daihatsu y fue a buscar otro sitio don<strong>de</strong> estacionar.<br />

La garita, se recordará, estaba vacía, hecho que minutos antes constataron dos<br />

personas: Pablo Baldrich (empleado <strong>de</strong>l kiosco <strong>de</strong> revistas <strong>de</strong> Suipacha y Juncal,<br />

proveedor <strong>de</strong> las ediciones vespertinas <strong>de</strong> La Razón y Crónica para las embajadas<br />

<strong>de</strong> Israel y Francia, y amigo circunstancial <strong>de</strong>l policía que <strong>de</strong>bía cubrir el<br />

turno tar<strong>de</strong> en la garita) y el oficial Jefe <strong>de</strong> Calle <strong>de</strong> la comisaria 15 (que<br />

pasó por el sitio con su patrullero, y fue visto por un auxiliar <strong>de</strong> seguridad <strong>de</strong><br />

la embajada <strong>de</strong> Irlanda cuando <strong>de</strong>tuvo su marcha frente a la garita vacía por unos<br />

segundos y volvió a arrancar). El diariero escucharía la explosión, filtrada por<br />

la música <strong>de</strong> su walkman; el policía sentiría el impacto <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su patrullero,<br />

en la cuadra siguiente.<br />

Franca Giarda, vecina <strong>de</strong> Arroyo 950, cruzó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Suipacha en dirección a su<br />

casa; escuchó la explosión cuando abría la puerta <strong>de</strong>l ascensor.<br />

A<strong>de</strong>la Moreno <strong>de</strong> Benítes, una anciana <strong>de</strong>l geriátrico ubicado frente a la<br />

embajada, estaba en su cuarto <strong>de</strong>l primer piso, con ventana hacia Suipacha, en el<br />

momento <strong>de</strong> la explosión, y vio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí un auto con el capot abierto, <strong>de</strong>l que<br />

salía fuego, y <strong>de</strong>trás una camioneta blanca, tal como <strong>de</strong>clararía semanas más<br />

tar<strong>de</strong> (<strong>de</strong> buena fe, y sin advertir que quizá había sido traicionada por la<br />

perspectiva: tal vez el fuego salía <strong>de</strong> la camioneta F-100 y no <strong>de</strong> un automóvil;<br />

tal vez lo que salía fuera <strong>humo</strong>, y no fuego: ¿cómo separar una imagen <strong>de</strong> otra en<br />

la visión <strong>de</strong> un segundo? El <strong>humo</strong> indicaría la presencia <strong>de</strong> una mecha, un<br />

<strong>de</strong>tonador pirotécnico que habría otorgado al conductor el tiempo suficiente para<br />

escapar <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong>l explosivo. Humo o fuego, la señora Benítes intuyó un<br />

problema y atinó a salir precipitadamente <strong>de</strong> su cuarto. Volvió segundos <strong>de</strong>spués<br />

a recoger su cartera y una medallita, y se dirigió a toda velocidad al pasillo).<br />

Alexis Quarin, un médico <strong>de</strong> 25 años, cruzaba la calle hacia su curso en la<br />

Cultural Inglesa, sobre la calle Suipacha.<br />

En el colegio Cap<strong>de</strong>vila <strong>de</strong> Gutiérrez, el turno tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l jardín <strong>de</strong> infantes, se<br />

preparaba para salir <strong>de</strong>l edificio (192 alumnos <strong>de</strong> tres, cuatro y cinco años, y<br />

22 personas adultas).<br />

Laura Tamburrino, una adolescente que volvía <strong>de</strong>l colegio a su casa, observa que<br />

una elegante señora mayor pi<strong>de</strong> ayuda en la puerta <strong>de</strong> la embajada. La señora se<br />

siente mal y le acercan una silla para que se reponga en la vereda. ¿Era una<br />

maniobra <strong>de</strong> distracción? La mujer existió; fue hallada entre los muertos; así<br />

como los restos <strong>de</strong> una silla pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>tectarse en algunas fotografías <strong>de</strong> la<br />

cobertura periodística <strong>de</strong>l hecho. ¿Sabía esa mujer lo que iba a pasar?<br />

Tamburrino relatará lo que vio a Victoria Ar<strong>de</strong>rius, periodista <strong>de</strong> Somos, y lo<br />

negará dos años más tar<strong>de</strong>. "Fueron inventos, yo era muy chica".<br />

Rubén Cayetano Cacciato, taxista, <strong>de</strong>jó a un pasajero a pocos metros <strong>de</strong>l lugar y<br />

retomó la marcha con su Falcon 61. (Uno <strong>de</strong> los sacerdotes <strong>de</strong> la Iglesia Mater<br />

Admirabilis verá, durante la explosión, una nube <strong>de</strong> <strong>humo</strong> azul: no se trataba <strong>de</strong><br />

las puertas <strong>de</strong>l cielo sino <strong>de</strong>l tanque <strong>de</strong> gas <strong>de</strong>l Falcon.)<br />

La muerte llegará para muchos <strong>de</strong> estos personajes sólo un minuto <strong>de</strong>spués; a esa<br />

hora <strong>de</strong>l martes 17 una pick-up Ford F-100 ocupó el sitio que quedó vacío cuando<br />

salió la camioneta Daihatsu que traía el aire acondicionado. La F-100 llevaba<br />

sesenta kilos <strong>de</strong> hexógeno con el formato <strong>de</strong> una carga dirigida, y estacionó en<br />

la puerta clausurada <strong>de</strong> la embajada <strong>de</strong> Israel. El conductor necesitó menos <strong>de</strong><br />

veinte segundos para encen<strong>de</strong>r el dispositivo y salir <strong>de</strong>l sitio sin llamar la<br />

atención. El caos posterior fue tal que, incluso si su plan <strong>de</strong> escape fallaba,<br />

pudo haberse mezclado entre los heridos sin dificultad.<br />

El hilo que se iniciaba con la mecha iba a ser interminable.

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