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por descubrir<br />
hacia su espléndido interior, hacia las ciudades de arte y sus c<strong>en</strong>tros<br />
históricos, <strong>en</strong> busca de los castillos, las iglesias y las abadías del<br />
transpaís. A empr<strong>en</strong>der los s<strong>en</strong>deros de los tres parques nacionales,<br />
del parque regional, de las dec<strong>en</strong>as de reservas naturales y oasis que<br />
garantizan la superviv<strong>en</strong>cia de un gran número de especies animales y<br />
vegetales, y que hac<strong>en</strong> del Abruzo la "región más verde de Europa".<br />
Sin embargo, los motivos para visitar el Abruzo no terminan aquí. Los<br />
esquiadores de media Italia, y últimam<strong>en</strong>te también muchos<br />
extranjeros gracias a los vuelos internacionales del Aeropuerto de<br />
Abruzo, atestan sus pistas nevadas. Mi<strong>en</strong>tras los gastrónomos<br />
descubr<strong>en</strong> los sabores y saberes de los productos típicos, de vinos y<br />
aceites regionales; los que pi<strong>en</strong>san <strong>en</strong> su propio bi<strong>en</strong>estar apuestan a<br />
las aguas termales que brotan a los pies de la Majella o a los bosques<br />
del Valle Roveto.<br />
"Fuerte y g<strong>en</strong>til": es así como, durante siglos, escritores y guías<br />
turísticas han definido el Abruzo. Para muchos abruzos, no cabe duda<br />
de que una imag<strong>en</strong> tan s<strong>en</strong>cilla y esquemática pueda dar la impresión<br />
ABRUZO ITALIA 3<br />
de que se ti<strong>en</strong>de a minusvalorar el lugar. Pero lo que sí es cierto es<br />
que la extrema síntesis del lema esconde verdades fundam<strong>en</strong>tales.<br />
Ante todo, es un hecho que el paisaje abruzo es muy fuerte: es<strong>en</strong>cial,<br />
incisivo, memorable. No cabe duda de que son fuertes, fortísimas, las<br />
imág<strong>en</strong>es del Abruzo que ofrec<strong>en</strong> los burgos medievales <strong>en</strong>rocados<br />
<strong>en</strong> las montañas, las apariciones rep<strong>en</strong>tinas del rebeco, el águila y el<br />
lobo <strong>en</strong> los rincones más solitarios de los montes, los castillos<br />
c<strong>en</strong>tinelas, tanto hoy como <strong>en</strong> un lejano pasado, de las vías de<br />
comunicación a través de los Ap<strong>en</strong>inos. Aún más fuertes, <strong>en</strong> todas las<br />
épocas del año, son las emociones ofrecidas por aquellas magníficas<br />
montañas –la Majella y el Gran Sasso, el Sir<strong>en</strong>te y la Laga, las cumbres<br />
de la Marsica y el Velino– que un abruzo ilustre como Ignacio Silone,<br />
<strong>en</strong> su introducción a la edición de 1948 del volum<strong>en</strong> Abruzo y Molise<br />
del Touring Club Italiano, definía como "los personajes más<br />
prepot<strong>en</strong>tes de la vida del Abruzo". Las rocas y las nieves de los<br />
gigantes de los Ap<strong>en</strong>inos se asoman a las colinas y las ciudades, e<br />
incluso a las playas de la región. Si se busca la faceta más deportiva de