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Centurion Argentin Winter 2013

Centurion Argentina 2013 Winter Edition

ART & DESIGN LA

ART & DESIGN LA EXPOSICIÓN Izquierda: Peter Leonard Henriksen, miembro de la expedición del Fram de Fridtjof Nansen en 1893. Su (fallido) plan era seguir las corrientes marinas y dejarse llevar a la deriva por el Polo Norte junto con el hielo. Abajo: Eisberg, 1982, óleo sobre lienzo de Gerhard Richter Página opuesta: Arctic, 2002, paisaje fotografiado por Wolfgang Tillmans, que transmite el misterio espectral del Polo Norte. Portada de una revista de 1909 que muestra a los exploradores Frederick Cook y Robert Peary; ambos afirman haber sido los primeros en llegar al Polo Norte. de Copenhague, en el pequeño pueblo costero de Humlebæk– ha destacado internacionalmente por presentar exposiciones que adoptan una visión global sobre determinadas temáticas culturales reuniendo material histórico y obras de arte de todas las disciplinas posibles. No sorprende, por tanto, que una muestra sobre el Ártico tenga lugar en Dinamarca. Junto con los otros siete miembros del Consejo Ártico –Canadá, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y Estados Unidos–, el país busca beneficiarse de la región gracias a sus vínculos con Groenlandia, un territorio rico en recursos naturales y más extenso que todos los países europeos juntos. Las verdaderas dimensiones del Ártico, a menudo minimizadas en la cartografía bidimensional, y su desolado vacío alimentan su aura de trascendencia. Sin embargo, ese halo de misterio va en deterioro. Las temperaturas en la región polar están aumentando casi al doble de velocidad que la media global, el hielo marino está desapareciendo y se están abriendo nuevas rutas marítimas. El Ártico se encuentra cada vez más expuesto a la explotación. Los cambios se están produciendo con rapidez. En 2010, cuatro navíos comerciales cargados con 111,000 toneladas atravesaron la Ruta Marítima del Norte. En 2012 lo hicieron 46, transportando 1.26 millones de toneladas. Y este año se espera alcanzar un nuevo récord. Sin embargo, los curadores del museo no están interesados en adoptar una postura política sobre estas cuestiones (aquí no se ven imágenes de un extenuado oso polar flotando a la deriva sobre un témpano de hielo demasiado pequeño). «Considero que la función de los museos es aumentar la complejidad y la de la política es preocuparse por reducir la complejidad», explica Poul Erik Tøjner, director del Louisiana. En su despacho ubicado en la casa barco detrás del museo, unas puertas de cristal hasta el techo forman la pared desde donde se obtiene una magnífica vista del Øresund, con sus aguas meciéndose contra el estrecho embarcadero que llega hasta la misma puerta. Allá en la distancia, el perfil de Suecia se extiende hacia el norte. «Somos una especie de institución metamoral o metapolítica –afirma Tøjner–. Aportamos el conocimiento, la experiencia sensorial o la historia de un tema concreto para que la gente vea o sienta estas cosas y luego pueda hablar sobre ellas». La primera parte de la exposición explora la belleza sublime del Ártico y da comienzo con una serie de sobrecogedores paisajes, obra del fotógrafo británico Darren Almond. «En realidad queríamos empezar sólo con el paisaje, sin declaraciones de ningún tipo», afirma el también curador del museo Mathias Ussing Seeberg. A partir de ahí, la muestra se divide en diferentes secciones que examinan las posibilidades que ofrece el Ártico para la comunidad científica y analizan la forma en que los “sureños” han retratado a la población local como, por ejemplo, en la película de 1922 Nanuk, el esquimal, de Robert J. Flaherty. La exposición también rastrea la fascinación que este lugar ha despertado entre exploradores –tanto si buscaban el Paso del Noroeste o simplemente la gloria– y cartógrafos como Gerardus Mercator, que ya en el siglo xvi dibujó cuatro islas rodeando el Polo Norte (ver página opuesta, a la izquierda). «Lo que uno no sabe, se lo imagina –explica Seeberg–. Por aquel entonces, nadie había FOTOGRAFÍAS DESDE ARRIBA: FOTÓGRAFO DESCONOCIDO, BIBLIOTECA NACIONAL DE NORUEGA, OSLO, BLDSA_Q3C085; GERHARD RICHTER 50 CENTURION-MAGAZINE.COM

FOTOGRAFÍAS EN EL SENTIDO DE LAS MANECILLAS DEL RELOJ DESDE ARRIBA A LA IZQUIERDA: NILS STRINDBERG DE LA EXPEDICIÓN ANDRÉE; FOTOGRAFISK EN ELIER/DET KONGELIGE BIBLIOTEK, KØBENHAVN; © CARTIER (4) estado allí. Incluso hoy en día nadie, o casi nadie, lo ha hecho». El imaginario popular sobre el Ártico se nutre con frecuencia de estampas visuales de duros paisajes blancos. Sin embargo, uno de los elementos más fascinantes de la exposición es una habitación totalmente a oscuras donde se reproduce un entorno sonoro diseñado por el artista danés Jacob Kirkegaard. Desde puntos muy concretos de la sala se escuchan grabaciones de placas de hielo que caen al mar, se derriten o colisionan entre sí. Incluso sin la presencia del frío letal, es posible que estar allí, de pie, completamente a oscuras y escuchando esos sonidos sobrenaturales, sea la vivencia más cercana a viajar al Polo Norte. Esta experiencia aporta una nueva y sorprendente dimensión auditiva a la idea que tenemos sobre la región. «Solemos abordar el clima ártico como si fuera algo muy delicado, casi como si se tratara de un cachorro de oso polar, algo que debemos cuidar con mimo debido a su fragilidad. Pero al llegar allí, ya no parece importar tanto –dice Tøjner, que recientemente ha viajado a Groenlandia–. ¡La escala de todo es una auténtica locura! Si se cayera el helicóptero en el que viajamos y no nos matáramos, sólo sobreviviríamos un día y luego, todo se acabaría». Cuando el Ártico se convierta en la última frontera de la globalización, tendremos que enfrentarnos cada vez más a esta sensación de insignificancia. Desde la izquierda: esta fotografía se perdió en 1897 junto con la desventurada expedición Andrée y no se encontró hasta 1930; fantástico mapa de 1595, obra del cartógrafo Gerardus Mercator que imaginó el Polo Norte formado por cuatro islas. Por este motivo, la imagen del oso polar a la deriva funciona muy bien, ya que ofrece esa falsa idea de que todavía tenemos control sobre el calentamiento global y de que el Ártico, sin importar lo inmenso y lo mortal que pueda llegar a ser, está esperando a que lo rescatemos. Sin embargo, tal y como el propio Seeberg afirma, «cuanto menos místico parece, más peligroso se vuelve. El hecho de que sepamos lo que es y lo que representa lo hace aún más temible, sobre todo porque ahora nos aterra la idea de perderlo». El Ártico: Imagen y Deseo, abierta al público hasta el 2 de febrero de 2014 en el Museo Louisiana de Arte Moderno; louisiana.dk. Una grande histoire Después de más de 160 años creando magníficas piezas, la historia de Cartier se expone en París este invierno Cuando el príncipe Rainiero de Mónaco le propuso matrimonio a Grace Kelly, le regaló un anillo Eternity de Cartier con diamantes y rubíes. El enlace se selló con un diamante en talla esmeralda de 10.5 cts de la misma joyería parisina. Wallis Simpson también adoraba la joyería de Cartier, en especial el célebre brazalete de diamantes y zafiros en forma de pantera de la colección Bestiaire con diseños inspirados en la vida salvaje. Cary Grant sentía predilección por las mancuernillas de Cartier. Vivien Leigh llevaba una polvera de Cartier. No es de extrañar que Kate Middleton decidiera casarse en Cartier, con la tiara Halo de 1936, fabricada expresamente para su bisabuela política, la Reina Madre. Sin embargo, aunque actualmente esta marca es sinónimo de lujo, el primer trabajo importante de esta casa fue más bien ordinario: un servicio de té en plata encargado por la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, que en 1847 encontró por casualidad un pequeño taller en la rue Neuve-des-Petits-Champs. Su dueño, Louis-François Cartier, había aprendido el oficio de su abuelo, un consumado artesano del metal, pero ambicionaba trabajar con objetos más finos. Este invierno, una gran exposición en el Grand Palais de París relatará la historia de la marca que él mismo consolidó con una muestra de piezas de haute joaillerie sin igual acompañada por dibujos de archivo, fotografías, libros de contabilidad e incluso moldes de yeso de las piezas realizadas cuyo objetivo es conservar los archivos tridimensionales de los pedidos. Suficiente para hacer de todos nosotros unos auténticos devotos. Cartier: Historia y Estilo; del 4 de diciembre al 16 de febrero; grandpalais.fr CLAIRE WRATHALL CENTURION-MAGAZINE.COM 51

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