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Centurion Argentina Autumn 2022

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|Reflexiones| A contrarreloj El nuevo reloj ultraplano RM UP-01 Ferrari de Richard Mille cruza la línea de meta con notables innovaciones técnicas. Por Laurie Kahle A ntes de que Richard Mille presentara el pasado verano su primer reloj creado en colaboración con Ferrari, ya se especulaba sobre qué (y cuántas) complicaciones llevaría; de hecho, la alta precisión técnica es el sello de identidad de ambas marcas. Pero los ingenieros de Richard Mille escondían un as bajo la manga que nadie había previsto: un reloj ultraplano que, con tan solo 1.75 mm de grosor, batía el récord ostentado por el Octo Finissimo Ultra, de 1.8 mm de grosor, lanzado a principios de año por Bulgari. La idea del RM UP-01 surgió antes de las conversaciones que Mille mantuvo en 2020 para asociarse con Ferrari. Según Yves Mathis, director de producción de Richard Mille, el concepto del reloj se presentó a los ejecutivos de Ferrari como un proyecto en el que Mille había estado trabajando y que podrían llevar a cabo juntos. El acuerdo por diez años se firmó oficialmente en enero de 2021. Para conseguir tal grosor, la mecánica y la innovación técnica dictaron la estética poco ortodoxa del UP-01 y el radical distanciamiento de los movimientos esqueletizados, tridimensionales y robustos característicos de Richard Mille. A fin de diseñar un reloj y un movimiento lo más finos posibles, la icónica caja en forma de tonel de Mille se giró horizontalmente hacia un lado para adaptarla a la muñeca; con sus 51 mm de ancho y 39 mm de alto, esta caja, realizada en titanio de grado 5, recuerda a una tarjeta American Express Platinum. Las horas y los minutos (sin los segundos), indicados mediante las manecillas integradas en el movimiento, se encuentran en el centro de la mitad superior del reloj, mientras que el volante está visible a la derecha. Dado que un sistema de cuerda tradicional con una corona habría sido demasiado voluminoso, los ingenieros idearon un novedoso sistema de cuerda manual con dos coronas en forma de disco —una para dar cuerda y otra para seleccionar los ajustes—, ubicadas en la parte delantera de la caja. Las piezas de cerámica negra protegen el bisel de la fricción. Se incluye una herramienta especial para acelerar el proceso de dar cuerda, si bien se puede FOTOGRAFÍAS © RICHARD MILLE 40 CENTURION-MAGAZINE.COM

No son relojes para guardarlos en una caja fuerte. Y aunque el precio sea muy elevado, [nuestros clientes] no tienen miedo a llevarlos – Tim Malachard de Richard Mille hacer perfectamente con un dedo. Dos cristales de zafiro, cuyo grosor se ha reducido a dos décimas de milímetro, protegen el indicador de la hora y el elemento regulador compuesto de un conjunto de volante y muelle. El icónico cavallino rampante de Ferrari, delicadamente grabado en láser negro, refleja de manera sutil la conexión con el fabricante de automóviles italiano. Richard Mille ha sabido aprovechar la experiencia de los ingenieros de Audemars Piguet Le Locle para desarrollar un excepcional movimiento patentado de 1.18 mm de grosor, 2.82 gramos de peso y una reserva de marcha de 45 horas. Para Salvador Arbona, director técnico de movimientos de la casa relojera, las principales innovaciones en cuestión de movimientos son, por un lado, el barrilete ultraplano de menos de 1.18 mm de grosor y con una espiral extremadamente delgada, y, por otro, un escape ultrafino patentado con un áncora sin dardos que tiene una horquilla alargada equipada con nuevos cuernos. El volante de titanio es otra novedad de la marca. La placa base y los puentes esqueletizados también están fabricados en titanio de grado 5 con el fin de garantizar que sea más plano y resistente, y lograr un funcionamiento óptimo del tren de engranajes. «El verdadero desafío fue asegurarnos de que no existiera contacto entre el movimiento y la caja», explica Arbona. A diferencia de otros relojes ultraplanos, no se quiso usar el fondo de la caja como placa base para ahorrar milímetros, por lo que se tomó la decisión de que todo el movimiento quedara suspendido de forma independiente en la caja para garantizar la resistencia a los golpes. Ferrari contribuyó con ciertos detalles como la elección del titanio de grado 5, la tipografía para números y letras, el estilo de las manecillas y, por supuesto, su famoso cavallino, representado con tanto detalle que incluso, al ampliar la imagen, se puede ver su musculoso contorno. Pese a carecer de complicaciones, como un tourbillon o un cronógrafo, el UP-01 es un proyecto técnico audaz que necesitó una mentalidad innovadora y años de trabajo en I+D, con docenas de prototipos, más de 6,000 horas de desarrollo y pruebas de laboratorio. Julien Boillat, director técnico de cajas de Richard Mille, señala que para un proyecto así «tuvieron que dejar de lado» todos los conocimientos acumulados a lo largo de 20 años y empezar el proyecto desde cero. Sin embargo, apunta algunas claves estéticas que se mantienen fieles a los códigos de la marca: los 13 tornillos estriados para sostener la caja, la característica forma de tonel y una serie de técnicas de acabado, como el biselado o el acabado satinado, pulido y microgranallado. Digan lo que digan sobre el RM UP-01, no se puede calificar como un reloj «conceptual». Richard Mille ha diseñado estas 150 unidades para poderlas utilizar y disfrutar. Además, las pruebas exhaustivas a las que se ha sometido este modelo han demostrado su valía, entre otras, la resistencia al agua hasta diez metros, la resistencia al desgaste de las piezas mediante envejecimiento acelerado de diez años, así como las pruebas de torsión, flexión y choque, incluida la exigente prueba de impacto Charpy, que certifica la resistencia a la fuerza G ante una aceleración superior a 5,000 G; incluso se llegaron a atar pesas de 12 kg a la correa para comprobar la rigidez de la caja, reforzada por una pieza de titanio en la correa. «La filosofía de Richard Mille desde el primer día, desde el nacimiento del RM-001, ha sido que cada reloj que fabricamos pueda usarse a diario —expone Tim Malachard, director de marketing de Richard Mille—. No son relojes para guardarlos en una caja fuerte. Y aunque el precio sea muy elevado, [nuestros clientes] no tienen miedo a llevarlos». Para el fundador de la casa relojera, la afinidad entre las dos marcas es natural y poderosa. Ambas comparten su pasión por los deportes de motor, la tecnología de vanguardia, la ingeniería y el rendimiento de excepción. Durante el acto inaugural junto a la pista de pruebas del Circuito de Fiorano de Ferrari, Mille confesaba que era «un sueño estar en Maranello», haciendo referencia a la nostálgica imagen de la famosa entrada de la fábrica de ladrillo rojo con el brillante letrero en color amarillo de Ferrari. «Los relojes Mille nunca habrían llegado a ser lo que son si no profesáramos este amor incondicional por los autos». richardmille.com CENTURION-MAGAZINE.COM 41

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