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Centurion Argentina Autumn 2022

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|A bordo| Si el dueño

|A bordo| Si el dueño de un yate desea ampliarlo, ya sea por una cuestión estética o por ganar espacio o eficiencia, hay muchos astilleros que ofrecen este servicio. Por ejemplo, el superyate Here Comes The Sun de Amels, entregado en 2017, volvió al astillero Damen Yachting tres años después para un trabajo de remodelación a gran escala durante un año que incluyó la ampliación de la eslora de 83 a 89 metros, un nuevo color en el exterior y varias modificaciones del diseño. En aquel momento, Michel Coens, director de ventas de Damen Yachting, afirmaba: «Siempre nos llena de satisfacción que una embarcación vuelva al astillero, pero con Here Comes The Sun el sentimiento es aún más profundo. Representa el primer paso hacia proyectos integrales más grandes y personalizados. Los mismos artesanos que participaron meticulosamente en la construcción original han trabajado en la remodelación. Su lanzamiento es un motivo de orgullo». Desde arriba: el Juliet, de Royal Huisman, ahora con sistemas de propulsión híbrida; a bordo del antiguo pesquero de cangrejos SuRi Página opuesta: el espectacular interior del Galaxy, de Njord de Bergman Uno de los objetivos del reacondicionamiento es lograr que los yates más antiguos sean más sustentables y prolongar, o incluso salvar, la vida de un barco. De igual modo que una vieja bodega se puede convertir en un bloque de departamentos modernos, algunos dueños aprovechan las embarcaciones de otros sectores para transformarlas en superyates. Bay Ship & Yacht Co. ha colaborado con los arquitectos navales Kirilloff & Associates y Herringbone Design para convertir un antiguo pesquero de cangrejos, bautizado como SuRi, en un yate de expedición de 63.4 metros. La embarcación se cortó por la mitad y se añadieron 11 metros en los que se incorporaron un hangar destinado a embarcaciones de apoyo, juguetes acuáticos y equipamiento científico, así como una sala de observación submarina y espacio de ocio adicional. Algo similar ocurrió con el Ragnar, un ecléctico yate explorador de 68 metros de eslora que comenzó su andadura como rompehielos de apoyo. La transformación, llevada a cabo por Icon Yachts con diseño exterior de RWD, duró casi tres años y, hasta la fecha, es uno de los proyectos de reforma más impresionantes y exitosos del sector. En ambos casos se utilizaron embarcaciones que, de no haber sido sometidas a restauración, habrían acabado pudriéndose en algún astillero. De todos modos, los beneficios de un reacondicionamiento van más allá de una mera cuestión de sustentabilidad. Las ventajas económicas de embarcarse en un proyecto de este tipo son muchas. En primer lugar, modernizar un barco que ya existe y actualizarlo con mejoras, ya sean tecnológicas o estéticas, permite mantener su valor por más tiempo. En 2021, Royal Huisman relanzó el Juliet, un queche de 43.58 metros al que equiparon con un FOTOGRAFÍAS DESDE ARRIBA: JONATHAN ALLAN, © HERRINGBONE DESIGN 44 CENTURION-MAGAZINE.COM

motor híbrido para navegar de forma silenciosa y sin emisiones; el proceso de conversión híbrida supuso dos años de trabajo, pero logró prolongar la vida útil del barco de manera significativa. El año pasado, el astillero neerlandés también presentó el Wisp, un velero de 48 metros de eslora lanzado en 2014. Cinco años después desembarcó en sus instalaciones de Ámsterdam para una revisión completa de las partes mecánicas y un impresionante trabajo de pintura. El reacondicionamiento es más rentable en términos de costo, especialmente en los yates en renta pues garantiza que la embarcación permanezca en el agua durante más tiempo y, por lo tanto, genere mayores ingresos. Muchos proyectos de construcción están sufriendo demoras como consecuencia de la pandemia y la actual crisis en Europa del Este; algunos incluso se siguen enfrentando al problema de abastecimiento de materiales y la mayoría aún trabaja en equipos muy reducidos debido al distanciamiento social provocado por las diferentes olas de coronavirus. Si a eso se suma el aumento de la demanda —aproximadamente un 25 % más que el año anterior, con más de un millar de superyates encargados o en construcción— y el hecho de que algunos astilleros tienen pocos espacios libres de construcción, todo lo que se pueda hacer para que una embarcación entre y salga del astillero lo antes posible será bienvenido. Reacondicionar un yate también presenta ciertos inconvenientes, puesto que implica desechar y sustituir muchos materiales básicos, a menudo materiales naturales ya desgastados como la madera o el cobre, algo que tiene un obvio impacto ambiental. Y aunque muchos de estos materiales son reciclables, el proceso en sí dista mucho de ser ecoeficiente. Hay que tener también en cuenta que la transformación de una embarcación en un superyate es factible si se tienen recursos, tiempo y materiales ilimitados, pero el proceso suele ser costoso y complicado, por lo que los dueños deben plantearse si el fin justifica los medios. Los expertos del sector sugieren que la mejor manera de garantizar la sustentabilidad de un barco es «prepararlo para el futuro» desde el principio. Así, Farouk Nefzi, director de marketing de Feadship, destacaba en el Simposio de Negocios de Superyates de La Belle Classe, celebrado en el Yacht Club de Mónaco a principios de este año, que la cuestión «es saber diseñar un yate para que se pueda seguir usando dentro de cinco o diez años». Paris Baloumis, director de marketing de Oceanco, opina que «el diez por ciento del impacto ambiental se produce en la construcción de un yate. Un astillero puede revertir la situación evitando utilizar ciertos materiales como el acero, cuyo costo ambiental es altísimo». Ahora bien, si uno es dueño o tiene la oportunidad de hacerse con una embarcación de segunda mano, el reacondicionamiento es una buena forma de empezar. «Es más fácil nacer que convertirse en ecorresponsable —reconoce Oscar Romani, director del área de ventas de Benetti—, pero el reciclaje de yates será clave en el futuro». FOTOGRAFÍA JACK HARDY CENTURION-MAGAZINE.COM 45

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