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8 months ago

Centurion Argentina Autumn 2023

Camarones a la plancha

Camarones a la plancha con frutas y verduras frescas en Siago Beach Resort; a la izquierda: el elegante lobby de estilo rústico del hotel Inara; a la derecha: Jenn Fernández y Daniel Alfaro de Golden Monstera muy pocos sitios en el mundo donde la gente viva sin egos». ¿Qué tiene de especial este lugar que permite conectar a las personas a un nivel auténticamente humano y logra ver a los demás por quienes son y no por lo que son? La respuesta está presente en todas partes: es esa fuerza inconfundible de los mares circundantes, el irresistible ir y venir de las mareas, que atrae a todos a subirse a la misma ola. «Nunca he estado tan conectado con la naturaleza —señala Pérez-Rubio, antiguo residente de Los Ángeles—. Tenemos que estar pendientes de la luna y las mareas, y organizamos nuestra vida en torno al surf». Toda la isla funciona de forma sincronizada y en los rompientes no hay espacio para el egoísmo o la arrogancia. «Acá simplemente reímos», puntualiza Ikit Agudo, originaria de Siargao y multicampeona de longboard. Me apunto con ella a mi primera clase de surf en Matanjak; ¿cómo voy a decir que no a la reina del surf de Siargao? Hay mucha gente, pese a ser tan temprano, pero el ambiente es distendido. Tumbada en mi tabla, a la espera de una buena ola (es decir, una pequeña), me balanceo alegremente en el agua, observando la camaradería entre los surfistas. Agudo se incorpora con soltura y confianza, dirigiéndose a todos: «¡Ponte recto! Te ayudará a mantener el equilibrio», «toma esa ola, la siguiente es mía». E incluso anima a su padre con un «¡Vamos tatay!», mientras este se desliza hábilmente con una sonrisa traviesa. Chismes descarados, consejos amistosos y gritos de ánimo llenan el ambiente. Esta es la plaza de su pueblo; el lugar donde ocurre la magia. Agudo practica surf dos veces al día, sin contar las clases que imparte. El surf es el centro de su vida. Salir y hacer un hang ten. «Veo a todos por la mañana y luego, cuando baja la marea, regresamos a la orilla y esperamos a que vuelva a subir —explica sonriente—. Vivimos para ello. Hay una sensación de libertad cuando cabalgas las olas. No piensas en nada más que en no caerte. Tienes que conectar con la ola y dejarte llevar. Sientes su energía». El 16 de diciembre de 2021, la energía de la naturaleza fue mucho más implacable. El supertifón Rai, conocido localmente como Odette, azotaba la isla con vientos de categoría 5, destruyendo prácticamente todo a su paso. Siargao se estaba recuperando poco a poco de la pandemia y las empresas sobrevivientes habían hecho importantes inversiones a la espera de la afluencia de turistas. Odette frenó bruscamente estos avances y arrasó la isla, devastando una vez más la economía local. Por suerte, el tifón golpeó a mediodía y el número de víctimas fue bajo, aun así, las secuelas fueron casi apocalípticas. «Estuvimos meses sin electricidad, sin cobertura, sin agua —cuenta Jenn Fernández—. Nos 64 CENTURION-MAGAZINE.COM

aconsejaron que compráramos un machete porque había saqueadores, todo el mundo estaba en modo supervivencia». No obstante, al igual que las mareas, el estado de ánimo cambió rápidamente. «Vimos cómo personas que podrían haberse marchado se quedaba para ayudar en la reconstrucción —recuerda Pérez-Rubio—. Aprovechando las fortalezas y las conexiones de cada uno, colaboramos para recaudar fondos y distribuir artículos de primera necesidad». Barbosa organizó actos benéficos en Manila, mientras que Golden Monstera vendió más de 2,000 juegos de sus emblemáticas pulseras de latón y donó más de un millón de pesos filipinos (20,000 dólares) para ayudar a 62 familias. Otras iniciativas se impulsaron a nivel local, pero también resultaron decisivas. Dado que el agua potable era un bien escaso tras la catástrofe, Heidi Ganaden ofreció usar gratuitamente las regaderas de su pequeña casa de huéspedes Lubihan Resort. «Tuvimos la opción de volver a Manila, aun así, nos quedamos. Queríamos ayudar en la recuperación de Siargao». Como ocurre con las olas, los tifones tampoco hacen distinciones en cuanto al estatus, por lo que ni siquiera se salvaron las propiedades de lujo como el Nay Palad Hideaway. Sentada en el icónico sofá cama La campeona de longboard, Ikit Agudo, cabalga las olas en Cloud 9, el mundialmente famoso rompiente de la isla CENTURION-MAGAZINE.COM 65

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