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Centurion Argentina Summer 2017

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BLACKBOOK EN EL TEE EL

BLACKBOOK EN EL TEE EL BOOM DEL GOLF EN IRLANDA Waterville El hoyo 16 de este campo en el extremo sudoccidental de Irlanda se asoma al océano Atlántico Este popular destino de golf está viviendo una gran transformación, magníficas noticias para tres de sus campos más grandes y un recién llegado. Por THOMAS DUNNE Cuando los golfistas lleguen a Irlanda para disfrutar de un nuevo verano jugando al golf, descubrirán que las principales cartas del país han cambiado mucho en los últimos años, y lo han hecho para mejor. Existe una diferencia cualitativa con respecto al boom que el país experimentó durante los años del “Tigre Celta”, es decir, entre mediados de los noventa y principios del siglo xxi. «Durante esa época pasamos de 280 a más de 400 campos –explica Marty Carr, de Carr Golf, uno de los principales operadores turísticos dedicados a este deporte en Irlanda–. La mayor parte de los proyectos eran diseños tipo parkland para campos como Mount Juliet, el K Club y Druids Glen. Sin embargo, ahora la demanda [desde el extranjero] es de campos de golf de estilo links». Con la incorporación de estos nuevos campos, estos íconos costeros han mejorado su juego tanto dentro como fuera del campo. Los clubes han hecho un gran esfuerzo para mejorar la experiencia global. Hace unos años, todo el mundo tomó nota cuando Wilma Erskine, la influyente directora del Royal Portrush, pidió a sus socios que salieran a dar la bienvenida a los jugadores visitantes vistiendo el saco del club. Algunos de estos pequeños detalles – como la bolsa para guardar los objetos de valor, la tarjeta para anotar la puntuación o el almuerzo incluido con los green fees– empezaron a generalizarse. «Nuestros clientes pagan US0 por una jornada de golf, así que no se trata de gente corriente –añade Carr–. Podrían elegir Los Cabos o uno de los campos de Mike Keiser en el continente americano. Competimos a escala mundial». Por supuesto, la población local tiene mucho que ganar extendiendo la alfombra roja, ya que los visitantes extranjeros contribuyen a rebajar las cuotas anuales. Por eso, se puede ser socio de algunas de las mejores instalaciones FOTOGRAFÍAS © WATERVILLE GOLF LINKS 18 CENTURION-MAGAZINE.COM PARA RESERVACIONES CONTACTE AL SERVICIO DE CENTURION

FOTOGRAFÍAS © ROYAL PORTRUSH GOLF CLUB Royal Portrush El nuevo fairway del hoyo 7 del mundo a un costo que sería la envidia de muchos de los golfistas de clubes privados en todo el planeta. Y el futuro se presenta prometedor para los campos remodelados en el país. En septiembre de 2014, el Ballybunion Golf Club (ballybuniongolfclub.com), en el condado de Kerry, contrató a John Bambury –antiguo director de campo de dos instalaciones de Donald Trump, una en Doonbeg, en el cercano condado de Clare, y otra en Aberdeenshire, Escocia– para que se hiciera cargo de la gestión del campo. La primavera siguiente, Bambury recibió el encargo de un proyecto de renovación que no podría haber apuntado más alto: reconstruir los 18 greens del famoso Old Course del club y dotarlos de la excelente festuca que caracteriza los clásicos links. El trabajo tenía que llevarse a cabo de una sola vez, sin margen para experimentos o errores. A esto había que sumar la dificultad del apretado plazo, pues se tenía que completar durante el invierno de 2015-2016. En términos de renovaciones golfísticas, se trataba de una cirugía de emergencia, pero el club estaba decidido a reabrir en primavera. En una entrevista, Bambury comentó que un planteamiento fraccionado habría generado inconsistencias en el estado de las instalaciones –posiblemente durante años–, dañando así la reputación del club. «Todo el mundo acude a Ballybunion con las máximas expectativas –afirmó–. Para los visitantes es el viaje de su vida, por lo que había que hacerlo bien». Los problemas con el drenaje eran la principal preocupación, ya que algunos greens quedaban literalmente empapados en cuanto caía un centímetro de lluvia. En lugar de arena de drenaje rápido, los greens del Old están enclavados sobre sedimentos y arcillas. En colaboración con el arquitecto de campos de golf Graeme Webster –autor también de un nuevo complejo de greens para el memorable hoyo 7 del acantilado–, Bambury supervisó a un equipo compuesto por 80 personas, incluyendo, conductores de volquete, remodeladores e ingenieros. Utilizaron el GPS para cartografiar los contornos de la superficie y, a continuación, se pusieron manos a la obra excavando el terreno pesado y limpiando viejas madrigueras de conejos. Luego de instalar un nuevo perfil arenoso para el suelo, «superpusimos los puntos de medición nuevos sobre los puntos anteriores a la construcción. Hasta que no se lograba una coincidencia de 100 por ciento, los greens no obtenían la aprobación». El año pasado estuvo marcado por un programa intensivo de sobresembrado y cobertura para proteger los greens más jóvenes del asalto de los golfistas, y gracias a esas medidas, se alcanzó un estado óptimo. La apuesta de Ballybunion parece haber dado sus frutos. En la costa norirlandesa de Antrim, el Royal Portrush Golf Club (royalportrushgolfclub.com) ha completado recientemente un proyecto propio que se ha seguido muy de cerca. Este club es el único fuera de Gran Bretaña donde se ha celebrado el Abierto británico de golf (allá por 1951), por eso, cuando el Royal & Ancient anunció que el Abierto de 2019 volvería a jugarse allí, la noticia fue muy bien recibida entre las legiones de fans del campo de Dunluce. Sin embargo, los retos en materia logística para celebrar un gran campeonato han aumentado desde los años cincuenta, y ahora el Royal & Ancient exige más hectáreas para los actos corporativos y otros eventos. Con ayuda de los arquitectos Tom Mackenzie y Martin Ebert, el club aprovechó la oportunidad para, de un solo golpe, incluir esos espacios y mejorar Dunluce. En un primer momento, los más puristas no se mostraron muy de acuerdo con la idea de que fuera posible “mejorar” el diseño de Harry Colt, aun cuando era de sobra conocida la pobreza del acabado del campo (se trata de una característica habitual de los links más antiguos en los que el terreno para volver al centro del club suele discurrir por una zona bastante plana). Para sustituir los hoyos 17 y 18, los arquitectos encontraron terreno más allá del actual hoyo 6 donde crear otros dos hoyos. El nuevo hoyo 7 es un magnífico par 5 que sube serpenteando la colina hasta el interior de la pared de una formación de dunas primitivas. Para rendir tributo a lo que se iba a perder, los arquitectos dieron con un enclave natural donde podían recrear el búnker “Big Nellie”, un enorme cráter que condicionó por décadas los golpes en el hoyo 17. El resultado ha sido bueno, sobre todo teniendo en cuenta que los hoyos presentan una orientación similar en lo que respecta al viento; así el golfista tendrá que seguir tratando de apuntar hacia el “Big Nellie” y confiar en que el viento empuje la bola hacia el lado seguro, es decir, el izquierdo. El nuevo hoyo 8 tiene otra ventaja. El jugador debe decidir cómo afrontar el dogleg hacia la izquierda sin olvidarse de la pared de la duna. Los golpes que buscan la seguridad del lado derecho se enfrentan a un golpe de aproximación más largo con un búnker junto al green. La inauguración de estos dos hoyos está prevista para finales de junio. En el extremo sudoccidental del Anillo de Kerry, Waterville ha sido durante mucho tiempo el secreto mejor guardado entre golfistas y pescadores. Con unas calles de trazado sencillo, la pequeña ciudad resulta fácil de recordar, pero en los últimos tiempos ha vivido una rápida transformación. A pocas cuadras de la estatua de Charlie Chaplin, quien solía pasar sus vacaciones en Waterville, se encuentra el Sea Lodge Hotel (sealodgewaterville.ie) dirigido por dos hermanos. Por su parte, el chef David Farrell, un veterano del Smith & Wollensky de Nueva York, ha trasladado el Dooley’s (dooleyswaterville.com), su famoso restaurante especializado en mariscos y carnes maduradas, a una locación más grande y céntrica. Al mismo tiempo, en el principal atractivo de la población, el Waterville Golf Links (watervillegolflinks.ie), la antigua casa club de los años setenta, está CENTURION-MAGAZINE.COM 19

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