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|Objetos| Una nueva empresa de interiorismo de los Alpes italianos crea mesas inspiradas en la geografía que despiertan admiración en todo el mundo. Por Katharina Hesedenz Diseño de altura N o hace mucho, mientras contemplaba los Dolomitas desde la ventana de su piso vacío, Luca da Ros decidió que el primer mueble que iba a adquirir sería una mesa de centro. «En ese momento, me di cuenta de que contaba con todo lo necesario para construir una yo mismo: montañas, imágenes satelitales, madera y conocimientos de tecnología láser», recuerda Da Ros, que por aquel entonces cursaba un doctorado de ecología forestal en la Universidad Libre de Bolzano. Buscó una cortadora láser CNC que fuera lo suficientemente grande como para materializar la idea que tenía en la cabeza y se puso manos a la obra. La mesa que montó, rematada con una representación topológica exacta de la Hausberg de Bolzano, gustó tanto a Walter Capovilla, el dueño de la máquina, que le propuso fundar una empresa conjunta. No tardaron en elegir el nombre, Dolomitisch, una fusión entre la denominación de la cordillera que les inspiró y el término mesa (Tisch) en alemán. El negocio fue viento en popa desde el principio. Unos meses después del lanzamiento, los coordinadores de la Semana del Diseño de Courmayeur les ofrecieron un puesto en la feria. El equipo, que había crecido durante ese tiempo, transportó tres bancos Belvedere recién fabricados a una estación de teleférico de 3,400 metros de altura y los fotografió en el glaciar con el Mont Blanc de fondo. Cabe señalar que los bancos reproducían el famoso macizo a escala, lo que los hacía aún más impresionantes. Cuando las fotografías llegaron a la mesa de la galerista milanesa Rossana Orlandi, ella también quedó enamorada al instante. Tanto fue así que la grande dame del diseño italiano se apresuró a adjudicar a Dolomitisch un codiciado puesto en la exposición que organiza cada abril para el Salone del Mobile, el evento de interiorismo más importante del mundo. «Año tras año, pasan por mis manos cientos de solicitudes, pero esta destacaba por encima de todas —asegura Orlandi—. Supe de inmediato que este proyecto era algo grande. Más que las fotos, me convencieron los muebles en sí. Cuando miras una mesa Dolomitisch, te sientes como si estuvieras en la cima de una montaña contemplando el valle». FOTOGRAFÍAS © DOLOMITISCH 30 CENTURION-MAGAZINE.COM
La colección Dolomitisch consta ahora de siete modelos, muchos de los cuales combinan maderas locales de origen sustentable con metal y vidrio. El tablero de cristal de la mesa circular Mirage flota sobre picos y laderas; la superficie de la rectangular Cordillera está dividida por una cadena montañosa alargada. Y la mesilla Saxifraga, por su parte, utiliza la parte lisa de dos bloques montañosos enfrentados entre sí tanto para la base como para el tablero. Además, aparte del curioso diseño, algunas mesas tienen un importante componente olfativo. «Cuando usamos maderas perfumadas — subraya Da Ros—, toda la habitación huele a bosque». Da Ros nacido en Vittorio Veneto, una localidad situada en el valle del Po que él define como «una especie de anfiteatro prealpino», aún no ha renunciado a su trabajo de investigador y se muestra contento de que ambas profesiones puedan contribuir a preservar el frágil ecosistema de los Dolomitas. De hecho, la reforestación y la reinversión en proyectos ecológicos son dos componentes importantes del ADN de Dolomitisch. El denominado «punto de equilibrio» de la empresa, crucial para aplicar de forma permanente las medidas de protección ambiental previstas, se acerca a pasos agigantados. Desde que el pasado mes de mayo la Fondazione Italia USA reconociera a la compañía de Bolzano como una de las empresas emergentes más innovadoras de Italia, arquitectos e interioristas internacionales han empezado a llamar a su puerta. En ocasiones, su labor consiste en amueblar un hotel de lujo, otras veces tratan de hacer realidad una visión determinada de un cliente VIP. La empresa colabora actualmente con el museo Reinhold Messner en una serie limitada de mesas que representarán todos los ochomiles que el emblemático alpinista ha conquistado (cada ejemplar llevará la firma del propio Messner). Asimismo, ya tienen un representante local para el continente americano. El copropietario de la Vail International Gallery de Colorado, Marc LeVarn, descubrió la empresa del Tirol del Sur gracias a un amigo arquitecto italiano. Entre otras cosas, le interesa la idea de emplear cualquiera de las superficies de la Tierra como elemento de diseño, ya sea el Himalaya o la falla de San Andrés. El abanico de posibilidades que brindan los diseños personalizados adaptados a lugares concretos (propiedades privadas, ranchos o regiones geográficas) es casi infinito, asegura LeVarn, quien describe a esta empresa como «el [concepto de] diseño más emocionante que he visto en mi vida». El estudio de arquitectura BlueArch se percató hace poco de que Dolomitisch incluso podría incorporar las montañas de otros planetas a la nueva villa de Elon Musk en San Cassiano. Una muestra más que pone de relieve que el enfoque de Da Ros es de otro mundo. Izquierda: la mesa auxiliar Top representa el monte Civetta; abajo: Luca da Ros (izquierda) y el diseñador jefe Riccardo Vendramin posan con la mesa de centro Tip, que incluye una maqueta del Mont Blanc Página opuesta: el banco Belvedere en los Alpes italianos CENTURION-MAGAZINE.COM 31
