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BlackBook Grandes escapadas Croacia tiene mucho más que ofrecer que la antigua ciudad amurallada de Dubrovnik (a menudo rebosante de turistas), el impresionante Palacio de Diocleciano en Split o la incesante histeria que despierta Juego de Tronos. Este país, situado en el cruce de caminos entre el centro y el sudeste de Europa, está impregnado de una rica historia: por acá pasaron los romanos, los griegos e incluso los neandertales, que recientemente han dado mucho trabajo a los arqueólogos internacionales que visitaron la isla de Hvar. De las más de 1,000 islas de las que consta, 48 están habitadas de manera permanente, y no hay que dejar de señalar las más pequeñas que destacan por sus restaurantes o beach clubs de ensueño. Por supuesto, Croacia también es el sueño de todo marinero por las numerosas vías espectaculares y fácilmente navegables que atraviesan el Adriático. Con todo, para aquellos que prefieran permanecer en tierra, la oferta de hoteles de lujo, dos de ellos nuevos y otro prácticamente desconocido, sirve como excelente aproximación al estilo de vida isleño del país. MASLINA Hvar tiene fama de ser una isla fiestera, y lo cierto es que su ciudad homónima goza de un ambiente muy animado por la noche; sin embargo, el resort Maslina (maslinaresort. com), inaugurado hace dos años, es el antídoto perfecto contra todo esto. Su nombre proviene de la palabra local que En el sentido de las manecillas del reloj desde arriba: en dirección al resort Maslina de Hvar; en el spa Pharomatiq del hotel; el restaurante al aire libre; el camino de piedra que conduce a la Villa Borovina de Maslina significa «olivo» y, como es de esperar, la naturaleza es la fuerza que lo guía. Esto resulta evidente desde el momento en el que se llega acá. La recepción está realizada a partir de un trozo gigante de piedra blanca sin pulir, de casi 11 toneladas imperiales, que se extrajo de la isla vecina de Brac y se transportó en un barco especial. Y pese a que el resto del resort está construido en torno a él utilizando también materiales naturales sofisticados como el vidrio, la madera, la terracota o la piedra local, sin embargo, no impresiona tanto. La mayoría de sus 53 habitaciones, suites y villas y prácticamente la totalidad de las albercas y las zonas públicas ofrecen unas vistas perfectamente enmarcadas del mar › FOTOGRAFÍAS EN EL SENTIDO DE LAS MANECILLAS DEL RELOJ DESDE ARRIBA: NIKOLA RADOVANI, KATE SEVO (2), © MASLINA RESORT 18 CENTURION-MAGAZINE.COM
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