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Departures Mexico Autumn 2020

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DEPARTURES VIAJES IN

DEPARTURES VIAJES IN SITU 20 La joya oculta de Perú Rodeada de volcanes y repleta de encanto, el excepcional patrimonio arquitectónico y el panorama gastronómico de Arequipa la convierten en un destino por el que merece la pena desviarse. Por Juliana A. Saad EL RENOMBRE de los lugares de interés más conocidos en Perú no es para menos: Machu Pichu es impresionante, mientras que Cuzco y Lima seducen a su manera, sin embargo, los viajeros bien informados se aventuran cada vez más por el suroeste del país, donde se encuentra la hermosa ciudad colonial de Arequipa, rodeada de volcanes, increíbles salinas y maravillosos valles. Fundada por los españoles en 1540, la Ciudad Blanca, como se la conoce, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. Este destino emergente, situado a 2,300 metros sobre el nivel del mar, entre los Andes y el desierto costero, presume de un ambiente de pueblo pequeño con patios repletos de flores y fachadas talladas en piedra, así como grandes puntos de interés. Colóquese su sombrero para el sol, saque a relucir su espíritu aventurero y disfrute del secreto mejor guardado de Perú. © CIRQA

STEPHANE COMPOINT/LE FIGARO MAGAZINE/LAIF Izquierda: un encantador lounge al aire libre y una suite del hotel CIRQA; abajo: vistas del impresionante Valle del Colca Pasear por la localidad Esta diminuta ciudad se puede (y se debe) recorrer a pie. Comience por la céntrica Plaza de Armas con sus jardines del siglo xviii, sus edificios coloniales adornados con balcones y arcos, y la Catedral de Arequipa de estilo barroco andino que adquiere un tono dorado al atardecer. Detrás de sus torres se puede divisar el majestuoso volcán Misti cubierto de nieve. A solo siete minutos caminando desde acá se alza otro monumento arquitectónico: el Monasterio de Santa Catalina (santacatalina.org.pe). Esta ciudadela de 20,000 metros cuadrados alberga un laberinto de calles, galerías, plazas, jardines, capillas y claustros que dan cuenta del pasado religioso y cultural de la ciudad. Otros lugares, como la Casa del Moral (Calle Moral 318) y la Casa Museo Mario Vargas Llosa (Avenida Parra 101), relatan la historia de Arequipa. La primera, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca andina, la adquirió el cónsul británico en los años 40 y ahora es un espacio de exhibiciones, propiedad de un banco. Por su parte, el museo es el hogar del arequipeño ganador del Premio Nobel de Literatura. Acorde al carácter poco turístico de la ciudad, las visitas guiadas se ofrecen en español, lo que aporta un toque cautivador. Reponer fuerzas Los placeres gastronómicos se pueden encontrar por toda la ciudad. Para una verdadera cuisine d’auteur que fusiona productos regionales con antiguas técnicas arequipeñas, reserve mesa en el Salamanto (salamanto.com), donde los dos menús degustación del chef Paúl Perea resultan ser increíblemente buenos con platillos como el lomo de alpaca con salsa de cítricos. Perea, originario de Arequipa, también dirige otros restaurantes, como la Trattoria Opis, la cevichería Litoral 480 km, y el popular Kawsai Bar, cuya azotea es el mejor lugar para disfrutar de un coctel. Otra estrella local es el cocinero Gastón Acurio, al mando del Chicha (chica.com. pe), un restaurante que ofrece un giro moderno a la deliciosa comida típica de Arequipa. Pruebe el cordero majeño, horneado a fuego lento, y la chicha, la tradicional bebida andina elaborada con elote que da nombre al restaurante. La cocina nativa resulta menos formal, pero no por ello menos sabrosa. Pase por alguna tranquila picantería, las mejores son La Nueva Palomino (Leoncio Prado 122) y Victoria (Calle San Francisco 227), para deleitarse con platillos como el rocoto (pimiento) relleno servido con pastel de papa, el adobe (un delicioso estofado de cerdo guisado en una olla de barro a fuego abierto), el chupe de camarones y una gran variedad de ceviche. Aventurarse en la naturaleza Nadie puede concluir su viaje a Arequipa sin hacer una excursión a la increíble naturaleza que rodea la ciudad. Adéntrese en el Valle del Colca, un geoparque protegido por la Unesco, en busca de las enormes terrazas andinas y los vertiginosos cañones. Al sur del altiplano peruano, en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, el camino que asciende da paso a unos paisajes espectaculares y culmina en unas lagunas y salinas preciosas, hogar de flamencos, alpacas, vicuñas, llamas y guanacos. Por su parte, en la sobrenatural Ruta del Sillar contemplará un espectáculo Para una verdadera cuisine d’auteur que fusiona productos regionales con antiguas técnicas arequipeñas, reserve mesa en el Salamanto DEPARTURES 21

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