48 DEPARTURES HOGAR
48 DEPARTURES HOGAR NUEVOS ROSTROS LA CULTURA BELGA siempre ha valorado la artesanía, pero ahora evoluciona hacia un paisaje de diversidad creativa que lo abarca todo, desde objetos hasta decoración de interiores. Para el ceramista Harvey Bouterse, en Bélgica «existe un fuerte sentido de la individualidad». Presentamos a continuación a tres talentos que son el paradigma del gusto por lo inesperado. HARVEY BOUTERSE CERÁMICA «El estilo belga reside en encontrar el surrealismo en las cosas, algo que no siempre es fácil», afirma Bouterse. Hijo de inmigrantes surinameses, el diseñador creció en Holanda, pero se mudó a Amberes en 1999. Bouterse se inició en el mundo de la moda experimental en el Amberes de los 90 e incluso trabajó en París para Jean Paul Gaultier. En la última década, el artista de 37 años se ha hecho un hueco en la moda con su propia marca al tiempo que ha ido fijando su atención en la cerámica. «Las prendas que hago son para otros, pero las piezas de cerámica las creo para mí». Comenzó a modelar sus exclusivas piezas en Perignem, una antigua fábrica cerca de Brujas que en su día llegó a producir una amplia gama de objetos; ahora mismo, Bouterse y su socio son los únicos ceramistas que quedan allí. «Mi trabajo no tiene nada que ver con Bélgica. Mi fuente de inspiración son mis orígenes», declara. Sus floreros y tazones, de colores vivos y con símbolos pictóricos, recuerdan a Surinam y a su Desde la izquierda: objeto Graphic 01, 2017 y objeto Primitive 1/3, 2017, de Harvey Bouterse; abajo: Victoria-Maria Geyer en su casa de Bruselas con blancos Les Venimeuses para Pierre Frey en Cuivre, izquierda, y Nuit, pierrefrey.com enérgica mezcla de culturas africana, asiática y de los nativos sudamericanos. «Yo no consulto libros. Los símbolos, las formas y los perfiles surgen de mi imaginación». La exposición celebrada este verano en la sede de la diseñadora de interiores Nathalie Deboel, en la ciudad costera de Knokke-Heist, tuvo un gran éxito e incluso Bouterse recibió varios encargos privados. Durante la feria de diseño internacional Biennale Interieur, celebrada en Cortrique en octubre, expuso Wunderkammer, una cerámica con formas de estilo brutalista y motivos primitivos. «Todo el mundo tiene un enfoque diferente —explica sobre el panorama del diseño en Bélgica—. Y cada uno debe encontrar su propia estética». hrvi.tumblr.com VICTORIA-MARIA GEYER INTERIORES Nacida en Alemania, Geyer se mudó a Bruselas cuando era niña. En la obra de esta estrella emergente se observa un contraste que bien podría encontrarse en los Países Bajos. «En Bélgica, la gente se muestra un poco temerosa —afirma la diseñadora de 36 años—. Todo es gris, negro o blanco; nada arriesgado». Con un portafolio de clientes por toda Europa, adquiere objetos de cualquier parte del mundo: tapetes de Irán, muebles en madera tallada y laqueada de Bombay y CORTESÍA DE HARVEY BOUTERSE (2)
Portugal o antigüedades de casas de subastas de París y Estocolmo. «No sigo un estilo o un patrón — sostiene—. Cuando entro en un espacio, enseguida sé lo que tengo que hacer». Su propio departamento es una selección de piezas de los 70 con acabados perfectos: un tapiz sueco de formas geométricas se yuxtapone a un par de sillones Elda en cuero café de Joe Colombo y, a su lado, la reedición de Tacchini del sofá Sesann diseñado por Gianfranco Frattini en 1970. A Geyer le gusta crear contrastes entre las formas modernas y el estilo Napoleón III, como un par de cisnes de madera dorados convertidos ahora en lámpara de mesa y un banco tapizado en seda. Su último proyecto es una colección cápsula para Pierre Frey. Incluye dos diseños: Les Venimeuses, un estampado de serpientes retorcidas bordadas en los blancos, y el Ouroboros, serpientes mordiendo su propia cola sobre tela y papel pintado. Geyer no se imagina en otro lugar que no sea Bruselas: «Es una ciudad pequeña, con una buena calidad de vida y espacios amplios, lo que permite divertirse, al contrario que París o Londres», donde los espacios para la creatividad son más exclusivos. Sin embargo, reconoce que «el tiempo aquí puede ser horroroso. El cielo siempre está gris». Esto le sirve de inspiración para contrarrestarlo con un diseño de interiores inesperado y luminoso «No quiero esa oscuridad en el interior». victoria-maria.com Desde arriba: Yann Dessauvages en su estudio; su mesa de centro Arizona Eclipse; studiovandenakker.com CORTESÍA DE YANN DESSAUVAGES YANN DESSAUVAGES MOBILIARIO Hijo de una decoradora y un herrero y nieto de un artesano del bronce, Yann Dessauvages pasó muchas horas de su infancia en Bruselas observando a sus familiares colar, fundir y forjar el metal. «Mi madre me dio el ojo y mi padre, la mano», sostiene. Este orfebre autodidacta de 29 años se obsesionó a muy temprana edad con el trabajo de dos artesanos belgas de los 70 y 80, Ado Chale y Armand Jonckers, «por la forma en la que manipulaban los metales e incorporaban piedras». La mesa circular Goutte d’eau de Chale —vendida hace poco en Christie’s de París por alrededor de US,000— tuvo una gran influencia en el diseñador por «ser una pieza sencilla pero poderosa que hace aflorar un montón de emociones». En 2012, Dessauvages empezó a experimentar con lámparas. Las primeras eran estructuras de latón que sujetaban piedras preciosas. «El metal se asocia en muchos casos con objetos toscos y a mí me gusta que este material pueda convertirse en algo elegante», explica. Primero funde sus piezas en latón y luego les añade bronce y piedras semipreciosas como lapislázulis, ágatas o malaquitas. Ese espíritu orgánico se refleja en su trabajo más reciente: una colección de mesas como la Arizona Eclipse, con madera petrificada, latón y resina, que recuerda al tipo de acabado en la obra de Chale. Dessauvages puede tardar hasta un mes y medio en completar una pieza a mano así que, para poder trabajar de una «forma más inteligente», va a trasladar su estudio a una antigua finca que acaba de comprar. El diseñador ha comenzado a acaparar más interés con sus exposiones en las salas de Studio Van den Akker en Nueva York y Los Ángeles. dessauvages.com DEPARTURES 49
