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Departures Mexico Spring:Summer 2023

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46 DEPARTURES POR EL

46 DEPARTURES POR EL VECINDARIO CULTURA Los fundadores de la galería Carpenters Workshop, Loïc Le Gaillard (izquierda) y Julien Lombrail Manos a la obra El equipo detrás de la Carpenters Workshop Gallery lo ha dado todo para crear un centro de arte innovador y accesible en el barrio londinense de Notting Hill. Por Claire Wrathall BENJAMIN BACCARANI

BENJAMIN BACCARANI «EN LO QUE RESPECTA AL modelo de galería, estamos llegando al final de una era —afirma Loïc Le Gaillard—. Ya no basta con vender obras de arte o muebles caros», ahora los coleccionistas y los compradores potenciales «necesitan vivir una experiencia; buscan un desafío». Es una confesión inesperada para un hombre que ha dedicado los últimos 17 años a dirigir la galería londinense Carpenters Workshop Gallery, fundada en 2006 junto con su amigo de la infancia Julien Lombrail. En la actualidad, cuenta con sedes en su París natal, Nueva York y Los Ángeles, y probablemente sea la mayor distribuidora del tipo de mobiliario escultórico de edición limitada al que nos referimos cuando hablamos de arte funcional o diseño de colección. En su día, la sala de exposición principal se hallaba en Mayfair; a partir de ahora, los clientes tendrán que desplazarse ocho kilómetros hacia el oeste, hasta una zona del interior a la que llaman, con optimismo, «el área de Notting Hill». Para llegar allí seguramente sea más rápido tomar un taxi desde Mayfair que caminar durante 35 minutos desde la parada del metro de Notting Hill Gate, pero no hay que caer en el desánimo, porque si Le Gaillard logra hacer realidad lo que imagina, el paseo de 2.75 kilómetros valdrá la pena. Ladbroke Hall, la nueva sede central de la Carpenters Workshop Gallery, se construyó a principios del siglo xx para albergar la Sunbeam Talbot Motor Company, la fábrica donde se creó el primer auto deportivo que alcanzó los 160 km/h. Se trata de un distinguido edificio de ladrillo rojo que destaca por su suntuoso estilo Beaux Arts y el sorprendente aire francés de sus interiores. Una vez dentro, la espléndida escalera de hierro forjado y el parqué en espiga «recuerdan a un hôtel particulier parisino —apunta Le Gaillard mientras subimos a la amplia y luminosa sala de exposición principal de la galería—. Uno se imagina a Pierre Cardin bajando estas escaleras y dando la bienvenida a sus modelos». El espacio se inaugurará con una exposición de David Adjaye, quien dedica «la mayor parte del tiempo a la arquitectura —de hecho, ha sido el artífice de todo el proyecto—, pero le he pedido que trabaje en un conjunto de piezas de edición limitada que son espectaculares». Asimismo, habrá exhibiciones más pequeñas donde se mostrarán obras de Joaquim Tenreiro y de otros 35 artistas y diseñadores de Carpenters Workshop, entre ellos, Atelier Van Lieshout, Virgil Abloh, Pablo Reinoso y Studio Job. El banco escultórico Denuncia (1982), en madera de pequi, del icónico diseñador brasileño José Zanine Caldas, forma parte de la exposición inaugural de Ladbroke Hall Hasta aquí, todo previsible. Sin embargo, pese a las declaraciones anteriores de Le Gaillard, «en el fondo, es una galería comercial. Ahora bien, me gustaría acabar con la idea de que las galerías son solo para la élite o la gente rica. Quiero que dé la sensación de que está abierta a todo el mundo y que los jóvenes de la zona sientan curiosidad, empujen la puerta y digan: “¿Qué pasa acá?”». Por ello, ha concebido un centro artístico dotado de un carácter ambicioso que recuerda a lo que fue el Instituto de Arte Contemporáneo en su apogeo: un nuevo complejo que, además de albergar exposiciones, ofrecerá un programa de danza, teatro, poesía, cine, fotografía (con estudio incluido) y, sobre todo, música, para lo que dispone tanto de un escenario de triple altura como de una magnífica sala de conciertos en forma de galería con un Steinway, una acústica diseñada por Bang & Olufsen y capacidad para 180 personas. «Me encanta el jazz, así que tendremos una o dos noches de jazz a la semana. Eso es innegociable», asegura. Al fin y al cabo, es su local. Por lo demás, también se ofrecerán «desde noches de hip hop hasta música clásica», pasando por festivales periódicos de diez días en los que actuarán «artistas de Steinway» de una lista estelar de casi 2,000 pianistas de talla mundial que, como bien dice, «tienen un talento increíble». Con demasiada frecuencia, «el formato que se utiliza para presentar la música clásica es poco atractivo. Queremos que sea accesible a un público más joven. Y aparte de eso —añade sin vacilar ni un segundo—, también quiero organizar noches de tango. Después de la pandemia, la gente necesita contacto físico. Nos hace falta divertirnos». A fin de reforzar su compromiso con la música, el establecimiento incluye un estudio de grabación que no solo estará disponible para los músicos consagrados, sino que también brindará «a los jóvenes la oportunidad de grabar de manera profesional y alcanzar el éxito. Nosotros hemos logrado triunfar y nuestro deseo es encontrar formas de retribuirlo». Detrás del edificio, habrá un frondoso jardín diseñado por Luciano Giubbilei —ganador de una medalla de oro y del galardón al mejor expositor en la Exhibición de flores de Chelsea—, que ocupará casi 1,200 metros cuadrados, «lo bastante grande como para jugar al escondite». En medio del jardín se levantará una maison démontable de Jean Prouvé, una de esas casas plegables prefabricadas que proporcionaron refugio de emergencia a los desplazados o gente sin hogar durante la Segunda Guerra Mundial y que se han convertido en íconos del diseño de mediados del siglo xx. 47 DEPARTURES

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