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38 DEPARTURES ESTILO SINCRONIZACIÓN PERFECTA Mirada al pasado, rumbo al futuro La colección Alpine Eagle de Chopard rompe moldes estéticos y reúne a varias generaciones de la familia Scheufele. Por Laurie Kahle Los hermosos bocetos del Alpine Eagle realizados por Chopard dejan vislumbrar el proceso creativo EN 1980, EL RELOJ DEPORTIVO ST. MORITZ de Chopard abrió un nuevo camino para la venerable empresa familiar. Fue el primer reloj diseñado por el copresidente de la marca, Karl- Friedrich Scheufele, quien, con solo 22 años, necesitó convencer a su padre para que diera el visto bueno a su vanguardista creación en acero. «La idea era crear un reloj deportivo de acero, una auténtica revolución para nuestra firma», recuerda Karl- Friedrich. En aquella época, las casas de relojería más icónicas, entre las que se encontraba Chopard, se enorgullecían de sus piezas de prestigio, de forma que el reloj deportivo fabricado en un sencillo acero suponía asumir un riesgo importante. Por supuesto, el St. Moritz llegaría a convertirse en un clásico. En la actualidad, la colección Alpine Eagle, la última novedad de Chopard, va por el mismo camino, siguiendo la dinámica familiar: en esta ocasión, Karl-Fritz, el hijo de Karl-Friedrich, tuvo que persuadir a su padre de que había llegado el momento de recuperar el reloj deportivo retro, que volvía a estar de moda.
Scheufele padre accedió porque, tal y como él mismo señala, en el «principio subyacente del diseño del Alpine Eagle —e incluso del St. Moritz— aplicamos el principio de que la forma se adapta a la función. Cada detalle cuenta». Y es que hasta el último detalle de esta elegante y contemporánea actualización del clásico de 1980 resulta deslumbrante. La nueva colección incluye diez modelos diferentes en acero, oro, bicolor y oro engarzado con diamantes, con esferas en azul o gris galvánico, nácar blanco o nácar de Tahití. En cuanto al tamaño, se presenta en dos medidas, para hombre y mujer, con una versión de 41 mm y otra de 36 mm en las que laten los calibres automáticos 01.01-C y 09.01-C respectivamente. Al examinarlo más de cerca descubrimos una serie de características heredadas de su antepasado, como la caja en forma tonneau, la pulsera integrada compuesta de eslabones en forma de lingote con un remate central y los ocho tornillos situados por pares en los puntos cardinales que rodean el bisel satinado. También incluye varios elementos contemporáneos, entre ellos, el revestimiento de alta luminosidad Super-LumiNova Grade X1 en los índices horarios y en las manecillas de horas y minutos o la nueva y exclusiva aleación de acero. Para crear su exclusiva aleación patentada Lucent Steel A223, Chopard emplea un porcentaje de acero reciclado en una clara muestra de su compromiso con las prácticas sustentables, como es el caso del programa Fairmined Gold en el que también participa. El proceso de doble fundición sirve, además, para eliminar impurezas, obteniendo así un acero hipoalergénico más ligero y brillante con una dureza de 223 Vickers que le confiere una resistencia a los arañazos 50% superior a la del acero convencional. Debido a la dureza extrema del material, se necesitaron cuatro años para perfeccionar el complejo proceso de fabricación. Alpine Eagle toma su nombre y se inspira en la majestuosa ave rapaz que surca los cielos de los Alpes. Las singulares esferas texturizadas en azul y gris evocan tanto el iris de esta ave como el granito de la región. Otro sutil rasgo distintivo es el contrapeso en forma de pluma del segundero central del reloj. En consonancia con las iniciativas sustentables de Chopard, Scheufele ha creado la Eagle Wings Foundation. Este proyecto multidisciplinar de conservación del medio ambiente pretende sensibilizar a la sociedad acerca de la importancia, la belleza y la fragilidad de los biotopos alpinos. Con esa finalidad, presenta una serie de perspectivas de los Alpes desde el punto de vista de los seres humanos, los satélites e incluso las propias águilas. chopard.com DEPARTURES CORTESÍA DE CHOPARD 39
