20 DEPARTURES VIAJES UNA
20 DEPARTURES VIAJES UNA BASE SÓLIDA Reinvención rural La minuciosa restauración de una finca familiar en los bosques de Transilvania se ha convertido en una tarea hecha con amor. Por Ann Abel «TODO ESTE PAÍS tiene un encanto especial», asegura Gladys Bethlen, dueña de la nueva y extraordinaria finca Bethlen Estates en Rumanía. «Es lo que sienten los viajeros cuando vienen acá desde cualquier parte del mundo». Es cierto que Transilvania, con sus bellos paisajes bucólicos, bosques vírgenes de pinos y fauna diversa, no se parece a ningún otro lugar del planeta. Aquí la gente vive en armonía con la naturaleza. Es una región donde los bosques y los prados están salpicados de ciudadelas medievales y castillos de cuento de hadas, evocando una historia que va mucho más allá de las últimas generaciones. Es comprensible que Bethlen, austríaca de nacimiento y rumana por matrimonio, tenga sentimientos encontrados respecto a Rumanía. Bethlen Estates se encuentra en el que fue el hogar de la familia de su difunto marido, el conde Miklós Bethlen. Hace unos 800 años, los antepasados del conde fundaron el pueblo de Criş y construyeron su castillo medieval. La dictadura comunista de Rumanía tras la Segunda Guerra Mundial fue especialmente cruenta. El régimen se regodeaba destruyendo las fincas nobiliarias que nacionalizaba. Como cuenta Gladys Bethlen, utilizaron el castillo de su familia como establo para animales, quemaron cientos y cientos de antiguos libros de la biblioteca y arrancaron los clavos de las paredes. «No es que empezáramos de cero —afirma—, es que lo hicimos desde menos 20». Y, aun así, no se rindió. Junto a su hijo y socio Nikolaus compraron todos
PHILIP VILE La Caretaker’s House, de 300 años de antigüedad, constituye el corazón de los rústicos terrenos de Bethlen Estates y cada uno de los edificios en ruinas (sin ningún tipo de compensación o ayuda de la UE, como señala). Ambos se dispusieron no solo a devolverlo todo a su estado anterior, sino también a transformarlo en algo que conmemorara el pasado sin perder de vista el futuro. Tras la primera fase de un meticuloso proceso de restauración que ha durado años, Bethlen Estates vuelve a estar en marcha. Se trata de un proyecto que busca recuperar el legado con un propósito social y conservar Derecha: una elegante escalera de la Caretaker’s House; abajo: la casa cuenta con una tradicional estufa de azulejos en el comedor el patrimonio cultural. El objetivo de ambos era transformar las ruinas en modernas joyas de la arquitectura y la hotelería y, además, apoyar a la comunidad vecina a través del empleo, la educación y ayudas concretas a los más necesitados. La primera propiedad que han reformado es la Caretaker’s House, una preciosa y elegante vivienda de cuatro dormitorios con una sofisticada representación de la vida rural. Parte del proyecto consistió en restaurar los exteriores de las casas, los establos, los graneros, las escuelas y otros edificios para devolverles su esplendor de antaño. Sin embargo, en el interior, la Caretaker’s House se convirtió en algo más contemporáneo. Las diseñadoras de interiores Stefanie de Castelbajac y Melanie Etten-Rüppell han trabajado con artesanos locales para crear un espacio luminoso y reconfortante, con antiguas alfombras kílim, vigas de madera originales, y cálidas estufas de azulejos. Han integrado, asimismo, lámparas de Tom Dixon, modernas escaleras escultóricas y una impresionante ebanistería en la cocina de color azul turquesa. Al despertarte en este entorno, es probable que recuerdes el típico cliché viajero, pues te sentirás como en casa. La Depner House, una casa de campo tradicional sajona del siglo XVIII con dos dormitorios, es más íntima. Conserva gran parte de su encanto original, con vigas a la vista, herrajes antiguos y una escalera central de hierro fundido. Es acogedora y reconfortante y, además, tiene la ventaja de estar cerca del Kitchen Barn, uno de los elementos centrales de Bethlen Estates. Aunque se puede disfrutar de todas las comidas en cada casa, el céntrico Kitchen Barn atrae por su terraza, así como por la posibilidad de platicar con la chef Tatiana, mientras prepara una cena típica o un nutritivo desayuno al estilo rumano, con huevos, tostadas, mermelada, pepino, jitomate y especialidades de carne, como el pariser (parecido a la mortadela) y el salam de Sibiu (salami de cerdo de la cercana ciudad de Sibiu). DISTANT REDOUBTS DEPARTURES 21
