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Departures Mexico Winter 2021

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42 DEPARTURES CULTURA

42 DEPARTURES CULTURA TODO UN ARTE Marta Cucchia tejiendo en un antiguo telar; abajo: cojines de inspiración renacentista con el grifo, antiguo símbolo de Perugia ESCONDIDA ENTRE LOS desgastados telares del taller de Giuditta Brozzetti, se encuentra una exitosa historia de emprendimiento femenino; un relato admirable en la Italia de hoy en día, pero verdaderamente extraordinario en sus comienzos en 1921. Es la crónica de cuatro generaciones de mujeres que, con determinación y pasión, se especializaron en las técnicas y la sabiduría del pasado para resucitar un oficio al borde de la extinción y proyectarlo hacia el futuro. El catalizador de Brozzetti en los años 20 fue William Morris, padre del diseño industrial y uno de los principales impulsores del movimiento Arts and Crafts. Su visión de la artesanía como empoderamiento social llamó la atención de la artesana italiana Giuditta Brozzetti, pues sus objetivos encajaban a la perfección con la filosofía de Morris. La idea de fundar un atelier para revitalizar los tejidos de Perugia nació no solo de su pasión por un arte que se remonta a la Edad Media en Umbría, sino también del deseo de empoderar a las mujeres rurales con oportunidades laborales. De hecho, disponer de una cuenta bancaria personal era uno de los requisitos de contratación de Brozzetti para así asegurarse de que los salarios de sus empleadas no caían en manos de sus esposos. Giuditta fue la primera de una larga estirpe de perspicaces mujeres de negocios. Su hija Eleonora, una mujer elegante y con mucho estilo casada con un conde, impulsó la empresa movida por su ambición de crear una colección de moda con los tejidos delicados que tradicionalmente se reservaban para manteles, cortinas, cojines y otros artículos para el hogar. Durante los años 50 y 60, sus prendas llegaron a las pasarelas de la MITAM, la principal feria textil de Milán y predecesora de la Milan Fashion Week. Años después, su hija Clara llevó el atelier un paso más allá. Su amor por la historia, la animó a explorar la iconografía de las iglesias italianas y, a través de las pinturas de artistas como Simone Martini, Giotto, Ghirlandaio y Leonardo da Vinci, descubrió que las telas de Perugia se habían utilizado para cubrir altares desde finales del siglo XII. Asimismo, halló documentos, como un inventario de la dote de Catalina de Medici cuando se casó con Enrique II, que mencionan la tela perusina en 1533 y pulen aún más el brillo histórico de la empresa. Todo estuvo a punto de venirse abajo en las décadas posteriores a la crisis textil de finales de los 70 que afectó a los productores de toda Italia. En esta ocasión, Marta Cucchia, hija de Clara, acudió al rescate. Abandonó sus estudios en Milán y regresó a casa para trabajar a diario en los telares, algo que ni su madre ni su abuela habían hecho.

Marta (arriba) en el atelier Brozzetti en Perugia «He cumplido el sueño de mi madre», apunta Marta quien transformó el atelier de su familia en un museo viviente ERIS CURO De regreso a Umbría, Marta comenzó a apreciar en profundidad la importancia de la empresa familiar en la que había nacido y transformó el atelier de su familia en un museo viviente. En su interior, los visitantes pueden conocer la ilustre historia de las mujeres Brozzetti, además de presenciar la fabricación de artesanía contemporánea. «He cumplido el sueño de mi madre —explica—. Ahora tengo la suerte de contar con dos chicas jóvenes de Francia que me ayudan en el taller. Hoy en día es todo un milagro. Por fin, hay ganas de redescubrir los antiguos oficios». De esta manera, siete telares familiares del siglo XIX y tres del siglo XVIII continúan tejiendo caminos de mesa, estolas, cortinas, cojines y accesorios elaborados con algodón, seda, lino y mezclas de casimir, así como hilo de oro y de plata. Entre estas creaciones únicas se encuentra una serie en edición limitada de la icónica bolsa baguette de Fendi; Marta creó esta línea para el proyecto Hand in Hand lanzado por la marca de moda con el fin de promocionar la excelencia de la artesanía italiana. Todas estas obras maestras se tejen bajo las bóvedas celestiales de la antigua Iglesia de San Francisco de las Mujeres de Perugia, que data de 1212, el espacio al que Marta trasladó su museo-taller en 1996. El nombre de la iglesia es una casualidad muy apropiada, teniendo en cuenta el papel que desempeñaron las Brozzetti a la hora de salvar este arte del olvido. Seguro que las creaciones de Fendi serían del agrado de estas cuatro generaciones de mujeres. brozzetti.com DEPARTURES 43

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