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AVENTURA EN EL ÁRTICO Izquierda: Lars Hoffmann y Malin Strid. Abajo: viajar en un trineo tirado por 10 perros permite contemplar Arjeplog desde una perspectiva única. «ARJEPLOG ES UNA PEQUEÑA LOCALIDAD EN LOS LINDES DEL CÍRCULO ÁRTICO». A las tres de la tarde, el sol empieza ya a esconderse en el pálido cielo invernal de Arjeplog, en la Laponia sueca. La nieve cruje bajo nuestros pies en el trayecto que nos lleva hasta el lago Sälla. A pesar de las numerosas capas de abrigo, los 30 °C bajo cero cortan la respiración, aunque la sensación resulta extrañamente vigorizante. Contemplando el lago helado desde la orilla, Lars Hoffmann y Malin Strid enganchan sus 10 huskies a un trineo de 2,5 metros. Los perros menean las colas y ladran emocionados: han nacido para esto y ya están casi listos para salir por patas. Mientras nos acomodamos bajo una gruesa manta de lana en la parte delantera del trineo, Malin ocupa su lugar en la zona trasera. Con un poderoso grito pone firmes a los canes, que empiezan a marchar y a mover el trineo. El silencio nos acompaña mientras nos adentramos en los bosques de pino nevados que rodean el lago, un silencio solo interrumpido por el zumbido de los patines de madera sobre la nieve. Desde nuestra confortable posición disfrutamos del viaje y de la bucólica estampa invernal que nos ofrece esta cara tan desconocida de Arjeplog. La mayoría de los que visitan esta pequeña localidad en los lindes del Círculo Ártico sueco pasan gran parte de su tiempo en el asiento del conductor. En invierno, más de un metro de nieve cubre los numerosos lagos de la región, convertidos en circuitos perfectos para las durísimas pruebas en frío extremo de Land Rover y también para los amantes del volante que quieren poner a prueba o perfeccionar sus habilidades. 63