revista mundo plural julio

No debemos olvidarnos que leer o escuchar literatura estimula ambos hemisferios
del cerebro: el izquierdo, encargado del lenguaje, de la lógica, las secuencias, las
partes y el análisis; y el derecho, asociado a la imaginación, a la globalidad, a la música,
al ritmo y a lo visual-espacial. Es por eso que los cuentos para niños son imprescindibles
para la formación ética y estética en la infancia, ayudan a desarrollar
el caudal latente de imaginación y a conocer el mundo que los rodea. Actualmente
se le atribuyen también acciones terapéuticas y curativas. Cuando se leen textos en
el dial se mantienen las características de complicidad con el oyente: oralidad, brevedad,
repetición, y transmisión amena de conocimientos, creencias, actitudes y
valores.
Es interesante lo que Ana Pelegrín nos dice: "El lector es el intérprete y el
intermediario entre el libro y los que escuchan”. No es una tarea fácil ya que todo
se hace sólo con la voz y sus inflexiones para crear un ambiente o una atmósfera y,
a su vez, dotarlos de la magia que se requiere para introducirse en una historia sin
la ayuda del cuerpo o de los gestos; pero se tiene, sin embargo, la posibilidad de
aprovechar la música, los sonidos y los efectos especiales para situar, ejemplificar y
apoyar la imagen auditivo-visual de las palabras, que de esta manera se disfrazan y
nos envuelven.
Trabajar en ella implica un conocimiento de sus peculiaridades técnicas y de
cómo éstas pueden aprovecharse para incitar el acercamiento al libro. Muchos de
los textos literarios elegidos deberán, en algunos casos, ser adaptados al medio y al
público al que van dirigidos, tratando de mantener, hasta donde se pueda, la fidelidad
del texto original.
Algunos de los criterios y características que se manejan para la selección de
las narraciones son: la extensión del cuento (veinte minutos a lo sumo); la estructura
temporal sencilla, preferiblemente lineal; lenguaje descriptivo y narrativo; la inclusión
de diálogos directos; la profusión de imágenes sensoriales y las figuras literarias
que contribuyan a pintar con imágenes las escenas narrativas
(onomatopeyas, aliteraciones, exageraciones y enumeraciones entre otras). Es conveniente
que el texto elegido contenga fórmulas de inicio y cierre. Otra particularidad
relevante es el uso del humor: situaciones pícaras, absurdas, travesuras, aventuras
o con enredos y malos entendidos son muy atractivas tanto para niños como
para adultos. También es importante la selección de la música para la presentación
y para el fondo musical del cuento, y los efectos de sonido cuando así se requiera,
siempre teniendo en cuenta el tema a tratar.