31.05.2021 Views

FENYA! #2

  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

xiclet

núm 02

juny 2021


[ɲ]

La nasal palatal transcriu el dígraf ny.

Es representa amb la lletra ena amb

ganxo a l’esquerra situada a l’extrem

esquerre inferior.

És un so present a moltes llengües

actuals, com en català, castellà,

francès, italià, grec modern,

hongarès, etc.


fenya

Vol dir feina, prové del subdialecte

Tarragoní. Fenya és un ofici o

professió, una activitat o dedicació,

una obra produïda amb el treball,

amb l’esforç sostingut per dur a

terme les coses que han de ser fetes.

Recorda: fenya feta no té destorb.



Lo pròleg

Marina Troyano

Dissenyadora Gràfica

Comunicadora

A mi també em van dir de petita que si t’empasses

un xiclet, aquest restarà enganxat a la panxa per

sempre. Imaginem-ho com una gran massa arrodonida

i abonyegada que roman a una vora, a la costa d’un

llac d’àcid gastrointestinal i és formada per un cúmul

de colors i gustos que un dia vam fer caure gola avall.

Hi és aquell xiclet que et vas empassar de ben petit

perquè et vas distreure en mossegar i, relliscant cap a

la campaneta, no vas tenir més remei que fer-lo passar

cap a l’estómac. Aquell era de maduixa i ara forma part

del nucli de l’element enganxifós de la teva panxa. Ha

perdut totes les seves propietats, però no pas el record

d’aquell advertiment que va fer la mare, que et va fer

espantar i pensar en aquell xiclet per sempre dins teu.

També hi és aquell que menjava quan tenia por de fer mal

alè i, engolint-lo just abans de fer un petó, vaig haver de

convidar-lo a passar l’eternitat amb els seus homònims. I

aquell que va engolir el cosí quan li va agafar un atac de

riure? Encara en queden restes de l’interior gelatinós amb

gust de meló.

Cada bocí d’aquella pilota de goma de mastegar és un

record, un moment en format físic que vam acollir ben

a dins, conscientment o sense poder-ho evitar. Aquells

trossos de plàstic dolç i refrescant esperen el seu moment,

impacients per saber quan arribarà el pròxim company.

Potser amb la idea de fer-se prou grans per pujar l’esòfag,

seguir la llum i tornar a l’exterior. El que no saben és que

com els records i les opinions, un cop surten, es refreden i

amb prou força s’enganxen a sota la taula o s’incorporen a

la sola d’una sabata.

Il·lustració per

Edu Polo


La veu de l’experiència p.06

Il·lustració: Marta Escobar

Text: Beatrice Bizot

Il·lustradora convidada p.10

Bel Tulip

Frankentype p.12

Lluis Jimenez

A quatre mans p.14

Anduruplandu i Gabriela Basin

Col·laboració amb Tecletes p.16

Joana i Nico Weber

Còmic exquisit p.20

Jordi Beltran

La dura realitat p.22

Silvio Manuel García Almoril

El collage p.24

Pepe Serra

Microrrelat p.26

Il·lustració: Ana Gomez

Text: Carlos Terrón

La set p.28

Marina Barberá

El zoom p.30

Il·lustració: Alba Pocurull

Text: Maria Roig Alsina

El pes de sobre p.35

Octavi Torné

El passatemps p.37

Elisabet Boal i Àngel Sauret



Alba Méndez

il·lustració

La veu de l’experiència


Marta Escobar

il·lustració

Extraños lugares de iniciación.

per Beatrice Bizot

Escultora

Acabo de volver de la chatarra.

Ahora me conocen allí. Entro como

una “cliente habitual”, me pongo un

casco y voy, libre de aventurarme

en este territorio de pura periferia

que no deja de fluctuar. Allí, las

montañas se desplazan de lado

a otro a la fuerza de máquinas

dinosáuricas con gigantes manos

de hierro que, implacables, cogen,

suben, tiran, expulsan toneladas de

objetos en forma de olas movientes

y estrepitosas. Yo voy, evitándolas,

dejando una forma de silencio

invadirme y mi mirada se pierde, entra

en estado de meditación, en busca

de tesoros que me esperan. Escojo

con parsimonia, porque sé que soy

golosa y me he pasado muchas

veces. Cojo una tira de hierro, barras

de colores industriales espirales de

aluminio, letras que incorporaré a mi

mundo de esculturas como palabras

de poemas en volumen. Tesoros

abandonados y reencontrados.

La verdad es que es uno de los

lugares que me hace puramente feliz.

Y minúscula con mi chaleco

fluorescente delante de estos

amontonamientos de escombros, miro

un paisaje como si fuera un paisaje

de mar moviente. Un mar de objetos

llenos de vidas pasadas y ahora de

inutilidad pura. Objetos que ya no

valen por su uso sino por sus formas

y colores. Aquí me convierto en la

discreta espigadora del arte que

aprendí a ser en mi infancia.

Yo nací en Italia, cerca del mar

Mediterráneo. Milán era una ciudad

apasionante, pero contaminada e

industrial. Mis padres se escapaban

cuando podían en dirección a un

pueblo al lado del mar. En invierno

allí todo estaba abandonado,

descuidado. Y justamente era esa

la gracia. Las playas de piedras

negras pasaban de ser privativas

e impecables a ser un terreno de

soledad, aventura y de búsqueda de

tesoros. El piso siempre estaba un

poco frío, pero encendíamos un fuego

en la chimenea y nos largábamos mi

padre y yo a buscar tesoros.

En sus horas perdidas, mi padre

también era escultor. Dejaba su piel

de empresa y se subía a la terraza de

casa, sacaba máquinas y esculpía

las piedras que encontraba en la

playa. Surgían formas orgánicas

redondas, voluptuosas y dulces.

A veces un poco sensuales, pero

no decíamos nada, estas formas

revelaban aspectos muy escondidos

de su personalidad que, oficialmente

07


era potente y un poco colérica. Su

materia prima la encontraba entonces

en invierno, en esta playa a la que

llegaban desde el mar restos de

cementerios tirados, cruces de

mármol, placas, hierros, maderas.

Yo con mis doce añitos le seguía de

lejos como un perro feliz, observando

el suelo como un cazador y hacía

lo mismo. Llegábamos a casa más

que felices con aquellas maravillas y

mi madre se asustaba de ver lo que

ella consideraba trastos invasores.

Más de 40 años después he llegado

a volver a este piso y, abriendo el

armario de una de estas habitaciones

de juventud, encontré restos de alas

que había empezado a construir, para

volar, con maderas ligeras y tiras de

plástico así como piedras y restos de

esa época pasada.

A veces pienso que son estos

lugares inspiradores los que todavía

habitan mis recuerdos. Yo quería ser

zapatera porque fue el primer taller

que tuve la suerte de observar: el olor

del pegamento, las máquinas para

pulir, cortar, las cizallas y la misión

siempre cumplida del artesano que

arregla como un mago los zapatos

destrozados. Nos los entregaba como

nuevos con sus manos ennegrecidas

de cera. Mi padre nos decía: mirad

estas manos que trabajan, fuertes y

llenas de experiencia.

Las manos. Extensiones del cerebro.

El gesto emana en línea directa

del cerebro. Así que el gesto del

artista es la expresión de su idea.

Estoy observando las mías. No son

tan finas por cierto como lo eran

antes. Mi hermana, que dibuja, las

tiene tan finas. Las mías son ágiles

pero fuertes, gastadas. Como las

de mi madre llevan una red de ríos

repartidos de forma compleja como

una geografía de venas que las

riegan de energía.

Con mis manos enganchadas a mi

cerebro y a mis recuerdos de infancia

he llegado a viajar y vivir en varios

países. Estados Unidos, Francia,

Australia, y por fin he vuelto a la orilla

del mediterráneo donde me podría

quedar. El mediterráneo es mi lugar,

“my home”. No he llegado a reparar

zapatos, pero sí he cumplido con el

sueño de utilizar mi alma, mi cerebro

y de ensuciar mis manos en un taller.

Seguí los pasos artísticos familiares y

me convertí en escultora aprendiendo

de mis encuentros y de mucho

trabajo. “To make good art you

need 10% talent, 10% luck and 80%

work!” declamaba Hoppy, un amigo

y maestro escultor que la vida puso

en mi camino. Trabajar siempre y

constantemente lo aprendí de Jiri

Kolar, otro artista checo que a los 20

años me propuso el reto de escribirle

cada día. Lo que hice durante más de

un año a cambio de obras suyas que

llegaban diariamente por correo a mi

casa. Palabras contra imágenes. Esto

me dio constancia, regularidad y me

obligó a pensar, analizar. En el 2012

esta correspondencia se expuso en

Praga, en el Museo de Arte Moderno,

“Correspóndages”. He estudiado

literatura y periodismo y siempre he

08


practicado la escultura. Hasta que

me di cuenta de que no quería hacer

nada más que esto.

El deseo tiene que ser fuerte, potente.

El deseo hace las cosas posibles.

He arreglado varios talleres que,

como personas distintas tenían un

carácter propio. Siempre han sido

refugios maravillosos para mí.

El primero fue mi habitación, por

cierto. Después fueron a veces

oscuros, en sótanos sin luz, o en la

sala de la caldera, garajes, dando

a un jardín, y ahora tengo el más

grande y luminoso que he tenido

nunca, cerca del mar, con techo

alto, alto y una ventana enorme que

deja entrar la luz y el sonido de los

barcos y de la vida alrededor… Allí

estoy desarrollando últimamente

una escultura pública grande. Muy

grande. Me hace ilusión y me da

respeto. Algo que seguramente

soñé. Algo a lo que me dio miedo

enfrentarme, pero que me hace

mucha ilusión estar preparando,

superando. A veces hay que decir

que sí a un proyecto aunque no

tengas todavía idea de cómo lo vas a

realizar. Una de las palabras que más

me gustan en la vida es “puede ser”.

Puede. Ser. Dos grandes palabras

sobre todo cuando van juntas. Así

que uno tiene que abrir sus sueños a

la realidad y desearlos mucho.

09


Bel Graña

Il·lustradora convidada


11


Una frankentype és una tipografia on

la forma de cada caràcter és diferent.

En aquest projecte, en Lluis Jimenez

s’encarrega de plasmar la seva visió i

creativitat a una lletra de l’alfabet per

així crear la frankentype de fenya, en

aquesta ocasió “B”.

Frankentype


13


A quatre mans


15


Col·laboració amb Tecletes


Aquesta és la descripció del personatge que va enviar

Nico Weber perquè Joana Panadès el dibuixés.

Ella és Tina, té setze anys i fa un metre seixanta-cinc. A

simple vista sembla una adolescent normal, però un cop

t’hi fixes recorda més aviat a una nina de porcellana, la

seva pell és rosa, llisa i brillant, sense arrugues, la seva

cara té forma de castanya, amb cabells liles i ulls blaus.

Adora mastegar xiclet, tant que si fos per ella no menjaria

cap altra cosa, només mastegaria. Li encanta recollir-se el

cabell en dues cuetes altes i vestir roba d’esport moderna

i flexible. Prefereix estar a l’aire lliure com els parcs, llacs i

platges o pot córrer amb els seus amics i parlar amb gent.

El cos de Tina és molt flexible, com un xiclet, el pot unflar,

aprimar, allargar i estirar al seu gust, també li permet

córrer a velocitats tan altes com un guepard.

Aquests poders els va aconseguir el dia que va caure un

meteorit que semblava un xiclet còsmic i per culpa de

l’amor de Tina als xiclets no va poder evitar mastegar-lo,

dos dies després es va despertar a un hospital amb totes

aquestes habilitats i físic.

17


Joana, de deu anys, va enviar una fitxa

descrivint aquest personatge il·lustrat

per Nico Weber, membre de l’AIT.

Es diu Laura, i té un any més que la

Joana, li encanta el menjar japonès i

fa un metre cinquanta.

Els seus cabells són llargs i de color

rosa, és jugadora de voleibol, per

tant té les cames llargues i fortes.

La descriu com una noia intel·ligent,

divertida i competitiva. També té uns

superpoders molt útils pel seu esport

preferit, pot volar i està dotada d’una

elasticitat descomunal.

Col·laboració amb Tecletes


19


Còmic exquisit


21


La dura realitat


Cuando era pequeño tenía la idea de

que todo lo que sucedía en las películas

ocurría realmente.

Hasta que, mucho tiempo después,

descubrí que todo era ficticio, incluida

la interpretación del actor...

Silvio Manuel García Almoril

23


El collage


25

Pepe Serra


L’adolescència

és un xiclet

canviant de boca.

Carlos Terrón, 2021.

Microrrelat


27

Ana Gomez


La set


29


El zoom


Alba Pocurull

il·lustració

Xiclets de marbre

per Maria Roig Alsina

Vaig arribar a casa amb els nervis desfets i xop per la

pluja que queia amb fúria aquell vespre. Vaig obrir la porta

amb l’ànima als peus i la frustració oprimint-me el pit de

tal manera, que després dels més de cent esgraons fins a

les golfes on vivia, m’ofegava. Quina vida més miserable,

i pensar que en la tragèdia i en el seu sentir-se desgraciat

de vegades els amics hi trobaven la poesia. Quin trist ofici

haver de remenar els pous per sentir que es crea alguna

cosa amb sentit. Aquell vespre estava terriblement fart de

retratar burgesos mal pagadors i creguts, en aquell instant

vaig decidir que calia canviar, no podia seguir així. L’Anet

m’havia rebutjat mirant-me amb pena mentre s’asseia a

la taula d’aquell filòsof cregut fent-me entendre que no hi

tenia res a fer, poca cosa més em quedava a part del cul

d’absenta al got que tenia en aquell moment a la barra del

bar. M’enfonsava en la pena de l’artista desgraciat que viu

en unes petites golfes d’una gran ciutat sense ànima.

Quan em vaig asseure al llit, vaig voler agafar el mocador

de tela que la mare m’havia brodat feia molts anys amb

les meves inicials, de vegades m’hi aferrava perquè era

dels pocs records que em quedaven de casa. Recordant

els prats al voltant del tancat de casa i gairebé sentint

els crits de la mare per entrar a sopar, vaig trobar les

dues gomes que el Gerom m’havia donat. M’havia venut

aquella porqueria com una cosa revolucionària, una goma

amb bon gust per mastegar una bona estona, a part de

proporcionar bon alè, el fet de mastegar-la, segons ell, em

relaxaria, em faria concentrar-me, tot un misteri terapèutic.

31


Me les havia donades just cinc minuts

abans de veure entrar l’Anet per la

porta del bar. Gairebé aconseguintme

arrencar un somriure recordant

el meu amic com un venedor de fira

ambulant, em vaig estirar al llit i me’n

vaig posar una a la boca.

Vaig començar a mastegar amb

incredulitat, un tros de goma de

resina de no sé de quin arbre amb

sucre, no podia fer pas màgia. Primer

vaig mastegar a poc a poc, després

veient que el gust dolç era agradable,

vaig començar a mastegar amb més

velocitat i vaig tancar els ulls. Els

pensaments van començar a fluir

sense aturador.

Tenia la sensació que la gent al meu

voltant era estranyament positiva,

absurdament ingènua, com tots els

clients que tenia i dels quals havia

de suportar sovint durant hores els

seus discursos pedants, queixosos

de trivialitats i ignorants dels mals

del món. Cobrava segurament

també per això, per fer-los-hi

de psicòleg, perquè no podien

compartir aquelles misèries amb

les amistats ni els dubtes estúpids

amb la família. Aquests espècimens

estirats com a barats, eren totalment

inconscients de la quotidianitat

frenètica que vivien per exemple

els obrers d’una fàbrica. Aquests

vivien amb moviments repetitius

al ritme del so de les màquines,

com un metrònom per marcar la

musicalitat de la quotidianitat. Era

malauradament això el que tant em

molestava, les màquines ho havien

envaït tot: els tramvies a les ciutats

havien robat la pau dels carrers, els

engranatges havien substituït mans

expertes que ja no comptaven per

a res. Ara les màquines manaven

i el món s’anava omplint de sorolls

tecnològics i molts ja ni els sentíem,

perquè ens hi havíem acostumat. El

món es degradava, les aglomeracions

ens convertien en trossos de carn

numerats, l’activitat industrial era

frenètica i les ànimes es perdien en la

immensitat… De sobte, amb tot això al

cap, em vaig adormir profundament.

La veu de Mallarmé em xiuxiuejava

a l’orella, però la sentia llunyana, i

amb una veu ronca em deia “no és

l’objecte amic, no ho és mai, és la

reacció que produeix, en el somni,

tot és en ell…” i de sobte figures que

dansaven i volaven, pomes que es

mossegaven amb ràbia i ales que

s’obrien. Estava suant, suava, tenia

febre, potser molt alta, per la pluja i

l’aigua i el fred que m’havien xopat

fins i tot els ossos. I aquestes nimfes

que em giravoltaven per tot arreu, i la

veu de Mallarmé.

Una última clienta tenia el nas de

ganxo, però si li pintava exactament

igual com el tenia m’hagués despatxat

per groller. Tan delicada era la tasca

que mentre la pintava li anava dient

que el seu perfil era carismàtic,

que demostrava ser una dona amb

caràcter. La corba del nas la vaig

aplanar una mica i els llavis que

semblaven cosits després de la mort,

32


els vaig dotar de vida rosada i una

mica de carnositat. Ara, aquella dona

també s’afegia als meus somnis, el

nas li creixia sense parar i intentava

besar-me, per sort, aquell ganxo feia

de topall i no ho aconseguia.

Seguia suant.

Un client amb unes orelles dignes

d’un follet volia que el retrat fos

pràcticament frontal, ja és una manera

poc ortodoxa de retratar algú, però

veient com aquelles orelles volien

agafar protagonisme a crits, vaig

proposar-li girar mínimament el cap.

Així i tot, no sabia com dissimular

aquells pàmpols allargassats que

pel que semblava, no servien per a

res, l’home era sord com una tàpia.

Vaig passar-me setmanes bramant

al saló de casa seva, on anava a fer

la feina, cada vegada que li havia de

donar una indicació. Ell no hi sentia, jo

gairebé em quedo mut.

I ara, aquell home s’afegia al meu

somni i aquelles orelles cada vegada

s’allargaven més, gairebé podien

haver-li fet la tasca de fulard i tapar-li

el coll, tenia por que sabessin el que

pensava d’elles i m’escanyessin. I

seguia suant sense fre.

Dins el somni estava aterrit, el meu

art, si així n’hi podia dir, es volia venjar

de mi, els amics em deien frases que

m’havien dit en nits de borratxera que

com que duraven fins a la matinada,

jo en arribar a casa ja no recordava

res. Si tot allò era un missatge o

com s’estava posant de moda en

aquella època, el meu inconscient

em volia dir alguna cosa, que ho fes

immediatament o em mataria. Tenia

ganes de preguntar a Sigmund si

l’inconscient havia matat mai ningú.

Quan em vaig despertar, estava

amarat de suor, em feien mal tots

els ossos. Em vaig incorporar i de

sobte em vaig notar una cosa a la

boca. Estava dur com una pedra de

marbre, potser mastegava l’escultura

de la meva psique. I així, amb aquest

estúpid pensament, vaig tenir ganes

d’encendre un cigarret i esbossar

una nova idea. Fart de burgesos

petulants, volia pintar els pensaments,

volia compartir les ànimes soles i

malaltes que hi havia al món. Prou de

dedicar hores a decorar salons de

cases senyorials, un art que mai ningú

apreciaria perquè veurien el subjecte

i no l’artista, aquests veuen qui paga

i no qui crea, veuen l’amo i mai el

poble. Per ells seria sempre un braç

executor gairebé industrial d’aquesta

era moderna. Prou, volia pintar les

ales que s’enlairen, la llibertat, l’eros,

la psique, volia pintar les històries

clàssiques que parlen de la condició

humana. Volia fugir de la mediocritat,

i si allò que faria en endavant també

seria mediocre, almenys seria per la

meva voluntat, no per encàrrecs als

quals obeïa per malmenjar.

Si em moro de gana, abans de fer-ho,

també pintaré el simbolisme de la

misèria humana, em faré un autoretrat

amb ulls de mèdium, perquè potser

en el fons coneixia i triava el meu

futur.

33


El pes de sobre


35

Octavi Torné


Busca les 10 parelles.

Elisabet Boal

Els passatemps


Els amics de la Kveta. Qui es qui?

Àngel Sauret

37


38

1. Els gats

2. Els gossos

3. El gos amb

la pilota i la noia

amb la corretja

4. Les núvies

5. L’àliga i el

colom

6. Els romans

7. Els avis

8. Els castellers

9. El nen amb

el pare

10. El noi i tu


39

1. Kveta

2. Isidro

3. Lola

4. Pere

5. Pep

6. Beatrice

7. Lluc

8. Sara

9. Susy

10. Carles


Coordinació

Adrià Ramirez

Direcció d’art

Alicia Caboblanco

Disseny Gràfic

Marta Val

Correcció de textos

Elisabet Boal

Il·lustració de portada

Alba Domingo

Data de publicació 1 de juny, 2021.

Agraïments a totes les persones que han participat i han

fet possible aquesta publicació.

Tots els drets reservats. Cap part d’aquesta publicació

pot ser reproduïda, emmagatzemada o transmesa de

cap manera ni per cap mitjà, ja sigui electrònic, químic,

mecànic, òptic, de gravació o de fotocòpia, sense permís

per escrit de l’Associació d’Il·lustradores de Tarragona.


Si vols contactar envia un correu a:

hola@aitarragona.com

Si vols fer-te soci pots omplir el formulari

d’inscripció a la nostra pàgina web:

www.aitarragona.cat

En col·laboració amb:

Amb el suport de:

I si t’has quedat amb ganes de coneixe’ns millor,

no dubtis en xafardejar-nos i seguir-nos en

totes les xarxes socials a @aitarragona!


Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!