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304232836-Theodore-Millon-Trastornos-De-La-Personalidad-En-La-Vida-Moderna-pdf

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1<br />

TRASTORNOS<br />

DE LA PERSONALIDAD<br />

EN LA VIDA<br />

MODERNA<br />

1


1<br />

TRASTORNOS<br />

DE LA PERSONALIDAD<br />

EN LA VIDA<br />

MODERNA<br />

1<br />

<strong>Theodore</strong> <strong>Millon</strong><br />

Seth Grossman<br />

Carrie <strong>Millon</strong><br />

Sarah Meagher<br />

Rowena Ramnath<br />

2.• edición<br />

m MASSON<br />

Una


E.,; una publicad6n<br />

ELSEVIER<br />

II MASSON<br />

Edición en español de la 2.• edición de la obre original en inglés<br />

Pcrsonality DiS-OrderS in Modem U/e<br />

Copyright e MMIV John Wiloy & Sons, lnc. Ali lights reserved<br />

Traducci6n<br />

Marta Sed.6 Femández<br />

Revisión cienllfico.<br />

Dr. Josep t.1ufa Peri Nogués<br />

ConsuJtor, lnstitut CIInic de Neurccíeectee:<br />

Hospital Clínic. Barcelona<br />

02000 MJISSON. S.,\.<br />

'reevesseee de Crtcia, 17-21 • Barcelona (España)<br />

An Elsevier lmprinl<br />

Fotocopiar es un delito (Art. 270 C.P.)<br />

Para que existan Libros os necesario el traba]o de un importante ccloctlvo (autores, traductores. dibujantes,<br />

correctores. impresores. editores ... ). El pñncipial beneficiario de ese esfuerzo es el lector que aprovecha<br />

su contenido.<br />

Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley. delinque y oontribuye e la •no• exístoncla<br />

do nuevas edíciones, Además, a corto plazo. encarece el precio de las ya existentes.<br />

Este Libro está legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Cualquier uso fuera de los<br />

límites establecldcs por la legislación vigente, sln el cousemtmicnto del editor, es ilegal. Esto so aplica<br />

eu particular a la roproduccióo, fotocopia. traducdón, grobaclón o cualquier otro sistema do recuperación<br />

de almaomajo de Informacíén,<br />

Primera edición 2001<br />

Segunda edición 2006<br />

ISBN edición original: C).471·23734·5<br />

ISBN 13 edición española: 978·84-458·1538-0<br />

ISBN 10 odlclón ospallola: 64-458·1536·5<br />

<strong>De</strong>pósito Legal: M. 22.316 • 2006<br />

Composición y compaginación: Fotoc:omposición A. Parras<br />

Impreso en España por Gráficas Muriel. S.A.<br />

Copyrighted materia¡


I PRÓLOGO<br />

Es un placer introducir al lector a la segunda edición de este enoomiodo volumen, Trostomos<br />

de la personalidad en la vida moderna. <strong>La</strong> primera edición, que tuvo el honor de reseñar para Contemporory<br />

Psychology: APA Reviow of Books, oro excelente. y la segunda odícíén de Thoodore Mi·<br />

llon y su equipo de cooutores-Seth Grossman. Carrie <strong>Millon</strong>, Sarah Meagher y Rowena Ramnathwnplía<br />

y actualiza la primera. El autor principal de este libro ha alcanzado el estatus de referente<br />

en las ciencias psicológicas y ba inspirado a una generación de profesionales de la teoría y evaluación<br />

de la perscnalídad. la psicoterapia y la nosología. Es prácticamente el único responsable<br />

del resurgimiento de un área de la psicología que se estaba desvaneciendo: la personologla .. es decir,<br />

el estudio de la personalidad humana, de interés para la humanidad desde los albores de la<br />

conciencia. Asimismo. es responsable de una ooncepci6n reciente: el desarrollo concomitante<br />

del lenguaje. la cognición y la cultura. <strong>La</strong> teoría de la personalidad casi se extinguió duranto In sogunda<br />

mitad del siglo xx, descartada como un artefacto intítil de e.psicología precienU.fica». Sin<br />

embargo. los avances logrados on las ciencias clínicas, talos como el diagnóstico, la clastñcactén<br />

y la psicoterapia. Lideradas por <strong>Millon</strong>. animaron a los expertos en la materia a poner los modios<br />

para evitar que este ámbito del discurso y de la ciencia, (ltiJ desde el puoto de vista clínico y social,<br />

experimentara el mismo proceso de abandono que se produjo con otros precursores precicntfficos<br />

de nuestro ámbito, como fue el caso de la frenología. es decir, el estudio de la forma del craneo y<br />

la relación entre dicha forma y diversas funciones neurofisiol6g.icas.<br />

Como indiqué en la reseña de la edición crígínal. publicada a finales del siglo xx. este volumen<br />

ha reflejado cambios importantes a Jo largo de los primeros 100 años de la psicología moderna.<br />

Los avances en psicoterapia, psicopatologíe. y teoría de la personalidad han sido constderables.<br />

Hace poco más de un siglo, Williwn James (1890) publicó su obra, presentada en dos<br />

tomos. Principies of Psycho/ogy, considerada por muchos un hito en la psicología y un libro que<br />

marcó el comienzo de la psicología moderna. Sin duda, hubo otras obras revolucionarias que tu·<br />

vieron un impacto similar en las ciencias clínicas. como Interpretación de los sueños (1900). de<br />

Freud, que durante el mismo lapso de tiempo dio a luz al psicoanálisis y a lo que muchos con·<br />

sideran el inicio de la psicoterapia moderna. <strong>En</strong> el transcurso del primer siglo de la psicología<br />

moderna ha habido numerosos intentos de elaborar el marco del sistema de personalidad. pero<br />

pocos autores han realizado una labor tan exhaustiva como la de MUlon. Este volumen representa<br />

los oonocimientos a.cumulados durante el pasado siglo, así como los descubrimientos teóricos,<br />

clínicos y empíricos que han tenido lugar. Nos brinda la oportunidad do rodescubrir o de<br />

introducirnos en uno de los lemas más Interesantes do nuestro tiempo: la personalidad y sus<br />

trastornos. <strong>La</strong> nueva percepción que ofrece esta obra nos pennite entender las complejidades de<br />

la gran centidad de fuerzas convergentes que conducen a las alteraciones do la personalidad. y<br />

nos ayuda u entender como se manifiestan. se oooceptualizan y se tratan.<br />

Este Ubro va dírlgído especialmente a los estudiantes da ültimos cursos do licenciatura y<br />

de posgrado. pero ofrece también una tntroduccíén a todos los lectores que siontan curiosidad<br />

por el tema, y suscitará el interés incluso del lector más indeciso. <strong>La</strong> cantidad de materias que<br />

cubre proporcionará a los estudiantes do licenciatura una introducción a.l fascinante mundo<br />

de las ciencias clínicas.<br />

Copyrighted<br />

m\11 erial


VI<br />

Prólogo<br />

<strong>La</strong>s descripciones do casos resultan de fácil compresión para los estudiantes que intentan<br />

entender cómo se aplican estos constructos y teorías en la práctica clínica. Para los estudiantes<br />

do nivel avanzado, este texto sirve como consolidación de otras obras de Milloo e introduce su<br />

sistema conceptual quo. para muchos, despertará el interés por ol resto de su innovadora obra<br />

sobro este Lema. Cómo profesional de la práctica clínica y toórico do la personalidad, cornparto<br />

la visión de <strong>Millon</strong> de que la personalidad constituyo el principal ststema organtzartvo da la<br />

humanidad, y que cualquier intento de comprender o de alterar el sufrimiento del que somos<br />

testigos en la práctica clínica requiere un profundo conocimiento de la personalidad humana.<br />

Esta os un libro que no debo faltar en la bibliotoca do quienes quieren desarrollar una<br />

carrera profesional en el ámbito de las ciencias sociales o clínicas. Les garantizo que lo consultarán<br />

a menudo. El establecimiento sistcmátioo de patrones teóricos y el conocimiento de<br />

uno mismo y de los otros que genera este libro enriquecerá a los estudiantes que se sientan<br />

atraídos por otras disciplinas. <strong>En</strong> un momento u otro. todos conoceremos a in.dividuos similares<br />

a los que se describen en este libro. Es importante que no etiquetemos de fonna peyeratlva<br />

ni estigmaticemos a las personas quo tienen una disfunción do la personalidad. <strong>En</strong> lugar<br />

de eso. el objetivo de este libro es ayudarnos a desarrollar una mayor percepción do los distintos<br />

tipos de personalidad que se perfilan on sus páginas. Esta percepción ayudará a los lec·<br />

lores. sea cual sea su profesión, a ser más eficaces, por ejemplo, si alguna vez tienen un jefe<br />

narcisista, o cuando lean sobre un individuo psicopático que preocupa a la sociedad, como al·<br />

gunos de los infames personajes que aparecen en este texto. Los profesionales de le medicina<br />

awnentarán su capacidad de percepción ante el paciente y comprenderán mejor cómo funciona<br />

su sistema inmune psicológico (tal como lo ha denominado MilJon) y cómo se producen<br />

las disfunciones cuando la persona se halla sometida a condiciones estresantes.<br />

MHlon y su equipo han establecido cuidadosamente los cimientos para que e) lector<br />

pueda construir un modelo de trabajo sobre el íu.nciooam.iento de la personalidad humana y<br />

sus disfunciones. El marco se basa en el modelo psiquiátrico dominante, que consiste en diagnosticar<br />

los trastornos de la personalidad. pero ofrece un sistema más completo y rico, del que<br />

<strong>Millon</strong> es pionero, basado en principios evolutivos y en áreas de la actividad claramente articuladas.<br />

El lector empezará a comprender cómo síndromes clínicos. tales como la ansiedad,<br />

lo depresión y los trastornos de la conducta alimentarla emanan de una única fuente: la configuración<br />

del sistema de personalidad. Este conocímíento le ayudará iniciar mi singular recorrido<br />

que lo permitirá entenderse mejor a sí mismo y a los demás. Muchos de los constructos<br />

que aquf so exponen, asf como la terminología utilizada, supondrán un reto, pero conocer<br />

el sistema do <strong>Millon</strong> tiene utilidad clínica y facilita la comprensión de las características<br />

únicas y compartidas de la especie humana. El doctor <strong>Millon</strong>es uno de los teóricos más<br />

eminentes de nuestro tiempo; su obro inspirará a generaciones venideras, dol mismo modo<br />

que sucedió con William James y Sigmuud Froud hace más do un siglo.<br />

Esta obra propone, sin duda, un nito apasionante.<br />

/EFFR!lY J. MAGNAVITA, PnD, ADPP<br />

Míembro do la American Psychologic:al A.ssociaUon<br />

Profesor Adjunto de Psicología Clínica. UnJve-rslty ofHartford<br />

Director, Conoccticut Centcr íor Short-Term Oynamk Psychotherapy<br />

Freud, S. (1900). The lntcrprctatlon of dreams. In J. Strachey (Ed.}, TJu, sttmda.rd ediüon of lhe complete<br />

psychological wQrks o/ Sigmund f'reud (Vols. 4. &: 5, pp. 1·715). London: Hogartb Press.<br />

James. IV. (1890). Tira principies of psyc/10/ogy Ivols. 1 & 21. New York: Henry Holt.<br />

Magoavita. J.f. (2001). A oentury of the "sclentíñc" study of personaJity: How far havo we oome? ll3ook.<br />

Revíew: Personality d;r;orders in modem lije}. Contemporary Psyr:hology; APA Review of Books.<br />

46(51, 514·516.<br />

Copyrighted material


I PREFACIO<br />

<strong>En</strong> 1981 se publicó la primera edición inglesa do la obra Trastomos do la personalidad. considerada<br />

un texto clásico en este ámbito. Dada su coordinación con las teorías de la personalidad<br />

y de la psicopatolog.ía. así como con el entonces recientemente publicado DSM-ffi. obtuvo<br />

una aceptación inmediata entre los profesionales de la salud mental. püblico al que iba dirigida.<br />

Sin embergo.e medida que pasaron los años, el tipo de lectores empezó a cambiar. Con la aparición<br />

do los lnlstomos de la personalidad oomo eje independiente en el DSM-IV, los programas do<br />

doctorado empezaron o enseñar o sus estudiantes el papel que desempeña la personalidad en la<br />

crooclón y mantenlmtonto do la pstcopetologre. A mediados de In década de los ochenta. Trostornos<br />

de la personalidad se había convertido en un texto obligatorio de muchos programas de<br />

posgrado e incluso era un libro utilizado con frecuencia entre los esrudíantes de licenciatura.<br />

Con la publicación del DSM-IV en 1994, había llegado el momento de revisar Trostornos<br />

de la personalidad. Publicada en 1996'. la segunda edición fue minuciosamente revisada y<br />

ampliada. y sus 800 páginas reflejan el creciente interés por los trastornos de la personalidad.<br />

Una vez más, el volumeu obtuvo un éxito inmediato en el ámbito profesional. <strong>De</strong>safortunadamente.<br />

dada su extensión y complejo estílo de redacctén. dejó de ser adecuado para los limitados<br />

conocimientos y experiencia de los estudiantes universitarlos.<br />

A mediados do 1998, un grupo del Instituto for Advanood Studles in Porsonology and<br />

Psychopatho1ogy empezó a trabajar en una revisión dirigida a estudiantes unjveesttaríos que<br />

cursaban los últimos años do licenciatura y los primeros do posgrado. Casí la mitad dol materíal<br />

se ha tomado y simplificado del extenso libro Trostornos de fo personalidad, segunda<br />

edición, y la otra mitad es esenctalmente nueva. El resultado fue la obra titulada Trostomos<br />

de la personalidad en la vida moderna, publicada on 10902'.<br />

Los estudiantes encontraron este líbro informativo y apastonente a la vez. Los profesores, por<br />

su parto, vieron quo se trataba do un libro bien organízado y fácil do enseñar, Se consiguió un equilibrio<br />

idóneo entrs los conceptos abstractos y los casos clínicos concretos. Los estudiantes apreciaron<br />

los ejemplos vívidos que muestran personalidades «on acción». Por tanto, cada capítulo clínico<br />

empieza con un caso ílustmtívo explicado desde la perspectiva del DSM-JV. El resultado es<br />

una solución mixta que da vida a los áridos criteríos diagnósticos. a la vez que proporciona un<br />

punto de referencia concreto al que tanto el estudiante como el profesor pueden remitirse una y<br />

otra vez a medida que se desarrolla el debate sobre la personalidad. Los apartados sobre la perspectivo<br />

psicodínámica. cognitiva, interpersonal y evolutiva se refieren constantemente a los casos con<br />

el fin de proporcionar ejemplos prácticos de conceptos que. de otra manera, serían excesiva·<br />

mente abstractos y dil!ciles de comprender. Esta estructura se mantiene incluso cuando el libro<br />

aborda un trastorno de la personalidad concreto, y se establece una relación entre la teoría y la<br />

historia real de ese casa. Así, los estudiantes no sólo disponen del estudio de la persona según<br />

coda teoría psico16gica, síno que también pueden observar cómo osa persona Llegó u 0St1 faso y eso<br />

diagnóstico concretos, Cada capítulo incluye la exposición de dos o tres casos.<br />

A esta segunda edición do Tmstornos de la personalidad en Jo vida moderno se han añadido<br />

dos elementos importantes para reforzar el texto. <strong>En</strong> primer lugar. hay 111\ nuevo capí-<br />

Copyrighted ro.rterial


VIII<br />

Prefacio<br />

tulo sobre desarrollo de la personalidad (cap. 3), cuyo objetivo es aclarar y completar la exposición<br />

sobre los orígenes y el curso de la petclogfe do la personalidad. <strong>En</strong> segundo lugar. al ha·<br />

bar aumentado considerablemente la investigación empírica en esto ámbito. se incluyen constantcs<br />

referencias a los datos que a.poyan las ideas que contiene el texto.<br />

Así como ol estudio de casos aporta continuidad entre los fenómenos clínicos concretos<br />

y las teorías y los conceptos abstractos. otros apartados. en cada capítulo, abordan la continuídad<br />

de formas distintas. Ya que no existen divisiones claras entre la nonnaUdad y la patología.<br />

cada capitulo incluyo un apartado completo dedicado a su comparación y contrasto. El<br />

caso introductorio se enalíza con detalle, y se muestra exactamente por qué se sitúa más allá<br />

del umbral patológico. Este tipo de ejemplos ayuda a los estudiantes a comprender que los<br />

umbrales diagnósticos no son discontinuos y aislados. sino meras convenciones sociales. y<br />

que cada trastorno de la persouaUdad se corresponde con un estiJo de personalidad homónimo<br />

que se sitúa dentro de la normalídad, Cada capítulo invita a los estudiantes a encontrar características<br />

de estos estilos normales en st mismos. para despertar así su interés por el texto<br />

que sigue. El objetivo es que los estudiantes aprendan algunas cosas sobre su propia personalidad<br />

y sean conscientes de qué puntos fuertos y débiles poseen. <strong>La</strong> continuidad entre la<br />

normalidad y la patología en la concepción de la personalidad otorga al texto un carácter de<br />

•agenda personal de crecimiento», de la qua carecen la mayor parte de los libros de psicopatologfa.<br />

Por otra parte, el texto también se centra en la continuidad entro la personalidad patológica<br />

del Eje 11 y los trastornos del Eje l. como la ansiedad y la depresión. Como bien saben<br />

los clínicos. la depresión en un narcisista es muy distinta de la depresión en un evirador.<br />

Aunque la mayoría do los textos se limitan a presentar estadísticas de comorbilidad entre los<br />

trastornos de los Ejes I y 11. creemos que la próxima generación de clínicos estará mejor preparada<br />

si entiende por qué ciertas personalidades experimentan determinados trastornos. Por<br />

ejemplo, cuando alguien con una personalidad dependiente se deprime, ¿cuáles son las causas<br />

más habnualest. ¿cómo las siente la persona afectada? Cuando los estudiantes comprendan<br />

cómo los ÍACIOr9S cognitivos. interpersonales y psicodinámicos de cada personalidad les<br />

conducen de forma repelida hacia los mismos problemas, estarán preparados para el último<br />

apartado de cada capítulo, que so contra on la psicoterapia.<br />

Cada miembro del equipo de jóvenes colegas del Insttrute, todos ellos coautores do<br />

este libro, merece el agradecimiento y el mérito de esta segunda edición. Además, Donna<br />

Meagher, directora ejecutiva del lnstitute. aportó <strong>La</strong> estrategia orgaoiz.utiva. uniendo las piezas<br />

para formar un todo coherente. Asimismo, también queremos expresar nuestro agradecímiento<br />

a los cientos de profesores y miles de estudtnntes que han aportado comentarios<br />

constructivos y han hecho posible que esta segunda edición sea incluso más útil y atractiva<br />

que la primera.<br />

TuroooRE MILLON, PHD, OSc<br />

Instituto for Advaucod Studles in Porsonology and Psychopathology<br />

Coro/ Cables. Florida<br />

lASPl"@aol.com<br />

'Edición en español: Tmstomos de la pe!S()nolidad. Mds alld del DSM-IV®. T. Míllou y R. Dovís, Baroelona:<br />

M3sson. 1998.<br />

2f.dlcióu en español. Troslornos de la personalidad en la vida moderna. T. <strong>Millon</strong> y R. Davís. Barcelona:<br />

Masson. 2001.<br />

Copyrighted material


I ÍNDICE DE CAPÍTULOS<br />

Capitulo 1 1 <strong>Trastornos</strong> de la personalidad: principios clásicos............................ 1<br />

<strong>Personalidad</strong> y comportamiento anormales.......................................... 3<br />

Perspectivas iniciales sobre los trastornos de la personalidad............. 14<br />

Perspectiva biológica.......................................................................... 17<br />

Perspectiva psicodinámica................................................................. 22<br />

Resumen ..... .. .... ..... .... .... ...... ..... .... .. .... ..... .... .... .... .. .... ..... .... .. .... ..... .... .. ... 36<br />

Capítulo 2 1 <strong>Trastornos</strong> de la personalidad: perspectivas contemporáneas........ 39<br />

Perspectiva interp-0rsonal....................................................................... 40<br />

Pespecttvn cognitiva............................................................................... 49<br />

Perspecnve do los rasgos y perspectiva factorial................................... 55<br />

Perspectiva evolutiva y del neurodesarrollo 59<br />

Resumen ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. 74<br />

Capítulo 3 1 <strong>De</strong>sarrollo de los trastornos de la personalidad................................ 77<br />

Naturaleza interactiva de la patogenia durante el desarrollo................ 81<br />

Factores biológicos patógenos................................................................ 82<br />

Historia experiencia] patógena.............................................................. 92<br />

Fuentes de aprendízaje pa16geoo........................................................... 94<br />

Continuidad de los aprendizajes tempranos......................................... 106<br />

lnfluencías socioculturales .. .. 11 7<br />

Resumen .. .. .. .. 121<br />

Capítulo 4 1 Evaluación y terapía de los trastornos de la personalidad.............. 123<br />

Evaluación do la personalidad............................................................... 124<br />

Psicoterapia de los trastornos de la personalidad................................. 140<br />

Resumen................................................................................................. 153<br />

Capitulo 5 1 P


XII<br />

Índice de capítulos<br />

Perspectiva evolutiva y del neurodesarro!Jo 524<br />

Terapia.................................................................................................... 531<br />

Resumen................................................................................................. 536<br />

Capítulo 15 1 <strong>Trastornos</strong> de la pe.rsonalidad de los apéndices del DSM­111­R<br />

y del DSM­IV<br />

S38<br />

<strong>Personalidad</strong> masoquista (autodastructiva)<br />

S39<br />

<strong>Personalidad</strong> s.idica................................................................................<br />

S49<br />

<strong>Personalidad</strong> depresiva..........................................................................<br />

SS8<br />

<strong>Personalidad</strong> neganvísra (pasivo-agrasíva)............................................ S68<br />

Resumen ................................................................................................ 578<br />

Bibliografía............................................................................................ 580<br />

Índice de autores.................................................................................. 601<br />

Índice alfabético................................................................................... 607<br />

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•<br />

CAPITULO 1<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad:<br />

principios clásicos<br />

I Objetivos<br />

• ¿Ou~ es la ~rsonolidad?<br />

• Distinguir entre personalidad, carácter y temperamento.<br />

• ¿Qu~ es lo que convierte: una personalidad en trastornada?<br />

• ¿Out es el DSM!<br />

• Elaborar una lista de los conceptos mas importantes para el estudio de la personalidad y sus trastornos.<br />

• Ex.plicar el modelo multiaxial del OSM. Justificar la presencia de un sistema multiaxial de clasificación.<br />

• Explicar por qu4!: la personalidad es análoga al slstcma inmunitario.<br />

• ¿Cuálts son los tres criterios que diferencian el funcionamiento normal del anormal?<br />

• ¿Por quC el cdecticismo debe str una notma científica en las ciencias sociales?<br />

• Explicar cómo progresan las ideas en las ciencias sociales.<br />

• ¿Cuáles son los diferentes componentes de la perspectiva biológica?<br />

• <strong>De</strong>scribir los modelos topogl'áfico y estructural frtvdianos de la mente.<br />

• ¿Cuál es la función de los mecanismos de defensa? ¿Cómo actúan?<br />

• Oe:SCTibir los tstadfos dtl desarrollo psicosexua'.<br />

Í • ¿Oue son los trastomos dtl corócter?<br />

; • Expficar el signifiado de la teoría de las relaciones objetalc:s.<br />

1 -·~Ex~~-ic_a_,_'ª-"_'_;,_;z_ac_ió_n_q_u_•_h_•_c.~K-•r_n_b_•r_g_d_•_''-'_'m_i_n_o_org~•-"_~_•_


2<br />

<strong>Trastornos</strong> de la penonalídad en la vida moderna<br />

«personalidad» o que «son todo un carácter». Otras personas •no tienen personalídad». So.<br />

gún como nos afecten las reacciones de una persona, diremos que tiene «un buen carácter»<br />

o «tw mal ceréctere.<br />

<strong>En</strong> las últimas décadas, el estudie de la personalidad y sus trastornos ha sido un aspecto<br />

fundamental del abordaje de la psicología anormal. Durante el trabajo clínico nos<br />

encontramos con personas con todo tipo do patologras. Algunas de ellas están sumidas en<br />

un episodio depresivo. y otras deben afrontar los efectos permanentes de traumas que supenm<br />

lo que consideramos una experiencia humana normal. Otras han perdido el contacto<br />

con la realidad y algunas solamente tienen problemas existenciales menores, que no<br />

pueden clasificarse como trastorno clínico. <strong>En</strong> cualquier caso, aunque los problemas veríen,<br />

todas ellas poseen una personalidad. Los trastornos de la personalidad ocupan hoy<br />

en día un Jugar preponderante en el ámbito diagnóstico y constituyen un área de estudio<br />

científico. Sin duda, o} estudio de los trastornos de la personalidad es complejo y mu·<br />

cho más sofisticado que la descripción cotidiana de la personalidad que reflejan las pre·<br />

guntas anteriores. Esto capítulo presenta la emergencia do esta nueva disciplina y analiza<br />

la personalidad y sus trastornos, comparando y contrastando las distintas premisas que<br />

constituyen la base de los diferentes enfoques de estas ideas. y exponiendo los principios<br />

de las perspectivas clásicas sobre la personalidad, que son fundamentales para la comprensión<br />

de los capítulos clínicos que se presentan a continuación. Uno debe preguntar·<br />

se: ¿Qué es la personalidad? ¿Oe qué forma concuerda nuestra definición de la personalidad<br />

con nuestra definición de trastorno de la personalidad? ¿Permiten las premisas<br />

que constituyen In base del concepto de personalidad utilizar al térmjno t:rastorno'? ¿Cuál<br />

es la mejor manera de describir el contenido de los distintos trastornos de la personalídad?<br />

Una forma de investigar la definición de un término es examinar cómo su significado<br />

y su utilí.wción han evolucionado a lo largo del tiempo. El término personalidad procede<br />

del vocablo latino persona, que originariamente se refería a la máscora que utilizaban los<br />

actores en el teatro clásico. Como la máscara asumida por el actor. el término persona sugería<br />

una pretensíón de apariencia, es decir, la pretensión ele poseer rasgos distintos de los<br />

que caracterizan realmente a la persona que hay detrás de la máscara. AJ cabo de} tiempo,<br />

el término persona perdió su connotación de pretensión e ilusión y empezó a representar<br />

no a la máscara, sino a la persona real o a sus características explícitas. El tercer y último<br />

significado del término personalidad profundiza en la impresión superficial para iluminar<br />

el mundo interno. casi nunca manifiesto, y la.s características psicológicas ocultas do la persona.<br />

Por tanto, a lo largo de la historia, el significado del término ha pasado de ser una<br />

ilusión de lo externo a referíese a una realidad oxtorna y. finalmente, a ra.,;gos internos oscuros<br />

u ocultos. Este último significado es el más cercano aJ uso contemporáneo del término.<br />

Hoy en día, la personalidad se define como un patrón comple]o de características psicológicas<br />

profundamentB enraizadas, que se expresan do forma automática en casi todas las<br />

áreas de la actividad psicológica. Es decir. la personalidad es un patrón de características<br />

que configura la constelación completa de la persona.<br />

<strong>La</strong> personalidad suele confundirse con dos términos relacionados con ella: temperamento<br />

y caractar. Aunque en el lenguaje cotldlano los tres tienen un significado similar, el<br />

carácter se refiere a las características adquiridas durante nuestro crecimiento y conlleva<br />

un cierto grado de conformidad con las normas sociales. El temperamento, por el contrario,<br />

no es el resultado de la socialización. sino que depende de una disposición biológica basíca<br />

hacia ciertos comportamientos. Puede decirse de una persona que tiene «un buen carácler»<br />

y de otra que tiene «un temperamento irritable». Por tanto. el carácter refleja el resultado<br />

de la iníluencia de la educación, mtentres que el temperamento representa la influencia<br />

do la naturaleza. ffsicamonto codificada.<br />

Copyrighted material


Caphuk> 1. Tmtomos dC" ta ptrsonalidad: p


•<br />

y la Veterans Admiuistration para facilitar la comprensión de los problemas de salud<br />

mental que presentaban los soldados que hablan combatido un la Segunda Guerra Mundial.<br />

Al cabo del tiempo, el DSM evolucionó más allá de su propósito militar originario<br />

y se convirtió on un conjunto de normas o compendio de todos los comportamiontos<br />

anormales. Actualmente en su cuarta edición, el OSM-IV está ampliamonte considerado<br />

como el sistema do clasificación o taxonomía oficial que deben ulilizar los profesíonales<br />

de le salud mental. <strong>De</strong>scribo todos los trastornos mentales que se conocen, ast<br />

como otros que se incluyen de forma provisional para una posterior investigación. El<br />

DSM-IV incluye doce trastornos de la personalidad, diez de los cuales están aceptados<br />

oficialmente y dos son provisionales. Nuestrn libro incluye, además, dos trastornos de la<br />

personalidad que aparecieron en la tercera adición revisada del DSM ya que, aunque<br />

fueron eliminados de la última edición, estas entidades diagnéstícas siguen siendo ampllameote<br />

utiliwdas en el trabajo clínico cotidiano. <strong>La</strong> tabla 1-1 describe brevemente es·<br />

tos catorce trastornos de la personalidad. que se analizan en los restaotes capnulos de<br />

este libro.<br />

Vocabulario básico<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida modtma<br />

El área del comportamiento anormal poseo su propio vocabulario o jerga. Muchos de<br />

los términos utilizados en la exposición de la conducta anormal aparecerán repctidamen·<br />

tu a lo largo de este libro. por lo que es aconsejable aprenderlos ahora. Los criterios diagnósticos<br />

son las características definitorias que utilizan los profesionales para clasificar a<br />

las personas dentro de una categoría clínica. Esencialmente. los crilorios diagnósticos son<br />

un conjunto de síntomas que deben estar presentes para que pueda establecerse un diagnóstico.<br />

Cada trastorno tiene su propio conjunte de criterios. Algunas de estas listas son<br />

breves, y otras más largas. Por ejemplo, el diagnóstico del trastorno antisocial de la personalidad<br />

incluyo siote criterios. Uno de ellos es: •deshonestidad, índícada por mentir repetidarnente.<br />

utilizar uo alías, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por<br />

placer» (DSM-IV, pág. 666). El diagnóstico del trastorno histriónico de la personalidad<br />

consta de ocho criterios. Uno de los más interesantes os: «la interacción con los demás<br />

suele estar caracterizada por un comportamiento impropio, sexualmente seductor o pro·<br />

vocador» (pág. 674).<br />

<strong>La</strong> lista de criterios para cada trastorno de la personalidad incluyo siete, ocho o nueve<br />

elementos, cada uno de los cuales describe algún rasgo ceracterrsuco, actitud o conducta<br />

muy relacionados con el trastorno en particular. <strong>En</strong> el criterio del trastorno aotísootal de la<br />

personalidad descrito anteriormente, la deshonestidad se considera un rasgo de personalidad,<br />

un patrón estable do comportamiento que permanece a lo largo del tiempo y en sttuaclones<br />

diversas.<br />

También puede considerarse que los criterios del trastorno histriónico de la persona·<br />

lidad definen en parta la seducción como rasgo de la personalidad. ya que los histriónicos<br />

se caracterizan por sexualizar, de forma inadecuada, sus relaciones con los demás.<br />

Cuando muchos de estos rasgos de la personalidad aparecen de forma conjunta, se dice<br />

que conslituyen un trastorno de la personalidad. EJ sujeto con un trastorno antisocial<br />

de la personalidad, por ojemp)o. es mucho más que deshonesto; también es manipulador,<br />

temerario, agresivo. irresponsable, explotador y carente de empatía y remordimientos.<br />

Cuando todas cst.as características aparecen de forma conjunta. constituyen Jo que denominamos<br />

un prototipo de personalidad, un modelo psicológico que rara vea se observa en<br />

estado puro. El trastorno es similar al prototipo. aunque menos extremo que su expresión<br />

más pura. Sin embargo. las personas reales rara vez se corresponden con los «tipos pu·<br />

ros». <strong>En</strong> el DSM no es necesario que la persona posea todas y cada una de las carscterís-<br />

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(.apitulo 1. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad: principios clásicos<br />

5<br />

t<br />

5<br />

;<br />

1<br />

i<br />

J<br />

1<br />

o<br />

ticas de un trastorno de la personalidad paro quo pueda establecerse al diagnóstico de ese<br />

trastorno. Lo más habitual es que la presencia de la mayor parte de los criterios sea sufíciente.<br />

Por ejemplo, para dtagnosttcar un trastorno b.istriónico de la personalidad es ne·<br />

cesarlo que se cumplan cinco de los ocho criterios, y para el diagnóstico de trastorno narcisista<br />

de la personalidad, cinco do los nueve crttertos. Es posibJe que se observen muchas<br />

combinacionos distintas de los criterios díaguésticos. lo cual ratifica que no existen<br />

dos personas exactamente iguales aunque a ambas se les baya diagnosticado el mismo<br />

trastorno de la personalidad. Así pues, aunque Charles Manson y Je[frey Oahmcr podrían<br />

ser diagnostir..ados de trastorno antisocial de la personalidad, sus personalidades son sustancialmente<br />

distintas. <strong>La</strong> determinación exacta de qué diferencia a las personas como<br />

Oahmer y Manson del rosto do nosotros requiere una gran cantidad de información biográfica.<br />

Por esto motivo, cada capítulo de este libro aborda los factores más importantes<br />

para e.l desarrollo de cada t.rastorno de la personalidad. Por ejemplo, una relación muy<br />

afable entre un padre y su hija O-< una de las principales vías de desarrollo de un trastorno<br />

histriónico de la personalidad en el adulto.<br />

<strong>La</strong> división en categorías presenta W1a gran veataja: la facilidad de uso para aquellos<br />

clínicos que deben hacer diagnósticos relativamente rápidos debido a que tienen un gran<br />

número de pacientes y un período breve de visita para cada uno. Aunque en estos casos la<br />

atención clínica se centra sólo en los síntomas más destacados del paciente. con frecuoncía<br />

las categoda.s sugieren un amplio espectro de rasgos que no se han observado directamente.<br />

tas categorías partea de la base de la existencia de límites discontinuos. por un lado<br />

entro los dislintos estilos do persona.Hded y. por otro, entre Ja normalidad y la anonnalidad,<br />

una característica que resulta práctica para el modelo médico. pero no para el funciona·<br />

miont.o do la porsonalidad, ya que este último existe de forma continua. Los argumentos<br />

de quienes están a favor de la adopción de modelos dimensionales se centran principal·<br />

mente en la siguiente premisa: debido a que el modelo categorial lmplica línutes discontinuos<br />

entre los distintos trastornos y entre lo nonnalidad y la anonnslídad. es simplemente<br />

inadecuado para los trastornos de la personalidad. <strong>La</strong> dimensión del rasgo tiene, sin duda,<br />

varias cualidades útiles. Sin embargo. entre los defensores de este modelo, no hay oonsenso<br />

en cuanto a la naturaleee y el oúmero de rasgos necesarios para representar la persona·<br />

lídod de forma adecuad». Los teóricos pueden «inventar» dimensiones que cumplan sus ex·<br />

pectauvas, más que descubrirlas como si fueran una parte intrínseca de la naturaleza que<br />

está stmplemeote a la espera de ser detectada por los científicos. Al parecer, c.l número de<br />

rasgos que se requiere para evaluar la personalidad no está determinado por la capacidad de<br />

nuestras Invesügecíoues para revelar aJgún tipo de verdad inherente, sino más bien por<br />

nuestras preferencias a la hora de concebir y organizar nuestras observaciones. Si utiltzamos<br />

más de unas pocas dimensiones del rasgo para describir la personalidad, el resultado<br />

será la formación de esquemas tan complejos e intrincados quo necesitaremos una represenlaci6n<br />

geométrica o algebraica. Aunque no hay nada intrtnsocamente erróneo en estos formatos<br />

cuautitativos. plantean considerables dificultades de comprensión y comunicación<br />

antTil los clínlcos.<br />

Modelo multiaxial<br />

<strong>En</strong> al DSM, los trastornos se agrupan en función de un modelo multiaxial. Mulliaxial<br />

significa, UteraJmente, "arios ejes, cada uno de los cuales refleja un tipo o fuente de información<br />

distintos. Más adelante expondremos estas fuentes. y de momento nos centrare·<br />

mos en explicar su propósito. El modelo muhiaxial recoge la neeesídad do agrupar los<br />

distintos síntomas y caracterfsticas do personalidad do un paciente determinado a fin de<br />

poder definir un cuadro qua roOojo al pttlrón completo do funcionamiento de asa perso-<br />

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6<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

na. Por ejemplo, la depresión en un trastorno narcisista de la personalidad os distinta de<br />

la depresión en un trastorno de la personalidad por dependencia. Dado que los naecíststas<br />

se consideran superiores a los demás. suelen deprimirse cuando se enfrentan a pruebas<br />

objetivas de fracaso o de íalta de adecuación que son demasiado evidentes como<br />

para no tenerlas en cuenta. <strong>La</strong> autoestima, por lo general excesiva, de estos pacientes se<br />

ve bruscamente mermada y esta situación genera sentimientos depresivos. <strong>En</strong> cambio, los<br />

individuos con trastornos de la personalidad por dependencia buscan la protección de<br />

personas a las que consideran fuertes. y a las que convierten en aliados instrumentales<br />

que se enfrenten a un mundo cruel. <strong>En</strong> estos casos. la depresión suele ser secundaria a la<br />

pérdida de un cuidador significativo. <strong>La</strong> urilldad do) modolo multiaxial radica on que<br />

cada paciente es más que la suma de sus diagnósticos: ambos están deprimidos, pero por<br />

razones muy dislintas. No los diferencian sus stntomas superficiales. sino al significado<br />

de sus síntomas en el contexto de sus personalidades subyacentes. Si consideramos los<br />

síntomas de un paciente en relación con sus características más profundas, obtenemos<br />

una comprensión de la persona que trasciende los síntomas y los rasgos de la personalidad<br />

considerados por separado. Así pues. decir que alguien es uu narcisista deprimido<br />

aporta mucha más información que las meras etiquetas diagnósticas de depresión o narcisismo<br />

consideradas por separado.<br />

El modelo multiaxial se divide en cinco ejes (fig. 1-1) que reflejan distintas fuentes o<br />

niveles de influencia sobre el comportamiento humano. El Eje l. síndromes clínicos, está<br />

compuesto por los trastornos mentales clásicos que han sido el tema do estudio de la psicologia<br />

y la psiquiatría a lo largo de la historia. El Eje I está estructurado de forma jerárquica.<br />

Conducta anormal<br />

Eje 1: Eje 11: Eje 111: Eje rv: Eje V:<br />

Sindromcs dinicos Tra!>tor~del.a<br />

-<br />

<strong>En</strong>fermcdadC'S Problemas Escala de<br />

personalidad mcdi


Capitulo 1. Tr.tstornos de 1, p,tf'SOMlidad:<br />

principios clliStcos<br />

7<br />

t<br />

5<br />

•<br />

1<br />

·i<br />

1<br />

Cada familia de trastornos se subdivide suceslvamerne basta llegar a cada diagnóstico en<br />

particular. Por ejemplo, la sección de los trastornos de ansiedad inc1uye e) trastorno obsesivo-compulsivo,<br />

el trastorno por estrés postraumátlco y el trastorno de ansiedad generalizada.<br />

<strong>En</strong> la sección de los trastornos del estado do ánimo se encuentran la depresióa y el<br />

trastoroo bipolar. Otras seccíones comprenden los trastornos sexuales. los trastornos de le<br />

conducta alimentaria, los trastornos por abuso de sustancias. etc. Finalmente, cada trastorno<br />

se subdivide en criterios diagnósticos, una lista de síntomas que debe estar presente para<br />

que puede realizarse ese diagoóstko. El Eje II, trastornos de la personalidad. es el objeto<br />

do ostudio de aste libro.<br />

El Eje 111 ostá formado por cualquier enferinedad médico que pudiera ser relevante<br />

para la comprensión do un paciente e11 particular. Algunas de estas enfermedades ejercen<br />

una influencia muy significativa y otras solamente influyen de manera sutil. <strong>En</strong>tre los<br />

ejemplos de influencias significativas se incluyen los traumatismos craneales, los efectos<br />

debidos al abuso de una sustancia o a una medicación, los síndromes genéticos y cualquier<br />

enfermedad del sistema nervioso. de los aparatos respiratorio. digestivo o genltourinario,<br />

de las estructuras cerebrales o do cualquier sistema corporal que influya en la<br />

actividad psicológica. Como ejemplo de influencias sutiles encontramos el temperamento,<br />

eotendldc como patrón de actividad y emotividad determinado genóticamonto. así<br />

como los patrones constitucionales y hormonales. Básicamente. e] Eje ID sirve para tener<br />

en cuenta que el organismo no es el moro recipiente del alma, sino que Ja persona es un<br />

todo físico y psicológico. <strong>En</strong> términos informáticos. cualquier software requiere un<br />

hardware, y según sea la estructura de esto hardware, promueve las funciones del software.<br />

las bloquea o las haca funcionar do forma distinta a lo babilual. AJgunas personas, por<br />

ejemplo, poseen una unidad central ele procesamiento que funciona con dificultad y<br />

cruje con cada operación. aunque nunca falla, mientras que otras parecen funcionar con<br />

precisión y de forma afinada, aunquo solamente en apariencia. Los factores Itsícos siempre<br />

influyen sobre la actividad psicológica, aunque sólo sea porque el cuerpo es el sustrato<br />

físico del que emerge la monte. Cualquier persona que haya sido sometida a una lo·<br />

hectomía puede corroborar esta aseveración, aunque es probable que uo le preocupe demasiado.<br />

El .Eje IV está compuesto por cualquier factor psicosociol y (ltnbiental que pueda ser relevante<br />

para la actividad psicológica. Incluye problemas relacionados con la familia o el<br />

grupo de apoyo primario, como la muerte de un familiar. una separación o un divorcio.<br />

abusos sexuales o físicos. conflictos familiares o una disciplina doméstica inadecunda.<br />

También incluye los problemas que aparecen en el entorno social ajeno a la familia. As(, los<br />

problemas educativos incluyen las dificultades de lectura. la carencia de una educación<br />

académica suficiente y los oonOictos con los profesores. <strong>En</strong>tre los problemas laborales encontramas<br />

la pasibilidad de perder o la pérdida del empleo y los conflictos con los superiores<br />

o los compañeros de trabajo. Por último, el Eje IV también contempla cuestioaes más generales<br />

relacionadas con problemas econ6micos y legales como. por ejemplo. estar pon·<br />

diente de un juicio.<br />

Esencialmente. el Eje [V considera que cada persona existe y desarrolla su actividad on<br />

una serie de contextos distintos que pueden ejercer un profundo efecto sobre el individuo. Por<br />

ejernplo, si 11.1\a persona narcisista as despedida de su empleo, es muy probable que el despido<br />

tenga que ver con una actitud intolerable de superiorídad. Los narcisistas consideran que<br />

están por enctma da toda norma o persona, basta el punto de contradecir o desobedecer a sus<br />

superiores. Algunos llegan a pensar que están por encima do la ley, como si las normas de<br />

urbanidad so establecieran para los demás y ellos quedaran exentos de cumplirlas. Si se [untan<br />

todas estas piezas -los síntomas actuales, las características de la persoualídad y los estresores<br />

pstoosocíeles-e se obtiene una visión compleja, pero lógica. de la persona. Si. ade-<br />

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8<br />

Tras.tornos de la personalidad en la vida moderna<br />

més, so ccnsldernn estos füc;:torBS en relación con detalles biográficos especrüccs, el resulta·<br />

do es una visión general que vincula el pasado evolutivo oon el presente patológico y que explica<br />

oómo se han formado las caracrerrstícas de personalidad y los srntornss actuales, cómo<br />

so perpetúan y cómo pueden abordarse desde el punto do vista terapéutico. Esta integración<br />

compleja de toda la infonnación disponible se conoce como cenoeptualízacíén del caso,<br />

A difcrencla do los otros ojos. ol Eje V no dispone de un contenido espectñco propio.<br />

Una vez que se ha conceptualizado e) caso, el paso siguiente es determinar la gravedad. es<br />

decir, en qué medida es patológico el cuadro global que se observa. Para determinar la gravedad<br />

so combinan los problemas observados en los otros ejes para obtener una puntuación<br />

global que reflejo el grado de actividad psicológica, social y laboral, denominada Escala de<br />

Evaluación de la Actividad Global (EF.AG), que puntúa del O al 100. Esta escala puede ser<br />

administrada en cualquier instante de la evolución del paciente, tanto en la admisión en urgeacias<br />

como en el momento del ingreso o del alta. Asimismo. las puntuacíones de la escala<br />

pueden reflejar la actividad global durante un período determinado: por ejemplo. la última<br />

semana o eJ último año. Se excluyen las limitaciones debidas a incapacidades físicas.<br />

<strong>En</strong> general, el Eje V constituye un Indice global de salud y patologfa psicológicas. Este tipo<br />

de medidas suele ser útil para evaluar longitudinalmente la evolución de un paciente.<br />

Aunque es posible que el lector esté tentado de memorizar los cinco ejes del modelo<br />

multíaxíal. es mejor que comprenda el propósito del modelo, es decir. por qué ha sido díseñado<br />

de esta manera. <strong>La</strong> razón fundamental es que este modelo garantiza que se preste aten·<br />

ción a todas las posibles fuentes de psicopatologfa y, por tanto, incrementa la compren·<br />

sión clínica. Si alguien visitara al médico para que se le realizara una exploración física,<br />

probablemente estaría esperando una revisión complota que incluyora los pulmones, el<br />

corazón, los riñones y cualquier otro órgano o sistema corporal importante. Un médico<br />

que le asegurara que está sano tras un simple control do la presión artoriaJ no sería de fiar.<br />

Lo mismo ocurre con los trastornos mentales. <strong>La</strong> psícopetologra es mucho más compleja.<br />

así que no debe pasarse por alto ningún aspecto de la evaluación que pudiera ser<br />

relevante. Cada uno de los ejes del modelo multiaxial corresponde a un nivel de organización<br />

d islinto, de manera que cada uno de ellos contextualiza aJ ínmedietamente anterior.<br />

modifica su significado y altera su relevancia. El Eje I es ol problema actual, la razón<br />

que justifica que el paciente esté recibiendo atención en urgencias psiquiátricas o esté sen·<br />

tado frente a un psicotcrapeuta. El Eje U. que incluye los trastornos de la personalidad,<br />

proporciona un sustrato y un contexto que permiten entender los síntomas del Eje l. <strong>La</strong><br />

personalidad. entendida como sustrato, comporta que cada persona tienda hacia el desarrollo<br />

de ciertos trastornos cltnicos en voz de otros. Por ejemplo, las personalidades<br />

evítadoras rehuyen el contacto con los demás. aunque buscan desesperadamente en ellos<br />

intimidad. aprobación y autoestima. Por el contrario, los narcisistas, que suelen ser personas<br />

que fueren excesivamente consentidas en su infancia, crecen con un sentimiento de<br />

superioridad que los demás suelen ver como excesivamente arrogante y de grandeza. Do<br />

los dos casos. el evitador es el más propenso a tener miedo a hablar en público. y el narcísista<br />

tiene más posibilidades de que le despidan de su empleo por arrogante. Una vez que<br />

se conocen las características de personalidad de un individuo es más fácil predecir qué<br />

tipo de problemas puede tener. <strong>La</strong> personalidad. a su vez. parte do la bíología y se integra<br />

en el entorno psicosocial. Somos seres físicos y socíales. Cuando los problemas parecen estar<br />

causados principalmente por factores relacionados con la personalidad hablamos de<br />

rasgos caracterológicos desadaptativos o de trastornos do la personalidad. Cuando los dificultades<br />

están relacionadas principalmente con factores sociales o ambtentalos debe<br />

diagnosticarse uno de los trastornos adaptativos del Eje Jo indicarse la existencia de alguno<br />

de los problemas vitales del Ejo IV. <strong>La</strong> personalidad constituye el nivel organizador<br />

en el que se sintetizan estos efectos (fig. 1·2).<br />

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capitulo 1. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad: prindpio.s clisic:os<br />

9<br />

Eje IV<br />

e¡, 11<br />

r<br />

Soda!<br />

----<br />

Psicológico<br />

----<br />

Biológico<br />

El


10<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vid.a moderna<br />

El modelo multiaxial contempla todos los factores relevantes que causan, contribuyen<br />

y perpetúan los síntomas concretos. a la \ICZ que nos orienta sobre el desarrollo de la<br />

psiccpatología. <strong>En</strong> la mayoría do los casos. la interacción de las características de personalidad<br />

y los estresores pslcosocíales conduce a la expresión de los síntomas psicológicos. <strong>En</strong><br />

otras palabras. los Ejes U y IV interactúan para producir el Eje 1 (fig. 1·3). Cuando la personalidad<br />

del individuo incluye numerosos rasgos adaptativos y relativamente pocas caractortsrícas<br />

desadaptativas, se incrementa la capacidad de afrontar con eflcecle adversidades<br />

psícosocíales como la muerte y el divorcio. Sin embargo. cuando la estructura de la personalidad<br />

Incluye muchos rasgos desadaptatívos y pocos adaptativos, incluso los estresores<br />

más leves pueden precipitar un trastorno del Eje l.<br />

<strong>En</strong> este sentido, la personalidad puede considerarse como el «equivalente psícolégícos<br />

del sistema inmunita_rio del cuerpo. Cada uno do nosotros vivo en un entorno de bacterias<br />

potencialmente infecciosas, y la fortaleza de nuestras defensas detennina si estos microbios<br />

nos afectan y. ea úlUmo término. provocan una enfermedad, Los sistemas inmunitarios vi·<br />

gorosos contraetecen fácilmente a los organismos infecciosos. <strong>La</strong> debilitación de los procesos<br />

inmunitarios conlleva la aparición do una enfermedad, <strong>La</strong> psícopatología debo ser entendida<br />

siguiendo el mismo patrón interactivo. Eu esta caso no son nuestras defensas tnmuntarías, sino<br />

nuestro patrón global de personalídad -


Capítulo 1. Trast0tnos de la pNSOnalidad: pñndpios eíéslccs<br />

11<br />

Slmoma 1<br />

Síndrome dí.nico del Eje I<br />

Síntoma 2 Slntom-.a 3<br />

Sintorna 4<br />

Rasgo8<br />

Trastorno de la pcl'SONl!idad<br />

/.<br />

Rasgo A Rasgo H<br />

·~ RosgoG<br />

RasgoC<br />

Rasgo F<br />

ENFERMEDAD<br />

~ ....<br />

Rasgo O<br />

------,·~·<br />

Rasgo E<br />

Figura 1-4. Comparación del patrón causal de los trastornos del Eje I y del Eje 11.<br />

concopción de la personalidad como la matriz inmunitaria que determina nuestra buona sa·<br />

lud psicológica pretende romper el viejo hábito de definir los síndromes pstcopatológlcos<br />

como variantes de una enfermedad. es decir, como una anudad ajena o una lesión que so in·<br />

troduce do forma insidiosa un la persona para socavar sus funciones denominadas «normalos».<br />

<strong>La</strong> antigua noción de que todos los trastornos mentales reflejan iovastoaes externas<br />

o procesos enfermizos íntemos no es más que un rebrote de ideas precienlíficas como las<br />

que sostenían la existencia de demonios o espíritus que poseían o embrujaban a las personas.<br />

El papel de los agentes infecciosos y las lesiones anulómicas en la medicina hu renovado<br />

este tipo de visión. Aunque los demonios ya forman parle de la bistoria antigua, la etíología<br />

de los trastornos de le personalidad sigue siendo percibida en función de entidades<br />

externas que invaden y desorganizan un estado que, de no mediar ese rector externo, sería<br />

completamente normal y saludable. Aunque los hábitos lingüísticos nos han obligado a utilíaar<br />

ost& lipo do termínologta, es imposible que alguien tonga un trastorno do la personalídad.<br />

sino que es la complota constelación de la persona la que dctonnina el potencial para<br />

la adaplación psicológica o la enfermedad.<br />

t s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

i<br />

j<br />

1<br />

o<br />

Normalidad frente a patología<br />

No es posible diferenciar de forma absolutamente objetiva eutre normalidad y anormalidad.<br />

Todas las distinciones de esto tipo. incluidas las categorías diagnósticas del<br />

DSM·lV. son en parte construcciones sociales y artefactos culturales. Aunque las personas<br />

se pueden agrupar en función de criterios explícitos y estas clasificaciones contribuyen<br />

a la rsspetabllldad de la ciencia, la intención de agrupar y al acto de clastñcar a las<br />

personas en grupos dtagnósucos son ünícamonte sociales. Todas las definiciones de parologta,<br />

dolencia, mal. malestar. enfermedad o trastorno están cargadas de valores y san<br />

circulares (Falnsteín, 1977}. Los trastornos son lo quo rratau los médicos. y lo que los médicos<br />

tratan es1:á definida por normas sociales implícitas. Dada su base social, es probable<br />

que la mejor definición de la normalidad sea la conformidad con los comportamientos y<br />

costumbres trpicos del propio gru1>0 o culture. Por tanto, la patología se definirla a partir<br />

de los comportamientos atípicos, irrelevantes o distintos de los del grupo de referen-<br />

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12 <strong>Trastornos</strong> de la pe


(.apitulo 1. Tra1tornos M la personalidad: ptíndpios C:lásicos<br />

13<br />

ÉNFASIS EN l.A CULTURA Y LA PERSONALIDAD<br />

<strong>La</strong> estudiante incomprendida<br />

lA INTERACCIÓN DE lA CULTURA<br />

Jenna. una tstudiante de pñmer curso de psicologia, tenía que escribir sus imprtsiones sobre una<br />

sesión de terapsa grabada en vídeo, en la que un terapeuta novel trataba a una estudiante asiática que le<br />

habia derivado su profesor porque p,-esentaba una timidez excesiva. Jenna se dio coenta de que, independientcmente<br />

ck' lo que dijera el terapeuta, la estudiante siempfe parecía estar de acuerdo. AJ final de. la<br />

sesión se entrevistaba al terapeuta y se le pfeguntaba cuál era su impresión del caso. El terapeuta reafifmó<br />

la opinión del profeso, sobre la timtdezde la estudiante y pronosticó un cambio rápido dado que la<br />

estudiante no ofrecia ninguna resistencia. Tal como indiCO et proftsor de Jenna, esta conclusión era in·<br />

correcta. <strong>De</strong> hecho, la joven estudiante no mostraba desacuerdo con el terapeuta. que era mucho<br />

mayor, debido a razones culturares, Una vez se la autoñzó a estafen desacuerdo, se dtscubrió que la<br />

explicación a su comportamiento tenía que ver con las costumbres de su grupo de referencia y no<br />

con rasgos de personalidad estabtes, <strong>En</strong> conseeuencia. se ftorientó la terapia para que la tstud,ante se<br />

adaptara a las CXf)«:tativas de la cultura nofttameric.ana y no hacia un cambio dt personalidad.<br />

•<br />

5<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

:i<br />

i o<br />

Los trastornos de la personalidad se distinguen por tres caractenstícas patológicas (Mi·<br />

llon. 1969). <strong>La</strong> primera procede directamente de la concepción de la personalidad como la<br />

analogía psicológica del sistema inmunítario: los trastornos de la personalidad tienden a<br />

presentar unn estabilidad frág:il, o una carencia de capacidad de adaptación. en cond.iciones<br />

de ostros. <strong>La</strong> mayoría do las personas dispone de variadas y Ilextbles estrategias de afrontamiento.<br />

Cuando una determinada conducta o estrategia no funciona. las personas normales<br />

cambian y pasan a utilizar otra. Sln embargo. las personas con un trastorno de la personalidad<br />

tienden a utilizar las mismas estrategias una y otra vez. con variaciones mínimas. El<br />

resultado es que siempre acaban empeorando las cosas. <strong>En</strong> consecuencia. el grado de estrés<br />

se incrementa, amplifica su vulnerabilidad, provoca situaciones críticas y produce percepciones<br />

de la realidad social cada vez más distorsionadas.<br />

<strong>La</strong> segunda característica se solapa con la primera: las personas con un trastorno de la<br />

personalidad son inflexibles desdo el punto de vista adaptativo. El funcionamiento de la<br />

personalidad normal incluye la capacidad de ser flexible en cuanto al papel que se desempeña,<br />

es decir, la capacidad de saber cuándo lomar la iniciativa y modificar el entorno y<br />

cuándo adaptarse a lo que al entorno dtspoue. <strong>La</strong>s personas normales son ílexibles en sus<br />

interacciones, es decir, sus inícietivaa o reacciones son proporcionales y adecuadas a las<br />

circunstancias que las suscitan. Cuando la situación limita la conducta, el comportamiento<br />

de las personas normales tiende a coincidir, independientemente de la personaJidad. Si<br />

el jafe quiere qua las coses se hagao de una manera determinada. la mayoría de las personas<br />

sigue sus indicaciones. Es un tipo de siluación que está muy bien deflnído. Casi todo el<br />

mundo sabe qué hacer y cómo comportarse. y casi lodo el mundo coincide.<br />

<strong>En</strong> cambio. las personas con un trastorno de la personalidad disponen de pocas estrategias<br />

y conductas alternativas. y las imponen rígidamente sobre unas circunstancias<br />

para las que no encajan. <strong>La</strong>s personas con un trastorno de la personalidad impulsan o con·<br />

trolan ímplrcttameore las situaciones interpersonales mediante la intensidad y rigidez de<br />

sus rasgos, que constriñen el curse da la Interacción. Dado qua no pueden ser Ilexlbles, el<br />

entorno debe Oexlbilizarse al máximo. Cuando el entorno no puede adaptarse a la persona<br />

se produce una crisis. <strong>En</strong> consecuencia. se reducen eüo más las oportunidades de aprender<br />

estrategias nuevas y más adaptativas. y la vida se vuelve mucho menos placentera.<br />

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14<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrSOnalidad en la vida mod,ma<br />

<strong>La</strong> tercera caractertsuca de las personas con un trastorno do la personalidad es consecuencia<br />

de la segunda. Dado que estas personas no son capaces do cambiar. los repertorios<br />

patológicos que dominan su vida se repiten una y otra vez como círculos viciosos. <strong>La</strong>s por·<br />

sonalidades patológicas son, a su vez, patogénlcas. <strong>En</strong> efecto, la vida se convierte en una es·<br />

pecio do primor acto teatral fallido que se repite una y otra vez. Pierden oportunidades de<br />

mejorar. ocasionan nuevos problemas y crean constantemente situaciones que replican<br />

sus fallos y que suelen ser variaciones mínimas sobre unos pocos asuntos relacionados<br />

con la autodeveluacién.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA PERSONALIDAD Y LAS RELACIONES<br />

El empresario compulsivo<br />

1<br />

¿CÓMO INTERACTÚAN LAS PERSONALIDADES?<br />

Ansiosa por apsender las caracteristicas de los distintos trastOfnos de la personalidad, Jenna pidió<br />

a su supervisor materiales que ejemplificaran de fonna directa cada una de las personalidades, Sr<br />

le pwporcionó, previo conStntimiento de las personas implicadas. una cinta con la grabación de una<br />

entrevista a una pareja, Durante la sc:sión la esposa se: quejaba con amargura de que su marido, casado<br />

con ena c:n segundas nupcias. casi ne estaba con su familia. Cuando se le: preguntó por su pnmc:r<br />

divorcio. el hombre: sc:ntc:nc:ió sofc:mnc:mc:ntc: que su primera esposa era incapaz dc: tomarse la<br />

vida en serio y que: se negaba a ayudarle: mientras él trabajaba inc:ansablc:mc:ntc: revisando y volviendo<br />

a tc:Vtsar los dc:tallc:s operativos de su nuevo negocio. Más adelante refirió que: aunque: sus dos esposas<br />

apreciaban su tenacidad y gran capacidad para concentrarse c:n c:I trabajo, ambas se quejaban<br />

de que: su matrimonio carecía de intimidad, espontaneidad o romanticismo. Tras la obtención de<br />

nuevos datos, el marido fue: diagnosticado de trastorno obsnivo­compulsivo de: la ¡xrsonalidad. Su rígida<br />

filosofía laboral y su ilimitada formalidad le habian creado problemas prácticamente: idénticos en<br />

las dos relation~.<br />

I PERSPECTIVAS INICIALES SOBRE LOS TRASTORNOS<br />

DE PERSONALIDAD<br />

<strong>La</strong> historia de toda ciencia incluye una fase precientífica de historia natural en la que<br />

las cuestiones principales son: ¿cuáJes son los fenómenos esenciales de nuestro campo?<br />

y ¿cómo podemos conocerlos? Lo ideal es que a medida que se vayan obteniendo nuevos<br />

datos, fruto de metodologías cada vez más sofisticadas, el sentido común empieoe a dar<br />

paso a explicaciones teérícas quo no sólo integren y u.nifiquon las observaciones dispares,<br />

sínc que también sugieran nuevas direccionas para futuras tnvesugactones. <strong>La</strong> teorfa de<br />

la relatividad. por ejemplo, predijo la existencia de agujeros negros. <strong>En</strong> la actualidad, las<br />

evidencias acumuladas durante varias décadas sugieren la exislencia de uno o más agujeros<br />

negros en el centre de cada galaxia. Por supuesto, nadie puede oler, saborear, tocar,<br />

oír, ni siquiera ver un agujero neg:ro. Dado que ni tan sólo la luz puede escapar del poder<br />

de su gravedad. siempre permanecerán ocultos a la observación directa. Los científicos<br />

deben inferir lo existencia de agujeros negros a partlr de las predicciones de la teoría de<br />

la relatividad y de los efectos observables en su entorno espacio-tiempo. Los avances<br />

tecnológicos también han permitido poner a prueba muchas otras predicciones de la<br />

teoría de la relatividad.<br />

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capitulo 1. <strong>Trastornos</strong> de ta ptrsonaUdad: principios dásiros<br />

15<br />

J\ partir de este breve ejemplo. os fácil ver la función do la teoría en la ctenc¡e. <strong>La</strong>s<br />

teorías nos representan el mundo do una fanna quo explica las observaciones existentes. No<br />

obstante, también van más allá de la experiencia directa. una característica conocida como<br />

significado excedente. <strong>La</strong>s teorías aprovechan las evidencias disponib)os, pero también nos<br />

permiten realizar nuevas predicciones, precisamente porque exceden a la evidencia. Así.<br />

las operaciones matemáticas de lo. teoría do la relatividad pueden ser utilizadas para pre·<br />

decir exactamente qué sucedería si alguien se cayera en un agujero negro, aunque nunca<br />

volviera para explicárnoslo.<br />

<strong>En</strong> las ciencias naturales, la teoría y la experimentación llenen la misma importancia.<br />

Algunas voces en la historia de la ciencia, como en el caso de la teoría de la relatividad, la<br />

teoría sobrepasa la capacidad de la ciencia para realizar observaciones. Los agujeros ne·<br />

gros eran una consecuencia matemática conocida de la teoría de la relatividad mucho autos<br />

do que los clentffícos empezaran a diseñar procedimientos para observar sus efectos. Por<br />

otra parte, las nuevas tecnologías pueden permitir observaciones más detalladas, precisas y<br />

abundantes que desafíen les teorías existentes. hasta el punto de que áreas enteras de conocimiento<br />

pueden entrar en crisis. A su voz. la rápida disponibi1idad do nuevas observa·<br />

dones hace posible la experimentación a fin de progresar sin trabas y acelerar la formula·<br />

ción de la teoría. Así, la ciencia madura. Por ejemplo, el alcance deJ telescopio Hubble es<br />

tan amplio que los cosmólogos todavía no pueden asimilar todo lo quo los ofrece esta nueva<br />

herramienta. Dado que para cada fenómeno suele haber varias teorías que oompiten en·<br />

tre sí, la determinación de cuál es la correcta dependo do la consrruccíen de un paradigma<br />

experimental diseñado para producir resultados consistentes con una teoría e inconsístentes<br />

con otra. <strong>De</strong> esta forme, la investigación tiende a acercarse u la verdad y rcduoc, de forma<br />

gradual y mediante la experimentación, el número do teorías posibles.<br />

No obstante, las cíencías sociales son fundamentalmente diferentes. Mientras que la in·<br />

vestígacién en las ciencias naturales puedo llegar a completarse a partir de la ínteracdón en·<br />

t.ro la teoría y la investigación, las cíencias sociales son abiertas. <strong>En</strong> este caso, el progreso se<br />

produce cuando de ropente surge un nuevo e interesante punto de vista. Lejos de sustituir<br />

los paradigmas establecidos, la nueva perspecñva coexiste


16<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrsot'lalidad en la vida moderna<br />

Sin embargo, en las ciencias sociales. las distintas perspectivas se van descubriendo de<br />

una forma no necesariamente ordena.da. <strong>La</strong>s últimas perspectivas tienden a aparecer como<br />

reacciones a les precedentes. las ciencias sociales tienon lo que los filósofos denomina·<br />

rían una estructura contingente: si F'roud n.o hubiera nacido. la historia y el contenido de<br />

la psicología habrían sido dislintos. <strong>De</strong> hecho, es probable quo la única razón de la in·<br />

fluencia de los trabajos de Freud sea la prímacla. Simplemente, Freud fue el primero. Una<br />

voz que el psicoanálisis se hubo establecido, la üalca perspectiva realmente competitiva era<br />

la biológica. El psicoanálisis ora tan dominante que llegó a ser sinónimo de estudio de la<br />

conduela anormal. Dado que las perspectivas cognitiva e interpersonal aún no se habían es·<br />

lnblecid.o, so tardó un tiempo en descubrir que el psicoanálisis era sólo una parte de la psicopatologla<br />

y no constituía la ciencia psicopatológica en su totalidad. Los autores poste·<br />

rieres estudiaron los trabajos de Freud y llegaron a elaborar puntos de vista que reflejaban<br />

importantes discrepancias con la teoría original, así que hoy en día el padre del pstccanélisis<br />

es una de las figuras históricas más famosas y más refutadas. Como os natural, al estudiar<br />

a Freud. estos importantes autores también fueron influídos por él y, por decirlo de<br />

algún modo. se convirtieron en psíccenelístas «antes que fraíles».<br />

<strong>En</strong> cualquier campo de estudio, las perspectivas raras veces aparecen completamente<br />

formadas. <strong>La</strong>s ideas nuevas se funden poco a poco y tardan un tiempo en formar un nuevo<br />

punto de vista. <strong>En</strong> ese momento. muchos autores que pertenecían a la antigua escuela pasan<br />

a ser figuras de transición, dillciles de clasificar. Harry Stack Sullivan, de quien hablaremos<br />

más adelante. reaccionó de forma tan Intensa contra el psicoanálisis que en la actualidad<br />

es considerado el padre de la perspectiva interpersonal. Sin embargo. muchas de<br />

las nociones de Sullivan fueron anticipadas por Alfred Adler, qua también reaccionó con·<br />

tra Freud. No obstante, Adiar es considerado pstcodínamíco y Sullivan interpersonal. <strong>En</strong><br />

cualquier caso. la teoría Interpersonal contemporánea ha avanzado tanto qua algunas veces,<br />

desde la perspectiva actual, Sulllvan parece analítico.<br />

<strong>La</strong> comprensión de la naturaleza abierta da las ciencias sociales y do su forma de evolucionar<br />

puede parecer tangencial pero, de hecho, es fundemental para entender la personalidad<br />

y sus trastornos. Cada perspectiva aporta contribuciones a distintos aspectos de la<br />

personalidad, aunque la personalidad no puede dividirse en partes. <strong>La</strong> personalidad es un<br />

patrón de camctertsttcas que abarca la constelación complota de la persona. Cualesquiera<br />

que sean sus distintos aspectos, la personalidad refleja su funcionamiento conjunto y entremezclado.<br />

Es pnsible que en ocasiones alguien asegure que en realidad la personalidad es<br />

blclogíca. o cognitíva. o pstcodínémíca. pero esas afirmaciones no son ciertas. El propósito<br />

explícito de una perspectiva es poner de manifiesto distintos aspectos de un mismo fenómeno<br />

para estudiarlo y comprenderlo. Un solo elemento no puede explicar el todo. Cada<br />

perspectiva no es, por defínícién, más que una visión parcial de una totalidad tntrínsece. <strong>La</strong><br />

personalidad es la integración de estas perspectivas. el patrón global o gestalt. Cada punto<br />

da vista pertenece al estudio de la personalidad. pero la personalidad es más que la suma de<br />

sus partes. <strong>En</strong> los dos apartados siguientes trazaremos la historia de dos importantes perspectivas<br />

contrapuestas sobro la personalidad: la biológica y la psicodinámica. <strong>En</strong>tro otras<br />

cosas. estas perspecuvaa han aportado importantes unidades de análisis -el taroperarnen·<br />

to y el carácter. respectivamente-e que, en ocasiones, han intentado reemplazar a la propia<br />

personalidad como objetivo del estudio clínico.<br />

Perspectiva biológica<br />

El Ejo ru del DSM contempla una importante dimensión de la naturaleza humana: todos<br />

somos criaturas biológicas. el resultado de cinco mil millones de años de evolución qui·<br />

mica en el planeta Tierra. <strong>En</strong> el transcurso de nuestra vida cotidiana no solemos pensar en<br />

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tapitulo 1. T,astomos de: ta ptrsor1alldad: prin


18<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ~rsonalidad en la vida moderna<br />

ÉNFASIS EN LOS SESGOS SEGÚN EL GÉNERO (continuación}<br />

discrepanda en la frttuencia de los diagnósticos, sobre todo en lo qve respecta al gran número de<br />

mujeres diagnosticadas de trastorno limite. por dependencia e histriónico, es sexista. Sin embargo,<br />

aunque el OSM-IV coincide en que estos tres diagnósticos son más frecuentes entre las mujeres,<br />

tambien indica que los trastornos paranoide, esquizoide, esquizotipíco, ant;so«:ial, narcisista y obsesivo-computsive<br />

se diagnostican con mayor frecuencia entre los homb,cs. Si existe un sesgo, éste parece<br />

ir en contra de los hombres.<br />

Uno de tos problemas que crea el sesgo es que ciertos criterios diagnósticos parecen referirse<br />

tanto a la normalidad como a la patología. <strong>La</strong> mayona de las personas tstaria de acuc1do en que el criterio<br />

del trastorno histriónico que dice: «utiliza constantemente el aspecto fis1co para llamar la atención<br />

sobre si mismo• es muy ambiguo en una sociedad en la que un aspecto fisico atractivo es una<br />

de las características que se espetan del papel femenino. <strong>En</strong> consecuencia, es posible que cuando una<br />

persona tiene varios rasgos de la personalidad histriónica, el clínico simplemente asuma que tambitn<br />

cumple este criterio tan ambiguo. Widiger (1999) sostiene que cuanto menos estructurada es la situación<br />

de entrevista, mas probable es que los clinicos caigan en un sesgo diagnóstico debido al estereotipo<br />

sexual.<br />

Incluso en aquellos casos en los que ,os criteríos diagnósticos no son ambiguos puede ser dificil<br />

aplicarlos de la mrsma forma a ambos sexos. Por eJemplo, los criterios para ti trastorno por dependencia<br />

parecen hacer hincapié en un tipo de dependencia patológica típicamente femenina y no incluyen<br />

formas de dependencia masculinas. Ast pues. Walker (1994; pág. 36) sostiene que «los hombres<br />

que dependen de los demás para manttner sus hogar~ y cuidar de sus hijos e:stán 1. .. 1 expresando<br />

características de un trastorno de ta persooahdad por dependencia,. Si se añadiera este criterio, no hay<br />

duda de que muchos mM hombres serian diagnosticados como dependientes.<br />

Los futuros DSM deben tener en cuenta las anteriores consideraciones a fin de que los criterios<br />

diagnósticos puedan superar las concepciones que contienen estereotipos sexuales implititos y ser vahdos<br />

para ambos géneros.<br />

Temperamento<br />

Todo el mundo tiene una personalidad. Asimismo, cada persona tiene unos patrones<br />

vitales y do comportamiento caracterrsucos que, on gran modida, vienen impuestos por la<br />

biología. Cada niño nace con un patrón distintivo de disposiciones y sensibilidades. <strong>La</strong>s<br />

madres saben que los niños son distintos desde el mismo momento en que nacen, y algunos<br />

progenitores perspicaces son capaces de advertir díferenctas entre cada uno de sus hijos.<br />

Algunos niños presentan ciclos regulares de alimentación, evacuación y sueño, mientras<br />

que otros varían do forma impredecible. Algunos niños duermen a rachas, mientras que<br />

otros se mantienen serenamente despiertos en entornos caóticos. Muchas do estas dífarsncías<br />

persisten en la edad adulta. Algunas personas se despiertan con lentitud. mientras<br />

que otras están despejadas en cuanto abren los ojos.<br />

<strong>La</strong> palabra temperamento empezó a usarse en la lengua inglesa durante la Edad Media<br />

para reflejar la base biológica de la personalidad. Por tanto, ol temperamento debe<br />

entenderse como un potencial biológico subyacente para la conducta, que se aprecia claramente<br />

en el estado de ánimo o emotividad predominante de las personas y en la íntonsidad<br />

de sus ciclos do actividad. Aunque A.H. Buss y Plomin (1984; pág. 84) refieren que<br />

el temperamento consiste en «rasgos de personalidad heredados, presentes ya en <strong>La</strong> pnmera<br />

infancta». podemos sostener que el temperamento os la suma do las influencias<br />

biológicas heredadas on la personalidad que aparecen de forma continua a lo largo de<br />

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Capítulo 1. ltast0tnos ee la person.iilid~: ptlndi:,ios e:lási


20<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la p,rsona1idad en la vida modtma<br />

enérgicos, decididos y audaces. Por último. los ectornorfos, que liondcn a la delgadez. se.<br />

rían introvertidos y comedídos, pero también mentalmente activos e inquietos. Aunque<br />

interesante, la ideo de los tipos corporales ya no está vigente en la teoría de la personalidad.<br />

<strong>En</strong> vez de estudiar la organización total del cuerpo, los investigadores han empezado a<br />

examinar en detalle el papel do cada estructura anatómica eo particular, la mayorfa de les<br />

cuales residen en el cerebro humano.<br />

Neurobiología<br />

El psiquiatra o investigador Clooinger (1986, 1987b) ha propuesto una elegante too·<br />

ría basada on las relaciones hipotéticas de tres disposiciones de rasgos genétícos-neurobiológicos,<br />

cada uno do los cuales so asocia a un determinado sistema do neurotransmtsíóo.<br />

Concretamente, la búsqueda de novedad so asocia con una baja actividad basal en ol<br />

sistema dopaminérgico. la evitación del daño con una alta actividad en el sistema serotoninérgico<br />

y la dependencia de la recompensa con una bala actividad basal del sistema<br />

noradrenérgico. Cloninger establece que la búsqueda de novedad predispone a la persa·<br />

na a la vígorízacíén o <strong>La</strong> excitación en respuesta a estímulos nuevos, lo cual conduce a la<br />

búsqueda de posibles recompensas, así como a la evitación activa de la monotonía y el<br />

castigo. <strong>La</strong> evitación del daño refleja una disposición a responder con intensidad a los es·<br />

tfmulos aversivos; como consecuencia, lo persona inhibe las conductas para mritar el casligo.<br />

la novedad y las frustraciones. <strong>La</strong> dependencia de la recompensa consiste en la<br />

tendencia a responder a las señales de recompensa. como por ejemplo las señales verba·<br />

les de aprobación social, y a resistirse a abandonar conductas previamente asociadas a rocompensas<br />

o a la evíracíón del castigo. Estas tres dímcnsíones forman los ojos de un cubo<br />

cuyas esquinas representan distlntos constructos de personalidad (fig. 1-5). Así, las personalidades<br />

anusocieles, que se suelo considerar que carecen de miedo y buscan sonsa·<br />

clones. puntuarían bajo en evitación del daño y alto en búsqueda de novedad, mientras<br />

que el imperturbable esquízoíde puntuarla bajo en todas las dimensiones del modelo. Los<br />

trastornos de la personalidad que genera el modelo de Cloninger se corresponden vaga·<br />

mente con los dol OSM·IV. poro existen varios trastornos do la personalidad que no aparACRI\<br />

on absoluto en el modelo.<br />

Un enfoque diferente, el modelo psicobiológico, propuesto por Sievor y Davis (1991),<br />

consiste en cuatro dimensiones -organización cognitiva/perceptiva, Impulsivtdad/agresividad,<br />

inestabilidad afectiva y ansiedad/in hibicióu- que con llevan diversas manifestaciones<br />

tanto en el Eje I como en el Eje IJ. <strong>La</strong> orsaniiacíón cognitiva/perceptiva aparece eo<br />

el Eje I en forma de esquizofrenia y en el Eje ll como trastorno esquízouplco de la personalidad,<br />

aunque también como trastorno paranoide y esquizoide. Todos ellos presentan una<br />

desorganización del pensamiento que el individuo afronta mediante el aislamiento y la<br />

desvinculación social. así como con una actitud defensiva. <strong>La</strong> jmpulsividadlagresividad<br />

aparece en el Eje l como trastornos del control de los impulsos y en el Eje U como trastornos<br />

ljmíte y antisocial de la personaUdad. Los pacientes con trastornos límite son pro·<br />

pensos a los estallidos repentinos de Ira y a los intentos de suicidio, y aquellos con trastorno<br />

anrtsoctal sao incapaces de inhibir 0) impulso do violar las normas sociales robando y<br />

mintiendo, por ejemplo. <strong>La</strong> inestabilidad afectivo, es decir, la tendencia a las variaciones<br />

rápidas del estado de ánimo, so maníñesta en los trastornos afectivos del Ejo I y on el Iras.<br />

torno límite, y posiblemente el histriónico, del Eje 11. <strong>La</strong> ansiedodlinhibici611, asociada a<br />

evitación social, oompulsividad o hipersensibilidad ante la posibilidad de peligro y castlgo.<br />

se manifiesta en los trastornos de ansiedad del Eje I y. en especial, en el trastorno de<br />

la personalidad por evitación, aunque también en los trastornos obsesivo-compulsivo y<br />

por dependencia.<br />

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Capitulo 1. <strong>Trastornos</strong> de la l)'rsonalidad: principios clásicos<br />

21<br />

Esquizoidt<br />

oplosivo<br />

Alto<br />

­·<br />

dtpcnclicntt:<br />

por tvitación<br />

Antisocial<br />

Histriónico<br />

Esquiroidt<br />

ímpcrturbablt<br />

Cidotimico<br />

S


22<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad tn la vida moderna<br />

Los estudios sobre la heredebilidad de los trastornos de la personalidad son menos<br />

concluyentes. Los investigadores que estudian los rasgos de personalidad disponen de amplias<br />

muestras da personas normales, poro las muestras de personas con un trastorno de In<br />

personalidad son comparativamente reducidas y muy patológicas respecto a las muestras<br />

normales. lo cual puedo distorsionar los índices de correlación. Por otro parte, dado que los<br />

trastornos de la personalidad constituyen conjuntos de rasgos de personalidad que se solapan.<br />

las mteraccioncs entre herencia y entorno son mucho más complejas que las relacionadas<br />

sólo con los estudios sobre rasgos do personalidad únicos. <strong>En</strong> una reciento revisión do<br />

las evidencias disponibles, Thapar y McCuffin (1993) soslieneo que las pruebas más sélídas<br />

a favor de la heredabilidad aparecen en los trastornos anusoeíal y asquizntfpico. <strong>En</strong> otra<br />

rovísíón. Nigg y Goldsmith (1994) sugieren que Los trastornos paranoide y esquizoide pue-<br />

don estar relacionados genéticamente con la esquizofrenia. Otra popular hipótesis genética<br />

sostiene que los cambios emocionales bruscos do los trastornos ltmne constituyen una<br />

evidencia de su relación con los trastornos afectivos, que incluyen la depresión y el traslomo<br />

bipolar.<br />

Livesley el al., (1993) examínarou la heredabllldad de 18 dimensiones relacionadas con<br />

los trastornos de la personalidad. evaluadas mediante el Cuestiona,io Básico pare la Evaluación<br />

Dimensional de la Patología de la <strong>Personalidad</strong> (DAPP-BQJ (Livesley et al., 1992). <strong>En</strong>oon·<br />

traron que las dimensiones de ansiedad. insensibilidad, distorsión cognitiva, compulstvídad,<br />

problemas de identidad, negatívismo. rechazo. restricción de la expresión. evitación<br />

social. búsqueda de estimulación y suspicacia presentaban una heredabilidad de entre ol 40 y<br />

el 60%. Dado que todas estas características fonn.an parte de uno o más trastornos do la personalidad.<br />

su estudio proporciona evidencias indirectos a favor do que al menos algunos rasgos<br />

problemáticos son. hasta cierto punto, heredables. Por ejemplo. la insensibilidad suele<br />

estar asociada a los trastornos antisocial, sádico y narcisista. y la búsqueda de cstimulación<br />

suele fonnar parte do los trastornos histriónico y antisocial. <strong>La</strong> distorsión cognitiva es característica<br />

del trastorno esquizotípico y. obviamente. la suspicacia es típica dol trastorno para·<br />

noide. <strong>La</strong> evitación social podría estar relacionada con el trastorno por ovitación y al negativismo<br />

con la personalidad negativista. Asimismo, pueden encontrarse otras asociaciones.<br />

Perspectiva psicodinámica<br />

<strong>De</strong> todos las grandes perspect.ivas sobre la personalidad, el psicoanális.is es quizá la<br />

más rica desde el punto de vista conceptual y, no obstante, la peor comprendida. Sigmund<br />

Freud, el padre del psicoanálisis, nació en 1856. Corno hijo mayor do una madre que loadoraba<br />

y que nunca desfalleció en las esperanzas puestas en su hijo, Freud sabía que sería famoso.<br />

lnstinlivamonte atraído por la ciencia e iníluido por Oarwin, cursó la carrera do medicina<br />

y pasó un tiempo dedicado a la investigación pura. Más tarde. las necesidades materiales<br />

le impulsaron a empezar una carrera más aplicada, y se especializó ea neurología<br />

y psiquiatría. <strong>En</strong> 1885 viajó a Francia y fue testigo de le curación por parte de Jean Charco!<br />

de un caso de parálisis histérica mediante hipnosis. Dado que los tratamientos psiquiátricos<br />

de la época eran muy poco efectivos. Frcud quedó gratamente impresionado y empezó a BX·<br />

perimentar por su cuenta con la hipnosis: ello dio lugar a las ideas fundacionales dol psícoanálisis<br />

(Gay, 1988).<br />

Modelo topográfico<br />

A principios de la década de 1890, Freud y su amigo Josef Breuer. un respetado médico<br />

y original científico por méritos propios. empezaron a estudiar la utilización práctica<br />

de la hipnosis. Brcucr ya había descubierto que, cuando las personas con síntomas hístéri-<br />

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Capítulo 1. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad: p,indpíos d.15tCOS<br />

23<br />

cos hablaban de sus problemas durante el estado hipnótico. solían experimentar un sentímiento<br />

de catarsis o descarga omocional. Ambos autores elaboraron la teoría de quo los sínlomas<br />

histéricos eran producto do abusos sexuales en la infancia, que dejaban recuerdos tan<br />

intolerables que las personas que los habían sufrido los olvidaban de forma intencíonada y<br />

sólo podían recordarlos en estado de hipnosis. Más adelante. Freud descubrió que cuando<br />

estos recuerdos accedían completamente a la consciencia durante una descarga 9ltlOCÍO·<br />

nal. los síntomas desaparecían. Esta observación se convirtió en su primera teoría de las<br />

neurosis, según la cual detrás de cada conflicto neurótico subyace un trauma infantil olvidado.<br />

Se dice que estos recuerdos son reprimidos. Impelida a olvidar lo que sabe. la mente<br />

se defiende de las experiencias dolorosas excluyéndolas activamente de lo consciencia. El<br />

pasado no puede reescribirse, pero su impacto puede contenerse. Oe hecho. la represión<br />

masiva es una de las principales estrategias de afrontamiento de la personalidad histrióni·<br />

ca, el análogo contemporáneo de los síndromes histéricos de fin de siglo que propiciaron<br />

el descubrimiento de los principios básicos del psicoanálisis.<br />

Froud arliculó sus ideas OJl lo que so conoce como el modelo topográfico, es decir. la<br />

hipótesis de que la mente tiene una organización o arquitectura que rebasa la consciencia<br />

y que puedo definirse en función de distintos ntvelee o comparlimont.os. <strong>En</strong> la baso se en·<br />

cuentra el inconsciente, un reino m.isteríoso formado por todo aquello a lo que no podemos<br />

acceder de forma consciente mediante la simple reflexión. Según la teoría psicoanaHUca<br />

clásica, el inconsciente es la única parte de la mente que existe desde el nacimiento. <strong>En</strong> el<br />

nivel inmediatamente superior al inconsciente se encuentra el precouscleute. que ostá formado<br />

por todo aquello que puede acceder a la consciencia u voluntad. por ejemplo, un número<br />

de teléfono. Por ú.Jtimo. existe la parte de la mente que forma nuestra vida en estado<br />

de vigilia. a la que denominamos consciente. Según Freud. el deseo de satisfacer nuestros<br />

instintos inconscientes es la principal fuerza motivadora de la conducta humana a lo largo<br />

de toda la vida. Cuando afirmó que el inconsciente y sus impulsos eran el origen y el centro<br />

de la existencia psicológica. Freud declaró una revolución copernicana centre el recíonalismoque<br />

dominaba el pensamiento de la época. <strong>La</strong> conducta no era fundamentalmente recio·<br />

nal. sino irracional. Así como la Tierra no es el centro del universo, la consciencia no os<br />

más que un remanso que oculta las prmctpales corrientes de la vida mental. Por esta razón,<br />

el objetivo que Freud y Dreuer pretendían conseguir con la hipnosis -os docir. la<br />

idea ele hacer consciente lo inconsciente- es uno do los principales fines de muchas psícoterapias<br />

contemporéneas.<br />

Modelo estructural<br />

A pesar do su onrustasmo inicial por la hipnosis. Freud desarrolló técnicas adiciona·<br />

les, como lo asoctacíéu llhra. que le pe:rmitioron cartografiar el contenido del inconsciente,<br />

Modiru1te estas técnicas descubrió un nuevo principio organizador, al modelo estructural<br />

compuesto por el ello, el yo y el superyó. El ello está formado por los inslintos básicos de<br />

supervivencia y dos irnpulsos dominantes de la personalidad: el sexo y la agresióa. <strong>En</strong> el<br />

momento del nacimiento, el niño está motivado por el deseo de obtención de gretlficeciones<br />

instintivas inmediatas. que Freud denominó principio del placer: ¡Quiero lo que qulero<br />

y lo quiero ahora! <strong>En</strong> cierto modo, el ello es como un dictador que sólo sabe cómo reclemar<br />

constantemente lo que desee, lo que hace que el mundo sea un lugar muy frustrante.<br />

Para aliviar esta frustración y garantizar una mayor adaptabilidad del organismo. se<br />

desarroUa una segunda parte de la personalidad, el yo. que media entre las exigencias del<br />

ello y las limitaciones que impone la realidad externa. El ello es fundamentalmente irraciona].<br />

pero el yo es básicamente racional y planificador, y opera basándose en el principio<br />

de realidad. A fin de ser efectivo. el yo debe realizar operaciones intelectuales tan cornple-<br />

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24<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida modtma<br />

jas como el cálculo de riesgos y beneficios. el análisis de medios y objetivos. la anticipación<br />

de las consecuencias de los distintos cursos de acción y la determinación de] rango de posibles<br />

resultados con sus respectivos costes y recompensas. todo ello mientras se van modificando<br />

los planos y elaborando alternativas a medida que las circunstancias lo requieren.<br />

Sin embargo, no todos los cursos de acción que el yo puede llegar a imaginar son aceptables.<br />

Por tanto. aparece posteriormente una tercera parte de la personalidad que interna-<br />

Itee los valores sociales de los educadores. el superyó. El proceso que da lugar a la forma·<br />

ción de] superyó se denomina introyección, que líteralmente significa «poner dentro». El<br />

superyó está formado por dos partes. la conciencia y el yo ideal: lo que no se debe hacer. y<br />

lo que se debe hacer y se debería IJegar a ser. <strong>La</strong> conciencia se rige por e) principio de meralidad.<br />

lo correcto y lo incorrecto de cada comportamiento. Por el contrario. el yo ideal nos<br />

impulsa a la realización de nuestros exclusivos potenciales humanos. <strong>La</strong> ruptura de los codigos<br />

morales provoca la aparición de sentimientos de culpa: la satisfacción del ideal del yo<br />

produce sentimientos de orguUo y respeto hacia uno mismo.<br />

Para Freud, la personalidad es como una guerra de desgaste entre tres generales. Como<br />

brazo ejecutivo de la personalidad. el yo debe equilibrar y mediar entre las imposiciones de<br />

los otros dos contendientes. Por una parte. el ello presiona desde lo más profundo. ansiando<br />

gratificación. Por Ja otra, las prohibiciones del superyó evitan que estos deseos so satisfagan<br />

directamente. Por este motivo. a la perspectiva psicoanalítica se le atribuye un tono<br />

pesimista: los seres humanos viven en un estado de perpetuo conflicto entre las necesidades<br />

y las limitaciones de las distintas partes de la personalidad. Podemos sobrellevarlo.<br />

poro no podamos escapar.<br />

Muchos trastornos de la personalidad se encuentran exactamente en esta situación. El<br />

individuo con trastorno do la personalidad por evitación, por ejemplo, desea fervientemente<br />

relacionarse con los demás, pero también experimenta un sentimiento do vergüenza de sí<br />

mismo tan profundo que sólo puede relacionarse con muy pocas personas. <strong>La</strong>s personas<br />

con un trastorno por evitación se retraen en su caparazón, en el que al menos pueden estar<br />

a solas con sus humillantes defectos. <strong>La</strong>s personalidades compulsivas y negativistas luchan<br />

denodadamente frente al dilema entre la obediencia y el desaffo a la autoridad. Los obsosívo-compulsivos<br />

expresan este conflicto de forma pasiva ciñéndose oscrupuJosamonto a las<br />

exigencias ínternalizadas del superyó; en apariencia parecen normales y controlados. pero<br />

por debajo son tensos, ansiosos y circunspectos sobre su propia conducta. <strong>La</strong> personalidad<br />

negativisto. antes denominada pasívo-ag.resiva. expresa el oonfl ícro de forma activa vacilando<br />

entro lo lealtad y la insubordinacióo mediante sabotaje. Cuando estos individuos conocen<br />

los objetlvos de los demás. trabajan sutilmente desde dentro del sistema para arruinarles<br />

los planes o, al menos. para causarles la mayor frustración posible. Solamente un subgrupo<br />

del trastorno antisocial de la personalidad. el psicópata. es capaz de escapar del<br />

conflicto. Dado que en su caso no se ha producido eJ desarrollo completo del superyó, no<br />

tiene ninguna necesidad de evaluar sus acciones según las normas sobro lo correcto y lo<br />

incorrecto, sino que su yo es libre de seleccionar cualquier vía de gratificación que, desde<br />

un punto de vista realista, la parezca posible, incluso si implica engañar. perjudicar o dañar<br />

irreparablemente a los demás. Por consiguiente. sólo se detienen cuando son conscientes<br />

del duro castigo que la sociedad puede inlligirles debido a sus transgresiones.<br />

Mecanismos de defensa<br />

Dado que el yo intenta satisfacer constantemente las exigencias impulsivas del ello. a<br />

la vez que ajustarse a las limitaciones de la realidad y las limitaciones morales del superyó. la<br />

consciencia siempre es vulnerable a los senumlentos de ansiedad. Por una parte, los instintos<br />

del ello son como bárbaros acechando, siempre amenazando con pasar a través do<br />

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Capítuk> l. <strong>Trastornos</strong> de la penonalNSad: prindpios clásicos<br />

25<br />

los controles del yo y saturar la conduela de impulsos animales. Tener conciencia de esta<br />

posibilidad produce lo que Freud denominó ansiedad neurótica. Por otra parte, e) superyó<br />

exige perfeoción y amenaza con inundar la consciencia con sentimientos de culpa cada<br />

vez que las exigencias del ello no son disfrazadas suficientemente, )o que Freud llamó la<br />

ansiedad moral. Uno es un pecador, el otro es un santo. Por t11timo, las amenazas que provienen<br />

del mundo extorno puoden provocar ansiedad debida a la realidad. Si alguien escucha<br />

en las noticias de la radio que la Bolsa se ha hundido, su preocupación por sus inversiones<br />

es real. Cualquiera que sea la fuente do la quo proviene, la ansiedad os una señal<br />

quo avisa al yo do quo debe emprender alguna acción correctiva que le permita reforzar<br />

sus controles.<br />

ÉNFASIS EN LA HISTORIA<br />

Car/ G. [ung<br />

CONTRIBUCIÓN DE JUNG A IA TEORÍA DE IA PERSONALIDAD<br />

Aunque Jung es uno de los primeros autores que abordaron la personalidad, sus ("Ontribuc:ioncs<br />

rara ~z se han aplicado a ios trastornos de la personalidad. Jung fue uno de los principales disdpulos<br />

de freud, pero rompió con ~l. ya que insistía en que la vida mental está compuesta de otros asptttOS<br />

aparte d~ sexo. <strong>La</strong> mayoría de estudiantes conocen su diferenciación entre extraversen e introversión.<br />

los extravertidos explican los acontecimientos dnde el punto de vista del entorno. Pien·<br />

san que su vtda esta dirigida por los acontecimientos que se: producen en su entorne y fijan su aten·<br />

oen ron firmeza en el mundo externo. los introvertidos, por el contrario, son básicamente subjetivos<br />

v extraen del entorne lo que satisface a sus disposiciones internas. Dado que para la mayoria de nos ..<br />

otros el mundo externo es ptincipalmente social, la extraversión se relaciona C'Of'l 1­a sociabilidad, mien ..<br />

tras que la introversión se asocia a la introspección y al alejamiento del mundo interpersonal. <strong>En</strong>tre los<br />

trastornos de la personahdad contemporáneos, el histnómco es el mas gregario, un aspecto importan ..<br />

te del constructo más amplio de la extraversión. <strong>En</strong> cambio. la personalidad esquizoíde es prácticamente<br />

asocial. Por otro lado, la personalidad evitadora, que desea mantener relaciones sociales aun·<br />

que se aleja de ellas debido al miedo a la humillación, podria definirse a partir del conflicto entre es·<br />

tas dos dimensiones,<br />

Jung propuso que las combinaocnes entre las dimensones pensamiento .. stntimief'lto y sensación­intuicién<br />

formaban cuatro nuevos modos psicológicos de adaptación o actividad, que también<br />

interactuaban con ta polaridad ettravtrsión·introvtrsión. El pensamitnto se refiere al razonamiento ló-<br />

91c:ov directo, a la tendencia a abordar las situaciones dt forma fria, racional y sin implicación emooonal<br />

alguna; el st:ntimiento refleja la tendencia a confiar mas en las propias evaluaciones sub~tivas y<br />

cargadas de emotividad que en los prOC'CSOs racionales. No obstante, los sentimientos suelen presentar<br />

numerosos aspectos ("Ontradictoños que se experimentan de forma profunda y que Mben comprender·<br />

se; de ahi que no se reduzcan a la emotividad impulsiva. la sensación se refie


26<br />

1<br />

Tras.tornos de la persceatldad en la vida moderna<br />

ÉNFASIS EN LA HISTORIA {continuación!<br />

tro modos de Jung. <strong>La</strong> personaüdad obsesrva, por ejempto. es famosa por su cparálisi.s del análi.SlSJI. un<br />

esfuerzo heroico por entender la rt:alidad de forma raoona'. aunque prinopatmente debido al miedo a<br />

cometer un error y ser culpabilizado por ello. <strong>La</strong>s personalidades histriónica y antisocial buSC'an sensa ..<br />

dones de tal intensidad que son incapaces de anticipar las consecuencias de sus acciones, en favor de<br />

la cons.tcución de placeres momc:ntántos. Oeb,do a que: Jung es básicamente una figura tüstóri


Capítulo 1. <strong>Trastornos</strong> de la ptJSOnaltdad: principios cl3sicos<br />

27<br />

i s<br />

a<br />

1<br />

·i<br />

1<br />

;¡<br />

i<br />

o<br />

°''""'<br />

Compensación<br />

Compottamicnto<br />

impulsillo<br />

{octing cHJf)<br />

-----<br />

<strong>De</strong>splaza.miento<br />

-----<br />

-----<br />

Omnipotencia Se crea una imagcn de uno mismo como increiblt·<br />

mentt poderoso, intetigCfltt o supt'rio(. a fin de su·<br />

perar cifcunstandas o sentimientos ¡mcnazadotes<br />

-----<br />

Pola.ri.t,ci6n Se Stparan la5 cuatldadcs Of)ucsus de un mismo objeto.<br />

se mantknen en una dtHbtrada oposición dn,-<br />

inttgrada, lo cual p,rovoca cicios de idcalizadón y<br />

dtwluación según cu.ál sea ri extremo eve se pro·<br />

yttta tn u:no mismo y en los dCl'Ms<br />

-----<br />

-----<br />

Aislamiento<br />

at«tM><br />

-------<br />

Ocv.aluac:i6n<br />

Ocsodad6n Manejo dd conflicto mediante la alteración de la integ,ídad<br />

de la comt:itn(ia, la memoria o la pem'poón<br />

del mundo externo e interno<br />

-----<br />

Fantasia Evitación del conflicto mediante la aucion de situacioocs<br />

imaginarias que satisfattn los impulsos o<br />

losd=os<br />

------- los pcnsamie11toso impulsos inact9tablcs se contienen<br />

adoptando la postura contra.ria<br />

lde-allzac:i6n<br />

-------<br />

lde:ntifica,ci6n<br />

proyectiva<br />

-------<br />

Negación<br />

Ptov«


28<br />

Trastornes de ta personalidad en la vida moderna<br />

Tabla 1­3.<br />

Mecanismos de defensa más comunes (rontinuociÓII]<br />

~presión<br />

------<br />

Sublima,ción<br />

los pensamientos v dcstoS prohibidos son apartadoS<br />

de la conscicnci.a<br />

Se rdwyc:n las emociones inacept.iblcs m~antt su<br />

canalización en conducta5 socialmente ~ep~blcs<br />

Un estudiante ctloso niega el acc:ao a la cor,:s&n ..<br />

cia del deseo de asesin.ar a w rival<br />

Un prof'10f que stente un seeere di1gusto por la<br />

e~ñanza trabaja diligentemente para conseguir un<br />

premio al mtjor maestro<br />

dinal. estos psicólogos del yo afirmaban que el estudio del ello era sólo la primera fase del<br />

estudio de la perscnaltdad global. Creían que el yo poseía sus propios capacidades aut.ónomas<br />

y completamente independientes del ello. Naturalmente, el mecanismo que utiliza el<br />

yo para defenderse de otros componentes de la personalidad era para ellos una cuestión<br />

principal en su corriente de pensamiento.<br />

Hoy en día, los mecanismos de defensa son tan importantes que constituyen un eje<br />

para posteriores investigaciones que permitan su inclusión en un futuro DSM-V. Aunque<br />

cada persona utiJjza distintos mecanismos de defensa, cada trastorno de la personalidad<br />

parece preforir un subgrupo en particular (<strong>Millon</strong>, 1900). Este subgrupo de mecanismos do<br />

defensa puede utilizarse para construir un perfil defensivo que ilustra cómo el trastorno do<br />

la personalidad so protege do las fuentes externas o internas do ansiedad, estrés y desafio<br />

a las propias capacidades. <strong>La</strong> personalidad compulsiva, por ejemplo, debe afrontar íntensos<br />

impulsos agresivos generados por unos padres que fueron excesivamente controladores<br />

y perfeccionistas. Mediante la formación reactiva, el cbsestvo-ccmpulsívc transforma<br />

estos impulsos en su opuesto. Asimismo. al ajustarse meticulosamente a las estrictas reglas<br />

internalizadas del superyó. el obsesivo-compulsivo parece muy controlado y contenido,<br />

aunque en su interior suelen bullir intensos sentimientos de rebelión. Su necesidad de<br />

sofocar las fuerzas agresivas es tan profunda que suele recurrir de forma exc .. esiva a otro<br />

mecanismo do defensa: el alslamíunto afectivo. Al separar las omocionos do las ideas, el<br />

cbsestvc-compulstvc crea un entomo mental de trabajo esterilizado frente o la desorganlzadora<br />

iníluencio de los afectos desagradables. a la vez que mantiene los aspectos meramente<br />

intelectuales de las ideas. Da esta forma, el obsesivo es capaz de dedicarse a traba·<br />

jar en sus asuntos.<br />

Estadios psicosexuales<br />

Según Proud y sus discípulos. la personalidad so desarrolla a través de cinco estadios<br />

psíoosexuales, cuatro de los cuales incluyen zonas erógenas que proporcionan gratificación<br />

sexual. Para Freud el término sexual no se limitaba o la estimulación genital, sino que se re·<br />

íería a cualquier sentimiento placentero. A través del curso de la maduración normal. cada<br />

estadio psicosexual da paso al siguiente. lo cual plantea a la persona una secuencia de desafíos<br />

evolutivos. El primero es el estadio oral. que abarca desde el nacimiento hasta los<br />

2 años do edad. <strong>En</strong> esta fase los focos principales son la boca, los labios y la lengua. El place,<br />

se recibo a través do la actividad oral. como succionar el pocho de la madre, el dodo pulgar<br />

y. posteriormente, mordiendo y tragando. El siguiente es el estadio anal, que abarca de los<br />

2 a los 3 rulos da edad. <strong>La</strong> estimulación placentero S9 produce mediante la defecación, la eliminación<br />

de las heces. A diferencia del estadio oral, el estadio anal enfrenta al niño con sus<br />

cuidadores, ya que éstos Je exigen que retrase las actividades anales hasta que pueda realizarlas<br />

en el lugar adecuado, el váter. El tercer estadio es el íál.ico, entre los 3 y los 6 años. en<br />

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Capitulo 1. <strong>Trastornos</strong> ee la personalidad: principios tlAsicos<br />

29<br />

el que el loco de gratlficacién sexual es el pene o el clítoris. <strong>En</strong> este momento, el niño empieza<br />

a experimenlaI deseos Hbidiuales hacia el progenitor de sexo opuesto y compite por<br />

su atención con el progenitor del mismo sexo, el famoso complejo de Edipo. Aunque en la<br />

actualidad se ha descartado el concepto freudiano de la envidia del pene, parece que en el<br />

desarrollo de varios trastornos de la personalidad representa un importante papel un tipo<br />

especial de relación con el progenitor del sexo opuesto. <strong>La</strong> personalidad narcisista. por<br />

ejemplo, suelo corresponder a un hijo único consontido por su madre. Asimismo. la porsonalidad<br />

histriónica disfruta do una relacíén especial con un padre demasiado indulgente<br />

que le refuerza las conductas seductoras y presumidas. E:otro los 6 y los 12 años, la sexualidad<br />

se swnerge en el estado de latencia y resurge en el estadio genital, que empieza en la<br />

pubertad. Mientras quo en estadios anteriores ol objetivo era maximizar el placer sexual del<br />

propio cuerpo. en esta fase el objelivo es investir de energía sexual las relaciones con los de--<br />

más a fin de hacer posible la aparición del amor maduro.<br />

<strong>Trastornos</strong> del carácter<br />

1::1 ténnioo carácter procede de la palabra griega pera denominar un grabado. y originariamente<br />

significaba aquellas características distintivas que constituyen la emarca» de una<br />

persona. <strong>En</strong> el lenguaje ccloquial contemporáneo, el carácter se refiere a nuestra naturaleza<br />

animal civilizada, como se refleja en la adopción de hábitos, costumbres y usos sociales,<br />

en especial durante la infancia.<br />

<strong>De</strong>sde la perspectiva psicodinámica, el carácter tiene un significado técnico y se refiere<br />

a la forma en que el yo suele satisfacer las demandas del ello, el superyó y el entorno {F&-<br />

nichel, 1945). Dado que el estudio de la personalidad empieza con el estudio pslcodinámíco<br />

del carácter. muchos trastornos de la personalidad tienen contrapartidas caracterológicas<br />

directas. El carácter oral. por ejemplo, es similar a la personalidad dependiente y el carácter<br />

anal es parecido al compulsivo. <strong>En</strong> la tabla 1-4 se aporta una lista completa de los<br />

trastornos de )a personalidad y sus antecedentes caracterológicos. E1 interés de autores analíticos<br />

posteriores, como Shapiro (1965), en la relación entre carácter, defensa, conducta interpersonal<br />

y estilo cognitivo ha fortalecido la relación entre ol carácrer y la personalidad.<br />

Tabla 1-4. npos de canicter y trastornos de la personalidad análogos<br />

i s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

:!<br />

1<br />

O<br />

T rilswn'IO psi:cocliniMic:o<br />

dd carxta<br />

Oral (Abra.ham)<br />

Narcishta-libidJnal {f'fcud}<br />

Impulsivo (Rcicfl)<br />

Fóbico (Frnichd}<br />

Masoquistil (Rcich)<br />

Hlstf:rico (Wittels)<br />

Etóti


30<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida mcdema<br />

Karl Abraham (1927a, 1927b, 1927c) inició la caractorolog.ía analítica sobre la base de<br />

los estadios psicosexuoJes del desarrollo de Freud. descritos anteriormente. Freud creía que<br />

tanto la indulgencia como la privación podían resultar en le fijación de la onergle Líbidinal<br />

a un estadio, Jo cual detenninaba el talante del desarrollo posterior. Por ejemplo. el período<br />

oral se diferenciaba en una fase oral-de succión y una fase oral-mordiente. Un estadio de<br />

succión demasiado indulgente darfa lugar a un tipo oral-dependiente caracterizado por un<br />

optimismo imperturbable, ingenuamente seguro de sí mismo, despreocupado e inmaduro<br />

desde el punto de vista emocional. <strong>La</strong>s cuestiones serías no afectan a este típo de persona.<br />

Por ol contrario. un período da succión poco gratificante da lugar a una excesiva dependencia<br />

y credulídad. ya que el niño desvelido aprende a «tragarse, cualquier cosa para asegurarse<br />

de que recibe algo, <strong>La</strong>s frustraciones en el estadio oral-mordiente provocan tendencias<br />

orales agresivas. como el sarcasmo y la hostilidad verbal en la edad adulta. Estos caracteres<br />

orales-sádicos tienden a la desconfianza pesimista. al malhumor y a la perulancía,<br />

<strong>En</strong> el estadio anal el niño aprende autonomía y control. El incremento de sus capacidados<br />

cognitivas Jo permite comprender las expectativns de sus padres y dispone de laposihil<br />

idad de complacerlas o de desafiarlas. Los caracteres anales adoptan diferentes actitudes<br />

hacia la autoridad según si la resolución se produce durante la fase anaJ-expulsiva o<br />

la fase anal-retentiva. E1 período anal-expulsivo está relacionado con la tendencia a la sus-<br />

picacia. la ambición y la presunción excesivas, la afirmación de uno mismo. la indisciplina<br />

y el oposlcíonismo. <strong>La</strong>s dificultades que surgen en la fase anal tardía. o anal-retentiva. suelen<br />

asociarse a la frugalidad. la obstinación. la disciplina. la meticulosidad incluso en los<br />

detalles nimios y una rígida devoción a las normas y reglas sociales. Este tipo de características<br />

recuerda. sin duda. a la personalidad compulsiva.<br />

El concepto de carácter se expandió gracias n los escritos do Wilholm Rcich en 1933.<br />

Reicb sostenía que la solución noureuca do los conflíctos pstcosexuales Sé alcanzaba medíante<br />

una reestmcturacióu total del estilo defensivo que. en ültimo término, cristalizaba en<br />

UJlQ «formación total» dencmjnada «armadura del carácter». Así, la aparición de síntomas<br />

psicopatológicos específicos asumía una importancia secundaria. Los síntomas debían en-<br />

tenderse en el contexto de esta configuración defensiva, de forma parecida al modelo multiaxial<br />

contemporáneo. que sostiene que los síntomas deben entenderse en el contexto de la<br />

personalidad global. Reich también amplió la caracterología de Abraham a íos estadios fálico<br />

y genital del desarrollo. <strong>En</strong> el estadto fálico. la frustración puede conducir al esfuerzo por<br />

consoguir el liderazgo. a la necesidad de sobresalir en un grupo y a tolerar maJ incluso las<br />

más mínimas derrotas. Estos «caractores fálicos narcisistas» eran descritos como vanidosos.<br />

presuntuosos. arrogantes. seguros de sí mismos. vigorosos. fríos. reservados y defensivamente<br />

agresivos.<br />

Relaciones objeta/es<br />

El desarrollo de la porspecliva pstcodínémíca puede dividirse en tres períodos. El<br />

psicoanálisis clásico era casi exclusivamente una psicología del ello, que hacía hincapié en<br />

el papel de los instintos en la creación de los síntomas psicológlCos. los distintos estadios<br />

psicosaxuales del desarrollo, los conflictos con el entorno que se producen durante estos estadios.<br />

la fijación de la energía del ello en cada estadio en particular, y el papel del oUo en<br />

la emergencia del carácter. Freud creó y mantuvo su psicología del ello mediante varias premisas<br />

clave. El yo y el superyó no sólo se desarrollan a partir del ello. sino que también se<br />

ven obligados a confiar en sus impulsos instintivos básicos como su única fuente do onergía.<br />

<strong>En</strong> el estudio de la psícopatologla, el yo y el superyó son estructuras derivadas y dependientes.<br />

mientras que el ello es una ostmctura fundamental. Por tanto, la comprensión de<br />

cada trastorno mental requiere la comprensión de cómo ese trastorno es una forma de ex-<br />

Copynghted m atenal


Capítuk> 1. Trastor!W>S de la pMOnalid;)(f: prindpios cljsiros<br />

31<br />

presíón de impulsos sexuales y agresivos básicos en el contexto de les limitaciones realts-<br />

11:1.s del yo y los lhnitaciones morales o idealizadas dol superyó. <strong>En</strong> términos contemporáneos.<br />

F'reud se centré en el Eje l. os decir. estudió los síntomas psicológicos. su origen y su<br />

desarrollo.<br />

Postorionnonto. los detractores de la «psicología sexual» do Frcud variaron el foco do<br />

interés del ello al yo. Estos autores descubrieron nuevas fuerzas en la personalidad. domanera<br />

qua el área do estudio pasó a denominarse psicodinámica en vez do psicoanalítica.<br />

lung, por ejemplo, desarrolló numerosas y originales ideas como el Inconsciente colecttvo.<br />

la sincrontcídad y la dimensión introversión-extraversión. Adlcr se centró en las influencias<br />

sociales y eo las compensaciones frente a los senumlentos do inforioridad. Autores<br />

posteriores llegaron a afirmar que ol yo os básicamente una estructura de adaptación y.<br />

como tal, dispone necesariamente de potenciales Innatos para afrentar el curso de la evolución<br />

humana. Algunos de estos potenciales son meras capacidades perceptivas presea·<br />

tes desde el momeolo del nacimiento. otras son cepeotdedes adaptativas, como el razona·<br />

miento y las capacidades cognoscitivas (Hartmann. 1958). Por ejemplo, la capacidad de di·<br />

vid ir les tareas complejas en subtareas puede ser necesaria para satisfacer el impulso se·<br />

xual. pero es difícil entender cómo esta capacidad puede derivar de la propia sexualidad.<br />

Por otra parte. el yo está ocupado en coordinar las necesidades psicológicas con la renJidod<br />

del mundoextemo; por tanto, como es natural. los psicólogos del yo se decantaron más<br />

hacia la visión interpersonal. Una de las autoras más importantes fue Karen Horney. Mu·<br />

chos constructos derivados de su teoría son sorprendentemente similares a los trastornos de<br />

la personalidad contemporáneos.<br />

El estadio final en el desarrollo de la perspectiva psicodinárnica es el denominado relaciones<br />

objetales. Al principio el nombro parece críptico, poro su origen ns fácilmente in·<br />

tnligíble como respuesta al reduccíonísmo sexual dol análisis clásico. Cada instinto uene un<br />

objetivo y un objeto. El objetivo es la satisfacción de los deseos instintivos: el objeto es alguna<br />

cosa del mundo externo que permite alcanzar el objetivo. Para Frcud, los instintos del<br />

ello forman la base de la naturaleza humana. Otros aspectos de la personalidad. como el yo.<br />

el superyó y las personas de] entamo, sólo eran valiosos o reales para el ello en la medida<br />

en que podían aportarle algún tipo de satisfacción. Por consiguiente. la psicología del ello<br />

no puedo sor una psicología de las relaciones humanas. Los otros son sólo el mobiliario de<br />

la vida mental. objetos cuya presencia promete sat.isfaoción instintiva. no otros soros con los<br />

que intoraocionar al margen de su capacidad para la reducción de impulsos.<br />

<strong>La</strong> teoría moderna do las relaciones ohjetales os cognitiva e interpersonal. ya que, en<br />

primer lugar. sostiene quo el mundo extorno so conoce a partir de representaciones monta·<br />

les o modelos operativos loternos (Bowlby, 1969) y, en segundo lugar. indica que el conronido<br />

de estos modelos es interpersonal y so desarrolla durante la primera infancia a partir<br />

de las experiencias con los progenitores y otras personas significativas. incluso antes del<br />

desarrollo do la consciencia del sí mismo (selfl. <strong>En</strong> efecto. las relaciones objetalos son para<br />

la persona lo que los paradigmas para las teorías científicas: la mayoría de ellas existen<br />

como osrructuras mentales inconscientes quo organizan la experiencia y que sólo son par·<br />

cialmento accesíbles a la reflexión consciente. <strong>La</strong>s relaciones objeta los. como foso más re·<br />

ciento en el desarrollo do la teoría psicodinñuuca, podrían sor denominadas «psicología del<br />

superyó». ya qua se ocupan de forma explfcita de lo introyectado, de los aspectos o tmagenos<br />

do los demás que han sido tnternahzedos en el curso del desarrollo. Sin embargo. la<br />

teoría de las relaciones objetales no sólo se ocupa de la coodenación y el príncipio de moralidad.<br />

sino que también aborda, de íorrn.a más amplia, el modo eo que las represemaciones<br />

mentales del sí mismo y de los demás influyen continuamente en la conducta actual.<br />

El principal autor de la teoría de las relaciones obietales es Ksrnberg (1967, 1984,<br />

1996). Kernberg defiende In claslflcecién de las distintas personalidades, algunas del DSM<br />

Copyrighted rnaíenal


32<br />

<strong>Trastornos</strong> ee la p(fSOnalid~ en la vida modcma<br />

y otras do la tradición psicoanalítica. en función de tres niveles do organización ostructural<br />

-psicótico. limite y neurótico-que representan distintos grados de organización o cobeslón<br />

de In personalidad (Hg. 1 ·6). <strong>La</strong>s personalidades normales poseen un sentido del<br />

sí mismo cohesionado e integrado que los psicoanalistas denominan identidad del yo. Lo<br />

mayoría de nosotros sabomos quiénes somos y nuestro sentido del sí mismo permanece<br />

constante al cabo del uampo y en distintas situaciones. Sabemos lo que nos gusta y lo que<br />

nos disgusta. somos conscientes de ciertos principios fundamentales y sabemos en qué nos<br />

parecemos y en qué nos diferenciamos de los demás. <strong>De</strong> las personas con una identidad<br />

del yo bien inlegrada se dice que poseen fortaleza del yo, es decir. la capacidad de mantenerse<br />

integradas en sil uacloues de presión o estrés. Asimismo. las persones normales tam-<br />

Histtfi('O<br />

.... t<br />

Normalidid<br />

Organización<br />

de ta<br />

J'.)trSOna,lldJd<br />

ncur6lita<br />

<strong>De</strong>pendiente:<br />

Hivtl<br />

d•<br />

g,a'l(dad<br />

Cldot1'mk'o<br />

O,ganizi


capitulo 1. <strong>Trastornos</strong> del.a personalidad: principios clásicos<br />

33<br />

bién poseen un sistema iatemalizado de valores sociales o morales maduro, ol superyó,<br />

que incluye les características de responsabilidad personal y de capacidad adecuada do<br />

autocrílica.<br />

Por el contrario, el nivel neurótico se caracteriza por una idenlidad del yo bien de·<br />

sarrollada, aunque complicada por «senttmlentos de culpa inconscientes que se reflejan<br />

en patrones patológicos de interacción en cuanto a la intimidad sexual> (Kernberg, 1996;<br />

pág. 121 }. <strong>La</strong>s personal ldades neurétlcas están preocupadas por cuestiones sexuales, lo que<br />

afecta a sus relaciones interpersonales y crea sentimientos de culpa que afectan a la conducta.<br />

Los tipos caractertales descritos por Kernberg presentan ciertas variaciones respecto a los<br />

del DSM·l'V. El nivel neurótico incluye las personalidades depresivo-masoquista, obsesivo·<br />

compulsiva e hístéríca. El carácter depresivo-masoquista, por ejemplo. deriva básicamente<br />

do la formación reactíva. es decir, de la tendencia a hacer Jo opuesto a los deseos inconscientes.<br />

Por tanto. tiende a privarse o sabotearse en vez de permitir lo que do otro manera se·<br />

ría placentero o satisfactorio. Por el contrario. la personalidad histérica es más sexual do<br />

forma manifiesta y exhibe conductas provocativas superficiales a las que, no obstante,<br />

subyacen inhibiciones sexuales. Tanto el masoquísta-depresívo como ol histórico reflejan<br />

niveles más integrados de estructuras caractcriales primitivas. <strong>La</strong> personaltdad histérica,<br />

por ejemplo. se sitúa en el nivel neurótico, pero también está relacionada con la denominada<br />

personalidad infantil, que tiende a ser más exigente, impulsiva y agresiva. Ambas se<br />

sitúan en un mismo espectro, un término que se suele utlllzar para expresar la relación entre<br />

lipos caractertales de alto y bajo ntvel de actividad.<br />

El nivel límite de la actividad do la personalidad so sih1a entre las neuros¡s y las psicosis.<br />

Superficialmente. quienes tienen una personaltdad del nivel llmite parecen similares<br />

a los neuróticos, aunque no son tan integrados. AJ igual que los neuróticos. mantienen el<br />

contacto con la realidad, pero algunas veces se disocian o e·xperimentan episodios psicóticos.<br />

Asimísmo, tienden a utilizar mecanismos de defensa primitivos en vez de mecantsmos<br />

adultos maduros. Según Kernberg, todas las personas situadas en el nivel límite presentan<br />

una disociación de la representación objet.aJ, lo cual explica gran parte de su conducta. <strong>La</strong>s<br />

personas normales son conscientes de que existen muy pocas situaciones o personas cornpletamente<br />

buenas o malas. sino que por lo general se sitúan on un tórmino medio con aspectos<br />

buenos y malos. <strong>La</strong> mento puedo contener a] mismo tiompo )o bueno y lo malo, y<br />

crear una impresión general que resulta compleja pero realista. <strong>La</strong>s personalidades del ni·<br />

vel límite, sin embargo, conciben a las persones y a las situaciones como completamente<br />

buenas o malas; las personas son ángeles o demonios. Este tipo de personas presenta siempre<br />

dificultades en las relaciones interpersonales. sobre todo en las relaciones íntimas. así<br />

como distintos grados de patología sexual. Basta con imaginar qué pensarían los amigos do<br />

una persona si ésln pasara stíbita y repetidamente de venerarlos a odiarlos. Según Kcrnbcrg,<br />

todos los tipos caracreriales psicoanalíticos derivan básicamente del trastorno límite de la<br />

personalidad y del trastorno esquizoíde de la personalidad, que constituyen los extremos<br />

de un continuo de extraversión-introversión. <strong>La</strong>s relaciones entre unos tipos y otros son<br />

complejas y tienen poca importancia desdo el punto de vista técnico. Analizaremos muchas<br />

de ellas en capítulos posteriores.<br />

No es necesario describir el nivel psicótico de la personalidad, ya que en este caso se<br />

ha perdido casi todo lo que solemos entender por personalidad. lln lugar do integración y<br />

organización sólo podemos encontrar piezas rotas aleatorias. con poco o ningün sentido<br />

de lo que constituye una identidad armoniosa o integrada, <strong>En</strong> lugar de diferenciación solemos<br />

encontrar una fusión entre el sí mismo y los otros o incluso entre el sí mismo y e] en·<br />

torno físico. El nivel psicótico se caracteriza especialmente por una agrestvídad Intensa e<br />

inapropiada. El DSM-!V no describe ningún trastorno de la personalidad que se sitúe en el<br />

oi ve) psicótico.<br />

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34<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ~rsonalidad en la vida moderna<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA IIlSTORIA<br />

¿Qué decir del conductismoi<br />

¿SÓMOS SÓLO UNA ,TABLA RASA,?<br />

<strong>La</strong> dualidad enue empirismo y radonalismo es una de las más anüguas y píolongadas ccntreversías<br />

de la histona de la filosofia y la psicología. El empirismo suele identificarse con los filósofos ingleses<br />

John Locke y David Hume. LO(:!c destacó el papel de la experiencia directa en el conoc:imien10. ya<br />

que sostenía que el conocimiento debe construirse a partir de la obtención de un conjunto de sensaciones.<br />

<strong>La</strong>s tesis de lod:e se conocen como asociadonismo. El asociadonismo sostiene que e:I aprendizaje<br />

se produce a partir de un pequeño grupo de procesos que refacionan una sensación con otra.<br />

El empirismo encontró un punto de vista opuesto en el raaonalismo de los filósofos europecs, sobre<br />

todo del holandés Spinoza, el trances <strong>De</strong>scartes y el alemán Leibniz. Los empiristas sostenían que las<br />

ideas innatas no existían. lod:e. por ejemplo. mantenia que la mente era como una tabla rasa o una<br />

pizarra impoluta en la que escribe la expcritncia. Más tarde. sin embargo, los etementos del aprtndii:aje<br />

se refundieron en el lenguaje de los estímulos y las respuestas. Probable.mente, los inicios del con·<br />

ductismo están más relacionados con J.B. Watson que con cualquier otro psicólogo, aunque otras<br />

importantes figuras de la teoría del aprendizaie preceoieeen a Watson, entre las que destacan Thorndike<br />

y Pavlov. Aunque se desarrollaron varias teorías del aprendizaje, ti conductismo debe su constitución<br />

como paradigma formal a las tesis de S.F. Skinner.<br />

Se9Un el conductismo estricto de Skinner. la descripción y explicaetón de la conducta y su patología<br />

no requieren la definición de inobservables estados emocionales o expectativas cognitivas.. Se<br />

dCS(art-an los estados internos hipotéticos y se formulan explicaciones basadas únicamente en función<br />

de: fuentes externas de estimulación y refuerzo. Po, tanto. todo trastomo se: conviene en el mero<br />

producto de las expenenoas arnbrentates refommtes. Estas exp,:rie:ndas conforman el rc:pcrtor;o conductual<br />

de la persona, y se puede encontrar el origen de las diferencias entre las conductas adaptativas<br />

y des.adaptativas en función de las diferencias entre los patrones de refuerzo a los que cada persona<br />

se ve expuesta. los estados internos, como los rasgos y los esquemas, se contemplan como una<br />

weüa a los conceptos del animismo primitivo. <strong>La</strong> comprensión de: una conducta depende de la definición<br />

completa de tos factofes contextuales en los que se produce ese acontecimiento. la lógica es<br />

re:lativamtnte simple: si no t.xi-sten ideas innata-s, lo único que existe son las sensaciones o estímulos.<br />

Dado que la sensación procede: del entorno. en último término es éste el que contrata toda conducta<br />

por cornpteja que: parezca. la mente se: convierte en un recipiente vacío. o una tabla rasa. que sólo<br />

contiene lo que: ti entorno ~túa en é:I. Todas las conductas se encuentran bajo ti control de los estímulos.<br />

Por consiguiente, la re:lac1ón entre el conductismo y la personalidad~ antagónica. lo que es<br />

comprensible, ya que la psicología conductual se centra cxclu.sivamc:nte: e:n las conductas observabits<br />

y exctuve los constructos inferidos, como los rasgos de personalidad. los esquemas cognitivos,<br />

los impulsos instintivos o las disposiciones interpersonales, conceptos, todos ellos, que son unidades<br />

e:se:nciales dd e:stud,o de la pe:rsonahdad.<br />

A mediados de la década de 1980 se: habian efectuado varias rcintcrpretac-iones cruciales de las<br />

perspectivas tradicionales que: permltie:ron que las aplicaciones clinicas del conductismo fueran cada<br />

vez más amplias y moderadas. <strong>En</strong> partkoler, se rcintcrpretaron tos diagnósticos del Eje 1, que la psiquiatría<br />

definía como trastornos sustantivos. a la luz del marco del paradigma conduc:tista como resúmenes<br />

inductivos, un concepto que: vincula un cuerpo de: observaclones con el propósito de hactr<br />

posible la comunicación clínica. Por ejemplo. mientras que: para la tradición clínica una depresión es<br />

una patologia que sufre una persona, un cllnico conductista la describe: únicamente como un eríterio<br />

operativo y su etiqueta. no como una enfermedad. <strong>En</strong> censecuencís. la evaluación conductual y la tra-<br />

(eont,núo)<br />

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Capitulo 1. Trast0rnos dt la perSOnalidad: p,indpios claskos<br />

35<br />

ÉNFASIS EN LA IDSTORIA (continuacióJJ)<br />

i s I RESUMEN<br />

•<br />

1<br />

i<br />

i<br />

dicional podrían estar hablando la misma lengua, aunque cada una con sus respectivas identidades y<br />

distinciones. Esta redefinición permitió que los terapeutas de la conducta pudieran justificar la utñizadón<br />

de conceptos diagnósticos sin traicionar sus principios conductistas. Asimismo. a medida que<br />

avanzaba la revolución COCJnitiva de finales de ta década de 1960 y princip,os de la de 1970. los ps1có·<br />

•ogos conductistas empezaron a bust.ar la forma de qeneraüzar su propJa perspectiva para adoptar la<br />

rognidón baJO et manto oonductual. Más tarde, la actividad cognitiva se reinterprctó como una con·<br />

ducta encubierta. Por último, pasó a considerarse al organismo como una futflte de refuerzo y castigo.<br />

en la que los mecanismos afectivos se dtfinian como el medio a través del cual se producía ti refuerzo.<br />

Por tanto, la evaluación conductual contemporánea ya no se basa sólo en la conducta observable, sino<br />

que, a partir de un esquema creado por <strong>La</strong>ng (1968). induye tres ,sistt"mas de respuesta» el modo w:rbal-c:ognitivo,<br />

el modo afec1ivo-fisioló9ico y ti sistema de rescvesta manifiesto-moto,.<br />

Sin embargo. los teóricos del conductismo han ido más allá y han redescubierto la personandad.<br />

Por ejemplo, se ha estudiado extensamente la relación entre las respuestas de cada uno de lo)<br />

tre'.> sistemas (para una revisión. v. Voeltz y Evans, 1982). <strong>En</strong> la actualidad. los psicólogos conductuales<br />

abordan la O((Janización de la conducta, una idea que se basa en 13 conttpción de que cada pers.ona<br />

es m.1s que 13 suma de sus componentes. incluso cuando estas partes son s61o unidade.., C'OOductuates.<br />

Staats (1986) ha elaborado un enfoque más sistemático de la peoonalidad, que amplia el<br />

alcance de la tradición conductual, <strong>De</strong>ntro de lo que denominamos ,conduct1smo parad,gmático•.<br />

Staats ha mtentado crear un rconductismo de tercera generación• que añade una dimensión evclutiva,<br />

basada en el argumento de que el aprendizaje de los «epertorios cooductuales básicos, empieza<br />

en el momento dtl nacimiento y avanza de forma jerárquica, de tal manera que cada nuevo repertono<br />

sienta las bases de formas de aprendizajr: cada vez más complejas. Por tanto, algunos repertorios<br />

deben aprenderse antes que otros. Por t:Jempto, tanto los movim,entos motores finos como el alfabeto<br />

tienen que aprenderse antes de que pueda desarrollarse la escritura. Staats sostiene que los repertorios<br />

se aprenden en los sistemas de respuesta lrngüist1co-co9nit1vo, emodonal-mot1vac1onal y sensitivo-motor.<br />

y que estos sistemas son ínterdependreotes y sólo se establecen distinciones por razones<br />

pedagógicas. Por tanto, la personalidad se conV'lerte en una estructura jer3rquka comp,eja y global de<br />

repertorios que refleja la historia personal de aprendizaje de cada uno de nosotros. Cada repertorio<br />

me.día respuestas dlstintas, de tal manera que las d1fertncias individuales simplemente tttlejan distintas<br />

historias de aprendizaje. A.sí pues, el concepto de repertorio conductual es, a la vez, manifiesto e<br />

ideoqráfico. lo cual es aceptable tanto para la perspectiva ecnductuat como para la perspectiva de la<br />

personalidad, y le permite abarcar tanto la normalidad como la anormalidad.<br />

<strong>En</strong> las ülrimas dos décadas, el estudio do la personalidad so ha convertido en parte<br />

fundamental del estudio de la psicología ele la anormalidad. El capítulo 1 presenta la<br />

emergencia de asta nueva disciplina analizando los construcros de personalidad y trastorno<br />

de la personalidad. comparando y contrastando las ideas básicas que subyacen en<br />

los dlsuntos modelos sobro estos constructos. y presentando los conceptos fundamenta·<br />

les de las perspectivas clásicas sobre la personalidad, que son fundamentales para la<br />

comprensión de los capítulos clínicos. <strong>La</strong> palabra personalidad procede del término latíno<br />

persona, que se refería a la máscara que utilizaban los actores del teatro clásico. Hoy en<br />

día, la personalidad se deAne como un patrón complejo de características psicológicas<br />

profundamente eneeízadas qua se expresan de forma automática en casi todas las áreas de<br />

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36<br />

Jrastomos de la pcrsonaltdad en la vida moderna<br />

actividad psicológica. Es decir. la personalidad es un patrón de características que abarca<br />

la completa constelación de la persona. <strong>La</strong> personalidad suele confundirse con dos términos<br />

relacionados, el carácter y el temperamento. El carácter hace referencia a las características<br />

adquiridas durante ol crecimiento y poseo una cierta connotación de conformidad<br />

coa las normas sociales aceptables. El temperamento, por el contrario, no está relacionado<br />

con las fuerzas de socíalización, sino con las disposiciones biológicas básicas hacia<br />

ciertas conductas.<br />

<strong>La</strong> comprensión de los trastornos de la personalidad requiere el entendimiento del<br />

papel que desempeñan on ol estudio de la conducta anormal. Los criterios diagnósticos son<br />

las características definitorias quo utilizan los clínicos para clasificar a las personas en una<br />

categoría clrntca. Cada trastorno tiene su propia lista. <strong>En</strong> general. cada lista de criterios diagnósticos<br />

para los trastornos de la personalidad incluye siete, ocho o nueve ítems. cada uno<br />

de los cuales describe algün rasgo. actitud o conducta caractcrtstíca, estrechamente rolacionados<br />

con el trastorno en particular. Un rasgo de personalidad es un patrón duradero de<br />

comportamiento que se expresa a lo largo del tiempo y en distintas aitunclones. Cuando<br />

varios de estos rasgos de personalidad aparecen de fonna conjunta podemos decir que constituyen<br />

un trastorno de la personalidad. Cuando aparecen todas y cada una de estas característicos,<br />

constituyen lo que se denomina un prototipo de personalidad.<br />

Los trastornos mentales del DSM se agrupan a partir del modelo muJtiaxial. El modelo<br />

mulliaxial sirve para agrupar los distintos síntomas y caro.cterísticas de personalidad de<br />

un paciente en particular. a fin de obtener un cuadro que refleje la actividad global de la<br />

persona. El modelo multiaxial se divide en cinco ojos que reflejan distintas fuentes o ntveles<br />

de inJJueocia en la conducta humana. El Eíe 11, el de los trastornos de la personalidad,<br />

proporciona un sustrato y un contexto para la comprensión de los síntomas del Eje l. Cada<br />

estilo de la personalidad es. a la vez, un estilo de afrontamiento, así que la personalidad es<br />

el principio organizador a partir del cual es posible entender la psíoopatologfa.<br />

<strong>La</strong> normalidad y la anormalidad no son diferenciables en términos absolutamente objetivos,<br />

sino que suelen situarse en el mismo continuo. Los trastornos de la personalidad parocen<br />

caractcrtzarse por tres aspectos patológicos. lm primer lugar. suelen exhibir una es·<br />

labilidad frágil, o una carencia de resistencia, en condiciones do estrés. <strong>En</strong> segundo lugar,<br />

las personas con estos trastornos son inOexibles desde el punto de vista adaptativo. Los<br />

trastornos de la personalidad crean círculos viciosos repitiendo una y otra vez su patolog.Ca.<br />

<strong>La</strong>s perspectivas dominantes en el estudio de la personalidad son la psicodinámica,<br />

la biológica, la interpersonal y la cognitiva. <strong>La</strong>s influencias biológicas en la personalidad<br />

pueden ser proximales o distales. <strong>La</strong>s in11uencias distales se encuentran en nuestro código<br />

genético y suelen consistir en características heredadas que se transmiten como parte de la<br />

hlstoria ovoluliva do nuestra propia especie. Otras influencias biológicas sobre la persona·<br />

lidad son las que so deben a causas proximales, que existen po.rque somos sistemas biológicos<br />

complejos. Cuando las estructuras que subyacen a la conducta difieren, la propia con·<br />

ducta se ve afectada. Dos importantes conceptos relacionados con la personalidad son la<br />

constitución y el temperamento.<br />

<strong>La</strong> palabra temperamento se incorporó a la lengua inglesa en la Edad Media para reflejar<br />

el sustrato biológico o partir del cual se desarrolla la personalidad. El temperamento es<br />

el potencia! biológico de la conduela, quo suele observarse en el estado de ánimo o la emotividad<br />

predominantos y en la intensidad de los ciclos de actividad. Por tanto, se refiere a la<br />

suma total de las Influencias biológicas heredadas sobro la personalidad que muestran una<br />

continuidad a lo largo do la actividad vital. Dado que nuestra matriz física existe antes de<br />

que emerjan otras áreas de la personalidad. las tendencias oonductuales can una baso hiológica<br />

tienden a preceder y excluir otras posibles vlas de desarrollo. <strong>La</strong> constitución hace<br />

referencia al plan total o la filosoffa a partir de la cual se construye alguna cosa. El primer<br />

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Capitulo 1. Trastomos dr la personalidad: principios dasicos<br />

37<br />

exponente do la visión oonsntuctonal fuo Emst Kretschrnsr (1926), que desarrollé un sistema<br />

de clasificación basado en lnls tipos corporales bésicos=-el delgado, el musculoso y el<br />

obeso- que se asociaban a ciertos rasgos de personalidad y psicopatologías.<br />

Más recientemente, Cloninger (1986, 1987b) y Siever y Davis (1991) han formulado modolos<br />

nourobiológicos. 81 modelo de Cloninger se baso en la relación entre tres disposiciones<br />

de rasgos genéticos-neurobiológicos, que se asocian a un determinado sistema de neurotransmisión:<br />

el dopamioérgioo, el serotoninérgico y el ncredeenérgtco. Se supone que cado<br />

uno de ellos predispone a la persona hacia una determinada tendencia comportamental. Siever<br />

y Davis proponen un modelo psícobiolégico formado por cuatro dímensiones e-Ia organizacióa<br />

cognilivo/perceplual. la impulsividod/agresividod, la inestabilidad afectiva y la ansiedad/inhlbición-<br />

que tienen manifestaciones en los Ejes I y Il.<br />

<strong>La</strong> influencia más remota en la personalidad os la genética. Los investigadores exploran<br />

la influencia de los genes en la conducta estudiando la presencia de patologías si.mi lares en<br />

bennanos y parientes de las personas que presentan un trastcruo. estudiando los patrones de<br />

l!ansro.isión entre generaciones y comparando la correlación de las puntuaciones obten.idas<br />

en los cuestionarios de personalidad entre grupos do gemelos homocigóticos y bicigóticos<br />

educados en la misma familia y en íamilius distintas. <strong>La</strong>s evidencias más sólidas de la in·<br />

Ouencia genética en la personalidad se obtienen en los trastornos antisocial y esquizolípico.<br />

Otras evidencias sugieran que los trastornos esqulzolde y paranoide puedan estar vinculados<br />

genéticamente oon la esquizofrenia. Una popular hipótesis genética sostiene que lns cambios<br />

emocionales bruscos del trastorno límite cooslHuyeo una prueba de su asociación con los<br />

trastornos afectivos. que incluyen la depresión y el trastorno bipoJar.<br />

<strong>De</strong> todas las perspectivas clásicas sobre la personalidad, la psicoanalítica es quizá la<br />

más rica desde el punto do vista conceptual. Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, na·<br />

ció en 1856. <strong>La</strong> primera teoría de Freud sobre las neurosis partía de sus estudios sobre la<br />

hipnosis y sostenía que detrás de cada conflicto neurótico subyace un trauma infantil olvídado.<br />

So dice que el recuerdo del trauma ha sido reprimido. Impelida a olvidar lo que conoce,<br />

la mente se defiende de las experiencias dolorosas excluyéndolas activamente de la<br />

oonscioncia. Postoriormonto. f'reud elaboró sus ideas en ol modelo topográfico, que sosuone<br />

que la mente tiene una organización o arquitectura que sobrepasa la consciencia y que<br />

puede describirse en función de distintos niveles o compartimentos: el inoonsciente, el pro·<br />

consciente y el consciente. MM adelante, Froud elaboro un modelo estructural de la mente<br />

constituido por el olio, formado por los instintos e impulsos básicos para la supervivencia;<br />

el yo. que se desarrolla para mediar ont:re las exigencias dol ello y las limitaciones Impuestas<br />

por la realidad externa, y el superyó. que representa los valores sociales ínternalízados<br />

de los proganitores. El ello actúa basándose un el principio del placer, y e] yo lo hace en<br />

función del principio de realidad. <strong>La</strong> ruptura de los códigos morales conlleva la aparición<br />

de sentimientos de culpa. <strong>La</strong> satisfacción del yo ideal produoo seutimieutos de orgu I lo y<br />

f s respeto hacia uno mismo. Según Freud. lo personalidad es como una guerra de desgaste en-<br />

•<br />

tro tres generalas. Come brazo ejecutivo do la personalidad. el yo debo equilibrar y media.r<br />

1<br />

entre las imposiciones de los otros dos cornendtemes. Por una parto, et ollo presiona desdo<br />

lo más profundo, ansiando gratificación. Por la otra, las prohibiciones del superyó evitan<br />

que estos deseos se satisfagan directamente.<br />

i<br />

<strong>La</strong> actividad del ello, el yo y el superyó produce distintos tipos de ansiedad, que son<br />

J<br />

señales que indican al yo que debe hacer alguna cosa. Más tarde, Freud y sus discípulos<br />

descubrieron los mecanismos de defensa .. Aunque cada persona utiliza distintos mecanis-<br />

~ mos de defensa, cada trastorno de la personalidad parece preferir un subgrupo de ellos en<br />

i<br />

particular. Este subgrupo de mecanismos de defensa puede utilizarse para construir un perfil<br />

defensivo que ilustra cómo el trastorno de la personalidad se protege de las fuentes ex·<br />

o ternas e internas de ansiedad. estros y desafío a las propias capacidades.<br />

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38<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptf'SOnalidad tn la vida mo


CAPÍTULO 2<br />

<strong>Trastornos</strong> de la persona I idad:<br />

. ,<br />

perspectivas contemporaneas<br />

I Objetivos<br />

• ¿<strong>En</strong> qu~ importantes asptttos se diferc-nda la perspectiva interpersonal de tas perspectivas psicodinámi~<br />

ca y biológica?<br />

• Explicar la contñbución de Sullivan al estudio de la personalidad.<br />

• <strong>En</strong>umerar y explicar los principios de ta personalidad de l.(ary.<br />

• ¿Oue es el eirrumplejo inrerperso11of!<br />

• Explicar el principio de eomplementariedad.<br />

• E>r.-p1icar el modelo del Artalisis Estructurado de la Conducta Social de Benjamin.<br />

• ¿Qué son los estilosc,ognitiVO$?<br />

• ¿Oue son los esquemas cognitivos? ¿Cómo se diferencian de los estilos cognitivos?<br />

• ¿Qué son las distorsiones cogniUvos?<br />

• ¿<strong>En</strong> qué consiste el modelo de los cinco factores?<br />

• <strong>De</strong>scribir los principios fundamentales de la tecrta evolutiva de ta personalidad.<br />

• ¿Cuáles son los ámbitos de la personaüdad?<br />

•!i<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

~<br />

1<br />

o<br />

El capítulo anterior se centraba en las teorías clásicas y en cuestiones fundamentales.<br />

abordaba la naturaleza de los trastornos de la personahdad. su relación con la conducta<br />

anormal a partir del modelo multiaxial y los principios básicos del estudio del carácter y<br />

el temperamento. las dos grandes tradiciones que confluyen en ol desarrollo de la persona.<br />

El estudio de la personalidad no se limita a los modelos psicodinámico y biológico clásicos.<br />

Como ya so indicó en ol capítulo t, la historia de las ciencias sociales tiene una estructura<br />

contingente: dado que no disponemos de un método experimental eficaz que nos permít.a<br />

encontrar alternativas razonables, las perspectivas más importantes de esta área no emergen<br />

a la voz. sino que aparecen en diferentes momentos a lo largo do la historia. <strong>En</strong> este capítulo,<br />

nuestra atención varía dol estudio do las primeros perspectivas clásicas al de aquellas<br />

que han madurado do forma más reciente. es decir, las perspectivas interpersonal. cognitiva,<br />

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<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

del msgo. fsctorial y evolutiva. Al final del capitulo presentamos una integracióo de ellas.<br />

Así como la personalidad tiene que ver con el patrón de caractertsucas que abarca a la persona<br />

completa. y les trastornos de la personalidad con el fracaso en Ia adaptación de estas ceracterístícas<br />

a] entorno y sus desafíos. es el organismo total el que sobrevive y se reproduce.<br />

o bien sucumbe a las enfermedades o a la amenaza de los depredadores. Para aumentar su<br />

probabilidad de supervivencia, los organismos han desarrollado maneras sofisticadas de relacionarse<br />

y comunicarse unos con otros. así como complejas estrntegtaa de procesamiento<br />

de la información que les permiten priorizar, analizar y optimizar los soluciones a los problemas<br />

que genera el entorno y a las cuesuones relacionadas con la supervivencje.<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

<strong>La</strong>s perspectivas expuestas en el capítulo 1 intentan oomprender la personalidad sin tener<br />

en cuenta el cmomc. <strong>La</strong> personalidad surge desde el interior, tanto si se basa en el tempera·<br />

mento biológico como en las vicisitudes do las fuerzas inconscientes debidas a los oonDiclos psi·<br />

codinámicos entre el ello, el yo y el superyó. Aunque oíras corrientes. como la variante dinámica<br />

de las relaciones objetales, abordaron un cuadro más global. su centro de atención permaneció<br />

en las representaciones de experiencias Intemalieedas por lo persono. Teniendo en cuenta<br />

sus representaciones obietales. la persona podía ser, una vez más. entendida de dentro afuera.<br />

<strong>La</strong> perspectiva interpersonal sostiene que es mejor entender la personalidad como el<br />

producto social de las interacciones con Los otros significativos. <strong>En</strong> un mundo que no fuera<br />

social. podríamos satisfacer muy pocas de nuestras necesidades. conseguir o cumplir<br />

muy pocos objetivos y deseos. y no podríamos sacar todo el provecho a nuestro potencial.<br />

l.os teóricos interpersonales sostienen que, incluso cuando estamos solos, seguimos ínter·<br />

actuando con los domás. Por ejemplo, cuando nos acostamos para dormirnos. nuestras reflexiones<br />

sobre los acontecimientos importantes del día casi siempre incluyen a gente. No<br />

soñamos sobre picaportes o sobre la vida privada de los bárnsteres, sino sobre otras personas<br />

que sao importantes. o de algún modo significativas. en nuestras vidas. Según A1len<br />

Frances. presidente del comité que dirigió la elaboración del DSM-1\1:<br />

«<strong>La</strong> escuela do S-Or un manúfcro es la necesidad y la capacidad de participar en las rola·<br />

cionos interpersonales. <strong>La</strong> danza intcrpersonaJ empieza en cuanto nacemos y solamente aeaba<br />

con la muerta. Casi todos los acontecimientos importantes de nuestra vida son luterpersona<br />

les y la mayor parte de lo que de.nominamos personalidad es interpersonal en cuanto a su expresión.»<br />

(BeujamJn. 1900; pág. v.]<br />

<strong>De</strong>sde al início hasta el final de nuestras vidas. siempre estamos interactuando con<br />

otras personas, reales o imaginadas. y con sus expectativas. <strong>La</strong> personalidad no puede ent.enderse<br />

desde el interior porque está inmersa intrínsecamente en un contexto. <strong>La</strong> propia<br />

vida trata sobre relaciones. <strong>La</strong> personalidad sólo se desarrolla en el contexto de estas relacienes<br />

y sólo desdo ollas puede sor completamente comprendida..<br />

<strong>La</strong> comprensión relacional de la personalidad va más allá de desmentir ciertos mitos<br />

culturales sobre la naturaleza humana y ciertas argumentaciones sobre el papel que des·<br />

empeñan los valores culturales en la génesis de las teorías científicas, Como ya señaló Kiesler<br />

(1996). por ejemplo, el énfas¡s on el individualismo de la cultura occidental es contrarto<br />

a los priucipios básicos de la perspectiva rslacíonal. Para los occidentales, la identidad<br />

está autocontenida y so detarmtna a sf misma. Como individualistas. asumimos que somos<br />

)os autores de nuestras vidas y de nuestro propio destino. Nuestra Libre voluntad determina<br />

quiénes somos y quiénes llegaremos a ser. Los demás no pueden influimos, ni mucho menos<br />

cambiamos, a menos que nosotros se Jo permitamos.<br />

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Capitulo 2. <strong>Trastornos</strong> d, ta ptrsonalidad: p,rSpc('tivas eontempC>r,neas<br />

41<br />

Según la perspectiva interpersonal. la individualidad os una ilusión producto del énfasis<br />

occidental en la objetívídad y el racioaalismo. El razonamiento occidental requiere que se<br />

analicen las cosas. se dividan en partes, se destilen sus unidades fundamentales y. por último.<br />

se aíslen del amplio ecosistema que las sostiene y alimenta y que acaso sea la razón de<br />

su existencia. El yo ideal occidental es fuerte. independiente y autosuficiente. Aunque no<br />

hay duda de que mantenemos relaciones. no las necesitamos. ya que relacionarse conlleve<br />

dependencia, y la dependencia conlleva debilidad. Nuestras teorías científicas bao heredado<br />

esto sesgo. Incluso una noción que muchos psicólogos suscribirían, que la personalidad<br />

está compuesta por unidades menores o rasgos. puedo oonsidorarse una distorsión cultural.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA CULTURA<br />

Culturo y personalidad<br />

• s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

~<br />

1<br />

o<br />

¿CÓMO INTERACTÚAN lA CULTURA Y lA PERSONALIDAD?<br />

las sociedades se componen de personas y cada persona tiene una personalidad; por tanto.<br />

cultura y personalidad están inseparablemente relacionadas. Sus relaciooes han sido estudiadas por<br />

antropólogos. psicólogos y otros cientificos sociales desde el mismo nacimiento de estas ceeoas. los<br />

antropólogos norteamericanos de pnndpos del siglo XX consideraban que la cultura era una extensión<br />

de la personalidad. expandida física y temporalmente a gran escala. Algunos (Bentdict. 1934; Mead,<br />

1928) sm;tenían que la cultura proporciona ideales de conducta que contextualizan (y por tanto mftuyen<br />

en) ta emergencia natural de las características temperamentales en el curso de la maduración.<br />

Otros {Kardiner, 1939) creían que la soc•tdad configuraba una estructura de p,ersonalidad básica guiada<br />

sobre todo por los cuidados reóbidos durante la infancia y la or9aniza


42<br />

T rastomos de la personalidad en la vida moderna<br />

ÉNFASIS EN LA CULTURA (continuación/<br />

­­ ­ ­­­­­­­­­­­­­1<br />

El segundo imperativo evolutivo, la adaptación, se expresa a lo largo de un continuo de pasividad<br />

... actividad. los organismos pasivos intentan adaptarse al entorno, mientras que los activos intentan<br />

adaptar el entorno a sus propias necesidades. <strong>En</strong> el aspecto cultural, esta distinción se expresa en<br />

la dualidad entre la preferenoa por un estilo de vida más oooso y uadicional u otro mas trabajador y<br />

dinámico. Por tanto, las sociedades se diferencian en cuanto a sus tasas de cambio social, en la medrda<br />

en que adoptan innovaciones técnicas o de otro tipo, y en el grado de relación con su entorno.<br />

El tercer principio evolutivo, la replicación, se expresa como una dualidad sociobiológ1ca entre ti<br />

deseo de conseguir tos propios intereses frente al deseo de cuidar a Jos demás. Algunas especies tienen<br />

muchos descendientes que deben arre91arselas por si mismos, una estrategia masculina: otras especies<br />

sólO tienen unos pocos descendientes. a los que cuidan hasta la edad adulta, una estrategia remenina.<br />

Esta dualidad tic-ne una contrapartida a escala cultural en la distinción entre- el individualismo y<br />

el colectivismo (Triandis. 1995). <strong>En</strong> la col tura colect1vista. los objetivos personales se subordinan a los<br />

de la colectividad. <strong>En</strong> la cultura indrviduahsta. las propias ooimones, nectSidadts y objetivos son prloritanos.<br />

Dado que cada persona adopta de forma implícita los valores y normas dt una cultura más amplia,<br />

el tipo de cultura en que uno vive afecta sobremanera a muchos aspectos de su actividad como ser<br />

humano. las culturas colectivistas hacen hincapié en la intimidad y en las relaciones dentro del propio<br />

grupo; el sí mismo se define socialmente a partir de sus relacíones con tos demás. Por e.l contrario, las<br />

culturas individualistas hacen hincapit en la independencia; el si mismo existe aparte del grupo, y no<br />

ser capaz de ello es un signo de debilidad. <strong>En</strong> cuanto a las inte:racciones sociales, Jos colectivistas valoran<br />

la armonía hasta el punto de que suprimen los sentimientos negativos y «dicen a los demas lo<br />

que éstos quieren oír en vez de decirles la verdad y causar sentimientos negativos, (Triandis, 1994;<br />

pág. 293). Por el contrario, los individualistas intentan •decir las cosas tal como son•. poniendo énfasis<br />

en tos. hechos. a expensas de los sentirmentos,<br />

Orígenes de la perspectiva interpersonal<br />

Se considera a Harry Stack SuUivan como el padre de la perspectiva interpersonal. Su·<br />

llivan desarrolló sus ideas en gran parte como reacción frente a los modelos analítico y<br />

médico clásicos que dominaban la psiquiatría a principios y mediados del siglo xx, Sus bíégrafos<br />

son unánimes a la hora de calificar la naturaleza tormentosa de su propio desarrollo.<br />

aunque AS probable que Sullivan pensara que ambos modelos culpabiltzaban implícitamente<br />

a la persona sin considerar de forma adecuada el papel de los factores sociales. El<br />

psicoanálisis clásico se basa en los conflictos entre los instintos sexuales y agresivos del ello<br />

y su contención mediante los procesos defensivos del yo. Los otros son sólo objetos que<br />

satisfacen o frustran las demandas del ello, no personas reales con sus propias vidas. de·<br />

seos, esperanzas y aspiraciones. Al privar a los demás de su cualidad como personas, Freud<br />

hizo de la patología un asunto privado. Asimismo. el modelo médico presenta la psícopatologfa<br />

como una enfermedad do la persone y. por 1an10. la define como alguien anormal, que<br />

debe recibir un diagnésuco y un tratamiento.<br />

<strong>La</strong> principal contribución de Sullivan radica en la idea de que algunas formas de tras·<br />

torno mental, aunque qui1.á se manífiestan de modo mñs dramático y tangible a través del<br />

índ ividuo, aparecen y so perpetúan mediante patrones desadaptativos do iuteraccién y CO·<br />

muntcacléu social. Según Sullivan (1953: págs. 110.111). la personalidad os «el grupo recurrente<br />

de sltuaclonas interpersonales que caracterizan la vida de une persona». Por ejemplo.<br />

los responsables de nuestros problemas pueden ser nuestra propia familia. nuestro jefe o<br />

Copyrighted maiertal


Capilulo 2. Trasto,nos die la personalidad: pcrsp(ctivas c:onttmpo


44<br />

<strong>Trastornos</strong> de: la personalidad c:n la wla modc:ma<br />

<strong>De</strong>spués de Sullivan, la siguiente figura en importancia del emergente movimiento<br />

interpersonal fue Timothy Leary (1957). Al igual que Sullivan, muchas de sus ideas proceden<br />

del psicoanálisis. Leary sostenía que la personalidad debe definirse en función de<br />

niveles, Jo cual no difiere demasiado de la idea pstcodínamtca sobre los niveles de consciencia.<br />

Sin embargo. los niveles de Leary abarcan un grupo de información mucho<br />

más amplio. El primero, la comunicación públíca, so refiere a lo quo es observable y objetivo<br />

en la conducta interpersonal. El segundo, la descripción consciente. se expresa a<br />

través del contenido verbal de las declaraciones sobre uno mismo o sobro los demás.<br />

Dado que este nivel se relaciona con el mundo de la experiencia subjetiva, que por deflrucíon<br />

conlleva una ciorta distorsión de la realidad social consensuada, las declaraciones<br />

sobre la propia expertenc¡a del sf mismo y de los demás suelen ser especialmente reveladoras.<br />

El tercer nivel. la stmbolización privada, está formado por las atribuciones<br />

preconscientes e inconscientes. tal como se expresan a travós do «los materiales pro·<br />

yecttvcs o indirectos de la fantasía» (pág. 79), e incluye los tests proyectivos, las fantasías.<br />

las producciones artísticas, los deseos. los sueños y las asociaciones libres. El cuarto<br />

nivel de Leary, el inconsciente no exprosado. hace referencia a todo aqueUo que se<br />

censura y no se permite que llegue a la consciencia, todo aqueJlo que «el individuo evita<br />

do forma sistemática y compulsiva en ol rosto de los niveles de la personalidad (... l. y<br />

que os llamativo por lo inflexible de su ausencia» (pág. 80). Por último, el quinto nivel,<br />

los valores. se expresa no sólo en el yo ideal, sino también en las normas utilizadas<br />

para juzgar al sí mismo y a los demás.<br />

El modelo circumplejo<br />

Leary también contribuyó al desarrollo del circumplejo interpersonal, uno de los modelos<br />

geométricos más influyentes en la historia de la teoría de la personalidad (Freedman<br />

et al .. 1951; Leary. 1957). El círcumplejo también suele denominarse circulo interpersonal.<br />

Mientras que al OSM presenta los trastornos do la personalidad como categorías diagnósticas<br />

discretas no necesaríemeute relacionadas Rnlre sí, al circumplejo organiza sus constructos<br />

como los segmentos de un ctrculo. como la esfera de un reloj. Por tanto, cada personalidad<br />

comparte características con sus vecinos inmediatos.<br />

El círculo está formado por dos dimensiones de contenidos que se entrecruzan y que<br />

doñnon la comunicación interpersonal: el dominio y la afiliación (Kiesler, 1996). Aunque<br />

cada segmento del círculo-es decir. ceda personalidad- recibe tul nombre distinto, cada<br />

una de ellas es una mezcla de diferentes cantidades de dominio y afiliación. Los segmentos<br />

cercanos están Intimamente relactonados. Los segmentos opuestos en el círculo también<br />

son opuestos en la vida real. Así, en el círculo original do Loary, por ejemplo, la personalidad<br />

dependiente está formada por niveles similares de afiliación y sumisión, y la personalidad<br />

obsesiva, que Leary denominaba responsable-hipernormal, se compone de OÍ\IOles<br />

stmítares de afiliación y dominio. Leary también definió relaciones entre el círculo interpersonal<br />

y otras perspectivas. Sugería que los cuatro cuadrantes coincidían con los temperamentos<br />

o humores de Hipócrates. y que los ejes horizontal y vertical coincidían con los<br />

dos impulsos básicos del psicoanálisis. la sexualidad y la agresividad. <strong>La</strong> figura 2-1 presenta<br />

el círculo interpersonal formulado por Kiesleren 1982, uno de los principales modelos<br />

actuales.<br />

Complementariedad<br />

Uno de los atractivos de la perspectiva interpersonal es la só1ida relación que extste<br />

entro la teoría y los constructos que se derivan de ella; los principios interpersonales<br />

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t.apitulo 2. Trastom~ de la ptrsonalidad: perspectivas contemporánea$<br />

•s<br />

PARANOIDE·<br />

RENCOROSO<br />

RIVAUZAHTE-<br />

OESOOO>SO<br />

Critico-<br />

.__<br />

OICTATOfUAL<br />

Confi.ado­<br />

Stguro de si<br />

mismo<br />

HISTRK>NICO<br />

S..,spicaz-<br />

~ntido<br />

RENCOROSO-<br />

SÁDICO<br />

GlACW.-<br />

CRUE1 Me>- o s<br />

EVASM)<br />

_""_·_;,;,._--J '\ i/¿""<br />

Abierto<br />

r ~~ '\, 'l>


1-~<br />

<strong>Trastornos</strong><br />

de la personalidad en la vida moderna<br />

ÉNFASIS EN LA DINÁMICA SOCIAL<br />

El antagonísu: virtuoso<br />

PfRSONALIDAD Y ENTORNO LABORAL<br />

<strong>En</strong> otro video, Jenna observó cómo un joven trabajador. remitido por problemas taborales.expticaba<br />

que habla converndo su entorno laboral en una cruel eonuenda. Aunque todos sus jefes estaban<br />

de acuerdo en que realizaba un excetente trabaje. también estaban de acuerdo en que su presencia<br />

en la oficina hacia que todo el mundo se sintiera tenso. <strong>En</strong> un momento determinado se le asignó<br />

otro puesto, en el que trabajaba solo. Cuando se pidió a sus compañeros. de trabajo que explicaran<br />

la situación, respondieron que parecía convertir cualquier cosa en una competición, que necesitaba<br />

demostrar que podía trabajar mejor. durante más tiempo y más rápido que cualquier otro. Su oficina,<br />

anteriormente un sitio tranquilo, se habia convertido c:n una pista de carreras. Al cabo de un tiempo,<br />

nadie podía aguantarlo<br />

Normalidad y anormalidad<br />

Cualquier presentación conlleva siempre creencias implícitas sobre uno mismo y sobre<br />

los demás, es decir, una particular perspectiva del mundo. Según Klesler (1996: págs.<br />

87·88). «una persona produce las consecuencias de sus propias predicciones( ... ) en vir­tud.<br />

simplemente. de los efectos de la propia predicclón». Por ejemplo. una persona muy<br />

competitiva tiondo a ver a los demás como muy competitivos y empieza a competir aún<br />

más; con ello produce una atmósfera competitiva y que provoca la competencia por parte<br />

de los demás. Como ¡>ríncipio general, puede decirse que la realidad social asociada a<br />

cualquier eslilo íurerpersonal origina respuestas que confirman esa realidad, lo cuaJ culmina<br />

en una profecía que se cumple a sí misma. <strong>En</strong> algunos casos. este principio es muy<br />

adaptativo: una persona amistosa provoca de forma natural Jos sentimientos amistosos do<br />

los demás; por tanto, hace más agradable la vida cotidiana.<br />

Sin embargo. en el caso de los trastornos de la personalidad, el resultado más habitual<br />

es la creación de círculos viciosos. <strong>La</strong>s personas patológicamente rígidas tienen una con·<br />

capción del sí mismo muy coustreñlda. Sólo experimenlan como validante un tipo muy<br />

particular de respuesta por parle de los demás. y sus interacciones interpersonales sólo buscan<br />

ese tipo de respuesta. Dado que sus necesidades son fuertes y consistentes. las personas<br />

con un concepto del sí mismo constreñido pueden ser experimentadas como controlado·<br />

ras o coercitivas. Por ejemplo. los narcisistas requieren halagos e indulgencias constantes<br />

que apoyen sus sentimientos de especialidad o superioridad. Kieslor (1996; pág. 127) pone<br />

como ejemplo la personalidad obsesivo-compulsiva. Los obseslvo-compulslvos se presentan<br />

como racionales. lógicos y controlados: sin embargo. como respuesta. los demás se sien·<br />

ten aburridos, impacientes o evaluados. <strong>La</strong>s personas moderadamente rígidas suelen encontrar<br />

a alguien con quien experimentar comunicaciones validantes: sin embargo, las personas<br />

con una rigidez patológica son tan restrictivas que los demás simplemente intentan desvincularse<br />

de ollas. Por consiguiente, la persona rígida expertmenra ansiedad e lnstste con<br />

mayor intensidad, provocando Q\19 los demás lnststan con mayor intensidad en retirarse y<br />

se cree un círculo vicioso. Durante períodos espacialmente estresantes. estas personas<br />

pueden retroceder y volver a utilizar conductas automáticas que estaban muy arraigadas. re·<br />


CapíMo 2. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad: perspectivas contc-mpollinc-.as<br />

47<br />

Asf como los rasgos de la personalidad están presentas en mayor o menor grado. las<br />

conductas interpersonales también difieren en intensidad. <strong>La</strong>s personas normales modulan<br />

sus conductas para adecuarlas a la situación. Por ejemplo. una emergencia requiere neoesariamente<br />

una respuesta extrema. Sin embargo. algunas personas siempre están sobreactuan·<br />

do, es decir, sus conductas siempre son intensas y provocan comportamientos que suscitan<br />

respuestas de tipo confirmatorio. Por ejemplo, aunque casi todas las personalidades narci·<br />

sístas muestran une actitud de superioridad. algunas son más arrogantes que otras. Si observamos<br />

de nuevo la figura 2-1, el círculo interpersonal de 1982 ofrece distintas etiquetas.<br />

tanto para las personas que se encuentran dentro de la normalidad como para las que es·<br />

tán cercanas al extremo patológico. Por ejemplo, existen personas que son confiadas y capa·<br />

ces de perdonar, y otras que son excesivamente crédulas y misericordiosas; existen personas<br />

extravertidas y otras frenéticamente gregarias. <strong>La</strong> rigidez y la intensidad constituyen<br />

dos importantes criterios interpersonales que, de forma conjunta. permiten determinar la<br />

anormalidad. Algunas personas son rígidas e intensas, es decir, poseen lo peor de ambos<br />

mundos.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LAS RELACIONES<br />

El caso de la pa1"11ja arisca<br />

¿CÓMO AFECTA LA PERSONALIOAO A LAS PAREJAS?<br />

Como parte de su aprendizaje, Jenna observó a un psicólogo experimentado entrevistando a una<br />

pareJa de mediana edad que que ria comentar t;u relación y considerar ra posibllid~d de divorciarse. ta<br />

esposa sentía que no tenia una identidad propia. Quería estudiar una carrera univtrsitaria y empezar<br />

su propia actividad profesional. Sin embargo. cada vez que hablaba del tema. s.u marido >C volvía<br />

más controlador, lo cual va había sucedido otras veces durante su matrimonio. Inevitablemente.<br />

cualquier conversacién sobre la posibilidad de que ella votviera a estudiar provocaba una fuene discusión.<br />

seguida de largos periodos de embarazoso silencio y una permanente irritabilidad por parte de<br />

ambos. Oc~pués de una estresante promoción laboral que incrementó las obligaciones dc-1 marido. c-lla<br />

se dio cuenta de que estaba mas controlador de lo habitual, lo cual ocasionó discusiones aún más frecuentes.<br />

<strong>La</strong> estrategia interpersonal que su marido utiUiaba con más frecuencia se había convertido<br />

en la única que era capaz de aptkar en su relc1ción.<br />

Análisis Estructurado de la Conducta Social<br />

Un desarrollo contemporáneo creativo de la teoría inlerpersonuJ es el Análisis Bstructurado<br />

de la Conducta Social (AECSJ de Benjamín (1974. 1996). El AECS intenta integrar la<br />

conducta interpersonal. las relaciones obietales y la psicología del sí mismo en un solo<br />

modelo geométrico. Benjamin (1974) inteotó, como punto de partida, combinar el círculo<br />

interpersonal con otro modelo, el circumplejo de la conducta parental de Shaefer (1965).<br />

Como Benjamin señalabe. ambos modelos han sido inJluyentes y ambos cuentan con apoyo<br />

teórico y clínico. Por otra parte, ambos sitúan la afiliación en su eje horizontal.<br />

El círculo interpersonal clásico. el círculo de Leary. considera la sumisión como lo<br />

opuesto al control, mientras que Shaefer opta por el continuo autonomía-permisividad. To·<br />

dos los padres saben que existe una tensión fundamental entre controlara los niños y cederles<br />

ocasionalmente el control, lo cual los permite desarrollarse y convertirse en adultos<br />

responsables y dueños de su propio destino. A medida que los padres permiten la autono-<br />

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T rastomos de 1, l)(rsNlrdad en la vida modtma<br />

mía de forma gradual, los niños maduran para convertirse en individuos libres y capaces de<br />

llevar a cabo sus propios potenciales intrínsecos. Do no sor así, so convierten en personas<br />

resentidas por las oportunidades perdidas y por la falta de confianza, o bíen aceptan el control<br />

y se convierten en extensiones del yo parental. <strong>En</strong> la perspectiva psicodínámíca. esta<br />

tensión se expresa en la idea de separación-individualización (Mahler et al .• 1975). Los niños<br />

se vinculan a unos progenitores de los que deben separarse para desarrollar una ídentidad<br />

individual.<br />

Benjamín (1974) combina los círculos de Leary (1957) y Shaefer (1965) mediante un modelo<br />

de personalidad de tres circumplejos, como muestra de forma resumida la figura 2-2. Se·<br />

gün Benjamín, el principio de complementarledad no se limita a los coustructos de Lea.ry.<br />

sino que relaciona los puntos correspondientes entre la comwúcación centrada en los otros y<br />

la romu.nicación centrada en el sí mismo. Así. cuando se emancipan. los otros tienden a se·<br />

pararse y crecer en su propia di_reoción. Por al contrario, el círculo de Leary no incluye un<br />

espacio diferenciado. Al igual que el círculo de Leary. la mitad del espacio del AECS es amis·<br />

loso y la otra mitad es hostil. Sin embargo, el ,fofasis tradicional en la dimensión control frente<br />

a emancipación pennite que el AECS incluya las conductas amorosas que conllevan libertad.<br />

Este tipo de conductas afirma a la otra persona y la convierte en complementaria: diferenciación<br />

adicional. El AECS también incluye conductas de autonomía-permisividad que tienen<br />

una connotación implícita de aloque. Este tipo de conductas ignora a los otros. y esto prevo-<br />

Emancipar: lndtptndcncia<br />

Etnandpaf'Se a si Mismo<br />

lgnotar: Amurallar<br />

Ignora~<br />

Afirmación: Rewfar<br />

Afitma.rsc a si mismo<br />

Oiftttnciado.<br />

,spado<br />

hostil<br />

Difcttnciado.<br />

t'Spacio<br />

amistoso<br />

At,quc: Rctrocedc,<br />

Ataca~ a si mismo<br />

Amor activo: Amor<br />

,,activo<br />

Amor activo hada<br />

si mismo<br />

Culpar: Mal h1.1mor<br />

Culparst<br />

Prottgc,: Confiar<br />

Prot(9CfW<br />

Control: Someter<br />

Autocontt0I<br />

Conducta slmi~r a la de le» progtnitores: respucst.a complcm,ntaria<br />

Actitudes introytttadas (tratamit'nto que se bece dtl si mismo)<br />

Figura 2­2. Análisis Estructurado de la Conducta Social (AECS) de 8enjamin.<br />

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Capitulo 2. <strong>Trastornos</strong> de la ptrsonalidad: perspectivas contcmporilntas<br />

49<br />

ca que respondan a.muralJándose: le posición complementaria. Este tipo de combinaciones es<br />

imposible en el círculo de Leary.<br />

Por otra parte, el AECS intenta descrtbír los contentrlos Intrcyectados dol sí misrno, las<br />

relaciones objetales de le perspectiva psicodinámica. <strong>La</strong> idea básica es que tendemos a tratamos<br />

de la misma manera en que los demás nos tratan a nosotros. <strong>En</strong> las primeras etapas<br />

del desarrollo, esta tendencia conduce a patrones persistentes de concepción de uno mismo<br />

que se mantienen a lo largo do la vida. Por tanto, aquellos que son amados por sus progo·<br />

nncres tenderán e amarse a sí mismos, y aquellos que son ignorados tenderán a ignorar su<br />

propio bienestar. El modelo AECS constituye un punte de referencia constante a lo largo de<br />

esta texto.<br />

I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

1<br />

o<br />

<strong>La</strong> relevancia de la cognición para la personalidad es obvia incluso para ol observador<br />

més tuformal. <strong>La</strong> conducta no sólo está mediada por factores cognitivos. sino también por<br />

el conocímtento profano de la cogolción humana. Por ejemplo. los rúños esperan a que sus<br />

padres estén «de buen humor» para pedirles permiso o para pedirles un nuevo juguete. Los<br />

cónyuges aprenden a evitar temas y acciones comprometidas quo podrían sor malinterpretados<br />

por el otro. Los aspirantes a un puesto de trabajo intentan croar una primera impresión<br />

adecuada y esperan que Ia apariencia de profesionalismo y competencia durante la primera<br />

entrevista se interprete como una característica do personalidad y los permita conseguir el<br />

empleo. Los conferenciantes intentan cautivar a la audiencia con el sentido del humor, esperan<br />

que «si les gusto. les gustará Jo que tengo que decirles». Los publicistas llenan sus<br />

anuncios do mensajes subliminales intentando motivar a la audíeocia en el ámbito iuconsciente.<br />

Los diplomáticos abogan por la paciencia, y esperan que las decisiones se tomen<br />

«en frío». Tal como ilustran estos ejemplos, el uso cotidiano que hacemos del conocimiento<br />

sobre la condición bu.mana, el denominado conocimiento metacognitivo, es rutinario, automático.<br />

implícito. espontáneo. inconsciente y. sobre todo. provisib.1.o. Por ejemplo. la persona<br />

quo va a una entrevista de trabajo vestida de fonna inadecuada está comunícando do forma in·<br />

directa: «este trabajo no es realmente importante para mb.<br />

Aunque raras vacos somos conscientes do nuestros propios procesos mentales, las ha·<br />

ses de la perspectiva cognitiva son profundas. <strong>En</strong> ültímo término. esta perspectiva vuelve<br />

a la epistamologfa, la rama de la ñlosoña que esrudia la naturaleza del conocimiento. su adquisición<br />

y sus límites. El origen latino del término cognitivo (cognoscere) significa «poseer<br />

couocbníentc». <strong>La</strong>s cuestiones ¿cómo aprendemos?, ¿qué podemos aprender? y ¿cómo se<br />

relacionan las sensaciones y la percepcléu? conectan el estudio do le cognición, el desarrollo<br />

humano y la vida cotidiana. Otras cuestiones, como cual es la mejor manera de verificar<br />

la certeza de nuestros juicios, ilustran la relevancia de la cognición en la metodología<br />

científica y en la ñlosofía de la ciencia. <strong>De</strong> hecho, nunca pensaremos o percibiremos nada<br />

quo no requiera una representación mental; esto implica quo el estudio do la cognición<br />

está conectado con cualquier campo que abarque la curiosidad humana y coa cada aspecto<br />

de nuestras vidas. por 1_nundano que sea, desdo una strnple seuseclén hasta la experiencia<br />

más mística. Aunque las ideas no son la realidad. constituyen todo lo que nuestra mente conoce.<br />

Mediante las ideas representamos el mundo, a nosotros mismos, n los demás y ni futuro.<br />

<strong>La</strong>s ideas nos permiten almacenar las cosas en la cabeza, realizar operaciones con<br />

ollas, seloocíonar algunas do sus características para analizarlas. descartar otras e incluso al·<br />

terar el significado de algunas de ellas. Por tanto. no es sorprendente que las figuras más representativas<br />

de la psicología cognitiva consideren que la cognición constituye un modelo<br />

integrado de la personalidad.<br />

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52<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptn.onalidad en la vida m('.)(krna<br />

¿Cómo se interpreta ese estímulo? Por ejemplo. las persoaalídedes evítadoras creen que su<br />

sí mismo es defectuoso y vergonzoso: por tanto, son extremadamente sensibles a los indicadores<br />

de desaprobación y humillación. Cualquier cosa interpretable como señal do los defectos<br />

del si mismo es abstratda del marco global de las comunicaciones y tomada como<br />

prueba de sus defectos, lo cual, en último término, provoca que eviten prácticamente cualquier<br />

tipo de contacto social. <strong>La</strong>s personalidades paranoides transforman los comentarios<br />

inocentes en críticas. <strong>La</strong>s personalidades narcisistas necesitan cree.r en su superioridad y,<br />

por tanto. están extraordinariamente alerta frente a cualquier desliz. o duda sobre su talento<br />

o inteligencia. <strong>La</strong> conclusión es que la grabadora falla porque la mente distorsiona todo<br />

lo que percibo.<br />

Cuando las distorsiones cognitivas forman un patrón coherente, pueden considerarse<br />

como un estilo cognitivo. <strong>La</strong>s dlsñntas personalidades procesan la realidad da forma diferente.<br />

Por ejemplo. el estilo disperso del histrióníco cumple una función adaptativa.<br />

Simplemente. los histriónicos no son dados a reflexiones profundas y existenciales. <strong>La</strong>s<br />

personalidades depresivas pueden meditar una y otra vez sobre la condición humana, pero<br />

el hlstrténlco no. Por el contrario, sus pensamíentos saltan de un tema a otro. No procesan<br />

nada a fondo, lo cual les protege contra la ansiedad y. sobre todo, contra las preocupaciones<br />

producto de considerar desde todos los puntos de vista el objeto do preocupación.<br />

Los sujetos lústriónicos se limitan a olvidar los problemas varlendc su atención hacia al·<br />

guua cosa más atractiva, entretenida y estimulante. Los obsesivo-compulsivos. que Leary<br />

(195?) definió de modo acertado como Ja «personalidad bipernormab, viven con un miedo<br />

constante a cometer una equivocación que pudiera provocar una critica de una figura<br />

de autoridad, incluidas las intcrnalizadas en su propio superyó. Por consiguiente. ol obscsivo-compulstvo<br />

se convierte, en palabras de Piagct (1954), RO un asimilador en vez de<br />

en u.11 acomodador. Dado que los obsesivo-compulsivos no puedan arriesgarse a sufrir una<br />

desaprobación. deben hacer lo que es correcto y esperable; mejor ser un conformista que<br />

ser criticado por una idea ingeniosa que finalmente fracasa. Así pues, los obseslvo-cornpu<br />

lsivos mantienen una línea de acción conservadora. sopesan las posibilidades una y<br />

otra vez. y justifican cada acción desdo todos los ángulos antes de ponerlo en práctica.<br />

Pueden ser críticos excelentes. pero son malos innovadores. Al descubrímiento le va mejor<br />

la conñanza en sí mismo del narcisista. Cada trastorno de la personalidad tiene su<br />

propio estilo de procesamiento cognitivo, que se expone con detalle en los capítulos de<br />

este libro dedicados a cada personalidad.<br />

Terapia cognitiva<br />

Aunque la psícologra cognitiva parecería ser el marco natural para la teoría y la levesligación<br />

sobre el papel de los cooslructos cognitivos en los trastornos de la personalidad. no<br />

ha sido así. Por el contrario, la especuJeción teórica y la investigación provienen principalmente<br />

do la terapia cognitiva. Lo ideal serla quo cada ciencia aplicada so basara en algún<br />

tipo de ciencia pura. tal como la ingeniería procede de la física. Por el contrario, la terapia<br />

cognitiva, como el resto de las psicoterapias. se ha desarroUado con casi total índcpondencia<br />

de cualquier base científica pura. Beck es, sin ninguna duda, una de las principales ñ­<br />

guras en la historia do la terapia. Prácticamente cualquier libro sobre terapia cognitiva escrito<br />

por Beck o por sus seguidores incluye un párrafo que señalo que la terapia cognitiva empezó<br />

a mediados de la década de 1950. cuando Beck estaba buscando apoyo experimental<br />

para la idea de quo los sujetos deprimidos presentaban una necesidad masoqujsta de sufrí·<br />

miento, el principal modelo de la depresión en ese momeo to. <strong>La</strong> propia investigación de<br />

Beck demostró que los sujetos daprirnidos en realidad deseaban tener éxito, lo cual prevocó<br />

que se dedicara a buscar en una dirocc.ión más cognitiva. <strong>En</strong> ningún momento se mencio-<br />

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capitulo 2. T rastomos de la P'rsonalidad: pmptttivas cont,mporán,il$<br />

53<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

na la revolución cognitiva que se estaba produdendo de forma simultánea o que ésta influyera<br />

en el pensamiento do Beck. Este tipo do situacloues suelo ser habit'ual on la historia<br />

de las ciencias sociales aplicadas.<br />

Los terapeutas cognitivos sostienen que la conducta puedo explicarse a partir del<br />

examen del contenido de las estructuras mentales internas denominadas esquemas.<br />

Históricamente, los esquemas provienen de los trabajos de Barlott (11U2) y Píagat<br />

(1926). Aunque el t.órmino so ha definido do diforontes maneras, su significado está rolacíonado,<br />

sin duda, con las palabras «esquema» y .:esquemático». que sugieren un<br />

plan de acción genérico elaborado para adaptarse a las parlicularidados de une situación<br />

determinada. Se parte de la base de que los esquemas median el procesamiento<br />

cognitivo a todos los niveles. desde la sensación a los paradigmas, pasando por los<br />

planes de acción que el organismo puede utiliz...,r para cambiar el mundo. Por 01 ra parte.<br />

los esquemas son susceptibles de cualquier operación mental. Pueden cambiarse o<br />

elaborarse mediante nuevos aprendizajes, pero su verdadera razón de existir es otorgar<br />

significado a los estímulos entrantes. Funcionan como un filtro cognitivo, están<br />

siempre disponibles para sor aplicados a fin do crear un mundo Interpretable. Cual·<br />

quier cosa quo pase por el fihro se procesa di) forma automática. Por tanto, uno de sus<br />

principales ventajas es que permiten procesar la experiencia con una gran eficiencla.<br />

Por ejemplo, una voz quo so dispone de varios esquemas para codificar la conducta in·<br />

tarpersonal, el individuo ya no tiene que inventar nuevas hipótesis para interactuar con<br />

cada nueva persona a la que conoce.<br />

Sin embargo, la economía en el procesamiento de la información que supone la utllizaclén<br />

de esquemas también comporta un coste. Dado que )os esquemas so sitúan ne·<br />

cesariamente entre las sensaciones y el mundo do la experiencia subjetiva, introducen<br />

sesgos de interpretación que impregnan a otros constructos y probablemente distorsionan<br />

la realidad objetiva. Al igual que los paradigmas cienUficos, los esquemas establecen una<br />

especie de prioridad conceptual que dirige In construcción del mundo; disminuyen la<br />

carga cognitiva, pero también inhiben el desarrollo do otras visiones e impiden la a pre·<br />

ciación do otras perspectivas, Do hecho, la información quo es incongruente con las expectativas<br />

de los esquemas puede no ser percibida en absoluto. Por ojemplo, las persa·<br />

nalidades paranoide, antisocial y sádica anticipan la hostilidad y a menudo pasan por<br />

alto gestos de ayuda y apoyo. Todos ellos sufren una especie do negligencia social. Estas<br />

personas carecen de los estructuras esquemáticas necesarias para procesar el abanico<br />

completo de interacciones. o bien estas estructuras no están desarrolladas por completo,<br />

lo cual ocasiona que tengan una naturaleza irascible, cruel e insensible. Parece como si la<br />

percepción fuera una presunción y. de hecho, los trastornos de la personalidad son muy<br />

presuntuosos.<br />

Aaron Beck y sus seguidores han conseguido desarroUar terapias cognitivas efectivas<br />

para un gran número de trastornos del Eje l. sobre todo para lo depresión (Beck, 1976:<br />

Beck el aJ .. 1979). Dado que la mayoría de trastornos mentales presentan síntomas cognitivos.<br />

la terapia cognitiva constituye una importante vía de tratamiento. Beck el al. (1990)<br />

aplicaron la perspectiva cognitiva a los trastornos de la personalidad y describieron los esquemas<br />

o crooncias nucleares que caracterizaban la experiencia y el comportamiento de<br />

este tipo de personas. AJ igual que en el resto do creencias. estos esquemas siempre están<br />

presentes y en funcionarniento para ordenar las sensaciones. Por tanto, operan en un nivel<br />

subliminal y dan lugar a los pensamientos automáticos, que a su voz influyen eo las emociones<br />

y la conducta. Por ejemplo, en le personalidad paranoide se observen creencias nucleares<br />

del estilo «los demás son malintencionados e intentan engañarme• (pág. 47), que<br />

provocan pensamientos automáticos en las sttuactoues interpersonales del estilo «eslá in·<br />

tentando engañarme» y «no puedo arriesgarme a creerle». lo cual provoca le aparición de<br />

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54<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad<br />

en la vida moderna<br />

ira y una actitud interpersonal de hostilidad y alerta. Los paranoides etiquetan la situación<br />

como un nuevo ataque hacia su persona. lo cual incrementa el grado de ira y sesga aún<br />

más su percepción en apoyo de los pensamientos automáticos originales. El resultado es un<br />

círculo vicioso cognitivo-interpersonal.<br />

Por otra parle. Beck et al. (Pretzcr y Beck. 1996) también hicieron hincapié en la importancia<br />

de las distorsiones cognitivas. <strong>La</strong>s distorsiones cognitivas se definen como errores<br />

crónicos y sistemátlcos do razonamiento que promueven la malintarpretación de la<br />

realidad objeuva. Por ejemplo. una de las principales distorsiones es el pensamiento di·<br />

cotómico. <strong>En</strong> este caso. una distribución completa de posibilidades se limita de forma ar·<br />

tificial a dos categorías mutuamente excluyentes. <strong>La</strong> personalidad obsestvo-compulsíva,<br />

por ejemplo. requiere que e.l sí mismo sea perfecto; cualquier mínimo error devalúa todo<br />

esfuerzo y provoca que so llegue a la conclusión do que «ha fallado». Dado que sólo la<br />

perfección es aceptable, el pensamiento dicotómico del obsesivo-compulsivo provoca<br />

otra distorsión, el catastrofísmo. <strong>En</strong> este caso, las circunstancias se perciben como ver·<br />


Capitulo 2. <strong>Trastornos</strong> de la pcoonalidad: pcrsptttivas eoetempcráneas<br />

SS<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA PERCEPCIÓN<br />

El antisocial minú11izador<br />

PERSONALIDAD Y MARCO DE REFERENCIA<br />

Cuando todavía estaba C"Studiando et arte de la psicoterapia que empezaría a practicar durante<br />

el segundo curso, Jenna participó con un clinico experimentado en una sesión de terapia con un grupo<br />

de presos, la mayoria de tos cuales habian sido diagnosticados de personalidad antisocial. Poco a<br />

peco empezaron a ponerse de manifiesto sus creencias nucleares y sus distorsiones. Uno de ros presos<br />

intentaba justificar sus acciones protestando: «Mira. en este mundo existen tos que se espabilan<br />

y los que no se enteran. v casi teeas las personas que he


56<br />

<strong>Trastornos</strong> de ta personalidad en la vida moderna<br />

miento debe ser consistente, con independencia de dónde y cuándo se produzca. aunque el<br />

mismo rasgo pueda expresarse de formas distintas. Por ojemplo. se suelo definir a los hombres<br />

como agresivos. y a las mujeres. no. Para los hombres, la agresividad suele estar relacionada<br />

con la territorialidad y con la violencia física. Sin embargo, se suele socializar a<br />

las mujeres contra este tipo de demostraciones y, por tanto, aquéllas tienden a expresar la<br />

agresividad mediante sus relaciones (Crick y Bigbee, 1998), amenazando con abandonar<br />

una relación, manipulando el acceso a la empatía o la intimidad o propagando rumores perniciosos.<br />

Así pues, la agresividad se expresa de forma distinta según ol sexo.<br />

Sin embargo, el retorno a lo básico como enfoque de la personalidad presenta dos<br />

problemas relacionados. <strong>En</strong> primer lugar. los modelos cíentífícos tienen que ser lo más exhaustivos<br />

posible. <strong>En</strong> general. es preferible un modelo que explique más con pocos principios,<br />

que un modelo que explique menos. A fin do garantizar la globalidad y rigurosidad,<br />

los investigadores recurrieron al diccionario para recoger lodos los rasgos que podr!ao utilizarse<br />

pare describir le personalidad. Allport y Odbert (1936) fueron los primeros en utilizar<br />

esta estrategia en Estados Unidos y recogieron casi 18.000 términos que «diferenciaban<br />

la conduela de un sor humano de la de otros (pág. 24) do un tola] de 400.000 palabras de la<br />

edición de 1925 del Webster's New lnternational Dictionary. <strong>De</strong>spués de eliminar términos<br />

con c;:onnotaclón evaluativa como bueno, excelente y mediocre, mantuvieron más de<br />

4.500 palabras que reflejaban «tendencias determinaotes generales y personallzadas»<br />

(pág. 26). <strong>La</strong> idea de utilizar el diccionario como depósito de características se conoce como<br />

enfoque léxico. que sostiene la controvertida postura de que lodos los términos relevantes<br />

para la descripción de la personalidad ya existen en el lenguaje cotidiano. El diccionario garantizó<br />

la globalidad, pero produjo un segundo problema: 1.000 característícas no son precísamento<br />

unos cuantos principios. Por tanto, ¿cómo os posible organizar miles de características<br />

y reducirlas a un número manejable sin perder algún rasgo esencial de la naturaleza<br />

humana?<br />

Para resolver este problema los científicos utilizaron una técnica estadística denominada<br />

an.tlisis factorial. Aunquo sus principios matemáticos son complejos, su propósito<br />

es encontrar una forma do determinar las relaciones existentes entre un gran número de<br />

caracterlsücas de personalidad para definir cuáles son las fundamentales. Por ejemplo, toda<br />

lengua contiene términos que significan casi lo mismo. Así pues, las palabras obstinado y<br />

tozudo, por ejemplo, son casi sinónimas: si excluimos una de las dos no perdemos prácticamente<br />

nada. El análisis factorial permite examinar de forma matemática el solapamiento<br />

entre estas características y obtener un número menor do dimensiones que las agrupen. Al<br />

retener sólo Jo fundamental para la personalidad pueden excluirse las características menos<br />

descriptivas o redundantes sin perder capacidad de descripción. Así pues, pueden contemplarse<br />

cientos de cara.et.erísticas a partir de un esquema mucho más reducido. So han de·<br />

sarrollado varios modelos factoriales tanto para la personalidad normal como para la anormal.<br />

derivados no sólo de las palabras dol diccionario, sino también a partir del estudio de<br />

los criterios para los trastomos de la personalidad del DSM y de la estructura subyacente de<br />

los tests de personalídad (labia 2-2).<br />

Principales modelos factoriales<br />

El modelo de personalidad más destacado en la actualidad es el modelo de los cinco<br />

factores (Costa y McCroe. 1989). Este modelo procede del análisis de varios inventarios de<br />

personalidad, no de las palabras del diccionario. Sin embargo. con algunas excepciones, los<br />

resultados son similares. Como su nombre indica, este modelo consiste en cinco amplias dimensiones<br />

de orden superior. Cada dimensión está compuesta de varias agrupaciones de<br />

orden inferior de rasgos. lo cual produce un modelo de estructura jerárquica. Los rasgos de<br />

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Capítulo 2. T rastomos de la p«50nalidcMI: perspectivas oontemporáneas<br />

57<br />

Tabla 2-2. Modelos factoriales y áreas de la personalidad no,mal y anormal<br />

Moddo luico dt los cinco grandes<br />

l. Agitación (o eJCt.rawrsión)<br />

2. Ag~abilidad<br />

l. Rc::sponsabitllbd<br />

4. Estabilidad emodotlal (frente<br />

a nturoticismo)<br />

5. lnttlccto ((i ~ultvra)<br />

Moddo de los dnco factom<br />

l. NNJroticismo<br />

2. Extr1'11crsióli<br />

3. Apc:rtura a la CKpoicnda<br />

4. Agradabitidad<br />

5, Responsabilidad<br />

Modelo de los siete grandes<br />

1. Valencia positiva<br />

2. Valencia neg,¡tiva<br />

3. Emotividad positiva<br />

4, Emotividad ntgativ•<br />

S. Responsabilidad<br />

6. Agradabilidad<br />

7. Convtnc::ionalidad<br />

Livtslt'( et al.<br />

aark et el.<br />

l. Compulsividad l. Proptnsión al suicidio<br />

2. Problemas dc C011ducta 2. Autodcvalua


se<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad tn ta vida moderna<br />

tendencia a considerar ideas poco conveucíonales. y los valores. le tendencia a cuestionar<br />

los valores sociales. políticos y rcUgiosos establecidos. El cuarto factor, la amabilidad,<br />

consiste en los rasgos de confianza. la tendencia a creer que los demás son honestos y<br />

bienintencionados; <strong>La</strong> franqueza. la tendencia a mostrarse franco y sincero. y cuatro rasgos<br />

o subescalas más. EJ quinto factor. la responsabilidad, está formado por la competencia. la<br />

tendencia a mostrarse capaz y efectivo: el orden, la tendencia a la pulcritud y la organiza·<br />

ción; la obediencia, la tandencía a respetar los principios éticos y cumplir las obligaciones<br />

morales; la consecución de metas. la tendencia 8 emplear el tiempo en avanzar con ambición;<br />

la autodisciplina, la voluntad de completar las tareas a pesar de las d.istnicciones y el<br />

aburrimiento, y la deliberación. la tendencia a no actuar sin premeditación. Cada factor se<br />

compone de seis subsscalas.<br />

Los Investigadores do los cinc-O factores enrocaron los trastornos de la personalidad a<br />

partir de modelos derivados da sujetes normales. Otros investigadores han elaborado modelos<br />

factoriales desdo el área do la patología da la personalidad. Clark (1990) factorial izó<br />

descriptores basados en los criterios del DSM-W para los trastornos de la personalidad, así<br />

como ciertos conceptos relevantes para la personalidad no contenidos en el OSM. incluida<br />

la doscripción de la psicopatía de Chcckley (1964) y los criterios de ciertos trastornos del<br />

Eje I relacionados con la personalidad. El modelo final contiene más de 20 dimensiones<br />

(tabla 2-2). Por el contrario, Livosloy ot al. (1989) utíltzarcn profundas revísioues da la literatura<br />

sobro personalidad y consideraclones detalladas do los criterios del Eje ll de la<br />

tercera edición revisada del DSM. para elaborar los rasgos basícos de lo patología de la personalidad.<br />

Fueron necesarias 79 dimensiones de rasgos para representar los 1 t trastornos<br />

de la personalidad del DSM·W·R. A continuación se redactaron los ítems on formato do<br />

informe que debía rellenar el propio paciente y se administraron a dos muestras de población<br />

general; por último, el número total de esenias se aumentó a 100. El analísís factorial<br />

extrajo 15 factores y se aiiadicron tres más por razones teóricas, Jo cual produjo un total de<br />

18 ccnstructos (tabla 2-2). También estudiaron la relación entre sus resultados y el modelo<br />

da cinco factores y llegaron a la couclusión de que todos los factores eran relevantes para<br />

la patología de la personalidad, excepto la apertura a lo experiencia.<br />

Otros investigadores han intentado demostrar las limitaciones del modelo de cinoo factores<br />

evaluando su información de diferentes maneras. Harknoss y McNulty (1994) enoontraron<br />

cinco dimensiones do personalidad, aunque con sustanciales diferencias del modalo<br />

de cinco factores. Concretamente, su modelo incluye dos factores denominados reserva<br />

y psicotícismo. que se consideran cualitativamente distintos de la responsabilidad o la<br />

apertura a la experiencia. Por último, Tellegea y WaJler (1987) definen un modelo de siete<br />

factores. ya que consideran que la tradición basada en Allport y Odbcrt (1936) cometo un<br />

error al excluir términos que implican evaluación como ordinorio, excelente y malo, que<br />

son muy importantes para la conduela anormal y para la definición global del sí mismo. El<br />

modelo de los siete grandes procedo do la salocción y el análisis factorial do 400 caractertsucas<br />

do personalidad do la edictcn da 1985 del American He.rilase Dictionary. A fin de<br />

fortalecer sus tesis, Almogor et al. (1995) analizaron la validez liansculturoJ de los siete<br />

grandes en hebreo. ye que consideraban que las diferencias culturales y Lingüísticas entre<br />

israelíes y estadounidenses constituirían un poderoso desafío a la repli.cabilidad de sumodelo.<br />

Los siete factores mostraron suficiente consistoncia fren1e a los métodos de rctaclén.<br />

que pennitioron extraer varios factores. entre los que se encontraban seis de los siete del es·<br />

tudio original. Y lo que es más importante, los dos factores más amplios resultaron ser de<br />

nuevo la evaluación positiva y la evaluación nogativa, lo cual indicaba la presenc.ia de pruebas<br />

claras a favor do la replicabilidad de ostcs factores en una cultura con considerables<br />

diferencias respecto a aquella en la que se obtuvieron en un principio los siete grandes. Cu·<br />

rioswnente, el resto de factores no se parecen demasiado a los dol modelo de cinco factores.<br />

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Capltulo 2. <strong>Trastornos</strong> de ta personalidad: pc:rspcc:tiv,s contemporáneas<br />

59<br />

Lo gran variedad de modelos factoriales y las continuas disputas entre los grupos de in·<br />

vestígadores han impedido quo se haya podido llegar a la aceptación unánime de cual·<br />

quier modelo factorial para describir la personalidad. Por consiguiente, los capítulos do este<br />

libro dedicados a la descripción do los trastornos de la personalidad desdo las perapecttvas<br />

biológica, cognitiva, psicodinámica e interpersonal, no incluyen su definición desde el<br />

punto do vista inductivo.<br />

I PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO<br />

•<br />

1<br />

§<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

<strong>La</strong>s perspectivas mencionadas anteriormente organizan principios que se derivan de<br />

un untco ámbito de la personalidad. Ei1 el capítulo 1 ya se ha mencionado que, mientras<br />

que las ciencias ftsicas avanzan a partir de los int.entos do probar la falsedad de los modelos<br />

establecidos. las ciencias sociales avanzan cuando ámbito.¡; de contenido oculto pasan o la<br />

vanguardia del pensamiento ctenuñco. Los seguidores de las propuestas más nuevas creen<br />

que su perspectiva es el punto final de las Ideas sobre la personalídad y que, en un breve espacio<br />

de tiempo. eliminarán a sus rivales y alcanzarán el lugar que se merecen como gran·<br />

des señores del reino. como modelo científico perfecto. totalmente global y con completa<br />

coherencia teórica. <strong>En</strong> uno notro momento del pasado, la psicología se ha ídenuñcado<br />

con las perspectivas biológica, psicodinámica. interpersonal o cognitiva. Cada una de ellas<br />

ha captado adeptos que mantenían el flujo constante de artículos en las revistas científicas.<br />

Posteriormente, cada línea ha seguido su curso y la perspectiva ha empezado a desvanecerse<br />

a medida que sus fundadores desaparecían. Así, han pasado a formar parte de la tracücíón<br />

psicológica. aunque a expensas del entusiasmo inicial. Sk.inner ya no está. Freud sigue<br />

siendo una figura respetada, pero la teoría psicodi.námlca se encuentra en pleno declíve.<br />

<strong>La</strong> emergencia y caída de los diversos puntos de vista es consecuencia de la naturaleza<br />

abierta de las eiencias sociales, en las que el éxito de los modelos depende tanto del carisma<br />

y la energía de sus fundadores como de sus verdaderos méritos.<br />

Mientras las distintas perspectivas pugnan por la predominancia, la personalidad se<br />

manüene en un estado do perpetua disputa. Los modelos pasan a la ofensiva fon .. ende a<br />

las variables ajenas, las pertenecientes u otros puntos de vista. u encajar en sistemas taxonómicos<br />

que organizan los constructos competitivos de otras áreas. <strong>La</strong>s variables de la propia<br />

perspectiva son fundamentales. las otras son periféricas. Por ejemplo, Freud sostenía que la<br />

naturaleza humana podía reducirse a las variables sexo y agresividad actuando en el contexto<br />

de fuerzas sociales restrictivas. Leary (1957) fue influido por las ideas psicodinámicas<br />

sobre los niveles de consciencia, pero creía que los principios interpersonales eran fundamentales<br />

y podían organizar los conocimientos a partir del nivel de personalidad que denominaba<br />

«la simbolización privada», es decir, material inconsciente y preconscicntc expresado<br />

mediante dos materiales proyectivos y fantasías indirectas» (pág. 79) que surgen de<br />

los tests proyectivos, las fantasías. las producciones arttsncas, los deseos. los sueños y las<br />

asoclnciones libres. Kíesler (1986), por ejempla, adaptó su círculo interpersonal del año<br />

1982 al comportamionto observable. Benjamín (1986) adaptó su modelo AECS a fin de in·<br />

cluir los ámbitos afectivo y cognitivo. Los investigadores de métodos factoriales han intentado<br />

traducir los trastornos de la personalidad a perfiles basados en sus propias dimensiones<br />

estadísticas (\Vidiger y Costa. 1994). Este tipo de adaptaciones es impresionante. ya que<br />

demuestra el alcance del modelo a partir de su capacidad para orgenízar los ámbitos adyacentes.<br />

Sin embargo, un análisis pormenorizado refleja que nos encontramos ante un mosaico<br />

de ideas incapaz de converger en una visión integrada de la personalidad. <strong>En</strong> vez de rendirnos<br />

fronte a este eclecticismo incierto, debernos preguntarnos si existe alguna teoría ca·<br />

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60<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

paz do reflejar la personalidad como el patrón de variables que abarca la constelación completa<br />

de la persona. Una teoría de este estilo no debería ser una mera perspectiva más, sino<br />

que debería dar lugar a un sistema de clasificación de los estilos y trastornos de la personalidad<br />

que integrara a todos y cada uno de los principales puntes de vista sobre esta materia.<br />

Como ya hemos dicho en numerosas ocasiones. la personalidad es una globalidad intrínseca<br />

de ámbitos que interactúan. Por consiguiente. cua1quier teoría de la personalidad debe construirse<br />

de forma tan integradora como el propio constructo de personalidad (fig. 2·3). <strong>La</strong><br />

clave para construir una teoría de estas características reside ea localizar los principios organlzadores<br />

que son ajenos al propio campo de la personalidad (<strong>Millon</strong>, 1990). <strong>De</strong> otra manera,<br />

lo úlllco que baremos será repetir los errores del pasado al sostener <strong>La</strong> Importancia de<br />

algún nuevo grupo de variables todavía por descubrir y construir una nueva perspectiva sobre<br />

la personalidad como fenómeno global perdiendo de vista la comprensión cíentíñca y<br />

la globalidad del propio fenómeno. <strong>En</strong> vez de avanzar y conquistar, la nueva teoría debería<br />

producir un grupo de constructos holísticos que existiera «por encima de- cualquier perspectiva<br />

particular. <strong>En</strong> caso contrario. la única alternativa que nos queda es un incómodo<br />

eclecticismo formado por inconexas visiones parciales.<br />

Bases evolutivas de la personalidad<br />

<strong>La</strong> evolución es la elección lógica para establecer las bases de una ciencia integrada sobre<br />

la persona. Así como la personalidad abarca el patrón total de variables que forman la<br />

completa constelación de la persono, es el organismo completo el que sobrevive y se reproduce,<br />

y transmite sus pctencleles adaptativos y desadaptatívos a las generaciones síguientes.<br />

Aunque en ocasiones se producen mutaciones letales, el éxito evolutivo de la mayoría<br />

de los organismos depende de la correspondencia entre la completa configuración<br />

de sus características y potenciales y los del entorno. Asimismo, la salud psicológica depende<br />

de la correspondencia entre la completa conñguracíon de características y potenciales de<br />

<strong>La</strong> persona y los del entorno en el que se desenvuelvo su actividad, como la familia, el trabajo,<br />

la escuela, la iglesia o el ocio.<br />

Átribi(O<br />

int~rsooal<br />

ÁtnbolO<br />

Ámbito<br />

""'6gito<br />

Figura 2-3.<br />

<strong>La</strong> petsonalidad como una totalidad fotmada por ambitos que intcractCian.<br />

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Caprtuk> 2.. Trastomos de: 11 penonalidad: p(rspec:tivas oo,nc:mpolinus<br />

61<br />

Supervivencia: preservar la vida y mejorar la calidad de vida<br />

{polaridad placer­dolor)<br />

<strong>La</strong> primera tarea de todo organismo es su supervivencia inmediata. Los organismos<br />

que no son capaces de sobrevivir son descartados, por decirlo de alguna manera, y no<br />

transmiten sus genes y características a les generaciones siguíentes. <strong>De</strong>sde un vi.rus basta<br />

un ser humano, todos los organismos vivos deben protegerse frente a las amenazas depredadoras<br />

y las desventu.ras homeostáUcas. Existen miJJones de maneras de morir. Los me·<br />

canismos evolutivos relacionados con la supervivencia están orientados al incremento y la<br />

preservación de la vida. Lo primero tiene que ver con la mejoría de la calidad de vida y<br />

predispone a los organismos hacia la emisión de conductas que incrementan las probabilidades<br />

de supervivencia y. supuestamente. al crecimiento y la multiplicación. Lo último<br />

se refiere a la orientación de los organismos lejos de acciones o entornos que amenacen 1.a<br />

supervivencia. Este tipo de mecanismos forma una polaridad placer-dolor. <strong>La</strong>s conductas<br />

experimentadas como placenteras suelen ser repetidas y promueven la supervivencia; las<br />

experiencias dolorosas son potoncialmonte peligrosas para la vida y, por tanto. no se repiten.<br />

Los organismos que repiten las experiencias dolorosas o son incapaces do repetir las<br />

placenteras no duran mucho.<br />

Como hemos indicado. los mecanismos evolutivos asociados a esta etapa tienen que<br />

ver con los procesos do mojorfa de la calidad de vida y preservación de la vida. Est.os dos<br />

procesos do ordenación puedan donominarso objetivos existenciales. <strong>En</strong> el grado máximo<br />

de abstracción, estos mecanismos forman, desdo el punto de vista fon.om.onológioo o meta·<br />

íórico, lo que hemos denominado como polaridad plaoor...dolor. <strong>La</strong> mayorra de los seres humanos<br />

muestra ambos procesos, es decir, los orientados hacia la obtención de placer y la<br />

evitación del dolor. SiJ1 embargo, algunas personas parecen tener couflíctos con los objetivos<br />

existenciales (p. ej., las personas sádicas). mientras que otras tienen déficit en relación<br />

con estos objetivos (p. el.. las personas esquizoldesl. <strong>En</strong> función de las etapas evolutivas del<br />

desarroUo (<strong>Millon</strong>, 1969. 1981, 1990), las orientaciones respecto a la polaridad placer-doler<br />

se establecen durante el período de «un.ión sensorial». que tiene como obletívo madurar, así<br />

como refmar y centrar, de forma selectiva, la capacidad, en gran medida innutu. de discernir<br />

entre las sedales dolorosas y placenteras.<br />

t s<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

j<br />

1<br />

o<br />

Adaptación: acomodación y modificación ecológicas<br />

(polaridad pasivo­activo)<br />

<strong>La</strong> segunda tarea evolutiva a la que so enfrenta cada organismo os la adaptación. Toda<br />

existencia so desarrolla on un entorno. Por tanto, los organismos deben adaptarse a su ontorno<br />

o adaptar el entorno para que se adecue y apoye a su propio estilo do funcíonamtonto.<br />

Todo organismo debo satisfacer necesidades básicas relacionadas entre sí, como la alimentacíén,<br />

la sed y el sueño, Los mamíferos y los seres humanos también deben satisfacer<br />

otras necesidades. como las relacionadas con la seguridad y la vinculación. Tanto si el entorno<br />

es acogedor como hostil. la olocción se limita a escoger entre una orientación pasiva<br />

o activa. es decir, o bien acomodarse a un dctenninado nicho ecológico. o bien modificar<br />

el entorno para adaptarlo a uno mismo. Estas formas de adaptación se diferencian de la primera<br />

fase de la evolución. el ser. en que contemplan cómo se perdura.<br />

Cuando existe una estructura integrada, ésta debe mantener su existencia mediante intercambios<br />

de energja a ínfonnación con el entorno. <strong>La</strong> segunda faso evolutiva también<br />

consta de una polaridad: la que existe entro una orientación pasiva, os decir, ocomodorse<br />

desde el punto de vista ecol6gi'co al propio nicho que le ofrece el entorno, y una ortentacíóu<br />

activa, es decir, modificar desde el punto de vista ecológico e intervenir on el entorno o al-<br />

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62<br />

Ttastoroos de la personalNlad en la vida modcma<br />

tcrarlo. Cuando nos referimos al desarrollo psicológico. esta polaridad se expresa ontogénicamente<br />

como la «etapa sensitívo-motora de autonomíe». durante la cual el niño evoluciona<br />

de un anterior estilo de adaptación relativamente pasivo a un estilo de modiEicación<br />

bastante activo do su entorno físico y social.<br />

<strong>La</strong> polaridad acornodacién-modlftcactéu doriva de una ampliación do] concepto da<br />

sistemas. Mientras quo en la faso do supervivencia el sistema os sobre todo de naturaleza<br />

intraorgénica. la fase do adaptacién amplía el concepto de sistemas hacia su progresión<br />

lógica, es decir, desde la persona hacia la persona un su contexto. Algunos individuos, los<br />

que tienen una orientación activa, funcionan como verdaderos empresas. ya que tienden<br />

a modlficar su entorno en functón ele sus deseos. Estos Indlvíduos encajan en el modelo<br />

organismo-activo, Otras. sin embargo. buscan adaptarse a lo que el enlomo les ofrece, en<br />

lugar de trabajar para cambiarlo y buscar horizontes nuevos y más acogedores cuando el<br />

entorno existente se vuelvo prohlemñrlco. Estos individuos se ajustan al modelo organismo-pastvo.<br />

Reproducción: cuidados reproductivos y propagación reproductiva<br />

(polaridad sí mismo­otros)<br />

<strong>La</strong> tercera tarea evolutiva que debe afrontar todo organismo es el estilo reproductivo. el<br />

mecanismo soctobiolégico. que cada género utiliza para. maximizar su representación en el<br />

mercado genético. <strong>En</strong> último término, la evolución de cada organismo dependo de su capacidad<br />

de reproducirse. <strong>En</strong> un extremo encontramos lo que los biólogos denominan la es·<br />

tratogia r. <strong>En</strong> esto caso, ol objetivo os reproducir un gran número de descendientes que son<br />

abandonados a su suerte fronto a las adversidades del destino. <strong>En</strong> al otro extremo se encuen-<br />

11·a la estrategia K, en la que los padres cuidan do los relativamente pocos deseeudlentes.<br />

Aunque existen excepciones puntuales. un extremo reproduce la estrategia sociobiológíca<br />

masculina, críentadc hacia sf mismo, y el otro la femenina, orientada hocío el cuidado de<br />

los demós. <strong>De</strong>sde el punto de vtste psicolégíco. lu primera estrategia suele considerarse egotista,<br />

insensible, desconsiderada y descuidada: la segunda es aflltetive. íntima. protectora<br />

y solícila (GiUigan. 1981: Rusbton. 1985: Wilson. 1978). Los organismos que invierlcn sus<br />

fondos reproductivos en muchos descendientes de manera que limitan sus recursos. o los<br />

que los invierten en prolongados períodos de gestación pero no cuidan a sus proles, son<br />

descartados y desaparecen.<br />

Aunque los organísmos pueden estar blen adaptados a su entorno, lo existencia de<br />

cualquier forma de vida tiene una limitación temporal. Para paliar esta limitación, los organismos<br />

muestran patrones de la tercera polaridad: las estrategias de reproducción, medrante<br />

las cuales dejan descendencia. Como hemos indicado, estas estrategias son las quo los<br />

biólogos han denominado estrategia r, de propagación del sf mismo. en un extremo do la<br />

polaridad. y estrategia K, o cuidado de los demás. en el otro extremo. Al igual que ocurre<br />

con la polaridad placer-dolor, la polaridad sí mismo-otros no os unidimensiooal Mientras<br />

que la mayoría de los seros humanos muestran un equilibrio razonable entre los dos extremos<br />

de una polaridad, algunos trastornos do la persooalidad se caracterizan por la existencia<br />

de confl retos con osa polaridad. como es el caso de <strong>La</strong>s personalidades obsesivo-compulsivo<br />

y negatívlsta. <strong>De</strong>sde el punto de vista de las etapas evolutivas. la orienl'aci.ón de un in·<br />

dividuo hacia el sí mismo y hacia los demás se produce sobre todo durante la etapa «ideotidad-intraccrtical».<br />

Al igun1 que en la polaridad pasivo-activo, la bípolarklad sí mismo-otros es consecueuda<br />

de una expansión del concepto de sistemas. Mientras que en la fase do adaptación el sistema<br />

se consideraba como existente dentro do un entorno determinado, aquí el sistema se<br />

considera como una evolución a lo largo del tiempo. Como antes. el objetivo del crganís-<br />

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\


capitule 2. <strong>Trastornos</strong> de la pc:rsonalid¡d:<br />

pe:rspcctl'lis contempotáM:as<br />

63<br />

mo sigue siendo su suparvlvencla o continuidad. Sin embargo. cuando se expresa en función<br />

do una vtsíóu temporal. lo supervivencia significa el hecho de reproducirse y las esualogias<br />

para hacerlo.<br />

Además de las tres polaridades descritas. In teoría sosnene que muchas persones<br />

experimentan una ambívalencle. coa respecto a las polaridades placer-dolor o sf mismootros.<br />

Por ejemplo, los personalidades obsesivo-compulsiva y negativista [pastvo-agrestva)<br />

comparten la ambivalencia sobre hacer prevalecer sus propias prioridades y expectativas<br />

o someterse y favorecer a los demás. El ncgativista actúa según osta ambrvalencta. el<br />

obsesivo-compulsivo la reprime. Por tanto. desdo ol punto do vista leó.rico. las dos personaudades<br />

están relacionadas. y la teoría predice que si la ira sumergida del obsesivocompulsivo<br />

pudiera afrontarse de forma consciente. lendoría a actuar de Icnna pasivo·<br />

agresiva hasta qua el conflicto pudiera reorientarse o resolverse. <strong>La</strong> figura 2·4 silúa este<br />

relación en formato circumplejo y relaciona estos trastornos (antisocial. narcisista, bisrrlónico<br />

y dependiente) coa las personalidades «interpcrsonalmenle desequilibradas». <strong>En</strong><br />

la parte derecha de la figura, el trastorno negat.ivist.a y el obsesivo-compulsivo se fusionen<br />

el u.no con el otro, e) negativísta se fusiona con el antisocial y el histnónico, y el obsesí-<br />

ve-compulsivo con el narcisista. y el dependiente. Superficialmente hablando. para transformar<br />

un trastorno obsesivo-compulsivo en narcisista. la terapia debería resolver ol<br />

conflicto entre el sí mismo y los otros promoviendo la ocupación del paciente ca sus pro·<br />

pios intereses. Para transformar un trastorno obsesivo-compulsivo en dependi.ente, la te·<br />

rapia debería resolver osle confltcto en Favor de las necesldades de los demás. <strong>La</strong> labia 2·3<br />

Uustra cómo pueden obtenerse los consrrucros del DSM-íll. el DSM·W·R y el DSM·IV a<br />

partir de varias comblnaciones do las polaridades subyacentes cuando se incluye la idea<br />

adicional do conflicto.<br />

Activo<br />

sr mismo<br />

y<br />

°'""<br />

Figura 2-4. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad intc:rpc,sonalmcnte: desequilibrados y en conflicto.<br />

r .opvnjhted mar rial


64<br />

Trmomos de la personalidad en la vida modcma<br />

Tabla 2-3. Modelo de la polaridad y estilos y trastornos de la pcrsoMlidad derivados<br />

Ob¡jttlvo alstffldal<br />

Estrattgb dt rtptictcló"<br />

Mcjol'ia ­Mdó,> "'°9'9•tOOuctivos<br />

Polaridad Piactr­dolor Si mismo-otros<br />

Otticitt1cia.. Plactr fbajol Plattr Si mismo (b¡jo) Si mismo (atto) Si mismo-otrM<br />

desrquitibrio Dolo, (bajo Doto, Ottos(alw) Otros {bajo} Onvmión)<br />

o oonftkto o atto) (im,


Capítulo 2. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad:<br />

P'­rSPtt:tivas conte:mporán'­as<br />

65<br />

lo alejan de aquellas que representan una amenaza para la vida (dolor). <strong>La</strong> cuestión principal<br />

durante esta fase tan vulnerable de la existencia es. literalmente, la de ser o no ser.<br />

El neonato no puedo diferanciar entre objetos y personas; experimenta a ambos sólo como<br />

estímulos. ¿Cómo se refina. de fonna progresiva, esta falta de discriminación para convertirse<br />

on la creación de vínculos espocfficos? Básicamente. el lactante está indefenso y depende de<br />

los demás para evitar el dolor y satisfacer sus necesidades placen leras. Separado del útero de la<br />

madre, el neoneto ha perdido su vínculo físico con el cuerpo de la madre y la protección y<br />

cuidado que le propoccionaba. Por tanto, debe buscar otras :zonas o fuentes de vinculación para<br />

sobrevivir. y tiene que obtener cuidados y estímulos para seguir desarrollándose.<br />

EJ mundo del lactante se conceptuaJiza como un zumbido o una pizarra en blanco<br />

que debe empezar a diferenciar distintos enfoques u objetos que le ayuden a avanzar hacia<br />

sus objetivos exístencíales, lo proporc.ionon alimento, fomenten la preservación y e) ostímulo,<br />

do aquellos que los menguan. frustran o amenazan. Estas relaciones iniciales, o «modelos<br />

de representación interna» (p. ej., Crittcndon, 1990), que al parecer ha «preparado• la<br />

evolución, se convierten en el contexto mediante e) cual se desarrollan otras relaciones.<br />

Fase 2: autonomía/sensitivo­motora<br />

<strong>En</strong> la fase sensitivo-motora. el foco se desplaza de la existencia en sí misma a la existen·<br />

cia dentro de un entorno. <strong>De</strong>sde una perspectiva evolutiva. en esta fase e) niño aprende un<br />

modo de adaptación, una tendencia activo para modificar su nicho ocológico. fronte a la tandancia<br />

pasiva do adaptarse a aquello quo Je proporciona el entorno. 81 primer enfoque re·<br />

<strong>De</strong>ja una propensión a tomar la iniciativa para influir en el curso ele los aoonteclmíentos: el<br />

segundo, una dtsposiclén para estar reposado, plácido y no ser asertivo, para reaccíonar más<br />

que actuar, para esperar a que ocurran las cosas y para aceptar lo que viene dado. Sea cuaJ<br />

sea la alternativa que se adopta. la cuestíén radica más bien en el grado en que se aplica, más<br />

que en el bocho de que se trato de una decisión de] tipo «sf o no». No cabe duda do que los<br />

vínculos del niño son muy importantes on la orientación que adopte hacia el entorno. Los ni·<br />

ños que cuentan con una base segura exploraran su entorno sin tenor miedo de no poder rocuperar<br />

a su figura de vinculación (Ainsworth, 1967). Por otro lado, los que no tienen esa<br />

baso tienden a permanecer cerca de sus cuidadores, adoptando el modo de adaptación pasivo.<br />

un modo quo a la larga probablemente reducirá su abanico do recursos de afrontamiento<br />

debido a una disminución o un retraso on la capacidad sociocognitiva (Mi11on.. 1969).<br />

Fase 3: identidad intracortical/repraductiva<br />

<strong>En</strong>tre loo 11 y los 15 años de edad, una serie de profundos cambios honnonales agita el<br />

estado psíquico que se había oonstruído con tanto esmero durante los años precedentes. Estos<br />

cambios refle;an el inicio de la pubertad y del desarrollo de las carectsrrsncas de gt1noro<br />

y sexuales. que constituirán la base preparatoría para que surjan las estrategias r y K, fuertes<br />

impulsos sexuales y características aduJtas en la anatomía, la voz y el comportamiento.<br />

Estas estrategias se expresan psicológicamente. en el grado máximo de abstracción.<br />

en forma de una orientación hacia el sí mismo y una oríontación hacia los demás. <strong>En</strong> este<br />

proceso. el prototipo masculino se puede describír como más dominante, autoritar.io y CO·<br />

dicíoso, y el femenino. como más cooperador, cuidador y respetuoso.<br />

Estas representaciones -el sí mismo y los demás. así como su coordinación- son prtmordiales<br />

para la génesis del sistema de personalidad. Tanto la teoría de la vinculación<br />

como el modelo evolutivo aquí expuestos reconocen la importancia del sí mismo y otros<br />

constructos. <strong>De</strong>sde la perspectiva de la vinculación. estos consrrucros representan ralacíones<br />

interpersonales rudimenharias, cuya complejidad se debe aJ desarrollo cognitivo.<br />

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66<br />

lrasto,nos de la ptnonalMS&d en la vida moderna<br />

<strong>En</strong> un principio, el niño tiene quo adquirir capacidades abstractas que le permitan traseender<br />

de la realidad puramente concreta del momento presente y proyectar «el sí mismo como<br />

objetos a la mirlada de futuros que dependen de su propio estilo de actuación o adaptación. Estas<br />

capacidades son cognitivas y emocionales, y pueden tener un amplio abanico de consecuencias<br />

para el sistema de personalidad si no consíguen formar un conjunto sólido de es·<br />

tructuras que mantenga uno cobesióu armoniosa e integrada, como suele ocurrir ea los trastornos<br />

de la personalidad más graves como. por ejemplo, los trastornos esquízotípico y límite.<br />

Cuando se domina el mundo interno de los símbolos, dotando a la realidad objetiva de<br />

un orden y armonía o integración. los jóvenes son capaces de crear cierta coherencia y con·<br />

tinuidad en sus vidas. Ya no se ven sumidos de un estado de ánimo a otro, o impulsados de<br />

una actuación a otra, por los cambios de acontecimientos en el mundo que les rodea; ahora<br />

tienen un ancla interna, un oúcloo de cogniciones que les sirve de base e Impone un sentido<br />

de uniformidad y continuidad a un entorno que, de otro modo. serla inestable. A medida<br />

que desarrollan su capacidad de organizar y armonizar su mundo, codo vez so dlfereucía<br />

más una de las configuraciones y empieza a predominar. A raíz de las experiencias con los<br />

demás y sus reacciones a la infancia. se ha formado una imagen o representación del sí mismo<br />

como objeto. El grado máximo de abstracción, es decir. el sentido de la identidad individual<br />

como distinta de los demás. se convierte en la principal fuente de estímulos y guía el<br />

pensamiento y los sentimientos de) joven. Los acontecimientos externos ya no tienen el poder<br />

que ejercían anteriormente; ahora el joven cuenta con una esfera estable y siempre presento<br />

de representacíones internas transformadas por reflexiones racionales y emocionales,<br />

que gobiernan su línea de actuación, a partir de la cual se inician los comportamientos.<br />

<strong>De</strong> igual modo que la ontogenia resume la filogenia, el carácter del desarrollo y la secuencia<br />

se corresponden con los elementos principales de la evolución. EJ autor de este libro<br />

aborda esta cuestión con mayor profundidad en otras obras ('MHlon, 1990: <strong>Millon</strong> y<br />

Da vis, 1996). El paralelismo entre evolución y desarrollo se ha descrito en estos libros como<br />

«etapas ncuropsicológicas» .<br />

•<br />

Ambitos de la personalidad<br />

<strong>La</strong> teoría evolutiva ofrece varias polaridades en las fases evolutivos, así oomo varios grados<br />

de contenido. Primero se encuentran las polaridades y las funciones de personalidad derivadas<br />

de ellas. tales como la supervivencia y la adaptación. <strong>En</strong> segundo lugar están las fases<br />

dol nourodesarrollo análogas a la progresión evolutiva. <strong>En</strong> tercer lugar está el contenido de<br />

las coracteristicos de la personalidad. Aquí nos basamos en la distinción entre función y BStructu.ra<br />

que establecen las ciencias biológicas, <strong>La</strong> anatomía se ocupa de las estructuras permanentes<br />

y la fisiología do las funciones que astas estructuras permiten. Por ojomplo, la anaromía<br />

de la mano esta compu es ta por huesos. muscujos y nervios. y su función es la manipulación<br />

manual. Asimismo. los 6rnbitos estructurales de la personalidad se refieren aJ sustrato esenctalmente<br />

permanente que proporciona UJl hfJrcfo,vre para los dmblt.os funciona.les de la personalidad.<br />

es decir. el comportamiento, la conducta social. los procesos cognitivos y los meca·<br />

nismos inconscientes que manejan. equilibran y coordinan las concesiones mutuas que tienen<br />

lugar entre la vida interna y la externa. <strong>En</strong> la figura 2-5 se muestra la relaci.6.n entre la personalidad,<br />

sus perspectivas y sus ambuos. <strong>En</strong> los parrafos siguientes se proporciona una breve<br />

exposición de los ámbitos característicos en los que nos basaremos en capítulos posteriores.<br />

Comportamiento observable<br />

A diferencia del concepto de rasgo, que se refiere a consistencias oooductuales genera·<br />

lizadas a lo largo do) tiempo y en diferentes situaciones. el comportamiento observable está<br />

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capitulo 2. Trast0tnos ee la ptrsonailtdad: pcrspt(tivas conttmporáne3S<br />

67<br />

Pml)«'livll<br />

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Penpr('liva<br />

cognitrva<br />

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P


68<br />

Tras.tomos dr la personalidad en la vida modttna<br />

do de una creencia aislada. sino a las dístorsíones perceptivas, los sesgos atcncionales, los<br />

mecanismos de evaluación, ele .• todas ellas formas caractertstícas de procesar la informa, ..<br />

ción recibida del entamo psicosoc:ial (v. cuadro «<strong>La</strong> estudiante universitaria hlstrióníca»].<br />

Mecanismos de defensa<br />

Aunque en algunas ocasiones los mecanismos do autoprotección, do necesidad de gratíñcación<br />

y de resoludón de conflictos se reconocen de fonna consciente, operan sobre todo en el<br />

inconsciente. Su objetivo 0S siempre el mismo: proteger la conscíencía de abrumadores santimientos<br />

de ansiedad. No obstante, los mecanismos de defensa raros veces son accesibles a la reflexión<br />

consciente, al menos sin numerosas sesiones de psícoterapta. Por tanto, suelen oontrihuir<br />

a la creación y al mantenimiento de círculos viciosos e intensifican los problemas que pretendían<br />

evitar. Algunos mecanismos de defensa son simples, otros son complejos y otros están<br />

plagados de recovecos. Este ámbito de la personalidad está muy relacionado con la perspectiva<br />

psicodinámica de la personalidad (v. el cuadro «El profesor de inglés obsesívo-compulsívo»].<br />

Imagen de si misma<br />

Este ámbito estructural íncluye les perspectivas interpersonal, cognitiva y psícodinémica.<br />

<strong>En</strong> el curso del desarrollo, el torbellíno de percepciones descoordinadas suelo dar<br />

paso a un creciente sentimiento de orden y continuidad. El concepto del sí mismo proporciona<br />

un punto establo de anclaje para la continuidad y estabilidad a lo largo del tiempo<br />

fronte a las experiencias de cambio. Aunque todo el mundo tiene una cierta idea de «quién<br />

es». las personas difieren on gran medida en cuanto a la claridad y precisión de las percepciones<br />

sobre ellas mismas (v. el cuadro «El estudiante evítadors).<br />

Representaciones objeta/es<br />

<strong>La</strong>s experiencias tempranas con los cuidadores dejan una huella estructural compuesta<br />

por recuerdos, actitudes y emociones. Se trata de impresiones grabadas en la mente incluso antes<br />

do la aparición do la oonsciencia sobre uno mismo. Por tanto, las representaciones objetales<br />

se convierten en la principal plantilla para cualquier relación interpersonal posterior. Preceden<br />

al poder formativo de experiencias posteriores. ya que sirven como baso para percibir y reaccionar<br />

fronte a los acontecimientos que se van recibiendo del mundo psicosocial. Este ámbito<br />

pertenece a la perspectiva psicodínámica (v. el cuadro «El nostálgico dependientes].<br />

Organización morfológica<br />

Este ámbito se reñere a la arquitectura global de la mente y al si mismo. El interior psíquico<br />

de una persona puedo mostrar dobíhdad en su cchesíén estrucrural, un dMicit do coordinación<br />

entro sus oomponontos o puedo contar con pocos mecanismos para mantener el<br />

equilibrio y la armonía homeostáticos. regular los conflictos internos o mediar frente a las<br />

presiones externas. <strong>La</strong> «organización do la mente» os un concepto derivado de inferencias<br />

realizadas casi exclusivamente con información obtenida de la perspectiva pslcodínümíca.<br />

Estado de ánima-temperamento<br />

Aunque la mayoría de la gente experimenta variaciones en sus reacciones emociona·<br />

les, muchas personas son muy propensas a ciertas reacciones emocionales en detrimento de<br />

ot:rns_. un potencial quo refleja su estado de ánimo predcmíname. en ocasiones impuesto por<br />

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Capítulo 2. Tr.»:tomos dt la personalidad: ptrspec:tivas co,ntmporántas<br />

69<br />

los acontecinúentos vitales. pero a menudo determinado por su biología. EJ temperamento<br />

es un concepto estrechamente relacionado con el estado de ánimo, pero se refiere a la suma<br />

total de restricciones biológicas a la personalidad. Dado que nuestra matriz física existe<br />

antes de que emerjan otros ámbitos de la personalidad, las tendencias conductuales de baso<br />

biológica preceden y excluyen otras posibles vías de desarrollo incluso antes do que puedan<br />

manifestarse (v. el cuadro «<strong>La</strong> compañera de cuarto problemática»).<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA TERAPIA<br />

1<br />

El narcisista malinterpretarlo<br />

PERSONALIDAD Y RELACIÓN TERAPÉUTICA<br />

Un tStudiantc un,vel'Sltario co~"ó una cita oon un psic:61ogo en su oonsulta privada para quejarse<br />

de que sus profesores casi nunca entendían sus ideas. CUando se le preguntó por qué no habia oonsultado<br />

con su tut0r, txplic:á qut un tutor normal no seria capaz de entender sus problemas. Durante la prime,a sesión<br />

se mostró seguro de si mismo, aunque agradable. Sin embargo, durante la segunda sesióo apartció una<br />

condescendiente actitud de superioridad. Durante la tercera sesión, parecía mirar al psicólogo con despreoo,<br />

Cuando se le fa


70<br />

Jrastomos de la ptrsonalidad en ta vid,¡ modtfl\3<br />

ÉNFASIS EN LOS PROPIOS VALORES [continnocion}<br />

cicoes por sus uabajos. el profesor explicó que era ll la víctima. porque la universidad le obligaba a<br />

calificar los trabajos del joven. No es extraño encontrar una mezda de formación reactiva y proyección<br />

en las personalidades obsesivo­compulsivas con rasgos sádicos.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA INTERACCIÓN SOCIAL<br />

El estudiante evitodor<br />

PERSONALIDAD Y VIDA SOCIAL<br />

linda, una [oeen inteligente., solicitó asesoramiento respecto a una amiga. C3thy, que se encontraba<br />

aislada socialmente v sólo salla de su habitación para ir a ciase y comer a toda prisa en la cafeteria.<br />

Aunque el resto de las chicas des.u rellano había intentado acercarse a ella, la única que lo ha·<br />

bia conseguido, después de vivir en la misma planta durante dos años. era linda. Si el resto de las<br />

chicas intentaba quedar con ella. Cathv contestaba con voz ntMosa que sus clases la obligaban a leer<br />

mucho y qui: necesitaba completa intimidad para estudiar. <strong>De</strong> hecho, refirió linda, Cathy tenia un sentimiento<br />

extremo de inferioridad v temía que. si se relacionaba con las otras chicas. se burlarlan de ella<br />

a sus espaldas. <strong>La</strong> personalidad evitadorn se caracteriza por el miedo a Ja vtrgüenza y la humillación.<br />

asociado a una acusada alteración de la propia imagen.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN EL DESARROLLO<br />

El nostálgico dependiente<br />

PERSONALIDAD Y VINCULACIÓN<br />

Durante ti prime.r semestre universitario, un joven acudió a consulta maniftstando que presentaba<br />

una inconsolable nostalgia. Con un tono ingenuo e infantil, describió a sus padres en términos muy<br />

afectuosos. sobre todo a su madre, de la que d«:ía que era una persona •dulct"• que siempre 11habia cuidado<br />

de é.l. le había ayudado


Caphulo 2. Tr:.stomos de la pef"SOflalidad:<br />

perspectivas


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Capitulo 2. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad: perspectivas rontemporáncas<br />

73<br />

Tabla 2-5. Pt:rsonalidad obsesivo-compulsiva: ámbitos funcionales y estructurales<br />

Di.scipfinado<br />

Mantitnc una vida ttguladi, mw eswetur1da<br />

v, estrictamente organizada; ,1<br />

pttftcdonismo inttrflcrt con la toma óc<br />

dttisioflcs y la finalizadoo de las tarns<br />

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de si mismo<br />

Se considetan entregados al trabaJO.<br />

aphCHQS, d>911oOS de ((M'lfilu1n, meti


74<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la ptrsonalidad en la vida moderna<br />

fundamentales y con intentar organizar los constructos da las otras perspectivas. A menudo.<br />

las teorías anticipadas por los pensadcreedel pasado se HmHan a acumular una mera<br />

lista de coustructos favoritos, sin reglas de control que determinen por qué estos constructos<br />

son más fundamentales que otros. <strong>La</strong> Lista de trastornos del ca.rácter de la perspectiva<br />

psicodinámica os un ejemplo, la lista de dimensiones de los modelos factoriales es otro.<br />

<strong>En</strong> cada uno de estos casos debemos aceptar. como dog.ma de fe, que estos constructos abarcan<br />

todo lo que la perspectiva puedo ofrecer sobro la personalidad.<br />

Sin embargo. la teoría evolutiva es básicamente distinta. <strong>La</strong>s perspectivas sobre la<br />

personalidad son el producto da la historia evolutiva do nuestra especie. L.1 vida en otros<br />

mundos puede ser distinta en cuanto a sus socíedades, sus relaciones sociales. los mecanísmos<br />

cognitivos. las estructuras cerebrales y los neurotransmisores y. quizá también. en<br />

cuanto a las categorías metafísicas utilizadas paro ajustar la corriente de estimuJación sen·<br />

sorial a la experiencia subjetiva que denominamos «realidud». A menos que pensemos<br />

que los seres humanos somos el prototipo de vida inteLigente del universo (lo cual sin duda<br />

es una ilusión). debemos admitir que puede no haber equivalencia entre las perspectivas de<br />

su ciencia do la personalidad y las nuestras. Sin embargo. las dimensiones placer-dolor, activldad-paslvidad<br />

y el si mismo-otros forman un esquema aplicable allí donde la supervtvenctc,<br />

la adaptación y la reproducción existan como imperativos evolutivos, ya sea en la<br />

Tierra o en cualquier otra parte (<strong>Millon</strong>.1990). Oe forma similar, proporcionar un esquema<br />

muy amplio que Integre las distintas actividades de los cltnícos y los teóricos de la personalidad<br />

representa una gran ventaja. El autor principal de este libro ha propuesto reciente·<br />

mente un borrador de este esquema en su Distínguished Professional Contribution Award<br />

Addrcss (Discurso en la ceremonia de recogida del prenúo a una cootribución profesional<br />

distinguida), en la American Psychological Association (<strong>Millon</strong>, 2003).<br />

.:<br />

I RESUMEN<br />

<strong>La</strong> perspectiva interpersonal sostiene que la personalidad es ol producto social de la<br />

interacción con los otros slgniflcatjvns. <strong>De</strong>sde el nacímlento basta la muerte. siempre esta·<br />

mos mantenlendo intercambios con otros. reales o imaginados, y sus expectativas. <strong>La</strong> personalidad<br />

no puede entenderse desde dentro y hacia fuera porque está intrínsecamente inmersa<br />

en un contexto. Se considera a Harry Stack Sullivan como ol padre do la perspectiva<br />

interpersonal. <strong>La</strong> principal oontribución de Sulliva.n radica en la idea de que algunas formas<br />

de trastorno montal, aunque probablemente manifiestas do forma más dramática y<br />

tangible a través do la persona individual, aparecen y se perpetúan mediante patrones desndaptativos<br />

de interacción y comunicación social. <strong>La</strong> principal cuestión abordada por Sullivan,<br />

la base esencial de la perspectiva interpersonal, es la naturaleza del sí mismo. Implícítamente,<br />

todos nosotros pensemos en el sr mismo como una cosa. una entidad o sustancia<br />

concreto con límites bien definidos. como una roca. Si así fuera, sabríamos con exactitud y<br />

en todo momento quiénes somos. Según Sullivan. esto no es así. No existe ningún sf mismo<br />

esencia) bajo el velo del inconsciente. sino que sólo existo un concepto del sf mísmo que<br />

se define y redefine continuamente mediante las comunicaciones interpersonales con los<br />

demás. <strong>De</strong>spués de Sullivan. la principal figura do) movimiento interpersonal fue Timothy<br />

Leary, qua pensaba que la personalidad debería definirse en función de niveles no demasíado<br />

distintos de la idea pslcodínémtca do niveles de consciencia: la oomuuicacíón pública.<br />

la descrípctén consciente. la simbolización privada. las atribuciones. el inconsciente no expresado<br />

y los valores. Leary también contribuyó al desarrollo del circumplejo interpersonal,<br />

una figura que organiza los constructos


capitulo 2. lr"astornos dt la ptrsonaltdad: p,rsptttivas contempor:inta.s<br />

75<br />

t ;<br />

;<br />

1<br />

i<br />

J<br />

ción interpersonal. el dominio y la afiliación. Los principios interpersonales se sitúan gréficamonte<br />

sobre el círculo. Por ejemplo. según la complemcntariedad, la conducta interpersonal<br />

pretende provocar reacciones en los demás que otorguen validez a la idea que tenemos<br />

sobre quiénes somos. Los individuos patológicamente rígidos tienen una concepción<br />

constreñida del sí mismo. Sólo experimentan como validante un tipo particular de respuesta<br />

ajena, y en sus interacciones Interpersonales sólo buscan esto tipo da respuesta. Dado qua<br />

sus necesidades son fuertes y consistentes, las personas con uu concepto da sí mismas<br />

constreñido pueden ser vistas como controladoras o coercitivas. El concepto contemperéneo<br />

más creativo de la teoría interpersonal es el Análisis Estructurado de la C.Onducta Social<br />

(AECS) de Benjamín (1974, 1996). El AECS intenta integrar la conducta ínterperscnal.<br />

las relaciones obíetales y la psicología del si mismo en un único modelo geométrico.<br />

<strong>La</strong> psícología cognitiva empezó en la década do 1950 como una reacción frente al<br />

conductismo. <strong>La</strong> mente. como procesadora de información, capta y selecciona de forma<br />

activa la información sobre el mundo. el sí mismo y los otros. tanto en el consciente como<br />

en el inconsciente. Cuando las distorsiones cognitivas forman un patrón coherente pueden<br />

denomluarse estilo cognitivo. Cada personalidad procesa la realidad de forma diforonto.<br />

Cada trastorno do la personalidad posee su propio estHo de procesamiento cognitivo.<br />

Los terapeutas cognitivos sostienen que la conducta puede explicarse a partir del oxamcn<br />

del contenido de las estructuras mentales internes denominadas esquemas. So asume<br />

quo los esquemas medían el procesamiento cognitivo a todos los niveles, desde la sensación<br />

hasta los paradigmas, pasando por los planes de acción que el organismo puede utilizar<br />

para cambiar el mundo. funcionan como un filtro cognitivo, están siempre disponibles<br />

para ser aplicados a fin de croar un mundo interpretable. Cualquier cosa que pase por el<br />

filtro se procesa de forma automática. Por tanto, una do sus principales ventajas es que<br />

penníten procesar la expenencia con una gran eficiencía. Sin embargo, la economía en el<br />

procesamtentn do In infonnacíón que provoca la utflizaclén do esquemas también comporta<br />

un costo. Dado que los esquemas se sitüan necesariamente entre las sensaciones y el<br />

mundo de la expericncta subjotiva, introducen sesgos do interpretación que impregnan a<br />

otros constructos y probablemente distorsionan la realidad objetiva. Recientemente. Bcck et<br />

al. (1990) aplicaron. la perspocuva cognitiva a los trastornos do la personalidad y descríbieron<br />

los esquemas o creencias profundas que caracterizaban la experiencia y el comporta·<br />

miento de este tipo de personas. Asimismo. también hacen hincapié ea la importancia de<br />

las distorsiones cognitivas, que son errores crónicos y sistemáticos en el razonamiento que<br />

provocan la malluterpretacléu do la realidad consensuada.<br />

<strong>En</strong> el campo de la personalidad, la perspectiva inductiva ostá íntimamente ligada a la<br />

Wstoria de lo psicología de los rasgos. El modelo de personalidad más iníluyente es el de los<br />

cinco factores. El modelo do los clnco factores procedo dol análisis do varios inventarios<br />

de personalidad, no de las palabras del diccionario. Como su nombre indica. este modelo<br />

consiste en cinco amplias dimensiones de orden superior. oeuroticismo, extraversión, apertura<br />

a la experiencia, agradahilidad y responsabilidad. A su vez. cada dimensión está compuesta<br />

do varias agrupaciones de rasgos de orden inferior, lo cual produce un modelo de es·<br />

tructura jerárquica ..<br />

El modelo del nourodesarrollo/evolutívo sostiene que la evolución es la elección lógica<br />

para establecer las bases de una ciencia integrada sobre la persona. Lo salud psicológica<br />

depende del ajuste ontro In complota configuración de características y potenciales de la<br />

persona y los del entorno en el que so desenvuelve su actividad. <strong>La</strong> primera tarea de todo<br />

organismo es su supervivencia inmediata. Los organismos que no son capaces de sobrevivir<br />

son seleccionados. por decirlo de alguna manera, y no transmiten sus genes y característícasa<br />

las generaciones slgu lentes, Los mecanismos evolutivos relacionados con la supervivencla<br />

eslán orteutedos a la mejorfa do la calidad de vida y a la preservación de la vida. Este<br />

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76<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pusonalidad<br />

en la vida moderna<br />

tipo de mecanismos forman una polaridad de placer y dolor. <strong>La</strong>s conductas experimentadas<br />

como placenteras suelen ser repelidas y promueven la supervivencia; las experiencias dolorosas<br />

son potencialmente peligrosas para la vida y. por tanto. no se repiten. <strong>La</strong> segunda tarea<br />

evolutiva a la que se enfrenta cada organismo es la adaptación. <strong>La</strong> existencia se )leva a<br />

cabo en un entorno. Por tanto. los organismos deben adaptarse a su entorno, o adaptar el entorno<br />

para que se adapte y apoye su propio estilo de funcionamiento. <strong>La</strong> elección se limita<br />

a escoger entre una orientación pasiva o activa. es decir, acomodarse a un determinado ni-<br />

cho ecológico o modificar el entorno paro adaptarlo a uno mismo.<br />

<strong>La</strong> tercera tarea evoluti-<br />

va que debe afrontar todo organismo os el estilo reproductivo, básicamente el mecanismo<br />

socícbíológico, que cada género utiliza para maximizar su representación en el mercado genético.<br />

<strong>En</strong> último término, la evolución de cada organismo depende de su capacidad de reproducirse.<br />

Se ha trazado un marco paralelo de neurodesarrollo para demostrar las fases ontogénicas<br />

por las que pasa el ser humano para adquirir las sensibilidades y competencias<br />

necesarias para funcionar de acuerdo con sus orígenes evolutivos.<br />

Según la teoría evolutiva, la personalidad se manifiesta en ocho ámbitos distintos:<br />

comportamiento observable. comportamiento interpersonal, estilo cognitivo, mecanismos<br />

de defensa. imagen de uno mismo. representaciones objetales, organización morfológica y<br />

estado de anímo-temperamonto.<br />

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CAPÍTULO 3<br />

<strong>De</strong>sarrollo de los trastornos<br />

de la personalidad<br />

1<br />

o<br />

• Identificar los comportamientos pare,nal~ y las incoherencias que crean dificultades en la posterior adaptación<br />

de la persona,<br />

i • <strong>De</strong>scribir el papel de las experienoas<br />

j • Explicar la importancia del aprendizaje temprano.<br />

traum~tieas en el desarrollo de la pc:rsonalidad.<br />

1 _·_E.>c_p_líc_a_•_có_m_º_'ª_c_u_•t_u_ra_._cº_"_'_"_'_v_alo_,cs_.<br />

i_d•_•_l•_•_•_i_•_•t-it-uc_i_º"_'_"_i_•_t•_ra_ctú_'•_co_•_•<br />

Í<br />

i<br />

J<br />

I Objetivos<br />

• <strong>En</strong>tender la importancia de la patogenia duronre el desarrollo para et estudio de la personalidad.<br />

• <strong>En</strong>tender la interaccién de las causas necesarias, suficientes y que contribUYtn al desarrollo de una pato--<br />

logia de la personalidad.<br />

• Analizar cómo interactúa la dinámica de la personalidad con et entamo.<br />

• Aprender sobre la hipótesis de la rtlétc:ión existente entre algunas expresíones de los trastornos de la personalidad<br />

y patologías más agudas. tales como la esquizofrenia.<br />

• Explicar cómo diferentts temperamentos pueden contribuir a experiencias vitales muy diferentes y, en<br />

consecuencia, a expresiones de la pe:rsonalidad muy distintas.<br />

• Exponer de qu( forma utilizan los narcisistas la grandeza, la racionalización y la fantasía como mecanismos<br />

de defensa.<br />

• Explicar ti ttrmino pat6gtno y enumerar los tres tipos de acontecimientos que pueden contribuir a la<br />

patogenia.<br />

nalidad.<br />

Una de las fases más diftcilos, y a la vez más valiosas. en el estudio de la ciencia médica<br />

y psicológica es establecer la historia evolutiva de la personalidad y sus trastornos.<br />

Este estudio de la causalidad se suele denominar etiología en medicina y patogenia durante<br />

el desarrolJo en psicología; intenta establecer la importancia relativa de varios determinantes<br />

de la patología de la personalidad y busca demostrar cómo determinantes claramente<br />

no relacionados entro sí so interconectan para dar lugar a un cuadro clínico. So<br />

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78<br />

<strong>Trastornos</strong> de lc1 pc:rsooalidid en la vida moderna<br />

combinan métodos, tales como pruebas analíticas. casos clínicos. observaciones clínicas 0<br />

investigación experimental con el fin de desenmarañar esta intrincada secuencia on el<br />

desarrollo.<br />

<strong>La</strong> mayoría de la gente está condicionada a pensar en la causalidad como en un simple<br />

formato en el que un ünico acontecimiento. conocido como la causa, da lugar a un solo<br />

efecto. Los ciont!ficos han aprendido, sin embargo. que detenninados resultados finales surgen,<br />

por lo genera], de la interacción do un gran número de causas. Es más, n.o es infrecuente<br />

que una sola causa desempeñe un papel en vanos resultados finales. Cada uno de estos<br />

resultados finales individuales puede desencadenar una serie índependíenta de acontecimientos<br />

que avanzarán a través de distintas e intrincadas secuencias.<br />

Asl pues. el estudio do la otiología durante el desarrollo se complica debido a que un<br />

resultado final delerminado, como por ejemplo una enfermedad física. puede haberse producido<br />

por cualquiera de las varias, y en ocasiones mutuamente exclusivas. secuencias causales<br />

exlstentas. Por ejemplo, una persona puede tener cáncer debido a radiaciones o porque<br />

que fuma. <strong>De</strong>berla resultar obvio quo la causalidad no se limita a una üníca causa que<br />

conduce a un ,1ni.co efecto, <strong>De</strong>sentrañar las diferentes y complejas vías que desembocan en<br />

una patología de la personalidad es una tarea muy compleja.<br />

<strong>En</strong> filosofía. las causas suelen dividirse en tres clases: necesarias, suficientes y con tribu·<br />

yentes. Una causa necesaria es un suceso que debe preceder a otro para quo ésle puedn producirse.<br />

Por ejemplo, algunos teóricos piensan que los individuos que no tienen un defecto<br />

gonélico concreto no acabarán desarrollando la patología de la esquizofrenia; suelen sostener<br />

que este defecto inherente tiene quo complementarse con ciertas experiencias perjudiciales<br />

antes de qua surja el patrón do la esquizofrenia. Según esta teoría, el defecto genético se<br />

considera una causa necesaria, poro no suficiente, para que aparezca la patología.<br />

Una condición suficiente es una condición suficiente por sí misma para causar la patología;<br />

no es necesario que haya ningún otro factor asociado. Sin embargo, una condtcíén<br />

suficiente no es una causa necesaria ni exclusiva para que so produzca un determtnado trastorno.<br />

Por ejemplo, una ínfeccfon neurosifiUtica puede ser suficiente para producir ciertas<br />

formas de psícopetología. pero también existen muchas otras causas que pueden desembocar<br />

en estos trastornos.<br />

<strong>La</strong>s causas contribuyentes son factores que aumentan la probabilidad de que se produzca<br />

un trastorno, pero no son necesarias ni suficientes para que ocurra. Estas condiciones.<br />

tales como las dificultades económicas o los conflictos raciales, cua.ado se añaden a<br />

otro coujuuto de factores. conforman el desarrollo de la patología. <strong>La</strong>s causas contribuyentes<br />

suelen inOuir en el modo en que so expresa la patología y desempeñan papeles bastante<br />

limitados como determlnantes primarios.<br />

<strong>En</strong> la personalidad, las causas so dividen tradicionalmente on factores predisponenles<br />

y factores precipitantes.<br />

Los factores predisponentes son condiciones que favorecen; aunque por lo general no<br />

son ni necesarias ni suficientes para ocasionar el trastorno, crean los cimientos para que se<br />

desarrolle. Ejercen una iafluencia durante un período bastante largo y establecen las bases<br />

para quo Juego surja la patología. Factores como la herencia, el estatus sociooconómico, el<br />

entorno familiar y los hábitos aprendidos en respuesta a oxporíoncias traumáticas tsmpraues<br />

son claros ejemplos do esta predíspostcíón.<br />

No se puede establecer una línea directa y clara enlre los factores predisponenles y<br />

los preclplteotes. Los factores precipitantes hacen referencia a sucesos muy específicos<br />

que ocurren poco antes del inicio de In maaifestacíón de la patologfe. Estos factores o bien<br />

desenmascaran una predisposición patológica, o bien aceleran su aparición: es decir,<br />

evocan o desencadenan le expresión de factores de predisposición ya existentes. poro<br />

que estaban ocultos. Ejemplos de estos factores precipitantes pueden ser, ontre otros, la<br />

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t.apítulo J, Orsanollo de los trastornos de la personalidad<br />

79<br />

1<br />

5<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

j<br />

i<br />

Q<br />

muerta da un progenitor. un accidento gravo de tráfico o la ruptura repentina de una releción<br />

sentimental,<br />

Muchos teóricos creen en la premisa de que la experiencia temprana tiene un papel<br />

primordíal en la formación y el desarrollo de los rasgos de la personalidad. El enunciado de<br />

esta premisa, sin embargo. no implica que se sepa qué fuctores específicos son críticos durantu<br />

estos años de desarrollo para la generación do unos rasgos determinados, ni tampoco<br />

que se opine que las influencias hasta ahora conocidas sean necesarias ni suficientes en la<br />

formación de estos rasgos. Los teóricos psicoanalíticos casi siompre oontra.n la btísqueda de<br />

la etiología en las experiencias de la primera infancia. Por desgracia, las opiniones raspeeto<br />

a cuéles son los aspectos cruciales para el desarrollo en esta etapa do la vida son muy<br />

divergen les.<br />

<strong>De</strong>beríamos preguntarnos si el análisis etiológico es incluso posible en Jo referente a<br />

las patologías do la personalidad, ya qua la naturaleza de las influencias durante el desarrollo<br />

es muy variable y compleja. Teniendo en cuenta qua nos enfrentamos a una cadena se·<br />

cuencial e interactiva do causas compuestas por datos lnherentemente inexactos y de una<br />

naturaleza probabilística en extremo, en la que incluso la más pequeña variación en el<br />

contexto o en la condición precedente, a monudo de carécter ín(imo o aleatorio, produce re·<br />

sultados muy divergentes, ¿puede llevarse a cabo esta actividad científica fundamental? <strong>De</strong>·<br />

bido a que es inevitable que haya una gran cantidad de variables on la cadena causal. ¿lene·<br />

mos fundamentos para creer que se trata de una tarea quo so pueda llevar a cabo con solidez<br />

o es meramente ilusoria? Es más, ¿puede ol meticuloso estud¡o de los indíviduo.s revelar patrones<br />

repetitivos de congruencia sintomática y, ya no digamos de coherencia, entre los orí·<br />

genes de dístíntos rasgos clínicos. tales como el comportamiento, el funcionamiento intrapsíquico<br />

y la predisposición bioñsica? ;,Y serán las características etiológicas comunes y la<br />

cohorencta sindrómíca fenómenos válidos? Es decir. ¿no serán fenómenos meramente impuestos<br />

en relación con datos observados en vtnud do las expectetlvas clínicas y los sesgos<br />

teóricos?<br />

<strong>En</strong>tre otras preocupaciones, faltan datos íohacieotes y pruebas inequtvoces resultantes<br />

de investigaciones bien diseñadas y ejecutadas. Sería muy liUI oonter con haUazgos contundentes<br />

sobro los factores causales de entidades clínicas específicas. pero estos conocimientos<br />

no están disponibles. <strong>De</strong>safortunadamente, nuestra base de datos eliológicos es<br />

escasa y poco fiable. Como se ha indicado, es probable que la situación no cambie debido<br />

a la naturaleza oscura. compleja o interactiva de las Influencias que confonnan el fenóme·<br />

no psicopatológico. El gran deseo que existe entra los teóricos de diversos campos de que<br />

haya un conjunto claro de características etiológicas uo puede reconciliarse con las complejas<br />

cuestiones filosóficas. los dilemas metodológicos y las sutiles influencias aleatorias y di-<br />

fíciles de desenmarañar que dan forma a los trastornos mentales. Casi todas las teorías<br />

etiológicas con las que contamos hoy en día son, como mucho, conjeturas perceptivas que<br />

en última instancia se elaboran considerando tenues fundamentos empíricos, y reflejan las<br />

opiniones de escuelas de pensamiento divergentos que postulan sus hipótesis favoritas.<br />

Estas nociones especulativas deberían considerarse cuestiones que maree-en una evaluación<br />

empírica, en lugar de promulgarse como datos ya confirmados.<br />

<strong>La</strong>s inferencias que se obtienen a partir de los casos observados en los consultorlos<br />

clínicos en relación con las experiencias del pasado, sobro todo las de la primera infancia.<br />

tienen un valor limitado e incluso dudable, ya que el paciente es la principal ­y on<br />

muchos casos la única- fuente de información. Los sucesos y las relaciones durante los<br />

primeros años do vida no son fiables debido a la falta de claridad de los recuerdos retrospectivos.<br />

El mundo prostmboltco de los lactantes y de los niños que dan sus primeros pa-<br />

sos está formado por impresiones fugaces y sin articular que se quedan «Incrustadas»<br />

creando formas 8IDOrfas y rudimentarias. formas que no pueden reproducirse a medida<br />

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80<br />

<strong>Trastornos</strong> del.a pc:rson11id;1d en l.a vid¡¡ modc:ma<br />

que las cogniciones del niño adoptan un carácter más discernidor y simbólico. As( pues,<br />

lo quo se recuerda se inspira en un abanico de imágenes y afectos difusos, una fuente cuyo<br />

contenido revivido está sujeto a modificaciones sutiles o directas que provienen de fuentes<br />

contemporáneas. como por ejemplo las ejercidas por un terapeuta con una orientación<br />

teórica.<br />

Los argumentos que apuntan hacia una continuidad temática o lógica entre la naturaleza<br />

de las experiencias tempranas y los comportamientos que se dan más tarde. con independencia<br />

de lo racionales que sean desde un punto de vista intuitivo o de que estén en<br />

consonancia con principios establecidos, no proporcionan pruebas inequívocas debido a<br />

qua sus conoxtones causales son distintas: se pueden postular, y de hecho se postulan, hipótesis<br />

evolutivas igualmente r.onvincentes. Cada una de las explicaciones contemporáneas<br />

sobre los orígenes de la mayoría do los trastornos de la personalidad es persuasiva, pero sigue<br />

siendo eso. una antro varias posibilidades plausibles.<br />

<strong>En</strong>tre otros aspectos problemáticos de las propuestas etiológicas contemporáneas se<br />

encuentra el de las diversas consecuencias sindrómicas que se atribuyon a causas en esencia<br />

idénticas. Aunque pueda resultar razonable trazar distintos resultados para antecedentes<br />

similares, existe una tendencia inusual entre los teóricos a asignar el mismo eccnfltcto<br />

temprano» o «relación treuméucae a todas las variedadesde-dolencias psicológicas. Por<br />

ejemplo, una experiencia horrible casi universal que supuestamente subyace a muchos síndromes<br />

corno el de la porsonalidad narcisista y la personalidad límite, así como a un gran<br />

número do exprestones do la esquizofrenia y de enfermedades psicosomáticas. es la disociación<br />

o represión de los impulsos agresivos lntroyectados que se engendran a rafz do la hostilidad<br />

parental, y conslituyon un mecanismo intrapsíquico necesario para contrarrestar los<br />

peligros que estos impulsos plantearían a la seguridad do la dependencia si llegaran a ha·<br />

cerse conscientes o a expresarse de forma conducrual.<br />

Es poco probable que orfganes singulares sean tan omnípresentes como los clínicos,<br />

como a menudo se postula: no obstante, incluso aunque así fuera. el impacto psicológico fl.<br />

nal diferiría de forma considerable en función de la configuración de otras influencias<br />

concurrentes o posteriores a las que el individuo estuviera expuesto. No puede presuponerse<br />

que factores causales «idénticos» tengan la misma importancia o significa.do, ni que sus<br />

consecuencias puedan avoriguarse sin tenor en cuenta el contexto más amplio de las experiencías<br />

vitales de cada individuo.<br />

Es más. existen motivos (y también datos) para creer que la importancia de las relaciones<br />

problemáticas tempranas puede radicar menos en su singularidad o en la profundidad<br />

de su impacto, y más en el hecho de que son precursores de lo que con gran probabili·<br />

dad se convertirá en un patrón recurrente de posteriores tropiezos con los progenitores.<br />

Puede ser la pura recapitulación y el consiguiente aprendizaje por repetición lo que en ú)-<br />

tima instancia modela y arraiga profundamente el patrón de rasgos distintivos de la personalidad.<br />

Aunque los tropiezos y las resoluciones en las etapas tempranas do la vida pueden<br />

sor precursores poderosos. la presencia de sintomatologfa clínica puede no arraigarse con<br />

fuerza durante la primera infancia, peros( ser la resultante de un refuerzo reiterado.<br />

A pesar de estos argumentos. los autores da esta texto comparten la visión de que.<br />

unidad por unidad. cuanto más temprana sea la experiencia. mayor será su impacto y duración.<br />

Por ejemplo, la naturaleza presimb6lica y·aJeatoria del aprendizaje durante los prime·<br />

ros años do vida a monudo imposibilita la consiguiente duplicación y, por rento. «protege•<br />

lo que ya se ha aprendido. Sin embargo, creemos que también os verdad quo las experiencias<br />

etiológicas singulares. tales como las «introyecciones disociadas». con frecuencia<br />

son sólo la manifestación más temprana de un patrón recurrente de relaciones patemoñliales.<br />

Por lo tanto. el aprendizaje temprano puedo no lograr cambiarse. no porque haya cua-<br />

¡arlo do fo.rma pormanonte, sino porque ol mismo conjunto de experiencias Limitadas que<br />

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Capitulo 3. Dfiarrollo d~ los trastornos dt la ptrsonalidad<br />

81<br />

ayudó a que se formara desde un principio persiste y continuará ejerciendo su influencia<br />

durante muchos años.<br />

I NATURALEZA INTERACTIVA DE LA PATOGENIA DURANTE<br />

EL DESARROLLO<br />

A posar del título do esta libro, los trastornos de la personalidad no son en absoluto<br />

trastornos en el sentido médico de la palabra. Más bien, los trastornos de la personalidad<br />

son constructos teóricos que se utilizan para representar varios estilos o patrones en los que<br />

el sistema de personalidad funciona de forma desadaptativa en relación con su entorno.<br />

Cuando las estrategias alternativas empleadas para la consecución de objetivos, para retacionarse<br />

coa los demás y para enfrentarse al estrés son pocas y se practican de forma rígida<br />

(ínOexibilidad adaptativa), cuando las percepciones habituales, necesidades y comportamientos<br />

perpetúan e intensifican dificultades preexistentes (círculos viciosos), y cuando<br />

la persona tiende a oo presentar resistencia en condiciones de estrés (estabilidad tenue<br />

(poco sólida]), hablamos de un patrón de personalidad desadaplativo desde el punto de vista<br />

clínico.<br />

Por motivos pedagógicos. un sistema de personalidad desadaptatívo puede descomponerse<br />

do forma heurística en vnrios ámbitos clínicos. Esto facilita la investigación clrníca<br />

y experimental. pero esta división no existo en realidad. El desarrollo do la personalidad<br />

representa la compleja interacción de elementos dentro de cada uno de estos ámbitos.<br />

así como entre eJlos. No sólo existe una interacción entre la persona y e) entorno.<br />

sino que también hay interacciones y complejos circuitos cerrados de retroaJimentación<br />

que funcionan dentro de la persona a niveles de organización tanto biológica como psicológíca.<br />

Como todas las teorías cientificas son, en cierta medida. simplificaciones de la realidad<br />

(delimitan el mapa más que el territorio). lodos ellas implican concesiones mutuas entre el<br />

alcance y la precisión. <strong>La</strong> mayoría de las teorías evoluuves modernas se centran en los organismos<br />

y son de naturaleza contextual. Mediante la adopción de un modelo que abarca<br />

numerosos ámbitos y so oontta en el organismo y ol contexto. esperamos explicar por completo<br />

el desarrol1o de los trastornos de la personalidad enfocándolos como una totalidad.<br />

Sin embargo. tenemos que aceptar al mismo tiempo la imposibilidad de realizar semejante<br />

explicación. A pesar do nuestras aspiraciones, un cierto grado de imprecisión forma parto<br />

de la metáfora que nos guía: postula la existencia o la realidad del error experimental, es decir,<br />

que la interacción de las variables de lo personalidad o menudo es stuérglce. combina·<br />

torio y discontinua. en lugar de ser meramente aditiva.<br />

Se podrían ut.iliza.r algunos trucos conceptuales para recuperar esta imprecisión o<br />

para presentar una ilusión de precisión. Podemos ofrecer una expcslcién del desarrollo do<br />

los trastornos do la personalidad desde la perspecttva de un único dmbito, ya sea cogniti·<br />

vo. psicodíuérnico o conductual, Estas explicaciones podrían aumentar la precisión, poro<br />

esta proeza sólo se consoguirfa negando aspectos esenciales de la persona en su totalidad.<br />

Un reduccionismo asf respecto al contenido sería desproporcionodo coa lo metáfora que<br />

nos guía. es decir, Ia metáfora del organismo en su totalidad. Así pues. cualquier ámbito<br />

personológico podría extraerse de la totalidad para facilitar una exposición del desarrollo<br />

de los trastornos de la personalidad desde una perspectiva concreta y estrecha, y esto no<br />

reflejaría do forma correcta una epatologfae que «Impregne» por completo a toda la persona.<br />

Por consiguiente. interacción y continuidad son los temas principales de esta capítulo.<br />

Esta axposición pone énfasis an el hecho de que numerosos determinantes biógonos y psi-<br />

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84<br />

do la personalidad, n.i tampoco es probable quo sean su.6cicntes por sí mismos para suscitar<br />

comportamientos patológicos. Sirven. en cambio, como base fisiológica que facilita que la<br />

persona sea susceptible de experimentar algún trastorno cuando está sometida a estrés, o que<br />

tienda e aprender comportamientos problemáticos desde el punto de vista social.<br />

I I<br />

ÉNFASIS EN EL GÉNERO<br />

Sesgos según el género en el diagnóstico de trostornos de la personalidad<br />

¿SON ALGUNOS TRASTORNOS DEL EJE II MÁS PREVALENTES EN UN SEXO OUE EN EL OTRO?<br />

<strong>La</strong>s numtrosas y variadas fuentes insidiosas sobre la posibilidad de que haya un sesgo en el diagnóstico<br />

de los trastornos de la personalidad, sc-gun se-a el sexo dc:t pacitntc:, se solapan e: mteractúan,<br />

de: modo que resulta casi imposible: diSttmir las diferen('ias rcal6 de los artc:fa('tos.. los ~gos pueden<br />

pasar a formar parte de: la «uación en cualquier momento del proceso, desde: los criterios diagnósticos<br />

mismos del OSM hasta los clinicos que diagnosbcan a los pacientes o las poblaciones que S( seleccionan<br />

para formar parte de una muestra en nuestras 1nvesti9ac,ones empíricas, todos ellos generados<br />

v mantenidos dentro del contexto de un sesgo general y, a menudo. de una cultura misógina.<br />

Si queremos solucionar el problema, ¿por dónde debt'riamos empezar?<br />

Un conjunto de datos que se deben tener en cuenta cuando re-Rexionamos sobre la tuestión dt<br />

los sesgos en el diagnóstico de los trastomos de la personalidad son las tasas de p1evalencia de las distintas<br />

categorias de trastornos en hombres y en mujeres. El OSM·IV (American Psychiattic Association.<br />

1994) indica que ciertos trastornos de la personalidad ­es decir, el trastorno antisocial de la personalidad-<br />

se diagnostican con mas frecuencia en hombres, mientras que los trastornos de la personalidad<br />

limite, histriónico y dependiente S( diagnostican con mayor frecuencia en mujeres. Hartung y<br />

Widtger (1998) recopilaron hallazgos provenientes de varias fuentes para dett:rminar que habia un<br />

mayor número de hombres que rtcibian el diagnóstico de trastornos paranoide, esquizoide. esquizotípico,<br />

antisocial, narcisista y obsesivo·compulsivo, y que mas muJeres eran diagnosticadas de trastornos<br />

limite, histriónico y dependiente. Otros estudios han indicado un nümero aproximadamente igual<br />

de hombres y mujeres diagnosticados de trastorno esquízotíp,co de la personalidad. Sin embargo, pa·<br />

rece que los hombres tienen más sintomas excentricos y extraños y que las mujeres tiento mas ideas<br />

referenciales. pensamientos R\agicos y ansiedad social (Roth y Banbeau, 1997). Un.a critica que se cita<br />

a menudo respecto a estas cifras de prevalencia es que tenemos mucstr.Js muy sesgadas de p,acien·<br />

tes. Tomamos las muestras que nos convienen en hospitalt"S, en la Veterans Adminlstration norteamerica<br />

na, en las carcetes, etc, y extrapolamos las cifras obtc:nidas tanto a las poblaciones clinicas e-orno<br />

a las no clínicas. Hemos realizado una tarea que de,a bastante que desc:ar a la hora de buscar mues·<br />

tras representativas para realizar estadisticas fiables de prevalencia.<br />

Resulta sorprendente, después de lo indteado, que tanto los hombres como las mujc:res tengan las<br />

mismas probabilidades de recibir un diagnóstico de trastorno de la personalidad (Kas.set aL, 1983). Que<br />

haya la misma prc:valencia de personas con diagnósticos de trastornos de la personalidad en ambos<br />

sexos no exduyt la existencia de stSgOS en función dc:I sexo del paciente. Hartung y Widiger (1994) w·<br />

g~rcn que existe una posibilidad muy real de que. o bien los hombre-so bien las mujeres puedan, de he·<br />

cho, presentar un mayor grado de patología de la pc:rsonalidad. ¿~bería ser un objetivo de los psícólogos<br />

tener el mismo número de hombres y de mu1ercs diagnosticados con un trastorno de la personalidad?<br />

Mas coocretsmente, ¿debcria se:, un objctNO que hubiera ti mismo númtro de hombrtS y de mujeres<br />

diagnosti~os en cada una de las categorías? W1digt'r (1998) op1n¡¡ que •el obietivo del OSM-IV<br />

es proporcionar una clasificación precisa de la pskopatologia. y no desarrollar un stStcma diagn,óstico<br />

que, de forma democrática. diagnostique un trastorno de la personalidad en igual número de hombres<br />

{continüo}


Caprtuto J. Otsa,r0llo dt tos traslomos d, la ptrsonafidad<br />

85<br />

ÉNFASIS EN EL GÉNERO (rontimwci611/<br />

t<br />

5<br />

1<br />

t<br />

i<br />

J<br />

que de muJeres­ (pág. 98). Aunque puede que esto sea cierto, no significa que los profesiol\31es de este<br />

campo no dd>an i~t,gar y corregir las posibles fuentes de sesgos que están contribuyendo a que se<br />

observen las diftrencias que constatamos al utilizar nuestro sistema actual.<br />

Una consideración<br />

que añade aün más complejidad a la cuestión incluye una serie de datos<br />

ernpincos obtenidos en estudios que indican que los dlnicos que emiten diagnósticos no siguen las direcmees<br />

de los criterios clintcos que establece el DSM cuando hacen sus diagnósticos (para una reví·<br />

sión b1bhográftca mas completa sobre esta cuestión, v. Widigcr et al., 1994). Por ejemplo. en un estudio<br />

de ford y W1di9er (1989) se encontró que los dinicos dtagoosticaban a las mujeres con trastorno<br />

histriónico de la personalidad cuando no cumplían los crit'110S del DSM para el trast0-rno histriónico<br />

de la personalidad pero si los criterios diagnósticos pata el trastorno antrsocial de la personalidad. h<br />

mas. cuando se preguntaba a los dinicos que evaluaran de forma individual cada uno de Jos crittríos<br />

del O$M para los trastornos de ta personalidad antisocial e histriónico, el sexo del paciente no tenia<br />

ninguna influencia sobre su evaluación. Ford y Widiger afirman que esto prueba que los problemas<br />

no radican en los criterios. smo en que los clinicos no consiguen atenerse a las directnces del OSM.<br />

Otros datos apoyan la tesis de que este problema radica en las etiquetas diagnósticas y no nece ..<br />

sariamente en lo criterios diagnósticos. Sproct (2000) utilizó un métooo derivado del enfoque AFA<br />

(Act­Frrquency Approoch) para que los estudiantes de primeros cursos generaran ejemplos conductvares<br />

de la personalidad histriónica del OSM, con independencia del sao o de los roles sexuales, A<br />

contmusoón, hizo que una muestra de psicólogos y psiquiatras evaluara la representatividad de los<br />

síntomas para los criterios histriónicos o para el trastorno histriónico de la personalidad. <strong>De</strong>scubrió<br />

que estos valoraban los comportamientos .femenino~ como más representativos det trastorno histrió ..<br />

nico de la personabdad y algo mas representativos de los criterios histriónicos que los comportamientos<br />

•mascuhnosa, lo que apoyaba la misma idea que hablan ddendido Ford y Widiger: el papel det<br />

sexo femenino e-stá más relacionado con la etiqueta que con los criteílos. Estos mismos argumentos<br />

~ puedl"n aplicar al trastorno de la personahdad por depeooeocia, que induye muchas cual•dades tradieionalmente<br />

femeninas, tales como anteponer las necesidades de los demás a las propias, o confiar<br />

en que se-a el mando quien proporcione casa e ingresos..<br />

Estas diferrncias en la tasa de prevalencia para las mujere-s apenas constitvycn un sesgo hacia<br />

uno de los sexos por paf'le del DSM. <strong>De</strong>l mismo modo, se puedt argumentar que en los criterios para<br />

los trastornos ee la personahdad tambitn hay compof'tamientos mascuhnos estereotipados. Por ejemplo,<br />

l':1 trastorno nartisista de la personalidad contiene ceitencs que trad1óonalmente se adscriben al<br />

funcionamiento mascuñno saludable. tales como tener un exagerado sentimiento de la propia importancia.<br />

una preocupación con las fantasías de éxito y poder ilimitados. el sentirmento de tener<br />

derechos sobre los dem~s. la falta de empalia y una actitud arrogante. Iarnblen se pueden observar<br />

caractensncas lipic.:is, según la tradi(ión. de ta socializa(ión masculi~ en los criterios de la personalidad<br />

anti.social, como la deshonestidad, impulsividad. agresividad ícomo queda patente en la partkipoc1ón<br />

de peleas fisiC'as} e irresponsabilidad {Ametican Ps'(('hiatric: A.ssociation, l994t.<br />

Mientras que ninguna de las partes que participan en este debate defendería que estos cnterios<br />

son el reílejo de comportamientos definidos por el sexo, si que sostendrían que este heeflo uene importancia.<br />

Muchas feministas afirmarían que etiquetar a las mujeres como personas que tienen un<br />

trastorno de la personaltdad representa un acto de rasltgo hacia las mujeres por atenerse a los entenos<br />

a los que precisamente les pedimos que- se atenqan (L.andrine, 1989: Walker. 1994). Otfienden<br />

que, en la actualidad, las mujeres se ven atadas por doble partida: si no actúan de forma respetuosa,<br />

dependiente y sexualmente provocativa. correo e• nesgo de convtrtirst en marginadas de la sociedad;<br />

pero si lo hacen, se- las etiqueta como •IOC'3Sa o ,peoonas con trastornos», <strong>La</strong>ndr,ne (1989) afüma:<br />

{contmw)<br />

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86<br />

<strong>Trastornos</strong> de la persceatidad en la vida moderna<br />

1<br />

ÉNf'ASIS EN EL GÉNERO (continuación)<br />

•El pt'Opósito ee enmascarar ICK ro~ sexuates adjudiclndolts la etiqueta de locura putdc hattrse<br />

con los siguientes propósitos. para: a}situar de forma falsa dentro del.as personas todas las limitacionts<br />

cognitivas y condu


Capitulo J. Ocsarrono de los trast01nos de la pcrSOnalidad<br />

87<br />

ÉNFASIS EN EL GÉNERO [contínuución}<br />

sonalidades histriónica y antisocial pueden ser ejemplos de este efecto. Ambas pueden represtntar ex·<br />

presiones de la misma patok>gla. y las estamos conceptualizando erróneamente como si se tratara de dos<br />

entidades separadas porque sus expresion.es superficiales (los síntomas que manifiestan) son diftrentcs.<br />

Otra árta de la literatura científica que se debe tener en cuenta cuando consideramos los stSgOS<br />

sexuales en el diagnóstico dt trastornos de la personalidad es el ámbito del comportamiento criminal.<br />

la indiscutible regla del pasado, segun la cual los hombres muestran con más frecuencia un<br />

comportamiento criminal y antisocial está cambiando con rapidez, Históricamente. las tasas de cnminahdad<br />

en las mujeres han sido increiblemente bajas y se han considerado como una aberración. A<br />

finales del siglo xoc.. Lombroso propuso lo que denominó «la hipótesis masculina, para exph


90<br />

<strong>Trastornos</strong> de <strong>La</strong> personalidad en la vida moderna<br />

también el desarrollo do la patología de la personalidad en particular. So descubrió que<br />

varias dimensiones conductualos diferencian los patrones de tempera.mento da los lactan·<br />

tes. Los nú1os sed iferenclan en la regularidad de sus funciones biológicas, lncluyondo la ro,<br />

actividad del sistema autónomo, que se mide por las respuestas iniciales a situaciones<br />

nuevas. También se diferencian en el estado de alerta sensorial a los esumuíos. y on la<br />

adaptabilidad al cambio; en estados de ánimo característicos. así como en intensidades do<br />

respuesta, facilidad para distraerse y persistencia (Goldsmitb y Goltesman, 1981). Aunque<br />

los patrones tempranos sólo se modificaron ligeramente desde la lactancia basta la ínfancta.<br />

esta continuidad no podía atribuirse por comploto a la persistencia de dotaciones innatas.<br />

<strong>La</strong>s experiencias posteriores servían para reforzar las características que se mostraron en las<br />

etapas iniciales de la vida (Ka.gan. 1989). Esto ocurrrs on gran medida porque los compor·<br />

tamientos iniciales del lactante habían transformado el entorno de tal forma que el niño<br />

intensificaba y acentuaba los comportamientos iniciales.<br />

Con frecuencia. los teóricos han observado que los trastornos son el resultado de expericndas<br />

en cuya produccióu oo han intervenido los indivíduos (lenes et al., 1989: ZanoUi<br />

et al.. 1990). Esto es una simplifieación da u nn interacción compleja (Sroufe et al .. 1976).<br />

Cada niño posee un patrón biológico establecido de sensibilidades y disposiciones que<br />

forman la naturaleza da sus experiencias. <strong>La</strong> interacción de las disposiciones biológicas y<br />

las experiencias ambientales no es una red fácilmente desenredable. sino más bien un in·<br />

trincado sistema de retroalimentación de influencias que se entrecruzan. Varios componen·<br />

tes de este proceso son elaborados por su pensnencín al desarrollo.<br />

Aprendizaje adaptativa<br />

<strong>La</strong>s predispostctoees temperamentales del niño que está madurando son importantes<br />

porque fortalecen la probabilidad de qua ciertos rasgos so conviertan en predominantes<br />

(Bates. 1980, 1987; Tbomas el al .. 1982). Por ejemplo, los niños muy activos y con un alto<br />

grado de reacción aprenden rápido sobro los acontecímientos que les rodean y enseguida<br />

se relacionan con las personas de su entorno. Su pasión y energía pueden conducirles a experimentar<br />

gratificación personal con rapidez o, a la inversa, su comportamiento anima·<br />

do y explorador puede desembocar eu frustraciones dolorosas si encuentran una y otra vez<br />

barreras insuperables. Incapaces de satisfacer su necesidad do actívídad. pueden empozar<br />

a «dar puñetazos al airee y adoptar caminos desadaptativos y erráticos. Es más. el temperamento<br />

también influye en la expresión do variables psicológicas como ol vínculo (Belsky<br />

y Revine. 1987).<br />

<strong>La</strong> actividad del organismo en los níños pasivos también so conforma según su constitución<br />

biológica. Con mala predisposición para afrontarse a su enromo de forma asertiva,<br />

y al no tener la tendencia de descargar sus tensiones de forma física, estos niños aprenden<br />

a evitar los conflictos y optan por hacerse a un lado cuando surgen dífícultadcs. Pueden<br />

tener menos probabilidades de tener sentimientos do culpabilidad por mal comportamiento<br />

que los jóvenes activos, que se meten en líos con más frecuencia, reciben castigos y tíenen,<br />

por tanto. tendencia a desarrollar sentimientos agresivos hacia los demás. Los jóvenes<br />

pasivos también pueden privarse de experiencias gratificantes, sentir qua «se les doja al<br />

margan de las cosas», y depender de Jos demás para que les protejan de acontecimientos a<br />

los qua no so sienten capaces de enfrontarse por s( solos.<br />

Reciprocidad interpersonal<br />

Antes hemos hablado do la personalidad como sistema. Sin embargo. una noción de<br />

sistemas no necesita limitarse a operaciones que tienen lugar dentro del organismo. Los<br />

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Capítulo 3. Oe:sarroUo dt los trastomos ee la i,trsol'lalidad<br />

91<br />

j<br />

5<br />

•<br />

i<br />

¡<br />

J<br />

~<br />

1<br />

o<br />

teóricos interpersonales a menudo hablan de las díadas y tríedas como sistemas de in-<br />

Ouencia recíproca. El temperamento infantil suscita reacciones contrarias por parte de<br />

los demés que conl'irmnn y acentúan las predíspcslclones temperamentales inidalos (Papousek<br />

y Papoussk, 1975). Los estados de ánimo btotogícos y los niveles de acnvldad conforman<br />

no sólo los comportamiootos del niño, sino también los de sus progenitores. Si la<br />

predísposícion del niño es alegra, adaptable, y es fácil proporcionarlo cuidados. la madre<br />

enseguida muestra una actitud recíproca positiva (Osofsky y Danzger, 1974). Por el contrario,<br />

.si el niño está tenso o es diCícH cuidarlo y requiere mucha dedicación, la madre puedo<br />

reaccionar con consternación, fatiga u hostilidad. Así pues, mediante esta predisposición<br />

conductual distintiva, el niño suscita reacciones parentales que refuerzan el patrón<br />

inicial. <strong>La</strong>s predisposiciones innatas pueden invertirse mediante fuertes presiones ambientales.<br />

Una visión alegro de las cosas puede versa aplastada por ol despreclo y la ridiculización<br />

por parte de los padres. A la inversa, los niños tímidos y reticentes pueden adquirir<br />

más confianza en sí mismos en un entorno familiar alentador (Smilh y Pederson.<br />

1988).<br />

Existe una tendencia poco afortunada entre los clínicos y los teóricos a bablar de<br />

las respuestas parentales a sus hijos como si éstas fueran idénticas (uniformemente abusivas<br />

o amorosas. etc.l, <strong>De</strong> hecho, lo más probable es que los progenitores difieran en sus<br />

acritudes y c::omporhuniontos hacia al niño. Cueodo se produce una incoherencia parental.<br />

puedo resultar bastante fácil averiguar la relación entre las experlencias tempranas y<br />

los estilos de comportamiento posteriores. Sin embargo, cuando estas relaciones parentales<br />

cruciales difieren sensiblemente, la ecuación so vuelvo mucho más compleja. sobre<br />

todo si tonemos on cuenta los afectos do uno o más hermanos, quizá varios mayores y me·<br />

no res.<br />

<strong>En</strong> función de la naturaleza y la mezcla do influoncias. lo quo so aprende puedo 19·<br />

ner como consecuencia varios estilos conductuales y actitudes del niño, Algunos jóvenes<br />

pueden desarrollar imágenes do sf mismos disociadas o en conflíctc unas con otras; otros<br />

pueden encontrar un modo de sintetizar estos patrones contrarios, y otros pueden variar<br />

u oscilar según la circunstancia, según la similitud con los comportamientos divergentes<br />

de sus padres (es decir, aprendiendo a comportarse do forma amorosa y afectuosa con los<br />

mujeres. como consecuencia de tener una madre amorosa que actuaba do forma cohcrento<br />

y Je valoraba, y con los hombros, en cambio, comportándose inovitablemento de modo<br />

competitivo y hostil debido al rechazo y a las actitudes hostiles que le mostraba su padrc).<br />

Aunque la idea de que los aspectos bioquímicos limitan el futuro desarrollo es fácil<br />

de comprender, no todas les caracterí.stica.s de la constitución de un individuo se activan<br />

en el nacimiento. <strong>La</strong>s personas maduran a ritmos dlstl.ntos. Los potenciales de cada Indtviduo<br />

pueden desarrollarse sólo de forma gradual a medida que progresa la maduración.<br />

A.sí pues. algunas Influencias arraigadas desde e) punto de vista biológico pueden no<br />

emerger hasta que el joven ya está de lleno en la adolescencia. y no resulta inconcebible<br />

que estos patrones que aparecen de forma tardía puedan sustituir a los que se habían manifestado<br />

antes.<br />

Un determinante crucial que indica sí WJ temperamento couduclré a un trastorno de la<br />

personalidad parece ser la aceptación parental do la individualidad del niño. Los progenírores<br />

que aceptan el temperamento de su hijo o hija y modifican sus prácticas en consecuencta<br />

pueden impedir Jo que. de otro modo. pod.ría convertirse en patológico. Por otro<br />

lado, si los padres exporímcutau sentimientos diarios de fracaso, frustración. ira y culpabi·<br />

lidad. sea cual sea el temperamento dol níño, contribuirán a un progresivo cmpeo.ramicnt.o<br />

de la adaptación del ntño. Estos comentarios apuntan una \'9Z más al hecho do que los factoras<br />

bíégenos y pstcégencs Interactúen do forma compleja.<br />

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92<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

I HISTORIA EXPERIENCIAL PATÓGENA<br />

<strong>En</strong> el apartado anterior hemos puesto énfasis en la visión do que las funciones biológicas<br />

tienen un papel activo en la regulación del qué. cuándo y cómo se experimontarán los<br />

acontecimientos; los sistemas nervioso y endocrino no aceptan de forma pasiva los estímulos<br />

que reciben. Este proceso activo implica que las sensibilidades btolégtcas inusuales<br />

o los defectos biológicos pueden tener como consecuencia dístorslooes perceptivos, trastornos<br />

del pensamiento y comportamientos patológicos.<br />

Aunque el factor desencadenante do la patología del comportamiento pueda ser la existencia<br />

de anomalías biégenas, la mora ospecificación de una causa biógena no es suficiente<br />

para realizar un análisis enológico adecuado. Incluso en los casos en que se pueden identificar<br />

factores bíégenos claros. es necesario buscar el origen de la secuencia evolutiva de experiencias<br />

que han transformado estos defecios on la expresión de una psicopatolog:ía: es evidente<br />

la necesidad de que se lleve a cabo est.e análisis evolutivo más amplio debido a que algunos<br />

individuos con deficiencias biológicas funcionan de forma eficaz, mientras que otros que<br />

tienen un problema similar caen en la inadaptación y en la pstcopatologta (Davidson, 1986).<br />

E.slns dívergenctas en e) desarrollo no pueden explicarse por el defecto biológico. Los oomportamientos<br />

patológicos que en un principio están motivados por anomalías biológicas no son<br />

productos simples o directos de estas deficiencias, sino que emergen oomo resultado de una<br />

compleja secuoncia de interacciones. que incluye la experiencia y el aprendizaje ambtenrales.<br />

Una cuestión central de este capítulo es que la psicopotología se desarrolla como con·<br />

secuencia de una estrecha int.eracción de fuerzas del propio organismo y fuerzas amblentalos.<br />

Estas interacciones empiezan en el momento de la concopción y continúan prnduciéndose<br />

durante toda la vida. Los individuos con potenciales biológicos similares emergen<br />

con patrones distintos de <strong>La</strong> personalidad en función de las condiciones ambientales a las<br />

que han sido expuestos. Estos patrones se manifiestan y cambian a medida que nuevas<br />

maduraciones biológicas interactúan dentro dol contexto do nueva, dificultades o tropiezos<br />

con olementos del entorno. A la larga. estos patrones se estabilizan y se crea una jerarquía<br />

diferenciada de comportamientos que se mantendrá, do forma bastante cohercnto, a lo largo<br />

del siempre cambiante mundo da las experiencias.<br />

Es evidente que los factores biológicos y las expertencins ambientales interactúan en·<br />

trc sí, pero debemos ser más específicos y preguntamos cómo se producen con exactitud estas<br />

interacciones.<br />

Antes de empezar. descartemos las preguntas referentes a <strong>La</strong> contribución proporcional<br />

de Los factores biológicos en contraposición con el aprendizaje ambiental. <strong>La</strong> búsqueda do<br />

una respuesta a talos preguntas no s61o es imposible desde un punto de vista metodológico,<br />

sino que también, como es lógico. puede llevar a conclusiones erróneas. Dado nuestro es·<br />

lado actual de conocimientos. no podrfamos empozar a hacer conjeturas sobre la contribución<br />

relativa de estas dos fuentes divergentes. Además, una investigación semejante estaría<br />

basada en una idea distorsionada do la naturaleza de la íntereccíén. <strong>La</strong> naturaleza y e)<br />

grado de contribuc.:ióo tanto de los factores biógenos como do los psicógcnos están inextriceblemente<br />

relacionados entro sr. Por ejemplo, las influencias biológicas no son uniformes<br />

de una situación a otra, pero varían en función de las condiciones ambientales en las que<br />

surgen. Nuestra postura. por tanto, es que ambos factoras cont:ribuyon a lodos los patrones<br />

de comport.amiento. y sus contribuciones respectivas se datnrmtnan mcdtante combinaciones<br />

de interdependencia recíprocas y cambiantes.<br />

Volvamos ahoru a la cuestión sobro cómo interactúan, exactamente, los factores biégenos<br />

y psicógenos en el desarrollo do la personalidad y la pstcopntología.<br />

<strong>En</strong> el apartado anterior examinamos varios modos en qua los factores biológicos conforman,<br />

facilitan o limitan la naturaleza de las experiencias y el aprendizaje del individuo.<br />

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Capitulo 3. Dtsarrolk> de los trasto,nos de la ¡>el'SOflalidad<br />

93<br />

Por ejemplo, individuos oon sensíbilídados biológicas distintas perciben o) mismo entamo<br />

objetivo como diferente: las personas registran distintos esumulos con intensidades varia·<br />

bles en función de su patrón único de estado de alerta o agudeza sensorial. A partir de este<br />

hecho. deberíemos ver que la experiencia por sí misma se conforma al principio del equlpamiento<br />

biológico de la persona. Además, la estructura coostituciooaJ de los individuos<br />

refuerza la probabilidad de que aprendan ciertas formas da comportamiento. Su coustltucíóo<br />

corporal. fortaleza, energfe, estructura neurológica y reacüvided del sistema autónomo<br />

no sólo influyen en los estímulos que los individuos buscarán, o a los que estarán expuestos.<br />

sino que también determinan, en grea medida. los tipos de comportamiento que con·<br />

sideran exitosos para ellos en el entorno.<br />

También debemos reconocer que la interacción entre los factores biológicos y psicológicos<br />

no es unidireccional; los determinantes biológicos no siempre preceden e influyen<br />

en el curso del aprendizaje y la experíencia. sino que el ordon do los oíeclos puede Invertirse,<br />

sobre todo en las etapas iniciales del desarrollo, Gracias a investigaciones recientes.<br />

aprendimos que la maduración biológica depende en gran medida de la experiencia ambícntal<br />

favorable. El desarrollo del sustrato biológico, por 1an10. puede alterarse, e incluso<br />

pararse por completo, si se priva de estímulos aJ organismo que está en proceso do madura·<br />

ción en períodos delicados do rápido crecimiento neurológico. El profundo efecto de estas<br />

experiencias en las capacidades biológicas es un tema oontra1 en el desarrollo do la pcrsona.lidad.<br />

Sostenemos quo la cantidad, ast como la calidad de estas experiencias tempranas<br />

constituye un aspecto crucial en el desarrollo de varios patrones patológicos do la porsonalidad.<br />

Más allá del papel crucial de estas experiencias tempranas. también opinamos que hay<br />

una interacción de carácter circular ea la que los predíspostciones biológicas iniciales en<br />

los niños pequeños suscitan reacciones contrurias por parte de los demás que acentúan sus<br />

predisposiciones. <strong>La</strong> idea de que el niño uene un papal activo eo la creación da las condtcíones<br />

ambientales y qua, a su vez, sirve como base para reforzar sus tendencias biológicas<br />

queda reflejada con claridad en esta observación que Co.maron y Margaret {1951) hicieron<br />

en su día:<br />

j<br />

3<br />

5<br />

•<br />

t<br />

i<br />

J<br />

~<br />

1<br />

o<br />

•( ... ) la apatía que caracteriza a uu niño uo roacUvo pueda privarle de muchas de las<br />

rnacciooes por pene de los demás que son esenciales para su maduroción biosocial, Su füf.<br />

1a de reacción puede desalentar a sus padres y II o1ros adulto.'>, que acaba.rán por acariciarle<br />

y hablarlo menos. y por no darlo nuevos juguetes quo dosafüm su curiosidad. Esta pobrnza<br />

del entorno sociaJ del niño hará que mantenga su pasividad y aislamiento soctej. Si un nir"lo<br />

as1 desarrolla una patología ·del oomportamiento. es probable que maniRosto una exagoración<br />

o distorslén de sus propias re.acciones caracterrsuces en forma de enlentecirníento,<br />

fatiga cró1lica o falta do socialización.•<br />

Este tesis sugiere. por tanto, que el continuo de predisposiciones biológicas, dístribuido<br />

de forma normal, que existe entre los niños pequeños se amplíe gradualmente porque las<br />

predisposiciones iniciales dan Jugar u experiencias que retroalimentan y eceutüen estas<br />

predisposiciones. Así pues. lus tendencias biológicas no sólo se perpetúen, sino que tembién<br />

se intensUicao como consecuencla de su interacción con la experiencia.<br />

El argumento segun el cual los Iectores bíégonos y pstcogenos 9.¡;-tán estrechamente interconectados<br />

no impüca que los sucesos psícégeoos no puedan ocasionar una patoloSfa de<br />

la personalidad por sí solos. Los genetistas hacen referencia al concepto de las fenocopias,<br />

es decir, la int.oracción de los genes con las caractortsticas que surgen a raíz do acontecimientas<br />

ambientales. <strong>De</strong> forma similar, las experiencias psic6genas pueden conducir a<br />

comportamientos patológicos que no so pueden distinguir de los generados por la intorac-<br />

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94<br />

<strong>Trastornos</strong> dr ta p(rsonalidad tn l;) vida modtm~<br />

ción de fuerzas biológicas y psicológicas. Los traumas personales graves. las convulsiones<br />

sociales y otras presiones más insidiosas pueden invertir el patrón normal de un individuo<br />

y ocasionar una reacción patológica. Así pues. no sólo hay excepciones en Ia regla general,<br />

sogún la cual las predisposiciones biológicas y las experiencias interactúan para conformar<br />

ol curso de la adaptación, sino que un inicio prometedor puede verse alterado por<br />

circunstancias inusuales o por desgracias.<br />

A pesar de que existen casos en los que la experiencia postertcr puedo invertir las pautas<br />

conductuales tempranas. no podemos entender estos casos por completo sin hacer re·<br />

fercncia a los antecedentes históricos de los acontecimientos que les precedieron. Afumamos<br />

que existe una continuidad intrínseca del fuuclcnemleutc de la personalidad a lo largo<br />

de toda la vida: así pues. este capítulo sigue la secuencia riel desarrollo natural. Además,<br />

sostenemos que no sólo los aconteclmlentos que tteneu lugar durante la infancia son más<br />

relevantes para la formación de la personalidad que los sucesos que se producen en etapas<br />

más tardías. sino que también los comportamientos más tardíos están relacionados de forma<br />

determinante con la experiencia temprana. A pesar de alguna ruptura ocasional y dramática<br />

en el desarrollo. se produce una continuidad secuencial y ordenada. generada por<br />

mecanismos de autoconservaci6n y refuerzo social que establecen un lazo de unión entre el<br />

pasado y el presente. <strong>En</strong> este capítulo demostramos la existencia de esta continuidad evolutiva.<br />

•<br />

I FUENTES DE APRENDIZAJE PATOGENO<br />

<strong>La</strong>s actitudes y comportamientos pueden aprenderse corno consecuencia de la ensefianza<br />

o el adoctri namíonto por parto do los progenitores. poro la mayor parlo de lo que se<br />

aprende procede de serios fortuitas do acontectmíentos casuales y de imprevist.os a los que<br />

el niño se ve expuesto. Hay que tener en cuenta que la adrni ntstracíou de recompensas y<br />

castigos suele realizarse. en la mayorfa de los casos, de forma espontánea y errática. y que<br />

las actividades cotidianas de los padres proporcionan al niño, de forma involuntaria, modelos<br />

que imitar.<br />

Estas condiciones no activan comportamientos protectores o defensivos. al contrario<br />

de Jo que ocurre con los acontcc-imicalos emociona1mente destructivos: lo único que hacen<br />

es reforzar estilos de comportamiento que son perjudiciales cuando se generalizan a otros<br />

entornos distintos a aquellos en los que se adquirieron. Los niños, cuando observan las reacciones<br />

cotidianas de sus progenitores y hermanos mayores, adoptan e imitan las raíces<br />

del comportamiento -cómo piensa la gente, cómo habla, terno, ama. soluciona problemas<br />

y so relaciona con los demás-, las aversiones, irritabilidades, actitudes, ansiedades y los<br />

esnlos de comunicación interpersonal. Los niños repiten estos complejos comportamientos<br />

sin entender su significado y sin que los progenitores hayan tonído la i.nt.onción do transmitírsolos.<br />

El refrán «practica con e] ejemplo» contiene la esencia do esta tesis. Así pues, un<br />

proganücr


capítulo J, <strong>De</strong>sarrollo de Sos trastor~ de la Pf:rsonalidad<br />

95<br />

causar confusión estén controlados:<br />

la secuencia del verdadero aprendizaje se ve complica·<br />

da por la presencia de «varíables extrañas» unidas al proceso de aprendizaje, y además está<br />

sujeta a «programas da refuerzo» muy irregulares.<br />

Una cuestión que doborta sor obvia, pa.ro qua a menudo se pese por alto o so simplífica<br />

cuando se presentan las influencias patógenas, está relacionada con lo que hemos indicado<br />

antes: la mayoría de los niños adquiere sus ideas y modelos a partir de dos progenitores,<br />

y tambíéo de uno o más hermanos. Los niños están expuestos a (y con frecuencia aprenden<br />

de) distintos, y a menudo opuestos. coajuntos de percepciones. sentimientos, actitudes,<br />

comportamientos, etc., así como a una mezcla de suposiciones sobre sí mismos y los demás.<br />

<strong>De</strong> un modo similar a lo que ocurre con la recombinación genética, en la que las predisposiciones<br />

hereditarias del niño reflejan la contribución da ambos progenitores. las experiencias<br />

y aprendizajes también reflejan la información y el entretejido al que el niño ha estado<br />

expuesto por parte de ambos progenitores. Por ejemplo, uno de los progenitores puede ha·<br />

ber sido cruel y babor expresado rechaao, mientras quo el otro puede haber sido amable y<br />

haber mostrado apoyo. El modo en que esta maula acabe por dar lugar a una forma psicológica,<br />

así como cuál será el conjunto de estas experiencias diferenciales que Ilnalrnente<br />

predeminará, dependerá da muchos otros factores. Sin embargo, cabo esperar quo cada pro·<br />

genitor afecte al uiño de una forma distinta y que la patogenia refleje una compleja interneción<br />

de os-tas experienctas combtnades. Hay que tener en cuenta que pocas experiencias son<br />

singulares en el impacto que ocasionan. ya que están moduladas por la interacción de<br />

múltiples fuerzas. pero sobro todo por la mezcla y consolidución de dos conjuntos de la·<br />

fluencias parentales.<br />

Para ilustrar el concepto de patógeno describiremos tres tipos do acontecímíentos:<br />

1. Acontecimientos que provocan una ansiedad excesiva porquo exigen una respuesta qua<br />

supera a las capacidades reales del niño o porque minan sus semímíentos do seguridad<br />

y bienestar. Cuando persisten estos sucesos. porjudicialos desdo el punto de vista<br />

emociona.l. suscitan reacciones do afrontamiento que, en última instancia. a menudo<br />

conducen al aprendizaje de estrategias defensivas generalizadas. Estas estrategias puédeo<br />

tener éxito para disminuir ciertos sentimientos de incomodidad, pero a la larga son<br />

perjudiciales para lograr un funcionamiento sano, ya que pueden aplicarse a circunstancias<br />

para las que no son apropiadas.<br />

2. Condiciones neutrales desde un punte de visto emocional que conducen al aprendizajo<br />

do comportamientos desadaptativos. Estas condiciones no activan conductas protectoras<br />

ni defensivas, al contrario do lo quo ocurro con los acontecimientos emocionalmente<br />

perjudiciales; lo único que hacen es enseñar o reforzar estilos de comportamien·<br />

to que resultan nocivos cuando so generalizan da forma inapropiada a entornos dlstíntos<br />

de aquellos en los que se adquirieron. <strong>La</strong>s raíces de estas dificultades, por tanto. no<br />

residen en el estrés, la ansiedad o los mecanismos inconscientes de defensa. sino en un<br />

simple condlctonamlento o on la imitación de patrones de conducta desadaptattvos.<br />

3. Una falta de experiencias necesarias para que pueda producirse el aprendizaje del comportamiento<br />

adaptativo. As[ pues, una falta de estímulos generales o una expertencta<br />

social mínima pueden producir insuficiencias en la adquisición de comportamientos<br />

edaptatlvos. <strong>La</strong> pura faJta de habilidades y competencias para saber dominar el entcrno<br />

es una forma de fwta de aprendizaje patológica. que puede ser tan grave como los<br />

trastornos generados por experiencias estresantes o por un aprendizaje inapropiado o<br />

desadeptatlvo.<br />

<strong>La</strong>s lnvestlgacioues y la literatura teórica sobre las fuentes patógenas no se prestan a<br />

realizar este esquema triple: tendremos que utilizar otro formato para presentar esta ínfor-<br />

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96<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrsonalldad en la vida modrrna<br />

mación. Sin embargo, es importante recordar estas distinciones cuando se lean las síguíentes<br />

páginas.<br />

<strong>La</strong> creencia de que las experiencias interpersonaJes tempranas en la familia tienen un<br />

papel decisivo en el desarrollo de la psicopatología está muy aceptada entre los profesíonalos.<br />

pero es difíci1 encontrar datos fiables e inequívocos que apoyen esta visión. Esta falta de<br />

datos no se debo a que no se hayan realizado suficientes investigaciones al respecto; más<br />

bion refleja la existencia de numerosas dificultades metodológicas y teóricas que obstaculizan<br />

un progreso en este ámbito. Por ejemplo. tal como se ha indicado en páginas anterioros,<br />

la mayoría do estos datos depende do los relatos retrospectivos sobro las experiencias<br />

tempranas, y estos datos son muy poco fiables. Los pacientes ont.revistados durante el transcurso<br />

do su enfermedad tienen tendencia a ofrecer un relato deformado y selectivo de sus<br />

relaciones con los demás; la información que se obtiene de los parientes está con frecuoncia<br />

distorsionada por sentimientos de culpabilidad, o por un deseo de descubrir elgün acontecim<br />

lento simple que baya sido eJ causante del trastorno. Asf pues, en genera), los intentos<br />

de reconstruir la comp]eja secuencia de acontecimientos que tuvo lugar años atrás. y que<br />

pueda haber contribuido al aprendizaje patológico, se enfrentan a dificultades metodológi·<br />

cas casi insuperables.<br />

A estas dificultades de procedimiento hay que añadir los problemas de la semántica<br />

conceptual y de la organización de datos; estas compJicadooes hacen que resulte difícil<br />

comparar estudios. e impiden la acumulación sistemática de un sólido conjunto de datos de<br />

investigación. Por ejemplo, lo que un investigador denomina eun progenitor frío y distan·<br />

te», otro puede calificarlo de «hostil e Indíferente»: una madre «indulgente• en un estudio<br />

puede denominarse «aprensiva• o «sobreprotectora» en otros. Además. los términos des·<br />

críptívos, como frío, sobreprotector. etc .. representan enormes catogorfas de experiencia.<br />

<strong>La</strong>s variaciones, las socucncias temporales y otras sutilezas de la interacción interpersonal<br />

se pierden o quedan borrosas cuando las experiencias se agrupan en estas cetegortas glebales.<br />

El elemento preciso de estas experiencias que ocasiona el aprendizaje de.adaptativo sigue<br />

sin conocerse con exactitud debido a que las categorías que agrupan a estas experiencias<br />

son demasiado ampl las o ínespecíñcas. Tonemos que saber con exactitud qué aspecto de la<br />

frialdad o la sobreproteccién parental es patógeno. Esperamos que estas especificaciones se<br />

puedan detallar de forma más precisa en tnvesugacíonss futuras. Hasta entonces, sin embrugo.<br />

debernos conformarnos con la naturaleza global de estas categorías de psicogénesis.<br />

<strong>En</strong> los apartados siguientes diferenciamos las fuentes de aprendizaje patológico en dos<br />

amplias categorías. <strong>La</strong> primera comprende experiencias que ejercen una influencia a lo<br />

largo de toda la secuencia evolutiva del niño (experiencias duraderos y genero/izadas). <strong>La</strong><br />

segunda categoría incluye oondiciones adversas de una duración relativamente corta que se<br />

producen en cualquier momento de la vida, pero que ejercen una profunda influencia en<br />

el desarrollo (experiencias traumáticas).<br />

Experiencias duraderas y generalizadas<br />

El entorno en el que se desarroUa el niño se caracteriza por un determinado ambiente,<br />

un modo de afn:>ntar las actividades cotidíanas y rutinarias de la vida. o un particular estilo<br />

y tono en las relaciones interpersonales. Los acontecimlentos, sentimientos y formas de<br />

comunicarse so repiten din tras dta. A diferencia de los sucesos ocasionaJes y aislados que<br />

se producen en el entamo exterior, las circunstancias de la vida familiar cotidiana tienen<br />

un efecto duradero y acumulativo cm la estructura global del apn.mdiznje del niño. <strong>En</strong> este<br />

ambiento, 9) niño establece un sentimiento básico de seguridad, imita la forma en que las<br />

personas establecen relaciones interpersonales, adquiere unas impresiones sobre cómo los<br />

demás les perciben o sobre qué opinan de eUos. desarrollan un senUmiont.o da valor perso-<br />

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C..pltvlo 3. Ocsaaolk> de los trastorrw,s de la pcrsooalidad<br />

97<br />

nal propio, y aprende a e.frontar los sentimientos y el estrés de la vida. <strong>La</strong> influencia del<br />

entorno Iarnlllar es preeminente durante todos los periodos cruciales del crecimiento. ya<br />

que es la única fuente que ejerce un efocto continuo sobre el nií\o.<br />

¿<strong>De</strong> quá fonna pueden diferenciarse estas experiencias dumderas?<br />

<strong>De</strong>bido a que e] ir y venir de la vida cottdlana consiste en un gran número de elemeutos<br />

onrremezclados de forma inextricable, cualquier subdiv'isión que pueda hacerse debe reflejar<br />

algún grado de arbitrariedad. Evitaremos caer en los errores de la simplificación etiológica<br />

si recordamos que las siguientes característlcas, separadas on cinco categorías. represcntan<br />

sólo facetas únicas do un gran número de sucesos complejos.<br />

Sentimientos y actitudes parentales<br />

El aspecto más decisivo -aunque el más difícil de evaluar- de la experiencia apeendida<br />

radica e-u hasta qué punto el niño desarrolla un sentimiento de aceptación o derecha·<br />

w por parte de sus padres. Con la excepción de los casos de abuso flagrante o de abierta<br />

desaprobación, los investigadores tienen grandes dificultados para especificar. y aún mucho<br />

más para medir, los signos de desatención parental, desafiliación y falta de afecto. A pesarde<br />

las dificultades metcdologlces a las que se enfrentan los investigadores. el niño que<br />

experimenta uno de los tres siguientes indicadores de rechazo no tiene duda do que sus<br />

progenitores no le aprecian, se burlan de él y le muestran desdén o Jo defraudan:<br />

1. Estar expuesto, durante las etapas tempranas de la vida. a padres que consideran al<br />

niño como no deseado y problemático despierta en el niño un profundo y generaliza·<br />

do sentimiento do aislamiento 1;11) un inundo hostil. Privado del apoyo y de la seguridad<br />

de un hogar. el niño pueda estar poco predlspuestc a aventurarse al mundo exterior<br />

para hacer frente a los problemas que pueda encontrar. Rechazado por sus progenitores,<br />

puede prosuponer que los demás le tratarán igual (Emde, 1989; Maccoby y Martin,<br />

1983). Como mecanismo de defensa para no experimentar más dolor. el niño puede<br />

aprender la estrategia de evitar a los demás. y usar la apatía y la indiforoncia como man·<br />

to protector para minimizar el impacto de los refuerzos negativos que espora recibir de<br />

los demás. Puede desarrollar cliferentes estrategias. en función de otros características<br />

asociadas con e] rechazo; los niños pueden imitar la ridiculización y desdén parental<br />

y aprender a enfrentarse a sus sentimientos alterados actuando de forma hostil y vengativa.<br />

Rechazado por sus padres, es muy probable que el niño espero que los dornas le rechacen<br />

también (Cicchetli y Carlson, 1989; Oodge el al .. 1984; Oornbusch et al .. 1987:<br />

Mueller y Silverman, 1989; Steinborg et al .. 1989).<br />

2. <strong>La</strong>s acutudes parentales representadas por términos como la seducción, la explotación<br />

y el engaño contribuyen a dañar la personalidad del niño. aunque es el sernimieuto de<br />

no ser un hijo deseado y de no ser amado ul que ttene el orec10 más generalizado y de~<br />

vastador (Cicchetti y Beeghly, 1987). Los niños pueden tolerar castigos bastante severos<br />

y recibir grandes contratiempos do su entorno si perciben un sentimiento básico de<br />

amor y apoyo por parta do los padres: sin esto amor y apoyo, la resístencía del níño,<br />

incluso a) más mínimo estrés, es muy baja (Billings y Moos. 1982; Lowinsohn. 1974).<br />

3. Más importante que lo hasta ahora mencionado es e) hecho de que los sentimientos y<br />

actirudes parentaJcs no tienen por quó ser los mismos, ni comunicarse do forma uniforme<br />

por parte de ambos progenitores. <strong>La</strong>s diferencias en las relaciones parentales consti<br />

tu yen la norma para lo mayoría de los niños. Un progenitor puede ser más atento y sobreprotector<br />

y el otro puede ser más hostil o indiíerente. <strong>En</strong> Cierto modo, los procesos<br />

de recombinación que se dan en la transmisión hereditaria. en los que el niño recibe la<br />

mitad de sus cromosomas de cada uno de los progenitores, se repiten también en el ple-<br />

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98<br />

Trast0


Capítulo J. OiesaHoflo dt los trastornos dt la ptrsonalidad<br />

guracíón más amplia de los factores que intervienen (Ferster, 1973;<br />

sohu, 1974; Patterson. 1977).<br />

99<br />

<strong>La</strong>zarus, 1960; Lewln-<br />

Métodos de recompensa contingentes. Algunos padres rara vez son punitivos, pero esperan<br />

que el niño despliegue ciertos comportamientos antes de alentarle o recompensarle. Los<br />

refuerzos positivos dependen de que los padres aprueben la actuación del niño. Los jóvoncs<br />

que crecen bajo estas condlclcnes tienden a ser agradables desde el punto de vista social y,<br />

mediante el aprendíze]e por imitación, tienden a recompensar a los domas, A menudo observamos,<br />

sin embargo. que parecen haber adquirido una necesidad insaciable e indiscrimi·<br />

nado de aprobación social. Por ejemplo, una chica de 15 años tenía breves períodos de<br />

profunda depresión si la gente no hacía comentarios favorables sobre su vestimenta o aspee·<br />

to. <strong>En</strong> la primera infanda había aprendido que la aprobación y afecto parentales se suscitaban<br />

sólo cuando se «vestía muy bien y estaba guapn»: para ella, que los demás no notaran<br />

que estaba atractiva implicaba rechazo y desaprobación. Parece ser, por tanto, que los<br />

métodos de recompensa contingentes condicionan a los niños a desarrollar una necesidad<br />

de aprobación excesiva: no sólo manifiestan una afabilidad social sana. sino también una<br />

dependencia del refuerzo social.<br />

Métodos incoherentes. A menudo, los métodos de control parental son irregulares. contra·<br />

dicterios y caprichosos (Maccoby y Martín, 1983: Pallerson. 1982). Es inovitabloquo se produzca<br />

cierto grado de variabilidad en el transcurso de la vida de todos los niños. pero hay<br />

padres quo muestran uoa ínccbereucie extrema en sus normas y expectativas y un elevado<br />

grado de imprevísíbllídad en la aplicación de castigos y recompensas. Los jóvenes oxpuestos<br />

a este entorno caótico y caprichoso no pueden aprender de forma coherente y no pueden<br />

elaborar estrategias para el comportamiento adaptativo que no sean conflictivas; sea<br />

cual sea el comportamiento que t.engan los hijos. los padres pueden anularlos con una reacción<br />

ímpredecible.<br />

Para evitar el suspense y la ansiedad que producen las rcacx:ioues ímpredeclblos, algunos<br />

niños pueden acabar inmovilizándose y estando en un constante estado de alerta.<br />

Otros imitan y adoptan las conductas a las que han estado expuestos y se caracterizan por su<br />

propia ambívalancta y su tendencia a dudar entre una actuación y otra. y a oscilar de un sentimiento<br />

a otro. Sabemos que los refuerzos intermitentes dan lugar a patrones de conducta<br />

difíciles do extinguir: as! pues. la inmovilidad o le ambivalencia de estos jóvenes pueden<br />

perdurar mucho tiempo después de que su entorno se haya vuelto uniforme y predecible.<br />

Métodos protectores. Algunos padres restringen tanto las experiencias a las que sus hijos<br />

están expuestos que estos nií\os no coustgueu aprender siquiera las herramientas básicas<br />

j para desarrollar comportamientos autónomos (Baumrind, 1967: e.e. Lewis. 1981). <strong>La</strong>s ma-<br />

§ dre-s sobrsprotectoras, dominadas por la preocupaclén de que sus bhos sean demasiado frá-<br />

1 giles o de que sean incapaces de cuidarse por sf solos o de realizar ajustes sensatos por su<br />

1<br />

cuenta. no sólo consiguen impedir el desarrollo do competenctas normales, sino que, de forma<br />

indirecta, comunican a sus hijos el ssntlmíento da que son inferiores y frágiles. Estos nii<br />

ños, al observar su falta do adecuación real. vertñcnn que son débiles. ineptos y depend.ien-<br />

1<br />

les de los demás (<strong>Millon</strong>, 1981: <strong>Millon</strong> y Davis, 1996; Parknr. 1983). Como resultado, no<br />

sólo se ha enseñado a estos niños a tener deficiencias on cuanto a los comportamientos<br />

adaptativos e independientes, sino que también han aprendido a verse a sí mismos corno<br />

seres inferiores y a tener un miedo progresivo a aban.donar ol útero materno protoctor.<br />

i<br />

Métodos indulgentes. Los padres demasiado permisivos, descuidados o indisciplinados<br />

o permiten a sus hijos que exploren a su antojo y qua impongan todos sus caprichos. Estos pe-<br />

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100<br />

Trasromos de la p,erson~lidad t.n la vida modema<br />

dres no consiguen controlar a sus hijos y, median le su propia faha de disciplina, proporcionan<br />

un modelo que fortalece aún más la irresponsabilidad de los niños. Al no sentirse limitados<br />

por ningún tipo de control parental y carecer de la guío qua proporcionan las recompensas<br />

selectivas, estos jóvenes crecen mostrando la falta de consideración y, a menudo, Jo<br />

tiranía propia de los niños índtsclpltnedos. Como durante mucho tiompo siempre se han<br />

salido con la suya, tienden a ser explotadores, exigentes, poco cooperadores y antisocial·<br />

mente agresivos. A no ser que se les apliquen fuerzas disciplinarias externas, estos jóvenes<br />

pueden seguir manteniendo sus hábitos y convertirse en miembros Irresponsables de la<br />

sociedad (<strong>Millon</strong>, 1969; MiUon et al., 1999).<br />

Estilos familiares de comunicación<br />

<strong>La</strong>. capacidad dol ser humano para simbolizar la experiencia le permite comunicarse de<br />

forma más lntrincada y compleja que las especies inferiores. Al haberse liberado da los<br />

mecanismos simples del comportamiento instintivo y ser capaz de trascender los aspectos<br />

tangibles do nuestro mundo objetivo. el ser humano tiene capacidad de abstracción y puede<br />

extraer elementos del pasado y proyectarlos hacia el futuro. <strong>La</strong>s unidades simbólicas y<br />

la sintaxis do nuestro lenguaje nos proporcionan un instrumento poderoso para ol pansamiento<br />

y la comunicación.<br />

Cada fa.miJia construye su propio esnlo de comunicación, su propio patrón para escuchar<br />

y prestar atención. y su propia forma de elaborar pensamientos y comunicárselos a<br />

los demás. Los estilos de comunicación interpersonal a los que el niño está expuesto sir·<br />

ven de modelo para prestar atención, organizar y reaccionar a los expresiones. pensamíentos<br />

y sentimientos de los demás. Si este marco para el aprendizaje de la comunicación interpersonal<br />

no es racional ni recíproco, el niño no estará bien preparado para funcionar de<br />

forma eficaz con los demás. Así pues. las capacidades simbólicas que permiten a los seres<br />

humanos trascender a su entorno con tanto éxito pueden prestarse a graves confusiones y<br />

a infomrnciones erróneas; este poderoso Instrumento para facilitar la comunicación con<br />

los demás puede convertirse en una herramienta para minar las relaciones sociales. Aunque<br />

las ideas ilógicas. las reaociones irracionales y las verbali.zaciones extrañas surgen a menudo<br />

debido a un estrés extremo. podernos encontrar sus rafcos con la misma frecuencia en<br />

la oxposicióo a estilos deficientes de comunicación familiar (CampbclJ. 1973; Mash y<br />

Iobnstcn, 1982: J.R. Morrison, 1980; Tizard y Hodgss. 1978).<br />

Numerosos investigadores han explorado los efectos de los patrones amorfos, fragmentados<br />

y confusos de comunicecléu familiar (Bateson et al., 1956; Lidz et al .. 1958; Lu,<br />

1962; Slnger y Wynne. 1965). <strong>En</strong> ciertas familias se presta atención a los mensajes de una<br />

forma vago, errálica o eccescr¡e. con la consiguiente disyuntiva y pérdida de concentra·<br />

ción; pero además, cuando sí se presta atención. estos mensajes suelen transmitir significados<br />

equívocos o contradictortos. <strong>La</strong> transmisión de significados y sentimientos ambivalentes<br />

u opuestos produce lo que Bateson denomina doble lazo. Por ejemplo. un niño<br />

de 10 años seriameute perturbado oía una y otra vez la imploración de su madre, igual·<br />

mento perturbada, que le decía con tono hostil: «Ven aquí al lado de tu madre: mamá te<br />

quiere y quiere abrazarte y estrujarte. abrazarte y estrujarte», <strong>La</strong> naturaleza íntrfnsocamente<br />

contradictoria de estos mensajes tipo dilema imposibilitan una reaccién sausfactoria:<br />

la persona a quien va dirigido el mensaje no puede responder sin ontrar on ccnñícto<br />

con un aspecto del mensaje: está «condenado si hace caso y condonado si no lo hace».<br />

Cuando un joven está expuesto a este tipo de coutradiccionos en Jo comuntcaclén, los<br />

cimientos sobre los que se basa la realidad se vuelven cada vez más precarios (Roíd et<br />

al .• 1982; Reiss, 1981). Para evitar la confusión, el niño aprende a distorsionar y nogar<br />

estas señales conflictivas: pero en esta maniobra defensiva sucumbe aún más en el pensa-<br />

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Capitulo J. <strong>De</strong>sarrollo de los trastornos de la petSOnali


102<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrs.onaltdad en la vid;, modcma<br />

Estructura familiar<br />

<strong>La</strong> composición formal de la familia a menudo establece el marco de aprendiz .. ajo de acütudes<br />

y relaciones patógeoas (Clauseu, 1966).<br />

Modelos deficientes. <strong>La</strong> falta do figuras adultas significativas en la família puede privar a<br />

los niños de la oportunidad de adquirir. mediante la imitación. muchos de los patrones<br />

complejos de ccmportamieutc neceserios para la vida adulta (Emery.1982: Ferrl. 1976; Mi­<br />

Uon. 1987). Los padres que proporcíonnn modelos de imitación no deseables. como mínimo<br />

lo que hacen es proporcionar algunas directrices para las intrincadas concesiooes mutuas<br />

que caracterizan las relacionas humanas.<br />

El déficit más gravo suele ser la ausencia de un modelo parental del mismo sexo [Hetherington<br />

et al., ·1992). <strong>La</strong> frocuonte nusencia de padres en los hogares pobres, o las preocupaciones<br />

vocacionales do los padres en las familias ricas a menudo tienen como consecuencia<br />

la ausencia de un sentimiento maduro de identidad masculina en los hijos, que parecen<br />

no tener objetivos ni comportamientos claros que les puedan orientaron sus vidas adultas.<br />

Discordia familiar. Los niños sujetos a constantes riñas y reproches están expuestos a modelos<br />

destructivos para el aprendizaje por imitación. y también S& enfrentan a influencias<br />

inquietantes que pueden resultar en comportamientos patológicos [Crockenberg. 1985;<br />

Cummings et al .. 1989: <strong>Millon</strong>, 1987; Rutter y Giller. 1983). <strong>La</strong> estabihdad on la vida, un os·<br />

pecto muy necesario para la adquisición de un patrón coherente de conducta y pensamiento,<br />

se hace añicos cuando imperan las trifulcas domésticas y las fuertes coutrcversias.<br />

Existe 01 miedo continuo de que uno de los progenitores pida el divorcio; la falta de acuerdo<br />

suelo conducir a que un progenitor minusvalore al otro: en la familia se respira sin cesar<br />

un aire de desconfianza que despierta recelos y ansiedades. y surge una competición<br />

crudo y cruel por la lealtad y el afecto do los hijos. <strong>En</strong> estos ambientes famillares, los niños<br />

se convierten en chivos expiatorios. sujetos al desplezamíemo de las hostilidades parentales<br />

(Hetherington. 1972). Al verse arrastrado una y otra vez al campo de batalla de los padres,<br />

el niño pierde el sentimiento de seguridad y estabilidad, y puede estar sujeto o una<br />

hostilidad caprichosa y a un conjunte de modelos do comportamiento conflictivos y dos·<br />

tructívos.<br />

Rivalidad entre hermanos. <strong>La</strong>s relaciones entre hermanos suelen pasarse por alto como<br />

elemento importante en la configuración de tui patrón de competición entre compañeros o<br />

amigos (Circirelli, 1962; Dunn y Kendrick, 1981; Wagner et al., 1979). <strong>La</strong> presencia de dos<br />

o más hijos en la familia requiere que los padres dividan su atención y aprobación. Cuando<br />

se muestra un cariño desproporcionado por uno de los hijos. o cuando un recién nacido<br />

suplanta al hermano más mayor, que hasta ese momento recibía todo el cariño, germinan<br />

las semillas del descontento y lo. rivalidad, y so genera una intensa hostilidad. Como la host.il<br />

lded no consigue eliminar al intruso. y en lugar do propiciar la otencíén que el niño busca,<br />

genera la desaprobacíon parental, el niño agraviado a menudo muestra eomportarnientos<br />

regresivos o infanulos, como por ejemplo hablar como un niño pequeño u orinarse en la<br />

cama. Si con estos métodos consigue recuperar la atención parental, se estará reforzando<br />

al niño, mediante al apreodizaje Instrumental, para que siga usando estas técnicas infantílt1s.<br />

Con mucha frecuencia. sin embargo. los esfuerzos por alterar las preferencias de los progenitores<br />

suelen tener un fracaso estrepitoso, y el nlño seguirá experimentando un gran resenttmiento<br />

y un sentimiento do gran inseguridad. Estas personas, en etapas posteriores<br />

de la vida, suelen mostrar desconñanza hacia el afecto por temor a que aquellos que Jo expresan<br />

sean tao volubles como lo fueron sus padres. Tarobíén puede ocurrir que la intensa<br />

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Capitulo 3. Ocsarrono de los troMomos de la PM,Ort.tlidad<br />

103<br />

hostilidad que sintieron hacia sus hermanos persista y se generalice en forma de scntimicn·<br />

tos de envidia y agresividad hacia otros ecompetldorese.<br />

El orden de nacimiento. Es plausible que el orden de nacimiento de un niño en la Iarrulie<br />

esté relacionado con el tipo do problemas a los que so enfrente y con la clase de estrategias<br />

que adopte. Por ejemplo. el hijo mayor, que on su día fue el centro do la atención pamntal.<br />

experimenta una serio do desplazamientos a medida quo nacen más hermanos; esto puede<br />

generar una expectativa generalizada de que «lo bueno dura poco». Sin embargo. para<br />

contrarrestar esta experiencia negativa, puedo verse alentado a adquirir las habilidades do<br />

la autonomía y el liderazgo, y tener más propensión a identificarse con modelos adultos y.<br />

por tanto, aprender a enfrentarse a las complicaciones do la vida de forma más eñcaz quo<br />

sus hermanos. menos maduros. El hijo menor, aunque sea más mimado y los padres sean<br />

más indulgentes con 61, y reciba ol afecto y los privilegios propios do sor el bebé do la familia.<br />

tiene más probabilidades do fracasar a la hora de adquirir las competencias necesarias<br />

para el comportamiento autónomo. Suelo tener más propensión a la dependencia y proferir<br />

evitar la competitividad; la mayor incidencia de trastornos mentales entro los hijos menores<br />

apoya estas interpretaciones (Dohrenwend y Dohrcnwend, 1976). Los hijos únicos<br />

tienen un especial poder de recuperación ante dificultades graves de índole emocional.<br />

Puede que esto refleje su estatus especial en la familia. como receptor ünico do la atención.<br />

aprobación y afecto parentales. Con esta confianze y sentimiento de valía personal como<br />

base, el niño puede aventurarse en la sociedad con seguridad en sf mismo y convencido<br />

do que será tan bien recibido en ella como loba sido en el seno de su familia. A pesar de<br />

este sólido comienzo, el n.iño no está bien preparado para afrontar las concesiones mutuas<br />

necesarias en las relaciones entre compañeros, porque no ha experimentado la competen·<br />

cío ni el acto de compartir que tiene lugar entre hermanos.<br />

Podemos especificar muchas otras ceracterrsncas del entorno familiar y sus probables<br />

efectos sobre el aprendizaje, algunas do ollas referentes a olemontos estructurales (p. oj .. et<br />

sexo do los hermanos y la presencia ele hermanos problemáticos) y algunos de los roles<br />

que asumen los miembros do la familia (p. ej., las madres dominantes o seductoras, los padros<br />

madecuados o afeminados). Sin embargo. enumerar todos esos sucesos y relaciones sft.<br />

ría un proceso demasiado exhaustivo paro la tarea que nos ocupa. <strong>En</strong> capüulos posteriores<br />

abordaremos varios de estos elementos. cuando presentemos las característícns de las hístorias<br />

experienciales,<br />

Experiencias traumáticas<br />

Existe la creencia, atribuible en gran medida a la popularización de la psicología en<br />

nuestra literatura y en los medios de comunicación, de que la mayoría de les formas de<br />

pstcopatologta tienen su origen en una única y muy grave experiencie. y que los restduos<br />

ocultos da esa experiencia son los responsables del trastorno. Los primeros escrttos<br />

do Freud dieron fmpetu a esta idea y la apoyaron, pero más tarde, en una obra pos·<br />

terior dijo lo contrario, cuando supo que el hecho de que los pacientes refirieran que ha·<br />

bían tenido una experiencln traumática. a menudo ora fruto de invenciones imaginativas<br />

sobre su pasado. El pensamiento actual en esto campo sugiere que los comportamientos<br />

más patológicos so adquieren de forma gradual medianto experiencias do aprendizaje re·<br />

petitivas.<br />

A pesar do la importancia del papel que tienen las experiencias duraderas y geueralízadas<br />

a lo hora de moldear Jo mayoría de Los patrones patológicos, hoy ocasiones en las<br />

que un suceso doloroso en concreto puede destrozar la ecuanimidad del individuo y sumergirlo<br />

en una actitud que quedo arraigada con fuerza y es difícil de eliminar. Una experien-<br />

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104<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrsooalidad en la vida moderna<br />

cia aterradora. se trate o no de un abuso, o un acont.ecimicnto social especialmente vergonzoso<br />

o humillante constituyen ejemplos que pueden dar lugar a la actitud persistente.<br />

E1 impacto de estos acontecimientos puede sor muy grave en ol caso do los niños pequeños,<br />

porque no están preparados para ellos y carecen de Ia perspecUva que proporcionan<br />

las experiencias previas. que podrían servir de contexto para moderar sus efectos<br />

(Ficld. 1985: Gannczy. 1986; Weissman y Paykel, 1974). Si la primera exposición que tiene<br />

un niño a un determinado Upo de experiencias resulta ser un acontecimiento traumático,<br />

la actitud que aprenderá como reacción a ese suceso puede entrometerse o matizar todos<br />

los sucesos de este tipo que se produzcan posteriormente. Así pues, un adolescente cuya<br />

primora experiencia sexual haya tenido como consecuencia unos devastadores sentimientos<br />

de culpabilidad. inadecuación o humillación puede arrostrar esos sentimientos mucho<br />

tiempo después do que el sucoso haya ocurrido.<br />

Lo qua se aprendo a rafz do un acontecimiento traumático perdura por dos motivos<br />

principales. <strong>En</strong> primor lugar, en respuesta a Ja mayoría de situaciones generadoras de mucha<br />

angustia o ansiedad. tiene lugar una gran activación neuronal. Puedan producirse muchas<br />

conexiones neuronales en relación con ese suceso; cuanta más actividad neuronal se<br />

produzca, más profunda y generalizada será la reacción aprendida, y mayor dificultad habrá<br />

para eliminar lo que se ha aprendido. Eu segundo lugar. cuando 59 experimenta un fuerte<br />

estrés. e menudo dism..inuyo la capacidad de realizar discrimínactones precisas respecte<br />

al entorno: como consecuencia. el individuo trawnatizado generaliza su reacción emocional<br />

a varios objetos y personas que sólo se relacionaron con la fuente traumática de manera<br />

fortuita. Por ejemplo, un niño herido en un accidente de tráfico puede desarrollar una reacción<br />

do temor no sólo a los coches. sino también a todas las tapicerías de color rojo (el color<br />

del asiento del ooche en el que iba sentado cuando se produjo e) accidente). a los hombres<br />

con chaquetas blancas (el color de la bata del médico que le atendió tras el accidente), etc.<br />

<strong>De</strong>bido a la naturaleza, en apariencia ilógico, de estos temores (lo dificultad de saber que su<br />

origen está relacionado con el accidente) no son fáciles de analizar de forma racional y a1<br />

individuo le resulta dificil desaprenderlos.<br />

A pesar de la gravedad y persistencia de los efectos de ciertos sucesos traumáticos,<br />

tienden a ser específicos en cuanto al osUmulo. es decir. so limitan a las circunstancias<br />

que resultan muy stmllares a la situación en la que se produjo el ostímulo y se aprendieron<br />

esas reacciones por primera vez, Sin embargo, en ciertos casos, estas experiencias pueden<br />

desencadenar una serie de reacciones y acontecimientos que establecen tendencias patológicas<br />

generalizadas. <strong>En</strong> el siguiente apartado veremos que los circunstancias del aprendízuje<br />

temprano, sea cual sea su naturaleza. pueden perdurar mucho tiempo después de que<br />

el suceso que las provocó forme parte ya del pasado.<br />

Comentario: nos hemos tomado la Libertad en este apartado de unir varias de las distintas<br />

nociones y hallazgos que los teóricos han usado para identificar las principales fuentes<br />

psicógenas de la patología de la personalidad: sólo hemos comentado de forma breve la idoneidad<br />

de estos datos o los métodos utilizados para obtenerlos. Nuestra exposición no sería<br />

adecuada si no evaluáramos. aunque sea oon brevedad, la solidez de las pruebas.<br />

Los psicólogos de todas las tendencias teóricas comparten la visión de que el marco y<br />

los acontecimientos concretos de la experiencia temprana tienen un papel decisivo en la<br />

determinaclén de la personalidad. Pero ¿dónde están los datos claros, las pruebas inequívocas<br />

provenientes de unas investigaciones bien diseñadas y ejecutadas? Por desgracia. no<br />

díspcnemos de estos datos. <strong>La</strong> mayoría de las investigaciones eu este campo ueoec errores<br />

molodológícos. cuentan con muestras do población sesgadas. con pocas tOCnic;:as de evalúación.<br />

categorías diagnósticas poco fiables y, lo más importante, no incluyan grupos do controJ<br />

adecuados a través de los cuales se puedan hacer ev-aluacionos comparativas. S.in controles,<br />

por ejemplo, es imposible determinar si a una actitud parental específica, procedí­<br />

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capftulo 3. Oesal"f'Ollo ee los tr1stornos ee la pttS,Onalidad<br />

105<br />

miento de enseñanza o acontecimiento traumétíco que se está investigando se le puede eslgnar<br />

la importancia que se le atribuye.<br />

Existen hallazgos desconcertantes que nos muestran que no hay diferencias slgnlfícalivas<br />

respecto a las experiencias infantiles perjudiciales entr,¡ los hombres normales y los<br />

paciontos psíqutamcos. So sabe. además, que muchos adultos que han pasado su infancia y<br />

crecido en entornos aparentemente devastadores sobreviven y Uenen un gran éxito en la<br />

vida. mientras que adultos que crecieron en entornos que podían considerarse ideales. a<br />

menudo se deterioran y acaban mostrando patrones patológicos graves. <strong>La</strong> combinación<br />

de factores y la secuencia de acontecimientos implicados en la aparición de le patología son<br />

tremendamente complejas y difíciles de desenmorañar. A no ser que futuras líneas de in ves·<br />

tigación se basen en premisas sólidas y se lleven a cabo con un extremo cuidado metodológico.<br />

los investigadores seguirán avanzando en cCrculos. confirmando sólo lo que sus in·<br />

geouos prejuicios les indinan a hallar.<br />

<strong>La</strong> importancia de los estudios bien razonados y diseñados se hace muy evidente en<br />

la investigación de las fuentes pslCógenas de la patología de la personalidad: pocos estudios<br />

del pasado han cumplido los criterios bésíoos de una buena investigación. <strong>En</strong> este apartado<br />

minimizamos las referencias a estudios específicos para no inducir al lector a creer que<br />

existen datos provenientes de investigaciones bien diseñadas que apoyan las ideas que ex·<br />

ponemos. EJ lector debe considerar estas nociones como propuestas que se confinnarán o<br />

dejarán de confirmar mediante futuras invesligaciones.<br />

ÉNFASIS EN LA lNVESTJGACIÓN<br />

Trastorno por di'ficit dP atención con hiperactividad (TDAH). trastorno<br />

negalivisla desafiante (TND). trastorno disocia/ (TDJ y trastorno<br />

de personclidod antisocial de adulto (TPAA)<br />

t s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

~<br />

1<br />

o<br />

UN FACTOR DE RIESGO ESPECIAL<br />

Parece haber un Imponante subgrupo dentro de la cohorte dt inicie en la infancia que presenta<br />

un riesgo especial para desarroñar problemas en la edad adulta. Aunque las bases teóricas de la retación<br />

entre TOAH, TNO. TO en la infanria y TPM no están ciaras, hay una base empírica sólida que la<br />

sugiere. <strong>La</strong>heyy toeber (1997), recurnendo a 30 años de literatura empírica sobre estas retaciones,<br />

citan varias líneas de inv'1tigación que ayudan a explicar las conexiones entre los trastornos de la<br />

infanda y el comportamiento antisocial en la edad adulta. El primer hallazgo es que los niños con<br />

TDAH tienen mas probabilidades de mostrar un comportamiento antisocial en la adolescencia y la<br />

edad adulta que los niños sin TOAH. El sequndo implica ti relativamente pobre pronóstico para los<br />

niños con TDAH y TO conccnentes, los que tienen criterios para ambos tienen tasas mas altas de TO<br />

que aqueuos con TO solo. Hay un conocimiento más escaso sobre la forma en que el TNO se relaciona<br />

con el TO y el comportamiento antisocial adulto, pero algunas evidencias preliminares s.ugieren que<br />

esta mas estrechamente ligado que el TOAH.<br />

Sin embargo, obtener otras conclusrones resutta complicado. Por ejemplo, lahty y loeber citan<br />

dos estudios que no sostienee la hipótesis de que los niños. con TDAH en ausencia de TO prestnten<br />

riesgo de desarrollar un comportamiento antisocial en ti futuro (toeber, 1988; Magnusson y Bergman,<br />

1990) y tres esruoos que si lo nacen (G,ttdman et al .. 1985; tambert, 1988; Mannuna et aí, 1991).<br />

toeber et al. (2000) propone que mientras el TND y ti TO parecen situar a los aeolesceetes en rits90<br />

de desarrollar divtrsos trastornos subsecuentes. parece haber una seceeooa modal; a sabc::r. el TNO<br />

suele ser un precvrsor del TO, que a su vez puede ser precursor de un TPM.<br />

(C'OlltinuoJ<br />

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106<br />

T rastomos de la ptrsonalidad en la vida modtma<br />

ÉNFASIS EN LA INVESTIGACIÓN (continuación/<br />

Gran parte de esta investigación está plagada de cuestiones metodológicas que hacen mterpreraciones<br />

claras de hallazgos complicados. Es fácil imaginar 1os problemas que surgen en la investigación<br />

del desarrollo. Uno es la cuestión de las muestras longitudinales frente a las transvecsales. Si se<br />

intenta determinar la naturaleza del desarrollo de un trastorno (p. ej., ¿un niño con TOAH v TO se<br />

convierte en un adulto con TPAAn. tiene sentido hacer un seguimiento de las mismas personas desee<br />

la infancia, a través de ta adolescencia y en la edad adulta. Una investigación de este tipo es muy<br />

costosa y se confunde con criterios diagnóstiros en evolución. A través de las diV(r'Sas ediciones del<br />

OSM, los cntenos para todos estos diagnósticos se han modificado considerablemente junto con los<br />

cambos en la prevalencia de cada trastorno. As.í, un niflo con una serie de síntomas puede acogerse:<br />

a los criterios para TND un ai\o, pr:ro a causa del cambio de criterios en una nueva edición del OSM,<br />

tres años después. con la misma constelación de síntomas. ti o ella no encaja en los criterios de TNO.<br />

Esto convieftt: la inte.rpfet.aciótl de resuttados de y entre estudios en un tema dificil.<br />

I CONTINUIDAD DE LOS APRENDIZAJES TEMPRANOS<br />

<strong>En</strong> apartados anteriores hemos tndícado que las expertenclas de In infancia son eructeles<br />

para dar forma a los patrones de conduela qua durarán toda la vida. Para apoyar asta noción.<br />

hemos elaborado varias circunstancias en la crianza, durante las primeras etapas de la<br />

vida. y sus consecuencias. lndicamos, en primer lugar. el impacto que tiene la cantidad de<br />

estimulación en la maduración y. en segundo lugar. el efecto de tipos concretos de experiencias<br />

sobre el aprendizaje de comportamientos y actitudes complejos. Aunque pocos teóricos<br />

del ámbito de la pslCopatologia estarían en contra de le primordial importancia que<br />

hemos atribuido a la experiencia temprana. pueden diferir entre ellos sobre por qué estas<br />

experiencias son importantes y también sobre cómo desempeñan con exactitud este importanto<br />

papel en la conducta posterior.<br />

<strong>La</strong> experiencia temprana debería sor más importante que las experiencias posteriores.<br />

A lo largo do la historia evolutiva, las primeras etapas do la vida han sido una prepara·<br />

ción para la vida posterior. Hasta haco poco. y excepto en momentos de cataclismos medíoambientales,<br />

todas las especies han vivido en los mismos entornos ecológicos a lo lar·<br />

go de su historia. Bajo estas condiciones. las experiencias de la vida temprana proporc¡ooan<br />

una oportunidad para que al organismo joven adquiera las sensibilidades y los comportamientos<br />

que Je permitirán funcionar de forma más adecuada en su ambiente. Aprende<br />

a conocer los elementos de su hábitat y a diferenciar los componentes gratificantes de<br />

los peligrosos. Aprende o imitar el comportamiento de sus podres y. como consecuencia.<br />

adquiere métodos y competencias que, de otro modo. tardaría mucho más tiempo en desarrollar.<br />

<strong>La</strong> importancia del aprendizaje temprano no puede exagerarse en los casos de las especies<br />

que siguen viviendo en los mismos entornos en que habían vivido sus antepasados.<br />

Hasta hace poco, esta continuidad también existía para los humanos. Asf pues. si el padre<br />

de un niño ora agricultor. ol hijo aprendía con rapidez cómo funcionar en un entorno don·<br />

de cultivar la tierra era una ocupación primaria e importante, Si la madre de una níña se en·<br />

cargaba de cuidar a sus bijas y de ocuparse do las tareas do) hogar, la nlña observaba e imitaba<br />

los comportamientos y actitudes de los padres. <strong>En</strong> los tiempos en los que esto era ast,<br />

es muy probable quo el ambiente da la vecindad (sus valores, creencias y costumbres) fuera<br />

el mismo quo el do sus ancestros. <strong>De</strong> forma similar. estas acutudes eran las mismas que<br />

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Capítulo 3. <strong>De</strong>sarrollo dt los ttastomos de la personalidad<br />

107<br />

la persona compartía con el resto de la comunidad cuando alcanzaba la edad adulta y, con<br />

el tiempo, las mismas que sus hijos también exporimentarf.an.<br />

<strong>La</strong> primera infancia y la niñez preparan bien a los niños pam la vida adulto, quizá demasiado<br />

bien. <strong>En</strong> el siglo pasado empezaron a surgir problemas debido a cambios amblentalos<br />

y culturalos radicales. que alteraron las costumbres y la continuidad que existía entre<br />

los valores familiares y socíales del pasado y el presente. Esta brusca ruptura entre lo que<br />

puede haberse aprendido durante la infanda y la situación a la que un individuo tendrá que<br />

enfrentarse cuando sea adulto explica, en parte, muchos de los problemas relacíonados con<br />

la personalidad que observamos hoy en día. Durante la infancia y en la etapa eu la que dan<br />

sus primeros pasos. cada niño aprende una serie de pensamientos, sentimieotos y comportamíentos<br />

que retiene durante toda la infancia y hasta la edad adulta. Esta continuidad era<br />

muy útil para los niños en el pasado porque los patrones de la vida adulta se habían arraigado<br />

muy bien durante la infancia. <strong>En</strong> décadas recientes, sin embargo. los aprendizajes do<br />

la infancia no suelen servir o ser apropiados cuando el individuo ya os adulto y los aplica<br />

a la familia, los vecinos y la sociedad en la quo vive. Los niños que han aprendido a temer<br />

la humillación y a unos padres despectivos llevan consigo lo que han aprendido cuando OS·<br />

tablecen nuevas relaciones que pueden ser distintas por completo a las que han tenido durant.e<br />

su infancia. Sus comportamientos de aversión puedo que ya no sean aplicables ni<br />

apropiados, pero aun nst perdurarán y generarán nuevas dificultades debido a esta conunuidad<br />

entre los aprendizajes del pasado y el presente. Los psicoanalistas denominan o esta<br />

perdurabilidad de los comportamientos aprendidos a edades tempranas que so manifiesta<br />

on el presente como tronsferencio, y los conductistas la denominan generalización, qua<br />

subyace a muchos de los problemas a los que consideramos trastornos do la personalidad.<br />

<strong>En</strong> la actualidad, estamos en una sociedad en lo que hoy pocas constantes que perduren.<br />

donde los valores y las costumbras entran en conflicto, y donde los estilos de íntcrnccíou<br />

humana del presente probablemente cambiarán mañana. Vemos cómo surge un nuevo<br />

estilo de personalidad muy inestable y desesrrucruradc que con Irecueucie hoy en día recibo<br />

al diagnóstico de trastorno lúnitc de la personalidad. Ea estos adultos encontramos el<br />

reflejo de las costumbres y creencias cambiantes y contradictorias de la sociedad contemporánea.<br />

Este nuevo patrón do adaptación iníunlil deja incapaz a la persona de encontrar<br />

el «centro» de sí misma. Estas personas han aprendido a no demostrar coherencia y continuidad<br />

en sus comportamientos. pensamientos. sentimientos y, sobre todo. en la forma de<br />

relacionarse con los demás. <strong>En</strong> otro apartado de este capítulo nos centrare.mas más a fondo<br />

en estos patronos culturales inestables y contradictorios. Do formo similar, hablaremos del<br />

impacto de la falta de continuidad de la experíencia como factor clave para que se origine<br />

el l rastornc Límite de la personalidad.<br />

Como hemos planteado en anteriores apartados. ¿os ol impacto de la expertencla temprana<br />

una cousecnencla de las susceptibilidades del niño durante las etapas delicadas do la<br />

maduración? Es decir, ;.son las experiencias tempranas más importantes que las que se pro·<br />

ducen en etapas posteríorest, porque el niño, al estar en desarrollo, es más plasuco e imprestcueble<br />

qua el adulto, que ya ha madurado por completo. ¿Pueden encontrarse otras raza·<br />

nes para explicar el estatus especial de importancia que se asigna a la axperioncia temprana<br />

en la coofonnación de] comportamiento?<br />

Se ofrecen otras interprotaciono-s alternativas. Algunos afirman que las lufluencías comunes<br />

un niños y adultos surgen más o menudo durante la infancia; es decir, que no hay<br />

nada disuntlvc sobre lo Infancia excepto la frecuencia con la que ocurren ciertas expericncías.<br />

Si estos acontecimientos fueran igual do Irecueutes durante la edad adulta, no hay motivos<br />

para ercer que afectnrínn menos o los adultos de lo que afectan a los niños. Otros afirman<br />

que la diferencia se basa en que el impacto de los acontecimientos en los niños es<br />

más intenso que en los adultos porque tienen menos habilidades para afrontar retos y ame·<br />

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108<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida mod(rna<br />

nazas. Una hipótesis sim.iJar sugtere que la importancia do la experiencia infantil radica en<br />

la primacía, es decir, el hecho de que el primer suceso de un conjunto de sucesos similares<br />

tendrá un efecto o impacto mayor qua los posteriores, Según este punto do vista, un suceso<br />

que se experimenta por primera vez en la edad adulta tendrá el mismo efecto en un adulto que<br />

el que tiene un primer suceso en un niño. Estos teóricos indicen, stn embargo, que es más P*<br />

bable que la primera de una serio do experiencias similares se produzca durante la infancia.<br />

Parece incuestionable que el estatus especial de la experiencia temprana puede atribuirse<br />

eo parte al simple hecho de la frecuencia y de que se trate de una primero oxperienele:<br />

los acontecimientos que so producen en primer lugar o más a menudo tienen relación<br />

con lo quo O(:urrirá más larde y. por tanto, justifican que les asignemos un valor de ímpacto<br />

especial. <strong>La</strong> pregunta sigue siendo, no obstante, si la frecuencia y el hecho de que se trata<br />

de una primera experiencia son dos aspectos que por sf solos bastan para explicar la ímpo:rtancia<br />

inusual qua se atribuye a las experiencias infantiles.<br />

Le aceptación del papo) que desempeñan estos dos factores no excluye que se realicen<br />

hipótesis adicionales que asignen a los niños vulnorabi lidades o sensibilidades inusualc-s.<br />

No existe un conflicto fundamental entre estas visiones; cada factor, la primera experiencia.<br />

la frecuencia y la sensibiJidad biológica pueden operar de forma c-onjunta sin que<br />

disminuyan sus singulares efectos. Más adelante expondremos cómo estas distintas influencias<br />

se interrelacionan y otorgan a las experiencias tempranas su papel especial.<br />

Esto apartado se centro en la idea de continuidad en el comportamiento porque la importancia<br />

de la experiencia temprana no radica tanto en la intensidad de su impacto como<br />

en su duración y persistencia. <strong>La</strong>s experiencias durante las primeros etapas de la vida no<br />

sólo se arraigan do íonna más generalizada y enérgica, sino que sus efectos tienden a persistir<br />

y son más difíciles de modificar que las experiencias que se producen en etapas posteriores.<br />

Por ejemplo. los acontecimientos tempranos se producen a W1 nivel presimbóllco y<br />

no pueden recordarse o desaprenderse con facilidad. Con Irecuencía se ven reforzados debido<br />

a las limitadas oportunidades que tiene el niño para aprender alternativas; tienden a<br />

repetirse y perpetuarse mediante el propio comportamiento del niño. Así pues, son varios<br />

los motivos qua hacen que la conHnuidad en la conducta (un esulo coherente de sentir,<br />

pensar y relacionarse con el mundo), que en las etapas tempranas de la vida se arraigó con<br />

fuerza. perdure a lo largo de <strong>La</strong> edad adulta.<br />

Parte de la continuidad que observamos entre la infancia y la vida adulta puede atribuirse<br />

a la estabilidad de los factores de la constitución biológica. qua se han descrito con<br />

anterioridad en este capítulo. Pero existen numerosos procesos psicológicos que también<br />

contribuyen a esta coherencia longitudinal (Chess y Thomas, 1984; Kagan et al., 1989; <strong>Millon</strong>.<br />

1969: <strong>Millon</strong> y Davis, 1996: Plomin y Dunn, 1986; Roblas y Rutter, 1990). <strong>De</strong>bido a<br />

que estos procesos nos permiten ver con más claridad cómo se desarrolla la patología, no<br />

podemos permitirnos quitarles importancia o limitarnos a enumerarlos sin proporcionar<br />

una explicación más elaborada.<br />

Los procesos que se unen para proporcionar continuidad pueden agruparse de forma<br />

amplía en tres categorías: resistencia a la extinción. refuerzo social y autoperpetuacién,<br />

Resistencia a la extinción<br />

Los comportamientos y actitudes adquiridos no suelen ser fijos o permanentes. Lo<br />

que se ha aprendido puede modificarse o eliminarse en las condiciones apropiadas, un proceso<br />

denominado extinción. <strong>La</strong> extincíén suele entrañar una exposición a experiencias si·<br />

milares a las condíctones del aprendizaje original, pero que proporcionan oportunidades<br />

para que se produzcan nuevos aprendizajes. <strong>En</strong> esencia, los viejos hábitos de comportamiento<br />

cambian cuando el nuevo nprendízajc interfiere y sustituyo lo aprendido con ante ..<br />

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Capítulo 3.. <strong>De</strong>sarrollo dt los trit:Stomos dt la pe:rSOnalidad<br />

109<br />

ríoridad: aste progresivo debilitanlienlo de los viejos aprendizajes puedo acelerarse gracias<br />

a unas condiciones ambientales especiales, cuyos detalles no son relevantes para la cuestión<br />

que uos ocupa.<br />

¿Qué ocurre si Ias condiciones para e) aprendíza]e original uo pueden duplicarse con<br />

faclUdad? Según las teorías de aprendizaje de la contigüidad, si no so consigue proporciona.r<br />

oportunidades para interferir con los viejos hábitos, permanecerán sin modificarse y<br />

se perpetuarán a lo largo del tiempo; los aprundízajes relacíonados con sucesos difíciles de<br />

reproducir son resistentes a la extinción.<br />

<strong>La</strong> siguiente pregunta que debemos hacernos es: ¿se experimentan los sucesos que se<br />

producen durante la edad temprana de tal manera que resulta difícil reproducirlos y. por<br />

tanto. eliminarlos? Si examinamos las condiciones qua SA dan durante la Infnnctn, la respuesta<br />

es sí. Numerosos teóricos e investigadores han formulado con suma claridad los motivos<br />

de por qué esto es así.<br />

Aprendizaje presimbólica<br />

<strong>De</strong>sdo el punto de vista biológico. los niños son organismos primitivos. Sus sistemas<br />

nerviosos son incompletos, perciben el mundo desde puntos de vista momentáneos y<br />

cembíantes, y son incapaces de diferenciar e identificar muchos do los elementos que forman<br />

parte de sus experiencias. Lo que vemos y aprendemos sobre su entorno a través de sus<br />

sistemas cognitivos y perceptivos infantiles nunca se volverá a experimentar del mismo<br />

modo en etapas posteriores de la vida.<br />

El mundo pre.simbólico de los niños, formado por impresiones fugaces e inarticuladas.<br />

se relira de forma gradual a medida que adquieren la babilidad de identificar, distinguir y<br />

simbolizar la experiencia. Cuando tienen 4 o 5 años ya ven el mundo según categorías proestablecídes<br />

y agrupan y simbolizan objetos y acontecimientos do un modo establo que es<br />

muy distinto del de le primera iníancie.<br />

Cuando el niño, que vo creciendo. ya es capaz de identificar y simbolizar a partir de sus<br />

percepciones, ya no podrá duplicar las experiencias prcsimbólicas, difusas y amorfas desde el<br />

punto de vista perceptivo de los años precedentes. AJ no ser capaces de reproducir en etapas<br />

posteriores ostes experiencias tempranas. tampoco podrán distinguir Jo que aprendieron en<br />

rospuosta a dichas experíenclas. al no percibir ya los sucesos del mismo modo en que los habían<br />

percibido iníclalmsnte, no pueden suplantar sus reacciones tempranas con reacciones<br />

nuevas, Estos aprandtzajes tempranos perdurarán, por tanto, en forme de sentimientos, actitudas<br />

y expectativas que aflorarán de forma generalizada y de un modo vago y difuso.<br />

§<br />

•<br />

1<br />

i<br />

1<br />

~<br />

1<br />

o<br />

Aprendizaje aleatoria<br />

Los niños pequeños carecen do la habilidad de formar imágenes precisas de su entorno<br />

y también del equipamiento necesario para discernir las relaciones lógicas que existen entre<br />

sus elementos. Su mundo de objetos, personas y acontecimientos esta conectado de una<br />

fonna aleatoria y pOCX) clara; aprenden a asociar objot.os y sucesos que no tienen ninguna relación<br />

intrínseca: fusionan de modo erróneo conjuntos do estímulos quo se producen aJ mismo<br />

tiempo, pero que sólo están conectados fortuitamente. Asf pues, cuando un niño expenmenta<br />

miedo como respuesta a la voz severa do su padre, puede aprender a temer no sólo a<br />

Je voz, sino también al entorno, el ambiente, los cuadros, los muebles y los olores, os decir,<br />

a todo un conjunto de objetos que estaban presentes on Ase momento de forma fortuita. Incapaz<br />

de identificar la fuente precisa en su enlomo que ocasionó su mledo, el niño conecta<br />

su ma1ostar aleatoriamente a todos los estímulos asociados con esa fuente: desde (}SO mcmento,<br />

todos ellos se convertirán en desencadenantes de estos sentimientos de temor.<br />

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110<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

<strong>La</strong>s asociaciones aleatorias características de las etapas tempranas de la vida no pueden<br />

duplicarse a medida quo los niños desarrollan la capacidad para el pensamiento lógico<br />

y la percepción. Cuando los niños tienen 4 o 5 años pueden distinguir relaciones de causa<br />

y efecto con bastante precisión. <strong>La</strong>s asociaciones aleatorias que habían realizado en el pasado<br />

no etleoeo sentidos para ellos; cuando reaccionan a uno de los desencadenantes de·<br />

rivados del aprendizaje temprano, son incapaces do idoni-ificar a qué elemento del entorno<br />

están reaccionando. No pueden ubicar la fuente da su dificultad porque ahora piensan de<br />

una forma más lógica que en el pasado. Si se les indica que están rcacclonando a una foto<br />

o a un mueble determinados rechazarán esa idea: no pueden desentrañar las verdaderas<br />

fuentes que han evocado sus sentimientos porque esas fuentes resultan extrañas por comploto<br />

a su nueve. y más racional. modo de pensar. Su dificultad para eliminar el pasado se<br />

complica porque, por un lado, les resulta difícil volver a experimentar el mundo tal y como<br />

lo habían hecho en su día. poro también. por otro lado. si buscan revivir estas experíencías,<br />

su capacidad de razonamiento. más desarrollade. les confundirá.<br />

Aprendizaje generalizada<br />

<strong>La</strong>s idontificacionos que establecen los niños en su entorno son toscas y amplias. A<br />

medida que empiezan a diferenciar ]os elementos del mundo que les rodea. los agrupan y<br />

etiquetan en categorías rudimentarias. 'todos los hombres so convierten en «papá»: llaman<br />

a todos los anímales de cuatro patas «guau, guau»: todas las comidas están c¡mmmm ...!».<br />

Cuando los niños aprendan a temor a un porro en concreto, por ejemplo, experimentarán<br />

miedo también ante todas las criaturas extrañas de cuatro patas que se muevan. Para su percepción<br />

primitiva, todos estos animales son de un mismo tipo.<br />

<strong>La</strong> generalización es inevitable en el aprendizaje temprano. Refleja algo más qua el<br />

hecho de que los uiños no hayan tenido las suficientes experíenctes como pa.ra adquirir más<br />

precisión: la falta de poder de discriminación ea los niños representa una Iccapacídad intrínseca<br />

para diferenciar sucesos debido a que sus capacidades corticales no están desarrolladas<br />

por completo.<br />

A medida que la masa de experiencias tempranas se empieza a definir un poco más,<br />

el aprendizaje se vuelve más centrado. específico y preciso; un niño de 10 años aprende a<br />

tener miedo de los bulldogs como consecuencia de un encuentro desafortunado con un<br />

perro de esta raza, pero no necesariamente generaHzará su miedo a otras razas de perros,<br />

ya que e) níño sobo y pueda apreciar las diferencias entre estos animales.<br />

El aprendizaje geueralizedo es difícíl de eliminar. <strong>La</strong>s reacciones que han aprendido<br />

los niños están ligadas a clases de objetos más amplias de lo necesario. si tenemos en<br />

cuanta sus experiencias específicas. Para eliminar estas reacciones, amplia.mente generalízadas,<br />

on etapas posteriores de la vida, tendrán que exponerse a muchas y diversas experiendas.<br />

ya que su capacidad de distinción es mucho más precisa. Por ejemplo, sí un niño<br />

de 2 años se sintió atemorizado por un cockar spaniel, dada la poca capacidad de Idennñcecloo<br />

del niño a esa edad. esta única experiencia puede haberle oondic::ionado a tener miedo<br />

a los perros. gatos y otros animales de tamaño similar. Si más tarde el niño so ve expuesto<br />

de forma repetida a un cocker spauiel cariñoso, su temor se axtlnguiré, pero sólo el temor<br />

a los cocker spaniel y no a los perros en general. ni a los gatos u otros animales pequeños.<br />

Su experiencia posterior, vista a través de la mirada diferenciadora de llD niño de mayor<br />

edad, es que los spaniel son cariñosos, paro no los porros on general. Por Jo tanto, la oxpertencla<br />

de exunctón ha afectado sólo a una parte del conjunto generalizado de temores que<br />

había adquirido en un principio. Su experiencia de aprendizaje original incorporaba un<br />

rango mucho más amplio de estímulos que esta experiencia posterior, incluso aunque las<br />

oondíctones objetivas del estimulo eran en esencia las mismas. <strong>De</strong>bido a esta capacidad de<br />

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Capttulo 3. ()(sa«ollo ee los trastOlnos de la pusonalicfad<br />

111<br />

distinción más precisa que ha adquirido el niño, para que se extinga su miedo tendrá qua<br />

exponerse a varias situaciones para compensar la única, pero ampliamente generalizada,<br />

experiencia temprana.<br />

Estas tres condiciones interrelacionadas (aprendizaje presimbólico. aleatorio y genera·<br />

lizado) explican en gran medida la dtficultod inusual para volver a experimentar los sucesos<br />

de la vida cotidiana y la consígutente díñcultad para desaprender los sentimientos.<br />

comportamientos y actitudes generadas por estos acontecimientos.<br />

Refuerzo social<br />

<strong>De</strong> los numerosos factores que contribuyen a que perduren los patrones do comporta·<br />

miento tempranos, las relaciones sociales e interpersonales desempeñan ol papel más importante.<br />

Estas relaciones pueden considerarse provechosas desde la perspectiva qua suelen<br />

adoptar Los sociólogos y los psicólogos sociales. Para estos científicos, las distintas fuerzas<br />

culturales e institucionales de una sociedad promueven la continuidad porque mantienen<br />

un tipo de experiencias estable y organizado al que la mayoría de los individuos de un<br />

grupo en concrete se ven expuestos do forma repelido. <strong>En</strong> capítulos posteriores baremos algunas<br />

referencias a estos determinantes sociales más amplios. Por ahora, nos centraremos<br />

on Jo parte más directa y privada do la experlencta interpersonal.<br />

Como señalemos en un apartado anterior, los patrones de la personalidad arraigados so<br />

desarrollan como consecueocte de experiencias duraderas generadas a partir de relaciones<br />

sutiles e íntimas con miembros de la familia inmediata de un individuo. <strong>De</strong>scribimos varios<br />

acontecimientos que conducen a 1a adquisición de determinados tipos de comportamiento<br />

y actitudes. Aquí nuestra atención no se centra en el contenido de Jo que se ha aprendido.<br />

sino en aquellos aspectos de las relaciones que fortalecen lo que se ha aprendido y que con·<br />

ducen a su perpetuación. Se describen tres de estas influencias: experiencias repetitivas. refuerzo<br />

reciproco y estereotipos sociales.<br />

Experiencias repetitivos<br />

<strong>La</strong>s actividades cotidianas Hpicas en las que los niños perucípen son restringidas y<br />

repetitivas; no existe mucha variedad en la experiencia. rutínaria a la que los niños están ex·<br />

puestos. Siempre comen el mismo upo do comida, juegan con los mismos [uguetes. permanecen<br />

básicamente en el mismo eotorno físico y se relacionan con las mismas personas.<br />

Este entorno limitado -esta exposición roponda a un estrecho abanico de actítudes fam ¡.<br />

liares y métodos de aprendizaje-e- no sólo hace que el niño desarrolle hábitos y expectativas<br />

que se le quedan muy grabados, sino quo también evita que adquiero nuevas experiencias.<br />

esenciales paro cambiar. <strong>La</strong> indefensión do los lactantes y la dependencia da los nií'\os les<br />

mantienen en un pequeño mundo, limitado y estrecho, en el que tienen pocas ahematívas<br />

para aprender nuevas actitudes y respuestas. No se consigue cambiar los componarníentos<br />

tempranos, no porque puedan haber cuajado de forma permanente. sioo porque el mismo<br />

reducido grupo de experiencias que ayudó a que se formaran en un principio todavía si~<br />

gue produciéndose, y las influencias de estas experiencias perdurará durante muchos años.<br />

i<br />

o<br />

Refuerzo recíproco<br />

<strong>En</strong> este capítulo se ha mencionado la idea de que los comportamientos tempranos de<br />

los niños pueden acentuarse por la respuesta que sus padres tengan hacia dichas conductas;<br />

hemos indicado que suele establecerse una interacción circular que intensifica el patrón<br />

de reactividad biológico inicia) de) niño. Así pues, los niños por lo general pasivos, sensi-<br />

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112<br />

<strong>Trastornos</strong> dt ta f)(rSOnalidad en la vida modtma<br />

bles o irritables, con frecuencia despiertan sentimientos por parte de la madre que perpetúan<br />

sus tendencias orlglnales.<br />

Este modelo de influencias circulares recíprocas puede aplicarse tanto a la perpetua·<br />

ción de las predisposiciones biológicas como a las tendencias conductuales que se adquieran<br />

mediante el aprendizaje. Sean cuales sean sus raíces iniciales (de constitución o aprendidas),<br />

ciertas formas de comportamiento provocan o suscitan en los demás reacciones<br />

quo tienen como consecuencia una repetición de estos comportamientos (Leary, 1957).<br />

Por ejemplo, un niño suspicaz. resentido y desafiante acaba por fort.ar a los demás, con indepondoncia<br />

do lo tolerantes que se hayan mostrado en un principio. a reaccionar con perplejldad,<br />

sxasperaclén e ira; o) niño mina cualquier tendencia que puedan tener las otras<br />

personas a mostrarse cuidadores. amigables y cooperadores. y puede ser cado vez más sus·<br />

ptcez y desañanta si los padres so retraen, adoptan actitudes punitivas o de aversión; los<br />

controles o los afectos que podrían habor reducido la suspicacia y la hostilidad se rompen.<br />

Cada una de las partes contribuye a la actitud negativa de la otra; el grado do comportamiento<br />

hostil original se agrava e intensifica. Con independencia de si el causante de la situación<br />

ha sido el niño o el progenitor. el proceso se ha descontrolado y seguirá su curso vicioso<br />

e inexorable hasta que alguna influencia positiva interfiera o hasta que se deteriore<br />

aún más y adquiere una expresión patológica (Gollman y Katz, 1989).<br />

Estereotipos socio/es<br />

<strong>La</strong>s características dominantes del comportamiento temprano de un niño causan una<br />

impresión distintiva en los demás. Cuando se ha establecido esta impresión temprana, las<br />

personas esperan que el niño siga comportándose en función de esa forma distintiva que<br />

Je caracteriza: a la larga. desarrollan una imagen fija y simplificada de «qué tipo de persona<br />

es ol niño». El término estereotipo, que se ha tomado prestado do la psicología socia). representa<br />

esta tendencia a simplificar y categorizar los atributos de los demás.<br />

Cuando las personas se han formado un estereotipo del niño. ya no lo ven de forma pasiva<br />

y objetiva, sino que pasan a estar sensibilizadas con aquellas características distintivas<br />

que han aprendido a esperar de 61 (Farríng:t


Qlpitvlo 3. Otsart0llo dr los trastornos dr la prrSOnal"idad<br />

113<br />

podemos decir qua han grabado o marcado un cambio neuroquíntico: desde el punto de vis·<br />

ta psicológico, se graban como recuerdos, una huella permanente. y un estímulo interno<br />

arraigado. A diferencia de los estímulos pasajeros dol mundo uxtencr, estas huelles en la<br />

memoria se convierten en una parte esencial de cada estímulo que activa un comportamíento.<br />

Una vez grabados o registrados, los oíectos del pasado son Indelebles. incesantes e Ineludi<br />

bles. Pasan a ser elementos intrínsecos de la oonOguración de la persone, que se entrometen<br />

en los sucesos actuales de <strong>La</strong> vida. proporcionando matices. transformando y dístorslonando<br />

las escenas pasajeras. Aunque los rosiduos de las experiencias posteriores pueden<br />

anularlos al convertirse en estímulos internos más dominantes. la presencia de las hueUas<br />

de los recuerdos pasados permanece de un modo u otro. <strong>En</strong> cada pensamiento y acción, el<br />

individuo no puedo evitar llevar consigo estos residuos al presente. Por tanto. cada oomportamiento<br />

actual es una perpetuación del pasado, una continuación o iotru.sión de estas huellas<br />

de los estímulos internos.<br />

LA)s restduos del pasado hacen algo más que contribuir de forma pasiva a conformar<br />

el presente. Aunque sea por el factor de precedencia temporal, guían. conforman o distar·<br />

sionan la naturaleza do los acootecímíentce actuales. Están siempre presentes. y además<br />

operan de forma insidiosa para transformar nuevos esHmulos y experiencias de acuerdo<br />

con el pasado. <strong>En</strong> esto apartado elaboramos cuatro de estos procesos de perpetuación: constricción<br />

protectora, distorsión perceptiva y cognitiva, generalización del comportamiento y<br />

compulsión de repetición.<br />

Constricción protectora<br />

Los recuerd.os dolorosos del pasado so mautlenen fu.ara do la consclencta. un proceso<br />

denominado represión. <strong>De</strong> forma similar, las experiencias actuales qua puedan reactivar estos<br />

recuerdos repriruldos se evitan con prudencia. El individuo desarrolla una red doma·<br />

niobras protectoras conscientes e inconscientes para disminuir las probabilidades do qua se<br />

produzca aJguna da estas experiencias angustiosas.<br />

Como consecuencia de estos esfuerzos protectores. sin embargo. Jos individuos llmitan<br />

o constriñen su mundo. <strong>La</strong> represión reduce la ansiedad porque permite a los indi víduos<br />

mantener las fuentes internas de malestar al margen de la consciencia, poro también les impide<br />

desaprender estos sentimientos o aprender nuevos y más constructivos métodos para<br />

afrontarlas. Oe forma similar, al reducir de forma defensiva sus actividades a situaciones<br />

que no reactivarán recuerdos difíciles de tolerar, los individuos excluyen de forma autcmétíca<br />

la posibilidad de aprender a ser menos ansiosos que en el pasado. y disminuyen sus posibilidades<br />

do aprender nuevas reacciones a situaciones que eu al pasado les han resultado<br />

estresantes. Por ejemplo, un chico de 15 años, muy inteligente y con un físico atractivo, se<br />

había retraído cado voz más en la escuela y aislado de forma progresiva da las actividades<br />

sociales: durante varios años había existido una profunda falta de armonía en su bogar,<br />

que culminó con un escándalo relacionado con sus padres y que tuvo mucha repercusión<br />

ea los medios de comunicación. A pesar de que sus profesores y compañeros tenían una<br />

opinión favorable de él y se esforzaban siempre por mostrarle aceptación, su constante sen·<br />

tirníentc de vergüenza y miedo a1 ridiculo social le impulsaron a aislarse cada vez más y a<br />

desarrollar fantasías según las cuales iba a sor humillado fuera dondo fuera.<br />

Como consecuencia de sus propias actuaciones protectoras, los individuos mannenen<br />

sus recuerdos inalterados: además, estos recuerdos persistan y les obligan o tomar vías<br />

que imposibiHtan que so solucione al problema. Es urés, cuanto rnás alerta esté el individuo<br />

y más protectoras sean sus maniobras, y cuantas más burreras restrictivos se impongan. más<br />

limitadas sarán sus competencias para poder funcíonar de fonna eficaz. y más privados es·<br />

tarán de las recompensas positivas do la vida.<br />

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114<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la ptrsona1idad en la vida moderna<br />

Distorsión perceptivo y cognitiva<br />

Algunos procesos. además de perdurar en el tiempo. transforman el presente conforme<br />

ni pasado. Cameron (1947) describió este proceso con claridad y lo denominó sensibUídad<br />

reactiva. Cuando una persona adquiere un sistema de expectativas ante posibles amenazas,<br />

responde con un estado de alerta cada vez más intenso a elementos amenazadores similares<br />

que pueda haber en su vida. Por ejemplo, las personas que desarrollan ansiedades relatívas<br />

a su cuerpo suelen convertirse en bípocondrracas, os decir. personas demasiado alerta<br />

y pendientes de los procesos fisiológicos que la mayoría de las personas experimentan, pero<br />

ignoran. <strong>La</strong> idea de Beck de los esquemas cognitivos [Beck el al., 1990) puede considerarse<br />

una extensión del ccuceptc de sonsjbílídad reactiva. <strong>La</strong>s personas adquieren acutudos<br />

cognitivas de expectativa o previsión ante las expenaucias amenazadoras y ante rodas las<br />

formas de experiencia pasada: estos esquemas guían. ñlrran, codifican y evalúan la corriente<br />

de experiencias nuevas a las que el individuo está expuesto. A.sí pues. una persona que<br />

ha aprendido a creer que «lodo el mundo le cdís», liende a interpretar los comentarios fortuitos<br />

y totalmente inocuos de los demás en función a esta premisa.<br />

El papel de los hábitos del lenguaje como factores que conforman las percepciones<br />

dol individuo merece una especial atención. Como Wborí (1956) y otros teóricos han indicado.<br />

las palabras que utilizamos transforman nuestras experiencias de acuerdo con el sígnlfícado<br />

de osas palabras. Por ejemplo, los niños que han estado expuestos a unos padres<br />

que respondían a cualquier pequeño incidente calificándolo como «una experiencia devastadora»,<br />

tenderán a utilizar estos términos en el futuro: como consecuencia, empezarán a<br />

sentir que cada pequeño problema que plantea la vida es devastador porque lo han eüquetado<br />

como tal.<br />

<strong>La</strong> importancia de las expectativas, de la sonsihilidad reactiva y do los hábitos del<br />

lenguaje radica on el hecho de que conducen a In distorsión do las realidades objetivas.<br />

Los individuos con trastornos patológicos pueden transformar lo que la mayoría de las<br />

personas perctbtrra como un suceso beneficioso, en un suceso humillanto, amenazador y<br />

punitivo. <strong>En</strong> vez de interpretar los sucesos como se producen de forma cbieüva. los distorsionan<br />

de fonna selectiva para que se ajusten a sus expectauvas y hábitos da pensemiento.<br />

Estas expectativas pueden canalizar In atención del individuo y pueden magnificar su<br />

concienciación sobre los aspectos irrelevantes e insignificantes de su entorno¡ se ínterponen<br />

constantemente y oscurecen y deforman la percepción fiel de la realidad. <strong>La</strong> siguiente<br />

cita de Beck (1963) ilustra bien este proceso:<br />

11Un paciente deprimido refirió la siguiente secuencia de sucesos que se pmdujaron<br />

media hora antes de que abandonara su cesa. Su mujer estaba enfadada debido a quo los ni·<br />

ños se estaban vísueudo demasiado despacio. ti pensó: "Soy un maJ padre porque mis hijos<br />

uo SC)n dlsctpllnadcs". <strong>En</strong>tonces se dio cuenta de que uu grifo esteba goteando y pensé<br />

que oso indicaba también que era un mal marido. MJontras conducta hacia el trabajo pensó:<br />

.. <strong>De</strong>bo ser un mol conductor, porque de no ser asf otros coches no me estarían adelantando".<br />

Cuando llegó al trabajo observé que algunos empleados ya habían llegado. Pensó: "No<br />

soy muy buen empleado. porque si lo fuera. habrla llegado antes". Cuando vio c¡ue tenía pa·<br />

polos)' carpetas aruontouados sobre su escritono. llogó a la sigufonto conclusión: .. Soy un<br />

mal organizador, porque me queda mucho traba>') por hacer".<br />

»Ccn frecuencia. las


capitulo J, <strong>De</strong>sarrollo de los trastornos de la prrsonaltdad<br />

115<br />

reevaJuado lo ocurrido, so sintió mejor. También se dlc c::uonla de que siempre que una persona<br />

con autoridad le corregfa o criticaba. se sentía l.oclinado a dosctibir el suceso dlciendo:<br />

"me cebó uno bronca".<br />

»<strong>La</strong> abstrncci6n selectivo hace referencia al proceso según el cual el Indtvtduc se<br />

centra en un detalle fuere de contexto, e ignora otras caracterfsucas más destacadas de la si·<br />

tuaclón. y luogo ceuceptualtza toda Ja experiencia teniendo en cuenta ese elemento.<br />

•Una paciente recibió halagos sobre varios aspectos de su trabajo cuando su jefe se<br />

reunió con alto para evaluar su labor como secretaria. <strong>En</strong> un momento dado, el jcfo lo pi·<br />

dió que dejara de hacer copias extra con papel de carbón do los cartas qua escribía. Su<br />

pon..samianl'o inmediato fue: NNo está contento con mi trabajo". Esta idea so convirtió cu<br />

un pensamiento central, a pesar de todas 1as añrmeclcnes positivas que había hecho sobre<br />

su labcr.»<br />

Este proceso do distcrsfén tiene un efecto acumulatívo y en espiral. Al torgtvcrsar la<br />

realidad do modo que corrobore las propias expectativas. los individuos, de hecho, lntensífican<br />

su sufrimiento. <strong>De</strong> este modo, los acontecimientos normales. e incluso gratificant.os.<br />

pueden percibirse como amenazadores .. Como resultado do esta distorsión, los pacientes ex·<br />

pcrirnentan do forma subje1íva los sucesos neutrales como si fueran, de hecho. amenazadores.<br />

<strong>En</strong> este proceso. crean y acumulan experiencias que les resultan dolorosas, y que en<br />

realidad no existen.<br />

<strong>En</strong> ocestones vemos on algunos pacientes un progresivo empeoramiento de su oomportamiento.<br />

o. pesar de que las condiciones objetivas de su vida han mejorado. Cuando el<br />

proceso patológico de la distorsión ha empezado, los pacientes malinterpretan experiencias<br />

en función de cuál sea su punto de vista; en ese momento se ven atrapados en una espiral<br />

hacia abajo en la que todo so percibe como angustioso, desaleutador o amenazador, con in·<br />

dependencia do lo bueno que sea desda el puuto de vista objetivo. Sus distorsiones inicia·<br />

les les han conducido a una sucesión de situaciones de estrés experimentadas de forma subjctiva;<br />

esta acumulación progresiva de estrés a.Jeja cada vez más al paciente de una evaluación<br />

objetiva do la realidad; todos los esfuerzos para contrarrestar e invertir esta tendencia<br />

patológica son inútiles por completo una vez llegados a e,sta punto. El pn)OOS.() de distorsión<br />

perceptiva y cognitiva ha tomado impulso y tiene como consecuencia no sólo su perpetua·<br />

ción. sino también su intensificación.<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

1 ..<br />

Generalización del comportamiento<br />

Acabamos de describir varios factores que conducen a los individuos a percibir nuevas<br />

experiencias de forma subjetiva y, con frecuencia, distorsionada; las dlstorstones perceptlvas<br />

y cognitivas pueden considerarse como la parto defectuosa de un proceso normal. según<br />

el cuaJ las condiciones y estímulos nuevos so perciben como similares a los experimenta·<br />

dos en el pasado. Este proceso, aunque por lo general descrito en situaciones 11Jás simples .<br />

se denomina geoeraliz.ación del estímulo. <strong>En</strong> este apartado nos centraremos en otra forma<br />

de generalización muy relacionada con ésta. <strong>La</strong> denonúnada gene.ralización del comportamiento<br />

o tendencia a reaccionar ante estímulos nuevos de forma similar al modo en que el<br />

índtvtduo reaccionó en el pasado.<br />

<strong>La</strong> generalización del estímulo y la generalización del comportamiento a menudo son<br />

dos caras de la misma monada. Si uu lndlviduo distorsiona un suceso objetivo para perclbirlo<br />

de forma idéntica a un suceso del pasado, sería razonable esperar que su respuesta al<br />

suceso también fuera similar a la respuesta que dio en su día. Por ejemplo, si un niño ha<br />

aprendido a tener miedo y retraerse ante una madre dura y punitiva. y ese niño entra en<br />

contacto con una profesora dura que tiene unos rasgos físicos parecidos a los de lo madre.<br />

el niño podría distorsionar su percepción de la profesora haciendo un duplicado de lama·<br />

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116<br />

<strong>Trastornos</strong> de la perSOnalid:.d en la vida modtrna<br />

dre, y luego reaccionar con ella del mismo modo on quo ha aprendido a reaccionar ante su<br />

madre.<br />

Como hemos indicado, esta tendencia H percibir y reacctonar a los sucosos del pro·<br />

sente como si fueran duplicados del pasado ha sido denominada por los teóricos psícoanalíticos<br />

como proceso de t:ra.nsferenc;ia. Este concepto hace referencia a la ohsorvación<br />

que se ha realizado en pacientes que están en tratamiento, que indica quo suelen magnificar<br />

pequeñas similitudes objetivas entre sus padres y el terapeuta y transñeren a ésta eespuestas<br />

aprendidas en e) entorno familiar.<br />

<strong>La</strong> transferencia de comportamientos de] posado o situaciones nueves es necesaria<br />

para un funcionamiento eficaz: no podemos enfocar cada nuevo circunstancia de la vida sin<br />

tenor ciertas nociones previas de cómo percibir y reaccionar ante ella. Por tanto, desde el<br />

pu nto do vista do la eficacia, la generalización nos permite aplicar Jo que hemos aprendido,<br />

as decir, a reaccionar dol mismo modo ante situaciones comparables. El problema surge, sin<br />

embargo, cuando transferirnos respuestas de forma incorrocta porque no hemos conseguido<br />

difereociar situactones distlutas: por ejemplo, si reaccionamos a circunstancias nuevas del<br />

presente como si fueran duplicados do) pasado.<br />

<strong>La</strong> tendencia a generalizar conduelas inadecuadas tiene importantes consecuencias, ya<br />

que a menudo suscita reacciones en los demás que perpetúan estos comportamientos y<br />

agravan las circunstancias que los originaron. Batason y Ruesch (195 t) han indicado que las<br />

comunicaciones entre las personas transmitan algo más que una manifestación: también<br />

conllevan un cierto grado da provisión do cuál va a sor la respuesta. Loary (1957), Carson<br />

(1969) y Kiesler (1996). en una línea de razonamiento parecido. sugieren que los comportamientos<br />

interpersonales suelen estar díseñados de forma inconsciente para «obtener> una<br />

reacción por parte de los demás. Por ejemplo, una frase como «Creo que lo estoy haciendo<br />

mal» oo as simplemente un mensaje que comunica los sentimiontos personales de un individuo.<br />

sino una afirmación social con la que espera. por lo general, suscitar una reacción<br />

recíproca, como por ejemplo: «¡<strong>De</strong>sde luego que no! Lo has hecho muy bien».<br />

¿C.ómo se perpetúan las circunstancias que dieron lugar a estos comportamientos a través<br />

de la generalización del comportamiento interpersonal?<br />

El ejemplo que expondremos a continuación puedo ser de utilidad. Una persona cuyas<br />

experiencias pasadas lo condujeron a prever reacciones punitivas por parte do sus padres<br />

puedo estar demasiado alerta a los signos de rechazo provenientes do los demás, Como consecuencia<br />

de su suspicecía. puede distorsionar comentarios inocuos y pensar que son indicativos<br />

de hostilidad. Como está preparado para frenar el golpe y devolver la hostilidad<br />

que espera recibir. su postura se paraliza. mira fría y fijamente. y emite algunos comentarios<br />

agresivos. Estas acciones comunican un mensaje que los demás perciben enseguida como<br />

antipático y antagonista. No transcurrirá mucho tiempo antes de que los demás expresen de<br />

forma abierta sentimientos de desafecto y empiecen a apartarse y mostrar sentimientos. esta<br />

voz reales. de hostilidad. El comportamiento suspicaz generalizado de la persona ha evo·<br />

cado las respuestas punitivas que esperaba. Ahora ha experimentado una forma objetiva<br />

do rechazo similar a la que recibió en la infancia; esto lo lleva a sor más suspicaz y arrogante,<br />

y así se inicia otra vez el círculo vicioso.<br />

Al introducir comportamientos antiguos en situaciones nuevas. los individuos provocan<br />

reacciones en los demás que refuerzan sus antiguas respuestas. Casi todas las formas de<br />

comportamionto generalizado establecen reacciones recíprocas que intensifican estos<br />

comportamientos. <strong>La</strong>s actuaciones interpersonales dóciles. congracientes o temerosas. por<br />

ejemplo, atraen las respuestas dominantes y manipuladoras; las acliludes que muestran<br />

confianza y seguridad en uno mismo suscitan admiración y sumisión. <strong>En</strong> resumen, la generaltzacicu<br />

no es sólo una forma de perpetuectéc en sí misma, también crea las circunstancias<br />

que promueven asa perpetuación.<br />

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Capitulo 3. <strong>De</strong>sarrollo de los trast(l(OOS de la ptrson.alidad<br />

117<br />

t s<br />

g<br />

1<br />

j<br />

l<br />

~ I INFLUENCIAS SOCIOCULTURALES<br />

i<br />

o<br />

Compulsión de repetición<br />

Los comportamientos desadaptatlvos persisten no sólo como consecuencia do la ge·<br />

neraliznción de hábitos de aprendizaje. Existen fuentes intrapsfquicas que impulsan al in·<br />

dividuo a recrear situaciones del pasado que fueron frustrantes o quedaron sin resolverse.<br />

Freud se refirió a este proceso como compulsiones de repetición, os decir, la tendencia in·<br />

consciente a reconstruir situaciones del presente que so ascmojan a fracasos o decepciones<br />

del pasado, y a insistir en el intento de deshacer estas decepciones, aunque estos inteutos<br />

demuestren ser infructuosos una y otra voz.<br />

Puede producirse una contradicción entre la constricción protectora, mencionada<br />

untes, y la compulsión de repetición. <strong>La</strong> incoherencia puede solucionarse si pensamos en la<br />

constricción protectora como en un proceso de evitación de las circunstancias sin osperanza<br />

de solución. <strong>La</strong>s compulsiones de repetición, sin embargo. pueden verse como un<br />

proceso de relnstaursclón de las circunstancias que proporcionaron una gratificación par·<br />

cial en el pasado, y que dan esperanzas de obtener una setísfaccíén definitiva. <strong>En</strong> este pro·<br />

ceso, el individuo dispone las situaciones da modo que pueda usar maniobras que en su día<br />

dieron resultados satisfactorios do forma periódica. El índivíduo emp1ea estos comporta·<br />

míentos parcialmente reforzados, de forma repetida, con la esperanza de conseguir al fin<br />

la tota] satisfacción del objetivo que persigue.<br />

<strong>La</strong>s derivaciones de estos impulsos en parte satisfechos constituyen una reserva de<br />

esfuerzos que perduran y que buscan la gratificación. Como consecuencta, el individuo re·<br />

pite patrones del pasado. no sólo mediante la generalización, sino también a través de es·<br />

fuerzas activos para recrear y superar lo que no se ha logrado por comploto. El siguiente<br />

ejemplo ilustra esta cuestión. Una fuerte rivalidad entro dos hermanos generó intensos sen·<br />

tímientos hostiles y destructivos por parte del bermano mayor, un estudiante univorsilado<br />

da 21 años que acudió al centro de asesoranúento universitario. E.~t.os sentimientos se ex·<br />

pres.aban ruedíante diversas maniobras malvadas. algunas de las cuales tenían óxilo en al·<br />

gunes ocasiones, pero nunca proporcionaban una gratificación total; os decir, los impulsos<br />

de deshacer, humillar e incluso destruir al hermano menor permanecieron sólo como impulsos<br />

parcialmente satisfechos. <strong>En</strong> situaciones interpersonales nuevas. el hermano mayor<br />

recreó la relación que había tenido con su hermano menor; no paraba do hacer nuevos<br />

amigos y luego repelía las maniobras malvadas de desaprobación y humillación que habfa<br />

empleado con su hermano en el pasado. Sin embargo, estas relaciones sólo satisfacían sus<br />

necesidades en parte, porque el objeto real de su cdío era su hermano, y nunca logró el objetivo<br />

que en realidad perseguía, os decir, la total destmcctón da su competidor. Repitió de<br />

forma compulsiva, en una relación. tras otra, los mismos patrones de comportamiento des·<br />

tructivo que había aprendido en el pasado, y aunque nunca consiguió la completa sausfacción<br />

de sus objetivos inconscientes, obtuvo las suficientes recompensas simbólicas en astas<br />

relaciones con sus compañeros como para perpetuar su comportamiento.<br />

Así pues. a diferencia de la constricción protectora. un proceso Hmítndo a las círcunstandas<br />

en las que el fracaso y el dolor eran inevitables, las compulsiones de repetición ha·<br />

ceo referencia a aquellas ctrcunstancías en las que las recompensas so consiguen de íorrua<br />

periódica, y en las que la motivación de obtener una mayor satisfacción perduro. Siu embargo,<br />

se recrean duplicados del pasado difíciles de tolerar.<br />

Nuestra exposición no sería completa si no reconociéramos que la patología de la personalidad<br />

puede también conformarse por las instituciones. tradiciones y valores que for-<br />

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118<br />

Trastoinos d­e la p«sonaltdad en la vida moduna<br />

man parte del contexto cultural da la vida en sociedad: estas fuerzas culturales sirven como<br />

ma.n::o común de Influencias formativas que establecen lfmit.es y directrices para los míembros<br />

de un grupo social. Sin embargo. debemos sor cuidadosos y no considerar la «socio·<br />

dad» y la «cuJtura» como entidades, sino como abstracciones convenidas quo caracterizan<br />

el patrón de las relaciones y las responsabilidades compartidas entre los miembros del<br />

grupo.<br />

<strong>La</strong> continuidad y estabilidad de los grupos culturales depende, en gran medida. del<br />

éxito con que los jóvenes se imbuyen da las creencias y costumbres comunes. Para retener<br />

lo que se ha conseguido a lo largo de la historia. cada grupo debe idear formas de moldear<br />

a sus hijos para que «encajen». es decir, que acepten y perpetúen el sistema de prohíbíctonos<br />

y sanciones que anteriores miembros del grupo desarrolJaron con el fin de poder realizar<br />

las tareas de la vida. Todos los niños experimentan un proceso de esoclallzecíóne a<br />

través del cual aprenden a abandonar de forma progresiva sus comportamientos impulsivos<br />

o ingenuos y a regularlos o sustituirlos por las normas y prácticas de su grupo. A pesar de la<br />

naturaleza coercitiva de este proceso. y de la pérdida de libertad personal que implica, los<br />

niños aprenden poco a poco que existen numerosas recompensas para los comportarnientos<br />

cooperadores y generosos. <strong>La</strong>s normas sociales les permiten sobrevivir, predecir los<br />

comportamientos de los demás, obtener calidez y segundad, y aprender estrategias acepta·<br />

bles para conseguir las múltiples y variadas recompensas que ofrece la vida. Es importante<br />

reconocer que las tradiciones do una cultura proporcionan a sus miembros un ostilo común<br />

de vida. mediante el cual las necesidades básicas se van satisfechas para la gran mayoría,<br />

con un mínimo grado do conflicto y un máximo beneficio.<br />

<strong>En</strong> los apartados anteriores hemos indicado que, para muchos niños, el proceso de<br />

enseñanza e inculcación de la cultura deja mucho que desear; los métodos por los que los<br />

progenitores transmiten las reglas y normas sociales a menudo son sesgados y erráticos. e<br />

lncluyen afecto. persuasión, seducción, coerción, engaño y amenaza. <strong>En</strong> el niño pueden ge·<br />

nerarse senti.inientos de estrés. ansiedad y resentimiento que dejan residuos patológicos que<br />

se perpetúan y sirven para distorsionar sus relaciones futuras. <strong>En</strong> este capítulo hemos abordado<br />

algunas de estas experiencias patógenas.<br />

<strong>En</strong> este apartado sociocultural. en lugar de centrar la atención en las experiencias más<br />

personales de niños concretos en familias determinadas. hablaremos de las experiencias<br />

más públicas que comparten en común los miembros de un grupo social. Bn cierto sentido,<br />

hacemos referencia a fuerzas que caracterizan a la «sociedad como paciente», una expresión<br />

que <strong>La</strong>wmnce K. Frank (1936) sugirió hace casi 70 años. Escribió lo siguiente:<br />

«<strong>En</strong> lugar de pensar en la multiplicidad de los denominados problemas sociales.<br />

cada uno de los cuales requiere una especial atención y una solución distinta. podemos<br />

considararJos a todos oomo diferentes síntomas de ]a misma enfermedad. Esto sígnlñcarfa<br />

un logro import.anto. incluso aunque no podamos ponemos completamente da acuerde so.<br />

bre la naturaleza exacta de la enfermedad. Si. por ejemplo. pudiéramos considerar el crimen.<br />

los trastornos mentales. la desorganización familiar. la delincuencia juvenil. la prostitución<br />

)' las violaciones. y muchas de las oosas que ocurren hoy en día, oomo el resultado<br />

de un proceso patológico (p. ej., una úlcera gástrica) y como muestre. no de la dcbUidad<br />

individual. la incompetenc:ia. la perversidad o la patología, sino oomo reacciones humanas<br />

a la dosiutograclón cultural. daríamos un paso adelante.e<br />

Muchos comentaristas de la actualidad han opinado en la misma línea que la idea<br />

que acabamos de citar, es decir. la noción de que muchos de los patrones patológicos observados<br />

hoy en día se podrían atribuir de la mejor manera posible a las circunstancias<br />

perversas, caóticas o crispadas do nuestra vída cultural (Fromm. 1955; M.illon, 1987; Mil<br />

Ion y Oavis, 1996: Riesman, 1950: Wachtel, 1983; Yankolovich. 1.981). Estas ctrcunstan-<br />

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capitulo 3. Ocsartollo de los trastornos de la personalidad<br />

119<br />

cías se han reflejado en expresiones como «la era de la ansiedad». «crecer de forma absurdas<br />

y «la multitud solitaria». Elaborar los lemas que implican estos lemas no es uno<br />

de los objetivos de este libro, pero haremos una breve descripción de tres circunstancias<br />

de le vida contemporánea que pueden proporcionar al lector una idea general de las<br />

nociones a las que hocen referencia estos escritores. <strong>En</strong> primer lugar, destacemos la acción<br />

de fuerzas que impulsan a los individuos a sobrepasar los estándares a los que se<br />

vieron expuestos durante las primeras etapas de la vida; en segundo lugar. señalaremos<br />

los erectos da los valores socíales cambiantes, nmbigucs y contradictorios. y en ten::er Jugar,<br />

describiremos las consecuencias do la desintegración do las creencias y objetivos socíalos.<br />

i s<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

Esfuerzos por conseguir logros y competitividad<br />

<strong>La</strong> mejor caracterización de <strong>La</strong> vida norteamericana es la que la describe como u.na sociedad<br />

con movilidad vertical ascendente. Es una cultura en la quo se ha maximizado la<br />

oportunidad de sus miembros para progresar, tener éxito y conseguir recompensas materia·<br />

los que antaño se consideraban sólo propias de la aristocracia y do las familias do la alta<br />

sociedad. Con algunas importantes e inquietantes excepciones. los jóvenes do nuestra sociodad<br />

han tenido la libertad de superar, a fuerza de inteligencia y talento, el estatus socioeconómico<br />

de sus padres. Sin embargo. esta opción a tener éxito -muy bien publicitada<br />

por cíerto-; conlleva la expectativa implícita de que cada persona busca.ni oportunidades,<br />

y será juzgada en función de qué oportunidades ha conseguido aprovechar con éxito. Así<br />

pues. se trata de una sociedad que no sólo promueve la ambición. sino que también espera<br />

que cada uno de sus miembros supere el reto con éxito. Como consecuencia. cada aspirante<br />

se enfrenta a una elección precaria. Junto a las recompensas prometidas de éxito, están<br />

las devastadoras consecuencias da) fracaso, como puede observarse en los antecedentes<br />

evolutivos do ciertos subtipos de personalidad narcisista.<br />

<strong>La</strong> mayoría de los miembros de la sociedad norteamericana comparte las oportunidodes<br />

da movilidad vertical ascendente. Esto sólo pueda promover una fuorto competitividad.<br />

<strong>La</strong> lucha por el éxito del individuo se intensifica, por lo tanto, con ol fin do mejorar el estatus<br />

sociooconómico de sus padres y con el objetivo añadido de superar los logros de los<br />

demás. El mejor ejemplo do las consecuencias del fracaso e inadecuación que ocasiona la<br />

competitividad lo podemos encontrar en los oonstantes exámenes, pruebas y evaluaciones<br />

a los que los niños están sometidos a lo largo do su oscolarizacién. Esta forma temprana do<br />

enseñar la competitividad perdurará en todos los ámbitos de la vida social. So puede ohsorvar<br />

con claridad en los doparlos, en ol deseo de sor aceptado en las universidades más prestigiosas,<br />

en la búsqueda de citas con personas atractivas. en la aspiración de desempeñar un<br />

cargo importante en el trabajo, en tener los ingresos más elevados, comprar un coche q1.10 re-<br />

Oeje un elevado estatus social y económico, pertenecer al club privado adecuado. ele.<br />

<strong>La</strong> lucha por el éxito competitivo es insaciable e infructífera, ya que pocos pueden<br />

alcanzar la cima, y no hay ningún ámbito de lo vida en el que no puedan establecerse<br />

comparaciones qua denoten envidia. Un hombre de 47 años, que provenía de una famílía<br />

de inmigrantes pobres y había logrado convertirse en un respetado ahogado, se deprimió<br />

y so consideró a sí mismo como un fracasado porquo no había conseguido sor juez<br />

del condado.<br />

<strong>La</strong> culpabilidad por haber defraudado a los demás, la desvalorízacíón debido a las propias<br />

límítactcues. y rocríminarse a uno mismo los fracasos constituyen sentimientos patogonos<br />

muy arraigados en muchos miembros de nuestra sociedad. Se nos ha enseñado muy<br />

bien a competir y buscar el éxito público, pero no a examinar sus objetivos, las recompensas<br />

limitadas ni las frustraciones inevitables que conlleva.<br />

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120<br />

Tras.tomos ee ta personalidad en la vida modema<br />

Normas sociales inestables y contradictorias<br />

<strong>La</strong> consecución de logros hace referencia a la necesidad de superar los éxitos que uno<br />

ha tenido en el pasado. <strong>La</strong> competitividad describe la lucha entre los individuos para superarse<br />

unos a otros en estos logros. Poro ¿qué ocurre si las normas por las que las personas<br />

miden sus logros no paran de cambiar o son ambiguas? ¿Qué sucede si las personas no<br />

pueden encontrar normas fiables y estándar para guiar sus aspiraciones?<br />

<strong>La</strong> función histórica de las tradiciones culturales ha sido proporcionar un significado<br />

y un orden a la vida social. definir las tareas y responsabilidades de la existencia y guiar a<br />

los miembros del grupo mediante un sistema de creencias. valores y objetivos compartidos.<br />

Estas tradiciones, transmitidas de padres a hijos. proporcionan a los jóvenes u.nas directrices<br />

para organizar sus pensamientos. comportamientos y aspiraciones.<br />

Uno de los problemas que tenemos hoy en día es el ritmo del cambio social y las normas,<br />

ceda vez. inás contradictorias. por las que tienen que regirse los miembros de nuestra sociedad<br />

(<strong>Millon</strong>, 1987). Bajo ol impacto acumulativo de la rápida industrialización, inmigro·<br />

ción, urbanización, movilidad. tecnología y medios de comunicacióo se ha producido una<br />

constante erosión de los valores y normas tradicionales. <strong>En</strong> lugar de un simple y coherente<br />

conjunto de costumbres y creencias, nos tenemos que enfrentar a unas normas en continuo<br />

movimiento y cada vez más cuestíonables, cuya durabilidad es incierta y precaria. Ya no podemos<br />

basarnos en las certezas y los valores absolutos que guiaron a nuestras generaciones<br />

anteriores. <strong>La</strong> complejidad y diversidad do la experiencia cotidiana hace estragos con las<br />

simples creencias arcaicas y las convierte en instrumentos inütiles para afrontar las realidades<br />

contemporáneas. Al carecer de uJ18 visión de la vida coherente, nos encontramos avanzando<br />

a tientas y sinti6ndonos perplejos. oscilando de un conjunto de normas a otro. incapaces<br />

de encontrar estabilidad y orden en el flujo cambiante de los acontecimientos. Ha habido<br />

pocas veces en la historia de la humanidad en las que tantas personas se hayan enfrentado<br />

a las tareas de la vida sin la ayuda de unas tradiciones aceptables y duraderas. Como he·<br />

mes indicado en nuestra exposición de los entecedemes da experiencia del trastorno límite<br />

de la personalidad, es muy probable que los factores que acabamos de describir constituyan<br />

tmponantes Influencias a la hora de conformar su disonancia psíquica interna.<br />

Esta gran cantidad de normas divergentes está compuesta por las contradicciones Intrínsecas<br />

entre las creencias a las que la gonta est~ expuesta. Nos sermonean para que «mostremos<br />

la otra mejilla». pero también nos exhortan a «co,npetir y ganar». L.1 tonsión de elegir entre<br />

valores y lealtades contradictorias nos persigue en todo momento, Los reclamos que compi·<br />

ten entre ellos por nuestro tiempo y atención, y las a.:xigencias divergentes para que nos comportemos<br />

de un modo aquí y de otro modo allá nos mantíonen en un constante torbellino y no<br />

nos permiten echar anclas en ningún sitio do forma estable ni situamos en una trayectoria fija.<br />

Por ejemplo. un madre ansiosa y abatida de 36 años con tres hijos no podla resolver el problema<br />

de si debía proseguir la carrera de abogado, que habla interrumpido cuando nació su primor<br />

hijo. o seguir siendo un ama de casa: en la primera sesión de terapia. estaba dividida entre<br />

el deseo de aceptar un trabajo como consejera legal para una administración pública implicada<br />

en programas sociales y humanitarios. y los sentimientos de culpabilidad, ya que sí decidía<br />

acepíar el trabajo, no oonseguirfa cumplir con sus responsabiUdades como esposa y madre.<br />

Sin un sistema de valores coherente. sentimos que vamos a la deriva; las presiones compensatorias<br />

sólo nos conducen a la incertidumbre, la oonfusión, el confüc10 y la hipocresía.<br />

<strong>De</strong>sintegración de las creencias y objetivos reguladores<br />

Amplios sectores de nuestra sociedad se encuentran al margen del estilo do vida norteamericano.<br />

Aislados por la desgraciada circunstancia da los prejuicios sociales o las pri-<br />

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Capitulo 3. OtsarroUo dt los trastornos de la pcrsOf'lalidad<br />

121<br />

vacíones económicas, su lucha no os lograr al éxito en una sociedad cambia.nto, sino conseguir<br />

cubrir las necesidades básicas para poder sobrevivir. Para ellos, la cuestión no radtca<br />

on qué valor social cambiante deberían elogi.r, sino si oxiste algún valor social por ol<br />

que valga la pena luchar.<br />

Los niños expuestos a la pobreza y la miseria, con escuelas inadecuadas, que viven en<br />

barrios pobres en comunidades en astado de deeadencla, que crecen en hogares rotos y caóticos.<br />

sin modelos parentales que hayan tenido éxito o hayan conseguido logros, e inmersos<br />

en una atmósfera generalizada de desesperanza. inutilidad y apatía no pueden evitar cuestionar<br />

la validez de la «buena sociedad». Al haberse criado en estos ambientes marginales.<br />

los individuos aprenden con rapidez. que hay pocas normas que valgan la pena y a las que<br />

puedan atenerse con éxito. Sean cuales sean sus esfuerzos para salir de ese entorno de mi·<br />

seria. se encuentran con los dolorosas restricciones que impone la pobreza. e incorporan un<br />

sentimiento de falta de sentido y de vacío en su existencia, en medio do un mundo indiforente,<br />

o incluso hostil.<br />

Como hemos expuesto al abordar el denominado trastorno antisocial de la personalidad.<br />

muchos jóvenes norteamericanos de raza negra de hoy en día rechazan do pleno la<br />

idea de encontrar su lugar en la sociedad contemporánea; se preguntan si un país que ha<br />

abogado por la igualdad, pero ha denigrado a sus padres y les ha privado de sus derechos<br />

y oportunidades, merece sor salvado. ¿Para qué pretender acoplar unos valores tan obviamente<br />

«falsos•? ¿Para qué intentar conseguir los objotivos de la sociedad general cuando<br />

la realidad socava todas sus esperanzas, y la existencia social es tan dolorosa y cruda?<br />

<strong>La</strong>s comunidades deterioradas y alienadas so autoalim.entan; perpetúan su decadencia<br />

destruyendo la iniciativa y las promesas a sus jóvenes, y también atraen a los marginados<br />

e inestables. Atrapados en este tejido social de desintegración, los jóvenes y los que<br />

cada voz van bajando más en la escala social se unen a los que ya so han npartedc de los<br />

valores de la sociedad general. <strong>La</strong> delincuencia. la prostitución. los hogares rotos, el crimen,<br />

la violencia y las adicciones caracterizan cada voz más a estas comunidados, y el ctrculo vicioso<br />

de decadencia y desintegración perdura y so intensifica.<br />

<strong>De</strong>bemos recordar, sin embargo, que las condiciones culturales y sociales duras raro.<br />

vez son causantes de las patologías de la personalidad. Más bien proporcionan un contexto<br />

en el que se producen los experiencias más directas e inmediatas de la vida interpersonal.<br />

Este contexto matiza y degrada las relaciones personales y establece modelos que imitar<br />

desedaptetívos y patógenos.<br />

RESUMEN<br />

Los obstáculos a los que se enfrantan los investigadores quo diseñau, ejecutan o ínterpretan<br />

los estudios sobre los trastornos do la personalidad son enormes. So han suscitado<br />

muchas preguntas sobre la adecuación metodológica do lnvastigaclones anterioros y sobre<br />

la probabilidad de que estos estudios sean más fructíferos en el futuro.<br />

Ya que es imposible diseñar un experimento en el que las variables relevantes puedan<br />

controlarse o manipularse de forma sistemática. resulta imposible establecer unas relaciones<br />

causa-efecto inequívocas entre estas variables y lo patología de la personalidad. Los in·<br />

vestlgadores no pueden disponer, y mucho menos subvertir o abusar. de un individuo o<br />

de un grupo social con el propósito de llevar a cabo un estudio científico. Por lo tanto. las<br />

invesligaciones en este campo deberán seguir siendo de tipo naturalista y correlativo. El<br />

problema que surge con los estudios naturalistas es Ja dificuJtad de inferir causalidad. <strong>La</strong>s<br />

correlaciones no nos proporcionan una base segura para poder determinar qu6 factores<br />

han sido la causa y cuáles el efecto. Por ejemplo, las correlaciones entre clases socíoecono-<br />

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122<br />

<strong>Trastornos</strong> de la J)'rsonatidad rn la vida moderna<br />

micas y los trastornos de la personalidad pueden significar tanto quo las condiciones sociales<br />

deterioradas producen trastornos mentales como qua los trastornos mentales tienen<br />

romo consecuencia un deterioro de las condiciones sociales.<br />

A lo !rugo del ceprtulo hemos indicado la falla de investigaciones definllivas que apoyen<br />

las añrmecíones relativas al papel de los factores patógenos en la patología da la personalidad.<br />

<strong>La</strong> mayoría de los teóricos creen firmemente quo los factores patógenos de naturaleza<br />

psicosocíal y biológica üeneu un papel importante, pero los avances cient(ficos se<br />

producen en relación con hechos probados mediante investigaciones bien diseñadas y ejecutadas,<br />

y no teniendo en cuenta suposiciones y creencias. Esta falte de pruebas no signílica<br />

que los investigadores hayan descuidado el tema. sino que existen enormes dificultades<br />

a la hora do desenmarañar la intrincada interrelación de influencias que dan lugar a las patologías<br />

de la personalidad. A pesar de estas disculpas, es preciso ser prudentes y no aceptar<br />

sin más las aseveraciones de los teóricos en el ámbito de la patogenia.<br />

No tenemos más elección que seguir buscando las pistas sugerentes que nos proporcionan<br />

la especulación plausible y las investigaciones. Aparto de las dificultades. debemos<br />

evitar volver a caer en las simplificaciones del pasado y no cesar en el empeño a causa del<br />

desánimo o del cinismo. Nuestro conocimiento, cada voz mayor, sobre la naturaleza multifactorial<br />

y circular de la patogenia, así como sobre las inextricables secuencias evolutivas a<br />

través do las cuales avanza. debería ovitar que cayéramos en las simplificaciones que condujeron<br />

a los antiguos teóricos a atribuir la patología de la personalídad a factores únicos. Puedo<br />

haber numerosas rafees patógenas. Los elementos causales ao;tán tan entremezclados que<br />

debemos planificar nuestras estrategias de investigación para desentrañar los determinantes<br />

aislados y sus puntos de convergencia, sus ínternoctones y contlnuldades.<br />

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•<br />

CAPITULO 4<br />

Evaluación y terapia<br />

de los trastornos<br />

de la personalidad<br />

I Objetivos<br />

• ¿Es Util la evaluación previa a la elaboración del plan de tratamiento?<br />

• ¿<strong>En</strong> qut se diferencia la pt.rspectiva nomotética de la ideográfica?<br />

• ¿<strong>De</strong> qué métodos se dispone para la evaluación de la personalidad?<br />

• <strong>En</strong>umerar los factorts que sesgan y distorsionan la medición de la personalidad.<br />

• ¿<strong>De</strong> qué niveles de interpretación de la información obtenida en los tests psicológicos se dtSpone?<br />

• Otsc:ribir las ventajas e inconvenientes de los dos principales cuestionarios autoaplicados (MMPI y MCMI).<br />

• ~c:ribir las dos entrevistas clínicas más utilizadas.<br />

• <strong>De</strong>scribir y tvaluar las tendencias contemporaneas en psicoterapia.<br />

• ¿Qué es la psiooreropia int~rocionisto?<br />

• ¿Out son partjos potencíodas y secuenc:íc,s catalíticos?<br />

i o<br />

<strong>En</strong> los tres primeros capítulos do esto libro S9 ha revisado qué os la personalidad. las<br />

perspectivas clásicas y contemporáneas en esto ámbito y las ideas relacionadas con ol desarrollo<br />

de las caractorfsticas de la personalidad y sus trastornos. Esto capítulo se aleja de las<br />

cuestiones teóricas para abordar aspectos más prácticos: el proceso do evaluación psícologica<br />

y la terapia. Por desgracia, el desarrollo do la toorfa, la evaluación y la íntarvenctén han<br />

discurrido por caminos casí independíentes. Por ejemplo, la terapia cognitiva ha ido evclucionando<br />

paralelamente a la psicología cognitiva. AJ no integrarse en un marco conceptual<br />

superior, este ámbito ha acabado por dispersarse en cientos de instrumentos de evaluación<br />

y psicoterapias. <strong>En</strong> algunos casos se siguen utilizando los Instrumentos que aparecieron<br />

hace algunas décadas. sin revisar su estructura y su contenido, en vista de los avances más<br />

recientes. <strong>La</strong> idea principal que se expone en este capítulo es que la evaluación y la terapia<br />

deberían ser congruentes con el constructo integrado de la personalidad. Si fuéramos astro-<br />

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124<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad M la vida modtrna<br />

nomos que miraran a través de telescopios diseñados sin tener en cuenta los principios de<br />

la óptica, obtendríamos una visión muy distorsionada del universo. Oc igual manera. la evaluación<br />

y la puesta en práctica de la psicoterapia deben plantearse considerando que la personalidad<br />

es la configuración de variables que afectan a la matriz entera de la persona.<br />

I EVALUACIÓN DE LA PERSONALIDAD<br />

<strong>La</strong> evaluación debería servir como base para la terapia. Sin ella. la terapia no puede llevarse<br />

a cabo de une manera lógica. El objetivo de la evaluación es, esencialmente. el objetivo<br />

de la ciencia. pero siempre aplicada a la persona en su totalidad y no sólo a un área de<br />

estudio. El clínico debe entender desde una perspectiva científica la interacción de los<br />

síntomas manifiestos. los rasgos de la personalidad y los factores psicosociales. <strong>De</strong>berían<br />

evaluarse por separado los componentes del modolo multíaxial del DSM para luego integrarlos<br />

en un compuesto único: la conceptualización del caso.<br />

Relación entre ciencia pura y ciencia aplicada<br />

Probablemente, la mejor manera de entender el proceso de evaluación y la terapia sea<br />

comparando la ciencia pura y la ciencia aplicada. ¿<strong>De</strong> dónde surgen? <strong>En</strong> química y física, las<br />

dos van de la mano, de tal manera que los descubrimientos de la ciencia pura acaban generando<br />

nuevas lécnicas o instrumentos. Por ejemplo, el proyecto del genoma hwnano promete una<br />

revolución en medicina. Sin embargo. en las ciencias sociales, las vertientes pura y aplicada<br />

de la ciencia suelen desarrollarse independientemente. Seguimos utilizando instrumentos díseñedos<br />

hace décadas, y la cantídad do psicoterapias sigue aumentando exponencialmente.<br />

Perspectivo nomotético<br />

Como muchos autores han afirmado, en. realidad existen dos ciencias en psteología. <strong>La</strong><br />

primera, la perspectiva nomotética, se centra en los constructos hipotéticos y en las proposiciones<br />

teóricas que reJacionan entre sí los diferentes constructos, denominada enfoque<br />

nomológico. Suelen plantearse cuestiones que hacen hincapié en constructos psicológicos:<br />

¿cuá1 es la relación entre el locus de control y la deprestén? o ¿cómo se relaciona el<br />

conunuo de la complejidad del esquema del sí mismo (selfl con la vulnerabiüdad al estrés'?<br />

<strong>La</strong> individualidad, el objetivo principal de la clínica, queda excluida a) trabajar con<br />

grandes muestras do sujetos. <strong>La</strong>s características particulares de cualquier persona no deben<br />

contaminar los resultados. Dos personalidades narcisistas desdichadas en su matiimonio<br />

pueden ser una coincidencia: doscientas constituyen un dato relevante.<br />

<strong>La</strong> perspectiva nomotéríca sirve a las necesidades de la ciencia. que parte de relaciones<br />

universales. Como ciencia, la personalidad no pretendo descubrir las Joyos del comporta·<br />

miento específico de una persona; el hecho de que uoo no pueda despejarse si no se toma<br />

un café por la mañana es irrelevante. <strong>En</strong> lugar de esto. el propósito de la cteuc¡a es desarroUar<br />

teorías que se puedan aplicar en el campo de los feuomenos maniñestos no con·<br />

templados. ni comprendidos, u¡ abordados baste el momento. Nadie ha podido ver, ni<br />

oler, ni tocar un agujero negro, pero la teoría de la relatividad nos permite predecir qué ocurriría<br />

si entrásemos en uno de ellos. Asimismo, los psicólogos de la personalidad buscan<br />

proposiciones universales sobre el comportamiento que puedan demostrarse tantas veces<br />

como sea necesario en experimentos repelidos. Allport (1937; pág. 4) comparé la perspecttva<br />

nomotética a «hallar una única hebra que va de un individuo a otro, vísible sólo a través<br />

do los mágicos anteojos de una actitud teórica especial».<br />

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Capituto 4, Evaluación y trrapia ee k>s trastornos de la pe:rsonatidad<br />

125<br />

Perspectiva ideográfica<br />

<strong>La</strong> perspectiva ideográfica resalta la complejidad do la individualidad. Cada persona<br />

es el resultado de una historia única de interacciones entro factores biológicos y contoxtualcs.<br />

una historia que nunca antes había existido y que no se repetirá. <strong>En</strong> este caso, las<br />

leyes universales y los sistemas de clasificación tienen un valor muy limitado. Por el con·<br />

trario, el entendimiento de la persona requiere conocer las particularidades de su existen·<br />

cía: dónde nació, cómo le influyó su profesor de primer curso. por quó ha decidido estudiar<br />

la carrera de psicología y no dedicarse a criar hámsteres. o cómo la muerte de su padre en<br />

aquella horrible tormenta hizo añicos su fe cuando estudiaba quinto curso. Sogún Honry<br />

Murray (1938: pág. 604). da historia de la personalidad es la personalídads.<br />

<strong>En</strong> su forma extrema, la perspectiva ideográfica sostiene quo hay algo ineíablo en la individualidad,<br />

y que su complejidad no puedo quedar totalmente incluida en un ünlco sis·<br />

tema de clasificación. Corno tales, las taxonomtas son sólo aistemas oxpli.cativos provísjomiles<br />

que deben modificarse cada vez que se disponga de nuevas evidencias. Los sistemas<br />

teóricos son meros puntos de partida que. si se utilizan. deben considerarse artefactos que<br />

facililan la investigación y no objetivos finales. <strong>La</strong>s descripciones transversales, tales<br />

como los diagnósticos y los perfiles de personalidad, son sólo el principio. Dado que el objetivo<br />

más importante es hacer una rica descripción de la. persona, los coostructos deriva·<br />

dos a partir do cualquier perspectiva o stsrama de clasificación son aceptables si ayudan a<br />

entender y comunicar la individuaJidad de la persona. No se desaprueba e) eclecticismo<br />

do los divorsos modelos, y se considera qua ofrocen un campo fértil para obtener retratos<br />

realmente esclarecedores de la íudívíduahdad.<br />

t s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

i<br />

Diagnóstico frente a evaluación<br />

Si los fenómenos psicológicos so pudieran definir tan bien como los do la química o<br />

la física, todas las personas podrían ser diagnosticadas en una ünica categoría que cubríria<br />

por completo su manera particular do ser. Todo aquello qua os la persona podría ubicarsc<br />

bajo una única etiqueta. y a partir de ésta se podría saber de forma automática a<br />

qué tipo de problemas es vulnerable una persona y cuáles son las terapias más eficaces<br />

para tratarlos. <strong>De</strong> hecho, se podría prodecir todo de antemano. <strong>La</strong>s técnicas de medida<br />

permitirían que los clínicos aislaran con exactitud «qué hace funcionar a u.na persona». y<br />

la aplicación de las leyes psicológicas permith-ía modificar comportamientos. sentí·<br />

mientos y actitudes. Cada faceta de la persona podría explicarse en el contexto de esta<br />

ciencia determinista. <strong>De</strong>sde esta perspectiva, la individualidad es un enemigo. un obstáculo<br />

que Limita lo detección de los patrones subyacentes. Conociendo la etiqueta diagnósuce<br />

so puede conocer a la persona. Si se produce alguna desviación del dtagnosnco,<br />

esta Información se considera irrelevante y puedo descartarse. Como es natural. las cosas<br />

no son tan sencillas, pero se siguen elaborando estudios para encontrar un sistema do da·<br />

sificacióu de esto tipo.<br />

Los trastornos de la personalidad do) DSM tratan do conservar lo mejor de una perspectiva<br />

basada en constructos_. además do permitir la medición de la individualidad. <strong>En</strong> primer<br />

lugar, el OSM permite asignar diversos diagnósticos de trastornos de la personalidad.<br />

Son frecuentes las combinaciones do dos, tres o incluso cuatro trastornos de la personendad.<br />

<strong>En</strong> segundo lugar, y como so ha señalado en el capüulo 1, cada trastorno do la personalidad<br />

so operativiza como un prototipo formado por muchas características: sus criterios<br />

diagnósticos, Dado que pa.ra realizar un diagnóstico sólo os necesario presentar un subconjunto<br />

de criterios, hay decenas de formas de ser histriónico. esquizoide. masoquista. etc.<br />

Existen múltiples maocras de cumplir los criterios diagnósticos para cada trastorno de la<br />

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126<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pt"rsonalidad en la vida moderna<br />

personalidad. Estas amplias posibilidades están pensadas para acomodar la individualidad<br />

al sistema diagnóstico. mientras que las etiquetas diagnósticas reconocen, a pesar de todo,<br />

que las personas que reciben el mismo diagnóstico son similares. Los histriónicos se pare·<br />

cen entro sí. aunque unos pueden llamar más la atención o sor más expansivos. po.r ejem·<br />

plo. y otros ser más seductores.<br />

limitaciones del sistema de clasificación<br />

Sea cual sea el sistema de clasificación categorial. la cuestión es qué etiquetas recibe<br />

un individuo. Por otra parte. la perspectiva ideográfica nos recuerda que los constructos<br />

diagnósticos de las taxonomías son meros puntos de referencia que facilitan la comprensión<br />

y con los que se compara a la persona. <strong>En</strong> el caso de atribuir una personalidad narcisista a<br />

un individuo, lu siguiente pregunta que debe hacerse es: ¿en qué se diferencia esta persona<br />

de la personalidad narcisista pura? Al hacer esta pregunta se desvía la atención de las etiquetas<br />

diagnósticas simples para dírigirla a la comprensión de la persona. Dado que el objetivo<br />

es entender a la persona desde una perspectiva ideográfica, la evaluación. en realidad.<br />

trata de demostrar las limitaciones del sistema diagnóstico con respecto a la persona<br />

inmediata. Existen diversos instrumentos en los que el propio paciente proporciona la información<br />

y técnicas proyectivas que permiten llevar a cabo este proceso. E) estudio de la<br />

personalidad comienza siendo una dencia. pero acaba siendo un arte.<br />

Una vez se ha conceptualizado a la persona en términos de prototipos de la persona·<br />

lidad, es necesario añadir información biográfica para responder al siguiente tipo de preguntas:<br />

¿cómo so dosarrolló esta característica de personalldad y de dónde surge? Algunas<br />

preguntas pueden responderse sin problemas. Por ejemplo. dos personas a.firman lo siguiente:<br />

«Mi padre siempre fue muy testarudo. y yo soy como él». o «Cuando yo era pequeño<br />

mi madre siempre estaba enferma, por lo que creer siendo muy independiente».<br />

Este tipo de respuestas obligan automáticamente o hacer otras preguntas. Cabe la posibilídad<br />

da que en el primor caso. la persona se identiñque claramente con su padre o que consídere<br />

que la testarudez sea un rasgo negativo que debería eliminar de su personalidad.<br />

como debería haber hecho su padre. <strong>En</strong> el segundo caso. la persone puede pensar que su<br />

madre le desatendio o puede sentirse orgulloso por haber podido superar solo una infancia<br />

difícil.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LAS HABILIDADES CÚNICAS<br />

<strong>De</strong>sarrollo de la perspectiva clinico<br />

¿QUÉ OCURRE CUANDO LOS RASGOS DE DIFERENTES DIAGNÓSTICOS se MEZCLAN?<br />

Jenna acabó abrumada po, la cantidad de información obtenida al "'aluar a su primer cliente.<br />

Aunque éste cumplía criterios OSM­fV para ti diagnósnco de un trastorno compulsivo de la persona·<br />

lidad, presentaba otros rasgos que no se: podian tener en cuenta s1 utilizaba este diagnóstico. AJ consultar<br />

con su supervisor y revisar la entrevista climca y los resultados de las pruebas. detectaron inttnsas<br />

tendencias dependientes, aunque estas no lfegab.an al umbral del trastomo de la personalidad<br />

por dependencia. Jenna se Sintió aliviada cuando et supervisor te d1JO que la clínica era un arte y una<br />

ciencia. A• reahzar su pnmcr informt: clinico. en lugar de limitarse a los resunacos de los it'\Strumentos.<br />

Jenna utilizó toda la información que tenla, incluyendo su propia experiencta con el sujeto durante<br />

la sesión de evaluación.<br />

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Capítulo 4. Evaluación y terapia de los trasto,nos de la persooalldad<br />

127<br />

<strong>De</strong> todas maneras, no siempre se puede acceder de forma consciente a los antocodontos del<br />

desarroUo de la personalidad. Los individuos presentan diferentes grados de íntrospeccíén y<br />

algunos pueden referir más detalles concernientes a su biografía que otros. Algunas personas<br />

simplemente son malas infonnadoms de sus biograffas, mientras que es posible que otras hayan<br />

reprimido amplias parcelas de su infancia. El estilo cognitivo de algunas personalidades, sobre<br />

todo el de la personalidad histriónica. permite recordar impresiones generalizadas aunque<br />

con pocos detalles c:oncrotos. No so puedo llegar a sabor todo do antemano ni tampoco llegar a<br />

desvelarlo en la evaluación. Es frecuento acceder a conexiones profundas e introspecciones<br />

meses más tarde. cuando el terapeuta y el individuo llegan a entender el origen de los patrones<br />

desadaptativos que se han ido repitiendo una y otra ve-za lo largo de los años. Una vee añadido<br />

este elemento biográfico adicional. las categorías diagnósticas comienzan a parecer muy pobres.<br />

<strong>De</strong>bido a que los diversos patrones evolutivos ocasionan diferentes trastornos de la<br />

personalidad. los antecedentes evolutivos suelen rastrearse mediante el diagnóstico del<br />

trastorno de la personalidad del sujeto. Por ejemplo. los conocimientos clínicos sugieren<br />

que la personalidad narcisista suele estar asociada al hecho de ser el primer hijo varón o ser<br />

hijo único. Aunque un sujeto con personalidad narcisista tenga muchos hermanos. es muy<br />

probable que haya tenido un estatus especial en la familia. Los futuros narcisistas exporímentan<br />

un cariño tan indulgente. intenso y no contingento qua son incapaces do aprender<br />

que los demás existen independfontemente de ellos. <strong>En</strong> consecuencia. desarrollan egccentrismo.<br />

arrogancle. insensibilidad y un sentido de autoimporta.ncia: esperan que los demás<br />

se anticipen a sus necesidades y se encolerizan cuando sienten que se les ignora. Todos<br />

los trastornos de la personalidad tienen sus propias experiencias tempranas características.<br />

El conocimiento en profundidad de estas etapas evolutivas ayuda a centrar algo más la entrevista<br />

cHnica, y así validar el diagnóstico clínico o sugerir alternativas.<br />

Carácter de la medición<br />

<strong>En</strong> las denominadas «ciencias exactas». las perspectivas nomotética e ideográfica suelen<br />

perfeccionarse a medida que se adquieren más conocimientos. Por ejemplo, aunque los<br />

astróaomos estudien las propiedades de determinadas clases de estrellas. pueden estar in·<br />

teresados también en entender el compcrtemlento de una estrella muy Importante, el sol.<br />

Mediante el análisis de su composición y la aplicación de modelos complejos do la dinámica<br />

de fluidos, es posible predecir muchas caracterrstícas del comportamtantc solar 001l una<br />

precisión sorprendente. como la intensidad del próximo ciclo de la mácula solar. <strong>En</strong> esto<br />

caso, es posible conocer una entidad determinada apllcando leyes universales. Por otra par·<br />

te. una anomalía peculiar también puede hacer avanzar la ciencia. Por ejemplo, si tras la colisión<br />

de antiprot.onos muy acelerados so descubre una nuova partícula. so revisarán las too·<br />

rías fundamentales de la naturaleza, do manera quo su existencia sea un resultado esperado<br />

del experimento. <strong>De</strong>spués de generalizar la teoría, esta anomalta dejará de serlo.<br />

ÉNFASIS EN EL CONTEXTO<br />

Buscando el paralelismo histórico<br />

¿CÓMO AFECTAN LAS INFlUENC1AS FAMILIARES EN El OESARROllO OE LA PERSONAllOAO?<br />

Tras varias sesiones de: terapia, Justin seguía quejándose de su ,estúpido» profesor de escritura<br />

creativa porque éste no recooooa que la mttligencia de su alumno fuera supenor y oe se daba euen-<br />

(coflt1flúoJ<br />

Copynghted m atenal


128<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ~rson.atidad en la vida modttna<br />

ÉNFASIS EN EL CONTEXTO {contínuucíón¡<br />

ta de su genialidad. Finalmente. Jcnna habló con los padfCS de Justin. Como cabía esperar, su madre<br />

estaba dedicada por completo a su hijo y se anticipaba a cualquitr cosa que necesítara. Aunqut él se<br />

había marchado de casa durante un semestre, su madre le seguía llamando por teltfono todos los dias.<br />

y una vez a la semana le enviaba paquetes con su comida preferida. <strong>En</strong> realidad, él era el centro del<br />

universo. at menos para su madre. Jenna consiguió que Justin entendiera el problema introduciendo<br />

en la tNapia el tntorno más inmediato de su paciente. Por desgracia. éste no estaba preparado para<br />

relacionar la arrogancia y la desilusión que le suscitaba su pcofesor con las expectativas que se habla<br />

formado a partir de la adoración que su madre stntia por CI.<br />

<strong>En</strong> las ciencias exactas se combinan dos característícas que posibilitan la intoracción<br />

entre lo particular y lo general. <strong>En</strong> primer lugar. la Instrumentación en las ciencias físicas<br />

está muy desarrollada, con lo que so obtienen observaciones muy precisas. <strong>La</strong> naturaleza<br />

del instrumento de medida no contamina la propia medida. <strong>La</strong> temperatura es un ejemplo.<br />

Todos entendemos qué significan 32 ºC do temperatura; el hecho de que se emplee un ter·<br />

mómetro de mercurio o de alcohol es lrreleveute. Además. en las ciencias físicas. los instmmeotos<br />

son Intercambiables. ya quo no varía la precisión do la medida o. si lo hace, ~sta se<br />

puede cuantificar. Un termómetro de alcohol y otro de mercurio proporcionan el mismo resultado.<br />

<strong>En</strong> segundo lugar, tras obtener medidas precisas, so puodon introducir en moda-<br />

Los matemáticos muy desarrollados. Los usuarios pueden olvidar el origen da sus mecUcíones<br />

para concentrarse en comprender el fenómeno en cuestión. Asf funciona la mayoría de<br />

modelos físicos.<br />

Bn cambio. la medícíén en ciencias sociales padece de imprecisión intrínseca. Los fe·<br />

nómenos de las ciencias sociales no tienen límites claros. y sus propiedades no se pueden<br />

entender fácilmente en términos de organización jerárquica. <strong>La</strong> quúnica se basa en las pro·<br />

piedades físicas de la materia, la biología arranca de la química, y la psicología de la biología.<br />

Pero la humedad no se puede entender partiendo de las propiedades aisladas del hidré-<br />

geno y el oxígeno. y la conciencia no se puede entender desde la biología. Es más, los fenómenos<br />

de las ciencias sociales normalmente no se pueden explicar al margen del contexto<br />

en el que tienen lugar. <strong>En</strong> el ámbito psicológico, las variables científicas son constructos<br />

hipotéticos. tales como la ansiedad o el masoquismo. Pueden presentar correlaciones biológicas.<br />

quizá con determinadas estructuras cerebrales o con sistemas de neurotransmisores,<br />

pero presentan también un componente psicológico que no se puede reducir a la btología.<br />

A diferencia de las ciencias físicas. los instrumentos de medida de la personalidad y de<br />

la psícopatologta sou inherentemente Imprecísos. Cuando el termómetro Indíca 50 "C, todos<br />

sabemos que hace un calor insoportable. <strong>En</strong> cambio, cuando un terapeuta afirma que un sujeto<br />

ba obtenido una puntuación de 50 en una escala de deprasión, la pregunta que surge<br />

automáticamente es: ¿en qué escala? <strong>La</strong> correlación entre la temperatura de un termómetro<br />

de alcohol y la de uno de mercurio es muy elevada, pero les correlaciones entre las medidas<br />

de personalidad suelen ser moderadas y, algunas veces. muy desalentadoras. <strong>La</strong>s versíones<br />

similares de instnunentos tampoco se correlacionen perfectamente. Es necesario que el<br />

terapeuta conozca el instrumento de medida: si no es así. la puntuación carecerá de signíficado.<br />

Además. es frecuente que instrumentos similares aplicados a un mismo individuo<br />

obtengan resultados que no coinciden. Por ejemplo. dos instrumentos diferentes para la<br />

evaluación de los trastornos de la personalidad pueden obtener perfiles muy distintos, o<br />

puedo ocurrir que un cuestionario no coincida con una entrevista clínica. Todos hemos<br />

Copyrighted maiertal


capitulo 4. Evaluadól'I v te,api.a de los trastornos de la ptrsonalidad<br />

129<br />

conducido mientras llueve; cuando mlramos a través de las gotas del parabrisas, el mundo<br />

quo observamos parece estar desenfocado. <strong>En</strong> la medíclén de la personalidad y la pstcnpatología<br />

ocurre Jo mismo; nuestra visión del individuo siempre ostá algo oscurecida por las<br />

particularidades del instrumento de medida y por los sesgos inherentes a la fuente do información.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA EVOLUCIÓN CLÍNICA<br />

Idoneidad de la medida<br />

MEDIR EL CAMBIO PSICOTERAPÉVTICO<br />

Hacia el final del primer semestre 6' formación ciínica de Jenna. su supervisor le recomendó que:<br />

votv1era a evaluar a Justin mediantt los tests que habí.a utilizado en la primera y que comparara los resultados.<br />

Esta serie de pruebas constaba de tres medidas diferentes de depresión. Oos de: ellas demostraron<br />

una mejoría notable, y en la tercera la mejoria sólo eta leve. Al comentar estos resultados<br />

con su supervisor, compararon los ítems de los tres instrumentos y obse:rvaron que la medida que no<br />

coincidia influia sobre todo en la identificación de problemas que existían desde hada mucho tiempo<br />

v. por tanto, no se trataba de una medida sensible al cambio psieoterapéutico.<br />

i<br />

5<br />

1<br />

i<br />

i<br />

j<br />

Fuentes de información<br />

<strong>La</strong> información es la base de toda medición y, por tanto. la base do toda evaluación<br />

clínica. Existen cinco maneras de obtener infonnación que ayudan a describir el problema<br />

clínico: cada una tiene sus propias ventajas e inconvenientes. <strong>La</strong> primera fuente es el cuestionario<br />

autoaplicado: los sujetos informan sobre ellos mismos complotando una lista<br />

detenninada de ítems. <strong>La</strong> segunda consiste en las escalas de evaluación y las listas de síntomas:<br />

una persona que conozca bien aJ sujeto rellena este formulario para proporcionar<br />

una perspectiva alternativa. <strong>La</strong> tercera fuente es la entrevista clínica; el clínico hace pro·<br />

guntas y el sujeto las responde verbalmente y. a menudo. sin ninguna restricción. El clínico<br />

es libre de seguir cualquier línea particular de preguntas y. por lo general. combina<br />

preguntas estándar con preguntas específicas del problema manifiesto. <strong>La</strong> cuarta fuente de<br />

ínformacíón son las té


130<br />

<strong>Trastornos</strong> deo la personalidad tn la vtda modema<br />

dero-falso- hasta «nunca, algunas veces, a menudo y siempre», <strong>La</strong>s variaciones son ínñnttas,<br />

Los tests breves suelen evaluar un solo constructo; los tests más extensos, denominados<br />

cuesttonarlos autoapltcados, pueden llegar a evaluar 20 constructos o más. <strong>En</strong> los tests<br />

más extensos. las puntuaciones de las escalas configuran un perfil.<br />

Dado que estos cuestionarios representan las propias respuestas del individuo. son<br />

especialmente valiosos para identificar con rapidez los problemas clínicos. Salvo que el individuo<br />

se muestre violento o psicótico. se puede administrar un cuestionario en cualquier<br />

momento del proceso clínico con una supervisión mínima. Por ejemplo, es posible<br />

utilizar el perfil obtonído al comienzo de la terapia como línea de base para evaluar el progreso<br />

posterior. ltems del tipo «Soy demasiado expansivo para mi propio bien» evaJúan rasgos<br />

de personalidad. Otras preguntas. denominadas ítems críticos. evalúan situaciones desesperadas<br />

que deben recibir atención clínica inmediata, tales como «Quiero suicidarme»,<br />

<strong>En</strong> la época actual de gestión sanitaria. en la que os necesario documentar mínucíosamante<br />

la evolución (o los progresos). las evaluaciones breves en serie mediante autoinformes<br />

permiten dosc:ribir el curso clínico de una manera rápida y adecuada.<br />

Escalas de evaluación y listas de síntomas<br />

<strong>La</strong>s escalas de evaluación pueden ser completadas por cualquier persona que conozca<br />

bien al individuo, quizás el cónyuge, un profesor, los padres, un compañero de trabajo. un<br />

sacerdote o incluso un funcíooaeio de prisiones supervisor de libertad condicional. Estas<br />

personas se encuentran en situación de ofrecer una perspectiva única del problema, de su<br />

gravedad y de sus causas. Los clínícos tambléo pueden completar las escalas de evaluación<br />

y las listas de síntomas realizando una serie de juicios a partir de la información que<br />

han recabado, incluyendo la entrevista clínica. <strong>En</strong> este caso. las escalas de evaJuación y las<br />

listas de síntomas suelen servír de recordatorio, asegurando la inclusión de todo Jo que sea<br />

relevante para el trastorno en el momento de desarrollar un plan de tratamiento. Por lo ge·<br />

neral, las escalas do evaluación constan do más ftoms que los criterios diagnósticos OSM-IV<br />

para el mismo síndrome y suelen ser más rigurosas. Al incluir más ítems. proporcionan me·<br />

dldas más fines, aunque es necesario dedicar más tiempo para completarlas. Por ejemplo, la<br />

Lista para la psícopeue-revísada (PCL-R; Hare, 1991) conste do 20 üems. mientras que el<br />

DSM-IV proporciona sólo 7 criterios para el dia.gnóst-ico de un trastorno antisocial de la personalidad.<br />

Auoque la PCL-R se emplea para estudiar la psicopatía. existen pocas escalas<br />

de evaluación para otros trastornos de la personalidad.<br />

<strong>En</strong>trevista clínica<br />

<strong>La</strong> entrevista c1ínica se utiliza como criterio estándar en psioopatología con el que es·<br />

ludiar la validez de los demás instrumentos de evaluación. EJ desarrollo do las diversas<br />

entrevistas clínicas sistemáticas y formalizadas, que se inició en la década de 1960, continúa<br />

siendo un importante hito en la historia de la evaluación clínica, Dado quo las entrevistas<br />

estandarizan las preguntas que so efectúan a los pacientes. aumentan en gran medida la<br />

fiabilidad lnteravaluadcr, entendida como el grado de acuerdo entre los diferentes clínicos<br />

en cuanto al diagnóstico de un mismo individuo. Es especialmente cierto en los trastornos<br />

de la personalidad, que son constructos amplios que además se solapan.<br />

Existen dos tipos de entrevista clínica. la estructurada y la semíesrructurada. <strong>La</strong>s entrevistas<br />

estructuradas requieren personal especíelizado y suelen utflizarse en proyectos prolongados<br />

de investigación, y no en la práctica clínica habitual. Se formula una serie establecida<br />

de preguntas de la que el entrevistador no puede salirse en ningún caso. <strong>De</strong> esta manen,<br />

se estandariza el proceso de evaluación entre entrevistadores. con lo que se compensa has-<br />

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Capitulo 4, Evaluación y rtrapla de los trastornos de la personalidad<br />

131<br />

ta cierto punto su falta de experiencia profesional. <strong>De</strong> otro modo, cabe la posibllídad de que<br />

el entrevistador se pierda en algún momento y que pierda tiempo o recabe información innecesaria.<br />

Muchas entrevistas estructuradas son exclusivamente instrumentos de investigación<br />

que se emplean en estudios subvencionados. Por participar y responder a las preguntas durante<br />

varias horas. los individuos suelen percibir una compensación económica.<br />

Por el contrario, las entrevistas semiestructuradas se basan on la expertencln y los conocimientos<br />

que uene el profesional, y permiten introducir otro tipo de preguntas cuando<br />

éste lo desee. Por tanto. si el sujeto efectúa una afirmación que puedo ser relevante on algún<br />

momento de la evaluación, el clínico puede indagar sobre este tema de inmediato. si Jo da.<br />

sea. Algunas entrevistas semíestructuradas se adaptan a la evaluación exhaustiva del Eje O.<br />

Es necesario dedicar más do dos horas para edmtnlstrarlas y corregirlas. incluso con entre·<br />

namiento. Otras entrevistas semicstructuradas se centran en uu solo constructo y pueden<br />

tardar alrededor de una hora. Dado ol tiempo quo requieren, este tipo de entrevistas no se<br />

emplea mucho cm la práctica clínica actual Sín embargo. pueden resultar extraordinaria·<br />

monto útiles para la formación clínica. Dado que ya contienen preguntas de entrevistas de<br />

utilidad probada. permiten adquirir con rapidez conocimientos en el terreno diagnóstico.<br />

Técnicas proyectivas<br />

Algunas situaciones permiten que surja flexibilidad, novedad y que so expresen díferenctas<br />

indivlduedes en cuanto aí oomportamionto, mientras que otras no. Cuando las snunclones<br />

están muy guiadas. las limitaciones del entorno son las que dominan, y e) comporta·<br />

miento de los Individuos tiende a converger, al margen de sus rasgos de personalidad.<br />

Casi todo el mundo se detiene cuando el semáforo está en rojo, y casi todos lloran en un<br />

funeral, o como mínimo tratan de aparentar tristeza. Por el cont:ra.rio. cuando la influencia<br />

social para un comportamiento determinado es débil. el comportamiento no está determtnodo<br />

por el entorno, sino por factores internos de le persona. Por tanto. el observador debo<br />

preguntarse: de rodas las posibles maneras de comportarse, ¿por qué estas respuestas con·<br />

cretas. y no otras'(<br />

<strong>La</strong>s tócnicas proyect ivas tratan de extraer las influencias internas. y oon frecuencia in·<br />

conscientes, sobro el comportamionto presentando al sujelo situaciones desestructuradas,<br />

vagas y ambiguas. El test de las manchas do tinta do Rorschach es al ejemplo clásico. Conslste<br />

en enseñarle al sujeto una serie de 10 manchas para que éste diga lo que ve. Aunque las<br />

manchas no pretenden parecerse a nada en concreto. los individuos casi siempre refieren ver<br />

alguna cosa que puede ir desde lo más neutro a lo claramente psicótico. <strong>En</strong> el test de frases<br />

incompletas. el individuo debo escribir uno respuesta a una serie de frases inacabadas, tales<br />

como «Mi madre •· El test de apercepctéu temática consiste ea unas imágenes de<br />

varias situaciones interpersonales. El individuo debe construir una historia on la que axpl ¡.<br />

que qué ocurre. qué desencadenó esos acontecimientos y cuál será su final. Dado que las técnlcas<br />

proyectívas requieren mucho tiempo para completarlas y no se consideran tan cientí-<br />

Ocas como los cuestionarios autoaplicados o las entrevistas, en los últimos años ha disminuído<br />

su uUJización. sobre todo con la aparición del sistema de gestión sanitaria.<br />

Factores que distorsionan y sesgan la medición<br />

<strong>En</strong> todas las ciencias, las mediciones están limitadas por factores que las sesgan y distorsionan.<br />

<strong>En</strong> las llamadas «ciencias exactas», estas Inñuenclas suelen cuantificarse direclamente<br />

para límitar la pérdida de precisión de la medición. <strong>La</strong>s estrellas centellean a causa<br />

del calor y las impurezas da la atmósfera. Pero los telescopios actuales pueden agrupar las<br />

propiedades de la atmósfera y analizar factorialmente el centelleo para obtener imágeoes de<br />

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132<br />

Trastcmcs dt la ptrSOnalidad en la vida modtm;i<br />

mayor definición. <strong>En</strong> cambio, en la personalidad y la psícopatología este control tan preciso<br />

no suele ser posíble. Por tanto, la información queda limitada tanto en cantidad como en<br />

calidad. Algunos individuos no tienen facilidad para explicar su biografía. presentan esca·<br />

sa introspección o tienen una capacidad verbal limitada. Aunque tengan buen nivel íntelectual<br />

y buena memoria, las personas acaban explicando lo que saben de ellas mismos o lo<br />

que piensan que saben. Es posible que Dios tenga el monopolio do la verdad, pero los seres<br />

humanos tienen que trabajar con indicadores falibles. Los crüícos psicodinámiccs han llegado<br />

a afirmar que las verdades más importantes son las que resultan más amenazadores<br />

para el sujeto y. por tanto. son las que tienen más probabilidades de permanecer reprimidas<br />

en el inconsciente. más allá del alcance de los cuestionarios autoaplicados o de las entrevistas<br />

clínicas.<br />

Factores de estilo de personalidad<br />

Algunas distorsiones aparecen por el estilo de personalidad del que responde o del entrevistador.<br />

<strong>La</strong>s diferentes personalidades construyen el mundo de distinta manera. <strong>La</strong>s personas<br />

con un planteamiento do la vida cxtraordínaríamente pasivo, como la personalidad<br />

dependiente infantil, no pueden elaborar representaciones matizadas de sí mismas ni de los<br />

demás. Al no enfrentarse a la vida y al mundo, los dependientes infantiles no llegan a de·<br />

sarroller competencias funcionales. Sólo adquieren una baso muy estrecha de informacíén<br />

acerca dol mundo que les rodea. Asimismo. los esquízoides so aíslan do la vida social y no<br />

se interesan por casi nada. ni siquiera por su vída emocional. A su vez, los histriónicos<br />

son claramente expansivos y sugestionables. <strong>En</strong> la entrevista clüuca. cuando se les efectúa<br />

preguntas detalladas. estas tres personalidades son vulnerables a realizar interpretaciones<br />

en función de toscas categorías cogniuvas: son incapaces de hacer distinciones en aquelJos<br />

casos en los que realmente existen esas distinciones. <strong>De</strong> bocho, el lest o los ítems de la<br />

entrevista suelen ser más matizados. sutiles o complejos que la propia capacidad de comprensión<br />

del sujeto. lo cual genera importantes problemas de validez.<br />

<strong>La</strong>s motivaciones del individuo y el grado patológico de su trastorno de la perscnaltdad<br />

ocasionan limitaciones adidonele.s u Ie información clínica que se tiene del índíviduo.<br />

Por ejemplo, ]os compulsivos temen la crítica de las figuras de autoridad y de) superyó<br />

castigador y sádico que insiste en mantener las normas perfeccionistas. <strong>En</strong> consecuencia.<br />

la gran motivación de estos individuos consiste en parecer normales: Leary (1957), de<br />

hecho, se roforía a los compulsivos como la «personalidad hipernormattvas. Socialmente,<br />

se presentan da una manara muy correcta, potenciando las impresiones sanas y minimizando<br />

o incluso omitiendo las caractertstícas, comportamientos y síntomas nogolivos quepodrCan<br />

convertirse en un importante objetivo del tratamiento si llegaran a conocerse. Eo<br />

ocasiones, los entrevistadores compulsivos sobrevaloran la patología cuando se enfrentan a<br />

sujetos que parecen abiertamente frívolos y con aires do grandeza, como en la persoualldad<br />

histriónica y la narcisista. A diferencia do la personalidad compulsiva. la personalidad<br />

masoquista está empeñada en castigar con dureza al sf mismo; por tanto, los masoquistas<br />

pueden admitir en exceso los problemas.<br />

Algunas veces, dos Individuos o más pueden corroborar las distorsioaes de la realidad.<br />

dada la dinámica de sus relaciones. <strong>En</strong> el caso de una pareja formada por una mujer narcisista<br />

y un hombre masoquista, ella puede maldecir a su cónyuge por los defectos que ello<br />

misma pueda tenor. mientras que él se limita a mostrar su conformidad con ella. Si el entrevistador<br />

se bese sólo en la información verbal. a su juicio el masoquista será e) problema y,<br />

por tanto, el objeto de tratamiento. <strong>De</strong>sde un punto de vista funcional, el masoquista constituye<br />

lo que los terapeutas de ramilla consideran el paciente ídenti6cado. el cabeza de<br />

turco cuyos síntomas ayudan a perpetuar el sistema patológico. Ambos sujetos distorsionan<br />

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Capitulo 4. Evalu&clón y tt':rapia de los trastornos de ta pt':rsonalid.Mf<br />

133<br />

la realidad sin sor conscientes de ello. <strong>En</strong> consecuencia. los factores do estilo da personalldad<br />

que influyen en la validez de la información afectan al paciente y a otros informadores.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LOS SÍNTOMAS SOMÁTICOS<br />

Estresores importantes<br />

¿QUÉ OTRAS CAUSAS DE lA SINTOMATOLOGÍA SOMÁTICA PUEDEN EXISTIR?<br />

Uno de los casos más complicados de los que Jenna se ocupó durante so primer semestre de formación<br />

fue una universitaria de primer año, histriónica. que se p,ese:ntó con síntomas somáticos difusos.<br />

como cefaleas, dolores musculares y debilidad. <strong>En</strong> la exploración realizada en el centro mtdico<br />

universitario no se detecté ninguna causa física que explicara los síntomas. <strong>En</strong> la primera entrevista.<br />

la estudiante refirió como factores estresantes recientes haber dejado su casa para ir a la univtrs1dad<br />

y haber roto con su novio. Cuando se le preguntó por sus sentimientos, daba respuestas globales que<br />

sin duda cxagera~n su situación. e Me siento f'.ata1, como si me hubiera caído encima un millón de tontlada-s<br />

de ladcillos. Estoy tan deprimida que no puedo soportarto,, decía, y entonces hacia una pausa.<br />

eSperando que Jenna le diera una solución. Al pceguntafle qué fe gustaba més de ta personalidad<br />

de su ex novio, respondió: «Oh. no lo st ... era tan lmoonentes, Durante el resto de la terapia, las reflexiones<br />

sobre la vida interior de 10S dtm~s siguieron siendo un problema para ella. Cuando meses despoés<br />

comenzó a revelar su propia identidad y sentimientos, sus sintomas somáticos empezaron a remitir.<br />

i<br />

5<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

j<br />

1<br />

o<br />

Disimulación<br />

Algunas personalidades distorsionan conscientemente la información para obtener<br />

algún beneficio o para avítar alguna consecuencia desagradable de su comportamionto.<br />

Por ejemplo, los anrísocíales y los histriónicos en ocasiones simulan una enfermedad cuando<br />

piensan que. al hacerlo, pueden obtener alguna vontaja. Qulzás el antisocial preferiría pasar<br />

más tiempo en un centro psiquiátrico que en la cárcel. <strong>De</strong> forma similar, los informadores<br />

próximos al sujeto. como puedo ser ol cónyuge o un miembro de la familia. pueden tener<br />

sus propios motivos para distorsionar la información u omitir datos. Por ejemplo. los in·<br />

formadores pueden restar información indicativa de qua existe patología en un íamHiar<br />

para evitar qua su familia pase vergüenza por la patología de eso familiar. Y a la inversa.<br />

pueden atribuirle una excesiva patología a fin de asegurar alguna recompensa, como una<br />

subvención estatal. <strong>La</strong> mayoría de instrumentos autoaplicados contienen índices para la delocción<br />

de sí.mulaciones. aunque deben interpretarse con precaución en el contexto de la in·<br />

formación que aportan otras pruebas. <strong>En</strong> cualquier caso, se recomienda que los clínicos ten·<br />

gan siempre presente el principio del propio interés.<br />

Estada frente a rasgo<br />

<strong>La</strong> mayoría de pacientes que requieren tesis psicológicos presentan uno o más trastornos<br />

del Eje l. Los rasgos hacen reforencia a caractertsuces arraigadas de personalidad que<br />

varían poco a través del tiempo. y que sa ponen de maníñestc en casi todas las situaciones.<br />

<strong>En</strong> cambio, los estados hacen referencia a caractertstícas de vida más corta. por lo general<br />

de tipo emocional. <strong>La</strong> ansiedad, la depresión y la pérdida del contacto con la realidad<br />

pueden inlluir en los resultados de un test de personalidad. J. Reich et al. (1966), por ejem-<br />

Copyríghted m aierial


134<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ~rson.alidad en la vida mocletna<br />

plo. obtuvieron las medidas do personalidad do un grupo de personas con un trastorno de<br />

angustia con agorafobia. Los que habían mejorado sois semanas después mostraron un in·<br />

cremento significativo de la estabilidad emocional y la extraversión, así corno un descenso<br />

significativo de la dependencia interpersonal Algunos trastornos presentan también una<br />

dimensión motivacional o cognitiva que puede afectar a la validez de los resultados del tost.<br />

Por ejemplo. los individuos deprimidos refieren más sentímtentes dA inutilidad e irnpctencia.<br />

que pueden llevar e una excesiva puntuación de los ft.ems destinados a evaluar la baja<br />

autoestima como rasgo de personalidad. Los estudios de recuerdos congruentes con el esta·<br />

do do ánimo demuestran que las diferentes emociones hacen más disponibles diferentes esquemas,<br />

de manera que los pacientes se evalúan a sí mismos, sus experiencias y el futuro<br />

do forma sesgada negativamente (Beck et al., 1990). Los problemas de concentración y el<br />

bajo grado de energía pueden bacer que los sujetos deprimí dos sean más indecisos. caracterfs1ica<br />

en apariencia similar a las do la personalidad dependiente, que necesita ayuda para<br />

tomar decisiones. Algunas preguntas. por su enunciado. pueden incidir tanto en las características<br />

de estado como en las do rasgo. Un ítem del tipo «Soy una persona muy dependiente»<br />

recibirá u.na respuesta afirmativa si la contesta una personalidad dependiente, o<br />

una persona cuyo trastorno del Ejo lo cuya enfermedad médica la obligue a depender do los<br />

demás. aunque se resista a ello. fm ocasiones. los individuos desesperados en busca de ayu-<br />

da se sirven do la evaluación como vía do comunicación do su indefensión. Al hacer que las<br />

respuestas a los üeros reüelen patologta, aunque sea en un umbral muy bajo. se incrom.ontan<br />

las puntuaciones en el cuestionario. Cabe esperar efectos cruzados de estado a rasgo en<br />

la evaluación, y quien interprete los resultados del lest debe tenerlos 011 cuenta.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA SIMULACIÓN<br />

<strong>La</strong> importancia de la obtención de datos mediante la colaboración<br />

DATOS CLiNICOS SIN LA CONFORMIDAD DEL PACIENTE<br />

El segundo caso que evaluó Je11na fue dNivado por el comité disciplinario de la univtr'Sidad, después<br />

de thaber puesto en peligro~ a los demás cuando txplotó uno de sus experimentos de química,<br />

que provocó un incendio enorme. <strong>De</strong> una manera muy encantadora y agradable. el paciente negaba<br />

que hubiera hecho algo negligente. y afirmaba que quería cooperar. Sin embargo, el test pslcológiro<br />

reveló que negaba los errores, negligencias que otras personas habrian admitido sm ningún tipo de<br />

problema. Pese a sus alegatos de inocencia, su historial delictivo, respaldado por la consulta a miembros<br />

des.u familia, confirmaron la prtSencia de rasgos narcisistas y antisociales que contribuyeron fi ..<br />

nalmenre a que fuera expulsado de la universidad.<br />

Niveles de interpretación de los tests psicológicos<br />

Los ítoms. las escalas y los perfiles constituyen tres niveles de interpretación en la ovaluación<br />

psícológtca. El Uom os ol estímulo estándar on la evaluación psícclégtca. Dado qua<br />

todos los sujetos quo complotan un instrumento tienen que responder a los mismos Hems,<br />

se pueden comparar diroctamonte las respuestas de todos los individuos.<br />

Una escala está compuesta por ftcms quo inciden on el mismo constructo psicológico,<br />

de manera que la puntuación en una escala es un resumen de los comportamientos parñculares<br />

que so ponen do manifiesto median to las respuestas a esos mismos nems. <strong>La</strong>s puntuaciones<br />

medias constituyen el comportamiento que cabe esperar en un grupo. y cualquier<br />

Copyrighted rnaíerial


C3pitulo 4. Evaluación y trrapia dt los uastomos dr la prrsonalid3d<br />

135<br />

desviación sígníñcetíva de la media tiene una reJevancia interpretativa. A mayor desviación<br />

de la media. más significativo es el resultado. El conjunto de puntuaciooes de las escalas<br />

se denomina perfil o oon6guraci6n del per61. El perfil ubica a la persona en un conjunto de<br />

escalos, de la misma manera que eJ conjunto de ítems ubica el oonstructo que están evaluando.<br />

Ea consecuencia, para que el perfil sea váJido, os necesario que las escales que lo<br />

conforman también sean válidas. <strong>En</strong> el formato autoaptícado, los métodos para redactar<br />

los üerns. elaborar las escalas o interpretar los perfiles están muy perfeccionados. <strong>En</strong> esta<br />

apartado nos centraremos en exponer este tipo de formato.<br />

Nivel de ítems<br />

<strong>La</strong> mayoría do flems son tan específicos que por lo general tienen poca relevancia en la<br />

evaluación global. Por ejemplo, ol ítem «Me gusta ir a ñsstas» puedo ser indicat.ivo o no do<br />

una personalidad histriónica: no toda persona a quien le gusta ir a fiestas es histriónica. Sin<br />

embargo, algunos items son tan espectaculares quo so inlcrprot.an on sus propios t:érminos.<br />

Por ejemplo, si un paciente responde everdadero» en el ítem «He estado pensando mucho<br />

en quitarme <strong>La</strong> vída». e.l c1ínico evaluador tiene la obligación de establecer e] riesgo de una<br />

tentativa suicida entrevistando al sujeto. Estos ítems críticos. como su nombre indica, son<br />

críticos paro la situación clínica. So suelen introducir en el cuestionario con ese propósito,<br />

aunque algunos pueden identificarse estudiándolos una vez elaborado el test. <strong>De</strong>spués de<br />

que e1 paciente completa el cuestionario. el clínico debe examinar las respuestas a todos los<br />

ítems, sobre todo a los críticos. a fin de determinar los aspectos que se explorarán más ade-<br />

Jante en la ent.revista clínica.<br />

Nivel de escala<br />

Dado que los ftems individuales suelen hacer referencia a comportamientos muy específicos,<br />

no se pueden hacer grandes prediccionos de) comportamiento. Por esta razón, los<br />

ítems se agrupan en escalas. Juntos, estos ítems, como «Me gusta ir a ñestas», «Soy una persona<br />

exagerada y emotivas y «Me gusta sercJ centro de atenclén», comienzan a apuntar hacia<br />

un patrón histriónico. <strong>La</strong> escala permíte hacer predicciones más amplias del comportamiento,<br />

pero se pierde un cierto grado de especificidad en el proceso. No todos los histriónicos<br />

contestarán afinnativamento a «Mis pensamientos son dispersos y difíciles de centrar».<br />

Idealmente, las escalas inciden en algunos aspectos de los coostructos que tratan do<br />

evaluar estas mismas escalas. <strong>De</strong>spués de re1acionar los aspectos más importantes de un<br />

constructo con los diferentes items, se dice que la escala tiene validez de contenido. Por<br />

ejemplo. la personalidad oarctststa consisto en rasgos de grandeza. explotación de los damás<br />

y íalta de empaUa. Como taJ, la escala que carezca de ttems para la evaluación do los<br />

sentimientos de grandeza no será una medida válida del constructo narcisista, ya que el<br />

contenido esencia] del constructo no exista. Por tanto, cuando so desarrolla una escala. os<br />

importante considerar cuidadosamente las diferentes foco tas de los constructos. <strong>La</strong>s escalas<br />

que se elaboran partiendo de la teoría psicológica tienen la propiedad adicional de validez<br />

de constructo [Cronbach y Moehl, 1955). Si una nueva osca la de personalidad antisocial<br />

no consigue establecer una elevada correlación con una medida establecida para el abuso<br />

de sustancias, por ejemplo. se acabará cuestionando la validez do la escala antisocial.<br />

Perfiles y códigos tipo<br />

Los tests se administran a un gran número de sujetos, que constituyen la muestra normativa,<br />

para determinar qué es lo esperable y qué es Jo que se desvía desde el punto de<br />

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136<br />

Trasromos de la personalidad ee la vida modtma<br />

vista estadístico. Si bien cualquier escala puede interpretarse por sí sola, es posible confeccionar<br />

simultánea.mento cuestionarios compuestos por m(dtiples escalas empleando la<br />

misma muestra. Cuando una persona acaba de completar el cuestionario. sus puntuaciones<br />

pueden situarse en una gráfica que configura su perfil. <strong>La</strong>s dos o tres escalas principales<br />

del perfil se conocen como código lipo. El perfil ubica a la persona de la misma manera<br />

que la escala sitúa el conjunto de ítoms. Con finos do interpretación, el perfil es la persona.<br />

Por consiguiente, las escalas de un cuesnonarío extraen la personalidad en su globalidad,<br />

de la misma forma que los ítems qua avalúan un constructo inciden en cada uno do los aspectos<br />

de su contenido. <strong>La</strong>s escalas deben tener validez de contenido de la persona. Los<br />

cuestionarios que parten de \LDU determinada teoría o metodclogta aseguran la evaluación<br />

de <strong>La</strong>s dimensiones esenciales de la personalidad y. por tanto, apoyan la validez do contenido<br />

del informe clínico definitivo del sujeto.<br />

Cuestionarios autoaplicados<br />

Existen diversos lnstrumentos autoaplicados destinados n evaluar los trastornos de lo<br />

personalidad.<br />

Cuestionorio Multifásico de <strong>Personalidad</strong><br />

de Minnesoto­segunda edición (MMPl­11)<br />

Con 550 ítems. el MMPHI (Butcher et al .. 1989). más que un test estandarizado, es un<br />

conjunto estandarizado de ítem.s que pertenece a la psicología. A Jo largo de la historia del<br />

MMPI se han derivado cientos de escalas de personalidad. <strong>De</strong> hecho, en la actualidad dísponemos<br />

de más escalas auxiliares que de ítems [Gmham. 1990). Morey et al. [1985) construycron<br />

uo grupo do escalas del MMPl·I coa el fin de representar los 11 trastornos de la<br />

personalidad del DSM·!U partiendo del procedimiento empleado por Wiggins (1966) en la<br />

elaboración de sus escalas de oontenido. <strong>La</strong> selección de ítems se realizó en dos fases. <strong>En</strong><br />

la fase inicial, cuatro clínicos experimentados seleccionaron razonadamente los grupos de<br />

Homs representativos de los criterios diagnósticos del DSM·IB. Los ítems seleccionados por<br />

dos o más clínicos confonnaron las escalas prelírnínares: los ftcms podían ser asignados a<br />

más da una esenia, reflejando asf el solapamlentn diagnéstico del OSM·III. Posteriormente<br />

inició un proceso do refinamiento empírico. <strong>La</strong>s escalas no solapadas se confeccionaron<br />

asignando los ítems solapados a la escala oon la que se correlacionaban en mayor grado. <strong>La</strong>s<br />

escalas finales están íormadas por 14·38 ítems para las escalas solapadas y 13·20 ítems para<br />

las no solapadas. Como ara de esperar, la consistencia interna de las escalas más largas, las<br />

solapadas. es bastante mayor, con una oscilación de entre 0,675 (escala para el trastorno obsasivo-compulsivo)<br />

y 0,859 [escala para e] trastorno por evitación). <strong>La</strong> coherencia interna de<br />

las escalas no solapadas varia entre 0.619 (escala para el trastorno histriónico) y 0,701 (es·<br />

cala para el trastorne esquizotfpice]. E..i;tas coherencias internas son superiores a las de las<br />

escalas clínicas y comparables a las de las escalas de contenido de Wiggins. lll proceso específico<br />

de asignación de ítems puede enccntrerse en Mon,y el al. [1985), y las normas para<br />

la actualización del tv!MPHI. en Colligan et al. (1994).<br />

Cuestionario Clínico Multiaxial de Mi/Ion (MCMI)<br />

<strong>En</strong> In actualidad en su tercera edición (MCMJ.JJI; MiJJon 01 ul., 1996), el MCMI es el<br />

cuestionario de trastornos de la personalidad más utilizado. Uno de los príncípales objeuvos<br />

durante In elaboración del MCMt·Ili era que el número total de Hems fuero lo bastante<br />

reducido como para facilitar su utilización eu ámbitos diagnéstícos y tempéuticos díversos,<br />

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Capítuto 4. Evaluación y terapia de k>s trastornos de la personalidad<br />

137<br />

pero lo bastante amplio como paro permitir la evaluación de un amplio abanico do cornpcrtamíeruos<br />

clínicameute relevantes. Con 175 ítems, la versión más reciente &S mucho más<br />

breve que los instnunentos comparables, y su terminología se ha adaptado a 6 grados. <strong>En</strong><br />

consecueocte, el MCMJ-UI se puede completar en 20-30 minutos. El cuestionarlo astá dírlgido<br />

exclusivamente a sujetos on los que so sospecha la presencio de un trastorno de la<br />

personalidad y no debería urtltzarse con sujetos normales. El MCMI suele emplearse en la<br />

investigación. Hasta la fecha. más de 650 publícaciones lo han incluido o se han centrado<br />

principalmonto en ól. y cada año so publican unas 65 nuevas referencias.<br />

El cuestionario so compone do 24 escalas clínicas (cuyo perfil se presenta en la fig. 4· 1}<br />

y 3 escalas de co.rrección-sinocridad. dcscabilidad social y doíensivldad-que idenli6can<br />

la tendencia a revelar en exceso o esconder el trastorno, a favorecer sólo les respuestas so·<br />

cialmente aceptables o a apoyar sólo aquellas respuestas que claramente sugieren patología,<br />

respectivwnente. <strong>La</strong>s siguientes dos secciones clínicas incluyen las escalas de los trastornos<br />

de la personalidad básicos. <strong>La</strong> primera da estas secciones evalúa los trastornas de la porsonulidad<br />

considerados moderadamente graves. del trastorno esquizoide al trastorno maso·<br />

quista. y la segunda sección representa los rrsstoruos más graves: el trastorno esquizotíplco.<br />

el trastorno límite y el tntstomo paranoide de la personalidad. El MCMl·lfl ha conservado<br />

la personalidad masoquista y sádica que se incluían en la tercera edición revisada del OSM.<br />

poro que se eliminaron en la cuarta edición. <strong>La</strong>s dos secciones siguientes cubren los trastornos<br />

del Eja I, desde los más moderados. como la ansiedad y la distimia. basta los más graves.<br />

como el trastorno del pensamiento y el trastorno delirante (<strong>Millon</strong>, 1997).<br />

El MCMI puedo ulilízorse en la précuca habitual en clínicas ambulatorias. servicios<br />

comunitarios. centros de salud mental, programas universitarios de asesoramiento. hospitalos<br />

generales y montales, tribunales y en la práctica privada. <strong>La</strong> división entre escalas para<br />

los trastornos do la personalidad y para los trastornos clínicos cono paralela al modelo multiaxial<br />

y tiono importantes implicaciones interpretativas. El perfil resultante es útil para osclarecer<br />

la lnteracción entre los patrones caracteroJógicos arraigados y los síntomas clínicos<br />

manifiestos. <strong>La</strong> puntuación en las escalas ds síndromes de la personalidad y cünicos oscila<br />

entre O y 115, do manera quo las puntuaciones superiores a 65 tudícen patología en ese intervaJo.<br />

Mediante ol examen del patrón de las escalas clío.ica.s se pueden hacer interpretadones<br />

más amplias y dinámicas do las relaciones entre sintomatologfa, conductas da afrontamlento.<br />

estilo interpersonal y estructura do la personalidad. Para aumentar la. concordancia con el<br />

OSM, los ítems que evalúan los trastornos de la personalidad se han escrito de manera qu.o<br />

reflejen los criterios diagnósticos de sus constructos respectivos. Por ejemplo, el primor crtter¡c<br />

del trastorno de la persoaalidad por dependencia del OSM-IV expone: «Tiene dificultades<br />

para tomar las decisiones cotidianas si no cuenta con un excesivo asesoramiento y ro·<br />

afirmación por parte de los demás». que es similar al (tom do! MCMl-111. quo dice: «<strong>La</strong> geute<br />

puede hacerme cambiar de opinión con facilidad. incluso teniendo las Ideas claras».<br />

Los informes clínicos realizados por ordenador se detallan a dos niveles. El informo<br />

del porfil do las puntuaciones de la escala es útil como herramienta para identificar a pacientos<br />

que pueden requerir una evaluación o atención profesional más profundas. <strong>La</strong>s líneas<br />

de corte del MCMJ-m permiten tomar decisiones en cuanto a los trastornos primarios<br />

dol comportomlcntn o los diagnósticos sindr6mlcos. Asímismo, los valores que reflejan un<br />

aumento de intensidad dentro do los subgrupos do escalas permiten evaluar el deterioro,<br />

la gravedad y la cronicidad del trastorno. El ostudio del patrón conñguraclonal da las 24 M·<br />

calas clínicas puede derivar en interpretaciones más amplias y dinámicas de las relaciones<br />

entre sintomatología. conducta de afrontamiento, estilo interpersonal y estructura do la personalidad.<br />

Por otro. parto, el informe interpretativo proporciona un per61 de las puntuaciones<br />

de la escala, un análisis detallado de la dioámíca de la personalidad y de los síntomas.<br />

así como sugerencias do tratamiento.<br />

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138<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrsonalidad en la vid;a moderna:<br />

Cattg«ía<br />

PuntuKión<br />

PO SR O<br />

Ptrfil de las p.intuac:iontS e.R<br />

60 7S 85<br />

X 111 E8 Sinccñdad<br />

11S<br />

Escalas dlllgnóstkas<br />

indica y 12 SS Oeseabifidad social<br />

modifk:adOttS<br />

z 22 80 Dtfcnsividad<br />

1 8 6? ESQ\lizoidc<br />

2A<br />

'<br />

S9<br />

28 11 E8<br />

~·<br />

3 11 71<br />

Mtador<br />

•<br />

OCl)M(licnt(<br />

htroncs • 17 72 Histriónico<br />

clínicm<br />

s 14 66 NarCMta<br />

dela<br />

pttSOOaUdad 6A 1 64 Antisocial<br />

68 15 74<br />

•<br />

AgrcsiYo (sádico)<br />

1 1 28 Compulsivo<br />

8A 12 12 Ncgativista<br />

•<br />

Masoquista<br />

Be 7 15<br />

s 6 61 Esquizotlpia,<br />

Pitologi•<br />

gmc de la e 18 89 Limite<br />

pt:rsonalidad<br />

p 5 62<br />

Parainoidc<br />

A 9 80 Tra,:torno de ansiedad<br />

H<br />

13 es •<br />

Trastorno somatomorfo<br />

N 13 eo Trastorno bipola, maníaco<br />

Síndromes<br />

dinkos<br />

o 17 es • Trastorno distlmico<br />

e 3 61 Otf)CfldNlCia dtl alcohol<br />

T 2 60 Ocptt'ldmda de sustanciai<br />

R s so Es.tres pos.traumatico<br />

SS 14 10 T rMtomo del pensamiento<br />

Trastorno delirante<br />

Sindromcs<br />

ce 14 85 • <strong>De</strong>presión mayo,<br />

graves<br />

PP 1 25 ....<br />

Figura 4-1.<br />

Cuestionario Clínico Multiaxial de <strong>Millon</strong>·tercera edición (MCMl-111).<br />

Otros cuestionarios autoaplicados<br />

Existen varios instrumentos autnapllcndos disponibles. Hay dos variantus del MMPI y el<br />

MCMI diseñados para adolescentes: el primero, el MMPI-A (Butcher et al .. 1992) es un poco<br />

más breve que el MMPI. al igual que el Cucslíonario Clínico para Adolescentes de <strong>Millon</strong><br />

(MACI) (Milloa, 1993). Otra variante reciento del MCMI es el M-PACI, el Cuestionario para<br />

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capítulo 4, Evaluadón y ttrapia de los trastornos ck la personalidad<br />

139<br />

Preadolescentes de <strong>Millon</strong> (<strong>Millon</strong> et al., en prensa] pan, utilizar con jóvenes de 9 a 12 años<br />

do edad. <strong>En</strong> <strong>La</strong> actualidad. se está realizando la cuarta rovisióu del Cuestionario Diagnóstico<br />

do lo <strong>Personalidad</strong> (p. ej., Hyler y Ríeder, 1987). F.L. Coolidge y Merwln (1992) han informado<br />

sobre la validez y fiabilidad del Cuestionario Coolid.ge para el Eje 11. El Cuestionario<br />

para la Evaluación de <strong>La</strong> <strong>Personalidad</strong> (Morey. 1992) consiste en 344 ítems que conformun<br />

cuatro escalas de validez, 11 escalas cltnícas, 5 escalas de tratamiento y 2 escaJas interporsonalos.<br />

Sin embargo, sólo 3 escalas -paranoia, características límite y cnracterístícas anti·<br />

socialos- evalúan directamente un trastorno de la personalidad. El Cuestionario Básico para<br />

la Evaluación Dimensional do la Patologta de la Por,;onalidad (DAPP-BQJ. elaborado por Livesley<br />

el al. (1987) (Llvoslcy y Schroodor, 1990; Livesley et al .. 1992; Schroedcr et al .. 1992).<br />

está basado en una extensa revisión de la literatura cíentíñca y en un esfuerzo por desarrollar<br />

una escala amplia. El Cuestionario do <strong>Personalidad</strong> Adaptativa y No Adaptativa (SNAP; Clark<br />

01 al., 1993) es un instrumento de 375 ítems verdadero-falso, orientado básicamente a tratar<br />

agrupaciones do rasgos derivados del análisis factorial Sin embargo. se incluyan también es·<br />

calas para los trastornos de la personalidad según el DSM. El Cuestíouario Tridímensional<br />

do la <strong>Personalidad</strong> (TPQ; Cloninger et al .. 1991) está basado en la b1lsquoda d9 la novedad, la<br />

evítací6t1 del daño y la dependencia de la recompensa, dimensiones temperamentales pro·<br />

puestas por Cloninger (1987b). Por último, el Cuestionario de <strong>Trastornos</strong> de la <strong>Personalidad</strong><br />

de Wisconsin (WlSPI; Klein et al., 1993) es UJl cuestionario de 360 ítems desarrollado para<br />

opemtivizar la teoría interpersonal de Benjamín (1996). L.r-... construcción de los üems represen·<br />

ta la experiencia interna de cada trastorno de la personalidad según los principios del Aoál ¡.<br />

sis Estructurado de la Conducta Social (AECS). El NEO-PI-R (Costa y McCrae, 1992), dtseñado<br />

originariamente para evaluar los factores normales de la personalidad, también se ha utílizado<br />

recteuteuente para evaluar los rasgos clínicos de la personalidad.<br />

<strong>En</strong>trevistas clínicas<br />

Existen varias entrevistos clíuíces para la detección de los trastornos do la personalidad.<br />

<strong>La</strong>s dos más utilizadas se exponen a continuación.<br />

•§<br />

1<br />

1<br />

i<br />

'<br />

~<br />

1<br />

o<br />

<strong>En</strong>trevista Clínica Estructurada para los <strong>Trastornos</strong><br />

de la <strong>Personalidad</strong> del Eje// del DSM­IV (SC/D­11)<br />

<strong>La</strong> SCID-11 [Firsl et al., 1997) es una entrevista diagnóstica semiestructurada que evalúa<br />

los 12 trastornos de la personalidad que se recogen ea el DSM·IV; no se incluyen los constructos<br />

de personalidad sñdica y masoquista que se contemplaban en el OSM·IU4R. Según<br />

First et aL, la entrevista se ha utilizado en numerosas lnvest lgacicnes para describir los perfiles<br />

de personalidad observados en muestras concretas o para seleccionar grupos de paciontes<br />

para posteriores estudios. <strong>En</strong> el ámbito clínico, la SCID-11 se puede utilizar en la primera<br />

visita. Además, parto de la entrevista pueda emplearse para confirmar la presencia de un<br />

supuesto trastorno


140<br />

<strong>Trastornos</strong> de la p,rSOnalidad en la vida moderna<br />

de respuestas verdaderas. Por tanto. ol cuestionario sirve de cribado. de manera que el entrevistador<br />

sólo debe evaluar la versión definitivo e investigar las posibles admisiones positivas.<br />

<strong>En</strong>trevista Estructurada para <strong>Trastornos</strong><br />

de la <strong>Personalidad</strong> del DSM­IV (SIDP­IV)<br />

<strong>La</strong> SIDP·IV (Píohl et al., 1997) es una entrevista semiestructurada que evalúa todos los<br />

trastornos de la personalidad del DSM-IV. además de la personalidad autodestrucliva del<br />

DSM-111-R (la personalidad sádica no se incluye). Mientras que las preguntas de la SCID-11<br />

están agrupadas por trastornos y vuelven a enunciar de otra fonna los criterios diagnósticos,<br />

las preguntas de la SIDP-IV están escritas de una íonna más coloquial y están agrupadas ee<br />

10 partas temáticas, tales como intereses y actividades, y emociones. Al utilizar una estructura<br />

más natural, la tnformactén obtenida en las primeras preguntas se aplica de una manera<br />

más rápida a las preguntas que versan sobre ese mismo tema. <strong>La</strong> entrevista y el cálculo do las<br />

puntuaciones puede durar 80-12.0 minutos. Si se dispone da un informador externo. son necesarios<br />

20·30 minutos más. Los autores sugieren que el tiempo de administración puede reducirse<br />

si so eliminan las preguntas sobre los trastornos de la personalidad opcionales (personalidad<br />

autodestructtva, depresiva y negalivista). Existe una verslóu diferente do la SID.P-JV,<br />

en la que las preguntas se agrupan por trastornos. Se indica a los pacientes que respondan en<br />

función de «su forma de ser bebítuele. Dado que la personalidad as estable a lo largo del tiempo,<br />

so recomienda a los entrevistadores que hagan uso de la regla de los cinco años, según la<br />

cual «los comportamientos. oogniciones y sentimientos que han dominado en gran parte duranto<br />

los últimos cinco años son representativos de la personalidad del individuo a largo<br />

plazos. <strong>La</strong>s puntuaciones pueden oscilar desde «ausente, subumbral, presente» hasta «muy<br />

presente». Durante la entrevista se pueden hacor preguntas tentativas. pero la evaluación doñnitíva.<br />

basada en los datos disponibles, no se realiza hasta el final. El manual asegura quo<br />

esta entrevista se ha empleado en unos 60 estudios y que so ha traducido a varios idiomas.<br />

Otras entrevistos<br />

Se han diseñado diversas enrrevístas especíñcas para un único trast.omo do la personalidad,<br />

entre los que se encuentran la personalidad depresiva (Gunderson et al., 1994), la personalidad<br />

narcisista (Gunderson et al .. 1990) y la personalidad ICmite (Zanarini et al .. 1989).<br />

Incluyen preguntas que abordan los rasgos asociados a los respecñvos constructos. tal como<br />

se pone de manifiesto en varias areas de actividad. <strong>La</strong> entrevista iliagnóslica para el narcisismo,<br />

por ejemplo. evalúa este trastorno en términos de grandeza, relaciones interpersonales, reactividad.<br />

afectos y estados do ánimo. y adaptación socia) y moral. Dado que estas entrevistas<br />

se basan en una única personalidad, sólo se requiere una hora para su administración.<br />

I PSICOTERAPIA DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD<br />

<strong>La</strong> historia de la psicoterapia está colmada do dogmatismo. <strong>La</strong>s formas de terapia más<br />

conocidas son el reflejo de las escuelas más populares y. a su vez, heredan sus rivalidades<br />

dlscípllnarlas. Su lógica se abastece de diferentes supuestos teóricos. Por ejemplo, la escuela<br />

conductual niega la existencia de la mente y afirma que la terapia debería partir de los<br />

principios clásicos y operantes del refuerzo. Por el contrario, la escuela psicodíuémíce<br />

sostiene que el comportamiento sólo refleja la manifestación externa de motivaciones profundamente<br />

reprimidas o rransfonnadas, que se filtran desdo su origen proveuíente de una<br />

naturaleza biológicamente instintiva más profunda. Uu terapeuta psicodinámico pondrá en<br />

práctica una terapia psicodinámica. Un terapeuta conductuaJ seguirá una terapia conduc-<br />

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Dlpitulo 4. Evaluación y ttrapia de los trastornos de la ptrsonalidad<br />

141<br />

t<br />

5<br />

1<br />

tuaJ. <strong>En</strong> vez de ajustar la terapia al paciente, los clínicos obligan a que el paciente se adapto<br />

al dogma que ellos han preconcebido. Mientras estas lealtades tengan vigencia, los psicoterapeutas<br />

se verán condenados a tratar sólo una parte de <strong>La</strong> globalidad do la persona.<br />

Sin embargo, en las ülrlmas décadas, la insatisfacción por las psicoterapias de las escuelas,<br />

junto al papel preponderante que han asignado los sistemas de gestión sanitaria a la eficacia.<br />

ha llevado a la aparición da enfoques más comprometidos. Siguiendo la tónica de dé·<br />

cadas anteriores, el número total de terapias sigue aumentando do forma exponencial. Aun<br />

así, en la actualidad dominan tres tendencias. <strong>En</strong> primer lugar, la terapia breve pretende conseguir<br />

grandes progresos en el mlnimo tiempo posible mediante la cuidadosa selección de<br />

los pacientes y proporcionando formas muy estructuradas de intervención específica para el<br />

problema manifiesto. <strong>En</strong> segundo lugar, la identificación de los factores comunes trata de<br />

unificar la mayoría de pslocterapias a partir de los factores comunes a todas las terapias<br />

de eficacia probada. <strong>En</strong> este caso se considera que todas las terapias son más parecidas que<br />

diferentes, y que se puede llegar a la mojor psicoterapia posible recurriendo a las técnícas y<br />

principios básicos a partir de los que so derivan las distintas terapias. <strong>En</strong> tercer lugar, el<br />

eclecticismo terapéutico defiendo quo las técnicas de las diversas escuelas deben incorporar·<br />

se al tratamiento cuando sea necesario, sin tener en cuenta el modelo teórico del que par·<br />

tan. Con la separación entre la teoría y las técnicas. los terapeutas serán libres de escoger<br />

cualquier técnica a fin de optimizar la terapia para un caso determinado.<br />

Aun así, estos movimientos son tan sólo el último eslabón de una larga serie de adapta·<br />

clones, y no la última palabra. Aunque estén más adecuados a los trastornos sintomáticos<br />

del Eje l. sólo representan el paso intermedio hacia una psicoterapia coordinada lógicamente<br />

con los trastornos de la personalidad. <strong>La</strong> patologla de la personalidad es muy resistente al<br />

tratamiento. Además de que sólo se consiguen leves mejorías que pueden desaparecer do<br />

una íonna brusca y espectacular, este tipo de patología complica las reacciones do transforcncia<br />

y contratransferencia con aspectos no anticipados y. en consecuencia. tiende a prevocar<br />

síntomas del Eje l. <strong>La</strong> pe rs onalidad límite. poco popular entre los terapeutas. constituyo<br />

un claro ejemplo. Los individuos con personalidad límite suelen mejorar, para volver a deprímirse<br />

enseguida o presentar nuevos Intentos de suicidio. Además, las terapias contemporáneas<br />

son incapaces de reconocer la ccntradiccién íntrínseca entre las propiedades formales de la<br />

terapia. tal como se aplica en la actualidad. y las propiedades formales de la psicoterapia ne·<br />

cesaría para los trastornos de la personalidad. <strong>La</strong> premisa es bastante simple: dado que Ja<br />

personalidad es más que la suma do sus partes, la terapia también debe ser así (<strong>Millon</strong>, 1999).<br />

A fin de proporcionar una base para entender la psicoterapia integracionista, en prtroer<br />

lugar realizaremos una rovisión y una crítica de las tendencias contemporáneas que se<br />

han señalado anteriormente. A continuación se expondrá la psicoterapia Integracionlsta<br />

como resultado lógico del propio constructo de la personalidad. Y por último so hará referencia<br />

a las limitaciones de la psicoterapia lntegracionista, es decir. la falta de contenidos<br />

del OSM y su escasa coordinación con la teoría de la personalidad.<br />

111--~~~~~~~ÉN_F_A_s_1_s_EN~L_A_HT~s_r_o_RI_A~~~<br />

1<br />

Albert Ellis y Car! Rogers<br />

j1.<br />

ENCONTRAR UN ESTILO TERAPÉUTICO Pl!OPIO<br />

Aunque Albert Ellis se formó en el psicoanálisis. es una importante figura en la historia del movimit.nto<br />

de la terapia cognitiva. Su ttansfofmación es espectacular, ya que supooe un salto filosófi-<br />

(contmUO)<br />

o<br />

Copyrighted maiertal


142<br />

<strong>Trastornos</strong> de ta pt"rsonalidad rn ta vida moderna<br />

ÉNFASIS E<br />

LA HISTORIA (contüwocióll}<br />

ce desde lo profundo y misterioso de la naturaleza humana, es decir, el inronsciente. hasta lo que es<br />

más o menos obvio, el proceso lógico y los errores de razonamiento.<br />

Ellis fundó la denominada terapia racionat­emotlve. Segün Ellis, el razonamiento lógico es la<br />

base de la salud mtntal. la pskopatologia es el resultado de inferencias ilógicas y otras creencias irracionates,<br />

<strong>De</strong>sde: este punto de vista se desprende que la infelicidad, Ja ineficiencia v otras alteraciones<br />

mentales pueden eliminarse cuando las personas aprenden a maximizar la lógica de su pensamiento.<br />

Corrige­ tu razonamic­nto y tus emociones C'ambial'án a continuación. Por tanto, la tarea del terapeuta<br />

consiste en identificar lOs error~ en el proceso de razonamiento. haciendo ver a tos pacientes<br />

que sus dificultades son fruto dt pt:rcepdonts distorsionadas y de creencias erróneas. No sorprende.<br />

entonces, que la terapia racional-emotiva tienda a ser más confrontadora que de apoyo: el paciente<br />

está haciendo algo mal. y debe su identificado para eliminarlo. los errores de los parientes son su enferrnedad.<br />

Al igual que otros teóricos cognitivos. el pensamiento de Elhs no genera una serie de constructos<br />

de personahdad, smo que está dirigido a los procesos cognitivos que 1mprtgnan la mayoría de<br />

los trastornos mentales,<br />

car1 P.oge~ quizás el teóñro que ha ejercicio mayor influencia en la terapia desde la década de 1960<br />

l'l.asta la de 1970, es el opuesto de El lis, tanto desde un punto de vista filosófico como en su trato atento<br />

y gentil. M1tntras que Ellis tra C(lnfrontador y muy directivo (•Uno debe mostrar a los pacitntt"S sus errores-).<br />

Rogers actuaba con sus pacientes como si se tratara de un abuelo agmdable, escoenaneo siempre y<br />

reflejando sus propias emociones como un comentarista gentil. tratando de que se sinneran entendidos en<br />

lugar de que fueran conscientes de sus errores, Segün Rogers. todas las personas funcionan bien: es de·<br />

cir, que los individuos tienen un senndo innato de Jo que es necesario para su propio crecimiento como<br />

peesooa única, L1 enfennedad surge de la cualidad y ta naturaJeza de la relación terapéutica. El movimiento<br />

de Rogers. por tanto, se llegó a conocer como terapia centrada en el paciente/cliente. El crecimiento<br />

se podia facilitar con ciertas actitudes del terapeuta, sobre todo la sinceridad y autenti


C.lpítuJo 4. Evaluadótl y t,rapia de los trastornos de la pc:rsonati


144<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ~rsooalidad M la vida modem.a<br />

portamJentos, afectos, sensaciones, ímaginacíones, oogniciones. relaciones interpersonales y<br />

biología. pero también se debe seleccionar partiendo do la evidencia empírica actual acerca de<br />

su eficacia. Con su propio grupo de eclecticismo técnico, Beutler y Clarkin (1990) subrayan<br />

que el resultado depende de numerosos factores que no son la ltlcnica espoctñca de tratamiento;<br />

el punto de viste del terapeuta. la personalidad del paciente, la historia pasada y otros as·<br />

pecios espocíñcos o interactivos entro los métodos de tratamiento. A düerencia de otros eclécticos,<br />

Beutler (l98n) reconoce que la cantidad y divorsidad de variables o interacciones entre<br />

el paciente. el terapeuta, la situación. la historia previa y los problemas actuales son tan amplias<br />

que lo teoría debería usarse para guiar la selección terapéutica.<br />

Evaluación de las tendencias contemporáneas<br />

Si bien 168 tendencias contemporáneas que se han comentado suponen una gran mejoría<br />

en comparación con el pasado. tienen un importante inconveniente: no permiten desarrollar<br />

formas de psicoterapia específicas para el Eje lI y. por tanto, de forma implícita, tratan de<br />

igual íonna los trastornos do la personalidad que los trastornos del Eje l.<br />

Terapia breve<br />

Un corolario a la ley de Mnrpby. según la cual «Si algo puede ir mal, irá mal,• establece<br />

que «El trabajo se amplía para cumplir el tiempo que tiene asignado». Sin embargo. con<br />

la aparición del sistema de gestión sanitaria. en la actualidad es necesario que los pstcoterapeutas<br />

consigan más cosas en menos tiempo. El énfasis en la eficacia ba provocado la aparición<br />

de diversas terapias breves y a corto plazo. que ya se han comentado. Por desgracia.<br />

estas terapias se unifican sólo según la importancia que se aslgna a su duración, y no por su<br />

essncía. Pensamos que la duración de la terapia debería estipularse a partir de la naturaleza<br />

del problema, y no por una necesidad económica. Los modos de terapia que so deben<br />

cumplir en un tiempo detenninado buscan directamente. como es natural, los problemas<br />

manifiest.os. El objetivo es resolver los problemas inmediatos y finalizar la terapia.<br />

Por otra parte, la personalidad es estable a lo largo del tiempo y en diferentes situacienes.<br />

Además, los trastornos do la personalidad hacen a ]os individuos vulnerables ante<br />

otras psicopatologias perdurables a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones. Una<br />

voz se presentan otros trastornos dol Eje U. su curso y tratamiento se complican todavía más<br />

por la presencia de problemas do personalidad. Los clínicos saben que nn paciente deprimido<br />

con un trastorno de la personalidad 8.~ mucho más complicado do tratar que un paciente<br />

sin ese trastorno de la personalidad. <strong>La</strong> tendencia do las terapias breves a centrarse<br />

exclusivamente en el problema inmediato más gravo supone un sesgo hacia lo quo so manifiesta<br />

y se operativiza con facilidad. A fin de mejorar los resultados, la terapia debería<br />

combinar diversas intervenciones. de manera que se ccnvlrtlem en algo más que en la suma<br />

de sus partes. tal como la propia personalidad.<br />

Factores comunes<br />

Los defensores da este enfoque buscan elemeutos comunes a todas las psicoterapias que<br />

han demostrado ser eficaces. <strong>En</strong> sí mismo. se trata de un comienzo digno de admirar. Sin embargo,<br />

sigue siendo dudoso que un solo conjunto de características necesarias y suficientes<br />

demuestro la misma eficacia en todos los trastornes mentales. <strong>En</strong> cambio, estas ceracterfsttcas<br />

proporcionan la base para una terapia efectiva con la que comparar la eficacia de tratamientos<br />

específicos. <strong>En</strong> realidad. sería necesario que la terapia cognitiva para la depresión<br />

fuera m.ás efectiva que. por ejemplo. la simple calidez y empatía de un terapeuta. A su vez,<br />

Copyrighted material


capitulo 4, Evalua.ción y ttrapia de los trastornos de la pc,son.1ltda.d<br />

145<br />

resultaría sorprendente si todos los sujetos pudieran trotarse con eficacia mediante terapia<br />

cognitiva a solas, independíentemente de su trastorno de la personalidad. El hecho de que<br />

las diversas psicoterapias do las escuelas sean eficaces casi por igual no demuestro en absolut.o<br />

que las rereplea tengan factores en común, sino que no cabo esperar que una visióo par·<br />

cíel de la personalidad tenga mayor Irecuencía de éxitos que otra cualquiera. Partiendo do<br />

que la personalidad es un conjunto de variables que engloban la matriz entera do la persona.<br />

cualquier intento de tratar el fenómeno global desde una perspectiva única estará condenado<br />

al fracaso. <strong>En</strong> el caso do los trastornos de la personalidad, lo cierto no es que todas<br />

las íonnas de terapia son igualmente buenas, sino que todas son malas por igual.<br />

Eclecticismo técnico<br />

No hay duda de que el eclecticismo supono W1 avance frente a las psicoterapias de las es·<br />

cuelas del pasado. Por desgracia, los terapeutas dicen: •Me considero ecléctico,. como si el<br />

edectiC'ismo fuera un partido político al que pertenecer en lugar de una actitud ante la práctica<br />

de la psiooterapia. El eclecticismo técnico es un intento loable de avanzar frente a las tenaces<br />

dificultades. donde la menor de ellas es el clima contencioso do cíautos de terapias y.<br />

probablemente, la misma cantidad de teorías do la psícopatologte y de la personalidad. Apelando<br />

a todo lo que funciona. el cambio como objenvo último da la terapia avanza hacia <strong>La</strong> prl-<br />

mera línea. Se evite que las teorías psícologícas se proclamen como las adecuadas para deter-<br />

minados trastornos y no dejen paso a la utílízacíóu de otras formas de tratamiento.<br />

Sin embargo. el eclecticismo constituye una mera rase intermedia en el desarrollo de la<br />

psicoterapia. Eo ausencia de una leo.ria completa de la naturaleza humana, teoría que englobe<br />

a cada persona en una matriz de leyes psicológicas, debemos seguir siendo eclécticos. <strong>En</strong><br />

este caso, al eclecttcísmo simplemente se apropia de las técnicas que funcionan dada la<br />

naturaleza do las dificultades que se deben resolver, actuando básicamente como una forma<br />

de afrontar la complejidad do las personas y sus patologías basta que aparezca una teoría<br />

mejor o mejores medios. Por tanto, el Aclect Icismo es un reflejo de la relativa inmadurez de<br />

este ámbito. pero no su naturaleza básica.<br />

Aunquo el oclocticlsmo resultara satlsfectorio en todos los casos. no sería científico hasta<br />

que la investigación determinara el porqué de su eficacia. El hecho de saber que funciona no es<br />

suficiente. Una técnica o un instrumento puede funcionar bien e incluso utilizarse para mayor<br />

beneficio social, pero mientras sus mecanismos internos sigan siendo un misterio, so seguirá<br />

cuestionando. Por lo tanto, como cíencía ap.lícada, la psicoterapia no puede avanzar informando<br />

simplemente de la eficacia de una técnica concreta en un trastorno det·erminado. El<br />

hecho de que alguien descubra una terapia muy eficaz podrá hacerlo ramoso y ser rooonocido<br />

para siempre en el campo de la gestión sanitaria, pero no le convertirá en un ctonuñoo,<br />

Psicoterapia integracionista<br />

El proceso da la teropia debe estar coordinado con la entidad tratada. A fin de sor satis·<br />

factoría y científica, la lógica y la técnica terapéuticas deberían derivarse de una taxonomía<br />

que ordenara los tipos patológicos esenciales de la personalidad en un esquema conceptual<br />

coherente. <strong>De</strong>sde la perspectiva de las ciencias físicas, esta afirmación parece obvia. la física<br />

cuonta con •I modelo básíoo y la química con la labia periódica. <strong>La</strong> primera agrupa las diversas<br />

partículas subatémicas: la segunda ordena los diversos elementos. Por ejemplo, un ingeniero<br />

químico que desee porfoccionar el proceso químico utilizado on la elaboración de un<br />

determinado compuesto, evidentemente examinará qué tiene en común con otros planteamientos,<br />

poro sólo en conexión con la lógica de la propia química, para desarrollar una solución<br />

de orden superior que tenga verdadero sentido. <strong>La</strong>s camct:orísticas de otros enfoques no<br />

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146<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ~rsonalidad '-n la vida modtma<br />

se pueden adoptar simplemente por su frecuencia. Más bíon las Joyos de la química, junto a<br />

las características del compuesto particular. dictan qué resultará satisfactorio.<br />

Asimismo, los terapeutas deben entender las características y las dinámicas de los pacientes<br />

a quienes tratan para determinar el resultado de la terapia. Lejos de demostrar que la<br />

psicoterapia baya evoJucionado. los enfoques oontemporéneos descritos anteriormente reñojan<br />

una psicopatologfa fragmentada y descoyuntada. en la que las ramas pura y aplicada de<br />

la ciencia se han desarrollado por separado. Como análisis final, sólo podemos concluir que<br />

las propiedades sintéticas y formales de la personalidad son las qua dictan nuevas formas<br />

de psicoterapia, propon::ionan una vía para la integración de las históricas escuelas dogmatícas<br />

y explican el hallazgo inicia) de que lo mayoría de psicoterapias son efectivas por igual.<br />

Retrospectivamente. la revolución ante el dogmatismo de las escuelas históricas ora in·<br />

evitable. Tanto si es psicoanalítica, cognínva, conducrual o biológica, cada una de ellas constituyc<br />

sólo una visión parcial de la naturaleza humana. <strong>En</strong> las llamadas ciencias duras se<br />

producen avances al intentar falsear los modelos establecidos.<br />

Los resultados apoyan una<br />

teoría mientras que rechazan las otras. Por el contrario, las ciencias sociales estén monos vínculadas<br />

intrínsecamente: los avances tienen lugar cuando surge una nueva área de contenido<br />

en el centro del oonocimiento científioo. generándose así una nueva ma:uera de considerar ese<br />

ambíto. un paradigma innovador. <strong>En</strong> estos términos. la escuela psicodinámica subraya la importancia<br />

del inconsciente, los mecanismos de defensa y las relaciones objetales lempranas:<br />

la terapia trotará do hacer consciente lo inconsciente o do desenmarañar los residuos nocivos<br />

de las relaciones tempranas con los cuídedcres. <strong>La</strong> escuela interpersonal subraya los prínctpios<br />

do correspondencia y complementariedad: la terapia no quedará atrapada en los mis·<br />

mos círculos viciosos preexistentes, sino que promoverá el desarroUo de nuevos modos de<br />

comportarse mediante respuestas no complementarias. <strong>La</strong> escuela cognitiva se basa en la importan<br />

cía de los pensamientos automáticos y las distorsiones y creencias cognitivas; la terapia<br />

consiste en enseñar a los pacientes/clientes u identificar esos pensamientos y sustitlúrlos por<br />

altomativas funcionales. Todas las perspectivas elucidan importantes áreas de la personalidad.<br />

pero no proporcionan los principios integradores necesarios. <strong>En</strong> vez de ello, el modelo<br />

actual en psicoterapia es el eclecticismo inteligente. la selectividad basada sobre todo en las<br />

expenencías del pasado oon pacientes/clientes similares.<br />

Por otra parte, la definición do personalidad, patrón de variables quo engloba la matriz en·<br />

tera de la persona, no puede apoyar este modelo. <strong>La</strong> personalidad es una estructura ínrereonec-<br />

tada de comportamientos, cogníclones y procesos intrapsíquicos.<br />

<strong>La</strong> interpenctración do es-<br />

tructuras y funciones psfquícas es lo que distingue a los trastornos de la persona1idad de otros<br />

síndromes clínicos. El sínergísmo resultante ofrece a la personalidad global una estabilidad que<br />

comporta que los trastornos do la personalidad msulten demasiado complicados do resolver. al<br />

menos desde las ronnos de terapia tradicionales. <strong>En</strong> consecuencia, la terapia de la personalidad<br />

presentará una estructura formal muy similar a la de la propia personalidad. <strong>La</strong> terapia debe ser<br />

más que la suma de sus parles, ya que la personalidad también es más que la suma de sus partes.<br />

<strong>La</strong> terapia deberla estar tan integrada (y, por tanto, resultar tan eficaz) como intograda y es·<br />

table es la persoaaüdad. <strong>En</strong> lo que el autor principal de este Libro ha denominado psicoterapia<br />

integ;racionista. cada técnica de intervención se selecciona por su eficacia para resolver<br />

estados patológicos y también por su contribución en el patrón global de procedimientos de<br />

tratamiento, de los cuales es solamente uno. Por ello. la patología de la personulidod engloba<br />

un tipo de trastornos para los que se requiero de forma expJícita una base teórica integracionisla.<br />

Cualquier otra elección es peor. Por otra parte. los trastornos de la personalidad reciben<br />

simplemente un nombro inapropiado y sería mejor celiflcarlos de «lrastornos cognitivos».<br />

«trastornos Interpersonales» o «trastornos psicodinámícos» (Mil1on, 1999).<br />

<strong>La</strong> idea de que la personalidad es un sistema funcional-estructure] permite efectuar determinadas<br />

predicciones sobre la personalidad y sus modelos más adecuados de terapia. <strong>En</strong><br />

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C3pítu' 4. Evatuadón v ttrapia ee los ttastornos de la ptrsonalidlkl<br />

147<br />

primar lugar, explica por qué los trastornos de la personalidad parecen tan complicados clínicamente.<br />

Los sistemas buscan de una manera natural su estabilidad interna. su homeostasis.<br />

Por ejemplo. los factores estresantes de la vida cotidiana afectan a las personalidades<br />

patológicas y a las personalidades norma.les. Estos factores pueden abarcar desde lo más cotidiano,<br />

como levantarse por la mañana, hasta lo más profundo, como puede ser el fallecímiente<br />

de uno de los progenitores o no conseguir el suoño do toda la vida. Da forma suhjetiva,<br />

estos estresantes provocan ansiedad que puede manejarse de muchas maneras. Por<br />

ejemplo, se pueden aplicar mecanismos lógicos de afrontamiento para encontrar una solución<br />

reaJista o mecanismos de defensa para mprimir, reconducir o transformar esa ansiedad.<br />

Ea cualquier caso. el objetivo es siempre la estabilidad, no el cambio. <strong>En</strong> la personalidad,<br />

cada une de las áreas uuliza como lastre a las demás, reforzando así la estructura entera.<br />

Como formas estables y regulares de pensar, sentir y percibir, los trastornos de la personalidad<br />

tienen como objetivo la homeostasis, que íntrínsecemente no coincide con el mundo<br />

pslcosocial, con lo que se generan círculos viciosos que perpetúan los mismos dilemas<br />

una y otra vez. Por definición. su patología, que es estable, generaLizada y duradera, engloba<br />

a <strong>La</strong> matriz entera de la persona como si fuera un lastre. <strong>En</strong> consecuencia, la naturaleza<br />

de la personalidad predice que las psicoterapias de las escuelas. las que se basan en una<br />

única perspectiva, estarán muy contaminadas por los trastornos do Ja perscnalldad. Y ést.e<br />

es el mundo real para los clínicos de todas partes.<br />

Volviendo al loma dol comienzo do este apartado. las intervenciones estrictamente H~<br />

ueales no pueden funcionar bien con trastomos que so mantienen a través do una causalidad<br />

recíproca. <strong>De</strong> igual modo que se puede apagar un incendio con fuego y so aplican<br />

múltiples técnicas un consonancia con las característlcas ídcntlñcadas en la evaluación (caracterfsticas<br />

relevantes on cada caso concreto), la terapia puede aplicarse de manera que ol<br />

equilibrio de la persona quede «perforado•. haciendo funcionar procesos de cambio que<br />

se construyen y se refuerzau entre sí y generan cambios en todo el sistema. <strong>La</strong> psicoterapia<br />

iolegracionisla se base en lo aplicación de móltlples técnicas, potenclalmenta derivadas<br />

do cada una de las áreas do la personalidad, poro seleccionadas do íonna específlca para demostrar<br />

una eficacia superior a la que cabria esperar si se aplicara una sola técnica. <strong>En</strong> cambio.<br />

las terapias do las escuelas so consideran lineales y ncwconianas. y la eficacia del ecloctíctsmo<br />

terapéutico. que enroco do una taxonomía derivada de la teoría y su coordinación<br />

con las áreas de la personalidad, mediante las cuales entender a los individuos, se consídora<br />

meramente aleatoria. <strong>En</strong> la figura 4·2 se comparan la psicotempia integraciooista, las<br />

psicoterapias de las escuelas y la terapia ecléctica.<br />

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Parejas potenciadas<br />

<strong>En</strong> las pareja.• potenciadas (<strong>Millon</strong>, 1990, 1999) se combinan simultáneamente dos o más<br />

métodos de tratamiento para superar camcterfsticns problemáticas que pueden ser refractarias<br />

a las técnicas administradas por separado. Estas combinaciones terapéuticos fuerzan y presionan<br />

en busca del cambio en muchos frentes diferentes, de manera que la terapia de técnicas integradas<br />

sea suficiontc paro manejar la resistencia de la propia patología de la personalidad.<br />

Secuencias catalíticas<br />

<strong>La</strong>s parejas potenciadas se apllcan da rorma simultánea. Por el contrario, las secuencias<br />

catalíticas planifican el orden en que se llevan a cabo tratamientos pa.ra optimizar su<br />

efecto. Serían el equivalente psicoterapéutico al golpe uno-dos del boxeo. <strong>De</strong> hecho, serían<br />

lo contrario do) círculo vicioso. ya que constituyen una disposición constructiva de técnicas<br />

diseñadas para generar una espiral que tiende hacia la salud psicológica.<br />

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148<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en <strong>La</strong> vida moderna<br />

la pt"rsonalidad es un saucma de ~rtas que<br />

,ntcrat'ci0tian. Se rtfucnan cntlt si, (.'O(ltribuyct1do<br />

a la '1-tabi1 cSaO de la ~tructura global y dificultando<br />

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tseuclas. pero de una manc:ra 1lratoria<br />

Sólo la ps.icotcrapia intcgraC'ion~ta coonhna la tcrap+a<br />

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capítulo 4, Eva1ll3


150<br />

<strong>Trastornos</strong> d, la p('rsonalidad en la vida modema<br />

ÉNFASIS EN EL PROCESO TERAPÉUTICO (continunción)<br />

esta idea se inició la terapi.a, centrándose claramente en aspectos de la autoestima que había resultado<br />

dañada por todos los intentos de autoafirmadón desde el principio. la terapia se dirigió al probk:ma inmediato.<br />

para luego centrarse en aspectos mas amphos dr personaltdad, a fin de t'VYtar que se volvwcra a instaurar<br />

el problema original. la estudiante pudo proseguir su curso y obtwo una calificación de notable alto.<br />

<strong>La</strong>s etiquetas dlagnostícas ayudan a responder a estas preguntas. pero rara vez son definitivas.<br />

Al permilirse diagnósticos secundarios múltiples. el DSM-IV reconoce inc.luso<br />

que un antisocial-narcisista supera lo que es meramente una personalidad antisocial, o que<br />

un dependiente-evítador es algo más que una personalidad dependiente. <strong>En</strong> realidad, en la<br />

mayoría de individuos se combinan como mínimo aspectos de dos trastornos de la persona·<br />

lidad. <strong>De</strong>bido a que cada trastorno do la personalidad está muy asociado a determinados mecanismos<br />

de defensa, a un estilo cognitivo partlcular, a determinadas actitudes interpersonales.<br />

etc .• en eJ caso de un paciente concreto. estos prototipos so convierten en Wpótesis que<br />

deben verificarse con los datos reales do la evaluación. Por ejemplo, los narcisistas tienden a<br />

racionalizar; tienen en cuenta sus comportamientos después de haber actuado y tratan de<br />

imaginar cómo deberían haber sido. Un paciente narcisista concreto probablemente hará lo<br />

mismo. hipótesis que debe comprobarse con otras informaciones o en la propia terapia. No<br />

obstante, si so diagnostica a un sujeto como narcisista-dependiente. se sugiere que las características<br />

de dependencia se infiltran en el diagnóstico primario. <strong>En</strong> lugar de racionalizar,<br />

los dependientes tienden a introyoctar. reforzando así los vínculos con sus cuidadores con el<br />

fin de apoderarse de sus medios en el mundo real. <strong>De</strong> bocho. la mayoría de los individuos<br />

combinan aspectos de dos personalidades o más. con lo que se complican la evaluecrén y la<br />

terapia del caso. ¿El narclsista-dependíente se apoya más en la racionalización o en la introyecctént<br />

Si se apoya en las dos. ¿cuál prefiere en las diferentes situaciones? Estas preguntas<br />

obligan a que la evaluación vaya más allá de las simples otiquetas diagnósticas, falsificando<br />

el sistema de clasificación a medida que se construye la validez ideográfica. Y así es exactamente<br />

como debería ser. Los clínicos no tratan a prototipos, sino a personas.<br />

Barreras a la psicoterapia integracionista<br />

Aunque la terapia íntegraclcnista proporciona instnunentos eficaces para el tratamiento<br />

do los trastornos de lo personalidad. tiene algunos inconvenientes.<br />

Confusión entre estilos de personolidod y rasgos de personalidod<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA PRECISIÓN DIAGNÓSTICA<br />

Mirar mós ul/6 de lo evidente<br />

DAR POR SENTADO UN DETERMINADO DIAGNÓSTICO MINA EL PROCESO CLÍNICO<br />

Un estudiante intclíge:ntc:: de fisica matemática acudió al centro de asesoramiento de la universidad<br />

porque sus estudios se le iban al traste y por estar ,increíblemente ansiose». <strong>En</strong> la entrevista<br />

[conllnüa)<br />

Copyrighted rnaíerial


capitulo 4, Evaluación y terapia de los trastornos de la pcrsonalid¡¡d<br />

151<br />

ÉNFASIS EN LA PRECISIÓN OIAGNÓS11CA (conti1>uaci611)<br />

e:linica explicó que era mucho más inteligente que los demás estudiantes. y que siempre obtenía las<br />

me1ores calificaciones en las clases de matemáñcas y fisica, al menos hasta hacía poco. <strong>La</strong> ex.pi oración<br />

revdó que su padre tambitn era un fisico matemático de la misma universidad. pero que: recientemer»<br />

te habla aceptado et cargo de jefe de-1 departamento de otra institución en la costa opuesta. Aunque<br />

los tests de inteligencia revelaban un grado inteh~ctual superior, tambitn t.fa cierto que el hijo se idennficaba<br />

con su padre y disfn.,taba con ti, quien ademas le ayudaba con los problemas más complicados.<br />

Transcurridas varias semanas de terapia. llegó a admitir que temta que. al no estar su padre. dejaria<br />

de obtener esas calificaciones tan aftas y que, en consecuence. los demás cambiarian de opimón<br />

acerca de su inteligencia. Se le realizó un diagnóstico provisional de trastomo narcisista-


152<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad tn la vida moderna<br />

ÉNFASIS EN LA SUPERVISIÓN DE LOS DEMÁS (continuación/<br />

el rasgo de deptndencia. Sin entender la relación entre estilos y rasgos de personalidad, Matk busca·<br />

ba el enfoque que funcionara mejor. Cuando comprendió que era mejor describir este nuevo caso<br />

como un estilo dependiente, pudo profundizar en la personahdad de la paciente y utilizar una serie<br />

de lntervenciones dingidas hacia su comportamiento interpersonal, d uso de mecanismos de defensa<br />

y sus distorsiones cognitivas.<br />

Pautas diagnósticas habituales<br />

A fin de resultar verdaderamente útiles para los terapeutas, los criterios diagnósticos<br />

deberían aplicarse a todo aquello que conforma la personalidad. <strong>En</strong> otras palabras.<br />

los criterios diagnósticos del DSM·IV deberían coordinarse con las diversas perspectivas<br />

de la personalidad. Por desgracia, esto no es así. A menudo, )os criterios diagnósticos<br />

son redundantes, decantan mucho el diagnóstico hacia una perspectiva y omiten otras<br />

por completo. Los criterios de la personalidad deberían hacer algo más que clasificar a<br />

las personas en categorías, una {unción bastante minímallsta. Es más, los criterios díagnósticos<br />

deberían eslimuJar la compreasióo esencial e integradora de) paciente en todas<br />

las áreas en las que se pone de maníñesto la personalidad. Los próximos OSM proba·<br />

blemente insistirán en ello, pero el DSM-IV todavía no lo hace. <strong>En</strong> consecuencía. el tora·<br />

peuta que se guíe sólo por el DSM-IV seguirá sin conocer aspectos importantes de la actividad<br />

que refuerzan y perpetúan los problemas de sus pacientes, saboteando así el resultado<br />

de la terapia. Si las restricciones al cambto terapéutico residen en algo más que<br />

no sea la personalidad. el terapeuta acabará tratando alteraciones tangenciales al verdadero<br />

problema.<br />

Falta de criterios estándar para evaluar el progresa terapéutica<br />

Por desgracia, el DSM se considera la pauta diagnóstica de referencia (gold standard},<br />

pero a su vez carece de paula de referencia con la que medirse. El objetivo de cualquier sis·<br />

tema de medida es la evaluación de todas las propiedades relevantes de los objetos somo·<br />

tidos a la medición.<br />

Dado que el DSM·IV se decanta por determinadas áreas en la personalidad y omite<br />

otras. los grupos de criterios seleccionados para la investigación de resultados serán<br />

sopesados de manera contingente. Además. tampoco se ha tratado de igualar los umbrales<br />

diagnósticos de los diferentes trastornos del DSM con su nivel asociado de grave·<br />

dad. Los individuos que cumplen el mínimo umbral diagnóstico para un trastorno de la<br />

personalidad, Eje IJ, deberían ser bastante similares en cuanto a la gravedad de su pato·<br />

logra, Eje V. Este Upo de estudios jamás so ha llevado a cabo. <strong>En</strong> consecuencia, las pre·<br />

guotas que cuestlcuan si una técnica particular es más eficaz con depeodtenres que con<br />

sujetos límite son imposibles do responder. ya que es probable que estos últimos presenten<br />

mayor grado de patología en el momento do la selección de la muestra. <strong>En</strong> el<br />

futuro cabe esperar que el hecho de entender la patología de la personalidad englobada<br />

en lo. matriz entera de la persona generará grupos de criterios mejor operativizados pa.ra<br />

los trastornos del Eje 11 y, a su vez, una forma sinérgica de terapia tan integrada como<br />

los propios trastornos.<br />

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capitulo 4. Evaluadón y terapia de Jos trast0toos de la prl'SOfl-.aJldad<br />

153<br />

ÉNFASIS EN EL fUICIO CLÍNICO<br />

Más allá do los criterios del DSJ'vf-N<br />

ENTENDER Al PACIENTE MULTIOIMENSIONALMENTE<br />

AJ comparar a un paciente/diente muy introi.ienido con sos critttios OSM-IV para el trastorno tsquizoide<br />

de la personahdad, Jtnna observó que los criterios diagnósticosubrayaban principatmente la pttS·<br />

pc:dÍYa ínterpersonat No se 1Mncionaban para nadad estilo rogn,tiw, los mecansmos de defensa ni las<br />

representacones objetales. Su su~isor le expficó que. dado que el OSM seguia et modelo médico, los<br />

criteños diagnósticos obviaban algunas áreas de la personalidad y hacían h1ooipit en otras. Juntos decidieron<br />

que ta compttnsión total de:I pa(tfflte r«¡verióa una base más amplia de conodm,C:nto que la q~ aportaban<br />

los Cliltfios del llSM-IV. <strong>La</strong> amplitud sinérgica


154<br />

lraswmos ee la ptl"SOt\.llidad en ta vicia modtm.1<br />

tes. Estas amplias posibilidades tratan de acomodar la individualidad al sistema diagnóstico,<br />

m.ientras que Ja taquigrafía do las etiquetas diagnósticas, a pesar de ello, considera que<br />

los sujetos cou un mismo diagnóstico se asemejan. <strong>En</strong> cualquier sistema de clasificación ca·<br />

tegoria1, Ia cuestión es quó etiquetas recibirá el sujeto. Por otra parte. la perspectiva ldeográñca<br />

nos recuerda que las taxonomías nos alejan del sujeto. que los constructos diagnósticos<br />

son sólo puntos de rafcrencia que facilitan su comprensión, y que permiten las comparaclones.<br />

Dado que el objetivo es la comprensión ídeograñca do la persona, la evaluación. en rea·<br />

Bdad, trata da demostrar las lirnitactones que tiene el sistema diagnóstico oon respecto a la<br />

persona concreta.<br />

A diferencia de las denominadas ciencias físicas, los instrumentos de medida en la<br />

personalidad y la pstcopatologra son imprecisos. Existen cinco fuentes principales de información<br />

que ayudan a describir el problema cünico. Cada una de ellas presenta ventajas<br />

e inconvenientes. <strong>La</strong> primera fueale es el cuestionario autoaplicado: los sujetos refieren<br />

información sobre sí mismos completando una lista de ítems. <strong>La</strong> segunda consiste en<br />

las escalas de evaluación y las listas de síntomas; una persona que conozca bíen al sujeto<br />

rellena este formularte para proporcionar una perspectiva alternativa. <strong>La</strong> tercera fuente, es<br />

la eatrevista clínica. en la que el clíníco hace preguntas y el sujeto responde. a menudo sin<br />

seguir un esquema muy defioido; so permite que el clínico insista en cuestionas que considere<br />

pertinentes y. por lo general, se combinau preguntas Fijadas de antemano con las<br />

específicas del problema manifiesto. <strong>La</strong> cuarta fuente de información la constituyen las<br />

técnicas proyectivas, en las que se trata de acceder a estructuras y procesos inconscientes.<br />

imposibles de abordar con información verbal: el uso de personas cercanas al sujeto<br />

que pueden actuar de informadores (quizás el cónyuge. un profesor, uno de los progenit.orcs<br />

o un buen amigo, alguien que pueda aportar perspectiva al problema} también puede<br />

considerarse una fuente de información. <strong>La</strong>s mediciones fisiológicas. como los vaJores de<br />

neurotransmisores o de hormonas. por ejemplo, constituyen la última fuente. aunque<br />

muchos terapeutas no puedan disponer de ellas.<br />

<strong>La</strong> medición en todas las ciencias está limitada por factores que la sesgan y distorsionan.<br />

Ciertas distorsiones aparecen por el estilo de la personalidad del individuo que responde<br />

o del entrevistador. Cada personalidad construye el mundo de diferente manera.<br />

Otras limitaciones en la información clínica se deben a las motivaciones del sujeto y al<br />

grado de la patología de su personalidad. <strong>En</strong> otros casos, algunas personalidades distorsionan<br />

de forma consciente la información para obtener algún beneficio, para evitar alguna<br />

consecuencia desagradable de su propia conducta. Muchos instrumentos autoaplicados<br />

contienen índlces que pcnnitcn detectar los intentos de simulación de estados, aunque de·<br />

ben interpretarse con precaución en el contexto de otras informaciones obtenidas en el tes!.<br />

Soa cual sea la situación. so recomienda a los clínicos quo tengan presente el principio del<br />

propio interés.<br />

Muchos pacientes que requieren tests psicológicos presentan como mínimo un tmstorno<br />

del Eje J. Los rasgos hacen referencia a características arraigadas de personalidad que<br />

perduran en el tiempo y que se presentan en casi todas las situaciones. Por ol contrario, los<br />

estados so refieren casi siempre a características do corta duración. <strong>La</strong> ansiedad, la depresión<br />

y la pérdida del contacto con la realidad pueden afectar a los resultados del test de la<br />

personalidad. Cabe esperar sfoctos cruzados estado-rasgo en la evaluactón, y la persona que<br />

interpreto al test debo tenerlos on cuenta.<br />

<strong>La</strong> luterpretacíéu de los tests psicológicos puede llevarse a cabo a diferentes niveles:<br />

ftems. escalas y perfiles. El ítem es el estímulo estándar ea la evaluación psicológica. <strong>De</strong>bido<br />

& que todos los suletos qua completan un Instrumento responden a los mismos ítems.<br />

es posible comparar directamente esas respuestas con las respuestas do los demás. Uno escala<br />

está compuesta por muchos ftoms que inciden en el mismo constructo psicológico, de<br />

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Capítulo 4. Evaluación y terapta 6' los trastornos d, la p,rsonalidad<br />

ISS<br />

i s<br />

1<br />

1<br />

¡<br />

J<br />

j<br />

1<br />

o<br />

manera que la puntuación en una escala representa el resumen de los comportamientos<br />

concretos que se expresan en las respuestas a los mismos items. 81 conjunto de escalas se<br />

conoce como perfil o configuración del perfil. El perfil sitúa a la persona en un conjunto<br />

de escalas. de la misma manera que el conjunto de ítems ubica el constructo que están evaluando.<br />

Extsten diversos instrumentos autoaplieados para In evaluación de los trastornos de<br />

la personalidad. Con 550 ílems, el Cuestionario Multifésíco de <strong>Personalidad</strong> de Minnesota-ü<br />

(MMPl) no es tanto un test estandarizado como un conjunto de ítems estandarizados<br />

que pertenece a la propia psicología. A lo largo de la historia del MMPI se han derivado<br />

cientos de escalas do personalidad. <strong>De</strong> hecho, disponemos en la actualidad da más escalas<br />

auxiliaros quo do üorns. El Cuostionario Clínico Multiaxial do <strong>Millon</strong> (MCMI), actual·<br />

mente en su tercera edición, os el más utilizado para evaluar trastornos de la personalidad.<br />

Uno do les priucipalas objetivos durante la construcción del MCMl·lfl fue mantener un<br />

número total de ítoms lo bastante reducido para facilitar su utilización en marcos dlagnóstícos<br />

y terapéuticos diversos. aunque lo bastante amplio como para permitir la evaluación<br />

de un amplio abanico de oomportamientos relevantes desde el punto de vista clínico.<br />

Con 175 ítems, la versión definitiva es mucho más breve que los instrumentos compara·<br />

bles. y su terminología alcanza un nivol de ocho grados. <strong>En</strong> consecuencia. la mayoría do<br />

los individuos pueden completar el MCMJ·III en 20 o 30 minutos. El cuestionario está des·<br />

tinado a personas que se supone que presentan un trastorno de la personalidad, y no suele<br />

emplearse en sujetos normales. El MCMJ se usa mucho en investigación. Hasta la fecha,<br />

lo han incluido o se han basado en él alrededor de 650 estudios. y se publican de unas<br />

60 a 70 referencias cada año. Tanto el MMPI como el MCMI cuentan con variantes para los<br />

adolescentes.<br />

So dispone de varias entrevistas clínicas para los trastornos de la personaUdad. <strong>La</strong> <strong>En</strong>trevista<br />

Cllnica Estructurada para los <strong>Trastornos</strong> de le <strong>Personalidad</strong> del Eje II del DSM-IV<br />

(SCID·II) es una entrevista diagnóstica estructurada que evalúa los doce trastornos de la<br />

personalidad lncluidos en el DSM·IV. <strong>La</strong> <strong>En</strong>trvvista Estructurada para 'trastornos de la <strong>Personalidad</strong><br />

del DSM·IV (SIDP-JV; Pfohl et al., 1997) es una entrevista clínica semiestructurnda<br />

que evalúa todos los trastornos do la personalidad del DSM-IV, además de la personalidad<br />

autodestrncliva de la toroora edición revisada dol DSM (no incluyo la personalidad sádica).<br />

<strong>La</strong> historia de la psicoterapia está colmada de dogmatismo. Sin embargo. en las últimas<br />

décadas, la insatisfacción por las psicoterapias de las escuelas (p. ej .. conductual. psicodlnámica),<br />

junto con el innovador énfasis en la eücecle mottvada por la gestión sarritaria, ha<br />

llevado al desarrollo de enfoques más comprometidos, <strong>En</strong> la actualidad dominan tres ten·<br />

dencias. <strong>En</strong> primer lugar. la tempio breve trata de conseguir los mayores progre-sos tora·<br />

péuticos posibles en el mínimo tiempo, mediante la cuidadosa selección de los pacientes<br />

y proporcionando formas muy estmct u radas de intervención específica para el problema<br />

ma.ni ñesto. <strong>En</strong> segundo lugar, la ident,Jicacidn de los factoros comunes trata do unificar la<br />

mayoría do las psicoterapias mediante la detección de los factores comunes a todas las tora·<br />

pías que han demostrado su efic'..acia. El argumento que doñouden os que las terapias son<br />

más parecidas que diíerontes entre si, y que la mejor psicoterapia posible se puedo alabora.r<br />

recurriendo a los principalo-s principios y tticnicas on los que so basa cada una de las<br />

terapias. <strong>En</strong> t.orccr lugar. el eclecticismo terapéutico defiende que las técnicas de las díversas<br />

escuelas se pueden incorporar al tratamiento cuando sea necesario, independientemen·<br />

te del modelo teórico del que parta cada una de las técnicas. Si bien estas tendencias con·<br />

temporáneos suponen una gran mejoría con respecto al pasado. siguen teniendo un importante<br />

inconveniente: no permiten desarrollar formas de psicoterapia específicas para el Eje II<br />

y. por tanto. tratan los trnstornos de la personalidad como si fueran idénticos a los trastornos<br />

del Eje J.<br />

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156<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrson.alidad M ta vida mod,ma<br />

<strong>En</strong> cambio, la psicoterapia integrocionista aplica diversas técnicas. obtenidas poten·<br />

cialmonte de las diferentes áreas de la personalidad y seleccionadas por su mayor eficacia<br />

an comparación con Jo que se podría esperar de la aplicación de una sola técnica. <strong>En</strong> las parejas<br />

potenciadas so combinan de fonna simultánea métodos de tratamiento para superar<br />

características problemáticas que pueden ser rafraetartas a las IOC.nicas administradas por<br />

separado. <strong>La</strong>s parejas potenciadas se aplican al mismo tiempo. Por el contrario, las seeuenckss<br />

onotñícos planifican el orden en que se llevan a cabo t.ratamientos para o plim izar su<br />

efecto. <strong>En</strong> la psicoterapia i.nt.ogracionista, el hecho do tomar prestadas o da entrelazar técnicas<br />

pertenocientes a perspectivas díforentes permito un alcance espectacular; partiendo de<br />

que la personalidad es cognitiva, ínierpersonal, psicodínamíca y biológica, la naruraloza de<br />

su propio constructo impone que las técnicas se extraigan de diferentes perspectivas, según<br />

las necesidades.<br />

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CAPÍTULO 5<br />

<strong>Personalidad</strong> antisocial<br />

t .<br />

5<br />

1<br />

1 .<br />

o<br />

• ¿Qué significa la idea psicoanalítica de que en los antisociales no ha madurado el superyó?<br />

• ¿Por qué: ti comportamiento Interpersonal de los antisociales está caracterizado como ,hostilidad interpersonal<br />

pura, e ,irresponsable,?<br />

¿Cómo contribuye el estilo cognitivo de la personalidad antisocial. que parece ser muy vulnerable a la in·<br />

fluencia de las recompensas y gratificaciones inmediatas, en la expresión general de este trastorno de la<br />

personalidad?<br />

¿Cuáles son las creencias básicas de la persona antisocial?<br />

,j • <strong>La</strong> personalidad antisocial comparte características con otros trastornos de la personalidad. Mencionar es-<br />

J<br />

I Objetivos<br />

• ¿Cuáles son los criterios OSM·IV para el diagnóstico del uastorno antisocial de la personalidad?<br />

• ¿Qué: es la psicoporío y en qué: se: diferencia de la ~rsonalidad onüsociof? ¿Qué diferencia hay entre psicopatía<br />

y sodopatio?<br />

• El individuo aventurero y el disidente son variantes normales de la personalidad antisocial. <strong>De</strong>scribir sus<br />

caracteffsticas y relacionarlas con los criterios más patológicos del DSM­IV.<br />

• las mujeres antisociales, ¿presentan un patrón difertnte de patologia del comportamiento con respecto al<br />

de los hombres antisociates?<br />

• Explicar cómo se C'Ombinan tos diferentes estilos de la p(rsonalidad para dar lugar a los subtipos de la personalidad<br />

antisocial.<br />

• ¿Cuál es la relevancia histórica de los términos locura moral e inftrioddad psicop6tico?<br />

• El comportamiento de los antisociales parece estar claramente influido po, factores biológicos desde el<br />

nacimiento. Según Lykken, ¿cuál es la manera más eficaz de educar a un niño con un temperamento fuer·<br />

te? ¿Que significa afasia semóntico?<br />

• Resumir los datos biológicos relacionados con la personalidad antisocial.<br />

tos trastornos y explicar en qué: se diferencian del trastorno antisocial.<br />

J • ¿Por qué es tan elevada la prevalencia de abuso de sustancias en la personalidad antisocial?<br />

~ • ¿Por que es tan importante la contratransferencia en la terapia de la personalidad antisocial?<br />

1 -·~E_n_u_m_e_ra_,_1o_s_o_~_·e_tN_os~t-e_ra_pe_·u_1_ico~s-en~1a_p_e_rso~n-a1_id_a_d_a_n_ti_so_c_i<br />

Copyrighted m'l1i11al


160<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptnonalidad<br />

"'la vida modtm.a<br />

teriosas cuando ella renta 5 anos. Según la familia. su muerta tuvo que ver con las drogas,<br />

y es posible que esto recuerdo hubiera fomentado su propio consumo de sustancias. Su padrastro<br />

se dedico muy poco a sus hijos y trabajaba lejos do casa la mayor parte del tiempo.<br />

<strong>La</strong> disciplina que aplicaba su madre era poco coherente y tendía o montar en cólera<br />

cuando había bebido. Para Toní, el bocho de escapar parece habar sido una cuestión de supervivencia,<br />

un modo de alejarse do una familia desestructurada. Finalmente. decidió que<br />

sería más fácil dejar el colegio e irse do casa, en lugar do luchar contra las circunstancias<br />

que la rodeaban. Teniendo como modelos a su padre y a su madre. os fácil Imaginar que<br />

la vida le haya resultado desalentadora. cuando no inútil. El trastorno antisocial de la<br />

personalidad requiere la presencia de un trastorno dtsoctal antes de los 15 años de edad<br />

(v. criterio C en el caso 5-1). A esa edad, Toni robaba a punta da navaja y fumaba y vendía<br />

marihuana pare poder mantener su propio hábito de consumo. A los 18 años. sus problemas<br />

habían aumentado. con detenciones por posesión de drogas. robo en tiendas e íncluso<br />

abuso de animales.<br />

Como la mayoría do antisociales, Toni parece carecer da conciencia. Probablemente.<br />

su afinnación «Nadie se ha sentido culpable jamás por Jo que me han hecho» en parte sea<br />

cierta y tul parte manipuladora, paro suscitar pena, proporcionar una perspectiva sobre su<br />

pasado y, aJ mismo tiempo, justificar la ausencia de remordimientos (v. criterio 7). Siente<br />

desprecio por la religión y además expone su propio principio ético: «At,ica a los demás antos<br />

do que ellos to ataquen a ti•. Sin claros impulsos de socialización y sin límites éticos internos<br />

que regulen sus actos, Toni es I ibre de hacer lo que quiera y cuando lo desee. <strong>La</strong><br />

única barrera a sus actuaciones es la propia sociedad. y las únicas limitaciones que respeta<br />

son las que la sociedad obliga a cumplir mediante lo presencio policial y lo amenaza punitiva,<br />

o aquellas que los demás pueden imponer mediante amenazas personales o venganzas.<br />

Esta falta de conciencia genera y amplifica otros rasgos propios de Ja personalidad antísocial.<br />

Toni so caracteriza por una falta de honestidad crónlca Iv. criterio Z). Utiliza alias<br />

e identidades robadas como estrateg¡e calculada para llevar a cabo actividades ilegales y<br />

ovitar, al mismo tiempo. que la ley o cualquier persona las detecte. No hay manera de saber<br />

cuántos delitos be cometido en realidad. No es consciente de que pone en peligro su se·<br />

guridad o la de los demás (v. criterio 5), como se pone de manifiesto por el hecho de compartir<br />

jeringuillas y por la afirmación francamente imprudente de que no le preocupa e)<br />

V[H. Por último, Toní no presenta inclinación alguna a implicarse en la sociedad. tal como<br />

revela su incapacidad para mantener un trabajo: prefiere obtener dinero contrayendo enormes<br />

deudas a nombre de otras personas, sin níngün Upo de reparo (v. criterio 6). Para ella,<br />

las actividades ilegales le aportan mayor cantidad de dinero y una recompensa inmediata.<br />

<strong>En</strong> estos momentos. la idea de crear una vida que le resulte de verdad satisfactoria probablemente<br />

no está ni siquiera al alcance de su pensamiento.<br />

Aunque Toni reúne las características necesarias para emitir un diagnóstico de trastorno<br />

antisocial de la personalidad, en la clínica cabe plantearse también los términos psicópata<br />

y sociópata para describir a individuos que violan de manera flagrante y repetida los<br />

derecbos de los demás. <strong>En</strong> la actualidad. el trastorno antisocial de la personalidad es el<br />

término oficial empleado en el OSM-IV (APA. 1994). Sin embargo, los términos psicópata y<br />

sociopata a menudo se emplean de modo informal para hacer referencia a aquellos individuos<br />

que cometen crímenes atroces. <strong>La</strong> elección por parto de un determinado autor de un<br />

ténnino u otro suele ser arbitraria o una mera cuestión de preferencia lingüística, y no está<br />

basada en diferenciaciones científicas concretas. Sin embargo, una distinción que suele<br />

hacerse entre el uso del término psicopatfa o sociopatia radica on las creencias qua tenga<br />

cude autor respecto a los orígenes del trastorno. Se cree que los psicópatas tienen una predisposición<br />

constitucional hacia el síndrome, es decir, la patología: en cambio, los socíópalas<br />

son normales desdo al punto da vista biológico, pero desarrollan características antiso-<br />

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capitulo<br />

s. PttSOnalidad antisocial<br />

161<br />

t • B<br />

1<br />

i<br />

1<br />

ciales debido a una socialíaacién incompetente u hostil. sobre todo a causa de modelos pa·<br />

rentales deficitarios.<br />

Probablemente. In mejor manera do entender estos conceptos sería situar la psicopatfu<br />

y la sociopatía en un continuo. El dosarrollo implica siompro la tnteraccton entre al tndtviduo<br />

y su entorno social. Do ahí que algunos psicópatas sufran neghgencta y maltratos por<br />

parte de sus progenitores desde la niñez, al igual que los socíópatas. mientras que otros provienen<br />

de hogares estructurados. <strong>De</strong>l mismo modo, es posible quo algunos soclépatas ten·<br />

gan una predisposición biológica paro el trastorno (p. oj., un temperamento irritable), pero<br />

que de todas maneras hayan sido víctimas de negligencia y abusos. <strong>En</strong> realidad. la psicopalía<br />

y la sociopatía puras constituyen una mera abstracción. y no síndromes mutuamente<br />

excluyentes. Ante un individuo concreto. lo importante no es saber cuál de ellas predomina,<br />

sino entender la interacción entre los factores biológicos y los sociales desde el momeo·<br />

to de su conoepción. pasando por todo su ciclo vital. Aun así, estos tres términos se suelen<br />

emplear indistintamente y en gran medida se solapan. Este capítulo se centra sobre todo<br />

en la personalidad antisocial. pero a menudo hace referencia a la psicopaUa. dada la cantidad<br />

de estudios empíricos realizados sobre este tema.<br />

El constructo de psicopatía comon.zó a conocerse con el libro The mask of sanity, do<br />

Hervey Cleckley, publicado en 1941. <strong>La</strong> combinación de ejemplos claros do casos, do escritos<br />

preclsos y convincentes, y la lnclualón do una lista de características definitorias han<br />

bocho de este t:rabajo un clásico. Si bien el ccmponamientn pernicioso del antisocial suele<br />

ser obvio, CleckJey afirmaba que los psicópatas suelen disfrazarse con los atavíos de la<br />

normalidad. A díferencía del estereotipo dol delíncuente ccmün, se pensaba que los psícópatas<br />

provenían de «hogares estructurados» cuyos progenitoros les demostraban cariño,<br />

pero que a pesar de eso her-fan o destruían a las personas sin remordimiento, vergüenza ni<br />

conciencia. <strong>La</strong> mayoría de ellos son mentirosos patológicos expertos en avaluar las suuacíones<br />

y fingir sinceridad, lo que les permite, literalmente, florecer sin ser detectados tras una<br />

«máscara de cordura». Según Cleckley. presentan una incapacidad muy arraigada para entender<br />

la dimensión emociona) del lenguaje, sobre todo de aquellos aspectos relacionados<br />

con sentimientos de vinculación y emparra.<br />

A diferencia de la personalidad antisocial, la psicopatía de Clcckley nos aporta una<br />

valiosa apreciación de la indiferencia interna con que estos individuos destruyen la vida.<br />

Diagnosticamos personalidades antisociales, pero «conocemos• al psicópata. Tras someter<br />

la lista de características descriptivas do Cleckley a métodos rigurosos de elaboración de<br />

escalas. Robert Hare et aJ. construyeron una escala clínica, revisada en la actualidad. Veinto<br />

llems definen el prototipo psicopático (Hare et al., 1990); unos se basan en rasgos arraigados<br />

de la personalidad, y oeos en comportamientos y acontecimientos vitales caracrertsticos.<br />

E.l cuadro global sugiero un individuo que no sólo es antisocial, como so pone de manificsto<br />

por los problemas tempranos do comportamiento, múltiples matrimonios de corta<br />

duración, delíncuancia juvenil, pasado criminal. forma do vida parasilaria y promiscuidad<br />

sexual, sino también narcisista, como demuestran los rasgos de egocentrtsmo, sentimientos<br />

do grandeza, intolerancia al tedío, falta de empatJa, manipulacióo e incapacidad de<br />

sentir remordimientos. Stooe (1993) sugiere un ítem adicional de insensibilidad ante la<br />

humillación, para ilustrar la complete ausencia de controles internos de) comportamien·<br />

to en el psicópata.<br />

Una vee descrito al caso de Toni, podernos mencionar otros aspectos qua oonfiguran la<br />

estructura de este capítulo. <strong>En</strong> primer lugar, exploraremos el continuo que va de los rasgos<br />

Antisociales normales a los patologtccs o anormales del trast.omo antisocial da la personalldad.<br />

para centramos después en las variantes del prototipo de la personalidad antisocial. A<br />

contlnuación se describen las perspectivas biológica. pstcodínamíce, lnterpersonal y cognitiva<br />

de este Upo de personalidad. Estos apartados se refieren a la parte más c::ionlífica de la<br />

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162<br />

TrastorrtOS dt la personalidad ee la vida moderna<br />

personalidad. Con el f'in de explicar las observacíones caracterológ.icas como las que se des--<br />

prenden del caso de Tonl, se pretende pasar de la mera anécdota literaria a los aspectos teóricos.<br />

Siguiendo la línea habitual. se expondrán al mismo tiempo la historia y la descripción.<br />

para hacer una revisión histórica de los autores que han subrayado diferentes aspectos del<br />

trastorno. Asimismo, se revisarán las bipótesis evolutivas que, en la actualidad, siguen<br />

siendo provisionales para todos los trsstomos de la personalidad. A continuación, en el spartado<br />

«Perspectiva evolutiva y del neurodesarrcllo» se plantearé cómo la presencia de un<br />

trastorno de la personalidad sigue unas leyes evolutivas. Se comparará el constructo antisocial<br />

con otros constructos derivados de la tooría y se hará un comentario relativo a cómo las<br />

personalidades antisociales tiendea a desarrollar trastornos del Eje l. Para finalizar, se abordará<br />

el tratamiento pslcoterapéutíco del trnstoruo en términos de los planteamientos clásicos<br />

en este ámbito: las perspectivas biológica, psicodinárnica, interpersonal y cognitiva.<br />

I DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA<br />

Muchos lectores se sorpreuderén al comprobar que algunas de sus mejores cualidades<br />

son una manifestación característica de la personalidad antisocial. aunque de menor intensidad.<br />

Los rasgos adaptativos del estilo más normal son la capacidad para la autosuficiencia.<br />

la ambición. la compeuuvidad, as! como la consecución constructiva de la individualidad<br />

y la autodetermínacíéu. Oldham y Morris (1995; pág. 217) describan a los aventureros como<br />

individuos intrépidos que hao superado los fronteras cruzando los océanos. e incluso caminando<br />

por la Luna. tos aventureros viven al limite. afirman estos autores. desafiando las restrícciooes<br />

y las barreras. Su recompensa es el riesgo y los descubrimientos. Algunos ejemplos<br />

extraídos de la vida real son exploradores famosos corno Cristóbal Colón, así como Osear<br />

Glenn y otros pilotos de pruebas. J\ estas personas. la aventura les proporciona una manera<br />

socialmente aceptada para ser libres. una vía que es incluso admirada como estereotípo<br />

masculino. Según Oldham y Morris, se trata de personas inconformistas que tienen su<br />

propio sistema interno de valores, que aman el desafío. que asumen que cada uno puede cuidar<br />

de sí mismo, y que son persuasivos desde el punto de vista interpersonal y reacios a<br />

echar raíces. Si bien en la niñez y en la adolescencia son traviesos e incluso maliciosos. al<br />

llegar a la edad adulta demuestran tener una gran valentía y fortaleza.<br />

<strong>La</strong> personalidad disidente (<strong>Millon</strong> ot al., 19i)4) 8S una variante un poco diferente de<br />

la personalidad antisocial, que entra en el rango de la normalidad, pero os ligeramente<br />

más patológica. <strong>La</strong>s personalidades disidentes son poco convencionales: hacen las cosas a<br />

su manera y están dispuestas a asumir las consecuencias de sus actos, sea cual sea la opinión<br />

de los demás. A veces parecen inclinadas a ensombrecer la verdad y a moverse en el<br />

límite de la ley para conseguir sus propios objetivos y deseos. <strong>En</strong> lugar do asumir las responsahilldades<br />

tradicionales, se perciben a st mismos como personas independientes o que<br />

logran ser autónomas de forma creativa. <strong>De</strong>sprecian la autoridad. ya que la consideran perrenecíente<br />

a la vigilancia indiscrllninacla de los ciudadanos por parte del Estado. es decir,<br />

perteneciente a aquella parte de la sociedad encargada de sustituir la individualidad por<br />

una identidad socialmente aceptable. No les gusta la rutina diaria y los demás suelan critlcerles<br />

por actuar de una manera impulsiva e ir.responsab1e. <strong>En</strong> general, están orientados a la<br />

acción, al pensamiento independiente. a las actuaciones emprendedoras y al enfreutamiento.<br />

Se mueven dentro de los límites de la ley. pero siempre se contran en sus propios deseos.<br />

s-upemndo los obstáculos con maniobras inteligentes o con una actitud agresiva e intimidante.<br />

Tienen una gran motivación y muchos recursos, y toman la iniciativa para hacer<br />

que las cosas funcionen a su manera. Algunos son líderes eficaces, preparados para ejercor<br />

su autoridad y tomar decístoues.<br />

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Capítuk> S. Ptrsonalidad anttSOClal<br />

163<br />

s<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

;i<br />

i<br />

o<br />

Ea el verdadero límite de la normalidad y la patología encontramos a personas que<br />

nunca han tenido problemas con la ley porque han borrado sus huellas con gran habilidad.<br />

Estos individuos, al igual que la mayoría de los antisociales, no sienten culpabilidad<br />

por explotar a Jos demás, aunque no lo Llegan a mostrar abie.rtamente. <strong>La</strong> premeditación<br />

do su contonción a menudo los haca parecer más sádicos que antisociales. Algu.nos<br />

ejemplos son los industriales y ejecutivos quo prosperan en la zona turbia do los tecntcísmos<br />

legales, así como los astutos ojocutivos que exploran situaciones comercia los. el<br />

monopolio del poder o que utilizan vacíos legales para obtener enormes beneficios. aunque<br />

sea a costa do causar un gran perjuicio a los demás. Por ejemplo, los individuos quo<br />

desmantelan empresas de forma sistemática en beneficio propio mediante estrategias hostiles<br />

de adquisición no pueden ser considerados completamente normales, y mucho me--<br />

nos altruistas.<br />

Asimismo, en el caso do muchos políticos, la falacia del doblo sentido en el lenguaje es<br />

una habilidad necesaria para la supervivencia. Moviéndose dentro de los límites del engaño,<br />

«dan la vuelta» a los acontecimientos objetivos mediante la minimizacién de los as·<br />

pectas negativos y la exageración de los positivos. Cuando los interesa. centran la atención<br />

en circunstancias mítígantes y mienten por omisión al dejar do informar sobre todas las ctrcunstancías<br />

y motivaciones que se esconden detrás de sus actos. Es más, crean deliberada·<br />

mente una política pública tan compleja que sólo es posible prestar atención a algunos as·<br />

pectes determinados. Todos son «antisociales premedltedcees». <strong>En</strong> la vida cotidiana<br />

prosperan como hombres de negocios de lenguaje agradable y como afables vendedores<br />

de coches usados. El daño que hacen e la sociedad no es tan espectacular como el de los<br />

psicópatas asesinos, pero es més frecuente y de la. misma intensidad. y constituye un<br />

importante recordatorio de que todas las teorías cíeuuficas de la personalidad antisocial<br />

deben abarcar tanto la normalidad como la patolog!a.<br />

Es posible describir las características de un estilo (no un trastorno) de personalidad<br />

antisocial normalizando los criterios diagnósticos del DSM-!V (Sperry. 1995). Mien·<br />

tras que on ol trastorno so violan una y orea vez las normas sociales mediante acttvtdades<br />

ilegales (v. criterio 1). el estilo antisocial establece su propio sistema de valores por<br />

encima del sistema do valores del grupo y, como consecuencia, en ocasiones so ve atrapa·<br />

do on un conñícro. Si bien en el trastor110 el sujeto ulílíz.a verías formas de engaño para<br />

conseguir sus propios fines (v. criterio 2). en el estilo es «escurridizo». y tiende a burlar<br />

los puntos críticos y dar la vuelta a los acontecimientos objetivos para su propio bcnofi.<br />

cio. sin llegar a implicarse en fraudes abiertos. Mientras que en el trastorno el individuo<br />

es demasiado impulsivo como para considerar las consecuencias de sus actos (v. criterio 3).<br />

en ol estilo. la persona es más espontánea e indulgente consigo misma. poro es consciente<br />

de los momentos en los que no lograr esperar a que se produzca la gratificación puede<br />

violar las normas sociales o causar un daño considerable a otras personas o a sí misma.<br />

Mientras que en el trastorno aparece irritabilidad y agresividad, que se ponen de ment-<br />

ñesto con repetidas peleas físicas o agresiones (v. criterio 4), el estilo es asertivo, con actitudes<br />

perceptibles.<br />

Al enfrentar el ca.so con cada una de estas compnracíones, Toni encaja mojor en la<br />

vertiente patolégfce. Su historial de deteuclones confirma que se desvía claramente de la.s<br />

normas sociales para oonseguir sus propios objetivos, sean cuales sean. Su conflict.o con los<br />

intereses públicos no Heno nada que ver con un sistema interno do valores que pudiera dirigir<br />

su comportamieuto mediante unos principios individualizados, Por el contrario, su cédigo<br />

moral queda resumido suciutarnontc en: «Ataca a los demás antes do que ellos lo ata·<br />

quena ti». es decir, una büsqueda activa da la propia gratificación a expensas do la socio·<br />

dad. Por otra parte, el engaño do Toni consiste en algo más quo en proporcionar una ínterpretnclén<br />

sesgada de los hechos. Por ejemplo, so ha inventado una coartada para explicar el<br />

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164<br />

Tt1stornos ee la ~tSMalidad en la vida moderna<br />

cargo de posesión de drogas que se le imputa: su novio es un «camello», ella simplemente<br />

se encontraba en el lugar de los hechos y temía que le pudiera ocurrir algo si se negaba a<br />

atender al policía do paisano, a quien consideraba un drogadicto peligroso. Sin tener en<br />

cuenta S\IS detenciones y su comportamiento previos. osta idoa sería vorosímil: sin ernbarge.<br />

eo este contexto queda patente su propósito de engallar. Por último. en voz do sor aserliva<br />

e imponorso físicamente. Toni emplea la agresión desde un punto de vista interpersonal<br />

para acobardar a los que se opongan a sus deseos. E:1 motivo por ol quo ha llegado a la te·<br />

rapta os un r-.argo por alteración del orden.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN EL GÉNERO<br />

Mujeres antisociales<br />

LAS MUJERES NO SUELEN SER PERVERSAS. PERO CUANDO LO SON •••<br />

Con anterioridad hemos expuesto el argumento de que es posible que existan diferentes vías en<br />

mu jefes y hombres para el desarrollo dtl compottamiento antisocial y dtl trastorno antisocial dt la<br />

personalidad, pero ¿cu.iles son algunas de las restantes diferencias que distinguen a las mujeres y los<br />

hombres antisociales? <strong>En</strong> primer lugar, se considera que la prevalencia del trastorno antisocial de la<br />

personalidad es mas elevada en los nombres que en tas mujeres.. El OSM­IV señala una prevalencia<br />

del 3~ en tos hombres y del 1% en las mujeres en las muestras de población general. y la tendencia<br />

nos muestra que estos porceotajes van en aumento, sobre todo en el caso de las mujeres, Los porcentajes<br />

de trastorno disocia! en adolescentes son bastante mavores. Un importante estudio epidem1ol6g1co<br />

reatízado con jóvenes de 15 años de edad mostró que et 7,5-9.5


Capítulo s. Personaltdad antisocial<br />

165<br />

1<br />

ÉNFASIS EN EL GÉNERO (continuación/<br />

propio, sino que lo hacia para ayudar a un compañero, una idea que todavía perdura ho·, en día. Modelos<br />

mas recientes han establecido la distinción de que los hombres expresan la conduela anti.social<br />

mediante agresiones físicas v verbales que van desde las amenazas hasta los ataques fisicos. mientras<br />

que las mujeres suelen expresarla a tra v es de lo que se ha denominado •agresión en las relaciones<br />

interpersonaless, como por e1emplo, extender rumores maliciosos y cotilleos v rtthazar a otras mujeres<br />

de sus grupos sociales (Crid. 1995; Cric.k yGrotpeter, 1995). Sin emb.argo, si los actos violentos<br />

contra miembros de la familia o entre compañeros del mismo sexo se analizan de forma separada. las<br />

diferencias se reducen de: form¡¡ muy considerable, lo que refuta que eesren estas supuestas diferencias<br />

(8althazar y Cook.. 1984). Ot".1 mrsmo modo. aunque fas chicas muestran menos comportamientos<br />

anti)()(iales en general. cuando se clasifican por o,den las conductas más frecuentes, tas de las<br />

chicas son casi •dc:nticas a las de los chicos (Robins. 1986).<br />

t s<br />

:<br />

1<br />

Los criterios diagnósticos restantes de la personalidad antisocial también se pueden si·<br />

tuar on un continuo con la normalidad. Mientras que en el trastorno el sujeto muestra una<br />

despreocupaclén Imprudente por su seguridad y bienestar o los de los demás (v. criterio 5),<br />

los individuos con este estilo simplemente se consideran a sí mismos como más resisten·<br />

tas al riesgo en comparación con el resto de los mortales, pero su Imprudencia y temeridad<br />

no son impulsivas.<br />

Mientras que en el trastorno oxiste una Irresponsabthdad persistente<br />

para mantener un trabajo o tener obligaciones económicas (v. criterio 6), el estilo prefiero<br />

mantenerse libre de limitaciones externas y despilfarrar en los placeres del momento en lugar<br />

de ahorrar con prudencia para el futuro. Por último. mientras que en el trastorno destaca<br />

la falta de remordimientos (v. criterio 7) y se justifica el hecho de haber perjudicado a los<br />

demás. el estilo se satisface a sí mismo de una manera agresiva o impulsiva, aunque con<br />

ciertas resrrtcclones éticas, soctales y legales.<br />

<strong>De</strong> nuevo, Toul se ajusta más al extremo patológico de las comparaciones entre estilo<br />

y tras-torno. <strong>En</strong> lugar do considerarse a sf misma más resistente al ríesgo, Toní edmue que<br />

abusa de la heroína y que comparto agujas y afirma que no l.eme al VTH. Dado que desea lí·<br />

berarse de las limitaciones que pudiera imponerle un empleo. nunca ha trabajado durante<br />

más do tros semanas. y profiere ganar mucho dinero on poco tiempo. Si para conseguirlo<br />

debe cometer algún delito. lo hará. Por último. en lugar de conseguir do una manera agre-<br />

siva sus propósitos dentro de los límites éticos. sociales y legaJes. Toni demuestra falta de<br />

remordimientos. Además de admitir que no se siente culpable por lo que ha hecho. justifi-<br />

ca su falta de senumíeutc de culpabilidad cuando aftrma: «Nadie se ha sentido culpable<br />

jamás por lo que me han hecho e mí», tomo si los pri_ncipios éHc::os debieren aplicarse o<br />

interrumpirse ea función de los actos de los demás, en lugar de mantenerse integrados. do<br />

fonna coherente. con los propios valores tetemos.<br />

i I VAR~::~~:á~:. ~.::~.~~:~ti~:~:c::~~~~l:icado<br />

clasificm a los lndl-<br />

~ viduos antisociales, a los psicópatas y a los criminales. Algunos esquemas conceptuales se<br />

§ basan en los tipos de crímenes cometidos o en la gravedad del crimen en lugar de bacer<br />

J agrupaciones de rasgos característicos. Otros esquemas parten de enfoques basados en la<br />

o metodología, como el unéltsls de grupos {cluster annlysis). Todos estos esquemas no re·<br />

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166<br />

<strong>Trastornos</strong> dr l.a pie.rSOnalidad tn la "'6a mod,ma<br />

conocen la importancia de considerar otras características de la personalidad además de las<br />

del patrón principal. Por el contrario, las variantes antisociales que se resumen en la ñgura<br />

5·1 se describen como combinacionos do constructos derivados directamente de la teoría<br />

evolutiva (Mil Ion, 1990). Obsérvese que pueden existir otros subtipos y que no todos losan·<br />

tisoctales puodon ajustarse a la pcrfocción a una de las siguientes categorías.<br />

El antisocial codicioso<br />

El antisocial codlcíoso es una variante que so aproxima al patrón protonpíco «puro».<br />

<strong>En</strong> este caso. lo grandeza y ol deseo do dominar y poseer se aprecian de forma depurada. Es·<br />

tos individuos sienten que la vida no les ha ofrecido «lo que se merecen». que han sido<br />

privados del apoyo emocional y las recompensas materíales que merecían. que otros ban recibido<br />

mucho mós. Celosos de aquellos con los que la vida ba sido generosa, lo qua mueve<br />

e estas personalidades es la envidia y el deseo de ser recompensados por aquello que la vida<br />

les ha negado. Sea mediante engañe o dostmcción. su objetivo os compensar la sensación<br />

de vacío que experimentan. que justifican afirmando que ellos solos pueden restaurar al<br />

desequilibrio de qua son víctimas. Ardíando en cólera y resentimiento, su mayor placar reside<br />

en apropiarse de lo que los otros poseen. Algunos manifiestan una criminalidad patente.<br />

Muchos se mueven por un impulso de venganza, y manipu.lao a los demás como si fue.<br />

sen posesiones en sus juegos de poder.<br />

Nómada<br />

MalC\'Olcntc<br />

f('(lroctcristk:os csquizoidcs<br />

o tvitod0t0$]<br />

{C'OfOdtristkos sddi«n<br />

o pol'O.l'l()lekJ/<br />

St siente maldito, prcd~tinado a Bcligmntc.. mordaz. rencceeso,<br />

,­­, la eníermc


Capitulo S. Pc.rsonalidtM:t afltisocial<br />

167<br />

Con independencia de su éxito, los antisociales codiciosos por lo general se sienten<br />

siempre inseguros de su poder y de sus posesiones, y nunca tienen suficiente para resarcirse<br />

de las privaciones que sufrieron. Siempre celosos y envidiosos, agresivos y voraces,<br />

pueden hacer ostentación de riqueza o realizar gastos excesivos, como comprar coches de<br />

lujo, manstones. joyas ceras. etc., para exhibir su poder y sus logros ante los demás. Muchos<br />

sienten un profundo vacío, junto con ideas yuxtapuestos sobre lo diferente que hubiera siclo<br />

su vida si hubieran tenido las oportunidades que otros tuvieron. Algunos son ladronesco·<br />

munes, otros se convierten en empresarios ,nanípuladores. que explotan a los demás y los<br />

tratan como objetos para satisfacer sus deseos. Aunque no tienen casi en cuenta las consecuencias<br />

de su comportamiento y sienten poca o ninguna culpa por sus actos, nunca )h,.<br />

gan a considerar que poseen lo suficiente. son insaciables, no constguen tenor un senti·<br />

miento profundo de satisfacción y siempre se sienten incompletos a pesar do los éxitos<br />

que bayan podido alcanzar.<br />

El antisocial que defiende su reputación<br />

No lodos los antisociales desean llenar su sentimiento de vacío con posesiones mate·<br />

riales o poder. <strong>La</strong> motívacíón de los antisociales que presentan rasgos de la perscnalidad<br />

narcisista es defender y potenciar su reputación de fuerza e invulnerabilidad. <strong>La</strong>s acciones<br />

de los antisociales están diseñadas para asegurarse de que los demás se fijen en ellos y les<br />

reconozcan o.l ros poto quo morocon. Como consecuencia, e.stán on guardia permanente<br />

ante la posibilidad de que les menosprecien. <strong>La</strong> sociedad debo sabor que el antisocial que<br />

defiende su reputación es alguien importante, alguien a quien no so puedo mantener al<br />

margen con facilidad, ni a quien so pueda tratar coa indiferencia, tomar a la ligera o usurpar<br />

su posición. Si los demás llegan a menospreciar su estatus o capacidad, reaccionan<br />

con gran intensidad, alardeando y amenazeudo basta que consiguen reducir a sus rivales.<br />

Algunos antisociales pertenecientes a esta variante rehuyen la compañía de los demás.<br />

otros se implican eo actividades de pandillas de adolescentes, y otros simplemente tratan<br />

de impresionar a sus compañeros con acciones agresivas de liderazgo o violencia que ase·<br />

guran su estatus da hombre estrella, de miembro domiaente del grupo. Ser duro y asertivo<br />

es en aseucla UJ) acto defensivo que pretende demostrar su solidez y garantizar uno reputación<br />

de coraje indomable.<br />

t<br />

5<br />

•<br />

1<br />

i<br />

i<br />

j<br />

i o<br />

El antisocial arriesgado<br />

El comportamiento un poco arriesgado en un entorno controlado proporciona una ex·<br />

citación y búsqueda do sensaciones que entra dentro de la normalidad: por ejemplo. casi<br />

todo el mundo disfruta con las montañas rusas. Sin embargo. existen individuos para los<br />

que el riesgo consiste en Impresionar a los demás mostrando una actitud de indiferencia in·<br />

trépida de consecuencias que pueden ser muy lementables. <strong>La</strong> principal mol lveclón de los<br />

antisociales arriesgados, que combinan rasgos antisociales o htsrnóntcos, es quo los do·<br />

más los vean hnpaslblos anta experíencias que para la mayoría de las personas serían peltgrasas<br />

o aterradoras. Mientras que los demás se morirían de miedo. ellos se mantienen impertérritos<br />

ante la posibilidad de jugar con la muerte o de padecer graves daños fisicos. El<br />

riesgo es la propia recompensa, y es una manera de sentir excitación y sentirse vivo, más<br />

que la consecución de una ganancia material. Aunque pretenden ser audaces, intrépidos y<br />

atrevidos, su búsqueda hiperactíva de desafíos peligrosos es percibida por las personas normales<br />

como temeraria, cuando no estúpida. <strong>En</strong> efecto. son buscadores de excitación enemoradas<br />

ante la oportunidad de comprobar su valor reclamando le atención, el aplauso y el<br />

asombro del público. O., no ser así, se verían atrapados por las responsabilidades y el tedio<br />

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168<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la pt.rSOnaltdad en la vida modttna<br />

do la rutina de la vida cotidiana. El principal factor que les convierte en antisociales es la<br />

irresponsabilidad de sus ocios y el desdén por las consecuencias que éstos puedan tener<br />

en los demás o en ellos mismos, con la aceptación de desafíos cada vez más atrevidos.<br />

El antisocial nómada<br />

Aunque la impresión más generalizada sobre los antisociales es que son criminales<br />

incorregibles que dinamitan los valores do la sociedad, algunos tan sólo buscan huir de una<br />

sociedad on la que se sienten despreciados. apartados o abandonados. <strong>La</strong> mayoría de losanrisocíales<br />

reaccionan de un modo beligerante ante el rechazo social; sin embargo. el antisocial<br />

nómada se limita a instalarse en la periferia de la sociedad, y allí busca ontro los rostas<br />

y aproveche cualquier pequeño recurso que encuentra en su camino. <strong>La</strong> variante nómada<br />

combina caractertsucas antisociales con rasgos esquízoides y/o caructeríslicas de la persooalidad<br />

evttadora. Muchos se sienten malditos y predestinados aJ fracaso, y sólo desean si·<br />

ruarse en los márgenes de un mundo que casi co.o toda probabilidad les rechazarla. <strong>En</strong>reda·<br />

dos en la autocompasién, se marginan de la sociedad para convertirse en itinerantes, vaga·<br />

hundes o nómadas. Con poca consideración hacia su seguridad o bienestar personal, va·<br />

gan de un lugar a otro: se trata de personas sin bogar que suelen hacer de la prostitución y<br />

01 abuso de sustancias su forma de vida.<br />

Los niños adoptados que no saben muy bien cuál es su lugar en el mundo a veces si·<br />

guen el camine del antisocial nómada. yendo de un lugar a otro en una aparente búsqueda<br />

simbólica de un hogar verdadero o de sus padres naturales. El sentimiento de «no portenecer<br />

a ningún lugar» implica marginarse de uno mismo y de los demás. Por esta razón, los<br />

nómadas a menudo parecen estar vagamente desconectados de la realidad y carecen de un<br />

seuudo claro do identidad propia. Comparados con otros antisociales, parecen bastante in·<br />

ofensivos debido a su actitud de indiferencia y su desarraigo vital. Algunos son, en efecto.<br />

indiferentes y temerosos, pero otros tienen un profundo resentimiento y son muy irascibles.<br />

Bajo la influencia del alcohol o de otras sustancias. pueden actuar de forma impulsiva y<br />

descargar sus frustraciones mediante ataques brutales o agresiones sexuales díngidos a las<br />

personas más débiles que ellos.<br />

El antisocial malevolente<br />

Como resultado de la combinación de personalidades antisocial y paranoide o sádica,<br />

el antisocial malevolente personifica la variante antisocial menos atractiva. Beligerantes,<br />

rencorosos, depravados. malevolentes. brutales, lnsansibles, truculentos y vengativos. llevan<br />

a cabo acciones cargadas de odio y de un desafío deseactívc hacia la vida social convenciónaJ.<br />

Al igual que los paranoides. suelen esperar do antemano que los demás les traicionen y<br />

les castiguen. <strong>En</strong> lugar de emplear amenazas verbales, tratan de asegurar sus límites me·<br />

diante una crueldad que se caracteriza por una absoluta sangre fría y un deseo intonso do<br />

venganza por el mal trato que ellos consideran que han rocibido de los demás en el pasa·<br />

do. Para ellos, las emociones tiernas son un signo de debilidad. <strong>De</strong>sconfían do la buena vo-<br />

!untad de los demás. quienes, a su entender, la utilizan con el único fin de esconder algún<br />

tipo de engaño y. por tanto, ellos siempre deben mantenerse en estado de alerta. Cuando los<br />

rasgos sádicos son prominentes. pueden mostrar una actitud resentida y una voluntad de<br />

confirmar la imagen de fortaleza que tienen de sí mismos convirtiendo en víctimas a los<br />

que son dcmastade débiles para vengarse o a aquellos cuyas muestras de terror les pueden<br />

resultar divertidas. Cuando los demás reaccionan con fortaleza, los antisociales rnalevolentes<br />

son expertos en el arte de aparentar, y disfrutan preaíonandc a sus oponentes<br />

hasta que éstos se acobardan y abandonan. <strong>En</strong> la mayoría de los casos. hacen muy pocas<br />

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Capltulo S. Pt:rsonalidékf antisodal<br />

169<br />

concesiones y son proclives a aumentar la intensidad del enfrentamiento y a llegar tan leios<br />

cerno sea necesario. retrocediendo sólo en aquellos casos en los q110 so ven claramente ven·<br />

e idos.<br />

I ANTECEDENTES HISTÓRICOS<br />

El conocimiento de la personalidad antisocial se remonta al menos a la Grecia clásica.<br />

Más recíentemonte, a principios del siglo xix, o.l origen del comportamiento anttsocíal se<br />

asoció al debate filosófico sobre la libre voluntad y el detenninismo. <strong>En</strong> ese contexto, los<br />

médicos del siglo XIX se preguntaban si las personas antisociales eran capaces de compren·<br />

der las consecuencias de sus actos. Philippe Pinel (1801, 1806) se refirió a una forma do<br />

locura conocida como la folie rolsonnante (locura razonan te). una tendencia de los pactentes<br />

a realizar actos impulsivos y autolesívos, con una capacidad de razona.miento intacta y<br />

una conciencia total de sus actos. <strong>La</strong>s observaciones de Pinel pretendían ser descriptivas y<br />

sin juicios de valor. <strong>La</strong> idea de que pudiera existir psicopatología en ausencia de confusión<br />

mental se extendió por Europa. pero siguió siendo una fuente de polémica.<br />

Otros médicos coosidernban a los antisocinles como individuos que presentaban defectos<br />

de carácter y que, por tanto, merecían la condena moral. E1 término insania moral, utilizado<br />

por primera vez por Prichard (18,35), cristalizaba esta idea. Prichard sostenía que es·<br />

las personas, pese a entender las opciones con las que contaban, esteben dominadas por<br />

unes compulsiones irresistibles que regían su conducta. A su vez amplió el síndrome para<br />

incluir diversos Astados emocionales y mentales. quo comparUan la incapacidad de guiar·<br />

so segun un sentido interno de rectitud. bondad y responsabilidad. Pose a no ser cientffica.<br />

la idea do la insania moral sigue teniendo cierto atractivo. aunque sólo sea porque lo persona<br />

nonnal a menudo no consigue identificarse con los actos más patológicos do los anti·<br />

sociales y los psicópatas. Dahmer y Mudgett. cuyos casos hornos comentado al inicio do<br />

este capítulo. constituyen dos claros ejemplos. El caso de Toni no es tan oxtromo, aunque<br />

todavía nos seguimos preguntando por quó no puedo entender las repercusiones que sus actos<br />

rondran en su vida.<br />

Autnras posteriores sugieren que existe un paralelismo entro los defectos anatómicos y<br />

los defectos caractertoíéglcos. aunque la naturaleza de estos paralslísmos hoy en día suscltnrío<br />

más de una sonrisa. Por ejemplo, algunos pensaban que un centro cerebral específico<br />

controlaba la moralidad (Maudsley. 1874). <strong>De</strong> la misma forma que algunos individuos son<br />

ciegos para los colores, se consideraba que otros tenran ceguera moral. Otros autores defendían<br />

que los antisociales eran delincuentes de nacimíento y que presentaban rasgos fl.<br />

stcos comunes. como una mandíbula prominent.o y proyectada hacia delante. orejas alar·<br />

gadas y !'rente despojada, eran zurdos y corpulentos, su desarrollo sexual era precoz, pre·<br />

sentaban también insensibilidad táctll y agilidad muscular (Lombroso, 1887). Stonc (1993)<br />

sugiere que la sociedad necesita la tranquilidad de creer que los delincuentes se pueden<br />

idenU ñcar medíante rasgos ñsícos para sentirse protegida do los verdaderos psicópatas, que<br />

se ocultan tras lo cotidiano.<br />

A finales del siglo xix, la psiquiatría comenzó a apartarse de la clasificación moral para<br />

acercarse a la investigación observacionaJ. Kocb (1891) propuso que el término «insania<br />

moral» se sustituyera por el de inferioridad psicopática, que consideraba el síndrome. de<br />

forma explícita, como una «inferioridad de la constitución cerebral» (pág. 54). Aunque sus<br />

intenciones eran las mismas que las de Pinel ­es decir, efectuar clasifü:acíonos cianuñcas<br />

en lugar de morales-. la elección de los téraúnos no fue muy acertada. <strong>La</strong> palabra «iníeriori·<br />

dad» acabó por desaparecer con ol uso cuando este término llegó a Estados Unidos. El término<br />

psicopático, que significaba literalmente «patología psícclégice», se mantuvo durante las<br />

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170<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pcrsonalid~d en lai vida mod(rna<br />

tres primeras dúcadas del siglo XX para hacer referencia a un amplio abanico de enfermedades<br />

que iban mucho más allá do la idea contemporánea de personaUdad antisocial. El trabajo<br />

de Cleckley de 1941 crislalizó el constructo de psicopatía eu su versión más moderna,<br />

abriendo una línea de investigación que ha prosperado desde entonces.<br />

I PERSPECTIVA BIOLÓGICA<br />

Los factores biológicos pueden dividirse en dos tipos: los que afectan directamente al<br />

desarrollo del organismo y los que suelen acompañar la aparición de un síndrome pero con<br />

una función incierta en el desarrollo. Los primeros incluyen el temperamento y algunas enfcrmedadcs<br />

genéticas, y los segundos, factores congénitos. la constitución física, patrones<br />

hormonales. las estructuras cerebrales y los patrones de neurotransmisión. por ejemplo. <strong>La</strong><br />

línea de investigación más concluyente e interesante que vincula la biología con la violación<br />

do las normas de la vida social está asociada al constructo de psicopatía. Los ha1lazgos<br />

que se rovisan más adelante pueden o no generalizarse a los sujetos psicópatas, antisociales<br />

y socíépates.<br />

<strong>La</strong>s observaciones aisladas han subrayado a m,mudo que los antisociales y los psicópatas<br />

parecen tener, de forma innata, un temperamento fuerte. agresivo, intrépido. impulsivo<br />

y arrojado. y que son buscadores de sonsactones. Como es natural. estos rasgos tienden a facilitar<br />

que el individuo adopte unas determinadas trayectorias en la vida en lugar de otras.<br />

os decir, les impulsan a desarrollar comportsmtentos dnlíctívos y antisociales y les alejan<br />

do las actitudes altruistas y en pro de la sociedad. <strong>En</strong> un interesante capítulo, uno de los líderes<br />

en este campo. David Lykken (1995), habla de su bull tcrrier, una raza en la que se<br />

combinan la fortaleza y el temperamento del bulldog con la agilidad del terríor, para dar lugar,<br />

a su parecer. a una especie de «modelo animal» de la psicopatía. Cuando están jugucloondo,<br />

es íácil que los cachorros destruyan los objetos de la casa, eñrma, y son casi indiforcn·<br />

tes al castigo. <strong>En</strong> consecuencia, criar a un bull terrier requiere paciencia y Iortaleea. Partíando<br />

do cuatro ssulos do educación descritos por Baumrind (1971, 1980), Lykkou sugiero<br />

que el estilo autorirario dará lugar a un adulto obediente cuando se enfrente a la fortaleza,<br />

pero arisco y peligroso cuando se encuentre ante personas más débiles. Los progenitores<br />

permisivos no establecen límites. oon lo que el animal acaba siendo incontrolable. L.1 educacióa<br />

negHgente o que oxprosa rechazo da como resultado a un «matón que se siente por<br />

encima de la ley». Sólo un estilo de autoridad firme, pero cariñoso, afirma Lykkcn, dará<br />

lugar final manto a un animal sociable, leal y susceptible de ser controlado pese a su herencia<br />

genética agresiva.<br />

Es posible que esto mismo pueda aplicarse a la socialización de los antisociales y<br />

psicópatas. Los padres suelen referir que los niños impulsivos crónicos ya lo son desde el<br />

nacimiento. no respetan el castigo, son muy resistentes al control y son casi imposibles<br />

de manejar desde que nacen. Estos niños exploran el entorno de una manera más asertiva,<br />

se inmiscuyen con frecuencia en los asuntos de los demás y. como es natural, se meten<br />

en más líos. A.1 no contar con limitaciones firmes y con una educación adecuada, su<br />

destino es el mismo que el de los cachorros bu JI terrier no socializados. que siguen su<br />

propia voJuntad sin freno. <strong>La</strong> esperanza es que la paciencia, la disciplina adecuada y los<br />

modelos de socialización generan sistemas do valores internalizados lo bastante fuertes<br />

como para contener una agresividad de origen biológico o, al menos, canalizarla en formas<br />

socialmente aceptables: aquello que en la perspecriva psicodioámica se denom.ina<br />

sublimación.<br />

Con todo, incluso ontrc los seres humanos. parece ser que hay niños a los que ni los<br />

mejores padres han podido socializar, niños nacidos en familias nucleares normales, t:mdi-<br />

Copyrighted material


Capitulo S. Ptt50nalidad antisocial<br />

171<br />

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cíonales, en las que hay cariño, y que siguen llevando o cabo graves violaciones de las norrnus<br />

sociales. Cleddey (1986} proporciona algunos do estos ejemplos. entro los que se encuonrran<br />

muchas personas que han comerido asesinatos y que han engallado y timado.<br />

Clockloy (1950) afirmaba que estos individuos, a los que hoy en día so denomína psicépatos<br />

primarios, presentaban lo que él denominaba «afasia semántica», <strong>La</strong> semántica hace referencia<br />

al significado, y la afasia se considera. en témúnos generales, una clase de trastorno<br />

relacionado con la comprensión o con la producción del lenguaje. Lo que Cleckley pensaba.<br />

sin embargo. es que los psicópatas tienen una incapacidad innata para entender y expresar<br />

el significado de las experiencias emocionales. incluso aunque su comprensión del<br />

lenguaje sea normal.<br />

incapaces de entender el sufrimiento que genera su comportamiento. no desarrollan<br />

una conciencia y. por tanto. carecen de empatfo o remordimientos. Muchos de ellos son<br />

perspicaces y calculadores y tratan de aprender la mecánica emocional de la comunicación<br />

Interpersonal. con lo que ccnsíguen enmascarar su trastorno. Sín embargo. son incapaces do<br />

entender el significado de términos como desconcieno. vorgiienzo o miedo, por ejelJlp)o.<br />

Para los psicópatas, afirmaciones tales como «Pido disculpas» o «¡Mo has hecho muy fo,.<br />

Jiz!» son convenciones sociales sin sentído. Se t.io.no constancia de que algunos psicópatas<br />

han llegado incluso a comprar libros de psicología para poder llegar a entender las reacciones<br />

emocionales humanas y comprender «qué es lo que motiva a las personas», un «ma)<br />

necesario» para intentar adaptarse al extraño mundo de lo empátioo y lo socializado.<br />

<strong>En</strong> las últimas décadas se ha estudiado la conjetura de Cleckley desde un punto de vis·<br />

ta experimental, y se han logrado resultados interesantes. Por ejemplo, la mayoría de las<br />

personas procesan los datos lingüísticos con mayor rapidez si los reciben a través del oído<br />

derecho, en comparación con el izquierdo. <strong>De</strong>bido a que el nervio auditivo del oído conecta<br />

dtrectnmente con el hemisferio cerebral contralateral. la vía que conecta al oído derecho<br />

con los centros do) lenguaje del hemisferio izquierdo simplemente es más corta. Por 01<br />

contrario. la información quo se recibo a través dol oído izquierdo debo viajar en primer<br />

lugar al hemisferio derecho para luego llegar a los centros del lenguaje del hemisferio izquiordo,<br />

una vía más larga. No obstante. los estudios han demostrado que la información<br />

que viaja desde el oído derecho va más lenta en los psicópatas que en los sujetos normales<br />

(Hare y McPherson, 1984). Cabe presumir. por tanto, que sus habilidades lingüísticas no es·<br />

tán tan lateralizadas en el hemisferio izquierdo.<br />

Muchos estudios han enconlroclo otras dlscrepenclas raros en las capacidades Hngürsticas<br />

de los psicópatas. Los sujetos normales reaccionan con intensidad a le dimensión<br />

emoclcoal de los afirmaciones o de las imágenes. pero los psicópatas no (Wllliamsoo et<br />

al.. 1991}, ni tampoco consiguen distinguir entre les palabras neutras y las qua tienen una<br />

mayor carga emocional, como hacen las personas normales en el habla habitual (Louth et<br />

nl.. 1998). Los estudios del flujo sanguíneo cerebral, que inciden en los patronos de procesamiento<br />

de la información en el córtex, han desvelado que el pro


172<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la l)trSOnaUdad en la \lida moderna<br />

(Hare. 1993). Algunos autores (Ellio!I y Gillett. 1992) han llegado a afirmar incluso que las<br />

deficiencias en la actividad del lóbulo frontal ayudan e explicar la falta de atención a la moralidad<br />

tan característica de los psicópatas. <strong>De</strong>ckel et al. (1996) han demostrado que una mayor<br />

actividad en el lóbulo frontal izquierdo se asocia a una menor probabilidad de presentar un<br />

trastorno antisocial do la personalidad. <strong>En</strong> comparación con sujetos afectados do Alzheimer.<br />

los individuos coa demencia en los lóbulos frontal y temporal presentan un mayor grado de<br />

comportamiento antisocial (Miller et al.. 1997). como la agresión, ol axhibicionisrno do índole<br />

sexual y los hurtos en tiendas. Es más, la conducta impulsiva es una consecuencia muy conoctda<br />

de los traumatismos on los lóbulos frontales. Siaver et al. (1985) sugieren que las<br />

personalidades antisociales presentan menor activación cortical, aunque una mayor desinhibición<br />

motora. por lo que tienden a actuar antes de tener tiempo para reOex.iona.r.<br />

Otra línea de investigación tradicional (Eysenck. 1964; Lykken, 1957; Quay, 1965) sugiero<br />

quo los psicópatas tienen problemas do activación fisiológica. <strong>La</strong>s reaccionas fisiológicas<br />

osran muy relacionadas con la experiencia de muchas emociones, sobre todo la del<br />

miedo. Incapaces da activarse. estos individuos parecen no sentir miedo ante struaclones de<br />

amenaza objetiva y no pueden aprender de la experiencia. Son muchos los estudios que han<br />

demostrado que. mientras que al ritmo cardíaco de los sujetos normales aumenta cuando<br />

esperan de antemano que vayan a producirse determínados estímulos aversívos,<br />

como por<br />

ejemplo un ruido muy intenso o un shock eléctrico, el ritmo cardíaco de los psicópatas tiende<br />

a quedarse igual o sólo aumenta en el último momento (Hare. 1978). Incapaces de evaluar<br />

una situación potencialmente peligrosa calibrando su propio miedo, se muestran violentos,<br />

con independencia del riesgo. una deficiencia que a la larga acaba por convertirse en<br />

un estilo de vida. <strong>En</strong> efecto. un menor grado de activación basal del sistema nervioso autónomo<br />

permitió predecir la manifestación de dellncueucle. una década después. en los<br />

adolescentes daneses [Loob y Mednick, 1977). Otros autores han sugerido qua para estos individuos<br />

la vida siempre es aburrida y que, por tanto. requieren grandes cantidades de<br />

sensaciones y de exciloción simplemente como un medio para sentirse vivos. <strong>La</strong> inclinación<br />

de muchos antisociaJes y psicópatas a «estimuJar la excitación» es bien conocida.<br />

Se han propuesto. además. otros sustratos biológicos para la psicopatía o la personalidad<br />

antisocial. Cloninger (1987b) considera que el psicópata primario presenta una elevada<br />

búsqueda de la novedad. un bajo grado de evitación del daño y poca dependencia do la recompensa<br />

social, las tres dimensiones principaJes de su modelo neurobiológico de la personalidad.<br />

Estos individuos. según Clcníngar, son agresivos. hostiles y oportunistas, muy<br />

similares en esencia a los psicópatas de Cleck.Jey. Gray (1987) sugiere que existen tres sis·<br />

temes cerebrales que controlan el comportamiento emocional. <strong>La</strong>s diferencias individuales<br />

en una de ellas. el sistema de inhibición conductual, hace que algunas personas reaccíonen<br />

con intensidad ante experiencias asociadas a acontecimientos aversivos del pasado.<br />

mientras que otras reaccionen muy poco. Si os-to sistema es débil, la persona tiende a condicionarse<br />

poco al temor y no presenta ansiedad.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA INVESTIGACIÓN<br />

<strong>En</strong>tender el alcoholismo a través rle la prrsonnlidad<br />

DISTINTOS TIPOS DE BEBEDORES<br />

Una de las ratones por tas que el alcoholismo se resiste al tratamiento es que cada alcohólico<br />

es diferente. Ten¡endo en cuenta que las personas t>c~n por razones díftrrntes. los investigadores han<br />

(COnllflúo}<br />

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Capítulo S. Ptrsonalldad antisodal<br />

173<br />

ÉNFASIS EN LA INVES'DGACIÓN (co11tin11ació11/<br />

,c:cumdo a la pcrsonc1lidad para cnttndc:r mejor la d1vtí$idad de: fuerzas que conducen al trastorno.<br />

Cloningtr ( 1987a) propvso dos tiPoS de alcoholismo basados en su modelo de d1mcns1ones nturob•o­<br />

16g,cas de la pcrson.ahdad. El alcoh6hco tipo 1 presenta una elevada evitación det daño, una gran de·<br />

pendencia a la recompensa y una baja büsqueda de la novtdad, una combinacfon de rasgos similares<br />

a los de las persenahdades deptndientes y evítadoras, El alcohólico tipo 2 presenta una elevada büs·<br />

queda de la novedad, pero baja evitación del daño y poca de­pendencia a la recompensa, una combi~<br />

nación de rasgos símsares a los de la personalidad antisocial. las especutaeiones de Cloningec son<br />

interesantes. aunque sólo sea porque dos tipos de personahdad. a las que identifica como personaudades<br />

de nesgo, se: encuentran tn extremos opuestos del espacio que define en su modelo conceptual<br />

(v. cap. 1, fig. 1-5). <strong>En</strong> otras palabras. el tipo ev1tador-dcprnd1ente parece beber para rtfugiarsc<br />

de los factores estresantes de la vida, y el tipo antisocial parece beber más por el puro refuerzo de la<br />

intoxic.ac;ón.<br />

Dado que la teoría sólo puede sugerir probabilidades, siempre debe ir seguida de investigac,ones<br />

empiricas. Los estudios han demostrado que el antisocial es el trastorno de personalidad más<br />

habitual entre los alcohólicos (Hesselbrock et al.. 1985). Sin embargo, se han observado tambit:n<br />

otros trastornos de la personalidad. Ademas del antisocial, Morgenstern et al. (1997) encontraron<br />

un gran numero de per'Sonahdades hm1te y paranoide. Aunque estos trastornos no coinciden con<br />

exactitud con ti modtlo de Clomnger, su vufntr¡1bilidad al alcoholismo debe entenderse en térm,-<br />

nos de sus rasgos caracter,sticos. Como ser'lala el DSM-IV, las personahdadC'S limite están dispuestas<br />

a infligirse daños de forma ,mpulsiva. como gastos excesivos, conducción temeraria, atracones<br />

de comida y abuso de sustancias. El consumo excesivo de alcohol tiene el mismo fin. Ademas.<br />

dado que la persoeandad límite se ha asociado con freeueocia a OSC'1lac:iones dtt estado de an,mo<br />

va la depresión crónica, es posible que el consumo de alcohol sea una manera de ,automedicación•.<br />

es oeor, un intento de equilibrar los altibajos de su caótica vida. lo mismo ocurre en la personaudad<br />

paranoide. Dado que los paranoides. por dtfinición, se caracterizan por una intensa evitacién<br />

social, es probable que el alcohol sea un refuerzo. ya que consigue reducir los temores que sin el alcohol<br />

siempre tendrían. Por otra parte, estudios postenores han revelado que el alcoholismo es muy<br />

poco frecuente en la personalidad depe:ndlente. Aunque la teoría original de Clonmger sobre el atcoholismo<br />

y los trastornos de la personalidad en la actualidad presenta tagunas, la propuesta más<br />

amplia, es decir, la nettsidad de entender el alcoholismo en el contexto de la personalidad global,<br />

sigue teniendo vigencia.<br />

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Se han encontrado otros datos neuroquímicos. <strong>La</strong>s concentraciones bajas de serotonina<br />

so asocian a las muestras de agresividad, violencia e impulsividad que so producen en<br />

los trastornos de la personalidad en general (Siever y Trestman. 1993). También están relacionadas<br />

con el trastorno antisocial de la personalidad y con abuso de sustancias concomítaaté<br />

(Moss et al .. 1990). <strong>De</strong> modo similar, se han encontrado valores bajos de cortisol en de-<br />

. llncuenres adultos hombros (Virkkunen, 1965), en chicos con trastorno disocia! (McBumetl<br />

et al .. 2000) y ea chicas adolescentes coa trastorno disocia] (Paíer et al., 2001 ). Se han asociado<br />

concentrocionos altas de la hormona masculina testosterona con un comportamiento<br />

antisocial en los veteranos de guerra [Oabbs y Morris. 1990), aunque esto no ha ocurrido<br />

con estudiantes universitarios (Dabbs et al., 1990). Muchos estudios han encontrado datos<br />

qua relacionan el comportamiento antisocial o delictivo con la herencia (p. ej., Clonínger<br />

et al., 1978; Grove et al., 1990), Jo cual sugiere que estos síndromes tienen una cierta base<br />

genétlce.<br />

Copyrighted maiertal


,,.<br />

I PERSPECTIVA PSICODINÁMICA<br />

<strong>Trastornos</strong> de: la personalidad en la vida modetna<br />

El psicoanálisis clásico afirma que e1 individuo se encuentra coustantomonto atrapado<br />

en los conflictos inexorables entre los instintos del ello y las fuerzas de socialización. Freud<br />

propuso tres estructuras mentales: el el lo, el yo y el superyó. E'I ello. la parlo más primitiva<br />

de la personalidad y la única que está presente al nacer, opera sobre el principio del placer.<br />

Los impulsos sexuales y agresivos deben hallar gratificación inmediata y directa: si alguien<br />

te despierta sentimientos de ira, le matas; si una persona ta excita, to acuestas con ella.<br />

Esta estrategia es muy atractiva, pero la vida real requiere canalizar o posponer estos<br />

impulsos. <strong>De</strong>sde le perspectiva psic:odinámica, el dosarrollo normal va encaminado a demorar<br />

la gralific:ación inmediata y centrada eu uno mismo. <strong>En</strong> primer lugar, la propia rea·<br />

lidad impone ciertas limJtaciooes n la libre actuación. que hacen necesaria esta demora. Algunas<br />

veces se puede conseguir una recompensa siguiendo una secuencia determinada do<br />

compnrtarniontos: por ejemplo. un coche nuevo implica tener bastante dinero que. a su vez,<br />

requiere lener un trabajo decente que. por lo general, requiere algún lipa de aprendizaje.<br />

<strong>La</strong> tarea de relacionar las necesidades del organismo con las limitaciones prácticas y las<br />

oportunidades del mundo rea1 pertenece al yo, que opera según el principio de realidad.<br />

<strong>En</strong> segundo lugar. las limitaciones a la gratificación inmediata osran impuestas por el<br />

superyó. <strong>La</strong> socialización es un proceso largo y complejo que se inicia con las primeras experioncías<br />

do apego y que prosigue basta las primeras etapas de la edad adulta. Mediante<br />

modelos firmes pero cariñosos. los niños normales aprenden que los otros son seros diferentes<br />

que tienen su propia vida, sentimientos y potenciales, que pueden ser dífarentes a los de<br />

uno mismo, pero igual de valiosos. <strong>En</strong> las personas normales, el superyó madu.ra. a medido<br />

que se intcmalizan los valores y las prohibiciones parentales como conciencia e ideal del<br />

yo. <strong>La</strong> conciencia consiste en restricciones y prohibiciones. lo que uno no debería hacer, y<br />

el ideal del yo consisto en los valores que dirigen la propia rcaliz.ación. lo que uno debe<br />

hacer para tenor autoestima y cumplir su potencia) idiosincrásico como ser humano. El proceso<br />

a través del cual se forma el superyó se denomina introyección, que significa literalmente<br />

«poner dentro», Dado que el superyó funciona según lo que Freud denominó el ptincipio<br />

moral. romper los códigos morales provoca sentimientos de culpa. y el hecho de satisfocer<br />

el ideal del yo provoca sentimientos de afirmación y de respeto hacia uno mismo.<br />

<strong>La</strong> personalidad antisocial se puede entender con facilidad desde este esquema psicoanalítico<br />

clásico. Oc una manera clara. el yo se desarrolla, pero no esr el superyó. Es más.<br />

toda la personalidad sigue dominada por el ello infantil y su principio del placer (Friedlander.<br />

1945). Dado que las funciones intelectuales y las pruebas de realidad siguen intactas,<br />

dichos individuos parecen. en palabras do Prichard. «porsonas con locura moral, o locos<br />

morales». Como la teoría pstooanalntca clásica establece que ol ello está centrado por completo<br />

en sus propias necesidades inmediatas, los antisoclales violan impulsiva y egocént.ricamente<br />

las normas convencionales de la vida social. El olio está dominado por si sexo<br />

y la agreslvtdad, y lo mismo ocurro con el comportamiento de la mayoría de antisociales.<br />

Dudo que el ello exige una gratificación inmediata, los antisociales se centran a corto plazo,<br />

sin poder pensar o prever las consecuencias de sus actos. Como el ello está apartado del<br />

muodo extorno, los antisociales son egocéntricos e incapaces do apreciar la entidad de los<br />

domás seros humanos. Toniondo en cuenta que el ello sólo conoce sus propios impulsos,<br />

los antisociales sólo saben do la persecución egoísta do su propia satisfacción. y actúan sin<br />

reflexionar, sin remordimientos o sin tener en cuenta a los otros. Dado que el principio mo·<br />

ralos irrelevante para el ello. las convenciones sociales o ideales no tienen un valor intrínseco<br />

para la personalidad antisocial. El ello no puede tolerar la frustración y los autisocíales<br />

tampoco. ya que son incapaces do posponer la acción ante una recompensa, a menos<br />

que se vean frenados por la amenaza do castigos concretos.<br />

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C.,pitulo s. PetSOOatidad a,ntisodal<br />

175<br />

<strong>De</strong> hecho. lo fulta de conciencia es quizá la característica más sorprendente de la personaLidad<br />

antisocial. aunque sólo sea porque los oont.roles inhibidorcs que suele proporcionar<br />

el superyó parecen necesarios para su desarrollo. Aunque Freud no se ocupó demasiado de<br />

estos individuos. reconoció (1916/1925: pág. 333) que entre los criminales se encuentran «los<br />

qúe cometen crímenes sin ningún tipo do sentlmlentc de culpabilidad. los que no han desa.rrollado<br />

inhibiciones morales o los que, oomo consecuencia de su conflicto con la sociedad,<br />

consideran que sus actos están [ustíñcsdos». Los antisociales no tienen una voz. interna o un<br />

censor interno quo modero sus actos. <strong>En</strong> comparación con la Inmediatez de sus propios impulsos,<br />

instintos y deseos, las limitaciones sociales parecen abstractas. nebulosas, distantes o<br />

irrelevantes, apenas lo bastante prominentes como para interrumpir o inhibir los comportern.ieotos<br />

impulsivos. destmctivos y temerarios. Al no tener ccncteocta, los demás se convíerten<br />

en una mera materia prima a partir de la cua1 pueden obtener gratificación. Un antisocial<br />

coadenado por violación afirmaba: «EUa tenía un bonito culo. por lo que me serví mira·<br />

ción• (citado en Hare. 1993). <strong>De</strong> hecho. es posible que la consecuencia social y legal de las flagrantes<br />

violaciones de los derechos humanos fundamentales nunca entre en la conciencia.<br />

Cuando las reglas sociales irrumpen en el comportamiento, básicamente existen como<br />

obstáculos insistentes que deben sortearse de alguna manera que resulte satisfactoria.<br />

Si bien parece que todos los antisociales y psicópatas tienen una conciencia deñcltaria,<br />

existen diferencias individuales en cuanto al grado de desarrollo del principio de realidad.<br />

diferencias que afectan claramente al modo de manifestación. Algunos son muy ínteligentes<br />

en sortear las limitaciones sociales para explotar a los demás y satisfacer así sus<br />

propias necesidades. <strong>De</strong> la misma manera que los antisoc.ia1es más impulsivos son personas<br />

sin remordimientos y egocéntricas, estos individuos son más sutiles y. por tanto. más deshonestos<br />

y peligrosos. Como diría Hervey Cleckley (1988), llevan puesta «la máscara de la<br />

cordura». Sin una conciencia que Lo limite. el yo es libre de seguir cualquier camino de gratificación<br />

que el intelecto pueda imaginar. Los otros seres humanos forman parte de Jos accesorios<br />

de la existencia: están ahí para que ellos los puedan manipular. uuttzer de forma<br />

egotsta y. por último. desechar. Respetar las reglas sociales constituye una necestded práctica<br />

relacionada con la evitación del castigo, poro no una consideración ética.<br />

Aunque la mayoría de personalidades antisociales y psicópatas consideran incomprensibles<br />

las emociones de ternura, estos individuos aprenden a adaptarse a un mundo<br />

en el que la expresión emocional es el pilar básico de la comunicación, y desarrollan una<br />

conciencia intelectual sensible de las convenciones sociales y una capacidad para juzgar las<br />

situaciones interpersonales. Su couocbníeuto de las relaciones humanas los permite Ilngír<br />

empatía cuando es necesario, engañar y manipular (Bursten. 1972) a sus víctimas cou uu<br />

encanto camaleónico. incluso para hacerse un hueco en las profesiones más respetadas de<br />

la sociedad (Cleckley. 1988). Fríos y calculadores, su existencia nos demuestra lo que OC\I·<br />

rre cuando el ello se empareja con la astucia intelectual. Es más, también nos demuestra que<br />

la capacidad de razcnamlcnto no puodo por s{ sola doflnir lo que significa sor humano.<br />

<strong>En</strong> cuanto a los mecanismos do defensa. en los antisociales son especialmente escasos.<br />

<strong>De</strong>bido a que su personalidad funciona en esencia a partir del pri.ncipio de reaJidad. tienen<br />

poco de lo que defenderse. <strong>La</strong> mayoría de las personas experimentan ansiedad y sentimientos<br />

do cUlpabiJidad relacionados cou las expectativas de los demás. Tememos docopclonar<br />

a alguien o que otras personas queden desilusionadas con nosotros, quo piensen que<br />

no hemos hecho un buen trabajo, etc. Éstas son nuestras introyecctones parentales, la voz<br />

Internahzada socializadora do la madre y del padre y de otras figuras que sirven de modelo<br />

de comportamiento. Cuando las personas normales presentan sentimientos hostiles y<br />

agresivos, óstos son reprimidos. desplazados, transformados o convertidos en excesiva con·<br />

fonnidad, tal como hace Ja personalidad compulsiva. <strong>La</strong> ansiedad. por tanto, requiere uno.<br />

capacidad para la emparra. una capacidad para adoptar la perspectiva de los demás y evo·<br />

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176<br />

Trm:omos de la personalidad en la vida modtrna<br />

1uar cómo otros pueden percibir el sí mismo. Muchos antisociales son impermeables a la<br />

vergüenza o al desconcierto (Stone, 1993), afectos que presuponen la existencia de una capacidad<br />

de entender cómo pueden considerar los demás algún aspecto poco atractivo de<br />

uno mismo en comparación con el ideal del propio yo. Cabe destacar que muchos se jactan<br />

de sus crímenes violentos para impresionar a quienes les escuchan. pero no revelan las<br />

agresiones más simples. Estos antisociales disfrutan de «ostar por encima de los demás»<br />

como una manera de complacer el sentimiento de grandiosidad narcisista (Bursten, 1973).<br />

Un hombro inocente condenado por homicidio dfjc al ser liberadc: «Al menos era por asesinato,<br />

y así me hice respetar» (citado en Lykken, 1995).<br />

Sin objetivos vitales y sin capacidad para apreciar la opinión do los demás, los antísociales<br />

buscan una vida de indulgencia sin problemas. <strong>La</strong> preocupación neurótica no forma<br />

parte de su existencia. Cuando experimentan ansiedad, está relacionada sobro todo con el<br />

miedo a ser atrapados y casugados: la ansiedad real del yo, no la ansiedad moral del superyó.<br />

Por ejemplo, cuando se descubre que han mentido, los anusociales aprenden a<br />

mentir mejor, sí es que pueden aprender alguna cosa. <strong>La</strong>s personas normales reflexionan<br />

acerca de sus propios comportamientos: los antisociales. en cambio, reflexionan para dar<br />

explicaciones do su comportamiento que sean plausibles para los demás. Cuando se les<br />

hace responsables do sus actos. suelen minimizar importantes violaciones do las normas sociales<br />

(McWiHiams, 1904), <strong>De</strong> ahí que un caso de violencia doméstica se convierta en una<br />

«diferencia do opiníones» y un robo se convierta en un caso de «juicio er-éneos , Cuando se<br />

frustran, los aousoctaíes no so contienen, actúan de forma impulsiva y transforman el con·<br />

Dicto en acción. <strong>En</strong> ocasiones, la proyección acompaña a la acción impulsiva para poder<br />

justificar la agresión preventiva. Así pues. los antisociales interpretan que detrás de los motivos<br />

de los demás se esconde la malevolencia y. por tanto, «se defienden» contraatacan·<br />

do. <strong>La</strong> necesidad de reparación justifica los actos que realiza el antisocial. que acaba considerándose<br />

a sí mismo como la víctima perseguida.<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

Mientras que la perspectiva psicodinámica se centraba clásica.mente en el conflicto in·<br />

terno, la tradición interpersonal subraya las relaciones entro las personas, y el impacto que<br />

tienen sus comunicaciones. tanto desde un punto de vista evolutivo como en el aquí y<br />

ahora.<br />

<strong>En</strong> la tradición interpersonal. los comportamientos suelen estar organizados en función<br />

del círculo interpersonal. Según Kiesler (1996), la personalidad anlisocial representa<br />

la hostilidad interpersonal casi en estado puro. Mediante descripciones do dos niveles de<br />

gravedad, considera que las acciones de la forma moderadamente patológica son hostiles.<br />

irritables y groseras (pá$. 14). Además, son personas que discuten con facilidad. ignoran los<br />

sentimientos de los demás. se resisten a cooperar y provocan peleas. <strong>En</strong> su forma mds extrarna<br />

son rebeldes, depravados y vulgares (pág. 15}. Es más, muestran un desafio flagrante.<br />

agresiones crueles y atormentan y abusan da los que obstaculízan sus Intenciones.<br />

Empleando su Análisis Estructural del Ccmportemleuto Social (AECS), Benjamín (1096)<br />

describe un cuadro parecido. A diferencia de Kíesler, su modelo sugiere que los anllsociales<br />

también trotan de controlar a los demás resistiéndose de forma ené.rg.i.ca a cualquier intento que<br />

éstos hagan por controlarles. Por ejemplo, pueden negarse a pagar el sustento de los niños<br />

porque les obliga a hacerlo una autoridad externa. Según Benjamín, ésta es una importante diferencia<br />

entre el comportamiento antisocial y el criminal. Los compcrtemieotos criminales son<br />

antisociales sólo cuando contienen un elemento interpersonal adicional que consiste en esta·<br />

blecer y perpetuar alguna forma de control sobre los demás, sin tener en cueuta las conss-<br />

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Capltulo s. Ptrsonalid3d antisoc:ial<br />

177<br />

cuendas de sus actos. Por tanto, los actos criminales encaminados exclustvameute a obtener<br />

beneficios personales, por ejemplo, no se consideran una evidencia de personalidad antisocial.<br />

Según Benjamín, los antisociales no sólo tratan de controlar, sino que lo hacen con orgullo,<br />

Por ejem1>lo, la explotactén de los demás, sea mediante control o coacción, les haoo sentirse<br />

orgullosos, con independencia de cómo se vean afectadas las vidas de los otros. Por tanto,<br />

pueden abusar ñsícamente de los demás sin experimentar ningún sentimiento de culpa. o in·<br />

el uso causarles daños físicos importantes, para asegurar el control sobre la relación o expresar<br />

su propia autonomía. Por ejemplo, una esposa. que se enfrenta con demasiada energía asuma·<br />

rido antisocial porque ha descubierto una infidelidad tendrá muchas probabilidades de neabar<br />

en una sala da urgencias. <strong>La</strong> voluntad que muestran los antisociales do atacar con gran violencia<br />

a los demás, poniendo incluso en peligro su propia vida, tiene un importante objetivo<br />

instrumental: hacer que los demás se lo piensen dos veces antes de intentar tomar el control o<br />

antes incluso de exigir que se respeten sus derechos o su bienestar. A su vez, los antisociales<br />

piensan que los demás deben adoptar automáticamente una actitud de sumisión.<br />

Considérese el caso de Osear, que se presenta en el caso 5-2. Sus impulsos agresivos<br />

apenas se subliman con su rol de supervisión. Mientras que una intervención positiva requiere<br />

conocer los puntos fuertes y débiles de aquellos a quienes se supervise. Osear prefiere<br />

intimidar y coaocionar. Discute incluso con su propio supervisor, lo que ha supuesto el<br />

motivo de la consulta. Afirma que su esposa es .:una zorra» y menosprecia todo lo que ella<br />

hace. Su biografla está plagada de agresiones de las que se siente orgulloso. Es más, ran, vez<br />

llega puntual al trabajo, se ausenta sin dar explicaciones, cobra horas extras que al parecer no<br />

ha trabajado y deja que el consumo de sustancias iuterflera en su trabajo. Cuando acude a<br />

ter.apia, t:rata do excusar sus actos con mentiras para ganarse la compasión del terapeuta. No<br />

le preocupan las consecuencias de sus actos; su estrategia os mostrarse tan am.onazador que<br />

nadie se atreva a intorponorso en su camino. Considera incluso que la terapia es un castigo<br />

y prometo vengarse, diciendo que los qua lo han agraviado «pagarán las consecuencias».<br />

Al igual que Osear, muchos antísociaícs perciben el mundo como si estuviera suspendido,<br />

es lo que Thomas Hobbes denominó «estado de naturaleza»: la competición es la regla,<br />

la supervivencia el objetivo, y no se puede confiar en nadie. Esto sucede hasta el punto<br />

de que los antisociales reflejan el contenido de la naturaleza humana; consideran a las<br />

personas como criaturas inhorcntem.onte egoístas cuyas motivaciones son el poder y el control.<br />

Tooi (v. caso 5·1) hacía referencia a esta visión del mundo cuando so mofaba de la fe<br />

relígíosa afirmando: «Jesús no ama a nadie, o al menos oo me ama a rnf». También se eeñeja<br />

esta idea cuando de nuevo declara: «Nadie se ha sentido culpable jamás por lo que me<br />

han hecho». Asimismo, en vez de intentar arreglar sus problemas, Osear sólo so preocupa<br />

por vengarse. Estas actitudes son caracterfsticas de los antisociales. para quienes la moral i·<br />

dad es una ilusión, la bondad es una debilidad y la confianza es ingenua.<br />

Partiendo de un mundo así, los comportamientos do.l antisocial. y en concreto la falta<br />

de remordimientos, puodon considerarse una adaptación funcional. El hecho de creer que<br />

los demás sólo estén dispuestos a explotar y dañar forma parte de una conciencia patológica<br />

muy desarrollada. Si so ri.nden anto el sentimiento do culpa sólo oonscguirán ser vulnerables a<br />

la dominación y explotación ulteriores. El éxito de conseguir aprovecharse de alguien provoca<br />

un sentimiento de triunfo en un juego donde la motivación oculta de todos es <strong>La</strong> explotación.<br />

¿Cómo so desarrolla la personalidad antisocial desde la perspectiva interpersonal? Los<br />

niños expuestos a negligencia. indiferencia, hostilidad y abuso físico tienen muchas probabilidades<br />

de aprender que el mundo es un lugar frío e inclemente. Estos niños no tienen<br />

modelos nonnaJes de ternura y afecto empéuoos. <strong>En</strong> lugar do aprender cómo ser sensibles a<br />

los estados emocionales de los demás. desarrollan resentimientos prolongados y no de·<br />

sean reflexionar sobre las consecuencias do sus propios actos. Sin los controles parentales<br />

adecuados. los antisociales futuros nunca aprenderán a controlar la agresividad de una ma-<br />

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1 78<br />

I CASO 5­2<br />

Empleado como supc:MSOI de ~nttnimitr1to dur.antt seis aflos. Osear fue<br />

dtrivado a1 programa dt asistencia dt tmpluOOS dt la univetsidad por su<br />

CRfl"ERJOS OSM-IV<br />

PARA EL OlAGNÓSTICO<br />

estito 1ntttptt50nat cruel ydi,ctatorial No acumo 'IC 111a·<br />

OO. Se va tranquilizando PoCO a poco c11.ando txplk:a los det311cs qt,t le han n., t1,•11tn con 1,, s-.irw11dia p•·rp,·1ra·<br />

IICV1do huta la consulta.. E.nst9uida adopta la actitud de una pc~a agra· ' ión.~ actos qua son motnro ic cui. (3) lmpuhh· hlud u in( .. 11>1:1t:idtut<br />

llar dc w hcrm.no alcoh61i«> v 6' IO$ O('lk) hijos ee ñ.te, que cst;lin sumidos p¡m• pl.111ifü.:..:1r el fo111ro<br />

Cf'I la mas absoluta pobrcn. Todo CStO no 6cja de ser int"esantt. sobrt todo (41 lrril:ih,lidad ) a~re,i,..id,1d, 11,•to tu-uc 1,1 nwnlY.I 18 .iiw11<br />

constaftttn'licnte die e,cntros de dttendótl t"n prul!b,L11 d1.1 un lrtodu, ido


nora adecuada. Do hecho. por lo general. aprenden que la intimidación y la vícleucía físicas<br />

pueden utilizarse do forma instrumental con los compañeros y hermanos para coaccionar<br />

su comportamiento. Es más. un progenitor violento proporciona un modelo violento. Los<br />

niños que ven a un progeultor que amenaza verbalmente o que golpea a otra persona para<br />

someterla pueden imitar esto patrón en sus relaciones posteriores.<br />

Benjamín (1996) haco una distinción importante: el abuso a edades tempranas exphca<br />

la agresividad antisocial. pero no la necesidad de autonomía, ni la resistencia al control.<br />

ni el resentimiento que el control genera. L3 negligencia y el abuso son factores bastanle<br />

inespecíficos. implicados en la primera infancia de muchos trastornos do la personalidad.<br />

y quizá de un modo especial en el trastorno límite de la personalidad. así como en mu·<br />

chos otros trastornos del Eje l. ¿Qué cambios experimenta el niño para llogar a entrar en el<br />

camino específico de la conducta antisocial? Para Benjamín, la respuesta reside en el con·<br />

texto de la educación familiar. Aunque suelen ser neglígontes, los padres do los futuros<br />

antisociales osporádir.amente so convierten en educadores rigurosos. Una madre que abusa<br />

do la cocaína o un padre alcohólico. por ejemplo, puodon docidir do repente eponer orden<br />

en su hogar». Como déspotas ignorantes, compensan en exceso sus negligencias previas<br />

convirtiéndose en personas muy autoritarias que controlan, degradan y culpan. en lugar<br />

de persuadir con amor o proteger con firmeza. Una disciplina cruel genera resentimiento<br />

y, como so aplica do una manera Incoherente. haco quo parezca arbitraria y que se ejerza<br />

con afán do dominar dosdo una posición de fuerza. <strong>En</strong> consecuencla. Benjamin afirma que<br />

los antisociales desarrollan un resentimiento desbordante ante cualquier intromisión. míentras<br />

que dan un valor enonne a la independencia. Cuando los progenitores tratan de demos·<br />

trar interés, suelen mostrar poca conciencia del verdadero sentido del bienestar de su hijo<br />

o hija. Un ejemplo que propone Benjamín os el caso de la madre de una prostituta do 14 anos<br />

de edad, que afirmaba que la ocupación do su hija probablemente fuera sólo una faso.<br />

Cuando los anrtsocíales jóvenes llegan a la adolescencia y entran en la delincuencia,<br />

sobreviven desarrollando una Imagen de sí mismos de independencia y fortaleza. Al manifestarse<br />

contra el telón de fondo de la sociedad, se recrean en comportamientos no con·<br />

vcncionalcs que no sólo expresan individualidad, sino también desdén hacia las normas sociales.<br />

de <strong>La</strong>s que se mofan: socavan los vaJores que admira la sociedad y ensalzan la falta de<br />

respeto, la desviación y <strong>La</strong> autosuficiencia. El deseo fundwnental es liberarse de todas las limitaciones.<br />

incluyendo los vínculos personales, las responsabilidades y las rutinas. to<br />

(fue otros pueden definir Irresponsablltdad, ellos lo consideran libertad y aulonomfa. Para<br />

ellos, la manlpulacióo, el engaño y la deshonestidad son la norma más que la excepción.<br />

179<br />

I<br />

ÉNFASIS EN LA ACTUALIDAD<br />

Í 11-~~~~~~~~~~~-,-7-.o-le-n~c,-"o-d~o-111_é_s_n_·c-a~~~~~~~~~<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

j<br />

1<br />

o<br />

¿QUIÉN COMETE ACTOS DE VlOLENOA DOMÉSTICA?<br />

Un hombre de 26 años de edad fue detenido tras apuñalar repetidamente a su esposa. Durante<br />

el modente estaba bajo los efectos del alcohol. y colocó el cadáver de tal manera que pudo realizar<br />

el coito vaginal mientras miraba pelicul.as pornográfic;s en la televisión. Mediante los tests psicotógicos<br />

que se le administraron tras detenerle. se le d.agnosticó un trastorno antrsociaf de la personalidad<br />

y depresión mayor (Meloy. 1996).<br />

Aunque este ejemplo es un caso extremo, a menudo se pide a los ps1cól09os que tvalúen lo que<br />

se denomina «peligrosidad,. Es d,ficil determmar qut personas pueden volverse violentas, aunque la<br />

(continlio)<br />

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180<br />

Tras.tornos d( la petSOnalidad en la vida mock


Capítulo S.. PtrsonaltdOO at1tisodal<br />

181<br />

El osulo cognilivo del antisocial es desviado. egocéntrico e impulsivo, características<br />

que se derivan de la arquitectura mental de su maduracíén. Para comparar, considérese el<br />

curso del pensamiento que presenta una persona normal; en la vida cotidiana. los acontecímientes<br />

del día suscitan usoclaclonos 8 tmagenes aleatnrtas, que atraen a la persona y que<br />

sugieren cursos do acción inmediatos. Por ejemplo, la publicidad de entregas de pizza a domicilio<br />

pretende. por una parte. cristalizar ol deseo y, por otra, sugerir ol objeto da sausfacción<br />

de ese deseo. Si el anuncio surte efecto, el curso actual de acción queda interrumpido<br />

por un ataque de hambre. que ocasiona que los lóbulos frontales generen una orden: «Coge<br />

el teléfono. encarga la pizza y te la traerán». <strong>En</strong> realidad. no todos los impulsos son tan exagcrados.<br />

Algunos surgen durante un momento off mero de conciencia y luego se desvanecen.<br />

Otros se valoran en cierta profundidad. pero se consideran incongruentes con los objeñvos<br />

vitales a largo plazo o con los ideales éticos. y al final se rechazan. Y otros so sustituyen<br />

por impulsos competidores que prometen incluso una mayor recompensa.<br />

<strong>En</strong> los individuos normales. los acontecimientos vitales suelen sugerir posibilidades<br />

que requieren mayor deliberación. Por ejemplo, a la hora de decidir si uno se matricula o no<br />

en una clase, hace falta valorar si ese clase podrá facilitar la búsqueda de trabajo en el futuro<br />

y si afectará en el horario general de estudio, además de tener en cuenta si será una clase<br />

interesante o aburrida. y qué cantidad de trabajo deberá realizarse para llevarla al dfa.<br />

Dado que el corto plazo se allmeuta del largo plazo. es necesario evaluar estas posibilidades<br />

en el contexto de un sistema global de objetivos de autorrealización más intangibles y de orden<br />

superior, como «sentir una seguridad económica y formar una familia». incluso aunque<br />

su cumplimianto descanse en un punto indeterminado del futuro.<br />

Por tanto, los objetivos do orden superior desempeñan una funcíón importante, guían la<br />

acción a corlo plazo y ayudan a que e) organismo controlo lo que de otra forma sería una can·<br />

tidad indefinida de posibilidades de orden inferior en pugna. Cuando so omprondo una re·<br />

flexión consciente. la atención se dirigo hacia delante y hacia atrás pasando por considera·<br />

ciones de nivel superior y por consideraciones prácticas del contexto inmediato, seleccionando,<br />

ordenando y ajustando los objetivos más pequeños y las posibles acciones para optimizar<br />

un conjunto de propósitos. Por ejemplo. en lugar de matricularse en esa interesante<br />

clase, el estudiante puede pensar que sería preferible esperar al siguiente semestre. ya que en<br />

ese momento no tendrá tanto trabajo y el profesor que impartirá entonces la clase no es tan<br />

exigente como el del semestre actual y. por lo tanto, tendrá que hacer menos trabajos y exámenes<br />

de control. Tras tener en cuenta todos los factores. la persona debería demorar la gratificación<br />

inmediata. <strong>En</strong> el mundo laboral. por ejemplo, el hecho de enviar cartas que publicitan<br />

los servicios o productos a couteetos importantes puede generar pedidos muy rentables<br />

para la empresa en la quo uno trabaja y, como consecuencia, será más fácil que la persona<br />

que ha tenido este l.ipo de ínlclattva consiga un ascenso, con lo que recibirá un sueldo superior,<br />

la familia dispondrá de más dinero, y esto facilitará quo pueda plantearse tener otro hijo.<br />

Sin embargo, en los antisociales estos niveles de objetivos de orden superior y las límitaciones<br />

éticas, que r.onstituyon los contenidos do lo que la perspectiva psícodtnamtca da.<br />

nominaría el yo ideal y la conciencia, sólo se desarrollan de forma vaga, o incluso no llegan<br />

a existir. <strong>De</strong>spués de todo. dependen de la internalización de los valores derivados de los<br />

modelos parentales. Como tales, es la relevancia egocéntríca del momento lo que absorbe la<br />

menta del anusocíal. Al no tener objetivos de nutorrealízaclón ni valores éticos. su curso de<br />

pensamiento está poblado de asociaciones y fantasías relacionadas con posibles gratifica·<br />

cioncs inmediatas y con posibles frustraciones de estas gratificaciones inmediatas. Toni y<br />

Osear ilustran este punto con claridad. Cualquier actuación que parezca satisfactoria puede<br />

realizarse siempre que lo permitan las leyes de la ñsica. Pare los individuos normales. la<br />

presencia de objetivos de orden superior da sentido y continuidad a la vida. Sin embargo,<br />

para el antisocial. el curso de pensamiento está compuesto por una seria disconttnua de fi.<br />

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182<br />

Trastoroos de la pe,sot1alidad en la vida modtma<br />

[aciones y frustraciones [Shaplro, 1965) que tienen por único horizonte las consideraciones<br />

del presente. <strong>De</strong> ahí su falta de introspección. el escaso control conductual y las acciones<br />

indulgentes hacia ellos mismos.<br />

Incluso aunque sus actos no siempre sean flagrantes o extremos. los antisociales suelen<br />

experimentar frecuentes reveses. Los beneficios qua proporciona la vida pueden desvanecerse<br />

con rapidez cuando los objetivos de orden superior sucumben ante la gratiflced6n<br />

de un placer comparntivamente concreto, de nivel inferior. tan sobresaliente que su estimulo<br />

Uena la mente y eclipsa todo lo demás. A pesar de tener unos antecedentes laborales<br />

desafortunados. por ejemplo, un indJviduo entlsoctal puede utilizar su encanto para conseguir<br />

un buen trabajo y, al poco tiempo, ser despedido por robar un objeto banal en un momento<br />

en qua uedle lo vigilaba. Si se la piden expltcaclones. una respuesta Upíca puede ser:<br />

«Simplemente lo quería, y por eso lo cogí». Según parece, esto es lo que le ha ocurrido a Osear.<br />

Pese a haber logrado tener u.11 cargo de supervisor, le consume la ideo de vengarse de su<br />

jefe y de sus compañeros de trabajo. Ni siquiera se le ha pasado por la cabeza preguntarse sí<br />

de verdad tiene problemas reales.<br />

Estos incidentes indican claramente que los antisociales o bien son deficientes para la<br />

creación de modelos mentales que relacionen los actos con las consecuencias. o bien dichos<br />

modelos son muy vulnerables a la influencia de las recompensas y gratificaciones ínmedíatas.<br />

Son incapaces de alejarse de sus propios deseos egocéntricos durante un tiempo suftciente<br />

como para procesar sus posibles consecuencias. No pueden ser personas consideradas<br />

y. lo que os aún más importante, son incapaces de acumular conocimientos. Jo que ímplicaría<br />

tener la capacidad de obtener provecho de su experiencia. <strong>En</strong> lugar de eso, están a<br />

merced del momento. Por ejemplo. cuando se Je pidió a Gary Gilmore que evaluara sus actos<br />

mirando hacia el pasado dijo: «Hasta que no me cogieron, o me disparó la policía l ... ) no<br />

pensaba. no hacía planes. sólo actuaba» (citado en Hare, 1993).<br />

Otros dos rasgos cardinales de los antisociales -la intolerancia al tedio y la necesidad<br />

de excitación- pueden entenderse también desde este esquema conceptual. Para las personas<br />

normales, gran parte de su vida consiste en actividades que, en última instancia, sir·<br />

ven a objetivos de orden superior. pero los antisociales sólo conocen sus circunstancias y<br />

deseos inmediatos. Cuando el momento está vacto, le vida está vacía, Para las personas normales,<br />

el ludio se instaura cuando ya han explorado los parámetros de una situación determinada.<br />

ya sea en la profesión. en una relación o en un nuevo vtdeoíusgo. <strong>En</strong> carubío, para<br />

los antisociales. el tedio hace referencia a aquellos períodos de tiempo en los que oo existe<br />

estimulación a corlo plazo. Esto puede explicar por qué el consumo de sustancias es tan<br />

atractivo para la monto do los antisociales. Un «buen chute» es relativamente instantáneo<br />

y proporciona fuentes do esHmulación de generación interna que o bien les distrae dol vacío<br />

del presente. o bien llena el presento con percepciones do origen artiíicial.<br />

No debe sorprender entonces que muchos antisociales consideren que la mejor manera<br />

do salir del aburrimiento sea que ellos mismos fomenten algo emocionante. Los actos<br />

insensibles y predatoríos, la violación flagrante de las normas sociales y los engaños atroces<br />

son diversiones que les ayudan a generar un sentimiento de excitación o emoción que llena<br />

de sensaciones el momento. Los demás consideran que estos actos son irresponsables y reprobables<br />

desde un punto de vista moral. pero para los antisociales. son lo único que da<br />

sentido a su vida. o al menos tanto sentido como pueda tener para ellos. <strong>De</strong> no ser así, ol<br />

momento estaría vacío y la vicia 110 sería nada.<br />

Aunque la tradición del estilo cognitivo estudia la interacción entre la arquitectura<br />

cognitiva y el estilo de pensamiento. la tradición da la terapia cognitiva sostiene que el comportamiento<br />

est..1 mediado por el pensamiento. Para explicar el comportamiento, es neoeserio<br />

atender a las verdaderas creencias de una persona. Beck et al. (1990) diferencian tres<br />

ti pos de creencias: básicas. condicionales e instrumentales, <strong>La</strong>s creencias básicas suelen<br />

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Céilpftulo S. PtrSOna1idad antisocial<br />

183<br />

funcionar por debajo del nivel de conciencia con una validoe absoluta y duradera que interviene<br />

en las consideraciones del sí mismo, de) mundo y do) futuro. tas creencias básicas<br />

tienen una gran Influencia en la organización de las otras creencias, sobro todo en la pred¡cción<br />

de las consecuencias de varias lineas de actuación. denominadas creencias coudictonales.<br />

<strong>La</strong>s afirmaciones es¡ ... entonces» relucionan el comportamiento con resultados probables.<br />

<strong>La</strong>s creencias instrumenta.les. a su vez. se refieren a la acción que debería llevarse<br />

a cabo a partir de las creencias basteas y condicionales (Dock et al .. 1990). <strong>La</strong>s creencias instrumentales<br />

son creencias acerca de lo que la persona debería hacer.<br />

Coincidiendo con la perspectiva interpersonal expuesta con anterioridad. Beck et al.<br />

(1990) afirman que las creencias básicas do los antisociales están organizadas en torno a la<br />

necesidad de verse a sí mismos como fuertes e independientes. <strong>De</strong>bido a que consideran<br />

que el mundo es un lugar intrfnsccamento hostil. la supervlveucie exige creencias básicas<br />

centradas en la supervivencia, tales como «Tengo que cuidar de mí mismo» y «Si no soy el<br />

agresor, seré la víctima» (Beck et al., 1990; pág. 55). Para justificar sus actos, los antisociales<br />

apelan a un sentido mal desarrollado de la moralidad. un ojo por ojo, diente por diento.<br />

Si alguien te hace daño. hazle daño también: si alguien pisa tu terreno, tendrá una batalla<br />

campal. <strong>La</strong> represalia se convierte en un imperativo moral. Los antisociales pueden percíbir<br />

a las personas normales como enclenques que piden ser explotados. Los creenctes basíca.sen<br />

este caso son del tipo: «Está bien que t.e aproveches de alguien que le lo permite».<br />

I PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO<br />

Aunque las perspectivas son necesarias para el conocimiento, una sola no puede expl ¡.<br />

car toda la historia. Se puede considerar que los antisociales y los narcisistas son tipos in·<br />

dependientes que se centran en sí mismos para obtener recompensas do la vida (<strong>Millon</strong>,<br />

1969). Aunque el OSM·IV presenta los trastornos de la personalídad como síndromes se·<br />

parados, en la teoría evolutiva (Mi1Jo1.1, 1990), las personaUdudes antisocial y narcisista se<br />

encuentran en un continuo. <strong>En</strong> o] intervalo do la nonnalidad. ambas están orientadas ha·<br />

cia la satisfacción de sus propias neeestdades y deseos. <strong>En</strong> el intervalo patológico. además<br />

de ponerse a sí mismos en primer lugar, satisfacen sus propias necesidades y deseos ex·<br />

cluyendo a los demás. a expensas de ellos o perjudicándoles.<br />

Pese a sus similitudes, las dos personalidades también presentan diferencias. Los nercisistas<br />

se vuelcan en sí mismos de fonna pasiva para obtener gratí f'icación. y ponen de meuifiesto<br />

una confianza sublime en sí mismos. arraigada con fuerza en la creencia de que son<br />

seres humanos superiores. Esperan que los demás les tengan automáticamente en consideración.<br />

y que contribuyan así a su grandiosa sensación de merecer un trato especial. <strong>En</strong><br />

cambio, los antísocíales están orientados de forma activa hacia la propia satisfacción, y se<br />

inmiscuyen o manipulan el entorno social, a menudo con agresividad, amenazas o intimi·<br />

dacíón. Su independencia no se origina tanto en una convicción sobre su propia valía como<br />

personas. sino en una desconfianza hada los demás, que les induce a proteger su propia autonomía<br />

o a controlara los demás como medida preventiva. Por último, los narcisistas<br />

suelen tenor antecedentes infantiles do indulgencia parental, a diferencio de los anteceden·<br />

tes de negligencia o abuso do los antisociales, y los antisociales presentan por lo generaJ antecedentes<br />

de trastorno disocia) antes de los 15 años do edad (v. criterio C. en el recuadro<br />

de! caso 5-2). mientras que los narcisistas normalmente no.<br />

Cualquier individuo que está orientado en primer lugar hacia sf mismo está expuesto a<br />

chocar con las normas sociales. <strong>En</strong> el intervalo do la pato1ogfa, el interés esclarecedor por<br />

uno mismo acaba derivando hacia un interés total hacia u.no mismo, y cuando esto ocurre y<br />

se manifiesta de forma críminal, pueden dominar o bien las caracteefsttcas narclslstas. o<br />

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184<br />

lrastomos de la ptrsonatidad C1' ta vida modtma<br />

bien las antisociales. Algunos individuos serán más narcisistas que antisociales. y algunos<br />

serán más antisociales que uarcísisras. Como polos opuestos de un continuo. os posible si·<br />

tuar a cada uno de los indtvlduos entra astos dos extremos. do manera que las combinadones<br />

de rasgos se convierten en la regla en lugar de la excepción. <strong>En</strong> cambio, el OSM·JV<br />

describe estas dos personalidades como si fueran slndromes separados. <strong>Millon</strong> (1969) hizo<br />

referencia a estas dos varleutes del componamtemc antisocial pera representar a los pstcopatas<br />

narcislatas y antisociales. Los primeros coincidían en esencia con el psicópata primario<br />

descrito en la tradición de Clockley y Ham.<br />

Por otra parte, la distinción entre psicopatía y socícpatta. entre causas ccnstítuctonales<br />

internas frente o causas soctellzadoras externas del comportamiento antisocial, no tie·<br />

ne por qué ser mutuemente excluyente. El modelo evolutivo sosnene que la personalidad<br />

es un patrón de variables en la matriz entera de la persoue. <strong>En</strong> algunos individues antlsociales<br />

dominarán los determinantes biológicos. Por ejemplo. una capacidad deficitaria para<br />

procesar el significado de las experiencias emocionales puede conducir a la psicopatía aunque<br />

el individuo provenga de un «buen hogar> (Cleckley, 1950). <strong>En</strong> otros antisociales dominarán<br />

las influencias socializadoras. Un niño normal desde el punto de vista físico. por<br />

ejemplo, puede ser sometído a negligencias y abusos intensos y hostiles, desarrollar en consecuencia<br />

una base de hostilídad y resentimiento, ser recbazado por los otros niños de la escuela.<br />

entrar a fonnar parte de un grupo marginal de compañeros y. finalmente, desarrollar<br />

un patrón de delincuencia. Sin embargo. en muchos antisociales, el ambiente y la biología<br />

interactúan en formas casi inextricables. Algunos, por ejemplo, pueden haber nacido con<br />

un temperamento irascible que les sitúa en el extremo superior de una distribución normal<br />

de la ira y la irritabilldad (Lykken. 1995). y este temperamento puede suscitar abuso y<br />

negligon1;:ia por parte do cuidadores ya cstresad.os. <strong>En</strong> la figura 5·2. la personalidad antisocial<br />

y la narcisista aparecen en los extremos opuestos do un continuo. para ilustrar su rotación<br />

con la psicopatía y la sociopatía. <strong>En</strong> la tabla 5-1 se resume la personalidad antisociaJ<br />

en ocho áreas clínicas.<br />

<strong>De</strong>ttfminantts<br />

biol6gicos<br />

Ori,cntado<br />

activamcntt'<br />

hacia si mismo<br />

Orien~<br />

pasivamente<br />

hada sr mismo<br />

Dctcrminantts<br />

sociales<br />

Figura S-2.<br />

Psicopatía, wdopatia y p~rsonalidadc:s intisocial y narcisista.<br />

Copvnqhtec rnaienal


capitulo s. Ptnonalidad<br />

antlsodal<br />

185<br />

Tabla 5 .. 1.<br />

Ptrsonalidad antisocial: ámbitos fundonare:s y e:strucrurare:s<br />

ÁmbibH funcionales<br />

Jm.pv1$tVO<br />

CompQrtamícnto<br />

t1ptt$ÍVO<br />

Es impetuoso e ,nconttolablc, aclúa<br />

de fofffla espontanea y Pf'CCÍ·<br />

pitada; es poco previsor, incauto,<br />

im.prude11te, Incapaz de planear<br />

sus actos o c:onsidtrar otras etternativas.<br />

11n prever las consct\len·<br />

cías<br />

linagM de si<br />

mismo<br />

Se ve a si mismo como si las restric-.<br />

dones sociales y las limitac:io.nts de<br />

las ltaltades personales no te areetaran;<br />

\lalora la imagen y la sensa·<br />

tlOO de libettad: no le 911Sta w~ timitado<br />

por las personas,. los lugares.<br />

las obligaciones o las actividades ru­<br />

(in¡¡rias<br />

Dtgradodos<br />

No es una persona de fiar, es in·<br />

cal)iz o bien se niega inttrw:ion.t·<br />

óamtnte a cumplir con Sú'S res·<br />

ponsab1 !idada pcrwnaln. conyu·<br />

gatci. laborales o cconOOlic.as; se<br />

inm · S('vye en la vida dit los tkmits<br />

y 'Mlla sus dcrcd!os. trar,sgrcclit1t·<br />

do las normas sccíeles establtti·<br />

d:as a travt:s de comportamiento\<br />

fraudu!tnt0$ o ilcQatrs<br />

<strong>La</strong>s representaciones inttrnalizadas<br />

cstan compuestas por rcla


186<br />

Trastomos de la ptrsonalidad en la vida modtma<br />

ÉNFASIS EN LA INVESTIGACIÓN<br />

Diferencias en las vías de desarrollo del trastorno<br />

¿ALGUIEN QUE HA COMETIDO UN DEUTO SERÁ SIEMPRE UN DELINCUENTE?<br />

Ha habido mucho inttri's en dc:Sarrollar modelos que explíquen tas diferentcs vías de desarrollo<br />

de los c:omportamic:ntos antisociales y de la personalidad antisocial que los clínicos han observado<br />

en sus pacientes. Predecir qué ni;,os de los que han cometido delitos seguil'án cometiéndolos cuando<br />

sean adultos es una cuestión que ha frustrado durante mucho tiempo a psicó\ogor.. funcionarios de<br />

la enseéanza, al departamento de justicia va la comunidad en general. <strong>De</strong>l mismo modo que no to·<br />

dos los antisociales son criminales y no todos los criminares son antisociales. no todos tos menores que<br />

cometen delitos serán delincuentes en la edad adulta, ni mucho menos. Sin embargo, la mayoda de los<br />

adultos delincuentes también h.an cometido delitos cuando eran menores. <strong>En</strong> los últimos ai'.os (para<br />

una revisión excelente. v. Silverthorn y Frick, 1999), varios teóricos han ofrecido modelos convincentes<br />

para explicar dos vías d1fercnciadas en el desarrollo de un comportamiento antisocial en los niños.<br />

<strong>En</strong> una de las trayectorias. el inicio de los comportamientos antisociales graves se da en la infancia;<br />

tn I¡¡ otra. el inicio no S( produce: hasta la adolescencia (Hinshaw et al .. 1993; Moffitt. 1993}.<br />

Incluso el DSM-N ha incorporado esta idea de dos vías diferentes y significativas. mediante la<br />

distinción entre tipo de inicio-infancia y tipo de inicio-adolesccnc:ia como sot>tipos de trastorno de<br />

la conducta. Una razón del éJ


capitulo s. P«sona!tda


188<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ~rsonalidad<br />

tn ta vida moderna<br />

lesionarse. mientras que es más probable que los antisociales y los psicópatas lesionen a los<br />

demás.<br />

Aunque la personalidad sádica se eliminó del DSM-IV, sigue resultando útil compararla<br />

con la anlisociaJ. Ambas rompen las normas sociales y perjudican la vida de los demás.<br />

Sin embargo, las personalidades sédícas son más violentas y explosivas. orientadas en primer<br />

lugar hacia la destrucción o el menosprecio de los individuos. <strong>En</strong> cambio, los antisociales<br />

no tienen por qué ser sádicos, ya que se centran exclusivamente en sus propias gratificaciones.<br />

Si sus acciones periudícan o hieren es porque utilizan a otras personas como<br />

medio para conseguir cumplir sus propios deseos. Para ellos, los otros son más un mero instrumento<br />

que una persona real. <strong>En</strong> cambio, la mayoría de sádicos aprecian la verdadera cualida


Capitulo S.. <strong>Personalidad</strong> antisocial<br />

189<br />

t<br />

§<br />

1<br />

1<br />

¡<br />

1<br />

j<br />

i ..<br />

Muchas vías do refuerzo llevan a los antisociales a consumir sustancias.<br />

<strong>Trastornos</strong> del estado de ánimo<br />

<strong>En</strong> primer lu-<br />

gar, los antisociales no tienen escrúpulos morales que puedan moderar o] consumo de sustancias<br />

y se preocupan muy poco de que, en consecuencia, esto consumo díñculto o imposibilite<br />

que sus vidas tomen un rumbo constructivo en el futuro. <strong>En</strong> vez de ello, la gratificación<br />

inmediata que proporcionan muchas sustancias se ajusta bion a la tendencia do los<br />

antisociales a buscer sensaciones «crudas» o no elaboradas. <strong>En</strong> segundo lugar. existen di·<br />

versas sustancias de las que se puede disponer con facilidad, con lo que se proporciona un<br />

sentido de desafío de la cultura vigente y un sentido de hermandad con la subcultura de un<br />

grupo marginal de compañeros, el único sentimiento positivo que puede existir en la vida<br />

de algunos antisociales. <strong>En</strong> tercer lugar. el consumo de sustancias disminuyo o distrae do<br />

los afectos negauvos residuales, como la ansiedad, la depresión y la culpabilidad. Estos sen·<br />

tiruientos pueden sustituirse por la confianza y el poder, que generarán una imagen de sí<br />

mismos de fortaleza y permitirán poner de manifiesto la agresividad sin dar muestras de temor.<br />

Otros antisociales pueden verse atraídos por el dinero, e1 poder y las oportunídades soxuales<br />

que proporcionan las sustancias. El alcohol. la marihuana, la heroína, la cocaína y<br />

otros est"ll'nulantes fonnan uu conjunto de sustancias do las que se puede abusar a solas o en<br />

casi cualquier tipo de combinación. Por último. e) consumo de sustancias puede constituir<br />

una forma do autcmedtcectén cuando el individuo presente otro trastorno. no sólo un trastorno<br />

de ansiedad o del estado do ánimo, sino también síntomas esqufaofrénicos o disociartvos.<br />

Considérese el caso de [im (coso 5-3). Jim tiene un largo historial de abuso de sustancias<br />

que se remonta a sus años de la adolescencta. cuando vagabundeaba por Kansas y vivía<br />

con un familiar tras otro. Cuando se enrolo en la Marina. mintió acerca de estas actividades<br />

y parece que estuvo un tiempo sin consumir sustancias. A los 30 años se casó con una<br />

chica 10 años mds joven que él, que tenía sus propios problemas: prostitución para poder<br />

mantener su hábito de consumo de heroína. [im no podía aguantar las náuseas que le pro·<br />

duela la heroína, de manera que comenzó a consumir cocaína y pronto empezó a traficar<br />

con elle. yendo de ciudad en ciudad. <strong>De</strong>tenido en una redada. volvió a ser juzgado y se le<br />

redujo la condena a cambio de proporcionar pruebas al estado.<br />

Si Jim fuera sólo un adicto, no se le podría diagnosticar una personalidad antisoclal.<br />

Sin embargo. el consumo de sustancias forma parte de un patrón más general de violación<br />

de las nonnas sociales y actividades ilegales, incluyendo el robo. el tráfico de drogas. lo vio·<br />

lencta doméstica. mentir paro entrar en la Marina y expul.sión con deshonra. <strong>De</strong>spués de<br />

esto, comenzó a ir por el buen camino, poro volvió a recaer cuando conoció a su mujer. <strong>De</strong>spués<br />

de estar un tiompo centrado on el consumo de sustancias, Jim vivo ahora on una pequeña<br />

ciudad de Kansas. Al igual que muchos antisociales, su patología se ha ido extinguiendo<br />

con la edad. Según parece, a fin do reducir los problemas. vive en las afueras do la<br />

ciudad. donde nadie puede molestarle. <strong>De</strong> ladas maneras, sigue emborrachándose de vez en<br />

cuando. se muestra beligerante y desea pelear, pero únicamente acaba en comisaría.<br />

Algunos antisociales presentan una larga historia do depresión. Los sentimientos va·<br />

gos de indefensión e inutilidad hacen que estos individuos sean incluso menos capaces de<br />

reflejar las consecuencias de sus actos. El curso correcto de acción es irrelevante porque la<br />

vida no se puado cambiar, ya se ha desperdiciado. o las barreras son demasiado grandes<br />

para poderlas superar con los pocos recursos de que disponen. El rechazo por parto de las<br />

personas más próximas o los remordimíeotos residuales por acciones del pasado pueden<br />

alimentar un estado de ánimo yo de por sí irritable y exacerbar los conflictos de relación,<br />

con Jo que so reduce aún más el umbral para incurrir en actuaciones hostiles o agresivas .<br />

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190 <strong>Trastornos</strong> dc la personalidad en la vida modtma<br />

I CASO 5­3<br />

Una mujer dc 20 años dc edad. t'.Studiaante de tt0"6mk,s. buscó asesoramitnto<br />

psicológico pc)t'que la pol~la local habfa dttt'.tlido a su padre, Ji.m, de +9<br />

so at.os d, t'.dad, a la salid.a ee un bar a mas ck 100 km d, w casa en el 06·<br />

te ce Kansa!o". Segun et infonnc polic.ial.. cstM>f botractlo, tnt;llba de 9rovoca1<br />

una pdca con vaños ctl,ntcs dtl bat haticndo ('(W'Mntarios obsttnos a dos<br />

p,artj.as. y parcpons.abilhlad perststente.<br />

A 10$ 30 afloscon(l(ióyst casó con una mujer, al parecer histri6nica.. dt sólo ~ iodiuu.fo l)Or la ioc.ip.iddad ,le<br />

20 ahos, qut a vettS trabajaba como prostit\lta para costears.c su c:onsumo U!i obllgadonus t-1"11·<br />

cocaína. VMc,Ofl c,n la miseria durtintt trts al\os. Su Unica hija 11ació a los nóm.ico~<br />

se~ mtseS de c~dos. Tras ul\il .pclt'.a en la que Ji?' le: rompió un brazo a su .. (7) Folla (11: nroi­0rclimil'ntos. ~,,oo<br />

muJc:r y lt ocasaonó un tr-aurnat,smo craneal, paso un mes cn la eártcl V su lo indica la lndUoranda o Li, juiilifi·<br />

mujer le ab;indon6 por un nuevo novio, aunque: nunca llcg3rot1 a dÑorc:lars.c. uiüón IM haber datl.odo, m.ih:rnlu·<br />

<strong>En</strong> los años siguicnt~ Jim S( impli((l en actos dtlictlYOS rtl;llcionados tot1 t.s dtO-- ...__A do o rohridu :1 CI~<br />

gas. Tnas


Capitulo s. P«sonalídad antisocial<br />

191<br />

El efecto resultante es la vinculación entre los sentimientos depresivos y un incremeato de<br />

los comportamientos impulsivos que caracterizan el patrón antisocial.<br />

ITERAPIA<br />

Los anrísociales suelen verse obligados a solicitar tratamiento como consecuencia de un<br />

ultimátum. como por ejemplo la expulsión do la escuela, perder el trabajo, un divorcio inminento<br />

o una posible sentencia de prisión. <strong>La</strong> mayoría de sujetos son refractarios al cambio,<br />

aunque afinnen una y otra vez que por fin «han aprendido la leoción». Dado que los anttsociales<br />

no tienen conciencia o ésta es defectuosa. los límites deben provenir del exterior. <strong>La</strong>s<br />

consecuencias de sus actos sobre los demás no son de su incumbencia. Los antisociales ca·<br />

recen do empana y do introspección y su conciencia es deficitaria. Lo más probable es que<br />

las formas habituales de terapia, sobre todo lu terapia individual, sean muy ineficaces. <strong>En</strong><br />

rsalidad, la mayoría de intervenciones están dirigidas de forma implícita a contenerlos, y se<br />

plantean objetivos modestos do cambie. Esto tiene un sentido práctico. Dado que los antisociales<br />

carecen de conciencia, la socíodnd sólo puede hacer dos cosas: actuar como si fuera su<br />

conciencia o sufrir las consecuencias de su comportamiento.<br />

Con todo, algunos clínicos creen que la posibilidad da una mejora real se incrementa<br />

con la edad del individuo antisocial. A medida que el trastorno comienza a apagarse debí·<br />

do al decllve físico y a causa del deterioro quizás acelerado por los oíl os do abuso de snstancías<br />

y de vivir al límite. algunos antisocia.lcs pueden acaban agotándose por sus couttnuos<br />

choques con las fuerzas de la sociedad.<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

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J<br />

j<br />

i o<br />

Trampas terapéuticas<br />

Para los antisociales. la terapia es otro juego. otro tropiezo molesto con las fuerzas Iimitildaras<br />

de la sociedad. <strong>De</strong>sde su punto de vista, el objetivo es simplemente convertirlos on<br />

una persona díferente. Dado que la pr-incipeJ preocupación del antlsocial es saltarse las limitaciones<br />

externas, en terapia tendrá que simular que desarrolla un sentido de conciencia,<br />

expresar culpa y arrepenttmlento. y manifestar un deseo sincero de enmienda. Los enrrsocialcs<br />

saben además qno el cambio tiene que ser moderado, ya que una mejoría rápida podría<br />

levantar sospechas. Por eso es necesario cambiar lentamente y, a poder ser, cuando el<br />

terapeuta haga pregunl'as escrutadoras y de confrontación.<br />

Por tanto, parecerá que el anLisocial ha vuelto al rebaño, y el terapeuta será el pastor orgulloso.<br />

Es posible que los terapeutas que trabajen con lndividuos antisociales se vean embaucados<br />

muchas veces por expresiones de arrepentimíentc en apariencia sinceras. que<br />

pueden ir desde la culpabilidad por haber destruido la vida y la propiedad hasta la deses·<br />

peracióo casi existencial por haber despilfarrado su propia vida. Los terapeutas noveles<br />

pueden ser especialmente crédulos ante las estratagemas do los antisociales, al igual que<br />

ocurre con aquellos terapeutas que «necesitan• curar a los sujetos. y con aquellos que<br />

quieren competir con otros compañeros de profesión mostrándoles cómo su «mascota psi·<br />

copara» ha adquirido conciencia.<br />

Los terapeutas suelen presentar dlverses reacciones de intensa contratransforencia ante<br />

los antisociales. Algunos so mueerrao tan suspicaces. enojados y resentidos que pueden lle·<br />

gar a obstaculizar cambios reales en los pocos sujetos con los que se ha conseguido esta·<br />

blecer una verdadera alianza terapéutica. <strong>La</strong> mayoría de los entísocleles bon sido rechaza·<br />

dos por los demás a lo largo de su vida, y un terapeuta cínico simplemente se convierte en<br />

otro más. Otro problema es que los antisociales suelen sentirse amenazados por el terapeuta.<br />

y los terapeutas suelen sentlrsa amenazados por ellos. <strong>En</strong> concreto, cuando ambos son<br />

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192<br />

TrastOJOOS de la ~r500aJidad en la vida modtma<br />

hombres. pueden llegar a desafiarse el uno al otro en busca del dominio. Muchos sujetos<br />

so deleitan sádicamente saboteando su propia mejoría, y algunos terapeutas pueden llegar<br />

incluso a deleitarse sádicamente al permitirlo, porque cualquier victoria acaba siendo una<br />

derrota en úJtima instancia. Francas (1985) recomienda que el terapeuta reconozca de for ..<br />

ma abierta la vulnerablltdad del entorno IOrApúutico a la posibilidad de mantpulactén. ya<br />

que la mayoría de los inclividuos aprecia este tipo do franqueza.<br />

Los terapeutas con rasgos obsesivo-compulsivos pueden presentarse a sf mismos como<br />

símbolos dogmáticos de acatamiento de las normas. Los compulsivos acatan las normas<br />

sociales de una manera rígida. mientras que los antisociales las violan a la ligera: ambos<br />

acabarán despreciándose. Cuando el antisocial actúa para poner a prueba a un terapeuta<br />

compulsivo, el terapeuta puede convertirse en una persona desaprobadora, con lo cual se<br />

saboteará la terapia. Estas reacciones de contratransferencia indican aspectos del terapeuta<br />

y es necesario evaluarlos de la manera más objetiva posible. Beck et al. (1990) sugieren que<br />

las siguientes características del terapeuta son las más adecuadas para trabajar con un individuo<br />

antisocial: seguridad en sí mismo. una objetividad fiable pero no infalible, un estilo<br />

interpersonal relajado pero no defensivo. un sentido claro de los límites personales y un<br />

gran sentido del humor.<br />

Estrategias y técnicas<br />

El objetivo final de la terapia con personas antisociales consiste en conseguir un sentimiento<br />

de apego (Bonjamin. 1996). <strong>De</strong>sde un punto de vista técnico, el objeto de apego os<br />

irrelevante. Sin embargo. el primer objetivo de la terapia es encontrar algún modo de crear<br />

un vínculo con In persona antisocial, do desarrollar una alianza terapéutica que trascienda<br />

el deseo de estafar al clínico. Al estar coaccionados a someterse a una terapia. muchos antisociales<br />

sienten una hostilidad subyacente muy intensa que debe abordarse antes de que<br />

pueda desarrollarse un sentimiento de confianza. Asimismo. si el terapeuta se percibe como<br />

un policía, será imposible que algo llegue a ser auténtico en la terapia. <strong>En</strong> consecuoncia, el<br />

terapeuta puede señalar que la terapia ha sido impuesta por fuerzas externas, que sería convoniento<br />

aprovechar el tiempo de una manera constructiva, incluso aunque el terapeuta<br />

no esté implicado en el resultado. Otra dificultad que surge al establecer este vfncu)o os el<br />

reto ante el que se enfrenta el terapeuta respecto a su propia reacción hacia la persona antisocial.<br />

Los antisociales. debido a su voluntad de destruir la vida de los demás, son capa·<br />

ces de suscitar sentimientos de repugnancia moral en el terapeuta, y saben muy bien que<br />

si eligen esa forma de conducta pueden hacer fracasar cualquier intento de intervención por<br />

parte del terapeuta. No se hace referencia e los tratamientos psicodinámicos, dado que los<br />

antisociales no pueden cambiar mediante Introspecctón.<br />

<strong>De</strong>sde el punto do vista interpersonal, Benjamín (1996) sugiere que los antisociales no<br />

han tenido unas experiencias de socialización en las que bayan estado presentes figuras<br />

constructivas que aportaran dominio o calor y cuidados. Los Individuos antisociales e.prenden<br />

enseguida que es mejor adelantarse y reaccionar ante un entorno indiferente y poco fiable<br />

con una autonomía defenstve. cuando no con suspicacia y hostilidad. Haciendo una extrapolación<br />

de Benjamín. el tratamiento desde una posición de poder benévolo. supuesto<br />

básico de una educación efectiva, probablemente implica un ambiente muy estructurado en<br />

el cual se conocen de antemano las recompensas y los castigos de los comportamientos<br />

erróneos habituales.<br />

Ante las transgresiones es necesario apUcar un castigo. con reticencia, poro de mano·<br />

ra coherente. <strong>La</strong> reticencia modela la atención continuada y los cuidados por el bienestar<br />

del sujeto, y la coherencia demuestra que el sistema no puede explotarse el servicio de los<br />

objetivos vergonzosos de este tipo de sujetos ni tampoco toleran su impulsividad. Benjamín<br />

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tapítv1o s. Ptrsonalld.MS antlsodat<br />

193<br />

sugiere además algunos métodos que ayuden a los antisoclales a lnteruallzar valores. Un<br />

método especialmente eficaz en niños y adolesceotes consiste en utilizar figuras del deporto<br />

a fin de modelar acurudes cordteles y benévola.">. Otra estrategia consiste en utilizar al<br />

individuo antisocial como educador. al tener que hacerse cargo de une mascota o tener<br />

que enseñar alguna habilidad o deporta a niños en un contexto supervisado. <strong>La</strong> esperanza,<br />

según Benjamín, es que esto tipo do dependencia pueda despertar sentimientos de afecto en<br />

el antisocial.<br />

Publicado en Bcck et al. (1990). D. Davis describe el uso do la terapia cognitiva en la<br />

perscnaüdad antisocial. <strong>En</strong> lugar de intentar inducir vergüenza y ansiedad, estos auroees<br />

dofiondon una esrratogla quo ayuda al paciente a pasar do las actuacíones concretas, propías<br />

do un pensamiento primitivo. a un razonamiento más abstracto do tipo moral. <strong>La</strong> mayoría<br />

do los antisociales funcionan a un nivel inferior y construyen ol mundo en función de sus<br />

propios intereses inmediatos. El objetivo de la terapia es posar al siguiente nivel, caracterizado<br />

por un interés a más largo plazo que incluya el reconocimiento limitado do las oonsocuencías<br />

que tienen en los otros los propios actos. <strong>La</strong>s áreas específicas de problemas pueden<br />

identificarse mediante una exhaustiva revisión de la vida de cada sujeto. <strong>De</strong>ben identificarse<br />

las distorsiones cognitivas relacionadas con cada área problemática. Los antisociales<br />

piensan que el mero hecho de desear alguna cosa justifica su comportamiento posterior,<br />

consideran que sus pensamientos y sentimientos son siempre correctos. al igual que sus acciones<br />

porque ellos las perciben como adecuadas, y que la perspectiva que puedan tener<br />

otras personas es irrelevante. El objetivo de la terapia es que el paciente reconozca las repercuslones<br />

que su comportamiento tiene en los demás. y que estas repercusiones tambíén tleneu<br />

consecuencias paro ellos mismos.<br />

Es más. ostos autores sugieren que el comportamiento antisocial puedo describirse<br />

como un trastorno caractertzado por causar consecuencias negativas a largo plazo, como la<br />

roc.lusión en la cárool, ataques físicos por parte do los domás y la pérdida de contacto con<br />

los amigos y la familia. <strong>De</strong> esta manera se reduce la posibilidad de que estos individuos se<br />

sientan acusados y, por tanto. es más probable que sigan en tratamiento. <strong>La</strong> intervención te·<br />

rapéutíca consisto on ayudar al paciente a clarificar las prioridades y examinar todo el aba·<br />

nico de postbllídades y consecuencias positivas o negativas antes de elaborar una eonclusión<br />

sobrB cuál es el comportamiento más adecuado. E.st.os modelos demoran la gratifica·<br />

ción y enseñan habilidades necesarias para que el interós total que el antisocial tiene hacia<br />

si mismo se convierta en un interés esc1arecedor por uno mismo.<br />

I RESUMEN<br />

Ni todos los antisocíales soo criminales ni todos los criminales son antisociales. Mu·<br />

chas veces as complicado recordar este punt.o al considerar la personalidad antisocial. ya<br />

qua existen msgos sntisocinles qua so encuentran en el intervalo do la normalidad que son<br />

objoro de admiración y quo son potenciados en nuestra sociedad competitiva. <strong>De</strong> hecho. la<br />

mayoría de estos individuos hnJlan un hueco valorado socialmente en el duro mundo de los<br />

negocios, la polfllca o el ejército. <strong>La</strong> personalidad aventurera do Oldham y Morris y la personalidad<br />

disidente de <strong>Millon</strong> son ojomplos do estas variantes normales quo a menudo so<br />

han convertido en héroes y conquistadores de la historia.<br />

A partir de la teoría evolutiva de Mil1on, se han identificado algunas variantes de la<br />

personalidad antisocial: el antisocial codicioso, que considera que la vide no le ha dado lo<br />

que se merecía; el antisocial que defiende S\1 reputación, que comparto rasgos con la personalidad<br />

narcisista: el antisocial arriesgado. que comparte caracterrsucas con la personalidad<br />

h.istriórúca y que parece indiferente a la muerte; el antisocial nómada, que comparto ca·<br />

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194<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptnonalidad tn la vida moderna<br />

ractcrtsticaa con la personalidad esquizoide o la evitadora, y el antisocial malovolante, que<br />

en sus fonnas beligerantes y agresivas comparte características con la personalidad paranoide<br />

y sádico.<br />

<strong>De</strong>sde un punto de vista histérico, el concepto de personalidad antisocial se remonta<br />

ya a la Crecía clásica. A principios dol siglo XJX, Philippe Pi.nel hH.rodujo la idea de que la<br />

personaltdad antisocial era una forma de locura, en la que la persona era impulsiva y destructiva<br />

aunque conservaba todas sus facultades intelectuales, /a folie raisonnante. Aunque<br />

el término de Pinel pretendía ser una etiqueta carente de juic'ios de valor, otros médicos del<br />

momento comenzaron a afirmar que el antisocial tenía una deficiencia ceracterológíca, y en<br />

1835 Prichard acuñe el término locura moml para describir a este típo de pacientes.<br />

<strong>De</strong> todos los trastornos de la personalidad, la personalidad antísocial es la que cuenta<br />

con una baso más nmplia y concluyente do pruebas biológicas que la soslienen. <strong>De</strong>sde su<br />

nacímtento, algunos niños exploran el entorno de una manera más asertiva. son más resislentes<br />

al control y no se les puede disuadir de su conducta mediante el castigo o a través<br />

de los insistentes intentos por parte de sus progenitores. Cleckley propone lo que denomína<br />

afasia semdntica o la incapacidad que tienen los antisociales de entender y procesar las<br />

experiencias emocionales, con lo cual no se desarroUan la conciencia ni la capacidad de<br />

empalia. Otros investigadores han encontrado datos según los cuales estos i.ndividuos presentan<br />

otras deficiencias específicas en el procesamiento de] lenguaje que apoyan ol con·<br />

copto original de Clockley. Otros estudios biológicos han observado alteraciones en el lóbulo<br />

frontal de los antisociales y niveles más bajos de activación fisiológica que pueden explicar<br />

la búsqueda constante de peligros y de experiencias novedosas. así como una serie do<br />

diferencias neuroquímicas que pueden contribuir al trastorno.<br />

<strong>La</strong> pslcodlnémica aporta un modelo para entender la personalidad antisocial: se desarrolla<br />

un yo muy fuerte a expensas de un superyó débil. A su vez. el e11o y eJ principio de<br />

placer dominan toda la personalidad. Con el ello bajo control, el antisocial as incapaz de<br />

tolerar la frustración y sólo es capaz de demorar la acción ante una recompensa cuando<br />

se enfrenta a un castigo determinado. Algunos antisociales presentan un principio de realidad<br />

más desarrollado que les permite ponerse una «máscara de cordura» para moverse<br />

por los círculos sociales normales. Aunque son tan despiadados como otros antisociales,<br />

presentan un control relativamente mayor do sus impulsos y manipulan mejor a los<br />

demás.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista interpersonal, los antísociales so caracterizan por su hostilidad.<br />

Utilizando el Análisis Estructurado del Comportarniento Social (AECS). Benjrunin<br />

considera que los antisociales son personas que tratan do controlar a los demás para evitar<br />

de fonna vehemente que los demás les controlen a ellos. <strong>De</strong>sdo •I punto de vista del desarrollo,<br />

los teóricos interpersonales sostienen que los antísocíales no han sido expuestos a modelos<br />

que les proporcionasen calor y empana y que por ello no han aprendido a controlar su<br />

agresividad. Los modelos parentales víolsntos producen niños violentos. Aunque la neglígencía<br />

y el abuso son factores bastante inespecíficos en muchos tipos de psicopatología,<br />

Benjamín afirma que los patrones específicos de negligencia parental general, junte a explosiones<br />

coléricas esporádicas de reglas autoritarias y disciplina cruel. provocan la ira y<br />

el resentimiento propios de los antisociales.<br />

<strong>De</strong>sde una perspectiva cognitiva, destaca la escasa capacidad de planificar y la incapacidad<br />

de plantearse las consecuencias de sus actos. Su estilo cognitivo es desviado, impulsivo<br />

y egocéntrico. <strong>La</strong> hipótesis expUcat.iva es que estos sujetos son incapaces de generar<br />

modelos menta1es para las consecuencias do sus actos o que son tan susceptibles a) deseo<br />

de obtener recompensas inmediatas que no pueden anticipar sus consecuencias. Beck et al.<br />

añaden que los antisociales necesitan sentirse fuertes e independientes y que suelen tener<br />

creencias básicas do) tipo: «Si no ataco yo primero, seré la víctima».<br />

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Capitulo S. <strong>Personalidad</strong> antisocial<br />

195<br />

<strong>De</strong>sde una perspectiva evolutlve, los antísoclales están orientados da forma activa hacia<br />

la satisfacción de sus propias oecestdades mediante la maoipulación del ambiente. Su<br />

comportamiento está dirigido por S\I descouñanza básica hacia los demás y, a menudo. oca·<br />

ban violando incluso las normas más básicos de la vida social.<br />

Los auusoctales comparten muchas características con otras personalidades. a saber. la<br />

paranoide, la ltistriónica, la límite y la sódica. Cabe destacar que no son demasiado vulnerables<br />

a los trastornos de ansiedad, aunque suelen presentar trastornos por abuso de sustancias<br />

y. en ocasiones. síntomas de depresión.<br />

<strong>En</strong> lo que se refiero a la terapia, los antisociales constituyen un grupo do tratamiento<br />

muy frustrante. A menudo llegan a la consulta en contra de su voluntad o como castigo<br />

por sus transgresiones contra la sociedad. A medida que avanza la edad parecen aumentar<br />

las posibilidades de mejora en la terapia pero. en general, los antisociales consideran que la<br />

terapia es un juego cuyo objetivo es engañar y tener buen aspecto ante el terapeuta, con el<br />

fin de demostrar que han mejorado para volver finalmente a sus comportamientos anteríores.<br />

Por esta razón, el desarrollo de una alianza terapéutica es la mejor opción para conseguir<br />

un verdadero cambio. Dado que los antisociales son incapaces do cambiar median lo in·<br />

trospeccíón. es necesario incluir otras estrategias, como las técnicas cogníttvo-conductuales.<br />

en las que el terapeuta se vuelve un progenitor para el paciente. empleando técnicas<br />

de educación parental más efectivas desde una posicién de poder benévolo o colocando al<br />

ru)I tsoclal en u.na situación que requiera que cuide de otros.<br />

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CAPÍTULO 6<br />

<strong>Personalidad</strong> evitadora<br />

I Objetivos<br />

• ¿Cuáles son los criterios OSM-IV para el diagnóstico de la personalidad tvitadora?<br />

• la personalidad sensible. vigilante y dubitativa son variantes del prototipo evitador.<br />

• <strong>De</strong>scribir sus características y retacionartas con los criterios más patológicos del OSM-IV.<br />

• ¿Cómo se manifiesta la personalidad evitadora en una sociedad coltttivista?<br />

• Explicar cómo S( combinan los diftrentes estilos de personalidad para dar lugar a cada uno de los subtipos<br />

de la personalidad evitadora,<br />

• Indicar la contribución de la perspectiva psicodinámica al desarrollo conceptual de la personalidad evitadora.<br />

• ¿Qué es el carácter fóbico?<br />

• Explicar cómo interaccionan el contenido y la estructura cognitivos en el evitador para perpetuar este<br />

trastomo.<br />

• ¿Qué: es ta interferencia cognitivo?<br />

• ¿Cu~les son las creencias básicas del evitador?<br />

• <strong>De</strong>bido a sos temores y ansiedades.. el evitado1 se distancía del contacto interpersonal. ¿Qué consecuencias<br />

tiene esta reserva interpersonal?<br />

• ¿Cómo contribuye la inhibición por ansiedad en el desarrollo de la personalidad evitadora?<br />

• Los evitadores comparten caracteristicas con otros trastornos de la personalidad. Nombrar estos trasteenos<br />

y explicar en qué se diferencian del evitador,<br />

• Los evitadores son especialmente prodives a los trastornos de ansiedad. ¿Son trastornos distintos la fobia<br />

social y la personalidad evitadora?<br />

• <strong>En</strong>umerar los objetivos terapéuticos en la personalidad evitadora,<br />

Puede que hayamos observado en las aulas a alumnos que parecon tener un gran deseo<br />

de participar. poro que no dicen nada o casi nada en clase, y se muestran tímidos en exceso<br />

en aquellas raras ocasionos on las que pronuncian unas pocas palabras. Quizás hayamos<br />

visto a alguien en una fiesta que llega muy pronto y se va muy tarde pero pasa la mayor parte<br />

del tiempo en un rincón de la sala, esperando a que alguien se le acerque para entablar<br />

conversación. Si es usted una do esas personas que se acercan, es probable que note la in­<br />

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Capitulo 6. P(rsonalidad cvitadon1<br />

197<br />

t • 1<br />

1<br />

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1<br />

o<br />

mediata incomodidad quo síentc osa persona cuando ustod inicia la cnnversaclén, incluso<br />

cuando ésta es agradable. inofensiva y nada amenazante. Quizá se pregunte qué motivo<br />

conduce a algunos individuos a estar a la defensiva y a experimentar esa rigidez social, y<br />

cómo se perciben a sí mismos y el mundo que les rodea. Puede quo intuya, do fonno acorta·<br />

da, que tienen una gran falta de confianza en sí mismos. sienten un gran tomor a sufrir cual·<br />

quier tipo de bumillación y no se arriesgarían a mostrarse tal y como son ante otras personas<br />

o en un mundo competitivo y despiadado en el que croen que no pueden competir en<br />

pie de igualdad.<br />

Estos individuos muestran un patrón de personalidad evitadora. Con frocuoncia son<br />

personas con pocos amigos de confianza, en ocasiones sólo uno o dos, posiblemente el eón·<br />

yugo, o un único miembro do la familia. Suelen admitir a muy poca gente en su cCrcu lo, y lo<br />

hacen sólo tras nsegurerse de que las personas a las que admitan hayan superado pruebas<br />

muy estrictas que les permitan saber que podrán contar con su apoyo y aceptación incondicional<br />

y sin criticas. ¿Significa esto que los evitadores están satisfechos con este modo de<br />

vida tan aislado y reservado? Todo lo contrario. El dolor ocasionado por la soledad y la reclusión<br />

les llega basta lo más profundo, pero antes que pennitir ser vulnerables a lo humillación<br />

social «inevitables quo sufrlríau como consecuencia do ver expuesta su supuesta i.ncompetencia<br />

y falta de adecuación social, asumen su dolor silencioso y solitario y so vuelven<br />

casi invisibles, se apartan de la trayectoria de las críticas «duras pero merecidas» de los<br />

demás. <strong>De</strong>bido a quo exageran la posibilidad do experimentar humillación y vergüenza, no<br />

so limitan a renunciar a intensificar ol aspecto social de sus vtdas. sino que se resisten a<br />

cualquier camb¡c que pueda dejarles más expuestos ante la opinión de los demás, corno por<br />

ejemplo las promocionas laborales y otras grettñcectones que ofrece la vida. Aunque pueden<br />

sontir grandes deseos do amar y do intimar, asr como do disfrutar más do la vida o do tener<br />

experiencias gratificantes. se ven a sí mismos como seres tan insignificantes que deben<br />

retirarse a su vergonzoso mundo privado. en el que al menos pueden estar solos con sus<br />

propias insuficiencias.<br />

Examinemos el caso de Allison (caso 6-1). que re(me con bastante claridad los criterios<br />

diagnóslioos del OSM-IV para el trastorno de la personalidad por evitación. Este patrón<br />

muestra inhibición social causada por profundos sentimientos de falta de adecuación y<br />

miedo al ridículo y al rechazo. Al ser casi imposible predecir qué van a pensar de ellos los<br />

demás y tener una gran dificultad para saber cómo debería ser su comporta.miento «ideal•<br />

en una situación determinada, los evitadores se sienten constantemente amenazados y en<br />

estado de alerta cuando tienen que relacionarse con los demás. Ésta puede ser una buena<br />

descripción de la concepción que A lJison tiene do sí misma y del ltpo do vidn que lleva.<br />

Allison so ha vueho tan hlpersenstble que reacciona con pánico cada voz que tiene que<br />

tratar con gente, ya que enseguida siento que la mirada crítica de todos los presentes está fijada<br />

en ella. Su inseguridad la convence de que la están observando y juzgando. Esta postbilidad<br />

se repito en su mente una y otra vez hasta que la angustia se haoo insoportable y se<br />

ve obligada a huir. Aunque este proceso es muy característico de los evitadores, también<br />

se produce en otros perfiles de personaJidud. Lo que sí es único es la forma de experimentar<br />

el proceso. Mientras que algunas personalidades, como la narcisista o la histriónica, disfrutan<br />

de forma intensa siendo el centro de atención, a los evltadores les aterroriza serlo y<br />

se sienten impulsados a huir en busca de la relativa seguridad que ofrece vivir en la oscuridad.<br />

<strong>La</strong> vida acaba siendo poco placentera. pero al menos no comporta dolor.<br />

Esto mismo se puede aplicar a casi todos los aspectos de su vida. E1 miedo a ser evaluados<br />

suele hacer que los evttadcres Hrniten sus uctívtdades laborales (v. crlterlo 1). Su trabajo<br />

so ve afectado porque se imaginan, aterrorizados. que su rendlmleuto labora! será de·<br />

Iícttario o inadecuado. Según la gravedad do) caso, pueden optar simplemente por dejar su<br />

empleo o estancarse en puestos de trabajo sin posibilidad de promoción, pero on los que la<br />

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198 Tras.tornos de la pc:rSOn31ldlM:S tn la vida moderna<br />

I CASO 6-1<br />

Allrsotl, de 22 años de tn·,;i nu1,,,111 u Gi,u..,;i di·<br />

una, vido muy próspeta. tet1!a,n unas c~ctativas muy t:ltv1das para ella,<br />

,s,i,n1imi,~ntn.'I d•• inf!Tiorirlad<br />

con lo cual solian str demasiado criticos, incluso con los en()((:5 m~ insigni- , • , ,<br />

ficantes. <strong>De</strong>bido a su timidez. h•vo que So090rtar constantemente las burlas t• Sf: '"" u ~í m~~mo socrnlmt•nh'?<br />

crueles de OtJOS nn\c)S, que SUp..iCStaffl(nte fuc«>n ti (l(i~l'I dt Sii (O(ldenda<br />

IH•rto. !)(>r~na tn: ~ uueredevaluada<br />

que ha permanecido desde eueeees, Incapaz de dt:fendt:rsc, se 4 liG.ri 11 0 111 nnor O º" ¡•m,<br />

aisló sociatmen1c a fin de YOIYcrsc tnas insignificante e impcrttptible para los (7) 1~ ~'odría decir que la escuela u<br />

otro aspecto cualquiera de su vida era más importante que ese trabajo de voluntaria y todo<br />

Copyrighted m;i\erial


Caphuk> 6. Ptrsona1idad c:vitadora<br />

199<br />

el mundo la entendería. Parece, sin embargo, que sus temores se han intensificado hasta<br />

tal punto que ya no puede tolerar las exigencias que requieren las clases. Es muy probable<br />

que Allison nunca haya hablado con ninguno de los profesores que tienen que evaluarle y<br />

oomunicarle aquellas áreas en las que necesita mejorar. AJlison se ha vuelto demasiado sen·<br />

sible a todo este proceso y creemos que no es capaz de beneficiarse de casi ningún tipo de<br />

feedback. ya sea positivo o negativo. Por tanto, Allison no se arriesga.<br />

Sólo hay un modo on el que pueda relaclnnarse con los demás: tiene que estar ebsolutamente<br />

segura de que va a gustar (v. crtterto 2). Sin embargo, esto es muy difícil de<br />

conseguir. Cree con firmeza en su propia imperíocción, en su capacidad pare sentirse<br />

avergonzada por el mero hecho de existir. Mientras quo la mayoría do nosotros nos san·<br />

timos inseguros respecto a algo en concreto. las in.seguridades do Allison constituyen la<br />

realidad tal y como eUa la percibe. Por consiguiente, la idea de que pueda gustar a alguien<br />

y de que se lo pueda aceptar por lo que es le resulto casi inconcebible. Para poder entablar<br />

una amistad, Allison necesita repetidas demostraciones de apoyo y atenciones. Es más,<br />

necesita coherencia. Si alguna vez alguien le hace la más mínima critica. como si de una<br />

tortuga asustada se tratara. Allison se replegará aterrorizada hacia el interior de su caparazón<br />

y desde su refugio se aislará del mundo. Como el caparazón es muy grueso, muy<br />

pocas personas logran ganarse la confianza de aquellos que tienen una personalidad evita<br />

dora.<br />

Incluso en aquellas ocasiones en las que Allison logre superar su hipersensibilidad duranto<br />

el suJidento uempo como paro dejar que alguien se lo aproxime, el hecho da creer en<br />

su propia inferioridad imaginaria tiene otra consecuencia negativa: Allison tiene miedo de<br />

mostrarse tal y como es. Para que las relaciones humanas se fortalezcan tiene que haber 1u1<br />

equilibrio entro el compromiso cousciente y la espontaneídod. Poro AIHson no puedo permi<br />

tirso ser ella m.isma porque es demasiado consciente de los defectos e imperfecciones que<br />

todo ser humano tione (pero quo ella percibe como suyos solamente], y el precio de la éHI·<br />

tanricídad os demasiado elevado (v. criterio 3). Si Allison mantuviera una relación de pareja,<br />

lo resultaría extremadamente difícil mostrar su verdadera forma de sor. compartir un<br />

secreto, o incluso comunicar a su compañero aquello que lo gusta o lo disgusta. Todo olio<br />

podría envenenar la cñmcra ilusión de auténtico compañerismo que le permiten sus inseguridades.<br />

y la dejaría sin nada. Por tanto. AUison sacrifica la posibilidad de entablar una<br />

relación amorosa y opta por mantener un sentimiento de seguridad constante e imperturbable.<br />

Para ella no existe el hecho de perder la cabeza por alguien. ni las salidas de fin de semana.<br />

ni las aventuras románticas. Nunca gustará tanto a nadie, o al menos así lo cree.<br />

Esté segura de que si alguien llegara a interesarse por ella sería sólo porque ha tenido la<br />

habilidad de no mostrar en ningún momento su verdadera formo de ser. Se percibe a sí misma<br />

probablemente del mísmo modo on ol que sus padres la percibían: como una carga que<br />

nadie desearla sobrellevar.<br />

Estas descripciones se refieren a las percepciones de Allison en cuanto al trabajo. la escuela<br />

y las amistades. <strong>La</strong>s personalidades evttadcras so sienten os( en casi tocias las aituacienes<br />

sociales (v. critorío 4). Dondequiera que vayan, sienten que la genio está pendiente do<br />

ellas. Temen las críticas y e1 rechazo, oomo se indica en el DSM. pero también tienen miedo<br />

simplemente a decepcionar a los demás. Es decir, el rechazo no tiene por qué ser real para<br />

que las personas como AUisoo experimenten estos temores. Tan sólo la idea de que alguna<br />

persona puedo juzgar que han fracasado o no han cumplido les expectativas es suficiente<br />

para que Los evitedores quieran retirarse. Aún es peor la posibilidad de que aJgu.ien pueda<br />

adoptar una ocl.itud severa hacia ellos, suponer que 111.~ juzgan desde una posición do auto·<br />

ridad. ya que entonces los veredictos son más poderosos y absolutos en su condena.<br />

Por tanto, no sorprende que los evttadores se sientan cohibidos en las situaciones<br />

interpersonales (v. criterio 5). Los sentimientos de falta de adecuación hacen que se re-<br />

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200<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptnonalidad en la vida moderna<br />

traigan, como en el caso de Alllson, «para vol verso más insignificantes y destacar menos<br />

note los demás». A menudo relacionamos la patología con ol hecho do excluir a los<br />

otros, poro los evitadores tratan además de encerrarse en sí mismos. Para ellos. la clave<br />

es mostrar lo menos posible de sí mismos. Como revelan muy poco, habrá poco por Jo<br />

que se les pueda atacar. El filósofo Hegel dijo: «Ser es ser percibido». <strong>En</strong> cambio, para<br />

J\llison y las personas como ella. la verdad existencial radica en justo Lo contrario. El<br />

único modo de ser consiste en no ser percibido. aJ menos si se qulere estar seguro y salvaguardar<br />

una mínima calidad de vida. Así pues. mientras algunas personalidades.<br />

como la narcisista y la histriónica, se crecen ente las situaciones sociales buscando ser<br />

el centro de atención y objeto de edmimcíén. los evitedores se tnbiben y se retiran a un<br />

rincón donde al menos pueden estar solos y, por tanto, sentirse más cómodos. Los evitadoras<br />

siempre son conscientes de los demás. pero los demás nunca deben reparar en el<br />

cvilador.<br />

Como ocurro con muchos otros trastornos de la personalidad. para los evitadores es<br />

muy diffci ! llevar a cabo cambios positivos y mejorar las circunstancias de sus vidas .. El ere·<br />

cimiento personal requiere cierto riesgo. Dado que Allison se considero una persona Inepta<br />

y poco interesante (v. criterio 6), os dudoso que alguna vez, como les gusta decir a los psi·<br />

có)ogos humanistas. pueda realizarse en la vida. El crecimiento persono] requiere cierto<br />

riesgo. Pnra ampliar nuestros horizontes, debemos traspasar las frontc:ras. O, como dice el<br />

viejo refrán. la experiencia es el mejor maestro. Sin embargo. las personalidades evitado·<br />

ras son reacias a correr riesgos que las dejen expuestas a la opinión de los demás (v. criterio<br />

7). Pueden ser muy creativos en la intimidad de su apartamento. o convertirse en su·<br />

pcrhérocs en sus fantasías. pero en el mundo real es mejor no probar nada que pueda<br />

atraer la atención hacia elJos. Cuando uno es inferior y lo sabe, la atención so convierte en<br />

01 enemigo.<br />

Como 90 el capítulo anterior, esto caso introductorio, que eíempttñca la personalidad<br />

eviíadora, nos servíré para profundizar 011 las cuestiones conceptuales, teortcas a bisrértcas.<br />

<strong>En</strong> prime.r lugar. compararemos la nonnalidad y la patología, y después comentaremos las<br />

variantes del prototipo evítador. A continuación se describen las perspectivas pstcodtnamica.<br />

cognitiva. interpersonal y biológica de la personalidad cvuadora. Estos apartados<br />

ccnstituyan el núcleo de la vertiente científica do la personalidad. Al tratar do explicar Jo<br />

qua observamos en osbozos caractertalos como ol do Allison, el objotivo es traspasar la mera<br />

anécdota literaria para introducirnos en el ároa teórica. Como os habitual. oxponomos do<br />

forma paralela la historia y la descripción, subrayando la contribución realizada por autores<br />

del pasado, cado uno de los cuales tiendo a insistir on un aspecto diferente del trastorno.<br />

También se revisan las bipólesis evolutivas. aunque en esto momento siguen siendo<br />

provisionales para todos los trastornos de la personalidad. A continuación, el apartado<br />

«Perspectiva evolutiva y del neurodesarrollo» nos muestra cómo la presencia de trastorno<br />

de la personalidad sigue las leyes do la evolución. También se incluye una comparación en·<br />

tre el constructo evitador y otros constructos derivados de la teoría y se comenta cómo las<br />

personalidades evitadoras liendeo a desarrollar trastornos del Eje l. Por último, abordamos<br />

el tratamiento del trastorno mediante psicoterapia y. de nuevo, los contenidos se organizen<br />

según los enfoques clásicos en este ámbito: las perspectivas cognitiva. interpersonal y<br />

psicodiná.mica.<br />

I DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA<br />

Puede que usted esté expenmentando lo que denominamos el «síndrome del estudiante<br />

de medíciua»: os doc.ir. al leer lo qua expondremos a coutinuacién, así como lo que<br />

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capitulo 6. PtrSOOalidad cvitadora<br />

201<br />

o<br />

t<br />

§<br />

1<br />

1<br />

li<br />

l<br />

;i<br />

i<br />

acabamos de explicar, puede que identifique que algunos aspectos de su personalidad<br />

coinciden con los patrones de personalidad que aquí se doscrtben. No se preocupe.<br />

ocurro con frecuencia Una personalidad sana abarca aspectos de muchas do las persona·<br />

Iídades descritas en o-sl.9 libro. aunque con un mayor grado de equilibrio y flexibilidad.<br />

También es importante saber que no existe un límite claro entre la normalidad y la pato·<br />

logía, sino que existe una relación de continuidad entre los estilos de personalidad (que<br />

todos tenemos) y los trastornos de la personalidad. A medida que aumenta el grado de patología<br />

y aumenta el número do rasgos rlgidos. incrementa también la posibilidad de<br />

que las dificultades se produzcan en numerosos aspectos de la vida. incluyendo el trabajo.<br />

la Camilia, la escuela y las actividades da ocio. <strong>En</strong> el h'mite entre la normalidad y la<br />

patología. estos problemas suelen atribuirse a unos cuantos rasgos desadaptativos, y estas<br />

caracterfstieas se pueden tratar de una manera relativamente aislada. <strong>En</strong> cambio. cuando<br />

el grado de patología es mayor. existen menos aspectos sólidos y positivos de la personaHdad<br />

y muchos más rasgos extremos. Estos interaccionan do una manera tan íntegra<br />

que la persona en su totalidad se convierte en el motor que genera la mayoría de sus pro·<br />

blemas.<br />

<strong>En</strong> la literatura científica se han establecido diíerentes variantes del evitador que<br />

enlran en los límites de la normalidad (es decir. personas que muestran un equllibrfc<br />

uulízando algo más los estilos de evitación). <strong>En</strong>tre estas variantes se encuentran los es·<br />

lílos de personalidad sensible y vigiJante descritos por Oldham y Morris (1990, 1995).<br />

<strong>La</strong>s porsonas sensibles suelen sentirse cómodas en entornos que Jes resultan familiares<br />

y destacan cuando el contexto se reduce a un pequeño grupo de personas do confianza.<br />

Se preocupan mucho por los sentimientos y opiniones de los demás y uecesltau su o pro·<br />

bación para prosperar. üesda el punto de vista interpersonal. son corteses y contenidas.<br />

Evitan la ambigüedad y profieren las situaciones en las que conocen bien las expectatlvas<br />

de los otros, y donde es fácil confirmarlas. <strong>La</strong>s personas sensibles son circunspectas<br />

en un principio; sólo dan a conocer sus pensamientos y sueños cuando ya ha transcurrido<br />

algún tiempo y so sienten seguras. Corno son muy reservadas. tienen dificulta·<br />

des para profundizar en las relaciones. ya que dejan on1rever su forma de ser en muy<br />

raras ocasiones y los demás se sienten frustrados. hasta el punto de que se pierde el<br />

verdadero sentido de intimidad. Muchos son amantes de! arte y la literatura. y algunos<br />

expresan su intensa imaginación a través de la creatividad artística. <strong>La</strong> combilrnci6n<br />

del estilo de personalidad seusiblo con los características que doscrihíromos a contlnuación<br />

del estilo de personalidad vigilante proporciona una idea más complota del evtta.dor<br />

que entra en el rango de la normalidad. <strong>La</strong>s personas vigilantos están demasiado<br />

atentos a las posibles críticas y prefieren relacionarse con los demás con cautela. Son<br />

muy consclentas do todo lo que ocurre a su alrededor y están siempre pendientes de<br />

posibles amenazas a su seguridad o autoestima.<br />

<strong>Millon</strong> et al. (1904) describen un patrón da personalidad indeciso que combina aspee·<br />

los do los estilos do personalidad sensible y vigilante ligeramente más patológicos. Se trata<br />

de personas sensibles o la tudíferencla social y al rechazo. que se sienten poco seguras<br />

de sí mismas y suelen ser más recelosas do lo habitual cuando se enfrentan a situaciones<br />

sociales o interpersonales nuevas, sobro todo con gente a la que no conocen.Se turban<br />

con facilidad y se sienten cohibidas, ya qua anticipan diñcultades en sus relaciones personales<br />

y tienen miedo al ridículo. Por Jo genera l. prefieren trabajar solos o en pequeños<br />

grupos en los que se sienten aceptados. Una vez ya están establecidos en un determinado<br />

enlomo social, suelen abrirse, ser amables y colaboradores. y participar en equipo de far·<br />

mu productiva.<br />

AIUson presenta muchas de las características de los estilos normales descritos<br />

más arriba pero de una forma más extrema e inflexible y. por tanto. entra en la patolo-<br />

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202<br />

Trastoroos de la p(rSOnalidacl tn ta: vida modtm.><br />

gta. Los sensibles. tal y como describen Oldbam y Morris (1995), se sienten cómodos<br />

formando parte de un pequeño grupo de personas en las que cooíían; sin embargo. el<br />

círculo social de Al1ison se ha reducido hasta ser casi inexistente. Si pudiera estar seguro<br />

de sor aceptada, quiz..i soría capaz de hacer algún amigo m.ás. Pero la realidad es<br />

quo ticno dificuhados para valorar quiénes son sus amigos, por lo que es poco probable<br />

que así sea. Eso la mantiene en una situación de seguridad, pero también la aisla, lo<br />

que supone parte del círculo vicioso que fomenta su patología. Si bien las personas con<br />

estilo de personalidad sensible revelan demasiado poco de si mismas como para establecer<br />

una relación de intimidad con los demás, al menos sf so relacionan. Allison<br />

sólo puede recordar a un novio, a quien ten fa demasiado miedo do revelar alguna cosa<br />

de sf misma por temor a quo la abandonara. Al igual que ocurro con los vigilantes, está<br />

muy atenta a su entorno social, pero a la vez está tan pendiente de su propia presencia<br />

en ese entorno social, que los sentimientos de inseguridad so han convertido en crisis<br />

de angustia.<br />

<strong>La</strong>s caracteersucas del ovitador también pueden exponerse croando una versión me·<br />

nos extrema de los criterios que aparecen en el OSM·IV, tal y como hizo Sporry (1995).<br />

Así pues. los personas que se encuentran en el extremo patológico del espectro tlxageran<br />

las dificultadas y los peligros que implica el hecho do desviarse de la rutina, mientras que<br />

las que están dentro de la normalídad prefieren simplemente la familiaridad del hábito<br />

y se sienten más cómodas con lo conocido que con lo desconocido, pero no se oponen a<br />

la novedad cuando los beneficios de ésta son claros. <strong>De</strong> forma similar, las personas con<br />

personalidad patológtca no tienen amigos íntimos ni confidentes y evitan las relaciones<br />

interpersonales. Por al contrario, los sujetos que se encuentran en la normalidad so sienten<br />

cercanos a la familia y a los amigos, y tienden a ser personas hogareñas. poro pueden<br />

correr riesgos si es necesario y funcionar eñcazmente dentro de la sociedad. <strong>La</strong>s personas<br />

con personalidad patológíca son hipersensibles a la crítica y se niegan a relacionarse<br />

con los demás a menos que tengan la seguridad de que van a ser aceptados; los Indtvlduos<br />

con un estilo de personalidad normal simplemente son prudentes y meditan las<br />

cosas.<br />

Allison se sitúa en la vertiente patológica de los dos contrastes que acabamos de ex·<br />

poner. Por ejemplo, no puede correr riesgos de forma voluntaria para encajar en el<br />

mundo según sus propias condiciones, independientemente de los beneficios que reporte<br />

el hecho de hacerlo. <strong>En</strong> vez de ello, limita al máximo sus incursiones en el mundo<br />

social. y es probable que sólo salga de casa para hacer los recados imprescindibles y hacer<br />

la compra según la rutina establecida. <strong>En</strong> estas ocasiones. no se esfuerza en entablar<br />

conversación con nadie porque prefiere no llamar la atención ante la posibilidad de<br />

que alguien la pueda observar con mirada crílica: opta, por tanto. por no establecer una<br />

relación cordial con ningún propietario de ninguna tienda o negocio. Va más a1lá de ser<br />

prudente y comedida desde el punto de vista interpersonal, ya que es tan sumamente<br />

sensible a la desaprobación que ni siquiera se siente capaz de mantener contacto visual<br />

con el comerciante, cuyo papel consiste. por naturaleza. en ser constructivo y mostrar<br />

cmpatía.<br />

También existe una relación de continuidad en otros criterios diagnósticos. <strong>De</strong>sdo el<br />

punto de vista social, el individuo con una personalidad potológic::a no consigue compartir<br />

su forma de ser con otras personas y puede mostrarse ante los demás con una fo Isa facha·<br />

da. El individuo con una personalidad normal es simplemente Umido y reservado, poro<br />

también sincero. <strong>La</strong>s personas coa personalidades patológicas suelen tener un rendímiento<br />

por debajo de la media, ya que su ansiedad social dificulta un rendimiento laboral constente:<br />

sin embargo. las que no presentan una patología de la personalidad tienen mayores<br />

probabilidades de muntener un trabajo de forma constante, pero situándose en un segundo<br />

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plano dentro do su entorno laboral. Como ya hemos comentado. Allison se encuentra en la<br />

vertiente pat.ológica de las dos situaciones que acabamos de cxponc.r. Su forma de ser va<br />

más allá de la simple timidez y reserva, tal y como se pone de manifiesto con la falsa apariencia<br />

con la que se muestra ante su novio y por sus constantes intentos do anticiparse y<br />

cumplir las expectativas do los demás cuando so ve obligada a vivir una situación social.<br />

Como voluntaria en los jardines botánicos, su rendimiento también es inferior. <strong>De</strong> nuevo,<br />

Allison coincide mejor con el extremo patcléglco de estas comparaciones. Al ser tímida y<br />

reservada, presenta una cara falsa para no tener que ser ella misma con su novio y para tralar<br />

de anticiparse y cumplir las expectativas da los demás cuando se ve obligada a relacionarso.<br />

Su situación es más gravo que la do u11 simple caso de ansiedad que pueda dificultar<br />

el mantener un rendimiento labora] constante; en realidad, AlJison nunca ha tenido un<br />

trabajo de verdad.<br />

203<br />

I VARIANTES DE LA PERSONALIDAD EVITADORA<br />

Allison representa un ejemplo «puro» o un «protonpc» do personalidad evitadora,<br />

Sin embargo, como ocurre en la mayoría de patrones de la personalidad, sean problemáticoso<br />

no. no todos los patrones de evitación guardan parecido con el caso de nuestra estudiente<br />

universitaria dominada por el pánico. Aunque el estilo de personalidad de Allison<br />

no combina características de otros trastornos con su patrón básico de evitación, la mayoría<br />

de los evítadores presentan síntomas de otros trastornos de la personalidad. tales como<br />

patrones esquizoide.s. dependientes. depresivos, ncgativist.as, osquizotípicos y paranoides.<br />

Los estados de ánimo y acciones resultantes que manifiestan estos individuos proporcionan<br />

gran cantidad de variantes del patrón básico de evitación que les hace únicos y los dislingue<br />

de los casos • puros» como el de Allísou. Estos subtipos de la personalidad evitado·<br />

rase revisan en la íigura 6-1. Los casos reales pueden coincidir o no con aJguna de estas<br />

combinaciones.<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

j<br />

1<br />

o<br />

El evitador con conflictos<br />

Una característica definitoria de la personalidad cvítadora radien en el confl_icto entre<br />

el deseo de intimar con los demás y el miedo a la vulnerabilidad que, como es natural. sobreviene<br />

cuando estable-cernos una relación cercana con otra persona. <strong>De</strong> forma similar.<br />

aquellos con una personalidad negativista (antes denominada «pasivo-agrestva-) son, en<br />

esencia, ambivalentes respecto a sí mismos y respecto a los demás. Idealizan a sus amigos<br />

tnumos y compañeros, pero si su senudo de la autonomía se ve amenazado. tratan do boleotearles<br />

o humillarles. Cuando hacemos alusión al evitador con conflictos nos referimos a un<br />

patrón de evitación que combina características de la personalidad negativista. Es decir, podemos<br />

esperar encontrarnos con tendencias básicas de retraimiento típicas del patrón evitadcr.<br />

pero expresadas de forma similar a la tendencia negativi.sla a la «guerra de guerrillas»<br />

en ol ámbit.o interpersonal.<br />

Cuando no ostán retraídos en su aislamiento, los ovnadores con conOictos suelen ser<br />

percibidos por los demás como petulantes y malhumorados. Pueden atacar a otras por·<br />

senas debido a que éstos no teCOflOCOJl su necesidad de afecto y, a su vez, acusan a quia·<br />

nes tes ofrecen efecto de inteatar socavar su i.ndepeudoncia. Prevén quo van a teuer doccpciones<br />

y sienten temor a enfrentarse a los demás de fonna abierta, y por eso pueden<br />

atacar de forma indirecta con comportamientos obstruccionistas. ocultando sus verdaderos<br />

deseos. Suelen referir sentimientos de incomprensión. íaha de valoración y humilla-<br />

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21 O Trast0ner 6tos asp«tos transfercnc1alc upado 1>11r fa po~lblli·<br />

rlad do1 M!r 1.nhL11du u n-1 hax.,110 1l'O<br />

sido profesora de instituto antes de su matrimonio. <strong>De</strong>sde el nacimiCt'ltO, fue<br />

lu~ s1h111(:1orw:1 'M)C i.11~,;<br />

un ~ poco cou\tntt. Uor&!» inctSantemcnte y era imposible someterle a<br />

ningUn !\orario de allmcntadóll o de s11tllo. Era un nh'lo dificil de tratar y<br />

lloraba ante C\lalquiier otra pcrsona eve no fucsc su madre.<br />

Otsdt el principio, el padre de Sean no se mosttó muy tolerante: COI\ su hijo.<br />

Al S3ber qut Sc.an. con 7 a~ dt tdad. tcnía miedo de la oscuridad.. le eecerró<br />

Cfl d sótano a oscu1as durante ho,as, hasta que dejó de llorar. Durante<br />

su crecimiento. no rnnnba ,,,. IM ttap,s dtl desarrollo (Of'l la misma ra.pi­<br />

dcz que su hermano mayor. con lo C\lal defraudaba constanttfntntt<br />

.,..,...._<br />

a su P.t·<br />

drt. lnc::luso w h('(l'nano mc:nor maduró f'Ns rlipidamcnte que él. <strong>En</strong> la crese<br />

de educación fisica. siempre era ti último a quiM cl(gía.n para fo1mar los<br />

,equipos. Ttmía tener que battar. ya que le asustaba que la pelota pudiera<br />

gotpcatlc. los otros chicos lt llamaWn atl enano,.<br />

El ttndimicnto escolar dt Seat1, autl(IUC inftrior al ck w flc:rmano mayor, cs.<br />

C;tba p()f encima de f.a medía. lndllSO asi. su padre st burlaba y le dtda qut<br />

los otros chicos itian a la f~ult.-d ck mtdic:ina y Q\IC CI deberla ir a la de: enferme<br />

ria, Cuando Sean llcgó a se, totalmente consciente:. se dío cuenta dt<br />

que su ar'ISfedad a ser comparado con sus compañeros de grupo dt programación<br />

provenia ya de las mU1tiplcs compara,cloncs dtsfavorablcs quc t.abia<br />

wfrflk> en casa.<br />

• ~ nUmcnn indica11 lo\ ~~ clel (ajO q,.,c c.olnclOtn c­11 m11y0r orado con IOS cri·<br />

tdios 6t:I OSM, pc­10 no implican 11rcnariam(f'1tt qu( ti uso­c\lmpta• c-ws criterios<br />

c1:i:~~I): 9~~::eo~:<br />

~a 1:fo~=-<br />

parte de un pro'(t'Cto más ampfto. St-an st asustó. •Intento tt~baJat. pero no ... dad \' una hipi·iv•n'41bili,l..:ul ;i 1.-1<br />

me putdo eeeeeweo. Su vot st .apagaba~ un .susurro.• an a •.. a ... a ... ~ ,•\·ahuu iñn negntiva. quo comten-<br />

~l'ISat que S/J'f w, Idiota,. Stl soludótl ftl'C dt;ar de l!I' 3 clasc, aunqut SU$ ca· ,-V 7;:m ul prindpio do I• edad adulta<br />

tific:aciont1 duran~, d Ultimo stm~trc. cuando todavia asi~tia a clase. eran y so dan en diversos contextos.<br />

t~l('flttS.. Era r~al!dad. SU$ notas. Sleffl9(t hablat1 sido tx~poonalcs. <strong>En</strong> ~m­ .._a como lo ilull1..11n 4 uatro {o mi'ls) de<br />

bio. no tenia am,gos y conftsaba. ,Soy un desastre para conoctr gcntt. Sicm- ,-V lo!! ~íxuíi·nfi•'( ¡11,111,i:<br />

pt'( pienso qv, no les voy a gvstar o algo POf d ts.lilo. Soy un intitil. No ten- .C, , , .<br />

15) fü.tá i1ll1ilmlc> t!fl la.11 i.ih,131;:io1w"<br />

ln11·q>~1,ou.al1>:. 11ut•, u\ ,t c...111"ª cfo<br />

....n, irnil\nto$ rl1· inforiori(lnd<br />

f6J s.,"" 11 ,;i mismo 1mdalmcnta<br />

inr,pt.,, pr,l"i0011lmt•nta p


Capítulo 6. Ptrsonalidad tvitooor.1<br />

211<br />

1<br />

o<br />

cipal era el rerraimtento so clastñcaba símplamente como esquízoíde. <strong>De</strong> esta forma, se<br />

agrupó a los ovítadores y a los esquizoidcs corno si su desarrollo y funcionamionto fueran<br />

en esencia iguales. Incluso hoy en día. muchos analistas consideran que el evnador coustltuyo<br />

simplemente la parto no psícéuca del eespectro esqutzoldee, quo se define por el a¡slamionto<br />

o refugio dentro de la imaginación com.o método do defensa característico, estretegia<br />

a la que rncurrió A1lison desdo la primera i.nfa.ncia.<br />

Los psicodinámicos, sin embargo, establecieron una diferencia antro ambos consteuctos<br />

en diversas ocasiones y describieron tipos caractcrialcs análogos a Jo quo hoy en día<br />

denominamos «personalidad evítadora­. Menningcr (1930) describió a los individuos «aislados»<br />

que demostraban tener la capacidad para la expresión emocional normal pero que<br />

«se habían mantenido el margen del contacto con los demás seres humanos de forma artíficial<br />

hasta el punto de presentar deficiencias curiosas. amaneramientos. actitudes y rarezas<br />

que servían para irnposlbilítar su integración en el grupos: también sufrían constantemente,<br />

y a veces de forma aguda, con sentimientos de inadecuación, falta de confianza en sí<br />

mismos, Insañsfacctón y un desánimo generalleedo causado por esos sentimientos (págs. 64<br />

y 71 ). Siguiendo con el Interés que siempre había mostrado la escuela psicoanalítica por la<br />

inhibición, el miedo y la evitación de nuestros impulsos más básicos, Feoichel (1945) formuló<br />

una concepción que reflejaba el carácter fóbico, pero no resaltaba su dimensión social.<br />

Otros analistas clásicos también se han centrado en la fobia como un aspecto cerecteriológico;<br />

Rado, en su «meca.nismo Iéblco de evitación» (1969; pág. 182). describió que los pacientes<br />

con trastornos de reacuvídad excesiva hacen uso de la fobia como refuerzo progresivo<br />

paro croar cada vez más defensas psíquicas; más larde. MacKinnon y Mkhels (1971}<br />

describieron los «rasgos caracteríales fóbicos•. que implican una prcpensién generalizada<br />

u la fobia en la que lo evitación se convierte en la característica esencial.<br />

Postcrionnenle, los analistas do] yo se alejaron do la personalidad concebida como el<br />

conflicto entre los impulsos básicos y los fuerzas sociales. y comenzaron a subrayar Ia naturaleza<br />

interpersonal y orientada hacia la realidad del yo. cuyo motor no os la lucha entre las<br />

fuerzas internas y externas. sino quo opera sintéticamente para integrarlas y asimilarlas<br />

(Crcenborg y Mitchcll, 1983) y. por tanto, es capaz de aftadír su propia impronta en el<br />

comportamiento humano. Horney (1937: pág. 99) so adolantó a las propuestas contemporáneas<br />

y desarrolló el concepto del tipo aislado. es decir, personas que piensan lo sígutcnte:<br />

«Si me aíslo, nada podrá perjudicarme,. Sin embargo, lejos de volverse invulnerables,<br />

Horney pensaba que estos individuos desarrollan un sentimiento de odio y desprecio hacia<br />

sf mismos y. a su vez, llegan a I& conclusión de que los demás les veo exactamente del<br />

mismo modo en que se ven a sí mismos. <strong>En</strong> consacuencta, se muestran reprimidos al relacionarso<br />

con los demás, so distancian do las situacionos sociales y tratan de no vincu larsa<br />

nunca a nadie. Su objetivo es negar la ansiedad y el malestar. Para ello desvían de formo ne-<br />

Uva sus tensiones y preocupaciones dolorosas o introducen pensamientos irrelevantes o<br />

d.istorsionau el significado de sus pensamientos. Mediante ol embotamtento, y volviendo<br />

difusas sus emociones y percepciones internas, tratan de escapar del dolor y la angustia que<br />

les produce ser quienes son.<br />

Además, los analistas del yo indican que los evitadores se abandonan en exceso a la<br />

Iantasía y la imaginación como una manera de reemplazar las cogniciones de tnadecuación<br />

y baja autoestima, generadoras de ansiedad, y como una manera de satisfacer las ne·<br />

cesidados que no pueden cumplir debido al aislamiento social. Dado que los sentimientos<br />

de que no son queridos siempre están cerca de la superficie, pueden imaginar que algulen<br />

les ama Intensamente como en un apasionado romance o como en un cuento de hadas. Allí·<br />

son. nuestra estudiante universitaria, no explico cuáles son sus fantasías. poro hay muchas<br />

probabilidades (ya que admite que ­:suei"1a» con ser aceptada sin condiciones) do que en su<br />

mundo fantasioso la versión que aparece de sí misma sea la de una Allison adaptada, con<br />

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212<br />

T,as:tomos d, ta r,trsona1idad c:n la 'hda moderna<br />

un gran talento y muy admirada. y que además mantenga un romaneo con una persona<br />

que está deseosa de saberlo todo sobre ella. Esto es justo todo lo contrarío de lo que piensa<br />

en la vida real, ya quo cree que los demás no s61o no están interesados por ella, sino que la<br />

consideran una persona censurable y con deficiencias. Otros evitadorcs. sobre todo aquellos<br />

con rasgos paranoides o nogativistas concomitantes, pueden verse a sí mismos acabando<br />

con sus enemigos c-on una furia repentina y llena de confianza.<br />

No obstante, como es inevitable. estas fantasías sólo sirven para poner más de relieve<br />

lo empobrectdas que están sus vidas. Mientras que las personalidades sanas emplean diversos<br />

mecanismos do defensa, los cvitadores se basan casi exclusivamente en escapar y en la<br />

fantasía. Si estas defensas no son viables o resultan muy poco prácticas. los evitadores<br />

pueden sentirse enseguida abrumados o reprimir cualquier tipo de emoción, para dar lugar<br />

& un extorior aplanado. imperturbable y carente de sentimientos que encubre un torbellino<br />

interno de dolor. l::s:ta os la principal razón por la cual, en ocasiones, incluso los terapeutas<br />

confunden las personalidades evítadoras con las osquizoides. Resulta fácil imaginar que<br />

AUison, si se viera obligada a relacionarse, preferiría no abrirse a los demás. <strong>En</strong> ose caso, parecería<br />

carecer por completo de emociones o motivaciones, características: básicas de la por·<br />

soualidad esquizoíde.<br />

Varios conflictos definitorios complican y fomentan la ansiedad en la persona evitadore.<br />

<strong>En</strong> primer lugar. la batalla entre el afecto y la desconfianza o. como Allison podría decir,<br />

entro temor novio y que la abandonen. Como hemos indicado, los evítedores desean acercar·<br />

se a los demás, pero no pueden dejar de pensar que este deseo provocará. de forma irremediable,<br />

dolor y desilusión. Esta característica constituye una de las diíerencias esenciales<br />

entre el ovítador y el dependiente, ya que. cuando este último tiene necesidades ernocíonales,<br />

es capaz de confiar c.n los demás y abordarles sin ningún tipo de problema. <strong>En</strong> segundo<br />

lugar. los evítadores anhelan hacer realidad sus posibilidades. pero tienen enormes<br />

dudas acerca de su propia competencia y habilidades. <strong>En</strong> concreto, temen sobre t.odo la idea<br />

de socializarse y compeUr con personas que confía,, mucho más en sí mismas. Podemos<br />

imaginar cómo debe sentirse Allisou sabiendo que a los profesores les gustan los estudiantes<br />

qua levantan la mano y participan en clase. También resulta fácil imaginar el deseencierto<br />

del profesor al ver a una chica inteligente sent.ada en un rincón, medio escondida. sin<br />

decir nunca nada.<br />

Para los evitadorcs. todo camino hacia la gratificación parece bloqueado; por un lado.<br />

son incapaces de actuar do forma eficaz en su propio beneficio. pero por otro no pueden<br />

contar oon los demás debido a sus sentimientos de inadecuación y desconfianza. Ambos cami<br />

nos les producen dolor y malestar. Los evitadores están atrapados en el peor de los<br />

mundos, ya que buscan evitar tanto el malestar que les produce aventurarse a la socíalízaclón<br />

como el vacío que sienten al descuidar su autcrreahzacíén. <strong>En</strong> algunos casos. como le<br />

ocurre a Allison. el conflicto puede Hegar a ser tan intenso que acabarán acudiendo a terapia<br />

y comeuzerén a trabajar para resolver este d.ilema.<br />

Por último, aunque más adelante dedicaremos un apartado a los aspectos evolutivos<br />

contextuales do la personalidad evttadora. os importante entender la experiencta temprana<br />

do osts patrón mediante las relaciones objotalos. Esta importante vaettcnte del pensamiento<br />

psicoanalüico se centra en la influencia de los recuerdos e ímagenes que estableció<br />

el individuo con sus cuidadores durante el portado de lactancia. que no son accesibles a la<br />

conciencia y que ejercen una influencia continuada en el ccrnportamíento adulto. Uno de<br />

los principios básicos de la teoría pstcoanalíuca sostiene que los niños internalizan las normas<br />

de las personas slgnlñcatlvas, como padres. profesores y otros modelos que i.mita.r, eu<br />

el superyó. que consta do dos parios. <strong>En</strong> primor lugar, existe el ego ideal o nuestro ideal<br />

del sí mismo, que consiste en las caractertsticas deseadas, así como normas de comportamiento.<br />

logros y otras cosas en las que al individuo le gustaría convertirse. Oobido a quo<br />

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tapituSo 6. Ptrsot1alidad tvitadora<br />

213<br />

un ideal del yo muy desarrollado conduce a esforzarse para hacer realidad ese ideal. esta<br />

parte del superyó puede estar conectada a diferencias individuales en cuanto a los niveles<br />

de aspiración y autoreealización, y esas diferencias provienen del deseo de cumplir las potencialidades<br />

únicas de uno mismo como ser vivo. <strong>La</strong> conciencia es la segunda parte del su·<br />

peryó. y contiene todo tipo de prohibiciones, reglas y mandatos que pormenorizan los comportamientos<br />

que se salen de los límítes. <strong>La</strong>s manifestaciones en la vida adulta de un superyó<br />

maduro so concretan en sentimientos de cuJp.a o en la voz de lo conciencia.<br />

A partir de esta formulación, so considera que los evitedores tienen un ideal del yo<br />

muy desarrollado, incluyendo unas ambiciones y deseos de realización personal muy elevados.<br />

poro esto va unido a un superyó muy censurador que desaprueba constantemente todos<br />

Los comportamientos. <strong>En</strong> efecto, han Intametizadc unas normas parentales de impar·<br />

tantos logros y éxito social. combinadas con los sentimientos de culpa y rechazo por los<br />

errores más insignificantes. Al revisar la infancia da Alltson, decía que sus padres eran personas<br />

que tenían mucho IDCito y que eso mismo esperaban de elle. Por desgracia, también<br />

la criticaban en exceso por cada pequeño error que cometía. AUison ha internaUzado dos U·<br />

pos de voces: una que le exige logros y la otra tan crítica que ha llegado a convencerse de<br />

sus propias insuficiencias como s.i se tratara do una «apestadas social. <strong>En</strong> efecto, la distancia<br />

que existe entro su ideal del yo y la percepción de su verdadero yo ~s decir, lo que<br />

cree ser- es tan enorme que se siente humillada ante sr misma y aterrada cuando piensa<br />

que los demás pueden pensar eso mismo de ella.<br />

Por otra parte, debemos señalar quo, en ocasiones, el hecbo de otorgar una gran relevancia<br />

a las normas de comportamiento conduce al desarrollo de rasgos característicos de<br />

la personalidad compulsiva. <strong>En</strong> concreto, el deseo de evitar los pequeños errores que provacan<br />

la apa:ricíón del desencanto parental suelen llevar con frecuencia a la preocupación<br />

por los detalles, caracterrstlca típica de los compulsivos. <strong>En</strong> tanto que el compulsivo trata<br />

de actuar do una manera impecable, por lo general el evitador se niega a actuar; el ríosgo<br />

es demasiado elevado.<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

·i<br />

J<br />

;j<br />

1<br />

o<br />

Ya so ha comentado grao parte de la perspectiva interpersonal en la personalidad evttadora.<br />

Quizá lo que més destaca en los evitadores es su sentimiento generalizado de des·<br />

asosíego interpersonal. <strong>En</strong> algunas ocasiones. muchos de nosotros nos podemos sentir incómodos<br />

en medio de un grupo numeroso do personas, pero los evítedores pueden sentirse<br />

así incluso con un solo individuo a qui.en no conocen. Tan sólo una persona puede activarles<br />

todos sus tumores do inadecuación y rechazo. <strong>En</strong> el mejor de los casos. se mostrarán<br />

indocisos a la hora de expresar sus propios pensamiont.os u opiniones; eo el peor, Interpretarén<br />

de forma errónea las expresiones faciales y los comentarios inocentes como indicadores<br />

de juicio crítico y rechazo.<br />

A medida que aumente la tensión, su discurso puede volverse más lento y parco, con<br />

evidentes secuencias fragmentadas de pensamientos confusos o digresiones irrelevantes.<br />

Pueden tartamudear por su falta de confianza, como le ocurre a Sean (caso 6~2). Dado que<br />

los evitadores suelen sentir que los demás les observan en busca de errores, su postura corporal<br />

tiende e ser muy rígida y controlada, aunque pueden producirse pequeños estallidos<br />

períódlcos de movimientos que muestran agitación nerviosa. Con frecuencia omiten las ex·<br />

presiones emcctoneles por temor a que los demás puedan detectar su ansiedad, gran parte<br />

de la vergüenza que sienten. lnevitablemente, el sentimiento de ser demasiado torpes con·<br />

tribuyo a su torpeza. Esto ocurro sobro todo con los evitadores, para quienes cualquier movhnient.o<br />

mal adoptado puede ser objeto de escrutinio y de crítica, o al menos esr lo creen.<br />

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214<br />

AJ no poder hablar con fluidez y coherencia por su propia ansiedad. algunos evitadores<br />

acaban concluyendo que es mejor no decir nada y tratan de pasar desapercibidos. Estas<br />

manifestaciones fisicas de ansiedad interpersonal suelen ser especialmente agudas en situaciones<br />

sociales forzosas, como por ejemplo, cuando la universidad obliga a los estudiantes<br />

a asistir a la ceremonia de graduación. y hay mucha gente charlando mientras esperan a que<br />

comience la ceremonia. <strong>La</strong>s ocasiones formales se temen de una manera especial, ya que<br />

Uenen sus propios códigos de vestimenta y de ccmportamtemo. Todos saben lo que so aspera<br />

de ellos y tratan de cumplirlo, coa lo cual cualquier discrepancia es mucho más obvia<br />

y los errores saltan a lu vista. <strong>En</strong> una situación así es muy probable que A.llison so quedara<br />

esperando en el cuarto de bailo rogando a quo concluyera el acontecimiento.<br />

Los evitadores no se enfrentan a su ansiedad interpersonal <strong>En</strong> lugar do esto, y siempre<br />

que pueden, se escabullen de las oblígacioues sociales para evitar las valoraciones negativas<br />

que suponen que han de sobrevenir de forma etuevltablee. Cualquier situación que requiera<br />

comunicarse con los demás constituye una posible amenaza contra su frágil segurldad.<br />

Los evitadores pueden negarse a sí mismos la posesión en general para protegerse contra<br />

el dolor do la pérdida o la decepción. <strong>La</strong> gran mayoría observa que los esfuerzos por<br />

complacer a los otros. además de no afianzar la seguridad en sí mismos, son infructuosos y<br />

dolorosos. Pueden considerar que las repetidas contemporizaciones les han hecho perder la<br />

integridad personal, lo que sólo conduce a sentimientos más profundos de desprecio a ellos<br />

mismos. <strong>La</strong> única forma eñcaz que conocen para reducir la vergüenza y la humillación es la<br />

retirada, encerrarse en sf mismos y vigilar atentamente cualquier incursión en su soledad.<br />

<strong>La</strong> distancia garantiza la seguridad, mientras que la confianza invita al dolor.<br />

Para fomentar incluso un grado míuimo de eficacia social y funcional, las personas<br />

que se relacionan con evítadores. y sobre todo aquellos que ríenen algún interés especial<br />

en los relacloues interpersonales de los evttadcres, rtenen que actuar con extrema precaución.<br />

Por ejemplo, en el entorno laboral, el supervisor do la persona ovitadora tendría que<br />

parecerse a un buen entrenador de boxeo. No se le puede decir al evítador qua se lnvoluere<br />

en un aspecto critico de un proyecto importante. Podemos imaginar la reacción de<br />

AJlison si su jeíe le dijera: «<strong>De</strong> acuerdo. sé que este es tu primer día de trabajo, pero aquí<br />

hay mucha gente que depende de ti, y si esto no sale bien, bueno, las consecuencias serán<br />

terribles». Lo más probable es que. en una situación así. Allison so hubiera marchado<br />

pronto a casa a la hora de comer y ya no hubiera vuelto más al trabajo. <strong>En</strong> vez de esto, los<br />

evitadores necesitan comenzar despacio. a ser posible en tareas en las que ya se sientan. en<br />

cierta medida. competentes. Tampoco deben ser cosas demasiado fáciles porque podrían<br />

pensar: «¡Caramba!, supongo que en realidad ya se ha dado cuenta de cómo soy y no quiere<br />

arriesgarse dándome ningún tipo de responsabilidad», pero sí a.lgo manejable.<br />

Por otro parto, los evitadores necesitan tener una idea clara de qué as lo que los demás<br />

esperan de ellos, quo la comunicación sea muy clara, las sítuacíoues interpersonales<br />

bien definidas, y que se les explique con claridad cuál va a ser la secuencie de las<br />

operacíooes. <strong>La</strong> definición hace que la ansiedad sea más fácil de manejar. con lo que<br />

será menos probable que el evítador haga una montaña de un grano de arena. También<br />

se deberían definir con clerlded las consecuencias que pueden tener las equivocaciones<br />

y. de ser poslble, mlnlmízarlas. Resulta también de utilidad tener un jefe que se sienta lo<br />

bastante cómodo como para poder hablar de sus propios errores. Siempre extste el rtesgo<br />

de que, si se descontrola su ansiedad. los evitadores puedan marcharse con una sonrisa<br />

cortés en los labios. como si no ocurriera nada, y no volver nunca más. Dado que los<br />

evítedores temen las expectativas y los juicios de valor de los demás, siempre resulta beneficioso<br />

cultivar un sentimiento de confianza con el empleado ovitador. Los evuadores<br />

no serán los primeros en hablar cuando surja un problema, sobre todo si ose problema les<br />

Incomoda.<br />

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Capítulo 6. Pt,sc11,alldad evltadora<br />

215<br />

También hemos mencionado las relaciones interpersonales de los evitadorcs. sobre<br />

todo a partir del caso do Allison y su novio do instituto. Corno ya so ha señalado, los evita·<br />

dores a menudo crean una imagen extorna qua los parece más adecuada para relacionarse<br />

con el mundo exterior. Usan esta rachada como medio para asegurar el éxito de las relaciooes<br />

y protegerlas de <strong>La</strong>s inadecuaciones que eUos perciben en sí mismos y que les parecen<br />

tan atroces que, do ser descubiertas, sabotearían sin duda esas relaciones. Con frecuencia,<br />

hasta cierto punto los cónyuges contribuyen a reforzar los patrones evítadcres al hacer cosas<br />

por sus parejas on lugar do dejar que sean ollas mismas quienes las bagan, y permitirles<br />

asf que so queden en casa. con Jo que las aíslan y evitan que so tengan que onfronlar a las ex·<br />

pectativas o juicios de valor do personas desconocidas. A medida que pasan los años y que<br />

el evítador sigue síendo una persona que rinda por debajo do lo norma.l. este lipo do colaboraciones<br />

pueden acabar quedándose cortas. <strong>En</strong> efecto. el cónyuge más capaz funciona como<br />

facilitador de la patología de la pe rs onalidad. Algunos cónyuges, para su gran decepción,<br />

pueden llagar a sentir incluso que al evttador es responsable de UJl cierto grado de fingimiento<br />

o engaño en la relación de pareja. <strong>En</strong> algunos casos pondrá.n fin a la relación, sintiendo<br />

que la intimidad que pensaban que había no ha existido jamás. y que nunca han llegado<br />

a conocer de verdad a la persona cvítadora,<br />

<strong>En</strong> general. la coraza protectora de los cvitadorcs sólo sirve para perpetuar sus prohlemas.<br />

<strong>En</strong> primer Jugar. al limitar su abanico de experiencias interpersonales, excluyen la posibilidad<br />

de aprender nuevas maneras de comportarse, que les podrían aportar una mayor<br />

confianza en sí mismos o un sentimiento de valor personal. <strong>En</strong> los casos más graves, acaban<br />

solos por completo con sus propios tormentos y conflictos. Aunque consigan minimizar los<br />

peligros externos. muchos acaban por verse atrapados en su propia piel. solos ante su propio<br />

desprecio. Estos evitadores continúan reviviendo las humillaciones del pasado. y acahan<br />

perdiendo el oontacto oon la realidad al estar cada vez más anclados en el pasado y más<br />

alienados de) mundo real y cotidiano. <strong>En</strong> segundo Lugar. y como les ocurre a las personaltdados<br />

dependientes. su manifiesta debilidad y falta de confianza atrae en ocasiones a personas<br />

qua disfrutan evergonzaudc y hu.millando a quienes no so puedan defender por sí solos.<br />

Por tanto, la humillación añadida que experimentan confirma su desconfianza en los<br />

demás y bace que sólo seen capaces de con.fiar eu unas pocas personas.<br />

Bonjamin (1996), en su Análisis Esrrucrurado de la Conduela Social (AECS), describe<br />

sucintamente el desarrollo interpersonal do la personalidad evltadora, Como ocurre en las<br />

personalidades dependientes y negauvistas, los ovttadores comianz .. an la vida estableciendo<br />

v1nculos sanos y, por tanto, manife .. stando su deseo de disfrutar de relaciones interpersonalos<br />

do verdadera tnnnudad. Sin embargo, a modida quo estas personas van madurando.<br />

sus cuidadores emptezen a ejercer un intonso control dirigido a croar una imagen social impresionante<br />

y admirable, y reaccionan ante los errores y las imperfecciones como algo extremadarnente<br />

vergonzoso para la familia. Esto mtsmc so puede observar en los casos de<br />

Allison y Sean. Los defectos son objeto de burla y actitudes degradantes y, como consecuencia.<br />

se genera una sensibilidad exagerada a.nte lo posibilidad de ser bumillado. <strong>En</strong> la<br />

biografía de Sean observarnos que su padre se empeñaba en hacer odiosas comparaclones<br />

entre Sean y sus dos hermanos. Al final de la exposición del caso, incluso vemos


216<br />

Trastomos de la ptrSonaíidad en 1­a vida moderna<br />

se ven obligados a «ir solos» porque el grupo les rechaza. <strong>De</strong>sde el punto de vista de los futuros<br />

evltadoree. parece ser quo existe un consenso con respecto a sus deficiencias. Sean<br />

pudo vivirlo tanto en su familia como en la escuela, donde siempre era el último en ser<br />

elegido para formar los equipos y a quien llamaban «el enano». Los padres de Allísou incluso<br />

proporcionaron pruebas adicionales al decirle que su nacimiento había sido un accidente<br />

y al tratarla como si fuera una carga.<br />

Para sobrevivir, los futuros evitadores desarrollan un sentido de la autonomía que<br />

está vinculado de forma intrínseca al castigo (Benjamín, 1996). Por ejemplo. los evitadores<br />

pueden quedarse al margen de una reunión familiar. o so puedo celebrar el cumpleaños de<br />

otros hermanos sin contar con ellos. Para evitar la vergüenza do estas marginaciones, los<br />

evítadores se aíslan por adelantado. Aunque lamentan sus defectos. siguen tratando de ganarso<br />

a sus cuidadores. quienes a su vez suelen inculcar el mensaje de que la familia es la<br />

única fuente genuina de amor y apoyo, y que la lealtad se valora por encima de todo lo de·<br />

más. El mensaje implícito es: «Aunque toleremos tus defectos, nadie más lo hará. Quédate<br />

donde al menos tienes una posibilidod de sentirte seguro».<br />

Mientras que la mayoría de las personalidades evitadoras son el resultado de la exposición<br />

repetida a experiencias del desarrollo qua ínculcau un sennmtento do vergüenza y<br />

baja autoestima. las experiencias clínicas indican quo determinadas experiencias traurnáticas<br />

en la infancia, como el trato físico brutal, el incesto o los abusos deshonestos, también<br />

pueden ser suficientes para desembocar en un patrón, a lo largo da toda la vida, do evitación<br />

social y temor interpersonal. similar al patrón evitador (Stone, 1993). Por ejemplo, en<br />

casos de niños que han sido objeto de abusos sexuales. el perpetrador o sus propias familias<br />

pueden hacerles sentir que tienen algo de que avergonzarse. Pueden sentir o les pueden he·<br />

cer senlir lo siguiente: «Si yo no fuera una persona defectuosa, nunca me habría pasado<br />

esto».<br />

I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

<strong>La</strong> perspectiva de procesamiento de la información, que suele abordarse en los cursos<br />

cognítívos y experimentales de psicología, tiene especial relevancia en lo que a la persona·<br />

lldad evítadora se reñore. Existen varios modelos de procesamiento de la información<br />

que tratan de explicar el proceso cognitivo en los seres humanos. Algunos de estos modelos<br />

se centran en las redes neuronales {p. ej., una palabra determinada. como flor. desencadena<br />

en los sistemas lingüísticos que otras palabras como bonita, rosa. roja nos vengan a<br />

la monte, y. a su vez. cada una de estas palabras desencadenará otras asociaciones de pala·<br />

bras}, otros conslsten on slstemus do producción basados en códigos (p. ej .. un sonido<br />

deja una señal auditiva, que entonces se traduce al sistema de memoria que consta de varios<br />

ámbitos, que entooces desencadena que establezcamos una comparación con alguna<br />

experiencia anterior ya almacenada en nuestra memoria, y todo esto es necesario para<br />

que podamos producir la respuesta resultante]. Todos estos modelos de proceso cognitivo<br />

tienen un hilo en común: el sistema es limitado. Los recursos de ateuclón y la capacldad<br />

de procesamiento son limitados en todos los seres humanos. Cuando la atención se divide<br />

o fragmenta, so descuidan características esanciales del mundo de los estímulos, todos<br />

los inputs se procesan de manera más superficial y la calidad general del proceso se<br />

degrada de forma considerable.<br />

Por lo genera], cuando los teóricos cognitivos estudian le personalidad. se centran en<br />

los oomenídos cognitivos, es decir. en cómo las creencias básicas, así como las posibles ereencías,<br />

influyen y sustentan un círculo vicioso de comporta.miento interpersonal patológi·<br />

oo (Beck et al., 1990). <strong>En</strong> la personalidad evitadora, sin embargo. los contenidos cognitivos<br />

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Capitulo 6.. Personalid&d evitadora<br />

217<br />

establecen una reciprocidad patológica con )a estructura cognitiva -es decir. el aparato<br />

do procesamiento de la información-, que a su vez ayuda a perpetuar el trastorno en su<br />

totalidad. <strong>La</strong> hípervígílancía es un elemento clave. Los evitadores examinan constantomante<br />

su entorno en busca de indicios de peligro. Sensibles a los sentimientos e intenciones<br />

más sutiles de los demás, son observadores con una percepción muy aguda y sopesan cada<br />

movimiento y expresión de aquellas personas con las que entran en contacto. Tienen unos<br />

mecanismos de une increíble sensibilidad para captar y magnificar sucesos o acciones fortu<br />

itas y raínterpretarlns como indicaciones de burla y de rechazo.<br />

<strong>En</strong> consecuencia, sus sistemas do procesamiento do la información acaban desborda·<br />

dos por la excesiva estlmulación que. además, no les pannite prestar atención a muchas de<br />

las características más comunes, aunque no por ello monos importantes. de su entorno. <strong>En</strong><br />

efecto, presentan una expectativa de peligro basal tan elevada que incluso acootecimien·<br />

tos inocuos traspasan el umbral del evitador en un punto en el que éste ya los considera<br />

perjudiciales. Bombardeados por la excesiva abundancia de posibles amenazas, les es tmposible<br />

procesar la información en profundidad. Se mantiene la hipótesis de que las fuentes<br />

de estimulación son negativas porque las consecuencias de la iacertidwnbre, de dejar<br />

que tan sólo una amenaza pase desapercibida. son demasiado importantes. <strong>En</strong> consecuencia.<br />

aumenta la ansiedad y la sensibilidad a los signos de amenaza, y disminuye todavía<br />

más el grado de profundidad del procesamiento. Por tíltimo. todo el sistema de procesamiento<br />

cognitivo acaba tan sobrecargado que cualquier cosa resulta amenazadora, y el evítador<br />

deberá retirarse a un refugio seguro, donde sabe que las fuentes de es1imulación,<br />

como por ejemplo unas pocas personas en las que confiar, son seguras. Si no puede retirarso,<br />

acaba con la monto repleta de asociaciones libres y una sensación do peligro difusa y<br />

muy intensa. <strong>La</strong> figura 6·2 representa e) diagrama do este círculo vicioso.<br />

Es probable que la hipervigilancia sea un factor clave en las crisis de angustia de AUi·<br />

son. Al alejarse de la seguridad de su bogar e introducirse en el mundo que le rodea, AUi·<br />

son está cada vez más pendiente de las expresiones faciales y del lenguaje corporal de las<br />

personas de su alrededor. Se fija dónde y qué miran los demás. Si llega a la conclusión de<br />

que la están mirando a ella (conclusión a la que llega con frecuencia), su inseguridad aumonta<br />

cada v02. más, ya que siempre piensa que la miran demasiado. Empieza a compro·<br />

bar que no baya ningún probJema en su ropa o en su maquHJaje. Aunque no encuentre nada<br />

mal. ~uirá cada vez más pendiente de todo. Piensa que quizás ella no es capaz de ver lo<br />

que los demás están viendo. Al estar más atenta, descubrirá Incluso más miradas. <strong>En</strong>tonces,<br />

t ,;<br />

1<br />

¡<br />

i<br />

1<br />

;¡<br />

1<br />

o<br />

.Xn!óibit;wid aguda<br />

'f tJl:l)CCiatNa<br />

Oc vcr9üen.ia, wrt,a,ción<br />

y ltumiHación<br />

Figura 6·2.<br />

Rastrea constantemente<br />

su entorno intcrpcrson.al<br />

en busca ck signos<br />


218<br />

T ras:tomos de la ~rsonalidad tn la vida moderna<br />

el tiempo comienza a ir más despacio y se siente como si la hubieran «desenmascarado». Al<br />

quedar expuestos todos sus defectos, empieza a sentirse avergonzada, con lo cual se dispara<br />

su nivel de ansiedad, y acaba presentando una verdadera crisis de angustia.<br />

Muchos evitadores emprenden una forma de defensa cognitiva diseñada para romper este<br />

círculo vicioso que no tiene fin. A fin de recuperar cierto sosiego. empiezan a raalízer una serie<br />

do rcinterpretaciones y digresiones para bloquear, destruir y fragmontar. de una manera activa,<br />

sus propios pensamientos. tratando de desconectar las relaciones entro lo que ellos ven. el sígniñeado<br />

que atribuyen a sus percepciones y los sentímlentos que experimentan en consecuencia.<br />

Para defenderse. destruyen de forma intencionada la claridad de sus pensamientos introduciondo<br />

distracciones que no vienen aJ caso, ideas tangenciales y emociones discordantes.<br />

<strong>En</strong> lugar de dejar que las asociaciones amenazadoras 18.c¡ abrumen todavía más. introducen de<br />

una manera conscienle pensamientos y emociones irrelevantes en el flujo cognitivo para desplazar<br />

los contenidos cargados de ansiedad y sustituirlos por asociaciones más neutras. <strong>En</strong> rea·<br />

lídad, han aprendido a alterar el procesamiento automático de estimulacléu mediante W1 tipo<br />

de interferencia cognitivo que practican de una manera consciente. Para algunos. esta estratogia<br />

acaba siendo automática y entra a formar parte de sus rasgos de personalidad. Aparentemente.<br />

estos icdívlduos se pu0001'l parecer a las personalidades esquizotípicas.<br />

<strong>De</strong> forma similar a como actuaría une droga, esta estrategia de intorferencia cognitiva<br />

puede conseguir una reducción de la ansiedad. pero esto se produce a expensas do la clartdad<br />

cognitiva. Como consecuencia de interferir de manera habitual en el Oujo natural de<br />

los procesos cognitivos. los evitadores serán menos capaces do onfnmtarso a Los acontecímíentos<br />

do una manera racional y eficiente. Al poder atender menos a las características más<br />

importantes de su entorno, tendrán menor capacidad para centrar sus pensamientos o ros·<br />

ponder con lógica ante los acontecimientos. Además. su pensamiento se vuelve tan disperso<br />

y confuso que no pueden aprender nuevas formas de afrontamiento. <strong>La</strong> comunicecíon social<br />

también se puede volver irrelevante y tangencial, oon Jo que las demás personas acaban alterando<br />

todavía más las respuestas al evítador, <strong>En</strong> su intento de reducir los pensamientos intrusos<br />

y perturbadores, acaban siando víctimas do un mecanismo do afrontamiento que todavía<br />

agrava más sus dificultades iniciales y que acabará acentuando la alienación que sienten<br />

respecto a sí mismos y los demás. El coso do Allison no pareoe ser tan grave. Aunqoe se<br />

síeuta abrumada desdo el punto de vista cognitivo, no trata de alterar (de forma activa o automática)<br />

la coherencia do Jo consciencia de sí misma para protegerse ante el sufrimiento.<br />

oosa que sí ocurra con Sean. el segundo caso que hemos expuesto (v. caso 6-2).<br />

Además do los modelos de procesamiento de la información. la perspectiva cognitiva<br />

sostiene que las creencias sobre ol mundo. sobre uno mismo y sobre los demás -es decir.<br />

los contenidos cognitivos a los quo hemos hecho rcforencia-- son básicas para detenninar el<br />

comportamiento (Dock et al., 1990). <strong>La</strong> influencia do los esquemas en la mediación conductua)<br />

se puede demostrar volviendo a interpretar los rasgos y los criterios diagnósticos de un<br />

trastorno determinado. tal como hacemos en los párrafos síguieutes. Los teóricos cognitivos<br />

entienden por creencias básicas aquellos creencias que la persona considera absolutamente<br />

verdaderas para siempre; los factores en ol mundo pueden cambiar, poro la validez de di·<br />

chas creencias siempre perdura. por lo general a un nivel inferior de conciencia. <strong>La</strong>s creencias<br />

básicas iníluyen do forma poderosa en la organización do otras creencias, sobro<br />

todo en la predicción de las consecuencias que pueden tenor diferentes líneas de actuación,<br />

que se expresan como creencias condicionales. es decir, afirmaciones de «si... entonces»<br />

que dep;,nden del comportamiento del sujeto. A su vez. las creencias condicionales alimentan<br />

las creencias instrumentales, ideas sobre el modo en que el individuo puede ejercer una<br />

influencia en el mundo.<br />

Los criterios OSM·IV para la personalidad evitadora pueden couceptuelizerse en términos<br />

de dos creencias básicas. dos creencias condicionales y tres creencias instrumenta-<br />

Copyrighted material


Capitulo 6. PttSOnaltdad tvitadota<br />

219<br />

les (fig. 6·3). Es posible que existan otras formulaciones, según el grado de detalle que se<br />

desee en cuanto a creencias básicas. Por ejemplo, el primer recuadro de la figura 6·3. ¿cons·<br />

lit u ye una sola creencia básica, como se dice aquí, o se trata en realidad de cuatro creencias<br />

básicas. una para cada parcela de la imagen que uno tiene de sí mismo? <strong>De</strong>bido a que entre<br />

estos descriptores sólo existen pequeñas diferencias, hemos decidido agruparlos. <strong>La</strong>s creen·<br />

etas básicas deben ser globales y generalizadas. ya que influyen en el resto de creencias que<br />

se encuentran por debajo de ellas en la jerarquía del esquema. Por ello. la figura 6·3 subsume<br />

el primor criterio diagnóstico DSM-IV en una única creencia básica. Estas traducciones<br />

directas son raras y so dan sobro todo en el ámbito de la imagen que uno tiene de sí mis·<br />

mo. Asf. el criterio 6, «Se ve a sf mismo como inepto desdo el punto do vtsta social, poco<br />

interesante como persona o inforior a los demás» (pág. 681), se traduce directamente en<br />

la creencia: «Soy inepto, poco Interesante e inferior».<br />

Por otra parte. si observamos la figura 6-3 podemos ver que algunos criterios dia.gnós·<br />

ticos reflejan la misma crooncia instrumantal, sólo que se expresa en strueclones diferentes.<br />

Asf. por ejemplo, el primer y el cuarto criterio son casi iguales, salvo que el primero hace re·<br />

íerencia a aspectos laborales y el cuarto a aspectos sociales. E.I segundo criterio repite casi<br />

Crttncia<br />

WJ.ica<br />

Crttrteia<br />

condiOOnal<br />

Crcenoa<br />

ins.tn.imtntal<br />

Criterios<br />

diagnóstioos<br />

Soy ii,cp,o,<br />

por ta~~ tcr,go<br />

que rcl.óoflarmc<br />

""''°'"' mt 11:tNnral'I .....<br />

.. por t..lnto. ruMa<br />

t'l'lt l1'!1C10l'\ltlt<br />

con nad e. a menos<br />

que t1­tt ~uro<br />

de q11t le~ ac>radar#<br />

o qU( me a(cp~n<br />

,h.--..<br />

(6) Se "e a,; ml'.SmO sociall"lenk inepto,<br />

1l'lt1bl !­­­­~­­­­­­­­­­­­­• pcrson¡lmcnte poco intcrcsa:nte<br />

inad«'Uado,<br />

il'lf~<br />

o nfcoor a ~ c.kmh<br />

{t) ~ira lr.ib;tJ~OllictMoadoquc<br />

,mpliquen u:n contacto mterpersonaJ<br />

impottame debido al miedo<br />

a l.is CT":tica\ ta druptnb~Of'I<br />

od rtchno<br />

o m,enosprt&.i'in. (4) Esta prC'OC\ipado por ta po~1bit1dad<br />

de ~er criticado o rcC"tlazado<br />

en las sit\lac:iotlcs ~loes<br />

t<br />

§<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

j<br />

1<br />

o<br />

Figura 6­3.<br />

po, t.nto, SI rtcnto<br />

hacer alg1.ma cosa,<br />

l)rOOJl>letntntc<br />

fta(a~att<br />

por t:wlfl'), {l'tldr(<br />

'­­­­­~ 0qi,,,r<br />

JOOl)1.ar u;ia car:1<br />

falsa v no tM.(1l;n1o<br />

mi ... cro~cro yo (3) l)t,m~ rt;i,rtS*' en 1-,. rr1.:1Clno<br />

lntimu dcbodo al m.cdo a ser<br />

awr9()flzado o ridiasl!Qdo<br />

por 1.1t1to. rvoca<br />

intt-ntal'i hxcr<br />

n.-da "KIC'\'O ••<br />

(2) b ruoo a lr'l'plia~ eee la gente<br />

s• no ts1i seguro de coe y¡ a agr.ld.ar<br />

(;) ~ WI btdo en l8S s~.a~<br />

intf'Tpl'l'5(ltlales tlllt'V3'$ a ea .Ka<br />

d,e scnllf"litntM de lnlcrlondad<br />

(71 b txlrCf'l\l'ld3mtl'IIC r('.ictO 3 correr<br />

r1esgos pcl'$0f\ii(S o a ,mplicarst<br />

en nuevas .k'ttvióaddo dd>odo<br />

a que putd.n '$C'f comprOf"ll'tcdora'$<br />

Creencias y pcrsonalid-td Mtadora (parcialmcntt extnaído ee Beck y Fr«man, 1990).<br />

Copyrighted maiertal


222<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personal.dad en la vida moderna<br />

Tabla 6-1.<br />

­<br />

Ámbitos fu!M:ion,1lcs<br />

Ámbitos cstnic:turalcs<br />

Af~nodo<br />

Comportamiento Presenta un cstido de inquktud y lmagcn X ve c1 ~ m~o ~i,1!mtntc inepto.<br />

expresivo df:sasosic,go. ee temor, vacilación e de sí mismo infflalado e inferior, lo que ;ustifia,<br />

impaciencia; reacciona exagerada- d .i•.s&am-c:nto y d r,c,cMzo lfUC' rtcibc<br />

mente a acontecim~ntos inocuos y<br />

OC los (km.is; se siente poco at.ractilos<br />

juzga ('Of'I ansitdad como si signi-<br />

vo


Capitulo 6. Ptrsooatidad (Vitadora<br />

223<br />

nos en edad escolar ya muestran las inseguridades sociales y las tendencias a la aversión<br />

que más adelante les caracterizarán de un modo más preciso. Pero para muchos jóvenes, los<br />

mecarrísmos del reírahntento y lo enajenación social sólo se han desarrollado en un grado<br />

mínimo cuando se enfrentan por primera vez a los retos de las actividades en grupo con sus<br />

compañeros, Para ellos, las probabilidades de potenciar y mejorar sus competencias y de<br />

desarrollar las habilidades necesarios p8.1'8 una adaptación social eficaz siguen siendo buenas.<br />

a no ser que experimenten rechazo. aíslamlento o las terribles consecuencias que conlleva<br />

la burla de sus compañeros.<br />

i o<br />

Diferencias con otras personalidades afines<br />

Los evitadores comparten rasgos con distintas personalidades. Tanto los evitadorcs<br />

como los c-squizoidcs se aíslan del mundo do las relaciones interpersonales, aunque por<br />

diferentes motivos. Los verdaderos csquizoides se muestran indiferentes al entorno social o<br />

se aíslan de una manera pasiva. Carecen de fuertes impulsos y emociones, y casi no aprecian<br />

los matices sutiles de la comunicación humana. Por el contrario, los evítadores rebosan<br />

ansiedad y son hipersensibles a la más mínima crítica .. Los esquizoides no consideran<br />

reforzadoras las relaciones interpersonales: los evitadorcs las consideran punitivas. Mientras<br />

que el paisaje mental del esquizoide es una gran llanura vacía e indómita, los evitado·<br />

res suelen recurrir a una vida muy intensa de fantasía como vehículo para compensar sus<br />

limitaciones sociales. Su necesidad de afecto y proximidad puede verterse en la poesía.<br />

sublimarse en lemas tntelectueles o expresarse en actividades artísticas que muestren un<br />

elevado grado de detalle y sensibilidad. Se inventan un mundo imaginario para sustituir el<br />

mu.ndo real que quieran evitar. Por ejeooplo, Sean está muy interesado en los lenguajes informáticos<br />

y la programación. <strong>De</strong>bido a que el ordenador hace ex.actamante Jo que ál pide<br />

sin emitir ningún tipo de juicio de valor, se ha convertido en su «palio de recreos.<br />

Por ülrlrno, los proCQSO.


224<br />

Trastomos dt la ptrsona1idad en la vida moderna<br />

creen que la causa de eso desprecio es su propia inferioridad. mientras que los paranoides consideran<br />

que son los demás quienes tratan de anularles. Paranoides y evítadores son reacios<br />

a confiar en los demás. El principal temor del ovitador, sin embargo, os ser humillado, y el<br />

del paranoide es que le traicionen y que otras personas puedan utílizar en su contra la in·<br />

formadón que ellos han transmitido. Ambos tienden a estar sumidos en la soledad total, un<br />

hecho del que los evitadores suelen ser muy conscientes. El paranoide se ve a sí mismo<br />

como un fuerte aislado que siempre está amenazado por ataques externos y no aprueba la<br />

soledad por ser une vulnerabilidad molesta. Además. los paranoides tienden a ser reservados,<br />

sin sentido del humor y embotados desde el punto de vista de la estética, mientras<br />

que los evítedcres muestran sensibilidad, un buen sentído del humor y, a menudo, una ca·<br />

pacidad artística muy desarrollada.<br />

Por último, los evítadoras, dependientes, compulsivos y negauvístas forman parta del<br />

grupo denominado ansioso. personalidades para las que la ansiedad es un importante as·<br />

pecto vital. Los evitadores y los dependientes manifiestan profundos sentimientos de inadecuación<br />

personal. pero difieren en su respuesta a la percepción de esa inferioridad.<br />

Cuando se ven amenazados por sentimientos de indefensión, los dependientes intentan atar<br />

aún más a los otros para que permanezcan a su lado y lo hacen incrementando su sumisión<br />

e intentando ser todavía más complacientes. Los evitadores suelen ser muy eficaces en<br />

situaciones no sociales. los dependientes no. Los evitadores huyen ante e.l primer signo de<br />

evaluación negativa; los dependientes se quedan e intentan agradar a los demás. Los evita·<br />

dores y los compulsivos comparten la ansiedad de ejecución y el temor a ser evaluados, que<br />

modulan con extraordinario autocontrol. Sin embargo. mientras que los compulsivos suelen<br />

ser capaces do sublimar su ansiedad y convertirla en una preocupación con normas. detalles,<br />

listas. etc .. los evitadores suelen reaccionar limitándose a alejarse de las situaciones<br />

sociales.<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

A menudo se considera al evítador como la «personalidad ansiosa». No es sorprendente.<br />

por tanto, que sea muy vulnerable a varios síndromes clínicos. quizá más incluso que<br />

cualquier otro patrón de personalidad. <strong>En</strong> consecuencia. este apartado es algo más extenso<br />

que los dedicados a otras personalidades. Como siempre. 05 importante recordar que existe<br />

uno lógica que relaciona el patrón de personalidad con sus síndromes asociados del Eje l.<br />

Por ejemplo, los evitadores que presentan crisis de angustia, como le ocurre a Allíson, lo harán<br />

por razones diferentes que los dependientes. A medida que vaya leyendo los siguientes<br />

párrafos. intente identificar la relación entre personalidad y síntoma.<br />

<strong>Trastornos</strong> de ansiedad<br />

Dc-bido al rechazo crónico. las duras críticas de los cuidadores. la predisposición hereditaria<br />

y los factores similares, las habilidades interpersonales de los evitadorcs son muy<br />

poco adecuadas para las exigencias sociales y los retos cotidianos que deben afrontar. Muchos<br />

intentan adaptarse reduciendo al máximo sus relaciones interpersonales. Sin embargo.<br />

se quedan atrapados en un círculo vicioso. ya que, cuanto más aislada esté una persona,<br />

más fobia social manifestará. Otros, que no logran adaptarse, acaban presentando un trastorno<br />

de ansiedad. <strong>La</strong> ansiedad generalizada y la fobia social son probablemente los más<br />

frecuentes en el ámbito de los trastornos de ansiedad, aunque e.l trastorno obsesivo-compulsivo<br />

también puede observarse a menudo (Rodrigues y <strong>De</strong>l Porto, 1995). <strong>La</strong>s crisis de angustia<br />

también son posibles. como en el ceso de Allison.<br />

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C,pituJo 6. Ptrsonalidad tvitad0


226<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida modcma<br />

esperada. Ua ejemplo as el miado a contaminarse por gérmenes. Por otra parte, las compuJsiones<br />

son comportamientos no deseados. como rituales de comprobación o lavado,<br />

que el individuo se ve «obligado» a realízar. Si se resisten a realizar la compulsión, la 011·<br />

siedad aparece y se Incrementa. Si estos síntomas se interpretan como funcionales, se puede<br />

establecer una continuidad con el trastorno de la personalidad. <strong>En</strong> primer lugar, las<br />

obsesiones y las compulsiones sirven para distraer a los evitadores de los oonstantes pensamientos<br />

sobre su propia inadecuación. <strong>De</strong> forma parecida, las preocupaciones obsesivas<br />

o compulsivas pueden contrarrestar los sentim.iantos de alienación o despersonalización<br />

proporcionando a los evitadores (sobre todo a los más retratdosl pensamientos y comportamientos<br />

que les aseguran que existe alguna realidad tangible en la vida. <strong>La</strong> alteración<br />

de la atención sin duda desempeña un papel, aunque explicar por qué una obsesión o<br />

compulsión se ooutra eu un determinado tema parece estar foera del alcance de la perspectiva<br />

cognitiva.<br />

Síntomas físicos<br />

Muchos trastornos de la personalidad presentan síntomas físicos, que en al DSM-IV<br />

se conocen como trastornos somatomorfos. <strong>En</strong> cada caso, el hilo común es la presencia do<br />

síntomas físicos que no pueden explicarse por una enfermedad médica o una enfermedad<br />

real. M(tJtiples factores hacen de los síntomas flsicos un candidato ideal para algunos fines<br />

psicológicos ocuJtos: todas las pruebas médicas tienen un determinado margen de error. las<br />

porcopciones físicas son muy subjetivas y la medtcína es una ciencia inexacta. Es más,<br />

casi todo el mundo ha oído historias terribles sobre médicos incompetentes que pasan por<br />

alto verdaderos problemas. obligando a sus pacientes a quejarse todavía más para poder<br />

recibir la atención adecuada.<br />

Los evitadores pueden utilizar los síntomas físicos para resolver problemas de afrontamiente.<br />

<strong>En</strong> primer lugar. los síntomas somáticos pueden emplearse para contrarrestar los<br />

sentimientos de despersonalización o disociación, para que los evítadores puedan asegurarse<br />

de que eJJos mismos son reales. <strong>En</strong> estados más graves. y debido a su aislamiento social<br />

y a las preocupaciones sobre sí mismos, estas sensaciones corporales evolucionan hasta<br />

convertirse en experiencias extravagantes y delirantes. <strong>En</strong> segundo lugar, los síntomas somáticos<br />

pueden ser utilizados como distracción, para que la atención no se centre en su<br />

mundo interno dominado por la humillacíón. Si todos se centran on el problema. al menos<br />

no estarán pendientes de su persona. <strong>En</strong> tercer lugar, los inexplicables sentimientos de fati·<br />

ga o dolor incapacitan te pueden servir para justificar el aislamiento social. sobre todo cuan·<br />

do los demás ya están saturados y exigen quo ol evitador busque trabajo o se enfrente al<br />

mundo de forma adecuada. <strong>En</strong> este caso, el problema ftsico sirve como factor de distracción<br />

para todas las partes implicadas.<br />

Parece ser. aunque no hay datos que lo confirmen, que un trastorno con presencia da<br />

síntomas físicos. el trastorno dismórfico corporal, puede presentarse coo frocuencia en el<br />

contexto de un patrón evitador. Los individuos con este trastorno están preocupados por al·<br />

gúu defacto imaginado dol aspecto físico o por una leve anomalía física, quizá por la forma<br />

de su nariz, ol tamaño de su mandíbula o la delgadez del cabello. Su preocupación es tan<br />

intensa que pueden referir sentirse atormontados o avergonzados. AJgunos se aíslan por<br />

completo de la sociedad o salen de su casa sólo por las noches, cuando la oscuridad oculta<br />

su «fealdad». Otros se pasan horas axamíuando su defecto ante un espejo. <strong>La</strong> evitación extrema<br />

del compromiso social debido a una vergüenza exagerada sugiere características de la<br />

personalidad evitadora. Stone (1993) presenta este tipo de casos. <strong>De</strong> forma similar, los evitadorcs<br />

no desearían tener un defecto físico que pudiera llamar la atención sobre sus otros<br />

defectos.<br />

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tapltulo 6. Ptl'SOnalidad cvit3dora<br />

227<br />

<strong>Trastornos</strong> disociativos<br />

<strong>La</strong>s personalidades evitadorss, límites y contraproducentes (masoquistas) algunas veces<br />

experimentan estados disociativos (Ella.son ot o1., 1095, 1096). Para el evltador, los sentlmientes<br />

do enajenación frente a sí mismos pueden aparecer como una maniobra. protectora<br />

para disminuir el impacto de la esnmulacíón excesiva. el dolor do la humíllacióu social o la<br />

baja autoestima. Sin un sí mismo bien integrado en el que pueda andarse la experiencia.<br />

los ncontecimícntos pueden parecer desconectados, efímeros o irreales. Los estados disociauvos<br />

también pueden tener sus orígenes en el uso intencionado de la interferencia cognitiva.<br />

mediante la cual los evitadores se desconectan de )os propios sentimientos y pensamientos.<br />

<strong>La</strong>s experiencias de amnesia pueden producirse en ocasiones como una expresión de autorrechazo,<br />

una negación de la propia identidad como mecanismo de protección.<br />

<strong>Trastornos</strong> depresivos<br />

Los evitadores son muy vulnerables a los sentimientos depresivos. Aunque a Allison<br />

se lo diagnosticó una crisis de angustia, desde un punto de vista objetivo su estado es depresivo.<br />

Aunque los evitadores tratan de aislarse do los lomares y del dolor que les provocan<br />

las situaciones interpersonales. muchos sólo pueden conseguirlo en parte. Es más, el aíslamiento<br />

es agridulce y ocasiona oonfltctos. ya que los evítadores siguen deseando una existencia<br />

de salisfac


228<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personaltdad en la vM:ta modtrna<br />

mas positivos. Por tanto. los esquizofrénicos esquízoides mostrarán una hiporreactividad<br />

crónica y déñcít afectivo. <strong>De</strong>sde el punto de vista cognitivo. esta falta de interés y motivación<br />

les arrastrará de un pensamiento vago e irrelevante a otro. <strong>De</strong>sde un punto de vista Iuterpersonal.<br />

se mostrarán oompletamonto apálicos por su indiferencia interpersonal. <strong>En</strong><br />

cambio. los esquizofrénkos evítedoees mostrarán u.n astado de hipervtgilancia y emociones<br />

inarmónicas. <strong>De</strong>sde el punto de vista cognitivo, su tendencia a distraerse del dolor y <strong>La</strong> humillación<br />

interflriendo en su claridad cognitiva los hará parecer desorganizados, fragmentados<br />

o incoherentes. <strong>En</strong> cuanto al ámbito interpersonal, tenderán a dcsarrolJar ideas delirantes<br />

paranoides como defensa contra las voces parentales críticas quo han ido tnternaltzando<br />

durante la infancia. <strong>En</strong> efecto, su temor a la crütca pasa a adoptar la forma do ideas<br />

delimnt.es do porsecución, segun las cuales los demás van a la caza do sus defectos. maquinan<br />

paro dejar aJ descubierto sus puntos débiles o planifican en secreto un ataque humillante.<br />

I TERAPIA<br />

Si bien el evitador es uno de los trastornos de la personalidad más frecuentes en la<br />

práctica clínica. en él se combinan muchos factores que booon que tonga muy mal pronostico.<br />

<strong>La</strong>s características más básicas del evitador están totalmente en contra de los requisitos<br />

básicos de la psicoterapia. Dicho ea pocas palabras. los evítadores evitan. Tal es la intensidad<br />

de su deseo de apartarse de la vergüenza y la hwnillación que muchos emplean es·<br />

trategias defensivas diseñadas para bloquear de su propia consciencia estos sentimientos.<br />

Sin embargo. para que una terapia sea eficaz. es necesario exponer de forma abierta los pensamientos<br />

y las emociones. al menos hasta cierto punto. con lo cual es necesario centrarse<br />

en uno mismo y en la percepción do sus deficiencias. El mero hecho de considerar la prlmera<br />

cuestión 1.orapéutica-«¿Qu6 es lo que me gustaría cambiar de mí mismo?•- puedo<br />

rosuhar demasíado horrible para los casos más graves, muchos de los cuales nunca llegan<br />

a terapia o la abandonan enseguida. Como vimos con Sean, al evitador Je resulta complica·<br />

do hablar de los defectos quo percibe en sí mismo, incluso ante alguien cuya función so<br />

supone que es ayudarle: el terapeut.a.<br />

Trampas terapéuticas<br />

Los evitadores requieren gran paciencia y atención. <strong>De</strong>bido a que casi lodo en su vida<br />

es percibido como una fuente dolorosa de evaluación negativa, son muy reacios a expresarse<br />

abiertamente. <strong>En</strong> consecuencia, necesitan saber que el terapeuta es diferente y que la<br />

relación terapéutica será diferente. Es esencial conferi.r seguridad, ir despacio y mostrar<br />

aceptación. Cuando los evitadorcs perciben impaciencia. enseguida se sienten juzgados.<br />

criticados y atacados y. como consecuencia. su impulso inmediato es retraerse. Por otra par--<br />

te. los evitedores suelen temer tanto defraudar a los demás que pueden llegar a simular su<br />

mejoría o decir lo que el terapeuta quiere escuchar. Al hacer esto. ellos mismos se crean una<br />

eficaz encerrona que no les dejará otra vía de salida que abandonar la terapia cuando vean<br />

que ya no pueden cumplir las expectativas posteriores. A menudo esto deja al terapeuta en<br />

un estado de confusión y sorpresa.<br />

Es necesario que los evitadores sepan que pueden decir «ahora me estás for1 . ando demasiado»<br />

sin que so destruya la relación ni despierten la ira do aquellas personas a las que<br />

respetan. Todas sus relaciones funcionan desdo a] supuesto do que cualquier revelación<br />

acabará siendo castigada. EJ evítador debe percibir quo la relación terapéutica es un entorno<br />

lo bastante seguro y auténtico como para poder mostrarse firme sin experimentar temor<br />

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Capíwlo 6. Ptrsonalidad C'Vitadora<br />

229<br />

a ser condenado por ello, como acabó haciondo Sean. Se trnta de un indicador da progreso,<br />

si bien es verdad que dichos niveles de confianza consrítuycu un dcscuhrimi.ento importante<br />

paro muchos pacientes, descubrimiento que parte del proceso terapéutico global. Muchos<br />

avítadores consideran quo hablar de la transferencia y de le conlrat:ransferencia es demasiado<br />

amenazador, al memos al principio.<br />

<strong>De</strong>bido a que la conñanza es una cuostión tan importante, los evitadores han apreudido<br />

maneras de comprobar en quién pueden confiar y en quién no. A veces imponen pequeñas<br />

frustraciones a los demás para valorar su reacción. <strong>En</strong> ocasiones ponen una excusa<br />

para cancelar las visitas. las programan en un momento inconveniente o simplemente no so<br />

presentan. Lo que se están preguntando en realidad e intentan averiguar mediante estos<br />

comportamientos es: ¿Qué faciJidad o voluntad tiene osro individuo para convertírso en una<br />

prolongación de mi propio superyó punitivo? ¿Tratará de castigarme como hace todo el<br />

mundo? ¿O puedo confiar en él o ella? Si la otra persona se acaba mostrando critica. hostil.<br />

lmpncienle o indiferente, babeé fracasado ea eJ test.<br />

Estrategias y técnicas terapéuticas<br />

Aunque es probable que la confianza siga siendo un aspecto importante a lo largo de<br />

toda la terapía. a medida que se vaya estableciendo un sentimiento básico de seguridad el<br />

terapeuta tendrá más libertad para centrarse en otros problemas. <strong>La</strong> imagen de ineptitud<br />

que el evitador Ueno de sí mismo, sus temores interpersonales a la exposición y al rechazo.<br />

y su uso defensivo de la distracción para aliviar el dolor de la mera conciencia de sí mis-<br />

1110 y de sor tal y como es están profundamente relacionados.<br />

Trabajando desde una perspectiva cognitiva, Beck ot al. (1090) sugieren que, una vez<br />

establecida la confianza. deben abordarse los sentimientos do baja autoostima atacando de<br />

fonna activa pensamientos aut.omátioos como: «No sirvo para nada, soy u.11 inútil. 1'ongo do.<br />

foctos. Los demás se burlarán de mf». Esto ayuda al paciente a descubrir errores do pensamiento<br />

que comete ea la vida diaria, errores que contribuyen a sus sentimientos dolorosos y<br />

a sus problemas. Además. muchos evitadores tienen rasgos adnúrables que se han quedado<br />

perdidos al centrarse do fonna implacable en sus propios fallos. Los sentimientos gonernhzados<br />

do minusval.ía pueden moderarse y compensarse integrando estas características posíti<br />

vas en un sentido del sí mismo más completo y equilibrado. Por ejemplo. una evaluación<br />

objetiva de Sean podría subrayar sus excelentes calificaciones y su gran habilidad con los<br />

ordenadores. cosas por las que puede sentirse orgulloso. Si se pudieran integrar en el osquema<br />

de sí mismo aumentaría su autoeslima y. con ella, su deseo de empezar a relacionarse.<br />

Otras técnicas combinan elementos cognitivos y conductuales. $4} puede mejorar la tolerancia<br />

a las situaciones interpersonales haciendo quo al paciente Imagíne las situaciones<br />

socíales que lo generan emociones nega1ivas para explorarlas junto al terapeuta en el despacho.<br />

<strong>En</strong>tonces so Je pido quo explique sus pensam ion tos automáticos y se analizan (Beck et<br />

al., 1990). Esta técnica combina elementos cognitivos e interpersonales, que se puodon utilizar<br />

para probar nuevos compcrtamientos con un determinado grado do ansiedad. antes de<br />

enfrentarse directamente a las situaciones sociales reales. Cuando el evitador comienza a<br />

sentirse más cómodo c:on estos ensayos expcrime.nta1os. se puedo elaborar una jcrorqufa<br />

complota en la que consten todas las situaciones ansiógenas ordenadas según el grado de<br />

ansiedad que provocan. y so lo pide al individuo que intento hacer una predicción exacta<br />

do lo que ocurrirá en cada situación. <strong>En</strong> o) mejor de los casos, el paciente pondrá en práctien<br />

estas predicciones en la propia realidad, y sus resultados se comentarán en las sesiones.<br />

El evitador irá avanzando en la jerarquía de las situaciones, siempre que consiga superar y<br />

sentirse cómodo en cada una de ellas. <strong>En</strong> el caso de que los sujetos sean reacios a poner en<br />

práctica sus predicciones, se les puede pedir que hagan un role­ployins, en el que el tora·<br />

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230<br />

Tras:tomos de 13 ptrso,,atidad M la vida moderna<br />

pcuta asume las funciones de la otra persona. Para ayudar a prevenir las recaídas, so puede<br />

enseñar a los pacientes a utilizar la ansiedad como un signo para evaluar los pensamientos<br />

automáticos desadaptativos. registrar los pensamientos que producen comportamientos<br />

ovttadores y obtener las pruebas necesarias para minar de fonna activa sus propias croencías<br />

irracionales, y planear con tiempo estrategias realistas para afrontar las situaciones difíciles.<br />

Esto enfoque probablemente resultaría muy efeclivo con Ali lscn, dado que la ansíedad<br />

constituye una parte importante de su vida.<br />

Por (t)timo. debido a que las técnicas coguitlvas implican no estar de acuerdo con el<br />

sujeto, interrumpirlo o redirigirlo. se recomienda explorar desde el principio los aspectos<br />

trensferenciales que se generan como cousecueucia de estas actividades. <strong>De</strong> no ser así, el<br />

evttador puedo pensar que el terapouta es demasiado crülco, o que tiene una actitud de rechazo,<br />

y concluir: «Tongo tantos defectos que no puedo funcionar nl siquiera con mi terapeuta».<br />

Beck et al. (1990) sugieren que los pacientes valoren el feedbock del terapeuta en<br />

una escala del O al 100%, para poder evaluar así la confianza del paciente en el terapeuta en<br />

función del feedlx.1ck obtenido. Todo este tipo de actividades hace aumentar la competencia<br />

social, a la vez que ayuda al individuo a cuestionarse la validez de los pensamientos automáticos.<br />

según los cuales estar expuesto a cualquier humil1aci6n es algo muy doloroso y<br />

difícil de soportar.<br />

El aisJamiento social que los evitadores utilizan como medida defensiva ante la crítica<br />

sólo sirve para confirmar sus expectativas pesimistas. <strong>De</strong>sde una perspectiva interpersonal,<br />

Benjamiu (1996) insiste en la experiencia interna del evi.tador, en el origen en la historia<br />

del desarrollo y en el efecto que tiene en el proceso terapéutico. Subraya do nuevo que<br />

al bajo concepto que tlenen de sí mismos les bece vulnerables y pueden ser fácilmente heridos<br />

por el terapeuta. Por ejemplo. no es difícil imaginar que Sean o Alllson se sentirían<br />

mucho más cómodos con Qui Rogers que con Albert Ellis.<br />

A diferencia de otras formuJaciones. Benjamin también sugiere que bajo la apariencia<br />

de reucencte y desasosiego descansa une importante reserva de ira. <strong>De</strong>bido o. su hipersensibilidad,<br />

la sugerencia más leve puede ser considerada como una humillación. Como temen<br />

hablar de estas heridas. los evitadores las guardan en su interior. hasta que un día se<br />

derraman y emergen. Según Benjamín. el antídoto para 8SIB patrón es la empana precisa y<br />

el apoyo sin críticas. <strong>De</strong>bido a que el mensaje interpersonal subyacente en el evítedor durante<br />

su infancia ha sido «No conífcs en los demás, tiones tantos defectos que sólo tu familia<br />

podrá quererte». estos sujetos pueden experimentar seutlmientos de deslealtad cuando<br />

hablan sobre su historia familiar. El hecho de presentar la terapia corno un lugar tranquilo<br />

y cálido ayuda a los evitadores a expresar estos sentimientos de una manera segura.<br />

<strong>La</strong>s terapias familiar. de pareja y de grupo pueden resulta.r beneñciosas para desmontar<br />

los patronos que perpetúan la conducta cvttadorn. Con frecuencia, el cónyuge funciona<br />

como capacitador que interacciona libremonto con el mundo. dando el evítedor la posibilidad<br />

de restringir los contactos socia los al mínimo sin que esto conlleve consecuencias ad·<br />

versas. Es necesario que el capacitador entienda su rol como reforzador del comporta·<br />

miento cvitador de su pareja. <strong>De</strong>spués da años de estimular a sus cónyuges evítadoros. que<br />

de repente abandonan su trabajo sin rozón o montan en cólera sin haber hablado antes do su<br />

resentimiento. muchas parejas se encuentran sometidas a un estrés considerable. Los evítadores<br />

son hipersensibles incluso al rechazo de sus cónyuges y se pueden implicar rápida·<br />

monto en relacionas t.riangularos. incluyendo relaciones extramatrimoniales (Ben;amin,<br />

1996). <strong>La</strong>s consideran «seguras» porque les proporcionan la intimidad de las relaciones<br />

sexuales y tambíón un cierto grado de distancia. Como señala Benjamín. la terapia de pareja<br />

no puedo llevarse a cabo mientras sigan manteniendo esa, relaciones secretas. Teadrán<br />

que abandonar al amante secreto que proporciona bienestar y diluye los enfados. en favor<br />

de mejorar la relación con el cónyuge.<br />

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Capitulo 6. ~rsonalidad rvitadora<br />

231<br />

<strong>De</strong>bido a que los evitad ores tomen sobro todo las situaciones sociales, la terapia de grupo<br />

que se lleva a cabo en un ambiento de aceptación y apoyo puedo resultar de incalculable<br />

valor. siempre que el grupo sea sensible a los temores del individuo y pueda responder de<br />

una manera empética. la aceptación cálida por parte de las diferentes personas de un grupo<br />

constituyo un patento contrapunto al rechazo temprano de la familia. Es más, los grupos<br />

suelen ser muy útiles para identificar características positivas on los evitadores, que éstos<br />

no pueden ver en sí mismos o que, simplemente. menosprecian. No hay que forzar a los evitadores<br />

a que interactúen. sino que hay que permitirles que observen desde la barrera has·<br />

ta que se sientan con fuerzas para asumir el riesgo de la exposición. Estos grupos permiten<br />

que los evttadcres dispongan de una oportunidad única de adquirir y practicar habilidades<br />

sociales y de comportamiento en un microcosmos del mundo social. Dadas las necesidades<br />

del sujeto, será mejor evitar los grupos con miembros que se muestran críticos sin<br />

razón (Milloa, 1999).<br />

<strong>La</strong>s teorías psioodinámicas encuadran el comporta.miento de evitación como algo derívado<br />

de lo vergüenza de no adaptarse a las exigencias del ideal del yo. Según esta teoría, el<br />

evitador teme las opiniones de los demés porque no cumplen las normas que tienen internalízadas<br />

y se consideran débiles. con deficiencias y que no agradan. algunas veces hasta el<br />

punto de disociarse como una manera de huir del dolor que les genera su mera existencia.<br />

El tratamiento se centra en entender de manera empática la experiencia de humillación y<br />

malestar, y analizar los recuerdos de la infancia para clarificar las raíces del trastorno. <strong>De</strong>·<br />

bído o que los evitadores emplean la fantasía como mecanismo principal de afrontamlento,<br />

suelen aportar un importante material interpretativo al proceso terepéuüco. <strong>La</strong>s fantasías<br />

de éxito. aceptación y autorrealizacíón pueden ser contrastadas con su vida actual y relecíonadas<br />

con los recuerdos de la primera infancia. Se valoran los seolimientos de vergüenza<br />

como una consecuencia de la comparación del sí mismo con las normas de un superyó<br />

cruel y punitivo. Por tanto, debe prestarse una atención espacial al papel que desempeñan<br />

las figuras parentales en la creación de patrones de eutcccndene. Es necesario que los evitad.ores<br />

so aparten do esas introycccioncs malsanas. Es posible que Allison y Sean hubieran<br />

tenido problemas, pero sus familias los proporcionaron el ambiento negativo en que se oríginaron.<br />

y probablemente dichos problemas se acentuaron.<br />

I RESUMEN<br />

Los evttadores son dolorosamente sensibles a la humiflaclén y desaprobación social.<br />

<strong>En</strong> el DSM-IV, el evitador se describe como una persona que presenta un patrón de ínadecuación<br />

y que teme que sus deficiencias queden expuestas a la crítica y al rídículo. Se han<br />

propuesto algunas variantes del protoUpo. entre las que se encuentran el estilo sensible y<br />

vigilante da Oldham y Morrís y el patrón indeciso do <strong>Millon</strong>, Woiss y Davis.<br />

El patrón básico del cvitador sue.lc combinar rasgos de otras personalidades que se<br />

observan en varios subtipos. <strong>En</strong> el evítador con conflictos, que presenta características de <strong>La</strong><br />

personalidad negativista, el aislamiento básico del patrón evitador se mezcla con la tendeucte<br />

hacia la «guerra de guerrillas» interpersonal del cegetlviste. El evitador hipersensible<br />

tiene características de la personalidad paranoide, pero presenta un mayor contacto con lo<br />

realidad. Los evitadores fóbícos combinan caracterísnces do las personalidades dependiente<br />

y evítadora. y son especialmente proclives a presentar fobias sociales. El evitador interíorizado<br />

es uno combinación do la evítacíén social y la autodcvaluación ansiosa de la persoualídad<br />

depres¡ va.<br />

<strong>La</strong> mayoría de los autores psicodtnámícos siguen considerando que el svitador forma<br />

parte de la personalidad esquizoide. Sin embargo. tres importantes teóricos de esta misma<br />

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232<br />

<strong>Trastornos</strong> d, ta f)e'rsonalidad tn la vida mod"na<br />

orientación describieron unos patrones de personalidad que se aproximaban a] evitador,<br />

aunque de forma distinta. M.enninger (1930) describió la personalidad aislada, Fentchel<br />

(1945) formuló la idea de carácter fóbíco, y Horney (1937) desarrolló el concepto de tipo<br />

aislado. esto es. personas que creen: «Si me retiro, nada podrá hacerme daño». Para defenderse,<br />

los evitad ores interfieren de forma activa en sus preocupaciones y tensiones dolorosas<br />

introduciendo pensamientos irrelevantes o distorsionando su significado básico. Además,<br />

los evitadores se abandonan en exceso a la fantasía y 1a imaginación. oomo una manera de<br />

reemplazar las cogniciones de inadecuación y baja autoestima que les generan ansiedad, y<br />

para satisfacer las necesidades que no pueden cumplir debido a su aislamiento social. Se<br />

puedo considerar que los evítadores tienen un ideal del yo muy desarrollado, con un elevado<br />

nivel de aspíraclones y deseos de autorrenltzación, junt.o a un superyó muy deseprobedor<br />

que constantemente encuentra defectos y censura todo comportamiento. <strong>En</strong> realidad. han internalizado<br />

las normas parentales de conseguir importantes logros y éxito social. combina·<br />

das con la culpa y In vergüenza que sienten por los errores más irrelevantes.<br />

<strong>De</strong>sde la perspectiva cognitiva, el modelo de procesamiento de la información parece<br />

especialmente titil para entender la personalidad evitadora. Los verdaderos contenidos de<br />

las oogntcíones parecen establecer una reciprocidad patológica con la estructura cognitiva,<br />

perpetuando ol trastorno. A modida que los ovitadores examinan su ambiente en busca de<br />

indicios do pe1igro. su sistema de procesamiento de la infonnación se sobresatura por la ex·<br />

cesíva estimulación, con lo cual no podrán atender a otras características. <strong>La</strong> perspecnva<br />

cognitiva sostiene también que las creencias sobre el cmmdo. sobre uno mismo y sobre Jos<br />

demás, son indispensables para determinar el comportamiento (Beck et al., 1990). Los evitadores<br />

creen que sus creencias básicas. que por lo general están por debajo del nivel do<br />

concieacia, son incondicional y eternamente ciertas. Influyen en la organización de otras<br />

creencias, sobre todo cuando predicen las consecuencias de varios cursos do acción y se expresan<br />

como creencias condicionales del tipo «si... entonces ... ».<br />

<strong>De</strong>sde una perspectiva interpersonal. el evitador tiene un sentimiento constante do<br />

desasosiego social. No se limita a un grupo de personas; una sola persona puede activar estos<br />

sentimientos. <strong>En</strong> lugar de afrontar su ansiedad. se escapa de las situaciones Interpersonales<br />

siempre que le es posible. con lo cual sólo consigue perpetuar sus problemas. Al límílar<br />

su margen de experiencias interpersonales, los evítadores serán incapaces do aprender<br />

nuevas maneras de comportarse y. por tanto. no podrán ganar confianza on sf mismos ni<br />

mejorar su valoración persona). Su personalidad parece atraer a las personas que no tienen<br />

ningún reparo en avergonzarlas o ridiculizarlas. El modelo AECS de Benjamín permite describir<br />

el desarrollo interpersonal do la personalidad del evitador; aunque al principio es capaz.<br />

de relacionarse con toda normallded. las duras críticas de sus cuidadores acaban provocando<br />

el desarrollo de una imagen de sí mismos alienada, y la aparición de W1 intenso<br />

autocontrol e inhibición quo les hacen hipersensibles a los errores. Algunas experiencias<br />

traumáticas durante la lnfancia, como el abuso físico, el incesto y los malos tratos. son suñcíontes<br />

para que se desarrollo un patrón de por vida de evitación social y temor interpersonal<br />

similar al del patrón evitado, (Stone, 1993).<br />

Aunque en la mayoría de los casos una predisposictén biológica es insuficiente para dar<br />

lugar a una personalidad evítadora, existen datos que apoyan una cierta iulluencia biológica:<br />

sin embargo. so trata de datos muy especulativos. Algunos investigadores (Siever y Oavis,<br />

1991) consideran que la luhíbtclén/anstedad es una de las predisposiciones psicobíológic .. as<br />

pnnctpales en la personalldad evitadcra. Algunos sentimíentos de inadecuación se originan<br />

en un proceso madurativo lento o irregular. como se puede observar en la alienación del<br />

grupo do compañeros. <strong>La</strong> personalidad evitedora también puede tener un sustrato temperamonta);<br />

aunque la timidez no es específica de la personalidad evitadora. su presencia sugíero<br />

un sentido de vergüenza interna o duda sobre sí mlsrno. característicos del evitador.<br />

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capitulo 6. PfflOnalídad Mtadora<br />

233<br />

<strong>La</strong> personalldad evltadora se concibió por primera vez en 1969, desde la teoría bíopsicosocial<br />

de la personalidad de Mil Ion, como un patrón de aislamiento activo. Los evita·<br />

dores experímentan UJl conflicto entre el deseo de acercarse a lu gente y el temor u la desilusión<br />

cuando tratan de relacionarse.<br />

Los evítadores uenen caractérísuces comunes coa otras personalidades. incluyendo<br />

los esquizoides, los esquízottptcos y los paranoides. Todas constituyen el grupo ansioso.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de visto histórico. les característícas básicas propias de la personalidad<br />

evítadora se han dispersado en lo literatura clínica. Lu personalidad evitadora se ha confundido<br />

a monu.do con otros tipos de personalidad, como la esqulzolde. y se ba llegado a con·<br />

siderar una vía de dcsarrol.Jo de la esquízofrenla. Los evitad.ores son especialmente vulnerobles<br />

a presentar otros síndromes clínicos. Los trastornos de ansiedad, sobro todo la ansicdad<br />

generalizada, la ansiedad social y el trastorno obsesivo-compulsivo son frecuentes<br />

en los evitadores. También son vulnerables a los trastornos somatornorfos, sobre todo al<br />

trastorno dismórfico corporal. al trastorno disociartvo, al trastorno depresivo y la esquizofrenia.<br />

El pronóstico terapéutico para la personalidad evítadora suele ser muy malo. <strong>La</strong>s ca·<br />

roclerísticas más nucleares del evitador están totalmente en contra de los requisitos bastcos<br />

da la psicoterapia. <strong>De</strong>bido a su intensa sensibilidad a la evaluación negativa, la relación<br />

terapéutica es muy importante. Una cualidad indispensable del terapeuta os la paciencia<br />

para poder establecer una relación de confianza con el evitador. <strong>La</strong>s técnicas cognitivas y<br />

cognitlvo­conductuales han demostrado su utilidad, ya que están diseñadas para reducir<br />

la ansiedad social y mejorar la imagen que el evitador tiene de sí mismo. Trabajando desde<br />

la perspectiva interpersonal, Benjamin {1996) sugiera que los evttadores tienen una profunda<br />

reserve de ira y que el antídoto para este patrón es la empatía precisa y el apoyo no crílico.<br />

<strong>La</strong>s terapias familiar, de pareja y de grupo también pueden ser eficaces para desmontar<br />

los patronos quo perpetúan el comportamionto cvitador. El tratamiento psicodinámico<br />

insiste sobre todo en el entendimiento fuertemente empatico de la experiencia de humillación<br />

y vergüenza del paciente. y analiza el papel que han desempeñado las experíencias<br />

tempranas en la formación de las emociones del paciente.<br />

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•<br />

CAPITULO 7<br />

Persona I idad<br />

obsesivo­compulsiva<br />

I Objetivos<br />

• ¿Cuáles son los criterios del OSM-rv para el trastorno obstSivo­compul.sivo de la personalidad?<br />

• <strong>La</strong>s personalidades concienzuda y confo,mista son variantes norma tes de la personalidad compulsiva. <strong>De</strong>scribir<br />

sus caractcristieas y retacionartas con los critctios más patológicos del OSM-N.<br />

• Explicar cómo se combinan los distintos estilos de personalidad para formar cada uno de los subtipos de<br />

la personalidad compulsiva.<br />

• Explicar ti significado de los términos anal­retentivo y anol~xpufsivo SA:gún la tradición psicoanalitic.a.<br />

• ¿Cómo se expresan ros mecanismos de la formación reactiva, la sublimación. anulación y aislamiento del<br />

afecto en la personalidad compulsiva?<br />

• Explicar la importancia de la culpa y la vergüenza en las teorias modernas de las relaciones objetales sobre<br />

la personalidad compulsiva.<br />

• ¿Por qué la conducta interpersonaí de la personalidad compulsiva se describe como ,hipernormal,, artificial<br />

y premeditada?<br />

• Explicar de qué manera el control parental excesivo y el énfasis en la petfe«ión ('Onductn al desarrollo de<br />

la personalidad compulsiva.<br />

• <strong>De</strong>scribir c:1 estilo cognitivo de la personalidad compulsiva.<br />

• ¿Cuál es la creencia fundamental de la personalidad compulsiva?<br />

• El trasto,no ob~­compulsivo de la personalidad comparte características ron otros trastornos d< la personalidad.<br />

<strong>De</strong>tallar COOa uno de estos trastonos y explicar las diftrencias con el trastorno obscsivo--romputsivo.<br />

• ¿QuC: relación existe entre c:I trastorno obsesivo-compulsivo y la personalidad compulsiva?<br />

• ¿Por qué la personalidad compulsiva es propensa al trastorno dismóffico?<br />

• ¿Por qut las personas con un trastomo oosesívo-computsívo de: la personalidad son pacientes dificiles para<br />

la psicoterapia?<br />

• <strong>En</strong>umerar los objetivos terapéuticos del tratamiento de ta personalidad obsesivo-compulsiva.<br />

Todos conocemos a personas que parecen quizá demasiado eficaces. ordenadas y organizadas.<br />

Estos trabajadores virtuosos dedican con grao responsabilidad largas horas a su trabajo. con<br />

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t.apitulo 7. Ptrsonatidad obs(sivo­compulsiva<br />

23S<br />

i s<br />

•<br />

1<br />

i i<br />

1<br />

:i<br />

i o<br />

la intención de asegurarse do que su rendimiento está a la altura del elevado estándar quo se han<br />

impuesto a sí mismos. Intentan hacerlo todo con <strong>La</strong> máxima perfección. ya que el más mínimo<br />

error les genera una gran culpabilidad y el sentimiento de que su trabajo ha sido un desastre.<br />

Su dedícaclóu a la productlvldad es tan rígida y devota que raro vez encuentron tiempo para s1<br />

mismos o para sus íamilias. Suelen destacar por llegar muy pronto al lugar de trabajo e irse<br />

muy tarde. No se van a sus casas hasta haber temúnado la tarea que están haciendo y estar seguros<br />

de que el resultado ha sido perfecto. Se marcan objetivos muy elevados, a veces poco rea·<br />

listas. y esperan lo mismo de los demás. sobre todo de sus subordínados. Cualquiera que se tome<br />

demasiado tiempo libre es tildado de ,gandul» y pierde su respeto por completo. <strong>En</strong> cambio.<br />

contemporizan siempre con todo aquel que tenga alguna poslcíén de autoridad y buscan oportunidades<br />

para demostrar que son personas que se comprometen con una «causa mayor» do forma<br />

desinteresada. <strong>En</strong> su vida privada suelen ser rígidos y dogmáticos en cuestíoues de moralidad.<br />

ética y valores .. Siempre hay que proceder segtú1 las normas y nunca hay que haoor nada<br />

que se salgo. do ollas. Consideran quo sus creencias constituyen la verdad absoluta, hasta el punto<br />

de que los demás les consideran extremadamente tercos. <strong>En</strong>tre los estereotipos se incluyen<br />

el burócrata y el mando intermedio. que controla los detalles pero carece de imaginación.<br />

Este tipo de personas tiene un patrón de personalidad obsesivo-compulsiva; por razones<br />

de: comodidad. durante esto capítulo nos referiremos a ellos simplemente como compulsivos.<br />

Corno demuestra el caso da Oonald (caso 7·1), intentan mi ligar su ansiedad sobre<br />

cualquier circunstancia controlando cada vez un mayor número de detalles (v. criterio 1).<br />

Su lema podría ser «ol éxito a partir dol mlcroconrrol»: la idea do que sí se puedo conseguir<br />

la información suficiente y organizarla de forma adecuada. las cosas funcionarán bien y se<br />

sentirá protegido da cualquier agresión o. al menos. de cualquier reprobación. Por ejemple,<br />

podríamos suponer que es probable que Oonald tenga los pantalones y los calcetines<br />

separados por colaros y ordenados de íonna sistemática. de modo que pueda combinarlos<br />

con antelación para ahorrar tiempo por las mañanas.<br />

Hay que prestar especial atención al primer párrafo del caso. Oonald conoce con exactitud<br />

todo aquello a lo que su estómago es sensible. Cuando acude a une revisión, el médico<br />

no debe preocuparse de que su paciente pueda onutir aJgún detalle importante. El problema<br />

puede ser más bien el contrario, ya que las respuestas de Donuld son damasiado<br />

pormenoetaadas. Si el médico se lo permltiera. DonaJd le expondría un auténtico tratado sobre<br />

sus hábitos alimentarios. subrayando alimentos específicos y cantidades, y comparríendo<br />

todo lo que ha averiguado sobre el toma. Esta situación dejaría al módico en la incómoda<br />

situación de tener que mostrarse de acuerdo con su paciente o arriesgarse a perder la<br />

buena relación con él. A Oonald lo encantan los pormenores, poro tiende a abrumar a los<br />

demás porque espora quo los valoren tanto como ól. <strong>De</strong> hecho. cuando alguien no comparte<br />

su entusiasmo por los detalles. se muestra condescendiente. Los demás pueden estar cometiendo<br />

un error. pero no él. Según Dooeld, cualquier médico qua no le escuche lo suficiente<br />

se está comportando de forma poco profesional.<br />

<strong>En</strong> su vida laboral. la devoción de Douald por el detalle confirma su perfeccicnismo<br />

(v. criterio 2). Se eacrgullece de su capacidad para acabar el trabajo (v. criterio 3) y oonscguir<br />

que esté perfecto. Podamos Imagtuar que límpia su mosa al final do cada jornada laboral y afila<br />

ceda lápiz pern empezar con todo organizado al dtn siguiente. <strong>De</strong> hecho. os probable que Donald<br />

esté orgulloso de haber utllizado este rasgo de su carácter para obtener éxito laboral. <strong>De</strong>sde<br />

su punto de vista, su rápida promoción a un puesto do mando intermedio otorga validez a<br />

la superioridad de su filosofía do vida y justifica su desprecio por el «trabajador medio». al<br />

que. sin duda. considera «poco sistemático» o «descuidado». Siempre rocurrirán o Donnld<br />

cuando haya que hacer papeleo y cualquier torea que requiera controlar los detalles. pero es<br />

poco probable que sea el tipo de persona que el consejo de admintsteaclún tonga en mente<br />

para desarrollar un producto nuevo e ímagínauvo o para elaborar una estrategia corporativa.<br />

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236 Ttastomos 6' la l)trsonalktad en la vida mockrna<br />

I CASO 7-1<br />

Dona Id atvdiO a consulta porqve ttnia intxpficables dolofes de c:stOm.ago v<br />

P(S3,dil1as. éitmprt he tCt!ido un estómago dtlicado•. rdirió. .. Soy mw seesible<br />

a los ractores diC'lctitoSt. A continuación empezó a cnummr «111 todo<br />

lujo óc detalles aida uno tk es.tos fa«orc:s. desde los dlStintos tipos tk ese- ...A<br />

das cxOdcas, c:l 1q>0llo, citrta.s martas de reüescos, hma ambicntes carga~ "V<br />

ces y llcnos de humoº. Rtticntc~nte, este malestar había empuado a lrHC'fft:rir<br />

en su suc:rio y k causaba tcrrorificas e intolerables pesadillas en las que<br />

mago y pesadillas.<br />

Dona Id parece: estar interes.ado en set un buc.n paciente. Se enorgu11ett<br />

de ser capaz de contesta, a las prrguntas con prc'JtStas<br />

suel,n S(r demasiado largas v ofrecen un grado de detalle innecesario.<br />

Sin embargo, pierde el hilo si no se vt ayu-dado p,o.r una c:s.t1uctura<br />

formal. luego welvc a sentirse bien cuando se le sugieh u nl t1·.tbujo y<br />

a 111 producnvldad con t:xdu11ión<br />

di, f¡¡~ ac uvtdedcs de ocio \' In..,;<br />

1ml.i~tadt•ci (no a1rlbulbl•• .i néwsl·<br />

dadus 1. "''llh·nh•,}<br />

~ulO!ildacl •~ in~¡;,.xll,ilid;1el ,•o 1.111'""'<br />

liol'l•:ll •!•• mnralul.id, ,t1!1 .i o vnJ~ro..'<<br />

(no atnbuíblu a la 1~1~~1 lfü.--ac,611<br />

wn 14• t'Ulhml O 1,, nih~1m1)<br />

rias y asistir a la iglcsi.a de forma ,c:gular. Cada vez que se sugiere su im- ""V (5) lnoipeddad 1)1an1 hmr lu!j ol1j,•1c~<br />

plicadón en la más mlnima in00trecci6n se siente oftndido. Ni.mea ha f\J~ d1•~,L~ilttoo1 o inútil,-,;, in,Ju!¡O cuanmado<br />

ni bt~ido. siempre tia sido un bu-en ati0rrador y nunca se ha tomado +Q do oo t11•nen un ,.,!tu ~nlim"ntal<br />

unas vacac1on~<br />

f6) f­:\ re.ido .i dfd,i~ar tareas o Ira·<br />

<strong>La</strong> biogtaffa de Dona$d tll¡'.IUC:a en g1an medida \U situación act\lal. <strong>De</strong> niño se<br />

IM10 ,·n otul$, a no iicr qut'l é:-rto.!i su<br />

~gvraba la aprobación de los demás haciendo 10 qut le malldabat1 y mos- sometan exactamvnto .. ,u numt!ru<br />

tr1n....., ~ · 1ntcrn · en act1VJ0ades · · --•· ,.,.,.rtanas. · como Ice, y colorear. "'--·. nc,,:ucrda · 1ntt:t1· dr. hac,•r la't 00.~1$<br />

(7) Atlup111 un E!.'lhlo nv,,ro 1m nl,111•<br />

lo ,1 1011 ij ,~1011. 1a111u p,,ra él C'Onio<br />

rar.t to-. d1..-más: toniiidonra que 1!1 dl·<br />

noro EL'> algo que ha)• t¡uu uc.1nll11l,w<br />

co,1 ,·i~M~ ii fuhJr;111 mld-.;lrolu,;<br />

tar pintat sin salit'SC' de la r,ya v Stnd, que habia destrozado el dibujo si t\abia<br />

una sola li.nca que se saliera de la raya-. una metáfora de su propia vida,<br />

Fl«ucrda que SU$ padres eran distantes v severos. Si hacia cualq-ukr thiqui·<br />

llada. enstguida redbia un castlgo. Fuera dd colegio. Oonald rara l'ez jt.tgaba<br />

ron ott0$ nil\os porqut sus padftS no ap,obaban su f.llta de modales. S­u.s<br />

padres le llamaba.n afcctuosamet1tc ,nUfflro pequeño hombtc ,. 1•,;fod,,11,..,, 1f,·<br />

k,,; rm tol'J'M~ t'l1t•rittJl•'Jl. 8;u·t.11Jim¡1<br />

Ma,c,mn. lU'lll<br />

• Los núlt'l(tOS in~11 ,~ ~~ lkl caso qw


237<br />

•!i<br />

1<br />

1<br />

j<br />

1<br />

~<br />

i<br />

o<br />

Donald siempre parocc estar en la retagunrdía, retraído, como si esperara alguna catástrofe<br />

inminente. Por ejemplo, torne cometer un error y que sus superiores tomen nota de ello sin<br />

decir nada en una especie de lista negra croada espectñcaments para sus errores. Ya casi se<br />

los imagina diciéndole con voz severa: «Douatd. es tu segundo error este año. To estamos vígt-<br />

<strong>La</strong>nda». ~a es la razón por la que Oonald es tan concienzudo. <strong>De</strong>be cargar oon una voz interior<br />

punitiva quo so asegura de que trabaje siempre bajo el mismo tipo de amenaza que ól utiliza<br />

con sus subordinados. Ésta es la razón por la que Donald no oonña en que sus subordinados hagan<br />

el trabajo de forma competente (v. criterio 6). Oona)d di.ría: «No puedas quitarles la vista de<br />

encima». No puede confiar en que hagan las cosas como él cree que deben hacerse y, sin una<br />

supervisión constante. es probable que incluso el mejor de ellos vuelva rápidamente a lo que ól<br />

consideraría una «irromOOiable vagancia». Peor aún, si lo hacen mal. Dona1d tiene su propia<br />

voz interna que le mortifica. Por tanto, se adelanta a los posibles problemas, se queda hasta<br />

tardo y emplea las horas que haga falta para asegurarse de que todo funciona a la porfocción.<br />

Si fuera usted vecino de Donald y su familia, probablemente le consideraría como a un<br />

ciudadano modelo y con uua sólida base moral Sin embargo, a medida que fuera conociéndolc<br />

mejor, empezaría a vorlo como una persona rígida en materia de valores, ética y moralidad<br />

(v. criterio 4). Donald y su familia siempre van a misa con los niños impecables y Llegan<br />

con puntualidad. Para Dona Id, Dlos es el jefe máximo de su jerarquía. un superior más a quien<br />

debe egredar, pero éste no es un sentimiento consciente. Oonald presenta tendencias rebeldes.<br />

pero no puede permitirse ser consciente de elJas. Por el contrario. las entierra tan hondo que<br />

no puedo verlas y se comporta de forma totalmente opuesta a fin de poder sentirse muy bien<br />

consigo mismo. Dona Id es dog:málJoo en cuanto a sus creencias, pero no apasionado. Se adapto<br />

más de la cuenta a las circunstancias para defenderse de la iacorreocíén, Su religión y cedígo<br />

ético se ajustan por completo a las normas establecidas. pero no se le considera oomo a una<br />

persona capaz de perdonar, a pesar de que su religión dícte que debería serlo. Por el contrario,<br />

tiende a ser intransigente consigo mismo y no es capaz de Ilexfbíllzar las reglas con aquellos<br />

que no saben cómo cumplir órdenes o no muestran el tipo de actitud responsable que él res·<br />

pela, lo que incluye a las personas que trabajan para él.<br />

El dogmatismo do Oonald, do hecho. vn más allá de las cuestiones morales y reltgtosas<br />

y abarca casi todos los aspectos do su vida. Esto se expresa a través de su terquedad<br />

(v. crtterío 8). Es incapaz de permitirse cambiar de opinión porque eso significaría que estaba<br />

equivocado. y debe estar para evitar cometer errores. Opina que las personas quo carnhian<br />

do opinión son débiles. ya que no cuentan con la fortaleza de sus convicciones. Por<br />

tanto, Donald se mantiene Firme y defiende a ultranza sus puntos de vista, sean cuales<br />

sean sus convicciones reales.<br />

Una vez establecida la descrípcíén do Donald. podemos examinar las cuestiones adicionales<br />

que conforman el desarrollo de este capítulo. <strong>En</strong> primer lugar, compararemos la<br />

normalidad y la anormalídad, y pasaremos a coustderar las variantes del compulsivo básico.<br />

Más adelanto, descrfbíromos las perspectivas psicodinámica. interpersonal y cognitiva<br />

sobre la personalidad compulsiva. Estos apartados constituyen In base cienUíica eo el caro·<br />

pode la personalidad. El objetivo de explicar casos descriptivos, como ol de Oonald, que<br />

reflejan caracterrsncas de personalidad es ir más allá de la anécdota literaria para entrar en<br />

el plano teórico. Como es habitual, presentamos a la par los antecedentes histéricos y la<br />

descripción. y destocamos las contribuciones de los autores del pasado. que tienden a cen-<br />

trarse en aspectos diferentes dol trastorno. Aunque también se revisan las hipótesis evolutivas,<br />

cabo tener en cuenta qua todavía son provisionales paro todos los trastornos de la<br />

personalidad. A continuación. ol apartado «Perspectiva evolutiva y del neurodeserrollo»<br />

muestra do qué manera la existeuctn del trastorno de la personalidad es consecuencia de<br />

las leyes de la evolución. También so incluyen una comparación entre la porsonaJidad<br />

compulsiva y otros constructos loóricos. y una exposición sobre cómo la personaJidad<br />

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238<br />

Tras1ornos dt la personaltdad en la vid.a modttna<br />

compulsiva tiende a desarrollar trastornos del Eje l. Por ültimo, evaluamos cómo puede<br />

tratarse el trastorno mediante psicoterapia; una vez más. el material está organizado en<br />

función de los enfoques clásicos: las perspectivas interpersonal. cognitiva y psicodinámica.<br />

I DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA<br />

Es muy posible que muchos lectores reconozcan aspectos de st mismos en estas descripciones<br />

de la personalidad compuJsiva. Los compulsivos, en concreto, pa .. rocen ser más preva-<br />

Jcntes en las sociedades desarrolladas, en las que características como la eficiencia, la puntualidad.<br />

el trabajo duro y la meticulosidad se valoran como prerrequisitos necesarios para el áxi­<br />

10 económico y la consecución de un estatus social elevado. <strong>La</strong>s sociedades modema.s estimulan<br />

la autodiscíplina y la organización. y las consideran como características de personalidad<br />

positivas. Casi podríamos afirmar' que los esrudíantss de cursos de posgrado necesitan tenor al<br />

menos algunos rasgos compu)sivos para tener éxito en sus estudios. ¿Cómo sino podrían<br />

mantonor el grado de motivación y dedicación para leer todos los libros do lectura obligatoria<br />

y escribir todos los trabajos necesarios para aprobar? Muchos profesores también tienen intensos<br />

rasgos compulsivos. impartir las materias, llevar a cabo investigaciones y escribir artículos<br />

requiere precisión y un detallado oonocimiento del campo en el que se trabaja. A menudo, oonlar<br />

con rasgos compulsivos es un elemento clave para destacar en estos cometidos.<br />

So han descrito diversas variantes normales de la personalidad compulsiva. Cada una<br />

de ellas hace hincapié en una constelación de rasgos ligeramente distinta. El estilo cencíeuzudo<br />

(01dham y Morris, 1995) se caracteriza por la dedicación ni trabajo duro, por conviocíonss<br />

profundas respecto a la conciencia social y los principios morales, por la necesidad<br />

de hacer las cosas de forma perfecta y socialmente correcta, por la perseverancla en la con·<br />

secucíon do los objetivos, la preferencia por el orden y el detallo, la consideración cuidadosa<br />

de las alternativas antes de actuar y la necesidad de guardar o coleccionar objetos. <strong>La</strong>s<br />

personas concienzudas tienden a poner más énfasis en el trabajo que en cualquier otro as·<br />

pecto da sus vidas. Por ejemplo, pueden pasar muchas horas en la oficina para acabar un<br />

proyecto o esforzarse para eliminar imperfecciones nimias que la mayoría de la gente se Ji.<br />

mitarfa a aceptar. <strong>En</strong> el entorno laboral. disfrutan con los detalles, están motivados por la<br />

consecución do logros, so imponen normas y objotivos elevados y símptemente parecen<br />

seguir «teniendo cuerdas mucho después de que los demás hayan finalizado su jornada de<br />

trabajo. Con este tipo de aut.odísciplina no 8S do extrañar que mucbos de ellos se conviertan<br />

en altos cargos directivos. <strong>De</strong>sde el punto de vista emocional. tienden a ser reservados.<br />

distantes y poco románticos.<br />

Por el contrerto. el estilo conformisla (<strong>Millon</strong> et al.. 1994) se construye alrededor de<br />

la convencionalidad, es decir, la preferencia por seguir las reglas y normas establecidas. <strong>La</strong>s<br />

personas conformistas son cabales. convoncionalos, ordenadas y perfeccionistas. Respetan<br />

la tradición y la autoridad. suscriben las normas establecidas y siguen escrupulosamente las<br />

reglas. Rara vez se muestran espontáneas ypueden ser bastante rígidas e inflexibles en sus<br />

relaciones. Es más, no toleran las desviaciones y Henden a criticar a los que no son tan rectos.<br />

<strong>En</strong> todo momento diligentes con sus responsabiltdades, les disgusta que se les acumule<br />

el trabajo y suelen estar siempre preocupados por la finalización de los proyectos. <strong>De</strong>bido a<br />

estas características, los demás los perciban como dignos de confianza y muy trabajadores.<br />

Aunque priman lo racional sobre lo ernotivo y siempre intentan pensar las cosas antes de actuar.<br />

en ocasiones son dados al pensamiento dogmático. a percibir el mundo que les rodea<br />

y los temas controvertidos sobre la base de extremos del estilo «blanoo·negro• o «esto ostá<br />

bteo-esto está mol».<br />

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Capitulo 7. <strong>Personalidad</strong> obstSivo~mpulsiva<br />

239<br />

i o<br />

Dona.Id presenta <strong>La</strong> mayoría do las caractertstices doscruas, aunque de fonna mucho más<br />

exagerada. <strong>De</strong> hecho. la mayor parte de su vida se centra en controlar, lo que se convierte en<br />

lo verdadera fuente de sus preocupaciones somáticas. El trabajo es el centro de su vida y. por<br />

tanto, es en el entorno laboraJ donde la necesidad de controlar se expresa de forma más evidente.<br />

Con un lenguaje u.o tanto arrogante y ampuloso refiere que eruantieue un rendimíento<br />

eficiente en su lugar de trebejos. Necesita la aprobación de sus superiores. frente a los<br />

que presenta una Imagen de laboriosidad y diligencio. AJ igoal que ocurre en el estilo conformista.<br />

respeta las tradiciones y los valores, aunque es más dogmático y rfgido. Hace preva·<br />

leoer la racionalidad sobro la emollvidad y la reserva sobre la espontaneidad. Sería difícil<br />

imagina, a Donald deteniéndose<br />

en una Ooristería de camine a casa para comprarle un<br />

ramo de rosas a su mujor. Si alguna voz lo hiciera, os probable que convtruera osa actuación<br />

­por lo general encantadora- en una acción rígida por comploto y despojada do toda espontaneidad.<br />

Esta rigidez acompaña a Donald en toda su vida romántica, incluso cuando hace el<br />

amor. Es probable que haya dividido e] acto sexual en etapas, con el fin do mantener ol con·<br />

trol y reducir el malestar que le genera cualquier pequeño desvío de la rutina<br />

AJ igual que ocurro con otros patrones de personalidad. las variantes normaJos y pato·<br />

lógicos de la personalidad compulsiva se sltuau en un continuo. <strong>La</strong>s variantes más norma·<br />

les presentarán los rasgos alterados que se describen en el OSM·TV con menor frecuencia e<br />

intensidad, y algunos de 9SOS rasgos más equíllbredos puedan ser beoeñcíosos para el todíviduo<br />

(Sporry. 1 ~)5). <strong>La</strong> persona que sufra un trastorno compulsivo está tan preocupada con<br />

la elaboración de reglas y listas que pierde la visión global de la actividad (v. criterio t): sin<br />

embargo, los individuos qua tienen este estilo do personalidad, pero son más equtlthradcs. so<br />

enorgullecen cuando completan un trabajo que contiene un elevado grado do detalle, poro<br />

no se abruman ni dejan que algún detalle domine el plan global o la producción final. Aun·<br />

que el trastorno compulsivo de la personalidad se caracteriza por un constante énfasis en el<br />

perfeccionismo en cada tarea que realiza (v. criterio 2). las personas con un estilo de personoJidad<br />

compulsivo soben cuándo parar. Se Limitan a realtzar el mejor trabajo posible dadas<br />

las HmHaciones temporales. de recursos y. lo que es más importente, teniendo en cuenta<br />

sus propios deseos. Mientras que las personas con trastorno compulsivo se dedican al unbajo<br />

con tal rigidez que el ocio, los amigos y la familia quedan aparte (v. criterio 3), los indíviduos<br />

con un estilo de personalidad compulsivo son capaces de trabeiar oon dedicación y<br />

constancie. pero reconocen le importa.neis de la Intimidad eu las relaciones.<br />

<strong>En</strong>lodas las disyuntivas ex-puestas, Oonald se decanta hacín nl lado patológico. Si so le<br />

pregunta, Donald dirá que ostá orgulloso de su trabajo. pero es probable que no sepa muy<br />

bien a qué so refiere. <strong>La</strong>s personas como Oonald tienden a bombardearse con información<br />

entes de empezar cualquier trabajo. Intentan tenerlo lodo previsto con antelación y odian<br />

improvisar y hacer ajustes a lo largo del proceso. Si hoy que hacer algún a.juste significa que<br />

uo han sido capaces de prever alguna cosa. y eso les resulta desagradable. porque a los compulsivos<br />

les gusto más trabajar con lo conocido que con lo desconocido. Do hecho, lo datallan<br />

todo con gran minuciosidad a fin de disminuir la influencia de la incertidumbre hasta<br />

ol límite que permita la racionalidad. Lo que experimenta Oonald cuando complota alguna<br />

cosa que ha supuesto paro él un desaño es una sensación do alivio más que do orgullo; ha<br />

conseguido suporar In tarea con éxito sin despertar la ira de nlguicn a quien debe rendir<br />

cuantas, qui;,_..is un jefe, o símplemonto su propio y severo suporyó.<br />

Éste es e) motivo de su perfeccíonísmo y también una de las razones por las que no tie-<br />

ne tiempo para su esposa o su familia. Ellos no son más importantes que él y. en realidad,<br />

no forman parte de su consciencia. <strong>En</strong> algún momento de su desarrollo. Donald ha interiorizado<br />

el precepto de que un buen marido debe dedicar liempo a su Iamllla. Pero, incluso<br />

en este ceso, no sería un tiempo de calidad, generado por un sentimiento amoroso quo surgiora<br />

do su corazón o por un deseo de establecer conexión. sino una obligación. un deber<br />

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240<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrsonalidad en la vida moderna<br />

hacia su familia que debería llevarse a cabo de la misma manera que cualquier otro deber.<br />

Es muy probable que, hasta cierto punto, su Familia sea consciente de esta realidad. Donald<br />

es capaz de encubrirla de muchas maneras; por ejemplo. convirtiendo en una virtud el<br />

ser un .:buen procurador de bienes materiales» o insistiendo en que los tiempos actuales<br />

son difíciles y que se ve obligado a trabajar duro para sobrevivir, pero esa estrategia supone<br />

una pérdida para todos. incluido Donald.<br />

El resto de los criterios diagnósticos de la personalidad compulsiva también puede siruarse<br />

en un continuo con la normalidad (Sporry. 1995). <strong>La</strong> persona que sufra e] trastorno<br />

suele ser demasiado rígida en cuestiones de moralidad. ética y príncípios religiosos (v. criterio<br />

4), mientras que la que adopta el estilo valora un sentido personal de integridad y reconoce<br />

que la vida es tan compleja que, en ocasiones, los valores individuales y las propias situaciones<br />

pueden escapar a la aplicación estricta de absolutos morales, con lo que muestra<br />

unos rasgos de personalidad más equilibrados. Así como el afectado por el trastorno es incapaz<br />

de tirar objetos gastados o inútiles (v. criterio 5), quien adopta el estilo concienzudo o el<br />

conformista reconoce que este tipo de objetos puede volver a ser útil algún día, pero es capaz<br />

de establecer unos límites a partir de los cuales guardarlos se convierte en un ínconveníente.<br />

Mientras el afectado por el trastorno es incapaz de delegar tareas en los demás (v. criterio<br />

6) o insiste con actitud inflexible en quo las cosas se hagan de una determinada manora,<br />

quien adopta el ostilo más normal reconoce que los demás pueden tener buonas ideas y<br />

os capaz de cambiar su forma de hacer las cosas cuando se le propone una estrategia mejor.<br />

<strong>La</strong>s personas afectadas por el t.rastomo a menudo son tacañas (v. criterio 7), y las que adoptan<br />

el estilo de personalidad ponen énfasis en el ahorro pero no a expensas de las relaciones o<br />

do ocasionales episodios de espontaneidad. Por último, los afectados por el trastorno son personas<br />

obstinadas y rígidas (v. criterio 8), mientras que los que adoptan el estilo de personalidad<br />

son capaces de sopesar los datos de forma desapasionada y de cambiar de opinión.<br />

Una vez más. dentro de los dos contrastes que hemos presentado. Oonald se sitúa hacia<br />

el lado patológico del continuo. A partir de la información que nos ofrece el caso. podemos<br />

decir que DonaJd parece dogmático en cuestiones de moralidad (v. criterio 4), ética<br />

y valores. <strong>En</strong> primer lugar. se ofende frente a ejemplos de moral impropia y realiza importantes<br />

elecciones vitales con un radical celo religioso. Su énfasis en la salud, por ejemplo,<br />

no sólo es una reacción a sus preocupaciones somáticas, sino que también es un ejemplo de<br />

cómo realiza elecciones vitales basándose en absolutos .. Como ya se dijo, para Donald es<br />

casi imposible delegar tareas en otros trabajadores (v. criterio 6). Cuando lo hace. siente que<br />

aumenta su grado de ansiedad. Empieza a pensar en todas las cosas que podrían ir mal y<br />

se pregunta constantemente si sus compañeros preverán esto o vigilarán que no pase aquello.<br />

<strong>De</strong>be estar absolutwneate seguro de que siguen su plan de trabajo, porque necesita una<br />

sensación de control que le proteja frente a la incertidumbre de todas las eventualidades<br />

que teme que podrían llegar a suceder. Aunque no es avaro, Donald «siempre ha sido un<br />

gran ahorrador». una característica del estilo compulsivo, pero no tan extrema como la del<br />

trastorno. Por último. como dice la esposa de OonaJd. «una vez que se ha decidido por algo,<br />

no hay forma de que cambie de opinión». un ejemplo del pensamlento blanco-negro típico<br />

de los patronos compulsivos. No puedo cambiar de opinión porque odia la mera posibilidad<br />

de haberse equivocado, y no puede dar marcha atrás porque los compulsivos no suolon sor<br />

capaces de ver los matices de grises.<br />

I VARIANTES DE LA PERSONALIDAD COMPULSIVA<br />

Una vez descrito el «compulsívo puro», procederemos a explicar las variantes del patrón<br />

básico. El compulsivo puede combinarse con otros trastornos de la personaltdad paro<br />

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Capitulo 7. PMOnalidad obscsivo-fl NEO MAS SAO<br />

CompuJs;vo<br />

I t f"<br />

­­<br />

Parsimonioso<br />

tco«rtrlsdcos ffiluizoid~J<br />

(corocttt{srkosnt901Mslos}<br />

Aml>Halcncias no ~Itas; se sicntr<br />

Taca.00. miwnblt, avaro, ~olsta.<br />

atnrmc:ntado. confuso, indieóso.<br />

aa,mulador; se l)fOtc:gc: de: las<br />

awrdido; abNmado por (Of'lflictos. C'OOpc,didas;<br />

teme las intrusiones<br />

fllsionts y ,rustradoncs S'ltrapSiquicas;<br />

et1 su vado mundo intrmo: trmc<br />

­­fas<br />

obsdiones y las compulsiones se<br />

la e)(¡)®ción a las improc,i«lades<br />

coruknsan y controla" las tmOCiones<br />

pcmnales y los imp1.1lsos contrarios<br />

t<br />

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242<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la J)(rsonatidad tn ta vida modtma<br />

voque tanto un abandono como una condena, y esto les genera un estado do tensión y de culpabilídad<br />

considerables. Es tal el temor a cometer errores, o incluso a correr el menor riesgo,<br />

que constantomonte repiten sus esfuerzos sin llegar a conseguir nunca una verdadera sensación<br />

do satisfacción por el trobajo bien hecho; al mismo tiempo. se sienten siempre ansiosos<br />

por la inadecuación que ellos perciben en sí mismos a la hora de enfrontarse a cualquier dificultad<br />

lmpmvtsta. EsL1 mezcla de rasgos del dependiente y del compulsivo da lugar a dos oompoetamtentos<br />

interpersonales distintos: actitud sumisa con los superiores y un aire de decoro<br />

y represión con todos los domás. Esto entra en conflicto directo con los intensos sentimientos<br />

contrarios que. con frecuencia, bullen bajo esta apariencia. <strong>En</strong> ocasiones, osas cualidades mñs<br />

primitivas traspasan la rígida barrera que el compulsivo concienzudo ha croado con sus habilidades<br />

de afrontamiento. Estas experiencias ocasionales en las que han bajado lo guardía y<br />

sale lo que de verdad tienen en su interior les hace estar a la defensiva frente al temor de que<br />

eso vuelva a suceder, con lo que aprenden a Intenstflcar aún más el autcccnrrol. <strong>La</strong> resultante<br />

es la creac.ióo do una forma de vida demasiado organizada. sin espontaneidad alguna, y en la<br />

qua cualquier desvtacíén de la rutina supone W1 contratiempo desmesurado. Es importante entender.<br />

sin embargo. que se trata en esencia de una batalla privada que suele enmascararse con<br />

una apariencia de ecuanimidad y amabilidad en las situaciones sociales.<br />

AJ iguaJ que ocurre cou las demás variantes de compulsivos. los compulstvos concienzudos<br />

en ocasiones se vinculan a instituciones u organizaciones religiosas, tanto para conseguir<br />

apoyo interpersonal como para participar de un aura social de respeto o bondad. <strong>En</strong><br />

general, sin embargo. esta variante es la más sublimada de todos los subtipos de compulsivos.<br />

ya que se libra de aJgunas de las cualidades más farisaicas y sádicas. y que producen<br />

más malestar interpersonal. Este subtipo tiende a estar más cercano a la normalidad que el<br />

resto de las variaciones que se describen a continuación.<br />

El compulsivo puritano<br />

Tal como pusieron de manifiesto inicialmente los autores analíticos (p. ej .. Rada. 1959)<br />

y ampliaron más tarde los teóricos de las relaciones objetales e interpersonales. todos los<br />

compulsivos experimentan una profunda ambivalencia entre la obediencia y el desafío, que<br />

resuelven a través de la sublimación, la fonn.ación reactiva y e.l desplazamiento. Aquellas<br />

personas que subliman el conflicto parecen más normales, las personas que desplazan su<br />

agresión parecen más sádicas y los quo reaccionan do forma intonsa contra su ira interna<br />

se convierten en farisaicos. IV. Reich (1933) escribió que en el curso del desarrollo, las<br />

operaciones defensivas de cada persona íonnan un estilo defensivo que la protege frente al<br />

mundo. Utilizando la metáfora de Roich, podríamos decir que los instintos a impulses de<br />

los compulsivos purilanos son tan fuertes, y a la vez reacclonan contra ellos con tal intensidad.<br />

que buscan protección en In justicia divina para purificarse, transformarse y contnnorsc.<br />

<strong>La</strong> mayoría de ellos sienten la persistente presión de repugnantes e irracionales impulsos<br />

agresivos y sexuales, y adoptan un estilo de vida ascético y austero que les prohíba<br />

sus oscuros impulsos y fantasías.<br />

Aunque todos los compulsivos se sienten atrapados entro la obediencia y el desafío. eu<br />

la variante puritana esto conflicto es especíalmente intenso. El compulsivo puritano comparte<br />

aspectos con los paranoides, como la aclllud defeusiva y la cin:unspooción, pero en realidad el<br />

subtipo puritano os una exageración o caricatura del patrón compulsivo básioo. Por tanto. su<br />

hostilidad también es mayor y es más probable que la resuelva a partir do desplazamientos sádicos,<br />

que suelo identificar un encmlgc común o utilizar a los débüos como cabezas de turco.<br />

F.I pensamiento dicotómico refuerza estos impulsos; en su mente. e.l mundo está compuesto<br />

por objetos absolutamente buenos y absolutamente malos, nosotros contra elJos. lo justo y lo in·<br />

justo. los salvados y los pecadores, y los santos, es decir, los propios compulsivos.<br />

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Capítulo 7. Persor1aíidad obstsi'Yo·compulsíva<br />

243<br />

Vilipendiados por la laxitud moral que perciben, le cólera en los puritanos se convierto<br />

en In «:espada vengadora» de la justicia, que les es concedida por tui mandato divino para<br />

acabar con o) pecado y la injusticia. <strong>La</strong> mayoría de ellos se sienten satisfechos de ser ese<br />

instnunonto a partir del cual se administra justicia. <strong>De</strong> hecho, los puritanos tienden a buscar<br />

grados do fundamentahsmo cada vez más radicales, ya que la literalidad inherente a dichas<br />

creencias facilita una factura clara. no sólo de quién merece castigo. sino también de quién<br />

merece el castigo más absoluto. Según este mecanismo. convierten la injusticia en justicia y<br />

se liberan de cualquier culpa residual. Muchos de estos compu1sivos puritanos disfrutan en<br />

secreto do castígar a los demás, ya que se ven fortalecidos por este juicio de su superyó.<br />

<strong>La</strong> gente reacciona de distintas formas ante las personas con esto trastorno do la personalidad.<br />

Gran parte do nuestra sociedad admira esta aparento combinación do Iortaleza<br />

y pureza que proyectan estos individuos. Es más, los puritanos compulsivos no se limitan<br />

a) dogma religioso. A lo largo de la historia, e incluso en la polítlca actual, han constítuído<br />

una poderosa fuerza impulsora del fervor nacionalista. A menor escala. puede encontrdrseles<br />

en casi todas las instituciones. grandes o pequeñas, envueltos en un manto do justicia.<br />

predicando las transgresiones de sus asociados y exigiendo purgas. Oc hecho, el control<br />

.interpersonal excesivo puede dirigirse hacia la provocación de conductas do desafio por<br />

parte de los demás. de manera que el enemigo pueda quedar al descubierto. Algunos de<br />

ellos tienen éxito en esta empresa. pero al cabo de un tiempo. la mayorro de las personas<br />

acaba considerándolos crueles. exigentes, agresivos. pesados y mojigatos. Algunos de e11os<br />

son increíblemente remilgodos. <strong>En</strong> estos casos, el objetivo del comportamiento directo e intolerante<br />

es muy claro: Intentan contener y civilizar unos impulsos que de otra manera serían<br />

de una intensldad casi incontrolable.<br />

Aunque osta descripción no enca]a del todo con Douald, st podemos decir que Donald<br />

tiene aspectos de esta varíación, detectable a partir del profundo desprecio que sienta<br />

por los subordinados, a los quo considora perezosos. Su tono Indígnodo cuando dice qua<br />

«la gente no entiende que el trabajo os una virtud» fonna parto do esta variación. <strong>La</strong> indignación<br />

y la lealtad a los principios absolutos están tnumamente conectadas.<br />

El compulsivo burocrático<br />

Los compulsivos burocráticos se alfan con los valores teadicíonales. las autoridades 0.,;,:­<br />

tablccidas y los organismos oficiales. Casi todos los demás subtipos compulsivos están reñidos<br />

o furiosos coa estas influencias. o se sienten oprimidos por ellas. aunque en el consciente<br />

este conflicto está reprimido. Sin embargo. los compulsivos burocráticos son algo<br />

más conscientes de esta pugna, y en Lugar de permitir que sus sentimientos les ocasionen la<br />

más mínima dificultad. se adhieren por completo al orden y la estructura inherentes en insutuctones<br />

oficiales. autoridades y en la moralidad social. Florecen en entornos insrltucionales,<br />

en los que se sienten potenciados. fortalecidos y autorizados por unas bleu deñn i­<br />

das relaciones entre superiores y subordinados, unos roles muy claros y unas expecrauvas<br />

y responsabilidades conocidas. Una vez. establecidos. so comportan de manera leal y fiable.<br />

<strong>En</strong> efecto, estas personas utilizan las estructuras externas muy desarrolladas y fcrrnaltzadas<br />

para compensar el sentimiento de arubiva.lencia e indecisión tan frecuente on el patrón<br />

compulsivo medio. Muchos de ellos funden su identidad con el sistema para conseguir<br />

cierta posición, algún propósito y protección, con lo quo consiguen liberarse de cualquier<br />

ansiedad derivnda do tomar decisiones de forma independiente. Sus superiores los consideran<br />

fiables. diligentes y ciegamente comprometidos con los objetivos y valores de la institucíón,<br />

lo cual fortalece su autoestima y les proporciona una dirección. Si carecieran de la<br />

organización que les proporciona la Iglesia. la policía. la universidad o los negocios. casi<br />

todos e11os se sentirían perdidos o sin objetivos en la vida. Punlillosos y meticulosos, se ad-<br />

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244<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida modtrna<br />

hieren a ]a éüce laboral como las honn.igos obreras en una colonia y evalúan su propio trabajo<br />

y el de los demás con la eficiencia del blanco-negro, definiéndolo simplemente como<br />

tarea realizada o no realizada.<br />

El estatus que oonsiguen aliáudose a una «causa mayor» ofreoe a estas personas. por Jo<br />

general rígidas y limitadas. una gran dosis de orgullo y vanidad. Los subtipos burocráticos,<br />

profundamente comprometidos con todas las directivas de poca monta e intrascendentes<br />

de sus amadas instituciones, obtienen un sentido de estatus al fusionar sus identidades oon<br />

una fuc17JI mucho mayor y al convertirse en una parte indispensable de esta importante es·<br />

tructura. Por tanto. a menudo comparten características oon la personalidad narcisista, aun·<br />

que estas cualidades más exageradas son sólo superficiales. Al igual que el compulsivo responsable,<br />

el subtipo burocrático puede situarse en la franja de la normalidad. Sin embargo.<br />

los compulsivos burocráticos pueden ubicarse en un continuo que va desde la práctica normalidad<br />

basta el completo sadismo. Cuando el grado de trastorno es moderado, su rígido<br />

cumplimiento de las políticas y las reglas hace que parezcan oficiosos. arbitrarios, de miras<br />

estrechas y mezquinos. Cuando entran ya en el trastorno grave, pueden utilizar su conocímiento<br />

de las reglas, su eficacia con la burocracia y su actitud de congraciamiento con sus<br />

superiores para aterrorizar a los subordinados o a cualquiera que se cruce en su camino sin<br />

rendirles el debído respeto. Donald tiene algunas ceracterrstícas del compulsivo burocrático.<br />

ya que es «un hombro da empresa», pero un realidad no disfruta del control quo ejorce. Como<br />

director con un puesto do mando Intermedio, podría ejercer un gran control sobro sus subor-<br />

dinados, pero no se aprovocha do la oportunidad que tiene do hacerlo. Holdon (caso 7·2) es<br />

un mejor ejemplo. Fijémonos an sus relaciones con sus superiores y esrudíantes.<br />

El compulsivo parsimonioso<br />

El compulsivo parsimonioso está relacionado con lo orieutacléu acumulaüva descrita<br />

por Fromm (1947). Para este tipo de personas la tacañor(a adopta un slgnificado casi simbólico.<br />

Síempro atentos al menor atisbo de posibilidad de pérdida. son egoístas y tacaños. y<br />

para protegerse mantienen firmemente seguro todo lo que poseen. no fuera que les quitaran<br />

algo. <strong>En</strong> este caso. las preocupaciones oscilan entre la identificación con la autoridad o )os<br />

códigos de orgunizacíón y la seguridad que ofrecen los bienes materiales. Dado que fueron<br />

privados de muchos deseos y caprichos en su infancia. cuidan y protegen la posesión más<br />

insignificante y siempre están alerta por si los demás pretenden arrebatarles sus pocas y va·<br />

liosas posesiones. Trazan límites bien definidos y se comportan con una tacañería ínnecesaria,<br />

<strong>En</strong> realidad, su conducta indica .:Jo mío es mío y Lo tuyo es tuyo».<br />

<strong>La</strong> oonceptualizución de Fromm (1947) sugiere que. en la infancia, estos individuos su·<br />

frieron con frecuencia la privación de deseos y caprichos. Sus padres no necesariamente descuidaron<br />

sus necesidades básicas. pero quizá muy pocos o ninguno de sus deseos so vioron<br />

sausfechos de un modo que estos niños pudieran ooosi.derar razonable. Tal vez. con las mejores<br />

intenciones. los cuidadores intentaron inculcar en estos níños Wl profundo sentido del<br />

deber y In responSi:ibiUdad evitando de forma radical cualquier medida que pudiera hacer que<br />

se convirtieran en niños mimados. No cabe duda que es mucho más sano permitir que los<br />

niños experimenten un pequeño grado de privación do deseos que complacerles con todo lo<br />

que puedan desear. Sin embargo, cuando este saludable enfoque educativo so lleva a extremos<br />

ilóglcos. so desarrolla en el individuo una inc1ioación cest unidimensional a deíender y<br />

proteger todo aquello que han ganado o conseguido. Se vuelven excesivamente autosuficientes:<br />

rechazan a cualquier persona que pueda privarles de sus recursos y ectéan como si<br />

cualquier pérdida de sus preciados ahorros no pudiera reponerse. Esta tacañería también enmascara<br />

una necesidad más profunda. Al oonseguir que nadie pueda entrar en su mundo de<br />

posesiones, en realidad so protegen contra cualquier descubrimiento de Ja desnudez de sus<br />

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Capitulo 7. Pcrson,lilllO "'Mtr1illtWllut n l>\I mam:,a<br />

mas a..., ng,..,o y no t


246<br />

<strong>Trastornos</strong> de la peBOnalid.ad en la vida moderna<br />

logros y capacidades. Aún más importante, este mecanismo de protección está presente<br />

también en otras variantes de la personalidad compulsiva, en el sentido de que. al mantener<br />

un aire de decoro e intimidad. estas personas intentan evitar que se descubran sus temidos<br />

impulsos de rebelión o su ira irracional. Este frío distanciamiento de los demás y esta protección<br />

de las posesiones monetarias o materiales ante las intrusiones externas son características<br />

que los compulsivos parsimoniosos comparten con la personalidad esquiwide.<br />

El compulsivo endemoniado<br />

El compulsivo endemoniado se mezcla con la personalidad negativista. Para ol oompulsivo<br />

lípico. la estrategia de la abnegación funciona bastante bien. ye que le permite sumargtr<br />

sus deseos d9 oposición y mostrar una apariencia do corrección y decoro. Sin embargo, la<br />

variante endemoniada, aunquo muestra esa tachada de control y austeridad, lucha incesantsmenta<br />

con el deseo do ajustarse a los deseos y agendas do los otros y. un minuto después,<br />

con el deseo do sabotear los Intereses de los demás para hacer prevalecer los suyos. Cuando<br />

so espera que actúen con decisión, se muestran indecisos y aplazan las acciones, so sienten<br />

atormentados y confusos, so comportan de forma precavida y tímida, y recurren a complejos<br />

razonamientos para ratrasar la toma do decisiones tanto como sea posible. Incapaces do<br />

cristalizar su propia identidad y sometidos al continuo oleaje do la ambivalencia, pueden ex·<br />

presar su insatisfacción sintiéndose exhaustos. malhumorados y expresando descontento.<br />

Muchos se encuentran atrapados entre ol corazón y la cabeza, ont.re lo que una parte da<br />

ellos ve como razonable y la otra como emotivamente satisfactorio.<br />

Siempre abrumados por la pugnlt entra la voluntad y la toma de mejoras decisiones, los<br />

compulsivos de este subtipo ueuen un conflicto existencial que hace que se sientan atrapados<br />

entre la espada y la pared. Son muy conscientes de sus impulsos y eso les causa dolor.<br />

Como consecuencia, algunos se dedican a torturarse a sí mismos en un acto de resolucióo<br />

punitiva que simbólicamente deshace o anula aquello que les atormenta. <strong>En</strong> este con·<br />

texto. las obsesiones y compulsloues que emergen son en realidad un intento inútil de<br />

controlar todo aquello que es ilógico. irracional o incluso abstracto sobre sí mismos y sus<br />

deseos. Por desgracia. estos intentos son indicativos de a1go más: por lo general, cuanto más<br />

extremas son los obsesiones y compulsiones. más están fallando los habilidades de afrontamiento<br />

cotidiano de] individuo. Su ambivalencia interna se traduce en la incapacidad<br />

para afrontarse a aquello que les preocupa. y los comportamientos extornos, como las<br />

compulsiones. son una vía de escapo de sus sentimientos contradict.orios. <strong>La</strong>s personas de<br />

este subtipo más trastornadas pueden llegar a verse a sí mismas como impulsadas por<br />

fuerzas ajenas al yo, como si estuvieran poseídas por demonios. Indefensos ante la porspectiva<br />

de no poder escapar de las garras de la corrupción. los individuos más descompensa·<br />

dos pueden llegar a sentirse como si estuvieran al borde de la disolución psíquica.<br />

I ANTECEDENTES HISTÓRICOS<br />

No es sorprendente que la historia do la personalidad obsesívo­ccmpulsíva se entremezele<br />

oon la historia do los síntomas obsesivos y compulsívos. Richard von Kraffi·Ebin.g introdujo<br />

el término germano oquivalonto a compulsión, Zwan.g, en 1667, pero sólo Jo utilizó para referirse<br />

al pensamiento constreñido do los depresivos. Eo un altfculo, Griesinger (18681 utilizó<br />

el mismo término oon un sentido más moderno para referirse al estilo compulsivo da preguntar.<br />

a la curiosidad compulsiva y a la duda compulsiva, aspectos similares a los observados en<br />

ol caso do Holden, quo parece estar siempre preguntándose qué hacer y cómo proceder. A finales<br />

del siglo XJX so produjo un debato sobre la existencia de emociones ocultas que pudieran<br />

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capttulo 7. Ptrsoo.alidad obsl"'SMH:ompu1siva<br />

247<br />

subyacer a la conduela compulsiva. Sin embargo. en aquella época. ciertas diferencias en la traducción<br />

do] término Zwong provocaron que adquiriera slgnificados distintos a cada lado del<br />

Atlántico. <strong>En</strong> Londres se refería a las obsesiones, y en Nueva York, a las compulsiones.<br />

Tanto Schnoíder (1923, 1950) como Kretscluner (1918) escribieron importantes trata·<br />

dos sobre los trastornos de la personalidad en el primer tercio dol siglo xx, Scbneider explicó<br />

el significado del término anakasts destacando su incertidumbre interna y su tendencia<br />

a la sobrucompensación;<br />

sostenía que da corrección externa oculta una atenazadora tnse-<br />

guridad interna» (pág. 87) y los describía como «personas que cuidan mucho la vestimenta,<br />

pedantes. correctas, escrupulosas y, a posar do todo. con una extrema inseguridad»<br />

(pág. 92). <strong>En</strong> los dos casos expuestos podamos observar estas carocteríslicas; tanto Donald como<br />

Holden presentan una apariencia correcta y escrupulosa y, a la vez. se muestran increíble·<br />

mente inseguros. No obstante. Haldeo es el más inseguro de los dos, ya que Douald oculta<br />

las dudas sobre sí mismo bajo la coraza del dogmatismo. Mediante la etiqueta deuomlnade<br />

«tipos sensibles». Kretscbmcr describió a personas abrumadas por sus complejos. intrapsíquícos,<br />

que son incapaces de expresar o de descargar. Son incapaces de tomar decisiones<br />

activas y, por tanto. dudan tanto sobre cuestiones importantes como acerca de detalles ni·<br />

mios. Para compensar. so adhieren a las ideas que los demás sostienen con convicción y<br />

suelen convertirse en «hombres de principios». <strong>En</strong> otras palabras. existe una especie de pa·<br />

stllo evolutivo desde Holden hasta Dooald. A pesar de la influencia do estos teóricos. fue·<br />

ron Freud y sus discípulos los que desempeñaron el papel más importante.<br />

<strong>En</strong> los siguientes apartados presentaremos una detallada descripción de la personaltdad<br />

compulsiva según las perspectivas psicodinámica. interpersonal y cognitiva. Cada<br />

una do estas áreas intéractúa con las otras para formar la totalidad do la persona. Hemos<br />

proforido presentar juntas la hlstorla y la descripción. Algunos lectores estarán tentados de<br />

loer el texto como una simple reseña histórica de quién dijo qué y cuándo, pero eso supon·<br />

dría quedarse en o! límite meramente descriptivo de lo que cada autor aporta al constructo.<br />

Cuando acabo de leer estos apartados tendrá una idea clara de las características del pro·<br />

totipo compulsivo. También se descrtbeu los cursos evolutivos. aunque hasta ahora son<br />

especulativos y confusos. No lea sólo la historia; tenga también en cuenta las características<br />

descritas por cada autor y su significado para la personalidad global. Se incluyen comenta·<br />

rios sobre los casos descrítos para ayudarlo a entenderlos.<br />

I PERSPECTIVA PSICODINÁMICA<br />

i s<br />

:<br />

1<br />

i<br />

J<br />

~<br />

i<br />

Q<br />

Según Freud. eJ desarrollo humano avanza a través de varios estadios psicosexuales.<br />

Eo cada u110 de ellos, una determinada zona corporal se convierte en una zona crógcna, el<br />

foco de la energía libidinal durante ese período. <strong>La</strong> sexualidad se concebía como una fuerza<br />

instintiva que busca ser descargada de forma natural. Para la mayoría de las personas, el<br />

progreso a. través de los estadios psicosexuales se produce sin que aparezcan acontecimtontos<br />

dignos do monción. SiJ1 embargo, algunas personas experimentan tanto frustraciones ex·<br />

cesivas como una excesiva indulgencia que provoca la 6jación de la energía sexual en un<br />

estadio concreto. lo que acaba caracterizando a la personalidad global. Por ejemplo, durante<br />

el estadio oral, la energía soxual so concentra en la boca. Se creía que el exceso de gratificaci6n<br />

de las necesidades orales conducía al desarrollo do un carácter oral, el equivalante<br />

psicodinámico de la personalidad dependiente contemporánea.<br />

A medida que los bebés se van convirtiendo en niños, dejan el estadio oral y entran<br />

en el período de aprendizaje do Jos hábitos de higíene, el estad!o anal. que empieza hacia<br />

los 18 meses de edad. Según Freud (1908). mientras que el estadio oral sólo requiera IA<br />

succión del pecho. un reflejo innato que todos los bebés tienen de forma natural, el estadio<br />

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248<br />

<strong>Trastornos</strong>


CaptMo 7. Ptrsonalidad obsesi v o-compulsíva<br />

249<br />

i<br />

§<br />

'<br />

1<br />

i<br />

J<br />

persona honesta y escrupulosa puede dar lugar al hipócrita. y la sensibilidad frente al daño<br />

puede dar lugar a la destrucñvídnd, la crítica y el espíritu de venganza. Para Salzman (1985).<br />

la irrefrenable necesidad del compclstvc de controlar las fuerzas internas y externas le proporciona<br />

una ilusión de certidumbre y seguridad on un mundo amenazador e lucíerto. A fin<br />

do minimizar la posibilidad de desventuras no anticipadas. el compulsivo se convierte en<br />

precavido y meticuloso. incluso fóbico. Es posible que existan otras interpretaciones, pero los<br />

dolores de estómago de Donald podrían considerarse como reacciones a la sensación de que<br />

en su vida existen demasiadas cosas que escapan a su control, un sentimiento demasiado<br />

amenazador como para poder ser consciente y que, por tanto, so canaliza en su cuerpo.<br />

Hemos visto que los compulsivos, más que cualquier otro tipo de personalidad, requieren<br />

orden. detalle y perfecctonísmo para afrontar lo impredecible a incierto do] mundo<br />

que les rodea. Sin embargo. los compulsivos también exigen do su mundo Interno el mísmo<br />

grado da orden y seguridad. Ea cualquier momento, un breve autoexamen nos muestra<br />

quo la mayoría de nosotros nos vemos enfrentados a sentimientos conflictivos que nos inclinan<br />

hacia un lado u otro y evitan que realicemos evaluaciones del tipo «blanco o negro».<br />

Por ejemplo. ustod acude a u.na clase y, aunque el profesor es magnífico. el trabajo que acarrea<br />

íntorñere con otras clases y lo provoca ira y rechazo. O bien usted acude a una clase, y<br />

aunque el trabajo es sencillo, tiene la impresión de que podría aprovechar mejor el dinero<br />

que le cuesta .. Usted quiere a su madre, pero ella Je abruma. y si su madre no se inmiscuye<br />

en su vida al monos un poco, usted so pregunta si le quiere. <strong>La</strong>s situaciones pueden ser<br />

distintas, pero todo el mundo se ve atrapado en alguna de estos dilemas. <strong>La</strong> mayoría de<br />

nosotros os consciente do que cada moneda tiene dos caras y acepta las complejidades de la<br />

vida. Nada os completamente bueno o completamente malo.<br />

Sin embargo, para los compulsivos, estos sentimientos y disposicloues encontrados<br />

crean intensos sentimientos de ira. incertidumbre e inseguridad que deben sujetar con<br />

mano firme. Para conseguirlo. utilizan un arsenal comploto do estrategias defensivas, más<br />

acusadas y en mayor medida que el resto de las personalidades. <strong>La</strong> investigación sostiene<br />

que la principal, y quizá la más distintiva. es la formación reactiva (Berman y McCann,<br />

1995). <strong>En</strong> este caso. los compulsivos invierten los impulsos prohibidos de hostilidad y 1'8·<br />

beldta y se adaptan con gran precisión a un rígido ideal del yo. Por ejemplo, cuando se en·<br />

frentan a circunstancias que causarran consternación o irritabilidad a la mayoría de las personas,<br />

los compulsivos se enorgullecen de mostrarse maduros y cabales. tal como hace Donald.<br />

para mantener las circunstancias bajo control cuando su dolor es intenso e incluso<br />

su mujer se queja. <strong>En</strong> efecto. los compulsivos se purgan de manera simbólica de sentimientos<br />

impuros y vergonzosos. adhiriéndose a lo que es diametralmente opuesto.<br />

<strong>En</strong> segundo lugar. los compulsivos suelen desplazar la ira y la inseguridad mediante la<br />

búsqueda de alguna posición de poder que los pennita convertirse en un superyó que sancíona<br />

socialmente a los demás. <strong>En</strong> este caso. los compulsivos controlan su ira hacíondo quo los<br />

demás se adapten a normas precisas que son tan detalladas o estrictas que resultan imposibles<br />

de cumplir. Holden es casi la encarnación de este patrón. Los que no cumplen las normas<br />

pagan su culpa reconociendo la superior autoridad y conocimientos del compuJsivo o<br />

siendo víctimas de un severo juicio que oculta un regocijo sádico y farisaico tras una más·<br />

cara de madurez. EJ castigo se convierte en un deber, la compasión en un error. Los padres<br />

moralistas a ultranza y las madres demasiado controladoras son otros ejemplos do hostilidad<br />

camuflada. A pesar de sus esfuerzos por controlarse, la investigación demuestra que los rasgos<br />

compulsivos están muy relacionados con la agresividad impulsiva (Stein et al.. 1996).<br />

Aunque los compulsivos suelen ser capaces de mantener un autocont.roJ casi perfecto,<br />

algunas veces transgreden sus propias normas o causan la desaprobacléu o decepción de<br />

las figuras de autoridad. Cuando sus defensas del yo fallan, les asaltan sentimientos de<br />

culpa. Lc1 hostilidad puede transformarse o expresarse, pero la culpa debe explerse o exor-<br />

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250<br />

T rastomos dc­ la personalidéld en la vida mod,rna<br />

cizarse, un mecanismo de defensa denominado anulación. Los compulsivos se esfuerzan en<br />

gran medida por expiar sus pecados. Este tipo de compensación no sólo intenta reparar el<br />

daño. sino hacer que <strong>La</strong>s cosas vuelvan a estar como antes y devolverlas a una posición<br />

digna ante sus propios ojos y los de los demás. Por ejemplo, en la actualidad, Holdeu se está<br />

esforzando tanto en organizar y recordar sus viejos apuntes que se está desbordando y sufre<br />

pesadillas. Sin embargo, cabría esperar que cuando Holden volviera a su cargo de profesor<br />

en el departamento de historia. trabajara aún más que antes para compensar. al menos por<br />

lo que a él respecta, su anterior rigidez. Paradójicamente, podría esforzarse incluso en<br />

mostrarse compasivo con los estudiantes do su nueva clase.<br />

Otro do los mecanismos de defensa uUlizado por los compulsivos, el aislamiento del<br />

afecto. conecta las ároas psicodinámica y cognitiva. al menos en este tipo de personalidades.<br />

Los compulsivos exigen da sus esquemas mentales e) mismo orden y perfección que exigen<br />

al entorno. A fin de evitar que los sentimientos o impulsos contradictorios so afecten entro sí.<br />

y para que no accedan a la conciencia imágenes ambivalentes y actitudes contradictorias, organtzan<br />

su mundo intomo en oompartimentos estancos y rígidos. <strong>En</strong> afecto, los compulsivos<br />

Intentan sofocar los instintos, pasiones y emociones desmenuzando la experiencia en pequeñas<br />

porciones fácilmente clasiñcablas, sobre las quo os más fácil hablar que sentir. Para las<br />

personas normales, la memoria no es un mero mecanismo de recuerdo, sino que también sirve<br />

para rememorar episodios de nuestras vicias y volver a sentir la experiencia original con<br />

todas las emociones y sensaciones que las acompañan. Aunque algunos son entrañables y<br />

otros nos atemorizan, todos nosotros tenemos recuerdos a los que volvemos una y otro vez.<br />

Sin embargo, los compulsivos son distintos. Sus contenidos mentales parecen depósitos,<br />

organizados do modo muy estricto, que contienen bochas marchitos o deshidratados,<br />

cuidadosamente clasificados pero separados unos de otros. <strong>En</strong> efecto, su objetivo es lo contrarlo<br />

do la poesía. Mientras quo los poetas embellecen la experiencia añadiéndole vínculos<br />

simbólicos y metafóricos ele otras experiencias relacionadas, los compulsívos intentan con·<br />

tener cada aspecto do la experiencia en su correspondiente pequeño compartímento. Crean<br />

una base da datos con sus rscuerdos y sólo los rolactouan de forma Intelectual. Al evitar la<br />

interacción entre ellos, los compulsivos garantizan que ningún aspecto concreto de la experiencia<br />

sea capaz de desencadenar el efecto de otro para producir una emoción imprevista o<br />

un impulso de resonancia significativa. Por consiguiente. la mayoría de los compulsivos<br />

considera que la introspección es LW8 pérdida de tiempo. <strong>La</strong> psicoterapia puede ser consíderada<br />

uua ciencia muy poco rigurosa para merecer su tiempo o su atención. Para los compulsivos,<br />

el aislamiento del afecto y la estructuracíéu mental se refuerzan el uno al otro de manera<br />

protectora. No podemos imaginarnos a Donald o a Holden rompiendo a reír o a llorar<br />

porque algún aspecto de su entorno les ha devuelto a una experiencia pasada.<br />

<strong>La</strong>s concepciones modernas de la personalidad compulsiva proceden del esquema de<br />

las relaciones objetalas. Como ya se ha dicho, el desarrollo psicodinámico de <strong>La</strong> personalidad<br />

compulsiva está muy relacionado con el estadio anal. Freud resalló la frustración y la consiguiente<br />

fijación de la energía psíoosexual. Los pensadores psicodinámicos posteriores reínterpretaron<br />

los estadios psicosexuales a partir de las relaciones objetales y convirtieron en<br />

fundamental el papel desempeñado por los progenitores, a expensas do la energía psíquica.<br />

El conflicto fundamental se produce entre el deseo parental de Interferir y controlar y el<br />

creciente sentimiento de autonomía del niño. Por tanto, el aprendizaje de los hábitos de hígtene<br />

sólo es una pequeña parte de la interacción entre los padres y el niño. y la personalídad<br />

se desarrolla a partir de esta interacción global. No necesitemos conocer cómo fueron en·<br />

trenados Donald o Hclden para no necesitar pañales, para ser capaces de observar la contínuidad<br />

entro ol tratamiento recibido por parte de sus padres y sus características adultas.<br />

Además del control excesivo. los psic-odinámicos oontemporáneos también hacen hinca·<br />

pié en las expectativas de perfeccién de los progenitores. Como Gabbord (1994) indica, los<br />

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capítulo 7. P(rsonaltdad obstSivo-(Ompulsfva<br />

251<br />

compulsivos internalizan un superyó severo y buscan la impecabilidad corno una forma do<br />

recuperar la aprobación parental perdida (para una exposición más detallada de la expresión<br />

infantil de estos síntomas. v. «Énfasis en la infancia»]. <strong>De</strong>sde el principio se les enseña a sen·<br />

tír un profundo sentido de la responsabilidad y un intenso sentimiento de culpa por las oblígaclones<br />

incumplidas. Con frecuencia se les sermonea para que inhiban cualquier impulso<br />

hacia ol juego frívolo y se los inculca un sentímísnto de vergüenza cada vez que su sentido<br />

de la respcnsebílldad flaquea. Es probable que cuando los padres de Donald no le dejaban<br />

jugar con otros niños porque no aprobaban qua jugara con ellos, en \U1 principio se limítara a<br />

obedecer lo que se le decía. Sin embargo, a la larga, Oona.ld empezó a incorporar el sentido<br />

moral do superioridad de sus padres. <strong>En</strong> la actualidad. tiene poca simpatía hacia los demás<br />

por numerosas razones, lo que parece formar parte sustancial de su fonna de ser.<br />

Cuando alcanzan la adolescencia, los futuros compulsivos ya han incorporado por<br />

completo las exigendas y reglas de sus mayores. <strong>En</strong> ese momento ya están equipados con<br />

una voz Interna que los evalúa y controla de forma implacable. y que se inmiscuye para<br />

hacerles dudar antes de actuar. <strong>La</strong>s fuentes externas de contención han sido sustituidas por<br />

Los ineludibles controles del autorreproche interno. El compulsivo so ha convertido BJ\ su<br />

propio perseguidor y [uez. presto a condenarse no sólo por los actos manifiestos. sino también<br />

por los pensamientos transgresores. AJ promover los sentimientos de culpa. el niño ad·<br />

quiero una voz interna autocrülca, preparada para reprenderle también cuando sus progenitores<br />

no estén o incluso haya.n muerto. Los elementos religiosos suelen desempeñar un<br />

papel importante. A algunos compulsivos so les explican las ten·orfíicas consecuencias de<br />

la desobediencia y el pecado: a otros se los describo lo preocupados o avergonzados que se<br />

sentirían sus padres si se desviaran del «camino recto». Algunas veces convierten su sentído<br />

de moralidad en una sensación de superioridad moral que utilizan para alimentar una<br />

indignación que excuse las expresiones de ira y les permita centrarse en un objetivo adecuado.<br />

tal como Holden suele hacer utilizando la burocracia como arma.<br />

ÉNFASIS EN LA INFANCIA<br />

'Trastorno por ansiedad excesiva en los niños<br />

s<br />

=<br />

1<br />

j<br />

j<br />

j<br />

1<br />

o<br />

CAMINOS HACIA LOS PATRONES DE PERSONALIDAD ADULTOS<br />

la psrcepatoloqta del desarrollo es una de las áreas de evolución más rápida en el conocimiento<br />

diagnóst,co. Por cons19uiffltt, varios trastornos de la infancia incluidos en el OSM-111, publicado en 1980,<br />

ya no aparecen en d OSM-IV, publicado m 1994. Uno de ellos, el trastorno por ansiedad excesiva en ta infancia,<br />

incluye sintomas retacionaoos con la pcrsonahdad compulsiva. Según el OSM-111, otos niños suelen<br />

parecer •demasiado maduros debido a sus preocupac::iones preco


252<br />

T rasto..nos de la personalidad im ta vida mcdema<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

<strong>La</strong> perspectiva interpersona1 aborda los patrones de comunicación entre las personas y<br />

su oongruencia o incongruencia con la definición del sí mismo de ambas partes. Timolhy Leary<br />

(1957) denominaba a los compulsivos como la personalidad chipernonnal». Estas personas<br />

hacen de la normalidad un objetivo y pretenden que los demás los perciban como cabales.<br />

exitosos y maduros. <strong>La</strong>s percepciones de debilidad o infantilismo son la antítesis de la<br />

visión que los compulsivos quieren que los demás tengan de ellos. Según la formulación de<br />

Leary, la capacidad para el juego. la indulgencia infantil y la capacidad para mostrar sentímientes<br />

profundos serían consideradas como una parte inconsciente o suprimida de su<br />

personalidad. Kiesler (1996: pág. 161) considera el patrón compulsivo como una forma de<br />

sumisión hostil y describe a los compulsívos como emocionalmente inexpresivos. htperracíonales,<br />

perfeccíonístas, indecisos o inseguros. También se incluyen tendencias que mezclan<br />

lo interpersonal y fo cognitivo, oomo «la tendencia a la censura y al catastroflsmo».<br />

Podemos concluir, por tanto, que los compulsivos son artificiosos en cuanto a sus<br />

interacciones interpersonales. Así como las personas normales pueden actuar do forma 1)8·<br />

pontánea, los compulsivos siempre vigilan sus acciones y mensajes. Sus comunicaciones<br />

parecen ostar precedidas por una rigidez proprogramada. <strong>En</strong> primer lugar, formulan un<br />

plan interpersonal. <strong>En</strong> segundo lugar. revisan escrupulosamente el plan para detectar deficiencias<br />

en su precisión y solidez. y establecen un umbral bajo a partir del cual descartar<br />

determinadas opciones de conducta y así eliminar cualquier posibilidad de vergüenza o<br />

incomperencia. <strong>En</strong> tercer lugar. y si os nocesarto, formulan nuevas conductas y las revisan<br />

tal como se ha descrito con anterioridad. <strong>En</strong> cuarto lugar, ponen en práctica las conductas<br />

seleccionadas, observan las reacciones da los demás y vuelven al paso inicial. <strong>La</strong> rigidez<br />

aumenta. cuando los otros paruclpantes tienen un rango o estatus superior al del<br />

compulsivo. ya que esta circunstancia incrementa la importancia de censurar los errores.<br />

El proceso interpersonal del c::ornpuJsivo requiere una gran inversión de tiempo y energía.<br />

Por es1a motivo. los demás suelen deftnir a los compulsivos como reservados, sombríos e incluso<br />

ceñudos. Aunque son siempre muy educados, esta postura procede de su necesidad de ceñirse<br />

a las convenciones sociales, no do una calidez intrínseca. Su apariencia y movimientos<br />

parecen rígidos y controlados. Escogen culdadosamente sus palabras para ser precisos y objetivos.<br />

Cualquiera que sea el tema de cooversecíén, los compulsivos profieren permanecer distantes<br />

e impersonales, desdeñan las eprectecícnee u opiniones subjetivas a favor de formulocíones<br />

lntelectualizadas o abstractas que no revelen nada de ellos mismos. Pueden hablar de una forma<br />

Impersonal y artificiosa que universalice sus comentarios y los eleve a la categoña de regla. Por<br />

ejemplo, un compulsivo podría decir «uno suele darse cuenta de que la experiencia os la mejor<br />

maestra» en vez de decir «si cornetes un error, aprende de la experiencia y sigue adelanto». Por<br />

esta razón. su impresíón interpersonal es de propiedad. formalidad y contención. No hay duda<br />

de quo Holden daba e.~ impresión a los demás. Un indicio de su necesidad de oontención es <strong>La</strong><br />

ausencia do ira hacia la nueva edmíolstreclén que le había pedido que renunciara a su cargo.<br />

<strong>La</strong> dinámica interna do la personalidad compulsiva se pone especialmente de rnanífiesto<br />

cuando se contrasta su conducta interpersonal con superiores y subordinados. Dada su<br />

mínucíosidad y su preocupacíón por los detalles. la eficiencia y la perfeccién, los compulsivos<br />

son buenos «bombees de empresa». ya que adoptan como propias las necesidades y obietivos<br />

del negocio, casi como parte do su propio superyó. <strong>La</strong> mayoría do ellos se relaciona con<br />

los demás según su rango o estatus. Se muestran condoscendíentes, incluso aduladores. con sus<br />

superiores. pero autoritarios o dictatoriales con sus subordinados. Establecen alianzas con<br />

figuras poderosas a fin de disfrutar de protección y conseguir, de forma indirecta, un halo de<br />

poder y respeto. A su vez, utilizan su posición de poder para asustar a sus subordinados, el<br />

mismo miedo que ellos experimentan cuando son «llamados al orden» por otros más pode-<br />

Copyrighted material


Capitulo 1. Pcf'SOl\lltidacl obSCSM:KOmpvfsiva<br />

253<br />

rosos. Para expresar su hostilidad reprimida. los compulsivos pueden enfrentar a sus trabajadores<br />

con reglas. nonnas. códigos de conducta y exigencias de ceñirse de forma minuciosa a<br />

una desc::ripdón de tarea. Los lres casos descritos en este capílu.lo presentan estas cerecrerrstices:<br />

Holden con sus estudiantes, Oonald con sus trebeladores y Eisa, descrita en el caso 7·3.<br />

I CASO 7­3<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

j<br />

1<br />

o<br />

Eisa es una estudiante de posgrado que trabaja como profoora ayudante. Se prtstntó<br />

en el C'mtro dt asesoramiento de la univfflidad a instancias de su profesor<br />

CRn'F.RlOS DS\f.lV<br />

$4.ll)('l'IIISO,. Iba ;i impattir dos(lascs, lntroduc:dón a la SC(io6o9la y Mttodol09ia<br />

l'ARA t:l,. UIAGI\ÓSTl{X)<br />

ee la ifwtS.tigaciÓI\ y goz.aba de absoluU libcttad pan CS


254<br />

<strong>Trastornos</strong> ee la personalidad en la vida MQlkrna:<br />

¿Cómo se desarrolla una personalidad compulsiva según la perspectiva Interperso-<br />

11al? Existen dos características esenciales. <strong>La</strong> primera es el control parental excesivo. El<br />

control excesivo es similar a la sobreprotección. tan importante para el desarrollo de la personalidad<br />

dependiente, Ambos conllevan una intrusión que afecta al desarrollo de la ca·<br />

pacidad de autonomía del niño, aunque de forma diferente. <strong>La</strong> sobreprotección suele reflejar<br />

una preocupación parental cariñose. con un mensaje implícito que dirfa «te queremos.<br />

déjanos hacerlo por H porque lú eros incapaz de hacerlo por ti mismo». Por el contrario. el<br />

control excesivo se basa en la apreciación do que no se puedo otorgar ningún grado do autonomía<br />

a los ntños. Por tanto, los padres controladores vigiJan estrechamente a sus hijos<br />

y enseguida les castigan por cualquier mínima transgrosión. incluso cuando al niño todavía<br />

no liono la capacidad cognitiva para entender qué ha hecho maJ y por qué.<br />

Por tanto. el control excesivo os similar a la hostilidad. un importante factor cvoluti·<br />

vo para las personalidades antisocial y sádica. Sin embargo. los padres hostiles castigan in·<br />

dapendíentemente de cuál sea la conducta. míentrns quo los padres controladores sólo castigan<br />

cuando piensan que el niño se ha portado mal <strong>En</strong> cualquier caso, los padres del fu.<br />

!uro compulsivo fijan un umbral demasiado bajo para el mal comportamiento. Como ya<br />

se ha indicado en el caso de Holdeu. tanto él como su hermano «sabían con lo que podían<br />

contar en la vida: si no eran capaces do cumplir las oxpectauvas f ... J al castigo serta Inmadieto<br />

y severo». El mensaje interpersonal para ol futuro anttsocial es «eres malo»: el mensaje<br />

interpersonal pare el futuro compulsivo es «len cuidado porque estás a punto de ser<br />

malo». Como resultado, el futuro compuJsivo crece con el miedo a cometer un error y sin<br />

saber cuándo o por qué se produciré la próxima zurra o bronca. Como es natural, están llenos<br />

de indecisión y dudas sobre sí mismos y se ciñen rígida y escrupulosamente o las reglas.<br />

que representan. en la medida do lo posible, una posición de relativa seguridad. Así,<br />

Eisa describe a su padre como un «hombre imponente pero Iracundo».<br />

<strong>En</strong> segundo lugar, los padres de los futuros compulsivos casí nunca recompensan los<br />

logros legítimos de sus hijos, sino que se Hmltau a esperar orden y perfecclén y condenan<br />

cualquier cosa que no cumpla estas expectativas. Los logros se dan por hechos y raras veces<br />

se reconocen. Dado el bajo umbral de los padres para la crítica y la condena, y para proyectar<br />

una imagen de «todo-está-mal» en su hijo sin recompensar lo positivo, los futuros<br />

compulsivos crecen con el miedo a cometer una transgresión de forma inadvertida y vigilan<br />

constantemente la posibilidad de cometer un error, a la vez que se sienten culpables por<br />

no haber hecho lo suficiente para conseguir la aprobación parental. Por ejemplo. los padres<br />

de Donald eran tan «severos- que «se recuerda Intentando pintar un dibujo y sintiendo<br />

que lo había estropeado si se salía de la raya».<br />

ÉNFASIS EN LA HISTORIA<br />

Erich Fro111111<br />

EXP\.ORACIONES INICIALES SOBRE EL OE5ARROLLO SOOAL DE LA PERSONALIDAD<br />

Erich Ftomm {1947) fue uno de: los primeros troficos que: reinterpretó a Freud utilizando términos<br />

sociates, Aunque


Capitulo 7. Ptrsonatidad obseSM>-compulsiva<br />

255<br />

ÉNFASIS EN LA HISTORIA [continuuciónl<br />

Segün Fromm, las experienc,as tempranas de: aprendizaje: interpersonal pueden dar lugar a coatto<br />

orientacionts de carácter problcmátkas. <strong>La</strong> primera, el carácter receptivo, se caracterca por una<br />

profunda ncc5tdad de: apoyo por parte de los padres. amigos y autoridades: todo lo bueno o necesano<br />

se c:ncucntra fuera del si mismo. <strong>La</strong> segunda. el carácter e,cplotador, extrae lo que necesita de los<br />

demás. tanto por la íutrza como con astucia; pesimistas, suspicaces e írntabtes, se sienten incapaces<br />

de: producir nada por si mismos. <strong>La</strong> tercera, el carácter acumulador. consigue tener una sensación de<br />

seguridad ahorrando y acumulando; rígidos y ordenados. son avaros en cuanto a sus posesiones y pensamientos,<br />

y no comparten casj nada. Por ültimo, la orientación mcrc.antil srempre esta preparada para<br />

adaptarse a las expectativas o requerimientos de los demás; por tanto, en ellos hay poco de estable y<br />

genuino. va que siempre se cstJn ervendicndo• a los demás.<br />

A partir dol modelo del Análisis Estmcturado de la Conducta Social (AECS). Benjamín<br />

(1996) obtiene una descripción similar. Los padres del futuro compulsivo ponen especial<br />

én.íusis en la perfección y el orden. a la vez que ofrocen poca calidez al nii\o y no respetan<br />

su estadio evolutivo. <strong>En</strong> otras palabras. según Benjamín. Los padres de los compulsivos en<br />

formación suelen comportarse con severa y fría formalidad. y exigen a sus hijos que realícon<br />

a la perfección tareas para las que no están evolutivamente preparados. Al fracaso se<br />

af\ado la culpa. <strong>La</strong>s demostraciones de afecto en el bogar no se toleran y se espera del niño<br />

que se comporte como un adulto racional en miniatura: los padres de Donald, por ejemplo.<br />

se enorgullecían de llamarle «nuestro bombrecltc». Dado que los niños aprenden a verse<br />

a sr mismos tal como los ven los demás, estas normas y expectativas se sitúan en el superyó<br />

con el resultado de que el niño empieza a exigir perfección no sólo de sí mismo.<br />

sino también de los demás. Por último, como Benjamín (1996) destaca, los padres que además<br />

do SRr frtos y controladores se enfadan y sermonean producen niños con una vena íarisaica<br />

que se suna a la cabeza del resto de las características compulsivas. Es probable que<br />

éste sea el caso de Eisa. que ha convertido en su misión personal olhninar a los estudiantes<br />

gandules.<br />

I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

t<br />

§<br />

•<br />

1<br />

¡<br />

1<br />

Los teóricos analíticos reconocieron y describieron los acusados rasgos cognitivos de<br />

la personalidad compulsiva mucho antes de Ja popularización de la perspectiva cognitiva.<br />

Mientras que los estudios contemporáneos del procesamiento de la infonnación intentaban<br />

descifrar la arquitectura y los procesos de la cognición. los estudios analíticos se centraban<br />

en el estilo cognitivo y la conexíén entre el carácter y la cog11icíón. W. Reicb (1933; pég. 211)<br />

describfn a los compulsivos como indecisos y dubttauvcs. y «con tan mala disposición hacta<br />

los afectos como ellos mismos son maccesibles a ellos».<br />

Otros teóricos psicoanalíticos pusieron de manifiesto la intolerancia a la ambigüedad<br />

de los compulsivos. Son personas que tratan sus contenidos mentales de la misma mano ...<br />

ra en que hacen su trabajo: les gusta que las cosas estén especificadas de forma concreta,<br />

todo debe encajar a la perfección en algún sistema de clasificación. cualquier cosa que sea<br />

difícil de organizar se convierte en una fuente de ansiedad o en objeto de su desprecio.<br />

Basándose en el concepto clásico de carácter anal. Rado (1959; pág. 326) describe a los<br />

compulsivos como concretos. orientados hacia los hechos y con tendencia a despreciar<br />

Copyrighted maiertal


256<br />

f ras tornos dt la pt.rSOnaltdad en la vida modtma<br />

cualquier suposición arbitraria, así como la imaginación. Es posible que estos rasgos cognitivos<br />

se remonten al entorno familiar; cuando los padres son severos, punitivos y virtuosos<br />

es norma) que se prefiera lo concreto porque es más íácil de juz.gar y le mantiene al margen<br />

de los problemas, sobre todo si es un níño que todavía carece da un aparato cognitivo maduro.<br />

Shapiro (1965) era consciente de que la ntenclón es un aspecto esencial del procesamiento<br />

de la información, por lo que hizo hincapié en que, míeutras las personas normales<br />

son capaces da variar su atención HbrementB, la atención de los compulsivos as manl'eolda<br />

pero agudamente restringida, basada en íuertes principios y siempre concentrada. Shapiro<br />

conectó al nivel de ntenctén con la intrusión do irrelevancias que inunda la vida mental do<br />

los compulsivos. Nunca dejan de centrarse en los detalles: por tanto, deben centrar su<br />

atención en alguna cosa; en vez de relajarse cuando no existe níugune urgencia, su atención<br />

varía desde cualquier pequeño detalle de su trabajo hasta una pequeña mancha en el suelo<br />

o a cualquier pequeña debilidad personal. Tal como vimos en el caso del tutor indeciso, la<br />

preferencia por un elevado grado do detallo es desadaptativa en situaciones do ansíedad: si·<br />

gue revisando sus viejas notas. pero nunca se siente del todo preparado.<br />

Cualquier cosa situada en el límite més lejano de la atención puede ser transportada di·<br />

rectamente al centro de la consciencia y puesta bajo la precisa lupa de los compulsivos. Por<br />

tanto, no sólo son incapaces de captar el «cuadro completo», si.no que tampoco pueden sen·<br />

tir el tono emocional global de las situaciones interpersonales, lo que contribuye a la impresión<br />

de que son reservados o fríos. Dado que los compulsivos se centran en los detalles de<br />

la comunicación y no son capaces de captar la atmósfera interpersonal. no pueden relajar·<br />

se ni ser espontáneos o empáticos. Shapiro también conectó el grado de atención de los<br />

compulsivos con su falta de inttúción al poner de manifiesto que raras veces tienen corazonadas.<br />

Por último. y por esta misma razón, los compulsivos tienen problemas para aprodar<br />

la estética do.l art.e o la literatura. El nivel de atención actúa de forma conjunta con la<br />

defensa del aislamiento emocional con el fin de, por ejemplo. hacerlos insensibles a las<br />

tragedias o a cualquier otro drama humano. Si Eisa hubiera podido captar la atmósfera de<br />

su clase. habría respondido a <strong>La</strong> Wormación que le llegaba de sus estudiantes y no hubiese<br />

tenido que ir al centro de asesoramiento.<br />

<strong>De</strong> hecho. inconscientes de su insensibilidad a la carga emocional, es probable que<br />

los compulsivos no sean capaces de darse cuenta de que las vidas emocionales de los demás<br />

son mucho más ricas que las suyas. Mientras que la mayoría de las personas compadecerían<br />

la inmersión deJ compulsivo en los detalles porque es contraria a la inmediatez y<br />

a lo intenso de sentirse realmente vivo. la mayoría de los compulsivos no soo conscientes<br />

da la pobreza do sus vidas. Por e} contrario, estortllzan y deshumauizan su existencia organlzendo<br />

su pensamiento de forma rígida en función de las normas y reglas convencíonales.<br />

los horarios y las jerarquías sociales. Algunos de ellos lo hacen con condescendencia y<br />

desprecio hacia los demás, es docir, eonslderándoles desorganizados, inefectivos y primltivos.<br />

Este tipo de personas es muy común en las instituciones burocráticas, on las que su<br />

deseo de especificidad y detalle pueden utilizarse como un arma contra cuaJquiera que se<br />

les cruce, no les rinda ol respeto quo merecen o simplemente parezcan un tanto descuida·<br />

dos. como en el caso del tutor indeciso. Al complicar la vida do los demás, los compulelvos<br />

descargan su ira interna a la voz que justifica_1) su conducta arguyendo que se rigen por códigos<br />

organizativos.<br />

Por otra parte, dado que los compulsivos analizan las emociones al margen de la ex·<br />

períencia, el caréctcr sádico de sus acciones no suelo ser accesible a lo reflexión conscíente.<br />

<strong>La</strong>s personas que destrozan lo vida de los demás basándose en un tecnicismo pueden racionalizar<br />

sus acciones afirmando que la vida requiere de alguien que 6ltre a los que no son<br />

dignos de confianza, que elimine a los que son incapaces do obtener la nota adecuada, como<br />

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Capítulo 7. PtrSOnalidad ~ivo-computsiva<br />

257<br />

en el caso do Eisa. <strong>En</strong> este tipo de personalidad. las áreas cognitiva, interpersonal y psicodinámica<br />

se funden más que en cualquier otro. Este tipo de compulsivos están empeñados en<br />

seguir las reglas, pero sienten resentimiento al verse limitados por ellas. y aún se resisten<br />

más a la idea de que alguien pueda «saltárselas•. <strong>La</strong> idea de los demás regoci)ándoso por ha·<br />

herias transgredido los llena de ira. Algunos de ellos buscan omisiones o debilidades en los<br />

demás. a los que viclimíz.an med.iante reglas. papeleo. interminables impresos y requerímiontos,<br />

«letra pequeñas e in toleran cíe para hacer excepciones por humanitarias que sean.<br />

No tienen piedad con las personas a las que atacan. Con estas medidas intentan vengarse do<br />

lo estricto de su propio superyó desplazando su hostilidad hacia los demás. frustrando los<br />

deseos ajenos y saboteando los intentos de los otros para realizarse. No existen atajos. Una<br />

vez más, Holden es el mejor ejemplo.<br />

No obstante, existe otro tipo do compulsivo que se adhiere al orden y a1 detaJle casi<br />

como una defensa cognitiva frente a la inc:erlidumbre y le ambigüedad. A diferencia de la<br />

variante sádica antes descrita. son más sumisos y temerosos de la reprobación, y presentan<br />

una intensa «necesidad de estar seguros». Esto tipo de compulsivos lemeo profundamente<br />

cometer errores y se limitan a situaciones que les son familiares y aceptables. Evitan el pe,­<br />

lig.roso desconocimiento manteniendo un estilo de vida sólido y bien organizado. <strong>La</strong> rutlna<br />

les permite actuar con seguridad. pero evita que adquieran nuevas percepciones o es·<br />

trategias do solución de problemas.<br />

Este Lipo de personas son indecisas e interminables buscadoras de cualquier fuente<br />

do información, consejo y opinión autorizada antes de tomar hasta la decisión más nimia.<br />

A menudo. esta búsqueda provoca que su juicio so vee abrumado por cíen tos da detalles<br />

que son incapaces de integrar de forma concluyente. Por tanto, se encuentran atascados y<br />

siempre temerosos de cometer un error, lo que puede ocasionar que acaben presos de la<br />

«parálisis del análisis•. que les impide decidir. <strong>En</strong> efecto. se encuentran atrapados en un<br />

circulo vicioso do procesamiento de la información; cuantos más detalles obtienen. más di·<br />

fíciJ es quo los hechos converjan en un único curso de acción o en una conclusión, con lo<br />

que aumenta su ansiedad. Su sclucléu es redoblar sus esfuerzos para obtener más detalles<br />

(fig. 7-2).<br />

Beck el al. (1990) han escrito extensamente sobre la perspectiva cognitiva de la personalidad<br />

y sus trastornos. Estos teóricos sostienen que las creencias sobre el mundo. al sí<br />

mismo y los otros son fundamentales para determinar la conducta. Aunque no hay duda de<br />

t s<br />

•<br />

1<br />

i<br />

j<br />

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1<br />

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Tcf'll( la rcprobaciOfl<br />

de la autoridad; dcsca<br />

vn.1 cjcwdón ptrfecta<br />

8use3 iodo tipo ee dc1a1'cs<br />

e intenta controlar todas tas 1----.<br />

posiblo evcntuafidadcs<br />

•Parihsis dt>J am~s,s,.<br />

Rtciobla sus tSÍU


258<br />

<strong>Trastornos</strong> de ta ptrSOnafidad tl'l la vida modema<br />

que los rasgos pueden reflejar coherencias en la conducta. los teóricos cognitivos arguyen<br />

que tras cada coherencia conductual subyace una coherencia cognitiva. Por tanto, las formas<br />

características de construir el mundo son incluso más fundamentales que los propios<br />

rasgos, que sólo aportan una visión superficial <strong>La</strong>s creencias nucleares, que pueden ser<br />

consclentes o inconsclontes. se sostienen como ciertas con independencia del momento,<br />

ol 1ugar o las circunstancias. <strong>La</strong>s creencias condicionales expresan la interactividad entre la<br />

persona y la situación: sí ocurre MIO y aquello, el resultado será este otro. A su vez, las creencias<br />

condicionales influyen en las creencias instrumentales, que se refieren a qué os capaz<br />

y qué no es capaz de hacer una persona para inRuir en el mundo que le rodea.<br />

Dada la historia evolutiva y la formación del superyó del compulsivo, su creencia nuclear<br />

más fundamental es «yo debería» (Beck et al..1990}. Los esquemas de control. responsabilidad<br />

y sistematización esran muy desarrollados, y los relacionados con la espontaneídad<br />

y al juego están subdesarrollados. Cuando no pueden identificar algún ,deberla•, los<br />

compulsivos empiezan a sentirse incómodos o invadidos por la ambigüedad. Mientras que<br />

las personas normales pueden reflexionar en profundidad de forma ocasional antes de to·<br />

mar una decisión, los compulsivos siempre están pendientes de justificar sus acciones y<br />

de determinar qué acciones podrran sor criticadas o cómo serían evaluadas por un observador,<br />

en especial por una figura de autoridad. Por tanto. sus mentes siempre están enfrascadas<br />

en una maraña da «debería ... » y «terno ... ». <strong>De</strong>sde al punto do vista cognitivo, necosítan<br />

la estructura de las situaciones prescritas, porque los guiones te indican qué hacer,<br />

cómo y cuándo. Donald, por ejemplo, S9 desmoronó en la entrevista clínica. pero se rocuperó<br />

cuando se le pidió que descnblera uu día normal Para la mayor(a do los compulsivos,<br />

la estructuro constituya la totalidad su realidad global; no conocen otra cosa, y eso suele<br />

conducirles a una paradoja. Por ejemplo, cuando van a una Gesta, se esfuerzan en diverñrse<br />

porque ése es el propósito de una fiesta. No conciben lo absurdo.<br />

A su vez. los imparotivos morales que guían su existencia se refuerzan y perpetúan modiente<br />

varios errores cognitivos clave (Beck et al., 1990). Qniz.ís el más destacado sea que los<br />

compulsivos ven el mundo en términos de blanco-negro. Sus «declaraciones de obligaciones»<br />

constituyen absolutos no calificados en funclón de la situación, la capacidad personal<br />

o la disponibilidad de recursos. Los compulsivos son dirigidos por órdenes dadas por lID<br />

omnipotente superyó: «No debes fallar, Siempre debes estar en control de ti mismo. No<br />

debes cometer ni el más mínimo error», etc. Dada su visión del mundo dicotómica y mora·<br />

lista. no es sorprendente que las consecuencias de violar tan sólo una de estas órdenes sean<br />

muy gravas. catastróficas. Los compulsivos no pueden hacer lo que desean. sino qua, en<br />

todos los casos, deben hacer lo que está mandado. El resultado es que su vida sólo contíene<br />

un pequeño potencial para pequeñas alegrías y un gran potencial para la ansiedad.<br />

Algo de esto puede observarse en el caso de Dcnald. que está siempre abrumado por la ansiedad,<br />

pero que no puedo ni enfrentarse al conocimiento consciente de que experimenta<br />

esa ansiedad. ni utilizar ninguna medida de control. Gran parte de la vida de los compulsívos<br />

transcurre en el pasado o en el futuro. perdidos en pensamientos sobre lo que deberían<br />

hacer o haber hecho respecto a cierta persona o situación o sobre cómo Jo que ya han hecho<br />

puede no ser suficiente. <strong>En</strong> ocasiones. sus intensas deliberaciones les bacon parecer dístrafdos.<br />

Sólo en raras ocasiones se centran en el momento presente, que es donde en realidad<br />

se encuentran la mayoría de los placeres e intimidades de la vida.<br />

I PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEUROOESARROLLO<br />

<strong>La</strong> personalidad se refiere a la constelación completa de la persona. Por tanto, cada una<br />

de las perspectivas descritas ofrece una visión limítada de la personalidad compulsiva en-<br />

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Capítulo 7. Pel'SOnalidad obsesivo­compulsiva<br />

259<br />

tendida como un fonómeno global. Cada une de estas teorías explora importantes facetas do<br />

una determinada personalidad dentro de un dominio concreto (p. ej., cognitivo. íntrapsíquicol,<br />

pero ninguna abarca lo suficiente la totalidad de la persona.<br />

Según lo teoría evolutiva do la personalidad (<strong>Millon</strong>, 1990: <strong>Millon</strong> y Oavis. 1996), la<br />

personalidad compulsiva es uno de los dos estilos interpersonales conflictivos. el otro os<br />

la personalidad negativista (o e} trastorno pasívo-agreslvc de la personalidad, según el<br />

DSM·fD-R). Aunque el dependiente, el histriónico, el narcisista y el antisocial también son<br />

personalidades oon desequilibrios interpersonales, son capaces de relacionarse con los demás<br />

de manera coherente. Como sus necesidades y programaciones vitales están bien defmidas.<br />

pueden vivir una vida satisfactoria, plena o completa. Por ejemplo, los dependientes<br />

buscan apoyo y asistencia de los demás: si son capaces de conseguir estos recursos, son<br />

felices. Sin embargo. los compulsivos y los negalivistas se veo acosados por un grave cisma<br />

interno; sienten una gran ambivalencia hacia sus relaciones y vinculaciones. A veces<br />

piensan que sus necesidades son prioritarias y otras creen que deberían ceder u los deseos<br />

de los demás. Su disputa fundamental se produce entre la obediencia y el desafío<br />

(Rado, 1959).<br />

Lo que separe a estos dos patrones es la forma en que se muestra el conñtcto. tos<br />

computstvos, que presentan un conílicto pasivo, usan una estrategia do contención.<br />

Dado su desarrollo Interpersonal temprano, marcado por unos padres exigentes y perfocctontstes.<br />

desarrollan int.royecciones que requieren autocontrol y autocontonción. <strong>En</strong> su<br />

interior luchan denodadamente con cuestiones de conformidad y rebeldía. pero transforman<br />

la ira en obediencia mediante el mecanismo de la formación reactiva. Los nogativistas<br />

que, por el conrrarto, presentan un coníl.ícto activo. actúan con ambivalencia alter·<br />

nando entre acciones que reílejru1 una impresionante lealtad y obediencia y las acciones<br />

terríblemente frustrantes. Los compulsivos se ciñen demasiado a las reglas y mandatos:<br />

los negatívistas mantfiestan un resentimiento evidente hacia ese tipo de imposiciones.<br />

Aunque las dos personalidades parecen muy distintas. están conectadas fundamental·<br />

mente por la toorta. <strong>La</strong> personalidad negativista se explica con mayor profundidad en<br />

el capítulo 15.<br />

<strong>En</strong> las primeras etapas del desarrollo, los niños íntclan la lucho por adquirí.r habílídedes<br />

que les permitan desarrollar su autonomía y lograr la sensación de ser competentes. Durante<br />

este período. la mayoría do los niños se vuelven decididos y enérgicos, y se resisten<br />

a la dirección y amonestación parental. Los progenitores domaslado controladores responden<br />

a estos esfuerzos con una disciplina dura y firme; restringen al niño ñsícamente, le censuran,<br />

retiran su amor, etc. <strong>En</strong> resumen, son implacables en su deseo de aplastar las transgresienes<br />

fastidiosas. Los niños que no pueden encontrar consue]o ante esta agrosión parental<br />

se someten por completo, se encierran en un caparazón o se vuelven tntratnblos y robeldes.<br />

Sin embargo. si los niños descubren un área de movimiento que no ocasiono la reprobación<br />

parental, suelen llegar a un compromiso: restringen sus ectivtdades sólo a aquellas<br />

áreas que cuenten con la aprohaclóo de sus progenitores. Ésta se convierte en la capacidad<br />

de acción disponíble para ol niño compulsivo, que se limita a actuar dentro de unos límites<br />

muy definidos y no so arriesga a salir de ellos.<br />

Sin embargo, tomar esto camino suela tener verías cousecueucias. <strong>La</strong> autonomía se ve<br />

profundamente rostringida; estos nii'ios no desarrollan la sensación de ser competentes<br />

que en cambio sf desarrollan otros ntños que no sufren estas rostrtccíones. Corno consecuencia,<br />

tienen serlas dudas sobre su capacidad de adecuación més alJá del terreno al<br />

que so han limitado, temen dosvíarse del «camino recto y estrecho». dudan y se retraen<br />

ante situaciones nuevas. y tienen poca espontaneidad. curiosidad o sentido do la aventura.<br />

Así pues. con poca confianza en sí mismos y temor a la ira de sus progenitores por las<br />

faltas más nimias. reprimen los impulsos de ser autónomos y evitan explorar Jo desoono-<br />

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260<br />

<strong>Trastornos</strong> ee la personalidad en la vida modtma<br />

cido por miedo a transgredir los 1fmitos dentro de los cuales cuentan con la aprobación<br />

de sus padres.<br />

Los progenitores demasiado controladores suelen preocuparse por sus hijos. pero<br />

muestran esa preocupación dentro del contexto de «mantener al niño a raya», es decir,<br />

evitar quo haya problemas, no sólo por el bien de sus hijos. sino también por el suyo propio.<br />

Así pues. con frocucncia recurren al castigo cuando se producen transgresiones. Sin embargo,<br />

los padres sobreprotectores imponen lim.itacionos a los niños de una forma más suave,<br />

mostrando amor en lugar de ira o amenazas. El control excesivo, por tanto. es similar en<br />

cior1.os aspectos a las técnicas de hostilidad parental, un proceso de aprendizaje más típico<br />

de los patrones de desa.rroHo sádicos y antisociales. No obstante. es necesario establecer<br />

une importante dísrinctéu. El progenitor hostil os punitivo sea cual sea el comportamiento<br />

del niño, míen tras que el progenitor controlador os punitivo sólo si el niño se porta mal. As!<br />

pues, los padres do los compulsivos esperan qua sus hijos cumplan las expectativas parentales.<br />

y les censuran sólo si éstos ao consiguen alcanzar los esténderee que ellos les imponen.<br />

<strong>En</strong> estos casos podemos hablar del control excesivo como método de castigo según<br />

las circunstancias: es decir, el castigo es selectivo y so produclrá sólo en relación con unas<br />

condiciones definidas con claridad.<br />

Otra característica q\10 encontramos con frecuencia en la histeria evolutiva de la personalidad<br />

compulsiva es la exposición a condiciones que inculcan un profundo sentido de<br />

la respoosabilidod en los demás, así como un sentimiento do culpabilidad cuando no se<br />

han cumplido esas responsabilidades. A menudo se «moraliUJ» a estos jóvenes con el fin de<br />

inhibir su tendencia natural bacia el [uegn frívolo y la sansfaccíón de los impulsos. Se les<br />

inculca la naturaleza vergonzosa da díchas actividades y se les advierte de las terribles consecuencias<br />

de las travesuras y del pecado. Este sentido de culpabilidad que el niño ha<br />

aprendido desvío la ira de su objeto original y la dirige hacia dentro, hacia el sí mismo.<br />

donde puede usarse para reslrin_gir aún más los sentimientos de rebeldía. El niño se vuelve<br />

temeroso de las consecuencias de los impulsos agresivos y a la vez desarrolla un gran senlimiento<br />

de culpa por tener esos impulsos «feos• y «pecaminosos». Con esta actitud se<br />

constriñe cualquier comportamiento que se desvíe de lo establecido.<br />

<strong>En</strong> gran parte debido a estas experiencias tempranas, el perfil clínico de la personalidad<br />

compulsiva adulta se caracteriza por acatar, e incluso a menudo venerar. la figura de<br />

la autoridad. así como por internalizar todos los aspectos referentes a la conformidad y<br />

responsabilidad en un esfuerzo por evitar cualquier asomo de oposición, ya sea do intención<br />

u acción, en el sí mismo. Este mandato de acatamiento y responsabilidad impregna todos<br />

los ámbitos de la existencia del compulsivo y, en especial, el terreno laboral. <strong>De</strong>sde la<br />

perspectiva de sus superiores. los compulsivos se perciben como el modelo do la minuciosidad.<br />

Sin embargo. para sus subordinados pueden sor programadores sádicos de tareas,<br />

ya que exigen de sus trabajadores exactamente lo mismo que les exigían sus padres. a la vez<br />

que no muestran prácticamente ninguna compasión por los que eluden sus obligaciones.<br />

Podría deeirse que, do manera superficial, los compulsivos se parecen a la personalidad de·<br />

pendiente, pero en profundidad tienen caracterfsticas dol antisocial. Con el fin de sujetar<br />

sus impulsos oposicionistas y reforzar sus mecanismos de control, los compulsivos se<br />

convierten en personas demasiado aquiescentes y sumisas. No sólo siguen las reglas y las<br />

costumbres, sino que las defienden con onergfa, con ta.l sobrecompensacléu que se convierten<br />

en caricaturas del orden y el decoro. So resisten a sus impulsos y reprimen sus antagonismos<br />

procediendo do una forma sistemática, meticulosa y rígída durante su rutina diaria,<br />

ya que temen que cualquier desviación do su disciplino les provoque estallidos de ira o una<br />

pérdida del autocontrol. <strong>La</strong> tabla 7-1 describe sucintamente Ja personalidad compulsiva<br />

en el ámbito cltnico. Más adelante so compara con otros ccnstructos también derivados de<br />

la teoría evolutiva.<br />

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Capltu1o 7. PetSOna!fdad obs'5MKmpu1:siva<br />

261<br />

Tabla 7-1.<br />

la pe.rsonalidad rompulsiva: Ambitos funcionales y estructurales<br />

Ámbitos f\lndonalts<br />

Ámbitos ffln•c.tvra1cs<br />

Dtsc,prtnodo<br />

Condr:nzudo<br />

Comportamiento MJntiml!' un~ vida rtgt.1/Jda. muy es­ lmagm de sí Se conStdcra entregado al trabajo,<br />

CX4k'CSÍ'í0 lruc:tur.tda y t~tn(tam,ntc org;anrza. mismo aplicado. digno de confianza. mtticuda;<br />

ri pffltcdotl11mo inttrl,c,c con I¡¡<br />

loso y dicaz; txduyc en gran medida<br />

toma de ckci"S•ono y l.a fina1t.Uoón de<br />

las actividadtS de ocio: teree cometer<br />

trl!Cll'S<br />

ereres o los juicios cquil.ra<br />

demasiado los asptttOS dc st mistno<br />

q-uc tienen que ~r tol'I la disclpUna,<br />

perftttión, prudcocia y lealtad<br />

fk,S(M'(UOSO<br />

Arlif1cioso<br />

C.O"llutt.a Re$pcta de fom1.1 11WS1,1al ~ ca.rt


262<br />

Trastomos d, la pusonalldad en la vich• moderna<br />

len fracasar en la consecución de sus objetivos. aunque por motivos bien distintos. El dependiente<br />

so adapta debido a la presencia de profundos sentimientos de inadecuación y por<br />

el miedo a perder a las personas que Je apoyan. <strong>En</strong> efecto, los dependientes toman presta·<br />

das la madurez y la eficacia de sus personas más próximas para que les solventen las exigencias<br />

do las responsabilidades adultas. <strong>La</strong> incapacidad para adaptarse pone en peligro la<br />

relación, lo que provoca fantasías de abandono e indefensión y episodios de ansiedad, preccupaclén<br />

o incluso pánico. Los deseos son opuestos a los miedos, y ol dependiente desea<br />

seguir siendo como un niño, ser cuidado en un mundo repleto de amor y felicidad en que<br />

el niño y el progenitor están fundidos en un único ser. Por el contrario, la imagen que tiene<br />

ol compulsivo de sí mismo está compuesta por los valores Fundamentales del autocontrol<br />

y la madurez. Mientras que el dependiente evade las exigencias laborales, la madurez y<br />

la consecución do logros, los compulsivos con.sidoran quo este tipo do cosas son esenciales<br />

para su identidad. Aunquo algunos compulsivos se sienten indecisos y se abruman con fa.<br />

cilidad, desdo el punto do vista cognitivo, por su Incapacldad paro seleccionar una única<br />

opción entre un gran número de posibilidades. no es la carencia de competencias funda·<br />

mentales, como on o) caso del dependiente. lo quo evita quo avancen. Eisa os todo un<br />

ejemplo de autocontrol y madurez. Sin embargo. es incapaz de escoger un libro de texto y<br />

presenta otros patrones de la conducta compulsiva, incluida una excesiva minuciosidad<br />

para corregir los trabajos y la estructura de las Erases.<br />

También existen ciertas similitudes entro las personalidades compulsiva y esquízolde.<br />

<strong>La</strong> devoción de los compulsivos por las reglas institucionales y las convenciones sociales<br />

caracteriza su conducta interpersonal, con una pasividad que recuerda superficialmente a<br />

In del esquizoíde, Podemos imaginar que Holden, considerado como -demastado ríg.i.do y<br />

carente de compasión-., podría reflejar esta descripción en sus dras más formales y menos<br />

ernouvos. Por otra parto. tan lo los compulsivos como los esquízotdes careceu de r+qceee<br />

en su vida emocional. Sin embargo. en el caso del esquízoíde, la ausencia de emoción refleja<br />

una incapacidad básica para la experiencia afectiva, que empieza en la infancia con una<br />

careada básica de vinculación a sus progenitores. y sigue durante la edad adulta. Por el<br />

contrario, el empobrecimiento de la vida emocional del compulsivo está relacionado con<br />

una nutoimagen de severidad y reserva interpersonal, y con los esfuerzos realizados para<br />

bloquear, auular o transformar el afecto en cualquiera de sus formas. Por tanto, los compulsivos<br />

se describen como emocionalmente coostreiLidos y los esquizoides como emocionalmente<br />

carentes.<br />

Tanto los compulsivos como los paranoides suelen presentar profundos sentimientos<br />

ocultos de bostilidad. Sin embargo, la ira del compulsivo es más fácil de ocultar tras una<br />

sonriente fachada de coufonnidad, mientras que la ira del paranoide está mucho más cercana<br />

a la superficie y, en ocasiones, puede conducir a une determinada actuación. Es más, los<br />

paranoides muestran su irritabilidad con bastante facilidad. mientras que los compulsivos<br />

son más propensos a transformar la hostilidad en aquiescencia mediante ol mecanismo de<br />

formacióa reactiva. o a desplazar la expresión de su íra desdo las figuras de autoridad hacia<br />

sus subordinados mediante el mecanismo do desplazamtento. Por ejemplo, en la formación<br />

reactiva, una persona con intensos impulsos agresivos, pero C01\ poderosas limitaciones<br />

para expresarlos, puede ceñirse escrupulosamente a las exigencias del superyó a fin de<br />

compensar los sentimfontos de culpa. Mediante el mecanismo de desplazamíanto, se apartan<br />

los sentimientos agresivos de las figuras que pueden tomar represalias y se redírigeu ha·<br />

cía los objetos o personas que no representan ningún tipo do amenaza. Por tanto, en vez de<br />

gritar n sus superiores. los compulsivos furiosos pueden utilizar su posición de poder y<br />

conocimiento do las reglas institucionales para sabotear a los que no les rinden ol suflciente<br />

respeto o a los que simplemente consideran que no han «pagado sus peajes vitales». Por<br />

el contrario. Jos paranoides transforman la agresividad proyectaudc sus sentimientos de<br />

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Capítulo 7. Ptrsonalidad ot>sc:sivo-compulsiva<br />

263<br />

hostilidad. <strong>En</strong> efecto. evitan asumir la responsabilidad da este tipo de emociones atribuyéndolas<br />

a los demás y, por tanto, convirtiéndose en el objeto de los ataques y la persecución<br />

de los otros.<br />

<strong>La</strong> expresión indirocta de Ja hostilidad y la presencio de conflictos interpersonales<br />

entro sus propios deseos, impulsos y planes. y los de los demás también relacionan a las<br />

personalidades compulsivas con las negativistas. Sin embargo, como ya se ha dicho. el<br />

compulsivo dispone de varias estrategias para transformar la agresividad, como por ejem·<br />

plo la sublimación total de dicha agresividad. Con frocuencia, asta estrategia crea una facha·<br />

da de normalidad que se observa en ciertos rasgos. como la calma. la reserva y la organiza·<br />

ción. Por su parte, los negatívistas. que son activamente oonAictivos. oscilan entre una conducta<br />

pasivo-egresiva que, como en cJ caso dol compulsivo, se adapte a las expectativas de<br />

los demás aunque sólo de manera superficial. Ambas son respuestas frente a una autoridad<br />

excesivamente controladora, pero mientras ol compulsivo sigue las reglas para contentar 9<br />

los que detentan posiciones de poder, el ncgativista utiliza las reglas para sabotearlos. Es<br />

probable que DonaJd no presentara síntomas somáticos tan acusados si como buen nogati<br />

vista. pudiera permitirse de vez en cuando «..ir en contra do lo estsblecldo» y disfrutar del<br />

caos resultante.<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

Al igual quo ocurro con la mayoría de las personas que tienen trastornos de la persona·<br />

lidad. los compulsivos tienden a expresar ciertos síntomas cuando se enfrentan a períodos<br />

de estrés prolongado o intenso. Como en todos los casos, es importante recordar que mu·<br />

chas de los síndromes del Eje I se derivan, como es lógico, de patrones da la personalidad<br />

profundamente arraígados, y que el mismo síndrome del Eje 1 adquiere un significado dís-<br />

tinto en función de las diferentes dinámicas subyacentes. Por ejemplo, los compulsivos con<br />

preocupaciones somáticas, como l)()nald, tendrán razones distintas que los evitadores. A<br />

medida que usted vaya leyendo los párrafos que siguen, intente Identificar la conexión eatre<br />

la personalidad y el trastorno sintomático.<br />

Trastorno obsesivo­compulsivo<br />

Cualquier persona que revise el OSM-IV llegaría a la conclusión de que el trastorno obsesivo-compulsivo,<br />

caracterizado por pensamientos y nociones Intrusas e indeseadas. está<br />

relacionado con la personalidad obsesivo-compulsiva. <strong>De</strong>spués de todo. los dos tienen el<br />

mismo nombre. como si oxtsrtera alguna base teórica o empírica que los relacionara. Sin<br />

embargo. aunque la relación entre estos dos trastornos ha sido objeto de une considerable<br />

especulación o tnvestigacién empírica, su relación sigue siendo muy controvertida. Una reciente<br />

revisión de la literatura llegó e la conclusión de que sólo una pequeña minoría de su·<br />

jetos diagnosticados de trastorno ebsesivo-compulslvo recibía también el dlagnéstícc de<br />

personalidad compulsiva (Black y Noyos. 1997). Muchos de olios son diagnosticados<br />

como evitadores {Skodol et al .. 1995) o incluso como dependientes, histriónicos o paranoides<br />

(Rodrigues y <strong>De</strong>l Porto. 1995). Asimismo, los estudios clínicos sugieren que cuando una<br />

persona presenta ambos trastornos. el trastorno obsesivo-compulsivo puede sc.r tratado<br />

con éxito, mieorras que no se logra ningún efecto sobre la personalidad compulsiva {McKay<br />

ot al., 1996).<br />

Sin embargo, estos hallazgos sólo demuestran que las obsesiones y las compulsiones<br />

no SOi\ espectñcas de lo personalidad compulsivo, sino que. como cabía esperar, también<br />

aparecen en otros patrones. Por ejemplo, los teóricos psicodinámicos han relacionado las<br />

obsesiones con la personalidad narcisista (McWíllíams. 1994). Mientras que los compulsi-<br />

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264<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personatídad en la vida moderna<br />

vos necesitan la perfección para evitar la reprobación del superyó. los pensamientos intrusos<br />

de los narcisistas están relacionados con supuestos defectos y limitaciones que observan<br />

en sí mismos. Los compulsivos deben sat lsfacer las exigencias do un progenitor muy<br />

crítico al que han intomal izado, pero los narcisistas necesitan creer en su superioridad in·<br />

trfnsece.<br />

Por tanto, ambos pueden desarrollar un trastorno obsesívo-compulsivo. pero el contenido<br />

y el slgnlflcado de esta tipo do síntomas suele ser muy distinto. Asf pues. la personalidad<br />

compulsiva está relacionada con el trastorno obsesivo-compulsivo, aunque mediante<br />

un proceso lógico que estableco una conexión entre la naturaleza de la personalidad y la na·<br />

tnraleza del trastorno. Por ojomplo, la necesidad do comprobación de los obsesivos parece<br />

estar más relacionada con el patrón compulsivo (Cibbs y Oltmanns, 1995: Rosen y Tallis,<br />

1995) y. en concreto, con el rasgo del perfeccíontsmo (f'errari, 1995) que el lavado ccmpulsivo<br />

de manos. <strong>La</strong> relación entre la comprobación y la personalidad compulsiva puede de·<br />

berse a una patología de la atención que podría estar relacionada con e] nivel de atención<br />

caractertstico de ]os compulsivos (Shapiro, 1965). asociado al miedo a cometer errores.<br />

Por tanto, el comprobador parece estar preguntándose: «¿He apagado la estufa?. quizá<br />

como respuesta a una voz pareuta! intemalizada, créntcarnente acñvn, qua le pregunta stn<br />

cesar: «¿Estás seguro da que lo has hecho todo bien?» Para acallar esa voz. tarde o remprano<br />

volverá a comprobar la estufa. aunque sólo soa para conseguir un poco de paz.<br />

Otros trastornos de ansiedad<br />

Los compulsivos suelen ser candidatos a presentar otros trastornos de ansiedad, incluí·<br />

da la fobia social (1'urner el al., 1991) y el trastorno de ansiedad generalizada (Nesladt et al ..<br />

1992). Muchos compulsivos. sobre todo los que han sufrido prolongados períodos de estrés<br />

(quizá provocados por su propia indecisión), temen que se desintegre su fachada social. tanto<br />

porque se descubra su inadecuacién (y. por tanto, sean avergonzados públicamente)<br />

como porque puedan perder el control y descargar directamente sus sentimientos agresivos.<br />

Dado que muchos compulsivos parecen estar dlrigldos internamente para cumplir sus objetivos.<br />

la constante presencia de tensión suele convertirse en parte de su forma de ser.<br />

Como consecuencia, puede ser difícil diferenciar el patrón de personalidad del síndrome<br />

clínico. No obstante, la cara positiva es que muchos compulsivos uti1izan la energía derivada<br />

de la ansiedad para alimentar su característica diligencia y meticulosidad. <strong>La</strong> energía<br />

de la ansiedad se redirige hacia la contención.<br />

<strong>Trastornos</strong> somatomorfos<br />

Los trastornos somatomorfos incluyen el trastorno de conversión, el trastorno por dolor,<br />

la hipocondría y el trastorno dismórfico corporal. Aunque en el caso 7·1 se doscribe<br />

un ejemplo de personalidad compulsiva con intensos síntomas somáticos, existen pocas in·<br />

vestígaciones que relacionen esto tipo de sfndromos con la personalidad compulsiva. No<br />

obstante. Rost et al (1992) encontraron que. aunque es más común que se identifiquen otros<br />

patrones de personalidad, sobre todo el evitador, el paranoide y el contraproducente, el<br />

trastorno de somatiz.adón también suele diagnosticarse junto al trastorno compulsivo de<br />

la personalidad. Los síntomas más comunes incluyen el dolor. las alteraciones gastrctntestinales,<br />

las disfunciones sexuales y los síntomas seudoneurológicos, ninguno de los cuales<br />

puede explicarse por la presencia de una enfermedad médica.<br />

<strong>En</strong> el caso de los compulsivos. las dolencias corporales pueden ser utilizadas parara·<br />

cionalizar fracasos e inadecuaciones. o como una forma de «salvar la cara» atribuyendo sus<br />

deficiencias a causas que. obviamente, están fuera do su control. Los compulsivos que tíe-<br />

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Capitvk> 7. Ptrsonalidad obs(sivo-compulsiva<br />

265<br />

nen éxlto a posar de sus enfermedades ohtionon un bonoficio secundario; sus jefes los recompensan<br />

por su noble sufrimiento o por la perseverancia frente a la adversidad. lo que<br />

convierte la enfermedad en una magnífica oportunidad para conseguir reconocimiento y<br />

respeto. Además. la enfermedad les pemúte escapar a la reprobación de un sádico superyó<br />

siempre presto a culpabilizarlos. <strong>La</strong> manifestación de síntomas físicos también puede ser<br />

una expresión de la tensión y la ansiedad acumuladas y redirigidas hacia el propio cuerpo.<br />

Para algunos de ellos, no existe ningún otro lugar en el que puedan expresar la ansiedad.<br />

ya que su presencia destrozaría la Fachada de competencia. <strong>En</strong> algunos casos. la acumu<br />

Loción de t·ensión y el beneficio secundario actúan mano a mano, como en el caso de Donaíd.<br />

nuestro compulsivo de estómago delicado. que debe encontrarse bajo una increlble<br />

presión fronte a la qua debe mantener una «eñctento capacidad operativa» laboral. a pesar<br />

do su Intenso malestar. No hay duda do que creo quo sus jefes Jo respetan por raslstlr en voz<br />

do rendirse al malestar físico.<br />

Aunque la idea do osrar enfermo probablemente sea contra.ria a su autohuagen lógica,<br />

raciona). íntelecmnl. sobria y controlada, los compuJsivos se sienten impulsados hacia<br />

una perfección que puede provocar quo so obsesionen por imperfecciones nimias que no<br />

pueden eltminar o superar. Quizá sea ésta la razón por la que las personalidades compulsivas<br />

pueden desarrollar un trastorno dismórfico corporal (Neziroglu ot al., 1996), os decir,<br />

la preocupación por un supuesto defecto en alguna parte de la anatonúa o del aspecto físico.<br />

Una vez identificada, la supuesta deformidad se convierto en el foco de un constante e<br />

intenso escrutinio. Este tipo de personas pueden examinar sus «labios arrugados» o su «nariz<br />

curvada» una y otra vez frente al espejo. o incluso pueden 11egar a realizar varios intentos<br />

de suicidio (Veale el al., 1996).<br />

Una vez establecido, el trastorno dismórfico corporaJ puede verse impulsado por una<br />

combinación del distorsionado nivel de aleación compulsivo (Sbapiro, 1965) descrito con<br />

anterioridad y por la tendencia al pensamiento blanco-negro. Al centrar toda su atención en<br />

el supuesto defecto, lo magnifican de forma desproporcionada. con Jo que ocupan toda su<br />

conciencia. A la voz, al pensamtento dicotómico imposibilita cualquier tipo do evaluación<br />

realista. <strong>En</strong> vez de situarse en medio de un continuo esténco, evalúan su nariz o sus labios<br />

como completamente buenos o malos, con lo que crean un círculo vicioso sin escapatoria<br />

posible. Aunque otras personaltdades pueden roc.ibir ol diagnóstico do trastorno dismórfico<br />

corporal. sus razones suelen sor distintas. Los evitadores. por ejemplo, se sienten avergcnzados<br />

por el defecto y temen que provoque un escrutinio público; los narcisistas se sien·<br />

t.Rn debilitados, y los histriónicos. cuyas cogniciones son muy imprecisas. se limitan a sen·<br />

tirse feos en general. Sin embargo, es muy probable que los compulsivos piensen que el<br />

defecto causará que los demás no se los tomen tan en sar¡o o que Je.s distraerá do Fijnrse en<br />

su imagen pública o situación de poder.<br />

<strong>Trastornos</strong> disoc:iotivos<br />

<strong>La</strong>s personalidades evítadoras. límite y compulsivas suelen sufrir experiencias disocia·<br />

Uvas (Símoon 01 al .. 1997), quo se definen como «una alteracíén inusual de la conciencia. In<br />

memoria, la identidad o la percepción del entorno» [DSM-IV. 1994; pág. 477). Existen mu·<br />

cbos tipos de disociación. <strong>En</strong> la amnesia disocíativa. las personas sufren lagunas de me·<br />

morla que suelen ser consecuencia do una experiencia traumática o muy estresante, que<br />

no pueden recordar. <strong>La</strong> fuga dísocíattva es similar a la amnesia disoclativa. pero las personas<br />

que la sufren se escapan repeatinameat'e de casa. <strong>En</strong> erecto, la persona no sólo desea olvidar.<br />

sino que tamblén quiere escapar. <strong>En</strong> el trastorno disociativo de la identidad. en el pasado<br />

denominado personalidad múltiple, coexisten en la misma persona identidades en<br />

apariencia distintas.<br />

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266<br />

Trastomos ee la pe:t'SOt'lalidad en la vida moderna<br />

Paroc::e légíco que los compulsivos sean más vulnerables a experiencias do dnspersonalización.<br />

sobre todo a la sensación de desvinculación o extrañeza del sí mismo y a la idea<br />

do que el mundo que los rodea se ha vuelto irreal u onírico. <strong>La</strong> relación entre ol trastorno y el<br />

patrón de personalidad, más amplio, se basa en el íérroo control que los compulsivos o;crcon<br />

sobro los sentimlentcs, en su excesiva tntelecnmltzactén y on la distorsión do sus procesos<br />

do atención. <strong>La</strong>s emociones son tan amenazadoras para los compulsivos que despojan do<br />

viveza y dlcotomlzan al mundo para hacerlo más controlable. Cuando lleven la reacción a<br />

este sentimíento de amenaza al extremo, pueden eliminar por completo do sus vidas la percepción<br />

del s( mismo, de los otros y del entamo. <strong>En</strong> ese caso. el compulsivo so convierto en<br />

una máquina que funciona en un mundo mecánico gobernado por reglas deterministas.<br />

Como es natural, la línea quo separa la despersonalización y el delirio puede llegar a ser muy<br />

fina. <strong>De</strong> bocho, VV. Reich (1933) describlé a estas personas como «máquinas vtvteutese.<br />

<strong>De</strong>presión y otros trastornos del estado de ánimo<br />

<strong>La</strong>s personalidades compulsivas son propensos a padecer sentimientos depresivos.<br />

Al controlar en exceso y negar emociones y deseos, y centrarse en el trabajo detallado.<br />

pueden sobrevivir con una grao sensación da seguridad, pero con pocas satisfacciones. <strong>De</strong><br />

hecho. sus vidas cotidianas carecen de las emociones positivas que la mayoría de nosotros<br />

damos por se atado, tal como ilustran los tres casos presentados. Mientras que todas las personas<br />

tienen días buenos y días malos, los compulsivos se limitan a seguir adelante con<br />

un estado emocional que sólo puede describirse como sombrío, reservado o arisco. Por<br />

tanto, obttenen poco refuerzo da sus relaciones Interpersonales. Otras personas los en·<br />

cuentran simplemente aburridos o controladores y se limitan a interaccionar con ellos lo<br />

menos posible. lo que deja al compulsivo confundido o con la sensación de ser rechazado.<br />

Por desgracia, esta tendencia a sublimar los conílictos y a suprimir las emociones deja a<br />

los compulsivos tan enajenados de sus propias respuestas emocionales, a la vez que tan<br />

dedicados al trabajo duro y a la ejecución precisa, que muchos de eUos simplemente van<br />

pasando como pueden, Inconscientes de cuán deprimidos parecen en realidad. Por ejem·<br />

plo, EJsa no podía ser emocionalmente consciente de las rozones que la habían llevado al<br />

centro de asesoramiento: no sabía si estaba enfadada con su clase o deprimida, ya que.<br />

hasta cierto punto. reconocía sus errores y la decepción de los demás.<br />

Los compulsivos que mantienen sus controles defensivos intactos viven en una especíe<br />

de ueblíne distímica perpetua, pero los que sufren Wl8 depresión mayor es probable que<br />

hayan sufrido algún tipo de ruptura defensiva relacionada con sus ambtvslencias intrínsecas.<br />

Los teóricos psicodinámicos. por ejemplo, han considerado durante mucho tiempo qua<br />

la depresión es ira dirigida hacia el interior. directamente contra el sí mismo. Incapaces da<br />

resolver el conflicto entre la obediencia y el desafio, los compulsivos pueden minimizar sus<br />

propias competencias y verse plagados de sentimientos de culpa. reprobación y vergüenza.<br />

Algunos de ellos pueden sentirse resentidos hacia sí mismos e incluso llegar a odiarse<br />

por mostrar alguna debilidad e indecisión, basta el punto de utilizar los semímlentos depresivos<br />

para castigarse, creyendo qua merecen sufrir. Por otra parte, los compulsivos con<br />

una mayor consciencia pueden llegar a odiarse por la felicidad que han dejado escapar para<br />

adaptarse a las presiones externas. o criticarse por supuestos errores o por dejar que los demás<br />

se aprovechen do su dedicación y diligencia.<br />

I TERAPIA<br />

Los compulsivos son clientes frustrantes. Resu Ita irónico que, aunque la mayoría de<br />

ellos cumplen escrupulosamente con la psicoterapia, pueden fracasar bajo el peso de sus<br />

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capltulo 7. Ptrsonalidad obscsivo,-compulsiva<br />

267<br />

propios rasgos. Por una parte. una experiencia emocional correctiva suele formar parte de<br />

la terapia eficaz, pero para los compulsivos suele ser difíciJ cooectar emocionalmente con<br />

cualquier cosa. Suelen equiparar las emociones a la pérdida de control, algo que les aterro·<br />

riza. Algunos de ellos suelen quejarse de que han perdido el tiempo, el dinero y, curiosamcntc,<br />

el empeño quo han puesto on el trabajo.<br />

t s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

Trampas terapéuticas<br />

Al principio de la terapia la mayoría de los clientes acepta al terapeuta como una figura<br />

de autoridad o corno experto. <strong>De</strong>spués de todo, el terapeuta tiene un título universitarío,<br />

miles de boras de experiencia clínica, etc. Sin embargo. a medida que avanza la terapia,<br />

estas expectativas se desvanecen en cuanto el cliente y el terapeuta establecen una confian·<br />

za mutua y se conocen como seres humanos genuinos. Los pacientes pueden creer. en un<br />

principio. que el terapeuta tiene todas las respuestas, pero más adelante aprenden que cada<br />

persona es distinta y. por consiguiente. que la psicoterapia no es más que un cuerpo de<br />

princlpíos generales, que &IJ apoya en probabilidades, carente de un organigrama sóUdo que<br />

conduzca aJ funcíoueunento normal. También aprenden la importancia de compartir y re·<br />

flexionar sobre sus experiencias y sentimientos más lntimos y de utilizarlos para identificor<br />

el patrón disfuncional do sus relaciones.<br />

No obstante, las personalidades compulsivas tienen varias características que dificultan<br />

esta progresión natural. <strong>En</strong> primer lugar. la mayoría de los compulsivos cooperan. se<br />

muestran amistosos y meticulosos debido a su historia evolutiva y a la dinámica de la situación<br />

terapéutica. Así, OonaJd parece estar empeñado en ser el paciente perfecto y responde<br />

do forma exhaustiva a cada pregunta que se le formula. Sin embargo. esta fachada está<br />

motivada por íntroyecctones puni Uvas. Donald terne no proporcionar una respuesta completa<br />

porque puede ver al terapeuta. igual que o cuaJqu.ier otra figura de autoridad. corno<br />

una extensión de su severo superyó. Por consiguiente, existe el riesgo de que cuelquter interpretación<br />

terapéutica se transforme en algo crítico y condenatorio.<br />

Los terapeutas más directivos o dados a la confrontación pueden revivir inadvertidamente<br />

las experiencias evolutivas tempranas del compulsivo, lo cuaJ refuerza su teudencia<br />

a la autocrítica. la supresión del desafío y la irritabilidad no manifestada. <strong>En</strong> el peor de<br />

los casos se crea una dinámica vícíade: el terapeuta se siente desorientado y frustrado con<br />

el compulsivo, que una y oll"á vez intelectualiza y se niega rígidamente a ebrtrse: el compulsivo.<br />

por su parte. se siente reprendido y avergonzado. se encierra aún más y lucha con el<br />

terapeuta tras una barricada de lógica y racionalidad.<br />

<strong>En</strong> segundo lugar. incluso on aquellos casos on los que ol terapeuta os cálido y ompático<br />

do forma consecuente, dobe controlar la intención de haoor aflorar las emociones<br />

de los compulsivos y deba graduar su exposición a los afectos. <strong>La</strong>s terapias no 1.:tstructuradas<br />

pueden provocar ansiedad en el compulsivo. que se siente más cómodo<br />

cuando se ciño a estructuras conocidas. Los terapeutas a los que les gusta movilizar emodones,<br />

sobre todo mediante estrategias orientadas a la introspección. pueden verse frustrados<br />

por la necesidad de considerar los cosas a parUr de los hechos. do deliberar sobre<br />

las posibilidades y de obviar el ccufltcto emocional hasta el punto de que la introspección<br />

os imposible. L.a constancia os una estrategia defensiva construida a propósito<br />

para rasist irse a las experiencias emocionales, incluida la oxpcriencia emocional corroeuve<br />

do la terapia. El cambio significa vulnerabilidad, y el afecto significa vuloerabilidad,<br />

inostabilidod e inseguridad. No sólo es habitual que los compulsivos minimicen las<br />

emociones, sino que no sepan quó emociones sentir. Por tanto, la terapia se convierte en<br />

una situación ambigua en la quo so sienten paralizados por la indecisión y aterroriza·<br />

dos por la novedad.<br />

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268<br />

Trasto,i,os de la person.alidad en la vida moduna<br />

Estrategias y técnicas terapéuticas<br />

<strong>De</strong>sde una perspectiva interpersonal. Benjamín (1996) hace hincapié en que la terapia<br />

de la porsonalidad compulsiva puede degenerar en una lucha por el poder. <strong>En</strong> ocasiones,<br />

los compuJsivos quieren tomar el control: en otras, quieren que Jo tomen los demás. Sin embargo,<br />

puede utilizarse su racionalidad para implicarlos. Benjamin utiliza su modelo del<br />

AECS, pero los compulsivos pueden interesarse por cualquier plan terapéutico que se les<br />

explique paso a paso de una manera lógica. También es probable que estén de acuerdo en<br />

que para entender los problemas actuales es necesario explorar las influencias tempranas<br />

del desarrollo. <strong>La</strong> idea de que cada persona es el producto do la experiencia conecta el pasado<br />

y el presente de forma atractiva para ellos. Al definir la terapia como un proceso no<br />

muy distinto al de la investigación científica so puede conseguír que su estilo racional sienta<br />

ganas de implicarse. a la vez que permite que el terapeuta les ayuda a ampliar sus perspectivas<br />

y a establecer una buena empana con ese maleable ntño pequeño que fue sometido<br />

al control de unos padres exigentes y fríos. <strong>La</strong> percepción de este tipo de compasión los<br />

libera de la constante necesidad de garantizar la aprobación de las internaltzadas imñgenes<br />

críticas de los padres. y abre el camino a la calidez en las relacionas actuales. <strong>La</strong> identificación<br />

con los padres críticos y la intema1ización de su interminable persecución de<br />

errores puede dofinirse como una forma de adaptación a una sttuaclóu familiar patológica<br />

que ya no es necesaria y que en la actualidad es dcsadaptat.iva. Por ejemplo, la autocrtríca<br />

excesiva es uno de los principales caminos hacin los sutiles sentimientos depresivos.<br />

También pueden ser útiles intervenciones interpersonales más amplias. Segün Becjamin<br />

(1996), la terapia da pareja pueda ser especialmente útil, ya que los compulsivos tienden<br />

a casarse con otros patrones de personalidad. como los dependientes o los histriónicos.<br />

cuya dependencia complementa su necesidad de controlar. Los problemas sexuales son frecuantos<br />

y suolon raflajar patologtas más amplías en la relación. Por ejemplo. las mujeres<br />

compulsivas pueden sentir una necesidad de autoeontrolarse tan intensa que haga imposible<br />

la consecución del orgasmo. Cuando su pareja no quiere tener relaciones sexuales. el<br />

hombre compulsivo puede pensar que está utilízando una estratagema de control. Por último,<br />

so puede pedir a los compulsivos que ayuden a establecer las reglas pura negociar los<br />

problemas que surjan en la relación. sea una cuestión de dinero. de tiempo libre o de relaclones<br />

sexuales. Dado qua los compulsivos entlenden las reglas, esta técnica sirve de forma<br />

paradójica para obligarles a renunciar al control a la vez que para establecer procedentes<br />

de igualdad con su pareja. Otras intervenciones incluyen pedir al padre compulsivo que<br />

empiece a jugar con sus hijos. con Jo que se le introduce en el mundo de las gratificaciones,<br />

el afecto y la espontaneidad. <strong>De</strong> no ser así. los compulsivos pueden segui_r tan enfrascados<br />

en el trabajo que siguen descuidando a sus familias.<br />

<strong>La</strong>s técnicas centradas en las otras áreas de la personalidad pueden ayudar a potenciar<br />

la efectividad de las intervenciones interpersonales. Dado que los compulsivos son<br />

vulnerables a la tensión crénica y la ansiedad. las técnicas conductuales, como la relajación.<br />

pueden ayudarles a afrontar las situaciones ansi6genas y suelen ser eficaces para<br />

tranquilizarlos al principio de una sesión, antes de realizar otras intervoncionos. <strong>La</strong>s intervenciones<br />

cognitivas deben seguir el plan general de la t.e.rapia cognitíva y utilizar sus<br />

técnicas para modificar las creencias desadaptaüvas, ast como IAs emnctcnes de los coro·<br />

pulsivos, Para captar el interés do) compulsivo apelando a su sentido de la estructura.<br />

pueden hacerse listas de los objetivos y ordonarlos según su importancia. <strong>En</strong> primer lugar,<br />

se pueden resolver los objetivos más sencillos, con el íin da conseguir una sensación de<br />

óxilo, apoyar la idea de qua el cambio es posible y motivar a los pacientes. Una vez so ha<br />

establecido una buena relación terapéutica. pueden ponerse a prueba las creencias con<br />

una actitud de descubrimiento cíentíñco en vez de con ánimo de confrontación, ya que<br />

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Cipftuk> 7. Ptrsonalidad obstsivo­c.ompulsiva<br />

269<br />

este último sólo ocasionaría que se reviviese el pasado evolutivo. Se puede recurrir a la parada<br />

de pensamiento entre sesiones para disminuir la cantidad de tiempo utilizado en meditar<br />

sobre sus preocupaciones.<br />

<strong>La</strong>s estrategias psicodinámicas pueden usarse para interpretar los elementos desplazados<br />

y reprimidos que se han manifestado en forma do síntomas. <strong>La</strong>s estrategias que abordan<br />

las relac.ioaes obiereíes son especialmente relevantes . .Aunque lo explicación de la relación<br />

de transíerencia puede ser un punto de inicio, muchos de estos pacientes niegan el afecto<br />

hasta tal punto que deben utilizarse otras técnicas. <strong>La</strong> interpretación de los sueños y la<br />

asociación libre pueden ayudar a desvelar pasadas vigilancias Intelectuales y a descubrir<br />

miedos profundamente arraigados. toles como cometer errores o incurrir en la desaprobéciéu<br />

de las figuras do autoridad. Estas personas pueden sorprenderse do lo estrepitoso y<br />

revelador, desdo el punto de vista emociona), que puede ser el contenido de sus sueños.<br />

<strong>En</strong> este momento puede hablarse sobre los miedos descublertos en el contexto da la reluci.ón<br />

terapéutica y comentarse el vínculo que existe entre estos miedos y la rigidez del paciente<br />

y su insistencia en la disciplina. la perfocción, la prudencia, la lealtad y, sobre todo,<br />

la formación reactiva. Por desgracia. muchos compulsivos se defienden Eren te a estas técnícas<br />

psieodinamícas constderandoías una pérdida da tiempo poco cientffica.<br />

t s<br />

•<br />

1<br />

i<br />

1<br />

j<br />

i<br />

<strong>La</strong> personalidad obsesivo-compulsiva lucha para contener el conflicto entre In obediencia<br />

y el desafío, ciñéndose de forma escrupulosa a reglas y normas. hasta el punto de<br />

convertirse en una caricatura del orden y el decoro. <strong>La</strong>s sociedades occidentales parecen<br />

promover este tipo de rasgos al valorar el trabajo duro, la eficiencia y la atención a los de·<br />

telles. pero o nivel patológico convierten el perfeccionismo y la disciplina en rigidez. <strong>La</strong>s<br />

personas con esta trastorno acaban tan absortas en la coníeccíón de reglas y listas, y en obligar<br />

a los demás a adaptarse a las normas, y están tan abrumadas por los detalles que lo toma<br />

de decisiones se convierte en algo imposible.<br />

<strong>En</strong> el rango de la normalidad, Oldham y Morris (1995) describen el estilo concienzudo,<br />

que se caracteriza por su devoción al trabajo, los principios morales y el orden. mientras<br />

que el estilo confonnisla do Míllon (<strong>Millon</strong> et al., 1994) eslá más preocupado por seguir las<br />

normas y las convenciones, tiende al pensamiento blanco-na-gro y suprimo la emotívtdad.<br />

E...; oxtrafto que la personalidnd compulsiva so confunda con otros patrones de porsonalidad,<br />

aunque está relacionada desdo el punto de vista teórico con las personalidades dependiento.<br />

esquizoíde y paranoide.<br />

Existen varios subtipos de personalidad compulsiva. El compulsivo concienzudo pre-<br />

senta una intensa dependencia conformista: el compulsivo puritano está especialmente<br />

preocupado por la ambivalencia y Hende a desplazar su agresividad de forma sádica: el<br />

compulsivo burocrático utiliza las estructuras externas para compensar su ambivalencia in·<br />

tema y también puedo actuar sádicamente; el compulsivo parsimonioso está centrado en<br />

la acumulación, y el compulsivo endemoniado se mezcla con la personalidad negativista.<br />

Freud explica la personalidad compulsiva como una fijación al estadio anal del desarrollo<br />

psicosexual. Según Freud, los tipos enaí-retenuvos están causados por una actitud<br />

parental rígida. impac.iante o exigente respecto al aprendizaje da los hábitos da higiene. lo<br />

que comporta qua el niño internalice un superyó severo. presto a condenarle por sus pensamtentcs<br />

y acciones. Los niños también pueden reaccionar convirtiéndose en un tipo analexpulsivo,<br />

una estrategia que utiliz.an para resistirse al control de los padres. Posterior·<br />

mente, los psicólogos del yo y do las relaciones objetales variaron el foco de atención hacia<br />

la Jntolerancta del compulsivo frente a las ambigüedades, a las que se enfrenta con un ar·<br />

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o<br />

I RESUMEN


270<br />

<strong>Trastornos</strong> de ta ptrsonalidad tn l.a vida modtma<br />

senal de mecanismos do defensa como la formación reactive, el desplazamiento, la anula·<br />

ción y el aislamiento del afecto. con el fin de superar los sentimientos de ira e inseguridad<br />

generados por estos conflictos.<br />

<strong>De</strong>sde una perspectiva Interpersonal. podernos observar que los compulsivos son artificiosos<br />

en extremo en sus intera.cciones socíales. Parecen incapaces de mostrarse espontdneos<br />

y, on su lugar, prácticamente siguen un organígrame para sus interacciones personales.<br />

<strong>De</strong>sdo el punto do vista interpersonal. son distantes y calcu ledores. lo qua se manifiesta so·<br />

bre todo en su ámbito laboral a partir da sus interacciones oon los superiores y subordinados.<br />

Igual que en la perspectiva psioodinámica, el control parental excesivo es uno de los factores<br />

que contribuyen al desarrollo de la personalidad compulsiva. Los psicólogos interpersonales<br />

creen que también contribuye la incapacidad de los padres poro recompensar los logros del<br />

niño.<br />

<strong>La</strong>s cogniciones parecen desempeñar un importanto papel en el funcionamiento de la<br />

personalidad compulsiva. Como aborrecen la ambigüedad, los compulsivos necesitan categoriznr<br />

sus pensamientos en compartimentos aislados y aferrarse al orden y a las reglas<br />

para defenderse del peligro de lo desconocido. Al centrarse stempre en los más mínimos<br />

detalles, los compulsivos con frecuencia se pierden la visión global y suelen ser incapaces<br />

do percibir los matices emocionales de la situación. Tioneo tanto mledc de cometer un error<br />

que muchos compulsivos quedan atrapados por la «parálisis del análisis». Los compulsivos<br />

han desarrollado en exceso los esquemas de control, responsabilided y ststemauzacíon.<br />

Como consecuencia, están atrapados por el peusemleuto blanco-negro, los enunciados que<br />

empiezan con «deberla ... • y la reflexión sobre el pasado y el futuro. con lo que se pierde o<br />

la mayoría de las satisfacciones de la vida.<br />

<strong>La</strong> personalidad compulsiva es propensa a mostrar otros síntomas cuando experimenta<br />

estrés. Los más comunes son el trastorno obsesivo-compulsivo. otros trastornos do ansíedad.<br />

trastornos somatomorfos, trastornos disociativos y depresíon.<br />

Durante la terapia, las personalidades compulsivas tienden a intelectualizar sus experíenctas<br />

y a rechazar abrirse emocionalmente, pero esto no significa que la terapia no pueda<br />

tener éxito. Tanto la terapia de pareja como la terapia psicodinámica acompañada del<br />

análís.is de los sueños y la asociación libre. así como una terapia estructurada como una<br />

investigación cíontffica son técnicas útiles para el tratamiento de la personalidad compuJstva.<br />

Es probable que las cuestiones relacionadas con el control y el poder se conviertan en<br />

el centro do) proceso terapéutico.<br />

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•<br />

CAPITULO 8<br />

<strong>Personalidad</strong> dependiente<br />

• ¿Cuálts son los criterios OSM-IV para el diagnóstic:o de la personalidad dependiente?<br />

• <strong>La</strong>s personalidades devotas y conformistas son variantes normales del prototipo dependiente. <strong>De</strong>scribir sus<br />

característkas y relacionarlas con los criterios más patológicos det OSM-IV.<br />

• Explicar cómo se combinan los diferentes estilos de personalidad para dar lugar a cada uno de los subtipos<br />

de la personalidad dependiente.<br />

• ¿Qué diferencias existen entre hombres y mujeres en cuanto a admitir que son dependientes?<br />

• <strong>De</strong>sde la tradición psicoanalitica, ¿cómo conduce la fijación oral a desarrollar una personalidad dependiente?<br />

• ¿Cómo funcionan los mecanismos de defensa de introytttión, idealización y ntgación en la personalidad<br />

dependiente?<br />

• Explicar qué papel dCSC"mpeña la sooreprotecoón parental en el desarrono de la pel'SOnalidad dependiente.<br />

• ¿Cuálts son las creencias básicas del dependiente?<br />

• ¿Cómo contribvyt la incapacidad para hacer buenos juicios en el desarrollo de la pet500alidad dependiente?<br />

• los dependientes comparten características con otros trastornos de la personalidad. Mencionar estos trastornos<br />

y explicar en qué se diferencian del dependiente.<br />

• Explicar por qué los dependientes son proclives a la depresión.<br />

f • ¿El trastorno de ansiedad por separación está relacionado con la personalidad dependiente?<br />

5 • ¿Por qué la transferencia y la contratransferencia son impGttantes en la psicoterapla de los depeodientes?<br />

1 • M,ncionar<br />

I Objetivos<br />

los obj,tivos t"apéutiros en la p,rsonalidad deptndiente.<br />

i<br />

J<br />

<strong>La</strong>s personalidades dependientes, que aquí se denominarán simplemente dependientes<br />

por mera conveniencia lingüística. se preocupan por los demás en exceso y anteponen<br />

el bienestar de éstos al suyo propio. sea cual sea el coste personal o para su tdentidad. Siempre<br />

están ayudando y dundo. y se comprometen en sus relacionos interpersonales, sobro<br />

todo con sus cónyuges y con la institución del matrimonio. Básicamcnto viven su vida o tra-<br />

vés de los demás y pare los demás, a quienes ofrecen calidez. ternura y consideración.<br />

Cuando las personas que les importan están felices, ellos también lo están. No sorprende.<br />

Copyrighted m 32:,¡ial


272<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrsot1afidad tt1 la vida moderna<br />

por tanto, que tiendan a adoptar un papel más pasivo en sus relaciones; ceden ante las cpíniones<br />

y deseos de aquellos a quienes aman, cuyo placer y realización personal les causa<br />

una gran satisfacción. Prefieren la armcula en sus relaciones, y cuando se produce un des·<br />

acuerdo, tienen tendencia a disculparse. incluso cuando son otras personas las que deberían<br />

asumir la mayor parte de la responsabilidad.<br />

Muchas características asociadas a la personalidad depeudíents se aprecian y admiran<br />

en nuestra cultura. <strong>En</strong>tre ellas, la cualidad de ser feliz cuando los sores amados lo son, y hacor<br />

sacrificios personales paro beneficiar a otras personas. incluyendo el volu.ntariado para<br />

nevar a cabo numerosas actuaciones altruistas. Bajo una apariencia cálida y afectuosa. se<br />

sionton indefensos y temen hacer cualquier cosa por sí solos. Necesitan qua alguien se<br />

ocupa de ellos, y buscan a sustitutos eficaces y competentes. que premien la sumisión enfrenlándoso,<br />

en su lugar, a los problemas del mundo. Muchos son incapaces de tomar decisiones<br />

cotidianas sin buscar consejo previamente. Al dejar sus vidas en manos de los demás,<br />

abruman a sus compañeros con su adhesión. y a su vez se vuelven vulnerables al abandono.<br />

Para protegerse ante esta posibilidad. los depeodieotos se someten enseguida a los<br />

deseos de su pareja o se muestran tan complacientes que a nadie se le ocurriría abandonarlos.<br />

A menudo disponen sus vidas de tal manera que evitan adquirir las competencias suficientes<br />

para hacerse cargo de ellos mismos. Cuando una relación acaba por romperse. su<br />

autoestima acaba por los suelos. Si se les priva de este apoyo o vínculo, se encierran en sí<br />

mismos y se vuelven cada vez más tensos. tristes y abatidos. Como puede verse en el caso<br />

ele Sharon (caso 8·1), son incapaces de adoptar cualquier iniciativa o de dar una dirección<br />

a sus vidas o carreras. <strong>En</strong> voz do ello. se unen a personas a las que considemn competentes<br />

y seguros de sí mismas y solicitan constantemente consejo y roafinnación antes de hacer<br />

cualquier cosa (v. criterio 1). <strong>En</strong> realidad, toman prestados los talentos. capacidades y fortaleza<br />

de los otros, a menudo para solucionar problemas triviales, como qué es lo que deben<br />

com.or o quó ropa comprarse. Por ejemplo. incluso después de haber trabajado como profesora<br />

ayudante durante nueve años. Sharon sigue dependiendo de los profesores para que<br />

I• digan qué hacer. <strong>De</strong>spués de tanto tiempo realizando el mismo trabajo, Sharon ya debería<br />

ser capaz do decidir por sí sola qué lcccionos explicar cada día,<br />

Sba.ron tuvo la suerte de nacer en una familia tradicional y de haber tenido una hermana<br />

mayor qua se ocu pa.ba de ella. Siempre ha sido cuidada por los demás, hasta tal punto<br />

que no ha desarrollado un sentido de identidad propia ni tampoco ha aprendido a dirigir su<br />

propia vida. Necesita que la gente asuma el control y la responsabilidad de casi todo (v. criterio<br />

2). <strong>En</strong> cuanto a su infancia, cuando algo iba mal en la escuela, Sbaron acudía a Brandy,<br />

quien le protegía y hacía que las cosas volvieren a funcionar. Toda la familia parlidpó en su<br />

ínfantilizacíén: Sharon era su preciosa muñequita, puesta en un estante, a la que se recornpensaba<br />

por sor dulce y encantad oro. E.~ fácil imaginar a la pequeña Sharon con un lazo rosa<br />

en el cabello corriendo hacia su mamá o su papá con una enorme sonrisa para recibir una<br />

palmad.ita en la cabeza y un gran abrazo como recompensa. <strong>En</strong> cada etapa de su vida. sus<br />

necesidades siempre fueron satisfechas: por ejemplo, nunca aprendió e conducir porque<br />

Brandy siempre la llevaba a donde quisiera ir. Para Sharou. este tratamiento temprano se<br />

convirtió en una máxima interpersonal: «Complace a los demás. pues así serás especial y<br />

ellos te amarán y te culdarén para slernpre». Su vida siempre ha tomado la dirección que<br />

los demás le han querido dar, coa lo que en realidad os el resultado de la creación de los demás<br />

y no de sí misma.<br />

8n la actualidad. Sharon ha crecido. pero desde el punto de vista psicológico sigue<br />

siendo une niñn. <strong>En</strong> el fondo, lo aterroriza su falte de madurez, pero se trata de una estrategla<br />

interpersonal que seguirá utilizando, aunque sólo sea porque no ha llegado a desarrollar<br />

ninguna estrategta de maduración propia. <strong>La</strong> iudependencla es inalcanzable para ella; en<br />

lugar do consoguir1a, Sharon siempre se mostrará preciosa y adorable. Según ella, siempre<br />

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Clilphulo 8. Ptrsonal!dad dtpcnditnt,<br />

273<br />

I CASO 8­1<br />

Sh¡ron, una proftsora i't\ldant, dt 32 afiosd, tdad, acudió a t,rapía por pri-<br />

CltffERIOS DSM-1\1<br />

mera 11u pon:¡ur se lo aconsejó el dirttto, <strong>De</strong> la escuela, ('Of'I qui(l"I tnantitn,<br />

PARA EL OIAGNósTICO<br />

ul\3 ~a ttladón, •Y qt.1C: la tia lomado t,;ajo su protC'cti6n•". Aunque ha 4<br />

OE TR:A$TOKN"O<br />

trabajado como ayudante tn la misma escuela dur.11nt, m.,('lt años. sigue pi· m: I..A Pt:RSONAUOAO<br />

cficndo corrscjo a los profesores, en ocasiones 11arias veces al dla, entes dC' ini· ..._A, P()K lJl­'.l't NIJl-.~OA<br />

ciar Mlquicr PfOvttto nu(Y() con los otudiantcs. ~<br />

SNron es la mCf\Of de dos hermanas. Su ¡nfancii fuic •trad~ioraah y q>crftc- l "n11 n~'.'t"!idad goMraJ Y mu.1.•!10 fuiuu O 1'11 !lllli<br />

qut atrav,esaban una crisis ('(()tlÓfflk:a. la animi>a q\lC: siguim C'Of'I ti t11ba·


274<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la ptrsonaUdad en la vida modc.ma<br />

debe ser agradable y nunca estar en desacuerdo oon las personas de quienes depende (v. ertterio<br />

3). El couflicto no concuerda con la imagen que tiene de sí misma, y además puede poner<br />

en peligro la continuidad do la protección. bien de manera explicita suscitando la ira de<br />

los demás. o bien de manera implícita estableciendo una identidad separada que debe ser<br />

respetada. un precedente peligroso para cualquier dependiente. Para el dependiente, parece<br />

mejor estrategia jugar seguro y someterse a las opiniones y deseos de los demás. Como<br />

dice ella misma. le resulta complicado hacerse valer en su matrimonio porque «Tom se<br />

cníadaría conmigo». Ahora quo no puede contar con Brandy, ha desaparecido gnm parte de<br />

la seguridad de Sharcn para ocuparse do sí misma.<br />

El hecho de que los responsables de su vida sean los demás ha afectado a Sharon de dlvcrsas<br />

maneras. Tiene díflcultades paro iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera<br />

(v. criterio 4). Como los demás siempre han estado ahí puro llevar el control, sólo espera<br />

seguir la máxima de su oínez.: hay que sor dulce y agradable y los demás lo harán todo por<br />

ti. Para un observador externo. esta falta de iniciativa debería hacerla sentirse deprimida.<br />

Sin embargo. Sharon está llena de energía; sólo carece de dirección. No puede tomar una<br />

decisión sin saber antes qué desean y aprueban los demás. No tiene la suficiente confianza<br />

como para encauzar su vida a su antojo y seguir sus propias pautas. Aparentemente, estaría<br />

de acuerdo en aprender a conducir o en ir a la universidad, pero se muestra suspicaz<br />

cuando los que la rodean la obligan a seguir un programa demasiado duro. Si lo cumpliera,<br />

los demás acabarían exigiéndole cada vez más, y le pedirían que asumiera el control de<br />

su propia vida. una posibilidad que la aterroriza. Puede percibir como un rechazo la mera<br />

petición de que haga algo por sr misma. «¡,Qué ocurrirá si aprendo a conducírr», se pre·<br />

gunta. «¿Qué más esperarán? ¿Por qué quiero Tom que vaya a la universidad? ¿Está tntentando<br />

ponerme una trampa para abendonarmei» Cuanto menor sea su iniciativa. más pro·<br />

habilidades tendrá de retener o las personas a su lado, al monos eso os lo que olla piensa.<br />

<strong>En</strong> realidad, el objetivo de Sharon es que las cosas sigan como siempre, en una ospecíe<br />

do eterna niñez en la que se muestra pasiva y agradable para asegurarse protección y<br />

vínculo. No podemos decir con exactitud qué le depara el futuro. <strong>En</strong> este caso, no so nos<br />

dice si Sharon y Tom fueron capaces de superar sus problemas. Sin embargo, sabemos quo<br />

Tom está agobiado, y podemos inferir que ha comenzado a ver que la relacíón es algo qua<br />

Sharon necesita, en lugar de ser algo que desea. Según el punto da vista de Tom, Sharon deberta<br />

tener mayor identidad propia. Duda incluso de que ella le ame de verdad, o de que sea<br />

lo bastante madura como para saber qué significa amar. Ahora que Toro be comenzado a<br />

alejarse. Sharon siente la distancia. y su desesperación y angustia van en aumento. Es muy<br />

posible que reaccione haciendo aún más por Toru, realizando incluso tareas que le resulten<br />

desagradables (v. criterio 5) con el fin de asegurar la relación. Sobre todo después de<br />

fallecer Brandy. es probable que Sharon no pueda imaginar quedarse sola (v. criterio 6). Al<br />

estar su matrimonio en peligro, Sharon se siente desolada. Todavía peor. no hay nadie más<br />

a quien pueda recurrir para que la proteja y la cuide (\1, criterio 7), algo que sin duda síernpre<br />

tiene presente (v. crítar¡o 8).<br />

Con el caso do Sharcm, hemos perfilado el lado más patológico de la personalidad dependiente,<br />

Sin embargo. también hemos abordado en cierta medida cómo algunas de estas<br />

cualidades se manifiestan en personalidades normales y sanas. El siguiente apartado explora<br />

més o fondo esta cuestión.<br />

I DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA<br />

Se han propuesto algunas variantes normales de la personalidad dependiente, entre<br />

las que se incluyen características que muchos loctoees sin duda podrán detectar en sí mís-<br />

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capitulo<br />

B. PttSOnalidad dependiente<br />

275<br />

mos. El estilo fiel (Oldham y Morris, 1995) es muy afectuoso y solícito: antepone el bien·<br />

estar da los demás aJ suyo propio. EJ estilo conformista (MHlon et al. 1994) es similar al<br />

fiel; está construido alrededor de rasgos de cooperación, consideración y amabilidad. <strong>En</strong><br />

lugar de arriesgarse a molestar a los demás. se adaptan a sus preferencias para ser compatibles<br />

con las personas que les rodean. Confían en que los otros sean amables y sensatos.<br />

buscan siempre limar las diferencias y hacer conceslones para solucionar los con nietos do<br />

Icrma pactñca.<br />

<strong>En</strong>tre las variantes dcpcndiontcs normales encontramos a individuos capaces de<br />

mantener una empana genuina con las personas y quo tienen una gran capacidad do amar<br />

de forma incondicional y duradera. Además, están entre las personas más fiables. son modestos<br />

y gentiles en sus modales. no les gusta criticar y transmiten una aceptación casi in·<br />

cuestionable. Son fáciles de complacer, exigen poco. nunca so cuestionan a sí mismos y casi<br />

siempre alientan a sus parejas o personas allegadas. <strong>La</strong> mayoría de estas personas son do<br />

buena voluntad y se alegran muchísimo de la suerte de los demás. A menudo son agrada·<br />

bles, incluso con las personas por las que no sienten simpatía. A pesar de que se les tiene en<br />

gran estima por su modestia y bondad. cuanta más gente les valora, más humildes se vuelven.<br />

Algunos están cerca de lo que consideraríamos «santos•. pero les complace simple·<br />

mente que se les considere como buenas personas y pueden sentirse incómodos cuando se<br />

les trata como personas especiales. Carítattvos con los demás, siempre ven el lado positivo<br />

de la vida y recalcan las vlnudes y bondad que ven en los otros.<br />

Por desgracia, los rasgos sanos y adaptatlves que acabamos de describir pueden decantarse<br />

con facilidad hacía lo patología. Los dependientes tienden a fundir su propia identidad<br />

con la de otras personas, una estrategia que en realidad tiene sus propios riesgos, incluso<br />

para los que se encuentran en el lntervnle de la normalidad. <strong>En</strong> el fondo. los dependientes<br />

odian estar solos. <strong>De</strong>bido a que su identidad está inextricablemeote mezclada con la de<br />

aquellos a quienes aman, la idea do separación les provoca una ansiodad intensa. como<br />

hemos visto en Sharon. Mientras que la mayoría de las personas reconocen que la separa·<br />

ción en ocasiones os necesaria para poder realizarse siendo ollas mismas. esta idea es impensable<br />

en el dependiente. Cuando una relación se acaba, se sienten dominados. utiliza·<br />

dos, anulados y desesperados. Como confunden los límites entre ellos mismos y los demás.<br />

la pérdida de u.na relación acaba siendo una pérdida de sí mismos. <strong>La</strong> consideración se<br />

convierte en asfixia. y la voz omnipresente de aliento cambia de forma gradual a un servi·<br />

lismo desesperado. Para proteger todo lo que han invertido en los demás, pueden acabar<br />

infantilizándose y renunciando a aprender las habilidades necesarias para la vida independiente<br />

propias de los adultos, como forma de aferrarse a personas más próximos. Shsron<br />

se muestra relicente a ir a le universidad o incluso a aprender a conducir. Algunos<br />

dependientes pueden a caber con Wl8S habi I ídades tan deficientes para la vida que los os<br />

casi imposible sobrevivir por sf solos.<br />

Otra manara da comparar el estilo normal con el trastorno es construyendo más vcrsionos<br />

normales do los criterios diagnósticos del DSM·IV (Spcrry. 1995) que ya so han mencionado.<br />

Mientras que las decisiones. incluso las más banales, provocan la excesiva búsqueda<br />

de consejo en los individuos con patología (v. criterio 1), en el estilo la persona busco la opinión<br />

do los demás, sopesa las ventajas y los inconvenientes, pero loma la decisión a partir<br />

do su propio análisis. Así como en el trastorno la persona necesita que los otros asuman la<br />

responsabilidad en las principales parcelas de su vida {v. criterio 2). en el estilo la persona<br />

se siento reconfortada con el apoyo de los demás y disfruta de su compañía. pero puede<br />

funcionar de forma adecuada sin ellos. <strong>En</strong> el trastorno, la persono a menudo subordina<br />

sus propios sentimientos y está de acuerdo eco los demás debido al tomor a la separación<br />

(v. criterio 3), pero en el estilo prefiere la armonía Interpersonal, y os capaz de hablar y de·<br />

fender sus opiniones cuando es necesario. Mientras que en el trastorno la persona tiene difi-<br />

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276<br />

Tr.mornos de la pcrson.alidad M 13 vida modema<br />

cuhades para iniciar proyectos o para asumir sus propias respousabilidades (v. eriterio 4),<br />

en el e.sliJo es capaz de funcionar de manera autónoma, pero prefiere trabajar cerca de los<br />

demás.<br />

<strong>En</strong> cada una de las comparaciones que acabamos de hacer. Sharon se ajusta más al ex·<br />

tremo patológico del continuo. No busca consejo para añadirlo a la base de datos do la in·<br />

formación que en última instancia procesará ella misma; es incapaz da sopesar las ventajas<br />

y los inconvenientes. Es mejor confiar a alguien esta tarea tan importante. Lo qua Sharon<br />

hace en realidad es buscar consejo antes de tomar cualquier decisión cotidiana porque<br />

prefiere que Je aconsejen las personas a las que desea agradar en lugar de arriesgarse a ofendorias.<br />

Asimismo. Sharon necesita el apoyo da los demás hasta el punto de quedar exenta<br />

de cualquier responsabilidad en las áreas más importantes de su vida. <strong>En</strong> la escuela, necesitaba<br />

a Brandy pare «hacer que tocio fuera bien», paro protegerla de sus compañeros de clase<br />

«abusones». y aJgunas veces para que le hiciera las tareas que les daban en el coleglo.<br />

No sólo se siente reconfortada si la apoyan, sino que se siente perdida si no lo hacen. <strong>En</strong><br />

su relación con Tom. Sharon no se calla sólo porque valore la armonía interpersonal, más<br />

bien temo las consecuencias que pueda acarrear el hecho de estar en desacuerdo. Por últi·<br />

mo, sus vínculos son tan intensos que carece do la confianza para emprender nuevos proyectos,<br />

como el hecho de ir a la universidad.<br />

El rosto de los criterios diagnósticos también puedo situarse en un continuo. Mientras<br />

que en ol trastorno la persona desea lograr protección y apoyo basta el punto de presentar·<br />

so voluntaria para realizar tareas desagradables (v. criterio 5), en al estilo el sujeto es muy<br />

considerado y en ocasiones se sacrifica. anteponiendo siempre los intereses do los demás ..<br />

Así como en el trastorno el sujeto teme ser incapaz de cuidar de sí mismo cuando está solo<br />

(v. criterio 6), en el estilo prefiere la compañía de los otros. pero de voz en cuando puede<br />

disfrutar de la soledad. Mientras que en el trastorno. cuando termina una relación importau<br />

te, el individuo busca con desesperación otra relación (v. criterio 7), en el esnlo so mues-<br />

Ira nostálgico por la pérdida de intimidad pero no trata do apegarse a otra persona do in·<br />

mediato. Si bien en el trastorno el individuo está preocupado por el miedo al abandono, que<br />

implicaría la necesidad do tener que espabilarse por sí solo (v. criterio 8), en el estilo dísfruta<br />

del afecto de la gente, tal como se pone de manifiesto por la consideración hada los demás.<br />

pero no se siente arerrortzado por el posible abandono.<br />

<strong>De</strong> nuevo, en cada una do las comparaciones anteriores, Sharon se acerca más al<br />

polo patológico. <strong>De</strong> todas maneras. en su caso, a) quinto criterio diagnéstico es discutible,<br />

debido a que sus actividades domésticas, como tener la comida de Tom preparada a tiempo.<br />

ya se ajustan al rol estereotipado do ama de casa. papel del cual disfruta. Sin embargo,<br />

os rácil imaginarla intentando mantener la casa especialmente limpia o preparando<br />

platos deliciosos para Tcm cuando la relación empieza a volverse más tensa. sea cual sea<br />

el tiempo y al trabajo que tonga que invertir. Asimismo, la necesidad que tiene Sbaron de<br />

los otros es más exagerada de lo normal. Parece tener nliedo de ocuparse de sí misma y<br />

prefiere tener siempre cerca a alguien en qu ien confiar en todo momento. Acude a terapia<br />

porque se lo ha sugerido el director de la íacultad en la que trabaja. Tom incluso tiene<br />

que llevarla al trabajo por la mañana y recogerla por la tarde. El I lempo que pasa sola no lo<br />

experimenta como soledad. sino como WIQ sombra incómoda que desearía evitar al máxi·<br />

mo. Sharon es incapaz de concebir su vida sin contar siempre con la presencia física de<br />

una importante figura de apego. Aunque no parece que busque otra relación ahora que<br />

Brandy ya no está, el séptimo criterio puede observarse en Ja desesperación con la que se<br />

adhiere a Tom. Por último, a Sbaron lo aterroriza la idea do que Tom pueda dejarla y no<br />

es capaz de imaginarse cómo podrá funcionar por si misma. <strong>En</strong> realidad, parece que no<br />

pueda recordar a Brandy sin peasar en la importancia que uece para ella el hecho de he·<br />

ber perdido a su hermana.<br />

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(:apít\llo e. Ptrsonalidad dtptnditntr<br />

277<br />

I VARIANTES DE LA PERSONALIDAD DEPENDIENTE<br />

Además de los casos más prototípicos que se describen en este capítulo, existen algunas<br />

variantes del dependiente que constituyen una combinación de otras personalidades.<br />

<strong>La</strong> figura 8-1 presenta un resumen conciso de estos subtipos. Los casos reales pueden o no<br />

ajustarse a una de estas combinaciones.<br />

El dependiente inquieto<br />

Combinación de los patronos dependiente y evitador, ol dependiente inquieto suele<br />

encontrarse de una forma extrema en oontextos institucionales en los que se atiende a pacientes<br />

ambulatorios crónicos. Muchos se mantienen en un estado parasitario y dependíante<br />

debido a las compensaciones y los requerimientos institucionales. Si bien todos los dependientes<br />

son sumisos y discretos. y buscan a los demás para que los proporcionen guía<br />

y seguridad. los dependientes inquietos tienen una aprensión subyacente que les provoca<br />

una falta de iniciativa y una evitación ansiosa de la autononúa. Se les desconcierta con gran<br />

facilidad y experimentan una sensación generalizada de pavor y aprensión. Son particularmente<br />

vulnerables a la ansiedad de separación y al temor de la pérdida de apoyo y cuidados.<br />

A diferencia de la mayoría de los dependientes, a voces expresan estos temores mediante<br />

explosiones de ira dirigidas hacia los que no han apreciado sus necesidades de seguridad<br />

y cuidado.<br />

lnquido<br />

Sin identidad<br />

(col'a(ttrístíC'OS tvitodOftlSJ<br />

(corocftristkos dtp,t$1vosJ<br />

tnquirt.amt:nt, ah,rado; deseo!\-<br />

Se fusiona y se sum"rg" otn otro:<br />

ttrtado y mottsto: siente temor y t­­­­­­; es absorbi6o. t"9aOO. cnwclto.<br />

r­­i apttnsión; apr,nsivamcnte vutn.e- inc«porado, dispuesto a ptn:ltt<br />

rabie al abandono; solitario, a<br />

su id"ntidad; se


278<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pel'10tlalidad en la vida modtma<br />

<strong>De</strong>bido a que es comun encontrarlos en contextos institucionales. han adquirido un<br />

patrón de evitación de las interacciones sociales. Con frecuencia experimentan soledad y<br />

aislamiento. A pesar de sus esfuerzos por sor agradables y complacientes, como suelen ser<br />

otros dependientes. los depeodientos ínquietns experimentan una tensión subyacente,<br />

trlsteea y culpabllídad. <strong>En</strong> apariencia, se muestran pacíficos y afables ante las dificultades,<br />

pero en lo más profundo pueden sentirse desbordados por el temor al abandono y al aisla·<br />

miento. <strong>La</strong>s quejas sobre la debilidad y la facilidad con que se fatigan pueden reflejar una<br />

depresión subyacente, Si experimentan un rechazo continuo de los demás, estos dopen·<br />

dientes pueden sucumbir a la extenuación física y a la enfermedad. <strong>En</strong> estas circunstancias,<br />

las responsabilidades más simples requieren más energía de la que pueden utilizar. <strong>La</strong> vida<br />

está vacra y es muy dura para ellos.<br />

El dependiente acomodaticio<br />

El dependiente acomodaticio es más sumiso y agradable. y busca más afecto, cuidados<br />

y seguridad que otros subtipos. El temor a ser abandonado hace que sea demasiado complaciente<br />

y servicial. Algunos se vuelven socialmente gregarios y encantadores y buscan ser<br />

el centro do atención con comportamientos exagerados. Como tales, son similares al htstrténtco<br />

contemporizador, que se describe en el siguiente capítulo. Ambos son agradables. amigables,<br />

benevolentes y cumplidores en sus relaciones con los otros, prefieren evitar al conflicto<br />

y buscan la armonía incluso a expensas de sus valores y creencias internos. Además,<br />

ambos están preocupados por la aprobación externa. de manera que pueden perder la ídentidad<br />

propia, y no se valoran a se mismos en relación con sus rasgos intrínsecos. sino en función<br />

de sus relaciones con los demás. Se alían con las habilidades y virtudes de otras personas.<br />

y así no sólo so roafírman con la ilusión de Jas competencias compartidas. sino que<br />

encuentran alivio en la creencia de que los lazos que han construido son firmes y eternos.<br />

Ambos tipos do personalidad ponon de manifiesto una actitud cándida hacia los problemas<br />

do la vida. Manteniendo un aire de satisfacción y optimismo. niegan las emociones negativas<br />

y encubren los conilictos internos con distracciones. El pensamiento crítíco no es su<br />

punto más fuerte. AJ ser los demás quienes se han ocupado de sus vidas, la. mayoría da sus<br />

áreas de conocimiento están subdesarrolladas o no han madurado.<br />

Sin embargo, a diferencia de los histriónicos contemporizadores. los dependientes acomodaticios<br />

tienden al autosacrificio y adoptan el papel de persone inferior y subordinada.<br />

Son compasivos con las necesidades de sus parejas. haciendo que éstas se sientan más fuertes<br />

y competentes. Evitan la autoafirmación y dejan las responsabilidades en manos de<br />

otros. Por el contrario, el histriónico adopta una postura más activa, maniobrando y maní·<br />

pulando su ambiente en lugar de sentarse a esperar de manera pasiva. El autosacrificio y la<br />

postura de persona inferior del dependiente acomodaticio guardan cierta similitud con la<br />

personalidad masoquista, que se describe brevemente en el capítulo 15. Todo lo que en realidad<br />

le importa es gustar a los demás. complacerlos y satisfacerlos, y que los otros estén<br />

dispuestos a aceptar que sus sonrisas y su buena voluntad son suficientes.<br />

Por desgracia. la mayoría de estos dependientes son acomodaticios por una razón, la<br />

afabilidad pretende hacer que los demás tomen el control, con lo que consiguen compensar<br />

su incompetencia. Siempre tienen una sonrisa y una palabra agradable, pero rara vez pueden<br />

aceptar las responsabilidades propias de los adultos. <strong>De</strong> hecho. sienten indefensión<br />

en aquellos casos que requieren autononúa o iniciativa. <strong>La</strong> pérdida de una fuente importan·<br />

te de apoyo o identificación puede ocasionarles una grave depresión. <strong>La</strong> culpa. la enfermedad.<br />

la ansiedad y la depresión son habituales, pero tienen una finalidad. Tienden a desviar<br />

la crítica y transformar las amenazas de desaprobación o abandono on apoyo y comprensión.<br />

Sharon presenta varias características del dependiente acomodaticio.<br />

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Capitulo 8. <strong>Personalidad</strong> dtpendientt<br />

279<br />

El dependiente inmaduro<br />

No todas las personas maduran de la misma forma y en el mismo momento. E. s más, in·<br />

cluso en una misma persona el talento matemático, o musical, puede haber madurado bastante<br />

pronto, pero no la habilidad para el lenguaje, o viceversa. Sin embargo, algunos individuos<br />

nunca conseguirán stqulera un modesto desarrollo en estas áreas; seguirán siendo<br />

infantiles a Jo largo de toda su vida. Estas personas prefieren las actividades infantiles. en·<br />

cu entran satisfaccíén relacionándose sobre todo con niños y sienten un gran rechazo por lo·<br />

das las actividades y responsabilidades adultas. No sólo son dependientes debido a que son<br />

infantiles en su visión de las cosas y en su grado de consecución de objetivos. sino que también<br />

parecen satisfechas por al hecho de ser así.<br />

Al ir más allá do la simple ingenuidad del dependiente típico, las personalidades dependientes<br />

inmaduras están muy poco desarrolladas, casi no tienen experiencia y están<br />

poco formadas. Algunos simplemente carecen de ambición y energía, lo que hace que las<br />

expectativas de la vida adulta les parezcan abrumadoras y terroríficas. Otros son dernasiado<br />

pasivos a indolentes y nu.nca han desarrollado la adquisición de comportamientos<br />

autónomos y 1a confianza necesario en sus capacidades. Muchos parecen carecer de una<br />

identidad sexual bien definlda y consideran la asunción de papeles adultos como algo te·<br />

rrortfíco. Para la mayoría de las personas. estos individuos son sociables y ccmpleclentes,<br />

siempre y cuando se les permita permanecer en la etapa preadults en lo que se refiere<br />

a sus preferencias y actividades. Sin embargo. estas personas pueden resultar bastante pro·<br />

blemáticas para los demás cuando éstos los exigen más o los instan a que maduren y tomen<br />

las riendas do su propia vida. Para los atribulados padres o cónyuges. estos comportamíentos<br />

suelen considerarse signos de in-esponsabilidad y negligencia. A la larga. su incapacidad<br />

para desarrollar las habilidades necesarias para sobrevivir por sf mismos puede ha·<br />

cerque no maduren a un nivel adulto. Sharon también presenta algunas características<br />

de este subtipo. Su situación laboral como prolesore ayudante no le exige nada y le permite<br />

reteclouarse con níños durante todo el día, quizá como un retorno a su infancia. cuando<br />

era una «preciosa muñeca», No es capaz do conducir un automóvil ni do realizar muchas<br />

otras tareas propias de su edad.<br />

El dependiente torpe<br />

El dependiente torpe representa una combinación do un patrón dependiente y esqui·<br />

zoide. Ambos presentan falta general de vitalidad. nivel de energía bajo. tendencia a la fa.<br />

tiga y debilidad genera] en la expresión y la espontaneidad. Los esquízoides suelen tener un<br />

temperamento aubedéutco, que no les permite expertmantar emoctcuss agradables en<br />

gran profundidad. Es más. so mantienen al margen de las relaciones sociales, como por<br />

ejemplo formar parte do una familia, y casi síompre eligen actividades solitarias. Sin embargo.<br />

ol dependiente torpe es más capaz da empanzar y entender las emociones básicas de los<br />

demás. Además, los procesos de pensamiento de los csquizoidos suelen sor descentrados,<br />

irrelevantes, o incluso ausentes. en particular en lo que se refiere a los asuntos intcrpersonales.<br />

<strong>La</strong>s sutilezas interpersonales escapan a la comprensión de muchos osquizoidos,<br />

pero son entendidas por la mayoría de dependientes torpes. que no evitan las relaciones<br />

personales íntimas. Al igual que el dependiente inmaduro. esto tipo de dependientes desea<br />

llevar una vida sin problemas y sentirse libre de toda responsabilidad, más por una falla<br />

do energía que por una naturaleza infantil. Oebído a sus caractertstlcas esqulactdes,<br />

símplemente suelen desconectarse do las exigencias del mundo que les rodea. Al no querer<br />

enfrentarse a la realidad, van por la vtda como scnambulcs. so IAs puede considerar en<br />

parte dependientes y en parte do.. s conectados dol mundo. Como por lo general no quieren<br />

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280<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad<br />

en la vida modt,t1a<br />

implicarse en nada nl pensar demasíado, tienden a manifestar cierto fatalismo que les permito<br />

ignorar las dificultades. Suelen croor que nada cambia gracias a los esfuerzos de los seres<br />

humanos y no tienen ni la energía ni e) deseo de actuar en su propío beneficio. Sbaron<br />

no se ajustaría a este subtipo.<br />

El dependiente sin identidad<br />

Para los dependientes sin identidad, la idealización y la identificación total son aspectos<br />

primordiales. Como todos los dependientes, acaban subordinados a los demás. pero de<br />

una manera mucho más exagerada. Los vínculos adquieren un nuevo significado para estos<br />

individuos. que se fusionan de tal fonna con los demás que se pierden a sí mismos en el<br />

proceso. Niegan e ignoran sus propios potenciales únicos, que acaban atrofiándose como<br />

si de residuos de una independencia no deseada se tratara. Mediante esa fusión, proporcionan<br />

un sentido a su existencia, adquieren una estabilidad emocional y unos objetivos en<br />

la vida. A la larga, todo lo que hacen tiene la función de mejorar el estatus y la importancia<br />

del otro, ya sea una persona o una Institución. <strong>En</strong> casos extremos, son sus relaciones las que<br />

los definen. y se convierten en una extensión de la persona a la que están vinculados. sin tener<br />

un sentido de sí mismos como seres independientes. <strong>De</strong>bido a esta fusión, pueden<br />

adoptar valores y actitudes que difieren bastante de sus inclinaciones corrientes. Algunas<br />

veces pueden mostrar un aire de confianza y seguridad en sí mismos, pero es como si sólo<br />

reflejasen los logros y poderes de la persona o instiluc;:íón con la que so han identificado.<br />

A pesar de la pérdida de su propia identidad, muchos do estos dependientes parecen<br />

satisfechos por su estilo de vida dedicado al autosacrificio. Mientras que todos Jos dependientes<br />

son sumisos y adoptan los valores y las creencias de las personas más capaces a las<br />

que se vinculan, la verdadera esencía del dependiente sin identidad resido en las personas<br />

por las que se sacrifican. Cuanto más unidos están a su objete idealizado, más vinculados se<br />

encuentran desde el punto de vista emocional y más se sienten como personas con valor en<br />

el mundo. Ejemplos estereotípicos son las madres altivas qua víven sus vidas a través de la<br />

vida exitosa de un hijo, y las mujeres que se supeditan por completo a la vida y la carrera de<br />

sus maridos.<br />

Aunque se sienten revitalizados y valiosos gracias a taJes vínculos, algunos de ellos<br />

acaban por preguntarse si han perdido demasiado des( mismos. <strong>De</strong>bido a que obtienen su<br />

ldontidad a partir de fuentes externas, se vuelven muy vulnerables a la pérdida. Cuando<br />

aparecen problemas en las relaciones. los dependientes sin identidad experimentan episodios<br />

de ansiedad y depresión especialmente intensos. que fluctúan dependiendo de la<br />

calidad del vínculo. Todos los dependientes se sienten desolados cuando la relación se<br />

acaba, poro el dependiente sin identidad acaba destruido casi por completo. ya que se ha<br />

anulado como persona. Algunas veces. la sola posibilidad de la pérdida es suficiente<br />

para provocarlo un estado de desesperanza crónica, característica de la personalidad depresiva.<br />

I ANTECEDENTES HISTÓRICOS<br />

Pese a los repetidos intentos do desarrollar el concepto de una personalidad antisocial<br />

exenta de las implicaclcnes de la «insania moral» [Ptichard, 1835), esta idea siguió in·<br />

fluyendo en las concepciones posteriores, entre las que se encuentran las del dependiente,<br />

que estuvieron contaminadas por la idea de que dichas personas simplemente roflojaban<br />

una variante rara de degeneración moral.<br />

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Ctpítulo s. Pusonalidéki dependiente<br />

281<br />

Kraepelin (1913)<br />

y Schneider (1923, 1950), por ejemplo, hlcieron pocas referencias a la<br />

necesidad y la búsqueda de apoyo externo que caracterizan a los dependientes, haciendo<br />

hincapié en la voluntad irresoluta de éstos y la lacílidad con que podían ser influidos por<br />

los demás. Schneider señaló: «<strong>En</strong> la medida en que se lo permite su naturaleza. responden<br />

a las buenas influencias, muestran arrepentimiento por sus errores y demuestran buenas intenciones»<br />

{pág. 133). Kraepelin considemba estos tipos de personalidad como un producto<br />

de un retraso de la maduración. una visión notablemente contemporánea. Sin embargo.<br />

para estos teóricos de los primeros tiempos. los «tipos abúlicos y de voluntad débib estaban<br />

predispuestos a conductas poco adecuadas desde el punto de vista social. como las<br />

adicciones y el robo. A menos que estuvieran motivadas por fuerzas externas poderosas, estas<br />

consecuencias no son características de la personalidad dependiente.<br />

<strong>En</strong> los siguientes apartados presentaremos una detalleda descripción de la personalidad<br />

dependiente según las perspectivas psícodlaémíca, Interpersonal y cognitiva. cada una<br />

de estas áreas interactúa con las otras para formar la totalidad de la persona. Hemos preferido<br />

presentar juntas la historia y la descripción. Algunos lectores estarán tentados de leer<br />

el texto como una simple reseña histórica de quién dijo qué y cuándo, pero eso supondría<br />

quedarse en el limite meramente descriptivo de lo que cada autor aporta al constructo.<br />

Cuando acabo de leer estos apartados tendrá una idea clara do las características del prototipo<br />

dependiente. También se describen los cursos evolutivos. aunque hasta ahora son ospeculativos<br />

y confusos. No lea sólo la historia, tenga también en cuenta las características<br />

descritas por cada autor y su significado para la personalidad global.<br />

ÉNFASIS EN EL GÉNERO<br />

Aspectos relacionados con la medición<br />

1<br />

o<br />

DIFERENCIAS EN LA DEPENDENCIA SEGÚN EL GÉNERO<br />

¿Existen diferencias entre hombres y mojeres en cuanto a su voluntad de admitir semimieotos,<br />

actitudes y comportamientos de dependencla? Los estudios que utmz:an medidas obtenidas mediante<br />

cuestionarios autoaplicados han encontrado valor('$ significativamente más cltvados de depeodencia<br />

en las mujeres que en los hombres. Se han obtenido rtSultados similares en niños en edad escolar<br />

con respecto a los adultos-. v también en estudios de individuas de otras culturas..<br />

<strong>De</strong>bido a que tas medidas que aportan estos cuestionarios son accesibles al conocimiento consciente.<br />

Bornstein (1993) se preguntó si esta diferencia entre géneros también se darla utilizando<br />

tests proytctivos, diS


282<br />

T ras:tomos de la personalidad en la vida modc.


Capitulo 8. Ptrsonalidad dependiente<br />

283<br />

la fijadón oral lleva. por tanto. a una conexión entre la personalidad dependiente y la negati<br />

vista (personalidad pasivo-agresiva). Los pensadores psicoanalíticos posteriores generalizaron<br />

la tesis básica de Abraham más allá del pezón. Por ejemplo, Fenichol (1945) afirmaba<br />

que la fijación en la etapa oral conducía a la identificación con el cuidador, lo que provocaba<br />

la incapacidad para ocuparse de sí mismo, pero también un deseo de convertirse en<br />

una figura materna para los demás.<br />

f: FASIS EN LA HISTORIA<br />

Karen J Iorney<br />

TRES MODOS DE INTERRELACIONES<br />

<strong>La</strong> elocuencia descriptiva de Karen Horney quizá no tenga parangón, pero resulta muy dificil<br />

resumir de forma concisa lo que ella denomina las principale-s soíueiones a los conflictos vitales básicos.<br />

Aunque escribió sus obras principales durante. un periodo muy breve, algunas veces utilizaba di·<br />

ferentes términos para hablar de conceptos simila,es.<br />

Ieniendo en cuenta las incertidumb,es y frustracion('S inevitables de la vida, Homey identificó<br />

tres formas principales de relación: acercarse a la gente, ir en contra de la gente o alejarse de la gente.<br />

<strong>La</strong>s personas que van en contra de la gente son tipos agresivos con soluciones expansivas; se vanaglonan<br />

de si mismo!> y muestran una negadón rígida de cualquier debilidad o deficiencia. las personas<br />

que se alejan de los demás se enajenan de la vida; alcanzan la paz, pero no mediante aspiraciones,<br />

sino restringiendo sus necesidades y deseos. Utilizando la ,esignación neurónca, viven cada día como<br />

espectadores desvinculados.<br />

<strong>La</strong>s personas que se acercan a los demás, ti equivat,ntr a la personahdad dependit.nte S('gún el<br />

esquema de Hornev. son complacientes v discretos. lienen una marcada necesidad de afecto y aprobaoón,<br />

junto a un deseo de renunciar a su autoafirmación. <strong>De</strong>bido a que la autoestima viene determinada<br />

por ta opinión de los demás,. subordinan sus deseos personales. a veces hasta el punto de culpabilizarsr<br />

a si mrsmos y sentir inddensión, pasividad y desprecio hacia sí mismos.. Para ellos. el amor resueive<br />

todos los problemas.<br />

t s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

<strong>La</strong>s personalidades dependientes tienden a hacer blncapié en dos mecanismos de de·<br />

íensa. <strong>De</strong>bido a que desean seguir siendo infantiles. no desarrollan las defensas más evolucionadas<br />

de los adultos normales. El primer mecanismo de defensa se denomina introyec·<br />

ción, que significa literal monto «intornalizar•. de ahí su necesidad de fusión con otras pcrsanas<br />

competentes más poderosas e instrumentales. Cuando los dependientes se miran a<br />

sf mismos. ven inadecuación e lncompetcncia. que reflejan su carencia básica de hebllldados<br />

y conocimientos. A su voz, estas introspecciones generan sentimientos de minusvalía y.<br />

además, un terror existencial ante la posibHidad de que se les abandone y tengan que ocuparse<br />

do sí mismos; así es como Sharon se siente ahora.<br />

Para escapar de ese horror, los dependientes tratan de incorporar la presencia. poten·<br />

cia1idades y competencias de una figura más poderosa. El vínculo que obtienen os mucho<br />

más que una relación normal. <strong>En</strong> primer lugar, los dependientes tratan de interiorizar la<br />

identidad de otra persona para dar lugar a una fusión de más débil y más fuerte. de incompetencia<br />

y de habilidad, de inutilidad y de seguridad en uno mismo. <strong>En</strong> la economía de la<br />

relación. el dependiente toma prestada potencia. habilidad y autoestima, y proporciona a<br />

cambio su voluntad de estar al servicio de los objetivos de los demás. Por tanto, los depen-<br />

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284<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pusonatidad en la vida moderna<br />

dientes tienden a volverse como sus socios, cuya identidad y necesidades se asumen como<br />

propias.<br />

<strong>En</strong> segundo lugar, los dependientes tienden a idealizar a sus parejas; no conciben a<br />

la pareja como a un sor humano con sus propias potencialidades, puntos débiles y fragílidades;<br />

se convierten en protectores sobrehumanos con un poder casí omnipotente paro<br />

proporcionar un refugio seguro y alejado do cualquier peligro. Cuando somos niños pequeños,<br />

todos pasamos por un período en el que pensamos que mamá y papá son omnipotentes<br />

y omnipresentes. Los padres tienen el poder do hacer que nieve, la sabiduría<br />

para hacer que pare y el dinero para comprarnos todo lo que deseemos en Navidad. Y<br />

debido a que lo saben todo y son todo amor, siempre podemos confiar en que sus acciones<br />

estarán encaminadas a lograr nuestro bienestar, al monos como objetivo final. Como<br />

ocurre en nuestro primer caso. Sharon descríbs su infancia como tradicional y perfecta,<br />

eco una figura paterna fuerte en la que se apoyaba toda la familia. Cuando ora pequeña y<br />

miraba hacia su papá, debía pensar que era la verdadera encarnación de la fuerza y la<br />

habilidad.<br />

<strong>La</strong> idealización de las figuras de vinculación constituye una parte normal del crecimiento.<br />

Aunque inevitablemente llegamos a descubrir que nuestros padres no son los seres<br />

infalibles que pensábamos, la idealización se mantiene como si se tratara de un amor romántico.<br />

Seguramente uno piensa que nadie es tan perfecto como su pareja. Por ejemplo.<br />

cuando Sbaron ccnocté a Tom, éste le recordó a su padre. su prototipo anterior de fortaleze.<br />

A la larga. la mayoría do las personas consiguen superar sus fantasías de idealización y<br />

ven de forma realista a su pareja. novio o novia. cónyuge o amante. <strong>En</strong> ese momento hay<br />

que trabajar en la relación, como Tom y Sharon ban descubierto. Sin embargo, los dependientes<br />

no superan con facilidad sus idealizaciones tempranas. Continúan exagerando la<br />

realidad de sus parejas. de la misma manera y con el mismo objetivo que la personalidad<br />

narcisista se sobrevalora a sí misma. <strong>En</strong> parte, la admiración que sienten por sus benefactores<br />

puede considerarse como un mero resultado de un retraso artificial en el desarrollo.<br />

Sin embargo. también )e transmite cierto valor al dependiente, ya que si esto semidiós,<br />

esta persona tan importante le tiene estima, será también porque se lo merece. Además, la<br />

ilusión fortalece todavía más la creencia de los dependientes según la cual su protector<br />

tiene el poder de mantenerlos seguros y alejados del peligro.<br />

Ésta es una de las principales razones por las que los dependientes suelen sentirse des·<br />

truidos por comploto cuando una relación acaba. <strong>En</strong> efecto, el abandono se convierte en el<br />

veredicto definitivo por parte de alguien cuya opinión han aceptado previamente como una<br />

verdad incuestionable. Si el matrimonio fracasa es posible quo Sharon viva el divorcio no<br />

sólo como la ruptura con Tom. sino también con todo lo que él simboliza, incluyendo a su<br />

padre. <strong>De</strong> hecho. ha sido abandonada por una introyección qua ella ha idealizado y que<br />

configura una gran parto de su identidad. Si en el transcurso do la terapia no consigue distinguir<br />

entre Tom y esta imagen intornalizada, el futuro puedo resultarle muy desolador.<br />

Otra manera de afrontar un mundo problemático y hostil es simplemente negar que es<br />

hostil. Aunque la introyocción genera sentimientos tranquilízedorss por estar unido a una<br />

persona poderosa, no es capaz de eliminar todas las fuentes de ansiedad. <strong>En</strong> consecuencia,<br />

los dependientes hacen un uso extenso do la negación, en primer lugar para amortiguar<br />

cualquier sentimiento de fatalidad o aprensión que la totroyeccíon no pueda eliminar. To·<br />

das las personas normales emplean la negación, pero los dependientes lo hacen para pro·<br />

tegerso de las dífleultades objetivas. para mantener la ilusión de una utopía interna sin problemas<br />

debidos a las exigencias externas y a la cruel realidad. <strong>En</strong> el caso de Sharon se puedo<br />

observar con facilidad que la huida do un mundo hostil -de la que ha sido consciente<br />

unos seis meses después de haber iniciado la terapia do pareja- escondía numerosos pro·<br />

blomas de fondo que estaban al acocho desde hacía tiempo. Mediante la creación do un uní-<br />

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Capítuk> 8. PtrSOnalidad dependitnte<br />

285<br />

verso desprovisto de difícultades objetivas, a los dependientes les resulta más fácil ser ingenuos,<br />

infantiles y de una dulzura almibarada.<br />

<strong>La</strong> segunda función de la negación consiste en evitar que los dependientes reconozcan<br />

sus propios impulsos hostiles. Para. los dependientes. la ira es extremadamente amenazadora.<br />

<strong>En</strong> primer lugar, debilíta su Idea de que el mundo adulto sea realmente uno extensión<br />

del patio de recreo. <strong>En</strong> segundo lugar. si el dulce dependiente se permite admitir que siente<br />

ira, las stguíentes preguntas lógicas serían: ¿do qué son capaces los demás? y ¿cómo se<br />

sienten en realidad? No se puede dejar que estos pensamientos accedan a la conciencia, ya<br />

que destruyen con eficacia la ilusión de seguridad y protección característica del dopen·<br />

diente. No queda claro que esto le ocurra a Sharon, aunque RS probable quo al inhibir sentimientos<br />

que temía expresar a Tom se haya creado un cúmulo de ira hacia él que ahora<br />

aflora a la superñcte debido al temor de ser abandonada. Una parte de ella puede sentir una<br />

combinación de asombro y de ira, como si dijera: «¿Cómo puedes abandonar a alguien tan<br />

dulce como yo? ¡Te maldigo por aceptar toda mi bondad!».<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

5<br />

•<br />

1<br />

•<br />

i<br />

i<br />

~<br />

1<br />

Q<br />

Harry Stock Sullivan (1947) describió la personalidad inadocuada, personas qua aprendieron<br />

S\J indefensión a partir del ejemplo parental y que necesitan a una persona más fuer·<br />

ta para qua toma las decísíones por ellas. Timothy Leary (1957) sistematizó muchos aspeetos<br />

del pensamiento de Sullívan. Junco a sus colaboradores, Leary desarrolló e] cfrcu/o fo.<br />

terpersonai, que describe el comportamiento interpersonal a lo largo de un continuo quo va<br />

de la normalidad a la patología. El dócil-dependiente de Leary se caracterizaba por una conformidad<br />

confiada en estadios más adaptativos de functcnamientc, y por una dependencia<br />

indefensa en estadios más patológicos.<br />

Los amigos suelen considerarles personas reflexivas y generosas. y a veces halagadoras<br />

que se deshacen en disculpas. Los vecinos pueden quedar impresionados por su humildad.<br />

cordialidad y gentileza. Negando los puntos de diferencia y evitando las expresiones de poder.<br />

los dependientes consiguen controlar sus propias vidas, creyendo que sólo los demás<br />

tienen el <strong>La</strong>lento o la experlencía necesarlos para navegar por los agttados mares de un mundo<br />

complejo. Al actuar como personas déhiles, expresar sus dudas, mostrar actitudes de<br />

acatamiento y sumisión, los dependientes buscan la respuesta interpersonal complemeutarta<br />

en los demás. es decir, buscan los cuidados. la proleoción y las mueslras da fortaleza y<br />

confianza.<br />

Sin embargo, bajo esta calidez y afabilidad descansa una búsqueda constante de aceptación<br />

y aprobación. necesidades que se manifiestan sobre todo en situaciones de estrés .<br />

como en el caso de Sharcm. <strong>En</strong> estos momeatos los dependientes intentan aproximar todavía<br />

más las respuestas interpersonales de los demás mostrando incluso ann más apego o in·<br />

defensión. Sólo siendo increíblemente sumisos y Ieales pueden asegurarse de que van a sus·<br />

citar el cuidado y el afecto que necesitan. Cuando las rotaciones corren un serio peligro.<br />

un l01lO depresivo matizará sus estados do ánimo: en ocasiones se vuelven demasiado con·<br />

clliadoras y se sacrifican en exceso, adoptando el rol de seres inferiores para proporcionar<br />

a su compañero ol sonlimionto de sor fuerte, competente y superior, precisamente las cualidades<br />

que los dependientes buscan en sus compañeros. <strong>En</strong> términos psicodinámicos, es·<br />

tas cualidades so proyoctan en las personas más próximas. Sus gestos, voz y amaneramíentos<br />

ocultan una gran falta de confianza en sí mismos. Pueden hablar tan suavemente que<br />

casi no se les oye. Sus expresiones faciales comunican sumisión y v\llnerabilidad. y pareceo<br />

suplicar ayuda. A veces incluso se vuelven más ínfannles para atraer a los demás me·<br />

diante su ingenuidad e inocencia.<br />

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286<br />

<strong>Trastornos</strong> de: la personalidad M ta vida modtma<br />

<strong>La</strong>s formulaciones interpersonales del desarrollo de la personalidad dependiente hacen<br />

hincapié en la sobreproreccíoa parental, la excesiva preocupación y cuidados, y an la<br />

desaprobación activa de la autonomía como las principales vtes de desarrollo. Los recién<br />

nacidos están indefensos y dependen por complete de sus cuidadores para obtener protección<br />

y cuidados. Durante los primeros meses de vida, los niños se apegan a personas que les<br />

proporcionan alimento y que eliminan las fuentes nocivas de ostimulación, como los pañales<br />

sucios. Cuando están bien alimentados, la mayoría de los niños desarrollan uu vínculo<br />

claro con sus cuidadores. incluyendo la capacidad básica para la conllanza (Erikson,<br />

1959) y el sentimiento de que el mundo es un lugar seguro que les proporcionará las necesidades<br />

biológicas y emocionales básicas. Por fin, en la etapa de los primeros pasos. comienzan<br />

a desarrollar su propia independencia. y sienten una curiosidad apremiante por el<br />

mundo que les rodea. Cuando aprenden a gatear. hacen pequeñas excursiones para explorar<br />

su entorno. utilizando a sus cuidadores como una base segura a la que pueden regresar<br />

en busca de protección y ayuda. A medida que la curiosidad s• va arraigando por su poder<br />

reforzador, el niño comienza a desarrollar sus propios potenciales de excitación. Llega un<br />

momento en que los hijos desafían la autoridad de sus pudres. y aprenden una de les peores<br />

paJabras que éstos pueden escuchar: ~¡No!•.<br />

Sin embargo. algunos progenitores no permiten que sus hijos se desarrollen con independencia.<br />

<strong>En</strong> lugar de permitir que la curiosidad surja de una manera natural. complacen<br />

todos sus hábílos y necesidades. memorizan las idiosincrasias de sus ritmos biológicos y de<br />

su temperamento, y están siempre preocupados por que se sientan cómodos. <strong>De</strong> hecho, consiguen<br />

anular cualquier necesidad de explorar el mundo que tenga el niño, porque los padres<br />

se avanzan para dárselo todo. Estos nifios estén tan consentidos que no tienen ninguna<br />

razón para desarrollar las competencias que necestterran más allá del microcosmos que<br />

sus cuidadores han croado. Como consecuencia, no so produce la crecteutu sofisticación<br />

que acompaña a la madurez psicológica debido a quo las etapas evolutivas normales se alargan<br />

do fonna interminable. Incluso el habla puedo retrasarse. <strong>La</strong> continua atención a todas<br />

las necesidades de su estado omocional hace que los niños tengan poco motivucíón pare<br />

desarrollar las capacidades simbólicas y lingüísticas con las que denominar los objetos<br />

que desean o que no quieren. Por fortuna, algunos acaban resintiéndose de esa intrusión<br />

protectora y desarrollan da forma satisfactoria su propia identidad, separándose o rebelándose.<br />

Sin embargo, otros niños nunca se apartan de la sobreprotección temprana y siguen dependiendo<br />

del cuidado y la protección de figuras más poderosas. Estos padres a menudo<br />

desalientan do una manera patológica la independencia por miedo a «perder o su bebé». Raras<br />

veces pierden de vista a su hijo y se muestran ansiosos porque los retos madurativos<br />

nonnales son inevitablemente dolorosos, como si ol bocho de aprender a montar en bicicleta<br />

o jugaran el parque les pudiera perjudicar o dañar debido a un esfuerzo excesivo. <strong>En</strong> lugar<br />

do dejar que la experiencia sea ol mejor profesor, siguen llevándole en brazos aunque<br />

el niño sepa andar, le dan de comer ellos mismos y lo prohfben cualquier movímíeetc que<br />

lo procuro una mayor independencia. Muchos niños disfrutan de este apego y de atenciones<br />

exageradas. Por ejemplo, Sharon recuerda su propia i.nfancia como «perfecta».<br />

También existen factores aleatorios que pueden desempeñar un importante papel en el<br />

desarrollo. <strong>En</strong>fennedades poco frecuentes o complicaciones Iísícas prolongadas en la salud<br />

del niño impulsan a un progenitor normal a protegerle más de lo que es habitual a su edad<br />

y de lo que so considera nocosario desde el puoto de vista médico. Po.r otro lado, un progenitor<br />

ansioso y preocupado en exceso estará demasiado atento a las necestdades reales que<br />

se observan en un niño normal. lo cual provocará una atención indebida o Intentos de limitar<br />

su curiosidad y la exploración natural de su entorno. <strong>En</strong> ocasiones, las circunstancias<br />

especiales que rodean le vida de una familia empujan aJ progenitor y al niño a una símbio-<br />

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Capítulo a. Ptrsonalidad dtpenditnte<br />

287<br />

sis emocional. como cuando un padre se va a la guerra, sufre un accidente muy grave oíalleco.<br />

Los padres desempeñan un papel primordial en la aparición de la patología depen·<br />

diente, aunque también pueden contribuir a ella otros miembros de la familia y determinadas<br />

experiencias con el grupo de compañeros. Si un niño es mucho más dominante o agresivo.<br />

el otro puede verse obligado a adoptar una actitud sumisa y acudir a sus padres en<br />

busca de protección. Asimismo, un hermano hostil o difícil de tratar invita al niño a edoptar<br />

la imagan da «nif\o buenos que, en contraste con su hermano. escucha o la madre y hace<br />

siempre lo que ella le dice, rocompensándola con calidez y afecto. Los sentimientos de dependencia<br />

pueden verse amplificados cuando los niños con rasgos dependientes comieuz.an<br />

a ir a la escuela y deben separarse por primera voz do sus padres, quo han sido sus<br />

protectores durante toda la vida. Los sentimientos de falta de atractivo o de incapacidad<br />

para competir. en especial durante la adolescencia, pueden provocar humillación social y<br />

dudas sobre uno mismo. haciendo que los niños vuelvan a los vínculos previos como compensación.<br />

<strong>En</strong> la misma llnoa que Leary et al. unos anos antes, Benjamin (1996) subrayaba que el<br />

dependiente al principio de su vida es una persona cálida. que recibe cuidado y atención<br />

y establece vínculos normales. Sin embargo, más tarde, los cuidad.ores no dejan que el niño<br />

desarrolle autonomía, o bien porque disfrutan do la infimídad quo les proporciona un niño<br />

dependiente, o bien porque temen que cualquier tipo de frustración genero problemas posteriores.<br />

Al principio. la protección y los cuidados de los progenitores inspiran una oonñanza<br />

normal. Por desgracia, a medida que el niño va creciendo, el grado do cuidado y proteoción<br />

se mantiene constante, y acaba por transformarse en control. Jo que Benjamin denominó<br />

«educación lnílexíble» (pág. 227). A su vez. el control conduce a la sumisión y, al mismo<br />

tiempo, todos los intentos para recuperar autonomía bailan como respuesta la culpabílídad.<br />

El resultado es un nlf\o sumiso para quien estar controlado es Jo normal y para quien la independencia<br />

viola las normas da las relacloues anteriores, lo cual creo intensos senümieotos<br />

de culpa. El niño intemeliza entonces la creencia de que aunque los demás sean instrumentalmente<br />

adecuados, él nunca lo será.<br />

I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

<strong>La</strong> estrategia interpersonal de los dependientes, diseñada pare asegurarse atendón y<br />

protección, tiene importantes consecuencias negativas en su autolmagen y desarrollo oognlttvo.<br />

<strong>La</strong> apariencia indefensa que proyectan los dependientes acaba afectando al concapto<br />

que tienen do sr mismos. Uno no puedo actuar do una manera indefensa sin creer real·<br />

mento que oslá indefenso. Los dependientes se ven a sí mismos como personas débiles,<br />

frágiles, inadecuadas, ineptas o incompetentes. Cuando sus incapacidades quodan excesívamcnts<br />

patentes, puede aparecer ansiedad y pánico. Con el fin de controlar su vulnerabilidad.<br />

muchos dopondiontos prefieren no mirar demasiado a fondo dentro do sí mismos. y<br />

limitan su conciencia a las cosas agradables de la vida, fijándose sólo en lo bueno y nunca<br />

en lo malo. Cuando reconocen las dificultades, a menudo lo hacen creando un revestimiento<br />

protector que consigue anular de forma eficaz el problema, asumiendo que al final los cosas<br />

irán bien. Lo negación, qua so ha comentado en la perspectiva psicodinámica. dará lugar.<br />

de fonna gradual, a un estilo cognitivo más ampJio.<br />

Los esquemas de los dependientes incluyen cualidades positivas y negativas. <strong>En</strong> el<br />

lado positivo. los dependientes se ven a sí mismos como personas consideradas. reflexivas<br />

y cooperadoras. Como renuncian a los logros legítimos, parecen humildes y torpes. <strong>En</strong> secreto,<br />

pueden esperar elogios y condenas. pero no en exceso, ya que seguramente vendrían<br />

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288<br />

<strong>Trastornos</strong> ee la petSOnalid.ad ee la vida modtrna<br />

seguidos de expectativas de independencia y autosuficiencia. Sin embargo. las buenas<br />

cualidades que los dependientes se atribuyen a sí mismos también se compensan con varias<br />

creencias básicas. condicionales e instrumentales patológicas (Becket al., 1990: pág. 45). <strong>En</strong><br />

cuanto a creencias básicas, los dependientes piensan: «Estoy completamente Indefenso» o<br />

«Estoy totalmente solee. Para afrontar astas creencias básicas, elaboran otras creencias condicionales<br />

como: «Sólo puedo funcionar si tengo acceso a alguien competentes o «Si me<br />

abandonan, moriré». El nivel instrumental consisto en mensajes imperativos, como: «No<br />

ofendas a la persona quo cuida de ti» o «Haz que la relación sea lo más íntima posibles. Todas<br />

ellas, en efeclo, las hemos observado antes en otros contextos.<br />

No debe sorprendemos. pues, que muchos dependientes no sean demasiado sofistica·<br />

dos desde un punto de vista cognitivo. Para los demás. parecen ingenuos. infantiles e<br />

inocentes, una imagen que a menudo refuerzan minimizando sus propios logros y capacidades<br />

y exagerando sus incompetencias instrumentales. Dicho en pocas palabras, a las<br />

personas inadecuadas se les puede exigir mucbo menos que a los demás. <strong>De</strong>bido a que<br />

otras personas siempre acuden en su ayuda, los dependientes pueden desarrollar pocas<br />

habilidades de afrontamiento que vayan más allá do les habilidades vitales básicas. que algo<br />

nas veces llegan incluso a estar deterioradas. Algunos no pueden síquiera comprobar un<br />

talonario de cheques, o requieren tanta instrucción y consejos quo les resulta imposible<br />

desempeñar un trabajo de lo más simple. Otros dependientes, más próximos al Intervalo<br />

do la normalidad, pueden ser bastante competentes en áreas muy limitadas, aunque estas<br />

capacidades instrumentales suolon aparecer para proteger una rotación do dependencla.<br />

Aquí. la idea -<strong>De</strong>bo aprender a haoer bien esto y esto otro. si quiero disfrutar de la seguridad<br />

y protección de esta relación» funciona como una creencia condicional adtcional y<br />

muy adaptativa. Dichas personas funcionan para recibir la aprobación de los demás y pueden<br />

llegar a tener bastantes habilidades dentro de un esquema estimulante. como la esposa<br />

dependiente que dedica <strong>La</strong>rgas horas a ayudar a que su marido logre promocionarse en<br />

su trabajo.<br />

Publicado en Oeck et el. (1990). Fleming indica numerosas distorsiones cognitivas que<br />

mantienen el trastorno. Dos parecen cruciales; en primer lugar. los dependientes se consíderao<br />

«inherentemente inadecuados e indetensos»; en segundo lugar, los defectos que<br />

perciben en sí mismos les Uevan a concluir que deben buscar a alguien que pueda manejar<br />

los problemas de la vida en un mundo peligroso. Esto es justo una repetición de lo que yo<br />

hemos aprendido. Sin embargo. entre la premisa y la conclusión descansan varios errores<br />

lógicos que distorsionan la realidad (Flemiog, 1990) y que, por tanto, invaliden todo el argumento.<br />

Ante todo se encuentra el pensamiento dicotómico, un estilo que sitúa al mundo<br />

en dos extremos opuestos. sin que haya tonos grises. Si no hay nadie que cuide del depon·<br />

diente, se siente solo por completo en el mundo. Asimismo. si los sujetos dependientes no<br />

están muy seguros de cómo deben hacer las cosas, es probable que el problema sea insalvable.<br />

al menos para ellos.<br />

El pensamiento dicotómico conduce de forma inevitable a una tercera distorsión cognitiva:<br />

los dependientes siempre tienen ideas catastróficas, sobre todo con respecto a las relaciones.<br />

<strong>La</strong>s separaciones son dolorosas para todo el mundo. pero en el dependiente son<br />

fulminantes. Una interpretación sana consistiría en reformular la separación como una<br />

oportunidad para descubrir qué papel ha desempeñado uno mismo para que la relación fracasara.<br />

<strong>De</strong> esta manera, la tragedia se transforma en una experiencia de crecimiento. Para<br />

los dependientes, esta afirmación as literalmente impensable. Cualquier variación en sus relaciones<br />

es catastrófica, supone un abandono total, una prueba clara de quo son Inútiles y<br />

no merecen que nadie les quiera. <strong>De</strong> hecho, debido a que las creencias básicas son tan centrales<br />

en la identidad de uno mismo, es poco probable que estas líneas adaptativas ele pensamiento<br />

lleguen algún día a la conciencia. Con frecuencia simpJemente no existen, y será<br />

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289<br />

1<br />

s<br />

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•<br />

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1<br />

o<br />

necesario rocurrir a otra persone. quízés uo terapeuta. para reducir las dimensiones de esa<br />

catástrofe, creando sombras grises que el sujeto nunca percibe. Por ejemplo. si Sba.ron hubiera<br />

podido tranquilizarse lo suñctente para ganar perspectlve en su relación y ver que<br />

Tom tenía deseos do arreglar las cosas, tal vez hubiera datado de agobiarlo durante el tiernpo<br />

suficiente como para establecer las bases de su propia identidad.<br />

¿Cómo desarrollan los dependientes sus caminos dícotómioos y catastróficos'? <strong>La</strong> respuesta<br />

podría encontrarse en las creencias básicas de sus cuidadores, quienes a menudo so<br />

convierten en un modelo de los procesos de vaJoración, según los cuales se manifiesta al futuro<br />

dependiente qua su vida será un estrecho camino en el que deberá evitar una crisis tras<br />

otra. Hay algunos padres que piensan que sus hijos siempre corren un gran peligro: incluso<br />

cuando el níño está durmiendo plácidamente en su habitación, están convencidos do<br />

que siempre oxisto un riesgo do peligro o do muerto qua está al acecho. A medida que el<br />

niño comienza a desarrollar la autonomía normal, estos padres imaginan fatalidades at:J'(>OOS<br />

que apuntan hacia una única idea: «<strong>La</strong> libertad es enemiga de la segurídade. ÜITas creencias<br />

auxiliares son: «Bajo ninguna circunstancia se puede confiar en que los niños no so hagan<br />

daños y «<strong>La</strong> consecuencia de confiar en mi hijo os su muertas. <strong>La</strong>s valoraciones complejas<br />

y equilibrados de maduración, como el proceso de levantarse después de caer y aprender de<br />

la experiencia, se evitan porque son demasiado arriesgadas. Los futuros dependientes internalizan<br />

así el temor tau exagerado que proyectaron sus padres. y aprenden procesos de valoración<br />

que siempre concluyen con mensajes como: «Confiar en nú mismo es un desastre»<br />

y •Los demás deben salvarme de mí mismo». Esta idea muestra la interconexión de las<br />

perspectivas interpersonal y cognitiva.<br />

Un segundo aspecto de la cognición de los dependientes es su estilo cognitivo, caractcrizado<br />

por patrones de pensamiento que probablemente permanecerán siendo globales y<br />

difusos. Los individuos introspectivos buscan sin cesar dentro do sí mismos y so crean doterminados<br />

ideas acerca de quiénes son, qué quieren llegar a ser y qué esperan de la vida.<br />

<strong>De</strong>bido a que los dependientes en raras ocasiones miran hacia el interior. acaban por de·<br />

sarrollar ideas vagas acerca de su identidad y dirección. Cuando se le pregunta por su plan<br />

de vida. por ejemplo, Sbaron puede pensar para sí misma: «Continuar con Tom y disfrutar<br />

[untos de la vida». <strong>De</strong>bido a que la estrategia del dependiente consiste en apoyarse en una<br />

persona todopoderosa y protectora. es muy probable que los intentos de encontrar algo más<br />

profundo sean vanos.<br />

Para entender bten las caractertstícas cognitivas de los dependientes, es necesario conocer<br />

el patrón normal de desarrolle cognitivo. Según Piage1 (1954), la tíllima etapa del desarroUo<br />

cognitivo es el desarrollo de las operaciones formales. cuando los niños adquieren<br />

la capacidad de representar el mundo de una manera abstracta. Sin embargo. autores más<br />

recientes han afirmado que después de lo etapa de las operaciones formales existe otra etapa<br />

de pensamiento. que tiene que ver con el desarrollo del juicio. Al aplicar nuestras capacidades<br />

de a.bstraoción en la oonstrucción del mundo de muchas maneras diferentes. descubrimos<br />

do fonna inevitable que una üníca manera o filosofía do vida no pueda captar todo<br />

lo que constituye la existencia. El mundo os complejo por naturales .. 1, tan complejo que no<br />

podemos situarlo bajo un único sistema filosófico. Dicho do otra manera, todas las filosofías<br />

y perspectivas son necesariamente simplificaciones del mundo y, como tales, omiten determinadas<br />

cosas. Al margen do lo buena quo sea una perspectiva desde el punto de vista<br />

abstracto, acabará fracasando en lo concreto. <strong>En</strong> este caso, saber qué hacer y por qué ha·<br />

corlo tiene quo vor con el juicio, y se basa en conocer las posibilidades alternativas. qué probabilidades<br />

de éxito o de fracaso tiene cada una de ellas y por qué, y saber los costes y beneficios<br />

que supond.rán para todas las personas implicadas. Y todavía es más Importante<br />

al hecho do que un buen juicio requlare la suficiente confianza en uno mismo como para<br />

elaborar un plan eazouado y que pueda sor sometido a evaluación por parto do las perso-<br />

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290<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la l)('rsonaltdad en la \/ida rnodc


Capltulo e. Ptrsonali


292<br />

Tr¡st0tnos ee la personalidad tn ta vida moderna<br />

Tabla 8­1.<br />

Ámbitos fwftciOAalCS<br />

Variantes de la pt.rsonalidad dcptndit:ntc<br />

Ámbitot. mrvd.\lrala<br />

lnrom.pdentt<br />

lntpro<br />

Comportamitnto Evita las rtsponsabi1idacks adultas '""9"' de sr S( ve a si mlyno como dtbil, frj9l1 e<br />

CxprtSIYO y busca los cuidados dt los dcmas. mismo inadCOJado. M11otta falta de a,nfian-<br />

Es dócil y pasivo, carece de com-<br />

u c-n si mbmo y mt:nOSpt'Ccia ws pro~<br />

pctcncias fiin.Sonalcs y evita la<br />

pias actitudes y compctcndas, por lo<br />

autoafitmación<br />

que se sente incapaz ck: hacet lasco-<br />

S3i de forma inckptndimtc<br />

Sum,so<br />

'""'""'""<br />

Conducta Nectsit.a scg-uridad y conscj~ ex- RtPfti(ntac:iones tas rtpttStntadol'lcs lntttnalizadas esintcrpersol\al<br />

cewes: se suOOfdin.a a una figura ~Uln tan compuestas por impmioncs infa.n~<br />

más fuerte que le proporcione


Capitulo 8. Ptrsonalidad dtptnditntc<br />

293<br />

das excesivas de los progenitores u otros comportamientns dañinos: por ejemplo. algunos<br />

progenitoras pueden desalentar la Independencia de sus hijos por miedo a perder a «sus pequeños»:<br />

ponen numerosos impedimentos y atracciones que les desvíen de ese propósito<br />

paro evítur quo sus hijos consigan una mayor autonomía. Estos padres limitan, no dejan que<br />

sus hijos se aventuren en actividades fuera de casa, expresan su ansiedad y temor por que<br />

se hagan daño, no exigen que los niños sean responsables de sí mismos, y les proporcio·<br />

nan todas las comodidades y recompensas siempre y cuando escuchen a su madre. <strong>En</strong> lugar<br />

de dejar que tropiecen y se levanten en su proceso de aprendizaje de nuevas habilida·<br />

des. los padres se ocupan de hacerlo todo por ellos. de facilitarles las cosas, todavía les llevan<br />

en brazos cuando ya hace tiempo que han empezado a andar, Jes dan de comer ellos<br />

mismos hasta los tres años do edad, les atan los cordones do los zapatos hasta los diez años.<br />

etc. <strong>En</strong> suma, no cesan de disuadirlos do que sigan su impulso natura] de «hacerlo por sí<br />

mismos».<br />

Por ühlmo, debido a la facllídad con la que los niños pueden obtener gratificaciones<br />

simplemente apoyándose en sus padres, abandonan sus débíles esfuerzos hacia la indepen·<br />

denota, nunca aprenden a tener recursos para actuar por sí mismos y conseguir las recompensas<br />

que proporciona la vida. y no necesitan adquirir conductas instrumentales que sean<br />

activadas por e1los mismos para la consecución de refuerzos: lo único que tienen que hacer<br />

es sentarse pasívamente y «dejar que su madre se encargue de todo».<br />

<strong>La</strong>s experiencias de un individuo con compañeros de su propio grupo pueden generar<br />

experiencias similares. Los sentimientos de falla de atractivo e incapacidad para cornpetir,<br />

sobre todo durante la adolescencia, pueden ocasionar humillación social y dudas sobre<br />

uno mlsmo. Estos jóvenes, sin embargo, son más afortunados que ol adolescente evi-<br />

tador porque. por lo general, pueden refugiarse en sus casas. donde encuentran amor y<br />

aceptación: por el contrario, los jévenea avttadoras reciben poco consuelo o apoyo en el<br />

seno do sus familias. Aunque la recompensa inmediata del afecto y el refugio en el hogar<br />

no deben menospreciarse. a la larga pueden hacer un flaco favor a estos niños porque. en<br />

última instancia, deben aprender a valerse por sí solos. <strong>En</strong> la sobreprotección parental, los<br />

padres dan por sentado que los niños no pueden cuidar de ellos mismos. Los níñoa mi·<br />

ruados tienden a verse a sí mismos tal como les \f0D sus pudres, como personas que necesitan<br />

unos cuidados y supervisión especiales porque son incompetentes. proclives a la enfermedad.<br />

demasiado sensibles. etc. Su autoimagen refleja esta imagen parental de debilidad<br />

e inferioridad.<br />

Cuando se ven obligados a aventurarse en el mundo extorno. se encuentran con que su<br />

sentido do inferioridad se ve confirmado y que, desde un punto de vista objetivo, son menos<br />

competentes y maduros que los demás chicos de su edad. Al sentirse inseguros de su<br />

propia identidad y verse débiles e inadecuados, les quedan pocos recursos, y recurren a<br />

perpetuar su patrón inicial: vuelven a buscar que sean los demás quienes les solucionen la<br />

vida y cubran sus necesidades.<br />

Diferencias con otras personalidades afines<br />

<strong>La</strong> personalidad dependiente comparte diversos rasgos con otros trastornos de la personalidad.<br />

sobra todo con las personalidades histriónica. cvitadora. masoquista y límite.<br />

<strong>La</strong>s personalidades histriónica y dependiente suelen ser fáciles de distinguir. aunque<br />

compartan determinadas caractcrfstir.as. Los dependientes y los hislriónicos tienen una<br />

gran necesidad de aprobación social y de afecto. Ambos lipos de personalidad Intentan<br />

agradar a las personas a las que están vinculadas, y su búsqueda de amor les lleva a negar<br />

sus propios pensamientos y sentimientos, sobre todo cuando puedan desagradar a su oompañero.<br />

Ambos evitan establecer una identidad de sí mismos, para que nadie pueda obje-<br />

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<strong>Trastornos</strong> de la ptrsonalidad<br />

tn ta vida modtrn.a<br />

tar nada. Por último, ambos son muy sensibles a la desaprobación y consideran devastado·<br />

ro cualquier forma de desinterés o crítica.<br />

<strong>La</strong> diferencia básica entre la personalidad dependiente y la histriónica reside en su<br />

estrategia interpersonal para hacer que los otros sean el centro de sus vidas. Los dependtentes<br />

se apoyan pasivamente en otras personas en busca de protocción, apoyo, seguridad y<br />

gula. Mediante su actitud de indefensión, potencian que los demás sean activos. que íntercedan<br />

por cUos para arreglar y manejar sus vidas. Por el contrarío. los histriónicos son actlvos.<br />

<strong>En</strong> luga.r de situarse al margen da las cosas, toman la iniciativa para modificar las<br />

circunstancias de sus vidas y se aseguran antes que nada do que las atenciones y la aprobación<br />

que necesnan de los demás sean para siempre. No se esperan, de forma pasiva, qua<br />

las habilidades y competencias de los que les rodean don forma a su existencia. No se adhieren<br />

a los demás ni buscan cuidados, como hacen las personalidades dependientes. <strong>En</strong><br />

lugar de esto, los histriónicos se aseguran de que sus relaciones sean sólidas haciendo cualquier<br />

cosa para que no les falte ate:nción. Siempre y cuando los dormís no so aburran o acaben<br />

mostrando desinterés. los histriónicos saben que sus relaciones son sólidas. El dopen·<br />

diente suscita atención, pero el hlstrlónlco la provoca. Así pues. los dependientes se caracterizan<br />

por la sumisión. la autoanulacién y la docilidad. mientras que el histriónico os<br />

gregario, encantador y seductor. Si no consigue reclamar la atención, e.l histriónico semostrnrá<br />

resentido y se enfadará. mientras que el dependiente temerá expresar ira a sus cuidadores.<br />

<strong>La</strong> distinción entre la personalidad evitadora y la dependiente suele ser más complicada.<br />

al menos si se parte do la conducta manifiesta. Ambos ti pos de personalidad pueden parecer<br />

tímidos. carecen de confianza y temen la critica, y ambos tienen uno gran necesidad<br />

de protección y cuidados. Sin embargo, los dependientes a menudo se muestran üm.idos e<br />

inocentes para fomentar que los demás se inmiscuyan y tomen el control. Su sumisión atrae<br />

al instante la dominación por parle de otras personas. Los dependientes no adoptarían esta<br />

táctica sin creer que los demás son dignos de confianza. Se retiran para que los otros busquen.<br />

con el objetivo de encontrar a un déspota que les haga de instructor y les guío por la<br />

vida. y que recompense su lealtad con protección y amabilidad. Por tanto, el dependiente<br />

es fundamentalmente receptivo a las propuestas interpersonales. Por el contrar!o, los evitadores<br />

se distancian de los demás porque temen el rechazo y la humillación. <strong>En</strong> lugar do<br />

confiar en otras personas. piensan que los otros les pondrán bajo al microscopio y observarán<br />

cualquier follo para comentarlo CUl público. Es más. los dependientes son incapaces de<br />

tornar la iniciativa para su propio bienestar, mientras que los evítadores desean desesperadamente<br />

desarrollar sus potenciales y pueden actuar do manera autónoma cuando no están<br />

sometidos a valoraciones sociales.<br />

Asimismo. tanto los dependientes como los masoquistas se anulan a sf mismos y adoptan<br />

papeles sumisos un sus relaciones. poro por diferentes razones. Los dependientes buscan<br />

unirse a otros para eximirse de las adversidades do la vida y asegurar su protección continuada.<br />

Se sientan indefensos cuando no lieno,l la posibilidad de Q\1e alguien satisfaga<br />

sus necesidades, pero utilizan esta indefensión para que los demás asuman el rol ínstrumentol.<br />

Por el contrario, los masoquistas trabajan para su propio beneficio, pero se sienten<br />

culpables o temerosos del éxito y Limitan sus oportunidades. Mientras que los dependienlos<br />

so abandonan o la pasividad, los masoquistas se esfuerzan acUva.mente por conseguir ser<br />

pasivos.<br />

Por último, los depondíentes y los ltmites compartan dete.nninados rasgos, sobre todo el<br />

tomar a sor abandonados. <strong>La</strong>s personalidades lfmile tienden a confundir los fronteras entre<br />

olios mismos y los demás, y suelen idealizar a sus compañeros al principio de la relación.<br />

Sin embargo, estas personalidades expresan ira oon faciHdad. son inestables desde el punto<br />

do vísta emocional. y a menudo intimidan a los demás por su intensidad, mientras que los<br />

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taplt1.1!0 8. PMOnalidad de:pcndle:ntt<br />

295<br />

dependientes raras veces se muestran enérgicos, Asimismo, la personalidad límite puede manipular<br />

a sus compañeros para evitar el abandono, pero los dependientes esperan pasivamente<br />

a ver qué pasa y confían en que todo les irá bien. Además, 1os dependientes funcionan<br />

blen mientras sus culdadcees les proporcionan amor y guía. Por el contrarlo, la intonsa íncstabilidad<br />

emocional de la personalidad lúnite refleja un nivel superior de descompensación<br />

psicológica. <strong>En</strong> períodos de intenso estrés, la personalidad lúnite puede experimentar una<br />

pérdida temporal do contacto con la realidad. mientras que es más probable quo la personalidad<br />

dependiente presente crisis de angustia y otros trastornos de ansiedad.<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

Los dependientes muestran una predisposición natural a presentar diversos síndromes<br />

clínicos. Aunque cada individuo tiene características específicas diferentes y. por tanto. es<br />

proclive a presentar düerentcs trastornos, se puede observar con facilidad la lógica que conecta<br />

el trastorno de la personalidad y el síndrome que sobreviene. A medida que vaya leyendo<br />

los párrafos que siguen, trate de identificar la conexión entro personalidad y síntoma.<br />

<strong>De</strong>bido a que la relación entre los rasgos dependientes y el desarrollo do otros psícoparologías<br />

está muy clara. este apartado incide sobre este tema en mayor detalle que otros capftulos.<br />

i<br />

"<br />

Ansiedad<br />

Los dependientes son extremadamente vulnerables a presentar trastornos do ansiedad,<br />

sobre todo el trastorno de angustia y agorafobia (Mw-shall. 1996; J. Retcb, 1987; Starcevtc,<br />

1992). Los que desarrollan trastorno de ansiedad generalizada están afectados por preocupaciones<br />

persistentes y exageradas. Gran parte de su ansiedad está relacionada con la posibilidad<br />

de ser abandonados. do ser incapaces do afrontarlo o, incluso. de sobrevivir. Asímisrno.<br />

sus escasas competenclas pueden generarles una preocupación intrusiva relacionada<br />

con el rendimiento en las tareas, sobre todo si se sienten presionados para asumír responsabilidades<br />

propias de los adultos. Estas personas pueden presentar Inquietud o tensión, fatiga<br />

y alteraciones del sueño. Por ejemplo, pueden estar despiertos durante horas pensando<br />

en <strong>La</strong>s conversaciones que han mantenido oou la persona más próxima a ellos oon el fin de<br />

asegurarse de que no se ha dicho nada ofensivo que pueda poner en peligro su relación. Se<br />

puede desarrollar un círculo vicioso en el que la ansiedad se alimenta e interfiere con las<br />

habilidades de resolución de problemas del dependiente [Turkat y Carlson. 1984). Si las<br />

amenazas a su seguridad se dan en situaciones concretas, los dependientes pueden presentar<br />

fobias específicos. Estas fobias no sólo centran las ansiedades en unas amenazas concretas,<br />

stno que tamhlén informan a los demás, do una manera muy objetiva, sobre el tipo<br />

do estímulo que el dependiente trata de evitar.<br />

Para muchos dependientes, la sola idea de que se va o producir el abandono o de que<br />

so van a quedar indefensos puede volverse tan real que, de repente. presentan pensarnientos<br />

catastróficos que darán lugar a una crisis de angustia. Algunos pueden utilizar estas<br />

crisis con fines manipuladores, en primer lugar como prueba concreta de que una situación<br />

incapacitante no les permite asumir más responsabilidades y. en segundo lugar. como una<br />

manera de suscitar protección, compasión y apoyo por parte de los demás. Para el dependiente.<br />

pues. el efecto neto do los beneficios secundarios. lo que el individuo consigue del<br />

trastorno. es doble. No es de extraf\ar quo sean frecuentes las crisis de angustia con agorafobia,<br />

un temor u quedarse solo o sin ayuda en situaciones de las que puede resultar difícil<br />

escapar. Cuanto mayor os el número de rasgos dependientes, más difícil es la recuperaclén<br />

(Holfa.rt y Hedloy, 1997). <strong>En</strong> determinadas sítuaciones, como viajar leías de casa, hacer cola.<br />

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l96<br />

<strong>Trastornos</strong> de: la ptrsonalidad en la vida moderna<br />

estar esperando entre una multitud o ir con desconocidos en tu) autobús o en el tren, el temor<br />

suele ser tolerable siempre que el dependiente vaya acompañado do la presencia tranquilizadora<br />

de un compañero. <strong>De</strong>sde una perspectiva psicoanalítíca, el acompañanta funcione<br />

como una figura materna protectora que alivia la ansiedad fóbíca estimulada por lo<br />

dependencia infantil (Kleiner y Marshall. 1985).<br />

<strong>De</strong>presión<br />

Existe una clara relación entre depresión y dependencia. <strong>En</strong> realidad, suelen estar tan<br />

asociadas que algunos investigadores han tratado de determinar si pueden medirse por se--<br />

parado (Overholser. 1991). Los teóricos cognitivos subrayan con rrocuencia los sentímtentos<br />

de desesperanza e indefensión como dos componentes básicos de la depresión. <strong>La</strong> conexión<br />

es obvia; al menos desde el punto de vista subjetivo, las personas desesperanzadas no<br />

pueden esperar nada, y las personas indefensas no tienen recursos para encamtnar mejor<br />

sus vidas. Ambas caractertsticas están muy relacionadas con la personalidad dependiente.<br />

<strong>De</strong>bido a que los dependientes tienen pocas competencias. s61o pueden mantener escasas y<br />

restringidas relaciones, así como un sentido de indefensión absoluta. Asimismo, al no tener<br />

ninguna posibilidad de aprender a conducirse en las complejidades de la vida, es muy fácil<br />

que acaben enmarañados an la desesperanza. Es muy probable que la pérdida real do una<br />

persona significativa lleve al dependiente a suplicar en busca de cuidados y apoyo. <strong>La</strong> culpa<br />

y la autcccndena excesivos también son habituales oomo una manera do suscitar la compasión,<br />

además de evitar posteriores expresiones de crítica por parte do los benefactores,<br />

Si la persona está deprimida. la dependencia complica el camino hacia la recuperación.<br />

A todo el mundo le ocurren cosas negativas a lo largo do su vida, poro los acontecimientos<br />

adversos son especialmente desoladores para las personas deprimidas. cuyos recursos<br />

do afrontamiento y motivación ya están limitados. El manejo de los contratiempos<br />

normales suele coesttrctr un aspecto primordial en psicoterapia, ya que Jos individuos<br />

que experimentan acontecimientos vitales adversos son más proclives a las recidivas.<br />

Además. si estos acontecimientos afectan a aspectos de la vida de gran valor. el riesgo de recaídas<br />

es más elevado rodavra: el hecho de desprenderse de una do las pocas cosas que el<br />

depresivo en recuperación considera más reforzadora o agradable en una existencia ya da<br />

por sí triste constituyo la baso del desastre. No obstante, si se tiene en cuenta e.l grado de dependencia<br />

de cada individuo. podrán hacerse mejores predicciones acerca de quién preseatará<br />

una recidiva y cuántas semanas tardará en recaer (<strong>La</strong>m et al., 1996). Los depresivos que<br />

se están recuperando y que son muy dependientas recaen con mayor rapidez que aquellos<br />

con grados inferiores de dependencia, incluso cuando el grado de adversidad es similar.<br />

So ha observado una mayor relación entre dependencia y recidiva de deprosi.ón en individuos<br />

evaluados en el seguimiento a seis años tras el primer episodio [Alneas y Torgersen,<br />

1997).<br />

<strong>Trastornos</strong> de la conducta alimentaria<br />

También existen datos que indican que los dependientes experimentan trastornos de<br />

la conducta alimentaria eu porcentajes mayores de lo que cabría esperar (Tísdale et al.,<br />

1990: Wonderlich et al., 1990). <strong>En</strong> un metaanálisis sobro la roloción entro la dependencia<br />

interpersonal y los síntomas de los trastornos de la conducta altmeutarle, Bornstein (2001)<br />

encontró que existía una relación posltlva entre ambos. tanto en la a.noroxía como en la<br />

bulímfo. Sin embargo. junto con la dependencia, hay síntomas de otros trastornos de la personalidad<br />

que tacnbién están implicados en los trastornos de la conducta alimentaria. Además,<br />

cuando remiten los síntomas del trastorno de la conducta alimentaria. disminuye tam-<br />

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CapílukJ 8. Ptrsona1idad dtptnditntt<br />

297<br />

1<br />

¡<br />

J<br />

:i I TERAPIA<br />

1<br />

o<br />

btén el grado de dependencia. Por tanto, aunque existe una relación apreciable, se trata de<br />

una relación bastante modesta y no específica.<br />

Síntomas físicos<br />

Como los dependiontcs no pueden afrontar el mundo con eficacia. tomar las riendas de<br />

su propia vida y cambiar sus ctrcunstancías de forma directa, deben hacerlo de una manera<br />

indirecta. <strong>En</strong> teoría. deberían presentar síndromes cuya finalidad fuera eximirles de las<br />

responsabilidades y estrechar aún más los lazos de unión con sus benefactores, con lo que<br />

doblarían sus beneficios secundarios. Los trastornos fóbicos constituyen una formo de ha·<br />

cerio; los trastornos físicos. otra. <strong>De</strong>sdo el punto de vista funcional, son casi equivalentes.<br />

salvo por una notable excepcíén, el trastorno do ansiedad deja al dependiente predispueslo<br />

a la culpa y a sor objeto do burla, bien por sor débil, o bien por negarse a ajustarse a un ni·<br />

vol de madurez adulta.<br />

No obstante, la relación entro dependencia y trastornos físicos no está muy cla.ra, y<br />

os más fá.ci I negarla. Los síntomas suelen suscitar compasión y lealtad por parte da los<br />

demás. que incluso pueden quejarse de la crueldad de un mundo en el que es posible que<br />

hasta una persona tan tierna e inocente como el dependiente pueda sufrir. estas enfermedades<br />

desvían la atención del verdadero origen de la afllcción. el sentimiento do que los<br />

demás podrían perder el interés y de que los vínculos de unión en las relaciones están de<br />

algún modo sufriendo una presión o están fallando. Por otra parle, para algo nos dependientes,<br />

la simulación de trastornos físicos supone una agresión hacia sí mismos por ser<br />

tan indefensos e incompetentes, disfrazada en forma do enfermedades corporales y agotamiento<br />

físico. <strong>La</strong> mayor parte del tiempo. la relación entre dependencia y trastorno físico<br />

funciona do manera ínconscíente. Sin embargo. os posible que casos especialmente graves<br />

puedan simular síntomas físicos de manera consciente para adoptar el rol de enfermo<br />

y. por tanto, manipular su estado físico directamente con el fin de asegurarse la atención y<br />

los cuidados adecuados.<br />

Considérese el caso de Jack, que en la actuaJidad se encuentra sin trabajo y que, como<br />

Sharon, está a punto de divorciarse (caso 8·2]. [ack es. obviamente, una personalidad de·<br />

pendiente. Nunca ha ten.ido un verdadero trabajo y, como mucho, ha trabajado en el negocio<br />

de contabilidad de su padre, donde so encargaba ele llevar café, cigarrillos y otras cosas<br />

al personal. Con un oomportemtentc ingenuo o lufantfl, Jo resulta difícil estar en desacuerdo<br />

con alguien. Cuando se le pregunta por su dolor crónico do espalda, Jack siempre mira<br />

a su esposa, Joan, para decidir qué debe decir. <strong>En</strong> realidad, ella siempre se ha hecho cargo<br />

de su casa y do los asuntos económicos. Si bien cualquier otro marido se habría sentido mal<br />

por su incapacidad para ocuparse de su familia, a Jack no le preocupa esta limitación y además<br />

disfruta del hecho de que los demás se hayan ocupado siempre do 61. Joan es tan sólo<br />

la última de una larga cadena. Como en muchos individuos que somntizan, los problemas<br />

do Jack parecen tener un resultado sospechosamente cómodo para él. No está nada preocupado<br />

para Jo que cabría esperar de uno persona que está a punto do ser declarada inca·<br />

pacitada física. El hecho de que su dolor se haya presentado de manera súbita el día en<br />

que tenía que arreglar los papeles de su divorcio permite afirmar que sus síntomas son<br />

más funcionales que reales.<br />

<strong>La</strong> psicoterapia en la personalidad dependiente suelo tener un buen pronóstico. aun·<br />

que al tener sus sistemas de apoyo social intactos. muchos dependientes no buscarán tera-<br />

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298<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrsonaridad en la vida moderna<br />

1<br />

CASO 8­2<br />

Jaclc. u:n desempleado de 5' aflos 6c edad. fue ttmltido a tcrapia por sumé·<br />

dlco de famUi.a. Joan, su: c:sposa, k .Kompai\aba a todas sus citas. Ocspuk<br />

de 22 años. ha sido despedido. Ola no dejaba 6c dc:tl, que Jact padc


capítulo a. Ptrsonalidad dtptnditntt<br />

299<br />

pia: sus necesidades de protección, apoyo y gula ya las salísfacen los demás. Es poco frecuente<br />

que acudan a terapia. pero si lo hacen. es porque algún aspecto de su mundo social<br />

se ha visto alterado, como ocurre en los casos do Sharon y Jack. Si bien las personalidades<br />

orientadas hacte si mismos. como la antlsccial y la nan::íslsto, suolcn acabar su terapia antes<br />

de lo previsto, muchos dependientes están muy motivados para continuar con el la. <strong>La</strong><br />

propía relación terapéutica les aporta de manera naturaJ los recursos de los que piensan que<br />

carecen en su vida diaria. <strong>En</strong> efecto, el terapeuta se convierte en una especie de cuídador<br />

sustituto que les escucha con atención y les ofrece aceptación, seguridad y empaua para<br />

contrarrestar la critica y la culpabilidad que los dependientes acumulen en sí mismos. <strong>La</strong><br />

fuerza y autoridad del terapeuta soc consoladoras y tranquilizadoras, y éste proporciona a<br />

los dependientes la figure omnipotente idealizada a la que éstos acuden cuando necesitan<br />

ser rescatados en momentos de necesidad. Además, por lo general, los dependientes están<br />

dispuestos a confiar y hablar, y el terapeuta está dispuesto a escuchar. Es casi inevitable que<br />

la terapia tenga un comienzo favorable, y se crea la impresión do que ol progreso será rápi·<br />

do y seguro.<br />

¡<br />

s<br />

:<br />

1<br />

li<br />

1<br />

1<br />

o<br />

Trampas terapéuticas<br />

<strong>La</strong> disposición del dependiente por agradar el terapeuta junto a la promesa do una mojoría<br />

rápida son las principales limitaciones para que la psicoterapia sea eñcez. El depon·<br />

diente habJa cuando es necesario hacerlo y escucha cuando debe escuchar; sigue todas las<br />

instrucciones y se complaoe en cada palabra da elogio o do aprobación.<br />

No debe sorprender. pues, que muchos terapeutas noveles, que se enfrentan a las intratables<br />

personalidades límite o a los insufribles narcisistas, sientan al principio que han encontrado<br />

en el dependiente al paciente soñado. Incluso los terapeutas expertos con importantes<br />

necesidades narcisistas y maternales son vulnerables. Los terapeutas más narcisistas están<br />

tentados da tomar las riendas y sor más directivos para responder aJ mensaje subyacente del<br />

dependiente: «Aylldamo y haré exactamente lo que me digas. Te complaceré y te admiraré:<br />

adoraré incluso tu inteligencia. fortaleza y coraje». Estas comunícacíones veladas hacen que<br />

al terapeuta so sienta poderoso. El dependiente deja la responsabíüdad para el final y crea un<br />

lazo cada vez mayor, mientras que el terapeuta acaba asumiendo la responsabilidad. someliéndose<br />

a la idea delirante de que astil curando de manera activa al dependiente. y viéndose<br />

como un dios en proyecciones de omnipotencia y omnisciencia..<br />

Estas relaciones terapéuticas son patológtcas, ya que lo ünico que hacen es trasladar<br />

el patrón dependiente del paciente al microcosmos del despacho del terapeuta. establecíeudo<br />

los mismos círculos víciosos que han definido la vida del paciente y que constituyeron<br />

desde un principio el motivo por el cual al paciente acudió a terapia. Resultados similares<br />

son probabJes en terapeutas con fuertes necesidades maternales. cuya inclinación ínterpersonal<br />

es Je de proporcionar incluso más apoyo del que seria habitual. Aquí. el dopendicnt.e<br />

busca de manera eficaz hacer la traustcíén desdo el hecho de ser un huérfano solita·<br />

ria a sor un niño adoptado.<br />

Estrategias y técnicas terapéuticas<br />

Los objeüvos estratégicos al trabajar con dependientes son los mismos que para cual·<br />

quier otra personalidad. Los pacientes sólo pueden convertirse en una variante más funcional<br />

de sí mismos; no puodon transformarse en algo distinto por completo. El dependiente<br />

dulce. inocente y necesitado no se convertirá en un ejecutivo despiadado o en un explora·<br />

dor intrépido de nuevas fronteras, y serla pat.o16gico sugerirles estas expectativas. Más bien,<br />

cada Hpo do persona1idad debe aprender a desempeñar sus potencialidades y minimizar<br />

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300<br />

T rastomos dt la pttSOnalídad en la vida modtma<br />

sus debilidades. <strong>De</strong> esta manera se asumirá un conoch'niento de estas dobílidades y lavoluntad<br />

de incidir y de interrumpir los patrones previos de relación y percepción que generaron<br />

los círculos viciosos. No se consigue cambiar el patrón do personalidad básico do los<br />

dependientes. pero se les puedo introducir en el intervalo de funcionamiento normal. en<br />

el que pueden surgir pcslbllldades más adaptativas durante la terapia y después de ella.<br />

Como ocurre siempre en ol caso do los trastornos de la personalidad. la clave reside entratar<br />

la patología do la personalidad de manera simultánea en múltiples áreas. aunque las<br />

combinaciones y el ordon exacto en que se deben aplicar estas técnicas dependen del individuo<br />

concreto.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista interpersonal. los dependientes tienen que aprender a ínteractuar<br />

con los demás do un modo en que fomenten su indivídualizacíén en lugar de la su·<br />

misión. <strong>La</strong> clavo para un resultado positivo radica on usar la dependencia do forma moderada.<br />

Aunque el terapeuta puede uülízarse como una baso segura a la qua o) dependiente<br />

puodo volvor, ambas partes deberían entender desde un principio que la dependencia es<br />

precisamente el problema y que el objetivo do la terapia os superar la relación terapéutica.<br />

El terapeuta está obligado a proporcionar una respuesta asocial (Kiesler, 1996). es decir, a<br />

ser sensible a los matices emocionales de la relación terapéutica -lo que los psiccterapeutas<br />

denominan transferencia y contratransferencia- y a relacionarse con el dependiente de<br />

modo quo éste avance hacia su autonomía. Se puede establecer una jerarquía de los comportamientos<br />

asertivos e independientes que producen ansiedad para afrontarlos do forma<br />

gradual. Los modelos y la representación de roles {role­playing) pernúten al dependiente<br />

practicar las habilidades necesarias para la independencia que deberá aplicar on la vida. así<br />

como nuevas formas de relacionarse dentro de.l ambiente seguro del despacho del terapeula.<br />

Ésta puede recurrir a la enseñanza dol comportamlento firmo y decidido para ir indican·<br />

do los comportamientos sumisos a medida que se producen en la sesión. L1 terapia do gru·<br />

po puede ser muy eficaz. <strong>La</strong> mayoria de los grupos suelen ser acogedores por naturaleza, y<br />

los miembros más veteranos de un grupo suelen ser expertos a la hora de identificar patrones<br />

de relación desadaptatívos. <strong>La</strong>s cuestiones relacionadas con el abandono pueden vi·<br />

virse do forma monos intensa en la terapia de grupo. ya que el dependiente dispone de<br />

más personas, aparte del terapeuta. en las que poder apoyarse.<br />

<strong>La</strong> eficacia do las técnicas tnterpcrsonales puede combinarse con técnicas cognitivas,<br />

que ayudan a enfrentarse al pensamiento dicotómico propio del dependiente. <strong>En</strong> realidad,<br />

las técnicas cognitivas son más útiles al principio de la terapia, ya que esto tipo de pensamiento<br />

puede contribuir a lo creencia do que el objetivo de la terapia os la independencia y,<br />

e.n consecuencta, la soledad, cuando en realidad consiste en profundíaer de fonna paulatina<br />

en las ccmpetoncias adaptativas. Puede pedirse a los pacientes que registren sus peecepdones<br />

y sentimientos en un diario de pensamientos a lo largo de toda la semana, y se pueden<br />

procesar los contenidos en una sesión para aclarar los pensamientos automáticos que<br />

les llevan a funcionar con sumisión. <strong>La</strong>s interacciones con las personas signiñcarivas son<br />

particularmente importantes. Sea cual sea la técnica cognitiva utilizada. el objetivo os tmplicar<br />

de forma activa a los dependientes en un estilo más aclivo de rosoluclén do problemas<br />

que les permita darse cuenta de que la vida no consiste en llevar una existencia repleta<br />

de indefensión y aislamiento total. de forma quo cada vez consigan tenor una Imagen do<br />

sí mismos más competente. Además, durante la sesión, los dependientes pueden utilizar<br />

al terapeuta como un referente para llevar a cabo una comprobación de la realidad de sus<br />

pensamientos automáticos.<br />

<strong>La</strong>s técnicas interpersonales y cognitivas son muy útiles para ayudara los individuos<br />

a que entiendan los patrones disfunciona1es, pero no explican la base evolutiva a partir de<br />

la cual aparecen. <strong>La</strong> exploración psicodiuémíca puede ayudar a que los dependientes en·<br />

tíeudan el origen de dichos problemas. aunque seguramente la mora. introspocción no sera<br />

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suñcleute para provocar un cambio en la personalidad. Si se consigue que los dependientes<br />

entiendan el papel que desempeñaron sus cuidadores cuando eran pequeños. también<br />

entenderán que. sin sus propias intervenciones conscientes, su futuro vendrá determínedo<br />

por su pasado. <strong>En</strong>tender el papel de la introyocción y la idealización en ol presento es importante<br />

paro internunpir la nueva aparición de patrones de relación patológicos, una vez<br />

se ha logrado un cierto grado de progreso. Lograr imágenes menos idealizadas do los demás<br />

implicará tener que enfrentarse a intensos sentimientos de culpa relacionados con ímngenes<br />

más realistas y no precisamente perfectas de los padres y del cónyuge. pero debe entenderse<br />

el papel que desempeña ta culpa en perpetuar la sumisión y la baja autoestima. ya que<br />

de no ser asr su presencia subyacente erosionará continuamente cualquier posibilidad de<br />

autonomfe.<br />

Aunque los dependientes suelen mejorar rápido. coa índependencía del caso y del<br />

tipo de terapia, la solidez de los benoñctos se demuestra al acabar el tratamíento. Paro el dependiente.<br />

el final de la terapia significa una pérdida del vinculo con et terapeuta y un posible<br />

retomo a los sentimientos de soledad e indefensión: «la muleta deseperece». Cuando<br />

el terapeuta comienza a hablar sobro el futuro, los síntomas fóbtcoa y sentimientos depresivos<br />

pueden acentuarse de reponte. Si el terapeuta y el individuo siguen manteniendo el<br />

patrón dependiente de manera subyacente. pueden dedicar muchas sesiones a Intentar en·<br />

tender el significado de estos acontecimientos y acabar teniéndose que enfrentar a otra recidiva<br />

al intentar finalizar la terapia. Muchos terapeutas so encuentran atrapados en este ciclo<br />

y. a la larga. algunos lo encuentran absolutamente exasperante. Sin embargo. la mayoría<br />

do casos suelen tener un prcnéstlco positivo.<br />

301<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA INVESTIGACIÓN<br />

Síndromes infantiles<br />

• s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

~<br />

i<br />

o<br />

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN Y PERSONALIDAD DEPENDIENTI:<br />

Numerosos trastornos de: la ~rsonalidad tienen diagnósticos similares en los niños. El trastorno<br />

de ansi(dad Por sc,paración, que: se incluyó por pnrnera vez c:n el OSM­111 (1980) y que se (laboró<br />

en el DSM·IV (1994). proporciona una etiqueta diagnóstica para niños que cx.p(rimtntan una acusada<br />

anS.cdad al separarse de su hogar o de las personas con quienes están vinculados. Cuando S«: separan<br />

de sus cuidadores. muchos niños sienten temor y necesitan que se les tranquilkt con frecuencia<br />

y se les diga que volverán a reunirse con ellos. la separación puede provocar fantasias ansiosas. en<br />

las que la persona a la que están vinculados o el propio niño padecen un accidente o una enfermedad<br />

hotribfc y nunca reqresan, los niños más pequeños temen extraviarst y lu(90 no encontrar el ca·<br />

mino de rcgrt"So a casa. y no volver a vtr nunca más a sus padres. <strong>En</strong> casos muy qraves. tienen pesadillas.<br />

en pocas ocasiones se apartan de sus padres, y no son capaces de quedarse en una habitación<br />

sin que c:sté presente uno de los progenitores. Muchos de: estos niños no pueden pasar la noche c:n<br />

casa de un amigo, se resisten a ir al col~,o o incluso a quedarse con sus familiares.<br />

Aunque la ansiedad por separación rdleja una patología del vínculo. los teóncos (Ainsworth,<br />

1969, 1972; Bowlby, 1973; Sears, 1972) distinguen entre apego y dependencia. El apego S


302<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pt'.rSOnaltdad en la vida moderna<br />

ÉNFASIS EN LA INVESTIGACIÓN [contínuución¡<br />

<strong>La</strong> definición de trastorno de la personalidad pot depe.ndencia parece incluir componentes tan·<br />

to del apego como de la dependencia. El sexto criterio diagnóstico establece: •Se siente incómodo o<br />

indefr:nso cuando esta solo•: el séptimo. 1Cuando ttrmina una relación importantt, busca urgenttmente<br />

otra relaciór»: el octavo, ,Esta preocupado de forma no realista por el miedo a que re abandonen<br />

y ttnga que cuidar de si mismo». Livesley et al. ( 1990) obtuvieron dos factores cuando estudiaron<br />

los criterios de la personalidad por dependencia del OSM~III-R. Uno tenía como caracterlstica<br />

básica la falta de confianza o seguridad en si mismo y en sus propias habilidades. las personas que<br />

puntuaban alto en este factor soUan ser •impresionables, dependientes del consejo y guía de los de ..<br />

mas, y proclives a establecer relaciones de sumisión• (¡>ag. 138). El segundo factor era descriptivo de<br />

un apego inseguro y relacionado con personas que eran ,incapaces de funcionar independientemente<br />

y qu• ,equ•rian la presencia de ñguras de apego para sentirse seguros• (pág. 138).<br />

<strong>En</strong> consecuencia. es posible diagnosticar a las personas dependientes de dos maneras distintas:<br />

o bien sufren los efectos de: un vinculo inseguro, o bien carecen de confianza y seguridctd en si mismas.<br />

Esta dualidad puede ayudar a explicar los resultados de algunas investigaciones que demuestran que<br />

muchos pacientes adultos. que pueden ser diagnosticados de padecer un trastomo de ansiedad pot separación,<br />

no padecen trastorno de la personalidad por dependencia (Manicavasagar et aí, 1997). Por<br />

ejemplo, algunos pueden tener un vinculo seguro pero no confianza en 5' mismos. Otros pueden haber<br />

des.arrollado un determinado grado de confianza en sí mismos. pero experimentar de todas maneras<br />

un vínculo inseguro. Éstos son los individuos que probablemente habrán experimentado ansiedad por<br />

separación en su infancia.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN EL CICLO VITAL<br />

<strong>Personalidad</strong> dependiente y enfermedad del compañero o cuidador<br />

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN Y PERSONALIDAD DEPENDIENTE<br />

<strong>La</strong> relación entre envejecimiento, depresión y dependencia constituye un apasionante campo<br />

de estudio. <strong>La</strong> calidad de vida de muchas personaüdades dependientes de edad avanzada se vt afectada<br />

por la salud dtl compa~•ro o cuidador tn •I que sitmpr• se han apoyado. en muchos casos du­<br />

rante: la mayor parte de su vida.<br />

los dependientes buscan a personas capaces de hacer frente a un<br />

mundo cruel e incierto para que tomen todas las dtcision'5, Su protector. por lo general un cónyuge.<br />

pero a veces la madre o el padre, proporciona estructura y recursos que consiguen eximir a los dependientes<br />

de sus responsabilidades. Los dependientes están ahi sólo para dejarse llevar. Y eso es justo<br />

lo que pre:fie:rc:n.<br />

Sin embargo, ¿qué hacen los dependiC":ntes cuando su benefactor todopoderoso comienza a sucumbir<br />

a los efectos del envejecimiento? <strong>De</strong>btdo a que la edad y la estabilidad suelen ir de la mano,<br />

es frecuente que el protector tenga varios años más que el dependiente. llegará un momento en que<br />

e, protector pueda requerir una atención continuada en casa o incluso comience a desarrollar una de·<br />

menda. como por ejemplo la enfermedad de Alzheimer. que acabaría con su papel de director en la<br />

toma de deds,onc­s. Oeb•do a que: muchas familias no pueden corrcr con los gastos de una enfermera<br />

que: proporcione attnción a tiempo completo. la carga suele recaer en la personalidad dependiente.<br />

Puede darse un intercambio de roles. en el que lo$ dependientes deban asumir el control de la familia<br />

(continúo)<br />

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Capítulo 8. Ptrsona1idad dependiente<br />

303<br />

ÉNFASIS EN EL CICLO VITAL (continuaci6n)<br />

y hacer frente a las responsabilidades económicas y legales. Se les puede pedir 1amb1tn que sean los<br />

encargados de administrar la medicación siguiendo un horario, que dtban supervisar las actividades<br />

del compañero enfermo. organizar el dia de su compañero o llevar a cabo una seoe de tareas médicas<br />

en un programa rutinario. A medida que la enfermedad empeora, los dependientes tieeen que asumir<br />

el control de dos vidas. mientras que antes trataban de evnar controlar la suya propia. <strong>En</strong> un es·<br />

tudio en el que se examinaba la relación entre la personalidad y et hecho de cuidar, se observó que<br />

aquellos cuidadores (de enfermos de Alzhe1merJ que sentían maltstar presentaban una probabilidad<br />

seis veces superior de tener rasgos dependientes que los demás cuidadores (J. T. Olin et al, 1996). A<br />

medida que la población de Estados Umdos vaya envejeciendo, cabe esperar que los rndividuos con<br />

rasgos dependientes compliquen todavia mas un problema va de por si importante en el ámbito sarutarío.<br />

I RESUMEN<br />

Los dependientes disponen su vida de forma que se aseguran un aporte constante do<br />

apoyo y guía por parte del entorno. Pueden describirse como torpos, serviles. dóciles y congraciadores.<br />

Muchos buscan un héroe mágico y todopoderoso, alguion qua les cuide, 10:s salve<br />

de las batallas oompetitivas de la vida y les proteja de cualquier posibilidad de resultar<br />

períudtcados. Con un compañero que les apoye y les entienda, los dependientes suelen funcionar<br />

con serenidad, y son sociables, cálidos, afectivos y generosos. Una variante normal<br />

del dependiente os el estilo fiel de Oldham y Morris (1995), que es cuidadoso y antepone<br />

el bienestar do los demás al suyo propio. Otro os el estilo conformista de Míllon (<strong>Millon</strong><br />

et al .. 1994), que es cooperador y amigable. Un dependiente sano os capaz de sentir verdadera<br />

empatía por los demás y ofrecer amor incondicional <strong>La</strong>s vartantos más patológicas<br />

fusionan su identidad con la de los demás y acaban totalmente inmersos en los otros.<br />

Existen varios subtipos adultos de la personalidad dependiente. <strong>En</strong>tre ellos se encuentran<br />

el dependlante inquieto. que es una combinación de las personalidades evitadora y dependiente:<br />

el dependiente acomodaticio, que tiene una necesidad insaciable de afecto y<br />

cuidado y que suele compartir rasgos con la personalidad histriónica; el dependiente inmeduro,<br />

que nunca desarrolla oompelencios y se mantiene en la etapa infantil; el dependíente<br />

torpe, que refleja una combinación de caracterrstíces esquizoides y dependíentes, y el dependiente<br />

sin identidad, que se caracteriza por la ídeahzacíón y la total tdentlñcaclón con<br />

el otro.<br />

<strong>De</strong>sde un punto de vista psicodinám.ico, se considera que el dependiente se ha quedado<br />

fijado en la etapa oraJ del desarrollo. Se cree que. para el dependiente, esta fijación se<br />

produce a través de lo indulgencia en la etapa oral en lugar de la frustración. Tienden a<br />

utilizar la introyección y la idea.Hz.ación, por lo general del compañero o cuidador, como<br />

mecanismos de defensa. También pueden utilizar la negación para evitar los sentimientos<br />

de ansiedad que la introyoccíón no puede eliminar.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista interpersonal. los dependientes suelen considerarse generosos<br />

y atentes. siempre piden perdón, y son incluso serviles. Sin embargo. bajo su c:alidaz y<br />

afabilidad existe una búsqueda continua de afirmación de la aceptación y la aprobación.<br />

Para lograr sus objetivos interpersonales, las personalidades dependientes se vinculan a<br />

otros. sumergen su propia individualidad, niegan las posibles diferencias y evitan las expre-<br />

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304<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la ptf"SOOaJidad tn ta vida modtma<br />

siones de poder. <strong>La</strong>s formulaciones interpersonales del desarrollo de la personalidad dependiente<br />

submyan la sobreprotección paterna, la excesiva praocupacién y el desaltento activo<br />

de la autonomía romo principales vías de desarrollo. Algunos padres nunca permiten<br />

a sus hijos desarrollarse con independencia. <strong>En</strong> realidad, eliminan cualquier necesidad<br />

de) niño de explorar el mundo al «traer el mundo» hasta sus hijos. Otros miembros de la familia,<br />

ast como experiencias con los grupos de compañeros, también contribuyen al desarrollo<br />

do una porsona.lidad dependiente.<br />

<strong>La</strong> perspectiva cognitiva afirma que la apariencia indefensa de los dependientes acaba<br />

formando parta do su autoconccpto. <strong>En</strong> oonsccuencia. el esquema que tienen de sí mismos<br />

incluye cualidades tanto positivas como negativas. <strong>En</strong> el lado posittvo, los dependientes so<br />

ven a sf mismos como considerados, sensatos y cooperadores; en el lado negativo, se eonsidoran<br />

indefensos y totalmente solos en el mundo. Para remediar estas deficiencias, los de·<br />

pendientes suelen formar creencias condicionales, como por ejemplo que ellos sólo pueden<br />

sobrevivir si alguien les protege. o que si están solos, morirán. Los dependientes son inmaduros<br />

cog.uitivamente. Raras voces miran hacia el interior y sólo tienen idoas vagas sobro su<br />

propia identidad y objetivos.<br />

<strong>La</strong> perspectiva evolutiva del desarrollo considera que la personalidad dependiente díspono<br />

su vida para asegurarse el aporte constante de apoyo del entorno, pero lo hace de una<br />

manera pasiva. Los dependientes evitan adquirir competencias que les permitirían adaptarse<br />

de fonna activa a su entorno.<br />

EJ trastorno de lo personalidad por dependencia so relaciona también con otros trasteenos<br />

de la personalidad, entro los que se encuentran la personalidad histriónica. evitadora<br />

y masoquista. Los dependientes son extremadamente vulnerables a presentar trastcmos de<br />

ansiedad. como el trastorno de ansiedad generalizada, fobias, agorafobia y crísls de angustia.<br />

Además, los dependientes suelen presentar depresión, reacciones disociativas y síntomas<br />

físicos. que incluyen la asunción del uol do enferme».<br />

<strong>La</strong> psicoterapia puede ser eficaz como tratamíento de la personalidad dependiente.<br />

Muchos dependientes esl.án muy motivados para seguir en terapia, ya que la propia relación<br />

terapéutica les aporta los recursos de los que piensan que carecen para afrontar sus<br />

vidas. <strong>La</strong> potencia y autoridad del terapeuta es tranquilizadora y confortadora y proporciona<br />

la figura omnipotente idealizada que los dependientes buscan para momentos de necesidad.<br />

Además. los dependientes suelen estar dispuestos a confiar y a hablar con un terapeuta.<br />

<strong>La</strong>s técnicas cognitivas pueden utilizarse para poner a prueba la propensión del de·<br />

pendiente hacia el pensamiento dicotómico, con el objetivo de hacer que se implique en un<br />

estilo más activo de resolución de problemas. <strong>De</strong> ese modo, se conseguirá una autoimagen<br />

de mayor competencia y se negará la idea de que en <strong>La</strong> vida hay sólo indefensión total. <strong>La</strong><br />

exploración psicodinámica también puede ser eficaz para ayudar a los dependientes a en·<br />

tender la base del desarrollo que desencadenó los patrones desadaptativos, aunque la<br />

mera introspección es insuficiente para generar un cambio en la personalidad.<br />

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•<br />

CAPITULO 9<br />

Persona I idad histriónica<br />

I Objetivos<br />

• ¿Cuáles son los criterios DSM·IV para la personalidad histriónica?<br />

• <strong>La</strong>s personalidades dramátkas y expansivas son variantes normales de la histriónica. Oesc,ibir sus ca rae·<br />

ttristicas y relacionarlas con los criterios OSM·fV para tos trastornos de la personalidad.<br />

• Explicar cómo se combinan los diferentes estilos de personalidad para conformar cada uno de los subtipos<br />

de la petSOnalidad hístriónlca.<br />

• ¿Cuál es el significado histórico de la histeria y su contribución al desarrolk) de la personalidad histriónk:¡¡?<br />

• Los teóricos psicodinámicos modernos distinguen entre las personalidades histérica e histriónica. Explicar<br />

esta distinción.<br />

• ¿<strong>De</strong> qué forma actúan los mecanismos de defensa como la represión, la sexualización, la d~ociación y la<br />

proytteión en la personsíidad histriónica?<br />

• ¿Es probable que tos histriónic:os sean buenos C'Ompañeros sexuates?<br />

• Explicar el significado de I¡¡ afirmación de que los histriónic:os tientti un «estilo cognitivo superfic:iat,.<br />

• Explicar de qué manera influ~ la dinámica familiar temprana en el desarrollo de la personalidad histriónica.<br />

• ¿Los trastornos histriónico y antisocial de la personalidad tienen una etJOlogia comUn?<br />

• Los histriónicos comparten característlcas con otros trastornos de la personalidad. <strong>En</strong>umerarlos y explicar<br />

las diferencias que c.xisten entre cada uno de ellos y el histriónico.<br />

<strong>En</strong>umerar los objetivos terapéuticos en la personalidad histriónica.<br />

1<br />

o<br />

<strong>En</strong> algún punto da su carrera académica, usted habrá coincidido con algún ahunno que<br />

siempre intentaba ser el centro de atención. Estos individuos se caracterizan por su dramatismo<br />

y actitud seductora. y no pierden ocasión para impresionar al profesor y a los compañeros<br />

de clase con sus comentarios ocurrentes y conductas sugerentes. Qttizás usted hayo<br />

notado que su interaocióo con los demás alumnos consisto on frecuentes interrupciones o<br />

intentos de reconducir los debates para mantenerse como centro de atención. Cualquier<br />

indicio do que los demás no le admiran o veneran enseguida despierta en ellos sentimientos<br />

depresivos y de reseuurntento. Sin embargo. estos estados de ánimo negativos pueden<br />

esfumarse cuando. eo su incesante búsqueda de aprobación. se dan cuenta de que es más<br />

apropiado manifastat otro tipo de senumiento. Además. habrán observado la fucilidad con<br />

Copyrighted m"305ial


306<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ?(rsooatidad l:J'\ la vida moderna<br />

la que se les puede influir, sobro todo porque enseguida adaptan sus opiniones y conductas<br />

a la situación cuando tienen e) capricho de caer bien a la persona a la que se dirigen. Cuan·<br />

do entablan una conversación. so comunican con frases grandilocuentes o impactantes a ex·<br />

pensas del contenido de lo que dicen. Esto patrón de expresión atrevido suele perpetuarse<br />

mediante su aspecto físico, ya sea por ol corte de pelo. el maquillaje, la vestimenta o la ccmbinación<br />

impactante de todos estos factores. Al final, uno tiene la sensación de que estas<br />

personas son «el alma do la fiesta».<br />

El patrón de estos individuos recibe el nombre de personalidad histriónica. Consideremos<br />

a Yvonno (caso 9~1). Tal como ella misma admite, la atención es una de las cosas «sin<br />

las


Capitulo 9. Ptrsonalidad<br />

histriónka<br />

307<br />

I CASO 9­1<br />

t s<br />

•<br />

1<br />

·i<br />

J<br />

j<br />

i<br />

o<br />

Yvonne es una mujer solleta dt 23 a,ios, (uyO 9in«6logo la ha d«ivado •<br />

para una t"Va!Uil<br />

tncutl\tran muy ~1,a~iva•. Sin embargo, cree qu.r ha sido poco afonunada ...... taJ s -sólo la qukrcn po, 5U ,...,,.<br />

c:vtrpo.. Oitt: •Me: tl:SUlta f'ádl (O(IOCCf a ouas pcrSOnas. y p,or esta razón me<br />

(ntlm.is de lo quto hOO t!ll hmlidad<br />

aburro cnsc:guida con la gtt1tc:•. Ella pttfic:rc la o:rit9Ción que: prodlJCCtl las<br />

nuevas cxpe:ricncias, induytt1do atgunos episodios de intoxicaOOfl y abuso dt<br />

Rí. producido (1)(1.Julortudon<br />

sustancias.<br />

di: la \'flfQC.•n .­p,d'lo!Ji doil OS.M IV.<br />

,11.f¡muuJ dh,g,nó,¡IJCO f ~Dflhlk:o<br />

<strong>En</strong> la actualidad, Yvonnt trabaj.a tomo bailarina en un (fu-b, PtrO (OJ'ntf'lta ..,,A rJ,,«. irrutumrur mi•tilrJk<br />

co,n firmeza que ella ts difcrc:nte al roto de las c:tiicas. una atfü.ta que tra- ,.. o .. rn !mi•: \1.~,;_•on. 1m.<br />

baja (O(I ahtn(O. Cuando sc" pt'C'g\ltlta p,or qvt ,c:scogió «te: trabajo, afirma<br />

que: le gusta quc k p,c:stcn atrnoón V et dincro qur 91na, •dos cosas de las ......A<br />

q11c no pu,c:do prcsc:indir-, Expresa su rcpug.nanóa hac:ia cl trabajo fu,c:ra de "V<br />

horas qur r~tizan atgu.nas de sus compaMras. y tambiln lucia la dl,c:nt~la .<br />

Su familia c:rtt que: cs l)fOfc:sora dc ballet. El orig,c:n lk M dolores sig1,1c: siM•<br />

do inci~rto.<br />

• I.Oi nlimtrOS indan IOS aspt("lm dtl taso qut roineidttl tn rn1)'0r gr.clo ("Oll loS crittrios<br />

dd OSM, pt,rO no i,nplitan nttturiatntntt qut d ca\O .cumpla• esm. triltriM<br />

diag·i~<br />

ción, qu ... cruplezan al prinr. lplo d,r,<br />

que es bailarina desck que era una nilla v que ha sido •ben6tdda, «lfl inco~ .... ..A '11 edad adulta , que se d~n ,•n dttablts<br />

txicnos amigos. ~ versos (;(lntcxto•, lt1l como lo lndi·<br />

profundidad, incluyéndose a sí misma. <strong>En</strong> este sentido. su su(X}Sión de emociones despropor·<br />

clonadas también funciona como distmoción de su propio vacío interno.<br />

Una vez expuesto el retrato de Yvonne. estamos en condiciones de examinar los aspectos<br />

adicionales que conforman el esquema de este capítulo. <strong>En</strong> primer lugar. comparamos<br />

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308<br />

Tras tomos


Capitulo 9. Pt.rsonalidad histriónka<br />

309<br />

i<br />

o<br />

na que sólo tiene el estilo as simplemente agradable, cordial y seductora, pero su comporta<br />

con una adecuada sutileza. <strong>La</strong> persona con un trastorno presenta cambios amocíonale • s sühitos<br />

en un breve lapso de tiempo, mientras que el estilo expansivo es menos voluble y<br />

muestra un control más adecuado de los emociones. El individuo con un trastorno se preocupa<br />

mucho por su atractivo físico y está muy pendiente de las últimas modas, tendencias<br />

o diseñadores: sin embargo. la persona que sólo tiene el estilo es elegante y cuidadosa con<br />

su apariencia, pero no está obsesionada por estas cuestiones ..<br />

Para cada una de las diferencias comentadas, Yvonne parece entrar más en el rango<br />

de Ia patología. Los halagos no son suficientes: necesita ser siempre el centro de atención.<br />

tal como ella misma reconoce. Además, Yvoune es más bien provocativa sexualmente, pero<br />

no os sutil, tal como demuestrao sus gestos y comentarios de doble sentido. Mientras con·<br />

versa con el entrevistador, sus emociones cambian con rapidez. a menudo en respuesta a<br />

sus propias asoclactones libres. Por ülnmo. su vestimenta es inapropiada en el contexto de<br />

una entrevista clínica. Con un aspecto más adecuado para un club nocturno que para tU\8<br />

evaluación psicológica, intenta resultar muy atractiva físicamente.<br />

El resto de los criterios diegnéstícos también se sitúa en un continuo con la norrnalidad<br />

(Spcrry. 1995). Así como la persona con un trastorno os muy difusa. imprecisa y su por·<br />

ficial desde el punto de vista cognitivo, el individuo con un estilo histriónico siente las<br />

emociones de un modo auténtico (Keroberg. 1992) y utiliza las reacciones emocionales de<br />

un modo constructivo para enriquecer y dar detalles a su forma de explicar las cosas. <strong>La</strong><br />

persona con un trastorno se expresa constantemente de una forma teatral y desproporciona·<br />

da. el estilo amplifica un poco su expresividad. pero no con el propósito de ser el centro<br />

de atención. Mientras que el individuo con un trastorno se deja influir con facilidad por los<br />

demás. el estilo es capaz de tomar sus propias decisiones. incluso cuando esto pueda suponer<br />

perder parte de la atención o aprobación de los demás. Por ulttrno. si bien el trastorno<br />

considera las relaciones personales más tnttmes de lo que son en realidad, el estilo ti~<br />

ne un sentido más sólido del yo. que le permite desarrollar también un mayor sentido de<br />

la continuidad a lo largo de} tiempo y más conciencia sobre la naturaleza de las relaciones<br />

interpersonales.<br />

Una vez más, Yvonne entra más en el rango de la patología que en el de la normalidad.<br />

Al principio de la entrevista, parece incapaz de centrarse en un tema y explorarlo a fondo.<br />

y va pasando superficialmente de uno a otro, quizá de un modo deliberado pera evitar<br />

conflictos o emociones desagradables; por ejemplo, tute.a al médico, ha sido bailarina d8S·<br />

de que era una uiñe, y ast suoestvamenre. Exagera su dolor físico con gestos y composturas<br />

que, obviamente. intentan impresionar al oyente, y utiliza las expresiones faciales para en·<br />

fatizar sus emociones más allá de lo que requeriría la comunicación normal. Por fin. lejos<br />

de sor capaz do apreciar a los demás en su justa medida, Yvonnc hace hincapié en lo fácil<br />

que lo resulta conocer a los demás y lo rápido que so aburre con ellos.<br />

Antes do seguir, o! lector debería sor consciente de que este capítulo parte de una importante<br />

premisa simplificadora. El material resulta más fácil de entender, pero en el proceso<br />

hay una cierta distorsión de la realidad. <strong>De</strong>l mismo modo que el capítulo sobre la personalidad<br />

antisocial presupone de forma tmplícita que la gran mayorta de los antisociales son<br />

hombres, este capítuJo presupone que la mayoría de los hislriónicos son mujeres (v. «Énfasis<br />

en la psicología Iemíntsras). Según el DSM-IV-TR (2000), más mujeres que hombros<br />

han recibído el diagnóstico clínico do personalidad histriónica, y esta diferencia se corres·<br />

pondo con los porcentajes de mujeres u hombres que so dan en cada contexto clínico. Mu·<br />

ches hombres han manifestado rasgos histriónicos, como la necesidad crónica de recibir<br />

atención y do sentir que son aceptados por los demás mediante la exageración de los cornportamientos<br />

estereotipados para su sexo. <strong>En</strong> realidad, Kernberg (1992) describe dos tipos<br />

do hombros hístriénicos: el primero como una caricatura del estereotipo masculino, y el se-<br />

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310<br />

<strong>Trastornos</strong> dc la ptrsonalklad en la vida modtma<br />

gundo más infantil y sutilmente afeminado. Como la sociedad tolera a los hombres que fanfarronean<br />

sobre sus proezas atléticas o eficacia corporativa. es comprensible que dichos rasgos<br />

histriónicos paseo desapercibidos. Sin embargo se considera do mal gusto que una<br />

mujer haga alarde de su esplendor e irresistibles encantos. <strong>De</strong>bido a que la sociedad enmascara<br />

las caractarfstlcas hístríónicas masculinas. ha sido difícil determinar las verdaderas similitudes<br />

cognitivas, interpersonales y psicodinémícas entre hombres y mujeres. Aunque<br />

ambos siempre van an busca do llamar la atención, las vías de desarrollo de su conducta, los<br />

sin tomas asociados y las modalidades terapéuticas preferidas pueden ser distintas. Por tanto.<br />

esto capítulo se centra en la personalidad histriónica tal come se manifiesta en las mu-<br />

¡en,s.<br />

I VARIANTES DE LA PERSONALIDAD HISTRIÓNICA<br />

<strong>La</strong> mayoría do los i_ndividuos recibe más de un diagnóstico de trastorno de la persona·<br />

lidad. <strong>La</strong>s combinaciones con patrones secundarios producen variantes del patrón prima·<br />

rio. aunque en algunas ocasiones los subtipos aparecen simplemente como una combina·<br />

cíón do los rasgos principales. A continuación, y en el resumen de la figura 9-1. se descríher,<br />

los subtipos más frecuentes de personalidad histriónica. Los casos reales pueden ser o<br />

no ser el resultado de estas combinaciones.<br />

TCll!lpm\1050<br />

(torotr erist(C'(IS 11rgottvist0.$/<br />

1m,m11 t*nar a los dttÑ!S. y ~<br />

confllcl~v ~ Moder¡ nt~<br />

COfltlic1M lt'ltdi:wt la ~<br />

d~ la ptl'fflisi...i»da,n los<br />

cjts,tOS • tos


taprtulo 9. P(rsonalidad histriónka<br />

311<br />

El histriónico teatral<br />

Muy romántico, afectado y en busca de atenciones, el b.istri6nico teatral es una caricatura<br />

del patrón histríénico básico. <strong>De</strong>scritos por Fromm como «orientados al comercio». estos<br />

individuos viven básicamente para venderse a sí mismos y para moverse como camaleones<br />

en función de la demanda social. cambian las características que muestran dependiendo<br />

de la audiencia y de la circunstancia. Para ellos nada es intrínseco. Uno mismo queda subordinado<br />

a los requerimientos de la economía social; se transforma. se crea, se sintetiza y secoloca<br />

un envoltorio para optlmiw su atractivo para el mercado en cuestión. El estilo no sólo<br />

no se valora sobre el contenido, sino que lo excluye. Como resultado. el bistrióoko teatral es<br />

como una concha vacfa, ya que tener identidad propia limita la posibilidad de maniobra.<br />

Su principal objetivo os loer las motívacíenes do los demás y devolverles en forma de rofll:,.<br />

jo lo que les resulta atractivo. agradable y seductor.<br />

<strong>De</strong>ntro de este subtipo existen algunas subvariantcs. <strong>En</strong>tre las mujeres aparece la<br />

caricatura del sexo femenino, que so adorna con ropa sexy y joyas llamativas. Algunas<br />

crean una buena composición y acaban pareciendo modelos; otras. no obstante, parecen<br />

árboles de Navidad que se adornan sin ningún gusto ni estilo. como si el grado de atrae·<br />

livo fuese directamente proporcional al número de pendientes y pulseras. <strong>En</strong> el caso de<br />

los hombres, este tipo de hlstríoulsmo incluye a muchos «chicos guapos» que esculpen<br />

su cuerpo mediante el cuhurismo, y que representan la caricatura del rol sexual masculino<br />

creando una apariencia que sugiere superpotencia. Menos obvio, pero también dentro<br />

do esto subgrupo, encontramos a los hombros quo exhiben con afectación su potencia)<br />

intelectual o su éxito económico, muchas veces a través de) consumo ostentoso de cosas.<br />

Ya sea hombre o mujer, estos histr-iónicos están siempre acompañados. por lo me·<br />

nos de forma simbólica. Yvonnc quizá no sea lo bastante desmesurado como para incluir·<br />

la en este subtipo.<br />

El histriónico infantil<br />

Esta tipología, similar a la personalídad infantil de Kernberg (1967], representa una<br />

mezcla de las personalidades histriónic...a y ltmue. Corno yn so ha comentado, muchos hístríénlcos<br />

tienen fuertes características de dependencia. Mediante la sexualización prematura<br />

do las relaciones y atrayendo a los demás hacia su entorno. los histriónicos cxperímentan<br />

más gratificaciones y menos frustraciones: por tanto. no necesitan desarrollar el sentido<br />

sólido de la propia identidad que empieza a formarse con lo que los analistas denominan<br />

principio de realidad: es decir, el hecho de tomar conciencia de que la vida es tan intrínsecamente<br />

frustrante que alguna estructura psíquica, como el ego, deberá enfrentarse a la<br />

realidad. <strong>De</strong> este manera, la vida del bistriónic-o continúa dominada por la necesidad de ser<br />

el centro de atención, por una búsqueda persistente de sensaciones y por una rsgreslén<br />

primitlva a la fantasia, todo al servicio del principio del placer.<br />

<strong>En</strong> el histriónico infantil organizado de forma más primitiva, la expresión de estas caractortsucas<br />

es aún más intensa. <strong>De</strong>bido a que no so ha fonnado una identidad, su vínculo<br />

con los personas significativas de su entorno os muy dependiente y exigente. Estos individuos<br />

buscan constantemente Jo aprobacién para poder mantener su estabilidad, y osciJan<br />

entre la sumisión tota.l y la profunda depresión cuando no consiguen la aprobación de los<br />

demás. Sin un sentido sólido del sí mismo que les ayude a modular sus impulsos básicos,<br />

sus emociones cambian rápida, fácíl e tmpredecíblemente, pasando del amor profundo a<br />

la rabia intensa y a la culpabilidad, y todas estas emociones también pueden expresarse de<br />

formo simultánea. <strong>En</strong> los momentos más agradables se comportan con la dulzura o fascinación<br />

de los ntüos, poro a continuación so vuelven malhumorados y hoscos. Muchos se<br />

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312<br />

trastornos dt la ~rsonalidad en la vida rnodc


Capltulo 9. Ptrsonaltdad histriónka<br />

313<br />

El histriónico tempestuoso<br />

Esta varíanre combíne características de las personalidades histriónica y negativlsta.<br />

Estos individuos presentan cambios de humor muy intensos y son muy variables desde el<br />

punto de vista emocional. Durante sus mejores períodos, destacan sus características histnénícas<br />

y se presentan como personas atractivas, amigables y sociables -aunque sólo sea<br />

de fonna super6cial-. conversadoras y afectadas en su expresión emocional No obstante, aJ<br />

igual que el hlstriónico teatral. se aburren con íaciJidad. son muy oxprosivos, reaccionan de<br />

un modo desproporcionado a la estimuladón externa y buscan sensaciones de manera impulsiva.<br />

Cuando so combinan con caracterislica.s límite, el resultado es un terremoto emocional.<br />

Al igual que las personalidades límite, este tipo de histriónicos son hipersensibles a<br />

la crítica. toleran muy mal la frustración y son tnruaduros desda el punto de vista social. características<br />

que casi siempre auguran problemas. <strong>La</strong> mayoría de estas personas alternan períodos<br />

de excitación emocional extrema y actos impulsivos con explosiones de ira y berrinches.<br />

que vienen seguidos de síntomas depresivos como el cansancio. la fatiga y los cambios<br />

en los patrones del sueño y la alimentación.<br />

Mientras que las personas normales desarrollan un fuerte sentido de la propia identidad<br />

que controla los impulsos básicos y modula las emociones. los histriónicos tempos·<br />

tuosos no sólo tienen une identidad más débil que en el patrón histriónico básico. sino<br />

que además está muy fragmentada. al igual que ocurre con las personalidades límite. <strong>En</strong><br />

consecuencia, son mucho más vulnerables a las manifestaciones explosivas de ira y a los<br />

cambios emocionales rápidos. Cuando se les provoca. pierden el control. reaccionan de un<br />

modo turbulento ante el menor estímulo. Si no reciben la atención que desearían. la buscan<br />

freuétícemeute, y cuando no la consiguen, se convierten en personas litigantes. desanimadas<br />

o desesperanzadas, Con ol paso del tiempo. estas personas pueden volverse cada vez<br />

menos histriónicas y más malhumoradas y críticas con los demés, resentidas con la buena<br />

suerte de los otros, celosas y envidiosas. También aparecen a veces preocupaciones somáticas<br />

y sobre la salud, y utilizan sus enfermedades o síntomas como medio para captar una<br />

vez más la atención y conseguir el apoyo de los demás.<br />

El histriónico malicioso<br />

Este subtipo reúne caracterfsticas histriónicas y antisociales. El perfil varia en función<br />

do la influencia relativa de los rasgos histriónicos o antisociales. AJ principio. producen<br />

una grata impresión y parecen sociables y honestos. Se comportan afectuosamente y<br />

con espontaneidad. do forma que los demás bajan la guardia con rapidez. Sin embargo. la<br />

combinación de características histriónicas y antisociales hace que este subtipo sea más manipulador<br />

que el patrón histriónico básico y con intenciones que van más allá da la simple<br />

basqueda de atención y aprobación. <strong>En</strong> algunos casos, las características histriónicas son<br />

sólo un método eficaz para establecer contactos y abrir puertas, pero esconden características<br />

propias del patrón anttsoctal. como la voluntad de violar las convenciones sociales,<br />

romper promesas y lea hades, comportarse de modo irresponsable y, en ocasiones. reaccionar<br />

con brusquedad e ira. hasta 11egar incluso a) &nfrentamiento físioo. <strong>En</strong> ciertos casos. la<br />

influencia antisocial se para aquí con rasgos arríbuíbles a la simple delincuencia.<br />

No obstante, otros individuos combinan unas camctertsucus blsrríéntcas y otras más<br />

psicopáticas. Sintetizan el lado más adaptativo del patrón histriónico: las habilidades socia·<br />

les, el encanto, la capacidad de intuir los motivos y deseos de los demás con una maldad<br />

calculadora y cerebral. Obviamente. asta variedad es más egocéntrica. falsa y quiaá más<br />

consciente de sus manipulaciones que el patrón histriónico básico. Parece que disfruten<br />

oon los conflictos. y obtienen algún grado de gratificación o diversión de lo excitación y teu-<br />

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314<br />

Tras tornos dt la pe­rsonalidad en la vida modtma<br />

sión que les producen. <strong>De</strong>bido a


Capítulo 9. Personaliood histriónica<br />

315<br />

Schneider destacó la gran proclividad de los hístrióníoos a la exageración y a la mentira<br />

patológica como instrumentos para parecer más interesantes y atrecttvos a los demás. Por<br />

último, Kretscbmer (1926; pág. 26) se hizo eco de las posiciones do sus eontemporaneos y<br />

describió a los histriónicos como personas con tendencia a la expresión teatral y que preferían<br />

manifestarse de forma «ruidosa y llametlva». pero que también utilizaban las amenezes<br />

de suicidio como un medio para manipular a los demás. Por supuesto, ostos tres<br />

autores eran contemporáneos del aún joven. pero cada vez más importante. movimiento<br />

pslcoanalülco.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA PSICOLOGÍA FEMINISTA<br />

¿Porqué no un «pene viajero»?<br />

EFECTOS DE LA OOMINAC1ÓN DEl GÉNERO MASCULINO EN El CAMPO OE LA PSICOLOGÍA<br />

los oríge.nes de la histeria se encuentran profundamente arraigados en la historia y la naturafeza<br />

humanas. Tal como ya saben todas las mujeres y la mayoria de. los hombres. estos no entienden a<br />

las mujeres. Peor aun. los hombres no pue.den entender por que no entienden a <strong>La</strong>s mujeres. <strong>En</strong> vez ee<br />

seguir intentándolo. han creado sindromes diagnósticos que contienen aspectos de la conducta femenina<br />

que para ellos son especialmente sorprendentes. Como la historia de la humanidad ha estado dominada<br />

desde ~iemprt por los hombres. quizá no debería sorprendernos que la histeria fuese uno de<br />

los primeros trastornos mentales dcSC'ritos. Para los antigvos gnegos. la histeria estiba ca usada por un<br />

útero via;cro y aberrante que podla soltarse. viajar por el cuerpo y llegar al etrtbro, produciendo excesos<br />

cempertamemates que. como es natural, la mayor parte de los hombrts temían. tales como el<br />

descontrol emocional y la lujuria femenina. As.i pues, la histeti.a recogía Ja creencia masculina de que:<br />

todas las mujeres están locas o, pot lo menos, que constituyen casos subcllnicos que con facilidad se<br />

«acerban con algün comentario o mirada no intencionada.<br />

Finalmente, la gloria de las ant,guas civilizaciones de Roma y Grecia desapareció. <strong>En</strong> la Edad Media<br />

el mundo se entendía a través del paradigma religioso. <strong>La</strong> fe en Dios compensaba los malos tiempos<br />

por los que pasaba la humanidad, induyendo el hambre. la enfermedad, las epidemias de peste y<br />

la guerra. Para hacemos una idea. una tercera parte de la población dt Europa fue aniquilada por la<br />

peste negra. <strong>La</strong>s persona$ bllscaron exph


316<br />

<strong>Trastornos</strong> ee la pttSOnatidad en la vida modtma<br />

I PERSPECTIVA BIOLÓGICA<br />

<strong>La</strong> perspectiva biológica reconoce la existencia de factores puramente físicos que suelen<br />

estar muy reJacionados con diferentes rasgos de personalidad. No obstante, el valor de<br />

fa biología en la revelación de los orígenes do la personalidad so complica debldo a la na·<br />

turaloza misma de los trastornos de la personalidad, que existen como constelaciones de<br />

rasgos concurrentes y no como dimensiones ünícas. Además, pueden estudiarse muchos as·<br />

poetas do la biología, como la genética y la herencia. ol temperamento, los perfiles de los<br />

neurotransmisores, la morfología y las irregularidades cerebrales. los potenciales evocados,<br />

la constitución y las complicaciones en el parto. Aún se desconoce en gran medida cómo<br />

interactúan y se combinan estas influencias próximas o cercanas desde el punto do vista<br />

biológico para influir sobre el desarrollo de la personalidad. <strong>La</strong> mayoría de los factores so<br />

han abordado por separado. y algunos de ellos ni siquiera se han estudiado.<br />

Ciertas investigaciones se han centrado en estudiar el papel de la genética, una in·<br />

fluencia distante sobre una conducta inmediata que nos hace viajar a través de millones de<br />

años de evolución. <strong>La</strong> heredabilidad de ciertos trastornos de la personalidad es más clara,<br />

aunque todavía se especula sobre las vías exactas por las que se produce este feuémeno. Los<br />

estudios en familias han demostrado que la conducta antisocial y criminal es mucho más<br />

frecuente en los padres de niños antisociales, incluso en aquellos casos en los que los niños<br />

se han dado en adopción al nacer, con lo que se elimina la influencia psicológica de un<br />

padre biológico antisocial (Cadorel el al .. 1990). <strong>La</strong> conducta antisocial en un gemelo monocígétíco<br />

o bicigótico también aumenta la probabilidad de que ol otro gemelo manifiasta características<br />

antisociales, tanto si los gemelos crecen juntos como por separado. Si el tras·<br />

torno histriónico de la personalidad se considera una caricatura exagerada de la feminidad,<br />

de iguaJ manera es posible considerar la personalidad antisocial como una caricatura des·<br />

proporcionada de la masculinidad. de modo que podemos esperar que ambos trastornos representen<br />

el mismo constructo genético subyacente.<br />

Cloninger y Guze (1975) discutieron esta tesis y propusieron que la historia es com\ln<br />

en familias con un padre sociépata. Cloningor (1978; pág. 199) concluyó que da histeria es<br />

una manífestaclén más prcvalcnte y menos desviada del mismo proceso que causa la socio.<br />

patía». Sin embargo. su definición de la histeria incluía un componont.e ralacionado con la<br />

enfermedad que era sustancial. y que hoy se clasifica como parte do los trastornos sometomorfos.<br />

<strong>La</strong> noción de que las personalidades histriónica y antisocial representan dtferentes<br />

expresiones del mismo patrón genético básico ha sido reexaminada por Hamburger et al.<br />

(1996), quienes evaluaron rasgos antisociales, psicopáticos e histriónicos graves en con·<br />

junción con los roles de género femenino y masculino tradicionales. <strong>La</strong> relación existente<br />

entre estos rasgos de personalidad se veía moderada por el sexo biológico, no por el rol de<br />

género. y do esta forma se sugirió que los trastornos antisocial e histriónico fuesen consldorados<br />

una entidad única cuya expresión dependía del género.<br />

CaJe y Lilienfeld (2002) basaron sus investigaciones en ol estudio antes mencionado de<br />

Hamburger et al. (1996). con la intonci.ón do demostrar que los comportamientos diferencia·<br />

dos en función del género que se dan en los trastornos histriónico y antisocial do la personalidad<br />

constituyen simplemente variantes do género do la psicopatologfa. Ea concreto, las<br />

mujeres presentan los rasgos psicopáticos asedados con el trastorno histriónico de la personalidad.<br />

mientras que los hombros presentan los dol trastorno antisocial de la personalldad.<br />

Sus hallazgos. sin embargo. fueron débiles e inconsecucmes a la hora do apoyar esta<br />

hipótesis. Aunque existían datos que probaban que las mujeres con rasgos psicopáticos prosentaban<br />

síntomas histriónicos y que los hombres presentaban rasgos antisociales, los rosultados<br />

no fueron lo bastante contundentes desde al punto de vista estadístico como para proporctonar<br />

validez a sus hipótesis. Teniendo en consideración las Iimítaciones del estudio,<br />

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Capítulo 9. Ptrsonalidad histtlónk:a<br />

317<br />

las conclusiones obtenidas sí apoyan e] hecho de que existen diferencias basadas on las di·<br />

ferencias de sexo entre los dos trastornos de la personalidad. y además con.firman la existencia<br />

do un rasgo común, la impulsividad, compartida por ambas personalidades. No cabe<br />

duda de que esta tendencia a intentar determinar las bases biológicas de los trastornos de la<br />

personalidad está justificada y bien encaminada. <strong>En</strong>tretanto. vamos a abordar más cuestioaes<br />

que explican las similitudes entre las personalidades histriónica y antisocial.<br />

<strong>La</strong> asociación entre los trastornos antisocial e histriónico también se ha entendido<br />

como un ejemplo de emparejamiento calculado. <strong>En</strong> muchas especies. los rasgos que re·<br />

sultan atractivos al sexo opuesto tienden a amplificarse a lo largo de las generaciones: los<br />

indívíduos que cuentan con una superabundancia de rasgos atractivos simplemente tienen<br />

más oportunidades de emparejarse. No obstante. algunos individuos acumulan tantas ca·<br />

racteríslica.s de este tipo que desde su nacimiento están biológicamente predispuestos a ca·<br />

ricaturizar su sexo. <strong>De</strong>sde esta perspectiva. las personalidades antisociales e histriónicas<br />

se convierten en fenómenos inevitables de la evolución. <strong>La</strong> personalidad histriónica se<br />

siente atraída por la antisocial htpermasculina. cuya aparen le fuerza. autooonñanza y gusto<br />

por el riesgo proporcionan manifestaciones masculinas que la mujer histriónica encuentra<br />

atractivas de un modo natural. Al mismo tiempo. el hombre antisocial se siente atraído<br />

por la hipersexualidad infantil y la búsqueda impulsiva de sensaciones de la mujer bis·<br />

trión.ica.<br />

ÉNFASIS EN LA ETIOLOGÍA<br />

El trastorno histriónico de la personalidad y el trastorno antisocial<br />

de la personalidad: ¿tienen una etiología común?<br />

¿ANTECEDENTES SIMILARES PUEDEN DAR WGAR A RESULTADOS DIFERENTES?<br />

Hamburge:r et al. (1996) postulan que antecedentes similarts contribuym a dar resultadosdrstintos.<br />

e indican que la litttatura de mvtSttgaoón muestra unas tasas más altas de lo esperado de comorbdidad<br />

entre las personalidades histnónic:a y antisocial, y que los hombres histriómcos muestran una mayor<br />

tasa de compottam1cnto antisocial (L1'1enfeld cr al., 1986; Luisada et at, 1974). Es más, ambas personahdadts<br />

muestran una inttíacdón eníre el sexo v la tasa de pr(Valencia: la personalidad histriónica se identifica<br />

con mayo( frecuencia en las mujeíes y la antisocial en los hombíes (APA, 1994; foíd v Widlger.<br />

1989; Kass et ai, 1983). <strong>De</strong>bido a que los trastornos comparten varias caracteosticas, en concreto la fatta<br />

de control de los impulsos. comportamiento de búsqueda de estimulos y una conciencia deficiente.<br />

estos autores afinnan que ambas personalidades representan diferentes expresiones del mismo prob,e·<br />

ma subyacente: la psícopatia. Si es as..i, las mujeres con genes relacionados con la psicopatía tendrían<br />

una predisposición a desarrollar una pel'5onalidad hrstnónic.a. y los hombres con genes relacionados con<br />

la psicopatía ttndrian una predispos,ción a desarrollar una pcrsonahóad antisocial.<br />

Para poner a prueba esta idea. Hamburger et al. (1996) fom'lularon tres hipótesis. <strong>En</strong> primer Ju.<br />

9ar, tos individuo:. con un grado elevado de psi('()patía debertan mostrar más rasgos de las personali·<br />

eaees histriónica y antisocial que los individuos con bajo grado de psicopatía. <strong>En</strong> Sf'gundo lugar, los<br />

hombres psicópatas deberian mostrar más rasgos antisociales. y las mujeres psicópatas. m.ts rasgos<br />

histrión,cos. Y en tercer lugar. esta relación debena estar influida por los roles sociales de cada sexo.<br />

<strong>En</strong> un estudio se incluyó a un grupo formado por 180 estudiantes de primeros cursos de univer5'dad.<br />

Tal como se esperaba, cuanto más elevada era la puntuación en psicopatia. más probabihdades habla<br />

de que lo~ WJtto~ presentaran rasgo~ hi~triónicos y antisociales. Una iécntca estadtstica conocida<br />

como análisis de vias se aplicó entonces para examinar la relación existente entre la psicopatía v el<br />

soco. También se coffoboró la segunda hipótesis.<br />

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318<br />

<strong>Trastornos</strong> de la perSOnalidad en la vida modtma<br />

I PERSPECTIVA PSICODINÁMICA<br />

Aunque las contribuciones que acabamos de exponer son precursoras do la perspectíva<br />

moderna, podrta decirse que el desarrollo histórico más importante sobrevino on , 895,<br />

con la publicación por parte de Breuer y Freud de los mecanismos inconscientes de la bis·<br />

ter¡e. estimulados por al frunoso caso do Anna O. Ambos autores eran fieles seguidores do<br />

lo hipnosis. y la utilizaron para adentrarse ea los conflictos inconscientes de Anna. incluyendo<br />

su desprecio hacia su padre y su amor por Breuer, que más tarde derivó el caso a<br />

Froud. A la larga. entre los dos construyeron la teoría de que ]os síntomas históricos eran<br />

o) resultado de abusos sexuales tempranos, que daban paso a recuerdos tan desagradables<br />

que el paciente los olvidaba de forma intencionada y sólo podían volver a la memoria consciento<br />

a través de la hipnosis. Una vez devuelto e] recuerdo a la conciencia, Preud observó<br />

que los síntomas desaparecían para no volver jamás. Estos hallazgos se convirtieron en la<br />

baso para el desarrollo de la primera teoría de las neurosis. que sostenía que detrás de<br />

cualquier conflicto neurótico subyacía un trauma infantil reprimido. Hacer consciente lo<br />

inconsciente aún 8S uno de los principales objetivos de la psicoterapia. <strong>De</strong>sde entonces, la<br />

idea de que la mente puede olvidar cosas que en realidad sabe muy bien ha arrojado luz, y<br />

a la vez ha añadido complejidad, a la labor de los psicólogos.<br />

Más tardo, Freud realizó otro hallazgo incluso más Importante. <strong>De</strong>scubrió que. lejos de<br />

ser fiables al cien por cien. los recuerdos que referían los histéricos bajo hipnosis reflejaban<br />

la presencia de deseos inconscientes. fantasías que se superponían a la memoria. Los síntomas<br />

histéricos podían entenderse entonces no como el resultado de traumas infantiles,<br />

sino como el roflojo de los instintos inconscientes que amenazaban con emerger a la conciencia.<br />

EJ efocto de esto descubrimiento transformó en gran manera la recría psicoanalítica.<br />

Los deseos histéricos so formaban durante los primeros estadios del desarrollo a través<br />

do la re]ación con el progenitor del sexo contrario. Así, el descubrimiento do la sexualidad<br />

infantil y ol consiguiente desarrollo de los estadios psicoscxuales y sus tipologías caracteriales<br />

asociadas se convirtieron en el íoco de atención do la teorta. <strong>En</strong> realidad. si no so hu·<br />

biesa dado esta paso no habría espacio para los trastornos da la personalidad. porque no<br />

existiría la caracterología de la que emerge el estudio de estos trastornos. Finalmente, la importancia<br />

ele los deseos condujo a Freud hacia los suenos. el principal camino para accedoral<br />

inconscient.e y al uso de la asociación libro como la técnica que definió al psicoanálisis<br />

como una ciencia aplicada. Hasta la década de los años cincuenta, los teóricos analistas<br />

continuaban refiriéndose a la histeria de conversión como la piedra de toque a partir de<br />

le cual se conatruyé toda la teorra psicoanalítico clásica (Fenichel, 1945).<br />

Los teóricos psicodinámicos modernos han distinguido entre el carácter lústérico y la<br />

personalidad histriónica, tal como so ha hecho patonte eu las diferentes versiones del<br />

OSM. <strong>La</strong> mayor parte de los analistas entienden que los dos trastornos pertenecen a) mismo<br />

espectro y se diferencian sólo en la gravedad. Por ejemplo, Kernberg (1992) sitúa la<br />

personaltdad histérica tradicional en un nivel superior de funcionamiento. y la persona·<br />

lidad histriónica cont.emporánoa en un nivel de funcionamiento inferior, más infantil.<br />

Sagún este autor. el histérico tiene más recursos para adaptarse socialmente, y su mundo<br />

omocíoual es más auténtico y predecible. E) control de las emociones se pierde sólo en<br />

contacto con aquellos con quienes existen intensos conflictos sexuales o competitivos.<br />

Gabbard (1994; págs. 559-560) realizó un retrato similar: los histriónicos son más lábiles,<br />

adornan sus vivencias y emociones mucho más. son también més impulsivos y seductores<br />

y sexualizan más las relaciones interpersonales: en cambio, los personalidades hlsténcas<br />

son más sutiles en su exhibicionismo y expresan su sexualidad de una fonna más coqueta<br />

y sirnpática. Mientras qua las personalidades histéricas pueden t.ener éxito profesional,<br />

Gabbard afirme que los histriónicos no lo consiguen debido a su falta de objetivos, deses-<br />

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Cl'.lpítulo 9. P«sonalidad histrióni


320<br />

T,uto,nos ee la pusonaltdad en la vkhl l'nOl:krna<br />

zo a mantfostar sus propios objetivos, actitudes e identidad. los histriónicos se liberan de<br />

las preocupaciones y escapan de las crisis existenciales a que nos vemos sometidos el res·<br />

to de las personas. <strong>La</strong>s personalidades histriónicas reprimen el vacío que les deja su yo<br />

creado como imagen do marketing, as( como los conflictos que su sexualizacién de las relaciones<br />

crean eu los demás, e incluso sus propios deseos no conseguidos. <strong>En</strong> realidad. ca·<br />

rocen del afán de alcanzar un crecimíento personal intenso.<br />

Además de la represión, las personalidades histéricas utilizan la sexualizacién. la disociación<br />

(cuestión que se tratará más a fondo en u.n próximo apartado) y la proyección.<br />

<strong>La</strong> sexualízeclén, en particular. se unlíza con complejos finos adaptativos y defensivos. 09<br />

hecho. W. Reich (1933) se refirió a la hipersexualidad como la característica definitoria de<br />

estas personalidades, y sugi.rió que la seducción se utiliza como mecanismo do defensa con·<br />

tra el miedo o la amenaza da la agresión masculina. <strong>En</strong> otras palabras, asustadas por lapo·<br />

síbílldad de que baya violencia, las personalidades histriónicas suscitan en el agresor otro<br />

impulso que sustituye la hostilidad por la atracción. <strong>En</strong> cierto modo, este fenómeno explíca<br />

la curiosa paradoja de su comportamiento: los hlstriénícos explotan su potencial se·<br />

xual, pero al mismo tiempo se sienten muy asustados y evitan la acttvídad sexual real<br />

[Easser y Lesser. 1965).<br />

<strong>De</strong> hecho. las personalidades histriónicas suelen sorprenderse mucho cuando se les<br />

pido que afronten las consecuencias de sus mensajes sexualmente provocativos. Al parecer,<br />

la conciencia del uso instrumental del euactivc físico es completamente incompatible con la<br />

imagen que Uenen de sí mismas de personas de una inocencia angelical. un ejemplo de<br />

la fuerte represión en pJena acción. Es más probable que estos Individuos deo la vuelta a<br />

la situación proyectando un interés hipersexual sobre su acusador y desviando la atención<br />

do sf mismos. C.On gran incUgnación. sostienen que no pueden expresar lo heridos que se<br />

sienten por esta sugerencia, con lo que dejan a sus posibles pretendientes enfadados, con·<br />

fundidos o asombrados. <strong>En</strong> Yvoune. esta tendencia se observa en su insistencia en que ella<br />

«no es como el resto de las chicas». pero al mismo tiempo insista en que es una artista que<br />

baila por el va1or estético que entraña esta actividad. <strong>La</strong>s personalidades histriónicas también<br />

utilizan la sexualízacién para evadirse de sus sentimientos de ansiedad o vacío, o para<br />

compensar su percepción de que las mujeres carecen de poder en un mundo dominado<br />

por hombres. Provocando el deseo sexual en los demás, creando una necesidad pero satisfaciéndola<br />

en muy pocas ocasiones, nivelan la interacción persona]. Sea cual sea la razón,<br />

su persistente uso de la sexualidad ha sido la causa de que muchos escritores analíticos<br />

subrayen que estas personalidades manifiestan una madurez falsa y. de hecho. una pre·<br />

sentación falsa de sí mismos. <strong>En</strong> vez de adquirir madurez, son mujeres infantiles. seductoras<br />

y superficiales.<br />

<strong>En</strong> los círculos psicodinámicos, el desarrollo del carácter histérico sigue siendo una<br />

controvorsta. Preud sugirió la existoncta de fijaciones alrededor del progenitor de sexo<br />

opuesto, una tesis apoyada por Feníchel (1945) poro cuestionada por escritores posteriores<br />

(Mannor, 1953: Sporling, 1973). Irónica monto, podría parecer que los teóricos psicodinámicos<br />

aún debatan el tema más importante sobre el que se Fundó el psicoanálisis. El pensamiento<br />

actual es que las personalidades histéricas con un nivel de funcionamiento inferior<br />

manifiestan predominantemente preocupaciones orales, y las personalidades histéricas con<br />

un nivel de funcionamiento superior, aspectos relacionados con el estadio edJpico del<br />

desarrollo, durante el cual una crecíonts sexualidad crea un deseo ínconscíente hacia el<br />

progonitor del sexo opuesto. Do acuerdo con os-to, la personalidad histriónica más primili·<br />

va del OSM·IV estaría asolada por la dependencia oral, junto con alteraciones más profundas<br />

en las relaciones objetales y la conducta interpersonal. Por el contrario, las psrsonalídades<br />

histéricas estarían relativamente intactas y experimentarían un mayor éxito en la mayo·<br />

ria de las áreas de funcionamiento (Blacker y Tubin, 1991). Por supuesto, la dífarencia es de<br />

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322<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

ÉNFASIS EN LA SEXUALIDAD<br />

<strong>La</strong> personalidad histriónica y el sexo<br />

PERSONALIDAD Y BIENESTAR SEXUAL<br />

<strong>La</strong>s personalidades histriónicas demuestran, por lo general de una forma algo cancaturtzada. lo<br />

que nuestra sociedad potencia y admira en sus miembros: ser sujetos populares.. extrovertidos. atractivos<br />

y sociables. <strong>De</strong>sde el punto de vista mterpersonaí, utilizan man~ras de seducción para auaer<br />

la atención que tanto nece5'tan.<br />

Pero zes real esta primera impresión?. ¿son buenos amantes? Al parecer. la respuesta es no. Apt<br />

v Hurlbert (1994) estudiaron una muestra de mujeres que habían sido diagnosticadas de personalidad<br />

histriónica utilizando el MCMl­11 y las compararon con una muestra normal agrupada de acuerdo<br />

con una serie de medidas de conductas y actltudes sexuales. El comportamiento sexual decidido en<br />

las muieres histriónicas era s,gnificativamente menor, y presentaban mas actitudes erotofóbicas, una<br />

autoestima más baja. mayor insatisfacción conyugal, más preocupación por los pensamientos de con·<br />

ttnido sexual, y refirieron tener un menor deseo y mayor aburrimiento sexual. También presentaron<br />

una mayor incidencia de disfunciones orgá.smlcas e indicaron una mayor probabilidad de iniciar una<br />

aventura txttamatrimoniaL Pese a estos hallazgos ntgativos. también manifestaron una mayor auto·<br />

estima sexval.<br />

Avnquc los ~vitados de este estudio en concreto hacen referencia a las mujeres histriónicas, no<br />

existe ningvna razón para creer que los hombres con personalidades histriónicas sean más competentes<br />

desde: el pvnto de vista sexuat. <strong>De</strong> hecho. los mismos autores identificaron un patrón similar de<br />

gran autoestima ~xual y difie:ultadt'S en este campo en et caso de los hombres. y lo denominaron nar ..<br />

eisismo sexual (Hurlbef'I v Ap~ 1991 J.<br />

Consideremos el caso de Monique (caso 9-2). que parece tener muchas cosas positivas<br />

en la vida pero es incapaz de ser monógama. Al igual qua Yvonne, parece necesitar constan·<br />

rernente nuevos estímulos. <strong>La</strong>s nuevas relaciones le resultan muy excitantes. aunque enseguida<br />

se cansa de elles. hasta el punto de sentir otra vez la necesidad do «volver a salir de<br />

noche, ir a ñestas y beber». Ahora que su marido, que es escritor, ya está bien establscído en<br />

su trabajo, ella necesita volver de nuevo a llevar la misma vida que desembocó en sus dos<br />

divorcios anteriores, el deseo de empezar una aventura secreta y excitante. Cuando so pf(r<br />

santa para la terapia. muestra muchos de Los síntomas clásicos. Sus emociones varían de la<br />

intensa alegría a la tristeza. Sexualiza su interacción con el entrevistador para crear delíberadamente<br />

fantasías sexuales. Su necesidad de atención os coherente con su superficialidad<br />

social, con su experiencia como animadora en la escuela y con su patológica reacción de·<br />

presiva al ver que su amiga era votada como la más guapa y popular y. una. vez más. en su<br />

interés por las relaciones extramatrimoniales. El estilo cognitivo superficial de la personalidad<br />

histriónica se hace evidente en su descripción de los años en e] instituto, y su emotívtdad<br />

desproporcionada puede observarse en los gestos dramáncos que acompañan su expresión.<br />

Por último, existen evidencias de que considera sus relaciones interpersonales<br />

como si fuesen más íntimas de lo que en realidad son. So casó con su primer marido tres se­manas<br />

después de haberle conocido. aunque «pa.recía que nos conociésemos de toda la<br />

vida». Probablemente se ha sentido de] mismo modo con sus amantes. algo que justifica<br />

cada una de sus aventuras y contribuye a qua inicie una tras otra.<br />

Si el desarrollo del superyó de Menique fuese normal, estos deseos se inhibirían o<br />

nunca alcanzartan la conciencia. Es más. si su yo hubiera sido más sólido, habría desarro-<br />

Uado objetivos que hubiesen definido su lugar en el mundo y dado un sentido a su exís­<br />

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capítulo 9. Ptt'SOf'lalidad histriónica<br />

323<br />

I CASO 9­2<br />

Monique, una mujer atrattiva y vivaz. ac.,,dtO a terapia para pr~nir la de- ~<br />

r.:RITf.RIOS flSM·IV<br />

sln1tgradón 6e su tercer matrimonio•. Al dcsc:ribfr su problema. sus cmocio· ~ PARA EL l>IAC':NÓSTIC:U<br />

nes varlan mucho v pasan de la intensa alegria a la tristeza. Qialquier reta-<br />

OF. TRASTORNO lUSTRIÓ!\100<br />

c;6n acaba siendo •aburrida:- {rie a ca:rc:ajad.s), entonces empieza a sentir DE LA PEKSOSAUDAD<br />

int~rb por .:hof'nbtts m~s C11citantes•: at ~n,1 ~empre ,c:atia sintiendo la ee- +9 un patrón general d• e,'(onsiw cl'OQ·<br />

ttStdid de YOlvcr a la vtda nocturna de d1vtrs16n, fiestas y alcollol 9


324<br />

Tras.tornos de la pttSOnalidad en ta vida mod,ma<br />

tencia; de haber sido así, es probable que no hubiera llevado una vida tan alojada do lo tradicional<br />

oí hubiese sucumbido al abuso do alcohol. Como ocurre con otras personalidades<br />

histriónicas. Mon.ique ha sufrido un cortocircuito en su proceso natural de desarrollo. Al se,.<br />

xualizar sus relaciones de forma prematura. los personalidades histriónicos atraen con fuerza<br />

a los demás hada elles. que refuerzan estos comportamientos gralificando sus deseos y<br />

reduciendo sus frustraciones. Al igual que los demás histriónicos, Monique no tiene ningún<br />

deseo de desarrollar una identidad más profunda, perdurable y sólida. <strong>De</strong> este modo.<br />

como decía \V. Reich (1933), las personalidades histriónicas tienen «pocos recursos», sólo<br />

cuenta.o con un fino revestimiento de yo que cubre los impulsos y dependencias de un<br />

ello infantil. Por tanto, siguen dominadas por el principio del placer. tal como se expresa a<br />

través de su necesidad de ser el centro de atención y de buscar siempre estlmulos y sensaciones<br />

a trnvés de sus manifestaciones teatrales e incluso por medio de sus regresiones primi<br />

ti vas a In fantasía, denominadas proceso primario de pensamiento. Cuando surge la amenaza<br />

de la ansiedad. su fino yo Hende a fragmentarse o a disociarse bajo la presión, se produce<br />

una regresión hacia la fantasía primitiva, o la tensión se dirige de nuevo hacia el<br />

cuerpo en forma de somatizaciones, con síntomas de dificil filiación para la medicina, si·<br />

tuación en que posiblemente se encuentra Yvonne.<br />

El desarrollo de una personalidad histérica con un nivel de funcionamiento superior<br />

es similar a la de la histrióuica eu lo que respecta a los aspectos de dependencia oral. Sin<br />

embargo. las principales dificultades de la personalidad histérica se producen durante la<br />

fase edípica, es decir. cuando el desarrollo de la sexualidad crea un deseo Inconsciente ha·<br />

cía el progenitor de sexo opuesto. <strong>En</strong> este estadio. los niños empiezan a competir de forma<br />

natural con el progenitor del mismo sexo. que se convierte en un rival. No obstante, se re·<br />

quiere alguna clrcunstaucla inusual para intensificar esta dinámica y producir rasgos de<br />

personalidad do larga duración. Por ejemplo, Zetzel (1968] observó que muchas de sus pacientes<br />

histéricas habían experimentado separaciones o pérdidas reales del progenitor del<br />

sexo opuesto durante este período, lo que había intensificado su deseo inconsciente de poseer<br />

su amor y dificultado, por tanto, la rnsolución del conflicto. Este fenómeno proporclona<br />

una segunda vía para el desarrollo de la persoualidad histérica.<br />

<strong>En</strong> el caso de los sujetos que recibieron un cuidado maternal adecuado, los aspectos<br />

orales están ausentes y las relaciones objetales se mantienen relativamente intactas. <strong>En</strong> otras<br />

palabras. el cuidado maternal adecuado produce confianza y facilita el desarrollo de un yo<br />

bastante sólido. Estas personalidades histérícas tienen un modelo femenino adecuado, no<br />

devalúen u sus medres oi se acercan el padre buscando sus cuidados antes del desarrollo de<br />

su sexualidad adolescente y. por tanto, no sexual.izan sus relaciones adultas de una fonna<br />

tan abierta. Por el contrario, son más sutiles, la expresión de su sexualidad es más constructiva<br />

y presentan menos síntomas psioológicos en condiciones de estros. Los sujetos quo si·<br />

gueu la primera. vía se convierten en víctimas de una doble trampa del desarrollo: con una<br />

idealización del padre y con la ausencia de un modelo femenino adecuado con el que ídonuñcarse<br />

y sublimar su emergente sexualidad. el deseo de poseer al padre se magnifica con<br />

más facilidad. <strong>La</strong> comunicación que antes estuvo sexuallzada, sobre todo a través del refuerzo<br />

y el modelado, ahora se ve potenciada de forma inconscionto por un impulso sexual<br />

real<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

Aunque se considera que Sulllvan es el padre de la perspectiva interpersonal, otros aulores<br />

posteriores que también han Investigado en esta línea han sido mucho más sistem1iti·<br />

cos. Por ojcmplo, Loary (1957) fue el primero en actualizar el potencial del círculo tnterper-<br />

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capitulo 9. <strong>Personalidad</strong> histriónica<br />

325<br />

1<br />

§<br />

8<br />

1<br />

•<br />

i<br />

i<br />

~<br />

1<br />

o<br />

sonal. Su personalldad cooperativa-hiperoonnativa guarda mucha semejanza con nuestra<br />

contemporánea personalidad histriónica. Estos Individuos se caracte.rfaan po.r ser amistosos,<br />

sociables. extrovertidos y por sus deseos fervientes de gustar y ser aceptados. <strong>En</strong> el lado positivo,<br />

Lcary señaló que siempre son optimistas. aunque algo anodinos, y «continuamente in·<br />

tentan agradar. ser aceptados y establecer relaciones positivas con los demás» (pág. 304).<br />

No obstante, en su parte negativa no toleran las críticas, procuran desvincularse do toda<br />

culpa y no aceptan que su propia conducta pueda ser a veces hostil o autoritaria.<br />

Los investigadores posterlores a Leary refinaron aún más la geometría que describo e)<br />

círculo interpersonal do estos sujetos a través de métodos estadísticos más sofisticados. <strong>En</strong><br />

un análisis muy detallado que vale la pena destacar, Kiesler (1983.1996) dividió el círculo<br />

en 16 segmentos descritos en dos niveles de funcionamiento: normal y patológico. Aun·<br />

que muchos trastornos de la personalidad tienen características que no se ajustan con exactitud<br />

al modelo interpersonal, la personalidad histriónica puede describirse en térruinos de<br />

dos segmentos principales. <strong>En</strong> el rango do Ju nonnalidad, Kicsler (1996; págs. 14·15) uttliza<br />

adjetivos como desinhibido. emocionalmente expresivo. vital, amable. próximo e interesado.<br />

<strong>En</strong> ol extremo patológico. estos calificativos so concterten on desenfrenado, melodramático,<br />

extravagante, intrusivo y siempre disponible paro todo.<br />

<strong>La</strong>s personalidades histriónicas tienen muchas cualidades interpersonales que las distinguen,<br />

eu especial la imagen que tienen do sí mismas y le impresión lnmedlata que pro·<br />

ducen en los demás. Por lo menos de modo consciente. suelen verse a sí mismas oomo personas<br />

atractivas, amistosas y muy dlvertldas. Al principio parecen sumamente encantadores.<br />

<strong>La</strong> facílldad con la que se abren a los demás y expresan sus sentunieutos parece proporcionar<br />

una rápida sensación de int.imidad que resulta vígorizante y refrescante, cualidades quo<br />

por sf solas ya suelen ser muy atractivas. Sin embargo, las personalidades histriónicas más<br />

patológicas se convierten. de forma Inevitable. en personas volubles, provocativas y tnarrales.<br />

Su encanto personal se transforma en una habilidad pera asegurarse de ser el centro de<br />

eteuctéu y para tnrroduclrse en los grupos sociales. Si no son el alma de la fiesta, estas personas<br />

tienen el meaos un séquito de seguidores sonriant.os, ansiosos de establecer contacto<br />

visual. Para parecer más atractivos, pueden alternar un papel ingenuo e inocente con otro<br />

muy sofisticado, que so vn ajustando según los deseos de la audiencia. <strong>La</strong> atonción a c-stos<br />

signos los permite maniobrar con rapidez y ofrecer la imagen que desean mostrar, para así<br />

minimizar la posibilidad de rechazo o indiferencia, al tiempo que maximizan la atención<br />

de los demás y atraen a numerosos posibles pretendientes. Los gestos exagerados. los peina·<br />

dos atractivos. los comentarios frívolos y las ropas extra.vagantes, todo ello está pensado para<br />

despertar el interés y llamar la atención, tal como demuestra el caso !}-3.<br />

Aunque los histxíóoícos resultan etractlvos en uo principio, sus ralacíones tnterpersonales<br />

íntimas resultan superficiales. <strong>De</strong>bido a que necesitan una atencton y estimulación<br />

constantes. sus parejas pueden acabar sintiéndose esclavas de sus necesidades ~omo<br />

si de animales de carga se tratara- y anuladas emocloualmente, con lo cual el hlstrió1)ico<br />

acaba por aburrirse y buscar otras alteruattvas. Los individuos más patolégícos pueden<br />

cambiar con rapidez de pareja y do amistados. que terminan «quemadas» por la intensidad<br />

de sus emociones y por sus fuertes cambios del estado de ánimo. Por el contrario, los bis·<br />

triónicos menos patológicos mant'ionen sus relaciones usando su buen aspecto y encantos •<br />

como es ol caso de las «mujeres trofeo», cuya misión es estar guapas y adornar los logros<br />

de sus esposos, No debe sorprendemos que muchos histriónicos encuentren muy atractiva<br />

In confianza en sí mismos característica de las personas con estilo narctstete. Uoo está tan<br />

vacío como lleno el otro. Aunque dificilmente satisfactorias, estas relaciones pueden ruantenersc<br />

siempre y cuando cada miembro de la pareja quiera continuar con el trato. El hombre<br />

debe proseguir su ascensión social: Jo mujer debe resultar tan atractiva como sea posible<br />

y luchar contra el proceso de envejeclmíento con elegancia y gracia. <strong>La</strong> cruda realídad<br />

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326 T rntornos dr la ptrSOnaltdad tn la vida modrrna<br />

I CASO 9­3<br />

Pa~da la mtdianocht. Shtila llamó al ceeue dt ay1,1da psitológkai dt la CRJTERJOS DSM·fV<br />

1,1nívtrsitiad. Otjó un mtnsajc con YOZ suave en ti contestador y parcela con-<br />

PARA EL DIAGl'\ÓS'flOO<br />

ten,cr el llanto. .. M,c siento como""ª mifflla y estoy ma1 con todo el mundo ,,._A, OE TRASTOKNO H!STR..IÓNlCO<br />

que conoico. Ntc:Wto hablar con alguien o me matart ahora mismo, y ¡no ~ DEI.A Pt,:lt$0NAI.IUAU<br />

lo digo en broma!•'· Aunqut dtjó su númtro dt telCfono, al terapeuta ee t rn pa1r6u )'tlllf.!l'tll d,~ i,,c:(~i\ .i (m1(~<br />

guardia le fue imposibte loali:z:arla. Según w compañera C,C h&bitad6o.. Shd·<br />

1 i\-klad y \1n;1 h(Lw¡ui,(J.,. rlf't ateula<br />

•había S31ido a d;H una, vuelta-. Tras una segunda llamada a la ma:llana si­ dóa. que empiezan al principio do<br />

guiMte, attptó acudir pata u.na ~luación.<br />

1 .. ,~cJ.id ,iclulln .\ t¡uu 11e d11n .-.. J¡.<br />

SMila ll~ó 30 min1,1tos tarde. mascando chi


Capitulo 9. Ptrsooalidad histriónic3<br />

327<br />

mas clásicos de la personalidad histriónica, con caractertstícas del subtipo infantil. <strong>En</strong> el<br />

meusa]e que deja en el centre asistencial amenaza con suicidarse, pero parece creer que no<br />

se la va a tomar en ser¡o. Busco asegurarse una respuesto añadiendo a. su amenaza: «No lo<br />

digo en broma». <strong>En</strong> la entrevista, enseguida admite que utiliza estas amenazas suicidas de<br />

un modo manipulador para captar la atención: «Siempre funciona con mis padres». Aun·<br />

que qui7.ás ha sido sincera, también es posible que Sbella tema haber subestimado el impacto<br />

de su mensaje y quiera evitar intervenciones que la disgustarían mucho. como por ejemplo<br />

la hospitalización: por ello sugiere que ha sido deliberadamente manipuladora. Además,<br />

su conducta con el entrevistador masculino es seductora e inapropiada, y existe una<br />

curiosa discrepando entre la depresión que dice sentir y su estilo animado. Sus respuestas<br />

o las preguntas parecen cargadas de emoción y son muy poco detalladas: a menudo no<br />

concuerdan con sus estados emocionales.<br />

Aunque probablemente exagerada. la impresión que nos transmite el mensaje de<br />

Sheila es que a veces se síente alienada de casi lodo el mundo. Ha discutido con sus compañeras<br />

do piso desde principios del semestre porque coge prestadas sus cosas sia pedir<br />

permiso. llega demasiado tarde por la noche y trae acompañantes que van muy bebidos al<br />

apartamento que comparte con ellas. Su novio es «extremadamente celoso sin ningún motivo».<br />

debido tal vez en parle a que ella nioga quo adopte un papal claramente seductor para<br />

llamar la atención de los hombros. Es fácil imaginar su comentario: «No puado evitar que<br />

ellos me encuentren atractiva». A pesar de sus problemas. describe a su novio como «la persona<br />

que más me importa en el mundo», una exageración coherente con la tendencia do<br />

las personalidades bistriónicas a creer que sus relaciones son mucho más íntimas de lo<br />

que en realidad son. El hecho de que él «le haya dado la espalda» aún hace que las cosas<br />

sean peores. y AS precisamente eso lo que la ha impulsado a pedir una entrevista. No cabe<br />

duda de que todas las relaciones personales comportan problemas. pero podemos hacemos<br />

la idea do quo en el caso do Shoila estas dificultades son más crónicas que en lo mayoría, y<br />

que las crisis y las traiciones se repiten una vez tras otra. Además. ésta es une de las careetertsncas<br />

definitorias del trastorno da la personalidad.<br />

El desarrollo del estilo lnterpersouel histriónico puede entenderse desde la perspecttva<br />

del aprendizaje social (<strong>Millon</strong>. 1969. 1981). sin recurrir a ningún e.lemonto oscuro del<br />

psicoanálisis y sus afirmaciones acerca del desarrollo psicosexual. <strong>En</strong> estos casos, Los padres<br />

de las futuras personalidades histriónicas rara vez critican o castigan. y además sólo refuerzan<br />

las conductas que ellos aprueban, pero de un modo variable. A veces. una conduele<br />

es recompeusada, y otras no. Como nada de lo que hacen parece funcionar do un modo<br />

coherente, estos niños experimentan frustración al solicitar la atención do los padres y<br />

exageran las conduelas básicas do su estereotipo soxual para asegurarse halagos y afecto.<br />

Si no lo hacen, sus padres les ignoran. Por ejemplo, vestir de forma adecuada y tener un<br />

aspecto agradable puede producir un comentario positivo un día, pero no otro. Al final.<br />

sólo los comportamientos caricarurizados atraviesan el umbral a partir del cual los padres<br />

notan que están ahí y hacen comentarios aprobatorios. <strong>La</strong>s conductas competentes o los<br />

esfuerzos de superación que no estén relacionados con el estereotipo sexual pasan desapercibidos.<br />

Cuando los padres son incapaces de identificar esta dinámica, se entra en un círculo<br />

vicioso en ol quo cada vez se necesitan esfuerzos inás ex.agorados y desesperados para man·<br />

tener el mismo nivel de atención. Estos niños entran en la adolescencia con una sed insaciable<br />

de amor y atención. Como es natural. perciben que. explotando su emergente sexualidad,<br />

se convierten enseguida en un imán para mantener el interés sexual, cosa que antes<br />

no podían bacer. Mientras que ser la preciosa niña de papá funcionó durante un tiempo.<br />

esta nueva estrategia funciona siempre. y funciona bien. Cuando las estrategias preadolesoentes<br />

diseñadas para captar la atención del progenitor de sexo opuesto se combinan con la<br />

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328<br />

<strong>Trastornos</strong> de la PftSOl'lalidad tl'l la vida moderna<br />

atracción biológicamente moriveda por el desarrolle de la libido, las personas histriónicas<br />

que han sufrido privaciones se ven catapultadas de la agonía de ser siempre lgnorades al éxtasis<br />

de ser el centro de las reuniones sociales. un papel aJ que no renunciarán con facilidad.<br />

Este desarrollo «en bumerán» no es tan distinto de las conexiones que establece la<br />

perspectivo psícodínárrnca con las fases oral o cdipica. aunque el lenguaje sea bastante diferente.<br />

Esta dinámica interpersonal temprana comporta consecuencias psicológicas. <strong>En</strong> primer<br />

lugar, lanza a estas personas hacia un desarrollo inadecuado de la Identidad. Los<br />

interacclcnistas sociales so adelantaron a los desarrollos posteriores de la escuela interpersonal<br />

afirmando que el yo se desarrolla a través de la evaluación de los demás, un en.foque<br />

quo no ctifierc demasiado del de las relaciones objetales contemporáneas. <strong>En</strong> esencia, aprendomos<br />

quiénes somos, consciente e inconscientemente, a partir de los reflejos de los demás.<br />

Eo la medida on que estos reflejos se interiorizan. dan contenido al yo. Como las personas<br />

histriónicas suelen sentirse ignoradas por las figuras parentales. simplemente tienen menos<br />

reflejos que íntertortzar, y los que tienen ostán centrados en la exageración de los estereoti·<br />

pos sexuales. El caso de Moniquc proporciona un ejemplo de primera Línea. Su padre estaba<br />

muy interesado en presentarse a sí mismo como el exitoso hombre de familia con dos<br />

preciosas hijas. y su madre se esforzaba al máximo para asegurarse de que las niñas crecieran<br />

como ganadoras de concursos de belleza con gran talento. Ninguno de los dos progenitores<br />

parece haber estado interesado en reforzar el potencial de Moníqus como persona.<br />

Con un entorno familiar como éste, las personalidades histriónicas desarrollan sólo un<br />

yo muy fino que debe recubrir las emociones básicas y contener o transformar sus impulsos.<br />

lo que las hace vulnerables a la disociación y a la fragmentación del yo en condícíones de<br />

ansiedad o estrés intensos. Sheila es un claro ejemplo de este fenómeno. <strong>La</strong>s personaltdadcs<br />

histriónicas no sólo se sienten vacías; están vacías, al menos en relación con las personas<br />

normales. El mensaje interpersonal que interiorizan provoca una autoestima espectacularmente<br />

baja. <strong>En</strong> esencia, su ma.ut.ra es: «Te ignoran porque mereces ser ignorado, porque<br />

no mereces nada más, y para merecer otra cosa, deberás intentarlo con mucho, mucho esfuerzo».<br />

Ya que las acciones que son valoradas en un momento no lo son en otros, estas porsonas<br />

nunca sienten que su valor Intrínseco sea algo seguro. <strong>En</strong> este sentido, su sexuahzsción<br />

representa una compensación que controla a aquellos de quienes dependen, propor-<br />

cionando fuentes de cuidado más fiables y menos variables.<br />

Todos los casos expuestos en<br />

aste capitulo parecen haber seguido esta vía.<br />

Trobajando desde et modelo del Análisis Estructurado do la Conducta Social (AECS).<br />

Benjamín (1996) trazó un retrato similar. Como en la mayoría da los casos. este autor resalta<br />

la clásica dinámica pudra-hija y señala que el valor que se adquiere en el seno de la ramilla<br />

depende de la «bueno presencia física y de la capacidad de entretener> (pág. 168).<br />

<strong>De</strong> forma simbólica. se aparta a la madre de la relación conyugal al mismo tiempo que <strong>La</strong><br />

hija se convierto en 1a niña de los ojos de papá. Aunque al padre se preocupa de cubrir todas<br />

sus necesídades, so trata do una «s.cudooducación» que recompensa la apariencia física<br />

y el encanto, no las conductas apropiadas para ol rol femenino comploto. <strong>De</strong> este modo, ella<br />

aprende que tener buena apariencia física y sor encantadora y divertida «proporciona las<br />

llaves de) castillo», tal como sostiene Bonjamin. y estos aspectos pueden utilizarse para<br />

controlar a los domds. Por tanto. la futura personalidad histriónica ontrn en una clara yacríva<br />

dependencia de los demás (Mlllon, 1969). pues no es necesario saber cuidar de uno<br />

mismo. L.1s conductas superficiales eutran de lleno en lo que la teoría del AECS denominoría<br />

«confianza amistosa», pero por debajo la norma es utilizar la exageración del rol sexual<br />

para atraer la atenclén, el cuidado y el a.mor de los demás.<br />

Además. Benjamín destaca otros partlcularldades de la dínémlca familiar. Siguiendo<br />

las teorías de W. Reich (1933) comentadas anterionnonte, considera quo el encanto seduc-<br />

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Capitulo 9. Ptrson81idad histriónica<br />

329<br />

tor de la. futura personalidad histriónica proporciona poder sobre un padre violento, y quizás<br />

alcohólico, qua amenaza a lo madre o a los otros hermanos. <strong>En</strong> estos casos. el objetivo es<br />

proteger a la familia y aliviar una situación precaría ofreciendo directamente una dependencia<br />

inocente y otras emociones tiernas ante una posible violencia. Esta dinámica tiende<br />

a autoperpetuarse, con sus efectos positivos y negauvos. <strong>La</strong> seguridad de la famflla depende<br />

de su éxito, aunque no extste la seguridad da que de esto modo se pueda controlar<br />

por completo al cuidador violento. Como consecuencia, las señales que indican la inrnincnciado<br />

explosionas violonlas so asocian a la ansiedad y al pánico. <strong>De</strong> forma gradual. puedon<br />

generalizarse a cualquier defecto en los futuros cuidadores. de modo que la ansiedad<br />

y el pánico aparecen cada vez que la atención y la aprobación caen por debajo de un nivel<br />

casi insostenible. Por último, Benjamin señala la existencia de un subtipo de personalidad<br />

histriónica más enfermizo y coqueto, que consigue la atención y explota la dependencia e<br />

través de una aparente díscapacidad.<br />

I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

<strong>En</strong> la personalidad histriónica, la cognición y la defensa tienen un único propósito<br />

protector (Shapiro, 1965). A diferencia de las personalidades compulsivas. cuyos recuerdos<br />

y descripciones de lo que les rodea son precisas. técnicas, muy detalladas o incluso encielopédicas,<br />

la cognición de las histriónicas es muy vaga, difusa, global. impresionista, dispersa<br />

y superficial. <strong>En</strong> vez de comparar y contrastar distintas perspectivas pam poder ver todas<br />

las alternativas de un fenómeno. las personalidades histriónicas intentan minimizar la complejídad<br />

cognitiva siempre que les as posible. Da hecho. no puede decirse que avalúen<br />

nada. ya que la evaluación requiere de forma natural que exista conciencia de las distintas<br />

dimensiones de lo que se está evaluando. Su filtro defensivo-


Capítulo 9. <strong>Personalidad</strong> histtiónica<br />

331<br />

i<br />

5<br />

:<br />

1<br />

•<br />

·i<br />

son muy globales. vacuas y superficiales. Nos costaría imaginar a lvonne o a Monique haciendo<br />

una descripción espontánea. detallada y precisa de su propia identidad, considerando<br />

en qué cosas se parecen y en qué cosas se diferencien de su padre y su madre. expllcaudo<br />

de qué forma éstos han influido eu las decisiones do su vida y en sus propios objetivos.<br />

y cuáles son los principales desafíos para su crecimiento personal y su identidad en los próximos<br />

cinco años.<br />

<strong>La</strong> terapia cognilJva contemporánea so centra on los contenidos de la oognición. en especia]<br />

en las cree:ncias fundamentales de cada trastorno de la personalidad y en su estilo cognitivo.<br />

<strong>En</strong> el libro de Beck et al., Fleming (1990: pág. 215) señala que, al igual que las personulidades<br />

dependientes y depresivas. las histriónicas creen que «s.oo inadecuadas e incepaces<br />

de afrontar la vida por sí mísmase. No obstante, a diferencia da las depresivas que viven<br />

inmersas en su ineficacia personal, o de las dependientas qua buscan un sucedáneo instrumenta)<br />

de la figura materna, las histriónicas buscan activamente formas de influir sobre otras<br />

personas para que cuiden de ellas. Al igual que las personalidades dapendlentes, las histriónicas<br />

ven a los demás como poseedoras de las llaves do la calidad de vida. A pesar de<br />

todo, mientras que el dependiente indefenso está a merced de fuerzas externas, los individuos<br />

con personalidad histriónica loman la iniciativa de solicitar atención y elogios para<br />

otruer aún más a sus potenciales cuidadores. Eo vez de tornar directamente el control de sus<br />

vidas, buscan controlar a quienes controlan su destino. Como más tarde afirmó fleming, esta<br />

estrategia licue sus propias implicaciones. <strong>La</strong>s personalidades histriónicas bacen todo lo posible<br />

paro parecer deseables y se sienten destrozadas cuando esto no ocurra, o cuando simplcmeutc<br />

se las ignora. <strong>De</strong>spués de todo, trebejar duro sin ningún éxito da mucha más información<br />

sobre uno mismo que fracasar sin poner dsmastado esfuerzo.<br />

<strong>En</strong> el mismo volumen. Beck et al. (1990) trazan un retrato parecido. Los histriónicos so<br />

ven a sí mismos. según Beck. como personas glamurosas e impnctautes. Así pues. les parece<br />

justificado ser el centro do atención y formar lazos firmes con las personas que las consientan<br />

y formen parte do su admirada audiencia. Lo mismo ocurre con los narcisistas, aun·<br />

que los histriónicos no se creen superiores a los demás. sino que buscan sin cesar los elogios<br />

y el aprecio. Como en la mayoría de los trastornos de la personalidad. las creencias<br />

básicas de los histriónicos son tan intensamente negativos que Les provocan creencias<br />

compensatorias que literalmente aíslan a estos individuos de lo que creen que es la «sombrfa<br />

verdad». <strong>La</strong>s creencias fundamentales de los histriónicos sou variantes de e <strong>En</strong> esencia,<br />

tongo muy poco atractivos y «Necesito que los demás me admiren para sor feliz»: las creen·<br />

cías compensatorias incluyen «Soy interesante y digno de que me qutsrau» y «<strong>La</strong>s personas<br />

están aquí para admirarme y satisfacerme» (pág. 50). <strong>La</strong>s creencias condicionales surgen de<br />

las esenciales. e incluyen afirmaciones como «Si no cautivo a la gente. no soy nada». «Si no<br />

cautivo a la gente, me sbandonarén» y «Si no cautivo a la gente. me siento indefenso»<br />

(pág. 50). Beck también resaltó una importante creencia instrumental que conecta los con·<br />

tenidos cognltlvos de la personalidad histriónica con sus efusivas manlfestaclones emocíonales:<br />

«Me mueven los sentímíeutos» (pág. 51). Eo wn de retrasar la oxprosión, las personalidades<br />

histriónicas actúan siguiendo sus emociones. ioclu.so cuando la rofloxión podría<br />

ayudarles más: lloran abiertamente cuando se sienten tristes o estallan en una rabieta<br />

cuando están enfadadas .<br />

j I PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO<br />

~<br />

1<br />

o<br />

Aunque las perspectivas expuestas anteriormnnte tienen su valor, no pueden explicar<br />

el fenómeno en su totalidad. <strong>En</strong> la teoría evolutiva. la personalidad histriónica se consldera<br />

actlva y orientada a los demás. mientras que la persooaJidad dependíeutu so considera<br />

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332<br />

<strong>Trastornos</strong> dt ta ptrSOnaltdad en la vida modtma<br />

pasiva y también orientada hacia los demás. Ambos estilos experimentan desesperanza y<br />

hacen do los otros el centro de sus vidas. El estilo dependiente busca un sustituto instrumontal,<br />

alguien que Je compense de los sentimientos de desesperanza e inadecuación.<br />

Para que las otras personas so vinculen a ellos, las personalidades dependientes crean una<br />

apariencia duloo, inocente, pasivo o infantil. Mcdianto el perfeccionamiento de esta imagen,<br />

logran que los demás se sientan culpables si los abandonan.<br />

Por el contrario. la personalidad histriónica busca de forma activa crear una imagen<br />

tan irresistible que la gente se consuma con un único deseo: permanecer lo más cerca posible<br />

del histriónico. Si la relación ideal es simbiótica, la persona dependiente funcionaría<br />

como un parásito y la histriónica como una araña «viuda negro». Mientras que la persono de·<br />

pendiente busca ccmpañaros para toda la vída. la histriónica tl.crtá Interesada en atraer a tan·<br />

tos pretendiontes como sea posible. <strong>La</strong> dependiente invierte en una sola relación y la hístríénica<br />

cultiva nu1ltiplcs alternativas. Mientras que In personaJidad dependiente se une a una<br />

única persona todopoderosa. la histriónica proyecta el deseo secreto de un amante omnipotente<br />

do una manera tan intensa que los otros se ven atropados fácilmente en esta fantasía. <strong>La</strong><br />

tabla 9·1 presenta un resumen conciso de la personalidad histriónica en ocho áreas clínícas,<br />

extraídas eo parto do la exposición de las teorías comentadas anteriormente.<br />

<strong>La</strong> pregunta clave es: ¿cómo evoluciona una personalidad oomo <strong>La</strong> histriónica? <strong>De</strong>sde<br />

la perspectiva evolutiva. para que una personalidad acabe por convertirse en lo que es, debe<br />

sobrevivir, adaptarse y ser capaz do replicarse. Los científicos han profundizado en el cono·<br />

cimiento de los orígenes del hombre para descubrir el proceso de la evolución y, del mismo<br />

modo, nosotros examinamos los orígenes de la personalidad histriónico.<br />

<strong>En</strong> la búsqueda de los orígenes biológicos del patrón histriónico, el papel del neurodesarroUo<br />

es nuestra primera fuente de información. EJ sustrato neurológico y químioo para<br />

tendencias tales como la alerta sensorial y la rcactividad autónoma o emocional puedo re-<br />

montarse, como es lógico, a las ínñuenclas genéticas.<br />

Existen datos que demuestran que<br />

cuando en una misma familia se da un alto grado de correspondencia con los rasgos hisrríénicos,<br />

puede deberse a características psicológicas comunes, pero también puede explicarse<br />

como un resultado de la experiencia y el aprendizaje. <strong>La</strong> necesidad de continuar con las<br />

investigaciones es obvia, no sólo para poder establecer de forma objetiva la presencia de<br />

una correspondencia familiar. sino también para averiguar el modo en que los factores genéticos<br />

se despliegan y dan forma a los rasgos psicológicos.<br />

Sin duda, las experiencias ambientales, que inevitablemente contribuyen a formar y<br />

moldear la personalidad que está emergiendo, son tan importantes como las influencias genéticas.<br />

Aquellos lactantes con W18 constitución alerta y sensible al entorno experimentan<br />

una mayor y más diversa estimulación en los primeros meses de vida que el lactante menos<br />

despierto y menos receptivo. Como consecuencia de estos estímuJos gratificantes tempranos,<br />

lo que se ve reforiada es la tendencia a mirar hacia fuera en busca de las gratificaciones<br />

del mundo externo en vez de la tendencia a mirar hacia dentro. <strong>De</strong> forma similar. los lactan·<br />

tos que suelen estar alerta pueden desarrollar la actitud de mostrar sensibilidad hacia lo exteríor<br />

si sus cuídadoros, mediante una indulgencia sensorial y un carácter juguetón. los BX·<br />

ponen a uaa estimuJación excesiva durante las etapas tempranas de la vida.<br />

Parece ser que los histriónicos bao estado expuestos a varias fuentes distintas de esumulos<br />

de refuerzo breves, intensos e irregulares. Por ejemplo, el histriónico puede haber tenido<br />

a muchos cuidadores distintos durante la lactancia (padres, bermaoos, abuelos y padres<br />

adoptivos) que han proporcionado estímulos gratifícantes intensos y breves an intervalos<br />

irreguJnres o do formo fortuna. Estas experiencias pueden haber desarrollado una capacídad<br />

sansortal muy elevada. que requiere una constante ealimentaclén» para mantenerse.<br />

también condicionan al lactante a esperar estímulos de refuerzo en momentos breves y con·<br />

centrados. y que ademés provienen de una mezcla de fuentes diferentes. (<strong>La</strong>s pautas irregu-<br />

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(.apif\llo 9. Ptt'SOt"lalidad histriónica<br />

333<br />

Tabla 9-1.<br />

Ptrsonalidad histriónica: ámbitos fundonales y eslluc.-tural,s<br />

Compommitnto<br />

txpmivo<br />

Dromdtko<br />

Es tlipttrtxtÍ'YO, provocativo, volátil<br />

y tene un entusiasmo contagioso; l'IO<br />

tolera la inactividad; sus ~puestas<br />

son iffl?'ltsivas. muv emotivas v teatrales;<br />

es propenso al.a excitación<br />

moment.in.ca. res aventuras fug;ac:o.<br />

y ¡1 ht:donismo imprudtnte<br />

lmagcnde si<br />

mismo<br />

St consid'tra sodablt. tstimulantt: v<br />

,ncantado,: le gusta dar la lmaoen<br />

dt cve atrae a la gente gradas a su<br />

apari,c:ncia fisica; mantient una vida<br />

orup.,da y oricntada al pf.icct<br />

Busco t"1mal Jo otencicin<br />

Conducta<br />

,nttrpc:rsonal<br />

Solicita elogios de forrn.i activa y<br />

manipula a los dl'm.h para obtcnc, la<br />

~afirm.itíoll. atc-nción y aprobaciOn<br />

que eecesna: ~exigente.coqueto,<br />

~nidow y cxflibióooi!.ta con intención<br />

de ~ed\lc,r, ~brc todo CUilAOO<br />

d6C'a se­ el centro de atC'flC'Ql<br />

Rcprestt1taciones<br />

otijctalcs<br />

<strong>La</strong>s rtprc:wnt:acioncs intctn.alizadas<br />

están compuestas de .eeeeees supcrficiaks<br />

dor rdaóoncs prt'lias. arumuladonts<br />

alcatorias de aftttoi v<br />

conflictos transito,ios v scgriegados..<br />

asi como de impulsos v mttanismos<br />

insustandatcs<br />

Estilo cogniti'vo<br />

Evita el pensamiento introsp«tivo,<br />

es demasiado suge:stionablc, atento a<br />

acontt:dmientos t:xtcrnos fugacts;<br />

ttab1a de forma supcrfi(ial y gtncra·<br />

liundo las wsas: time poca capac:i·<br />

dad para integrar las C'Jliptric.«ias. lo<br />

qi,c da lu~r a un apttndinJ( disperso<br />

va la emisión dt: juicios de vator<br />

lnt:flcxM>S<br />

Or91niud6n<br />

morful6gic.<br />

e cntrtttjidode la estructura morfo--<br />

lógica es dfbil v está ,n.¡1 concmdo.<br />

<strong>En</strong> este t:ntrettjido. los prOC'CSOS de<br />

regulación y control internos están<br />

dispersos y no conforman 11n conjunto;<br />

con~tan de mttodos para controlar<br />

tos imp1,1ISOS, «!Ofdina,r bs ddtn·<br />

sas, v resolver l'S tot1flk:tos. daindo<br />

lugar a mttanismos que dt:btn ser<br />

n('('tSarlamcnte amplios y capa«s dc<br />

abarcar t4 mblmo para poder mantener<br />

una c:ohtsiOfl y csuibi1idad psíquica.<br />

O..ando estos mceanisfflos ticnen<br />

bito. sólo consiguen aislar y<br />

descoMCtar alln mis los pensamientos,<br />

emociones v acecees<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

:1<br />

o<br />

Mtcanismo<br />

de rcgulición<br />

Altera y rtt0mpone riegulatmtntc sus<br />

propias manifestadoncs para crear<br />

una suttSióti de hlcl\idas que resultan<br />

sodalmwte at11ctñias, aunque<br />

c.imbiantes: se implica t:n activida·<br />

des para dG'ttamc con d objetivo de<br />

C'YÍt.ar integrar pcnsamiC'lltOS y emociones<br />

dnagrallabJes y t:vit.ar renexionar<br />

sobre ellos. Utiliza la stxvali·<br />

udOn par1 influir tn lts relaciones<br />

intCf'f)fflOf'lales, y la pr0y«('.46n pa11<br />

negar esta influmcia. Ambas cstratcgias<br />

SOf'I ejemplos de un mttanismo<br />

de rq>fdión mWV.i o gcncraliZida<br />

i ....,,,...... ,,... '"'""'""' ese<br />

Estado de ánimo/<br />

tt:mpc,arr.cnto<br />

"""''°"' """"""'·<br />

Pr'5Cf'lta rmocior,,rs ripidarntttlt cambiantes<br />

y suptrliciatcs; es viva:, ammado,<br />

impct11oso v tiende .i entt,-<br />

sia~af)( con la mi:!ima fKi iclild ron<br />

la quc se enfada o se aburre<br />

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334<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida modcm.a<br />

lares de refuerzos establecen hábitos muy arraigados que cuestan mucho de extinguir.) Asr<br />

pues. los oomportamiantns de dependencia persistentes. pero errátioos, que caracterizan a<br />

la personalidad histriónico pueden reflejar una forma patológlCu de búsqueda de estfmulos<br />

intonsos que so remonta a los estímulos de refuerzo muy intensos, variados e irrogulares<br />

asociados con el aprendizaje temprano del establecimiento de vínculos. Como consocuoncía,<br />

cambiar do una fuente de gratificación a otra, la búsqueda ele nuevos estímulos, la inclineclén<br />

hacia la creación de excitación y la incapacidad de tolerar el aburrimiento y la ruttna<br />

puedan ser las repercusiones de estas experiencias tempranas inusuales.<br />

<strong>En</strong> otras palabras. los padres del futuro histriónico rara vez castigan a sus hlios, distribuyen<br />

recompensas sólo 1>0t los comportamientos que aprueban y admiran, aunque a menudo<br />

no conceden osas recompensas incluso aunque el niño se comporte de una manera<br />

aceptable. Estos comportamientos pueden tener consecuencias eo el desarrollo da la personalidad:<br />

estrategias diseñadas para conseguir recompensas, un senlímiento de ser competenlo<br />

y aceptado sólo cuando los demás reconocen sus actuaciones y tul hábito de buscar<br />

la aprobación en sf misma. Estos tres rasgos son característicos de la personalidad htsrríénica.<br />

A continuación explicaremos en detalle cómo se desarrollan.<br />

Los niños que reciben pocos castigos y muchas recompensas desarrollan una fuerte y<br />

ambivalente tendencia a relacionarse con los demás. Si aprenden que la consecución de re--<br />

compensas depende de cumplir con las expectativas y deseos de los demás. desarrollarán un<br />

conjunto de comportamientos instrumentales diseñados para complacer a otras personas y.<br />

do oso modo, obtener dichas recompensas. Sin embargo. si estas estrategias tienen éxito al·<br />

gunas veces pero no siempre-es decir, si se ven reforzadas de forme esporédica-c- , estos ni·<br />

ños seguirán utilizándolas (o usando variantes de éstas) más a11á do cualquier sentido de la<br />

lógica hasta que tengan éxito, cosa que a la larga sucederá .. Al igual que ocurre con la mayoría<br />

de las acciones que reciben refuerzos intermitentes, estos comportamientos instrumentales<br />

no serán fáciles de extinguir, incluso aunque fallen en la mayoría do las ocasiones.<br />

Como consecuencia de este patrón de experiencias, los niños se orientan do forma activa<br />

hacia los demás. en lugar de hacerlo do fonna pasiva. Es más. aprenden a mirar hacia<br />

otras personas en Jugar de hacia ellos mismos para obtener recompensas, ya que su oomportamiento<br />

es sólo una condición preliminar, pero no suñcíente, para conseguir los rofuerzos<br />

positivos: el mismo comportamiento por su parte obtiene una recompensa on algunas<br />

ocasiones pero falla en otras. A pesar de que continuamente buscan agradar y actuar para<br />

los demás, siempre son los otros quienes determinarán cuándo serán reforzados. Esperan el<br />

veredicto de otras personas para saber si sus esfuerzos recibirán el reconocímtento y la<br />

aprobación que buscan. Por tanto, son los demás Los que juzgan la adecuación de su comportamiento;<br />

es decir, su competencia so ve juzgada por la reacción de otras personas, y no<br />

por sus propios esfuerzos o comportamientos.<br />

No cabe duda de que los niños aprnndon. do forma inconsciente. a imitar los comportamientos<br />

a los que están expuestos. <strong>La</strong>s actirudes y sentimientos imperantes y las oonductas<br />

cotidianas fortuitas que los niños observan en los miembros de la familia sirven como<br />

modelos que ellos imitan durante su crecimiento y que interiorizan como propios mucho<br />

antes de que sean capaces de reconocer qué están hacíendo o por qué, Este proceso de<br />

aprendizaje a través de la conducta de los demás se facilíta en gran medida si los comporta·<br />

mientos y sentirrúentos parentales suelen ser pronunciados o dramáticos. Bajo estas circunstancias,<br />

cuando los padres llaman la atención y buscan obtener reacciones emociona·<br />

les en sus hijos, los niños no tienen más remedio que aprender con absoluta claridad cómo<br />

se comporta la gente y qué siente. Por tanto. muchas mujeres histriónicas refieren que son<br />

«igualitas» que sus madres. emocionalmente lábiles y que «se aburren hasta la saciedad con<br />

las rutluas do la vida hogareña», coquetas con los hombres y «espabiladas y con facilidad<br />

do comunicación con la gente». <strong>La</strong> presencia de un progenitor histriónico que muestra<br />

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Capitulo 9. Personaltd3d histriónka<br />

335<br />

sentimientos y actitudes de forma más bien dramétícs proporciona un modelo muy bien de·<br />

finido para que los niños aprendan a través de la conducta de los demás y los imiten.<br />

Los niños que se esfuerzan mucho y de forma prolongada para captar la atención y el<br />

afecto de sus progenitores en una situación de rivalidad entre hermanos, a menudo siguen utilizando<br />

los mecanismos que les llevaron a experimentar sus éxítos penodícos mucho tiempo<br />

después de que hayo dejado de producirse esa rivalidad. No sólo so reecrtven estas conductas<br />

cuando buscan atención en el futuro, sino que con frecuencia no perciben de forma correcta<br />

las sítuaclones Inocuas (distorsión perceptiva) y recrean situaciones oompctítivas (compulsiones<br />

de repetíciou), de tal modo que vuelven a poner en práctica las estrategias que aprendíeron<br />

en el pasado. Si el niño aprendíé a utilizar conductas seductoras y presumidas, y el uso del<br />

atractivo físico como estrategia para conseguir la atención parental, estos comportamientos in·<br />

terpersonalcs pueden persistJr y adoptar la forma de un patrón histriónico de por vida.<br />

<strong>La</strong>s chlc .. as con un físico etrecuvo o los chicos euétícos o que gustan o. las chicas nocositan<br />

dedicar poco esfuerzo para atraer la atención y la aprobación: su mero ser es suficiente<br />

para atraer a los demás. Aunque estas experiencias pueden ser muy gratificantes y fort.a·<br />

Iecer el desarrollo do una elevada autoestima, tienen consecuencias negativas. Estas perso-<br />

nas se vuelven demasiado dependientes<br />

do los demás porque están acostumbradas a la<br />

aprobación y han aprendido a esperar que se les preste atención a todas horas. Experimentan<br />

una gran incomodidad cuando no consiguen despertar esa etencíéu. Para asegurarse<br />

de que ven a seguir recibiendo estas recompensas y, como consecuencla. evitar la íncomodidad,<br />

aprenden a explotar su atractivo físico. Por ejemplo, para seguir consiguiendo la<br />

atención y la aprobación que obtuvo con tanta facilidad duran le su juventud, la niña que de<br />

pequeña era mona realizará tremendos esfuerzos para mantenerse atractiva a medida que<br />

pasa el tiompo y deja atrás la juventud; de modo similar, el chico que de joven tenía un<br />

cuerpo atlético luchará oon todas sus fuerzas para mantener su tono muscular y su figura es·<br />

tílizada cuando alcanza la edad madura. Estos individuos atractivos pueden haber obvia·<br />

do intentar adquirir talentos más profundos durante su juventud porque no los necesitaban<br />

para conseguir recompensas sociales. Por consiguiente. lo que observamos en la etapa adulta<br />

de estas personas es un exhibicionismo infantil y un estilo de relación i.nterpersonaJ adolesccnte,<br />

coqueto y seductor, características todas ellas de la personalidad histriónica.<br />

i s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

~<br />

i o<br />

Diferencias con otras personalidades afines<br />

Dada su teatralidad y dramatismo, la personalidad histriónica os uno de los trastornes de<br />

la personalidad que puede identificarse de forma más fiable. Además de las similitudes con la<br />

personalidad dependiente, la histriónica comparte rasgos importantes con otros trastornos de<br />

la personalidad. <strong>En</strong> general, las personalidades orientadas hada sí mismas, como la narcisista<br />

y la antisocial, tienden a presontar rasgos paranoides bajo condlcíones de estrés intenso o<br />

prolongado, mientras que las personalidades orlonradas a los demás. corno la dependiente y<br />

la histriónica. presentan rasgos más cercanos a los de la personalidad límite. Por consiguíente,<br />

tanto la personalidad dependiente como la histriónica. para quienes las fantasías do fusión<br />

con sus cuidadores son una característica importante. tienden a desarrollar síntomas relacíonados<br />

coa la difusión o disociación de la identidad. aunque los de las personalidades Iímíte<br />

suelen ser más graves. <strong>De</strong>l mismo modo, tanto la personalidad límite como la histriónica<br />

presentan cambios emocionales rápidos. y experimentan sentimientos do vacío intonso. Ambas<br />

pueden intentar manipular a la gente con intentos de suicidio. No obstante, les conductas<br />

autod.estructivas reales, como cortarse, son mucho más frecuentes en las personalidades u.<br />

mite. A pesar de estos contrastes, los dos trastornos so solapan, ya que las personalidades<br />

histriónicas puedan presentar rasgos límite. <strong>De</strong>sde el punto de vista del desarrollo, los Indlviduos<br />

histriónicos disfrutan manteniendo una relación especial con su progenitor dol sexo<br />

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336<br />

<strong>Trastornos</strong> de la perSOOalidad en la vida modtma<br />

opuesto, que frena que se produzca un incesto real, y convierten la represión en un medio<br />

para mantener estos deseos prohibidos fuera de la conciencia. Por el contrario. en los individuos<br />

límite. el incesto o cualquier otro tipo de abuso sexual es a menudo una realidad.<br />

Tanto los histriónicos como los narcisistas son exhibicionistas: comparten el deseo de<br />

ser el centro absoluto de atención, aunque por diferentes razones. Ta1 como ya se ha señalado,<br />

las personalidades histriónicas exhiben su mercancía y captan los deseos de los demés<br />

para crear una atracción e interés intensos. Los sujetos narcisistas no se preocupan de<br />

estas cuestiones, y consideran qua deberían ser deseados tal como son: construirse otra imagen<br />

traiciona excesivamente su vulnorabilidad. Los individuos histriónicos creen que el<br />

mundo está dominado por el instinto sexual y se especial.izan en crear estos deseos en los<br />

demás, aunque no lleguen a consumarlos necesariamente. Por el contrario, los narcisistas<br />

croon que el mundo está dominado por su propio yo. Buscan la consecución da sus granillosos<br />

deseos do poder infinito, éxito y superioridad. Los histriónicos se exhiben a los demás<br />

para generar deseo: los narcisistas, para suscitar admiración: disfrutan tanto de la admiración<br />

que sienten hacia ellos mismos como de la atención que reciben de los otros. Los histriónicos<br />

siguen las modas y las convenciones populares. y aparentan fragilidad y necesidad<br />

para que la gento los presta atención. Por el contrario, los narcisistas desdeñan la dependencia<br />

y consideran que están por encima de las actividades que subordinan su carisma<br />

personal a las normas vulgares que rigen al grupo. Por esta razón. el narcisista es por encima<br />

de todo un individuo frto y despreocupado, mientras que el histriónico. debido a su alta<br />

emotividad. es lábil y a menudo manifiesta desesperación.<br />

Por tlltimo. las personalidades antisocial e histriónica son impulsivas, manipuladoras,<br />

buscadoras de estímulos e incapaces de prever las consecuencias de sus actos. No obstante,<br />

las histriónicas son lmpuJsivas a causa de su conducta hiperemotiva y dramática, que se<br />

utiliza para asegurarse la atención y los cuidados. Por otra parte, puedan parecer impulsivas<br />

debido a su estilo cognitivo. Como estas personas son hiperemoUvas y se distraen con<br />

facilidad. su atención parece cambiar de forma impulsiva da un estímulo a otro. cada uno<br />

de los cuales recibe su propia carga emocional. <strong>En</strong> consecuencle, los iudivíduos histriónicos<br />

se ven menos involucrados en actos delictivos, con la excepción del abuso de sustancias.<br />

Por el contrario, la impulsividad antisocial proviene de la incapacidad de retrasar la<br />

gratificación, en especial en lo que concierne a la descarga de impulsos agresivos. Losantisociales<br />

viven desbordados por sus impulsos: no piensan más allá porque su conciencia<br />

se ve completamente absorbida por la posibilidad de una recompense lamed iota. Sin embargo,<br />

los histriónicos no piensan más allá porque quieren minimizar el esfuerzo cognitivo;<br />

la conciencia da futuro conduce a la responsabilidad de elegir, y los hístríónicos repriman<br />

esta carga. Su estilo distraído y superfidaJ se construye para prevenir la consideración deliberada<br />

y la evaluación cautelosa de las alternativas que se les puedan presentar.<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

Cada estilo de personalidad tiende a la disfunción por vías distintas. <strong>En</strong> cada caso,<br />

puede construirse una lógica qua une directamente los síntomas expresados con la personalidad,<br />

el desarrolle y las circunstancias de cada uno. Ea general, el grado de expresión de<br />

los smtomes se asocia a la gravedad del trastorno y a la intensidad de los estresores que se<br />

vivan en 8.",8 momento, Por tanto. un individuo al que pueda diagnosticarse un trastorno,<br />

paro cuya vida on esos momentos carezca da circunstancias estresantes. tal vez esté libre de<br />

síntomas, mientras que una persona quo por lo goneral tieno un nivel de funcionamiento<br />

superior, si so encuentra en medio de una situación do fuerte estrés, puede presentar un<br />

trastorno del Eje l. A medida que vaya leyendo los párrafos sucesivos, intente ídenttñcar la<br />

conexión entre personalidad y síntoma.<br />

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Capitulo 9, <strong>Personalidad</strong> histrióniu<br />

337<br />

<strong>Trastornos</strong> somatomorfos<br />

Históricamente, la perspectiva psicodinémíca ha considerado siempre los síntomas relacionados<br />

con enfermedades, en especíal los síntomas de converstén. como parte de le personalidad<br />

histérica. Hoy en día, estos sCntomas se han separado do sus rasgos de personalidad<br />

asociados y se clasifican como parte de un grupo de trastornos del Ejo J, independlentemente<br />

de su asociación con le personalidad histérica. Por tanto, vemos quo muchas otras<br />

personalídedes tienen síntomas somáticos. en especial la personalidad dependiente. Hueston<br />

et al. (1996) observaron que la utilización de los servicios médicos era máxima en los<br />

casos de sujetos en riesgo de sufrir trastornos de la personalidad histriónicos y por dependencia.<br />

en oposición a todos les demás trastornos de la personalidad, un hallazgo que concuerda<br />

con el caso de nuestra bailarina, Yvonne, quien sufría dolores desde bacía meses sin<br />

causa aparente.<br />

<strong>En</strong> el caso do )os histriónicos. las preocupaciones hipocondrtacas, el miedo a padecer<br />

una enfermedad g.rave y el trastorno de somatizacién (síntomas físico..,; carentes de una baso<br />

objelivable) se utilizan de fonna instrumental para captar la atención y los cuidados de los<br />

demás. Siempre que el histriónico se sienta vacío, solo o aburrido, las ganancias secundarias<br />

se convierten en algo muy tentador, do modo que el trastorne parece exacerbarse. Por<br />

último. tal como ya dijo Benjamín (1996), sor enfermizo so ha asociado a menudo con el<br />

rol sexual femenino, como ocurría con las pacientes que Freud estudió en sus primeras investigaciones.<br />

Para Benjamin, estos aspectos somáticos se consideran tan importantes que<br />

fonnan un subtípo distinto de la personalidad histriónica.<br />

<strong>Trastornos</strong> disociativos<br />

Al igual quo ocurre con los síntomas somáticos. el fenómeno de la disociación se ha<br />

asociado también durante muchos años a la personalidad histérica dentro de la pcrspocliva<br />

psicodinánúca. El fenómeno histórico de olvidar lo quo uno sabe que es cierto, una amnesia<br />

motivada, fue originalmente Jo que condujo a Freud al descubrimiento del inconsciente.<br />

Breuer y Freud. por ejemplo. scña1aron dos estados diforenclados do ooncíencla en su fa·<br />

mosa paciente Anna O. Pura eJ histriónico, la disociación es aJ mismo tiempo un síntoma<br />

y un mecanismo da defensa. <strong>De</strong>bido a que estas personas hacen un uso frecuente de la represión,<br />

no logran integrar sus díferentes experiencias en uoa únlca concepción del yo. <strong>De</strong><br />

este modo. su arquitectura montal croa una. vulnerabilidad duradera a la difusión da la<br />

identidad y a otras formas de disociación durante los períodos do estrés.<br />

No obstante, la disociación también tiene un propósito protector. Al desconectar su<br />

identidad real de la apariencia teatral que ellos presentan al mundo, los histri.ónicos evitan<br />

las experiencias dolorosas que derivan de procesar la lnformación más a fondo. <strong>En</strong> efecto.<br />

la existencia de un yo integrado queda suspendida de forma temporal hasta que la tormenta<br />

pase, evitando así la angustia, la desesperación o la ansiedad que surge de hacerla<br />

consciente. Téngase en cuenta que, debldo a que los síntomas dlsociatlvos se relacionan<br />

muy a menudo 0011 una historia de abusos en la infancia. es aconsejable que el clínico indague<br />

sobre esta posibilídad.<br />

<strong>Trastornos</strong> de ansiedad<br />

Tanto las personalidades histriónicas como las dependientes son vulnerables a la ansiedad<br />

por separación, aunque por diferentes razones. <strong>La</strong>s histríóoica.s aumentan su potencial<br />

para la ansiedad a través de su tendencia e buscar diferentes fuentes de apoyo y cstimuladón.<br />

Como enseguida se aburren con los viejos vínculos. sus relaciones nunca son real-<br />

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340<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la ptrSOnalidad en la vida ~ma<br />

propio de estas personas. <strong>En</strong> el curso de un desarrollo normal. la mayoría de los individuos<br />

adquiero habilidades que le capacitan para sobrevivir oomo adultos. Por ni contrario, los histriónicos<br />

han recibido refuerzos por ser atractivos, no por desarrollar capaeídades instrumentales<br />

valiosas. Como las mujeres histriónicas tienen con frecuencia una imagen distorsionada<br />

de lo que signlflca la femíntdad. uno do sus miedos prlncipales es que adquirir estas<br />

habilidades las haga parecer menos femeninas y atractivas. Para estas personas. la capacidad<br />

de ser lndependientes supone una diferenciación entro ellas y los que los proporcionan cuidado,<br />

lo cual equivale a una sopa.ración: en la terapia implica que mejorar comporta una ñ-<br />

nalízacíén hostil del tratamiento. L..1 creencia de los histriónicos es que si mejoran, el tempeuta<br />

se enfadará y les abandonará. <strong>La</strong> mayoría de los terapeutas intentan conseguir objetivos con<br />

sus pacientes; sin embargo, debido a que los bísmónícos desean ser percibidos como peesonas<br />

atractivas, pueden sugerir a1 terapeuta objetivos que creen que serán tentadores o difíciles<br />

de resistir para el terapeuta (Fleming. 1990). Por fortuna. estos objetivo.• se reconocen con facilidad.<br />

ya que son vagos y estereoupados. al estilo de los que difunden los modios de comunicación.<br />

Estrategias y técnicas<br />

<strong>La</strong> necesidad de atención y aceptación, asr como la sexuaJización inaproplada de las<br />

relaciones interpersonales se suele manifestar en el entorno de la terapia. <strong>De</strong> a.lgún modo, la<br />

terapia tiene que ayudar a las personas hisrríónlcas a abandonar la dependencia manipula·<br />

dora. exigente y desesperada que los haoe esceotñcar cada inleraoción social en la que participan.<br />

Si pudiesen aprender con rapidez Ias competoncias adultas, o fuera posible mejo·<br />

rar su autoestima de forma mágica. el problema so resolverte con facilidad. Sin embargo,<br />

como ocurre con todos los trastornos de la perscnalidad. la misléu terapéutica se ve complicada<br />

por la naturaleza intrincada do los distintos aspectos de la personalidad, que sirven<br />

al mismo propósito funcional. <strong>En</strong> el caso do los histriónicos, por ejemplo. el estilo cognitivo<br />

superficial, disperso y difuso se une con la necesidad de mantener al yo al margen do<br />

cualquier reflexión sobre sus graves vulnerabilidades. Todo lo que es superficial resulta e la<br />

vez protector. Sí esta forma pasiva de ausencia de percepción fracasa. siempre queda la re·<br />

presión. Por tanto, los objetivos da la terapia, que incluyen hacer consciente lo Inconscíente<br />

y procurar una experiencia emocional profundamente correctiva. van en oontra de las ne·<br />

eesídades del estilo hisl'ríónico.<br />

<strong>De</strong>sde una perspectiva cogntnvn, Fleming (1990) sugiere que estas personas deben<br />

aprender primero a centrar su atención. <strong>De</strong>bido a que sus patrones de pensamiento son muy<br />

superficiales. una agenda detallada puede tener un gran valor, no sólo en términos de es·<br />

tructurar los objetivos a largo plazo, sino también para proporcionar un orden a una simple<br />

sesión. Si no. e] paciente y el terapeuta pueden distraerse oon asuntos tangenciales sin<br />

resolver e fondo ningún problema. hablando de todo pero sin hacer nada. lt...;;te es su estilo.<br />

Mucbos pacientes disfrutan hablando de forma muy detallada durante toda la hora de<br />

consulta de las experiencias emocionales que han vivido en sus períodos entre sesiones.<br />

Flcrning sugiere que se dedique, si es preciso. un breve período de tiempo para hablar do es·<br />

tos asuntos.<br />

Además, apunta la importancia de que los objetivos sean deseados por el paciente<br />

(porque. do no ser ast, éste puede sentirse amenazado o aburrido y abandonar el rratamíento],<br />

poro que a la vez sean razonables para la finalidad de la terapia. Los objetivos que pro·<br />

meten gratificaciones más inmediatas pueden ayudar a mantener a los pacientes en la tora·<br />

pia mientras se les ayuda a centrarse on una cosa cada vez. Tal como se ha comentado<br />

antes. estos pacientes desean complacer a los terapeutas: por tanto, es importante que<br />

sientan como propios los objetivos de la terapia. <strong>La</strong>s cuestiones globales pueden desglo-<br />

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Capítulo 9. Ptl'SOl'lalidad histriónica<br />

341<br />

sarse en objetivos más pequeños preguntando a los pacientes cómo podrían lograr sus pro--<br />

pósitos. <strong>La</strong> inlrospeccióu debe ir ligada a la recompensa, por lo que se les debo preguntar<br />

cuáles serían los cambios que experimentarían si alcanzaran su objetivo y por qué han eJegido<br />

un objetivo en concreto y no otro. El acto de reflexionar y de marcar objetivos favorece<br />

el desarrollo de la tdsntídad necesaria para llenar el vacío interior. Centrarse en las cosas<br />

también l8S ayuda a aprondor a identificar los pensamientos automáticos y a afrontar la ten·<br />

dencia a la impulsividad, aunquo, a diferencio da los pacientes que tienden a reílexionar de<br />

un modo natural. no os probable que los histriónicos registren sus pensamientos sin revisar<br />

el texto una y otra vez y sin proporcionar ejemplos. Como esto podría resultarles muy pesa·<br />

do, se les anima a que escriban de un modo vivo y a qua desaffen los pensamientos dlsfuncionales.<br />

<strong>De</strong>sde la perspectiva interpersonal. estos pacientes so definen a sí mismos en función<br />

de los individuos a los que se sienten vinculados. Tal como señaló Benjamin (1996), el primer<br />

objelivo consiste en el desarrollo de una identidad personaJ que trascienda las relaciones<br />

interpersonales. El eutrenarn.iento del comportamiento decidido puedo utilizarse para<br />

ayudar a los pacientes a expresar de forma. constructiva sus pensamientos y necesidades. en<br />

vez de seducir a los demás para que resuelvan los problemas por ellos. <strong>La</strong> instrucción en<br />

la escucha activa, el parafraseado y la reflexión pueden ser muy eficaces para ayudarles a<br />

aprender a prestar más atención a los sentimientos do los demás (Tu.rkat, 1990). Centrarse<br />

en estas cuestiones que no so han examinado antes, i_ncluyendo las importantes elecciones<br />

de la adolescencia que conforman la propia identidad [Benjamín, 1096), les permitirá integrar<br />

las experiencias pasadas y establecer las bases para poder reconocer la repetición de<br />

sus patrones con sus fútiles consecuencias. Por ejemplo. muchas personas histriónicas pa·<br />

san de una relación a otra sin lograr nunca la sensación do seguridad quo tonto desean. <strong>La</strong><br />

reflexión sobre su manera de relacionarse debería conducirlos a desarrollar estrategias de<br />

afrontamiento menos infantiles y a un mayor grado de dependencia.<br />

Por otro lado, los pacientes deberían comprender que su manera teatral do expresarse<br />

y la sexualiaacíén que manifiestan 00 situaciones sociales. sobre todo cuando están en<br />

grupo, indican en última instancia una intensa desesperación subyacente (Benjamin, 1996).<br />

Si ol sujeto establece esta conexlón, las conductas dramatizadas deberían convertirse en<br />

egodistónicas; esto incrementarla la motivación para cambiarlas y, por tento, In probabiltdad<br />

de que los pacientes sigan asisriendo a las sesiones do terapia el tiempo suficiente<br />

para que pueda producirse este cambio. Muchos histriónicos experimentan ansiedad<br />

cuando no controlan la situación de ser el centro de atención. Mezclando lo interpersonal y<br />

lo conductual, la exposlciéu gradual podría utilizarse para retrasar la respuesta al impulso<br />

de ser el centro de atención, y para tolerar períodos cada vez más largos durante los cuales<br />

la atención se dirige a otras personas. Que estos objetivos sean razonables y exitosos dependo<br />

del grado de introspección del sujeto, que a la vez depende de lo patológicas que sean<br />

sus relaciones objetalas. Los sujetos más infantiles son también los más impulsivos. egooéntrices<br />

y menos capaces de situarse a sf mismos en el contexto y. por tanto, menos capaces<br />

de comprender cómo perpetúan sus propios problemas. <strong>En</strong> estos casos, resulta casi Impostble<br />

para e) terapeuta y el cliente establecer una alianza contra los patrones dcsadaptativos<br />

del paciente. Por ejemplo, Beojnmin sugiere que la terapia comience transmíuendo al paciente<br />

calidez y apoyo. pero sin fomentar una situación en la que el paciente dé rienda suolta<br />

a su necesidad dependiente. El terapeuta promueve el cambio y busca aliarse con el paciente<br />

contra los patrones que perpetúan antiguos problemas.<br />

<strong>En</strong> último lugar, la perspectiva psicodinámica afirma que los problemas tienen su orlgen<br />

ea la dinámica temprana de cada grupo familiar. Una vez más. la dependencia excesiva<br />

so contempla como un conílicto tuconsctenta no resuelto. Por fortuno. los patrones in·<br />

conscientes de relación se repiten en la relación de transferencia. donde el terapeuta pué-<br />

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Capitulo 9. Ptrsonalwjad histriónka<br />

343<br />

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5<br />

1<br />

1<br />

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~<br />

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o<br />

llo del carácter hístéríco todavla se debale en la actualidad. Freud creía que las fijacionos<br />

edípicas eran la clave. pero los analistas modernos opinan que los histéricos con un funcíonamiento<br />

inferior tienen proocupaciooes orales, mientras que los histéricos con un funciona·<br />

miento superior. tal como sugirió Frcud, presentaban problemas relacionados con el estadio<br />

edípico del desarrollo.<br />

<strong>La</strong>s cogniciones y los mecanismos de defensa están íntimamente relacionados en el<br />

caso de las personas histriónicas. Sus cogniciones son perclales. difusas, globales y muy<br />

simplistas. Tienen un filtro para alejar las ideas demasiado detalladas, ñlosóñcas o concretas.<br />

Ven al mundo a través de uno lente imprecisa o hípcromotíva. Su atención es extremadamente<br />

limitada y, por tanto, cuentan con pocos esquemas para dar sentido a nuestro complejo<br />

mundo y tienden a hacer genemlízaclcnes. Tampoco han desarrollado un sentido de<br />

la identidad adecuado. nunca ídantíñcan objetivos ni ponen en marcha un plan de vida.<br />

Muchos creen que estas personas se sienten inadecuadas e incapaces de afrontar la vida;<br />

así, buscan activamente la ayuda de los demás, presentándose de forma atractiva y deseable.<br />

No obstante. en el fondo albergan creencias muy negalivas a pesar de la admiración y<br />

adoración que pueden despertaron los demás.<br />

Aunque al principio estos individuos resultan atracuvos y encantadores, finalmente la<br />

gente termina cansada de su necesidad de dependencia y S\1 superficialidad. <strong>De</strong> ahí que varíen<br />

de amistades y relaciones de carácter sexual con mucha rapidez. <strong>De</strong>sde la perspectiva<br />

del aprendizaje social, es bastante fácil entender el desarrollo de una persona histriónica.<br />

Los progenitores que refuerzan las conductas deseables sin un criterio demasiado claro<br />

fuerzan a los niños a ser cada vez más exagerados y extremos en sus conductas para asegurarse<br />

la atención y los cuidados que necesitan. Estas conductas se generalizan a otras interacciones<br />

sociales cuando entran en la adolescencia, y aprenden a explotar su incipiente<br />

sexualidad para captar la atención de los demás.<br />

Existen dalos que demuestran al papel de la biología en el desarrollo de la personalidad<br />

histriónica. <strong>La</strong> mayoría de estos datos provienen do la investigación en el campo de la<br />

sociopatía y el supuesto teórico de que la personalidad histriónica es la expresión femenina<br />

de la personalidad antisocial. <strong>La</strong> teoría del empareiarniento propone que los rasgos que<br />

resultan atractivos al sexo opuesto tienden a amplificarse a Jo largo de las generaciones y<br />

que los histrlénicos han almacenado un superávit de estas características.<br />

<strong>De</strong>sde la perspecliva ovolutiva y del neurodesarrollo. la personalidad histriónica se<br />

considera que es activa y está orientada heda el otro. Estas personas se esfuerzan en que los<br />

demás se vinculen a ollas, poro sólo con al objetívo de almacenar alternativas para asegurar·<br />

se el afecto que necesitan.<br />

Mientras que estos individuos son fáciles de identíficar debido a su ccmportannemo<br />

teatral y exagerado. también comparten características con las personalidades dependiente.<br />

límite, narcisista y antisocial. Los individuos histriónicos son proclives a desarrollar algunos<br />

lmstomos del Eje I. como trastornos somatomorfos. dísociarivos, de ansíedad, del esta·<br />

do de ánimo, y abuso de alcohol y otras sustancias,<br />

<strong>La</strong>s personas histriónicas rara vez buscan tratamiento. No obstante. existen ciertas<br />

técntcas terapéuücas que puedan utilizarse con estos pacientes. EJ terapeuta debe estar<br />

atento a los intcnt.os de manipulación por pano del paciente. que intentará que éste le cuíde<br />

durante el resto de su vida. <strong>En</strong> segundo Jugar, el paciente puede experimentar dificuJtad<br />

para marcarse unos objetivos. ya quo la mejoría puedo ir en contra do Jos prcpésftos que<br />

espera conseguir de la terapia. <strong>De</strong>sde el punto de vista cognitivo. estas personas deben<br />

aprender a oontrar su atención y marcarse objetivos coherentes con la terapia. <strong>De</strong>sde la perspecuva<br />

interpersonal. necesitan desarrollar una identidad propia. El entrenamiento en el<br />

comportamiento decidido y enseñarles a escuchar de fonna activa pueden ser útiles para<br />

cambiar sus antiguos patrones de interacción.<br />

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CAPÍTULO 10<br />

<strong>Personalidad</strong> narcisista<br />

I Objetivos<br />

• Explicar cu~tcs son los criterios OSM·IV para la persooaüdad narcisista.<br />

• <strong>De</strong>terminar cómo se expresa el narcisismo en una cultura colc:ctivista.<br />

• las perscnalidades con un estilo basado en la confianza en sí mismas y las personalidades asertivas son<br />

variantes norma tes de la narcisista. <strong>De</strong>scribir sus caractertsticas y relacionarlas con los criterios más patológicos<br />

del DSM-IV.<br />

• Explicar cómo se combinan los distintos estilos de personalidad para formar cada uno de los svbtipos de<br />

la personalidad narcisista.<br />

• ¿Cuáles son las diferencias entre los narcisistas fálicos y los


C3pitulo 10. Ptrsonalid,d narcisista<br />

345<br />

t s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

más. síno que también miran a los otros con desprecio por su inferioridad o simplemente por<br />

su mediocridad. Se proclwnan a sí mismos estrellas y se supone que los demás debemos admirar<br />

su resplandor. Para ellos, el resto de los mortales no son más que abejas obreras cuya<br />

úlÚC8 funcíén es obedecer y ser dirigidas por ellos, pero nunca tener ideas propias, ni mucho<br />

menos una vida índependtente que no tenga en cuenta sus planos y deseos, A cambio do 10-<br />

nor el honor de trabajar con ellos, creen que los demás deben anticipar cualquiera do sus nocesídades,<br />

excusarlos do toda obligación mundana y realizar tnfatígablementa el rutinario trabajo<br />

que requiero el cumplimiento do sus gloriosas ambiciones y brillantes ideas. Esto tipo<br />

de personas sacan provecho constantemente de los demás y los explotan con todo descaro. Su<br />

egocentrismo hace que estos sujetos sean indiferentes a los derechos y el bienestar de qulenee<br />

les rodean y que. en ocasiones. también prescindan de las leyes sociales. Para justificar<br />

sus acciones, rectcnallzen hasta la náusea y elaboran razones más o menos solventes que excusan<br />

su íalta do consideración y su actitud de superioridad. a la vez que los sitúan en la mejor<br />

posición posible. Cuando reciben presión o se pone an tela de juicio su conducta, se comportan<br />

de forma aún más arrogante y displicente. y pueden llegar a enfurecerse.<br />

Estos individuos tienen el patrón de personaJidacl na.rcisi.sta, descrito en el OSM-IV.<br />

Para las personas que tienen que interactuar con ellos, probablemente constituyan w10 de<br />

los trastornos do la personalidad más díñctles. Considérese el caso de nuestro autoproclarnado<br />

genio, Cerald (CU."-O 10.1), que presenta un grandioso sontido de su propia importancia<br />

(v. criterio 1). Se identifica con Einstein y Salk. personas de las quo dico: «Han sufrido<br />

noblemente por ser unos adelantados a su tiempo, igual que yo». No cabe duda de que el<br />

sentimiento de grandeza de Gerald es lo que motive muchos de sus comportamientos. Su<br />

infinita arrogancia le lleva a afumar que el problema es su empresa y no él, incluso cuando<br />

las relaciones con sus supervisores y subordinados han llegado a un punto de máxima<br />

tensión. Une persona normal que se encontrara con tanta gente en contra se pararía a reüex.ionar<br />

sobre su comportamiento y no lo mantendría est-úpidamente a pesar de las reacciones<br />

negativas de superiores y sUbordinedos.<br />

No obstante, Gorald se siente tan importante quo debe insistir a pesar do lo que él eonside-<br />

ra .:la ignorancia de los demás». Su sentimiento de grandeza alimenta una vida fantasiosa en la<br />

que siente que ha alcanzado un éxito y un grado de distinción que roza la genialidad (v. criterio<br />

2). Por ejemplo, refiere que se ve a sí mismo como presidente de una nueva empresa que<br />

pondrá en práctica sus ideas. y que su éxito está a la vuelta de la esquina. Es más que probable<br />

que Gerald necesite estas fantasías. ya que apoyan y protegen una Imagen de superioridad que<br />

tiene de sí mismo contra las intrusiones de una realidad que. si bien es cierto es superior a la<br />

media, no es ni mucho menos estelar. No hay duda de que su necesidad do superioridad ha<br />

evolucionado a partir de la veneración qua le profesaba su madre, que insistía en que haría alguna<br />

cosa importante, un tipo de afirmación qua conllevaba que alglln día so convertiría on una<br />

persona ramosa por alguna gran contribución a la h.istoria de la humanidad.<br />

Gorald es una persona inteligente: de no ser así, su carrera habría acabado hace mu-<br />

cho tiempo. Poro su autoporccpción está dístorsionnda y magnifica sus aptitudes. Lo evaluación<br />

que él mismo hace de sus propias capacidades y el hecho de que espere que los<br />

demás hagan una reverencio ante todos y cada uno de sus antojos. indica que exista una<br />

considerable discrepancia entre la realidad y la imagen grandiosa que tieno de sí mismo.<br />

Cree qua es una persona especial y ostá encantado do que le atienda un psiquiatra, ya que<br />

sólo un médico especialista puedo sor capaz de entender su situación (v. criterio 3). Es más,<br />

se siente tan especial que cree que está autorizado a inventar nuevas formas de hacer lascosas<br />

que alteren los patrones corporativos establecidos, sin preocuparse por el efecto que<br />

pueda causar en las vidas de los demás (v. criterio 7). <strong>En</strong> lugar de mostrarse comprensivo.<br />

Gerald espera que sus subordinados so limiten o reconocer y aceptar automáticamente la<br />

superioridad de su capacidad lntelectual (v. criterio 5). Si eso supone un coste extra de<br />

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346 <strong>Trastornos</strong> dt la ptrSOnalidad en la \lida modttna<br />

I CASO 10­1<br />

Grrald salió prttipitadammtt: dd d(SJIKho 6t su SUJ)t:r'llso,. furioso porQut cttrr ..:RU>S OSM·fV<br />

ucaba a p,.mto lk ser dtsPtdido. Obsti1\ado, se roistfa a bllSCat ayuda psi­<br />

PAKA U OIAGN06-11'llt!rlln ooinporto1nti,1nt01> o at4<br />

sit:m.prt: lt: dt:da qut at.g\ln dia h11fa algo importante. Siempre pensando en tltudtc"s armgn.ntt.-.ll o sC100rbío!'><br />

los dcmts, vMi en un piso contiguo al de su madre para que ,no st sintiera<br />

sota, El atut:t'ÓO ts idea~: Gtrald ~ paga nin9~n.a~1.1iltr. s.u madr! le lava la .. a Rttpto,lui ¡,lo \0D uutotiúi• J(ln<br />

ropa y le p,epa.ra la comida, y~ t1tne toda la 1ntiffl1dad que t1C


Capitulo 10. Pcrson,lid&d nard,<br />

an09Jn


350<br />

Trast0rnos de la ptrsonalidad ,n ta vida moderna<br />

cía el éxito. Asimismo. también se regocijan con la visión de dominar su propio juego, de<br />

estar en lo más alto de su profesión. aunque eso no evita que sientan envidia hacia los que<br />

son más expertos que ellos. Siempre son conscientes do sus capacidades y son ecuánimes.<br />

Nunca los asaltan las dudas sobre sí mismos. Esperan que los demás sean conscientes de su<br />

excepclonalidad y los traten con respeto, a incluso con admiracíón.<br />

A veces pueden irri-<br />

tarse si .sB les hace un desaire o so les contradice.<br />

El patrón asertivo (<strong>Millon</strong> et al., 1994) es similar, pero más competitivo y seguro de sí<br />

mismo. Este tipo de personas muestra una osadía que procedo de la inalterable creencia en<br />

su propio talento o inteligencia. Estos sujetos son muy ambici.osos y asuman de forma natural<br />

el pape) de líder. actúan con decisión y esperan que los demás reconozcan y se rindan<br />

a sus capacídades superiores. Van más a11á de la mera confianza en st mismos y son audaces.<br />

listos y persuasivos a la hora de atraer a los demás hacia su propia causa. No obstante,<br />

en ocasiones la idea que tienen de ellos mismos puede volverles pretenciosos: es decir,<br />

tienen la sensación de que son especiales y que, por tanto, tienen derecho a un tratamiento<br />

especial que vaya más allá de los privilegios que ya conlleva su cargo, o más allá de las normas<br />

sociales de cort.osia.<br />

El estilo narcisista normal también puede descríblrse a partir de las variantes normales<br />

do los rasgos patológicos del DSM­IV (Sperry, 1995). <strong>La</strong> personalidad narcisista presento un<br />

sentido excesivo de la importancia de uno mismo y espera quo se reconozca la superioridad<br />

de su talento, capacidades e inteligencia. incluso en ausencia de logros que se correspondan<br />

con esas expectativas (v. criterio l). Por el contrario, el estilo narcisista tiene una autoestíma<br />

saludable basada ea logros genuinos. aunque puede sobrevaJorar sus capacidades por<br />

encima de lo realista. Mientras que la persona coa un trastorno de la personalidad está<br />

preocupada por fantasías de éxito ilimitado. poder. brillantez. belleza o logros (v. criterio 2),<br />

la persona con un estilo narcisista proyecta confianza más que omnipotencia y tiene unos<br />

planes mejor definidos sobre cómo conseguir sus objetivos. Así como la persona con un<br />

trastorno de la personalidad cree que es especial y única, y que sólo puede ser comprendída<br />

por otras personas que son especiales o sólo puede relacionarse con e11as (v. crilorio 3).<br />

el individuo con un estilo narcisista simplemente prefiere la compañía do gente con talen·<br />

to, pero no siente desprecio por quienes no poseen talentos similares. Además. quion sufre<br />

un trastorno narcisista necesita una admiración excesiva y busca de forma activa que los demás<br />

les expresen admiración (v. criterio 4), en cambio el estilo narcisista acepta con ciegan·<br />

cía los cumplidos y el halago sin hinchar demasiado el yo.<br />

<strong>En</strong> todos los contrastes mencionados, Gerald se sitúa en el extremo más patológico<br />

del continuo. <strong>En</strong> vez de valorar sus capacidades en el extremo superior de lo real, Corald so<br />

compara con Einst.oin o Salk. <strong>De</strong> hecho, según S\1 biografía. hasta ahora ha conseguido pocos<br />

logros, ya que ha sido despedido de varias empresas. <strong>En</strong> lugar de proyectar confianza.<br />

Carald necesita tener un éxito fantástico. <strong>De</strong> hecho, piensa que ése es su destino. Lejos de<br />

disfrutar de la compañía de otras personas con talento, Gcra]d necesita que qu iones se relacionen<br />

con él estén «a su mismo nivob. Cualquiera que se interponga con su sentido de<br />

grandeza es automáticamente desvalorizado como un sor inferior, elguleu que carece de<br />

las capacidades necesarias para valorarle de forma adecuada.<br />

Existe otro criterio diagnóstico que puede situarse en un continuo con la normalidad.<br />

Mientras que la persona con un trastorno da la personalidad nan::isista es muy pretenciosa<br />

y croo quo tiene derecho a recibir lUI trato de favor especial (v. criterio 5), el individuo con<br />

esto estilo de personalidad siento una gran ccnfíenze en sí mismo y un aplomo que Jo suelen<br />

permitir ser humilde on vez de olimina.r la humildad. Quien padece el trastorno de<br />

personalidad explota a los demás para conseguir sus propios objetivos (v. criterio 6), y<br />

quien muestra el estilo de personalidad aprovecha las virtudes de quienes la rodean, síu<br />

exigirles una dedicación adiciono] que requiera más tiempo o esfuerzo. L.1 persona afectada<br />

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Capitulo 10. Ptf'SOflalidad narcisista<br />

351<br />

por el Irasloruo es incapaz. de sentir ampatta con los sentimientos de los demás (v. criterio 7).<br />

pero la que presenta el estilo de personalidad puedo dlstanciarse de sus propias preocupa·<br />

ciones y mostrarse sensible hacia los demás. El individuo con un trastorno suele envidiar<br />

a los que soa más diestros o han tenido más éxito (v. criterio 8), mientras que quien presenta<br />

el osrilo es capaz do admirara los otros y considerarlos como un ejemplo a seguir. Por<br />

ülrímo, el que sufre el trastorno es arrogante o soberbio (v. criterio 9). y el que presenta el<br />

estilo simplemente' tiene confianza en sí mismo y es capaz de mostrar generosidad o altruismo.<br />

Una vez más. GeraJd se sitúa en el extremo más patológico. Cuando poue en marcha<br />

sus ideas espera automáticamente que los demás vean su mérito. le otorguen un tratamionto<br />

especial y se adapten de inmediato a sus planes. El estilo narcisista puede captar y unir a<br />

los t.rebajadores, presentar sus nuevas ideas con confianza y luego solicitar consejo de far·<br />

ma activa, haciendo sentir a los demás que forman parte de un proyecto más amplio. <strong>En</strong><br />

cambio, Cera.Id explota el liempo y el esfuerzo de sus subordinados, y halaga de íonna hípócrila<br />

las contribuciones de éslos a las ideas que tienen éxito. <strong>En</strong> lugar de ponerse en la<br />

piel de aquellos a quienes afecta, Cetald impone sus iniciatívas con descaro y sin ninguna<br />

consídaraclén hacia los demás. <strong>En</strong> lugar do aceptar su rosponsabíltdad tanto por los éxitos<br />

como por los fracasos, Ceraíd se atribuye los éxitos y atribuye los fracasos a la envidia de los<br />

demás, que maquinan a sus espaldas para sabotearle. Por úJüruo. mientras qua el estíto narcisista<br />

puede encontrar compañía y amistad en otras personas sío tener en cuenta cuál sea<br />

su posición social o nivel intelectua1. Gerald insiste en relacionarse tan sólo con aquellos<br />

que cree que son tan dotados como él o rtenen una sltuacién simiJar a la suya.<br />

I VARIANTES DE LA PERSONALIDAD NARCISISTA<br />

Existen muy pocas i>Qr801\RS que encamen por completo algún tipo do idea] psíeológíco<br />

abstracto. <strong>La</strong> mayorfa do la gonte combina aspectos de dos o más estilos de persono·<br />

Iidad. aunque algunas combinaciones son más frecuentes que otras. <strong>En</strong> el apartado anterior<br />

se ponen de manifiesto. con fines didácticos, las diferencias entre los distlutos prototipos.<br />

<strong>En</strong> éste describiremos las variantes narcisistas que se encuentran a medida que el<br />

trastorno empieza a compartir ceracterrsttces con otras personalidades (v. fig. 10~2 para un<br />

resumen más conciso). Los casos reales pueden ajustarse o no a cualquiera de estas combíuaclones.<br />

t s<br />

1<br />

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1<br />

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i o<br />

El narcisista sin escrúpulos<br />

Los narcisistas sin escrúpulos combinan <strong>La</strong> autoconfianza característico del narcisista<br />

con la conducta criminal recurrente y aberrante del antisocial. Muchos de e11os alcanzan<br />

el éxito manteniéndose justo en los límites de la legalidad. Otros pueblan los programas de<br />

rehabilitación para toxicómanos, los centros paro delincuentes juveniles y las prisiones.<br />

Otro tipo de narcisistas sin escrúpulos está formado por los oportunistas, timadores y cbD.1'9<br />

lutanes que explotan a los demás en beneficio propio. <strong>En</strong> su mayor parte son vengativos y<br />

desprecian a sus víctimas. Aunque muchos narcisistas presentan un desarrollo normal del<br />

superyó, los narcisistas sin escrúpulos son diestros en el arte de la influencia social, pero<br />

han íntcrnaltzado pocas prohibiciones morales. <strong>De</strong> hecho. carecen de escrúpulos y son<br />

amorales y falsos. Estos narcisistas son más que simplemente desleales y explotadores. ya<br />

que mucstrnn una indiferencia flagrante al bienestar ajeno. están dispuestos a sufrir algún<br />

tipo do daño y no sienten ningún miedo frente a amenazas o acciones punitivas. Suelen<br />

obtener una gratificación vengativa al humillar y dominar a los demás. So regocijan de<br />

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352<br />

Tril'Stomos de la personalidad en la vida moderna<br />

Sin CSffllputos<br />

/nttOCteris.tltos ontisocloles}<br />

Concittlda dc.fiotnte:<br />

SWI n,crUpulol. amo,;il,. desleal.<br />

fr.wdu1ft'ltO. mcntiroso, arrogante,<br />

explotador; timador; domin.¡ntc.<br />

desddlos, V'tl'lt)atlYO<br />

Elitista<br />

(wmO'flte dd patr6n #pwo•)<br />

Se siente p,ivilt9iado y tnffttt


354<br />

<strong>Trastornos</strong><br />

d, la ¡>trsonalidad tn la vida modttna<br />

de los celos de seres inferiores. <strong>La</strong> variedad apasionado es mucho más susceptible que las<br />

demás de mostrar un considerable narcisismo corporal, que se manifiesta mediante la aten·<br />

clén escrupulosa a la apariencia física, la ropa y otros atributos externos.<br />

El narcisista elitista<br />

El narcisista el.itista guarda ciertas semejanzas con el carácter fálico-narcisista de \!\riJ.<br />

helm Reich (1933). Estas personas están seguras de sí mismas. son arrogantes. enérgicas.<br />

«de porte impreslonantee y «de difícil adaptación a posiciones subordinadass (W. Reích,<br />

1949; págs. 217·218). AJ igual que la variante compensadora, estas personas construyen una<br />

fachada falsa que, en su caso, magnifica una imagen de ellos mismos que ya es de por sí<br />

superior. es decir, que no se limita a compensar sentimientos profundos de inferioridad. Lo<br />

que temen estas personas no es la inadecuación, sino la mediocridad.<br />

Según Reich, encontremos a muchas de estas personas entre los militares. pilotos y<br />

atletas. Personajes históricos como Napoleón y Mussolini nos sirven como ejemplo del carácter<br />

clásico. <strong>En</strong> la sociedad occidental actual podríamos añadir a esta lista a abogados.<br />

cirujanos. empresarios y miembros de otras profesiones que, de forma natural, agrupan a<br />

personas que suelen tol)er un coraje agresivo muy acentuado. característica que. según<br />

Roich, os definitoria del fá.lioo-oan::isi.sta. Cuando estas características son llevadas a su extramo<br />

lógico, so convierten en personas que se consideran semidioses, que creen formar<br />

una raza aparte de los seres humanos normales. y que compiten unos contra otros por la<br />

victnria on un escenarto mundial que sólo contiene un puñado de competidores dignos.<br />

Muchos de ellos contemplan a las personas nonnales con tal desprecio que podría considerarse<br />

que también presentan rasgos do la personalidad sádica. Sin embargo. el concepto de<br />

narcisista elitista es más amplio que 01 de fálico-narcisista de Reich. Aunque el narcisista<br />

elitista so deleita con Jas dumostracíones de poder, el exhibicionismo de lo más cruda<br />

asertividad también puede centrarse en la capacidad intelectual o la acumulacién de riqueza:<br />

existen muchas formas de sentir una desmesurada conñanza agresiva. Este tipo de personas<br />

acude a las escuelas y academias más prestigiosas, se une a asoclacioues exclusivas<br />

y sólo se relaciona con miembros de su propia clase social.<br />

Además, los elínstas hacen gala de srmbolos de su estatus y de sus logros. <strong>La</strong> mayoría<br />

de olios idolatran el reconocímtento y se involucran oon gran energía en la promoción do sí<br />

mismos. Cualquiera que sea la actividad que les interesa. se hacen propaganda. se jactan<br />

de sus logros [tanto si son ciertos como fraudulentos) y consiguen que cualquier cosa que<br />

hagan parezca maravillosa o impresionante. Sin rival en su camino hada convertirse en el<br />

número uno, muchos elitistas se comparan con los demás y convierten las relaciones personales<br />

en competiciones y contiendas públicas, Al tanor tantas pretensiones. los elitistas narcisistas<br />

se exponen a crear una gran división entro su ldeouded re-al y la forma de ser que<br />

aparentan. Aunque otras personalidades narcisistas a menudo son conscientes de esta dícotemía,<br />

Jos elitistas son tajantes en la creencia de su grandeza. <strong>En</strong> vez de rectificar. retirarse<br />

o sentirse avergonzados cuando se los responde con la indiferencia, los elitistas aumentan<br />

sus esfuerzos al máximo actuando on mayor medida, y de forma algo errática, para mostrar<br />

hazañas y galardones dignos do gra.n admJración. Con frecuencia presentan ilusiones de<br />

grandeza sobre sus poderos y estatus futuro, magnifican sus limitados logros y compiten ostúpidamente<br />

contra los que ya les han eclipsado en la realidad. Mediante estas conductas<br />

de auloproteccióo, los elitistas suelen ofender a quienes 19.S rodean, privándose así de la admi.ración<br />

y el reconocimiento que necesitan de forma tan desesperada y. por tanto, contribuyen<br />

aún más a sus propios problemas.<br />

Como ejemplo de las dos variantes descrilas, oonsidérese el caso de Leonardo (caso 10-2),<br />

a quien es posible describir como una mezcla do los subtipos elitista y upasionado. Leo-<br />

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356<br />

<strong>Trastornos</strong> d, la ?(rsonalldad en la vida moot,na<br />

introspección semejante. <strong>De</strong>safortunadamente, tiene bastante razón. Resulta paradójíco,<br />

pero al adelantarse al terapeuta para elaborar una racionalización que descarte Ie posíbílídad<br />

de que sufra un trastorno. Leonardo no hace más que exponer la necesidad de proteger<br />

una autoestima magnificada y vacía. Su carencia do conciencia de enfermedad os esporablc<br />

dado el propósito defensivo de sus aseveraciones. que no hacen sino conñrmar el<br />

diag:oóstico.<br />

Existen otros aspectos do su presentación muy coherentes con el trastorno narcisista<br />

de la personalidad. en especial con las variantes elitista y apasionada. Aunque tal vez sea<br />

cierto quo su familia os «una de las más ricas de España» y que su padre «heya ejercido una<br />

gran influencia en la historia de su nacíén». es muy probable que esté exagerando para<br />

crear un halo alrodedor que ofrezca la imagen de que es una persona con un pasado impresionante<br />

y que eso puede. de algún modo. justificar su arrogancia y su actitud pretenciosa.<br />

Aunque no muestra el típico coraje agresivo acentuado dc.l fálico-narcisista. una earacteríslica<br />

interpersonal. se muestra altivo en sus relaciones sociales e insiste en su superioridad,<br />

sobre todo en cuanto a su apariencia ftsica, su elevado coeficiente de inteligencia y la<br />

creencia de que está predestinado al éxito on cualquier cosa quo haga. Al igual que otros<br />

uarclslstas elitistas. sus creencias son absolutas.<br />

Leonardo también presenta características del subtipo apasionado. Evidentemente. sus<br />

lixitos amorosos sientan los cimientos de una imagen masculina e hlpersexualízada de sí<br />

mismo. Crea una ilusión de afecto genuino, cuando su verdadero objetivo es el sexo. Sin<br />

embargo. enseguida pierde el interés por su conquista, se inquieta y sale a buscar otro<br />

cuerpo íemenino que lo entretenga. Sus jactancias ante al terapeuta y <strong>La</strong> puntuación que<br />

hace de las mujeres son pruebas adicionales de su falla de empatía y de su voluntad de ex·<br />

piolar a quienes le rodean. Es muy probable que Leonardo crea que su impresionante herencia<br />

y sus superiores capacidades le dan derecho a mantener relaciones sexuales esporádicas<br />

con la mayoría do las mujeres y que el gran número de conquistas sexuales. aunque proba·<br />

blemento exagerado, no es sino una prueba más que demuestra su superioridad.<br />

I ANTECEDENTES HISTÓRICOS<br />

A pesar de una aparente escasez de datos sobre casos clínicos de trastorno narcisista de<br />

la personalidad en todo el mundo. esta visión ensalzada de uno mismo que conduoo a la autodeslrucción<br />

involuntaria ha estado presente a través de los tiempos y en todas las culturas.<br />

<strong>La</strong> mitología griega nos enseña los perfiles de un exagerado bubtis (cuya traducción<br />

aproximada es «falta de humildad») en el mito do Narciso, un joven hermoso que, aunque<br />

amado por todo el mundo, rechazaba amar a nadie. Llega un momento en que este rechazo<br />

despierta la ira de la diosa Afrodita, que acaba mnldiciéndo)c. Ir6nicamente, so contempla<br />

en un arroyo y se enamora perdidamente de su propio reflejo. Cada día se pasa todo el<br />

tiempo solo con su propio reflejo, persiguiendo lo que no puede poseer. Ajeno al conocímiento<br />

de que es su propia imagen lo que ama. se ahoga en el arroyo. Por tanto, el mito parece<br />

querer decir que los narcisistas desconocen tanto la intensidad del amor hacia sf mis·<br />

mos como la fonna en que esto afecta a las vidas de los demás, así como que considerarse<br />

de forme inconsciente a uno mismo como su propio amante conduce finalmente a la dos·<br />

esperación y la soledad. Si Leonardo estuviera a punto de ser despedido de su rosidoncía,<br />

lo qua equtveldrta a ehogerse en una insufrible exaltación de sí mismo, podría ser considerodo<br />

como la eocamación contemporánea. de este mito.<br />

Una variante del mismo tema relaciona el narcisismo con una necesidad de poder (loubert.<br />

1998). Según el cristianismo, por ejemplo, la fuente original de todo mal reside en un<br />

nivel patológico de orgullo. El pecado aparece en el mundo porque Satanás se ve atrapado<br />

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358<br />

Trastom dt la pcrSOnalidad en la vida tnodtrna<br />

cissus-like Ieslmilar a Narcisoe] (A.P. Morr-ison. 1966) para referirse a la masturbación excesiva,<br />

en la que la persona se convierte en su propio objeto sexual. Ran.k (1911) publicó el<br />

primer a.rtículo psicoanalítico dedicado específicamente al narcisismo, vinculándolo a la<br />

vanidad y a la admimción do uno mismo (citado en Pulvcr, 1970). Resulta sorprendente que<br />

Freud sólo publicara un artfculo dedicado oxcJusivarncnte al narcisismo. en el afio 1914. en<br />

el que lo describía como una lnversién líbidínal en el sí mismo, que si se practicaba de forma<br />

sana y con una frecuencia razonable, en última instancia daba lugar a relaciones objetales<br />

maduras. <strong>La</strong> cuestión fundamental para Freud era cómo el niño, que vive en un universo<br />

compuesto tan sólo por el sr mismo, al que denominó narcisismo primario, puede lle·<br />

gar a desarrollar une visión de la existencia y la identidad de los demás.<br />

Hoy en día, la literatura psicoaoalflíca sobre el narcisismo es tan abundante quo ro--<br />

su Ita imprescindible resumirla. El término sigue teniendo múltiples significados díñcílos<br />

de destilar en una única fommlacióo. Según Pulver (1970), ol narcisismo so ha convertido<br />

en una especie de paradoja, ya que conslítuye una de la.s más importantes, aunque también<br />

la más confusa, contribucloees del psicoanálisis. Stone (1993) oonstdera que el problema<br />

de su definición sólo es comparable al que plantea el término límite (del trastorno límite<br />

de la personalidad). <strong>En</strong> la actualidad. el psicoanálísis sigue estando dívidido entre formuloe.iones<br />

del narcisismo que rlvallz .. an entro si: básicamente. la psicología del sí mismo de<br />

Kohut (1971, 1977) y la teona de las relaciones objolalos de Kernbcrg (1975. 1984, 1989b,<br />

1969c), que proponen dos explicaciones alternativas y excluyentes del narcisismo.<br />

El camino recorrido desde el ar1fculo de Freud, publicado en 1914, hasta las concepdones<br />

contemporáneas es largo y enrevesado, por lo que supera ampliamente los lünltes do<br />

este capítulo. No obstante, cualesquiera que sean las dinámicas subyacentes propuestas.<br />

existen numerosas descripciones históricas saturadas de rasgos adultos muy parecidos a las<br />

características del trastorno de la personalidad. Por ejemplo, W. Reich (1933; págs. 217-216)<br />

describió el carácter íálico·narcisista como «seguro de sf mismo. en ocasiones arrogante. vo-<br />

luble. enérgico y. a menudo, de porte impresíouantes. asimismo «suelo dar flagrantes mues·<br />

tras de superioridad y digulded». A partir de mediados de la década de 1930 empezaron a<br />

aparecer reacciones significativas a la teoría psicoanalítica. como la emergeucía de las es·<br />

cuelas ncofreudianas de la psicología del yo, las relaciones objetales y la tecrre social. Estos<br />

autores destacaron la preponderancia del tipo de vinculación sobre el sí mismo y, por tan·<br />

to. empezaron a desarrollar un modelo del narcisismo basado en el déficit. cuyo origen peo·<br />

saban que radicaba en los problemas en las relaciones tempranas con los progenitores<br />

(McWilliams, 1994). Dado que el modelo instintivo de Freud era puramente intrapsíquico,<br />

podía considerarse que el narcisismo no ero más que una exagerada catoxia del s( mismo. es<br />

decir. una inversión libidinal en el sí mismo, como si éste se hubiera considerado como<br />

un amante. Sin embargo. si lo principal es la vinculación, el narcisismo sólo puede proceder<br />

de una patología de las vinculaciones tempranas. es decir, de una patología de las reíaciones<br />

objotales.<br />

Todas estas teorías no aparecieron a la vez. sino que fueron surgiendo poco a poco. Ka·<br />

reo Horncy (1939: págs. 89·90) consideraba que el narcisismo era básicamente una exalta·<br />

ción del sí mismo. «igual que en la inflación económica. en la que se supone una mayor disponibilidad<br />

de recursos de la que realmente existe»; en el caso del narcisismo existe un<br />

amor y una admiración del sí mismo que carecen de una base adecuada, y lo mismo se es·<br />

pera de los demás. Fonicho1 (1945) consideraba quo los narcisistas persiguen un logro tras<br />

otro sin obtener una sausíacctón real de ninguno de ellos. para acabar dándose cuenta de<br />

que ol propósito do esta porsecucíén no os más que ocultar una profunda sons:ación do va·<br />

cío. A. Reich (1960: pág. 58) desarrolló la hipótesis compensatoria qua muchos analistas<br />

creen que subyace al narcisismo. Segün so tesis, «el impulso exhibicionista contiene un<br />

profundo desprecio bacía aquellos cuya admiración es requeridas. Rosenfold (1964) rosal·<br />

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362<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la pc.rsonalidad en la vida moderna<br />

da las defensas psíquicas de la persona y abri_rfa vías a síntomas psioológicos agudos. Es probable<br />

que Gemid, por ojcmplo, tema que sus bsbílídades no estén a la altura de sus ambicio·<br />

nes, aunque si sus inseguridades y verdaderas creencias sobra al sí mismo fueran accesibles<br />

a la inspección conscleute. probablemente se vería abrumado por sentimientos dcprosivos y<br />

sería incapaz dí! conseguir cualquier cosa. Su auíoengaño fue creado y apoyado por su madre.<br />

que estableció las uormas do lo que debe considerarse «valioso y no valioso». y también por<br />

su propia convicción inamovible de que está destinado a «hacer alguna cosa importante».<br />

Ésta es también la mzén por la que Ccrald siente tanta ira hada sus compañeros de trabajo. Al<br />

resistirse a sus cambios o insistir en objetivos realistas, éstos se alejan del idea] de] otro que<br />

debe admirar y cumplir automáticamente los deseos del narcisista.<br />

<strong>La</strong> fusión del ideal del sí mismo y la imagen de sí mismo explica el sentimiento de<br />

grandeza de los narcisistas: la fusión del ideal del otro y la imagen de sr mismo explica su<br />

necesidad de admiración y su sentimiento de tener derechos sobre los demás. El otro ideal<br />

es una persona que le aclmíra. que llega incluso a la veneración. que está dedicado en cuerpo<br />

y alma a mantener la ilusión de ((\19 el narcisista os el centro del universo. Además, dado<br />

que el otro ideal está mezclado con el sí mismo ideal, los que se relacionen con el narcisista<br />

también deben ser perfectos. <strong>La</strong>s imperfecciones de los demás son Inoougruentes con la<br />

imagen que los narcisistas tienen de sí mismos y suelen conducir a expresiones de rtdtculizacióo<br />

y desprecio. Ésto es uno de los motivos por los que Gerald expresa tal desdeño<br />

por sos compañeros do trabajo; en vez de dispensarle una admiración automática y adaptar·<br />

se de iomediat.o a sus conceptos. como es natura! se resisten a su creencia de que uono al·<br />

gún derecho especial sobro ellos e insisten en el realismo, el enemigo del senrímíento de<br />

grandeza. Tal como destaca Kemborg (1967; pág. 655), los narcisistas «creen que son el ceo,<br />

tro en torno al cual giran sus interaccíones con los demás. sienten una gran necesidad de ser<br />

amados y admirados, y UJJ8 curiosa contradicción aparente entre un concepto del sí mismo<br />

muy magnificado y una desmesurada necesidad de recibir elogios de los demás».<br />

Según Kernberg. el entorno familiar es un importante percutor del desarrollo de las<br />

fantasías de grandeza. Por una pana, es probable que los progenitores se muestreo fríos e in·<br />

diferentes. e Incluso que envíen mensajes con una implícita carga malévola y agresiva.<br />

Como cabe esperar, este comportamiento daña el concepto de uno mismo y establece las bases<br />

pare el desarrollo de alguna forma patológica de regulación de la autoestima. <strong>En</strong> otras<br />

palabras, una vez establecido u.n concepto do sí mismo inferior o inadecuado, el niño está a<br />

punto de adoptar algún mecanismo do defensa que le salve de esa situación. <strong>La</strong> fwnilia suple<br />

esta carencía encontrando en el niño algún tipo de talento excepcional, quizás otorgandole<br />

el papel de «genio de la familia», que se convierte en el lugar donde refugiarse del sí<br />

mismo inferior o inadecuado para compensar ast la negligencia y el rechazo parental. Si<br />

las circunstancias descartan la creación de una ídentidad normal e integrada. el sentimiento<br />

do grandeza del sí mismo se convierte en algo atractivo. aunque sólo sea porque os<br />

e] único sí mismo que los progenitores estén dispuestos a aceptar. Aunque patológico, este<br />

tipo de amor requiere la edopción do un papel especial o genial quo sea compensador. una<br />

forma de regular y aumentar la autoestima fronte a un entorno familiar carente de calidez y<br />

amor auténticos.<br />

Según Kernberg (1975, 1984), la mayor parte del tiempo el s! mismo grandioso rnantiene<br />

el control. Sín embargo. hay que recordar que la grandeza del si mismo es una adapta·<br />

ción que no sólo oculta un sí mismo inadecuado y defectuoso, sino también la ira oral, una<br />

intensa agresividad oculta. dirigida originariamente contra unos progeunores incapaces de<br />

ofrecer amor incondicional. Esta ira está siempre al acecho en el tnconscíente, puedo ser<br />

descargada contra cualquiera que no proporcione una constante dosis de cumplidos o, aún<br />

peor, que critique al narcisista. Los amantes o cónyuges que fueron objeto de Idealieeclón<br />

pueden encontrarse de repente devaluados por completo en el momento en el que la ima-<br />

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(apftulo 10. Ptrsonalidad narósista<br />

363<br />

• 1<br />

1<br />

: 1 PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

J<br />

j<br />

i o<br />

gen completamente buena se reemplaza por una imagen persecutoria completamente mala.<br />

<strong>De</strong>bido a que el sentimiento de grandeza del sf mismo 8S una compensación, los narcisistas<br />

son hipersensibles a los comentarios que parecen discrepar con las cualidades de su sacralizada<br />

imagen de sf mismos. Cuanto más frágil es el sf mismo grandioso, más sensibles son<br />

los narcisistas y con mayor facilidad aflora la ira oral.<br />

Otro pensador psicoanalítico, Heinz Kohut, se centró sobre todo en el desarrollo de la<br />

personalidad narcisista. El movimiento que se generó a raíz de sus escritos, que en la époce<br />

se consideraron esotéricos incluso por parte del colectivo psicoanalista, ha ejercido en la<br />

actualidad una gran influencia, incluso más allá del ámbito del psicoanálisis. Este mcvimiont.o<br />

so ha denominado psicología del st mismo, nombre que se forjó cuando Kohut a.i\adió<br />

ol sí mismo a los pilares clásicos analíticos de la naturaleza humana: el instinto sexual<br />

y los impulsos agresivos del ello y las estructuras psíqulcas moderadoras del yo y del superyó.<br />

<strong>En</strong> el modelo clási


364<br />

<strong>Trastornos</strong>


Capitulo 10. Pet'SOl'lalidad 11arcisista<br />

365<br />

ma voluntaria. sino también que anticipe sus necesidades, les excuse de las míseras oblígaciones<br />

de la vida cotidiana y les aparte los obstáculos de su camino. <strong>La</strong> pretenciosidad y<br />

la tendencia a censurar a los demás por la más mínima imperfección, junto o la tendencia<br />

poco realista de percibir sus propias acciones como positivas (Gosling et al., 19S.l6), es ceuse<br />

habitual de múltiples divorcios a lo largo de sus vidas (Bcck el al., 1990). No os extraño<br />

que la pareja del narcisista suela tener rasgos masoquistas o. cuando menos, una dosis casi<br />

patológica de dudas sobre sí misma, E1 masoquista se siente atraído por la gran oonñanza en<br />

sí mismo del narcisista, que acepta la deferencia del masoquista y su voluntad de sacrificar<br />

la propia identidad a favor de su pretenciosidad. Por desgracia, el masoquista nunca<br />

logra cumpltr los requisitos del otro idealizado, lo que le hace merecedor do un inacabable<br />

desprecio. Para empeorar las cosas. los narcisistas suelen temer que se utilíce la intimidad<br />

para controlarlos (Nelson, 1905). Por tanto, suelen Actuar de forma airada contra los demás<br />

cuando, de hecho. están reaccionando contra los sentimientos de vulnorahilidad qua caracterizan<br />

a todas las relaciones sociales.<br />

<strong>La</strong>s fum.ilias de los narcisistas suelen quedan relegadas a un segundo plano en cuanto<br />

a las prioridades personales de estos individuos. Cualquier persona que no tonga una reh.l·<br />

vaucla directo para la consecución de la gloria personal de los narcisistas queda apartada a<br />

un <strong>La</strong>do, Los miembros de la familia no son considerados como personas rooles con sus pro·<br />

pias esperanzas, sueños y aspiraciones, que necesitan oompartir su tiempo con un padre o<br />

una madre afectuosos, sino como parte del mobiUa.rio de la oxistoncia. <strong>La</strong> familia sólo se va·<br />

lora eo función de lo que sus miembros puedan significar para ol narcisista, nunca en rola·<br />

ción con el significado que ellos puedan tener para sí mismos. Pueden exhibir a sus hijos<br />

como muñecos por sus gracias o su belleza, pero el amor que reciben está en función del<br />

mantenimiento de esas virtudes. Un egocentrismo tal hace que sea casi imposible que los<br />

narcisistas sean conscientes dol abuso que eje.rcon sobre los demás, ni de forma explfclta.<br />

debido a su pretenciosidad. ni de forma implícita. por la ausencia de autenticidad en sus re·<br />

luciones. Según Mc\A/illiams (1994: pág. 175). este «embotamiento de la capacidad de<br />

amar» es el «coste más penoso» del narcisismo.<br />

AJ igual que ocurre coa los demás patrones de la personalidad. no todos los narcisistas<br />

muestran las ceracterístíces obvias del trastorno. Tras todo lo expuesto en los capítulos anteriores<br />

sobra al estudio de los patrones de personalidad. el lector ahora ya es consciente de<br />

que no existe un patrón concreto pare cada trastorno. sino muchas mezclas entre ellos; asimismo,<br />

la Intensidad de un patrón patológico varía de moderada a muy acentuada. Nuestro<br />

siguiente caso (caso 10-3) hace referencia al desequilibrio familiar. Chese presento con eleridad<br />

muchos aspectos del trastorno narcisista de la personalidad y podría diagnosticarse<br />

como tal. pero también muestra muchos menos sentimientos de grandeza que Gemid o Loonardo.<br />

Chase y su esposa acuden a terapia de pareja porque toda su vida gira alrededor de él.<br />

Su esposa admite que tiene talento y es imaginativo, características que probablemente propiciaron<br />

que se sintiera atraída por él desde el momento en que lo conoció. <strong>En</strong> la actualidad.<br />

sin embargo.se ha dado cuenta de que a pesar de las buenas cualidades de Chase, nunca<br />

está emocionalmente disponible y no le hace caso alguno. Este problema también afecto<br />

al resto de la família. <strong>La</strong> mujer de Chase indica que él tiende a tratar a sus dos hijos como si<br />

fuera,1 objetos. Además, en lugar de dedtcer tiempo a su faniilio. Chase emplea lodo el tlempo<br />

libre en escribir su novela. un logro que cree que le va a reportar fama nacional y una gran<br />

riqueza. que podría aliviar los problemas oconómicos quo ól o su familia puedan tener en ol<br />

futuro. <strong>En</strong> realidad. sin embargo. sólo gana una pequeña cantidad de dinero por su trnbajo de<br />

escritor por encargo para otros. y las dificultades económicas que esto acarrea para la familia<br />

exacerba aún más el problema que tiene la pareja. Aunque no deja que nadie lea su obra<br />

maestra, probablemente por el temor a la crítica, es posible que se la deje ver al terapeuta.<br />

ya que él puede decidir quién está cua.lificado y quién no para ver y apreciar su t.rolmjo.<br />

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366 <strong>Trastornos</strong> dt la personalKiad ,n la vida modtrna<br />

I CASO 10­3<br />

Chas.e acudió a ur,;ipia de p.¡rcja a p,ttidón dt su tsposa, que iltSistia en que<br />

ctr.l un e9oísta y Htaba absorto por completo t11 su trabajo,. ,Nuewo tnul)-<br />

do,. dccia ella, •gira sicmptt alrt'dcdol lk Chasc, de stn ttcstos. de su estado ~<br />

de 3riimo, de su bkntstar. Todos '°5 tsfuenos estan dtdic.ados a ff'•. Ella "V<br />

atf.mite que: ,Es un buen chico, tiene talerito y es imagjnativo•, ptro que eso<br />

ya no era sufici-tnte. Ella querí.a una pareja que fuera su igual, algui-tn con<br />

<strong>En</strong> la t'1'tera sesión lk la terapia lk pareja. Oasc ~ló que d alcoholismo<br />

habia sido una fuente imporuntc de prOblem,s Cf'I su tnalritnOrlltO. Ourante<br />

alguna borrad'1cra se habla mostrado irritable y crítico hacia si mismo. <strong>En</strong><br />

C.lll rl:)tlOS llS\t,IV<br />

PARA EL DIAGl"ÓSTiaJ<br />

DE TKJ\Sl'ORNO NARCISJS'r A<br />

OC tA Pf_)l:SONAI.IOAO<br />

l.'n patrón g.c,neraJ de grandiosidn,d<br />

quítn pasar el tiempo. ton qultn ttncr intitnid~. ,11l91.1itn qut la ;11prc tlci<br />

.­.nada era: nunca lo ~tantc butno-. s¡n embargo. la mayor parte dtl tiempo \'hl;1 i1Hcr¡)ms.mal: JlClt 1·it11nplo.<br />

sus padrn; le c:onsidmban un • \' ll(,ot•,¡, l.:td('!I dt• ''"' d1 'M\iÍ1"<br />

18) Cc.m Íwnu,111 i.l nwulL, .i lo" di~<br />

1n;i,; n n,·c 1¡111• los d,•niás lo anvi·<br />

d)an 11 ~I<br />

19) Pn''>t'nl;) n,mp11r111miootos o ne·<br />

lilud,~ IUToganlt.>S o sobt!'rbios<br />

• l.OJ nUl'IICros illdkMI los a~tos dd aso ~ coinciotn tf'I fN'fOI' ~do con los erit('fios<br />

del DSM. pero tlO implit',n ~riam(!'Ltt IIIK c-1 uso •cumpla• esos tritfflM<br />

diagn~<br />

R, ¡m>1ft11 Id 1 ,,11


Capitulo 10. <strong>Personalidad</strong> narcisista<br />

367<br />

arrogancia y esnobismo. Muchos narcísistas se consideran demasiado superiores pare tomarse<br />

la molsstta do lidiar con los problemas cotidianos y preñaren que los demás los vean<br />

como imperturbables fronte a los avatares do la exístuncla ordinaria. Por ejemplo. están<br />

por encima de ajustarsa a una fecha límite, ya que eso indicaría que son como los demás. <strong>En</strong><br />

lugar de eso, muchos do ellos dan la imagen de limitarse a transcurrir por la vida plácidamente,<br />

disfrutando de los dones de la inteligencia y el éxito. Invirtiendo la máxima do Edlson,<br />

pretenden quo creamos que su vida es un 99% do inspiracién y un 1 % de trnnspiración.<br />

Atribuyen todo lo bueno que les sucede a su propio control (<strong>La</strong>dd et al., 1907). ya<br />

que sus capacidades superiores les garantizan que los prerrequisilos normales para lograr el<br />

éxito-es decir. el trabajo duro y la lucha- no son necesarios para eUos.<br />

Otros narcisistas prefieren ser percibidos no tanto como Imperturbables. sino como<br />

confiados y poseedores del control. Son los que promueven cambios y lideran la toma do<br />

decisiones. y muestran su poder sobro sus dominios dirigiéndolo todo y ostablecíendo las<br />

reglas. Este tipo do narcisista -a menudo altos ejecutivos, abogados y agentes de bolsainvierte<br />

muchos esfuerzos en su imagen pt1blica. Para ellos. las ostentaciones de riqueza y<br />

poder material. como el improsionanto coche deportivo o la elegante mansión. son ele·<br />

mentas calculados para imponer respeto y provocar la admiración de los demás. Sus gas·<br />

tos excesivos y su intensa competitividad en las relaciones interpersonales van mucho<br />

más allá de lo que un utvel de autoestima normal y adaptativo requiere (P. Watsoo et al ..<br />

1998) y, por tanto. refleja claramente sentimientos subyacentes de inadocuación.<br />

<strong>En</strong> el área interpersonal también cabe destacar la extraordinaria sensibilidad de estos<br />

sujetos frente a supuestas ofensas. Dado que en la mayoría da los narcisistas se combinan<br />

una imagen consctente de ser especiales y profundos sontimicntos inconscientes do ínfenortdad,<br />

están doblemente predispuestos a la percepción de injurias o insultos. Por ejemplo.<br />

los terapeutas pueden indisponerse con la vulnerabilidad del narcisista simplemente rea·<br />

Hzando comentarios de apoyo. Al intentar inducir esperanza en un paciente deprimido.<br />

un terapeuta podría comentar: «Existen muchas otras personas que. como usted, han pasa·<br />

do por las mismas circunstancias y han conseguido recuperarse». <strong>La</strong> mayoría de las personas<br />

se sentirían confortadas al pensar que problemas similares significan resultados pared·<br />

dos. Sin embargo, es muy probable que los narcisistas se sientan insultados, como si pensaran:<br />

«¿Qué quiere decir otros como yo? ¡No existe nadie como yo y si usted fuero capaz de<br />

entenderme ya debería sabsrlo!». Algunos narcisistas son conscientes de quo la ira revela·<br />

ría su vulnerabíltdad. así que ocultan su sensibilidad. Otros piensan que pertenecen a alguna<br />

clase excepcional do ser humano y taJ vez no roaccionen en absoluto. ni siquiera frente<br />

a insultos directos, sobre todo si la persona que los insulta pertenece a un estatus claramcn·<br />

te inferior. AqucUos que les insultan reciben su desprecio. AJ mostrarse imperturbables. los<br />

narcisistas ocultan la vulnerabilidad del sí mismo y «demuestran» a los demás que no son<br />

dignos de molosta,les.<br />

No es extraño que los narcisistas sean conversadores aburridos. Al principio, la autoconfianza<br />

y la conversación sobre sus grandes esquemas son interesantes y entretenidas.<br />

Los narcisistas suelen responder con entusiasmo, ya que cada oyonto es una oportunidad<br />

para escucharse a sí mismos y absorber a.\U1 más admlractén y atención. Sin embargo, cuan·<br />

do al oyente explica algün aconteclmiento de su vida. suele ser interrumpido tanto para que<br />

al narcisista recupero el control sobre la conversación como para retomar el hilo autorreferencial.<br />

Una vez más. el egocentrismo de los narcisistas impide que muestren ninglJn Interés<br />

por el mundo int.emo de los demás. a quienes no se les permitirá hablar sobre sí mismos<br />

durante mucho tiempo. Lo untco importante para ol narcisista es lo que le afecta. Los logros<br />

y proyectos de los demás son Irrelevantes, excepto si pueden servir de escalón para sus pro·<br />

pías ambiciones. Al cabo de un tiempo, la mayoría de las personas se cansan de este tipo de<br />

amistad. ya que se dan cuenta da


369<br />

cualquier demanda. la etapa siguiente en la que el bebé pasa a ser niño se caracteriza por<br />

el desarrollo de la autonomía, que es fundamental para la defuticióu del sí mismo. Según<br />

Benjamín (1996), la disciplina que los padres normales ejercen durante este período enseña<br />

al niño quo sus acciones aíectan a los demás y que éstos también son personas reales. Sin<br />

embargo, los padres de los futuros narcisistas siguen mostrandosa lndu.lgentes con su hijo,<br />

eliminan todas las barreras a su progreso y no lo indican cómo los afecta su comportamiento.<br />

Sin este tipo de mensajes. los niños sólo pueden desarrollar un egocentrismo desconstderedo<br />

e insensible, una carencia total de cmpatfa. Según Bonjamin, cuando no hay<br />

nadie que provea y saUsfaga de antemano sus necesidades. estos niños so quedan atónitos.<br />

Como es lógico, cuando son adultos esperan favores e indulgencias y se enfadan cuando las<br />

cosas no están disponibles de inmediato, y esperan «una gran dedicación, trabajo extra y<br />

una ejecución heroica por parla de las personas que trabajan con ellos. sin ninguna oonstderación<br />

por el impacto que ejerce este patrón sobre sus vidas» (pág. 150). Una vez más. C....<br />

raid cumple esto patrón. Su madre le hace la comida y Je lava la ropa, como ha hecho<br />

siempre. cumpliendo con oxacutud la incuestionable conformidad que GeraJd espera de<br />

todo el mundo.<br />

El factor final que sugiere Benjamín (1996; pág.146) es una sutil pero «siempre preseate<br />

amenaza de pérdida de la excelencia», un elemento que probablemente explica el énfasis<br />

en la perfección del sí mismo. Los progenitores admiran al niño en exceso, pero no le<br />

permtteu en-ores. El niño debe ser glorioso y perfecto, y sus padres no están dispuestos a lo·<br />

lerar cualquier amago de error, ya que dejaría de tener estas cualidades. El mensaje encubierto<br />

sería: «Eres glorioso y perfecto y te amamos por ello. Pero no lo estropees. porque en·<br />

tonces se acabé». Todos tenemos cosas buenas y malas, pero para el narcisista el resultado<br />

es la incapacidad de tolerar cualquier mínima imperfección, ya que provoca inmediatos<br />

sentimientos do vacuidad y severas autocrrticas. Observemos este aspecto en Chase, de<br />

quien se esperaba que obtuvtere un rendimiento superior al de los otros niños. Cusi siempre<br />

tuvo éxito. y se convirtió on el «pequeño genlo» de la familia. Si.a embargo, Chase tiene una<br />

introyecdón perniciosa: la voz oondenatoria do su padre, quo ora alcohólico. Cuando Cha·<br />

se bebe, esta voz sale a la superficie y se convierto en una persona lrrítnble quo so ccudeua<br />

a sí misma y. al final, acaba culpando a su esposa de sus fracasos.<br />

I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

Al igual que en el resto de los trastornos do la personalidad. el osulo cognitivo y las necesidades<br />

defensivas del narcisista se unen casi sin fisuras, siempre a füvor de su senttmiento<br />

de grandeza. Los narcisistas juegan con la realidad. alterando y recomponiondo los hechos<br />

con el fin de reforzar sus creencias, un estiJo que <strong>Millon</strong> (1990) denominó expansivo.<br />

Por ejemplo, algunos Jíderes de los gobiernos del Tercer Mundo o de movimientos políticos<br />

extremistas son susceptibles de mezclar sueños de omnipotencia y rasgos paranoides (Mi·<br />

liora, 1995). Asimismo, aunque a menor escala, es bien conoclda la asociación entre el<br />

narcisismo y el abuso de poder que ajercen las figuras megalómanas y carismáticas dentro<br />

de sus organizaciones (Sankowsky, 1995), redefiniendo la realidad con el fin da retener a<br />

sus seguidores y preservar su estatus especial.<br />

Mientras que las personas normales tienen objetivos realistas que equilibran sus pro·<br />

pías necesidades con las de los demás. los narcisistas so proyectan on un futuro tdoalízado<br />

estableciendo fantasíus ilimitadas de éxito y admiración. Su imaginación suele ser tan vívida<br />

que el futuro parece carecer de dimensión de contingencia. Por el contrario, la fantasía<br />

se experimenta con una intensidad tal que rivaliza con la propia realidad. como en el caso<br />

de Leonardo, que •sabe» que en su destino está escrito un éxito inconmensurable. EJ poder.<br />

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370<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la f>'rSOna1idad en la vida modcma<br />

la capacidad y la gloria del sf mismo so convierten en un espectáculo que debe ponerse en<br />

escena una y otra vez en la imaginación. Dado que el propio narcisista es a la vez actor y<br />

aplauso. esa aplauso so convierto en una ovación sostenida y el argumento nunca se agota<br />

ni se vuelve aburrido, con independencia de las veces que se repita. <strong>La</strong>s personas que admíran<br />

aJ narcisista suelen aportar sus propias oontnbuctones, como la madre de GeraJd, que<br />

siempre le había dicho que «harfa alguna cosa tmportantos. y los padres de Chase. que in·<br />

stsuan eu que fuera el ... chico maravilloso». Resulta interesante, pero no infrecuente en narcisistas<br />

inteligentes y creativos. qua en el caso do Chaso la fantasía haya sido aprovechada<br />

con propósitos adaptativos: la oscrilura.<br />

AJ traspasar de la fantasía a la realidad, los narcisistas rofuorzan su sentido de omnípotencia<br />

y justifican su arrogancia en el mundo real. Los plebeyos se convierten en royas y los<br />

reyes se convierten en dioses. Para. el narcisista compensador, la imaginación sirve tanto<br />

para proteger el vulnerable sí mismo subyacente como para defenderse contra la vergüenza.<br />

<strong>En</strong> efecto. si no fuera por la presencia de lUl sí mismo grandioso, estas personas se parecerían<br />

a la personalidad evítedore. que se siente avergonzada porque croo ser une persona<br />

patética y Uena de defectos. Por el contrario, en el caso del narcisista btopstcosoclal (Mlllon,<br />

1969. 1981) y las concepciones evolutivas contemporáneas del patrón narcisista (MHlon,<br />

1990: <strong>Millon</strong> y Davis, 1996), la fantasía sirve paro regocijarse do <strong>La</strong> exhibición del sí mis·<br />

me. No es necesaria la compensación, y la fantasía sirve más para ampliar la indulgencia<br />

con la que lo trataron sus progenitores en las etapas tempranas de la vida que para evitar<br />

que alguna inacapacidad perníctosa alcance la frontera de la conciencia.<br />

<strong>La</strong> utilización de la fantasía no está limitada al futuro. sino que también se extiende al<br />

pasado. Como ya se ha indicado. existe una contim.lldad entre la cognición y la defensa. y<br />

en el apartado que aborda la perspectiva psicodinámicu ya se ha explicado la forma en que<br />

los narcisistas racionalizan y reconstruyen. Tal como destacan los teóricos cognitivistas, no<br />

existe una reaHdad objetiva que la mente registre y recuerde, sino que las sensaciones y las<br />

percepciones son uno de los componentes de la interpretación, formada por ccustructoe individualizados<br />

(Kelly. 1955), es decir, conceptos personales sobre nosotros mismos. los<br />

demás y el entorno. Aunque el significado de los acontecinuentos objetivos puede ser discutible,<br />

la mayor parte del tiempo compartimos una realidad consensuada con los que nos<br />

rodean y. cuando menos, podemos estar de acuerdo sobre los acontecimientos que forman<br />

el pasado. Por el contrario, los narcisistas escriben fábulas personales, historias revisadas<br />

que amplifican los acontecimientos objetivos y excusan, rrúnimizan o transforman los erro ..<br />

res con el fin de proteger su vulnerable autoestima o reforzar cualquier posición que est.én<br />

sosteniendo ea la actualidad. Recuerdan el pasado tal como les gustaría que hubiera sido,<br />

no como fue en realidad. No puede decirse que estas reconstruccionc-s sean mentiras, ya<br />

que este tipo de personas suele variar el énfasis que pone en los acontecimientos o en los<br />

distintos aspectos de la situación. El futuro ofrece al narcisista una oportunidad para la gloria.<br />

y le reconstrucción del pasado le proporciona una continuidad que permite que sus fantasías<br />

de éxito dispongan de una base sustancial.<br />

Muchos narcisistas hacen que su pasado y su presente sean mucho más hostiles para<br />

sus ambiciones de lo que realmente son. Así. ]os que fracasan pueden eludir su responsabilidad.<br />

Por ejemplo, quizás afirmen con desdén que han perdido años do su vida debido a la<br />

ignorancia de los demás, que fueron incapaces de reconocer los verdaderos méritos de sus<br />

ideas o logros. o que sin darse cuenta se interpusieron en su camino debido a un convencio-<br />

nalismo estrecho de miras o a que no tenían valor para cambiar. Por otro lado, los que experimentan<br />

éxito personal pueden magnificar ose éxito creando escenarios en los que sólo<br />

una persona omnisciente y omnipotente podría su parar las pruobas y díficultades que la vida<br />

ha Planteado a este héroe conquistador. <strong>En</strong> cualquiera de los dos casos. ésts os un ejemplo<br />

del esulo cognitivo expansivo del patrón narcisista. que actúa de forma inversa al realismo<br />

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372<br />

<strong>Trastornos</strong> d, la p,rSOnalid~ en la vida moderna<br />

<strong>De</strong>nise Davis destaca (Beck el al..1990). que el deseo de ser único que caracteriza a<br />

los narcisistas provoca varias distorsiones cognitivas. <strong>En</strong> primer lugar. los narcisistas son<br />

propensos a las evaluaciones dicotómicas de sí mismos y de los demás. Los narcisistas dudan,<br />

sobre todo durante los períodos de estrés, entre las imágenes completamente buenas<br />

o completamente malas del sí mismo .. <strong>En</strong> ocasiones se ven como personas valiosas y omnipotentes,<br />

y on otras como inútiles y sin poder. Su opinión sobre los demás también oscila<br />

segun el grado de gratitud o lealtad pen:ibido. Por ejemplo, los narcisistas con tendencias<br />

paranoides suelen creer que los demás envidian su posición o sus capacidades. Este tipo de<br />

personas consideran que sus amigos. Familia y compañeros de trabajo son completamente<br />

leales y dignos do conñanza en una determinada situación, mientras que en otra creen que<br />

tal voz hayan conspirado en secreto con el enemigo. Esto es muy probable que les ocurra<br />

cuando han construid.o un castillo da naipes al borde de) colapso. como por ejemplo algún<br />

tipo do contrato empresarial o alguna desventura al borde de lo ilegal.<br />

<strong>En</strong> segundo lugar. Davis destaca que los narcisist·as suelen detectar pequeñas diferencías<br />

entre ellos mismos y los demás oon el propósito. una vez más. de justificar su autoestima.<br />

Dado que los narcisistas suelen eclipsar a los demás, no pueden tolerar ser demasiado<br />

parecidos a los que les rodean, ya que so pondría en entredicho su estatus especial. Con el<br />

fin do sostener un sentinúento de superioridad del que secretamente dudan. los narcisistas<br />

buscan diferencias y las cultivan como forma de preservar su posición de unicidad.<br />

Cualquier coso que los diferencie es amplificada y reconstruida como muestra objetiva de<br />

su excopc.ionalidad. Por tanto. la visión cognitiva no es muy distinta de la perspectiva psicodinámica,<br />

que sostiene que el narcisista idealiza a los demás a la vez que les encuentra<br />

defectos con suma facilidad.<br />

Los contenidos cognitivos -ilS decir. las creencias fundamentales de la personalidad<br />

narcisista- son fáciles de inferir a partir de sus características y conductas. <strong>La</strong>s creencias<br />

nucleares son aquellas que la persona sostiene como indefectiblemente ciertas. Por ejemplo.<br />

a partir de.l comportamiento arrogante y desdeñoso podemos suponer. sin temor a equivocamos.<br />

que los narcisistas creen firmemente en su superioridad. Beck et al. (1990: págs. 50·<br />

51) consideran que sus creencias nucleares incluyen: «Puesto que soy especial, merezco miramientos,<br />

privilegios y prerrogativas especiales», «Soy superior a los demás y ellos tienen<br />

que reconocerlo» y «Estoy por encima de las reglas».<br />

<strong>La</strong>s creencias nucleares son universales y eternas; las creencias condicionales, por su<br />

parte, expresan posibilidades dependientes de ciertas presunciones. Bcck et al. (1990; págs.<br />

50·51) presentan ejemplos como: •Si no reconocen mi estatus especial, hay que castígarles»<br />

y «Para conservar mi estatus especial. debo someterles». Bock añado: •Trata constantemente<br />

de insistir en tu superioridad y en demostrarla». Este tipo de declaraciones cristaliza las<br />

presunciones que el narcisista utiliza para afrontar e interactuar con su entorno interpersonal.<br />

Además de las descritas por Beck, podrían añadirse muchas otras afirmaciones que<br />

ejemplificaran el resto de las dimensiones de la personalidad narcisista. Por ejemplo, las<br />

frases •Si no soy perfecto. no soy nada» o «Si tengo que especificar mis planes con exceslvo<br />

detalle. fracasaré» serían ejemplos de las creencias condicionales del narcisista compensador.<br />

I PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO<br />

Por definición, las perspecüvas ofrecen una visión limitada de un fenómeno determinado.<br />

Dado que la personalidad se refiere a la totalidad de la persona. debe existir una teoría<br />

adecuada que abarque la personalidad a su mismo niveJ de análisis. <strong>La</strong>s perspectivas<br />

son sólo parles, no totalidades, y no pueden conseguir este objetivo.<br />

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374<br />

<strong>Trastornos</strong> de fa personalidad tl'l la vida moderna<br />

Tabla 10-2. Pcrsonaljda,d n3rtisista: ámbitos ft.mciona1cs y estructurales<br />

Ámblh'IS fvndoneks<br />

Ámbitos tstn,ct\1,-IH<br />

Arrogantt<br />

Adm1roblt<br />

t.omportamimto Se compo,u de fonna arroga.ntc: al- Imagen dt si C,et que es una persona que ticn


Capitulo 10. Ptrsonalidad na,rdslsta<br />

37S<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

j<br />

f<br />

o<br />

sí mismo. Los teóricos pstcodínámícos opinan que el narcisista comparte esta impresión SO·<br />

bre sí mismo. ya que utilizo un sí mismo grandioso para encubrir un profundo seuumíento<br />

de inferioridad. Sin embargo. mientras que los h.ístriónicos se consideran atractivos y sociables.<br />

los narcisistas se consideran excepcionales y con talento. Oe hecho, se sienten tan es·<br />

peciales que los demás deberían reconoc:erJo y admirarlos por ello aJ instante, sin que ellos<br />

hagan nada para merecerlo. Cuando esto no sucede. e) objetivo implícit.o de la sccíaltzaclóu<br />

as exponer a los demás a su grandeza, tras lo cual pueden volver a convertirse en un receptáculo<br />

pasivo de adoración. Una implicación interpersonal excesiva supondría dependencia,<br />

y la dependencia es una debilidad. Por tanto, los narcisistas prefieren mantenerse por<br />

encima do la necesidad do relacionarse. Por el ooutrario, los histriónicos desearán do forma<br />

desesperada tener relaciones y dedicarse a crear un «banco de contactos» que pueda ser explotado.<br />

Por otra parlo. los histriónicos que se sitúan en el rango de la normalidad a VtlCO"S<br />

son cálidos en sus expresiones y cumplen con las convenciones y las tendencias que se pro·<br />

sen tan a lo largo de la vldn. No obstante, los narcisistas están por encima de las convenciones:<br />

los otros pueden vivir según las reglas y subordlnarse dócilmente a las normas. pero elJos<br />

no. Ellos viven según las normas que aceptan do forma coyunlura.J o que ellos mismos crean.<br />

El desdén hacia las normas sociales suele inducir o confusión eatre las personalidades<br />

narcisista y antisocial. Ambas explotan a los demás en su propio beneficio. Sin embargo,<br />

los narcisistas son más pasivos y menos conscientes de hacerlo. Sus esquemas no incluyen<br />

la ruptura do promesas explotadora del antisocial, sino que su pretenciosidad centrada en<br />

el sí mismo les conduce a pensar que los demás simplemente se lo deben. mientras que el<br />

antisocial as desleal y despiadado de forma deliberada. Por otra parte. la visión del mundo<br />

cotidiano do los dos trastornos es muy distinta. El narcisista presenta Wl8 actitud de calma<br />

despreocupada, de estar por encima de las tensiones de la vida cotidiana. Por el contrario,<br />

el antisocial ve ol mundo como un lugar intrínsecamente hostil en que cualquiera puede ser<br />

un agresor en potencia y en el que la lra impulsiva tiene un propósito funcional: la mejor<br />

defensa es un buon ataque. Por tanto, los narcisistas reclaman la veneración de los demás<br />

y buscan respeto basándose en su superioridad: por su parte. los antisociales suelen marcar<br />

límites territoriales y obtienen respeto a partir del miedo.<br />

No obstante, en algunas ocasiones los dos trastornos coexisten (para ver dos ejemplos<br />

do estas variantes, remitirnos al lector a los apartados titulados «El narcisista sin escrüpulos».<br />

en este mismo capítulo, y «El antisocial codicioso», en el capítulo 5). El resultado pro·<br />

mueve las peores cualídades de cada uno de ellos. con consecuencias especialmente perniciosas<br />

para la sociedad. Cuando el egocentrismo, la falta de empatía y el sentimiento de<br />

superioridad del narcisista so ven potenciados por la impulsividad, el engaño y las tendencias<br />

criminales del antisocial_. el resultado es un psicópata, una persona que busca la<br />

gratificación de sus impulsos a cualquier precio, sin empalia uí remordimientos. Cuando el<br />

sentimiento de superioridad caractcrfsríco dol narctststn es muy destacado, este tipo de personas<br />

otorga validez a sus sentimientos de omnipotencia explotando a la persona media,<br />

que es despreciable por el mero hecho de ser normal.<br />

Los narcisistas también comparten muchas características con la personalidad para·<br />

noido. Sin embargo, los narcisistas atraen a los demás y los paranoides se separan do ellos<br />

para defender su autonomía. Los narcisistas están preocupados por el éxito o la gloria ílimítados.<br />

mientras que c.l objetivo da los paranoides es mantener sus estrictos límites territorialos.<br />

a menudo para mantenerse compensados y para uo caer en un deterioro psicótico aún<br />

mayor. Los narcisistas inspiran lealtad y admiración, los paranoides son desconfiados e inspiran<br />

desconfianza en los demás. Por último, los narcisistas suelan sor calmados y fríos,<br />

mientras que los paranoides suelen mostrarse irascibles y tiendan aJ enfrentamiento. ya que<br />

todos los datos que obtienen se ponen al servicio de la confirmación de sus ideas persecutorias.<br />

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376<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrSOnalkt.ad en la vida moderm<br />

ÉNFASIS EN LA SEXUALIDAD<br />

¿Quién engaña a quién?<br />

¿QUÉ RASGOS DE LA PERSONALIDAD P\JEDEN INFLUIR EN LA FIDELIDAD?<br />

¿Influye la pel'SQnalidad sobre la pfobabilidad de ser infiel? Parece ser que si. Buss y Shackelford<br />

(1997) estudiaron la relación entre varios rasgos de p(rsonahdad y la infidelidad en parejas de recién<br />

casados, Tras completar en casa unos cuestionarios de personalidad, se pidió a los sujetos que aeudieran<br />

al laboratorio y puntuaran ta probabilidad de que tanto ellos como sus cónyuges se vieran implica ..<br />

dos en cada uno de los stis niv(:les de relación e:xtramatrimonial que se les propusieron: flirteo, besarse<br />

apas,ooadamrntt. acudir a una cita romántica. una rtla(ión de una noche. un offoirebreve o un offoire<br />

serio. Una parte de la cvaluad6 correcto, a inhibif los impulsos va tener siempre presentes las normas sociales. Los sujetos<br />

que puntuaban bajo en meticutosidad declaraban una mayor probabilidad de verse envueltos en relaciones<br />

extramatrimoniales. Asimismo, sus cónyugrs también declararon que era más probable que<br />

sus parejas se vieran envueltas en relaciooes extrarnatnmorusks,<br />

El narcisismo también se relacionó con ef interés extramatrimonial, tanto en mujeres como en<br />

hombres. Es un resultado esperable. ya que el narcisismo puede definirse como estar centrado en los<br />

intereses del si mismo. Lo sorprendente es que el narcisismo en las mujeres se correlacionaba más<br />

con el interés cxtramatrimonial que en IOS hombres, en cada uno de los seis niveles de conducta, con<br />

hincapit en d flirteo. la cita y el offoire.breve. Y 10 que es tnas interesante. las puntuadooes de los maridos<br />

sobre sus esposas confirmaban la opinión de ellas. <strong>En</strong> otras patabras, ,os maridos eran capaces de.<br />

predecir hasta cieno punto, basándo~ en la pe,sonalidad de su esposa, que podian engañarlos.<br />

Cualquier persona Interesada en diferenciar las personas fieles de las infieles basándose en las<br />

caractenstícas de pcfSOnalidad podria utilizar una combinación de baja meticulosidad y elevado na, ..<br />

ci:sismo como factor predictivo del intcrts extramatrimonial. Este tipo de personas es más propenso a<br />

hacer prevalecer sus propios deseos sobre las normas sociales y a llevar sus 1mputsos a la practica.<br />

<strong>La</strong> personalidad sádica es el último de los trastornos que comparte características con el<br />

narcisista. <strong>La</strong> explotación pasiva del narcisista suele confundirse con la explotación activa<br />

del sádico. Sin embargo. en el caso del narctstsra, la explotación está relacionada con el<br />

egocentrismo. <strong>En</strong> cambio, el sádico domina a los demás do forma deliberada y consciente, y<br />

construye escenarios que desvalorizan a los demás con el propósito de que sean conscientes<br />

de su estatus inferior. El narcisista quiere la veneración ajena: el sádico quiere que los de·<br />

más sientan impotencia. Por otra parte, la personalidad sádica es destructiva y cruel, y dísfruta<br />

contemplando el sufrimiento ajeno: por su parte, el narcisista sólo se enfada cuando se<br />

duda de su sentimiento de ser especial. Durante el resto del tiempo. el narcisista se contenta<br />

con mantener una despreocupación benigna. con contemplar su domínío. recibir su tribu·<br />

to y repartir generosa.mente entre la gente normal las inspiraciones de su real majestad. &os<br />

serán el comportamiento y la mentalidad de Leonardo si algún día vuelvo a España,<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

<strong>En</strong> una revisión de más de 100 estudios sobre le comorbilidad del narcisismo y el trastorno<br />

narcisista de la personalidad con trastornos mentales graves. Ronningstam (1996) descubrió<br />

que el narcisismo no esteba relacionado de forma sistemática con ningún trastorno del<br />

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Capitulo 10. Ptrsonalidad narcisista<br />

377<br />

Eje l. Paroce ser que la personalidad narcisista sólo matiza la expresión de los trastornos<br />

del Eje l. Aunque la energía. el control dominante y el placer de escucharse sugieren la exislencia<br />

de alguna relación biológica fundamental entre la personalidad narcisista y el trastorno<br />

bipolar, Stonnberg et al. (1998) descubrieron que los pacientes bipolares sólo preseoteben<br />

la mayoría de los criterios del narcisismo patológico durante la fase maníaca. Cuando no esta·<br />

han en esta faso, sus nivales de narcisismo patológico no eran mayores que los do otros pacientes<br />

psiquiátricos. Algunos estudios sugieren que la personalidad narcisista puede exacorbar<br />

la gravedad del trastorno por estrés postrnumático (B. Johnson, 1995), quizá porque el<br />

narcisista omnipotente so ve enfrontado una y otra voz a la realidad de la muerto (v. «~nfüsis<br />

en la patología: el narcisismo y el trastorno por estros postraumatice» ). A medida quo lea los<br />

pámúos que siguen. intente identificar la conexión entre la personalidad y el síntoma.<br />

<strong>Trastornos</strong> de ansiedad<br />

Duda su imagen de fortaleza. capacidad y confianza en sí mismos, es probable que la<br />

existencia de trastornos de ansiedad entre los narcisistas sea más baja que en el resto de<br />

las personalidades. Sin embargo. los narcisistas sufren trastornos de ansiedad relacionedos<br />

con sus sentimientos de inferioridad o vergüenza subyacentes. pero es poco probable<br />

que busquon ayuda para resolver el problema quo causa estos síntomas. Al igua.l que en la<br />

personalidad compulsiva, una de las principales vías hacia ol trastorno obsesivo-compulsí-<br />

\10 os la exagerada preocupación por la perfección. Sin embargo. los narcisistas se obsesionan<br />

por al miedo a que la perfecclón del sí mismo so ponga en entredícho. Por el contra·<br />

ria, las obsesiones del compulsivo suelen estar relacionadas con el miedo a la reprobación<br />

o a transgredir las restricciones que ellos mismos se imponen, mientras que los narcisistas<br />

no suelen restringirse en absoluto. <strong>La</strong>s obsesiones también reflejan a veces la necesidad de<br />

saberlo y controlarlo todo (Glickheuf-Hugbes y Well•. 1995). Los narcisistas quizá desarrollen<br />

también una fobia social como consecuencia de sufrir experiencias de vergüenza en las<br />

que se hagan públicas su impotencia o sus hmítacíonos.<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

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o<br />

<strong>Trastornos</strong> del estado de ánimo<br />

<strong>En</strong> general, los sentimientos de grandeza defensiva de las personalidades narcisistas<br />

les proporcionan una sorprendente resistencia frente a los trastornos depresivos. <strong>De</strong>spués<br />

de todo, los narcisistas son muy háhilcs para minimizar los fracasos y exagerar los logros<br />

reales. Dada su habilidad pare manipular a los que satisfacen sus necesidades, es difícil quo<br />

se sientan indefensos o desesperanzados. ya que cuentan con muchos ni velos de defensa.<br />

Es probable que entre los narcisistas sean más comunes los srotomas depresivos leves que<br />

los episodios depresivos mayores.<br />

1--~~~~~~~É_N_FA_s_1_s_E_N_LA~_PAT~O_L_O_G_'ÍA<br />

Narcisismo y trostorno por estn's postroumótico<br />

SENTIMIENTOS DE SOPERIORIDAD Y VULNERABILIDAD<br />

Imagine que vive con su familia en un pequeño pueblo a orillas de una gran presa. Ahora. imagine<br />

que la presa se rompe y que medio pueblo sobrevive, mientras que ti otro mtdio perece ahogado<br />

o bajo los escombros. Imagine que usted ha visto cómo las aguas arrastraban a su madre.<br />

(contmuo}<br />

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378<br />

<strong>Trastornos</strong>dt la personalidad en la vida moderna<br />

ÉNFASIS EN LA PATOLOGÍA {coJJtinuoción)<br />

Si usted hubiera sobrevivido. habría, expenmentado un acontccimic:nto traum.i1ico mucho más<br />

allá dc:t rango de las expenencias humanas normales. Los recuerdos de los seres queridos que han<br />

muerto irrumpirían en sus peosanuentos cotidianos., convertirían sus sueños en pesadillas y le acererarian<br />

el corazón. Reviviría el acontecimiento una y otra vez. y sería incapaz. de detenerlo. Los veteranos<br />

de guerra, las victimas de: una viota


t.aphvlo 10. PttSOOalidad nal'tisista<br />

379<br />

bíar do empresa varias veces y. LWa vez más. sigue experimentando el mismo tipo da problemas.<br />

<strong>En</strong> algún momento explotará la burbuja.<br />

Los sentimientos depresivos pueden expresarse de modo drrunátioo. asociados a irritabl<br />

lidad, o ser utilizados de forma instrumental para justificar los fracasos actuales. Dado<br />

que los narcisislas controlen a los demás y esperan ser acunados por olios, quí1.á se quejen<br />

de no recibir suficiente apoyo por parto do sus cuidadores o de que éstos deberían haberlos<br />

salvado de sus propios defectos. Pueden actuar con desdén hacia los testigos de su vorgUenza<br />

y humillación simplemente por ol hecho de ser observadores de su indefensión e ineficacia.<br />

Si sus pérdidas se mantienen. pueden llegar a devaluar áreas en las que antes habían<br />

demostrado ser capaces. Komberg (1975; pág. 31 l) describe un ejemplo basado en<br />

\ma importante figura política que:<br />

«I ... J se dcprlmió y experimentó profundos sentimientos de frustración y derrota eccmpeñadoa<br />

da fantasías en les que sus oponentes políticos so regocijaban por su derrota( ) Se<br />

retiró y er:opé"& a dovaluar las áreas de la política. en les que había sido un exporto 1 1 una<br />

depreciación narcisista dé aquello en lo que ya no se es un triunía.dor, que conllovó una<br />

pérdida general del Interés por su profesión y por cuestiones Intelectuales y culturales.e<br />

Tras os1o tipo de andanadas a la autoestima puede desarrollarse una depresión mayor.<br />

Por tanto. para los narcisistas, la grandeza y la depresión son las dos caras do la misma<br />

moneda. Si son capaces de convencerse de que pueden alcanzar la poríecctén y la omnipotencia.<br />

sus defensas de grandeza se manHenen firmes. Si no. empiezan a sentirse eintrínsecamente<br />

defectuosos. en vez de seras humanos dignos de conmiseración» (McWilliarns,<br />

1994: pág. 174). <strong>La</strong>s amonazas a la ostima son más peligrosas en la segunda mitad de<br />

la vida, con la desaparición do la juventud, la belleza y lo energía que conJJeva el envejecimiento.<br />

Al enfrentarse al estadio do la integridad frente a la desesperación (Erikson. 1959),<br />

algunos de ellos llegarán a la conclusión de que toda su vida ha sido un fraude sostenido<br />

por la falsedad de una ilusión que ellos mismos han creado. Muchos se sentirán abrumados<br />

por la vergüenza y tendrán ideas de suícídío. Algunos reaJiz.a.rán algün intento impulsivo<br />

y unos pocos lo conseguirán.<br />

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1<br />

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<strong>Trastornos</strong> delirantes<br />

Cuando los narcisistas se enfrentan a fracasos recurrentes o a adversidades demasiado<br />

graves para ser negadas. atribuyen estos hechos a la acción de fuerzas externos al sí mismo.<br />

Jo cual constituye la base del trastorno paranoide o dnlirante. Propensos a las fantasías de<br />

grandeza y reticentes a aceptar el veredicto de la realidad, los narcisistas suelen aislarse de<br />

los efectos correctivos del pensamiento compartid.o. Circulan asustados a través de su mundo<br />

privado y ficticio. y a veces llegan a perder e} contacto con la realidad e inician líneas de<br />

pensamiento peculiares y desviadas. Dado que los narcisistas se consideran brillantes y su·<br />

perleras. M obvio que sólo alguna entidad igualmente dotada. aunque malevolente, puede<br />

bloquear su éxito. Pueden encontrar significados ocultos y hostiles en lo conducta incidental<br />

de los demás. y llegar a convencerse de que las conductas más inocentes esconden motivos<br />

maliciosos y esquemas intrincados. Este lipa de ideas dolirantas persecutorias representa<br />

el último esfuerzo para proteger al si mismo grandioso dol colapso 101al, y establece<br />

una couünuldad entre el narcisismo patológico y los trastornos paranoide y delírnnte.<br />

<strong>De</strong> hecho. en algunos casos, el paranoide se parece a un narcisista cuya hinchada autoestima<br />

hubiora sido repetída o profundamente aplastada. tanto a partir de los encontronazos<br />

habituales con la realidad como por colegas que hayan decidido en secreto deshacerse<br />

de tU'I compañero o supervisor insufribles. <strong>En</strong> este caso, los síntomas paranoides constítuyen<br />

una ectuacléu defensiva frente a un entorno hostil que amenaza al narcisista en sus as-<br />

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Capitulo 10. Ptrson,lidad narcisist.1<br />

381<br />

I TERAPIA<br />

Si reciben una dosis normal de refuerzo. la mayoría de los narcisistas encuentran los<br />

argumentos adecuados para mantener la imagen exagerada que tienen de sf mismos, Jo<br />

que les permite desenvolverse con éxito en la sociedad. Muchos de ellos están convencidos<br />

de que pueden funcionar bien por su cuenta, y ese orgullo provoca que rechacen el edefectuoso»<br />

papel de paciente. Chase es un caso excepcional, porque los nercísístas rara vez acuden<br />

a terapia por propia voluntad; y aquellos que sí lo hacen sólo buscan al emejcr médico».<br />

alguien con un estatus especial que pueda entenderles. Cualquier otra persona es devaluada.<br />

Oe uno u otro modo, los narcisistas que buscan terapia intentan encontrar algón<br />

tipo de alivio frente a los abrumadores sentimieutcs de vacuídad e ineficacia, una forma<br />

do poder volver a su anterior estado de grandeza, es decir, perfeccionar el sí mismo. no en·<br />

Ion dorio (McWilliams. 1994 ).<br />

Por supuesto, el terapeuta tiene objetivos distintos. <strong>En</strong> el momonto on


Capl1ulo 10. Pcf"SOnlllidad narcisista<br />

383<br />

i<br />

o<br />

el marido pudiera entender que la cona so estaba quemando. podría ser capaz de superar<br />

la vulnc.rabilidad que conlleva requerir la constante admiración y atención de su esposa.<br />

<strong>En</strong> términos generales. las sugerencias de Benjamin (1996) parecen basarse en una<br />

orientación paradójica de la terapia, dividir la patología centra sí misma. Oescribir el sentimiento<br />

de grandeza como una necesidad lo convierto en incongruente con una imagen<br />

de sí mismo de fortaleza y determinación. Según Benjamín. la tendencia de la personalidad<br />

narcisista a externalizar la culpa puedo contrarrestarse si el terapeuta asumo la rasponsabi-<br />

Hdad de pequeños errores .. Así, el narcisista observa a una persona con un cierto estatus que<br />

no se siente incomodada por sus imperfecciones humanas y que no necesita proyectar la<br />

culpa en los demás. El modelo que ofrece el terapeuta le proporciona una vía de escape de<br />

sus aprendizajes tempranos. caracterizados por la presencia de alabanzas incondicionales<br />

por su perfección y sentimientos de fracaso completo si su comportamiento no era digno de<br />

ser considerado perfecto. Existen otras estrategias interpersonales que también pueden ser<br />

efoctívas. <strong>La</strong>s teraplas de pareja y de familia constituyen una buena oportunidad para poner<br />

en práctica una negociación guiada con los otros sigllificetivos.<br />

ayudar a romper los patro-<br />

nes que apoyan la conducta narcisista y crear ínteracclones nuevas y más genulnamente<br />

gralificantes.<br />

<strong>La</strong>s técnicas interpersonales deberían combinarse con estrategias cognitivas y aplicarse<br />

de forma simultánea con los mismos objetivos. D. Da vis sugiere (Beck et al .. 1990) que los<br />

pensamientos automáticos de los narcisistas con síntomas depresivos giran alrededor de<br />

sueños y sxpectattvas 110 cumplidos, los defectos ajenos y la unicidad de su desesperación.<br />

como si el narcisista fuera el primer ser humano que se deprime. Davís indica que,<br />

aunque los objetivos a largo plazo varrau con cada persona, deberían Incluir «Ja corrección<br />

de la visión de grandeza que el paciente tiene do sf mismo, la reducción de In importancia<br />

cognitiva asociada a la evaluación por parte de los demás, un mejor control de las reacciones<br />

afectivas a la evaluación y una mayor conciencia do los sentimientos de los otros, que<br />

active más afectos empáticos y elimine la conducta explotadora» (pág. 248). El sentímiento<br />

de grandeza y <strong>La</strong>s fluctuaciones entre las evaluaciones completamente buenas y completamente<br />

malas del sí mismo conslituyen distorsiones cognitivas que deben corregirse con el<br />

fin de crear uue imagen de sí mismos más realista, sólida e integrada.<br />

Asimismo, Da vis sostiene que lus fantasías poco realistas deben sustituirse por fantasías<br />

sobre <strong>La</strong> recompensa que supondrían logros más fáciles de conseguir. <strong>En</strong> voz do ccnverurse<br />

en una estrella del rock, por ejemplo. la persona podría tocar en una banda local. Este<br />

tipo de fantasías so convierte en ensayos realistas que dc-sonsibilizan al sujeto ante Ja post-<br />

bilidad de fracaso y aumentan su autoestima. Es posible incorporar pensamientos alternauvos<br />

para reemplazar funcionalmente a los pensamientos desadaptativos. Por ejemplo: «Uno<br />

puede ser humano, como todo el mundo. y seguir siendo único» [Beck et al.: pág. 249). Da·<br />

vis también sugiere que en vez de elevarse por encima de los demás, los narcisistas deberían<br />

buscar similitudes personales on los otros. El hallazgo de un sustrato común crea las<br />

bases necesarias para e.l dosarro.llo do la emparra. que puede promoverse uulizando el roteplaying<br />

para ayudar a1 narcisista a identificar con precisión las emociones de los demás y<br />

determinar su significado. Por otra parto, pueden sugerirse formas alternativas do relacionarse<br />

de forma efectiva empezando. quizá, con algo tan simple como hacer un cumplido.<br />

<strong>La</strong> terapia psicodinámica de la personalidad narcisista suele basarse tanto en las tesis<br />

do Kernberg como en las de Kohut. Kemberg (1984) describe una psicoterapia expresiva<br />

que tiende a utilizar más lo confrontación, con el objetivo de ayudar a estas personas a entender<br />

el origen do su ira consciente e inconsciente examinando Is trensfereucle negetíve<br />

hacia el terapeuta y redirigiendo la utilización de las defensas como la disoclaciéu, la proyoccíón<br />

y la idonlificac::ión proyectiva. E.-.h1 abordaje sigue la esencia de lo teoría de Kernberg,<br />

según la cual el sí mismo con sentimiento de grandeza sirve como defensa frente a la<br />

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384<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la pttSOnalidad '­n la vida modtma<br />

falta de cobcsi6n de un nivel límite de funcionamiento de la personalidad, pero que oculta<br />

una ira oral dirigida hacia las figuras de vinculación temprana. Así pues. In terapia se centraen<br />

cómo se retoman las consecuencias de estas relaciones tempranas en la relación con<br />

el terapeuta. Es da suponer que una vez que el paciente entienda esta conexión, so abrirá el<br />

camino hacia el antondímiento do la parologro en el rosto de las relactones. Por el contrario,<br />

el modelo de Kohut predico que el narcisismo con sentimiento de grandeza es una doten·<br />

ción del desarrollo causada por una empana defectuosa o inadecuada durante la infancia.<br />

Por tanto, la terapia intenta recrear las frustraciones tempranas mediante un terapeuta que<br />

proporciona una emparía constante y un reflejo adecuado. que ayudan al paciente a evolucionat<br />

más allá do Ia necesidad de un sf mismo con sentimientos de grandeza ..<br />

I RESUMEN<br />

Es probable que e) tmstorno narcisista de la personalidad sea. para la gente que les rodea,<br />

el más odioso y carente de empatía de este tipo de trastornos. <strong>La</strong> inmensa arrogancia do<br />

est.os individuos, la creencia de que tienen una inteligencia y una celebridad insuperables<br />

y el modo en que degradan al resto de los pobres mortales que habitan el planeta comportan<br />

que Los narcisistas sean insufribles como familiares. parejas y compañerqs de trabajo.<br />

<strong>De</strong>ntro del rango de la normalidad. existen algunas variantes del narcisista. como el estilo<br />

basado en la outoconfianzo de Oldham y Morris (1995), y el patrón asertivo de <strong>Millon</strong> (Mi·<br />

Bon et al.. 1994). Este tipo de variantes tiene características que suponen una ventaja<br />

cuando se trata de progresar en una sociedad capitalista. Sin embargo. en el rango del trastorno.<br />

la confianza y la asertividad saludables se convierten en un sentimiento de grande·<br />

za respecto de sí mismos, una completa ignorancia de las virtudes, talentos y seutímlentos<br />

ajenos, y una arrogancia extrema.<br />

Existen varios subtipos que combinan aspectos narcisistas y de otras personalidades.<br />

El narcisista sin escrúpulos combina elementos de la personalidad sádica y las habilidades<br />

para la tnfluencia social del narcisista, con pocas prohibiciones morales ínrernahzadas.<br />

Los narcisistas apasionados persiguen la seducción oró1ica de.l mayor número posible de<br />

personas. Los narcisistas compensadores tienen algunos elementos de las personalidades<br />

evttadcra y negatlvista. El narcisista elitista ootá IIAno da confianza agresiva.<br />

Se encuentran descripciones de las caracterrsticas del narcisista a lo largo da la historia<br />

do la literatura. desdo lo mitología griega hasta la Biblia, poro no mcibió un significado<br />

psicológico explícito hasta entrado el siglo xx por parte de EUis Havelcch. un psicólogo inglés.<br />

<strong>La</strong> historia psicodmárnica del trastorno narcisista de la personalidad es extensa e intrincada,<br />

pero ha evolucionado desde el modelo puramente intrapsfquico de Freud. que describía<br />

el narcisismo como una catexia del sí mismo. hasta la idea de que es una patología de las<br />

vinculaciones tempranas. Horney et al. contribuyeron a este cambio. Los mecanismos de<br />

defensa más utilizados por los narcisistas son el sentimiento de grandeza. la racionalización<br />

y la fantasía; en lérminos analíticos clásicos. ellos son la encarnación del yo ideal. <strong>De</strong>sde un<br />

punto de vista evolutivo, el psicoanáJisis propone que los padres de los narcisistas les ama·<br />

ban por cualidades imaginarias en vez de por sus verdaderos sí mismos. Kemberg añade<br />

que los narcisistas no fueron capaces de desarrollar concepciones integradas del sí mismo<br />

y del resto de las imágenes objeta1es.<br />

<strong>De</strong>sde un punto de vista interpersonal. los narcisistas destacan por su pretenciosidad<br />

y la consigu.iente falta de empatía. Estas características provocan que las relaciones tntímas<br />

sean casi lmposlbles. ya que no consideran a los demás como iguales, sino como meros<br />

apéndices del yo del narcisista. Los narcisistas suelen dar una primera impresión buena,<br />

pero su aparente calma y naturaleza confiada provoca que los demás no tarden mucho en<br />

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Caplwlo 10. Ptrsonalidad nartisista<br />

385<br />

considerarlos arrogantes y clasistas. También son muy sensibles a supuestas ofensas y suelen<br />

buscar un círculo cercano de admiradores qua los adoren. Benjemln sugiere que los<br />

padres do los narcisistas fueron incapaces de manifestar sus propias necesidades y, en su<br />

lugar. se limitaron o adorar al niño, El resultado es que este niño no aprendió que los demás<br />

son seres Independientes, con sus propios deseos.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista cognitivo, los narcisistas sustituyen la realidad por las ensoñaciones<br />

y la imaginación. Su pasado, presento y futuro están matlzados por estas fantasías<br />

al servicio de su gloria. Existen otros procesos cognitivos que protegen la vulnerabilidad de<br />

los narcisistas. como el rechazo a poner a prueba las hípétes¡s. porque sus ideas deben ser<br />

correctas de por sí, Tamblén son propensos al pensamiento dicotómico y se centran en las<br />

pequeñas diforencias entre ellos y los demás.<br />

<strong>La</strong>s hipótesis bioñstces referentes a los patrones narcisistas aún no están bien definidas.<br />

aunque existen ciertas observaciones sobre eJ estado de ánimo y el temperamento. <strong>En</strong><br />

Ja mayoría de circunstancias. los narcisistas tienen un estado de ánimo despreocupado y<br />

une visión positiva. y suelen mostrar un aspecto relajado. Sin embargo. si sienten que se<br />

pone en eurredíchc su sentido de superioridad. enseguida Sil producen cambios en forma<br />

de irritabilidad y mal humor o desaliento, caracterizados por sentimientos de vacuidad,<br />

poco valor personal o humiUación.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista de la perspectiva evolutiva. el narcisista está crteutedc de forma<br />

pasiva hacia el sí mismo. Los narcisistas creen merecer un tributo y una adoración in·<br />

condlctouales. simplemente por ser ellos mismos. sin temor que llevar a cabo las acciones<br />

o asumir las responsabilidades que requiere la consecución de recompensas. Cunosamente.<br />

parece haber dos vías evolutivas hacia al trastorno narcisista de la personalidad: haber<br />

tenido unos padres demasiado indulgentes o haber tenido unos padres negligentes o auto·<br />

ritarios.<br />

Los narcisistas comparten caractertstlcas superficiales con las personalidades histriónica,<br />

antisocial, paranoide y sádica. Aunque no está vinculado de forma sistemática a ningún<br />

trastorno de) Eje J. no hay duda de que el narcisismo matiza la presentación do cualquiera<br />

de ellos. Los narcisistas sufren menos trastornos de ansiedad que ol resto de las personalidades.<br />

pero pueden presentar fobias sociales u obsesiones. También son resistentes<br />

a muchos trastornos depresivos. pero es posible que experimenten síntomas depresivos leves.<br />

El abuso do sustancias es un problema frecuente entre los narcisistas, ya que nubla su<br />

consciencia do los acontecimientos que irrumpen en sus creencias sobre su valía.<br />

<strong>La</strong> mayoría da los narcisistas so resisten con todas sus fueras a la psicoterapia. <strong>En</strong> el<br />

caso de que se mantengan en tratamiento, existen varios obstáculos difíciles de evitar, incluyendo<br />

que el terapeuta sea reforzador cm exceso y, por consiguiente, el uarclststa no<br />

quiera dejar lo terapia. Suele ser difícil llevar a cabo interpretaciones, e incluso evaluaciones<br />

generales. Para que el lratamiento tenga éxito debe establecerse una sólida alianza do<br />

colaboración, y la confrontación de las conductas y patrones narcisistas tiene que efectuarse<br />

en el momento adecuado. EJ tratamiento más efectivo para disminuir la pretenciosidad e<br />

tnerementar la percepcíéu de los sentimientos ajenos puede ser una combinación de estrategías<br />

cognitivas 8 interpersonales.<br />

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•<br />

CAPITULO 11<br />

<strong>Personalidad</strong> esquizoide<br />

I Objetivos<br />

• ¿Cuáles son los criterios OSM-IV para la personalidad esquizoide.?<br />

• <strong>La</strong>s personalidades solitaria y ret.ralda son variantes normales de la esquizoide. <strong>De</strong>scribir sus caraeteristicas<br />

y relacionarlas con los criterios más patológicos del OSM­IV,<br />

• Mencionar los diversos subtipos de la personalidad esquizcide e indicar cómo se relacionan con otros tipos<br />

de personalidad.<br />

• Resumir las propuestas genética, neuroanatómica y nturofisiológica de la personalidad esquizoidc.<br />

• ¿Es posible que las tendencias csquizoides de la personalidad sean debidas a un traumatismo prenatal en<br />

el feto?<br />

• Explicar por qué la tradición psic:oanalltica no diferencia entre la personalidad esquizoide y la evitadora.<br />

• <strong>De</strong>scribir los diversos intentos desde la tradición psicoanalitica para explicar la personalidad esquizolde,<br />

• ¿Qué ideas plantea la perspectiva interpersonal para entender el funcionamiento esquizoide?<br />

• El sentido de identidad se desarrolla a partir de la interacción con los demás. ¿Cómo afecta el aislamiento<br />

social de los esquizoid~ al contenido de su cognición?<br />

• los esquizoidcs comparten caractensticas con otros trastornos de la personalidad. Mencionar estos trastornos<br />

y explicar en qué se diferencian de la personalidad esquizoide.<br />

• Los esquizoides no suelen expenmentar ansiedad. Explicar por qué un exceso o un defecto de cstimulac:ión<br />

social pueden desencadenar una reacción de ansiedad en ellos.<br />

• <strong>En</strong>umerar los objetivos terapéeticos de la personalidad esquizoide,<br />

Imagínese que va caminando por el campus universitario y se dírígo hacia clase; sentado<br />

sobre el césped ve a un individuo reclinado en el tronco de un árbol. oon un libro abíer-<br />

10 sobre su regazo. y que mira, ausente, hacia el cielo. <strong>En</strong>seguida lo reconoce porque esiste<br />

a una de sus clases. donde los compañeros bulJiciosos a menudo se burlan de él y le censuran,<br />

aunque en vano, ya que él se muestra indtferente, parece que esté emocionalmente<br />

des-vinculado. casi insensible. También se muestra apático por completo cuando el profesor<br />

le felicita por sus resultados académtcos. Al acercarse, mira hacia 61 y le saluda con un<br />

gesto y una sonrisa que Indican que ha notado su presencia. y espera a que le responda. Él<br />

contesta con otro gesto de saludo y sigue leyendo. Como gesto amistoso, usted le invita a<br />

que le acompañe a comer. Él rechaza la invitación, cosa que suele hacer siempre. y dice:<br />

aes<br />

Copynghted m aterial


388<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida modema<br />

I CASO 11-1<br />

ltonard es un h~ de eorrstitudón alta y delg,.ada q:ue: acvtk al Pn)gr.lma CRJll::RIOS USM·IV<br />

de Asistcrteia a Empleados de IJ unlYcrsldad a petición dr su supervisor.<br />

PARA FJ.. DI.AGNÓSTICO<br />

Cl.lando se lt pregunta por c¡uC le han tnYiado alli. lconard contcs1J: .01rid<br />

DE TR.A.Sl'OR.'10 ESQUIZOIDE<br />

po,que CI pitnsa qce puedo hat'f!rlo mtjor-. No da ninguna otra expll('ad6n,.<br />

llf.1.A Pt:RSO'l'AI.JDAI><br />

no p1,1edc ser-atar po, qll( su ,upervisot putdt estar poco satisfccOO con el, y ..,,_.<br />

u1mpo((I perece demasiaOO prcoc,,paOO al rtspecto". Ha ttabajado en la bi­ ~ t\. Un patt(1n gt.•n1•r,ll de dlslnucin·<br />

bliot«a durante algo mu,<br />

lconard no time malas in tendones. M4s bien, no c:sd con«t3do ron e, en- 14) D.bfrut.1 con pto(.a!><br />

0 11<br />

•ngu1>.1<br />

lftYimdor, ni con ti mwido. No alude a amigos. c:ompaflcros dt trabajo ni tt-- .. nc::t tv '''" rl<br />

lacioncs significativas,,..¡ del pasado ni del presente. Prefiere: pasu su tittn· (5) Se, 1w11c .;umy.o~ lnUmt1ll II perpo<br />

libte a solas,. mirando la televisión o trabajando en ws maquetas de avio- .. ~rmu, d-, conñanae. a11.t1rtl' de los<br />

nc:s. qut son •todo lo que nc«sito-. Sin embargo, es incapu de oornbrar los f,ubl!Luv!> ifo p• lmt:, wado<br />

programas o se-ríes tclcvisi~ qtJC I~ g11Stal'I. No enti~~e la id~ dt •fa~- .._. (6) Se ulutttr1r.i ul(liíu.r1•n1u ,1 fo,i ha·<br />

10-. CuaAdo se le p,c:,gun1a s1 manttene alguna rc:lac1on cstrttha con algun '"'V lllgl'i'. () tos 1.7ítlc:.i1 de tes d,·1ii.li.<br />

familiar. K siente dc:seonctrtado ~r la kfc~ dt •O~iúmidat• d,•lwu a lo:i t•hwto .. fi11loli1¡;¡:1·<br />

derto. pero no se siente pf'C'OCUpado ante csta pos.ibilid~<br />

{ u~ dir,....-.10, d1~ \U11t rn f,·rriu·(fad<br />

01\J,lica<br />

Si...;.• 1·um1\lt•11 fo .. 1;r1h•1i


Capitulo 11. PfflOftalidad tsquizoid,<br />

391<br />

t s<br />

;<br />

1<br />

J<br />

j<br />

i o<br />

nos exigen las pesadas visitas de amigos y famiJiaros. Les queremos. pero antes o después<br />

acabamos hartos. <strong>En</strong> cambio, los individuos con rasgos esquizoidcs se sienten así con res·<br />

pecto a las interacciones sociales la mayor parte del tiempo. Todo lo interpersonal es intrínsecamente<br />

poco grattñcante para el.los; por tanto, e menudo se vuelcan eo objetos y abstracciones.<br />

o prefieren concentrar sus energías en añcíones solitarias como la colección de se-<br />

Uos o minerales. los nrtefacros mecanlcos. o Incluso las meternétlcas o lo inlormática. Los<br />

esquizo.ides más normales y las personas con características evítadoeas, que tienen una ca·<br />

pacidad intacta para experimentar emociones. puodon desarrollar lntrtncados mundos de<br />

fantasía en los que poder representar sus sueños y ambiciones.<br />

Se hao propuesto algunas variantes normales de la personalidad esqu izoide. Cada<br />

una de ellas se basa en alguna característica del constructo global. Oldhum y Morris (1995)<br />

describen el estilo solitario, personas con una escasa necesidad de compañía y apoyo so·<br />

cial. Se sienten más cómodos. libres y seguros cuando están solos. Por esta razón. preñersn<br />

vivir y 1:rabajar en la rotativa calma y seguridad del aislamiento social y no se aburren ni<br />

se sieateo solos. O.mtenidos y eutosuficientes, su sí mismo es su santuario interior. donde<br />

son independientes de los mundos emocional y social. Corno observadoras poco apasiona·<br />

dos de la vida, estos individuos solitarios no suelen excitarse por nada. Su calma sosegada<br />

les exime de los ruidosos vínculos sociales. pero también les hace intelectualmente conscientes<br />

de detalles que los otros suelen obviar con facilidad. <strong>En</strong> las relaciones necesitan<br />

tiempo para su soledad y muy raras veces se involucran tanto como desearían sus cónyuges.<br />

<strong>En</strong> el ámbito laboral funcionan bien. pero no en trabajos de equipo.<br />

Asimismo, el esrtlo retraído de <strong>Millon</strong> el al. (1994) presento uno oecesidad mmima<br />

de dar y recibir afecto, o do implicarse con los demás desde un punto de vista emociooal.<br />

Por esta razón, los esquizoides tienen pocas relacioues y no desarroUan lazos ftrmes con<br />

otras personas. <strong>En</strong> vez de ello, los demás suelen describirlos como tranquilos, plácidos, despreocupados,<br />

acomodaticios y qui.zás Indffereutes a los sentimientos de los otros, o socialmente<br />

raros. Son personas reservadas que disfrutan estando solas, y rara vez expresan sus<br />

sentimientos o pensamientos internos. Tienden a trabajar tranquila y metódicamente, y casi<br />

siempre permanecen en un segundo plano. Algunos son introvertidos absorbidos en su propio<br />

mundo mental. Los demás a menudo consideran que carecen do espontaneidad y vita·<br />

lidud.<br />

Podemos ballar una variante o estilo normal de la personalidad esquizoide si revisamos,<br />

con intencién deductiva. los criterios diagnósticos del DSM-IV (Sperry. 1995). Sí<br />

bien los individuos con e] trastorno no desean ni disfrutan de las relaciones personales próximas.<br />

ni siquiera de las familiares, los sujetos con el estilo esquizoide son capaces de relacionarse<br />

con los demás cuando es necesario, aunque prefieren la comodidad y tranquilidad<br />

de la soledad . .Mientras que los individuos con personalidad esquizoide escogen actividades<br />

solitarias que casi siempre les garantizan el aislamiento social, en el eslilo puede<br />

intoraccionar con los otros para conseguir un cbjeñvo oomún, paro prefiera actividades que<br />

pueda llevar a cabo a solas o con el mínimo contacto con los demás. Si bien an el trastorno<br />

el individuo casi no tiene interés sexual ni desea explorar la sexualidad con otra persona,<br />

en el estilo normal. aunque el individuo no es muy sexual. en ocasiones experimenta sentimientos<br />

sexuales.<br />

<strong>En</strong> cada una de las comparaciones anteriores hay un tema dífercncíal subyacente: la<br />

ca.rncteristica que distingue al estilo esquizoíde de la personalidad esquízoide es la capacidad.<br />

Tanto el estilo como la personalidad esquizoides prefieren ser asociales, estar aisla·<br />

dos y son asexuales, aunque sólo el ostilo esquizoidc es capaz de llevar a la práctica la altornativa<br />

opuesta cuando es necesario. Leonard se ajusta más al extremo patológico. Por<br />

ejemplo. no le interesa mantener contacto con su familia, a pesar de que viven ea la misma<br />

zona. No es él quien les busca. sino ellos; por otra parta, estarla encantado de no verlos nun-<br />

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392<br />

<strong>Trastornos</strong> de la ptrSOnalidad en la vida modtrna<br />

ca. <strong>En</strong> realidad, su patología es tan grave que os muy probable quo no entienda lo que significa<br />

el concepto familia en toda su extensión. Mientras que en el estilo esquizoide el individuo<br />

entiende qué 9S la calidez. la proximidad y la idea de una historia compartida con<br />

los demás. para Leonard estos conceptos parecen vagos o extraños. Si bien la persona con el<br />

estilo pueda relaclonarse con los demás cuando os necesario, Loonard no puede. Es incapaz<br />

de entender los maticos de las situaciones interpersonales, y no puedo responder a ellas de<br />

manera adecuada; do ahí su refugio en las estanterías con pilas de libros.<br />

Se puedo normalizar también el resto de criterios diagnósticos para revolar más caraetarísUcas<br />

del estilo esquizoide, <strong>En</strong> el trastorno, el individuo no disfruta con casi ninguna actívidad,<br />

mientras que en el estilo puede tener determinadas aficiones o intereses. El individuo<br />

con el trastorno no tiene amigos (ntimos o personas de confianza. aparte de los íaruiliares<br />

de primer grado: sin embargo. en el estilo tiene más conocidos y puede disfrutar algunus "eces<br />

por e1 hecho de formar parte de un pequeño grupo social. <strong>En</strong> el trastorno, el Indtvtduo<br />

está tan poco preocupado por las reacciones de los otros que se muestra indiferente a sus halagos<br />

o críticas. poro en el estilo E>S capaz do recibir feedback y cambiar su componamlento<br />

si es necesario. Por último, en el trastorno el individuo es frío y distante y sólo experimenta<br />

leves emociones. mientras que eu el estilo. es plácido. puede experbnenter alguna emoción<br />

y es capaz de sentir un cierto grado de placer y tristeza.<br />

Una vez más. con respecto a las comparaciones anteriores. Leonard se acerca más al<br />

extremo patológico. Ver la televisión es bastante habitual, pero parece dedicar mucho tiempo<br />

a su afición con los maquetas de aviones, lo que quizá sea un buen indicativo del pronóstico.<br />

Si bien en el estilo el individuo a veces es capaz de involucrarse en pequeños grupos,<br />

incluyendo los que podría encontrar mientras trabaja en u.na bihJiotcca, Lconard n.o<br />

menciona a ningún amigo. <strong>De</strong> nuevo, el valor reforzador del contacto social parece ser algo<br />

ajeno a él. Una persona con un estilo csquizoide podría darse cuenta do la necesidad de<br />

implicarse más y ser más vital al trabajar en el préstamo de los libros. Leonard no lo hace.<br />

Incluso la crítica de su supervisor no es suficiente para motivarle. Para Leonard, la vida<br />

es anhedónica. y el hecho de tener trabajo no es muy diferente del de no tenerlo.<br />

I VARIANTES DE LA PERSONALIDAD ESQUIZOIDE<br />

Aunque las comparaciones entro prototipcs de personalidad intensifican sus díferencías.<br />

la mayor!a de los índivíduos combtnan aspectos de varias personalídades. <strong>En</strong> e) mundo<br />

real existen muy pocas personalidades esquizoldes puras, al igual que ocurre con los da.<br />

más patrones de la personalidad. Cada personalidad tiene diversas variantes. que reflejan<br />

su combinación con otras, constructos secundarios quo aportan otros maticos al tipo princípal.<br />

A continuación se exponen los subtipos de la personalidad csquizoide. y so resumen<br />

en la figura 11·1. Los casos reales pueden ajustarse o no a una do estas combinacloues.<br />

El esquizoide lánguido<br />

Como patrón que combina rasgos de las persoualtdedes esqulzoíde y depresiva, esta<br />

variante destaca por un tempo personal lento, un bajo nivel de octivoción y lo ausencia de<br />

acelones enérgicas y vígcrosea. Estos sujetos se fatigan con facilidad y tienen una débil ex·<br />

presión psioomotriz. parecen demasiado cómodos y perezosos. son incapaces do ponerse en<br />

marcha para cumplir con sus responsabilidades, o para iniciar las actividades placenteros<br />

más simples o comportarse con espontaueidnd. Estos pacientes se ceracteetaen por una<br />

forma do relacionarse con los demás tranquila. instpida y en cierto modo dependiente. de<br />

manera que la lutroverslén del esquizoide se mezcla con la apatía característica de la perso-<br />

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394<br />

<strong>Trastornos</strong> d, la p(:rsonalidad e:11 la vid11 moderna<br />

Es frocuonte encontrar a estos individuos entre las personas sin 1acho. los pacientes<br />

insutucíonaliz .. ados crónicamente y los residentes de albergues de caridad. Mientras que el<br />

esqnteotde básico es reservado e insensible a las experiencias emocionales, los esquizoides<br />

distantes presentan cierta ansiedad social. así como frecuentes excentricidades comportamentales,<br />

pensamiento autista y despersonalización. <strong>En</strong> el mejor de los casos. su baja autoestima<br />

y sus problemas de competencia social sólo les permiten adquirir un papel marginal,<br />

aunque dependiente. en las relaciones familiares y sociales. Estos pacientes se convierten<br />

en observadores desvinculados del mundo y se muestran distantes de las potenciales<br />

fuentes de crecimiento y gratificación. Algunos consiguen ganarse la vida, aunque sea de:<br />

forma muy precar¡a, con trabajos de bajo estatus, pero la mayoría tiende: a seguir un patrón<br />

sin sentido. ineficaz a inútil, va a la deriva sin objetivo alguno y permanece en los márgenes<br />

da la sociedad. Muchos dependen por completo de la beneficencia pública.<br />

El esquizoide despersonalizado<br />

Aunque se les suela ver con una mirada extasiada, dirigiendo la vista a cualquier<br />

punto del espacio. este Upo da esqutzotdes parecen lánguidos y distantes. como si estuvieran<br />

contemplando alguna visión tranquila que les aleja cada vez más do la existencia condiana<br />

del mundo. Al igual que los esquízoides. desatienden y se desvinculan do los asuntos<br />

de la vida. Sin embargo. los esquíactdes despersonallzados acaban deteriorándoso sín<br />

darse cuenta de ello. Parece que estén absortos en alguna cuestión importante, pero en realidad<br />

no están absortos en nada on particular. Su aislamiento adopta una forma esquizotípica<br />

peculiar: estos esquízotdes son observadores incorpóreos que se ven a si mimos desde<br />

el exterior, desvinculados no sólo del mundo exterior. sino también de sus propios pensamientos<br />

y sentimientos, de su imaginación y fantasía y do su corporalidad. Se encuentran<br />

en un estado que ignora tanto los fenómenos externos como los internos, y muestran una actitud<br />

etérea y una presencia física residual. Si bien el patrón osquizoido básico es cognitiva·<br />

mente vacío. los esquiaoldes despersonalizados parecen cognitivamante ausentas.<br />

El esquizoide embotado<br />

<strong>La</strong>s características de aislamiento. solemnidad y desvinculación emocional del esquizoide<br />

embotado sugieren factores constitucionales. tal vez una alteración eo los sistemas<br />

neurológicos que regulan la empatía, calidez y sensibilidad de las relaciones bu.manas.<br />

Todo esto podría sugerir unas características esqu.izotípicas, pero el esquizotípieo presenta<br />

un defecto en la capacidad para entender el significado de la ccmunícecíéo humana. <strong>En</strong><br />

cambio, la variante embotada combina la apatía del esquizoide con la restricción y formalidad<br />

emocional del compulsívo, con lo que se elimina con eficacia todo tipo de expresión<br />

emocional. AJ igua] que los compulsivos, se sienten cómodos en las situaciones estructuradas<br />

y es más probable que funcionen mejor en roles adultos que el patrón esquizoide bñsico.<br />

Pero, como los csquizoidcs, en caso de manifestar el conflicto básico del compulsivo<br />

­es docir, autonomía frente a sumisión­, sólo lo hacen débilmente.<br />

I PERSPECTIVA BIOLÓGICA<br />

<strong>La</strong> historia de la personalidad esquízctde comienza en la temprana psiquiatría descriptiva<br />

y prosigue posterlormente con los teérlcos del temperamento y de la constitución. Los<br />

primeros autores subrayaron diferentes características del prototipo moderno. Por ejomplo,<br />

Ribot (1890) inventó el término anhedonia para describir la disminución de la capacidad<br />

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Capitulo 11. Ptrsonalidad nquú:oidt<br />

395<br />

t s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

t<br />

~<br />

1<br />

o<br />

paro experimentar placer, carecterrstlcs del patrón esquizoide. Asimismo. A. Hoch (191 O)<br />

describió lo que denominó personalidad recluida empleando adjetivos como reticente, re·<br />

traido, testaruda y tímido. Por su pano, Kraepelín (1919; pág. 213) hablaba de la personalidad<br />

autista. que se daba en un estado prepstcéttco sano y estable, en individuos con rendencíe<br />

a «limitar o reducir sus intereses y contactos externos y (que destacan por) su absorclén<br />

en reflexiones Internas».<br />

Sin embargo. el término esquizaide propiamente dicho so atribuyo a Bleulor (1922.<br />

1929), quien también acuñó el término esquizofrenia en 1911. Esto autor concebía que la<br />

tendencia a lo esquizoide estaba presente en todas las personas en cierto grado. y que alean·<br />

zaba su nivel más alto de intensidad mórbida en la esquizofrenia. Los esqutzotdes más<br />

moderados se describían como «personas recluidas en s{ mismas, suspicaces, incapaces de<br />

conversar y debatir y cómodamente apagadas» (1924; pág. 441 ). Según Blouler (l 950;<br />

pág. 40), «incluso en las fonnas menos graves de la enfermedad, la índíferencía perece ser<br />

el signo externo (... J una indiferencia hacia cualquier cosa: amigos. relaciones. vocación,<br />

placer, deberes o derechos y buena o mala fortuna». <strong>La</strong> asociadóo entre indiferencia. apatía<br />

y personalidad esquizoido ha perdurado hasta nuestros días. Leonard presenta ambas,<br />

como pone de manifiesto su indiferencia a las críticas do su jefe y la falta do interés por las<br />

relaciones sociales o el mundo que le rodea.<br />

Krotschmer (1925) introdujo por primera vez la principal distinción entre personalidad<br />

esqui.zoido y evítadora (tal como las entandemos en la actualidad), subrayada con ante·<br />

rioridad y retomada a nivel tedrloo por <strong>Millon</strong> (1969), mediante los términos anestésico e<br />

hiperestésico. El hiperestésico, o cvitador, so describió mediante adjetives tales como ümido,<br />

vergonzoso, sensible, nenriaso y excitable. Para Kretsch.mer. «su autismo consiste en<br />

una amarga restricción del sí mismo en sf mismo. tntentan con todas sus fuerzas evitar<br />

amortiguar toda oslimu)adón oxtema• (pág. 161 ). Por el contrario, el anestésico o esquizoide<br />

se describió como tnsípído y aburrido. Bajo su aspecto superficial sólo se encuentra «la<br />

nada, una oscura y profunda nada t ... ) que parece agitarse insegura con cada fantasía cumplida:<br />

nada sino piezas rotas .. un mont.ón de funestas inutilidades que reflejan un profundo<br />

vacío emocional o el Erío aliento de un alma glacial> (pág. 150).<br />

Según K.retschmer {1925). la indiferencia ora un rasgo príncípal, entendida como una<br />

falta de respuesta afectiva: «Se repliega en sí mismo porque no tiene razón alguna para hacer<br />

lo contrario, porque lo que le rodea nada puede ofrecerle» (pág. 162). A estos individuos<br />

se les considera desprovistos de calidez y humor. pero sobre lodo afectados de «cojera afee·<br />

ttva», es dectr. presentan uno predisposición temperamental y constitucional a carecer do<br />

«una reacción adecuada frente a lo que hacemos o les decimos ( ... 1 pueden permanecer<br />

con una npariencia confusa y los brazos colgando! ... } en una situación que apasionaría<br />

(a cualquier ot-ra personal» (pág. 170). Para este autor, los orígenes de las características<br />

esqulzoides se encuentran en deficiencias biológicas congénítas.<br />

Aunque las teorías actuales son especulativas,<br />

el papel que desempeñan los factores<br />

biológicos en Ja personalidad esquizolde probablemente es más decisivo cuanto más grave<br />

es el trastorno. Dado que la capacidad para tener una vida emocional rica parece tan fundamental<br />

paro la naturaleza humana, la idea de que los esquizoldes padecen a1gú.t1 déficit<br />

constitucional de la capacidad emocionaJ proporciona una explicación simple y convíncenle<br />

para otras características del trastorno. Aunque muchos introvertidos son bastante<br />

asociales. siguen teniendo múltiples intereses y una rica vida interna. Por el contrario. los<br />

esqnteotdee más graves parecen impermeables a todo tipo de emoclones, incluso a la ira,<br />

la depresión o la ansiedad. además de a la alegría y al placer. Al ser incapaces de experimentar<br />

placer y dolor, los esquízoldes obtienen pocos refuerzos o puniciones de las actividudes<br />

normales de la vida humana. No consiguen vincularse a sus cuidadores, encuentran<br />

poca recompensa en los relaciones interpersonales posteriores y tienen pocos intereses o<br />

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396<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la p(rSonalidad tl'l la vida moderna<br />

aficiones. como Je ocurre a Leonard, el bibliotecario. <strong>En</strong> realídad, los esquízoides 110 se síenten<br />

motivados para pensar en nada. Dado que se considera que la emoción y la motivación<br />

tienen un componente Iísfco. estos individuos presentan baja roactividad o activación y carecen<br />

por completo de energía e iniciativa de una forma crónica. <strong>La</strong> perspectiva biológica<br />

va más allá de la explicación de las características basteas de los esquizoides, al menos en<br />

la versión del DSM-JV. que configura un trastorno basado en la ausencia de las capacidades<br />

normales.<br />

<strong>De</strong> todas maneras. no se cuenta con una explicación biológica específica de la personalidad<br />

esquízoide. Por ejemplo. los individuos que se sírúan más cerca del umbral que exíste<br />

entre la introversión normal y el rmsromo esquizoide do la personalidad pueden ubicar·<br />

se en el extremo más bajo de una distribución basada en la genética de la capacidad emocional,<br />

la sensibilidad interpersonal. la activación fisiológica e incluso la curíosidad Innata.<br />

Los estudios provisionales con gemelos y los estudios de adopción y de pedigrí íamiliar<br />

sugieren que el trastorno esquizoide de la personalidad pertenece, junto con el trastorno esquizotípico<br />

de la personalidad. al espectro esquizofrénico [Siever, 1992). aunque no se<br />

dispone todavía de datos concluyentes (Nigg y Goldsmith. 1994). <strong>En</strong> el modelo polígéníco<br />

más directo. la esquizofrenia se expresa por la acción de múltiples genes. Por tanto. las<br />

personalidades csquizotípicas recibirán un número más reducido de dichos genes o sólo un<br />

subgrupo de genes deficitarios. Los esquízoídes reciben el menor número da genes esquízofrénicos<br />

o. algunos. un subgrupo más reducido. Es probable que los introvertidos normales<br />

reciban sólo uno o dos de estos genes. Asimismo. la expresión de genes más insidiosos se<br />

verta anulada por la presencia de otros genes que se compensan de alguna manera. Se puedo<br />

imaginar un número infinito de posibilidades más complejas. <strong>La</strong>mentablemente. aunque<br />

los estudios con gemelos. estudios de adopción y estudios genealógicos atribuyen cierto<br />

peso o. la herencia, es más complicado identificar los genes concretos implicados en la ex·<br />

presión de un trastorno y en su interacción. Meebl (196Z) desarrolló un modelo de gen<br />

único dominante, que se comenta en el siguiente capítulo, en el que relaciona la persona1i·<br />

dad esquizoide y la esquizotípica con la esquizofrenia.<br />

ÉNFASIS EN LAS CORRELACIONES FÍSICAS<br />

Peso corporal y personalidad<br />

¿EXISTE UNA RELACIÓN ENTRE EL TIPO DE CONSTITUCIÓN CORPORAL Y LA PERSONALIDAD?<br />

Hay una larg¡¡ tradición dt esptc:ulación cünlca que compara las caractertsticas corporates<br />

con la ps1c:oparo109ía. Por ejemplo, Kretschniet (1925) clas.ificaba a los individuos según s.u constitución<br />

corporal. fl asténic:o, uno dt los cuatro tipos ccnstituclcnates que propuso. se caracterizaba<br />

por la fragilidad general, musculación dé-bit y estructura ósea fr.igil. Cuanto más se parece la persona<br />

al prototipo astén.eo, según Krtts('hmer. mayor ts la probabilidad de que acabe presentando esquizotrema.<br />

<strong>De</strong>bido a que los tipos corporales constituyen unas variables muy globale­s. los lnvt:Stigador~<br />

contemporáneos han comenzado a centrarse en medrdas más esptdfPCas. Por e1c:mplo. un bajo peso al<br />

nace, se ha asociado al desarrollo de trastomos mentales en la vida futura (Kopp y Kalcr, 1989). Si·<br />

guiendo con este tema, Hc:bc:brand et al. (1997) exammaron la relación existente entre el indice de<br />

masa corporat (detivado tstadísticamente y que se corretaciona ron el peso corporal) y la personalidad<br />

esqeizolde y el trastorno de Asperger. un síndrome semejante al autismo, en una muestra de adoles­<br />

{COt1llnUOJ<br />

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398<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la pttSOnalidad en la vida moduna<br />

para calificar esta definición neurobiológica más restrictiva. Por ejemplo. nosotros no consídoramos<br />

que en el caso de toooard exista ningún tipo de arrogancia encerrada.<br />

'<br />

I PERSPECTIVA PSICODINAMICA<br />

El modelo psicoscxual del desarrol1o del carácter, que por ejemplo hemos comentado<br />

ampliamente en las formulaciones de las personalidades dependiente y compulsiva, no se<br />

ha aplicado al desarrollo del carácter esqulzotde. No debe sorprender entonces que el esqui·<br />

zoide se entendiera sólo a partir de la escuela de las relaciones objetales. que subraya la<br />

naturaleza de las relaciones interpersonales tempranas. AJ carecer casi por comploto do<br />

dichos vínculos. el esquizoide ha sido formulado en términos de aislamiento del mundo<br />

de los objetos.<br />

<strong>La</strong> aparento ausencia de emoción en las personas esquízoides siempre ha resultado de<br />

iolerés para los psicoanalistas. <strong>De</strong>bido a que el inconsciente es el centro de la vida mentaJ,<br />

el significado del comportamiento externo casi nunca se pone de manifiesto; alguna explicación<br />

más profunda está siempre oculta en el interior. esperando a ser desvelada. El oomportamíemo<br />

es el producto de fuerzas invisibles. y lo que se ve casi nunca es lo que se tiene.<br />

Asf pues. los psicoanalistas. a lo largo de la historia, han considerado juntos al evítador<br />

}r al nsquizoide simplemente como esquízoides. Por ejemplo, Arieti (1955) propuso que<br />

la insensibilidad del esquizoide es una defensa contra su profunda vulnerabilídad frente<br />

al dolor del rechazo. hasta tal punto que anula la posibilidad de contacto social, formulación<br />

que. sin duda. es más característica del evitador contemporáneo. <strong>En</strong> Leonard no encontramos<br />

un deseo social oculto, sino un cómodo aislamiento interpersonal.<br />

<strong>La</strong> principal distinción entre e) aislamiento pasivo del esquizoíde y el aislamiento activo<br />

propio del ovitador 110 se estableció formalmente hasta 1969 por Milloo. Como ya se ha<br />

señalado, se había definido a los csquizoidcs como individuos incapaces de experimentar<br />

emociones profundas. y a los evitadores como personas demasiado sensibles. vulnerables y<br />

necesuadas desde el punto de vista afectivo. Los esquizoidcs no desean contacto interpersonal,<br />

mientras que los evitadores ansían ser aceptados en sus relaciones más íntimas. Los<br />

hábítos antiguos son díñciles de erradicar, e incluso hoy en d.Ia la perspectiva psioodinámi·<br />

ca sigue considerando que el evitador es una variante del esquizoide menos aislada y más in·<br />

tacra desdo un punte de vista emocional. Eu consecuencia. aunque la siguiente revisión hace<br />

uso do las explicaciones histéricas para arrojar luz sobre las características distintivas del es·<br />

quizoide adulto con respecto a las del evitndor. ron el fin de esclarecer el trastorno, al ha·<br />

corlo i;L_


frastomos de la ptrsornilidad en la vida moderna<br />

pitalario la defensa opera a nivel pstcónco, como se pone de maníñesto en su esfuerzo rígido<br />

y negativista por minimizar la es!Jmulad.ón y desconectarse do.J mundo. <strong>En</strong> e] genio creativo,<br />

afirma esta autora. la defensa constituye un aíslamíento autista constructívo que distancia al<br />

individuo de la humanidad y permite una nueva perspectiva en las prácticas convencionales<br />

que hace posibles nuevas y radicales coucepctonee e innovaciones. <strong>La</strong> estralegia. fundamental<br />

del esquízoíde consiste en apartarse. cristalizar los lúnites y suprimir las emociones. Este<br />

aislamiento de la vida y de las experiencias le hace parecer emocionalmente embotado. Por<br />

tanto. la inte1cctualización sirve como mecanismo de defensa primario.<br />

Al igual que Cloningcr. McWilliams (1994; pág. 1951 escribe que lo tradición psicodinámica<br />

a menudo ha señalado una actitud «ligeramente desdeñosas. una «superioridad aíslada.-<br />

de muchos individuos esquízoides, que se desarrolla tal voz como reacción contra la<br />

invasión y el excesivo control de los demás, que deseartau soclallzarles obUgándoles a<br />

participar. El temor más intenso de las personas esquizoidcs es llegar a ser absorbidas. la<br />

idea de qua los demás las írnpltcaran en las relacíones, con Jo que destruirán su individua·<br />

I ídad e ídeni idad. Por tanto. el autismo se convierte en una forma de ncgalivísmo o desafío<br />

ante un «mundo externo devorador» (pág. 199) que les dígerírá y asimilará.<br />

Si lo consideramos desde este angulo. el esquízoide que describe McWilliams (19941<br />

puede considerarse e] opuesto a las personalidades dependiente o histriónica. Mientras que<br />

el dependiente busca unirse a otras personas competentes, el esquizotde se siente atemorizado,<br />

rechazado e incluso hastiado. Asimismo, ol osquízotde verá al histriónico corno a una<br />

persona sin límites, que invade siempre que puede. y peor aún, como a un manipulador de<br />

los demás mediante lo seducción sutil. Al contrario que el dependiente y el histriónico, el esquizoíde<br />

tolera el abandono y los temores a ser absorbido, y busca la fortaleza y la identídad<br />

en el aíslanúento. Aunque Leonard no es despreciativo. se siente aliviado cuando se le<br />

cambia de tarea y pasa de prestar Ubros a. trabajar en las estanterías, donde puede estar solo.<br />

Considérese el caso de Hillary (caso 11·21. Hillary presento un patrón de comporta·<br />

miento que apunta bacia una personalidad esquizoide. No se implica en las situaciones<br />

sociales y se aleja de las relaciones íntimas. Aunque tiene algunas citas. comparte actividados<br />

con sus compañeros en Ja residencia de estudiantes y se relaciona con su familía. Hillary<br />

actúa más como observadora que como participante. Su principal preocupación os no<br />

involucrarse con los demás en su mundo. Evita las fiestas. pero no por miedo, como le<br />

ocurre al evitndor, sino porque prefiere estar sola. Fomenta la imagen de ser 41'.UOa chica ex·<br />

traña». con lo que mantiene a raya a sus compañeros de clase. al tiempo que se despreocupa<br />

por completo da las críticas que puedan hacerle. Además. parece no necesitar estimuloción<br />

interpersonal, de manera que el estudio y la lectura son las actividades de las que<br />

más disfruta. Rara vez se enfada o se entusiasma. y prefiere mantenerse al margen. dejando<br />

que sean los demás quienes se rolacionen erure st sin contar cou ella. A diferencia de lamayoría<br />

de estudiantes universitarios. las citas no se encuentran entre sus actividades profo ..<br />

rídas. Su única relación larga, que duró sólo dos meses, terminó porque ella y su novio no<br />

«tenían nada más que decirse». Hillary considera que las relaciones sociales y las posibles<br />

experiencias sexuales no son oí dolorosas ni placenteras; esto acentúa todavía más la impresión<br />

de que los esquizoides •carecen• de personalidad. Pero Hillary tiono un carécter reservado<br />

y «vagamente desdeñoso». y considera que el oomportamionto do los domas compañeros<br />

de clase, más sociales y participativos, os «infantil..<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

Aunque los esquizoldes se hallan desvinculados de la vida interpersonal, siguen estando<br />

en un mundo social y causan impresión en los demás debido a su comportamiento. Los<br />

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(:apltulo 11. Ptrsonalidad tsquizoldt<br />

401<br />

I CASO 11­2<br />

'§<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

j<br />

1<br />

o<br />

Hillary, una tstudiantt urii'm'Sttaria de 2'2 aJ\os ee tdad, acudió a ttlf'ISulü I<br />

!)(dd6n de su tompartera se habitaóoo. porque ptnsaba qu, podria t"1cr<br />

trndcnóas homostxu.al~ latrt1tcs.. Esla prtOCUpación se rnidó injustificad.a,<br />

pero se demostraron otras caractrristit'35 de naturaleza patológica.<br />

Cuando sete p,cguntó por sus ellas. Hiiiary afirmó qut no disfrutaba con ..._A, A l1 re\<br />

citas•, No es que k disgustaran o rrdiazara I~ incvitablrs insinuadonrs se- "'""' . ; p;t In<br />

~1·t7• ' '' ' ui~u(i••<br />

1:6~' 11<br />

xualcs ,n sus citas, sino que scse tipo de


4-02<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pcrwnafidad en la vida modtrna<br />

del esquízclde como escapista/inseosible.<br />

este tipo de personas probablemente:<br />

Su descripción de fudívíduos varones indica que<br />

«l ... l Ignoraré la presencia de los demás y se negará a hablar o a responder. Permanece<br />

insoi1sJblo, perdido en sus propios pensnmíentcs, y so muostra compulsivamente poco comunícetivo:<br />

ig.nom todas las manifestaciones sociales, y so resiste 11 cuaJquier intromisión en<br />

su mundo privado; siempre que es posible. evita a los otro, y so ropliega por completo; cuan·<br />

do estd rodeado de gente no muestra ningún Upo do interés y se queda lranquilamente en<br />

su mundo privado: tacha a los otros de 1>000 implicados. herméticos y mudos.e (pág. 20).<br />

Leonard y Hillw·y son verdaderas personifícaciones de esta descnpclén.<br />

Corno sugiere el párrafo anterior, los esquízoides destacan no por lo que hacen, sino<br />

por Jo que dejan de hacer. <strong>De</strong> nuevo, tal vez sea mejor describir al esquizoíde como el<br />

opuesto del histriónico. Mientras que los histriónicos están orientados de forma radical<br />

hacia fuera. hacia el mundo social, el esquízotde ~tá radicalmente aislado. Los histriónicos<br />

son hipcrafcctivos. y los esquizoides no tienen la capacidad do tenor una experiencia emoclonal<br />

profunda. Los histriónicos son efusivos, exagerados. espontáneos y teatrales: sin cmbargo,<br />

los esquizoidcs son poco animados. autómatas. y carecen de energía y vitalidad. Los<br />

histriónicos quieren ser el centro de atención, mientras que los osquízoides no muestran<br />

ningún interés por el ámbito social Los histriónicos tienen un comport:anúento muy sexualizado;<br />

sin embargo. los esquízotdes no presentan ningún interés por estos temas. Los histriónicos<br />

son dispersos desde el punto de vista cogniHvo o incapaces de centrarse en algo.<br />

co cambio. los esquizoides pueden, o bien centrarse con intensidad y creatividad en un<br />

tema. o bien en su formo más extrema, so vuelven tan aislados quo parecen no tener ninguna<br />

motivación para mantener la concentración. M.ientras que el principal mecanismo de defensa<br />

del histriónico es la represión exagerada, los esquizcldes, o bien intelectualizan, o<br />

bien tienen unos impulsos y conflictos tan débiles que no tienen nada que reprimir.<br />

Oebido a que los csquizoides son bastante aislados desde un punto de vísta social. suelen<br />

ser considerados como insensibles. fríos y secos. <strong>De</strong> hecho, los esquizoides sí son luseusíblos,<br />

pero de la misma forma en que una báscula puede no mostrar el peso correctamente.<br />

No son severos ni duros por naturaleza. <strong>La</strong>s personas normales manejan sus manJíestaciones<br />

interpersonales de una manera automática. en el inconsciente. <strong>La</strong> percepción y reacción<br />

soclales son tan rutinarias que las situaciones sociales fluyen sin problemas. Este tipo de ca·<br />

pacldades com ionza a desarrollarse desde el nacimiento. con el vínculo que se establece en·<br />

trc madre e hijo. y se va sofisticando durante todo el ciclo vital.<br />

<strong>En</strong> cambio, los esquizoides carecen de modelos internos a partir de los cuales representar<br />

el comportamiento interpersonal. Por ejemplo. puede que no den une respuesta recrproca<br />

n las sonrisas o a los gestos de saludo. Es posible que la mayor parte del tiempo valoren<br />

de forma errónea los motivos, objetivos y sentimientos de los otros. o que consideren<br />

que están mediados por factores que para muchos de nosotros serfan irrelevantes o ínsígníñcantes.<br />

sobro todo en las comunicaciones que implican algún tipo de sutileza o que<br />

transmiten información relacionada con sentimientos de conflicto o ironía. Por ejemplo. Leonard<br />

so dcscon.ciorta ante preguntas con carga emocional. Mientras que una persona normal<br />

entiende enseguida lo que se siente al recibir presión en dos sentidos opuestos al mis·<br />

mo tiempo. o) famoso conflicto acercamíento-ecercamiento, este tipo de comunicaciones<br />

son demasiado complejas para los esquizoides, <strong>En</strong> los casos más graves. son incapaces do<br />

entender incluso las categorías más amplias de la experiencia emocional, las emociones bésicas<br />

quo los principales teóricos consideran arraigadas en la naturaleza humana, como la<br />

alegría, la sorpresa, la aversión, la ira y el miedo. Por esta razón, con respecto al esqutzoíde,<br />

Benjamín (1996; pág. 349) aftrma: «Parece un .. agujero negro?» interpersonal; las señales<br />

desapsrecoo para siempre, sin dejar rastro»,<br />

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404 <strong>Trastornos</strong> dt la personalidad en la vida moderna<br />

I CASO 11­3<br />

~pu~ die dos sc-manai ck trabajo. la persona que (()f'lt.ral6 a Ooris le sug-i·<br />

rió que busc.ara ase:soramitnto, Sus obligaciones consisten en ttatizar algunas<br />

tareas del hoga1, mo toe:iNr v cuida, de dos ni/llos de 3 eñes de edad. El<br />

problema era que no podla identificarse biM c:on las nc«Sidadcs emoóotla•<br />

CRnP.RIOS l)SM,IV<br />

PARA EL DIAGNÓSTICO<br />

m.; TK.AS11)k.NU t::SQL:IZOIOE<br />

DE l,J\ Pf'RSONALIOAll<br />

les de los niños y, po, tanto. no podia ttaliur blm St> papel óe educaOOta y ¿fti<br />

cuidadora, •Mis hijos se sienten inc:ómodos c:ot1 efla porque es., cxtralla, y " .. .­\. l\n paltón g1•notal de d1i.ldm ¡,,.<br />

no lts entiende-, afirmaba la persona q~ ta contrató. mb-uto di• las 1'tl:tt.iorw~ t.OCJalt"'j ~<br />

· . .....!.!.. f 1 .. ~ ~ di1 tt~rc.-lón de ta ttX'(>l'l'l'!i6n ero~<br />

Aunque ~·s llegó a .la ?la c:orrtCtam~lt ..,,.._.,.., 1>'1c« 1 m-, y ttStM· "'V ciona1 t'I) el plano ,nttupcrsonal,<br />

cta. <strong>En</strong> OC:8SIOtlCS es dtfletl oirla por ti ba,o tono dt su '401. Cliando se le pre- QUI\ comícnze til prifu;ipio rl,• lo<br />

9unta si entiende la razón dt su derivación. afirma qi,c no. q11t h.a cumplklo l'd,id aduhfl r se da en dh.·ef'$Ctt><br />

c:on sus responsa~ilidadcs laboralts a la, ¡,trfc«ión•. No tSt~ ind~f\ada, Y .aa, conl&­.:tos. 001110 Jo indlc~n \:Ulllru<br />

afirma qut la c.omid.l .uall""I C01\<br />

edad tuvo su primtt hijo. uf\il niña, fruto dt lai rtlaóotto c:on un adoksctn· ntr.i pur10na<br />

te vecino oe su e2sa. Nttga que: fut~ su novio. y eee qve fue s11 primtra v (-4} Oh;fruta con pt-.c.u n ninguna<br />

Unica relación sexual, qut no-sintió n¡da• v que no lt prc«upaban esos~<br />

tYlU1>"nte i'f• (' tnmscurso e<br />

la cntr,cvist~ dfntea: se rtoomttnda que ~ns se dedique a ~ba,os ~ l~qut \lllll t.o!>qufwfranl,., un tntsloriio dt•I<br />

no .dc~a cuida~ a "'"'°'." Su falUI .de c~16n, su prefercnc:1¡ po~ ll(t1v1dadts<br />

.....,,,tado de ih\lroo con llÍOl\'HJWÁ piu·<br />

soll~nas v. su ,ncapaddad 1>3ra SAntoruza, con los ~tados. t~alts Y n,c- cóliw" u ,,tro ,r.. storno p..-ic61iro )'<br />

c:cs'.dadtS 1ntt~pcrsonalts dt los dem~ prcrrcqutSttos bas,ros ~ra la tdu- flLI ..,1, di lwn a lti!I eflk.lu."- fblolóF:i·<br />

CA"tcioo, la c:onvwrttn tt1 ul\3 mala candidata parad papel dt c:1.11dadora, ~ i;.v,,, diut


capítulo 11. Ptf'SOO:alidad tsquizoidt<br />

405<br />

min (1996; pég. 339) señale: «Es muy probable que la vida en casa sea insípidas. Con toda<br />

probabilidad, las relaciones entre el hijo y los progenitores serán distantes, frias. o tal vez<br />

formales e intelectualizadas. Se desalentarán las grandes muestras de emoción. Durante la<br />

niñez, el futuro esquizoide no conseguirá hacer amigos, y rara vez participará en actividades<br />

de grupo, pues preferirá quedarse solo. <strong>En</strong> la escuela, probablemente se le considerará<br />

tüuído. aunque normal desde el punto de vtste intelectual. Para algunos. las experiencias<br />

interpersonales limitadas pueden provocar un tipo de retraso mental autoimpuesto, una falto<br />

de interés en el mundo soclel que conduce a déficits generalízedos en sus capacidades y<br />

comunicaciones. Los demás uíños pueden percibirles como raros o extraños. y someterles<br />

a bromas crueles, con lo que despiertan rsstos do ansiedad o írn que contribuyo.n aún más<br />

a su alienación social.<br />

I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

1<br />

s<br />

1<br />

l<br />

'<br />

i<br />

El estilo cognitivo de las personalidades esquizoides confirma con claridad su cornportamiento<br />

interpersonal y su funcionamiento defensivo. <strong>De</strong> todos Los déficits que tienen<br />

los esquizoides. quizás el más negativo sea su fracaso en desarrollar una relación íntima<br />

consigo mismos. Los individuos más normales con rasgos esquizoides pueden acabar ah·<br />

sortos en sí mismos de una manera constructiva, distanciándose del ruido del mundo ex·<br />

terno para entender mejor las armonías internas fraguadas por su propia originalidad<br />

semiautisla. Por ejemplo, los matemáticos solitarios pueden sentirse bastante cómodos vi·<br />

viendo en un torbeUino de símbolos que para eJ resto de personas son insondables. <strong>En</strong><br />

lugar de vincularse a personas, se vinculan a garabatos que sólo tienen sentido para una<br />

minoría. Otros son 6.Jósofos o persiguen algunas formas de investigación científica pura.<br />

lo que les permite una expresión libre de sus capacidades cognilivas mientras se mantienen<br />

apartados del mundo real de las situaciones sociales. Otros pueden convertirse en<br />

artístas o escultoras, aunque es más probable que este tipo de sensibilidades so observen<br />

en conjunción con rasgos evttadores.<br />

Aunque los ejemplos anteriores describen al esquizcíde més adaptado, se pueden incluir<br />

tambíón indicios do la excentricidad cognitiva que suelo asociarse al osquizoUpico.<br />

Por ejemplo. un matemático esquizoíde puedo creer que las matemáticos tienen cierta cualidad<br />

trascendente, casi mágica, por sor sl lenguajo mediante ol cual se organiza el universo<br />

físico. <strong>En</strong> algunos, tener una gran inteligencia innata parece croar una insaciable curiosidad<br />

autista acerca de las relaciones formales de las cosas, que a continuación se convierte en<br />

una fuerza organizadora. de la personalidad en su globalidad. Sin ella, muchos acabartan<br />

presentando psicosis. Aunque al parecer no está dotado intolectualmonte, os probable que<br />

en Lcouard se observen ciertas características esquízotfpícas, que se ponen de manifiesto en<br />

su dificultad para entender la dimensión emocional del lenguaje. su falta de coordinación<br />

de las emociones y expresiones faciales. y sus movimientos lentos y casi automáticos. Todos<br />

estos factores hacen que Leonard parezco raro a los demás. una reacción bebttuel 01110<br />

une persone esquizotípica,<br />

Los individuos que se encuentran en al tntervele de la normaHdad y que presentan<br />

marcados rasgos esqu..izoides se abandonan a menudo a añciones solitarias o desarrollan<br />

una notable vida fantasiosa. <strong>La</strong> imaginación compensa las inadecuaciones percibidas, o<br />

biea consiste en uno mera expresión da una tendencia natural a dirigir la atención hacia el<br />

interíor y desarrollar una vida mental hipertrofiada .. Sólo en esta última posibilidad el individuo<br />

tiende hacia el esqulzcide puro. Cuando el aislamiento es de carácter arrogante u<br />

opustclonlsta, la fantasía en una persona que so asemeja al esquizoide delata algunas veces<br />

la presencia do un sí mismo grandioso y secreto que desea ser respetado y reconocido. y al<br />

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C.pítuk> 11. Ptrsonalidad csquizoidc<br />

407<br />

1<br />

s I PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO<br />

1<br />

¡<br />

i<br />

J<br />

mente los hechos tal corno olios los ven. Los esquízoídes graves, por lo general no interaccionan<br />

oon los demás y no comprenden las pocas interacciones interpersonales que mantienen.<br />

<strong>En</strong> consecuencia, Uenen escasas valoraciones para internalizar y ninguna motivacióa<br />

para elaborarlas y, por tanto, carecen da un sí mismo bien deH.mitado qua sea inmediata·<br />

mente accesible a la conciencia.<br />

Los individuos con fuertes rasgos esquiznldes pueden disf-rutar de la introspección<br />

como íntrtnseca a la alegrta de su mundo mental interno, pero los esquízoídes graves no tienen<br />

esta capacidad. Carecen do introspección, no son porcoptivos ni capaces de discernir, ni<br />

intuitivos n.i perspicaces, OesvíncuJados de sí mismos y de los demás, existan muy pocas CO·<br />

nexíoues en la estructura de S\1 mundo interno, como si la luz de su ser siempre estuviera al<br />

bordo de apagarse por completo y deja.r sólo, oomo han señalado Kretschrner y otros anal islas,<br />

un vncrc sin almo. Para el observador externo. la mente del esqutectde grava se asemeja<br />

a un espacio vacío y yermo que se extiende imperturbable. <strong>De</strong>svinculados de la vida. las ca·<br />

tegorías a t.rnvés de las cuales los csquizoides articulan las experiencias vitales tienden a ser<br />

burdas e indiferenciadas. Mezclan las diferencias o las ignoran del todo. con lo que horno·<br />

geneizan la experiencia hasta que la capacidad de articular diferentes elementos acaba por<br />

desaparecer y les deja sin nada de qué hablar. Al quedar apartados de la vida. suelen presentar<br />

deficiencias en grandes áreas de conocimiento práctico y cuJturaJ. Por lo tanto, suelen obtener<br />

malos resultados en tests que dependen de factores culturales.<br />

<strong>De</strong>sde la perspectiva de la terapia cognitiva en Beck et al. (1990), Ottaviani afirma que<br />

los esquizoides se ven a sí mismos como observadores deJ mundo que les rodea, pero no<br />

como part.icipa.ntes. Al desvincularse de sí mismos y de los demás y carecer de emociones.<br />

los esqulzoldes sólo presentan eescasez de pensamientos eutométtcoss (pág. 127), que debe<br />

identificarse como fundamento para la intervención. Adornas. los esquízoídes no so obsesionan<br />

por ol feedback negativo do los demás, al contrario do Jo qua sucede con e) ovilador<br />

o el compulsivo. <strong>En</strong> su lugar, esta autora sugiere que muchos csquizoides se consideran a sí<br />

mismos como inadaptados sociales. aunque esta valoración no tiene ningún impactn noga·<br />

tívo en olios. <strong>De</strong>bido a que los esquizoidcs prefieren la separación y el aislamiento. la idea<br />

do ser poco hábiles en las relaciones interpersonales adquiere el estatus de característica<br />

mental incidental o espontánea. y no do problema acuciante. Los esquizoides no tienen<br />

curiosidad acerca de por qué son diferentes o presuponen que no deben hacer nada para<br />

que las cosas sean de otro modo. <strong>En</strong> consecuencia, no se sienten motivados para cambiar<br />

mediante una terapia. Por último. Ottaviani identifica varias actitudes y supuestos asocia·<br />

dos a la personalidad esquizolde. Incluyen: «<strong>La</strong> vide es meaos complicada sin los otros•,<br />

«Estoy vacío íntertormente». «<strong>La</strong> vida es sosa y Irustreate» y «<strong>La</strong>s personas son objetos<br />

que so pueden reemplazar».<br />

<strong>En</strong> las ciencias naturales. el conocimiento es el resultado de una rigurosa interacción<br />

entro la especulación teórica y la investigación empírica. Sin embargo, los fenómenos de las<br />

ciencias sociales. que tienon unos Hmitos más difusos, no son tan accesibles a los experi·<br />

mantos controlados. Do hecho. desarrollan múltiplos perspectivas que ofrecen diferentes<br />

ángulos de visión y explicaciones para un mismo fenómeno. Cada una de las perspectivas<br />

capta algún aspecto esencial. pero ningún punto de vista único capta la totalidad del fenémeno<br />

que se está estudlando. Lo personaHdad constituye el ejemplo supremo. <strong>La</strong> persono·<br />

lidad y sus trastornos se abordan a través de cada Wl8 de les perspectivas tanto clastcas<br />

como contemporáneas que se han descrito con anterioridad. pero ninguna do ollas permito<br />

refutar realmente a las otras. Dado quo la personalidad se ocupa de la matriz entera de la<br />

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Capítulo 11. P-cnonalidad csqulzoldc<br />

409<br />

Tabla 11-1.<br />

Ptrsonalidad csquizoidc: jmbitos funcionales y estructurales<br />

lmposibk<br />

AlttosufkiMtt'<br />

Comportamiento<br />

cxprtslvo<br />

Perece encontrarse en un estado<br />

«n0elonat leene. sin vida, lmp.Wldo<br />

y carente de energía y vitalidad: es<br />

inmóvil. aburrido. Inanimado. mednlco<br />

y fttmático. presct1ta défícít de<br />

activacion y de ~idad y espontaM:idad<br />

motorai<br />

lmage:n dt si<br />

mktno<br />

M:ucstra una mi:nima intr0Sf)«'(i6n y<br />

condcncla de si mlsmo; parece impermeable<br />

a las implicado~ eesena1es<br />

v ernodonate:s OC la, vida socbl<br />

('Otidlana v se muestra indiferente 11<br />

Mit­ago o ta critica<br />

Conduc:ta<br />

interpersonal<br />

P.irtt.c indiftrtntc y rcmot°' r.i,a ~l<br />

r(Sp()flde a las a«:tol'IC!I y los ~nl•-<br />

m entes de las otn!I ~rsonas. csc:ogc<br />

ac:1rv1d;1dcs sotitanas y tiene inte~ses<br />

dlumanos- m,nimos; se Queda en<br />

un Stgunóo t)iano, C"Stá aislado y no<br />

se ,nm"5CU~: no dtSCa ni desfruta Oc<br />

IH rclaelones intimas; prefiere un<br />

papel s«u"ldano en l;n s,tu;a(IOnU<br />

soc-ialrs, &abOrak'S y faffliham<br />

Re:p,escntadoncs<br />

objctaJcs<br />

<strong>La</strong>s representaciones internaliudas<br />

son pocas y tstán mal articulacJas: se<br />

constrvycn en gran medida a partir<br />

de percepciones y rttucrdos de las<br />

pasadas relacionn ccn tos dcm4is y<br />

tienen p,oas de las lr1tera«loncs di,,,<br />

n,mic::as entre impulsos y conflictos<br />

qut aracttriull'I a las pcrsot1as bitn<br />

adaiptadas<br />

Empotmddo<br />

Estilo cognitivo<br />

~rcct dcfl('t(flte en ampti,s cslcru<br />

del COtlod.mlento humano y mucwa<br />

ereeeses de pens,micnto vagos y<br />

conftisos. .sobre tOdO m rtlaS demás suelen estar<br />

descentradas. cattW'I d( propósito o<br />

intenel6n, o están hUvanadas a ¡>ar·<br />

tlr de una 16gica irracional y circular<br />

<strong>La</strong>s estructuras morfológicas que<br />

s:ubvacm a tas csmtc,gbs ócf'1!sivas<br />

v de afrontamiento ticnde:n a ser débttes<br />

y transparenttS, partten más<br />

S\IStanciates y organizadas de lo que<br />

WI en ttalltbd; la rtgutadón margi·<br />

naJ de: los Impulsos, la, mJnlma car1aliz.adótl<br />

óc las .ncccsldades y la creación<br />

dt un mundo inttmo Cf'I el que:<br />

se descartan los conflictos sirven<br />

par, la rápida justlficació.n de tos<br />

errores y la rcafi.rmtclón de la auto-<br />

~ma<br />

Apar,oo<br />

Mtcanlsmo<br />

de rtguladón<br />

Ocsctibc las ~ri('O(:Ías intcrpc,so,..<br />

na1cs v aftedvas clMfldosc a los hechos.<br />

de fo1ma abWlcu, impersonal<br />

o mecánica; s610 presta atcndón II<br />

los aspectos objetivos y formales de<br />

los acontecimientos emocionales y<br />

socia1,cs<br />

Estado de ánimo/<br />

tempcralf'ltnto<br />

Es ,ncapa1 de \Ctlti, enlusia~o o<br />

cxl)tadón. ml.l(Stra una falta lntrinscci<br />

de scnbmic-nt05; es foo y monótono,<br />

titl'lf' dttl les ntttsidad~ y dcsecs<br />

~i.caJts; ,ara vtl mu~tra sentim1tt1tos<br />

caroos o ,nterrsos; eareee<br />

ser incapaz de experimenta, la mayoria<br />

de los aft'ctos: píacer, tnstera<br />

e ira<br />

de ser el resultado de observar las relaciones cotidianas dentro del grupo familiar. <strong>La</strong>s fami·<br />

lias quo se caracterizan por ser reservadas. superficiales y demasiado formales desde un<br />

punto do vista interpersonal. o en las que se respira un ambiente inhóspito y de frialdad. y<br />

los miembros de la familia se comunican de forma sombría, distante y despegada, son un<br />

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capitulo 11. Pc.rsonaltdact c.squl2oldc.<br />

411<br />

ÉNFASIS EN EL DESARROLLO (continuación)<br />

y numeroso~ gl"Stos superfluos. El pensarmento contemporáneo es que el autismo, et síndrome de As·<br />

pergc.:r y la personalidad csquiioidc.. en la infancia (Wolff, 1998) constituyen un grupo de trastornos relacionados,<br />

un •espectro esquizoide,. Aunque poc lo general no tan deteriorados como los niños e~uizofrémcos,<br />

los niños de estas cate9ocias presentan un deterioro en las relaciones sociales, alteraciones<br />

dc.J desarrollo y retrasos de diversa gravedad.<br />

Wolff (1998) sugiere que. los niños esqcizoides están más deteriorados que los niños autistas o<br />

con un trastorno de Asperger en cuanto a tareas de la ctcoria de. la mente,, que valoran la capacidad<br />

de imaginar lo que sienten o p,ensan otras personas. Oc hecho, la ,falta de ernpatía- es una caracteristica<br />

básica dct diagnóstico. Otras características centreíes ser.aladas fueron: csol~ad (los niñ05 eran<br />

.solitarios,); aumento de la sensibilidad. a veces con ldead


412<br />

Trasto,nos de la personalidad en la vida moderna<br />

doan y evalúan constantemente las palabras y formas de actuar de los demás en busca de señalos<br />

de aceptación o rechazo. Los evítadores siempre rastrean su entorno por temor a posíbles<br />

amenazas. Por ol contra.rio. a los esquizoides so les considera insensibles, reservados,<br />

fríos y aislados. No son arrogantes ni ínsensíbles, sino quo carecen do la capacidad básica<br />

para la emoción y la intimidad. incluso con sus mejores amigos. <strong>En</strong> cambio. los evítadores<br />

pueden sentir calidez e intimidad si se consigue establecer una relación de confianza. Por<br />

último. el esquizoide carece de conflictos, no sufre ambivalencia ni desencanto. Por el<br />

contrario. los evitadores se sienten atrapados entre su deseo de ser aceptados por los demás<br />

y su tendencia a replegarse en su propio mundo interno para evitar el sentimiento de vergüenza.<br />

Su desilusión es profunda y existencial.<br />

Los esquizoides y los depresivos comparten la incapacidad para experimentar alegría<br />

o placer. y parecen aplanados. monótonos, solemnes y no reactivos en las situaciones socia·<br />

les. Pueden dar muestras de retraso psicomotor. llevando a cabo las tareas con lentitud y de<br />

manera metódica, sin ningún tipo de implicación personal. Sin embargo, los depresivos ex·<br />

pc.rimentan un profundo dolor. se sienten vacíos, desanimados e inútiles. No sólo se mues·<br />

tran pesimistas con respecto al futuro. sino que cavilan sobre lo que podría haber sido y se<br />

sienten terriblemente culpables por los errores que puedan haber cometido. Para ellos. las<br />

inadecuaciones que se atribuyen a sr mísmos son despreciables. y merecen ser criticad.as y<br />

castigadas. Por el contrario. los esquízoídes carecen de profundídad afectiva para casi todas<br />

las dimensiones y son incapaces ele la introspección autoacusadora propia del depresivo.<br />

Por último,<br />

las preocupaciones del depresivo siempre tienen un significado interpersonal,<br />

mientras que los esqulzoídes J.\O presentan ningún tipo de interés por el ámbito social y jamás<br />

centran sus vidas en los problemas de las relaciones interpersonales.<br />

Los esqutzotdes y los compulsivos comparten la ausencia de expresividad emocional,<br />

la teudeuc¡a a lo lntelecruallzacién. y algunas voces acaban teniendo ocupaciones similares,<br />

pero por razones diferentes. <strong>La</strong> dependencia que sienten los compulsivos hacia las reglas y<br />

reglamentos. su devoción por el trabajo a expensas de la vida familiar y su necesidad do<br />

estructura en su lugar de trabajo influyen en su comportamiento de aislamiento y pnaivídad.<br />

Esta conducta, a primera vista, recuerda al aislamiento del esquizoíde y, por su parte,<br />

el esquizoide presenta e.n ocasiones ideas idiosincrásicas que parecen tenor un carácter<br />

compulsivo. Sin embargo. los esquizoides prefieren dedicarse a trabajos en los que el coutacto<br />

con los demás sea mínimo e ignoran o son incapaces de apreciar las normas sociales.<br />

Se sienten complacidos por trabajar apartados. día tras día, en un cubículo aislado. donde<br />

haya pocas interrupciones o exigencias sociales. El trabajo que para los demás resulta aburrido.<br />

es reconfortante para el csquizoidc. Los compulsivos, en cambio, acatan de una manera<br />

exagerada las normas sociales y prosperan on trabajos que les exigen precisión y detallo,<br />

on los qu.o puodon efectuar comprobaciones constantes. A pesar de su imagen seria, se<br />

mantiene intacta su capacidad para la expresividad afectiva. aunque la ponen de manifiesto<br />

muy pocas veces. <strong>En</strong> consecuencia. los compulsivos se describen como personas constreñidas<br />

emocionalmente. mientras que los esquizoídes carecen de emociones. Además. los<br />

esquizoides son indiferentes a las relaciones interpersonales, y su insensibilidad emocionel<br />

les exime de la proximidad con los demás.<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

Dado que los esquizoides prefieren vivir sin emociones y sin relacionarse, es raro que<br />

presenten trastornos del Eje l. Sus mecanismos de afrontam.iento consisten en apartarse de<br />

las situaciones difíciles. Cuando las cosas se complican. el esquizoide se pone en marcha.<br />

<strong>De</strong>sde la perspectiva de la normalidad, esto estilo do vida carece de la riqueza propia del ser<br />

humano: en cambio, desdo la perspectiva esquracide le evita muchos problemas. Como<br />

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Capitulo 11.<br />

Ptrsonalidad tsquizoidt<br />

413<br />

siempre. es importante recordar que existe una lógica que conecta el patrón de la persona·<br />

lidad con sus síndromes asociados del Eje l. A medida que vaya leyendo los párrafos que<br />

vienen a continuación, trate de identificar la conexión que existe entre personalidad y síntoma.<br />

<strong>Trastornos</strong> de ansiedad<br />

Aunque todos los patrones do personalidad experimentan ansiedad. los esquízotdes<br />

por lo general no tienen sentimientos emocionales profundos, y los sujetos neuróticos cerecon<br />

de características esquizoides (Tyrer el al., 1966). Su estilo aplanado e Insensible tiende<br />

o inmunizarles ante la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo. caractertsuca que<br />

se puede aplicar en los tres casos qce hemos presentado. <strong>De</strong> todas maneras, algunas veces<br />

los esquízotdes presentan trastornos de ansiedad en respuesta a una esrlmulaclén excesiva<br />

o a una falte persistente de estimulacióo. Dado que no existe una \IÍ8 segura hacia la tranquilidad<br />

da un ontomo asocial, algunos esquizoides explotan cuando so sienten invadidos<br />

por unas extgenclns socíales demasiado persistentes o por grandes responsabilidades. Durante<br />

períodos do aislamiento prolongado, pueden presentarse obsesiones y compulsiones<br />

asociadas al temor a volver a implicarse en el mundo social. sobre todo si el individuo tic·<br />

ne antecedentes de estrés causado por un contacto social prolongado o traumático. Por<br />

ejemplo, cabe imaginar qué podría ocurrirte a Leonard, el bibliotecario, si se viera obligado<br />

a trabajar relacionándose con los usuarios.<br />

<strong>Trastornos</strong> disociotivos<br />

<strong>La</strong> arquitectura cognitiva de la mente esquízoíde genera vulnerabilidad a las distorsiones<br />

de la conciencia. <strong>En</strong> los individuos normales, una identidad bien desarrollada hace<br />

las veces de lastre, de manera que el organismo puede estabilizarse cuando se encuentra<br />

en situaciones do ansiedad y estrés. <strong>En</strong> cambio, el sí mismo da los esqutzoldes astá poco CO·<br />

hesionado. presenta percepciones alteradas de la identidad. enajenación del si mismo. intenso<br />

\IRCfo (Kumin, 1978) o despersonalización. Dado su empobrecimiento emocional.<br />

puedan sentirse como si íuoran seros mecanícos, o incluso presentar sentimientos de des·<br />

corporalizacién. Los rasgos esquizoides y las experiencias disociativas también pueden<br />

coextstlr on su jatos quo han padecido abusos infantiles graves (Swctt y Halpert, 1993), aun·<br />

que probablemente los rasgos límite sean más frecuentes.<br />

<strong>Trastornos</strong> esquizofrénicos y psicóticos<br />

Muchas características de la personalidad esquizoide se asemejan a Los síntomas denominados<br />

negativos, o deficitarios. de los síndromes esquizofrénicos. Los esqutzotdes presentan<br />

unu capacidad reducida para la experiencia afoctíva. Asimismo, los esquizcfréntcns<br />

experimentan un aplanamiento en el intervalo de la emoción, asr como en su intensidad. Los<br />

esquizoldes suelen carecer do dtreccién y viven sin objetivos. Asimismo, la actividad dingide<br />

a objethios de los esquizofrénicos os menor. Los esquizoides presentan un déflcít en las<br />

relaciones interpersonales y son indiferentes a los halagos y a las críticas. Los esquízofrénicos<br />

pueden replegarse para evitar la ansiedad social y el exceso do ostimulación. Los M·<br />

quízoides presentan anhedonia, y en raras ocasiones experimentan placer; así son muchos<br />

esquizofrénicos. Los esquízoldes no suelen ser espontanees. no se implican emocional ni<br />

ioterpersonalruente y, por tanto, uc tienen demasiado quo comunicar a los demás. Aslmísmo,<br />

los esquízofrénlcos experimentan disminuciones en la producción y fluidez del lengua<br />

jo.<br />

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414<br />

<strong>Trastornos</strong><br />

de la personalidad en la vida moderna<br />

No lodos los esquizoldes acaban presentando síndromes esquizofrénicos. ni todos los<br />

síndromes esquizofrénicos vieoen precedidos de un trastorno de la personalidad. <strong>De</strong> todas<br />

maneras, las stmlltrudes que so acaban de señalar sostienen que ol trastorno esqulzolde de la<br />

persoualldad es, en muchos casos, prodrómico de un síndrome esquizofrénico (<strong>Millon</strong>,<br />

1981). Además, los esquízoides nlguuns veces presentan episodios psicóticos breves cuan·<br />

do se encuentran somortdos a situaciones estresantes. Los esquízoídes que presentan síntomas<br />

psicóticos o esquizofrt1nicos tienden a poner do mantñesto una acenruaclén de su patrón<br />

premérbido. Presentan una profunda apatía o indiferencia hacia su entorno: entran en<br />

un estado de estupor y si se mueven, lo hacen lánguJdamenta. El discurso es lenrc y en ocusienes<br />

inaudible. Se resisten a implicarse en actividades interpersonales y pueden referir que<br />

los acontecimientos y cosas que les rodean les parecen irreales o raros. Su empobrecimiento<br />

emocional característico puede incluir aislamiento. como si estuvieran soñando, y sentimientos<br />

de despersonalización. Los subtipos desorganizado y catatónico son más frecuentes<br />

que la variante paranoide. ya que en esta última se dan sentimientos de ansiedad social<br />

que por lo general están ausentes en el esquizoide. a menos que se vean sometidos de fonna<br />

repetida a estresorcs sociales. El subtipo desorganizado puede considerarse como un deterioro<br />

del patrón esquizoide básico, y es posible que el tipo catatónico constituya un intento de<br />

reforzar el sí mismo ante las amenazas provocadas por un exceso de estimulación ambiental.<br />

I TERAPIA<br />

El pronóstico para la personalidad ,;.squizoide no es muy prometedor. <strong>De</strong>bido a que los<br />

esquizoides no desean mantener relaciones intorporsonales y su capacidad emocional es escasa,<br />

sólo llegan a desarrollar una relación de transferencia limitada, son incapaces da reconocer<br />

los efoctos beneficiosos do la terapia. y son índtforentes al halago y a la crítica por<br />

parte del terapeuta. Por ojomplo. nos podemos imaginar a Leonard, el btbltotecarto, y al terapeuta<br />

sentados en sus respectivas butacas, sin saber qué decirse el uno al otro. <strong>De</strong>spués ele<br />

conseguir que Leonard diga unas pocas frases, la hora habrá llegado a su fin. Por otra parte,<br />

110 todos los esqutzoldes son casos protottpícos. Algunos presentan solo características<br />

moderados del trastorno y, con persistencia y paciencia, pueden lograr mantener una bue·<br />

na adaptación laboral y social. <strong>De</strong>bido a su carencia de motivaciones intrínsecas, el papel<br />

que desempeñan los factores contextuales es enorme.<br />

Trampas terapéuticas<br />

TaJ vez la trampa más relevante en la terapia con un individuo esquizoíde sea esperar<br />

demasiado. Ni Leonard, ni Doris, ni Hillary llegarán a convertirse jamás en personas muy<br />

sociables. Dada su incapacidad para inferir estados emocionales en ]os demas, es muy probable<br />

que experimenten la relación terapéutica como curiosa y desconcertante. Coa los escasos<br />

recuerdos que han grabado de su biografía y con su limitada capacidad para observar<br />

las relaciones que existen entre las acciones do los demás y su propio mundo interno, no<br />

puede considerarse que sean personas con procesos Internos claros y probablemente no res·<br />

ponderan a ningún tipo do terapia dirigida a la íntrospecctén. <strong>En</strong> consecuencta. el nivel de<br />

sofisticación de cualquier comentario con e] sujeto debe ajustarse a su grado de compren·<br />

sión. Esta valoración no puedo hacerse a partir de su nivel intelectual global. ya que los esquizoídes<br />

pueden ser muy brillantes íntoloctualrnente, aunque inconscientes o ingenuos<br />

desde un punto de vista social.<br />

Otra trampa que se debe tener en cuenta es que el terapeuta se sienta frustrado y derrotado<br />

y que acabe abandonando. Esto 1ipo de reacción es normal. y puede recordar la frustra-<br />

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416<br />

Trastomos de la personalidad c:n la \lkla moderna<br />

<strong>De</strong>ben realizarse otras dos valoraciones interpersonales. <strong>En</strong> primer lugar. hasta los in·<br />

dividuos con predominio de rasgos esquízoides experimentan algunas veces cierto grado de<br />

ansiedad social. tal vez relacionada con los fracasos interpersonales o co.n un sentimiento<br />

de torpeza. Dado que la ansiedad social puede vencerse mediante técnicas conocidas, su<br />

presencia es Indicadora de cierta preservación afectíva, lo que constituye un signo do buen<br />

pronóstico. <strong>En</strong> ese caso. los rasgos esqúteotdes pueden estar encubriendo aspectos do una<br />

personalidad evitado.m. de modo que puede conseguirse una mayor sociabiHdud. Además.<br />

debe valorarse hasta qué punto los rasgos esquizoides funcionan corno una forma extrema<br />

de defensa. un aturdimiento del sí mismo contra un mundo hostil. Los datos de un entorno<br />

infantil de abusos apoyan esta hipótesis, aunque no la confirman.<br />

<strong>En</strong> segundo lugar. se debe intentar explorar el contenido de las fant as Ias del sujeto. <strong>La</strong><br />

fantasía suolo considerarse desadaptativa para las personas retraídas. ya que las fantasías<br />

compensan las necesidades no satisfechas o los defectos percibidos en el sí mismo y. como<br />

tales, proporcionan un material rico para la terapia. Cualquier tipo de fantasía indica que el<br />

csquizoide tiene necesidades o deseos. y el terapeuta puede hacer uso de elJa como una<br />

puerta do entrada hacia el mundo privado del sujeto. Por ejemplo, si el contenido tiene que<br />

ver con sor un supcrhéroc, ello indica obviamente una percepción do que el st mismo os débil<br />

y carece de poder. Cualquier intervención que haga aumentar la competencia dará lugar<br />

a una imagen de sr mismo más competente, con lo que se incrementará el deseo de relacionarse<br />

e trnplloerse en situaciones sociales más gratificantes y realistas, ele. <strong>En</strong> consecuencia,<br />

en el caso de que los esqulzoídes refieran que no tienen fantasías. sería conveniente fomentarlas.<br />

ya que do esta manera so conseguirá tener alguna información acerca de lo que<br />

es gratificante para ellos. A la larga, en terapia puede estudiarse qué función desempeña el<br />

alslamiento en lo vida del individuo para conectarlo con el contenido de las fantastes.<br />

Trabajando desde una perspectiva cognitiva, Ottavíani sugiere establecer una jerarquía<br />

de los objetivos de interacción social que el paciente esté dispuesto a llevar a cabo [Beck<br />

el al .. 1990). Puede utilizarse un registro diario para controlar los pensamientos automáticos,<br />

sobre todo los que son inmediatamente anteriores y posteriores a cualquier situación<br />

social. EJ acto de identificar los pensamientos y emociones puede ser terapéutico en sí<br />

mismo. ya que los esquizoides tienden a tener contenidos mentales muy pobres. Es más.<br />

so puede pedir a estos pacientes quo identifiquen y comenten el estado mental de otras par·<br />

sonas. Con la práctica. la capacidad de responder do una manera adecuada y empática<br />

hará que las situaciones sociales sean más gratificantes. Para poner on práctica las habilidades<br />

sociales pueden utilizarse el role playing y la exposición in vivo. El feedback mediante<br />

grabaciones en audio y en vtdeo permite ayudar al sujeto y al terapeuta a identil'icar las áreas<br />

problemáticas: el registro y la escucha de la propia voz son útiles para que los pacientes<br />

controlen el intervalo emociona) de su voz. y las grabaciones en vídeo les permiten adqulrir<br />

una perspectiva sobre cómo los perciben los demás, y estimularles para que sean más<br />

adecuados en las situacíones sociales.<br />

Dado que los esquízoides suelen evaluar sus experieucí as de una manera global. Ottavlan!<br />

asegura qua pueden obviar aspectos de la experiencia muy gratificantes. <strong>La</strong>s pregun·<br />

tas que se centran en aspectos positivos permiten que el individuo aprenda qué prefiere y<br />

por qué. Estas actividades pueden repetirse para hacer que la vida sea más agradable. Por<br />

último, se pueden combinar los enfoques cognitivo e interpersonal en una terapia do grupo.<br />

donde se fomentará el desarrollo de habilidades sociales y de actitudes más constructivas. Al<br />

principio, muchos pacientes se mostrarán desinteresados y rehusarán participnrdurante mucho<br />

tiempo. Algunos se sienten socialmente ansiosos; otros consideran que el proceso de<br />

grupo os curioso o desconcertante. <strong>De</strong> todas maneras, dentro de un grupo que les acepte, muchos<br />

individuos podrán abrirse de forma gradual y participar mientras reciben feedbock<br />

acerca de cómo les ven los demás. Este feedback puede proporcionar un mejor entendimien-<br />

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CAPÍTULO 12<br />

Persona I idad esqu izotí pica<br />

t ' .<br />

:<br />

1<br />

I Objetivos<br />

• ¿CUáles son los criterios OSM-IV para la personalidad esquizotipica?<br />

• Explicar qué se entiende por ~rsonalidodes con d~fidts estructuro/es.<br />

• ¿Existen comportamientos en la infancia pre


420<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

creencias raras, imposibles do sostener desde una perspectiva científica, como por ejemplo<br />

que pueden comunicarse mediante telepatía o prever el futuro. Algunos tienen percepciones<br />

igualmente extrañas: por ejomplo, recordar a familiares fallecidos hace tiempo y sentir<br />

que sus espíritus rondan por la habitación. Suelen mostrarse muy suspicaces con rospecto<br />

a las intenciones do los demás.<br />

Estos individuos se denominan personalidades esqulzotípícas, a los que denominaremos<br />

esquizotipicos por mera conveníencia ltngütsüca. Dadas las caracterrsucas anterlores.<br />

resulta fácil entender que en la actualidad, para muchos autores. la persooalidad esquizotípica<br />

se sitúa en un continuo con la esquizofrenia. <strong>De</strong> ahí que los esquízotfpicos y los esquizofronicos<br />

se conozcan como esquizotipos. El continuo que une a estos dos trastornos se<br />

denomina esqujzotipia. <strong>De</strong> acuerdo con los estudios de la esquizofreula, los síntomas esquizoUpicos<br />

indicadores de un exceso o exageración de la aclividad normal. como ideas deltrantes,<br />

alucinaciones e ideas de referencia. se conocen como síntomas positivos. y los que<br />

hacen referencia a déficits interpersonales y motivacionales se conocen como síntomas<br />

negativos.<br />

Considérese el caso de Neal (caso 12·1). Neal ha sido víctima de circunstancies des·<br />

afortunadas, y le han arrestado por posesión de cocaína y puesto en libertad vigilada tras<br />

dar negativo en el análisis de orina para detectar sustancias ilegales. Como les ocurre a<br />

muchos esquízoupícos, Neal presenta lo que se denomina ideas de referencia, Jo cual sígnifica<br />

que cree que los demás están pendíentes de él o que es. de algún modo, el centro de<br />

los acontecimientos interpersonales (v. criterio 1). <strong>En</strong> vez. da considerar qua lo qua le sucede<br />

es producto de la mala suerte, Neal llega a la cenclustén de qua «la han tendido una<br />

trampa,. Es más. «sabe• que los agentes de policía ostán hablando do él tan sólo porque, S&-<br />

gún explica, «110 dejaban de mirarlo o intentaban que él no so diera cuenta». Es probable<br />

que las idees de referencia de Neal estén relacionadas con la ansiedad social a la que aludió<br />

lo policía. Neal se siente incómodo cuando está con gente, incluso aunque perezca no te·<br />

ner ninguna razón para ello (v. criterio 9). Cuanto más incómodo se siente. más alerta está y<br />

es más probable que elabore los acontecimientos de tal Forma que acaben girando alrededor<br />

de él.<br />

Durante la entrevista clínica surgen otras características inhabitual es. Aunque se le ha·<br />

con preguntas muy simples sobre su biografía. ol estilo y contenido de sus respuestas son<br />

raros. No parece conectar con el propósito de la entrevista ni con la intención del entravistador<br />

y se queda perplejo ante las preguntas más básicas. como si él y el entrevistador no<br />

compartieran la misma realidad socia]. Por otra parte. las preguntas nada ambiguas generan<br />

respuestas desconectadas y algo circunstanciales (v. criterio 4), como si perdiera el objetivo<br />

primordial do la pregunta, lo recuperara después y volviera a perderlo da nuevo. Sí bien el<br />

significado y las emociones están muy conectados en el lenguaje de las personas normales.<br />

en el caso de Neal están coordinados sólo do forma muy superficial (v. criterio 6). Algunas<br />

veces muestran una complota lnadecuación a los acontecimientos objetivos, como si interpretara<br />

las interacciones interpersonales mediante marcos de referencia que. o se aplican de<br />

forma errónea, o destacan aspectos triviales de la ínteracciéu e expensas de los que son<br />

importantes o primordiales.<br />

Neal también refiere experiencias perceptivas inusuales que recuerdan a la esquízofrenía.<br />

Cuando afirma que «le ha llegado ol mensajes del verdadero propósito de la entrevtsto,<br />

no está hablando metafóricumeute. Más bien, afirma que tiene un acceso privilegiado a<br />

ioíonnación que no pertenece a la experiencia humana normal (v. criterio 2). También refiore<br />

experiencias perceptivas inusuales que recuerdan a les alucinaciones (v. criterio 3).<br />

Cuando Noal dice que ha vislumbrado el futuro, cree de verdad que ha podido adelantarse<br />

en el tiempo y ver do verdad al futuro. Cuando ax plica que puede ver lo que ocurre en otros<br />

lugares, y qué sucaderla sl él Fuese allí, babia desde la percepción, no desde la inferencia.<br />

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422<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la ptrSonalidad en la ,Acta moo,ma<br />

Cabe destacar que las revelaciones y la información extrasensorial de Neal parecen tener<br />

una función protectora, quo le vuelven suspicaz poro que también le permiten mantenerse<br />

a salvo. Cuando Neal se sienta ansioso en las siruaeiones sociales e interpreta los acontecímientos<br />

de forma que de algún modo e.stán centrados alrededor de su persona, la sirvo<br />

corno mfnirno de medida do protocción. Por oso estos hechos se han convertido en la base<br />

para la acción en o) curso de su vida diaria. <strong>De</strong>bido a que, de todos modos, los temores de<br />

Neol son Invenciones on su mayor parto, parece ser quo sus medidas praventívas siempre<br />

funcionan, con lo que sus creencias supersliciosas y su estilo cognitivo exótico acaban reforzándose.<br />

Por último, como muchos esquizotípicos, Nea) presenta comportamientos que parecen<br />

raros o peculiares (v. criterio 7). Su vecino más cercana refiero que le ha visto contorsionarse<br />

y hablar solo. Asimismo. Neal afirma que ha trabajado como limpiador de cristales<br />

hasta que su aspecto y comportamiento extravagantes acabaron asustando a los clientes.<br />

Quizá también asustaron a NeaL Dada su ansiedad social y los métodos cognitivos inusuales<br />

mediante los cuales se protege a sí mismo. no debe sorprender que Neal no tenga amigos<br />

íntimos (v. criterio 6). <strong>En</strong> vez de elJo. está básicamente solo y persigue uno existencia mi·<br />

nimalista en los límites de la sociedad.<br />

A partir del cuadro do Neal, podemos entrar a considorar otros aspectos. <strong>La</strong> personalldad<br />

puede courparerse cou un edificio de oficinas. Cada trabajador tiene asignada su propia<br />

tarea y el edificio complementa sus actividades. Por ejemplo, el tráfico interno no se desvía<br />

por caminos eumarnñados. ni acaba redirigiéndose R la calle. Todos los trabajadores y<br />

visitantes encuentran con facilidad los lugares a los que se dirigen, sin necesidad de hacer<br />

esfuerzos Inútlles ni de frustrarse. <strong>En</strong> realidad, toda la estructure potencia de una manera<br />

natural el funcionamiento eficaz. Cada una de las personas se integra con las demás de<br />

una forma natural. de modo que. idealmente, todo el edificio de oficinas funciona como<br />

un único conjunto annónico.<br />

<strong>En</strong> cambio, en las personalidades esquizcíjpica, límite y paranoide, los déficits estructuraJes<br />

impiden que todo el conjunto funcione con fluidez. Para el paranoide, el edificio<br />

es demasiado rígido y constreñido, de manera que todo el que entra debe respetar sus reglas<br />

específicas y predeterminadas o será expulsado. <strong>En</strong> la personolidad límite. el edificio está<br />

estructurado de una forma tan difusa que su interior apenas parece dividido en salas. Sus<br />

contenidos se filtran de un comparümento u otro. de manera que toda la estructura parece<br />

lóbiJ. fádlmente susceptible de fragmeatarse o funcionar de una manera impredecible. <strong>En</strong><br />

la personalidad esqulzoupíca, el diseño general tiene una lógica excéntrica e indescifra-<br />

ble, mediante: la cual lo extrevagente se vuelve normal y lo normal se vuelve extravagante.<br />

Estas tres son las personalidades con déficits estructurales. El estilo de personalidad<br />

expresa una manera de funcionar en el mundo; la estructura de la personalidad hace referencia<br />

al verdadero sustrato que apuntala el functonamíento. Por ejemplo, una mano sirve<br />

para escribir. agarrar o manipular objetos. Esto es lo que hace. Sin embargo. desde un punto<br />

de vista estructural. la mano está formada por huesos. músculos. nervios y rondones: sin<br />

ellos, la mano no puede funcionar. <strong>De</strong> la misma manera. los ámbitos estructurales do la parsonalidad<br />

son la plataforma ele sostén de sus aspectos funcionales. y ast so conforme la arquitectura<br />

de la mente. Los esquemas cognitivos. por ejemplo, proporcionan la estructura<br />

de base para la expresión de los estilos cognitivos. <strong>La</strong> imagen de uno mismo proporciona<br />

otro componente estructural a la personalidad, un componente que influye en la manera de<br />

relacionarse. así como en el funcionamiento do los mecanismos de defensa. que sostienen<br />

y protegen la autoestima. Así. los compulsivos se cons:idcran a sf mismos como escrúpulosos<br />

y cumplen de una manera impecable las normas externas para asegurarse de que esta<br />

imagea se confirme: exageran los errores más nimios y los convierten en equivocaciones de<br />

gran importancia. lo que conduce a la autocondcna. C'.omo demuestra aste ejemplo, los ele·<br />

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424<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la viml moderna<br />

ÉNFASIS EN EL DESARROLLO (cor1tilluacióll)<br />

nos en las actividades sociales, eran más sensibles a la critica y reacoonaban con mayor inquietud; sin<br />

embargo, cabe destacar que no fueron evaluados como más ansiosos por los profesores, Estos niños<br />

diferian de los niños que más adetanre presentaeon esquizofrenia, ya que estos Ultimos eran más sub­<br />

V(l'Sivos e hipe,excitables. Los resultados apoyan una continuidad de si'ntomas negativos desde la etapa<br />

tardía de la infancia hasta la edad adulta.<br />

Por desgracia, no se han realizado estudios de los síntomas positivos de la personalidad esqu1zotlpica.<br />

<strong>De</strong>bido a que, desde el punto de vista del desarrollo, es normal que los niños de corta edad<br />

crean en la magia y atribuyan a ésta explicaciones varias (Rostngren et al., 1994; Vikan y Ctauseo,<br />

1993). se:ría muy interesante estudiar el des.arrollo de estos sintomas en ios niños esquizotípicos.<br />

Ouizá la reticenda o incapaeidad para renunciar al pensamitnto m.igic:o temprano, que es normal desde:<br />

un punto dt vista (YOlutivo y que, por lo general. se: manifiesta en todos los niflos. puede provocar<br />

posteriormente algUn tipo de psi«1patologia grave en un nit'to.<br />

Con ol caso de Nca.l como ejemplo, podemos abordar otros aspectos quo con.figuran el<br />

contenido de este capítulo. <strong>En</strong> primer lugar. compararemos la normalidad y la patología, y<br />

luego pasaremos a las variantes del prototipo esquizotfplco. A continuación se describen<br />

las perspectivas biológica, psícodtnamtca. Interpersonal y cognitiva con respecto a la personalidad<br />

esqulzottpfca. Estos apartados configuran el núcleo de la vertiente científica en la<br />

personalidad. Tratando de explicar lo que observamos en casos como el de Nea], el objetivo<br />

es traspasar la mera anécdota literaria para introducirnos en el área teórica. Como siempre.<br />

presentamos al mismo tiempo la historia y la descripción e indicarnos la contribución<br />

de autoras del pasado que han subrayado un determinado aspecto del trastorno. So revisen<br />

también las hipótesis del desarrollo. aunque en la actualidad siguen siendo provisionales<br />

para todos los t:rsstornos de la personaHdad. Más adelante, el apartado «Perspectiva evolutiva<br />

y del neurodesarrollo» muestra cómo la existencia del trastorno do la personalidad es<br />

consecuencia de <strong>La</strong>s leyes de la evolución. También se compara la personalidad esquízoupica<br />

con otros construcros derivados do la teoría y se comenl.a cómo las personalidades esquizotípicas<br />

tienden a desarrollar trastornos dol Ejo l. Y. por ülttmo. planta.amos el tratamiento<br />

del trastorno mediante psicoterapia. Una vez más. los contenidos están organizados<br />

en función de los enfoques clásicos de este campo: las perspectivas biológica, interpersonal.<br />

cognitiva y psicodinámica. A lo largo del texto conseguimos concretar puntos abstractos<br />

mediante la introducción de estudios de casos clínicos, que nos permtten contar con ejemplos<br />

específicos.<br />

I DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA<br />

Si bien la personalidad esquizotípica se considera un trastorno gravo de la personalidnd.<br />

es posible que algunos lectores encuentren algunos rasgos aislados del esqutzoupíco<br />

ronejados en su propia personalídad. Cuantas más características de este tipo so tengan.<br />

más «diferente» se vuelve todo el cuadro. Oldham y Morris (1995) hacen rofarencia al estí·<br />

lo idiosincrásico, un agente diferente alimentado por un único sistema de creencias que<br />

contribuya a un estilo de vida aada convencional o incluso excéntrico, Estos individuos necositan<br />

tener muy pocas relaciones cercanas y son personas independientes que van en bus·<br />

ca de todo lo que sea interesante y poco común: les atrae lo extrasensorial. lo sobrenatural.<br />

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Capítulo 12. Pt,sooalidad esquizotípica<br />

425<br />

lo oculto o lo místico. Son muy dados a tener nuevas experiencias y a realizar interpreteclones<br />

uriglneles de los ideas convencionales. y muestran curiosidad por las formulaciones<br />

abstractas alternativas a todo lo convencionaJ y habitual. A menudo son muy conscientes<br />

de las reacciones de los demás. pero siguen inspirándose en fuentes internas. Por lo tanto,<br />

la realidad social consensuada no constituye la base de su propia autoestima. <strong>En</strong> vez de<br />

ello, creen y valoran el mundo subjetivo do sus propias experiencias lloicas. Si la oxporiencia<br />

apoya la existencia de lo sobrenatural o de las percepciones extrasensoriules. no ne·<br />

cesitan pruebas objetivas ni científicas. Muchos son experimentalistas en busca de los lrmítes<br />

del conocimiento y de la experiencia emocional y espiritual.<br />

Si se normalizan los criterios diagnósticos del DSM·IV. puede construirse también una<br />

variante menos patológica de la personalidad esquizotípica (Sperry, 1995), y por ello la<br />

mencionamos. Mientras que los individuos con trastorno presentan ideas de referencia e in·<br />

terprelan los acontecimientos como si ocultaran un significado especial únicamente dirigído<br />

a ellos (v. criterio 1). las personas con el estilo esquizotípico simplemente parten de su<br />

propio mundo interno, de manera que surgen Interpretaciones y conclusiones poco habituales<br />

en las que el individuo desempeña un papel especial. EJ sujeto con el trastorno puede<br />

presentar pensamiento mágico o creencias raras. quizá creer que es clarividente o que<br />

tiene telepatía (v. criterio 2), y el sujeto con el esUlo también puede mantener ideas o superstlcíones<br />

poco frecuentes. pero es capaz de dejarlas a un lado temporalmente y adaptarse<br />

a lo que requiero la realidad social consensuada. Así como el individuo con el trastorno<br />

pueda presentar experiencias perceptivas i.nusuales (v. criterio 3), el individuo ton el esli·<br />

lo está interesado en experimentar la realidad más allá de lo común, incluyendo lo sobrsnatural.<br />

místico u oculto. pero no se vuelca exclusivamente en el.los como fuente do verdad o<br />

inspiración. <strong>En</strong> el trastorno, la persona puede presentar pensamientos vagos y circunstanciales<br />

o ideas elaboradas en exceso [v. criterio 4), pero en el estilo sólo siente atracción hada<br />

lo nuevo y abstracto.<br />

<strong>En</strong> cada una de las comparaciones anteriores, Nea! se aproxíma más al extremo patologico.<br />

Por ejemplo. crea qua los individuos que se encuentran ruara de su ce Ido están hablan·<br />

do de él. Además, está convencido de que es clarividente y de que esta capacidad inusual<br />

puede abarcar Incluso el futuro. No puede apartar estas creencias raras; es más, constituyen<br />

la base para las acciones futuras. Neal «sabe• lo que ocurre on otros Iugeres, y croe quo puedo<br />

ver lo qua lo sucedería si estuviese allí. <strong>En</strong> lugar de tender hacia lo nuevo y lo abstracto.<br />

las palabras do Neal parecen vagas y circunstanciales. Divaga como si los verdaderos contenidos<br />

del pensamiento, cualesquiera que sean, ostuvicran interfiriendo en el planteamienlo<br />

global de su discurso.<br />

El resto de criterios diagnósticos pueden situarse tamhíén en un continuo (Sporry.<br />

1995). Si bien los individuos con este trastorno no suelen tener amigos íntimos (v. criterio<br />

8), hasta al extremo do mostrarse suspicaces y paranoides (v. criterio 5). en el estilo se<br />

alímentan do un sistema interno de creencias y no necesitan que los demás den validez a<br />

este slstoma. Mientras qua en ol traslomo el individuo presenta un afecto restringido o inapropiado<br />

(v. criterio 6), en c.l estilo es consciente de las respuestas que la sociedad requiere<br />

o recompensa. Si bien en el trastorno el individuo piensa o actúa de forma peculíar. rara o<br />

muy extraña (v. criterio 7), en el estilo el individuo no es nado convencional porque siento<br />

indiferencia hacia las normas sociales. Por último. el individuo con el trastorno prosonta<br />

una ansiedad social excesiva que no disminuye con la íamiJia.rización (v. crlterlo 9), pero el<br />

individuo con el estilo es muy observador y consciente de las acciones y los sentimientos<br />

de los otros.<br />

Do nuevo, al contrastarlo con las comparaciones anteriores. Neal se aproxima más<br />

al extremo patológico del continuo. Lejos de estar alimentado por su propio sistema de<br />

creencias. sospecha que la policía le ha tendido una trampa. <strong>En</strong> lugar de tener en cuenta qué<br />

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428<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida modtrn,1<br />

se crean su propio mundo Interno poblado de fantasías mágicas, ilusiones. relaciones telepaneas<br />

y otros pensamientos extraños que les proporcionan una existencia más si.gni6cetiva y<br />

gratificante que la que encuentran en la realidad. Otros buscan aniquilarse a sí mismos por<br />

completo, anulando su identidad y siguiendo un camino similar al de otros equivalentes insulsos.<br />

Los esquizotípicos timoratos son demasiado aprensivos. sobre todo en situaciones sociaJes.<br />

y manifiestan agitación y un estado de vigilancia ansioso. <strong>La</strong> mayoría desconfía de los<br />

demás, y son suspicaces respecto a sus intenciones; a pesar de que cada vez pueda existir<br />

una familiaridad mayor con algunas personas. este sentimiento rara vez desaparece.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista del desarrollo. los esquiwtípicos timoratos han estado expuestos<br />

a una historio temprana de excesivo desprecio. rechazo y humíllacíén. <strong>En</strong> consecuencia,<br />

tioneo scntimlenlos de baja autoestima y do incompetencia. y una ooteble desconñauza on<br />

los demás. A causa de este trato tan duro, para protegerse se alejan de los demás, se apartan<br />

do la sociedad y aíslan sus sentimientos. Pueden llegar a evitar del todo las interacctones<br />

con otras personas porque temen que cualquier contacto provoque valoraciones negativas.<br />

Tan convencidos están de su falta do valía, que muchos acaban rebajándose como por·<br />

sonas. <strong>De</strong> los dos subtipos. Ne.al se aproxima más al esquizotípico timorato.<br />

I ANTECEDENTES HISTÓRICOS<br />

Segltn parece, algunos trastornos de la personalidad ya se conocían desde la anrígüedad,<br />

paro la personalidad esquizotlplca es uu constructo bastante nuevo. Su historia se<br />

inicia en relación con la esquizofrenia y ha ido avanzando mientras so intentaba detenn.inar<br />

con exactitud dónde comienza y dónde acaba cada uno de los síndromes. <strong>En</strong> el capítulo 1<br />

se ha señalado que las ciencias sociales son diferentes de las ciencias puras. que sus fenómenos<br />

tienen límites intrínsecamente difusos y que, por tanto. rnucbos sfntomas y caractortstlcas<br />

parecen relacionarse de una manera confusa y resulta casi lmposiblc entenderlos de<br />

forma adecuada bajo un üntco tónnino diagnóstico.<br />

<strong>La</strong> clasificación de los esquizofrénicos ha sido difícil incluso antes del origen del término.<br />

<strong>En</strong> la quinta edición de su texto psiquiátrico, Kraepolín (1896) concluyó que la cala·<br />

lanía y la bebefrenia, así como determinadas alteracicnes paranoides, eran variaciones de<br />

la demencia precoz y mostraban un aspado común de inicio temprano e incurabilidad.<br />

Kraepelin pareció dar orden y simplicidad a lo quo previamente había sido confusión<br />

díagnóstíce. <strong>En</strong> línea con la tradición do la psiquiatría alemana, Krnepelin partía de la base<br />

de que el elemento subyacente a este nuevo síndrome unitario era un defecto bioquímico.<br />

ñntre los principales signos que consideraba básicos, además del declive progresivo e inevttablo.<br />

estaban las discrepancias entre el pensamiento y la emoción. el negativismo y los<br />

comportamientos estereotipados, las ideas vagas o inconexas, las alucinaciones. las ideas<br />

delirantes y un deterioro mental general. Su síntesis fue cuesticuada y modificada en las<br />

propuestas de Eugen Bleuler en Suiza y de Adolf Meyer en Estados Unidos.<br />

<strong>La</strong> observación de cientos de pacientes con demencia precoz a principios de lo prirnera<br />

década del sigJo xx hizo concluir a Bleuler que las reacciones y los pensamientos de sus<br />

pacientes eran complejos y a menudo muy creativos, y que contrastaban de forma muy no·<br />

table cor) al pensamtentc simple y confuso que había observado Kraepelín. Es más. muchos<br />

do sus pacientes manifestaban por primera vez su enfermedad en la edad adulta y no en la<br />

adolescencia. como indicaba Kraepelin. y una proporción importante no presentaba dele·<br />

ríoro progresivo, caracterfstícas ambas que Kraepelin consideraba definitorias del síndromo.<br />

Así. pam Bleulor, el término demencia precoz era una denominación equívoca, ya que<br />

caracteriaaba una edad de inicio y un curso de desarrolJo que la evidencia no apoyaba. Los<br />

síntomas primarios. según Bleuler, eran alteraciones de los vínculos asociativos entre pen-<br />

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Capitulo 12. Ptrsonalidad csquizotlpic:a<br />

431<br />

Peso a estos impedimentos. se pensaba que estos individuos podían vivir sin descompensarse<br />

en un síndrome de esquizofrenia florido.<br />

Cuando se comenzó a elaborar ol OSM·lll en 1980, el síndrome esquizofrénico límite<br />

seguía siendo algo ambiguo. El término Hmite se utilizó ampliamente para hacer referencia<br />

110 sólo a los osquizolipos compensados. sino también a los componentes neuróticos del<br />

trastorno caracteríal, la organización de Ie personalidad límite desde la perspectiva pslcodinámica.<br />

Para esclarecer algo más los limites con las psicosis y los trastornos de la personalidad,<br />

Spitzer el al. (1979) desarrollaron criterios diagnósticos provisionales basados en<br />

los resultados do los estudios de adopción daneses y en su propia revisión de la literatura.<br />

Se pidió a una amplia muestra do psiquiatras que valoraran cada criterio en términos de<br />

su validez para diferenciar a los pacientes esquizofreniformes de aquellos con un estado inestable<br />

y límite o con psicosis. A partir de este estudio, nació de manera oficial el trastorno<br />

esquizotípico de la personalidad.<br />

I PERSPECTIVA BIOLÓGICA<br />

i s<br />

1<br />

1<br />

·i<br />

1<br />

j<br />

1<br />

o<br />

Corno ya se ha señalado, la historia del trastorno osquizotlpico de la personalidad se ha<br />

visto muy innuida 1>0r la creencia de que tenía una base biológica y por su mlación con la<br />

esquizofrenia. <strong>En</strong> la actualidad, los estudios han establecido con firmeza la existencia de<br />

variables genéticas que relacionan los dos trastornos (Kondler et al.. 1993). aunque sigue sin<br />

esclarecerse con exactitud su naturaleza, ol gen o los genes específicos y su ubicación en el<br />

cromosoma. Cabe esperar que los estudios del Proyecto del Genoma Humano. que pretenden<br />

describir el mapa genético completo de) Hamo sopiens. acaben ayudando en la investigación.<br />

Por ahora. los investigadores sólo pueden decir, por ejemplo, que cuaudo un<br />

miembro de la familia presenta esquizofrenia o un trastorno esquízouplco de la personal i­<br />

dad. el riesgo de que los demás miembros la presenten tarobiéo amnenta, y qoo los stntomas<br />

positivos y negativos son independientemente hereditarios (Kendler y Walsh, 1995). Se<br />

supone que algunas formas de esquizofrenia implican un ünlco gon dominante, como pro·<br />

dice el modelo de Meehl, y que otras formas implicao mültlpíes genes, Ambos casos no son<br />

mutuamente excluyentes.<br />

<strong>En</strong> cualquier caso, la perspectiva emorgonto, anunciada por Rado y Mechl. defiende<br />

que en realidad la esquizotipia es el trastorno fundamental. <strong>En</strong> cambio, la esquizofrenia es<br />

simplemente el punto Final de una predisposición genética que aparece asociada a estrés<br />

ambtental persistonto o a un trauma. <strong>La</strong> esquizofrenia es el caso especial; la personalidad<br />

esquizotíptca es el caso general y. por tanto. el objelivo pertinente de estudio (Raine y<br />

Lencz, 1995). <strong>En</strong> consecuencia, los investigadores ya han comenzado a extender al intervalo<br />

do la personalidad csquizotfpica los resultados clásicos obtenidos a partir del estudio<br />

de la esquizofrenia. Aunque se han publicado mlles de estudios sobre los esquizofrt!nicos.<br />

destaca lo poco que se conoce con certeza. Se espera que el estudio do la personalidad esquizotípico<br />

esclarezca y amplíe los múltiples hallazgos provisionales. <strong>La</strong> hipótesis más di·<br />

recta, que no requiere apoyarse en todas las líneas do investigación. es simplemente que<br />

cada trastorno de esquizofrenia debería tener \111 equivalente memos patológico en la personaJidad<br />

esquízotípica.<br />

Una tradición importante de tnvestlgaclén se centra en las alteraciones estructurales<br />

del cerebro del esquizofrénico; para olio utiliza técnicas de reciente desarrollo. como la tomograña<br />

computarizada. que envía rayos X a diferentes secciones del tejido cerebral, y la<br />

resonancia magnética. que realiza fotografías más precisas del cerebro utilizando intonsos<br />

campos magnóticos. Los hallazgos demuestran que los ventrrcu los c-cavtdedes del cerebro<br />

entro los hemisferios que contienen líquido cefalorraquídeo- están dilatados en muchos<br />

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432<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida modttna<br />

esquizofrénicos. lo cual sugiere o bien cierta patología en e) desarrollo del cerebro, o quizás<br />

una atrofia del tejido cerebral como consecuencia del trastorno. Bucbsbaum et al. (1997)<br />

compararon el volumen ventricular do individuos esquizofrénicos cou el de sujetos con<br />

personalidad esqutzotfpica y con el de personas normales. Los resultados sugieren un menor<br />

volumen dol lóbulo frontal tzquíerdo. Sin embargo, cabe señalar que el grado de dila·<br />

tacíon ventricular no era tan grande en los esquizotípícos como en los esquizofrénicos. y no<br />

se ha observado en otros trastornos de la personalidad (Siever et al., 1995).<br />

Además de estas características estructurales a gran escala, el cerebro está compuesto<br />

de neuronas individuales que se comunican unas con otras a través de la sinapsis msdtante<br />

mensajeros químicos. denominados neurotransmisores. Sin ellos. los billones de neuronas<br />

del cerebro estarían aisladas, incapaces de hacer nada. Ni siquiera se podría pensar.<br />

Dado que las alteraciones cognitivas son tan prominentes en la personalidad esquízotípica.<br />

el estudio de los neurotransmisores se ha convertido en una vía natural de investigación.<br />

AJ igual que los esquizofrénicos, los individuos esquízoupícos presentan ideas de referencia,<br />

trastorno del pensamiento. percepciones atípicas y síntomas paranoides, los denominados<br />

síntomas positivos; éstos responden a los antlpsicéticos (loseph. 1997), aunque los esquizotípicos<br />

requieren dosis más bajas que los esquizofrénicos. Esta similitud en cuanto a<br />

la respuesta a la medicación vuelve a confirmar la conríuuídad entre estos dos síndromes.<br />

Pero ¿cuáles son los neurotransmisores concretos implicados? Los antipsicóticos blo ..<br />

quoan los 1'$COptores de la dopamina. <strong>La</strong> «hipótesis de la dopamina». formulada hace más<br />

do 30 años, sostiene simplemente qua un exceso de dopamíaa provoca los síntomas posítívos<br />

do la esquízofrsnta. <strong>En</strong> efecto, cualquier exceso de dopamina producirá síntomas esquízofrénicos.<br />

E....;10 es exactamente lo que OClU'f(I, Por ejemplo. la enfermedad de Parkinson se<br />

ha asociado con una deficiencia de dopami.ua. Sin embargo. cuando los pacientes do Park:inson<br />

reciben fármacos para aumentar los niveles de dopamina, algunos presentan sínto ..<br />

mas positivos (Celosía y Barr, 1970). Asimismo. la psicosis inducida por el abuso doanfotaminas<br />

se produce a través de las vtas dopemínérglcas. Dadas estas conexiones, no debo<br />

sorprendernos al hecho de que la dopamina desempeñe un papel en la personalidad esqutzotrpíca.<br />

Los estudios actuales demuestran que aumentos en las concentraciones do catabolitos<br />

en sangre. que indican la actividad de la dopamina en el cerebro. se correlacionan<br />

con los síntomas positivos del trastorno esqutzottplcc de la personalidad (Siever<br />

et al .. 1993).<br />

Combinando los resultados de los estudios anatómicos y sobre neurotransmisores descritos<br />

anteriormente, el pensamiento vigente (Sievor, 1995) sostiene que los déficits estructurales<br />

del cerebro explican los síntomas negativos en el trastorno esquízotíplco de la<br />

personalidad. y que un aumento de la actividad dopaminérgíca en las áreas del sistema límbico<br />

explica los síntomas positívcs. Todavía no se sobe si esto se debe a una hípersensíbilidad<br />

en los receptores. o quizá simplemente a un exceso de receptores. Se han identificado<br />

varios tipos de receptores de la dopamina, y su número y proporciones relativas sarán probablemente<br />

objeto do estudios futuros.<br />

Otra línea clásica de íuvestígacíén se centra en la neurovirologJa_. subdísciplina de reciente<br />

aparición. <strong>La</strong> teoría sostiene que. durante el


capitulo 12:. Ptl'SOf\aJidad esquizotfpica<br />

433<br />

i s<br />

8<br />

1<br />

• i<br />

J<br />

j<br />

i<br />

do trimestre de embarazo presentaban más síntomas cognitivo-perceptivos de csquizotipia<br />

con respecto a los sujetos control. y mayor tendencia hacia los déficits interpersonales.<br />

Otros estudios han demostrado que los melabolitos de la clozapina. un neuroléptico relativamente<br />

reciente. utilizado para el tratamiento de la esquizofrenia, inhiben la replicación<br />

del virus de la inmunodeficiencia humana (VlH-1). con lo qua so refuerza todavía más la relación<br />

entre esquiwtipia e infección viral Oones-Brando et al .. 1997). Además. la htpétesis<br />

viral no es inconsistente con la elevada tas.a de concordancia de esquizofrenia entre gemelos<br />

idénticos, que comparten el ambiente feta.l (Davis y Phelps. 1995).<br />

Se han obtenido también otros resultados interesantes. Por ejemplo, los individuos con<br />

elevadas puntuaciones en esquizotipia tienden a ser más bajos que los individuos normales<br />

(Wellman el al .. 1996). Al igual que los esquizofrénicos, los sujetos normales con elevadas<br />

puntuaciones en esquizotipia no distinguen los olores tan bien como los normales (Park y<br />

Schoppc, 1997). <strong>La</strong>s puntuaciones en medidas cognitivas de la esquízotipie predicen vulnerabilidad<br />

a las pesadillas (Claridge el al., 1997). Diferentes aspectos del trastorno esquizotfpico<br />

de la personalidad puedon estar asociados o la pubertad temprana o tardía (Gruzelier<br />

y Kaiser, 1996). Según McCreadia (1997), existe una mayor probabilidad, respecto a<br />

sus hermanos no esquizofrénicos. do que los Indívtduoa esqulzofrénícos no hayan sido<br />

amamantados y durante la niñez hayan mostrado más rasgos ssquízoides y esquízoupícos.<br />

El DSM y la perspectiva psicodinámica entienden la psicopatologla de manera claramente<br />

distinta. <strong>La</strong> intención del DSM-m. adoptada en 1980, fue depurar la psioopatología de<br />

toda base teórica, recurrir a la descripción como fundamento del sistema de clasificación. y<br />

luego coostruirla desde ahí, coa la idea de que con el tiempo y las investigaciones, la descripción<br />

diera lugar u la explicación, el objetivo último de la ciencia. Pero, de esta manera. el<br />

OSM-UI hado detenninadas suposiciones implícitas, sobre todo al considerar que todas las<br />

psícopatologías deben y pueden diagnosticarse en r..:ategorías y que los límites entre las diversas<br />

entidades categóricas son discretos, incluso aunque los procesos responsables de la patología<br />

en cualquiera de las categorías sean en gran modida desconocidos. Por tanto, cada síndrome<br />

so trata como una entidad discreta. posiblemente no relacionada con el resto.<br />

Por el contrario, la perspectiva psícodínámica afirma que existen hilos de continuidad<br />

que unifican muchas psicopatologfas que sólo son diferentes en la superficie. Como hemos<br />

podido ver. por lo general se considera que el carácter histérico es una forma más madura<br />

del carácter histriónico, que resulta más infantil y patológico. Aquí, las diferencias do<br />

grado se disfrazan en diferencias de tipo. <strong>De</strong>sde la perspectiva psioodinámica, el DSM mu·<br />

tila este continuo, ya que presenta sólo una personalidad histriónica, y obliga a que todo<br />

se ajuste a una única categoría. Lo mismo ocurre con la personalidad esquizotípica. Pose al<br />

énfasis que hace el OSM en lo categórico y discreto, la mayoría de los analistas han constdorado<br />

históricamente que los esqutzoldes, evitodores y esquteoupícos se encuentran en<br />

el oxtromo no psicótico de un continua on cuyo extremo opuesto se sitúa la esquizofrenia<br />

(McWilliams. 1994).<br />

Muchos clínicos consideran que los constructos metapsicolégtcos dol psicoanálisis<br />

clásica so alejan demasiado de la persona concreta para poder sor útiles desde un punto de<br />

vista clínico. Según la visión clásica, los esquizofrénicos reaccionan a un mundo especial·<br />

mente duro, frío o contenido, regresando a una etapa del desarrollo que ya existía antes de<br />

formarse el yo. Dado que la principal función del yo es coordinar las exigencias internas dol<br />

ello. las prohibiciones dol superyó y las limitaciones de la realidad extorna, casi todo lo que<br />

consideramos que nos distingue como seres humanos queda, por tanto. invalidado.<br />

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o<br />

I PERSPECTIVA PSICODINÁMICA


436<br />

Trasto,nos de la p,ct'SOtlatidad en la vida modtma<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

Para el esquízotípíco, el coruportarníeuto ínterpersonal y el estilo cognitivo están muy relacionados<br />

y funcionan juntos para perpetuar el trastorno. Éste mezcla la comunicación social<br />

con las irrelevancias personales. <strong>La</strong>s ensoñaciones improductivas contribuyen aJ pensamiento<br />

mágico y a la suspicacía írractonal, oscureciendo todavía más los límites existentes en·<br />

tre realidad y fantasía. Al no mantener relaciones que puedan aportarles el feedback correcli·<br />

vo de las relaciones humanas normales. e) esquiwtípioo sólo puede mostrar hábitos ínadecuados<br />

desde el punto de vista social y manierismos peculiares. A su voz. esta enajenación del<br />

sf mismo y de los demás contribuye a las experiencias de despersonalización, desrealización<br />

y disociación. El hecho de preferir el retraimiento y el aislamiento impulsa a los esqulzotípicos<br />

a mantener actividades en secreto y desempeñar roles marginales. Como tales, no son<br />

oonsctenres do quo sus actos son inapropiados y no entienden por qué, incluso cuando se les<br />

explican las razones. So.n incapaces de entender los elementos cotidianos del comporta·<br />

miento humano. elaboran do forma errónea las comunicaciones interpersonales e imponen es·<br />

quemas personalizados de referencia, lenguaje irrelevante y digresiones metafóricas.<br />

Aunque los esquizottpíeos suelen parecer satisfechos de sor socialmente excéntricos<br />

o raros, en realidad muchos no piensan en los códigos implícitos de conducta ni en las normas<br />

sutiles do comportamiento. Los individuos conscientes desde un punto de vista social<br />

tienen un amplio conocimiento de las pautas soctales. <strong>La</strong>s personas normales son conscientes<br />

de los estados emoctonales internos de los demás y tratan de suavizar siempre las asporezas<br />

da las situaciones Interpersonales, atributo denominado aplomo. Hasta los individuos<br />

sin aplomo suelen implicarse en el control do las impresiones para mejorar los resultados.<br />

<strong>En</strong> cambio. los esquizotípicos no entienden los códigos sociales implícitos ni las normas de<br />

conducta. Por ejemplo, os posible que no tengan on cuenta el valor do dar una imagen so·<br />

segada y competente durante una entrevista laboral. Sus categorías sociales y sus normas<br />

son burdas o incompletas. Todas las cosas que prosupono un exporto social --ol conocimiento<br />

de los matices de las ulleracciones sociales cotidlaues, la capacidad para entender<br />

de forma adecuada las lntenciones de los demás y responder da manera apropiada, el efecto<br />

que el estado de ánimo puede tener en el estado cognitivo- son deficientes. están plagadas<br />

de laguoas o se hallan ausentes.<br />

Los esquizotípicos ignoran las señales e indicios sociales, siempre evalúan de forma<br />

errónea las situaciones interpersonales, dan pasos en falso que incomodan a los demás e incluso<br />

ofenden, sin darse cuenta, a las personas que podrían controlar su destino. Además<br />

de atribuir motivaciones equivocadas a los demás. adaptan sus propias respuestas interpersonales<br />

a estos malentendidos. Así pues. sus conversaciones no tienen rumbo. se pierden<br />

en metáforas vagas y abstractas. o no logran salir de lo extremadamente concreto. y estén<br />

contaminadas de intrusiones irrelevantes o plegadas de connotaciones sin objetivo. Por tanto.<br />

no debe extrañarnos que los demás les vean como personas raras o extrañas.<br />

Pero las peores consecuencias son las que surgen de los círculos viciosos quo estos<br />

comportamientos generan. Como responden a la realidad social consensuada do una manora<br />

muy atípica, los esquizotípicos no pueden conducir las situaciones sociales por camínos<br />

constructivos o quo satisfagan a ambas partes. <strong>En</strong> el cspüulc 2 se expone que. en una<br />

interacción interpersonal ideal. las personas buscan respuestas que confirmeo la imagen<br />

que tienen de sí mismas. <strong>En</strong> efecto, la comunicación interpersonal nos roafirma. Los esqui-<br />

7..0típicos no invaHdan a los demás. simplemente dejan de validarlos. Como consecuencia,<br />

los demás so sienten confundidos e incómodos. Los terapeutas saben que deben funcionar<br />

como un yo secundarle para. sus pacientes esquizotfpicos, encauzando la conversación hacia<br />

lo adecuado. penniliendo que el paciente pueda comprobar la realidad a través del clfnico,<br />

etc.<br />

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Capítulo 12. <strong>Personalidad</strong> esquiz:otlpk:a<br />

437<br />

i ..<br />

<strong>En</strong> cambio, para la persona nonnal, el esquízouptco no deja de sorprender y confundir.<br />

El individuo normal acaba perdido en la enorme m1.1Sc.1 de digresiones y pierde el hilo de la<br />

conversación. No tiene ni idea de lo que el esquízonpícc astá díctendo u¡ por qué. Por último.<br />

los sujetos normales darán por 6nallzada la Interaccíén de formo brusca o stmplerneote<br />

ignorarán aque11o que no pueden entender. El mensaje implícito os de displicencia o de<br />

aversión: «No eros nadie y to voy a ignorar» o «No me gustas; mo haces sontir raro: no G.".>·<br />

lás bien». Una larga historia de este tipo de situaciones puede explicar por qué los esquizoupícos<br />

las consideran punitivas y por qué ponen de maníñcsto una ansiedad social tan<br />

intensa. Sólo desean que les dejen solos.<br />

<strong>La</strong> consecuencia existencial de este círculo vicioso es la desintegración do un sf mismo<br />

coherente. Corno han subrayado los interaccionistas simbólicos y los psicólogos sociales, el<br />

si mismo es un constructo como cualquier otro, pero su contenido proviene de la interne·<br />

ción con otras personas. Dadas sus deficiencias cognitivas, es muy probable que los esquizotípicos<br />

sean tan poco hábiles para entender sus propias necesidades como las de los de·<br />

más. Es decir, el mismo Upo de errores cognitivos que provocan equivocaciones al descifrar<br />

la importancia de los acontecimientos del mundo externo se aplican también al mundo in·<br />

temo. Cuando los esquizotípicos se «comunican con ellos mismos» mediante la introspección<br />

o la reflexión, su lenguaje sufre el mismo tipo de errores y distorsiones que cuando se<br />

comunican con cualquier otra persona.<br />

<strong>En</strong> consecuencla. los esqulzottpícos nunca logran un sentido firme de identidad, pro·<br />

pío dol desarrollo normal. Su tendencia a int.roducir digresiones y asociaciones Irrelevantes<br />

y a volverse inadecuadamente metafóricos o concretos hace que el sí mismo de] esquízotípico<br />

sea un constructo muy permeable, plagado do las consecuencias do estas reflexiones<br />

distorsionadas. <strong>La</strong> intuición que tienen sobro sf mismos-os decir, su comprensión de quténos<br />

son en esencia- segura.mente sora rara. extraña. incluso ajena, de tal manera que esca·<br />

pará a la comprensión do las personas normales. Para la mayoría de nosotros, el entendí·<br />

miento do nuestra propia identidad os tan inmediato que el sí mismo se convierte casi en<br />

una presencia físico. y llena de vitalidad, y no en un constructo (de aquí el dualismo occidental<br />

y el problema mente-cuerpo). Sin embargo. para el csquizotípico, los procesos que<br />

guían la introspección del sf mismo están alterados, y el contenido dol sf mismo tambión lo<br />

está. Cuando esto se combina con los sentimientos ínternalízados de ignorarse a sí mis·<br />

mes, que surgen como consecuencia de la indiferencia que los demás muestran hacia<br />

ellos, muchos esquizotípicos sienten una profunda d.ísposidón hacia la despersonalización<br />

y enajenación del sí mismo. e incluso experimentan sentímlentos da terror existencia) pro·<br />

ducidos por la sensación de que su yo pueda desvanecerse.<br />

Considérese el caso do Matlhew, 01 vigilante nocturno (caso 12·2). Como muchos RS·<br />

qutzotípicos, sólo espera recibir crnícas y negatividad, siempre interpreta las intenciones<br />

de los demás de una manera equivocada y entiende erróneamente las situaciones sociales.<br />

impregnándolas do intenciones malévolas. Do todas maneras. Matthew ha encontrado un<br />

lugar para sí mismo que compensa la ansiedad social y la suspicacia que plagan la monte<br />

esquízouplca. Afuma con franqueza:


438 Tf'3stornos ee la pcl'SOl\atiOOd en la vida moderna<br />

I CASO 12-2<br />

Matthew, ee 37 años de tdad. traWja Cfl ,1 turno de noch, para una g:ran<br />

empresa dt S'9uri(Sad. Aunque ha ,¡¡gl<strong>La</strong>do el mismo almattn de alime.ntos<br />

noche uas nodle durante 13 años, muy pocas veces S( ha relacionado con los<br />

otros emplodos y p,-ef,crc quedarse solo•. Ptro Ultlmatnente han llega.do a ¿.A,<br />

olóos del supervisor del a1mactn comentarios ececa de su extraño compo,- ~<br />

ta miento. Se le ha visto murmurando ~ra si mismo v •remoloneando- por los<br />

rin


Capít1.1k> t 2. Ptrsooalidad esquizotípiea<br />

439<br />

t<br />

5<br />

;<br />

t<br />

¡ 1 PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

i<br />

J<br />

~<br />

i o<br />

Benjamin (1996) ha presentado una propuesta evolutiva del esquizotipico desde la<br />

perspectiva interpersonal. Todos los niños acaban desarrollando su propia autonomía.<br />

parle importante del desarrollo de una idealidad que existe separada del cuidador. Sin<br />

embargo, según Benlaruln, los padres da los futuros esqutzctfptcos envían mensajes contradietarios<br />

e ilóg.icos. do manera que, por una parte, castigan a sus hijos por ser autónomos<br />

y. por otra, dan muestras de su propia autonomía .. Bonjamin pano como ejemplo e) caso do<br />

un padre que raras veces está en casa, pero que pega & su hijo cuando es éste el que no<br />

está. Dado quo estos padres tomen la autonomía de sus hijos, dan a entender que tienen acceso<br />

a un tipo do lnformac;:ión que excede a lo emptrícameute posible; quizá, por ejemplo.<br />

un sexto sentido paro captar lo que su hijo pueda estar haciendo mal. El progenitor puede<br />

decir: «Sabes que si haces esto, te vero. Sabré Jo que has hecho». <strong>La</strong> observación mágica,<br />

desvinculada. efectuada a distancia, acaba por sustituir a la verdadera educaclén y los cutdados.<br />

y servirá de modelo para el pensamiento mágico del futuro esquízouplco y para su<br />

manera de relacionarse con los demás desde un punto de vista emocional.<br />

<strong>De</strong> adultos. estos individuos tienden hacia profesiones ma.rginaJes y presuponen que<br />

tieoen el privilegio de acceder a otros tipos de información o experiencia; por ejemplo. la<br />

adivinaci.ón del futuro o la astrología. Presentan a sus clientes los presagios con la misma<br />

dssvínculacíón que aprendieron de sus propios progenitores: «Haga lo que quiera. las hojas<br />

de té dicen esto y esto». Al mismo tiempo, asegura Benjamín. los padres controlan al niño de<br />

una forma tan extravagante qua le hacen sentir que tiene el poder do dar la vida o la muerte<br />

a sus cuidadores. Quizá la madre o el padre puedan morir si no se realizan determinadas ta·<br />

roas del hogar. <strong>En</strong> consecuencia, afirma Benjamín. se hace necesario un comportamiento que<br />

vaya más allá de lo que seña evolutivamente adecuado con el fin de que el niño pueda con·<br />

tener su increíble poder destructivo. Esto distorsiona aún más la experiencia básica do rola·<br />

cionarse con los demás y acaba provocando creencias y rituales supersticiosos on cuanto al<br />

poder que tieno uno mismo y cómo puedo ser utilizado, cannllzado y controlado.<br />

Si bien ol comportamiento misterioso requiere necesariamente una explicacíén tarnbién<br />

misteriosa. Benjamín (1996) explica ]os aspectos paranoides y de aislamiento social<br />

del esquizotípioo de una manera muy directa. Afirma que cabe esperar que muchos esqui·<br />

zotípicos presenten una larga biografía de abusos. Los síntomas paranoides se desarrollan<br />

en respuesta a la experiencia intensa de estar recibiendo un ataque que este abuso genera.<br />

Los temores a ser absorbidos aparecen porque los esquiaoupícos experimentan u.na y otra<br />

vez que han sido invadidos y atropellados. <strong>La</strong> estrategia más adaptativa consiste en refuglarse<br />

en soledad. <strong>En</strong> el análisis final, el modelo de Benjamin parece coherente con las femosas<br />

teorías del doble vínculo de la esquizofrenia, que evolucionaron desde las primeras<br />

contribuciones de Sullivan, expuestas por primera vez por Bateson el al. (1956). Sin embar-<br />

go. el modelo de Benjamín ofrece una mayor especificidad a través de los principios de la<br />

comunicación interpersonal que se codifican en su modelo del Análisis Estructurado do la<br />

Conducta Social (AECS).<br />

Si bien la biología subyace a la personalidad esquizotípica. las manifestaciones más<br />

prominentes do la bi.ología son cognitivas. <strong>En</strong> primor lugar. los esquizotípicos suelen ser in·<br />

capaces de organizar sus pensamientos. Los histriónicos se muestran distraídos o frívolos.<br />

pero estas curacteríetícas cognitivas Uoncn una función: son estilísticas y funcionan junto<br />

a una intensa represión para evitar considerar las cosas demasiado a fondo. <strong>La</strong> estructura<br />

neuronal ostá básícamontc íntegra. pero sus operaciones están alteradas de arriba abajo,<br />

transformadas por las neeesldades de la personalidad histriónica en su totalidad.<br />

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<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

<strong>En</strong> cambio, en el csquizotípico. le cognición parece estar alterada de abajo arriba, como<br />

si el «pegamento- asociativo que une las ideas más pequeñas paro crear otras más amplias<br />

estuviera defectuoso (Bleuler. 1911; Meehl, 1962). Los psicólogos cognitivos hablan a menudo<br />

de redes neuronales y del concepto de propagación de la activación. Según este modelo,<br />

cada concepto es un nódulo conectado a muchos otros en una enorme red conceptual. Cuando<br />

un concepto concreto se activa, parte de esta aclivación se propaga a los nódulos adyacentes.<br />

Cuando la activación de dos o más conceptos diferentes se cruza con un tercero, su activación<br />

alcanza un umbral. y el concepto llega a la conciencia, <strong>La</strong> asociación Ubre funciona<br />

así. Por ejemplo. la Navidad nos hace pensar en Papá Noel, y el día de Acción de Gracias sus·<br />

cita la idea de cenar pavo. <strong>En</strong> cambio, para el esquízotípíco, la idea de Navidad puede aso·<br />

ciarse de inmediato a las narices de los renos. porque la nariz del reno Rudolph es roja. <strong>La</strong><br />

asociación de Rudolpb es comprensible. pero de algún modo se confunde lo general y lo específico.<br />

y se acaba activando todo el concepto de tipos de narices de los renos.<br />

Aunque su discusión aquí simplifica excesivamente las cosas, un mal funcionamiento<br />

de las redes neuronales constituye una importante piedra da toque para entender la cogníción<br />

del esquizotípico. <strong>La</strong>s alteraciones del lenguaje y de la comunicación son caractertsrtcas<br />

básicas del trastorno. <strong>En</strong> el esquizotípico, la propagación de la activación parece viajar<br />

por vías que no son relevantes para el objetivo inmediato de la cognición. Hemos podido observar<br />

esto en Neal, por ejemplo, con sus respuestas vagas que parecían asociarse líbrsmente<br />

y apartarle del discurso principal. <strong>En</strong> el extremo de menor gravedad. esta Irregularidad<br />

cognitiva puede ponerse de manifiesto mediante el uso de palabras raras e ídlosiucrásicas,<br />

como si tuvieran un significado o un matiz quo sólo conoce el esquizotípico. Cuando se pide<br />

a los sujetos que digan palabras que comiencen por A o por F. por ejemplo. basta los individuos<br />

normales con puntuaciones más elevadas on la Escala de Ideación Mágica tienden a decir<br />

palabras extrañas [Duchena et al., 1998). Incluso los sujetos normales con puntuaciones<br />

elevadas en esquizolipia presentan un procesamiento lingüístico de menor eficacia (Kravetz<br />

et al .. 1998). <strong>En</strong> los esqulzotípícos, este efecto está todavía más acentuado. <strong>En</strong> ocasiones,<br />

las cogniciones de estas personas parecen casi autistas. como si siguieran una lógica interna<br />

que no conoce nadie más que ellos. Cuando los casos son más graves. aparecen irrelevancias<br />

en el proceso cognitivo, que desvran el flujo de conciencia por callejuelas que llevan a otras<br />

callejuelas. que a su ve, llevan a otras callejuelas.<br />

Por eso mismo, los esquízotípicos tienden a ser distraídos (Hall y Habbits. 1996). Centran<br />

su atención en un tema para pasar con brusquedad a otro. como si serpentearan en su<br />

propio laberinto de asociaciones. Cuando estas callejuelas a la larga vuelven a conducir<br />

hacia el tema principal, se dico que el lenguaje es circunstancial o irrelevante, es decir,<br />

que los osquizotlpicos parecen hablar dando vueltas alrededor de un lema, luego pierden el<br />

hilo temporalmente. y acaban por recuperarlo al final. Por el contrarío. los esqutzofréutcns<br />

presentan descarrilamiento en su trastorno del pensamiento. Tras efectuar algunas asocia·<br />

ciones casuales. nunca vuelven al tema principal de la conversación. <strong>De</strong> todas maneras,<br />

los esquizotípícos parecen ser incapaces de mantener una cognición con tu) objetivo concreto.<br />

en el que centrar el pensamiento de una forma deliberada e in teosa, para conseguir aJgün<br />

ñn o entender un aspecto en concreto o una secuencia de pasos en un razonamiento lógico<br />

y complejo. Por ejemplo, suelen ser malos filósofos aJ no poder reflexionar con coherencia.<br />

Así, no debe sorprender que los esquizotípicos y los esquizofrénicos tengan un<br />

bajo rendimiento en tareas de atención sostenida, un dato que confirma la continuidad de<br />

estos síndromes y que parece dlferenciaelos de otros trastornos de la personalidad (Roitxnan<br />

el el.. 1997).<br />

Por otra parte, algunos esqui.zotípicos parecen presentar un trastorno en la producción<br />

del lenguaje. <strong>En</strong> realidad. nada Les afecta de una manera u otra, y nada merece destacarse.<br />

A diferencia de lo que le sucede a Nea]. esto es lo que le ocurre a Matthew, cuyas respuss­<br />

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442<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pc:rsonaltdad en la vida moderna<br />

rtencies son dtfarentes. Una larga tradición en psicología asegura que cada individuo<br />

opera como un cienUfico novel que necesita que el mundo tenga sentido. Asimismo, díscíplinas<br />

tan Fundamontalos como la antropología y el existencialismo afirman que somos<br />

criaturas con un significado. Ante un acontecimiento raro, no podemos resistirnos a de·<br />

sarroller una teoría acerca de sus causas. Aun on caso do quo sea incorrecta. esto tipo de ex·<br />

plicación nos lnmqu.iliza. ya que nos aseguramos do que ol mundo puede predecirse y do<br />

que no es aleatorio. <strong>En</strong>tonces. lejos de ser irracionales. los esqutzoupícos simplemente<br />

construyen el mundo partiendo de un empirismo diferente basado en su propia realidad<br />

subjetiva. que en cualquier caso es la (U\ÍC8 realidad que puede experimentarse. <strong>En</strong> un estudío<br />

fascinante, Zimbardo et al. (1981) observaron que los sujetos a quienes se sugestionaba<br />

diciéndoles que iban a volverse parcialmente sordos. pero que 110 reoordartan la sugestión.<br />

desarrollaron explicaciones paranoides de su experiencia. Cuando se les preguntó<br />

por qué no podían oír. explicaron que los investigadores susurraban cosas sobre ellos.<br />

por ejemplo. Quizás. entonces. las inferencias de los esquizotípicos son adecuadas dada la<br />

evidencia. y es la propia evidencia la que es extravagante.<br />

I PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO<br />

Por definición, las perspectivas sólo aportan una visión limitada. <strong>La</strong> teoría evolutiva de<br />

la personalidad (<strong>Millon</strong>. 1990; <strong>Millon</strong> y Davis, 1996) sostiene que el esqulzotípico se encuentra<br />

en un continuo de gravedad con la personalidad esquizoide aislada pasivwnenle y<br />

la personalidad evitadora aislada activamente. las cuales se fusionan de forma gradual en el<br />

aislamiento social característico de la introversión normal (fig. 12·2). Por tanto, la distínción<br />

entre e) esquizoide y el evttador como trastornos de la personalidad puede hacerse en<br />

el umbral do la normalidad y resulta más clara a medida que aumenta la gravedad.<br />

Por tanto, ol esquízoíde manifiesta un comportamiento inerte; se desvincula de las rolaciones<br />

intorpors.onalos; os romoto o indiforente. cognitivamonte ornpobrccido o incluso<br />

vacío. y con un temperamento no excitable. El cvitador, a escala comportamental. parece<br />

ansioso y dubitativo. teme las relaciones interpersonales, as cogntüvemente distraído y<br />

tiene un temperamento angustiado y tenso. Dado que, en realidad. los trastornos son dí·<br />

mansiones conceptuales más que categorías discretas. como se roproscntan en el DSM, los<br />

iodividuos concretos pueden situarse en cualquier punto del contiouo esquizolde-evltedcr,<br />

y compartir, por tanto, rasgos con cualquiera do los dos trastornos. Algunos individuos<br />

carecerán del miedo a la humillación social que caracteriza al evitedcr. teoclrán una capa·<br />

cidad emocional intacta. propia del evitador, y disfrutará.o de una vida fantasiosa bien<br />

desarrollada pero, a posar do ello. preferirán un i:,s1ilo do vida solítario, caracterrsuco del<br />

esquizoide. <strong>En</strong> casos de patología moderada. la matriz estructural de la personalidad es<br />

fundamentalmente estable, y los rasgos que se ponen de rnaniOestc) se integran en las necesidades<br />

y el funcionamiento de la personalidad en su totalidad.<br />

Sin embargo. a medida que el nivel de patología aumenta, los defectos de la matriz es·<br />

tructural que sostiene ol funcionamiento psicológico comionzan a acentuarse, distorsionar·<br />

se y se transforman ca rasgos subyacentes de personalidad. Para la mayo.ría de individuos.<br />

estos defectos tendrán una base bioíégtco-genéuce. pero se pondrán de manifiesto y se<br />

perpetuarán en el ámbito cognjtivo e interpersonal. Según la teoría evolutiva. los síntomas<br />

negativos del esquizotípico captan y exageran la apatía social del esquizoide más intacto.<br />

y los sfntcmus postuvos captan y ecemüan el evttador más intacto (fig. 12·2).<br />

Los esquizotípicos con uno base esquízclde. al estar alienados y ser miembros mar·<br />

ginales de la sociedad. se vuelcan cada vez más en los pensamientos solitarios. Con el<br />

tiempo. los comportamientos sociales compartidos acaban subordinados por completo o<br />

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Capítulo 12. Ptrsonatldad tse¡uizotípica<br />

445<br />

Tabla 12-2.<br />

~rsonalidad esquizotlpica: ámbitos funcionales y estructurales<br />

Ámbito, flll'ldo111fo<br />

Ámbhos utructur1lts<br />

1<br />

btt11trko<br />

<strong>En</strong>ajttioda<br />

Comportartutnto Presenta manitrismos ptroliarcs y lma,g,tn de s.i Manifiesta perpltjidad t ifttSÍOfles retxprtSIYO<br />

s«ialmentt inadcaiadM; IM Otm.is mismo eurreetes. asl como cxperien


<strong>Trastornos</strong> de ta personalidad en ta vida moderna<br />

alianza es la baso principal de la terapia, con frecuencia se requiera medicación antes de obtener<br />

un progreso duradero. sobre todo en sujetos que mauíñestan el trastorno de una forma<br />

grave.<br />

Trampas terapéuticas<br />

<strong>La</strong>s expectativas del terapeuta y su Influencia en la terapia son especialmente importantes<br />

y requieren un control minucioso. Al p.rincipio, la mayoría de los esquízotípícos considera<br />

que el terapeuta ataca o humilla (Oenjamin, 1996). A medida que aumenta la ansíe·<br />

dad. es posible que estos pacientes se refugien tras una cortina de c-omuoicaciooes alteradas<br />

a fin de resguardarse y confundir al intruso. Suelen replegarse con mucha frecuencia. Los<br />

terapeutas quo se inquietan por los silencios y el distanciamiento emocional sólo consiguen<br />

crear una atmósfera que justifica este tipo de reacciones.<br />

Además, debo respetarse la necesidad que sienten estos pacientes de distanciarse. sin<br />

transmitir sentimientos do desaprobacíon ni generar culpabilidad, a las que muchos individuos<br />

son muy sensibles. Si no se fuerza demasiado o con mucha rapidez al paciente, puede<br />

conseguirse que éste no experimente ansiedad grave ni reacciones paranoides. Es indispensable<br />

tener una paciencia extraordinaria, dado que los esquízoupícos distorsionan una y<br />

otra vez aspectos de la relación terapéutica y actúan en consecuencia. Los sujetos que<br />

creen tener la capacidad de acceder a información privilegiado que se escapa e los cinco<br />

sentidos suelen aplicar estos poderes extrasensoriales a la terapia y aJ terapeuta. y creen que<br />

pueden leer la mente de éste o llegar a conclusiones acerca de sus deseos ocultos partiendo<br />

de señales circunstanciales o irrelevantes.<br />

<strong>En</strong> consecuencia, la comunicación debe ser simple. directa. exenta de jerga psicolégica<br />

y con el mínimo de iníercncias. Para los csquizotípicos es muy complicado poner orden<br />

en sus propios pensamientos y, por ello. mucho más aún tener que introducirse en las ambigüedades<br />

y los dobles sentidos que aportan descuidadamente los demás. Es prsfartble lo<br />

concreto a lo poético, ya que esto último está plagado de connotaciones que causan estragos<br />

en la cognición esquizotípica, <strong>De</strong>be prestarse especial atención a la contratransferencia, ya<br />

que los sentimientos inconscientes que emite el terapeuta ofrecen una complejidad desconocida<br />

a la comunicacién y es muy probable que los individuos los elaboren de forma<br />

errónea.<br />

Estrategias terapéuticas<br />

Lo que puede hacerse en terapía a menudo depende del grado en que pueda controlarse<br />

el trastorno del pensamiento Intrtnseco al síndrome. <strong>De</strong> lo contrario, todos los aspeetos<br />

de la terapia se cornplícan. Es más, los objetivos y las estrategias adecuados para cada<br />

caso dependen de que los síntomas se aproximen más a un patrón esquizoide acentuado. a<br />

un patrón evítador acentuado o a una combinación de smbos. <strong>La</strong>s estrategías y técnicas adecundas<br />

para el trastorno do la personalidad subyacente pueden complementar los príncipelas<br />

nbjetivos del rratamíento del patrón esquizotípice (v. cap. correspondientel,<br />

Un objetivo terapéutico primordial e.


Ci,pltvlo 12. f>trSOnalidad tsqviz:otipica<br />

...<br />

t s<br />

8<br />

1<br />

i<br />

·i<br />

1<br />

;i<br />

1 ..<br />

nal, son especialmente importantes. Benjamín afirma que la alianza terapéutica puede permitir<br />

experimentar una «protección no explotadora». de manera que el esquizotípico dejo<br />

de controlar e.l universo a través de medios mágicos (pág. 360). <strong>De</strong>spués de establecer una<br />

alianza, se les estimula con el fin de que expongan sus distorsiones de la realidad a medída<br />

que vayan ocurriondo, para poder comentarlas en el contexto de la relación terapéutica.<br />

Benjamín (1996) subraya además que muchos esqulzoupícos piensan que el terapeuta<br />

puede salir perjudicado por esta asociación. Siempre que se conozcan estas ideas. deben ser<br />

comprobadas de forma realista y refutadas con tacto. <strong>En</strong> general. la terapia interpersonal<br />

debe mejorar el sentimiento de autoestima de estos pacientes y estimular el reconocimien·<br />

to de sus atributos positivos, paso importante para eliminar el aislamiento, reconstruir la<br />

motivación y proporcionar la confianza necesaria para mantener relaciones sociaJes adecuadas<br />

fuera del contexto de la terapia. Dado que los esquiz.otípicos tienen problemas para<br />

discernir lo relevante de lo irrelevante on la relación lnterpersoual, los terapeutas dedicarán<br />

gren parte del tiempo a que el esquízottplco compruebe la realidad interpersonal y gane<br />

perspectlve en cuanto a los comportamientos adecuados en cualquier situacióo de la vida<br />

del lndlvíduo. Es necesario evaluar constantemente situaciones parecidas, ya que muchos<br />

esquizonpicos no comprenden que se trata de variaciones sobre el mismo tema. Resulta de<br />

utilidad el entrenamiento en habilidades sociales básicas. El modelado de conductas consnruye<br />

un ejemp)o que se debe imitar. <strong>La</strong> capacidad de valorar de forma adecuada la raaltdad<br />

interpersonal os importante para reducir la ansiedad social y los síntomas paranoides<br />

quo la acompañan, además de potenciar una afectividad adecuada y un sentido correcto<br />

de recompensa.<br />

<strong>De</strong>sde una perspectiva cognitiva, la psicoterapia debe adaptarse a los limitados racursos<br />

de atención del esquizol.fpico y a .su tendencia a lotroducir factores irrelevantes. <strong>De</strong>bido<br />

a que muchos esquízotípieos son muy concretos o demasiado abstractos, les resulta ccmplícedo<br />

generalizar los aprendizajes a otros contextos o situaciones. <strong>La</strong> sintplícidad y las sesiones<br />

estructuradas impiden que la terapia se vea ensombrecida por los efectos desconcertan-<br />

tes del trastorno del pensamiento. Además, las técnicas cognitivas permiten identíficar ul<br />

contenido del pensamiento para modificarlo posteriormente. 09 aquí se desprende que la<br />

oombinación de medicación y terapia cognítíve es especialmente efectiva.<br />

Citado en Beck et al. (1990). Ot.taviani señala que el primor paso oonsiste en identificar<br />

los pensamientos automáticos característicos, tales como «No existo», así como los patrones<br />

de razonamiento emocional y la personalización, ya comentados. Además. esta autora<br />

sugiere que los supuestos que subyacen a Ja interacción social son una vía muy útil para el<br />

cambio, ya que los esqulzoUpicos<br />

sueteo pensar que no gustan a los demás. Se les debe en·<br />

señar a actuar como si fueran clenuñcos ingenuos y contrastar sus pensamientos con la evidencia.<br />

Los sentimientos no son hechos; en vez de olio, las cogniciones son bJpótesis que<br />

deben obviarse si no coinciden con la evidencia objetiva. Los pensamientos extraños pueden<br />

enfocarse también de esta manera. Por ejemplo, ol pensamiento «Abandono mi cuerpo»<br />

puede contrarrestarse con cogniciones preparadas del tipo: «Otra voz estoy cm lo mismo.<br />

Aunque tenga este pensamiento. no significa que sea verdad» (pág. 141).<br />

<strong>De</strong>bido a que un buen contacto con la realidad objetiva es la dificultad clave del plan·<br />

teamiento cognitivo. Ottaviani sugiere que pueden enseñarse determinados métodos a los<br />

esquizotfpicos para captar la evidencia contraria, Por ejemplo, los sujetos pueden mencionar<br />

los hechos que no coinciden con sus predicciones. Más allá de.l contenido. pueden novarse<br />

a cabo intervenciones de estilo cognitivo. <strong>La</strong>s divagaciones pueden tratarse pidiendo<br />

afirmaciones resurnidns, y los enunciados g1obeles se pueden atojar si se les pide que los<br />

elaboren. Por ülttmc. en el caso de esquizottpicos que no sean demasiado paranoides ni ex·<br />

travagantes. puedo utilizarse la situación grupal para poner en práctica la int.eracción social<br />

y proporcionar feedback sobre las cogniciones distorsionadas .<br />

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450<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en ta vida modtma<br />

<strong>De</strong>bido a que la terapia psicodinámica clásica es desestructurada por definición, no<br />

se recomienda su uso. Como indicaba Stone (1985), el objetivo de la terapia psjcodíuámica<br />

es intemalizar la alianza terapéutica. <strong>De</strong>bido a que las comunicaciones en el entamo Iamíliar<br />

temprano de muchos esquizotípicos se caractertzen por ser fragmentadas y caóticas, los<br />

límites del yo del individuo esquizotíplco están poco definidos. <strong>La</strong> interpretación do los<br />

conflictos. además de hacer caso omiso de su deseo de distanciarse, contribuye a su temor<br />

a ser absorbidos. <strong>En</strong> consecuencia. es necesario aceptar el silencio como parte legítima de la<br />

personalidad del paciente (Cabbard, 1994). Una vez siente que es aceptado. el paciente puede<br />

empezar a revelar aspectos escondidos del sí mismo e integrarlos de manera adaptativa.<br />

Los procedimientos analüícos como la asociación libre. la actitud neutra del terapeuta o el<br />

énfasis en los sueños pueden estimular una mayor ensoñación autista y un mayor aislamiento<br />

social.<br />

Probablemente la idea analítica más útil sea la que propuso Rado (1959) al sugerir que<br />

uu objetivo terapéutico de orden superior es la identificación y el aprovechamiento de alguna<br />

fuente de placer. aunque sea reducida. <strong>La</strong> motivación se desarrolla a partir de la capacidad<br />

para el placer y. en última instancia, sólo ésta puede compensar las emociones<br />

dolorosas, vincular al asquizotípíco con el mundo real y evitar la disolución del sí mismo y<br />

la desintegración cognitiva que provoca el aislamiento autista.<br />

I RESUMEN<br />

Se suele describir a los esquízonpícos como raros y excéntricos y parecen estar inmersos<br />

en su mundo. <strong>La</strong> mayoría de los investigadores creen que la personalidad esquízotípíca<br />

se halla en un continuo con la esquizofrenia denominado esquizotipia. Los esquizouptcos,<br />

al igual que los esquizofrénicos. experimentan síntomas positivos y negativos.<br />

Como una de las tres personalidades con déficits estructurales (la paranoide y la Límite<br />

son las otras dos). la esquizotípica se ha separado de las otras personalidades, ya que éstas<br />

en raras ocasiones encuentran un lugar en la sociedad, y experimentan ]os mismos reveses<br />

una y otra vez. Sin embargo, la mayoría de los esqutzottptcos son capaces de dominarse lo<br />

suficiente como para evitar caer en estados do descompensacíón más gravo.<br />

Pese al carácter grave de este rrastorno de la personalidad. existen variantes nonnales<br />

en la sociedad. Oldham y Morris (1995) describen el estilo idiosincrásico que «marcha a un<br />

ritmo diíerento» y que está muy abierto a nuevas experiencias y so siente atraído por lo<br />

oculto y lo sobrouatural A partir do la normalizacíén do los criterios del DSM·fV so obne ..<br />

ne asimismo una variante más normal del esquizotfpico. que se nutre de su propio mundo<br />

interno y quo puedo presentar algunas creencias supersticiosas. poro que es capaz do man ..<br />

tener al margan para funcionar con eficacia en la sociedad.<br />

<strong>Millon</strong> (1990) propone alguna, variantes de la personalidad osquizotlpica. El esquizotípico<br />

insulso constituye una aceutuacióu del patrón esquizoide pasivamente aislado, además<br />

de presentar las e • aracterfsticas esquizottpicas, y probablemente haya tenído un entorno<br />

familiar de índíferencía y formalidad. El esquízouplco timorato comparte más rasgos<br />

con el estilo evltador activamente aislado y es muy probable que haya sido menospreciado<br />

y rechazado durante el crectmlentc.<br />

<strong>La</strong> personalidad esqutzouptce es un constructo bastante nuevo que tiene sus orígenes<br />

en los escritos de Kracpolin y do Bleuler, quienes estudiaron a pacientes con demencia precoz<br />

y señalaron la amplia diversidad do los síntomas. Bleuler couceptualizé a estos pacientos<br />

en un continuo en el que los esquízofrénlcos se hallaban en el extremo de mayor<br />

gravedad y los esquizotíplcos, más cerca del extremo de la normalidad porque parecían<br />

«ir por la vidas como personas «normales». <strong>En</strong> 1956. Rado acuñó el término esqulzotipo<br />

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CAPÍTULO 13<br />

<strong>Personalidad</strong> paranoide<br />

I Objetivos<br />

• ¿Cuáles son los criterios del OSM-IV para la prrsonalidad paranoide?<br />

• <strong>La</strong> personalidad vigilantc es una variante normal del paranoide. <strong>De</strong>scribir sus c.aracteristicas y relacionarlas<br />

con los criterios dcl OSM-IV que indican un mayor grado de alteración.<br />

• Explicar cómo se combinan los distintos estilos de ixrsonalidad para formar cada uno de los subtipos de<br />

la personalidad paranoide.<br />

• Estudiar si cxistc una conexión genética entre la personalidad paranoide, el trastorno delirante y la es·<br />

quizofrenia.<br />

• Explicar las tesis de Freud que sostienen que la paranoia es una deftnsa frente a impulsos homosuuales<br />

inconscientes.<br />

• Explicar cómo actúa la disoóoción en ti paranoide. según los teóricos de las relaciones obje:talcs.<br />

• Explicar cómo se relacionan la mcgalomanla y la omnipotencia con la autoestima extremadamente baja<br />

del paranoide.<br />

• ¿<strong>De</strong> qué manera conducen los abusos tempranos al desarrollo de tt:ndencias paranoides?<br />

• Explicar por qué el problema cognitivo fundamental del paranoide es de tipo interpretativo v no perceptivo.<br />

• Saber cómo puede ayudamos la teoría de la detección de señales a la comprensión del pensamiento paranoide.<br />

• Considerar cu~les son las creencias básicas del paranoide.<br />

• <strong>La</strong> desconñanza es la caractertsnca fundamental del pensamiento paranoide. Explicar de qu~ manera<br />

aftcta la desconfianza a su mundo interl)(rsonal.<br />

• Los paranoides comparten características con otros trastornos de la personalidad. Relacionar estos trastornos<br />

y explicar las diferencias entre el paranoide y cada uno de ellos.<br />

• ¿Los paranoides son propensos al abu.so de sustancias?<br />

• <strong>La</strong> terapia es una experiencia muy amenazadora para los paranoides y dificil para el terapeuta. Relacionar<br />

algunas de las principales dificultades que debe- evitar el terapeuta.<br />

• Relacionar los objetivos terapéoticos en la personalidad paranoide.<br />

452<br />

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Capítulo 13. Ptl'SOl'lalidad paranoidt<br />

453<br />

Sin duda, habrán conocido a personas que cuestionan la integridad de todo lo que se<br />

les dice. A menudo temen que los demás se aprovechen do ellos y no dudan en expresar<br />

esta temor. <strong>La</strong> desconñanza domina sus vidas hasta tal punto, que incluso desconfían de )os<br />

miembros da la fa.rni1ia y de otras personas allegadas (si es que han permitido que alguien<br />

so les acerque tanto como para considerarlos así). Sin embargo, la confianza y la determina·<br />

ción son aspectos fundamentales pam la existencia.<br />

Confiamos en que los demás abrigarán<br />

las mejores intenciones, acudirán en nuestra ayuda en los momentos de necesidad, nos proporcionarán<br />

valiosos consejos. serán capaces do prever calamidades que podríamos pasar<br />

por alto, nos informarán con tacto de que estamos equivocados y, en suma, nos ayudarán a<br />

que la vida transcurra con suavidad. <strong>En</strong> ocasiones podemos discutir con vehemencia con<br />

nuestra familia o amigos. pero cuando el ambiento se calma, estamos seguros de que los<br />

que amamos «estarán allí» para protegemos y luchar a nuesho lado, sin dudarlo, si Wciera<br />

falta.<br />

<strong>En</strong> les personalidades paranoides, que por razones de ccnvontencta lingüística denominaremos<br />

en este capítulo simplemente paranoides. do aJgt1n modo se ha destruido la ca·<br />

pa.cídad básica para confiar en los demás. <strong>La</strong> mayoría de las personas normales considera<br />

que la naturaleza humana es fundamentalmente buena. <strong>En</strong> cambio, los paranoidos suelen<br />

contemplar la sinceridad con suspicacia. como si se tratara de un «caballo de Troya» que<br />

escondiera esquemas diabólicos e intenciones aviesas. Los otros son el enemigo. una mana·<br />

da de hienas que ronda esperando abalanzarse para arrancarlos de su posición de segurídad,<br />

ya de por sí dudosa, y exponer sus preciadas vulnerabilidades para. finalmente, devorarlos<br />

relamiéndose con sadismo. Los paranoides se protegen construyendo un muro a su<br />

alrededor que deja fuera a los demás. Nunca bajan la guardia. siempre están dentro de su<br />

fortaleza escudriñando cualquier señal de asalto. Nada debe escapar a su escrutinio. <strong>De</strong>sde<br />

la perspoctiva da los demás, son personas que siempre están en guardia. hostiles, severas.<br />

rígidas, evaluadoras en términos do blanco o negro, reticentes a 1ener en cuenta las evidencias<br />

objetivas y a extraer conclusiones racionales. Por o) contrario, malinterpretan la rOOH·<br />

dad social consensuada, imputan motivos ocultos a los domás o incluso acusan a sus amis·<br />

tades más duraderas de traiciones odiosas. Se mantienen al borde do la destrucción, solos<br />

contra e) mundo. envueltos en un halo do indignación por la maldad ajena y de autocompesión<br />

que incrementa aún más su ira.<br />

Los paranoides buscan información que confirme sus sospechas con el fin de proteger·<br />

se de ataques encubiertos. Pueden utilizar incluso el hecho más fortuito para llegar a con·<br />

clusiones tajantes. <strong>De</strong> forma gradual, unen acontecimientos inconexos hasta formar una<br />

historia que pone de manifiesto los entresijos de una oscura conspiración. A la larga, los paranoides<br />

fabrican una eseudoccmunidede (Carneron, 1963) en la que las personas rea)es<br />

pierden sus característic .. as o intenciones objetivas para ser reemplazadas por características<br />

y motívaciones siniestras impuestas por la mente del paranoide. Al crear una realidad que<br />

confirma sus miedos, su desesperación ansiosa aumenta, con lo que los círculos viciosos<br />

son cada vez más intensos y conducen a un mayor rotraimitlnto -tras unos muros cada<br />

vez más sólidos y alt.os-; asimismo. se incrementa el grado de vígilancia y. como consecueccte<br />

de todo ello, el paranoide detectará nuevos indicios de intrigas que. a su vez. ser·<br />

virán para perpetuar este círculo.<br />

Antes de continuar, hagamos una pausa para reflexionar sobre la historia de Ron. presentada<br />

en el caso 13·1. Ron ha sido obligado legalmente a buscar atención especializada y<br />

no está contento en absoluto. <strong>La</strong> actitud defensiva y la agresividad apenas oculta forman<br />

parte y constituyen una parcela de la personalidad paranoide. Ron se cruza de brazos y<br />

nunca pierde el contacto visual. <strong>De</strong>dica grandes esfuerzos a comunicar de algún modo a los<br />

demás que BSlá on guardia, qua «sabe» lo que está pasando, y qua está censado de lo que él<br />

considera una fachada do hipocresía social que en realidad oculta un deseo por parta do las<br />

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Dipitlllo 13. Ptrsonalidad paranoidt<br />

455<br />

t s<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

~<br />

i<br />

o<br />

otras personas do explotarle. Por esre motivo se niega a compartir ningún dato importante<br />

con el terapeuta, ya que «sabe» que este tipo de información podría utillzarse en su contra.<br />

Según Ron, los demás se encuentran en una situación en la que necesitan obtener información,<br />

y él se muestra reticente a revelar gran cosa (v. criterio 3).<br />

Ron tiene sus razones. Dado que la confianza y la lealtad son valores fundamentales<br />

para los paranoides, muchos se obsesionan con lo idea de que su esposa o amante les han<br />

sido infieles. Roo ha acusado a su mujer de tener una aventura, aunque no tiene ninguna<br />

prueba, o incluso sospecha que sus hijos no son suyos, aunque sus edades requerirían una<br />

aventura que hubiera empezado hace 12 años (v. crtterto 7). Curiosamente, Ron se siente<br />

atormentado por el hecho de que sus hijos y su mejor amigo tengan el pelo castaño. aunque<br />

su esposa también lo tiene. <strong>En</strong> otras palabras. ignora lo obvio en favor de los datos que<br />

conflrman su mala interpretación de la realidad. Es más, teme y está resentido ante la posibilidad<br />

de que el sistema legal le obligue a aportar unos fondos que se usa.rán para criar a los<br />

hijos de otra persona y está decidido a no dejar que eso ocurra. Resulta irónioo que cuanta<br />

más pre-sión recibe para responsabilizarse de sus hijos. más profunda y agresiva es su certeza<br />

de que no son suyos.<br />

Al Igual que en el resto de les personalidades paranoides, la preocupación de Ron por<br />

el engaño se generaliza fácilmente más allá de un hecho o relación aislados, Podría recons-<br />

Iruir la realidad de muchas maneras. pero ha escogido un patrón según el cual él es la vfctima<br />

y los demás los beneficiados. Por ejemplo, cree que sus compañeros do trabajo están<br />

manipulando el reloj registrodor de la empresa en la que trabaja (v. criterio 2). Sospecha<br />

que, con osa manipulación del relo]. no sólo consiguen que él cobre menos a final de mes,<br />

sino que añaden oso dinero o sus propias pagas mensuales. Eso les permite beneficiarse de<br />

los frutos del duro trabajo do Ron. Por tanto, su índígnacíón está doblemente justificada:<br />

su pérdida es el beneficio de ellos: su agonía, la alegría de los otros. Aunque en el caso expuesto<br />

no se cita. es fácil imaginar a Ron tumbado despierto todas las noches, cociendo a<br />

fuego Jento las injusticias sufridas. enfadándose cada. voz más y más. decidido a vengarse o,<br />

al menos, a atraparlos con las manos en la masa. Corno el resto do los paranoides. Ron es<br />

rencoroso y rara vez perdona un agravio (v. criterio 5). No puado porque siempre está reconstruyendo<br />

la realidad de tal manera que los demás Je han explotado o atacado con plena<br />

consciencia. Nada es accidental.<br />

Por otra parte. los supuestos ataques a Ron a través del reloj registrador van más a.llá do<br />

la simple explotación. Son ataques a su persona (v. criterio 6). Si triunfan, demostrarán algo<br />

al mundo, que Ron es una persone de baja valía moral, que es incapaz de mantener a uoa familia,<br />

una característica quo al parecer es esencial para respetarse sí mismo y que cree fundamental<br />

para obtener el raspeto de los demás. Asr pues, además de engañar a Ron, sus enemigos<br />

están haciendo la guerra desdo otro frente aún más malicioso. están Intentando dañar<br />

su imagen pública mediante tríqutñuelas. Es probable que de las dos formas de ataque Ron<br />

tema más la segunda. Puede ser capaz de frustrar ataques contra su persona, pero no puede<br />

controlar con tanta [acilidad las percepciones de los demás. Talos distorsiones de la<br />

realidad podrían dar lugar a elaboraciones paranoides más graves, quizás a la ídea do que<br />

los demás están hablando sobre sus fracasos y defectos a sus espaldas, aunque no tengan<br />

verdaderos motivos para hacerlo. <strong>En</strong> la monta do Ron, los demás pueden estar diciendo:<br />

«Sí, oí que cuando llevó la paga a casa fue tan embarazoso que su mujer no pudo soportarlo<br />

más y empezó a verse con su mejor amlgc».<br />

Una vez descrito el caso de Ron. estamos en situación de enfocar las cuestiones adicionales<br />

qua abordaremos en 9518 capítulo. Eo primer lugar, compararemos lo normalidad y<br />

la patología, y describiremos las vartaciones del patrón paranoide básico. <strong>De</strong>spués, describiremos<br />

las perspectivas biológica. psicodínémíca, interporsonal y cognitiva sobré la personalidad<br />

paranoide. ÉSlas secciones forman ol cuerpo cíenttñco de lo que es la personalidad.<br />

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Capitulo 13, Ptrsonalidad paronoidc<br />

457<br />

ción. Según estos autores. no sólo escuchan lo que los otros dicen, sino que captan significados<br />

sutiles y expectativas a múltiples niveles. Cuando so los ataca, se defienden con pres·<br />

teza y sin miramientos. Además. encajan más las críticas pero no se dejan intimidar con<br />

facilidad, y defienden a ultranza lo que consideran sus derechos íaaltenablos. <strong>La</strong> Ildelidad<br />

y lealtad están entre sus más preciados valores y prefieren la comunicación directa y no<br />

amenazadora. Muchas de estas personas encuentran un valioso lugar en algún árnblto de<br />

la sociedad. donde les es muy útil su agudo olfato para la conspiración (v. •Énfasis on la<br />

cultura: cuando los paranoides se convierten en espías•).<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA CULTIJRA<br />

Cuando los paranoides se convierten en espías<br />

1<br />

¿PUEDE UN INDMDUO CON UNA PERSONALIDAD PATOLÓGICA ADOPTAR El PAPEL DE JUSTIOERO?<br />

Aunque tos 1>3rano1des se caracterizan por creer que están siendo espiados, algunas vttes tienen<br />

éxito como espías. Tal era ti caso de J, Edgar Hoover, que participó en un estudio faseinante s.obre la<br />

personalidad paranoide realizado por Hampton y Bumham (1990).<br />

Tal como indican estos autores, los paranoides suelen presentar rasgos rigidos, compulsivos. y<br />

sobre todo un perfeccionisno y una sc:riedad acusada, Hoover no era una excepción. Fue un estudiante<br />

brillante v trabajador. que: escogió andar se:is millas para ir a la me;or escuela superior, eligió algunos<br />

de los Cul'SOS más duros y terminó la carrera con tos máximos honores. Rechazó una beca para<br />

la Universidad de Virginia, aceptó un trabajo en la B1blíoteca del Congr~o v se graduó en el programa<br />

noctumo en la Universidad George Washington como licenciado en Oe,ect,o.<br />

<strong>La</strong> carrera de Hoover hubiera sido irrelevante de no ser por una inusual secoenca dt acentecimientos<br />

que determinan'an el carácter de su vida. <strong>De</strong>spués de obtener su licenciatura en <strong>De</strong>recho,<br />

Hoovec trabajó como administrativo en el Ocpartamtnto de Justicia. <strong>En</strong> aquel momento. la Primera<br />

Guerra Mundial acababa de empezar, y los agentts secretos alcmants trabajaban en Estados Unidos<br />

frustrando los intentos de exportar aonas a los aliados. Además.. la Revolución cusa todavia era reciente<br />

y el ,espectro» del comunismo revolucionario planeaba sobre c:I mundo. A medida que despegaba su<br />

carrera, Hoovec era requerido una y otra vez para enfrentarse a las •fuc:rzas det mab. Los comunistas<br />

fueron agrupados v deportados, Incluso se cons;guió controlar el terrorismo del Ku Klux Klan, aunque<br />

para hacerte Hoover tuvo que desobedecer órdenes,<br />

<strong>En</strong> 1924 se convirtió en el máximo responsable del FSI. Sin embargo. como bvtn paranoide, Hoover<br />

aceptó el cargo con condiciones.. Tenia que poder imponer reglas estrictas. ser u•)(lc~nditntc: ee la influencia<br />

politica y que se le permitiera llevar la agencia de acuerdo con sus propios principios morales. <strong>En</strong><br />

otras palabras. Hoove:r ptdió control absofuto. Y lo obtuvo, estableció cñterios rigurosos de eficacia y mérito.<br />

libró a la agencia de la cocrupC'ión y consiguió un secreto extremo sobre todas sus act1v1dad(S.<br />

<strong>La</strong> historia de Hoover es la de un paranoide que triunfó al aprovechar su tdeatismo v su honradez<br />

doqmátlca en beneficio de su país. Af seguir con la tarea de buscar a agentes comunistas, Hoover consiguió<br />

finalmente identtficar y denunciar a varios elementos subversivos. Él sabia que se estaba informando<br />

a los rusos de: los dtscubrimicntos del Proyecto Manhattan, y estaba al corriente de las actividades<br />

de Ethc:I y Julius Rosenbcrg, Algcr Hiss y muchos otros altos cargos del gobierno, pero una y<br />

otra vez ti Congreso se negaba a actuar. No es extraño que solamente otro paranoide, el senador Joe<br />

MCC:arthy, estuviera descoso de invt"Stigar sus sospechas, Cuando Hoovtr murió mientras dormla en<br />

1972. durante el mandato de Nixon, su dogmatismo moral y su suspicacia innata habían protegido el<br />

país bajo el mandato de: d1tz preadentes. Para una revisión más detallada de ta interesante vida de<br />

Hoover, véase Hampton y Burnham {1990).<br />

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4S8<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pt'50f'lalidad M la vida modtn~<br />

Otra forma de desarrollar una variante normal del paranoide consiste en examinar los<br />

criterios del OSM-TV para un trastorno dol Eje II y observar cómo las intensidades que resultan<br />

más adaptativas de estos criterios pueden ser, de hecho, adaptativas (Sporry. 1995).<br />

Los individuos con un trastorno croen sin fundamento que los demás intentan perjudicarlos.<br />

explotarlos o engañarlos (v. crlter¡o 1): las personas que presentan un estilo simplemente<br />

prefieren permanecer distantes hasta poder evaluar con cautela a los demás. <strong>En</strong> el trastorno<br />

Los individuos sospechan sin fundamento que sus amigos íntimos o compañeros les<br />

han sido desleales (v. criterio 2), mientras que en el estilo valoran en gran medida la fidelidad,<br />

la franqueza, la transparencia y la honestidad. son más permeables a la evidencia y<br />

no ofenden a los otros basándose únicamente en sospechas. Los individuos con un trastorno<br />

son reservados en cuanto a compartir información confidencial con los demás por miedo<br />

a que se utilice en su contra (v. criterio 3), mientras que en el esulo tienen varios ami·<br />

gas en quienes confiar. pero no descubren sus cartas a aquellos que son sólo conocidos.<br />

<strong>En</strong> cada une de los contrastes anteriores, Ron se sitüa 81\ la vertiente más patológica. Al<br />

final de la entrevista, parece construir un argumento en que el terapeuta. el tribunal, sus<br />

compañeros de trabajo e incluso tal vez sus hijos están conspirando en su contra. Cuando<br />

encuentra resistencia, sobre todo si alguien le ayuda a comprobar la realidad, so vuelve aún<br />

más in.flexible. Duda de la lealtad ele sus amigos, do su mejor amigo, que supuestamente se<br />

está acostando eco su esposa, y también de sus compañeros do trabajo. que según él cree es·<br />

tán trucando la máquina de fichar para escamotearle su dinero. Dado que no tiene amigos<br />

cercanos en quienes confiar, Ron no puede compartir la lnfcrmacíón ni siquiera con el terapeuta.<br />

Prefiere, por el contrario, mantener su mundo cerrado o los demás. Levanta muros<br />

como estrategia defensiva. «El conocimiento as poder>, argumeotar!a Ron, y sí los demás<br />

acceden a oso conocimiento, lo único que puede pasar es que aumente su poder sobre él.<br />

Existen otros criterios diagnósticos que también pueden situarse en un continuo con la<br />

normalidad (Sperry, 1995). Los individuos con el trastoroo interpretan las comunicaciones<br />

benignas como fuente de amenazas ocultas o mensajes degradantes (v. criterio 4); los<br />

que presentan el estilo simplemente están atentos a las sutílezas y los matices de la comunicación<br />

a muchos niveles. <strong>En</strong> el trastorno la persona guarda rencor y rara ve-~ perdona los<br />

insultos (v. criterio 5), mientras que en el estilo la persona se sentiría afectada por una crítica<br />

constructiva, pero lo tendría en cuenta y no se sentiría indebidamente atacada. <strong>En</strong> el<br />

trastorno se perciben ataques en situaciones en las qua nadie ha pretendido atacar y se responde.<br />

casi como si se tratara de un reflejo, con contraataques cargados de ira (v. críterio 6):<br />

en el estilo. en cambio. los individuos no pretenden descubrir mensajes ocultos y responden<br />

a los comentarios negativos asertiva.mente y con la capacidad de control adecuada. <strong>En</strong><br />

el trastorno sospechan. una vez más sin fundamento, que su pareja les ha sido infiel<br />

{v. criterio 7). mientras que en el estilo simplemente valoran la lealtad. la confianza y la fidelidad<br />

como grandes virtudes, y sienten gran respeto por quienes tienen estas cualidades.<br />

Una vez más. Ron se sitúa en el extremo más patológico de cada contraste. Más que ser<br />

sensible a los mensajes a varios niveles, tiende a deformar las comunícecíones de los demás<br />

de forma preconcebida. Por ejemplo, es reacio a compartir información con el terapeuta.<br />

aun cuando se le ha garantizado la confidencialidad. e interpreta una solicitud de informa·<br />

ción como si se tratara de una muestra de escepticismo despreciativo. Tampoco puede ros·<br />

ponder de manera no defensiva a la critica o eonsiderarla de forma constructiva, Dado que<br />

cree que los demás están intentando dañarle sin motivo, afirma que tiene buena memoria<br />

y que nunca olvidará las injusticias sufridas. Además, Heode a percibir insultos donde no<br />

los hay y guarda rencor basándose en sus malas interpretaciones. <strong>En</strong> Jugar de ejercer una<br />

restricción constructiva hablando con su superior sobre sus compañeros de trabajo y el re·<br />

lo) de la máquina de fichar, construye sus acciones en función de un complot más generalizado<br />

destinado a humillarlo socialmente. Por último. en vez de valorar la confianza y la fi.<br />

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Capítulo 13. <strong>Personalidad</strong> paranoide<br />

4$9<br />

delídad, y reconocerlas en los demás. construye la realidad de tal manera que eme que su<br />

esposa le está engañando.<br />

I VARI.ANTES DE LA PERSONALIDAD PARANOIDE<br />

Aunque la personalidad paranoide es un síndrome firmemente entretejido. sin apenas<br />

fisuras, sus características se combinan con las de otras personalidades. produciendo<br />

variaciones del prototipo principal. descritas a continuación y resumidas en la ñgura 13·1.<br />

Los casos reales pueden o no encajar en alguna do estas combinaciones.<br />

El paranoide fanático<br />

Los paranoides fanáticos comparten ciertas características con la personalidad narcisista.<br />

Ambos se muestran arrogantes. pretenciosos y expansivos, y mantienen un airo de<br />

desprecio hacia los demás. Una importante difarencía es que los narcisistas a menudo con·<br />

siguen cierto grado de óxito; los paranoides fanáticos, en cambio, chocan con la realidad.<br />

que deja profundas heridas on su narcisismo. Caldos del pedestal. con la imagen de perfección<br />

de sí mismos destruida. los paranoides fanáticos buscan restablecer su orgullo perdido<br />

mediante extravagantes afirmaciones o intrincadas fantasías. Atribuyéndose a sí mis·<br />

mos poderes imaginarios. devienen superhéroes o semtdloses, preparados para sobrevivir<br />

contra un universo malvado.<br />

Obstil\ado<br />

frosgos eompulsivos)<br />

fanítko<br />

(ro.59os 11ordsisl0'$)<br />

O\lcrutantt<br />

{rasgos ntgativtstos)<br />

Ascrti,;o. inflw'bk, to.n,do, duro, un. <strong>De</strong>lirios 6t grand


Capitulo 13. <strong>Personalidad</strong> paranoide<br />

461<br />

rabies y blandos, que les obliguen a someterse a la autoridad o, lo que es peor, que les tiendan<br />

trampas para que tengan que abandonar su determinación y resolución.<br />

El paranoide obstinado<br />

El paranoide obstinado combina aspectos de las personalidades paranoide y compulsiva<br />

pero. como en todos los patrones paranoides. es más inestable y patológico que su contrapartida<br />

compulsiva. AJ igual que los oompu.lsivos. son rfgldcs, perfeccionistas. in.flexibles.<br />

no tienen sentido del humor. son tensos, muy controladores. de miras estrechas. displicentes.<br />

legalistas y farisaicos. Sin embargo, mientras que los compulsivos calman su angustia<br />

con la creencia do que el éxtto y la íe1iddad pueden eJcanza.rse siguiendo los dictados de la<br />

autoridad. los paranoides obstinados se niegan a establecer esta dependencia y adoptan una<br />

postura de autoafirmaci6o caracterizada por el descaro. Se rebelan de forma activa oonlra<br />

toda limitación externa en un esfuerzo desadaptntívo por recuperar su percepción da un sentido<br />

de control y acabar con las injusticias do las que han sido vrcumas en el pasado.<br />

Al tiempo quo siguen buscando claridad en las normas y reglas impuestas. se convierten<br />

en los que imponen un sistema que so utiliza para atacar a los demás. por lo general bien<br />

sea mediante actuaciones legales o estableciendo normas imposibles de seguir desda un<br />

punto de vista realista. Este tipo de paranoides desprecia a los demás por su debilidad, su<br />

dejadez y su falta de respeto por el comportanúento disciplinado, por su fracaso en llevar<br />

una vida organizada y por su hipocresía.<br />

Sin embargo, a pesar de este inconfonnismo y comportanúento de dominación, el para·<br />

noide obsttnado no puede evitar experimentar sentimientos muy arraigados de culpabilidad y<br />

temor al desquite. Es más, aunque parezca que funciona con nonnalidad gran parte del tiempo.<br />

presenta ideas da persecución muy compartimentadas. Estas tendencias suelen pasar desapercibidas<br />

a los demás, pero el paranoide está en un estado constante de hiperalerta y detecta<br />

cualquier movimiento brusco. comentario o expresión facial de todos los que están a su alrededor.<br />

C.On frecuencia. este tipo de paranoide proyecta su ira en los demás y, como consecuencia,<br />

a partir do sedales inocuas o inexistentes croo la percepción de que los demás tienen<br />

intencícnos hostiles hacia su persona. <strong>De</strong> hecho. lo que ahora denominamos «paranoia clásica».<br />

es decir, la presencia de Ideas compartimentadas que se encuentran separadas y aisladas<br />

del proceso de pensamiento babitual del paciente, por lo general surge a partir de las creoucias<br />

características de la variante obstinada porque su estructura de crooncias está muy segmentada<br />

y fuertemente controlada: cuando se toca un punto sensible. el funcionamiento por lo general<br />

normal del paranoide se altera y se manifiestan las creencias subyacentes,<br />

j<br />

5<br />

8<br />

1<br />

•<br />

i<br />

j<br />

j<br />

i o<br />

El paranoide querulante<br />

El paranoide querulante combina aspectos de las personalidades paranoide y negetívista.<br />

<strong>La</strong> última contribuye con características como el descontento. el pesimismo. la terquedad,<br />

la vacilación y el deseo de venganza. Cuando se combinan con la proyección pemnoido,<br />

estos rasgos se intensifican y se 1ransforman en delirios y hostilidad abierta. Est.e<br />

resultado se manlñesta mediante 1u1 comportamtento muy quisquilloso. hosco, resentido,<br />

malhumorado, obstructor. discutidor y constantemente celoso. en el que el paranoide slempro<br />

insiste en que ha sido maltratado y engañado. Es muy raro que estas personas mantengan<br />

relaciones interpersonales sanas y duraderas. <strong>En</strong> lugar de ello, abandonan su búsqueda<br />

de afecto y adoptan unn postura artificial de autonomía. determinación y resolución. con<br />

la que renuncian a sus necesidades sociales, a la vez que abrigan un disimulado abatímiento.<br />

Al tiempo que afirman su nueva independencia con una furia vengativa. la varian·<br />

10 querulante sigue muy atormentada por su descontento interpersonal y su indecisión. que<br />

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462<br />

TrM:tomos ee la p(l'SOti.•lidad en la vida modtma<br />

experimenta junto con sentimientos ocultos de vacilación entre e) deseo de disfrutar de la<br />

compañía do otras personas y la repulsión que siente hacia los demás.<br />

A medida que croco la envidia, pueden quejarse de que los logros de los demás son<br />

producto de ventajas injustas o de un trato especial. <strong>La</strong> queja se convierte en ira y resentímionto<br />

n modida que sus fantasías de babor sido explotados incrementan la sensación do<br />

injusticia. Son habituales las acciones legales contra los que les han perjudicado, así como<br />

los delirios eróticos, ya que el paranoide querulante sigue buscando afecto incluso al mis·<br />

mo tiempo que lo rechaza. El paranoide querulante lleva a cabo esta conducta mediante el<br />

mecanismo do proyección intrapsfquica, según e.l cual el individuo Bogo a creer que los<br />

sentimientos del sí mismo en realidad proceden de otras personas. <strong>De</strong> este modo, al proyeclar<br />

sus propios deseos en los demás. son ellos quienes hacen comentarios lascivos o expresan<br />

intenciones sexuales. L.1s acusaciones de infidelidad, engaño y traiclón a menudo van<br />

dirigidas o parientes y amigos Inocentes, un indicativo más de la síntesis que se produce entre<br />

los patrones uegatlvísta y paranoide.<br />

El paranoide aislado<br />

81 paranoide aislado combina aspectos do las personalidades paranoide y nvltadora.<br />

Estas personas suelen ser malhumoradas. aprensivas e hipersensibles a la crítica, sobre tocio<br />

cuando ven afectados su valía y sus logros. Vulnerables en exceso. muchos paranoides aislados<br />

buscan consuelo centrándose en ellos mismos. Por ejemplo, pueden embarcarse en<br />

complicadas actividades intelectuales para reforzar su autoestima o utilizar las drogas y el<br />

alcohol para calmar sus miedos. Dado que temen, sobre todo, la vergüenza y la humillación,<br />

los paranoides aislados intentan defenderse contra peligros reales e imaginados. Su principal<br />

objetivo es íntentar protegerse de un mundo amenazador y destructivo. Por tanto, pueden<br />

aislarse durante largos períodos de tiempo 0011 el fin da mantener los inevitables juicios<br />

de los demás fuera de sus vidas.<br />

Los paranoides aislados también sienten un temor ínusuahuente intenso a ser controlados.<br />

No sólo intentan evitar la influencia extorna, sino que desean confiar únicamente en sus<br />

propias conclusiones y creencias. Poco dispuestos a contrastar sus pensamientos con la realidad<br />

consensuada, cada vez pierden más contacto con el mundo que les rodea. y pueden<br />

llegar a perder la capacidad para difenmciar entre realidad y fantasía. El miedo a la vergi.ien·<br />

za y la humillación. un componente importante tanto de los patrones paranoides oomo de<br />

los cvitadoros, enseguida se magnifica. y el paranotde aislado acaba viendo conspiraciones en<br />

toda regla donde no las hay. A la larga, sus pensamientos pueden resultar tan dolorosos y<br />

aterradores que empiezan a internunpir de forma intencionada la continuidad y el objeto de<br />

sus percepciones. con lo que logran distraerse de sus propios pensamientos. Al abandonarse<br />

a sí mismos, su mundo interno se convierte en una mezcla caótica de ideas distorsionadas,<br />

aleatorias y desconectadas. la antesala de un estado paranoide descompensado.<br />

I ANTECEDENTES HISTÓRICOS<br />

<strong>La</strong> mención de estados paranoides es anterior incluso a los textos de Hipócrates, hace<br />

más do 2.000 años. Traducido literalmente de su origen griego, el término significa «fuera<br />

do la propia mente». y se utilizaba en tiempos ancestrales como una designación general de<br />

la locura. Stone (1997) sugiere que es posible que ciertos profetas relígíosos del Antiguo<br />

Testamento presentaran características paranoides. aunque señala que quizá sea mejor dejar<br />

esta cuestión abierta. Sin eluda, la indicadón de Jehová en el primer mandamiento:<br />

«No tendréis otros dioses aparte de mí», parece apropiada en un momento de la historia<br />

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Capítulo 13. Ptl'SOt'lalidad paranoide<br />

463<br />

t<br />

¡ 11--~~~~~~~ÉNF~A_S_I_S_E_N_L_A_c_u_~_r_URA~~~~<br />

Estados paranoides y lfderes de culto<br />

Í<br />

¡<br />

1<br />

en que la cohesión de la tribu era un prerrequisito para la supervivencia cultural. y sugiere<br />

que las ideologías paranoides tienen más probabilidades de aparecer cuando la identidad<br />

colecuva del grupo se ve amenazada.<br />

Por otra parte. la creencia de que Dios es un dios celoso y que quienes sigan otros sis·<br />

temas de creencias arderán para siempre en el infierno por desobedecer al Todopoderoso<br />

recuerdan la justa indignación y falta de sentido del humor típica de los patrones parancides.<br />

Paradójicamente. parecería que la omnipotencia divina y las heridas narcisistas van de<br />

la mano, al menos en cuanto a Dios se refiere. Qué insultante debe ser que aquellos a los que<br />

has creado ya no quieran venererte. <strong>En</strong> nuestra época contemporánea. estos artefactos es·<br />

pirítuales tienen un tono intragrupo frente a extragrupo que recuerda a la lealtad y fidelidad<br />

que los paranoides exigen. algo que curiosamente se ha dejado de lado en una era de mes·<br />

tizaje cultural y tolerancia religiosa. Estas cuestiones son, por supuesto, muy controvertídas.<br />

Al menos, en lo tocante a la religión. lo que es un paranoide paro unos es un profeta o<br />

un dios para otros (v. «Énfasis en la cultura: estados paranoides y lideres de culto,).<br />

<strong>La</strong>s referencfas médicas a los estados paranoides desaparecieron en el siglo u y no resurgieron<br />

hasta el año 1700. Siguiendo las propuestas de Kahlbaum (1882). Kraepelin acotó el significado<br />

del t~rmino paranoia en 1896 restrtngléudole a los delirios más sistematizados y bien<br />

construidos en personas que no presentaban ntugüu otro deterioro de la personalidad. Creía<br />

que quizás el 40% de aquellos individuos que tenían delirios paranoldes se deterioraban fi.<br />

nalmente hacia la demencia precoz. que la mayoría de los restantes se descompensaba hacia un<br />

nivel •pa.rafrénico• de pensamíeutos extraños y alucinaciones perceptivas. y que sólo una propon::ión<br />

muy pequeña no se deterioraba en absoluto. Para el joven Kraepelin, la personalidad<br />

paranoide era simplomenlo una estación en e) camine hacia la demencia precoz. Por tanto, se<br />

clasíñcé a estas personas junio a quienes sufrían el rosto do los síndromes deteriorantas.<br />

Hasta la octava edición de su famoso texto. Kraopolin no abordó el carácter premérbido<br />

de las personas predispuestas a los estados paranoides. ahora denominadas de forma explícita<br />

como personalidades paranoides, Kracpe1in (1921) observó características tan clástcas<br />

como la desconñanza: los sentimientos persistentes de ser tratado do un modo injusto.<br />

de ser un constante objeto de interferencias y opresión por parte de los demás. de pensar<br />

que existen conliciones secretas confabuladas on contra do su persona: toner un profundo<br />

interés en motivaciones e intrigas secretas, una gran irritabilidad emocional y un humor<br />

descontento y quisquilloso. así como una valoración excesiva de uno mismo. Todas estas<br />

características las encontramos en el caso de Ron. Sin embargo. Kraopelin continuó considerando<br />

la personalidad paranoide como situada en un continuo con las psicosis paranoides<br />

más graves. Transcurridos más de tres cuartos de siglo, la investigación empírica sobre<br />

esta cuestiéu sigue siendo ambigua.<br />

Pt;RSONAUDAO PARANOIDE. CARISMA E INA.UENC1A INTERPERSONAL<br />

<strong>En</strong> un estudio sobre la personalidad paranoide, Hampron y Burnl'l.lm (1990) ex.ptoraron el carácter<br />

del reverendo Jim Janes, el lider de culto famoso por el suicidio masivo en 1978 en Jone.stown,<br />

Guayana, donde murieron mas de 900 persooas, de ellas casi 300 niños, la mayoría por ingenr una be-<br />

bida de refresco mezdada con cianuro.<br />

(co,,,tit)UO)<br />

Copyrighted rnaíerial


464<br />

Jrastomos de la pcrsofl.alidad en la vida moderna<br />

1<br />

Como observaron estos autores. Jones ya mostraba signos de patologla en su infancia. A la<br />

edad de 6 años siempre saludaba a su veoeo de al lado, un profesor de universidad, diciéndole: ,Suenos<br />

días, hijo de puta•. Su madre trabajaba en una fábriea y so p,adre era miembro del Ku Klux Klan. Se<br />

gmduó en la escueta univtf~taria en 1961 y fue ordenado en 1964. Compró 1gltsias en Los Angdts y<br />

San Francisco. y construyó una congregación deslumbrada por oraciones y "ivindicaciones rtligio~<br />

sas. Trabajó duramente para instaurar el terror en su congrtgación, a cuyos miembros dC"Scribia su<br />

visión inspirada por Dios de un futuro holocausto nuclear. Algunas veces astguraba ser el ~piritu de<br />

Cristo y otras el de lcnin. predicó las virtudes del socialismo y persuadió a su comunidad para que<br />

vaciara sus bolsillos en las arcas d,1 Templo dtl Pueblo.<br />

Pero Jones también hizo buenas obras. como establecer comedores de beneñcenoa y programas<br />

sociales y adoptar a siete niños. Estos actos altruistas tan ostentosos permuíeron a Jones presentar<br />

una c.xtraordinana fachada al mundo, y llegó a ser galardonado por su función humanitaña del año<br />

por LosAnge/esHerold.<br />

Cuando su paranoia empezó<br />

ÉNFASIS EN LA CULTURA (continuación)<br />

a intensificarse. Jones decidió establecer su centro de mando en<br />

Guayana. le siguieron casi 1.000 miembros de su iglesia, y todos juntos fundaron Jonestown, un refugio<br />

a salvo del holocausto nuclear y de la persecución de otrcs grupos de Estados Unidos. Lejos de<br />

crear el Cielo en la nerra, Jooes privó a sus seguidores de toda autonomía e impuso •un régimen de te·<br />

rror, castigo fisico, palizas, agotamiento, dependencia emocional v tiranla, (Hampton y Burnham, 1990;<br />

pág. 79), Uegó un punto en el que Jones se convenció de que lc pcrseguían fuerzas ocultas. y de que<br />

una de ellas en concreto era la CtA. Quienes no estuvieran de acuefOO con é-1. dcda. serían asesinados.<br />

Los rasgos de personalidad paranoide de Janes son f-ádles de identificar. oesee una tdad temprana,<br />

Jones tenia sentimientos secretos de grandeza. Por ejemplo, en la époea de sus iglesias de Los<br />

Ángeles y San Francisco se identificaba ron el espiritu de Cristo. Más adelante. sostuvo que disponia<br />

de acceso privilegiado a cooocimientcs especiales: sus visiones de una gu«ra nuclear. Junto con sus<br />

sentimientos de grandeza tenia ansias de poder. pfofundas sospechas de los que estaban •en el exterioo,<br />

exigía absoluta lealtad, imponía duros castigos por quebrantaría y elevaba su propia necesidad<br />

de lealtad a dogma religioso. El mínimo desacuerdo era una traición. Para mantener sus ansias de<br />

dominio, Jones trabajó duramcnte para crear fuertes sentimientos de intragrupo frente a extragrupo<br />

en su comunidad. sobre todo al comunicar la sensación de que el fin estaba siempre cerca. Todo esto<br />

fue se-guidO de t~cnicas de control mental, pnvando de sueño a sus seguidOfes y hacitndoles trabajar<br />

hasta quedar exhaust~. Dado su sentimiento de grandeza. el caso de Joncs parece una mezcla entre<br />

los uastomos de ptrsonalidad paranoide v nardsísta. una combinaci011 especialmente poderosa para<br />

el aspirante a líder de culto cansmático,<br />

1<br />

<strong>En</strong> las primeras décadas del siglo xx, otros teóricos formularon constructos símílares<br />

a la personalidad paranoíds contemporánea. Birnbaum (1909) describió a los paranoides<br />

como poseedores de ideas sobrevaloradas muy cargadas de emoción. Bleuler (1906) postuló<br />

que los individuos coa une constitución paranoide caerían en poco tiempo en un stsrema<br />

delirante. Asimismo. sostenía que existen otros que no malinterpretan los acontecímientes<br />

vttales en mayor medida que las personas normales. pero en cambio muestran<br />

una resistencia al cambio que les conduce a ser rígidos en sus creencias y. finalmente. a un<br />

sistema delirante paranoide. AJ igual que Bleuler, Meyer (1908) sostuvo que los paraool-<br />

des no ajustan sus creencias a los becbos. Sin embargo. también señaló su inclinación a aíslarse<br />

y su resistencia a los esfuerzos de los demás para influir en sus malas interpretaciones.<br />

Schneider (1923. 1950) describió dos tipos de psicópata fanático. El tipo combativo es ex-<br />

Copyrighted m aterial


468<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pcMnalidad en la vida mod,,na<br />

lugar, las partes positivas o deseables dejadas atrás son ahora mucho mejores, más puras,<br />

virtuosas o inocentes, rasgos importantes de la imagen que el paranoide tiene de sí mismo.<br />

Así pues. según el paradigma psicodinámico. la proyección limpia el sí mismo de cualquior<br />

cosa indeseable, pero a un coste muy elevado: los seutímlentos negativos genuinos<br />

quo existen en el interior del sí mismo se experimentan como procedentes del exterior.<br />

Dado que todo lo que es malo o indeseable eo realidad se origina intemamento, parece seguir<br />

al sujeto allá donde va. <strong>En</strong> cierto sentido, los paranoides no pueden escapar de sf mismos.<br />

<strong>La</strong> persecución parece omnipresente. Por tanto. los paranoides son vulnerables a las<br />

construcciones autorrefereocia1es de la realidad, es decir. a las ideas de referencia y las<br />

conspiraciones generalizadas. <strong>En</strong> efecto, están atrapados y enfrentados con sus propios con·<br />

tenidos proyectados, espectros espeluznantes que vigilan y persiguen a una víctima Inocente<br />

completamente buena. Pueden correr. pero no esconderse. Por ejemplo, en cualquier momento<br />

y en cualquier lugar en que el paranoide se siente vulnerable es porque de algún<br />

modo los demás están actuando para hacerle sentir así. Sin embargo, lo que los otros ven<br />

es a alguien que siempre está irascible, quizás hasta explosivo. sin un motivo adecuado. sin<br />

razón aparente. Corno os natural, los demás reaccionan con irritación, de forma que parecen<br />

confirmar lo que hasta eoronces sólo eran miedos irracian.alos. Oc este modo. a la larga. la<br />

proyección pueda adquirir una base real.<br />

Sin duda, observamos estas caracterfsticas en Ron. Cuando el terapeuta le pide información.<br />

él se pone furioso e interpreta la peticién como una muestra de escepticismo. <strong>En</strong>·<br />

teneos proyecta su propia agrestén en el terapeuta. que ahora pertenece a la categoría de los<br />

que le atacarían y conspirarían contra él. <strong>De</strong> esta manera. Ron convierte sus propios fantasmas<br />

en realidad. Casi todo el mundo estaría irritado con él. Es muy probable quo sus<br />

compañeros de trabajo se sientan igual. o tal vez peor, porque están continuamente expuestos<br />

a su presencia. Si susurran entre ellos sobre sus extrañas reacciones, Llenen motivos para<br />

hacerlo. Pero desde la perspectiva de Ron, sus susurros no son quejas basadas en la realidad<br />

de su propio comportamiento. sino maquinaciones encubiertas diseñadas para destruirla.<br />

También surgen mecanismos de defensa secundarios en respuesta a los círculos viciosos<br />

que crean los paranoides. Como observe Stone (1993), los paranoides ponen distan·<br />

cía psicológica y geográfica entre ellos y los demás. El aislamiento les sirve para resistir a<br />

la invasión y a la influencia externa. Además. retirarse de la vida social calma en cierta<br />

medida la agonía de las ideas autorrcíerenciales. que se intensifican cuando los demás es·<br />

tán presentes físicamente. Los paranoides también utilizan la fantasía y la justa indignación.<br />

Mediante las fantasías de revancha consiguen vengarse de sus perseguidores y resta·<br />

blecen su autouomte. Antes. el débil paranoide estaba a merced dol mundo, abara es el<br />

mundo el que está a su merced. El paranoide se indigna íustameme, glorificado por la autoridad<br />

moraJ de una víclima que lleva mucho tiempo sufriendo y qua de pronto adquiero<br />

poder, tal como Ron se describe a sí mismo. <strong>La</strong> omnipotencia y la indignación sirven también<br />

pa.ra cohesionar una autorrepresentacién peligrosamente cercana a la difusión. Jo<br />

cual es bastante parecido a la función que desempeña ol sf mismo grandioso en la personalidad<br />

narcisista (Stono, 1993). Mantener el sí mismo coherente Impíde o previene la desintegración<br />

psicótica. Los mundos interno y externo están distorsionados, poro al menos el<br />

sf mismo está a salvo. Los paranoides también suelen recurrir a la racíoualtzación y al des·<br />

plazamiento.<br />

Muchos escritores han destacado la existencia de megalomanía ­es decir. una extrerna<br />

valoración de uno mísmo-e en los paranoides. que se hace patente en la omnipotencia<br />

que caracteriza a las personas paranoides. Tanto la megaJomanía como la omnipotencia<br />

están relacionadas con una autoestima pato)ógicamente baja. Los sentimientos de grande·<br />

za compensan profundos sentimientos de inferioridad. y la omnipotencia compensa el sen·<br />

timiento de ser inútil por completo o de no tener uíngün poder en el mundo. Según McWi·<br />

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Capítulo 13. PtfSOllalidad paranoidt<br />

469<br />

t<br />

§<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

j<br />

i<br />

o<br />

lllams (1994), la relación entre la personalidad parancíde y la omnípotencia del narcisismo<br />

prtmíuvc refleja tnteusas preocupaciones por la vergüenza, la culpabilidad y la envidia. <strong>La</strong>s<br />

tres cuestionan la perfección del sí mismo narcisista y las tres se proyectan en los demás. <strong>La</strong><br />

vergüenza. por ejemplo, deriva del sentimiento de que uno es defectuoso, inferior u horríble<br />

a los ojos do los demás, y que éstos son muy conscíentes de tales defectos.<br />

<strong>De</strong> hecho, el miedo conhtso a que los propios actos vergonzosos salgan a la luz subyece<br />

al desarroUo de muchas ideas de referencia. Si pensamos por un momento en nuestros<br />

secretos vergonzosos, &s fácil ímaginar la peor situación posible: no sólo éstos han sido des·<br />

cubiertos, sino que los demás hablan en secreto sobre nosotros. c.h.ismorrean ávidamente sobro<br />

nuestros actos vergonzosos, pero sin mostrarnos que lo saben. Para ltbrnrse de ideas<br />

tan intolerables, los paranoides proyectan la vorgiienza y. naturalmente, concluyen que son<br />

los otros los que están intentando avergonzarlos o humillarlos de forma activa. Por ejemplo,<br />

es posible que Ron sienta que su carrera debería haber progresado más, o quizá simplamente<br />

se sienta avergonzado de que su familia esté atravesando un periodo de problemas ceo·<br />

nómicos, y por tanto necesita oonstruir un escenario en que sus compañeros de trabajo OS·<br />

tán conspirando para explotarlo. Sus sospechas deforman la realidad, poro al menos salvan<br />

la poca autoestima que Je queda. <strong>La</strong>s expcriencías de culpa y envidia son tratadas básícamente<br />

de la misma manera. Si los paranoides se sienten culpables. son los otros quienes los<br />

han perjudicado. Si los otros tienen caracterfsticas que los paranoides envidian, son los<br />

otros quienes les envidian.<br />

Considérese el caso de Stepben, ol niño prodigio (caso 13-2). Obviamente, Stepben es<br />

muy inteligente, ba obtenido su doctorado en Císica a los 23 años. Podemos imaginar lo<br />

orgullosos que deben haberse sentido sus padres, ambos sin educación universitaria. Tembi4n<br />

podemos especular que Stephen debo haber sentido una enorme presión por sobrasalir<br />

tanto entre sus colegas profesionales como entre sus compañeros cuando era estudian·<br />

te. Por desgracia, su propia megalomanía no deja de interferir en su progreso. y cree conílíctos<br />

con los supervisores. que consideran que emplea demasiado tiempo en sus propios<br />

«asuntos secretos» y uo el suficiente en los proyectos de lu compañía.<br />

A pesar de sus dones intelectuales objetivos, parece que Stephen tieno un frágil sí mis·<br />

moque defender. Su baja autoestima se pone de maniñesto no sólo en sus sentimientos de<br />

grandeza, sino también en su reacción condescendiente frente a las críticas constructivas y<br />

en la necesidad de ocultar sus propios proyectos. Para defenderse. Stcpben ha escogido un<br />

patrón ya marcado por su propio padre, probablemente porque sabe que es una excusa con<br />

la que sus padres estarán de acuerdo: no sólo el padre era demasiado brillante para los que<br />

le rodeaban, sino que el liijo también lo es. Por consiguiente. Stepben está convencido de<br />

que sus compañeros de trabajo y supervisores están tratando de sabotearle robando sus<br />

ideas. no pagándole lo que se merece y considerando su trabajo como «planes absurdos». <strong>La</strong><br />

ma1a interpretación de los indicios y la falta de voluntad para tomar en consideración las<br />

evidencias son parte del patrón paranoide. <strong>La</strong> solución de Stephen consiste en contraatacar<br />

empleando incluso más tiempo en un proyecto qua no sólo «revolucionará el sector», sino<br />

que justificará su actitud y le permitirá vengarse de sus críticos. <strong>De</strong>safortunadamente, ocurre<br />

todo lo contrario. So rochaz.a el plan do Stephon debido a que ha pasado por alto ciertos<br />

hechos simples do lógica y eficiencia. <strong>En</strong>frentado a la evidencia objetiva del fracaso írrobatible,<br />

Stephen so retira a su casa y empieza a beber en exceso. Tras varios rechazos similares.<br />

so ve enfrentado finalmente a dos opciones: o desmoronarse criticándose a sí mismo<br />

o retraerse a un mundo do completa fantasía. Stephen escoge la segunda.<br />

Akbtar(1992; págs. 167 y 168) describe los aspectos abiertos y encubiertos de la personalidad<br />

paranoide. que parafraseamos a continuación. <strong>En</strong> el área del concepto de uno mis·<br />

mo. los paranoides parecen arrogantes, farisaicos e irascibles. Sin embargo, en secreto se<br />

sienten tímidos o ínferícres y están atormentados por la duda y el sentimiento de culpabi-<br />

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414<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la pusonalidad en la vida mode:rna<br />

tos velados. como pruebas concluyentes de quo los demás quieren atacarlos. Al responder<br />

cou ira mediante insultos y amenaz .. as, los paranoides se ganan una reputación do agresivos,<br />

querulantes y «hion atrlncherados».<br />

Aunque los paranoides se desenvuelvan mejor solos, en ocasiones se rodean de aquellosa<br />

quienes consideran incorruptiblemente leales. Estas personas tan dignas de confíanza<br />

funcionan como los ojos y los oídos dol paranoide. Como la versión interpersonal de un<br />

amortiguador, las personas leales sirven para aislar a los paranoides de la ansiedad asocia·<br />

da a la ínteraoción con el entorno, que tiendo a aumentar sus distorsiones de la realidad y<br />

a incrementar el número do contenidos dolirant:os sistematizados. Sin embargo. los paranoi ..<br />

des sueleu creer que la lealtad es sumamente frágil. Cuando llega el momento do la verdad.<br />

esperan que sus socios rompan filas y los dejen solos e indefensos. Roo, por ejemplo,<br />

llega a confiar lo suficiente en el entrevistador como para compartir algunas de sus preocupaciones.<br />

aunque esa misma confianza acaba por derrumbarse con rapidez durante la<br />

misma sesión. Los paranoides creen que Ja lealtad o bien no existe o es fácilmente comprada<br />

y vendida. Por tanto, les relaciones interpersonales están infectadas por lo ambivalencia;<br />

los paranoides quieren confiar. pero sienten un gran temor a que les perjudiquen o<br />

traicionen.<br />

A medida que crece su miedo. Los paranoides sienten la necesidad de controlar a<br />

quienes les rodean. <strong>De</strong>ben saber el paradero de los demás en todo momento, en qué trabajan<br />

y por qué. <strong>En</strong> efecto, los paranoides buscan la seguridad de la omnisciencia supervisando<br />

las actividades de su.s socios o de los miembros de su familia, en ocasiones casi has·<br />

ta el punto do la comprobación obsesiva. <strong>De</strong> este modo, el ojo que todo lo ve mantiene la<br />

suspicacia bajo control. Como lo saben t.odo. no hay nada quo temor. Al mismo tiompo, sin<br />

embargo, los paranoides impresionan a los demás por ser reservados en extremo, por no<br />

mostrar casi nada de su vida etnoclouei o sus actividades més allá de lo que requiere el<br />

asunto inmediato. Nadie debería conocer los asuntos dol paranoide, pero él rleue que conocer<br />

los do lodos los demás. Al poner a las personas on una situacíén do la que necesitan<br />

conocer toda In infonnación, los paranoides so protegen contra las conspiraciones ajenas. El<br />

conoctnuento es poder, y no hay ningún motivo para regalar ese poder. Por tantn, la lealtad<br />

a los paranoides significa el someumiente a su necesidad de controlar, pen:niliéndoles<br />

que controlen lo vida de uno corno si fuera un libro abierto.<br />

A medida que aumenta la gravedad del trastorno, la necesidad del control da paso a<br />

una búsqueda activa y suspicaz de indicios. Cuando los demás se resisten parapetándose<br />

frente aJ «ojo que todo lo ves , el paranoide presupone que tienen algo que ocultar. Por<br />

consiguiente. la necesidad de saber y de controlar se intensifica. El escrutinio de los de·<br />

más crece a medida que los paranoides procuran convencerse do que no existo ninguna<br />

amenaza. Eu ocasiones pueden utilizar acusaciones falsas para probar la lealtad do aquellos<br />

en quienes confían. un mal necesario diseñado para provocar a los demás con el fin de juzgar<br />

sus reacciones.<br />

Exasperadas por la observación y desoonfianza constantes. las personas que anteriormcnto<br />

se mostraban amistosas pueden romper su relación con ol paranoide sin medlar explicación<br />

alguna. El círculo do personas do confianza so va reduciendo a medido que los<br />

cansados y frustrados amigos dan por acabada la relación. Los antertores socios pueden<br />

ser vistns como desertores que se pasan al bando enemigo y se llevan información socrcta<br />

que podría uulízarse para desarrollar planes aún más infames. Algunos paranoides se obsesionan<br />

con la idea de que existe un «topos al acecho que toma nota de sus acuvtdades y<br />

pasa la información a una coalición todavía por descubrir. Paralizados por el miedo, los paranoides<br />

en las posiciones de poder pueden iniciar cazas de brujas quo dividen y desmoralízan<br />

a su propia organización, como ha ocurrido en alguna ocasión on las agencias de espionaje.<br />

Llegados a este punto, la sumisión y la franqueza ya no son suficientes pa.ra ali-<br />

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Capitulo 13. PtrSonatidad paranoidt<br />

475<br />

viar su temor. Los acontecimientos que no logran conftnnar sus sospechas sólo demuestran<br />

Jo ongatlosos que pueden ser los domas.<br />

A medida que sus relaciones se vuelven más teosas. también se intensifican desde el<br />

punto de vista afectivo. l.a racionalidad da paso a rsconstruccíones cada vez: más deformadas<br />

do la realidad social. Al proyectar sus aspectos negativos en los demás, los paranoides<br />

so ven enfrontados a las mismas cosas que encuentran intolerables. Lo que la gente ve es<br />

una persona trast.omada que parece convencida de que le persiguen y empeñada en sacar a<br />

la luz conspiraciones que no existen, o que clama venganza por afrentas nunca cometidas.<br />

Lo cólera, el resentimiento y la bostílídad Invaden las comunícacíoues de estos paranoides.<br />

Cada voz están más hlpersensibles y pueden Hogar a senttrse ulrrajados por personajes<br />

ocasionales que no desempeñan ningún papel en su vida más allá, por ejemplo, do entregar<br />

el periódico do la mañana. Tales sensibilidades croan numerosos y duraderos rancores.<br />

Pueden afumar que los demás los han explotado. los han robado sus ideas, los han robado<br />

ascensos laborales o han minado su reputación. como muestra el caso de Srophen. Los<br />

contactos sociales en apariencia agradables son particularmente sospechosos, una distrae·<br />

cióo cuya finalidad es sosegar al paranoide para darle una falsa sensación de seguridad.<br />

Otra importante barrera para la normalidad do las relaciones interpersonales es la actitud<br />

del paranoide hacia los senumíentos do apogo y dependencte. Los paranoides deñenden<br />

su autonomía no sólo contra amenazas ocultas, sino también contra las emociones<br />

tiernas, que indican vulnerabilidad. <strong>En</strong> efecto, el control de los demás se convierte en un<br />

sustituto del apego. <strong>En</strong> e) rango de estilo do personalidad, los paranoides son ferozmente<br />

leales a. aquellos de cuya lealtad están seguros .. Sin embargo. en el rango patológico. las<br />

emociones tiernas se asocian a la debilidad: <strong>La</strong> intimidad es amenazadora. Podemos observar<br />

esta característica en Ron. que duda constantemente tanto de su esposa como de su<br />

mejor amigo. Así pues. una persona escéptica y obstinada da lugar a a1guieu irascible, cínico<br />

y. posiblemente, peligroso.<br />

Cuando se proyectan sentimientos de atracción, los paranoides comienzan a creer<br />

Q\1e los demás están i.ntenta.ndo e:roor en ellos, de fonna deliberada. un deseo do ínthnldud<br />

o dependendu. <strong>En</strong> respuesta, mantienen las distancias. AJ endurecerse contra la uecesidad<br />

de amor se libran de la susceptibilidad de eugeñc o subyugación. Los cónyuges pueden<br />

reíerir que el paranoide es frío y mcional, reticente e compartir emociones, incapaz de tolerar<br />

la intimidad, reservado sin tener motivos para serlo, demasiado controlador. inseguro.<br />

receloso de su familia y amigos íntimos. hipersensible a la crítica, poco dispuesto anego·<br />

ciar los confltetos, propenso a desarrolJar rencores sostenidos dunmte a.ños. presto a juzgar<br />

a los otros con dureza, convencido da que los demás couspb-an en su contra o incre.íblemento<br />

celoso. <strong>La</strong>s sospechas do que sus parejas sexuales han sido infiolos son un importante criterio<br />

diagnóstico.<br />

Benjamín (1996), mediante su modelo del Análisis Estructurado do la Conducta Social<br />

(AECS), ha descrito con detalle el desarrollo inlerporsonal de la personalidad paranoide. <strong>En</strong><br />

primor lugar, el futuro paranoide suele tener unos padres «sádicos, despreciativos y centroladeros»<br />

(pág. 314). Aunquo so espera lealtad hacia Ia familia, se administra. un duro castígo<br />

mediante una actitud fría y seria, así corno un mensaje implícito de que el niño es tan in·<br />

trínsecamente malo quo justifica la crueldad. Según Bonjamin, el futuro paranoide aprende<br />

ast a esperar el ataque y el abuso, o la vez que se identifica con unos progenitores abusivos.<br />

<strong>En</strong> segundo Jugar. los padres del futuro paranoide esperan autonomía y castigan la dependcncia<br />

emocional. Si el niño se pelea. la respuesta de los padres a esa situación puede ser:<br />

«¿Qué hlclste para provocarlor» (pág. 315). <strong>La</strong>s lágrimas pueden ser recíbldas con dosprocio<br />

o con amenazas de futuras acciones disciplinarias. El resultado es un adulto aislado y<br />

receloso. que lucha por no necesitar a los demás, detesta le dependencia y nunca pide<br />

ayuda.<br />

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476<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la ptrsonafidad tn la vida modtrna<br />

Benjamín (1996) añade que el futuro paranoíde suele sor una persona a la que a me--<br />

nudo se ha uülizado como cabeza de turco y a la que so ha comparado desfavorablemente<br />

con otros miembros de la familia. siguiendo básicamente la idea temprana de que el niño<br />

es malo en esencía y por tanto merece el castigo. A estos niños no se les ha acusado de ser<br />

estúpidos o perezosos. sino de ser arrogantes, hostiles, obstinados o demasiado dominantes<br />

o independientes. Los progenitores pudieron haber adoptado un doble estándar obvio,<br />

prefiriendo a ciertos hijos y culpando, castigando y mostrando rencor contra el para·<br />

nolde por sucesos que estaban claramente fuera de su control. Para humillar al niño. los<br />

padres pueden haber hablado de él con los demás de forma negativa, incJuso en su presencia.<br />

El resultado es un adulto sumamente sensible a las cuesríones de poder y nstatus, a la<br />

vez que demasiado preocupado por si las recompensas y los castigos se reparten de forma<br />

equltauva.<br />

Por último, sagün Benjamín (1996). el futuro paranoide es recompensado por mostrarse<br />

competente en algún áNta que sus progenitores aprueban. Dado que ástos esperan un<br />

alto rendimiento. los logros o contribuciones del sujeto no son apreciados. lo que contribuye<br />

al incremento del reseotlmiento a lo largo de los años. El resultado es un adulto que se<br />

desenvuelve bien cuando lo bace por sí mismo. pero que crea y exacerba conflictos mediante<br />

exigencias de reconocimiento por sus contribuciones.<br />

I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista cognitivo, los paranoides tienen mucho en común con la personalidad<br />

compulsiva .. Ambos son agudos observadores, con una excepcional atención al<br />

detalle motivada por el miedo. Sin embargo. los compulsivos subliman sus conflictos interpersonales<br />

on un esfuerzo por satisfacer sus objetes tntemaltzados, sus padres condenadores.<br />

que residen en un severo superyó. Por el contrario. los paranoides se encuentran constantemente<br />

bajo el ataque da sus objetos ínternalízedos. pero proyectan estos ataques, que<br />

pasan a experimentarse como procedentes de un origen externo. Por ejemplo, podemos<br />

imaginar las críticas que Stephen debe hacerse a sí mismo después de haber sido empujado<br />

toda su vida para satisfacer Ias expectativas de sus progenitores.<br />

Por otra parte. tanto el compulsivo como el paranoide presentan patologías del superyó<br />

que eliminan la capacidad de disfrutar de la vida. Sin embargo. mientras que los compulsivos<br />

se convierten en personas «hiperacomodaticias», los paranoides se convierten en<br />

sagaces observadores extremadamente suspicaces fronte a las mcttvaciones ajenas. El<br />

constante miedo a pasar por alto algün peligro les obliga a escrutar los más nimios detalles<br />

de cualquiera de sus interacciones. Analizan todas las comunicaciones en busca de matices<br />

y dobles sentidos, así como en busca de sus implicaciones en cuanto al poder, al estatus y<br />

la amenaza a la propia autonomía. Todo debo concretarse porque lo abstracto es inherentemente<br />

engañoso. <strong>La</strong> ambigüedad se vuelve insoportable pare ellos.<br />

Según Shapiro (1965), la suspicacia no es sólo una característlca contextual. sino un<br />

tipo de cognición activa: no es sólo la consecuencia sino también la causa, una «axpoctali·<br />

va preocupante» (pág. 56), de la cual la hipervigilaocia constituye una parte importante. <strong>En</strong><br />

otras palabras. la suspicacia no es le curiosidad imparcial del científico, sino la inversión<br />

de una energía. que ya contiene un sesgo. para descubrir pruebas que confirmen la sospe ..<br />

cha original. Los paranoides no intentan poner a prueba la realidad, sino encontrar bases<br />

empíricas que confirmen las construcciones autorreíerenciales sobre, por ejemplo. conspíraciones<br />

e influencias externas. Ya desde su mismo origen, la misión es el descubrimjento.<br />

no la comprobación de hipótesis. Ron no está interesado en comprobar si sus compañeros<br />

le están escamoteando el dinero, ostá interesado en probar que se lo están escamoteando.<br />

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Caplt1.1lo 13. <strong>Personalidad</strong> pat1noid,<br />

477<br />

Por tanto, el problema cognitivo fundamental del paranoide no es do tipo perceptivo.<br />

sino de interpretación. Los paranoides reciben con gran precisión los inputs básicos de es·<br />

tímulos, pero procesan lo ínfunnación coa el propósito explícito de identi6car maquínccíonos,<br />

persecuciones, deslices y críticas. Por ejemplo. Stephen no está interesado en doscubrir<br />

las limítaciones de sus ideas y cómo podría adaptarlas para servir mejor a sus propósitos.<br />

Cuando se enfrenta a críticas constructivas, lo único que percibe son las críticas y nunca lo<br />

constructivo. Por tanto, la suspicacia es el mecanismo central en la perpetuación del trastomo.<br />

Ceda descubrimiento de nueves pruebas potencia de forma simultánea la ansiedad,<br />

la indignación y el resentimiento, lo que justifica la necesidad de nuevos escrutinios.<br />

Dado que el pensamlentc pa.mnoide es distinto al normal, cuento. con sus propios críterios<br />

para evaluar el éxito. Todos aplicamos nuestros propios filtros a los hechos: sin embargo.<br />

ponemos a prueba la realidad con un cierto grado de dlstanciamiento cienlífico.<br />

Cuando aparecen incoherencias. se convierten en objeto de gran interés. Finalmente, se<br />

a.bordan con lógica, y o bien se solucionan, o bien so toleran como algo que no podemos explicar.<br />

<strong>La</strong> muyor parte de nosotros estaría de acuerdo en que existen pocas cosas suscepubles<br />

de una definición infalible y que. por tanto. en la vida contemporánea es necesario tener<br />

tolerancia frente o la ambigüedad y la complejidad.<br />

Por el contrario. el pensamiento paranoide no es u¡ desinteresadamente inductivo ni<br />

lógicamente deductivo. Constituye un proceso do búsqueda en el que el éxito depende de<br />

su capacidad para ver más allá de las aparíencías y descubrir verdades ocultas. Si no puedan<br />

penetrar más allá de las realidades superficiales, los paranoides siguen convencidos do<br />

quo la verdad permanece oculta, de que están en la oscuridad y los demás saben cosas que<br />

ellos desconocen. Por este motivo, los paranoides no pueden permitirse aceptar las ínterprelaciones<br />

ajenas, ya que los deinás les engaüarfan o les proporcionarían información erró·<br />

nea. <strong>En</strong> su lugar, los paranoides son independientes, impermeables a influencias o corree·<br />

ciones externas.<br />

Según Shapiro (1965; pág. 64). el estilo paranoide culmina en una «pérdida de la no·<br />

ción de la realidad» similar a la que experimenta el compulsivo. pero mucho más grave.<br />

Con esta afirmación Shapíro no pretendo decir qua la suspicacia como Upo de cognición<br />

conduzca neeesanamente a una ruptura psicótica. sino que se pierde la noción de la realidad<br />

social como un todo. de su estructura y su esencia. <strong>La</strong> búsqueda de indicios conlleva<br />

un estí lo de atención que magnifica cada pequeño detalle. como si el paranoide so preguntara<br />

una y otra vez: «¿Eso es todo? ¿Eso es todo? Aquí hay algo. debe haber algo más».<br />

Cada detalle debe analizarse bajo el microscopio de forma compulsiva.<br />

Shapiro (1965) utiliza el ejemplo de la diferencia entre escuchar y oír. El técnico de so·<br />

nido oye los aspectos técnicos. pero no le música. Lo mismo le ocurre al paranoide. Al<br />

concentrarse en los detalles nimios. pierde la capacidad de realizar evaluaciones globales.<br />

Ya no puedo apreciar el amblunte agradable de una fíeste, ni de un restaurante bonito.<br />

Como señala Akhtar (1992). citado antes. el paranoide incluso le resulta imposible la epreciación<br />

estétíca. Por ejemplo, incapaces de encender el cono global de una interacción so·<br />

ctal. los paranoides carecen del sentido de la proporción necesario paro apreciar los detalles<br />

de las interaccionas interpersonales. El resultado final es un extraño autismo para los<br />

detalles, un mundo nuevo fabricado por comploto a partir de ludícios descoutextual lzndos.<br />

Al verse liberados del contexto. los paranoides gozan de completa libertad para formular hípétesis<br />

de dudoso probabilidad y para imbuir a los detalles de significados idiosincrásicos<br />

que resulten coherentes con sus oscuras sospechas. Este mecanismo explica que. paradéjienmante,<br />

una persona normal y un paranoide pueda.u coincidir en cuento al curso objetivo<br />

de los eccuteclmtentos. pero disentir en su interpretación.<br />

Siguiendo a Shapiro, exista otra razón importante por la que los paranoides siempre<br />

están recogiendo pistas: la existencia de pruebas que pudíereu demostrar de manera con·<br />

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Capít\llo 13, PttSOnatidad paranoitk<br />

479<br />

1<br />

CASO 13­3<br />

Marcus. un profeso, universitario, ha ,i:n~ñado qulmica durante mas de<br />

CRITERJOS OSM­1\1<br />

20 a/los. Aunque nu.n(a ha sido un hombtt dtmMdo amis.toso. M los úJti.. PARA EL OJAGNÓS'IlCO<br />

mos aéos se ha ido ~paraAdo cada vu mas de sus coltgas". Los ~udiantt:s llf. TRASTORNO PARAXOIOE<br />

sutlen quejarse dt su comportamitnto grosero du r;ntt las horas dt clase. Es ut: I.A l't~RSON A 1.1 UA u<br />

conocido po, hace, pausas d-urante las dascs, mirar a los aluml'IOS y dttir: 6t •O<br />

lo qut ot-án haden~. Ocsp11ts dt qi>C dtsat"1!dicra en repetidas OCilsioncs A. U1'llt.011íi;1nM1 ~· t,,rntpit,¡1d11 ~-m ...<br />

las sug,trtticias otl jefe de dtpartamcnto para acudir a tratamitnto. se le ha n.,li1:ada d,~if: ,•I in ido,!,, l,1 1"1fa1l<br />

cntregado una rtt0mcndación firme por escntc. Se han conctrtaclo y canee- adulta. d•• forma que Je,:; urtenciolad0<br />

varias citas. antesdt qut Marais se COITYtndtra flnalmc:ntt dt qut, si no ne .. de los Jemác. sti lnlt.•rpr1•11ua<br />

acudia a terapia, seria excluido dd prog,ama acadbfllco.<br />

~:onw m;1lir:io1;,1'{, (111


480<br />

<strong>Trastornos</strong> ee la pe,so,nalidad en la vida modcma<br />

lanza los torpedos, El otro submarino suele hundirse incluso antes de haber tenido la postbilidad<br />

de reaccionar. Los paranoides están atrapados en una especie de guerra submarína.<br />

porque la supervivencia depende de no permitir nunca un falso negativo, es decir. de no pesar<br />

nunca por alto la presencia de una amenaza, aunque se genero un grao número de falsos<br />

positivos. Los paranoides deforman la realidad por definición, do manera que nunca saben<br />

realmente qué positivos son falsos positivos y cuáles son verdaderos positivos. Ncnce<br />

saben exactamente dóndo resido la verdad. Están seguros do que el enemigo está allí, lo<br />

creen con certeza, pero les os imposible responder cuán cerca y profundamente infiltrado<br />

se encuentra.<br />

Los paranoides luchan para desenredar los hilos de conspiraciones que no existen, lo<br />

que les empuja hacia un estado crónico de emergencia. Con los bárbaros en la puerta, sus<br />

visiones apocalípticas de hundimiento están a punto de cumplirse. Dado que e) coste do un<br />

falso negativo es el jaque mate, no pueden permitirse no detectar algún submarino oculto,<br />

sin que importe cuántos fantasmas se vayan creando durante el proceso. Cuando un ünice<br />

falso negativo significa la aniquilación, mil falsos positivos vaJen la supervivencia, con independencia<br />

de lo amenazadores que sean. <strong>La</strong> confianza sólo conduce a un escenario del<br />

tipo «caballo de Troya». en el que todo el mundo se convierte en un enemigo. Y Jo que es<br />

peor. dado que el enemigo parocc escapar a cualquier esfuerzo de detección, debe ser muy<br />

cauteloso y sumamente inteligente y, por tanto, aún más peligroso. <strong>La</strong> única protección es<br />

temer a todo e) mundo. Como consecuencia, la tendencia natural 8S originar una generalización<br />

delirante cm forma de conspiración mundial.<br />

Considérese una voz más a Ron, que está convencido de que sus compañeros le escamotean<br />

el dinero de su paga. Ron aún no ha encontrado las pruebas que necesita. pero nunca<br />

las conseguirá porque nadie le eslá timando (aunque pueda descubrir algo que él mismo<br />

malinterprete como una prueba). Está tan convencido, que las evidencias objetivas<br />

deben parecerle extrañamente inaccesibles. Sin embargo. Rou no puede cuestionar sus propias<br />

hipólesis porque parten de la certeza y su autoestima no soportaría la más mínima<br />

duela sobra sf mismo. Cuando el terapeuta le pregunta por qué cree tales cosas sobre sus<br />

colegas, Ron Interpreta la petición de información como un escepticismo evidente, y su radar<br />

se hipe:rsensibilíza. Ahora. el terapeuta se ha convertido de repente en una amenaza y,<br />

como ta], se ha unído a la coalición en su contra. Es mejor presuponer eso que confiar en alguien<br />

que pasaría la información confidencial a sus enemigos. <strong>En</strong> su posición. Ron no<br />

puede permitirse ese riesgo.<br />

<strong>La</strong> personalidad paranoide también se ha analizado desde la terapia cognitiva. <strong>De</strong> forma<br />

no muy distinta a los propios paranoides, Los teóricos cogníuvos sostienen que los rasgos<br />

no son más que una realidad superficial. Los rasgos se refieren a coherencias en el comportamiento.<br />

y detrás do cada coherencia conductual reside una coherencia cognitiva. Se<br />

articule de forma explícita o no, cada rasgo de personalldad expresa una creencia, y son<br />

las creencias las quo determinan ol comportamlento, <strong>La</strong>s creencias básicas. que pueden ser<br />

tanto conscientes como inconscientes. se sos! lenen como ciertas con independencia del<br />

tiempo. el lugar o la circunstancia. <strong>La</strong>s creencias condicionales expresan el papel interactivo<br />

entre la persona y la situación: si ocurre esto y lo otro. entonces pasará tal cosa. <strong>La</strong>s<br />

creencias condicionales so altrnentan, a su vez. de las creencias instrumentales, que se refieren<br />

a Jo que la persona crea que puede o no puede hacer para modificar el entorno.<br />

Según Beck et al. (1990). los paranoides llevan la descoo6anz.a más allá de lo adapta·<br />

tivo. Se percibea a sí mismos como honrados y maltratados. y ven a los demás como taimados,<br />

engañosos y mentpuledores. Para neutralizar el peligro de quo persones bajo un disfraz<br />

de inocencia les controlen o devalúen, se vuelven cautelosos, hipervigilantes y suspicaces.<br />

Beck et al. (pág. 48) destacan varias creencias principales, como «Soy vulnerables o<br />

«No se puede confiar en los demás». <strong>La</strong>s creencias condicionales incluyen vartaciones de<br />

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484<br />

<strong>Trastornos</strong> de la penonalid.ld en la vida mod«na<br />

<strong>En</strong> los siguientes párrafos describiremos con brevedad varias razones fundamentales<br />

quo pueden ocasionar un patrón paranoide.<br />

Es muy probable que el subtipo fanático haya sido sobrovalorado o mimado por sus padres,<br />

dada la impresión que tiene este Upo de paranoide de que su mera exlstencte ya Liene<br />

suficiente valor por sí misma. Muy pocos perenotdes fanáticos desarrollan un sentimiento<br />

de rasponsabtlldnd lnterperscnal: no aprendan a cooperar con los demás, a oompartír nl a<br />

pensar en los intereses de otras personas. <strong>De</strong>bido a que con toda probabilidad sus padres no<br />

les impusieron restricciones. y a que se sienten injustamente seguros de su propio valor. sus<br />

fantasías tuvieron pocos límites, lo que les permitió crear fantásticas imágenes de su poder<br />

y sus logros. <strong>La</strong> insensibilidad social y la tendencia a explotar a los demás de estos futuros<br />

paranoidos los ocasionaron inevitables dificultados lntcrpersonales. Al salir dol onl.omo<br />

íamiliar protector. se esforzaron mucho por luchar contra la realidad objetiva. Vieron<br />

cómo se cuestionaba su ilusión de omnipotencia, y recibieron ataques debido a su actitud<br />

egocéntrica y poco generosa. Con el tiempo, su imagen do eminencia y perfeccíén so rompió<br />

en mi.l pedazos. <strong>En</strong> lugar de enfrentarse o adaptarse a la realidad, o do desarrollar sus<br />

competencias para que estuvieran a la altura de su elevada autoestima. estas personas recurrieron<br />

cada voz más a refugiarse en la fantasía. Al racionalizar sus defectos y perderse en<br />

sus gratificacion.os imaginarias, so fueron retrayendo y aislando de los demás.<br />

<strong>La</strong> histeria experieacial característica de los paranoides malignos sugiere que estuvieron<br />

sometidos a un antagonismo y hostigamionto parental. Muchos de ellos sirvieron de<br />

chivos expiatorios para la agresividad desplazada de sus progenitores. <strong>En</strong> lugar de responder<br />

con ansiedad como consecueucia de este maltrato, adquirieron el sentimiento de que<br />

las personas tenían que «soportarles», y de que podían perjudicar a los demás y ridiculizarlos<br />

mediante sus comportamíentos provocadores e inOexibles. <strong>De</strong>sconfiados en cuanto a los<br />

demás se refiere, pero muy seguros de su propio poder, rechazaron los controles y valores<br />

parentales y los sustituyeron por los suyos propios. Al rebelarse contra la autoridad paren·<br />

tal, desarrolJaron pocos controles internos y, en la mayoría de los casos. no aprendieron a<br />

dominar sus impulsos ni a evitar las tentaciones.<br />

Estos paranoides se caracterizan sobre todo por estar orientados hacia el poder. por la<br />

desconfianza y el resentimiento que sienten hacia los demás, y por su forma do actuar beligerante<br />

e intimidante. Existe un deseo despiadado de triunfar sobro los demás, do vengarse<br />

con astucia o mediante la fuerza brutal do los agravios sufridos, y una tendencia a sentir<br />

que el hecho de haberlos sufrido justifica esa actitud. A diferoncia de lo que sería su oquivalen.te<br />

no paranoide, estas personalidades han descubierto que sus esfuerzos por burlarse<br />

de otras persones y frustrarles hao incitado a que los demás le inflijan más del rechazo y<br />

duro castigo al que yo habían estado expuestos en etapas tempranas. Su estrategia de arrogancia<br />

y brutalidad ha tonldo la consecuencla contraria a la que esperaban y. como consecuencia,<br />

dejan de buscar con tanto afán la retribución mediante la acción directa paro refugiarse<br />

en la grariñcacíén que les proporciona la fantasía.<br />

El paranoide obstinado surge de una combinación de rasgos de los personalidades paranoide<br />

y compulsiva. Estas personas tienen una historia de control parental excesivo<br />

aplicado mediante castigos aleatorios. <strong>La</strong> mayoría do ellos so han esforzado al máximo para<br />

satisfacer las exigencias parentales a la perfección, con Jo quo han conseguido minimizar el<br />

trato punitivo y la amenaza de abandono. <strong>En</strong> las etapas tempranas de la vida inlealaroa seguir<br />

el modelo de las figuras de autoridad, sacrificando su independencia y ateniéndose a<br />

las normas con la más absoluta precisión. Como consecucnc.ia de su rígido conformismo,<br />

carecen de espontaneidad e iniciativa. son incapaces de establecer relaciones profundas y<br />

genuinas con otras personas. son indecisos y sienten temor hacia lo desconocido. Por diversos<br />

motivos. que varían según el caso concreto, estos paranoides no han conseguido la se·<br />

guridad que deseaban lograr. Al no poder contar con una guía y apoyo por parle de los de-<br />

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Capltulo 13. <strong>Personalidad</strong> p.ar,moide<br />

487<br />

t<br />

§<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

j<br />

i o<br />

ténuinos de blanco o negro, ambos rechazan las emociones tiernas como prueba de debllídad<br />

y. por lo general, ambos experimentaron un abuso considerable durante el desarrollo.<br />

No obstante, los paranoides proyectan sus impulsos agresivos. Literalmente acechados por<br />

sus objetos proyectados. perciben su propio comportamiento como una reacción nonnal<br />

anta un mundo insoportablemente cruel. Como es natural, las otras personas no los experimentan<br />

como v:íclimas que están siempre a la defensiva, sino como instigadores abrasivos<br />

cuyos acciones a menudo son sin duda sádicas. Para el observador profano. el contrasta·<br />

que del paranclde contra los que han sido desleales o persecutorios se confunde coa facilidad<br />

con lo personalidad sádica.<br />

Sin embargo, las dos personalídades muestran profundas diferencias. <strong>La</strong>s futuras personalidades<br />

sédícas es wuy probable que se hayan idenli6cado con su agresor durante el<br />

desarrollo. Como adultos, disfrutan permitiéndose tener sentimientos de ira y hostilidad.<br />

y victimizan a los demás como parte de su ideal del yo. <strong>En</strong> ocasiones. las personalidades sádicas<br />

constmye:n complejos modelos activos de los demás para maxirniza.r el sufrimiento<br />

que pueden iufllgtr. Por el contrario. los paranoides \!OH el mundo de una manera más<br />

simplista, como «Yo fnmt.e a lodo el mundo». No obstante, las personalidades sádicas suelen<br />

desarrollar rasgos paranoides eo respuesta o intensos y crónicos temores de venganza en<br />

pago a sus crueles abusos de los demás.<br />

Tanto la personalidad paranoide como la antisocial conslituyen fríos y celosos guardianes<br />

do su autonomía, poro por razones diferentes. Una vez más, como indicamos en el<br />

capñu lo 5, cabe señalar que la personalidad antisocial no está bien denominada; la etiqueta<br />

«antisocial» sugiere más un efecto que una causa, y no ayuda en absoluto a explicar el<br />

proceso que se encuentra detrás del producto, Como tal, la calegorfa mezcla ampliamente<br />

características dHerentes. Un término más adecuado sería personalidad ogresiva, ludividuos<br />

que deflenden su autonomía como parto tnmnsecn de su composición psioológlca globel.<br />

no t:mnsformada por factores psicodlnárnicos. Estas personas son dominantes y territoriales,<br />

destruyen do fcmm activa las restricciones a su libre actuación y parecen totalmonte<br />

carentes do conciencia. Si los otros resultan dañados, mala suerte.<br />

Por ol contrario, los paranoides so consideran defensores vigorosos y justos do sus lrmitos<br />

contra las usurpaciones do los atacantes. Acochados por los perniciosos objetos proyoctados,<br />

ven al mundo entero como compuesto por antisociales y psicópatas. individuos<br />

que destruyen sin sentimiento de culpa. Los paranoides son capaces de relacionarse como<br />

iguales con los que comparten sus valores y tienen una consciencia considerable por lo que<br />

se refiere a estas relaciones. <strong>En</strong> cambio. las personalidades agresivas están empeñadas en<br />

do.minar a todo el mundo.<br />

Final monto. las personalidades paranoide y compulsiva valoran la racionalidad, el<br />

control rígido de ellos mismos a la vez que controlan demasiado y culpan a los demás (Ben·<br />

jamin. 1996). pero por razones diferentes. Además, ambos pueden ser moraJistas dogmáti·<br />

cos, y su rigidez distorsiona el procesamiento de atención y cognición (Shapiro, 1965),<br />

aunque. una vez más. por distintos motivos. Los compulsivos tienen mucho miedo a come·<br />

ter un error. <strong>De</strong> niños, se Idenüflcaban con cu.idadores frtos y forrnaJos; se les enímo a seguir<br />

el camino recto y estrecho. y recibían duros castigos cuando no conseguían la perfección.<br />

Por esta razón, tienden a ser írtos, se adaptan con rigidez a las reglas y son distantes en el<br />

ámbito emocional. Sus introyecciones-es decir, los contenidos del superyó- les amones·<br />

tan constantemente por una ejecución deficiente. Para compensar, su atención se centra<br />

en el detalle hasta el punto de que pueden caer en la indecisión en un ínteute quijotesco<br />

de exploro.r todas las soluciones posibles a un problema o reunir toda la información relevante<br />

antes de tomar una decisión.<br />

<strong>En</strong> cambio, los paranoides fuoron atacados cuando oran niños, indcpond.iontcmontc de<br />

su tipo de ejecución. Sus Intrcyacclonas son tan sádicas y crueles que cualquier aspecto<br />

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488<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pusonalidad en la vida modo-na<br />

indeseable doJ s.f mismo tiene que ser «escupidoe, proyectado en los demás y sustituido por<br />

una Imagen de sí mismos purificada o inocente. no la imagen por lo general mala o desobediente<br />

que los compulsivos tienen de sí mismos. Estas diferencias evolutivas conducen<br />

a los compulsivos u adaptarse en exceso y subordinar su identidad. mientras que los paranoides<br />

se rebelan. consideran a toda autoridad como una fuente de ataque. y defienden a<br />

capa y espada su autodeterminación. <strong>La</strong> atención de los paranoides so e-entra con el fin de<br />

prever posibles vías de ataque y apuntalar las defensas antas do que éste se produzca. El<br />

error que temen es un error defensivo. quizá la deslealtad de la tropa,<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

Aunque los diferentes individuos varían en cuanto a sus características específicas<br />

y, por tanto, desarrollan diferentes trastornos. en cada caso una cierta lógica conecta el<br />

trastorno do personalidad y ol síndrome que sufren. Los estados paranoides reversibles a<br />

veces se desarrollan secundariamente a eníermedades médicas temporales. <strong>La</strong>s reacciones<br />

paranoides pueden ocurrir también dohido a una pérdida de la capacidad sensorial o cognttíve:<br />

por ejemplo, pueden desarrollarse tendencias paranoides secundariamente a la progresión<br />

do la enfermedad de Alzheimer. Es interesante ver cómo, cuando los cónyuges<br />

valoran la personalidad de los individuos afectados. los que desarrollan delirios para·<br />

uoídes son los considerados más hostiles desde el principio (Chatterjee et al .. 1992). <strong>La</strong>s<br />

reacciones paranoides también pueden aparecer como consecuencia do quedarse sordo.<br />

un fenómeno que puede generarse de forma experimental diciendo a los sujetos tras sugestión<br />

hipnótica que se han quedado sordos, sin saber por qué (Zimbardo el al., 1981 J. A medida<br />

que lea los párrafos que siguen, intenta identificar la oonexién entre la personalidad<br />

y el síntoma.<br />

Trastorno delirante<br />

Como hemos señalado. existe cierta evidencia genélica que sugiere una asociación<br />

entre la personalidad paranoide y el trastorno delirante. No es de sorprender, ya que el<br />

DSM·íV considera varios subtipos de trastorno delirante que son paralelos a las preocupaciones<br />

que se dan en la personalidad paranoide. <strong>De</strong> esta manera. en el subtipo celoso, la creen·<br />

cía es que otra persona significativa lo ha sido infiol; en ol subtipo do grandeza, la creencia<br />

es que uno nene un talento desmesurado o ha hecho algún descubrimiento sin precedentes,<br />

y en el subtipo persecutorio, la creencia es que están conspirando en contra de uno, que BSlá<br />

siendo envenenado, secretamente presionado u observado. etc. Dado que la convicción y la<br />

sistematización do las creencias debe ser siempro una cuestión do grado, la personalidad<br />

paranoide y el trastorno delirante parscertan estar en un continuo. El diagnóstico de un<br />

trastorno no impide el diag:nóstico del otro, sino quo pueden dmgnosttcarse ambos. SI.a,.<br />

pben. que llegó a estar convencído do que ora Niols Bohr, constituye un ejemplo de esto<br />

tipo de caso.<br />

<strong>Trastornos</strong> de ansiedad<br />

<strong>La</strong> cautela. la hipervigilancla y la movilización del sistema lucha-huida sugieren que<br />

existo W1a asociación entro la personalidad paranoide y los trastornos do ansiedad. Los ca·<br />

sos menos graves de la personalidad paranoide suelen mostrar una preocupación crónica<br />

y difusa, así como síntomas de fatiga y dificultad de concentración, que sugieren un esta·<br />

do de ansiedad generalizada. Los paranoides que de repente so sienten incapaces de dis-<br />

Unguir las sttuncíones seguras de las inseguras pueden experimentar crisis de angustia rola·<br />

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cionadas con los sentimientos de un ataque inminonto o el derrumbemtentc de la autoesuma,<br />

Los síntomas incluyen un súbito aceleramiento del pulso, sudor, temblores, desreal ización<br />

y miedo a perder el control. <strong>En</strong> un estudio preltminar. J. Relch y Bregínsky (1994) encontraron<br />

una personalidad paranoide en más de la mitad de los pacientes con trastornos<br />

do angustia diagnosticados en la clínica de ansiedad de un centro de salud mental. <strong>En</strong> ocasiones<br />

también se observan trastornos obsesivo-compulsivos en las personalidades paranoides.<br />

El con ten ido de las obsesiones suele centrarse en desprecios o presuntos insultos, o<br />

en otras cuestiones de rango o estatus, recreados una y otra vez en la mente.<br />

<strong>Trastornos</strong> del estado de ánimo<br />

Como indican los autores psicodinámkos. la personalidad paranoide puede considerarse<br />

como un estado compensado que so dañando contra una autoestima precariamente<br />

baja. <strong>En</strong> lugar de rucporimentar una implosión, la persona atribuyo su patética condición al<br />

mundo exterior y finalmente desarrolla rasgos paranoides, que contribuyen a dar coheroncia<br />

a la representación de uno mismo y enmascaran la depresión. Yendo más allá, también<br />

podemos suponer que la depresión es una reacción natural ant.e un mundo en el que los de·<br />

más están contra uno do fonna Injustlñcada, en el que los cónyuges son ínfieles. e.n el que<br />

los amigos leales desertan para unirse al bando enemigo, y en el que se reciben constantes<br />

insultos y muestras de desprecio por parte do los demás. Como en el caso del trastorno bípolar,<br />

son t"rocuentes las asociaciones con el grupo A de los trastornos da la personalidad.<br />

Los paranoides que presentan tales síntomas probablemente tienen fuertes tendencias narcisistas.<br />

Los paranoides fanáticos. en particular. destacan por su confianza en su propia tmportancia<br />

y su honradez.<br />

<strong>Trastornos</strong> de somotización<br />

Muchos trastornos de la personalidad presentan síntomas físicos. que el DSM·IV denomina<br />

trastornos somatomorfos. <strong>La</strong> característica en todos ellos es la presencia de síntomas<br />

físicos que no pueden explicarse por un trastorno médico o por la presencia de una enfermedad<br />

física. Los síntomas físicos son el candidato ideal para Jos propósitos psicológicos<br />

ocultos: la medicina no es una ciencia exacta, todas las pruebas médicas tienen un grado de<br />

error, y las percepciones físicas son, en gran medida, subjetivas. <strong>En</strong> los casos en que cooxísten<br />

un trastorno de somalización y un t:mstorno de personalidad, se ha observado una mayor<br />

frecuencia de parrones evttadcres y paranoides (Rosl el al., 1992). Qui1.á no sea sorprendente,<br />

ya que las dos personalidades se aislan socialmente dobido al miedo a la vsrgüenza<br />

y la humillación.<br />

<strong>En</strong> el caso de los paranoides, los síntomas somáticos puodon considerarse como parro<br />

de un proyecto mayor para aislar y dejar fuera ol mundo oxtorior. Como una variación del<br />

mismo toma, los síntomas físicos pueden sor utilizados para deshacerse de la vergüenza<br />

asociada a no ser capaz de implicarse en el mundo de forma efectiva. Difícilmente se esperará<br />

de una persona que se comprometa con los otros cuando las circunstancias físicas no<br />

so lo permiten. Asimismo, los srnromas físicos puodcn contrarrestar los esfuerzos de los<br />

miembros de lo íamilia por culpa.r al sujeto da una ausencia de logros personales o para<br />

obtener- compasión do los miembros de la família que lo utilizan como chivo expiatorio. Es·<br />

tos trastornos pueden presentarse junto con ol t.rastorno delirante. de tipo somático. quizá<br />

como la convicción de que uno está siendo o ha sido deliberadamente infoctado con alguna<br />

enfennedad insidiosa, por ejemplo. Finalmente, ciertas investigaciones provisionales sugíeren<br />

que las personalidades paranoide. evitad.ora y compulsiva parecen asoclarse con frecuencia<br />

al trastorno dismórfico corporal (Veale el al., 1996).<br />

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489


492<br />

<strong>Trastornos</strong> d, ta pc:rsonatidad en la vida modcrn.a<br />

el sujeto está absolutamente pendiente de la reacción del torapeuta: ¿Culpará éste aJ sujeto,<br />

o simplemente pondrá las cosas en su sitio sin necesidad de culpar a nadie? Contentendo<br />

su propia contrarreacción negativa, el terapeuta pasa la prueba y establece la base para<br />

un tipo de relación muy diferente. <strong>La</strong> terapia con los paranoides siempre requiere lacto. la<br />

habilidad de hacer los comentarios de manera que no puedan dar lugar a interpretaciones<br />

hostiles alternativas.<br />

Estrategias y técnicas terapéuticas<br />

<strong>De</strong>sde una perspectivo interpersonal, Benjamín (1996) sugiere que los paranoides ven la<br />

terapia como critica, y cuando finalmente se establece la confianza, el tratamiento va por<br />

buen camino. Dado quo a los paranoides les enseñaron a ser leales a la familia, por lo general<br />

son reacios a explorar las conexiones entre el pasado evoluuvo y su comportamiento en<br />

el presente. Confiar en el terapeuta equivale R revelar los secretos de la familio a un extraño.<br />

Dada su historia, los paranoides requieren Jo que Benjamín (1996; pág. 332) denomina<br />

«parcela no coercitiva». que consiste básicamente en empana tranquilizadora y afirma·<br />

ción como antídoto paro el abuso temprano. Además, los paranoides deberían darse cuenta<br />

a la larga de que sus propios sentimientos do vulnerabilidad no significan do forma autométice<br />

que han sido atacados, y que la expectativa dal ataque proceda diroctamente de las<br />

experiencias coa los progenltores. Al darse cuenta de quo su propia hostilidad los pone implícitamente<br />

en el papel de sus abusadores, los paranoides pueden desear explorar pape·<br />

les alternativos. Si se separan emocionalmente de los cuidadores, los paranoides pueden librarse<br />

de las introyecciones perniciosas que siguen atacando noche y día y que deben ser<br />

proyectadas. con lo que conseguirían absolverse de los sentimientos de hostilidad. Benjamin<br />

tambtén sugiero que los sentimientos de contratransfcrencia se admiten mejor de forma<br />

honesta y constructiva, lo que compensa un factor principal de la infancia presente en<br />

la ma.yorfa de los paranoides: la actitud implícita de condena por parte de sus familias.<br />

Parafraseando a Beck et al. (1990), Pretzer señala que la personalidad paranoide se perperna<br />

por crosncias básicas de que no se puede confiar en los demás y que éstos inlligirán<br />

dolor do forma intencionada siempre que sea posible. <strong>La</strong>s intervenciones tendrían quemo·<br />

difü::ar esta creencia. sin que so perciban como un ataquo persona). Dado que los paranoides<br />

requieren soguridad, son incapaces do relajar su vigilancia y su actitud defensiva, factores<br />

centraJes en la perpetuacíén del trastorno. Por conslguteote, un fortaleclmleuto del senlimiento<br />

de su propia eficacia debería servir para tranquilizar a los sujetos de que los problemas<br />

no serán abrumadores, sino que podrán afrontarse con eficec¡e cuando surjan. A la<br />

larga, este sentimiento de la propia eficacia debería conducir a un cierto grado de relajación.<br />

que permitirá que el paranoide sea acceatble a los métodos cognit:ivos tredlctouales, como<br />

la exploración de los pensamientos automáticos. Sin embargo, estas técnicas requieren revelación<br />

de información, lo que incomoda al reservado paranoide.<br />

Por consiguiente, Pretzer sugiere que la terapia empiece con un enfoque conductual,<br />

centrada en objetivos establecidos por el paciente y abordando primero los objetivos menos<br />

amenazadores. Dado que estos problemas son consecuencia del sistema de personalidad<br />

global. las cuestiones que el terapeuta puede seleccionar como punto de intervención en·<br />

tran en juego de forma inevitable. Hay dos formas básicas de aumentar la propia eficacia.<br />

Primero. los paranoides suelen sobreestimar la intensidad do las amenazas objetivas o s11-<br />

bost:imar su capacidad para resolver el problema. <strong>En</strong> aste caso. las valoraciones más realistas<br />

conducen a un incremento del sentido do eficacia. Segundo, si el paciente carece de las<br />

habiliclades apropiadas para enfrentarse a la sttueción, lo interveadóo se puede centrar en<br />

enseñar habilidades de afrontanuento que pueden reducir los sentimientos de amenaza y<br />

ansiedad.<br />

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494<br />

Trastomos de la personalidad en la vida moderna<br />

del entorno externo. Los pensadores psicodinámicos también bacan hincapié en el valor de<br />

ser empálico con la visión del mundo y de las relaciones interpersonales del paranoide, a la<br />

voz que so sugieren también interpretaciones altarnatívas. Los terapeutas deberían reconocer<br />

la posibilídad da que algunas interpretaciones negativas sean correctas, sin embargo deberían<br />

intentar decantar la probabilidad hacia una hipótesis más adaptativa y realista (Stone,<br />

1993).<br />

I RESUMEN<br />

<strong>En</strong> las personalidades paranoides, la capacidad de confiar ha sido destruida. Aunque<br />

la desconfianza bada los demás es parte de nuestro desarrollo normal. sobro todo cuando<br />

somos jóvenes (•ansiedad ante los extrañoss) o vivimos en situaciones amenazadoras para<br />

la vida. la desconfianza hacia los demás es desadaptativa cuando se lleva al extremo. <strong>De</strong>n·<br />

tro del rango normal de estilos de personalidad que incluyen características paranoides se<br />

encuentra el estilo viglkmte de Oldham y Morris (1995), que es muy indepnndíente y valora<br />

su autonomía. También so puedo observar cuáles son los estilos paranoides normales<br />

simplemente normalizando los criterios del OSM·IV; por ejemplo, el estilo paranoide velorala<br />

honestidad y fidelidad sin alienar a los amigos y la familia, en ve-.t da sospechar que los<br />

amigos íntimos son desleales sin tenor pruebas.<br />

Existen diversas variantns do la personalidad paranoide que combinan rasgos peranoldes<br />

con otras personalidades. El paranoide fanático os una mezcla con la personalidad<br />

narcisista que ha sufrido una grave herida narcisista. El paranoide maligno combina la<br />

personalidad paranoide con la sádica y es hipersensible a las cuestiones de poder y dominación.<br />

El paranoide obstinado comparto rasgos con la personalidad compulsiva y puede<br />

funcionar con más normalidad on la sociedad que la mayoría de los paranoides. El paranoide<br />

querulaote es un paranoide con rasgos uegativistas que se siente siempre como si hubiera<br />

sido engañado en la vida, Por último. e] paranoide aislado comparte características<br />

con la personalidad evitadore. y suele ser el más aislado de los paranoides.<br />

Aunque desde el punto de vista biológico no parece haber un temperamento paranoiele,<br />

es más probable que los mismos temperamentos irritables y agresivos que puedan también<br />

conducir a las personalidades antisocial. sádica o limite tengan un papel en la personalidad<br />

paranoide, y que factores tempranos del entorno desempeñen un papel Importanle<br />

en la determinación de la vía final del desarrollo. <strong>La</strong> poca invosligación empírica sobra la<br />

heredabilidad de la personalidad paranoide no ha sido concluyente, esr como tampoco los<br />

estudios que intentan relacionar la personalidad paranoide con la esquizofrenia y el trastorno<br />

delirante.<br />

<strong>La</strong> perspectiva psicodinámíca clásica ofrece una visión interesante de los paranoides:<br />

su dependencia excesiva de los mecanismos de defensa do proyección. <strong>La</strong> interpretación<br />

frcudiana estricta de la personalidad paranoide sostiene que la paranoia es una defensa contra<br />

los deseos homosexuales qua son inaceptables paro el individuo. Posteriormente. losan·<br />

rores da la teoría de las representaciones objetaJes empezaron a considoror la paranoia como<br />

una polarización de la vida en categorías completamente buenas y completamente malas.<br />

Utilizando la p.royección para eltmlnar cua.lquier aspecto «malo ... en el s.f mismo. los paranoides<br />

se convierten en completamente buenos y. por tanto, todo Jo externo se convicrt.e en<br />

completamente malo. üado que los pensamientos negativos se encuentran en al propio pa,.<br />

ranoide, le siguen allí donde vaya. Posteríormenta. los autores dinámicos propusieron mecanismos<br />

de defensa secundarios, como el áíslamíeetc. la indignación. la megalomanía o la<br />

extrema valoración del sf mismo. así como la importancia del abuso temprano en a) des·<br />

arrollo do la personalidad paranoide.<br />

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Capitulo 13. Ptrsonalid;xt paranoidt<br />

495<br />

El paranoide se parece mucho al compulsivo en su estilo cognitivo. Ambos son agudos<br />

observadores, atienden a todos los detaJles y matices de una situación, y son intolerantes<br />

con la ambigüedad. Para el paranoide, la suspicacia se convierte en su estilo global de pensamionto<br />

e invierte toda su energía en descubrir no si la gente le está engañando, sino cómo<br />

le están engañando. Algunas de sus autoafi.rmaciones pueden incluir «Siempre debo estar<br />

en guardias y «<strong>De</strong>bo estar alerta a las intenciones ocultas».<br />

<strong>En</strong> el ámbito interpersonal. Sullivan propuso que los paranoides no sólo tienen una in·<br />

seguridad extrema relacionada con un sentimiento de inferioridad. si no que también culpan<br />

a otras personas en lugar de a sí mismos por estos supuestos defectos. Los paranoides<br />

tratan a los demás como enemigos, lo que impide el desarrollo de cualquier acercamiento.<br />

<strong>En</strong> ocasiones, los paranoides se rodean de personas leales que pueden actuar como si fueran<br />

sus ojos y otdcs. que esquivan las malvadas conspiraciones urdidas on su contra. <strong>De</strong>sdo<br />

el puoto de vista evolutivo. Benjamín describe un entorno duramente punitivo en la infancia<br />

que conduce a los paranoides a esperar que el mundo los vaya a atacar. El paranoide<br />

también puede haber sido utilizado como chivo expiatorio por su familía.<br />

<strong>La</strong> perspectiva bicpstcosocial-evolutíva añade otro ángulo al entendimiento do la porsonalidad<br />

paranoide. Los rasgos paranoides actúan como «detectores de pelígro- de los ata·<br />

quos inminentes y tienen el útil propósito de salvar la vida del individuo. <strong>De</strong> esta manera.<br />

ol potencial para el miedo paranoide es probablemente un resultado inevitable de la evo·<br />

lución, y expresado con moderación es altamente beneficioso para el organismo.<br />

Los rasgos paranoides se expresan en todos los trastornos de personalidad graves, pero<br />

también en los evitadores, narcisistas, sadicos, antisociales y compulsivos. A menudo se solepan<br />

también con el trastorno delirante; los trastornos de ansiedad; trastornos del estado<br />

de ánimo. sobre todo la depresión y quizás el trastorno bipolar; los trastornos de someuzecién,<br />

como medio para escapar de la vergüenza de no ser capaz de integrarse en el mundo<br />

de forma eficaz. y coa el abuso de sustancias, sobre todo cuando el parauoíde está expurlmentando<br />

síntomas de ansiedad.<br />

Lo terapia parece ser más eñcaz para los paranoides más cercanos a la normalídad.<br />

Existen numerosas trampas que hay que evitar cuando se trabaja con paranoides, <strong>La</strong> más pellgrosa<br />

es confrontar directamente las ideas somidelirantes del paranoide. ya que el paciente<br />

lo inlerprotará como prueba do un nuevo ataque. Bonjamin propone una empalia<br />

tranquilizante como antídoto del abuso temprano para aumentar el grado de intimidad eotre<br />

ol paciente y el terapeuta. <strong>La</strong>s técnicas cognitivas deberían centrarse en modificar la creencia<br />

do quo no so debo confiar en los demás y en mejorar su sentimiento de autoeficacia. <strong>De</strong>sde<br />

ol punt.o de vista couductuaJ. el entrenamiento en habilidades de afrontamiento puede ser<br />

eficaz. así como los ejercicios de reducción de la ansiedad, como la exposición gradual u<br />

una jerarquía de ansiedad junto con un método de relajación cognitiva. <strong>La</strong> terapia de rela·<br />

¡ ciones objotaJes puede ser ütil como primer paso para conseguir que el paranoide pueda<br />

s transformar sus síntomas en una depresión reconocida y puedo tratarse mediante métodos<br />

II<br />

1<br />

¡<br />

1<br />

~<br />

i<br />

g<br />

tradicionales.<br />

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•<br />

CAPITULO 14<br />

<strong>Personalidad</strong> límite<br />

I Objetivos<br />

• <strong>De</strong>terminar cuáles son los criterios DSM-JV para el diagnóstico dc: la ~rsonalidad límite.<br />

• <strong>La</strong> personalidad voluble es una variante del prototipo limite. <strong>De</strong>scribir sus características y relacionarlas<br />

con los criterios más patológicos del DSM­IV.<br />

• Explicar cómo se combinan los diftrentes estilos de personalidad para dar lugar a cada uno de los subtipos<br />

de la personalidad limite.<br />

• Establecer cómo se: relaciona el hecho de ser sercpositivo al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)<br />

con la ptr'SOnalidad limite.<br />

• los limite presentan melancolia y cambios emocionales rápidos. Esrudiar cómo se relacionan, si lo hacen,<br />

con los trastornos afectivos y maniaco-depresivos.<br />

• Explicar el origen psicoanalítico del termino grupo limite de las neurosis.<br />

• Explicar e.l concepto de nivclts de organización de Kernberg como caracteristica de la personalidad límite.<br />

• Establecer qué provoca un defecto en la constancia del objeto en la personalidad limite.<br />

• Explicar por qu~ Maste®n y Adler pensaban que la madre era la principal responsable de la patología límite.<br />

• Explicar la dinámica del comportamiento autolesivo del limite.<br />

• <strong>De</strong>scribir la dinámica interpersonal de la personalidad limite.<br />

• Considerar qué factores son importantes para Benjamin en el desarrollo de la personalidad limite.<br />

• <strong>De</strong>terminar qué relación existe entre c­1 abuso stxua1 durante la infancia y la patología límite.<br />

• <strong>De</strong>terminar por qut la personalidad limite es tan dependiente de las estructuras externas desde el punto<br />

de vista cognitivo.<br />

• Establ«cr qu~ significa el ttrmino TEPT/limite (trastorno por estrés postraumático/Hmite), acuñado por Kroll.<br />

• <strong>De</strong>terminar cuáles son las creencias Wsicas de la personalidad limite.<br />

• la personalidad limite comparte características con otros tras.tornos de la ptrsonalidad .. <strong>En</strong>umerar estos<br />

otros trastornos y explicar cómo se diferencia cada uno de ellos de la personaüdad límite.<br />

• <strong>De</strong>terminar por qué los limite son pacientes tan difíciles en una terapia y po< qué los terapeutas deberían<br />

evitar cuestiones de contratransferencia cuando trabajan con estos pacientes.<br />

• Se:ñalar los objetivos terapéuticos en la personalidad limite.<br />

496<br />

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498 <strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

I CASO 14­1<br />

Jenny, de 25 a1'os dt ~,d. lltgó a 1, consulta {)O( insisttneia de su madra~<br />

CRITF.RIOS OSM·IV<br />

tn. Vtra•. ­A veces pattt!lto;t!f Íl\il'$.ó! l'fl·<br />

ma. •Algunas vc«s la vida es una ptllcula a dmara lenta y me siento una ~<br />

obscrvadofa. mir3ndolo todo dcsdc el c>etcrior. aturdida.• Eti Ot"asioncs, du·<br />

rante estos pt


Caphuk> 14. Ptrsonalidad limit,<br />

499<br />

E::slá enfadada con su padre por haberse casado con Vera y por haberlas abandonado a ella<br />

y a su madre. y de no ser consciente do los «delitos» que ha cometido contra ella. Algunas<br />

veces. su ira es tan intensa que acaba acusando a Vera y a su padre ele habar planeado perjudicarla<br />

(v. criterio 9). No es capaz de entender cómo su vida se ha vuelto tan tnsatisfactoria,<br />

y piensa que alguna entidad perversa ha tenido que influir en el curso que han tomado<br />

los acontecimientos para llegar a hacerla tan desgraciada.<br />

Se siente lncomprendlda. apartada y sola. Aunque todo el mundo so ha sem ido así aJguua<br />

voz, olla refiere sentirse «hueca por dentro». lo que sugiere la presencia de senttmientos<br />

de vacío (v. criterio 7), aunque es probable que estén más relacionados con síntomas<br />

dísociativos (v. criterio 9). Por ejemplo. Jenny señala que la vida en ocasiones parece<br />

«moverse a cámara lenta» y que ella es «como una observadora» que mira las cosas «desde<br />

el exterior»: esto pone de manifiesto un desbaratamiento do las funciones de la conciencia<br />

que, por lo general. están integradas. Con el fin do alojarse de estos estados crepusculares,<br />

so hace cortes. empleando la innegable realidad de) dolor intonso como punto de referencia<br />

que la devuelva de nuevo al mundo real.<br />

Aunque muchos terapeutas están muy fumiliarizados con pacientes como [enny, el<br />

constructo lrmíte ha resultado ser notablemente controvertido. Además, el propio término<br />

presagia problemas de defmidón. Por lógica, todo aquello que en principio so conoce por<br />

lindar con algo, como os natural no puedo constituir en sí mismo una entidad propia. Por<br />

tanto, os comprensible la aparición constante de definiciones de la personalidad limito. Za·<br />

narini y Prankenburg (1997) señalan seis concepciones históricas principales:<br />

l<br />

5<br />

•<br />

1<br />

i<br />

J<br />

~<br />

1<br />

o<br />

1. <strong>La</strong> perspectiva pstcodínamica, que considera al límite como un nivel de organización<br />

do la personalidad (Kernberg, 1967) y engloba diversas patologlascaracteriales a modio<br />

camino entre la neurosis y le psicosis.<br />

2. <strong>La</strong> segunda implica la influencia do la idea oeokraepelianu de que los trastornos mentales<br />

tienen un origen bíológíc:o y que, por tanto, deben diagnosticarse como categorías<br />

discretas, como pone de manifiosto al trabajo de Gundeeson (1984). Aunque el término<br />

limite conrradlce con claridad una concepcién categórica, el DSM respalda este<br />

planteamiento.<br />

J. Lu tercera refleja la teodcncia a cxpertmontar estados psicóticos treusttortos y considera<br />

que el trastorno límite se encuentra on un continuo con lo esquizofrenia.<br />

4. <strong>La</strong> cuarta subraya los cambios emocionales súbitos. la irritabilidad y los estados de·<br />

presivos crónicos. y considera que ol límíte so encuentra en un continuo con los trastomos<br />

afectivos [Akískal. 1981 ).<br />

5. <strong>La</strong> quinta implica la incapacidad para demorar la gratificacióa y considera que el límite<br />

es un trastorno del control de los impulsos relacionado con el abuso de sustancies y<br />

la personalidad antisocial (Zanarini. 1993).<br />

6. <strong>La</strong> sexta se basa en la creencia de que muchos lúnite presentan una historia do abusos<br />

sexuales y sugiere que el síndrome presenta numerosas afinidades oon el trastorno por<br />

estrés postraumétíco (TEPT) (Herman y van der Kolk. 1987: Kroll. 1993).<br />

Todas estas tendencias en la historia de la personalidad límite han generado su propia<br />

Literatura. y en algunos casos han llegado a acumularse cientos de artículos. <strong>De</strong> hecho.<br />

se ha escrito más acerca de la personalidad Límite que sobre cualquier otro tipo de trastorno<br />

de la personalidad. demasiado como para poder llevar a cabo una revisión e integración ex·<br />

haustivas. Dadas las limitaciones de espacio, este capítulo tieae dos objetivos principales:<br />

en primar lugar, revisar los aspectos contemporáneos e históricos implicados en las dífercntes<br />

defímctones del sfudrcme. agrupados bastcemeote en las perspectivas biológica y pslcodinámica,<br />

y en segundo lugar, exponer los síntomas y los rasgos límite, da manera que el<br />

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trastornos de la petSOnalidad en la vida moderna<br />

lector pueda hacer una primera aproximación a la persona limite, o. pesar de que las díferenles<br />

opiniones y controversias hayan dado Jugar a un síndrome con una entidad heterogénea.<br />

A partir del cuadro do Jenny, podemos abordar otros aspectos que configuran la estrucrura<br />

de este capítulo. <strong>En</strong> primer lugar, comparamos la normalidad y la patologre, y luego nos oentramos<br />

en las variantes del prototipo límite. A oontinuacíón se describen las perspectivas biológica.<br />

psicodinámica, interpersonal y cognitiva de la personalidad límite. Estos apartados<br />

constituyen el cuerpo cientifioo de este tipo de personalídad. Al tratar de explicar lo que observamos<br />

en cuadros carocterialcs como el de Jenny. el objetive es traspasar la mern anécdota<br />

literaria para introducirnos en el ámbito teórico. Corno ya viene siendo habitual, presentamos<br />

de forma simultánea la historia y la descripción. e indicamos la contribución do diferentes<br />

autores del pasado que hao tendido a subrayar aspectos diferentes del trastorno. También se<br />

revisan las hipótesis del desarrollo, aunque en aste momento siguen siendo provísionales para<br />

todos los trastornos de la personalidad. A continuación, el apartado «Perspectiva evolutiva y<br />

del neurodesarrollo» muestra cómo la existencia de un trastorno de la personalidad sigue las<br />

leyes de la evolución. Asimismo, se oompara el trastorno límite con otros constructos derivados<br />

de la teoría y se hace una breve exposición sobre la tendencia que tienen las personalidades<br />

límite a desarrollar trastornos del Eje l. Por último, abordamos el tratamiento del trastorno<br />

mediante psicoterapia, organizando de nuevo nuestros contenidos en función de los planteamientos<br />

clásicos en el ámbito: las perspectivas interpersonal. cognitiva y psicodinámica.<br />

I DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA<br />

Aunque sus síntomas son graves. se considera que la personalidad límite, a pesar de ello.<br />

se encuentra en un continuo con la normalidad. El estilo voluble (Oldham y Morris, 1995)<br />

describe a personas que llevan una vida similar a lo que se experimenta al subir a una montaña<br />

rusa. <strong>La</strong> norma son los frecuentes altibajos. y la vinculación es el aspecto central en todas<br />

las relaciones.. Lo que subyace a los esfuerzos frenéticos del límite para evitar el abandono es<br />

un deseo de estar siempre implicado en relaciones románticas apasionadas. Según estos autores.<br />

este tipo de individuos procesa la experiencia desdo un punto do vista emociona] y no<br />

tanto desde la lógica, y muestra sus sentimientos oon espoutaneídad y creatividad. <strong>En</strong> el ambito<br />

social, son vivaces. tienen un eutustasmc contagloso y están dispuestos a experimentar<br />

diversos roles y diferentes sistemas de valores. Como presentan aspectos de las personalidades<br />

dependiente e histriónica, buscan con ansia relaciones de proximidad incluso de una manera<br />

más intensa, como si se tratara de una fusión de almas. Esperan lo mismo de los demás<br />

y se sienten beridos con facilidad si no consiguen satisfacer sus deseos. A continuación. aparece<br />

la ira y el resentimiento. <strong>La</strong> mayor parte de lo que se ha explicado basta ahora puede aplicarse<br />

al caso de Jenny. pero no es lo bastante grave como para captar su grado de patología.<br />

Otra manera de desarrollar una variante normal dol l!mite es establectendo paralelismos<br />

más adaptativos con respecto a los criterios del trastorno Jímit.e de la personalidad<br />

que aparecen en el DSM·IV (Spcrry. 1995). Los individuos con el tmstorno pueden hacer<br />

cualquier cosa para evitar ser abandonados; en cambio, los sujetos con el estilo son sensibles<br />

a todo aquello que puoda influir en la naturaleza del vínculo de sus relaciones. El indlvtduo<br />

con al trastorno mantiene relaciones inestables que alternan con rapidez entre la<br />

idealización y la devaluación. mientras que el que presenta el eslilo puede hacer unas lecturas<br />

de los comportamientos y sucesos que van más allá de lo justificado, pero tienen una<br />

perspectiva más reaJ.ista y comp]eja de sus relaciones. El individuo con el trastorno se carecreriae<br />

por una alteración de su identidad y una imagen do sí mismo inestable, el que presenta<br />

el estilo disminuye la falta de certidumbre que siente respecto a si mismo adoptando<br />

una actitud más experimental y mostrando una mayor curiosidad por estilos de vida, roles<br />

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502<br />

trastornos de la personalidad en la vida moderna<br />

oegativistas soo frecuentes, aunque por diferentes razones. <strong>En</strong> general, cualquier patrón de<br />

personalidad que considere a los demás el centro de su vida tiene el riesgo de desarrollar una<br />

personalidad Lúnite. E1 deseo de vincularse a los otros, como si so tratara de una fusión mégica.<br />

para que les apoyen emocionalmente y satisfagan todas sus necesidades es una prueba tan·<br />

to do la debilldad del yo como de una alteración de la identidad. que conduce a la tnestebllldad<br />

en las relaciones interpersonales y a sentimientos de vacío y desesperación cuando los demas<br />

parecen alejarse. <strong>En</strong> cambio, el diagnóstico límite segün el OSM es meaos ír,¡cu0nto en los<br />

hombres con una personalidad compulsiva, sádica. paranoide o narcisista, para quienes el<br />

dogmatismo. la indignación justa o los sentimientos de grandeza refuerzan de fonna artificial<br />

la coherencia del si mismo aportando fronteras rígidas, incompatibles con las más permeables<br />

propias dol límite. <strong>En</strong> la figura 14·1 se resumen las variantes del prototipo límite, Los casos<br />

reales pueden ajustarse o no a una de las combinaciones que se describen a continuación.<br />

El límite desanimado<br />

El límite desanimado presenta características propias de los patrones dependiente y<br />

evitador. Estos individuos siguen una estrategia que consiste en vincularse de fonna sumísa<br />

a tan sólo una o dos personas significativas. Los principales rasgos do personalidad son<br />

la evitación de la competitividad. la lealtad y la humildad. pero también una subordinación<br />

masoquista y la vinculación parasitaria.<br />

Oc:sanimado<br />

(co1«rcríWcos dt l(J pe!S()nolklod<br />

cvirodoro, dtp,t5Ívo o dtpMdJtntt}<br />

Rexiblt, sumiso. leal. humilde:<br />

se siente vulntrable y tn pc::lls,ro<br />

constante; se sit:ntt dtscsptraniado.<br />

deprimido, indtftnso t impottntt<br />

Pttut.ante<br />

frosgos ntgotivisras)<br />

Ncgati'Yista. impacic:nte, inquieto.<br />

obstinado, desafiante.<br />

malhumorado, pesimista<br />

y restf'ltido; desdeña con facilidad<br />

y se desilusiona MSCguida<br />

ATS AVO Cl'I. DEP HST NAA SZO<br />

tmeukivo<br />

(CWO((~fst,cos hlstridnkos<br />

y onri.SO('/o/esJ<br />

Ca¡Yictloso, superficial, frivolo; se<br />

distrae (!()(I faciictact; frtnttico<br />

y stek,(10r, (1 temor a la pérdida le<br />

hact sentir aigitacidtl ~ida<br />

óc abatitnitnto e Irritabilidad;<br />

potendalmcntt suicida<br />

Autodcstruttivo<br />

(co,ocrtristiros drpresivos<br />

o mosoquistos)<br />

Orientado hacia et interior. enfadado<br />

ll\trapunitivamentc: los comportamientos<br />

conformistas. reseeteoscs y<br />

COt1graciadorcs se: han deteriorado;<br />

cada vez mas tenso y maltwmorado;<br />

posibles intentos reeles dt ,ui(idio<br />

Figura 14-1. Variantes de la pel'SOnalidad límite.<br />

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Gapltulo 14. <strong>Personalidad</strong> límit,<br />

503<br />

Al apoyarse exclusivamente en una única persona. los lúnite desanimados «ponen<br />

toda la carne en el asador». Como siempre temen perder su «selvavtdas». su mundo siempre<br />

está desestabilizado. <strong>En</strong> consecuencia. están constantemente preocupados por su falta<br />

de seguridad, sobre iodo por su propia lndofansíón, dudas sobre sí mismos y faJtu de autosuficioncia.<br />

Para reforzar sus relaciones, so apegan con tenacidad a cualquier persona que<br />

está disponible. y anulan su id.entidad al fusionarla con la do la otra persona. Dadas estas<br />

necesidades tan profundas, se sienten aterrorizados anta la soledad y el aislamíonto, y con<br />

facilidad se muestran deprimidos y abatidos. <strong>La</strong>s respcnsebtlídades más simples les parecen<br />

una montaña; todo es una carga: la vida les paroce vacía y pesada. Si su sensación de inutilidad<br />

se intensifica, puodon hacer una regresión a un estado de doprosión grnvo o do dopendencia<br />

infantil, Jo que requiere quo cuiden de ellos como si fuoson bebés.<br />

Algunos de estos limito desanimados presentan también características de la persona·<br />

Ji dad depresiva. Son personas a las que se ha enseñado a ser concienzudas y correctas. Res·<br />

petan la autoridad, tienden a ser severas y sin sentido del humor, y esperan recompensas<br />

por su acatamiento y sumisión. <strong>La</strong>s características límite comienzan a desarrollarse cuando<br />

el individuo siente que este pacto interpersonal se ha violado en demasiadas ocasiones,<br />

cuando los otros. egoístamente. no les han recompensado con afecto. Resentidos y enfada·<br />

dos, dejan de creer que el acatamiento impedirá la deserción. Más bien sienten que han sido<br />

obligados u la sumisión y traicionados después. emociones que periódicamente surgen saltándose<br />

los controles normales. <strong>De</strong>bido a que la ira es incoherente con la imagen que üeneu<br />

de sí mismos y puedo alienar y provocar a las personas de las que dependen, perciben que<br />

estos intensos sentimientos negativos son peligrosos para ellos. Como consecuencia, pueden<br />

pasar al extremo opuesto y comenzar a hacerse demasiados reproches a sf mismos. <strong>La</strong><br />

automulilación y los intentos de suicidio, actos simbólicos de abandono del sí mismo. pueden<br />

usarse para controlar su resentimiento o para castigarse por su propia cólera.<br />

t s<br />

;<br />

1<br />

li<br />

i<br />

f<br />

j<br />

i<br />

o<br />

El límite impulsivo<br />

El límite Impulsiva combina caract.orísticas del patrón histrióníco y el antísocial. Si no<br />

consiguen atención constantemente, ostos individuos pueden intensificar su estrategia de<br />

seducción, impulsividad, extravagancia e irresponsabilidad. Aunque la mayoría de los lfmite<br />

destacan por sus déficits en la regulación de las emociones negativas. los individuos<br />

con rasgos histriónicos presentan hiperactividad conductua1 y distracción cognitiva. lo que<br />

pone de manifiesto una deficiencia en la regulación de los afectos positivos, entre los que<br />

se incluyen una animación agitada, una necesidad frenética de contacto social y una excitación<br />

irracional y super6cia1. <strong>En</strong> ocasiones. pierden todo sentido de la correoción y del juicio.<br />

Los individuos con una historia antisocial pueden volverse incluso más impulsivos e<br />

imprudentes, incapaces de planear o de prever las consecuencias de sus actos en su lucha<br />

por liberarse de las restricciones sociales. A u.n nivel límite, las estrategias de los parrones<br />

bislriónicos y antisociales basícos son mucho menos eficaces que antes. Por tanto, os proba·<br />

ble que experimenten numerosas decepcionas, que pasen largos períodos sin la seguridad<br />

que ansran, y que sucumban a la desesperanza y la depresión.<br />

Es muy probable que el límite impulsivo haya crecido en el seno de una familia caótica<br />

(Linchan, 1993) o en un entorno melodramático (Benjamín, 1996). que esLimulan le<br />

oxagcración, la búsqueda de una gran variedad de estímulos y la incapacidad de tolerar e)<br />

aburrimiento. Muchos de ellos habrán experimentado sentimientos de seguridad y vinculación<br />

sólo cuando sus padres animaban sus conductas exhíbícíonístes o cuando su mal comportamiento<br />

era lo bastante acusado como para destacar entre el ruido de fondo caótico y<br />

discordante. Muchos de estos niños estuvieron expuestos a modelos parentales exhlbicionistas<br />

y aprendieron a depender de los comentarios que respondían a los estereotipos de su<br />

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506 <strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

I CASO 14­2<br />

Elizabeth.. de 21 años de edad. ac0016 al eentec de asesoramiento de ta ,mi~<br />

vt:rsidad en busca ck ayll


capitulo 14. Ptrsonalidad Hmlte<br />

507<br />

El límite autodestructivo<br />

Todos los límite son a veces autodestructivos y llegan incluso a la automutilación.<br />

Sin embargo. on el subtipo autodestructh•o la autodestrucción atiendo a las necesidades<br />

de un patrón masoquista comórbido. Al igual que los límite petulantes, los subtipos auto·<br />

destructivos son incapaces de encontrar un espacio cómodo entre los demás. Pero a díferencía<br />

do éstos. los autodestructivos no se vuelven más amargados con el paso del tiempo.<br />

<strong>De</strong>bido a sus rasgos masoquistas, se encierran cada vez más en sí mismos y descargan sus<br />

sentimientos destrucnvos contra su propia persona. Eo el pasado, la apariencia superficial<br />

de estas personas pudo haber sido de sociabilidad y conformidad. No obstante, bajo esta su·<br />

perñcíe so escondía ol deseo de independencia y el temor a una auténtica autonomía. <strong>En</strong><br />

consecuencia, esta corrección social encubría una su.misión, profundamente contlicliva. a<br />

las expectativas da los demas. Para controlar estas tendencias contradictorias. estas personas<br />

luchan por mantener una fachada de afabilidad y autosacrifido. Muchos de estos pacientes<br />

evidencian un patrón duradero de deferencia hacia sus superiores; la mayoría de<br />

ellos ha beche lo imposible para impresionarles con el cumplimiento de sus expectativas.<br />

negándose siempre a sf mismos sus propias dependencias y fomentando aún más, de este<br />

modo, su contradicción interna.<br />

<strong>En</strong> ocasiones, estos antagonismos se ponen de rnaníílesto en público, se quejan con<br />

amargura por haber sido tratados de forma injusta, de sentirse desilusionados y poco aceptados<br />

por los demás. y de que ya no se aprecia su diligencia, sumisión y autosacrifício.<br />

Con la persístencta de estos sontimiontos ambivalentes, comienzan a sufrir alteraciones<br />

somáticas y su malestar se maníñesta en gran variedad de síntomas de este típo. A medida<br />

que los medios sut.ilos de descarga de los sentimientos negativos se vuelven más autodestructivos,<br />

aumenta la tensión y la depresión hasta ltmítes intolerables. Pueden acusar a los<br />

demás de despreciarles, de tratar do destnúr su valía y de tramar abandonarles. Pueden exigir<br />

otoncíón y apoyo sin orden ni concierto. o amenazar con el suicidio para que los demás<br />

so puedan a.horrar la energía do destruirles lentamente. Los subtipos autodesrmcrtvos y des·<br />

animados porpotlian su patologta poniéndose de forma deliberada en situaciones do oxeosíva<br />

vulnerabilidad, volviéndose tan dependientes y necesitados que los demás sólo pucdon<br />

sentirse exasperados.<br />

I PERSPECTIVA BIOLÓGICA<br />

Por encima de todo, el intenso malhumor y las variaciones bruscas del estado de ántmo<br />

ceracterlsticas de la personalidad límite han llevado a los observadores a preguntarse<br />

si es posible que alguna alteración biológica subyazca al trastorno, o como mínimo que pro.<br />

disponga a su desarrollo. Segun parece, os necesaria alguna baso biológico quo alimenta la<br />

intonsa raacrividad emocional del límite, como se ha puesto de manifiesto en los cosos de<br />

Jonny y Georgia. <strong>De</strong>spués de todo, la ira es una emoción de elevada activación. como observamos<br />

en el caso de Jcnny. Por otra parto, cabría suponor que la propia reactividad tiene<br />

algún sustrato biológico. Es posible que algunas personas tengan simplemente una reacción<br />

más intensa que otras ante cualquier estímulo negativo, y que los ítmítes se encuentren en<br />

ol extremo superior de dicha distribución.<br />

<strong>De</strong>bido a quo los límite, además de actuar de una manera frenética, se sienten deprimídos<br />

con frecuencia, la historia temprana del constructo Iímite se ha confundido con la hístoria<br />

del trastorno maníaco-depresivo. <strong>De</strong>sde los primeros tiempos. los autores han reconocido<br />

la existcucta de personas que experimentan rápidos cambios del estado de ánimo y<br />

emociones intensas. Homero. Hipócrates y Areteo describieron de una forma vívida la ira<br />

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510<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pcrsonalkSad<br />

en la vida modema<br />

El principio de la década de los cincuenta constituye un punto crítico en la historia dol<br />

concepto (Stone. 1986). Anteriormente. el término lfmite se había asociado a los síndromes<br />

esquizofrénicos. No obstante, con Knight (1953) el constructo adoptó uo carácter más<br />

analítico, avanzó notablemente en popularidad y adoptó un aire más contemporáneo.<br />

Knight (pág. 165) puso de relieve la importancia de la debilidad del yo y su relación con los<br />

episodios psicóticos, afirmando: «<strong>La</strong>s funciones normales del yo en los procesos secundarios<br />

de pensamiento, integración, planificación realista. adaptación al ambiente, mantenímiento<br />

de las relaciones objetaíes y defensas contra impulsos inconscientes punitivos están<br />

muy debllltadase. El yo do) límite, según Knight. «funciona mal» C\10J'ldo está somoudo al<br />

estrés de los acomectmíentos traumáticos y las relaciones patológicas. «<strong>La</strong> integración. la<br />

formactóu do conceptos. el razonamiento. la planificación eealísta y las defensas contra la<br />

irrupción en el pensamíento consciente de los impulsos del ello y sus elaboraciones de fantasía»<br />

están muy deteriorados, mientras que «otras funciones del yo. como Ja adaptación<br />

convencional (pero superñcíal) al ambiento y el mantenimiento superficial de las relacíones<br />

obíetales. pueden mantenerse intactas en distinto grade» (Knigbt, 1963; pág. 165).<br />

Como han señalado muchos autores, los límite suelen parecer mucho más adaptativos o<br />

competentes de lo que son en realidad. Por ejemplo, Georgia da una primera impresión Jo<br />

bastante buena como para ser contratada, pero es incapaz de conservar un trabajo.<br />

No obstante, la contribución más importante a las concepcíones psicodlnñmtcas contemporáneas<br />

es la idea de niveles de crganlzecíén de la personalidad de Kernborg (1967). A<br />

diferencia de la idea de estados o trastornos límite, la idea de la organización de la personalidad<br />

límite centra su atención en la naturaleza de la integración de elementos íntrapsíquícos<br />

que son estables a lo largo del tiempo. y que se encuentra a medio camino en un contínuo<br />

entre la neurosis y la psicosis. Todos los trastornos da la personalidad, así como muchos<br />

tipos caractcriales psicodinámicos, pueden situarse en esto continuo. Concebido como<br />

nivel de organización de la personalidad. el límite es mucho más amplto que la personalídad<br />

límite descrita en el DSM. Por ejemplo. Kemberg sitúa u la perscnelídad esquízoíds<br />

en el ni val más bajo del funcionamiento límite. A pesar de todo. el estilo socialmente distante<br />

de los ssquizoides es incoherente con la intensa necesidad interpersonal de los Iímíte<br />

del DSM. y en concreto, con sus in lentos frenéticos para evitar ser abandonados, que<br />

constituye el primer crtrerto diagnóstico. <strong>En</strong>tonces. ¿qué significa un nivel de organización<br />

I imite de la personalidad?<br />

Probablemente al nivel limito se entiende mejor al compararlo con la normalidad. ya<br />

que nos permite determinar en qué es deficiente el límite. Como escribe Kernberg (1994),<br />

los sujetos normaJes presentan un concepto integrado de sí mismos y do los demás. donominado<br />

identidad del yo, que no sólo da coherencia al si mismo. sino que proporciona los<br />

cimientos para uue autoestima saludable y un sentido do la identidad propia que perdura<br />

en el tiempo y eu las diferentes situaciones, y que aporta une direccíéu hacia los objetivos<br />

en la vida. Dicho de otra manera. la mayoría de nosotros sabemos quiénes somos, conoce·<br />

mos nuestros gustos y aversiones. nuestros principales valores. sabemos en qué nos parece·<br />

mos y en qué diferimos de los demás. y sabemos hacia dónde vamos en la vida. Además,<br />

una identidad del yo bien i ntegrada proporcioaa fortaleza al yo. la capacidad do resistir la<br />

tensión o el estrés, de la misma manera que el ancla permite que el barco resista la tormenta.<br />

Además .. Kcmberg señala que los sujetos normales tienen un sistema de valores maduro<br />

e interna1izado. el superyó. que permite las capacidades de adaptación adultas, como la<br />

responsabilidad personal y una autocrítica apropiada.<br />

81 nivel neurótico es en cierto modo parecido a la normalidad. Una identidad del yo<br />

bien desarrollada conlleva una profunda capacidad para la intimidad interpersonal y el<br />

amor sexual, con un yo lo bastante fuerte como para tolerar la ansiedad. el control de los<br />

impulsos, y funcionar con eficacia y creatividad en el trabajo (Kornberg, 1994). <strong>En</strong> otras<br />

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Qapft\llo 14, Ptf10nal.tad limite<br />

S11<br />

i • 1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

palabras, aunquo la neurosis es una forma de psicopatología, no os en absoluto incapacilante.<br />

<strong>La</strong> distinción entro normal y neurótico. segün Kernberg. reside ante todo en la presencia<br />

de sentimientos inconscientos do culpabilídad sexual <strong>La</strong>s patologías de la agresión están<br />

reservadas para los nívelos más bajos de organización de la personalidad. <strong>En</strong> el esquema<br />

de Kemberg. las personalidades obsestvo-compulsíva. depresivo-masoquista e histérica<br />

funcionan a nivel neurótico. Dada su intensa ira y hostilidad, no se puede decir que Georgia<br />

ni jeuny funcionon a ose níveJ.<br />

A diferencia de la identidad y cohesión del yo del individuo normal y del neurótico, el nivel<br />

psicótico se caracteriza por una fragmentación casi completa o difusión de la identidad.<br />

Casl todo lo que solemos entender por personalidad se ha perdido a MIO nivel. Por ejemplo, la<br />

capacidad de juicio ele la realidad. do distinguir ontro el sf mismo y los demás, presenta altíbajos.<br />

Los oonstructos que representan al sí mismo y a las personas concretas en la vida de los<br />

individuos no se entienden como conjuntos integrados. <strong>En</strong> lugar do ello. los aspectos del sí<br />

mismo pueden fusionarse temporalmente con aspectos de los demás, y dar lugar a una especíe<br />

da caleidoscopio de relaciones objeta.los que tienen poca relacién con la realidad externa.<br />

Por delirución, el nivel psicótico se caracteriza por una falta do potencialidad del yo y, por tanto,<br />

por la incapacidad para inhibir incluso los impulsos más insignificantes para que no se inmiscuyan<br />

en el funcionamiento normal del individuo. Además, sín tu) yo íntegrado. la persona<br />

no puedo desarrollar un plan coherente de actuación que permita la consecución efectiva de<br />

objetivos, y mucho menos equilibrar las inhibiciones del superyó con la irrupción aleatoria de<br />

los impulsos del ello, que podrían desencadenarse a partir de la estimulación interna del propio<br />

Dujo de conciencia o a trovás de acontecimientos ambientales reales. El nivel psicótioo parece<br />

excesivo en los casos do Coorgia y Janny. ya que ambas mantienen un buen contacto con<br />

la realidad y un sentido de la identidad no fragmentado, aunque sí algo variable.<br />

El nivel de organización lüníte se encuentra entre el ni val neurótioo y el psicouco y. como<br />

tal, tiene camcteristicas do ambos. Kemberg ( 1994) hace referencia a una tríada formada por la<br />

debilitación del yo. manifestaciones emocionales primitivas do íntenstdad elevada y problemas<br />

de control de los impulsos. Al igual que el nourólico. el limite conserva la capacidad de julclo<br />

de la realidad. <strong>De</strong> hecho. la mayoría del tiempo, muchos lfmilo funcionan a un nivel superior<br />

imposible de distinguirse do las neurosis. Sin embargo. el neurétlco cuenta con un abanioo<br />

muy amplio de operaciones defensivas maduras, mientras que los individuos que so encuentran<br />

a un nlvel límite constituyen, comparativamente, variantes más primitivas do «disocia·<br />

ción». <strong>La</strong>s imágenes buenas y malas de los objetos están activamente separadas. Pensamientos<br />

del tipo •mamá tiene algunas cosas buenas y otras malas» son simplemente imposibles.<br />

Según la perspectiva de Kernberg. estas imágenes buenas y malas configuran dos sistemas<br />

de identificación separados. y cada uno do ellos se proyecta o en el sí mismo o en el<br />

mundo extorno. Oe esta manera. los Individuos cambian con rapidez de la idealización de<br />

los demás (proyección de una buena imagen) a la total devaluación (proyección de una imagen<br />

negativa). <strong>De</strong> ahí que Coorgia no pueda conciliar sus pensamientos entre culpar a EHzahoth<br />

o agasajarla con cartño, y que Jenny en ocasiones adore a Vera y otras veces la odie.<br />

Para entender cómo se relaciona la disociación con la constelación más amplia de síntomas<br />

del limite, es necesario entender su papel en el desarrollo normal. Segün Kernberg, los<br />

límite se han estancado en la fase de separación-individuación do Mahlor (Mahler et al.,<br />

1975), en concreto. ea la subfase del acercamiento, que tiene lugar desde los 16 hasta los<br />

30 meses de edad. Pero los términos y los ritmos temporales son irrelevantes desde un punto<br />

de vista técnico. Lo importante es que la separación-individuación es previa a la constan·<br />

cia de los objetos. <strong>En</strong> otras palabras, al futuro límite no podrá diferenciar entre su propia<br />

identidad y la de los demás si antes no ha llegado a internalizar una imagen de la figura cuidadora<br />

como una presencia constante. Como dice el refrán, «ojos que no ven, corazón que no<br />

síente». Tienen m..iedo de que cuando mama se marche. se vaya para siempre y nunca regrese.<br />

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512<br />

<strong>Trastornos</strong> dt ta personalidad en la vida moderna<br />

El límite adulto vuelve a experimentar con persistencia esta misma ansiedad por sopa·<br />

ración tan atenazadora. Así. los límite suelen parecer dependientes, muy necesitados des·<br />

de el punto de vista afectivo y no pueden tolerar estar solos durante períodos prolongados.<br />

Como ocurre con su mamá, a lo mejor no volverán a ver jamás a su cónyuge o a la persona<br />

querida. <strong>En</strong> 9) caso do Jenny, esta primitiva ansiedad por separación vuelve a ponerse de<br />

manifiesto en la relación con su padre. Jenny no tiene una imagen estable e internaliz-.ada de<br />

su padre y, por tanto, os incapaz de apreciar que el cariño puede perdurar a lo largo del<br />

tiempo y en diferentes circunstancias. Por ello no puede entender que su padre las quiera<br />

a ella y a Vera a la vez, pero de maneras diferentes. <strong>En</strong> consecuencia. Vera no puede complemeuter<br />

a la familia, y ünicamente puede sustituir a Jenny. Por tanto, Jenny odia a Vera<br />

con todas sus fuerzas. hasta el extremo de devaluarla. <strong>La</strong> ausencia de imágenes estables e<br />

íntemelízadas de figuras do apego genera una considorablo ansiedad y la posibilidad con·<br />

comitante de hacer regresiones hacia estados del yo más primitivos. sobre todo en indlviduos<br />

límite que se enfrentan a los b.itos del desarrollo necesarios para la separación, como<br />

por ejemplo irse de casa para estudiar en la universidad o estar separado de su cónyuge<br />

durante un tiempo dedicado a un cursillo de trabajo.<br />

¿Quó causa la faha de la constancia del objeto? Según Kernberg. los límite tienen un<br />

exceso do agresividad, bien sea por causas constítucionales, bien porque unos cuidadores<br />

insensibles frustraron las primeras necesidades del niño. <strong>La</strong> integración de sistemas de<br />

identificación de naturaloza negativista (Kcrnberg, ! 985a: pág. 69) se vuelve extraordinaria·<br />

mente amenazadora. Cuando se produce la integración. la intensidad de la ira y del odio dirigido<br />

hacia la imagen negativa probablemente acabará destruyendo la imagen positiva.<br />

Aun en ol caso do que los límiln lleguen a integrar a las personas significativas. esta imagen<br />

recibirá tanta cólera que ol resultado será destruido o apartado. junto con el objeto<br />

bueno, la madre buena. Este caso puede compararse con mezclar un cubo de pintura negra<br />

y un cubo de pintura blanca. el negro acaba domínando,<br />

Los límite se estancan durante más tiempo en la fase de separación-individuación. de<br />

manera que no Uegan a desarrollar las capacidades cognitivas que les permitirían realizar<br />

valoraciones más sofisticadas, y utilizan la disociación como defensa con el fin de mantener<br />

separados los objetos buenos y los malos. Por tanto, la disociación explica la debilita·<br />

ción de la identidad de los sujetos límite y su tendencia a cambiar, de forma brusca, de los<br />

afectos muy positivos a los muy negativos, características que subyacen a las relaciones caóticas.<br />

a la falta de compromiso con objetivos en la vida. a la falta de introspección en los va·<br />

lores básicos que pueden definir la existencia de la persona. y a la incapacidad de inhibir In<br />

expresión de afectos e impulsos finnos, incluyendo los relacionados con la promiscuidad y<br />

el abuso do sustancias. Todo lo que el yo hace como medio ejecutivo do la personalidad está<br />

notablemente debilítado. Como afirma Kernberg (1985a; pág. 121), dichos individuos pre·<br />

sentan también patologías sexuales. y todos «muestran manifestaciones inespecífic:as de debilidad<br />

del yo. es decir. intolerancia a la ansiedad. falta de control de los impulsos y falta de<br />

capacidad paro sublimar. entendida en términos de una incapacidad de ser coherente. persistente<br />

y creativo en el trabajo». Todas estas características se encuentran en Georgia y<br />

Jenny. aunque de diferentes maneras.<br />

<strong>De</strong>bido a que e] límite. scg(m este razonamiento. define un nivel de organización de las<br />

estructuras intrapsíquicas. cabe preguntarse qué relación tiene con los estilos caractarolégicos<br />

del psiooanálisis clásico y de los trastornos de la personalidad del DSM. <strong>En</strong> lugar de en·<br />

globarlos a todos en un único nivel denominado límite, Kemberg (1994) proporciona una<br />

diferenciación adicional al subdividir al límite en dos niveles, uno de los cuales se relaciona<br />

con la psicosis y el otro con la neurosis. <strong>La</strong> organización límite más nourótica incluye las<br />

personalidades sadomasoquista, ciclotímica, dependiente, histriónica y narcisista compensadas<br />

por el sentimiento de grandeza. El nivel inferior incluye las personalidades paranoi-<br />

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CapituJo 14, Ptn0naltdad limite<br />

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de, hipocondríaca. esquízotípica, hipomaníaca y antisocial, así como lo que Kernberg denomina<br />

nercisísmo maligno. Todas las personalidades del nivel superior e inferior expresan<br />

la organización de la personalidad límite, pero do diferantos maneras, en función de las<br />

peculiaridades de su carácter o estilo do personal tded. <strong>En</strong> cambio, en el trastorno límite del<br />

DSM no existen variantes de estilo, ya que se ha concebido simplemente como un trastorno<br />

de la personalidad que se encuentra junto a los otros.<br />

Kernberg ha sido el autor que más ha influido; sin embargo, otros autores que han abordado<br />

las relaciones objetales también han subrayado cuestiones relacionadas con la vinculación<br />

y la separación-individuación. Aunque los niños al principio de su vida dependen<br />

por completo de sus cuidadores. acaban convirtiéndose en una persona separada. Según<br />

Mastorson y Rinsley (1975), la autcnomta creciente del futuro límite se enfrenta al deseo<br />

que tiene el cuidador de mantener la proximidad. <strong>En</strong> consecuencia. el nlño desarrolla una<br />

intensa ambivalencia hacia su cuidador. por lo genero] hacia la madre. lo que en ocasiones<br />

da lugar a un vínculo coercitivo y otras veces a un aislamiento negativísta. El dilema entre<br />

al deseo do no perder el amor del cuidador y desarrollarse como un individuo üníco no por·<br />

mito qua el ulüo iuta,gre las imágenes positivas y negativas de la madre. Atrapado en esto<br />

conílícto, el niño no puede consolidar su propia identidad.<br />

lnsisLiendo en la creencia de que la madre puede haber sufrido también un trastorno<br />

Iímite, Masterson (1972, 1976) considera que ésta fomenta que el niño continúe con este<br />

vínculo aimbiéüco. A su vez. la madre amenaza al niño con retirar su amor si ésto so empeña<br />

ea adquirir autonomía. Este dilema sienta las bases para el intenso temor al aban·<br />

dono que manífiestan durante toda la vida, de manera que la dependencia aporta recompensas<br />

y la independencia se equipara a perder el cariño. El niño acaba atrapado en una<br />

ambivalencia pérdida-pérdida entre la autoafi.rmación y el abandono. con lo que se crean<br />

los cimientos para los síntomas límites clásicos. como las rclacionos interpersonales insstables,<br />

la búsqueda infructuosa de uniones idealizadas o romantízedas y los estados de va·<br />

cío y deprostcn. Según Mesterson, la madre es 16 máxima responseble de la patogenia del<br />

trastorno Iímite y no la constitución del sujeto.<br />

Otra versión desde lo perspectiva de las relaciones objetaJes es Ju que ofrece Adler<br />

(1985). quien considera que e1 límite sufre un fracaso en la constancia del objeto a causa<br />

de una madre insensible o inadecuada. <strong>En</strong> otras palabras, los límite son incapaces de internaltzar<br />

una representación del cuidador qua les proporcione seguridad, ua «objeto sustentador-complaciente»,<br />

que les ayude cuando el cuidador no puede estar presente física·<br />

mente. Lo que Adler denomina conoopción de lnsuñciencia parece explicar muchos de los<br />

pnnclpales síntomas. <strong>En</strong> primer lugar. sío un cuidador con el gua mantener interacciones<br />

significativas y do empatía, el futuro paciente límite no puede desarrollar un seoLido esta·<br />

ble de su propia ídentidad capaz do hacerlo soportar las sírusctones estresantes. Por tanto,<br />

la regresión a un estado del yo más primitivo supone un riesgo siempre. <strong>En</strong> segundo lugar,<br />

debido a que e) desarrollo del sr mismo no puede organizarse alrededor de interacciones<br />

positivas con el cuidador, el Iírníto acaba con sentimientos de profundo vacío provocado<br />

por la ausencia de introyecciones positivas y con una disforia crónica (que recuerda a la<br />

visión anaHLica clásica según la cual la depresión so debo a la pérdida do los objetos). <strong>En</strong><br />

tercer lugar, la ausencia de constancia de los objetos explica por qué los límite evitan frené·<br />

ticamente la posibilidad del abandono y necesitan la verdadera presencia física de otra parsona<br />

significativa. <strong>En</strong> realidad. buscan el objeto sustentador-complaciente que no pudieron<br />

conseguir durante las etapas de desarrollo temprano. No sabemos nada de la madre de<br />

Jenny. pero nos consta que Georgia era la «oveja negra» de la familia y que siempre se la<br />

comparaba de manera desfavorable con su hermana mayor. que se be converudo en una<br />

erniaente abogada. Según Adler, Georgia está buscando un objeto sustentador-complaciente<br />

que la quiera y sea capaz de valorarla.<br />

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514<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

I..A idea de que el límite constituye una entidad diagnóstica discreta también parte de<br />

la rradícíon psicodinámica. El primer estudio empírico sistemático de una muestra límite<br />

fue llevado a cabo por Crinkor et al. (1968). Mediante un análisis de grupos, estos investiga·<br />

dores encontraron cuatro gnipos, unificados por varias caracterfsticas comunes, a saber: «<strong>La</strong><br />

ira como único o principal afecto, los defscros en las rolaciones afecttvas. la ausencia de<br />

indicaciones de identidad propia y la soledad depresiva» (pág. 176). El denominado grupo<br />

límite fundamental presentaba e una implicación dubitativa con los demás». «comporta·<br />

miento impulsivo o expresiones abiertas de ira», depresión generalizada y eeoseucle de<br />

indicaciones de una identidad propia coherente» (pág. 87).<br />

Sin embargo, el programa de investigación más desarrollado es el que llevaron a cabo<br />

Cunderson el al. (Cunderson, 1977, 1979; Gunderson el al., 1975; Gunderson y Singer.<br />

1975). Estos autores insistieron en que el trastorno Umite es un trastorno definido de la personalidad<br />

quo puede describirse claramente al margen de los síndromes esquizofrénicos y<br />

los estados neuróticos. Partiendo de la base de una exhaustiva revisión de los trabajos anteriores<br />

[Cunderson y Singer, 1975) y con la opción do poder llevar a cabo diversos estudios<br />

empíricos, Cundorson et al. desarrollaron la <strong>En</strong>trevista Diagnóstica para el Trastorno Límite<br />

(DitJgnoslic lnterview Jor Botdcrtinoe, 01.B) «para distinguir con mayor fiabilidad las características<br />

que diferencian el trastorno limite de la personalidad de otros trastornos o<br />

síndromes clínicos» (Cundcrson et al .. 1981: pág. 696), partiendo de la revisión de la literatura<br />

do Cunderson y Singer (1975) sobre estados límite.<br />

Una de las mejores maneras de estudiar un constructo es mediante el examen del contenido<br />

de los instrumentos que lo detectan. Cuando el estudio se centra en un únlco oonstructo.<br />

las relaciones entre los diversos aspectos de contenido son obvias. <strong>La</strong> DIB se ha revisado para<br />

incrementar su especi.ficidad y para e perfeccionar su estructura. enunciados y sistema de puntuecíón»<br />

(Zanarini el el., 1989). Estudiando estas ároas, los clínicos pueden valorar con rapidez<br />

cómo covarran loo rasgos de un patrón más amplío de personalidad. <strong>La</strong> <strong>En</strong>treviste revisada<br />

(DIB-R) consta de 97 Items agrupados en 22 enunciados reswnidos. que permiten evaluar el<br />

funcionamiento en cuatro extensas áreas: afectividad, cognición. patrones impulsivos y relaciones<br />

interpersonales. Uaa extensión sigaificativa de este trabajo es <strong>La</strong> tesis de Zanarini (1993)<br />

sobre el hecho de que el trnstomo límite estaría dentro del «espectro do los trastornos do los impulsos»,<br />

en vez de ser una variante del espectro de )os t.mstomos afectivos. <strong>La</strong> definición del<br />

DSM de la personalidad lfmito constituyo claramente una síntesis de las contribuciones de<br />

Kembcrg y Cundorson. <strong>En</strong> la tabla 14· 1 so presentan los 22 enunciados resumidos de la OIB-R.<br />

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL<br />

Aunque los ltmüe tienen la reputación de ser iracundos, diffcfles, impulsivos y ceéticos.<br />

pueden funcionar con estabilidad duran le largos períodos en determinadas situaciones. Pueden<br />

funcionar bien si tienen un marco estrucrurado. y lo hacen peor sin él. AJguuos límite encuentran<br />

a personas próximas que les proporcionan entornos estables y de aceptación, donde<br />

los otros son discretos, lienen expectativas muy bien defmídas y de fácil cumplimiento. A<br />

menudo. aln embargo, el potenciaJ de inestabilidad interpersonal se manifiesta cuando )os<br />

límite caen en interpretaciones erróneas y estereotipadas relativas al comportamiento o intenciones<br />

de su pareja. pero como acabamos do indicar, algunos cuentan en sus vklas con personas<br />

tolerantes y cuidadosas. que son muy hábiles para adelantarse a IM malas lnterpretncloues.<br />

y saben elegir con mucho tacto su.s palabras, con Jo que consiguen que el problema se<br />

vuelva difuso a medida que surge. intentando centrar a1 sujeto en la realidad auténtica y saludable<br />

de las relaciones presentes. <strong>En</strong> realidad, consiguen aislar al sujeto cuando es necesario,<br />

pero suelen tranquilizarle y ayudarle, y complementan el juicio de realidad del lfmite en<br />

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CélpíMo 14. <strong>Personalidad</strong> limite<br />

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vinculado a alguien llega a ser una necesidad vítal. como el agua o el aire, tal y como le ocurre<br />

a Jenny. Aun manteniendo relaciones muy estables. el temor al abandono llega a impooerse<br />

a la realidad llegando a extremos casi delirantes, como si la propia coherencia o la<br />

propia identidad pudieran desvanecerse si la relación llegara a su fin. Pueden sentir, por<br />

ejemplo. que no son nada sin una determinada persona, que la vida estaría vacía sin ella y<br />

que su existencia depende do conservar la relación. Para compensar estos temores. estas<br />

personas significativas deben cuidarles. proporcionarles cariño y protegerlos, estar siempre<br />

físicamente disponibles y no abandonarles nunca. Aunque Jenny adora a Vera en algunos<br />

momentos, tal vez lo que más le gustaría es que Vera desapareciera.<br />

Estos temores al abandono no se Hmitan sólo a la fantasía, sino que distorsionan la<br />

percepción de las comunicaciones y de las acciones de los demás en la vida cotidiana. Cesas<br />

que pasarían inadvertidas para los demás provocan con facilidad estos temores. Los<br />

limite pueden interpretar como críticas o condenas acontecimientos o comentarios inocentes<br />

o irrelevantes. Algunos hechos. según ellos. implican que los afectos se están desvanaciendo.<br />

como si los otros se negaran a tener en cuenta los sentimientos del límite o como<br />

si simplemente dejaran de prestarles sus cuidados. incluso pueden percibir los esfuerzos<br />

de los demás por establecer límites simples como un rechazo total. la peor pesadilla del límite.<br />

Por ejemplo. la frase «E.1.oto mediodía necesito al cocho- puede percibirse como «Y tú<br />

no vendrás conmigo». Por tanto. al acontecimiento más irrelevante suele atribuírsele un<br />

significado que no se pretendía y extralimitar sus dimensiones, lo que conduce e catástrofes<br />

interpersonales. <strong>De</strong>sde el punto de viste de los lfrníle. pronto acabarán aportados,<br />

abandonados y solos. sin nadie que les cuide. <strong>La</strong> sensación de que aJguien importante para<br />

el sujeto se está distanciando de forma activa puede provocar una reacción de emergencia,<br />

acentuada por una parálisis de conmoción o indefensión y una hiperac1ivid.ad casi manía·<br />

ca do ira.<br />

tas distorsiones debidas aJ temor aJ abandono intensifican la patología y generan círcu-<br />

los viciosos. No se puede permitir que las personas significativas para ellos se alejen. Con<br />

el fin de asegurar sus vínculos. estos sujetos hacen esfuerzos frenéticos para evitar la sepa·<br />

ración. <strong>La</strong>s personas normales, cuando intentan reconciliarse. se toman su liempo para ad·<br />

quirir perspectiva sobre los problemas, y sugieren alternativas que puedan ser satisfactorias<br />

para ambas partes, incluso so toman un «período de descanso» acordado mutuamente. Sin<br />

embargo, ol tomor a la separación provoca en o( límite una combinación característica do<br />

pánico y oólera que suele acabar con la paciencia de los individuos más tolerantes. Esto es<br />

lo que ocurre en el caso de Jenny. que inicia una huelga de hambre, se encierra en su babi·<br />

tación y pido quo su padre y Vera se divorcien.<br />

<strong>En</strong> realidad, los límite generan los círculos viciosos que más temen. Por ejemplo. una<br />

persona incapaz de tolerar tal intonsidad abrigará la idea de huir do esa relación. Ftnalmento,<br />

los temores al abandono. que aJ principio sólo existían en la imaginación, llegan a con·<br />

verlirso en realidad. Así pues, nos cuesta imaginar que el novio de Jenny quiera continuar<br />

la relación cuando ella lo considera perverso, y además debe convivir con su ira e lnestabilidad.<br />

lnavttablemento, este tipo de pensamientos se reflejan en la naturaleza de la propia<br />

rolación. quizás a través del distanciamiento emocional o de la omisión de los cuidados.<br />

Los límite, cuando los perciben. montan en cólera hasta tal punto que Llevan directamente<br />

la relación hacia la ruptura. Algunas veces cambian a una actitud de lndefenslón y conténción<br />

que suscita una reconciliación. Además. es posible que ambas partes estén tan enmarañadas,<br />

que el caos y el conflicto se convierten en la esencia de la relación. Rompen. se<br />

van, se reconcilian, vuelven, se pelean de nuevo, y al íinal acaban por romper otra voa.<br />

con constantes tentativas suicidas y comportamientos autodestructlvos e Unpulsivos.<br />

Considérese el caso de Eisa {caso 14·3). Eisa está en trámues do su tercer divorcio. y<br />

se siente bastante desesperada y deprimida. Aunque vivía separada de su esposo, todavía<br />

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518 Tr.mornos de: la pc:~nalidad c:n la vida moderna<br />

I CASO 14­3<br />

Una muj,, rtfinada y atractiva de 47 año1 dt tdad, Eisa, inldó la terapia<br />

CR.ffERIOS DSM·lV<br />

pceque, SC"gún d«ia, •No me 1ittlto bittl. y n.unca he tstado bitf\.l Los senti·<br />

PARA EL DIAGNÓS1100<br />

mitntos de depresión y dest11)Craci6n aumentaron de fonn.a consickr­ablc •O UtTKAS1'0RNO L~fITE<br />

cuando su matrimonio, ti tercero, comenzó a dcsinttgrarsc•. Aunque tod-avía<br />

DE LA PERSONAL(l)AD<br />

no está divorciada, vive stparada dt su matido, y rcfiett una ira C".Xtrtma y<br />

sentimientos de: ln~tltld~ al str a~ndonada si.n c:spcran~a. Afirma que: no •O A. tfn ("1o1trtl11 s•:111ir;1I ~l,, lnt•~l;lbili·<br />

puede: aftQd\tar la situación y que: pasa todo d t,tm.po ck: tic:ndas, ('Ompran•<br />

1lnd tm les relac:1om•!t 11lltir'l1t!t'!>lnld·<br />

tlo cosas que- no puede: pcrmitirst, btbi(ndO en exeese y bustaOOO II alguitfl .o11.A. 11!15: la lmagen de si mLc;:11~0 Y l.a ª~°':·<br />

q~ pueda su:stit\lir a su: mJndo. da t"'*pla de pareja fracaso, y dtspun de ~ 1 In dad, y un~ uotahh- impulcivicom,el\tar<br />

a tc:ldorttarlc: cuatro o cinco YC"CC:S al dia, SC' cambió de número y tl:id, qui' umpuwui dur,uu,• e! !nl·<br />

• • . • t 10 de la eded aduhll v su maníflasse:<br />

trasladó dt v,vwnda; no ttngo n, 1dta de su paraC,Cro•. afüm~<br />

tan en verles C'ontm,t~,,,;.<br />

4.,A<br />

1111 y (;omo<br />

Eisa parece tcnet dos caras.. Ot alguna manera. se halla inmc:rSa c:n una ae­ "V i11dll:.1n dm o (o inth) de lo!t \1·<br />

gustia c:x:istC'lldal propia de una adoltstente, tratando de: dtse'Vt>rir to6avia •­0 suin1h·~ ill'!ll!•:<br />

,quifo ,'a• y tn otr'IS ocasiones como~- dón qno ,;e ret:nK"·n ,·n PI hxc:r ami!>QS sietido nifta. y su rtndifflic:nto escotar comenzó a (4J lmpul,;ívidad f!n ;11 nw11os do11<br />

ttSc:ntirsc:.<br />

::tª<br />

Su madre no se prtocupaba por sus notas. Y Eisa encontró que: &e: áN!as. que es poiencteímeme daAI·<br />

na pata sf mismo (p. e¡ .. gestos.<br />

adoptar esta actitud al)atica et1 lugar de intet1tar mejorar et! ws es·<br />

8'11.xo, abu!IO dt· irui1tan~ll'li1. t:t)tidur:-<br />

ci6n ll•nir,mri;t, ;1lr.1co111~\ dP liiM de lnhin+<br />

sita 6t hoy partte c:slat destinada a aSC"gurarse otra futntc de cuidado1, Eisa<br />

.o;;t di~fori11, irri1.il,ilid;1d C>o1m;i,>cfa1I.<br />

sera derivada ck ru.ievo al tmpcuta que la c:s.t-ba vi'Sitando.<br />

c1uu sui:-hon durar uml.$ bom.'I \ tant<br />

\'tt unos días)<br />

17) Sentiml.mto!I c.tónk08 de \'itdo<br />

(8) 1 ... inapropi.id;1 o i.nll"ll!i­' o difi.<br />

ni lt ;~dell J)Omt 01,nlro IM !;, ir¡-1 ( p. ej ..<br />

mm:.~lrll'I írcun•nh~ dti m¡1) At:nie>.<br />

enfado COlL~tantu. poloo& ffskas nif'l.UT1•n11,11)<br />

f9J lduad(tn p:ir.1noicl,~ tr.1n,ilc1ria<br />

rdudon,uta u111 el t!Slré!I o MnlO·<br />

inus cli.sodntivos gravas<br />

• ~ ~ lndcan IM 8Sf)C'(1~ dtl C850 ~ rolnddM"' INl'f0' 9rado ton ~ cñt~<br />

dd OSM. pero tlO Wlplil!'an ncttsa!falftC'!lt~ qtll' el taso IO.lfflplao ~ CJlttrios dlag,lóstk'os.<br />

Rl"l¡>ro


Capitulo 14. PeISOnalidad límite<br />

521<br />

ÉNFASIS EN EL DESARROLLO<br />

<strong>Personalidad</strong> límite y trauma sexual<br />

CONEXIONES ENTRE EL TRAUMA Y LOS VÍNCULOS SEGUROS<br />

Aunque la ronceptualización OC la personalidad limite y sus causas si9uet1 sin esclaíe«rse (Paris,<br />

19943,b; Zanarini y frant.enburg, 1997). muchos t"Studios empiricos demuestran una relación notable<br />

entre ros traumas infantiles y los sintomas Hmite-s. los factores de riesgo que distinguen a los pacientes<br />

limite suelen inclui, pé1d1da. antecedentes de abuso ~xual y físico, una acusada negligencia o<br />

abuso cmocion.al, ser testigo de v,olencia doméstica y el abuso de sustancias o criminalidad en los progenitores<br />

(Guzdtr et al. 1996; laporte y Guttman, 1996; Zanarini et al.. 1997).<br />

<strong>De</strong> todos estos estudios, muchos sugieren una ,elación especialmente significativa entre el<br />

abuso sexual durante la infancia y ti desarrollo de la personalidad limite (París, 19940; Sabo. l997;<br />

Zanarini y frankenburg, 1997). Para desvelar los factorc­s que pueden contribuir al abuso. Silk l'I al.<br />

(1995} elaboraron un Indice de gravtdad. Los casos se cochficaron en función de quién abusó del sujeto,<br />

durante cuánto tiempo se abusó de ti y si tuvieron lugar penetraciones. Los resultados demostraron<br />

que el abuso sexual continuado durante la infanda era el mejor predictor de la gravedad de los<br />

síntomas límites como et parasuicidio, la desesperanza y la minusvalia crónicas.. la paranoia transitoria,<br />

la regresión en la terapia y la intolerancia a t'Star solo.<br />

los autores suponen que: el abuso sexual (:(lntinuado e mtenso afecta a la capacidad del niño<br />

para estabtecer vínculos satisfactorios y seguros. Los niños llegan a creer que los demás®" peligrosos<br />

y que sólo están preocupaocs por su propia gratificación•, lo que provoca cla creencia en un<br />

mundo de objetos male'Volos• (p~g. 1062). Por desgracia, las palabras de Michael Stone Íl 981) siguen<br />

estando vigentes, casi dos decadas después:<br />

éospcC'ho que existf' otro factor puramemc psicógeno que contnbuyt a que haya más mujtrc,;<br />

tn los grupos de pacientes limite( ...} las expcric-:nC'ia$ inttsruosas dur;,nte la infa!Kia o la ad~escencii<br />

(... J L3S agresione'i crónicas de este tipo por pane del padre o de un t1'0 tienen erectos l)t'rjudttia.­<br />

tes en el desarrollo psiquico ee un.a chica jO\ltn. <strong>En</strong>trt estos erectos suele encontra~ un deterioro<br />

en las relaciones con los homb sewales..1mpulsividad en el áeee S(xual y, muy a menudo. d,ep,esi00.1 (pa,g. 14).<br />

i<br />

s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

don a sabotearse a sf mismos en todas las áreas de la vida. incluida la psicoterapia, cuando<br />

las cosas les van bien. <strong>La</strong>s imágenes intemalizadas de los primeros cuidadores deban ser<br />

apaciguadas con el fracaso. o incluso con la automutilación. EJ diálogo interno es el siguiente:<br />

«Si quieres qua sienta dolor. has do saber que lo siento. Confirmo y estoy de acuerdo en<br />

que soy digno de castigo y sufrimiento. Aquí oslá la prueba. Ahora debes sabor cuánto te<br />

quiero, y tú debes quererme a mí• (pág. 122). El ataque hacia uno mismo, por tanto, constituye<br />

un «regalo de amor» (pág. 122) que pretende satisfacer las introyecciones perversas.<br />

Sólo cuando el límite sea totalmente desgraciado, aquellos que han sido crítioos con él y le<br />

han privado de cariño y cuidados le ofrecerán afecto y protección, el cuarto y ülumo (actor<br />

de Benjamín.<br />

J I PERSPECTIVA COGNITIVA<br />

;I<br />

i<br />

o<br />

El estilo cognitivo de los límite está determinado por la estructura disociada de sus<br />

representaciones objetales. <strong>La</strong> regresión se hace patente en la tendencia a funcionar bien en<br />

situaciones estructuradas en presencia de un objeto constante. poro a deteriorarse a níve­<br />

Copynghted m aterial


522<br />

Tra:stornos de: la pwonalidad en la vida moderna<br />

Les más primitivos de Iunclonamiento en ausencia de estructura y de la presencia tranqullizadora<br />

de los demás. E...; decir. cuando la presencia de los otros significativos está asegurado.<br />

los límite parecen afrontar mejor la realidad.<br />

<strong>En</strong> cambio, cuando las relaciones se ven amenazadas. el nivel de funcionamiento del<br />

yo empieza a íaUar. El proceso seoundarto de pensamiento, basado en el principio de rea·<br />

lidad. comienza a dar lugar a un proceso primario de pensamiento, basado en deseos, fantasias<br />

y la liberación directa de los impulsos. <strong>La</strong> capacidad para sopesar los hechos, para<br />

considerar las situaciones desde el punto de vista de rodas las personas implicadas, para<br />

desarrollar un plan adaptativo tanto o corto como a largo plazo y para contener los ímpulsos<br />

del ello de los controles conscientes dominantes. comienza a ceder a medida que se<br />

debilitan los funciones do) yo o que dejan de funcionar por completo en el curso de los<br />

episodios psíconcos transitorios. A este nivel, la disociación y sus mecanismos asociados.<br />

como la identificación proyectiva. dominan el cuadro clínico. Estos índlvíduos ponen clarmneoto<br />

de mantñesto sus necesidades. mostrándose dependientes, exigentes o coléricos.<br />

por ejemplo. o las tres cosas sucesivamente. <strong>La</strong> tcodcncia a efectuar regresiones a niveles inferiores<br />

del yo ha llevado a algunos autores a denominar a asto tipo de sujetos «carácter psi·<br />

cétieo» (Frosch. 1960. 1904, 1970).<br />

El nivel cognitivo de los límite también depende dol grado do estructuración del amhiante<br />

externo. Los clín.icos han sabido desde siempre que los límite parecen más sanos en<br />

los tesis estructurados, como los Tesis de personalidad de lápiz y papel, y menos sanos en<br />

instrumentos proyectivos como el Test de Rorschuch o el Test de apercepctou temático.<br />

donde el sujeto debe inventarse h.istorius a partir de unos dibujos. <strong>En</strong> cualquier situación<br />

proyectiva. los sujetos apelan a su propia estructura interna para poner orden en la Interprntación<br />

de un estímulo ambiguo. Todo comportamiento humano es fruto de la interacción<br />

entre las características individuales y las limitaciones da las situaciones en nuestro eutorno.<br />

Casi todos nos paramos ante una luz roja: en estas situaciones tan definidas -el equivalente<br />

social a un test estructurado- los límite suelen ser capaces de comportarse de acuerdo<br />

con las normas sociales. <strong>En</strong> consecuencia. suelen parecer más competentes y sanos de lo<br />

que son en realidad. Dado que los límite tienen una notable falta de estructura interna para<br />

aportarla a las síruactones poco definidas. sólo pueden proyectar la variabilidad en la arnbigüedod.<br />

<strong>En</strong> realidad. los límite toman prestada la estructura del entorno paro poder organizarse<br />

ellos. Sin esta estructura, pueden hacer regresiones a estados del yo más primHivos.<br />

Todos los trastornos de la personalidad tienen un cierto estilo cognitivo. <strong>En</strong> la personalidad<br />

compulsiva, la rigidez excesiva está reforzada por una preponderancia de «afirmaciones<br />

coodicionaJes». Los compulsivos deben funcionar e la perfección, y todo lo demás no<br />

debe condenarse por ser defectuoso. Los narcisistas son dignos de una lealtad Infinita y de<br />

las atenciones de Los demás porque son los mejores y lo saben todo por deBnidón. Los hlstriónicos<br />

son demasiado impresionables; no procesan nada e fondo. <strong>En</strong> cambio, los límite<br />

se diferencian por la variabiJidad en sus pensamientos y emociones, y el grado de variabilidad<br />

depende de la naturaleza de las relaciones y del grado de estructura inherente a las exi-<br />

gencias que requieren las tareas. lncluso los razonamientos<br />

más intogrados de los lfmilo<br />

«más neuróticos- son frágiles y no pueden resistir bajo el peso do los afectos intensos carneterísttcos<br />

de los períodos de regresión. Jonny, por ejemplo, no salta del jeep de su novio<br />

cuando las cosas van blen: asimismo. las compras compul.sivas de EJs.a tienen lugar en el<br />

contexto do los problemas conyugales. Los vínculos sólidos generan mejores razonamientos.<br />

Otros caracterísucas cognitivas de la personalidad límite pueden deducirse también de<br />

Ja idea do representaciones ohjetales disociadas. Muchas afirmaciones o acetones que provocarían<br />

una intensa disonancia cognitíve en individuos con un sentido integrado de<br />

identidad no provocan disonancia en la persona limite. <strong>La</strong>s representaciones objctaJes disociadas<br />

son dos maneras opuestas de considerar e) sí mismo. a los otros y al mundo, cada<br />

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tapit\llo 14, Per10nalidad límite<br />

523<br />

t s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

J<br />

una de las cueles puede estar vigente en un momento detcnninaclo en fuucléu de las circunstancias.<br />

Por ejemplo, supongamos quo las actuaciones de un amigo reúnen las Imégeues<br />

de un cuidador controlador que abusaba verbalmente del limite; el ltmite sin duda<br />

montará en cólera. Momentos después, el mismo individuo puede ser redimido como el<br />

mejor amigo del mundo. dependiendo del flujo do conciencia del sujeto. Por definicióo, estas<br />

imágenes separadas se mantien.on apartadas de manera deliberada, de forma que no puedan<br />

entrar en conflicto: por tanto, no pueden provocar disonancia cognitiva en el sujeto.<br />

Cuando se incide en estas opiníones y acciones tnn opuestas. los límite suelen descartar<br />

estas discrepancias con indiferencia y razonamientos superficiales. Los límite no pueden<br />

ser molestados por su propio comportamiento paradójico.<br />

Otra observecióu en le personalidad lúnite que conecta con la pcrspnctiva cognitiva<br />

proviene de Kroll (1993), quien señalaba que los límite a monudo parecen estar a merced<br />

de su propia conctencía. <strong>La</strong> difusión de la identidad propia de los límite sugiorc que son<br />

muy vulnerables a pensamtentos e imágenes intrusas. incluyendo Jos flashback y las pe·<br />

sadillas. Los lúníte parecen asociar un pensamiento desagradable con otro, suscitando una<br />

sucesión de estados ofecUvos intensos conectados sólo por la experiencia privado de la<br />

persona. Por ejemplo, pueden admirar a un recién conocido hasta quo descubren que presenta<br />

una peculiaridad concrota que recuerda a una persona del pasado con qcten el límite<br />

tiene conflictos no resueltos. RI hecho de ser consciente do esta semejanza puede llevar<br />

a In mente recuerdos mórbidos de taJ intensidad que el conocido se convierte en una Iluminación<br />

da las emociones negativas que ha suscitado sin él saberlo. Para el observador ex·<br />

tomo. la secuencia de emociones parece discontinua e irracionaJ. <strong>De</strong> hecho. el flujo de conciencia<br />

simplomont.e discurre con su propia lógica. que se deriva de la historia vital única<br />

del individuo.<br />

Por esta razón, KroJl (1993) afirma que la personalidad límite se parece. en esencia,<br />

al TE.PT. ya que muchos límite tienen antecedentes de experiencias traumáticas tempranas.<br />

As! pues, Kroll babia de TEPTl/ímite, una eatidad híbrida formada por individuos<br />

cuya historia de abusos ha llevado a alteraciones cognltívas características de las del estrés<br />

postraumático. Escribe que dichas personas presentan «en primer término un trastorno<br />

de la couclencla» que «se ha convertido en su propio enemigo» y que no puede cambiar<br />

de rumbo (pág. xv). Como en el TEPT. la estructura cog.nitiva de) individuo con<br />

TEPT/llmito ha cambiado, de manera que está condenado a experimentar de nuevo al<br />

trauma original. <strong>La</strong>s imágenes y los recuerdos reales regresan a Ia conciencia en momentos<br />

impredecibles de forma global. fragmentada o distorsionada. Además. el flujo de<br />

conciencia consiste en «síntomas somáticos desagradables, comentarios uogat.ívos sobro<br />

sí mismos que aparecen como en un teleimpresor en la mente, elaboraciones fantaseadas<br />

y temidas de una infancia Jlena de abusos, y estados de ánimo disfóricos de ansiedad y de<br />

íre» (pág. xv). Otras características. como una identidad Inestable. la intolerancia a la soledad<br />

y la autodestrucción. también pueden relacionarse con experiencias pasadas de<br />

abuso. <strong>De</strong>sde esta perspectiva. el enfoque psicodinámico os muy doñcíente. ya que subraya<br />

los objetos (es decir. las proyecciones fantaseadas) en lugar do la importancia do las experiencias<br />

reales de abuso.<br />

Publicado en Beck et al. (1990), Pretzer considera que el pensamiento dicotómico. el<br />

uso crónico de categorías mutuamente excluyentes, constituye la principal distorsión cognitiva<br />

de le personalidad límite. Al construir el mundo en términos de «esto/o aquello». los<br />

límite so ven obligados u realizar interpretaciones extremas que descalifican aquellas respuestas<br />

adaptativas quo son proporcionadas a las necesidades sttuaclonales: existen pocas<br />

respuestas Intennediss, pocas sombras y grises. pocas vaJoraciones cuaJitaUvameute complejas<br />

seguidas de un periodo de deliberación imparcial. <strong>La</strong>s opiniones del sí mismo, del<br />

mundo y del futuro tienden a ser cornpletomente positivas o completamente negatíves.<br />

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524<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pcrsooatídad en la vida moderna<br />

Como señalaba Protzer (citado de Beck et al.: pág. 186). las creencias formadas en este contexto<br />

incluyen: «El mundo es peligroso y malévolo». «Soy inepto y vu.1n.crablo» y «Soy inherentemente<br />

inaceptable».<br />

Al pensar en términos dicotómicos. los límite tienen pocas oportunidades para efectuar<br />

rovístones sutiles o para elaborar aspectos de las opiniones del pasado en un sentido<br />

u otro sin descartar la primera valoración en su totalidad. Esto genera un problema complicado<br />

para poder vivir. a saber: ¿cómo cambias de opinión? Para el límite, la solución es<br />

pasar con rapidez de un extremo al otro. Además. debido a que los afectos y la cognición<br />

están muy rolacionados, los límite no pueden variar con facilidad la intensidad de sus<br />

emociones. Tienden a sor intensas todo el liempo pero de maneras opuestas, lo que los<br />

observadores ven como una sucesión de estados cmocionaJes intensos. aleatorios e írracíonales.<br />

Todos los casos que se han expuesto en este capttulo son ejemplos de esta .-rígida variabilidad».<br />

PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO<br />

<strong>En</strong> cuanto al modelo evolutivo que uniñca este texto, las personalidades límite no consiguen<br />

vincularse con fuerza a ningún tipo de polaridad. Esto se manifiesta ea su intensa<br />

ambivalencia e inconstancia, labilidad emocional. imprevisibilidad, difusión de identidad<br />

y tendencia a cambiar de una postura u opinión a la contraria. Muchos lectores opinarán<br />

que, debido a que una personalidad consiste en rasgos que permanecen a lo largo del tiempo<br />

y do las situaciones, la falta de rasgos coherentes propia del límite, tanto en el tiempo<br />

como en las situaciones, anula su clasificación como trastorno de la personalidad. Es más.<br />

pueden argumentar que, como el límite del DSM se define tanto por sus síntomas -es decir,<br />

automutilación-y sus rasgos de personalidad, asr como por contener criterios díagnóstreos<br />

que recuerdan mucho a otros trastornos de la personalidad. rara vez se diagnostica<br />

como un trastorno de la personalidad por sí mismo. Por último. pueden señalar que, desde<br />

la perspectiva psicodinámka. a partir de la cual surgió el constructo, el límite es tan sólo un<br />

nivel de organización de la personalidad (Kernberg, 1907, 1984, 1965a) que requiere, de forma<br />

explícita, uno o más diagnósticos de la personalidad para adquirir contenido. Según su<br />

visión. el ténnino lúnite tiene más sentido como modificador que distingue. por ejemplo,<br />

a una personalidad histriónico aeu.rótica bien integrada (a la que los clínicos psíoodinémicos<br />

denominarían carácter histérico) de una personalidad histriónica infantil. más lábil.<br />

Podemos aventurar. sin embargo. una concepción más amplia. una que defiende que el<br />

límite M necesario para la taxonomía de los trastornos do la personalidad, sin cometer la fa.<br />

lacia parto/totalidad de obtener e} constructo a partir de una sola perspectiva sobro la por·<br />

sonalidad o, simplemente, insertarla en el sistema do clasificación porque pueda parecer<br />

pragmático. Aunque las anteriores críticas tienen sentido, la integración de la personalidad<br />

es sólo una concepción abstracta. académica e ldealjzada. <strong>De</strong>l mismo modo en que los<br />

individuos difieren en cuanto al grado en que se parecen a tul único prototipo de la personalidad,<br />

también difieren en cuanto al grado en qua los elementos de su personalidad están<br />

estrechamente entretejidos o no. <strong>De</strong>bido a que la personalidad normal está bien integrada<br />

por definición, sus elementos funcionan [untos en armonía. Aquí. la noción misma de amhilos<br />

de la personalidad, tales como la cognición o <strong>La</strong> defensa. destruye la totalidad reduciando<br />

a la. persona a distintas partes y haciendo que esas partes se conviertan en el objet.o<br />

principal de atención.<br />

Antes hemos argumentado que no se pueden derivar taxonomías válidas do la personalidad<br />

a partir de una única perspectiva precisamente por este motivo: una parte no puede<br />

sustituir al todo y no puede, por tanto, funcionar sustituyendo al todo. Podemos hablar<br />

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capitulo 14. PerSOnalldad límite<br />

525<br />

de la personalidad desdo la perspectiva de los estilos cognitivos, o de las relaciones objeta·<br />

les, o do la btologta. pero siempre Intentemos dejar claro qua cada perspectiva parte de la<br />

base do asunclones que revelan unas cosas y ocultan otras al mismo tiempo. A la larga. se<br />

hace necesario volver a una concepción más holfst iCA o perder de vista algo inefable: la organizacíón<br />

global del comportamiento qua supone la personalidad. Y esto es precisamente<br />

lo que so pierde en ol caso de la personalidad límite.<br />

Según esto razonamiento, ol Umilo surgo como patología en el nivel de In integración<br />

de la personalidad, pero ésta es una idea que no se limita a las concepciones psicodinámi·<br />

cas. <strong>En</strong> el capítulo 1 señalamos que on un modelo causal idealizado do la personalidad,<br />

cada ámbito de la personalidad iníluyo en cada uno de los demás ámbitos, lo que proporciona<br />

a la totalidad una tenacidad emergente que hace que la personalidad sea más que la<br />

suma de sus partes y que los trastornos do la personalidad sean sumamente difíciles de<br />

tratar. <strong>La</strong>s defensas psicodinámicas, int.oracciones Interpersonales, estilos cognitivos y va·<br />

ríables biológicas tnteractüan para formar un único y entrelazado sistema dínémíco. <strong>De</strong> no<br />

sor asf, no serta posible ni siquiera hablar sobre la personalidad. Stgulendc esta línea de<br />

razonamiento, el límite se caractcri.za, necesariamente, por Jo inestabilidad y uno falto de<br />

cohesión en dotcnninodos momentos; cuando una parte de la personalidad o una preocupación<br />

concreta parecen tomar el control de la totalidad de la persona, esta parte o esta<br />

preocupación se ve de repente usurpada por otra. Como consecuencia, so producen rápidos<br />

cambios del estado do ánimo y una endona do comportamientos impulsivos poco arques·<br />

lados o, incluso. arbitrarios.<br />

Como patología de la integración total do la personalidad, el constructo límite podría<br />

aplicarse a casi todos los trastornos de la personalidad. <strong>La</strong> experiencia clínica sugiere. sin<br />

embargo. quo las personalidades dependiente, histriónica, narcisista, antisocíal y negatívísta<br />

son las que con más frecuencia reciben un diagnóstico de trastorno límite do la persona·<br />

lidad. Sea cual sea ol contenldo en el presente. estos individuos siguen una do las dos vías<br />

de desarroUo que pueden seguir. <strong>En</strong> la primera vía. la personalidad desarrolla un nivel con·<br />

siderable de integración pero se desmorona cuando se ve sometida a un estrés ambiental<br />

persistente. <strong>En</strong> la segunda, no se desarrolla un nivel de integración significativo. Los que si·<br />

guen la primera vía son los denominados histriónicos limite (en este caso se ha preferido<br />

que la palabra dimite» modifique al término «histriónico»), y los que s.iguen la segunda vía<br />

se denominan lfmite dependientes, indicando que <strong>La</strong>s consecuencias de una falta de lntegrecice<br />

afectan a la contribución de los rasgos de personalidad al comportamiento crgauízado.<br />

Sea cual sea el caso, la característica común en todas las personalidades límite es la<br />

ínestabilídad de la organízación. o inestabilidad de la regulacíón interna, y una falta de<br />

coordinación del comportamiento en función de las exigencias externas, aspectos que se observan<br />

con facilidad mediante los actos impulsivos, rápido cambio en los estados ele ánimo<br />

y cambio repentino da las valoraciones. Esta concepción debería distinguirse del límJte reflejado<br />

en 01 OSM, aspecto fundamental en el que so centra este capítulo. <strong>En</strong> la tabla 14·2 su<br />

ofrece un resumen de la personalidad lfmit.o en función do los ocho ámbitos clínicos. El siguiente<br />

resumen recoge las experiencias evolutivas do las subvarlantes da la estructura de.<br />

foctuosa p.ropia do la personalidad límite, y se puede completar consultando los apartados<br />

del capüulo anteríoe en los quo hemos abordado los estilos do la personalidad límilo. más<br />

bastees.<br />

Los límite autodesrrucrivos y desalantados perpetúan su condición renunciando a su<br />

propia responsabíhdad y dependiendo tenazmente do los demás. Esto los sitúa en una posición<br />

muy vulnerable, ya que se van despojando de las capacidades nccosarias para la.<br />

autonomía, y se pouen en uua situación en la que exasperan o aquellos do quiones dopen·<br />

den. Cuando no consiguen el apoyo que necesitan de los demás, pueden sentirse muy denígrados<br />

o mal izae esfuerzos franétlcos para solicitar atención y aprobación. Estos comporta·<br />

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526<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pc-l'SOnaltdad c-n la vida moderna<br />

Tabla 14-2.. <strong>La</strong> personalidad limite: ámbitos funcionales y estructurales<br />

IIISC'guta<br />

Comportamiento<br />

expresivo<br />

Manifiesta unos nlvtlcs de c-nergla in·<br />

usitados


Qlpltulo 14. Ptrsonalidad lfmitt<br />

527<br />

mientos erráticos y bruscos cambios del estado de ánimo promueven una inarmonía interna<br />

e ínadaptaciéo cada vez mayores, que les hacen perder el control intrapsíquico y experímentar<br />

breves episodios psicóticos.<br />

<strong>La</strong> seducción habilidosa del limite impulsivo (histriónico) no sólo fomenta nuevas di·<br />

ficultades, si.no que también pierde fuerza como estrategia instrumental Estas personalídados<br />

soo superficiales y caprichosas, exigen demasiado a los demás y dan muy poco a<br />

cambio; como consecuencia, son incapaces de mantener relaciones duraderas y cercanas.<br />

Además, debido a su orientación hacia lo exterior y a sus representaciones intrapsíqu.icas.<br />

no consiguen adquírir los recursos internos necesarios para poder sustentarse. Por tanto.<br />

siempre están Inseguros y tensos, sin saber con certeza si podrán conseguir, de forma duradera,<br />

la atención y estima que necesitan de los demás. <strong>La</strong> perspectiva de quedarse solos<br />

y tener que depender de sí mismos les genera una terrible ansiedad que les conduce a simular<br />

oscilaciones cíclicas y simuladas de euforia -con las que buscan captar la atención<br />

que necesita.o- y de períodos de abatimiento amenazador, desesperación y desprecio ha·<br />

cía sí mismos. Cuando su pánico al abandono alcanza unas dimensiones insostenibles, pierden<br />

por completo el control de sí mismos y se ven arrastrados a pedir auxiHo de una forma<br />

caótica y maníaca, o caen sumidos en una profunda e intransigente tristeza.<br />

Los límit0 petulantes se crean ellos mismos una falta de coherencia mediante sus propias<br />

dudas. comportamiento impredecible e irrazonable, resentimiento y naturaleza vengaliva.<br />

Como han aprendido a prever la docepctéu. a menudo atacan a los demás antes de<br />

ser atacados. Además. sus tensiones so agitan hacía la superficie y, como consecuencia. actúan<br />

con petulancia, impulsividad y preclpitaclén. Su falta de control hace que se peleen<br />

constantomcnto con los demás y evitan que puedan conseguir al afecto que tanto ansían.<br />

<strong>De</strong>salentados. con rabia. y pesimistas.<br />

se vuelven violentos da forma periódica, y explotan<br />

con quejas y recriminaciones contra el mundo, o a la inversa. se retraen y se vuelven sacrificados,<br />

suplican que se les perdone y se muestren arrepentidos, se minusvaloran y se ha·<br />

cen reproches a sí mismos.<br />

<strong>La</strong>s influencias socioculturales generalizadas también pueden desempeñar un papel<br />

significativo en el desarrollo de todos Jos patrones límite. Esto suelo ocurrir cuando los va.<br />

lores de una sociedad son inestables o incoherentes, como parece que cada voz sucedo con<br />

más frecuencia en las sociedades occidentales. sobre todo en Estados Unidos.<br />

Un estado cultural amorfo. tan característico de nuestros tiempos modernos, se refleja<br />

con claridad en las dudas interpersonales y la inestabilidad afectiva que caracterizan a la<br />

personalidad límite. Nuestro cultura ha nxpetimentadc una considerable aceleración en los<br />

cambios sociales y una creciente generalización de hábitos ambiguos y discordantes. que<br />

esperamos que suscriban nuestros hijos. Bajo el impacto acumulativo de una rápida industrialización,<br />

del flujo do inmigración, la movilidad. los desarrollos tecnolégtcos y la omnípresencia<br />

de los medios de comunicacién, se ha producido una constante erosión do los valores<br />

y normas tradicionales. <strong>En</strong> lugar de tener como ejemplo un conjunto simple y cohe-<br />

rente de prácticas y creencias.<br />

los niños se tienen que enfrentar a estilos que cambian<br />

coustantemeute y a normas cada vez más cuestionables. c.:uya durabilidad es incierta y pre-<br />

Y aun así, debído o que la personalidad límite es tan frecuenle y pro-<br />

carta (<strong>Millon</strong>, 1987).<br />

blarnática en la clínica. asr como difícil de comprender, uo debe sorprender que los modelos<br />

bíosoctales de la personalidad límite se hayan desarrollado mucho más que en el resto<br />

de los trastornos de la personalidad. lineba.o (1993) formu16 el trastorno principalmente<br />

corno un problema de regulación emocional, que sugiero una combinación de vulnerebilídad<br />

emocional o incapacidad paro regular los estados afoctívos. Adsmés de ser sensibles a<br />

tul amplio abanico de estimuludones emcclonales, reaccionan con rapidez e intensidad. y<br />

tardan mucho tiempo en tranquilizarse. lo qua significa que se les puede provocar do nuevo<br />

con facilidad. Por tanto, la intensidad afectiva es crónica y so perpetúa a sf misma. Sin<br />

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528<br />

Trastoroos de la ptrsonal1dad en la vida moderna<br />

embargo. es importante tener en cuenta qué factores del desarrollo promuevan estas caraeterísticas<br />

en los adultos. Como explica Linehan, la regulación emocíonal requiero, en primer<br />

lugar. que el individuo aprenda a calificar adecuadamente los afectos, y luogo a manojar<br />

las asociaciones emocionales que estos estados suscitan.<br />

<strong>En</strong> una lucha eterna contra Ia disonancia implícita de dos fuerzas opuestas, el ltmtta<br />

adulto representa lo que ocurre cuando el «Lemperrunento difícil» [Thomas y Choss, 1977)<br />

se encuentra en un «entorno ínvalídante». descrito en detalle por Linehan (1993):<br />

«<strong>En</strong> lugar do representar y validar la experiencia personal del niño ooo respecto al<br />

mundo. el entorno ínvalidante impone castigos y lo convierte en una trivialidad. <strong>En</strong> primor<br />

Jugar, le dice al individuo que sus descripciones y los análisis de sus propias expedeucles<br />

están equivocados. sobre todo cm lo coneerníemo a sus opiniones sobre cuál es la causa de<br />

sus emociones. creencias y acciones. <strong>En</strong> segundo lugar. atribuye sus experiencias a características<br />

o rasgos de lo personalidad socialmente Inaceptables» (pág. 49).<br />

<strong>En</strong> vez de reconocer y validar la experiencia personal. al entorno proyecta sus propias<br />

emociones, motívecíones y características en el futuro límite. LiJ1ehaJ) (pág. 50) aporta algunos<br />

ejemplos: «Estás enfadado. pero no quieres admitirles y «Cuando ella dice no. quiere<br />

decir sí», Al mismo tiempo. las verdaderas emociones negativas son dlspostcíoues uegatívas<br />

do larga duración. como la hiperreacción y la hipersensibilidad. <strong>De</strong> nuevo. es el indíviduo<br />

quien está equivocado. Por último, el fracaso también se atribuye u rasgos negativos,<br />

como la falta de disciplina o la pereza. Resumiendo la formulación de Llnehan. el embíente<br />

de desarrollo no sólo emito comunicaciones caóticos y aleatorias que impiden que el límite<br />

sea entendido como un individuo único con sus propias potancíahdades, sino que<br />

emite constantemente el eterno mensaje «Eres malo». <strong>En</strong> parte. esto se observa cuando Georgia.<br />

la madre límite, recuerda qua su propia madre le decía: «<strong>De</strong>berla haberte abandonado<br />

cuando me di cuenta de la niña tan desprecteble que eras».<br />

<strong>La</strong>s consecuencias do este patrón de desarrollo son graves. Sin una representacíón y<br />

validación adecuadas. los sujetos uo pueden aprender a categoetzar sus experiencias privadas<br />

y emocionales de una manera adecuada, ni desarrollar obletivos vitales realistas.<br />

son incapaces de desarrollar expectativas acerca de cuáles son las interacciones normales.<br />

y no pueden aprender a confiar en que sus respuestas emocionales son interpretaciones<br />

válidas de los acontecimientos. Además. debido a que el enlomo invalidante no puede tolerar<br />

la expresión de emociones negativas. los límite aprenden que las expresiones intensas<br />

son necesarias si desean obtener alguna respuesta .. <strong>En</strong>tre los tipos de familia en quo crecen<br />

los límite se encuentran la familia caótica. caracterizada por e) abuso de sustancias. la ausencie<br />

y ueglígeocte parentales y un estilo de vida melodramauco (Benjamín, 1996), así<br />

como la familia perfecta. que os incapaz do tolerar las expresiones do emociones negativas<br />

y que no entiende por qué los niños no puedan controlar sus sentimientos. Se remite al<br />

lector a Linehan (1993), donde encontrará 1U1a exposícíon más detallada de los factores biosociales<br />

que contribuyen de forma indirecta al desarrollo de la personalidad límite, incluyendo<br />

el abuso sexual y el rol do los ideales culturales en las vidas de las mujeres.<br />

Aunque la familia constituye el ambiente más próximo en el que interactúan el temperamento<br />

y las fuerzas de socialización, otros autores reconocen que el ambiente sociocultural<br />

es una influencia potente, aunque indirecta. para el desarroJlo personal. Como señala<br />

París (1994b), la sociedad varia en función de su nivel do integración en el transcurso del<br />

tiempo. Los individuos quo crecen en una sociedad integrada están en cierto modo protegidos<br />

contra el desarrollo da rasgos lfrnttes. <strong>En</strong> cambio, os más probable qua las personas que<br />

crecen en el contexto de una sociedad quo se está desintegrando acaben tomando vías que<br />

potencían el comportamientn límite. Nuestra propia sociedad, afirma. Peris, espera que el in·<br />

dividuo funcione coo independencia, al tiempo que desciende el ni val de apoyo social, así<br />

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Capitulo 14. Ptrsonatidad limite<br />

529<br />

como los esfuerzos para contener el comportamiento desviado, El efecto noto es uu aument.o<br />

da la impulsividad, del abuso de sustancias y, en última instancia. de otros comporta·<br />

mientes característicos del límite. como la automutilnción y las conductas suicidas.<br />

Así mismo, MHJon (1987) afuma que las sociedades tradicionales proporcionan experiencias<br />

con otras personas e instituciones que ofrecen una cierta protección anto la influoncía<br />

de los abusos tempranos en el seno de la familia. Sin embargo. en la actualidad, las fa.<br />

millas están menos cohesionadas, y los niños se relacionan menos con las tías. los tíos y los<br />

abuelos. con lo que pierden una segundo oportunidad de desarrollar vínculos saludables<br />

que podrían suplantar o ayudar a curar las heridas sufridas a manos de progenitores o her·<br />

manos. A su vez. ha disminuido la importancia del papo) de las ins1itur.ionos tradicionales.<br />

como la iglesia y la escuela, que enseñaban no sólo hechos y datos. sino creencias. valores<br />

y una conducta adecuada. El resultado es una sociedad tan difusa e inestable como las<br />

personalidades límites que genera,<br />

j<br />

5<br />

1<br />

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1<br />

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o<br />

Diferencias con otras personalidades<br />

afines<br />

Onda su historía, no debo sorprender que el límite reflejado en el DSM se solape con<br />

varios trastornos de la personalidad. El primer criterio diagnóslíco -es decir, los esfuer·<br />

zos fronóticos por evitar el abandono- también está presente en las personalidades de·<br />

pendiente e histriónica. El dependiente necesita desesperadamente a un sustituto instrumental,<br />

sin ol cual enseguida mauiflesta sentimleutos de angustia y de pánico. Los histrió·<br />

nicos también necesitan a un sustituto instrumental. pero también sienten la necesidad de<br />

sentirse atractivos físicamente, ser el centro de atención y do croor que a ellos también se les<br />

idealiza como pareja. El abandono supone, por tanto, un doble peligro pam los histriónicos,<br />

dobido a que implica una separación y un comentario sobre el hecho do que su poder atrae·<br />

tivo es insuficiente. También podríamos incluir aquf a los evnadores. ya quo necesitan<br />

una pareja que ostó dispuesta a enfrontarse al mundo en el caso do que ellos sientan ver·<br />

güenza. o se sientan defectuosos e incapaces.<br />

<strong>En</strong> cuanto al segundo criterio diagnóstico, los dependientes, histriónicos. narcisistas<br />

y negativistas tienen una gran tendencia a idealizar los encuentros románticos. Es: muy pro·<br />

bable quo los narcisistas. en concreto, devalúen a quionos dojon do admirar porque de algún<br />

modo retienen su «potencial» narcisista. Los dependientes e hístnonícos suelen tennr un<br />

sentido do) sí mismo poco desarrollado, y las personalidades histriónico, narcisista y no·<br />

ga1ivista tienen un sentido dol sf mismo muy inestable, el torcer criterio do) lfmile. <strong>La</strong>s<br />

personalidades narctslsta. histriónica y negntivistn también tienen una gran tendencia a ex·<br />

perirnenta.r cambios del estado de ánimo que van de un extremo al otro, incluyendo <strong>La</strong> ira.<br />

<strong>La</strong>s personalidades narcisista e histriónica más patológicas también suelen tener sentimienlos<br />

cróaicos de vacío. Por último. las personalidades límite, esquizotfpica y paranoide<br />

muestran temores paranoides. y las personalidades límite e histriónico son propensas u los<br />

episodios disoctetivos. El mayor solapamiento se produce con la personalidad autodestructiva<br />

del DSM-111-R (Gunderson el al .. 1995), tal vez debido o que su caos interpersonal y su<br />

comportamiento autodestructívo sientan las bases para que los límite tengan grandes probabilidades<br />

de tener experiencias dolorosas y sentimiento de fracaso.<br />

Sin embargo, también se pueden establecer contrastes con muchos de estos mismos<br />

con.structos. El trastorno de pensamiento regresivo del límite e meoudo recuerda a lo personalidad<br />

esquízctípica, pero el límite es conocido por su estado de ánimo inestable y por estar<br />

asociado a In depruslón; en cambio, ol csquizoUpioo no. Además, ol Umito S-O desorganíza<br />

en cuanto a los temas interpersonales se refiere. mientras que el pensamiento esquízottplco<br />

suele ser excéntrico en casi todos los ámbitos. Los episodios psicóticos transit.orios del<br />

lí.mite son, por tanto. más reactivos a la naturaleza externa do los acontecimientos. Ambos.<br />

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530<br />

<strong>Trastornos</strong> de ta ptrsonalidad en la vida modt~<br />

los Hmite y los hístrtéutcos. son lábiles desde el punte de vista emocial y buscan captar la<br />

atención de los demás. Ambos Lieodon a sexualizar las relaciones interpersonales, aunque el<br />

límite suele expresar ira con más facílidad. así como sentimientos do vacío y soledad, al con·<br />

trario de lo que ocurre con el histrión.ico. qua suelo reprimir estas emociones. Tanto la porsonaJidad<br />

límite como la paranoide manifiestan temores paranoides, pero on los paranoides<br />

dejan una huella más rígida y. como consecuencia, quieren quo se los doje solos. <strong>En</strong> cambio,<br />

los limito so muestran lábiles y llenos de temores cuando se quedan solos. Es más, los límite<br />

son con frecuencia abiertamente autodestructivos y, en ocasiones, se acusan e sí mismos.<br />

mientras que los paranoides acusan a los demás. Los limite y los antisociales pueden<br />

ser impulsivos en un sentido autolesivo. No obstante. los antisociales carecen de remordímientas<br />

por sus actuaciones y buscan la gratificación impulsiva como un fin en sí mismo. <strong>La</strong><br />

impulsividad en la personalidad límite, sin embargo, se suele utilizar para apaciguar sentí·<br />

minntos do vado y poca valía personal. Por último. los Umite y los dependientes temen el<br />

abandono. Sin embargo, los dependientes reaccionan a las amenazas de separación vol·<br />

viéndose más sumisos y congraciadores, mientras que los límite reaccionan con exigencias<br />

íracundes para coaccionar a los demás con el fin do obtener cuidados y cariño.<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

Cada trastorno de la per.,onalidad presenta un patrón de vulnerabilidades del Eje 1 que<br />

parte de la lógica del propio constructo. <strong>De</strong>bido o que la personalidad límHe del OSM se<br />

ha defmido a partir de síntomas y do rasgos. gran parta de su eelacíon con al Eje I ye so ha<br />

comentado implícitamente. Dado que es habitual que distorsionon el significado do los<br />

acontecimientos luterpersonales y provoquen caos y discordia en sus relaciones con regularidad.<br />

los límite suelen vivir en un estado de ansiedad constante y dlfusa, l..a percepción<br />

de pérdida del apoyo o de abandono puede dar lugar a una crisís de angustia, ocompru1ada<br />

en algunos casos de síntomas disociativos o ideación paranoide. Cuando se tranquilizan<br />

porque sus vínculos son seguros. es probable que los síntomas remitan. Los síntomas dísociativos<br />

pueden ser especialmente prominentes en mujeres con importantes antecedentes<br />

da abuso (Calletly, 1997). A medida que vaya leyendo los siguientes párrafos, trate de<br />

identificar la relación entre personalidad y síntoma.<br />

<strong>De</strong>presión<br />

<strong>La</strong> depresión y la personalidad limito están tan asocíadas que muchos autores consideran<br />

qua la depresión es una consecuencia del estilo de vida; por ello. afirman qne los Iímite<br />

lienen una predíspostcíón bioíi'sico para los episodios depresivos y sitúan el trastorno en<br />

el espectro afectivo (Akiskal, 1981). Con independencia del valor do asta hipótesis, los límite<br />

suelen presentar una combinación de depresión, irritabilidad y hosdlldad. junto a diversos<br />

síntomas físícos. Además, presentan una baja autoestima. acentuada por un sentido<br />

de inutilidad y un yo débil, junto a sentimientos generalizados de ineficacia e indefensión.<br />

Experimentan intensa culpa y autocondena al alejar do sus vidas a los demás, por lo gene·<br />

ral tras intentar controlarles con hostilidad. <strong>En</strong> un intento patológico por asegurar estas sgítadas<br />

relaciones. utilizan la automutilación para apaciguar las introyoccionos perversas<br />

(Benjamín. 1996). aunque también como antídoto contra la inminente disociación, como un<br />

medio de mostrar que «algo es real».<br />

Otros trastornos<br />

También se presentan otros trastornos del Eje I junto a la personalidad límite. Los todividuos<br />

con prominentes rasgos dependientes o histriónicos presentan especialmente sín-<br />

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Capítulo 14, PttSOnaltd&d límite<br />

531<br />

tomas somdtícos. Éstos constituyen una exigencia objetiva del apoyo que tanto necesitan,<br />

de manera que consiguen establecer relaciones más próximas con sus cuidadcees al tiempo<br />

que reducen las amenazas de abandono y exigen competencia. <strong>La</strong>s familias caóticas de<br />

los límite proporcionan modelos para el abuso do sustancias (Foldman et al., 1095), y el<br />

abuso do sustancias en los progeniloros es un factor de riesgo para que se desarrolle una pa·<br />

tología límite en los hijos (Guu:!er et al., 1996). Se pueden consumir numeroses sustancias<br />

do forma recreattva cuando se está con colegas o compañeros, o como forma de eutomedícación<br />

para afrontar la ansiedad o depresión persistentes. El abuso es más frecuente en individuos<br />

con rasgos antisociales. Además. ol abuso do sustancias os prodictor de un Irastcruo<br />

l(mite más grave, de un incremento de pensamientos y comportamientos autodestructivos<br />

y suicidas. y de un curso clínico más desfavorable (Links el al., 1995), Por último. los<br />

trastornos límite de la personalidad suelen diagnosticarse en sujetos con trastornos de la<br />

conducta alimentaria (Kemberg. 1995; Ste.iger et al .. 1996) o asociados a características es·<br />

pecíficas de dísfunclén familiar (Waller, 1994), y se ha observado que predicen la preocupación<br />

por el peso (Claridge el al., 1998).<br />

I TERAPIA<br />

Los límite son pacientes especialmente diftciles. Los terapeutas expertos pueden explícar<br />

numerosas anécdotas acerca de las personalidades límite que les han causado lnfinilos<br />

problemas, Dob.ido a quo estos pacientes suelen parecer más sanos a primera vista de lo que<br />

realmente están, la terapia se centra en un aspecto aparentemente simple, y se complica<br />

cada voz más con el paso del tiempo. <strong>En</strong> realidad. el mero hecho de establecer una alianza<br />

resulta extruordinariumente complicado. Una gran proporción de pacientes abandonan la<br />

terapia. y dan como explknción los muchos problemas que han tenido con el terapeuta, que<br />

acaba siendo devaluado como tantas otras personas. Es posible que los que consiguen con·<br />

Unuar necesiten repelidas bospitaliz.aciones si manifiestan intensos impulsos suicidas o de<br />

automutilación. También es cierto que la patología límite tiene un gradiente, y que el trabajo<br />

con los pacientes menos graves suele ser muy gratificante. Muchas de estas personas tienen<br />

habilidades socíalos muy desarrolladas, así como una motivación intrínseca para con·<br />

trolar los impulsos opuestos o problemáticos. <strong>La</strong> eficacia de la terapia se reíleja en los largos<br />

periodos en que se conducen de formo productiva, y existe una armonía interpersonaJ<br />

en la vida del paciente. lo cual pennile al terapeuta conseguir los objetivos terapéuticos con<br />

más fucilidad.<br />

Trampas terapéuticas<br />

Uno do los principios terapéuticos fundamentales sostiene que las patologías ínterporsooales<br />

se vuelven a recuperar en fa propia rotación terapéutica. Para la personalidad Iímíle,<br />

esto implica unas elevadas expectativas de cuidados por parte del terapeuta, seguidas<br />

inevitablemente de percepciones dístorslonadas do la relación terapéutica y de periodos de<br />

ira intensa y manipuleción. Además da Ideullzer al terapeuta. para luego devaluarlo, ostos<br />

pacientes también proñeren amenazas de suicidio en la terapia y, algunas veces. frecuentes<br />

y repetidas automutilacionos. prueba ffsica clara do la ps:icopatología. Los clínicos que tratan<br />

a pacientes límite deben controlar cuidadosamente sus respuestas de contratransferencia<br />

para mantener un grado sano de desvinculadóo en la reloción terapéutica, teniendo en<br />

cuenta la mastabiltdad emocional a la que se ve sometida cada sesión. <strong>De</strong> hecho, muchos<br />

profesionales se ven obligados a limitar el número de pacientes lfmile (¡UA visitan a la voz.<br />

Da no sor así, el riesgo terapéutico de «quemar» al terapeuta es muy elevado si éste teme<br />

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C3pitulo 14. ~rSOnalidad lfmitt<br />

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o<br />

sea más cómoda. permitiéndole que haga sugerencias sobre qué asuntos se tratan en la terapia<br />

y a qué ritmo. Por úJtimo, Pratzer señala la utílid.ad de los enfoques conductustes con·<br />

cratcs. Corno no tienen una identidad clara, a muchos pacientes los resulta complicado es·<br />

teblecer objetivos y mantener las prioridades de una semana a otra. Si hay objotivos ooncretos<br />

y espectñcos, el progreso es más tangible y más fácil de medir. Además. el paciente no<br />

nacos ita revelar sus pensamientos y sentimientos persona los antes do que se establezca una<br />

buena confianza. y el éxito inicial proporciona motivación para continuar la terapia. Es re·<br />

comondable comentar con frecuencia los ohjotivos para conseguir quo los pacientes sigan<br />

centrados.<br />

Los pensadores psicodinámicos están do acuerdo on que os necesarlo modificar la<br />

técnico clásica para evitar que el paciente límite baga regrosiones al ambiento desesrructurado<br />

del que parle. Sin embargo. algunos defienden la terapia do apoyo, y otros, la terapia<br />

expresiva. Dado que el ICmita presenta debilidad del yo y el terapeuta actúa como auxiliar<br />

del yo para el paciente, la terapia do apoyo parece ser lógica. Sin embargo, para Kernberg<br />

(1985a) la terapia de apoyo puede perpetuar la patología al permitir la satisfacción ilimita·<br />

da de las necesidades patológicas del limito; en concreto, la necesidad de expresar ira hacia<br />

Ios primeros cuidadores. que ahora estén representados por ol t.era.peut.a. <strong>La</strong> límite no es una<br />

patologta de la debilidad del yo, sino una patologfo do las relaciones objetales. Además,<br />

Kornborg propone que la confrontación puede ser terapéutica si está dirigida a su tendencia<br />

a alternar entro la idealización y la devaluación. <strong>La</strong> confrontación no connota hostilidad,<br />

sino que tan sólo es u.n intento por parto del torapcuta de llamar la atención sobre la larga<br />

lista de manífestaclones discrepantes que realizan los límite en terapia. y sobro la falta de<br />

preocupacién quo muestran cuando lo hacen.<br />

Ast, si la persona límite dice que un amante abusivo es perfecto. el terapeuta debe decir:<br />

«Estoy confundido. Me dijo que la persona amada abusaba físicamente de usted. ¿Significa<br />

que eso es un novio perfecto?». <strong>En</strong> la confrontación. el terapeuta funciona como un<br />

yo maduro que se observa a sí mismo y quo busca la coherencia de las impresiones y del<br />

comportamiento. Al hacer este tipo de preguntas. además de sentar las bases para la introspección.<br />

es necesario que el paciente integre Jas representaciones objetales disociadas del<br />

sí mismo y do los demás en compuestos más realistas: así se establecen fronteras más sólidas<br />

entre el paciente y las personas significativas, y se aporta una mayor cohesión al sí<br />

mismo, con lo que disminuye la difusión do la identidad. El tratamiento de los problemas<br />

de transferencia inicial permite establecer posteriormente una percepción más realista de<br />

la terapia, y así se puede establecer una verdadera alianza que no se base en las fantasías<br />

de los objetos.<br />

Otros autores opinan que la oonfrontación y la interpretación simplemente consiguen<br />

instigar al paciente, que entonces deja la terapia, Por ejemplo, desde la perspectiva de Adler<br />

(1985), el Límite padece una falta de íntroyeccícnes de sustentación complacientes. Dadas<br />

<strong>La</strong>s distorsiones e las que están sujetos, los lfmitA son incapaces de apreciar al terapeuta<br />

como a un individuo aparte, verdadoramonte intorcso.do por el bienestar de su paciente.<br />

Como el paciente en esta etapa sólo puado relacionarse con sus proyecciones, es imposible<br />

lograr una verdadera alianza. Si se proporciona un apoyo coherente, el individuo podrá<br />

internelizar las cualidades do sustentación complacientes de la relación terapéutica, <strong>En</strong><br />

adelante, el límite podrá entender al terapeuta como una persona real. Irónicamente, los da·<br />

tos disponibles (Wallersteín, 1966) parecen sugerir que la confrontacíón y la terapia do apoyo<br />

coustnuyen extremos dicotómicos. Ceda una do ellas funciona en pacientes diferentes,<br />

y es probable quo ambas sean necesarias en momentos distintos con el mismo paciente.<br />

Muchos terapoutas han recurrido a formas alternativas de terapia para los pacientes<br />

con trastomo ltmíta do la personalidad. Por ejemplo. Bockían (2002) ha utilizado la enseñanza<br />

do la relajación a estos pacientes. asf como la terapia de las artes expresiva.s y la te-<br />

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536<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

rapia musica) como estrategias terapéuticas complementarias. Estas alternativas son efíceces<br />

para aliviar la sintomatología depresiva y ansiosa. <strong>La</strong>s técnicas de relajación pueden utilizarse<br />

para permitir que ol individuo consiga una sensación de calmo y control en su vida<br />

cotidiana. El objetivo es fortalecer Jo capacidad de rolajaci.ón del límite. con Lo que se con·<br />

sigue templar los estados de ansiedad. El resultado deseado de la terapia de artes plásticas<br />

=danea, música, terapia artística o psicodrama- as minimizar los sentimientos de consciencia<br />

de uno mismo, fomentar la autoexplornción, fortalecer vías alternativas de autoexpresión<br />

y mejorar la percepción de uno mismo. <strong>La</strong> terapia musical. según la Asociación de<br />

Terapia Musical (American Music Therapy Association, AMTA) os adecuada para tratar los<br />

síntomas asociados al abuso sexual, el trastorno por estrés postraumático y o) abuso de<br />

sustancias. experíeucíes a menudo relacionadas oon la personalidad límite (Bockían. 2002).<br />

I RESUMEN<br />

Los límite se caracterizan por sus relaciones inestables y sus reacciones emocionales.<br />

Todo es frenético. caótico e impulsivo. Pasan en cuestión de minutos de la adoración al<br />

odio y, según parece, sin ser provocados. El constructo y el térmínc personalidad límite han<br />

seguido siendo muy controvertidos a lo largo de los años y cada nueva propuesta ha generado<br />

una extensa literatura.<br />

Dada Ia gravedad del trastorno, es difícil imaginar una variante normal del límite, pero<br />

aun as! existe. Oldham y Morris (1995) describen el estilo voluble, personas que siempre dobcn<br />

tener una relación apasionada, que necesitan urgentemeute la proxinúdad y que presentan<br />

un lipo de vida semejante a subirse a una montaña rusa, y que por lo general procesan<br />

la vida a nivel emocional en lugar de lógico. Normalizando los criterios del DSM--rv se<br />

consigue una variante más normaJ: personas muy sensibles a todo Jo que pueda afectar a sus<br />

relaciones o buscadores de sensaciones que aumenten la riqueza de sus vidas en lugar de<br />

destruirlas.<br />

El límite se solapa con muchos otros estilos de personalidad y tiene algunas variantes interesantes.<br />

El límite desanimado es una combinación do la personalidad dependiente y evítadora<br />

que suele un.irse a una o dos personas signi(icat:ivas. El límite impulsivo es una cornbinación<br />

de rasgos histriónicos y nnttsocíales, y a menudo se convierte en un extraordinario<br />

hiperactivo conductual. El límite petulante es una combinación de ca.rac..1erísticas negativis·<br />

tus que nunca ve satisfechas sus necesidades o que se siente inseguro en sus vínculos. EJ lí·<br />

mite autodestructivo es una combin.ación de rasgos masoquistas que le llevan a interiorizar<br />

sentimientos destructivos en sf mismo.<br />

Intuitivamente. parece lógico que el límite tenga un temperamento básico de elevada<br />

reactívidad emocional que lo predispone a relaciones intensas y volubles. que acaban dosarrollándose<br />

posteriormente. So ha sugerido el «temperamento ciclotímico» como posible<br />

predisposición biológica para al desarrollo de la personalidad límite. Otros investigadores<br />

han explorado la relación entre la personalidad límite y ciertos neurotransmisores.<br />

Froud identificó a pacientes no psicóticos que no se podían beneficiar de su tipo de terapia.<br />

Stem caracterizó posterionnrmto a este tipo de pacientes como el «grupo límite do las<br />

neurosis». Estos iud.ividuos proyectaban a menudo la ira interna a fuentes externas. Los<br />

anaJístas posteriores creían que la personalidad límite era algo más que una combinación de<br />

neurosis y psicosis. <strong>En</strong> la dé


Capítulo 14. Ptrsonalidad limite<br />

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1<br />

Q<br />

que se facilita la rápida alternancia entre el amor y el odio hacia el mismo objeto. <strong>De</strong>sde esta<br />

formulación. los autores de las relaciones objetalas han dominado el terna de la personalidad<br />

l!mile en los círculos de orientación dinámica, entre los que se encuentran Masterson<br />

y Adlor.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista interpersonal. los límite se caracterizan por sus relaciones tempestuosas<br />

con los demás. <strong>De</strong>stacan la adoración extrema y la conexión emocional intensa<br />

con un compañero, para luego pasar rápidamente al odio y el rosenumíento. Parecen sabo-<br />

100.r sus relaciones con el caos que aportan a todas sus relaciones. Su enorme temor a ser<br />

abandonados distorsíooa la percepción de las acciones y comunicaciones de los demás. <strong>La</strong><br />

depresicn, la ideación suicida y las tentativas de suicidio son una consecuencia natural del<br />

tipo do dinámíca que funciona en estos pacientes. El modelo AECS de Benjamín enumera<br />

cuatro ceracterfstíces que llevan al desarrollo de la personalidad lúnite: caos familiar; aban·<br />

dono traumático; valores íamiliares que impiden le autonomía, las expresiones de felicidad<br />

y los logros. y que fomentan la dependencia y la desgracia, y finalmente, una familia que<br />

ofrece sus cuidados y atenciones sólo cuando el individuo se siente desgraciado.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista cognitivo, los individuos límite son caprichosos. El grado de<br />

variabilidad suele depender de la naturaleza. de sus relaciones y del nivel de estructuración<br />

que se encuentra en las actividades que deben llevar a cabo -es decir, las uniones sólidas<br />

ganaran mejores razonamientos-. Sus cogniciones también se caracterizan por la disocia·<br />

ción en sus representaciones de los objetos. dando lugar con frecuencia a comportamien·<br />

los paradójicos. Tombién presentan un pensamiento diootómico que permite explicar gran<br />

parte de los cambios súbitos en los comportamientos y en la expresión afectiva. Otras carneterfsticos<br />

cognitivas han llevado u que algunos autores relacionen el TEPT con la personalídad<br />

límite.<br />

l..a perspectiva evolutiva y del ueurodesarroUo proporciona una teoría bien desarrollada<br />

de este Upo de pacientes. Llnehan considera que se trata básicamente de un problema de<br />

regulación emocional que les hace vulnerables no sólo a una rápida activación, si.no también<br />

a una recuperación lenta. <strong>De</strong>sde el punto de vista del desarrollo, Liuehan cree que el nh)o<br />

con un «temperamento dífícil» se encuentra en un «ambiente ínvalídantes que le casnga y<br />

le hace sentir trivial por sus emociones: por tanto. no puede aprender a categorízar sus experiencias<br />

de una manera adecuada y no aprende a confiar sus sentimientos. <strong>Millon</strong> señala que<br />

la estructura da las soclededes modernas no permite que los niños cuyos padres no les proporcíonercu<br />

vínculos saludables tengan una «segunda oportunidad» de desarrollarlos. Los<br />

límite no se vinculan a ninguna polaridad. de ahí su profunda ambivalencia y labilidad. <strong>De</strong>sde<br />

esta perspectiva, se ha añrmado que el trastorno límite de la personalidad constituye<br />

una patología relacionada con el grado de integración de la personalidad.<br />

Aunque al principio muchos pacientes límite parecen individuos relativamente sanos.<br />

de repente se vuelven difíciles y complicados de tratar. Suelen recrear sus patronos caoucosen<br />

las relaciones interpersonales con el terapeuta, y tratan constantemente de desbordar<br />

los límites personales de éste. Es necesario que el terapeuta sea consciente de los trastornos<br />

de la personalidad comórbidos y que evite a toda costa los intentos de manipulación del paciente.<br />

Uno de los objeüvos más cruciales de la terapia es serenar las caóticas relaciones del<br />

límite. También debe considerarse el pensamiento dicotómico, aunque ello resulta complicado<br />

debido a su actitud de desconfianza general. Por lo general, se piensa que la terapia<br />

de apoyo sólo sirve para perpetuar la patología, y que una terapia más confrontadora resultaría<br />

más efectiva. Sin embargo. ésta suele incitar al paciente a que deje la terapia. <strong>De</strong> ahí<br />

que la combinación du apoyo coherente para establecer una relación lerapéulk.a y la confrontación<br />

amable, pero sensata, proporcione los mejores resultados.<br />

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CAPÍTULO 15<br />

<strong>Trastornos</strong><br />

de la personalidad<br />

de los apéndices<br />

del DSM-111-R y del DSM-IV<br />

I Objetivos<br />

• Conocer los dos trastornos de la personalidad del apéndice del OSM­111­R que se excluyeron del OSM­IV.<br />

• Saber cuáles son los criterios del DSM·III­R para la personalidad autodestructiva (masoquista).<br />

• <strong>La</strong>s petSOnalidades autosacrificada y complaciente son variantes normales del masoquista. <strong>De</strong>scfibir sus<br />

características y relacionarlas con los criterios más gravtS del DSM­111­R.<br />

• Explicar cómo se combinan los distintos estilos de p(:rsonalidad para formar cada uno de los subtipos de<br />

la personalidad masoquista.<br />

• <strong>De</strong>cidir si podría coosiderarse que la personalidad masoquista es un estilo desadaptativo de respuesta<br />

frente a una inadecuación social extrema.<br />

• los masoquistas comparten características con otros trastornos de la personalidad. Elaborar una relación<br />

de estos trastornos y explicar sus diferencias con el masoquista.<br />

• Explicar los criterios OSM-111-R para la personafidad sádica.<br />

• <strong>La</strong> personalidad controladora es una varianre normal de la personalidad sádica. Oescribirl.a y relacionarla<br />

con los criterios más graves del DSM-111-R.<br />

• Explicar cómo se combinan los distintos estilos de personalidad para form.ar cada uno de los subtipos de<br />

la personalid.ad sádica.<br />

• <strong>La</strong>s personalidades sádicas comparten características con otros trastornos de la personalidad. Elaborar una<br />

relación de estos trastornos y explicar sus diferencias con el sádico.<br />

• Establecer qué dos trastornos de la personalidad aparecen en el apéndice del DSM-IV.<br />

• <strong>De</strong>terminar los criterios DSM-IV para la personalidad depresiva.<br />

• Establecer si pu«le existir una variante: normal de la personalidad depresiva.<br />

538<br />

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• Explicar cómo se combinan los difetentes estilos de personalidad para dar lugar a cada uno de los subtipos<br />

de la personalidad depresiva.<br />

• Explicar si la depresión y la distímia son el mismo trastorno.<br />

• Los depresivos comparten caracteristicas con otros trastornos de la personalidad. Mencionar estos trastornos<br />

y explicar en qut se diferencian del de.presivo.<br />

• Señalar en que se parecen los compulsivos y los negativistas y en qu~ se diferencian.<br />

• <strong>De</strong>terminar los criterios DSM·IV para la personalidad pasivo-agresiva.<br />

• <strong>De</strong>cidir si puede existir una variante normal de la ptrsonalidad negativista.<br />

• Explicar cómo se combinan los diferentes estilos de personalidad para dar lugar a cada uno de los subtipos<br />

de la personalidad negativista.<br />

• Los negativistas comparten características con otros trastornos de la personalidad. Mencionar estos tras·<br />

tomos y explicar en qut se diferencian del negativista.<br />

Cada OSM contiene un apéndice, un lugar donde los trastornos que requieren un estudio<br />

adicional pueden sítuarse aparte de los descritos en el cuerpo principal del texto. Lo ideal<br />

sería que, a medida que se acumulan pruebas empíricas. el estatus de estos trastornos provisionales<br />

se revisara a partir únicamente de los descubrimientos científicos. Estos trastornos<br />

pueden alcanzar el nivel de entidad clínica aceptada o bien ser eliminados del OSM.<br />

Este capítulo incluye cuatro trastornos de la personalidad; dos de olios. aunque aparocon<br />

on el apéndice do la tercera visión revisada del DSM (American Psychiatric As.socistion,<br />

1987) so eliminaron del DSM·IV. aunque más por motivos políticos que cientlficos. A<br />

pesar de su naturaleza oomroverrtde. son ampliamente conocidos entre los clínicos y describen<br />

aspectos do la naturaleza humana que no tienen equivalente con los constructos<br />

que se mantuvieron. Además. la teoría evolutiva predice su existencia.<br />

I PERSONALIDAD AUTODESTRUCTIVA (MASOQUISTA)<br />

<strong>La</strong> vida y& es lo bastante dura do por sr como para ponernos las cosas aún más difíciles.<br />

Sin embargo. algunas personas se ponen obstáculos en el camino de forma deliberada.<br />

parecen soltcítar el sufrimion.to y necesitan fracasar. A este tipo de personas se las denomina<br />

personalidades masoquistas, aunque en el DSM-lll·R recibían el nombre de personalidades<br />

«autodestructivas•. Condenadas a una extraña tendencia a perjudicarse, sueJcn zarpar<br />

con rumbo o las tonnont:as para abocar sobra st mismos contratiempos. pérdidas. frustraciones<br />

y afllcciones. Cuando tienen buena suerte, reaccionan con confusión o malestar, y desaprueban<br />

en secreto que los demás se alegren por ellos. Atribuyen los logros reales A la suerle,<br />

con el propósito específico de evitar la sensación de orgullo. Paradójicamente, pueden<br />

con.tribuir de fonna voluntaria a la consecución de logros por parte de los demás, a. la vez<br />

qua sabotean oon sutileza su avance hacia sus propios objetivos. <strong>En</strong> las relaciones de pareja<br />

suelen descartar a las personas que )es manifiestan una atención genuina porque las<br />

consíderan pesadas o aburridas y. en su lugar. convierten a las parejas normales en perseguidores<br />

y parecen sentirse sutilmente atraídos hacia las personas ínseustbles o incluso sá·<br />

dícas (caso 15·1).<br />

Por tanto, 91 autodostructivo o masoquista es. en esencia, distinto del resto de los trastornos<br />

de lo perscnaltdad. que quieren toncr éxito independientemente del grado de subjetividad<br />

con que lo definan, sino que se vean una y ot.ra vez boicoteados por sus propios<br />

rasgos. Los masoquistas se boicoteen. a menudo cuando están justo al borde del éxito, y están<br />

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540 T rastomos de la jM!rsonalidad en la vida moduna<br />

I CASO 15-1<br />

Trrcsa cntró tn l.a consulta dtf tc,apruta con ojos abatidos. hombros caídos v<br />

CRITERIOS OSt.Mll·R<br />

la cara enrojtcida. como si hubiera estado llorando ttcientement~. Habb<br />

PARA fl. OIAG.~ÓS'l'l·<br />

Aunque sicmpre ha trabajado muy duro. las cosas nunca parettn irle del todo ..<br />

,...,,,¡1ndn )tnA Nlspwsta ira11cibfo y<br />

bit:I\. Va a la universidad. trabaja a j0tn.ada ('On'lpleca y St CJJida dc la casa ; ln~n .q) sionte dC$10ladol .<br />

• . ' (5) Rechft,-,11 ifl1' Ol~'!IIJW.!$ l)I': (lXp('rl<br />

ptto cons,drra que es una incompetente a ptsar del cs.furn:o empicado. mrn1111 ~1tM.t0eión. 0 os retiuinte a<br />

,Todo io que toco se desmorona.• Su rcndimicnto laboral es cxctlcnte. pc,o reconocer qu& &e divierte (a p!Mr d1•<br />

•Olvida, pedir que lt dtn menos trabajo durante los cdmeno de fin de se- ~ tener mu-s.hnl11lic~11k!l


Capítulo 15. <strong>Trastornos</strong> dt la ptrsonalidad de los ap&ldicts dd OSM­111­R y dd OSM­fV 541<br />

t s<br />

;<br />

1<br />

i<br />

1<br />

dispuestos a trabajar duro si es necesario para conseguir que ese boicot sea efectivo. <strong>En</strong><br />

una elaboración perversa de <strong>De</strong>scartes. la máxima del mesoquista es: «Duele, luego existo»<br />

(Shaíness. 1987).<br />

El significado y la aceptación del masoquismo han crecido y palidecido a lo largo de la<br />

Wstoria. Como término, es de invención reciente; fue acuñado en 1896 por el neurólogo alemán<br />

Krafft­Ebing como una perversión sexuaJ para describir a los hombres que eran impotentes<br />

a menos que fueran sometidos a abusos o hwnillaciooes. El concepto de un tipo de<br />

personas que parecen disfrutar del sufrimiento para orientarse en la vida, sin embargo, ha<br />

existido desde hace siglos. <strong>De</strong>sde entonces. el significado del término se ha ampliado para<br />

encajar en ese concepto, de modo que los clínicos contemporáneos. sobre todo los psicodínám.icos,<br />

están tan familiarizados con la personalidad masoquista como con cualquier otra<br />

entidad diagnóstica. <strong>En</strong> 1987 se describió de forma provisional en el apéndice de la tercera<br />

edición revisada del DSM como perso110Jidod outodestructiva.<br />

Fiel a su nombre, el trastorno tropezó con dificultades casi desde su inicio. A pesar<br />

do su origen, el masoquismo se ha definido htstertoemeote como una extensiéu de lo íemenino<br />

y la sumisión. L.a noción clásico psicodioámica es que las personalidades masoquistas<br />

ptO\fOCRH do forma tneonsctente y disfrutan del abuso que reoíben. Los datos empíricos<br />

reñeian que la mayor parte de los casos de violencia doméslíca son cometidos por<br />

hombros. Cuando se [untan estas dos clrcunstanclas, el resultado es una bomba política. Por<br />

esta razón, al menos en parte, el trastorno fue eliminado del DSM-IV. Sio embargo, sigue gozando<br />

de un amplio beneplácito entre los clínicos como un constructo que explica muchas<br />

facetas del compona.miento humano. Además, vsrtos estudios sugieren que es un trastorno<br />

bastante frecuento (Kass, 1987; J. Reich. 1987), y quo su existencia puede predecirse<br />

mediante ol modelo evolutivo.<br />

Como ojomplo do personalidad masoquista, considérese el caso do Teresa. Los comontarlos<br />

do su marido ya permiten establecer ol diagnóstico, agravado por ol hecho de que<br />

son voluntarios. Su marido informa de que Teresa se atormenta a sr misma, que os su estilo<br />

de vida y que «parece vivir para ello» (v. criterio 1). Incluso se apunta a clases que son<br />

demasiado diñciles sin t.encr los prorrequisitos necesarios, con lo que se ve obligada a aban·<br />

donarlas y malgastar su tiempo y esfuerzo. Como la mayor(a de las personalidades maso·<br />

quistas, Teresa rechaza la ayuda que le ofrecen los demás (v. criterio 2). Cuando tiene pro·<br />

blamas con sus clases, su marido so ofrece para oncoutrarle un tutor, pero ella rechaza esa<br />

ayuda con la débil excusa do no querer ser una carga, asegurándose así un mal resultado. Si<br />

lo sucede algo bueno, encuentra una manera de menoscabar sus efectos (v. criterio 3). Por<br />

ejemplo, se niega a celebrar los acontecimientos positivos, o los celebra, pero se niega a disfrutarlos.<br />

Incluso devuelve a las Uendas la muyor parte de sus regalos navideños. Su marido<br />

llega a advertir al terapeuta de que cao permitan que disfrute demasiado: pueden despertar<br />

en ella pensemíentos suicidas». A1.01que se muestra sarcástico, el significado de sus<br />

palabras es claro. Teresa también se castiga por haber sido incapaz de lograr sus objetivos<br />

personales (v. criterio O}. «Todo lo que toco se desmorona», señala. <strong>De</strong> hecho, utiliza el<br />

trabajo para sabotear sus actividades académicas; a su cez, uciliza sus actlvidedes académicas<br />

para sabotear su actividad laboral. Como la mayoría de los masoquistas, también so<br />

autosacrificu en exceso (v. criterio 8). Siempre encuentra tiempo pera enviar tarjetas de íelicitucióo<br />

y para ejercer el voluntariado en la iglesía, y luego se quejo de que nadie parece<br />

quererla como amíge.<br />

Una vez descrito el caso do Teresa, astamos en disposición do abordar las cuestiones<br />

ad icionales que conforman la estructura de este capítulo. <strong>En</strong> primer lugar, compararemos la<br />

normalidad y la patología, y proseguiremos con las variantes del masoquista básico. Estos<br />

apartados fonnan el ntícleo del saber cionlffico en la personalidad. Al intentar explicar Jo<br />

que observamos en los retratos de personalidad como el de Teresa. pretendemos ir más<br />

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542<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la personalidad en la vida modrrna<br />

allé de la anécdota literaria y entrar en el ámbito de la teoría. Como siempre, presentamos<br />

juntas la historia y la descripción, destacando las contribuciones de los autores del pasado.<br />

que tendieron a centrarse en aspectos distintos del trastorne. Más adelante. la sección<br />

«Perspectiva evolutiva y del ueurodesarrollo» muestra cómo la existencia del trastorno de<br />

la personalidad sigue las leyes de la evolución. También se incluye una comparación entre<br />

el masoquista y otros constructos teóricos. y una exposición detallada sobre cómo las personalidades<br />

masoquistas tienden a desarrollar trastornos del Eje l.<br />

<strong>De</strong> la normalidad a la patología<br />

Aunque pueda parecer que encontrar a personas así sea muy poco frecuente, los rasgos<br />

masoquistas son tan ubicuos corno la culpa y. por tanto. fáciles de situar sobre un continuo<br />

con la nonnalidad. <strong>En</strong> su oxpresión normal, estos sujetos pueden considerarse adapta·<br />

ti vos 0 ideales, casi «santos». El estilo de autosacrificio (Oldharn y Morris. 1995) vive para<br />

servir y ser útf l a los demás. Cuando se les permite darse desinteresadamente, todo va<br />

bien. Son personas que siempre ponen a los demás por encima de sf mismos, lo que les perm<br />

ita adquirir u na raputaclén de personas amables, considerndas y caritativas. Siempre<br />

dispuestas a perdonar, creen que la gente debería ser aceptada y apreciada por si misma y<br />

por lo que es, y no juzgada severamente mediante algún estándar extrínseco o legal. Aunque<br />

estos individuos cargan de buen grado con los avatares de la vida de aquellos a quienes<br />

aman, se sienten incómodos cuando reciben alabanzas por sus buenas acciones. ya que creen<br />

que no es necesario ningún agradecimiento o reconocimiento.<br />

Más cerca de la petología, <strong>Millon</strong> et al. (1994) describierou el estilo virtuoso, personas<br />

que por lo general tienen unes capacidades muy superiores 8 las que reivindican pero que.<br />

sin embargo. pre6eren mostrarse respetuosas y modestas. Evitan mostrar sus verdaderos talentos<br />

y capacidades, y en su Lugar se sitúan en ua plano inferior pare evitar cualquier<br />

atisbo de competitividad. <strong>En</strong> ocasiones. parecen animar a los demás a que se aprovechen de<br />

ellos. Aunque históricamente este tipo de rasgos se haya asociado a las mujeres, de hecho<br />

existe la misma probabilidad do que so dé en los hombros [Stone, 1993).<br />

Otra forma de crear un estilo de personalidad masoquista normal es normalizando los<br />

crlterlos


Capítulo 15, lf'3stornos ee la personalidad ee los aJ)(ndffi dtl OSM·lll·R y dtl OSM··IV 543<br />

Variantes de la personalidad masoquista<br />

No toda personalidad masoquista es como la esposa culpable del caso que acabamos<br />

de exponer. <strong>De</strong> hecho, aunque Teresa no cumpla todos los criterios diagnósticos de la personalidad<br />

masoquista. es un tipo puro. en el sentido de que su modelo masoquista básico<br />

no se combina con caracterfstícas de ningún otro trastorno. Sin embargo. los masoquistas<br />

suelen presentar rasgos de otros trastornos de la personalidad. Los estados de ánimo y los<br />

componamíentos resultantes de este tipo de personas matizan el modelo masoquista bási·<br />

ce, y 0510 hecho los hace similares, y a la vez dístintos, a los casos puros como el do Tero·<br />

sa. <strong>En</strong> la figura 15·1 se revisan de forma concisa les variantes de la personalidad masoquista.<br />

Los casos reales pueden o no ajustarse a cada una de estas combtnaclones.<br />

El masoquista que labra su propia ruina<br />

El psicoanálisis clásico considera que el masoquista persigue activa y repetidamente<br />

circunstancias que le conducen al sufrimiento e incluso a la destrucción. Vistas desde fuera.<br />

estas personas parecen sentirse gratificadas por la desgracia, el fracaso o la humilla·<br />

ción. y prefieren ser deshonradas. victímizadas o incluso arruinadas. Impulsadas por una<br />

«neurosis del éxito», wcperimentao los resultados fovombles como generadores de ensieded<br />

y senLimienlos de culpabilidad. en lugar de producírles placer y felicidad.<br />

Más que sufrir con el éxito, los masoquistas que Jabran su propia ruina. buscan el fra.<br />

caso o el castigo invirtiendo suulmente su buena fortu.na. <strong>En</strong> apariencia. so esfuarean para<br />

Virtuoso<br />

("14"'""""'*""<br />

Otgul~mc,,t( ~. se niega a M<br />

*"'° y se autosacriflc¡; asfflit:o:<br />

~ tarPJ ¡>cJaffl " ooniicfcran noó6n.<br />

justas. 1iltnlis1aS: 1M dtffi3s ckbffl rttO!'IOttf<br />

w 1ra1,ac1 v rlddiud: ~ ~tirud<br />

v aprecio por "" a"1uismo y p;t(imcia<br />

..... , ..<br />

(ff1S90$ 11t90(ivístos.l<br />

fllsc;ina y atr:ipa a la gmtt<br />

mostrindost «loso. sobrep,ot«tor<br />

t indispensable; atrapa. 1oma<br />

ti control. t'Onqiuisu. ~a<br />

y domina • los dtllm !Mtlflcálldosc:<br />

ClOfl.ttola ""'9ian.tt la dtptndtnda<br />

obligatoria<br />

AVO<br />

Cfl OEP HST<br />

HAA SlO sn PAII BOl OPR NEG SAO<br />

IAasoquiUo<br />

Out .. bl'. su ~ n,ln, ()pril'l'lldo<br />

(rasgos dt¡,ffldk.ntdJ<br />

("14"'­<br />

St sicntt ~in.16o POI' d o:.it09': (l(Pffl"C"Q Expcri~a ~w. ~ dtffic:ultadts..<br />

IIS '*toriils a p¡¡rtít de las~: se siente a'9,ISl:il. ton,t11Myen~ada<br />

gradfado por tas dtsgrkfas. fracasos. ­ gti,uinas: du tos s«!tOmas par, ~<br />

i,..,milb(iona y '°' wfrimitnt.os l)fflOlliln;<br />

xntimie:ntcs * culpa C'l los dttnts.: eqw$<br />

descarta lo mejor p¡wa ti: ckc::idc (O!Nfflilk d ~ibcranóo cka,gas<br />

ffl vlttima. SO' 6'sg,Klado y ~ yfTSPO"S8bilidadcs aws ~<br />

1'<br />

Figura 15· 1.<br />

Variantes de la personalidad masoquista.<br />

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Capituto 15. Trast0rnos dt la pe:110nalktad ee los afX:ndicc:s del DSM­111­R y del DSM­IV 545<br />

ÉNFASIS EN EL CO~IPORTAMIENTO DE LAS VÍCTIMAS<br />

Psicopatología de las victimos de agresión<br />

• s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

¿CONDUCE lA PASIVIDAD A lA VICTIMIZACIÓN?<br />

El trastorno autodesuuctivo de la peMnalidad (denominado ptrsonolidod mosoquistoen este<br />

texto) ha sido eliminado del OSM­IV como categoria diagnóstica. Esta decisión fue ef resultado de un<br />

considerable debate sobre la viabilidad y utilidad clinica del constructo (Fiester. 1991). <strong>De</strong> hecho,<br />

muchos autores c::on5ideran que e:t trastorno se eliminó básicamente por motivos políticos.<br />

A pesar de la decisión del comité del Eje 11, la personalidad masoquista nene una larga tr'ad1ci6n<br />

cümca que resulta útil para la descripción d,1 comportamiento de ciertos paoentes. Aunque: la pavvidad<br />

baJo condic,onts de amenaza puede ser una respuesta adaptativa, y por tanto no debería serpatologi,ada.<br />

algunas personas parteen manifestar vulnerabilidades que incit¡tn a la agresión por parte<br />

de los demás. Por eJempfo. en ta perspe:ctiva interpersonal el principio de compkmentariedad sosuene<br />

qce la s.umisión susc-1ta la dominación ajena. <strong>En</strong> vez de- ehmmar la personalidad masoquista del<br />

DSM-IV, hubiera sido m~s juicioso mantenerla en el apénd1ct como un trastorno provisional que requiere<br />

estudios posteriores.<br />

¿Cómo surgen tates vulne!'abilidades? Una posibilidad es el abuso en la infancia (Chabrot et al.,<br />

1995). <strong>La</strong> literatura sobre las vi'ttímas infantiles sugiere que los niflos que han sufrido abusos crónicos<br />

por parte de sus c:ampai\eros sufren dfficits de autoestima. Es posible que los nu'\os con una baJa autOt"S1ima<br />

sean incapaces de «defenderse•. o que sea fácil que se tonviertan en el blanco de bromas o<br />

en e:abaas de turco. <strong>De</strong> hecho, la pe:rsecuc:ión crónica por parte de los otros niños durante los afios escotares<br />

se asocia a una gran variedad de problemas adaptativos (Egan y Perry, 1998). Por tJemplo,<br />

vanos tstud,os observan que la sumisión y la debilidad fisica pueden conducir a un incremento sostenido<br />

de: la v1('t1mización (Hodgts et at, 1997; Schwartz et at., 1993).<br />

Egan y Peny (1998) pusie,on a prueba dos hipótesis; en prime, lugar. que la baja autoestima promueve<br />

la vktimi.za


548<br />

T rastomos de la personalidad t'fl la vida modtma<br />

Comparación con otras personalidades afines<br />

Los masoquistas comparten numerosos rasgos con otros trastornos de personalidad.<br />

Tanto los depresivos como los masoquistas viven bajo una pesada carga do culpabilidad y<br />

tteuen una conciencia demasiado autocrüica, Sin embargo, los depresivos so sienten abrumudos<br />

por sus problemas, se resignan a su sufrimiento y suelen contentarse reflexionando<br />

en soledad. Por el contrario, el masoquista requiere un compañero, un perseguidor, y lo<br />

creará siempre que see necesario, exagerando los conflictos humanos normales. atribuyen·<br />

do motivaciones ocultas a los demás y luego reaccionando o bien con indignación -una ca­<br />

ractertsttca qua comparte con ol paranoide (McWilliams,<br />

Vías de expresión de los sin tomas<br />

1994)-, o bien exhibiendo una<br />

autocompasión excesiva. Además. el masoquismo suele ocultar un propósito sádico del que<br />

el depresivo carece: el perseguidor debe ser perseguido por ser un perseguidor. AJ llevar a<br />

la práctica sus conflictos, los masoquistas adquieren una mayor sensación de energía que la<br />

que posee el depresivo lánguido.<br />

Los masoquistas también pueden compararse con las personalidades dependiente.<br />

compulsiva y límite. Tanto el masoquista como el dependiente son sumisos, no competttívos<br />

y so vinculan de forma parasitaria a sus parejas. Sin embargo, los dependientes de·<br />

vuelven el afacto con afecto y se entregan para fortalecer los víncuJos. Por el contrario, los<br />

masoquistas se empeñan en que toda su dedicación sea del dominio público, se centran en<br />

su propia autoccmpasíéu, colocan a los receptores do sus atenciones en el papel do desagradecidos<br />

o consiguen crear una supcrvinculación que no puede ser rechazada. Tanto los masoquistas<br />

oomo los compulsivos presentan intensos sannmientos de culpa subyacentes. Sin<br />

embargo, el masoquista suscita el castigo. mientras que el compulsivo lo teme. Por ültímo,<br />

tanto los masoquistas como los Umilo suelen compartir la t:cndoncia a autolesionarse. Sin<br />

embargo, los masoquistas se autolesíonan para expiar su culpa, mientras que los ltmites lo<br />

hacen más bien para conñrmer su sxístencía y prevenir la pérdida de identidad. Es más. los<br />

Hmlte reaccionan con desesperación (rente a la posibilidad de abandono, mientras que los<br />

masoquistas a veces usan el abandono bien sea para confirmar su poca valía y suscitar la autocompasión.<br />

bien pura mostrar nuevas pruebas de su desgracia a los demás.<br />

<strong>La</strong>s personalidades masoquistas son vulnerables a varios trastornos del Eje l. Como<br />

siempre, es importante recordar que existe una lógica que conecta el patrón do personalidad<br />

con los síndromes del Eje I que se le asocian. Como los depresivos, los masoquistas suelen<br />

experimentar la pesadumbre crónica de la distimia. Tras un rechazo, estos scnt.imiontos<br />

pueden intensificarse hasta dar Jugar a una doprosión mayor para, posteriormente, volver<br />

a sumergirse bajo las tormentosas características de su personalidad.<br />

<strong>En</strong> parte. pueden utilizar la deprnsión de forma Instrumental para obtener la compasión<br />

de los demás, sobre todo cuando es posible atribuirla a 1 as esperanzas frustradas y al<br />

autosacri.Ocio trágico. Hasta el masoquista virtuoso. cuya formación reactiva cubre el sufrímiento<br />

bajo el manto de la honradez, so deshincha a veces ante le visión de un mundo en el<br />

que los castigos quo aplica la vida son inlrínsecemente crueles e insólitos. Estos sentímientes<br />

depresivos llegan a veces a mezclarse con una ansiedad difusa.<br />

Como el dependiente y el depresivo. el masoquista es sumamente vulnerable al míedo<br />

a la pérdida y el abandono. Sobre todo en los casos en que dependen do un único compañero<br />

o cuidador pan la supervivencia básica, es probable que teman que el autosacrifício<br />

desesperado no sea suficiente para protegerlos contra la pérdida personal. <strong>En</strong> estas condícienes<br />

también pueden producirse estados de pánico, sobre todo cuando estan on peligro<br />

los vínculos necesarios para mantener su estabilidad.<br />

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Por último. los masoquistas pueden utilizar síntomas físicos y enfermedades que caroccn<br />

de una causa médica adecuada con el fin de provocar la compasión de los demás. fortalecer<br />

vinculaciones inestables, reducir las crítícas y la hostilidad. afinar la venganza sádica<br />

haciendo más íufeltces a sus cuidadores o incluso para aplacar sus propios sentimientos<br />

de culpa mediante una autoflagelación simbólica .<br />

•<br />

I PERSONALIDAD SADICA<br />

Cuando la mayoría de nosotros oímos hablar del sadismo. pensamos o bien en un psicópata<br />

violento, o bien en el empleo de la dominación y o] dolor para acentuar el placer<br />

sexual. Pero hay una diferencia entre el comportamiento sádico y una perSOnalidad sádíca.<br />

Aunque los psicópatas pueden ser instrumentalmente agresivos y hostiles, basta llegar al<br />

asesinato. el comportamiento se convierte en sádico sólo cuando el conocimiento de que<br />

los otros sufren proporciona placer individual. Sólo cuando infligir dolor psicológico o fí.<br />

sico so convierto en el principio do organización vital, el individuo presenta una personalidad<br />

sádica. Por ejemplo. el asalto cometido durante un robo es una cosa: torturar a alguien<br />

sin rozón aparente es otra muy distinta. Por tanto, la intencionalidad es fundamental en la<br />

definición del constructo.<br />

Como en el caso del masoquismo, la aceptación de una personaltdad sádica ha predominado<br />

y ha disminuido a lo largo de la historio. Krafft-Ebing acuñé el término sadismo<br />

(1667, 1937) eo respuesta a los trabajos del famoso autor francés. el marqués do Sads, que<br />

obtenía placer sexual dominando a los demás y causéndoles dolor. Kraffi-Ebing definió el<br />

sadismo como «la experimentación de sensaciones sexuales agradables (incluido el orgasmo)<br />

producida por actos de crueldad. castigo corporal. Infltgidos por propte mano u observados<br />

en otros. ya sean animales o seres humanos» (1937; pág. 80). Además, sostenla que<br />

«el deseo innato de humillar y provocar dolor> (pág. 82) era característico de todos los seres<br />

humanos. A.I añrmer que los orígenes do.l sadismo se extendían más allá do Jo mernmcnte<br />

sexual, Kra.fft-Ebing sólo reconocía lo que los seres humanos han sabido durante siglos.<br />

que existe lWO cierta clase do personas para quienes la capacidad do infligir agresivamente<br />

sufrimiento pstcolégíco y Físico no es el modio hacia un fin. sino un fin en sí mismo.<br />

Aunque la personalidad sadtca es roconociblo a lo largo de la historia. y en In sociedad<br />

contemporánea, sólo aparece en el apéndice de la tercera edición revisada del DSM. publicada<br />

en 1987. como un trastorno de la personalidad províslonal que requiere estudio posterior.<br />

<strong>La</strong> intención era describir un patrón duradero y desadaptalivo de comportamiento<br />

cruel, humi11anto y agresivo. observado por lo general en ámbitos forenses. y distinto de<br />

otros trastornos de la personalidad (Ficster y Gay, 1991). en particular del antisocial. <strong>La</strong>·<br />

mentablemente. el trastorno no so mantuvo en el OSM-JV. <strong>En</strong> parte se eliminó debido a preocupacíones<br />

cíenttñcas, como la tasa relativamente baja de prevalencia del trastorno en muchos<br />

ámbitos. Sin embargo, también babia motivos políticos. <strong>La</strong>s personalidades sádicas<br />

físicamente abusivas son en su mayor parte hombres. y so pensó que un dtagnésttcc de<br />

0s10 tipo podría tener el efecto paradójico de eximir legalmente el compcrtamiento cruel.<br />

Como introducción a la personalidad sédlce, cousldérese el caso do Chuck (caso 15·2).<br />

Al igual que muchas personalidades sádicas, Chuck ha encontrado su lugar gracias a un trabajo<br />

que le permite hacer la vida difícil e los demás. Si consigue iníl igir algún sufrimiento<br />

gratuito a lo largo del dla. Chuck dirá que sólo es parte de su trabajo. Oe hecho. os bueno<br />

en su labor profesional, lo cual sin duda le propon::ionó su puesto do supervisor en la pri·<br />

mera ocasión. Precisamente ése es el problema. A todo el muodo lo gustaría que ol trabajo<br />

fuera divertido, pero Chuck encuentra gratificación en su trabajo do un modo patológico<br />

(v. criterio 4). Consigue una «gran satisfacción» cuando íntlmida a los demás para que paguen.<br />

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550 Tr-astornos ee la pcrSOna1idad en la vida modtma<br />

I CASO 15­2<br />

Ch11Ck es un suptMSOf de nivel mcdtO de una agencia de cobre de deudis.<br />

CRfl"ERIOS IJSJ\Mll·K<br />

b bueno e:f'I IO que nace y disfrt1tl ton w trabajo. AcOOt a lm.,tQrnn.,· 11wñtulo•:;.<br />

lfa,M "'Ion.a: Mr1J1111>n, 1!Nlfl.<br />

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Capitulo 15. lrastornos de la pe,sooalldad de los apénditts del OSM·lll·R y del OSM·IV 551<br />

casi como si fuera un asunto personal (v. criterio 6). Como otras personalidades sádicas,<br />

intimida a los demás paro que hagan lo que él quiere. Por ejemplo. a veces «pasa visitas a<br />

clientes que no son lo bastante respetuosos. Y lo que es peor, míents sobro los límites lega·<br />

los de su papel (v. criterio 5), aterroriza a las personas diciéndolos que puede echarlos de<br />

casa si no pagan. Si no ceden. sigoe volviendo y contando los dtas para mantener la presión.<br />

<strong>En</strong> uoa ocasión intimidó tanto a una mujer, que escapó al otro extremo del país para alejarse<br />

de él. una historia que relata con gran sansfaccíón.<br />

<strong>La</strong> dominación agresiva parece ser la única estrategia interpersonal do Chuck. Es una<br />

persona físicamente amenazadora y. según su propio criterio, con éxito. aunquo su estratogia<br />

haya comenzado a sentar mal en la oficina. Presiona a sus subordinados de la misma<br />

manora que presiona a los deudores. Si alguien escapa a su dtsclpline. no llama a aquella<br />

persona aparte a su oficina y Ie expllca por qué su comportamiento es orróuco. Monta un es·<br />

pectáculo público de intimidación, humillación y devaluación de la persona delante de<br />

los otros trabajadores (v. criterio 2). Todos deben saber que ~1 es el jefe. que 61 establece las<br />

reglas. Nadie gandulea a su alrededor, porque él no lo tolera. lmpono una dura disciplina<br />

(v. criterio 3) y elimina a los presuntos gandules encontrando una excusa para despedirlos.<br />

<strong>La</strong> agresión es una parte tan importante de Chuck que incluso disfruta estudiando instrumen\os<br />

de agresión y libros sobro la guerra (v. criterio 8).<br />

Dada la descripción de Chuck. estamos en disposición de abordar las cuestiones edíciooales<br />

que conforman la estructura de esto apartado. <strong>En</strong> primer lugar. compararemos la<br />

normalidad y la patología, y seguiremos con las variant.es sobre el prototipo sádico. También<br />

revisaremos las hipótesis evolutivas, pero hay quo tAne:r en cuenta que en la actualidad<br />

son provisionales para todos los trastornos do personalidad. A continuación. en el apartado<br />

«Perspectiva evoluríva y dol naurcdasarrollo» mostraremos cómo la existencia de este<br />

trastorne de la personalidad sigue las leyes de la evolución. También se incluye una comparación<br />

entre el sádico y otros trastornos de la personalidad y une exposición sobre In<br />

forma en que les personalidades sádicas tienden a desarrollar trastornos del Eje l.<br />

<strong>De</strong> la normalidad a la patología<br />

El sédtco os difícil de encontrar en la vida cotidiana si se piensa en él como un vampiro<br />

que se alimenta del sufrimiento ajeno. Sin embargo. los rasgos y comportamtentos sadícos<br />

so dan con frecuencia. Por ejemplo, las bromas se disfm:tan como diversiones lnoceutes,<br />

pero a menudo pretenden avergonzar. poner en un aprieto y ridiculizar. También se observan<br />

rasgos sádicos que oscilan dentro de un rango normal. Por ejemplo. <strong>Millon</strong> et al.<br />

(1994) describen el estilo controlador, persones que disfruten del poder do dirigir o inti·<br />

mídar, de suscitar obediencia y respeto. Duros y poco dados al scntimcnt.aJismo. se oonvíerten<br />

cu líderes eficaces fijando tareas y coaccionando a sus subordinados para que dosempeñon<br />

bien las funciones asignadas. También obtienen satisfacción de dictar y manipular las<br />

vidas de quienes les rodean.<br />

<strong>En</strong> los casos en los que la crueldad se expresa más mediante abuso emocional que ÍÍ·<br />

sico, muchas personalidades sádicas son capaces de racionalizar sus acciones para poner·<br />

se a sí mismos en una posición favorable. Por ejemplo, aunque los demás los vean como irnpulsivamente<br />

agresivos y obstinados, los sádicos pueden verse a sí mismos como enérgicos,<br />

asertivos y realistas. Lo que es dominación o lnsenaíbíttdad para los demás. es competitividad<br />

y carencia de sentimentaUsmo para el sádico. que considera que la amabilidad es una<br />

debilidad. Al normalizar sus características patológicas, las personalidades sádicos real·<br />

zan su propia imagen de fortaleza, poder y rotundidad.<br />

Muchos encuentran su lugar en roles en que es preciso ser précucc y poco sentimental.<br />

<strong>En</strong>tre los estereotipos sádicos que suelen cruzar el límite entre la normalidad y la palo·<br />

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552<br />

<strong>Trastornos</strong> de ta personalidad en f.a vida moderna<br />

logia se incluyen el padrastro dísciphnano. que es tan estricto qua oprime y asfixia; el pre·<br />

dicador puritano, cuyos encendidos sermones sobre el fuego del infierno pretenden de forma<br />

deliberada obligar a su rebaño a seguir el camino de la rectitud; el policía autoritario,<br />

que se regodea con su placa mientras pone une multa; el pequeño burócrata. cuyo laberinto<br />

de normas y su detallismo inducen la ideación suicida. y la madre «machucoaa», a la que<br />

lo encanta hacer sentir culpables a sus hijos por los sacri..ficios que ha hecho por el1os<br />

(L..oary, 1957). Todos los casos coinciden en obtener una salisfncc:i6n perversa haciendo que<br />

el otro se sienta «'mal», impotente o avergonzado.<br />

Aunque el nombre sea casi una contradicción. un estilo de personalidad sádico también<br />

puede desarrollarse normalízando los criterios diagnósticos del DSM·lfi·R. <strong>En</strong> el tras·<br />

tomo de la personalidad. 01 sujeto establece el dominio mediante la crueldad física o la violencia<br />

(v. criterio 1), mientras que en el estilo se limita a utilizar una presencia física imponente<br />

para obtener respeto en las íutaraccíones interpersonales. F.1 individuo con el tras·<br />

torno humHla y rebaja e los demés en público (v. criterio 2). mientras que la persona con el<br />

estilo simplemente disfruta de dar una imagen de fuerza y la mantiene como parte de la<br />

imagen de sí misma. Qu.ien padece el trastorno ejerce u.na discipJina in usualmente severa<br />

sobre los que están bajo su control (v. criterio 3), mientras que el individuo con el estilo<br />

ejerce la autoridad pero no es autoritario. <strong>En</strong> el trastorno, la persona encuentra placer en al<br />

sufrimiento ajeno en sí (v. criterio 4). mientras que en el estilo sólo se siente satisfecha<br />

cuando el castigo ha sido administrado y se ha hecho justicia. <strong>La</strong> persona con el trastorno<br />

miente para innigir dolor o perjuicio (v. criterio S); quien presenta el estilo no lo hace,<br />

pero no vacila en reírse cuando otros caen en la trampa de su propio engaño. <strong>En</strong> el trastorno<br />

la persona obligan actuar a los demás mediante la inlimidación (v. criterio 6); en el estilo,<br />

utiliza su posición de poder para obtener un bien mayor. Quien presenta el trastorno<br />

restringe la libertad de los que se encuentran dentro de su esfera de influencia (v. criterio 7),<br />

mientras quo en el estilo el individuo crea reglas y espera que se sigan. aunque dentro de<br />

unos límites razonables. <strong>La</strong> persona con el trastorno se siente fascinada por los instrumentos<br />

utilizados para la agresión o por los resultados de ésta, miontras que la persona con el<br />

estilo simplemente admira el potencial do la fuerza y sus sfmho1os para suscitar respeto.<br />

Al aplicar cada uno de estos contrastes a} caso do Check, vemos que él se sitúa hacia el extreroo<br />

patológico.<br />

Variantes de la personalidad sádica<br />

No todas las personalidades sádicas son como Chuck, el cobrador de deudas. Cbuck<br />

cumple la mayoría de los criterios diagnósticos de la persoaalidad sádica. pero no todos.<br />

Otros sádicos combinan los criterios de diferentes maneras. en entornos distintos y con una<br />

biografía diferente. Muchos tendrán características de personalidad secundarias que se<br />

combinarán con el patrón principal. Algunas de estas combinaciones se describen sucinta·<br />

mente en la figura 15·2. Los casos reales pueden o no encajar en alguna de estas combinaciones.<br />

El sádico explosivo<br />

<strong>La</strong> mayor parto do las personas tinndou a mostrarse agresivos u hcsttles de forme gradual.<br />

Por el contrario, los sádicos explosivos so distinguen por repentinas explosiones de<br />

rubia incontrolable, que suelen expresar contra los miembros de su propia familia, ya que los<br />

ven como «dianas u objetivos seguros». El sádico explosivo parece afrontar los acontecímientas<br />

de forma competente basta alcanzar un umbral desconocido, después del cuaJ<br />

reaccionan instantáneamente con un desafio abusivo y posible violencia física. A diferencia de<br />

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Capétulo 15. <strong>Trastornos</strong> de la pt'.l'SOl'lalidad ee los apéndices dtl OSM·lll·R y dd OSM·fV 553<br />

­<br />

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r._""""""'I<br />

Tlrifflt'O<br />

(f'059"4 ntgtt1ivisr0$)<br />

l~uro. falso y poco fiable.~: DisfM1 1mcnaz11ncto y cmbrutc:dc:ncto<br />

d donwllo v la C'fVdclad $Ol'I oonv.fdbicos:<br />

.i los dtffli1. abl9inóolcs • ~C't5C<br />

dt:bilidad con1.r11m.1ada po, d apoyo<br />

y~:~lm


554<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vida moderna<br />

no es sólo causar terror. sino también impresiona.rala audiencia por su poder total y sin<br />

restricciones. Muchos de ellos exageran ínrencíonadamente su comportamiento hosco. Aunque<br />

estas personas sean en muchos sentidos la forma más pura del sádico psicópata. también<br />

presentan camcterísticas de las personalidades negativista o paranoide.<br />

El sádico que hace cumplir las normas<br />

Cada sociedad otorga a ciertos agentes el poder de hacer cumplir sus reglas para proteger<br />

el bion común. <strong>En</strong> el mejor de los casos. estas personas son conscientes del peso de<br />

su misión y equilibran las necesidades sociales e individuales, lienen en cuenta los ate·<br />

nnantcs y juzgan desapasionadamente las intenciones y los efectos antes de emitir un ven.l


Capftvto 15. Trast0


556<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la '-lida modema<br />

sus hijos. Es más, mediante su comportamienl'o duro o tucousíderedo muestran a sus hijos<br />

un modelo a imitar y aprueban de forma impücita que el niño manifieste conductas similares<br />

siempre que sienta ira o Irustrecíén.<br />

Los sádicos hocen grandes esfuerzos para denigrar cualquier valor que represente lo<br />

que ellos no recibieron durante la infancia. Los futuros sádicos sostienen que la ún.ica verdadera<br />

filosofía en la vida es la que consiste en guiarse por vivir el momento, descargar los<br />

sentimientos hostiles y desconfiar de la denominada ebuena voluntad» de los demás.<br />

Aunque la calidez y la sensibilidad son aspectos que se dan con frecuencia en la mayoría<br />

de los encuentros íntimos. los futuros sádicos consideran estos encuentros como<br />

probables preludios de posteriores humillaciones y del control absoluto sobre ellos por parte<br />

de otra persona. Como consecuencia, el sádico siempre desconña y do-sea mantener el<br />

control sobre las nuevas relaciones.<br />

<strong>La</strong> tabla 15-2 resume la personalidad sádica basándose en ocho ámbitos clínicos. A<br />

continuación se examinan las diferencias con otros constructos teóricos. seguidas de una<br />

breve descrtpclon de sus vulnerabilidades en el Eje l.<br />

Diferencias can otras personalidades afines<br />

<strong>La</strong> personalidad sádica comparte rasgos principales coa otros trastornos de la persona·<br />

lidad. Los negativistas y las personalidades sádicas comparten un intenso resentimiento y<br />

una ira que a menudo conducen a la abierta hostilidad. Nunca olvidan los agravios pasados.<br />

Además, por la forma en que frustran y obstruyen a los demás. los negativistas suelen parocer<br />

sádicos encubiertos.<br />

Sin embargo. o diferencia del sádico. los negarívtstas se sienten profundamente ambivalentes<br />

sobre las cuestiones de amor y lealtad. Buscan lo fusíón con el otro y se muestran<br />

agresivos on respuesta a la decopcién, ya que sienten que su valioso ofrecimiento ha sido<br />

dado por sentado o, lo que os peor, descartado a favor da otro. Sin embargo, los negativíslns<br />

mantienen una cíerta fe en quo la vida pueda cambiar. que la existencia gratificante no<br />

es imposible. Si pudieran asegurar el afecto, todo seria perdonado. Por esta razón, dudan<br />

entre la agresión encubierta y Ia utilidad genuina, lo que a menudo les hace parecer erráticos<br />

desde el punto de vista emocional. Por el contrario, los sádicos sienten una Inclinacióo<br />

infernal a infligir dolor a los demás, a arruinar sus vidas, a conseguir que se arrodillcn<br />

ante su control absoluto. Su mantra es «Domina o serás dominado». Los negativistas<br />

reaccionan frente a un sentimiento de pérdida de lo que podrían haber sido; los sádicos<br />

sienten que el dolor ajeno es su beneficio.<br />

<strong>La</strong>s personalidades sádicas y anttsociales son indiferentes a los derechos de los demás<br />

y suelen utilizar la agresión do forma instrumental, poro con intenciones diferentes.<br />

El sádico utiliza Ja agresión para garantizar el dominio y quiero que los otros se sientan in·<br />

tirnidados y sepan que éí es la fuente de su sufrimiento. Por el contrario, los antisociales<br />

pueden ser codiciosos y avaros. pero su satisfacción reside en el tener. <strong>La</strong> agresión es el medio<br />

para conseguir un fío, y no un fin en sr mismo, como en el caso del sádico. Es más,<br />

muchos antisociales son capaces da retrasar la s.aUsfacción, como por ejemplo al estafar a<br />

los demás. Los sádicos suolon sor más directos. Su satisfacción consiste en que los otros<br />

sepan que sou controlados y fwalmente se resignen a su posición de debilidad.<br />

<strong>La</strong> personeltded sádica también compar1.e rasgos importantes con otros patrones. Por<br />

ejemplo. tanto las personalidades sádicas como las paranoides esperan recibir hostilidad de<br />

su entorno social en tal medida que en ocasiones bullen con una hostiUdad apenas ccntenida.<br />

Además, ambas proyectan sus impulsos agresivos e lnterpretau los mensajes ambiguos<br />

como beligerantes o insultantes, y ambas valoran la autonomía y al realismo sobre todo, si<br />

bien la visión del mundo del paranoide está sumamente distorsionada. Sin embargo, míen-<br />

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CapituJo 15. <strong>Trastornos</strong> de: la l)('fSOnalidad de: los aptndkts dt:1 OSM·lll·R y dt:1 OSM·IV 557<br />

Tabla 15-2. <strong>La</strong> personalidad sádica: ámbitos funcionales y estructurales<br />

Comportami,ento<br />

~iYO<br />

Prestnta una disposición a r


558<br />

T~stomos de la personalidad en la vida moderna<br />

Vías para la expresión de las síntomas<br />

<strong>La</strong>s personalidades sádicas son vulnerables a varios trastornos del Eje l. Como siempre,<br />

es importante recordar que existe una lógica que conecta el patrón de personalidad con los<br />

síndromos del Eje I que padece. Los síntomas suelen aparecer cuando la eficacia de la<br />

agresión de los sádicos o su posición de dominio se ven amenazados. Los trastornos do ansiedad<br />

pueden reflejar el miedo a las represalias o a la venganza, legal o no. Dado que los s.1-<br />

dtcos vigilan la indefensión ajena como indicadora de omnipotencia, pueden oxpcrimentar<br />

sentimientos de inutilídad y depresión si el sujeto oprimido consigue resistirse a su crueldad.<br />

Los sádícos también son vulnerables al abuso de sustancias, por lo general con el fin<br />

de aumentar la confianza en sí mismos, recuperar una sensación de energía o aliviar las molestas<br />

dudas sobre sí mismos. l.os sédicos explosivos puodon abusar del alcohol para afrontar<br />

los sentimientos de culpa.<br />

Dado que los sédicos ven la agresión como la principal motivación humana. y por<br />

tanto esperan recibir de los demás contraataques hostiles. en ocasiones desarrollan temores<br />

paranoides clínicamente significativos que van y vienen, en función de su confianz.u y las<br />

circunstancias. Por ejemplo. Chuck cree que su evaluación negativa es una estrategia para<br />

evitar que ocupe el cargo de su supervisor. Por último, los sádicos que se ven obligados a<br />

aislarse socialmente, aquellos cuyo poder y autoridad son revocados repentinamente, suolen<br />

desarrollar ideas delirantes. por lo general de contenido paranoide o persecutorio.<br />

I PERSONALIDAD DEPRESIVA<br />

Do una manera casi imperceptible al principio, poro cada voz más intensa, la persona<br />

comienza a sentirse triste, vacía o irritable. <strong>La</strong>s cosas que solían fascinarle dejan de parecerlo<br />

interesantes de forma progresiva. Sus aficiones. sus pasatiempos favoritos. incluso ol<br />

hecho de pasar tiompo con las personas a las que quiero. dejan da ser actividades agradables<br />

y llagan incluso a hacerse pesadas. ¡¡¡ día está presidido por sentimientos de apeue. cansancio,<br />

fetíge o abetimíentc por la vida. Sus movimientos y procesos mentales parecen funcionar<br />

a cámara lenta, y los pensamientos están tan enJentecidos que parecen melaza. Resulta<br />

difícil concentrarse. Los problemas que antes solían resolverse con facilidad son Insalvables.<br />

Uno puede pasarse horas preocupado por la duda de si las cosas votvoran algón día a<br />

la normalidad. A la persona le cuesta dormirse por la noche o se despierta demasiado pronto<br />

por la mañana: incluso es posible que parezco que duerma todo el tiempo: o bien numenta<br />

de peso o bien se queda tan inmersa en sus cavilaciones que so olvida de comer. EJ suje·<br />

to se siente excesivamente inútil o culpable, más de lo que corrosponde a las circunstancias.<br />

Todos estos s(ntomas están asociados a la depresión mayor, un trastorno del Eje l.<br />

<strong>En</strong> cambio, existen personas para quienes la depresión os algo más quo un síntoma.<br />

Aunque se sienten tristes y culpables. su estado emocional os consecuencia de una matriz<br />

entera de características intensas y duraderas. <strong>En</strong> un constante astado de abatimiento y tris·<br />

toza, so consideran ínadecuedas o inúttles, no dejan ele censurarse por cualquier Calla írrclova.nte<br />

y tienden a culpabilfaarse cuando las cosas van mal. Su pesimismo generalizad.o les<br />

lleva a imaginarse lo peor, y creen que la vida les irá siempre mal y nunca mejorará. Pasan<br />

sus dtns caviJando y preocupándose. obviando las cosas positivas y resaltando las negauvas.<br />

<strong>De</strong>sbordados por los sonlimientos da culpabilidad, desean que la vida sea díforente,<br />

poro en lugar de tomar la iniciativa, se reprenden por las oportunidades perdidas y se<br />

sienten completamente impotentes para cambiar su futuro. Estos individuos pueden estar<br />

verdaderamente deprimidos, pero su depresión es el resultado de una forma do pensar. sen·<br />

tir y percibir; en definitiva, de una personalidad depresiva.<br />

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Capítulo 15. T,astornos dt: la pt'.rSOnalidad de los apéndictS dt'.I OSM .. lll-R y d,1 OSM·IV<br />

559<br />

Considérese a Evan. nuestro siguiente caso (caso 15·3). Evan ha vuelto a llevar a cabo<br />

un intento terapéutico. aunque no es la persona más optimista del mundo. Ni siquiera entiendo<br />

para qué so molesta. A partir del comentario que hace acerca de sus cinco intentos<br />

antorioros ya se vi.slumbra qué espera esta vez. do manera quo doja patento el pesimismo característico<br />

de su manera de ver las cosas (v. criterio 6). Por un lado. critica a sus terapeu·<br />

tas anteriores por no haber sido atentos con ól. para acusarse luego diciendo: «Si yo fuera<br />

I CASO 15­3<br />

i<br />

o<br />

•Ni siqui,,a sé para ql't me molt'.Sto-, dict fval\ otlt inl('tltaclo ha«r t"1pia l.Kl'l'tJUUS D$1iM\I<br />

,n erece ocasionies, t)o('ro ning,.ma ha fuM:iOtlado. Hada m, funciona. Yo no +9 PARA f'.I. OIAGN"ÓS'1100<br />

eonwguia m,jorar y <br />

mn, 5' pasa om C'I"' a, .... o. .,... 'l;iotH",•v y uh ,u, pa ,,..,..,s como -.icpn· ft •<br />

mtnt'9, Qnútilo y •dcstSl)f:rarwdo,. Da la impttSión gtAC"ral dt que kta C'S la ~ "m~. .<br />

VI tima Yt'.I qut ~ d¡Sl)uC'StO a ll'ltcn.tar cambiar algo. "'V ( 1) F.I ~l.t~l1) d11:\ni11101Jal,itu.:1J 1~á<br />

~id ido pc,r 11imthm,•111C)II de .iOO·<br />

~o C\ltnta con l'IÍl'l,ún tipo~' apovo social. lit~ alguno_s ~idos tn la 1¡ mlenro, triti,•M, dio" di•pn"..\i,·tJ, ma,·tireir. y 110<br />

Evan C'S ti m('flor ck el.litro httmanos. v se llt"Ya nu""' año~ con ti mh pró·<br />

1111 t'xphq11, nwjor p por mi .. <strong>En</strong> la actualidad. tsté •dtseontttado• dt su fa·<br />

13111'",Ñ


560<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pe:rsonalidad en la vida mod,rna<br />

otra persona, tampoco me gustaría como soy». Cualquiera puede darse cuenta de que es<br />

muy raro que cinco terapeutas seguidos no le prestaran la «suficiente atención». <strong>En</strong> primer<br />

lugar, Evan exagera lo negativo, y luego hace une atribución global. como si asestase un<br />

doble golpe contra sí mismo (v. criterio 3). <strong>En</strong> vez de centrarse de una manera realista en<br />

lo positivo y negativo de sr mismo, considera que todo es negativo en él, y da a entender que<br />

nunca podrá gustar a los demás y que tampoco será interesante para nadie. A continuación.<br />

asegura que su vida no es adecuada y que esto es por culpa suya. No debe sorprender que<br />

Evan no esté entusiasmado con el trabajo, tal como pone de manifiesto.<br />

El pesimismo y una de imagen do sí mismo de inadecuación e inutilidad son sólo dos<br />

do los problemas de la matriz de la personalidad do Evan. Por la noche, en lugar de dormir<br />

cavila, dando vueltas constantes a sus problemas (v. critorio 4). Su estado de ánimo habitual<br />

está presidido por las palabras que utiliza pare transmitir su visión do la vida (v. criterio 1).<br />

Todo es «doprimento•. «inútil» y «desesperado», y todavía peor, Evan no tiene ningún tipo<br />

de apoyo social; no tiono amigos. tan sólo conocidos. Para los demás, «el mundo os una<br />

aventura», pero para él es «amenazador, solitario y decepcionante». <strong>La</strong> gente se espanta,<br />

afirma. porque «pueden senttr, incluso oler. que no estoy bien, que no be cumpltdo las expectativas<br />

que debería». Se encierra en st mismo porque se siente culpable por no haber<br />

cumplido las expectativas, y cuando se encuentra entre los demás, sus limitaciones se hecon<br />

muy patentes. Puesto que su cuadro se presenta con un excesivo sentimiento de culpabilidad<br />

{v. criterio 7), se siente tan patético que no es digno de tener amigos. y lo único<br />

quo se merece es la soledad y la desesperanza.<br />

A partir del cuadro de Even, podemos abordar otros aspectos que configuran la es·<br />

tructura do esta sección. <strong>En</strong> primer Lugar. comparamos la normalidad y la patología. y luogo<br />

oos centramos en las variantes del prototipo depresivo. A continuación, el apartado<br />

«Perspectiva evolutiva y del neurodesarrollo» muestra cómo la existencia de esto trastorno<br />

de la personalidad sigue las lcyos de la evolución. También so compara el trastorno depresívo<br />

con otros constructos derivados de la teoría y se hace una breve exposición sobre la<br />

tendencia de las personalidades depresivas a presentar trastornos del Eje J.<br />

<strong>De</strong> la normalidad a la patología<br />

A partir de una versión menos grave de los criterios diagnósticos descritos en el OSM-lV<br />

pueden desarrol larse características do un estilo do personalidad depresivo en el intervalo<br />

do la normalidad. Mientras que el estado de antmo habitual en el trastorno deprosivo de la<br />

personalidad es do tristeza y abatimiento (v. criterio 1). en el estilo de personalidad es más<br />

el reflejo do los aspectos negativos del sí mismo y de la situacióo, aunque no de UJ1a manera<br />

tan intensa como para que no puedan sentir placer. Si bien el individuo con el trastorno<br />

presenta sentimientos da ínoompetencie. inutilidad y baja autoestima {v. criterio 2). los individuos<br />

con el estilo son más conscientes de su posición con respecto a otras personas semejantes.<br />

pero son capaces de tomar Iníciatlvas constructivas cuando es necesario. MiP.Jl·<br />

tras que en el trastorno el Individuo es demasiado crítico consigo mismo (v. criterio 3), en<br />

el estilo es consciente de los aspectos positivos y negativos de sf mismo, aunque Lionda a<br />

centrarse en los negativos. <strong>En</strong> el trastorno. el individuo cavila y tiende a preocuparse por<br />

todo (v. criterio 4), pero en ol estilo se toma su tiempo para pensar las cosas desde una perspectiva<br />

realista. Mientras que en el trastorno la persona en ocasiones critica en exceso y lleva<br />

la contraria a los demás {v. criterio 5), en el estilo se altera con aquellos que necesitan<br />

exagerar Jo bueno a expensas de lo realista o con las personas que no tienen en cuenta<br />

las consecuencias de sus propios actos sobre los demás. Si bien en el trastorno el individuo<br />

os pesimista (v. critorio 6), en el estilo es realista y atribuye a lo negativo su justo<br />

valor. <strong>En</strong> el trastorno. el Indivtduc tienda a sentirse demasiado culpable o arrepentido<br />

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tapitulo 15. Trutornos dt la perSOnalidad de los apéndit"ts dd OSM-111-A y dd OSM-IV 561<br />

(v. criterio 7), mientras que en el estilo presenta un umbral muy bajo para excusarse por su<br />

conducta, aunque no está obsesionado por los fracasos o fallos percibidos. E'n todas las<br />

comparaciones anteriores. Evan se aproxima más al extremo más patológico.<br />

Variantes de la personalidad depresiva<br />

No todas las personalidades depresivas son como Evan. El depresivo suelo presentar<br />

ca.ructeri'sticas de otros trastornos de la personalidad. Los estados afectivos y las actuadones<br />

de estos individuos dan un matiz diferente aJ prototipo depresivo que les hoce semejantes.<br />

y aun así diferentes. a casos como el de Evan. <strong>En</strong> la figu.ra 15-3 se revisan de manera<br />

concisa los subtipos de la personalidad depresiva. Los casos reales pueden aiustarse o no a<br />

alguna de estas combinaciones.<br />

El depresivo molhumorodo<br />

Como combinación do las personalidades depresiva y nogativist.a, ol subtipo malhumora.do<br />

presenta un descontento «avinagrado», una andanada constante do quejas o irritabilidad<br />

crónica. Son frecuentes los preocupaciones hipocondríacas. Exteriorizan los conflictos y los<br />

sent..iruientos ambivalentes mediante la amargura y el resentimiento por una parte, y e través<br />

de períodos de autocrítica y culpabilidad por otra. No parecen contentos con nada y vacilan<br />

entre atormentarse o llevar la contraria a los demás, insistiendo ea que escuchen sus quejes.<br />

Cuando los demás reaccionan haciendo hincapié en que debe abandonar su desesperanza<br />

lnquitto<br />

{msgostvl,..,.,.,)<br />

Autodt:Seillific:ador<br />

(ro,tJOSdep


562<br />

trastornos de la pe,sonalidad in la vida modtma<br />

melancóHca. es muy probable que ol upo malhumorado agobie todavía más a los otros con<br />

sus propios sentimientos negativos. <strong>En</strong> algunos casos. durante períodos limitados estas personas<br />

presentan agitación, se retuercen las manos y caminan de aqur para allá. <strong>En</strong> ocasiones<br />

presentan síntomas depresivos hostiles, Jomentan su estado penoso y exigen que se preste<br />

atención a sus múltiples enfermedades, dolores e incapacidades f1sicas. Como Kretsc:hmer<br />

(1925) los describió, parecen fríos y egoístas. ímtebles y crfticos; se regocijan ante los fracasos<br />

de los demás y nunca les desean las recompenses y los logros de la vida.<br />

El depresivo de buen tono<br />

Como combinación do patrones depresivos e histriónicos o narcisistas, para el depresivo<br />

de buen tono el sufrimiento os algo noble. Tanto Schnoider (1923/1950) como Kraepelin<br />

(1921) indicaron la tendencia do ciertos su [eros depresivos a manifestar vanidad y<br />

buen tono. f\ juicio de estos individuos, sólo las personas con una sensibilidad especial son<br />

capaces do llegar a sentir con esa profundidad y conciencia do uno mismo. Al convertir el<br />

dolor en un objeto de contemplación, encuentran un refugio filosófico que les permite<br />

conseguir un estatus social del que carecen otros tipos de depresivos. Algunos se preocupan<br />

por la estética, una manera de vestirse y de vivir que proporcioaa carácter a su estado de<br />

ánimo de infelicidad. Mediante el uso de un lenguaje moderno y la lectura de autores van·<br />

guerdtstes. crean una imagen de sufrimiento agudo y de conocimientos para llamar la<br />

atención y suscitar lu admiración de los demás. AJ adoptar modos de desencanto que son<br />

populares. se reafirman como componentes de un subgrupo «a la moda», donde eJ aisla·<br />

miento de la corriente principal siempre es el tema recurrente.<br />

El depresivo outodescolificador<br />

Esta variante do la personalidad depresiva se asemeja al carácter depresivo-mnsoqulsta<br />

(Kernborg. 1988). E.o;tos individuos prosontan una extraordinaria cu1pabiJidad qua ocultan<br />

bajo la superficie, junto a la necesidad de descargarla de macera eutopunltive. Cuando<br />

surgen problemas con los Oll'OS, la anticipación del a.ba.ndono provoca que admitun ebierlamento<br />

sus debilidades y se censuren a sí mismos para desviar la crítica por parte de los<br />

demás, asegurarse su apoyo y conseguir una seosacióa de seguridad.<br />

<strong>La</strong> pérdida real de un sustituto instrumental o de una persona significativa casi siempre<br />

propicia una severa descalificación de sí mismos. El resentimiento y la hostilidad, que pueden<br />

provocar un abandono real, se interiorizan y transforman en críticas hacia \OlO mismo. o se<br />

contrarrestan con verbaJi:zaciones de arrepentimiento. Aunquo esta maniobra. disminuye el<br />

sentimiento de propia valía de) individuo. al monos mitiga la ira de los demás y I~ incita á res·<br />

pondcr de manera que el sujeto se sienta valorado y amado. Esta actitud acaba encubriendo los<br />

sentimientos de hostilidad y los resentimientos, puesto que el dascaliñcarse a uno mismo hace<br />

que los demás carguen con la responsabilidad de responder y les hace sentir culpables.<br />

El depresivo mórbido<br />

Como com.binación del patrón depresivo y del dependiente. el depresivo mórbido prosanta<br />

una profunda parálisis depresiva que con frecuencia se suele mezclar con las depresiones<br />

clínicas del Eje l. Los depresivos mórbidos presentan claras señalas do tristeza y aba·<br />

limiento profundos. Se van hundiendo, escapando do la mirada de los demás y sostenjendo<br />

la cabeza entre las manos como si pesara demasiado. Muchos pierden peso y parecen<br />

demacrados y consumidos; se despiertan tras dormir poco co.n pensamientos opresivos y<br />

sionten un temor creciente ante el nuevo día.<br />

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capítulo 15. Tt.momos de: la s,trsonalidad de: los apéndices de:1 OSM-111-R y de:I OSM-IV 563<br />

Tienen un vago temor a un desastre inminente y experimentan sentimientos de desamparo,<br />

un sentimiento de culpabilidad generalizado y resignación voluntaria a su desesperanza.<br />

Su intonso sentimiento do lncompetencla personal les hace incapaces de afrontar sus<br />

problemas. una consecuencia do sus características dupendíentes. Cuando no so encuentran<br />

en una fase profunda de desánimo, manifiestan un notable desprecio hacia sí mismos, degradan<br />

todo lo relacionado con olios y sólo son capaces do ver lo peor que han hocho en su<br />

vida. Al-rapados on un pesimismo obsesivo e inexorable. afirma.o que las cosas sólo pueden<br />

empeorar y que nunca conseguirán mejorar. Se ven a sí mismos como inútiles. condenados<br />

a sufrir durante el resto de sus vidas como víctimas del destino y do su propia indo·<br />

fonsión. Evan. nuestro vendedor do vídeos. presenta muchas de estas características.<br />

El depresivo inquieto<br />

Como combinación de les personalidades depresiva y evitadora, los depresivos in·<br />

quietos presentan angustia y agitación. Cuando piensan en los problemas que les han<br />

causado los demás. su descontento les perturba aunque no lo expresan abiertamente. Este<br />

tipo de depresivos contíeneo su irritabilidad Intertortzéndola. con el conetguieate desaliento<br />

y abominación de sí mismos. Son nerviosos. írrttables y distraídos. y manifiestan<br />

una secuencia de estados do ánimo frágihts. por lo general de poca duración e lntensidad.<br />

Incapaces do comprender sus sentimientos con claridad, sus actos autodestrucrívos pueden<br />

expresarse directamente mediante el suicidio o do forma indirecta mediante el abuso<br />

de alcohol o de drogas. Como no esperan que nada en la vida sea gratificante, se sienten<br />

obllgados a expresar esta visión profundamente pesimista tanto de la vida como de ellos<br />

mismos. Al sentirse derrotados y desamparados. muchos de estos depresivos llegan a la<br />

conclusión de que deben librarse del inevitable sufrimiento de su dolorosa existencia. El<br />

sulctdio se convierte en lo actuación definitiva que demuestra que son capaces, de hecho.<br />

de controlar sus vidas.<br />

1<br />

ÉNFASIS EN LA INVESTIGACIÓN<br />

¿Personulidad depresiva o distimia?<br />

t<br />

5<br />

1<br />

1<br />

'<br />

1<br />

~<br />

!<br />

o<br />

¿SON LOS TÉRMINOS •OISTIMIA• Y ,PERSONALIDAD DEPRESIVA, SINÓNIMOS?<br />

<strong>En</strong> e:I OSM~IV la personalidad depresiva no se h.a cla.s,ficado con los otros trastornos dc:I EJe 11.<br />

sino que: aparece en el apéndice como un trastorno propuesto para estudios pestedores. <strong>La</strong> personalidad<br />

dcpre:siva es controvertida. cn parte. porque: su adecuada ubicación en cl sistema multiaxial resulta<br />

incierta. Algunos autort'S sugieren que debería c:onsiderat'Se una variante caracterológica de la<br />

depresión. Se: postula que cl pesimismo v una disposición tcmperamen1a1 a estados afectivos negativos<br />

pueden crear una vulnerabilidad a la depresión como trastorno del estado de: animo. Otros autores<br />

afirman que la personalldad depresiva es redundante:. ya que 1an sólo es el reflejo de la inñuencia<br />

de: una depresión de: base: tan duradera y generalizada que sus síntomas se han cristalizado como<br />

rasgos y características, Una de: las objc.cionc:s más frecuentes es qut existe un solapamiento entre la<br />

pusonahdad depresiva v la dist,mia, v otra es que no se aprecia fa utilidad clínica del nuevo constructo<br />

(Sherman, 1995).<br />

Los resultados de los estudios de campo de 105 trastornos del c.stado de animo (M. Kellc:r et al.,<br />

1996) han contribuido en gran medida a esclarecer esta controversia. Aunque los sujetos con un d1a9­<br />

(contml.lOJ<br />

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564<br />

<strong>Trastornos</strong> de la personalidad en la vk'la moderna<br />

ÉNFASIS EN LA INVESTIGACIÓN (continuación)<br />

nóstico de distimia coincidian con los diagnosticados de ptrsonalidad depresiva, muchos distimkos no<br />

cumplian criterios para la personalidad depresiva. Por tanto, el solapamiento no era completo. <strong>En</strong> realidad.<br />

la proporción de individuos con un trastorno depresivo de la persooaudad que nunca habian<br />

c,,mphdo criterios para la distimia era elevada (Shea y Hi'hfeld, 1996), lo cual apoyaba Claramente<br />

que la personalidad depresiva describe un área de funcionamiento que no puede expticarse tan sólo<br />

por la drstimia.<br />

Ademas. una dimens.ón de personahdad descrita como afectividad negativa Ireuecen. 1985; D.<br />

Watson v Tellegen, 1985} abarca muchas de las experiencias de las personas diagnosticad.as de perso ..<br />

nalidad depresiva. <strong>De</strong>nominada también neuroticismo, la afectividad negativa hace referencia a una<br />

tendencia persstente hacia las experiencias negativas, a saber, tristeza. nerviosismo. estrés. un umbral<br />

bajo para enfadarse o irritar~. preocupaciones excesivas y problemas de conctntración. El obtener<br />

puntuaciones elevadas en esta dimensión refleja una repercusión negativa de estos factores en el<br />

bienestar subJetivo (OeNe:ve y Cooper, 1998). <strong>En</strong> conjunto, los estudios de campo, junto con los estudios<br />

que emplean medidas de afectividad negativa y neuroticismo, apuntan hacia una distinción clave:<br />

la predisposición a exp('fimcntar estados emocionales I\Cgativos debe separarse de tos propios estados<br />

emocionales. El primero es un trastorno del Eje 11; el segundo pertenece a1 Eje l.<br />

Perspectiva evolutiva y del neurodesarrollo<br />

<strong>De</strong>sde una perspectiva biológica, es probable qua los factores genéticos y los perfiles de<br />

neurotransmisores heredados puedan desempeñar un papel en el desarrollo y mentenimiento<br />

de la personalidad depresiva, aunque es necesario llevar a cabo más ínvesUgacíones<br />

para poder entender la forma compleja en que éstos Interactúan con las experiencias vita·<br />

les. <strong>La</strong> perspectiva psicodinámica ofrece la noción de que se produce un empobrecimiento<br />

del ego que conduce a la melancolía. Estos individuos se representan a sí mismos como<br />

inútiles. incapaces de conseguir ningún logro. y merecedores de castigo y rocha.zo. Los teóricos<br />

de las relaciones objetales ponen de relieve que, en el depresivo. las cuestiones do<br />

autocrítica y vulnerabilidad van ligadas a la pérdida de objetos (on las relaciones objetsles).<br />

Los conocidos escritos de Bowlby sobro la vinculación (p. ej., Bowlby. 1969) también han<br />

arrojado luz sobre cómo se desarrolla el depresivo. <strong>La</strong> perspectiva interpersonal defiende<br />

que perciben correctamente que los demás les rechazan. pero no reconocen cómo sus comportamíentos<br />

causan que los demás se aparten de su camino. El estilo interpersonal de los<br />

doprosivos conduce a sentlmientos de inadecuación y poca valío y perpetúa estos sentímientes.<br />

<strong>De</strong>sde el punto de vista cognitivo. los depresivos son pesimistas en todos los ambites<br />

de sus vidas. Beck et al. (1990) proponen que la Indefensión y la desesperanza constituyen<br />

lo base de la personalidad depresiva y matizan no sólo la percepción do nuevos es·<br />

límulos. sino también la recuperación de recuerdos.<br />

<strong>En</strong> el modelo ovolutivo [<strong>Millon</strong>. 1990; MU Ion y Davis, 1996), la personalidad depresiva<br />

se conoce como el patrón pasivo con dificultades para el placer. <strong>La</strong>s características in·<br />

cluyon tristeza. pesimismo, incapacidad para experimentar placer y enlentecimiento psicomotor.<br />

Junto con una historia de pérdidas significativas. existe un sentimiento do randicíén,<br />

de aceptar la desesperanza, de resignarse a una vida angustiada llena de desdicha y autocrítíea<br />

en la que la realización personal ya no es posible.<br />

<strong>La</strong> tendencia a experimentar una vida con sintomatología depresiva no es necesaria·<br />

mento desadaptauva en tocios sus aspectos. Estas propensiones indican que existo una ha·<br />

hilidad para comunicar lo indefensión y la dependencia que suscita los cuidados y la ateo-<br />

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566<br />

Tras tornos d, l.a perSOnalidad en la vida moderna<br />

bros de su sexo. Prevén desinterés y desprecio por parte de los demás, pero no pueden recluírse<br />

en sus hogares en busca do aceptación y comprensión. Se minusvaloran as( mismos<br />

y esperan ser más devaluados todavía por todos los segmentos do su mundo social y, como<br />

consecuencia, no tienen tendencia a aventurarse en las relaciones interpersonales con sus<br />

compañeros porque temen ser objeto de más al ienacíón y ridiculización por parto de ellos,<br />

<strong>La</strong> faJta de confianza en sí mismos y en lo que suscitan en el ámbito interpersonal refuerza<br />

aún más la creencia de que son personas sin atractivo que \1811 a ser objeto de más hum.illacíonos<br />

por parte de los demás.<br />

Los jóvenes con tendencia a la depresión no sólo se permiten tener pocos placeres,<br />

sino que también son autopunitivos y sádicos consigo mismos. Au.nque mirar en su interior<br />

les ocasiona cada voz un malestar más profundo, siguen considerando que la realidad del<br />

yo es despreciable y condenable. Vayan donde vayan. el desprecio hacia sí mismos es inherente<br />

y omnipresente, y condona su existencia. El resultado de esta introspección altera su<br />

cohesión y deja al descubierto un estado psíquico frágil que produce una serie de sentimientos<br />

crónicos. experiencias y relaciones de naturaleza depresógena.<br />

A diferencia del evítador, que busca desesperadamente evitar sentimientos dolorosos<br />

de vergiienza y humillación, los depresivos aceptan con pasividad que su visión da lascosas<br />

es inevitable. Al igual que ocurre con la personalidad masoquista, los depresívos parocen<br />

desear e) sufrimiento, tal vez un sufrimiento mayor del que [usríñca su biografía, circunstancias<br />

o fracases personales reales. Exageran su desgracia. magnifican las imperfecciones<br />

y se acusan a sí mismos para profundizar y regodearse en su propia miseria, mientras<br />

consiguen suscitar la empaUa de los demás. <strong>De</strong> forma gradual, su vida se va reduciendo a la<br />

nada. A conUnuación compararemos y contrastaremos la depresión con construct.os de la<br />

personalidad similares. <strong>La</strong> tabla 15-3 ofrece una visión del patrón depresivo global.<br />

Diferencias con a tras personalidades afines<br />

El depresivo comparte rasgos básicos con otros patrones. <strong>La</strong>s personalidades esquizoide,<br />

evit.adora y depresiva parecen socialmente aisladas e incapaces de experimentar placer en la<br />

vida. Sin embargo, los esquizoídes son incapaces de experimentar cualquier emoción significativa.<br />

<strong>En</strong> consecuencia, parecen aislados porque carecen do los sentimientos afectivos neeesarros<br />

para el vínculo social. Por el contrario, los depresivos se sienten muy angustiados. Aunque<br />

son claramente infelices, entienden el concepto de felicidad. mientras que el esqulzolde<br />

no puede. Además, en el caso de los depresivos, aunque se aparten de la vida social, se relacionan,<br />

lo cual significa qua son, han sido o serán capaces do apreciar detenninadas relaciones.<br />

Los eviludores y los depresivos presentan sentlmleutos de vergüenza, fijada en sus propios<br />

fracasos, y algunas voces se encierran en sí mismos y se aíslan del mundo. Sin embargo,<br />

los evttadores d9S98o desesperadamente relacionarse. aunqueadoptao la perspectiva de<br />

los demás al considerarse a sí mismos intrínsecamente defectuosos. <strong>En</strong> cambio. los depresivos<br />

se rinden y aceptan su desdichado estado como inevitable e irreversible. Se aíslan<br />

porque carecen de la energía suficiente para las interacciones sociales o porque desean os·<br />

tara solas en su desdicha.<br />

El dopre:sivo comparto rasgos con las personalidades masoquista. oegativista y límite.<br />

El depresivo y e) masoquista son tan similares que algunos autores se refieren a la constelación<br />

denominada cardctor depresivo­masoquista (Kornberg, 1988). Ambos comparten un<br />

descontento manifiesto. Sin embargo, los depresivos so diferencian por su desesperanza y<br />

aislamiento social. mientras que los masoquistas. aunque son claramente infelices. participan<br />

en su entorno y crean situaciones que les conducirán al fracaso o al sufrimiento.<br />

El depresivo y el negativista comparten su pesimismo, sus sentimientos de desgracia<br />

personal y la sensación do ser incomprendidos y minusvalorados. pero por diferentes ra-<br />

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568<br />

Tra$tomos de la personalidad en la vida moderna<br />

muy lábiles; por ejemplo, sus emociones pueden cambiar de repente del amor al odio. <strong>En</strong><br />

cambio, la tristeza del depresivo es estable y pasiva.<br />

Vías de expresión de las síntomas<br />

Como siempre, es importante recordar que exíste una lógica quu conecta el patrón do personaJidad<br />

con sus síndromes asociados del Eje J. Los síndromes del Eje I que covarran con mayor<br />

frecuencia con la personalidad depresiva son le depresión y la disUmia. Como ya se ha señalado,<br />

los in.dividuos con más características de personalidad depresiva deberían estar más<br />

dispuestos a desarrollar episodios depresivos mayores. Como es lógico, la personalidad depresíva<br />

no es nada sino una disposición hacia la depresión. Dado que la depresión presenta<br />

numerosos síntomas vegetativos. algunos individuos pueden presentar diversas quejas somáticas<br />

difusas, prueba do una preocupación por los síntomas corporales. Los depresivos especialmente<br />

proclives a la cavilación también pueden presentar muestras de trastorno de ansiedad.<br />

<strong>La</strong> perspectiva interpersonal defiende que los síntomas disminuyen con la creación de<br />

nuevas relaciones Interpersonales y se acenttían más tardo cuando aparece el rechazo. Cuan·<br />

do esto ocurre, la autoestima disminuye y se acentúan los sentimientos de minusvalía.<br />

I PERSONALIDAD NEGATIVISTA (PASIVO­AGRESIVA)<br />

Algunas personas parecen inseguras con respecto a cómo enfocar sus vidas. Ambivelentes<br />

siempre, dudan entre incómodos sentimientos de dependencia y el deseo igualmente<br />

perturbador de autoafinnación. Necesitadas. desde el punto de vista afectivo. y a 1a vez<br />

independientes, aceptan ajustarse a las exigencias de rendimiento. pero a la vez tienen<br />

grandes problemas con la autoridad y tienen resentimientos por el control externo. Inevitablemente.<br />

estos sujetos se sienten incomprendidos. poco valorados. y desilusionados. A<br />

medida que su descontento se intensifica, comienzan a sentir que los demás no les tratan<br />

bien e inician formas indirectas o pasivas de protesta comportamental o emocional. <strong>En</strong> apariencia,<br />

están do acuerdo en cumplir con las exigencias que se les hace. pero luego sabotean<br />

las expectativas de los demás mediante posposición, ineficacia intencionada, un rendímiento<br />

do bajísima calidad y una obstruccíón sut.i1. Obstinados, no cooperadores, desobedientes.<br />

quisquillosos. malhumorados. enfurruñados y pesimistas, desaniman a quienes les<br />

rodean. Aunque en ocasiones bacen confesiones genuinas de arrepentimiento, a la larga<br />

vuelven a mostrarse malhumorados y oposicionistas. <strong>De</strong>sdeñan y desafían la autoridad, y<br />

tratan de vindicar su desilusión minando a todo aquel que necesite algo de ellos.<br />

Esto tipo de individuos se conocen como personalidades pasivo-agresivas. <strong>En</strong> esto<br />

capítulo se les denomina negatívistas, una etiqueta más reciente que engloba los elementos<br />

más amplios del patrón global. Es muy probable que este patrón se entienda mejor por sus<br />

similitudes y diferencias con respecto al compulsivo. <strong>En</strong> términos del modelo evolutivo,<br />

ambos son patrones ambiveJentes que entran en profundos conflictos con su luche entre la<br />

obediencia y el desafio (Rada. 1959). No obstante, el patrón negativista es ambivalente do<br />

forma activa, mientras que el compulsivo es ambivalente de forma pasiva. Por tanto, los<br />

compulsivos siguen una estrategia de contención, reprimiendo los conflictos a fin do mostrarse<br />

controlados, perfeccionistas, ordenados y escrupulosos desde un punto de vista mora].<br />

E11 cambio, los negauvístas manejan sus resentimientos en el mundo que les rodea. pero<br />

sólo da manera indirecta. lo que simboliza su incapacidad para ttberarse de la ambivalencia<br />

y perseguir una estrategia de oposición abierta.<br />

Considérese el caso de Kim (caso 15-4). Puesto que JGm acude a terapia por su propia<br />

voluntad, cabe esperar que tenga deseos de sacar el máximo partido do esta experiencia.<br />

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Capitulo 1 S. lrastornos de la ptrsonalidad d( los apindkts dtl OSMwfll··R y dt'.I OSM-N<br />

569<br />

I CASO 15­4<br />

i<br />

5<br />

1<br />

l<br />

i<br />

1<br />

~<br />

Al comienzo de la entrevista clinica, quedó pattnt, qu, Kím. dt 23 aflos d,<br />

edad. no tstabi satisftocha con su vida'. CUando se le prtguntó q1Jt es lo que<br />

mas le gustarla que cambiara.. Klm tlCtlam6: •VS.ttd es et rnt-dico, ¡cómo quic--<br />

~ cve yo lo stpa•. A tntdida qu, la l!fltrt'.Yista iba transcurritndo, se establ"°' ..i1.A<br />

ció un patrón bjsito,. Kim se «ttndla en exceso attrca ée todo lo irrtl("V3n- ~<br />

te para el J)f'OC'tSO de tratamlt:t1to. y mvv Po(() attrca dt lo reíevaote.<br />

Sus aks,aciontS dt l9nor1nda sobrt sus prot,k:mas acabaron dtmostrancSo<br />

s« un modo dt actll.lciól'l. <strong>En</strong> cuanto el medico 1( oftec:ía alguna l.ntttprtt~ A. Patr~ ~,erah~nh,<br />

C41ando se lt: pr'-'9unta Por StlS rdac:ionts fammarts.. Kim scñ-.a1a que siempre h111 f.ii los c:omp.-ñ(lrs eperentefucron<br />

un problema. tltctpto cuando era rnuv ~utlb, Dt nli'la. la (O(ISlcltra,. mente más afortunados que él<br />

ban adorabk y itncantadora. <strong>En</strong> las rtunlontS familbrtS. 5U madrt '( su padre<br />

allfdeaban de dla.. V 5t rtfcrian a tll.a c:omo •nutstro orgulio Y ilc.gria,. Ptro a<br />

(bJ Se que,a de íotma abierta ,. exegf'ntda<br />

por lfU out la sut'rtf'l •<br />

IOS 10 años de ed¡d_ su vida cambió. Su madtt: st qutdó t:mb.araz.ada, y anunció<br />

Q\le debido a qut Kim w t:Stabil convirtit'.f'IOO m una mujc:r. a 1>3rtir de en­­ (7) Oscila entre el dt1"1afío bo..,.hl v .. 1<br />

tonccs dtwria dtdic.rsc mis a t.a familia 6mpiando, planct\ando. cocinando y<br />

B.IT1'pentlnuenlo<br />

lavando platos. Cuando no c:umplia SI.IS obligadorttS, m:ibia un duro castigo. 8_ Esta. C-..111'1lcit-rt


570<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la pc:lSOnalidild en la vida moderna<br />

do información y la terapia no podrá llevarse a cabo. Si el terapeuta no lo acepta. éste no<br />

merece llamarse asf. <strong>La</strong> respuesta correcta sería algo parecido a: •Quizás a medida que usted<br />

vaya aportando más información, usted y yo juntos podamos trebejar los problemas que<br />

vayan surgíeodo».<br />

A m&dida que Ja entrevista va avanzando, Kim adopta una nueva estrategia: elabora en<br />

exceso Jo que considera irrelevante, y obvia lo relevante. Técnicamente se adapta a los requerimientos<br />

de la entrevista, pero de una manera equivocada. Además, cada vez que el<br />

terapeuta bece alguna interpretación, Kim disfruta aportando información de su biografía<br />

para refutar esas hipótesis. Por último, concluye diciendo: «Supongo que usted no puede<br />

entenderme mejor que los demás». do tal manera que la entrevista puede acabar reducida<br />

a una pelea en la que sería fácil conseguir que el entrevistador replicara: «¡Cómo puedo<br />

llegar u conocerla, si usted no me aporta ninguna maldita información!». <strong>En</strong> realidad, todo<br />

osto constituye por sí mi.smo un conjunto de datos diagnósticos de gran valor, mucho más<br />

valiosos de lo que le gustaría a Kim.<br />

El enfrentamiento sutil que desea Kim comienza a serenarse cuando el entrevi.stador<br />

toca temas más profundos. cuando le pregunta si se ha visto obligada a acudir a terapia<br />

(v. criterio 4). <strong>En</strong> esta momento empiezan a rasultar más patentes otros datos diagnósticos.<br />

So queia de quo ol médico no la entiendo, y esto coincido con una queja parecida hacia su<br />

marido, que «no me vaJora, no me entiendo», y que tan sólo desea quo ella «finja ser ama.<br />

bles (v. criterio 2). Afirma que acude a terapia para «compensar el hecho de tener tan mal<br />

geníoe, ya que cada voz que se le pido que haga cualquier cosa. enseguida se pone a la defensiva,<br />

se resiste y se muestra conflictiva. Hacia el final. la ent.revista ha degenerado en una<br />

sesión de quejas (v. criterio 3). El rcsentirrúento hada la autoridad (v. criterio 4) está presente<br />

de forma indirecta en el resentimien10 que siente hacia el control del terapeuta como re·<br />

presentación do autoridad. y el resenrtmtento hacia cualquier tipo do poder que su marido<br />

haya mantfesrado 01\ su relación. Además, es muy probable que la resistencia de Kim al<br />

comíenzo de la entrevista se deba a quo las credenciales del terapeuta generan una atmósfera<br />

de prestigio que. según ella. os súnbolo de autoridad. El origen de su resentinuento se hace pa·<br />

tente al señalar que. cuando sus padres le exigieron que ayudara en las tareas de casa. pidieron<br />

que debería dedicarse más a la familia, «Lo que eUos pensaron quo era lo correcto me convírtió<br />

en una esclavas. Como la mayoría de los ncgativistas, Kim siente resentimiento hacia<br />

quienes han sido más afortunados que ella (v. criterio 5). como pone de manifiesto la actitud<br />

hacia su hermana, a quien sus padres .rtratoban como a una diosa». Por último. Kim constata<br />

que gran parte de culpa reside en su resentimiento (v. criterio 7). cuando supone que desea<br />

la terapia para «Compensar el hecho de tener tan mal genio» oon su marido.<br />

,\ partir del cuadro de Kim. estamos en disposición de abordar otros aspectos que con·<br />

figuran la estructura de esta sección. <strong>En</strong> primer lugar. comparamos la normalidad y lapa·<br />

tología. y luego nos centramos en las variantes del prototipo ncgativista. A continuacióo,<br />

el apartado «Perspectiva evolutiva y del nourodesarrollos muestra cómo la existencia de<br />

esto lrastorno de la personnlidad sigue las leyes de la evolución. Asimismo, se compara el<br />

trastorno nogatívtsta con otros ccusuuctos de la personalidad y se hace una breve exposíción<br />

sobre la 1.ondencia que tienen las personalidades negalivistas a desarrollar trastornos<br />

del Eje l.<br />

<strong>De</strong> la normalidad a la patología<br />

Aunquo obvtnmente la personalidad negalivista es patológica en toda su expresión, es<br />

frecuente encontrar rasgos y comportamientos oegativistas en el curso de la vida diaria.<br />

Casi todos nosotros sabernos cómo so siente una persona. ante un control excesivo, y cómo<br />

ese tipo de experiencia suscita pensamientos de venganza indirecta. o como mínimo e.l de-<br />

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t.apitulo 15. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad de los aJ)Cndicts del OSM-111-R ydtl OSM-rv 571<br />

seo de complicarle la vida a la persona controladora. Por ejemplo. muchas personas presentan<br />

osts tipo de peosamiantos cuando deben pagar sus impuestos, momcnt.o en que el Coblerno<br />

se considera un ente autocrático. injusto y exigente. Irritados por la ira que comporta<br />

la carga de cumplir un plazo para dar el dinero ahorrado con esfuerzos a una entidad que<br />

no muestra ningún upo do compasión. es posible que muchos individuos imaginen la posibilidad<br />

de introducirse en el sistema y crear problemas, o incJuso provocar cal ladamente su<br />

mina. Este tipo de pensamientos son normales. aunque constituyen lo que sientan los negativístas<br />

la mayor parte del tiempo. Para eUos, cualquier exigencia o expecrattva coast.ituye<br />

una imposición premeditada. EJ hecho de obedecer a peticiones o cumplir expectativas les<br />

parece una sumisión. y el hecho de cumplir órdenes una humillacíén.<br />

Otra manera de crear un estilo negañvlsta de personalidad as normalizando los criterios<br />

diagnósticos del DSM·IV para el trastorno nogativista de la personalidad (Sperry, 1995}.<br />

Mientras que los ind.ividuos con el trastorno do la personalidad se resisten a cumplir con<br />

sus deberes sociales y laborales (v. criterio 1 ), los individuos con esto esulo de personalidad<br />

cumplen las expectativas, pero les gustaría dejar su propia huella en Jo que hacen. Si bien<br />

el individuo con el trastorno se queja de íncomprenslón y de ser despreciado (v. criterio 2}.<br />

el individuo con el estilo hace notables contribuciones pero disfruta recibiendo el debído<br />

reconocimiento. Mientras que la persona con el trastorno es hostil y tiene facilidad<br />

para discutir (v. criterio 3), en el estilo el individuo BS capaz da congeniar con los demás, y<br />

sólo so muestra resistente cuando percibe que los demás creen que tienen uo derecho sobre<br />

él. Si bien el individuo con el trastorno crillca y desprecia a la eutoríded Iv. criterio 4), en<br />

el estilo es capaz de protestar de una manera constructiva sin exagerar los errores. Míontras<br />

que. en el trastorno, el individuo muestra envidia y resentimíento hacia los que son<br />

más afortunados que él (v. crit.erio 5), en ol estilo no acepta da mala gana la buena suerte<br />

de los demás. pero se decepciona enseguida cuando sus esfuerzos no se ven recompensados.<br />

<strong>En</strong> ol trastorno. el indívíduo se queja de su mala suerte (v. criterio 6), sin embargo en el<br />

estilo simplemente es más consciente de la distribución da las recompensas en la vida, pero<br />

de todas maneras es capaz de tomar la iniciativa para mejorar su propia situación. Por ültimo,<br />

en el trastorno el individuo alterna entro el desafeo y las expresiones de remordimiento<br />

(v. criterio 7), poro en el estilo no actúa de una manera impulsiva ni exagerada. <strong>En</strong> cada<br />

una de las comparaciones anteriores Kim se acerca más al extremo patológico.<br />

Variantes de la personalidad<br />

El negativista tortuoso<br />

negativista<br />

<strong>En</strong> la figuro 15-4 se resumen los subtipos de este patrón. Los casos reales pueden o no<br />

ajustarse a una de estas combinaciones.<br />

<strong>En</strong> el DSM·I (1952}, el pasivo-agresivo se agrupó junto al pasivo-dependiente. El negativlsta<br />

lortuoso corresponde a esta primera relación, una combinación de las personalidades<br />

uegal ivista y depend lente. <strong>La</strong> característica deflmtorle es la resistencia indirecta a las<br />

expectativas de los demás. sobre todo cuando estas expectativas conllevan su acatamiento<br />

y. por tanto, valoran aJ individuo como un medio para alcanzar un fin y no como a un ser<br />

humano único. Como sugiere su propia denominación, sus comportamientos son tortuosos<br />

y encubiertos de manera que socavan y frustran a todo aquel que les exige un determínado<br />

nivel de ejecución o que no los aprecia como os debido.<br />

Los métodos concretos de estos sujetos varían. pero incluyen la posposición, le pérdida<br />

de tiempo y le testarudez; se ol vidaa de las cosas y muestran una ineficacia general e<br />

Intencionada. Puesto que teruen expresar su resentimiento de una forma directa, los ne-<br />

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572<br />

<strong>Trastornos</strong> de: ta personalidad en la vida modema<br />

Dut,itatrYa<br />

(rasg0$ llmitt)<br />

<strong>La</strong>s emociones fluctl.ian de una m•ntta<br />

doconetJt¡ntc y c~mttlu; resulta<br />

compf1e.acto cles


Capitulo 15. Tras.tornos de la personalidad de los aJ)Cndiccs del OSM-111-R y del DSM-rv 573<br />

das, con independencia de cuál fuera su comportamiento. <strong>En</strong> consecuencia. las mínimas<br />

fricciones se convierten en grandes confrontaciones y luchas por el poder. Algunos encuentran<br />

un especial deleit.e en detectar incoherencias en los comportamientos o en lns normas<br />

éticas de cualquier persona que necesita algo do ollas. Elaboran argumentos quo amplifican<br />

las contradicciones observadas, y se las echan en cara a sus «antagonistas» tan sólo por el<br />

placer sádico de socavar su propia confianza y crearles problemas.<br />

Conscientes del poder sádico del superyó, muchos adoptan una actitud do superioridad<br />

moral e insisten dogmáticamente c.n que los demás so.n hipócritas o mentalmente dofcctuosos.<br />

Cuando están sometidos a presión, incluso esta oposición indirecta puodo dar lugar<br />

a la crítica despectiva y a los insultos directos. Durante osos períodos, cualquiera quo so<br />

cruce en su camino puedo convertirse en objeto de desprecio y desdén. Los nogativistas<br />

abrasivos representan una combinación de las personalidades negativísta y sádica.<br />

El negativista descontento<br />

Como oombiuacíén de las personalidades negauvísta y depreslva, los aegalivistas descontentos<br />

no paran de quejarse. A diferencia de los negativistas tortuosos, que sabotean mediante<br />

la acción encubierta o la inacción cualquier satisfacclén que puedan tener los demás<br />

al cumplir sus objerívos, el negeuvtsta descontento ataca emoc::íonalmente mediante molestas<br />

quejas, críticas sutilmente ocultas e indirectas poco sutiles. Mientras que el negauvísta<br />

abrasivo puede atacar a los demás de una manera brutal, el negalivista descontento lleva a<br />

cabo una guerra de desgaste, es decir, una serio de pequeñas batallas diseñadas para hundir<br />

al enemigo.<br />

<strong>En</strong>cuentran fallos a todo y buscan cualquier pequeña posibilidad da hacer quejas legítimas<br />

que justifiquen sus comentarios y críticas. Resaltan las imperfecciones, señalan antiguas<br />

ofensas, llevan a los demás a un estado de irritación y se quejan sobre todo de que se<br />

les ha tratado mal. A menudo. sus afirmaciones tienen cierto fundamento. pero representan<br />

problemas triviales en un contexto más amplio. Se comportan como si les exasperaran los<br />

problemas. y así dan la impresión de ser personas de buena voluntad y con buenas intenciones,<br />

que han tenido que luchar con la ineficacia y la ineptitud ajenas, sobre todo por parle<br />

de los personas que los han dado órdenes. Al llamar lo atención sobro sus quejas, algunos<br />

pueden promover la imagen de ser más competentes que sus jefes, de cuyo nivel y autoridad<br />

se sienten profundamente resentidos.<br />

El negativista dubitativo<br />

Esta personalidad representa una combinación de los patrones negativista y límite, y<br />

la variante dubitativa se caracteriza por la rapidez de la fluctuación e inestabilidad de las<br />

emociones y actitudes. Por ejemplo. ost.os individuos pueden presentarse como afectuosos.<br />

predecibles. interesantes. e incluso encantadores, pero en un instante se vuelven irritables,<br />

oposicionistas y desagradables. O pueden mostrarse con confianza, decisión y competencia.<br />

y luego vuelven a cambiar hacia la dependencia infantil. Pueden sentirse satisfechos<br />

consigo mismos en un momento dado y sentirse iracundos y deprimidos en el siguiente. Divididos<br />

por el conflicto, los pensamientos de los negativistas dubitativos parecen fluir libremente<br />

en casi cualquier dirección. con lo que quedan a merced de emociones que cambian<br />

con gran rapidez. <strong>La</strong>s emociones se expresan de una manera directa y primitiva, sin transformar<br />

por una estructura cohesiva del sí mismo que pueda dirigir el comportamiento.<br />

Son frecuentes las explosiones temperamentales. Incapaces de desentrañar el origen de dichos<br />

cambios, los otros se sienten incómodos con ellos, ya que es muy complicado entender<br />

sus torbellinos emocionales.<br />

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574<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pcrsonalMlad en la vida moderna<br />

Perspectiva evolutiva y del neurodesarrollo<br />

<strong>La</strong> psicodínémíca del negativista puede remontarse o bien a un primer estadio de gratificación<br />

de la fase oral 011 Jo que so establece la confianza básica con la segunda mitad de la<br />

fase oral, donde se desarrolla la «mordedura sédíca». o bien a la etapa anal. donde se con·<br />

frontan los aspectos de autonomía frante a control extorno. <strong>De</strong>sdo ol punto do vista cognítivo,<br />

el negativista es escéptico y cínico. extremadamente rígido. controlado por afirmaciones<br />

de «no debería». y presenta pensamiento «blanco-negro». <strong>En</strong> las relaciones interpersonales,<br />

los negativistas están demasiado pendientes de la distribución de las recompensas y se vuelven<br />

rencorosamente celosos. <strong>En</strong> las situaciones laborales, el negalivista aswne que será explotado<br />

por los demás y promete realizar tareas que no cumplo do forma adecuada.<br />

El modelo evolutivo hace hincapié en la interacción de factores en todas las áreas do la<br />

personalidad. <strong>En</strong> este modelo, los negativistas se caracterizan por ser ambivalentes de forma<br />

activa. por hallarse en oonflicto entre satisfacer sus propias necesidades y tener en cuenta<br />

a los demás. Los compulsivos también presentan conflictos. pero se caracterizan por ser<br />

ambivalentes de forma pasiva. Por tanto. los compulsivos reaccionan contra los sentimientos<br />

de rebelión para volverse escrupulosos en extremo. Respetan las reglas de una manero<br />

inusual, y temen que 1.as Ciguras de autoridad encuentren alguna razón para desaprobar su<br />

actuación. El mecanismo do formación reactiva provoca un excesivo autocontrol. con lo que<br />

acaban reprimiendo cualquier expresión emocional.<br />

<strong>En</strong> cambio. los negauvístas son íncrerblemente frustrantes. Al toner un conflicto en la<br />

polaridad sí mismo y los otros, acaban considerando repugnante cualquier alternativa.<br />

Puesto que no cuentan con una dirección única y consistente en la vida. suelen cambiar<br />

de forma en-ática de delante hacia atrás, manifestando actitud.es vacilantes y cornportamíentos<br />

impredecibles. Si tienden hacia la satisfacción de los deseos ajenos, se sienten irritados<br />

y molestos consigo mismos por hacerlo. y cambian rápidamente sus pensamientos y sentímiemos<br />

a favor do hacer lo que olios quieran. Sin embargo, al hacerlo ponoo en peligro la<br />

seguridad y el apoyo que necesitan de los demás, lo que comporta que se arrepientan enseguida<br />

y revoquen su postura de nuevo. O bien están de acuerdo en actuar pero no lo ha·<br />

cen. o bien invierten la escrupulosidad para prever lo que desean los demás pero cambian·<br />

do el significado de la tarea o realizándola con tan poca eficacia que pierde su sentido<br />

dentro del marco global Expresan sus emociones con claridad, con lo que a veces parecen<br />

inmaduros o infantiles. <strong>De</strong> todas maneras, no expresan abíartamante sus resentimientos<br />

ante los demás. sino que los desplazan a objetives seguros, por lo general pcníendo obstáculos<br />

entre los deseos de los demás y los suyos.<br />

Los niños cuyos comportamientos y estados de ánimo varían de forma impredecible<br />

pueden desarrollar patrones bastante normales y estables cuando maduran. Existe la posibilidad,<br />

sin embargo. do que uu 116m.1uo desprcporctcnadarnenta elevado de estos niños difíciles<br />

de predecir sigan mostrando un patrón «errático desde el punto ele vista bíolégico» a<br />

lo largo de toda su vida. con lo que tendrán una predisposición a desarrollar las caractertsticas<br />

propias del negatívista.<br />

Los niños demasiado inquietos y nerviosos son buenos candidatos para el patrón negalivista,<br />

también porque suelen provocar desconcierto, confusión y dudas en los padres a la<br />

hora de aplicar métodos de enseñanza. Estos niños irregulares pueden ocasionar en sus<br />

padres reacciones erráticas y contradictorias, que a su vez sirven para reforzar su tendencia<br />

inicial a ser espasmódicos y variables, croándose asr un círculo vicioso.<br />

Hemos comentado en numerosas ocasiones el papel fundamental que desempeñan<br />

los actitudes parentales incoherentes y los métodos de enseñanza contradictoria en ol dEI.Sarrollo<br />

de la personalidad negotivista. Aunque cado niño experimenta un cierto grado do inconstancia<br />

parental. es muy probable que los niños negativistas hayan estado expuestos en<br />

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Cap{tulo IS. <strong>Trastornos</strong> d, la pr:rsonalidad d, los apéndices det DSM­111­R y dtl OSM­rv 575<br />

exceso a esta inconstancia. y que sus padres hayan oscilado do la host ilidad y el rechazo<br />

en un momento dado al amor y el afecto en otro momento; esto patrón errático ha sido probablemente<br />

caprichoso, frecuente. pronunciado y duradero.<br />

Como consecuencia, estos niños pueden desarrollar varios conllíctos generalizados y<br />

profundamente arraigados, tales como confianza frente a desconfianza. competencia frente<br />

a duda. e iniciativa frente a culpabilidad y míedo. El concepto do st mismos puede estar<br />

compuesto do valoraciones contradictorias; cada juicio de valor que hacen sobre sf mismos<br />

se emparejará con uno en sentido opuesto. ¿Soy bueno o soy malo? ¿Soy competente<br />

o soy incompetente'! Cada curso do comportamiento tendrá su parte positiva y su contrapartida<br />

negativa. Así pues, hagan lo que hagan, o piensen lo que piensen. experimentaran una<br />

tendencia o jui.cio do valor contraries. mediante los cuales juzgarán esas actuaciones o pensamientos.<br />

Su umbivalencln interna es semejante a su loca.pacidod para calibrar qué es lo que pueden<br />

esperar del entorno. ¿Cómo pueden estar seguros de que las cosas van bien? ¿O acaso<br />

no han oxperimontado una bosültdad y unas críticas caprichosas en el pasado cuando las<br />

cosas parecían astar yendo bien'! Su situación es tremendamente desconcertante. A diferen-<br />

i • 1<br />

1<br />

i<br />

1<br />

:í<br />

1<br />

o<br />

cia do las personalidades evitadora o hlsrrtónjca, que puedan predecir su destino, que «s.a4<br />

ben» qua experimentarán bumtllecíones y hostilidad de manera constante, los negalivistas<br />

con Incapaces de predecir qué los deparará el futuro. <strong>En</strong> cualquier momento, y por ningún<br />

motivo aparento. pueden recibir la amabil idad y el apoyo que tanto desean: igual de posible<br />

es que. por razones igual menta mistariosas, sean objeto do hostilidad y rechazo. Están en<br />

una situación diffcil; no tienen ningún modo de saber qué curso de acción deben lomar para<br />

ayudarse a sí mismos; no han aprendido a predecir sí la hostilidad o el cumplimiento de las<br />

normas será más eficaz instrumentalmente. Dudan, y pasan de sentir hostilidad y culpabilidod,<br />

al cumplimiento ele los normas y la asertividod. y así sucesivamente. cembíendo de<br />

forma errática e lmpuJsiva de una nccton inútil o la siguiente.<br />

Los comportamientos parentales paradójícos y contradictoríos se observan a meaudo<br />

en familias «cismáticas». es decir, en íamiJias en las que los progenitores están en un con-<br />

Ilíctc manifiesto entre ellos. <strong>En</strong> estos casos se producen constantes altercados y desautorizaciones<br />

por parte de un progenitor hacia el otro, mediante afirmaciones contradictorias y<br />

de descolificación. Los niños que crecen en este entorno no sólo sufren la constante amenaza<br />

de la disolución familiar, sino que a menudo se les obliga a que sirvan de mediadores<br />

para moderar las tensiones generados por sus padres. Constantemente se posan de un bando<br />

al otro y dividen sus lealtades; no pueden ser «ellos mismos», ya que deben cambiar<br />

sus actitudes y emociones para satisfacer los cambiantes y antagonistas deseos y expectativas<br />

de sus progenitores. Los distintos papeles que deben asumir para aplacar a sus padres y<br />

recuperar un cierto grado de estabilidad familiar son marcadamente divergentes; mientras<br />

sus padres permanezcan reñidos. estos nlños deben mantener \ID comportamiento y unos<br />

pensamientos que son intrínsecamente irreconciliables .<br />

El hecho de que la personalidad oegativísta exprese más comportamientos pasivo-agresivos<br />

o más comport:amientos dubítetívos depende de la fuerza relativa de las polaridades<br />

que componen el constructo. Los que son más ambivalentes que activos probablemente estén<br />

unidos por poderosas estructuras. Como tales, expresan su insatisfacción de una manera<br />

indirecta. con el sabotaje sutil de la posposición, la ineficiencia intencionada y el olvi-<br />

do de las cosas, así como actitudes testarudas, enfurruñadas y pesimistas que perturban la<br />

felicidad de las personas que los rodean. Refrenados por limitaciones externas, estos índividuos<br />

son pasivos y agresivos de forma simultánea. <strong>En</strong> cambio, los que son más activos<br />

que ambivalentes expresan sus conflictos de un modo más directo en el entorno, cambiando<br />

de comportamientos, pensamientos y sentimientos de un momento a. otro. Tienden a pasar<br />

de un polo de su ambivalencia al otro, generando un estado de perpetuo descontento y<br />

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576<br />

<strong>Trastornos</strong> dt la personalidad en la vida moderna<br />

disforia que se parece en apariencia a la personalidad límite. <strong>La</strong> tabla 15-4 presento una revisión<br />

de la personalidad negativista en su totalidad.<br />

Diferencias con otras personalidades afines<br />

<strong>La</strong> ira, el resentimiento y el oposicionismo se dan en diversos patrones de personalidad.<br />

Tanto el paranoide como e) nogativista consideran que han sido maltratados o penudt-<br />

Tabla 15-4.<br />

<strong>La</strong> pr.rsonalidad ncgativista: ámbitos funcionales y estructurales<br />

Cotnportamitnto Se resiste a satisfactr las tx~ctati- lm¡gm dt si<br />

exprts.ivo vas de los dtmis: sutft aplazar las mismo<br />

acciones, ineficaz. y obstinado, con<br />

comport.amkntos de oposklótl y fas,.<br />

tldio; experimenta gratific:1cl6n al<br />

6csmoralinr y socavar el bienestar y<br />

las aspiraciones de otras p,crsonas<br />

~umc papeles conflít1tYos v t­am·<br />

blantcs en las rtbciontS sodates. e-<br />

p«ialmcntc aquiescencia depen·<br />

diente y contrita e independentia<br />

hostil y afirmativa; conjuga la envidia<br />

y la tibia rontn los mas afottunados<br />

que ti, y se comporta dt manCQ<br />

obstrv(tiva e Intolerante eot1 los<br />

6cmis. a 11 YCZ que cxprCSIJ 1


578<br />

<strong>Trastornos</strong> de la pmonalw::tiHS<br />

en la vida moderna<br />

Vías de expresión de los síntomas<br />

Como siempre, es importante recordar que existe una lógica que relacione el patrón de<br />

personalidad con sus síndromes asociados del Eje l. Puesto que la ambivalencia se traduce<br />

subjetivameoto en ansiedad, molancolía y descontento, es probable que los oegativistas prosenteo<br />

trastornos de ansiedad, a menudo teñidos de síntomas depresivos. Estos sentimientos<br />

cristalizan y exteriorizan sus tensiones. y proporcionan medios sutiles de expresar la ira<br />

y el resentimiento. Hasta cierto punto, la ansiedad es instrmnenta1. Por lo general. la tensión<br />

se descarga en breves episodios de comportamientos pasivo-agresivos o a través del canal<br />

verbal. Sin embargo, si esto no es posible. pueden darse crisis de angustia o ansiedad generalizada.<br />

Los sfntornas fóbicos pueden emplearse para obtener beneficios secundarios.<br />

puesto que proporcionan al negativista la posibilidad do no satisfacer las expectativas de<br />

los demás o de eximirse de la exigencia de llevar a cabo determinadas tareas.<br />

También pueden presentarse otros trastornos. Son frecuentes los episodios depresivos.<br />

que oscilan desde episodios depresivos ocasionales graves a una distimia más sutil aun·<br />

que generalizada. <strong>La</strong>s personalidades negativistas suelen presentar una disforia agitada. que<br />

puede fluctuar desde la futilidad ansiosa, la desesperación y el desprecio a sí mismos por<br />

una parte, hasta el amargo descontento y la irritabilidad exigente por otra. Estos estados de<br />

ánimo y síntomas eevinegredos» también arruinan todo 1o ajeno. y aportan al negatívtsta<br />

sentimientos compensatorios de retribución. Los trastornos somatomorfos suelen ser frecuentes<br />

en las situaciones de coníllctos irresolubles, pero normalmente lianen un beneñcío<br />

pasivo-agresivo añadido, que les hace especialmente gravosos para los demás. Por ültímo,<br />

los negativistas comparten con e) paranoide una enorme preocupadón por la autonomía y<br />

el control externo, con lo cual en algunas ocasiones puede darse una descompensación paranoíde,<br />

I RESUMEN<br />

Aunque el término masoquista se acuñó para hacer referencia a una perversión S9·<br />

xual masculina espectñca, enseguida se asoció a lo femenino y la sumisión. Por tanto, se ha<br />

convertido en un constructo con matices políticos que se ha eliminado deJ DSM·lV. <strong>La</strong> porsonalidad<br />

rnasoquista tiene distintas variantes normales que suelen descríbírse como al·<br />

truistas. Por ejemplo. el estilo autosacríñcado de Oldham y Morris (1995) vive para servir<br />

a los demás. El ostilo complaciente de <strong>Millon</strong> ostá más cercene al extremo patológico del es·<br />

pectro ya que tiende u ceder ante los demás a pesar de poseer capacidades superiores.<br />

Existen distintas variantes del masoquista en las que se mezclan los rasgos de otras<br />

personalidades. El masoquista que labra su propia ruina mezc1a rasgos de la personalidad<br />

evitadora, ya que el fracaso lo proporciona un cierto alivio de la ansiedad. El masoquista posesivo<br />

mezcla rasgos uegatívístas. ya que tiende a culpabiHzar a los demás para conseguir<br />

que permanezcan con ellos. EJ masoquista oprimido combina rasgos depresivos con masoquistas,<br />

pues tiende a quejarse de su vida miserable aunque no disfrute necesaríamente de<br />

los sufrimientos que conlleva esa vida. EJ masoquista virtuoso constituyo una mezcla de<br />

rasgos histriónicos y dependientes. ya que se muestra estoico ante su sufrimiento y manípula<br />

sin cesar a los demás con su generoso sacrificio.<br />

Los masoquistas comparten muchos rasgos con otras personalidades, incluyendo la<br />

depresiva, la dependiente. la compulsiva y la límite. También son vulnerables a la distimia.<br />

los trastornos de angustia y los trastornos somatomorfos.<br />

Al igual que el masoquismo, el sadismo se ha convertido en un constructo politizado.<br />

Originariamente se acuñó con relación al marqués de Sade, que obtenía placer sexual cau-<br />

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Capitulo 1S. <strong>Trastornos</strong> de la personalidad de k>s apéndkes del DSM­111­Ay dtf OSM­rv 579<br />

i<br />

5<br />

•<br />

1<br />

i<br />

t<br />

•<br />

sando sufrimiento a los demás, y pasó rápidamente a describir otros tipos de comportamionto<br />

no sexuales. Al igual que el masoquismo, o] sadismo so ha eliminado del OSM-IV,<br />

aunque sólo llegó a aparecer en el apéndice del DSM-lll-R. Es dificil encontrar verdaderos<br />

sádicos en la vida diaria, pero los rasgos y los comportamientos sádicos son comunes entre<br />

nosotros. El esulo controlador de MiUoo es uo ejemplo de uoa variante normal de la personalidad<br />

sádica que disfruta usando su poder para dirigir e intimidar a los demás.<br />

Existen algunas combinaciones con otros rasgos de personalidad. El sádico explostvo<br />

tiene rasgos del Umite y parece utilizar su agresividad como une vía de escape emocional<br />

más que para obtener control como el resto de los sádicos. El sádico tiránico tiene rasgos del<br />

negativista o del paranoide. y es particularmente espantoso y cruel. El sádico que hace cumplir<br />

las normas tiene muchos rasgos compulsivos que actúan como el superyó sádico de la<br />

sociedad. E:I sadíco débil combina rasgos de la personalidad evítadora, yo que su hostilidad<br />

es una espacio de acto contraíóbico. E:I sádico comparte muchos rasgos con negalivistas, antisociales.<br />

paranoides y narcisistas. También son vulnerables a ciertos trastornos del Eje l.<br />

como los trastornos de ansiedad, el abuso ele sustancias y los miedos paranoides.<br />

Para las personalidades depresivas. estar deprimido es algo más que un síntoma. Como<br />

la persona que padece una depresión, la personalidad depresiva so siente triste y culpable,<br />

pero su estado emocional es índícativo de una matriz do características generalizadas y<br />

duraderas de sentímientos de minusvalía o inadecuación. <strong>En</strong> el continuo con la normalidad.<br />

una persona con rasgos depresivos puede reflexionar sobre los aspectos negativos,<br />

pero no se siente superada por ellos y es muy consciente de su situación, pero es capaz de<br />

recibir críticas de una forma constructiva.<br />

Existen algunas variantes de la personalidad depresiva que se combinan con rasgos de<br />

otras personalidades. El depresivo malhumorado es una combinación con la personalidad<br />

negativista que se queja sin cesar y siempre está irritable. El depresivo de buen tono es una<br />

combinación de característícas histriónicas o narcisistas que considera que el sufrimiento<br />

es noble. El depresivo autodcsca1ificador tiene algunas características masoquistas, ya quo se<br />

sionte culpable y debe descargar esa culpabilidad modiantc comportamíentos autopunitivos.<br />

El depresivo mórbido comparte caractertstícas con la personalidad dependiente y a 010011-<br />

do se confunda con una depresión clínica del Ejo l. El depresivo inquiete tlene caructerfsttcas<br />

evitadoras, y presenta angustia y agitación. Los depresivos también puedon compartir<br />

muchos rasgos con las personalidades esquízoide, compulsiva y límite. Son vulnerables a<br />

la distlmía. los episodios depresivos mayoros y los síndromes de ansiedad.<br />

El negatívísta duda entre sentimientos de dependencia y una necesidad de autoafinnación,<br />

normalmente se siente malentendido, y pone de manifiesto sus frustraciones de forma<br />

indirecta. Los rasgos normales de esta personalidad puoden observarse cuando la gente so<br />

siente controlada en exceso por alguien y presenta fantasías acerca de la forma de hacer<br />

sufrir a la persona que controla demasiado. Muchas variantes normales pueden toncr estas<br />

mismas tendencias básicas. pero son capaces de funcionar en sociedad y relacionarse con<br />

los demás .<br />

Existen algunas variantes de la personalidad negatlvista. El negat.ivista tortuoso es<br />

una combinación do rasgos dependientes que socava encubiertamente a los dumas. El negauvtsta<br />

abrasivo comparte rasgos con la personalidad sádica, y es hostil y detestable de uno<br />

manara más abierta. El negauvísra descontento es una combinación de rasgos negativistas y<br />

personalidad depresiva. y está siempre refunfuftando. El nogal:ivista dubitativo combina<br />

rasgos límites y experimenta rápidos cambios emocionalos y actitudinales .<br />

EJ nogativista comparte muchas cualidades con otros tipos de personalidad incluyen·<br />

do la paranoide, la narcisista, la antisocial y la masoquista. <strong>La</strong> ansiedad, las fobias, los epi·<br />

sodios depresivos y la descompeosación paranoide son algunos tipos de trastornos del Eje l<br />

a los que los negativistas son vulnerables.<br />

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20. 35-S4.<br />

Z


1<br />

•<br />

INDICE DE AUTQRES<br />

t • 1<br />

1<br />

Abraham. K .. 30, 282<br />

Adler. A .. 513, 535<br />

Ainswonh, M. o .. 65, 301<br />

Akhtor, S .. 360. 469, 471<br />

AkiskaJ. H. S .. 499, 508. 530<br />

Alarcon. R.. 41<br />

Alexander. F .. 158<br />

Allport, 0. H .. 56, 58, 124<br />

AJmagor. M .. 5a<br />

Alnea,o;, R., 296<br />

Apt. C .• 322<br />

Aríoli. S., 308<br />

Aucbincloss. E. L .. 471<br />

Bak. R. C .. 466<br />

Batthazar, M. L .. 165<br />

Beríbeeu, J., 84<br />

Barr. A. N .. 432<br />

Bartloll, F. C .. 53<br />

Batos, J. E.. 90<br />

Bateson. G., 43, 100. 116, 439<br />

8aumrind, D., 99. 170<br />

Beck.A. T.,53,54. 75. 114.134.182.191.193.<br />

216.218.219.220.229.230.232.257.258,<br />

288,331,365,372,383,407,416,441,449.<br />

480,492.523,534,564<br />

Boogltly. M .. 97<br />

Bolsky, J .. 90<br />

llenooict. R .. 41<br />

Donjamin, L.S., 40. 47, 48. 59. 75. 176. 178, 192,<br />

215.216.230.233.255.268.287.328.337,<br />

341,368,369.382.383.389,402,404.439.<br />

445.448,449,475.476,487,492,503.520.<br />

528.530,532,533<br />

i Bers,noo. L. R., 105<br />

l Bennan. S.M. W .. 249<br />

J Bemestoin. O. P .. 465<br />

« Beutler. L. E.. 144<br />

v, Bibring. E .. 581<br />

¡ Bigbco. M. A .. 56<br />

;¡ Billiogs, A. G .. 97<br />

o Btrnbeum, K .. 464<br />

Block. D. W .. 263<br />

Blocker, K .. 320, 321<br />

Blair, R. J. R., 179<br />

Ola.is. M. A., 581<br />

Blanoy. P. H .. 481<br />

Blatt. S. J .. 581<br />

Bleuler. t .. 208. 395, 4.29, 440, 464<br />

Bloom. B. L .. 143<br />

Olu.m, H .. 471<br />

Bock:ian, N. R.. 501. 536<br />

Bonagura. N., 105<br />

Bomstein, R. F .. 281, 296<br />

Bouchard, T. J., 21<br />

Bowlby, J., 31, 301. 466. 564. 565<br />

Oros, P., 526<br />

Breuer. J., 22<br />

O'riquet. P .. 314<br />

Brodio, R. D .. 101<br />

Brown. F. w .. 66<br />

Buchsbeum, K. C., 432<br />

Budmen, $. H .. 142<br />

Burko. J. D .. 105<br />

Burnbam, V. S .. 457, 463, 464<br />

Bu.rstcn. B .. 175, 176, 471<br />

Bushnel], J. A .. 164<br />

Buss, /\. H .. 18<br />

Buss. o. M., 376<br />

Butcher,J. N., 136. 138<br />

C.dorot, R. J .. 316<br />

Cole, E.M., 36<br />

Calsyn, O .. 360<br />

Cameron. N., 93, 114, 453, 471<br />

Campbell. S. B .. 100<br />

Caplon. P .. 17, 87<br />

Capponl, A .. 347. 348<br />

Carlson. C .. 295, 410<br />

Olrlson. V .. 97<br />

Canon, R.C.,45, 116<br />

Cattell. R. B .. 21. 330<br />

Celasia. C. C .. 432<br />

Cimbro!, H., 545<br />

Copyrighted material<br />

601


602<br />

Índice de autores<br />

Chaneriee, A., 488<br />

Chesa, S .. 90. 108. 528<br />

Chomsky. N .. 50<br />

CiochetU. O .. 97<br />

Cin:irelli, V. C .. 102<br />

Claridgo. C .. 433. 531<br />

Clork. L. A., 58, 139<br />

Clarkin. J. F., 144<br />

Clauseo, J., 102<br />

Clausen. S .. 424<br />

Clockley. H .. 161. 111, 175. 184<br />

Cloninger, C. R., 20. 37, 130.172.173, 316, 397<br />

Colligan. R. C .• 136<br />

Cook. R. J .. 165<br />

C.oulidgu. F. L .. 139<br />

Coolidgo. J. C .. 101<br />

Coopcr, H., 564<br />

Cornc!J. D. C .. t 79<br />

Costa, P .. Jr., 56. 139<br />

Costa, P. T .. 59<br />

Crick, N. fL 56. 165<br />

Crockenbe,g. S., 102<br />

Cronbacb. L. J .. 135<br />

Crosby. R. M .. 378<br />

Cmnmings, E.M .. 102<br />

Cummio.gs, J. S., 102<br />

Dabbs,J. M .. 173<br />

Oahl, A. A .• 225<br />

Dan,gcr. B .. 91<br />

OavanJoo, H.., 142<br />

Davidson, E .. 89, 92<br />

))avis, C .. 433<br />

Oavis, K. L. 20. 37. 209. 232. 500<br />

<strong>De</strong>vís. R., 66. 72. 82. 99. 108, 118, 162, 220. 259,<br />

200.370,373,408.564<br />

Dockel. A. W .. 172<br />

Do! Porto,). A .. 224, 225. 263<br />

OaNuvo, K .. 564<br />

<strong>De</strong>rlega, V. J .• 21<br />

<strong>De</strong>utsch. H., 399<br />

Dodge, K .• 9·7<br />

Oohronwend, B. P., 103<br />

J)ohrenwend, B. S .. 103<br />

Dornbusch. S. M .. 97<br />

Oorr. A .. 101<br />

Dubo. E .. 516<br />

Duchenc. A .. 440<br />

Dunn, J .. 102, 106<br />

Eassor. 8. R., 321<br />

Egan. S .. 545<br />

E11ason. J. W., 227<br />

EUion. C .. 172<br />

El Sbaikh. M .• 98<br />

F.mda. R.M., 97, 101<br />

Emcry, R. E .. 102<br />

Emmelkrunp, P. M .. 225<br />

Erlkson, E. H .. 379, 509<br />

Escaloao, s .. 90<br />

Esoovar, L. A., 41<br />

Ecens, D., 35<br />

Bysenck, H. J .• 82, 172<br />

Fairbairn. W. R. O .. 221, 398<br />

Farringtcn, O. P .. 112<br />

Feinstein, A. R., 11<br />

Feldma.n, R. 8 .. 531<br />

Pentchel. O .. 20, 211. 232, 283, 318, 319. 3ZO, 356<br />

Fenuig. S .. 410<br />

Fcrencel, S .. 466<br />

Fcrgusson. D. M .. '164<br />

Ferrero, W., 87. 164<br />

Ferri. E., 102<br />

Ferstee, C. B .. 99<br />

Feske. u .. 225<br />

Fleld, 1'. M .. 104<br />

fiester, M. B., 545, 549<br />

Flrst, M. 0 .. 139<br />

Fleming, B .. 2118. 340<br />

Ford. M. R .. 65<br />

Frunces. A .. 102<br />

Frank. J. D .. 143<br />

Frank, L K .. 118<br />

Frankenburg, R. R .. 499, 521<br />

Freeman, A. F .. 54. 219, 523<br />

Freud, S., 22. 247. 319, 360, 368<br />

Fñck. P. J., 186<br />

Fñedlander. K., 174<br />

Fromm, t .. 118, 244. 248, 254<br />

Frosch. J .. 522<br />

Cabbard. C. O .. 249. 318. 493<br />

Goll•lly. C., 530<br />

Gardnor. H .. 50<br />

GotOold. S. L .. 143<br />

Gormozy. N .. 104<br />

Gay.M .. 549<br />

Gay. P .. 22<br />

Otbbs, N. /\., 264<br />

Ciller, H .• 102<br />

Cillo1, C., 112<br />

Cilligan. C .• 62<br />

Gillsirom, B. J .. 171<br />

Cittelman. R.. 105<br />

Clíckhauf-Hughes. C., 31?<br />

Clídewell. J. C., 98<br />

Gldsmith, H. H .. zz. 90, 396<br />

Copyrighted material


indi« de auto~<br />

603<br />

s<br />

1<br />

1<br />

i<br />

Cosllng. S. O .. 365<br />

Gottcsman. r. t. 90<br />

Goltman. J. M .• 112<br />

Grahom. J. R .. 136<br />

Gray. J. A .. 172<br />

Groonberg. ). R .. 211<br />

Criesinger, W .. 246, 314<br />

Gónker. R. R., 514<br />

Cmtpeter. J. K .. 165<br />

Grove. W. M., 173<br />

Gruenbc.rg. A. M .. 465<br />

Gruzelier. J. H., 433<br />

Gundersoo, J., 140, 360, 364, 499, 514. 529<br />

GUJttrip. H .. 399<br />

Gurman, A. S., 142<br />

Cultman, H .. 521<br />

Gutder, J .• 521, 531<br />

Cuze. S. B., 316<br />

Habbits. P .. 440<br />

Hall, C., 440<br />

Hall, M. )., 318<br />

Halpert, M., 413<br />

Hamburgcr, M. E .. 67, 316, 317<br />

Hampton, W. H., 457, 463, 464<br />

Hare. R., 130, 158. 161, 171, 172, 175, 179, 181<br />

Harkness. A. R .. 56<br />

Hurris. G. T .. 170<br />

Hartruann. H .. 31<br />

Hartung, C. M., 6'I<br />

Haskstian. A. R..<br />

Hedley, L. M., 295<br />

Heider, G .. 90<br />

Hennan. J. i., 499<br />

Hesselbrock, V.M., 173<br />

Hethcrlugtoc. E.M .. 102<br />

Hinshaw, S. P .. 166<br />

Hirschfeld, R., 301. 564<br />

Hoch. P. H., 429<br />

Hodges. E.. V. E., 545<br />

i Hodg ... J .. 100<br />

Ho!furt, A .. 295<br />

Holdcralt. L. C .. 188<br />

Horney, K., 2'11, 232, 358. 360<br />

Herowttz, M., 143<br />

Horwood. t. J .. 164<br />

Hurlbert. O .. 322<br />

J Hurloy, O. A .. 170<br />

J Hyler, S. E .. 139<br />

;i tmeuor. J., 171<br />

1 )acl


604<br />

ÍOOicc de autores<br />

Lenca. T .. 431<br />

Lenzenweger, M. F .. 430<br />

Lesser. S. R.. 32­0. 321<br />

Lewínsohn. P. M .• 97. 9'-J<br />

Lowis. c. C. 99<br />

Lewls, M .. 101<br />

Lichtman. J. W .. 88. 80<br />

Lldz. T .. 100<br />

Liebenluft, E., 516<br />

Ulienfold. S. O .. 316, 317<br />

Linehan. M. M .. 503, 527. 528. 532, 533<br />

Linle;, P. S .. 531<br />

Ltvesley. \V. J .• 22. 58. 83. 139. 302<br />

Loob. J .• 172<br />

Loobor. R .. 98. 105. 186<br />

Lcmbroso. C.. 87. 164. 160<br />

Lonoy. 8. R., 166<br />

Loulh. S. M .. 171<br />

Lu. Y. C .. 100<br />

Luisada, P. V .. 317<br />

Lydlard. R. B .. 225<br />

Lykken. O. T., 170, 172, 176. 164<br />

Lynskey. M. T .. 164<br />

Maocoby. E .. 89, 07. 90, 282<br />

Machón, R. A .. 4.32<br />

MacKiru1on. R. A .. 211<br />

Magnusson. O .. 105<br />

Mohler, M.S .. 46, 511, 565<br />

Maior. W .. 467<br />

Malnous, A. G .. 337<br />

Malan. O. H., 142<br />

Manlcnvasagar. V., 302<br />

Mennuzza. S .. 105<br />

Ma.rgare1, A., 93<br />

Ma.rlowo, O. D .. 380<br />

Mannor, J., 320<br />

Marshall. J. R .. 295<br />

Ma..sball. IV. L .. 200<br />

Martín, J .. 89, 97, 99<br />

Mosh. E. J .. 100<br />

Maslow. A., 348<br />

Mastcrson, J. F., 513<br />

Maudsley. H., 160<br />

McQmn. J. T .. 249<br />

McCnu,, R. R., 56. 139<br />

McC.raadie. R. C., 433<br />

Mc:Guffi.n. P .. 22<br />

MciCay. D .. 263<br />

McMahcm. R. C .. 380<br />

McNulty, J. L. 56<br />

McPherson, L. M., 171<br />

McWiUioms. N .. 176. 263, 321. 358. 365. 379,<br />

381.399,400,433.468,469.471,548<br />

Mcod.M .. 41<br />

Mcdnick.. S .. 172<br />

Mcehl. r. E.. 82, 83, 221, 396. 430. ••O<br />

Meloy. J. R., 178<br />

Menningor. K .. 2'l1, 232.. 398<br />

Merwin, M. M., 139<br />

Meycr. A .• 268, 464<br />

Michels. R., 211<br />

Michalsson. K .. 89<br />

Miliora. M. T .. 369<br />

Mili .... B. L. 172<br />

<strong>Millon</strong>, C .. 136. 138. 162. 201. 238. 269. 275, 308.<br />

350.384.390,543.551<br />

Mlllon. T .. 13, 28. 41, 60. 61. 64. 65, 66. 72, 74,<br />

62.63.99.100.102.108.118. 120,137,<br />

139.141. 162,182.184.201.220.227.231,<br />

238, 259. 269. 275, 290, 308, 327, 328, 350,<br />

369.370,37J.391.395.408,426.442.450,<br />

527.529.$4_2,551,564<br />

Mischcl. w .. 282<br />

Mitchell. S. A., 211, 363<br />

Moffitl. T. E., 186<br />

Moos. R. H .. 97<br />

Moroy. L .. 136, 139<br />

Mcrgeustem. J .. 173, 490<br />

Moriarty, A. E .. 90<br />

Morrls, L. B .. 162, 173, 201. 202. 238. 269, 275,<br />

303.308.349,384.391.424,450.456.494.<br />

500.536.542,578<br />

Morrison, A. r., 358<br />

Morrison. J. R., 100<br />

Moss. H. B .. 173<br />

Muellor, E .• 97<br />

Mulder. R. r., 1f>4<br />

Murphy, L. B., 90<br />

Mumy. H. A .• 125<br />

Nclsen. J .. 365<br />

Now, A. S .. 509<br />

Neziroglu. F., 265<br />

Nlgg. J. T .. 22. 396<br />

Notarius. C. l., 102<br />

Noy,,s. R.. 263<br />

Nurnbcrg. H. C .. 490<br />

Odbort, H. S .. 54. 58<br />

O'Haro. A ..<br />

Okonogi, K., 205<br />

Oldham, J. M., 162, 201, 202. 238. 269. 275, 303,<br />

308,349,384.391,424,450,456,494.500.<br />

536,542.578<br />

Olln. J. T .. 303. 423<br />

Oltmanns. T. F .. 264<br />

Ono, Y .. 205<br />

Copyrighted material


Índice: de autores<br />

605<br />

Osofsky, J. D .. 91<br />

Overbclser. J. C.. 296<br />

Pajer, 1


Índice de:: autores<br />

Summers, F .. 360. 363<br />

Swett,C .. 413<br />

ToJUs. F .. 264<br />

Tellcgcn. A .. 58, 564<br />

Tbapar, A., 22<br />

Thomas. A., 90. 198. 528<br />

Tbomson. J. A .. Jr .. 360<br />

Ttsdele. M. J .. 296<br />

Tizard, B.. 100<br />

Torgersen. S .. 200<br />

Tmstman. R .. 173<br />

Triandis. H. C .. 42<br />

Tsch.anz, B. T .. 348<br />

Tubiu, J .. 320, 321<br />

Turkat. J. D .. 295, 341, 490. 493<br />

Turner. S. M •• 264<br />

Tyror. P .. 413<br />

van der Kolk, B. A .. 499<br />

Van Praeg. H. M .. 509<br />

van Velzen. C. J., 225<br />

Veala. O .. 265. 489<br />

víkan. A .. 424<br />

Virkkunan. M .. 173<br />

Voollz, L M .. 35<br />

von Feuchterslebco. E .. 314<br />

Vuckovic, N., 490<br />

Wochtel, P. L., 118<br />

Wag.oer, M. E .. 102<br />

Woldron, S .. 101<br />

Walkor. L. E .. 18. 86<br />

Waller, N. G .. 21, 58. 531<br />

Wolsb, D .. 431<br />

Warreo. M., 347, 348<br />

Walwn, O., 564<br />

Walwn. P. J., 361<br />

We.iss. L, 162. 471<br />

Weíssman, M. M., 104<br />

Wclbnan, N.A., 433<br />

Wclls. J. E .. 164<br />

Wclls. M .. 377<br />

Who,r. o .. 114<br />

Widigar. T. A .. 18. 59. 85, 86. 87. 317<br />

Wígglns, J. S .. 136<br />

Wijeratne, C., 516<br />

Wi.lHams. R. J .• 89<br />

Wifüamson, $., 111<br />

Wilscm, s, O., 62<br />

Winnicolt. O. W .. 399<br />

Winter.s, A.. 105<br />

Wolff. S .. 410. 411<br />

WondarUch, S. A .. 296<br />

Wynno. L c .. 100<br />

Yankclov!cb. D .. 118<br />

Zanarini M., 140, 499, 514. 521. 529<br />

z.,..,,. E. R., 321, 324<br />

Zilboorg. G .. 429<br />

Zimbardo, P. C .• 442. 488<br />

Copyrighted material


I ÍNDICE ALFABÉTICO<br />

A<br />

Abuso(s)<br />

da sustancias. perscnalldad<br />

arulsoclal, 188·189<br />

hlstrléníca. 338<br />

límite. 530<br />

narcisista, 360<br />

paranoide. 490<br />

sexuales. personaítdad límite, 52-0·521<br />

Adaptación pasiva-activa, 41, 61. 65<br />

Adolescentes. tmstorno disoc:ial<br />

prevalencia. 164<br />

subtipo de lniclo en <strong>La</strong> Infancia fttmte a tipo de<br />

inicio eo la adolescencia, 186<br />

Agradabilidad (modelo de los cinco foctore..-.), 57<br />

Agresión<br />

modelo psicobiológh.':o. 20<br />

personalidad<br />

antisocial. 187, 556<br />

sádica, 556<br />

Aislamiento del afecto, 27<br />

Alcoholismo, personalidad , 172<br />

Ámbitos<br />

do la porsonaJida.d. 67·68<br />

ostructuraJ<br />

estado do 4nimo-lemperamento, 66. 68-69,<br />

72<br />

imagen de sí mismo. 68, 70. 12<br />

organización moríológica. 68, 72<br />

roprosent.acioncs objotalos. 68, 70, n.<br />

facilitar la i.nvestigaclón clínica (simpllficar<br />

la realidad), 81<br />

funclonal<br />

comportamiento observable. 66, 67, 72<br />

conducta/estilo interpersonal. 66. 67. 12<br />

est:ilos cognitivos. 66. 68. 72<br />

mecenlsmos de defensa, 68, 69. n<br />

naturaleza i.nterectiva. 61 · 149<br />

rasgos de teestoenos específicos<br />

antisocíal. 72, 185<br />

cornpulsívo. 72. 73. 261<br />

depeudlente. 72. 202<br />

depresivo, 72, 567<br />

esquizoide, 72, 409<br />

esquizolípico. 72. 44.5<br />

evítadcr. 72. 223<br />

bistrló.nioo. 72. 333<br />

JCmito, 72. 526<br />

masoquista. 72, 547<br />

narcisista. 72. 374<br />

negativísta, 72. 576<br />

paranoide. 72,483<br />

sádico, 12. 557<br />

estructurales do la porsonalidad. VOOse tambMn<br />

Ámbitos de la personalidad, rasgos de<br />

trastornos específicos<br />

estado de ánimo-temperamento, 66. 68469, 72<br />

imagen de uno mismo. 66. 68, 72<br />

orgaulzadón moríológica, 68, n.<br />

represeoteclones objotales, 66, 68, 72<br />

funcionales de la personalidad. Véase tc,mbién<br />

Ámbitos de la persooalíded, rasgos de<br />

trastornos específicos<br />

comportamiento observable, 66, 72<br />

conducta/e:sHlo interpersonal. 66. 61, 72<br />

estilos oogn1UV06, 67, 68, 72<br />

mecanismos de defensa, 67, 68. 72<br />

Análisis<br />

Estructurado de la Conducta Social (AECS},<br />

47-49<br />

factorial. 56<br />

Analistas del yo. personalidad evitadora, 210-212<br />

Anonnalidad/nonnalidad<br />

modelo circumplejo, 46-47<br />

personalidades específicas<br />

antisocial, 162-165<br />

compulsiva. 238-240<br />

dependiente. 274~276<br />

depresiva. 560<br />

esqutzoide. 300-392<br />

esquizotípica, 424-426<br />

ovitadora. 200·203<br />

histriónica, 308·310<br />

Copyrighted maGo1ial


Índict alfabctico<br />

609<br />

Conocimiento consciente. 23<br />

Ccnsctencie<br />

j dofidonhl (porsonaJidad anti.soda)). 175<br />

S sobro uno mismo (histriónico). 69<br />

: Constitución, 19, 36<br />

j Constricción proyectiva. 113-116<br />

l. Correlaciones físicas (peso corporal y personalidad),<br />

;¡<br />

1<br />

o<br />

Círculos viciosos (c:ont.)<br />

evitadora, 217<br />

obsesivo-compulsiva. 257<br />

paranoide, 468<br />

Código Upo, 136<br />

Competitividad. esfuerzos por la oonsocudón<br />

de logros y, ·119<br />

C.Omplojo de &Hpo. 29<br />

Complementarleded. 44.45<br />

Comportamiento<br />

adaptativo, 05<br />

anormal y personalidad, 3·14, 35·36<br />

de alto riesgo y suscepríbüídad a <strong>La</strong> cnfcnnodad.<br />

504<br />

desadaptaüvo. 95<br />

observable. 66-67. 72. Vtia.'19 tambi6n Ámbitos<br />

de la personalidad, rasgos de trastornos<br />

especffíccs<br />

Compulsiones de ropoticlón, 117<br />

Compulsivo<br />

burocrático, 243·244<br />

concienzudo. 241. 242<br />

endemoniado. 246<br />

parsimonioso, 244<br />

puritano, 242·243<br />

Comunicación<br />

con los compañeros, 151<br />

estilos familiores, 100· 101<br />

Concoptualización del caso, 8<br />

Cooducca/ostUo taterperscual. 66, 67, 72. VéaSfl<br />

tambiAn Amhltos do la person.alidod,<br />

rasgos de trestcmos ospecülcos<br />

Omductismo, 34·35<br />

do tercera geuemcíón. 35<br />

paradigmático. 35<br />

psicología cog.nitiva como roo.


fndi


616<br />

Índict alfabético<br />

<strong>Personalidad</strong> (c.ont.)<br />

infancia<br />

trastorno por ansiedad excesiva en los<br />

niños, 251<br />

vías hacia el desarrollo do patrones en la<br />

personalidad adulta. 251<br />

modulo da polaridad. 64<br />

perspectivas<br />

cognitivo, 255·258<br />

evolutiva y dol nou.rodosarrollo, 258·266<br />

interpersonal. 252·255<br />

psicodinámicu. 246-251<br />

terapia. 266·269<br />

estrotog.ia!lltécnico.s, 268·269<br />

trampas terapéuticas, 266-267<br />

variantes. 240-246<br />

oornpulsívo<br />

burocrático. 243-244<br />

concienzudo. 241·242<br />

ondomonfo.do. 246<br />

parsimonioso. 244<br />

puritano. 242-243<br />

vías de expresión do los síntomas. 263-266<br />

doprosióo y otros trastomos del estado de<br />

ánimo. 264­266<br />

trastornos<br />

do ansiedad. 263-264<br />

dtscctcüvos. 265<br />

obsosivo-c:ompulsivo. 263<br />

scmatomorfos, 264-265<br />

visión general/introducción. 234-238,<br />

269·270<br />

ámbitos. funcional/cstructuroJ, 73. 261<br />

breve dcscrlpción. 3<br />

criterios díagnésucos del DSM. 236, 245.<br />

253<br />

rasgos. 12<br />

oontmproduc.:ente (masoquista). 530.5-49<br />

caso, 540<br />

comparación/oontra.ste con otras<br />

pursonaJidades/trastornos, 54 7<br />

dependieute. 293·295<br />

depresiva, 566<br />

negatívtsta. 577<br />

oomportamien10 victlmiste, 545<br />

continuo aoormalidad/normalidad. 542<br />

estilo<br />

comptactcnte. 542<br />

de autcsecrtflcio. 5,42<br />

modelo de polaridad, 64<br />

perspectiva del desarrollo evclutlvo. 546-549<br />

trastornos dísoclativos. 227<br />

varinatcs, 543·546<br />

masoquíste<br />

opri.mldo, 544<br />

posesivo, 544<br />

que <strong>La</strong>bra su propia rulna, 543.544<br />

virtuoso, 544·546<br />

vías do expresión do los síntomas, 548<br />

visión general/introducción, 538·539<br />

Mnbítos, funciona.l/estructural, 547<br />

breve descripción. 3<br />

criterios diegnésñcos del OSM·lll·R, 54.0<br />

cultura, 13, 41·42, 3'47<br />

deflnlcién, 2, 35<br />

dependiente, 271-304<br />

antecedentes hlstórioos. 2.6.Q-262<br />

casos. 273-298<br />

oomparación/contrasto con otra,<br />

personalidade.,Jtrastornos. 20.1-29S<br />

compuJsíva, 26'l•Z62<br />

csqulzoldo, 400<br />

cvitadoro. 223<br />

ICmite, 529-530<br />

masoquista. 54.8<br />

ooutinuo anonnalidad/uormalid.ad, 274~276<br />

diferencias en la dependencia seg6o el sexo,<br />

281<br />

envejecimienlo/enfermedad de la pareja y. 302<br />

estiJo<br />

conformista, 275<br />

devoto, 275<br />

modelo de polaridad, 64<br />

perspecti \'8S<br />

cognitiva. 287·290<br />

desarrollo evolutivo, 290.297<br />

interpersonal. 285·287<br />

psicod.inámica, 282·285<br />

síndromes de la infancia, 301<br />

terapia. 297·303<br />

estrategias/técnicas, 299­303<br />

trampas terapéuticas. 299<br />

tipos de medidas (cuestlonertcs<br />

autoaplicados). 2a1<br />

variaciones, 277·280<br />

depoudionto<br />

acomodaticio. 276<br />

inmadwo. 279<br />

inquieto, 277·278<br />

stn idontidad. 280<br />

torpe. 279·280<br />

vías do expreslén de los síntomas. 295-297<br />

ansleded. 224·226. 295. 301<br />

depresión. 296<br />

sin.tomas físicos. 297<br />

trastornos de la conducta alimentaria, 296<br />

vlnculaclón frente á dependencia. 301<br />

visión gonoraVlntroduoclón. 271-274. 303-304<br />

Copyrighted material


indice- alfabttlco<br />

617<br />

t<br />

!i<br />

1<br />

1<br />

i.<br />

l<br />

<strong>Personalidad</strong> (cont.J<br />

ámbitos, funcional/estructural, 291<br />

breve descripción, 3<br />

crítcrlos dtognostjcos dol OSM·fV. 273·296<br />

depresiva, 558·568<br />

caso.559<br />

oomparación/contraste con otras<br />

personalldades/trastornos, 566-568<br />

esquízoide, 411<br />

masoqutsta. 5­48<br />

neg11tivista, 578<br />

continuo anonnalidad/nonnalidad. 560<br />

frenltt a dlstímla. 563<br />

modela de polaridad (patrón activo-pasivo). 65<br />

perspectiva del desarrollo evolutivo. 290·297<br />

variantes. 561·564<br />

depresivo<br />

autodescnlilic.ador, 562<br />

de buen tono. 562<br />

inquieto, 563<br />

malhumorado. 561<br />

mótb!do, 562<br />

vías de expresión de los síntomas. 568<br />

visión general/int:roducción. 558-560<br />

ámbilos. funcional/estruduraJ, 567<br />

breve descripción. 3<br />

criterios díagnésucos del DSM·IV. 559<br />

dísldentc, 162<br />

esquizoide, 386-418<br />

casos, 388,401,404<br />

comparación/contraste con otras<br />

personalidades/1rastomos. 411-412<br />

ccmpulstvc. 262<br />

depresivo, 566<br />

esquizotípioo, 426, 443<br />

evitador. 223-22.4, 228, 426, 443<br />

continuo anormalidad/normalidad. 300-392<br />

dos-vinculación Ipesívaj. 300. 398<br />

en la infancia, 410<br />

ostllo<br />

retraído, 391<br />

solttaríc. 391<br />

esrnos familiares de comunicación. 408<br />

falso exterior/sí mismo, 39941 l<br />

íantasCa, 405-407, 416<br />

modelo de polaridad, 64<br />

patrón de desvínculectén pasiva. 228--409<br />

perspect i vas<br />

biológica, 394·398<br />

ccgeníve. 405·407<br />

desarrollo evolutivo, 407-411<br />

interpersonal. 400-405<br />

psicodlnérruca. 398-400<br />

terapia, 414<br />

os1rntogias/técnJcas.415-417<br />

trampas terapóuticas. 414·415<br />

variantes. 392·394<br />

osqultoldo<br />

despersonalizado. 394<br />

distante, 394<br />

embotado. 394<br />

lánguido. 30Z<br />

veas de expresión de los sCntomas. 412-414<br />

trastornos<br />

de ausledad, 413<br />

dlsoclattvos. 413<br />

esqulscfrénlcos y pskóUcos. 412-414<br />

visión general/introducción. 366-300,<br />

417·418<br />

ámbitos. íuncionallestntcturaJ, 408<br />

bre\·e descripción, 3<br />

criterios diognósticos del OSM·IV. 388, 401,<br />

404<br />

e:squizotípica. 419-434<br />

antocedeutee hl-stórloos. 428--431<br />

casos. 421 ·436<br />

círculos viciosos. 436<br />

comparación/oon.stmste con otras<br />

pon.onaJidades<br />

csqulzoidc. 390, 412. 442<br />

cvitador. 224, 4­43<br />

límite. 529<br />

oomparación/oontra,;te con otras<br />

personalidades, 444-446<br />

oompamda con la esquizoírenia, 300. 442<br />

oon déficits estructurales. 64, 422-423<br />

contínuo ancrmalldadruormalldad. 424-426<br />

medelo de polaridad. 64<br />

perspectivas<br />

biológica, 431-433<br />

cognitiva. 439-442<br />

dosarrollo evolutivo, 442~4-47<br />

intcrpe.rsonaJ. 436-439<br />

psicodinám.ica, 433-435<br />

precursores en la infancia, 423<br />

síntomas positivos/negativos, 423<br />

terapia. 447·450<br />

estratugias/tócu1cas. 4-48--450<br />

trampas terapéoücas. 4.49<br />

variantes, 426--428<br />

esqutzctlplco<br />

Insfpldc. 426~427<br />

tlmoroto. 427<br />

vías de expresión de los síntomas. 446·447<br />

doprosión. 447<br />

eplsodtos dísociaüvus. 446-447<br />

srndrcrues psicóticos, 447<br />

visión goncral/Lntroducción, 419-424, 450-451<br />

Copyrighted material


620<br />

inditt alfabético<br />

Personalldad (co11I.)<br />

actitudes parentales. métodos de enseñanza.<br />

574<br />

caso,569<br />

compn.roción/contraste con otras<br />

personalidades/trastornes. 576•577<br />

compulsivos, 259-263<br />

depresiva, 568<br />

evitarJora. 224<br />

límíte, 529<br />

sádica, 556-557<br />

continuo anormalidad/nonna11dad. 570·571<br />

modulo d& polaridad. 64<br />

perspectiva del desarrollo evolutivo, 574-578<br />

variantes. 571·573<br />

nogatlvista<br />

abrasivo. 572<br />

descontento, 573<br />

dubttartvo, 573<br />

tortuoso, 571­572<br />

vfas de expresíéu do los síntomas, 578<br />

visión genernl/introdutdón. 568·570<br />

ámbitos, íuncion.al/estructural. 576<br />

breve descripción. 3<br />

críterlos dregnostrcos del DSM-IV. 569<br />

paranoide. 452-495<br />

antocodcotes históricos. 462-465<br />

casos.454,470,479<br />

círculos viciosos, 466<br />

oomparación/c:ontraste oou otras<br />

personalidades/trastornos. 485~468<br />

antisocial. 123-188<br />

compulsivo, 262<br />

esquizotípico. 444-446<br />

nerctsisía, 376<br />

uegativistu. 575<br />

sádico. 556<br />

con déficits estructurales, 422<br />

continuo anonnalidad/nonnatidad, 456-459<br />

cultura y. 457, 463-464<br />

espías. 457<br />

eslilo vígilente. 456<br />

lfdere:s de culto, 464<br />

mecanismos de defensa. 26<br />

modelo de polaridad. 64<br />

perspectivas<br />

biológica. 465-466<br />

cognith,u. 476·481<br />

del desarrollo evolutivo, 481-490<br />

Interpersonal. 472-476<br />

psicod.inámica, 466--472<br />

rasgos asociados. 481<br />

teóricos de las relaciones objetales. 467-468<br />

terapia. 490-494<br />

astrategias/tóc:nicas. 492­494<br />

trampas terapéuticas. 490·492<br />

variantes. 459·462<br />

paranoide<br />

aislado, 462<br />

fanático, 459<br />

maligno, 459--460<br />

obstinado. 461<br />

quemlanle, 461-462<br />

paranoides malignos, 482<br />

vías de expresión de los srntcmas, 488<br />

abuso de sustancias. 490<br />

trastornos<br />

do ansiedad, 488<br />

do scmattaacién. 480<br />

dol estado de ánimo, 489<br />

delirante. 468<br />

víslén gcncraUintroducción, 452-456,<br />

494-495<br />

ámbitos. funcionaJ/estructural. 483<br />

breve descripción, 3<br />

criterios diagnósticos del OSM-IV, 454, 470,<br />

479<br />

rasgo (definición), 3. 35<br />

relecícnes y. 14. 47. \!{­'Ose tambMn Perspecuva<br />

inturpersonaJ<br />

sádica. 549~558<br />

easo.sso<br />

c:omparación/cootroste con otros<br />

persoualidadesltrastoroos. 556-557<br />

antisocial, 188<br />

narcísiste. 377<br />

paranoide. 486·4.88<br />

continuo anonnalidad/nonnalidad, 551·552<br />

estilo controlador. 551<br />

hostilidades parentales. 565<br />

modelo de polaridad, 64<br />

perspectiva del desarrollo evolutivo, 554~556<br />

variantes. 552<br />

sádioo<br />

débll.554<br />

explosivo. 552<br />

que hace cumpHr las normas. 554<br />

tiránico. 553<br />

vías de expresión do los síntomas, 558<br />

visión goneral/introduccióo, 549·551<br />

ámbitos, funcional/estructural. 557<br />

breve descripción. 3<br />

criterios diagnóstioos del OSM-IU-R, 550<br />

Personetidades con déficits estructurales. 64.<br />

422-423, 485-486. \fdase tambi6n<br />

<strong>Personalidad</strong> límite: <strong>Personalidad</strong><br />

paranoide: <strong>Personalidad</strong> asquizotípica.<br />

Personologfa, ba


indlce aJfabttico<br />

623<br />

t • 1<br />

1<br />

Sádico<br />

Psicoterapia (co,a.J<br />

diseño de soluciones lntegraclonistas. 148-150<br />

parejas potenciadas, 147, 156<br />

secuencias cataíníces, 147·148, 156<br />

Ql/capacldad Intelectual. y personalidad<br />

antisocial, 179<br />

RaciouaHz.aclóu, 26. 27, 359<br />

Reaccíén-scsccptíbtltdados, 113·114<br />

Realismo, 51<br />

Reciprocidad, interpersonal. 90-91<br />

Recombinación genética, 95<br />

Red uomológica, 124<br />

Ro foro u da<br />

Ideas do. 420<br />

maroode. 55<br />

Reflexión, personalidad y, 69<br />

Refuerzo<br />

rodproco.111°112<br />

seclal, 111-112<br />

Relaciones<br />

personalidad, 14. 47. Véase tambitfn<br />

Perspecttve interpersonal<br />

tarapéutícas. 60<br />

Representaciones obietales, 67. 68. 72. Véase<br />

también Ambuos de la persooaJidad.<br />

rasgos de trastornos espectñcos<br />

Reprasión, 23. 26. 21, 37. 113<br />

Reproduc:ción<br />

estrategias. 64·66<br />

imperativo evolutivo, 41-42<br />

polaridad yo/los demás, 62. frt<br />

Rogers. C.arl. 141·142, 230<br />

dóbil,554<br />

.¡ explosivo, 552<br />

I que hace cumplir los nonnas. 554<br />

J tiránico (personalidad sádica). 553<br />

SCU)..Jl. <strong>En</strong>trevista Clínica Estructurada para los<br />

~ <strong>Trastornos</strong> de la J'crsonaJidad. 139<br />

1<br />

Socueücias catalrtlcos, 147·148<br />

Sentir-intuir, 25<br />

e Separacíén-tudivíduacién, 512<br />

Q<br />

R<br />

s<br />

Sexo<br />

diferencias en la dependencia, 281<br />

estereotipos femeninos. personatídad<br />

hlstrldulco, 306, 309, 319<br />

personalidad<br />

antisocial y, 164<br />

dependiente y. 281<br />

hlstrldulco. 306, 309, 315, 319<br />

«peno víalerc». 315<br />

psicología feminista, 315<br />

sentimientos de culpabilidad en la mujer<br />

(cerrera profesional frente a hogar). 121<br />

sesgos en el diagnóstioo de lo.'> trastornos de la<br />

perscnalídad. 18, 84-88<br />

SoxuaUdad<br />

fídclldad y porsoualídad, 376<br />

personalidad<br />

histriónica, 322<br />

nardsb;ta, 376<br />

SIDP·1V, <strong>En</strong>trevista Estructurada para <strong>Trastornos</strong><br />

do la <strong>Personalidad</strong> del DSM·IV. 140<br />

Significado excedente. '15<br />

Simulación, 134<br />

Síndromes<br />

graves de Ja personalidad. 485-488. VOOse<br />

también Pcrsonru..ldad límite,<br />

<strong>Personalidad</strong> paranoide. <strong>Personalidad</strong><br />

esquízotípíca<br />

psi­1.61, 184<br />

Subllmación, 27<br />

SulHvan. Harry Stac.k. 42·4-4, 74. 285<br />

Supervisión. 129. 149. 153<br />

T<br />

Tabla rasa. 34<br />

Tdcnlca.s proyecuvas. 129, 131<br />

Copyrighted material


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