Informes - Turf Diario

TURF DIARIO - Pág. 45
justo sobre la curva que desemboca
en la recta final, aceleró la
marcha a la caza de Gile Na
Greine (Galileo), que enseñó el
camino desde la partida.
Sobre el telón la nieta paterna
de Danehill fue contundente con
su conducta: su compromiso de
monta la esperó lo suficiente
para la seguridad de su avance,
casi hasta el palo demarcatorio
de los 400 finales; aceleró cuando
se lo pidió, a la búsqueda de
Danehill Dancer, padre de Lillie Langtry
las tres cuadras del estribo sin
fisuras, y de ahí hasta la raya
para pasar de largo a la mencionada
enseña. En tanto, la medalla
de bronce perteneció a
Jacqueline Quest (Rock of
Gibraltar), que a 3 1/2 cuerpos
de la triunfadora no pudo revalidar
su éxito performance en las
1000 Guineas Stakes (G1) de
Newmarket (ganó, pero fue distanciada
por molestar).
Al cabo de 1m36s69/100
sobre el pasto con cartel de
bueno a firme (los especialistas
insisten en cambiarlo por de
rápido a firme) y por 1 1/4 cuerpo,
Lillie Langtry registró su
cuarto impacto en nueve puestas
en escena, que le sirvió para desquitar
su placé en el Albany
Stakes (G3), del 19 de junio de
2009 para este mismo mitin, y
sus dos previas, cuando se desplazó
desconocida, incluyendo
en la Breeders’ Cup Juvenile
Fillies Turf, en Santa Anita.
Asimismo, resultó una cara
feliz para la sociedad entre
Michael Tabor, Susan Magnier y
Derrick Smith, que junto a
O’Brien y Murtagh estuvieron a
punto de cerrar este capitulo sin
preseas para su vitrina. Y, claro,
cósmicamente, un recordatorio
para Emilie Charlotte Le Breton,
la Lillie Langtry de los escenarios,
el corazón lastimado y la tristeza
infinita, que justamente se cimentó
con la realeza en el palco, tal
como hace 110 años con Merman
en el círculo de los vencedores,
tanto como esos 70 años de un
alma que andaba cojeando y
ahora descansa en la gloria.
SEBASTIÁN HEREDIA